PDF 10 Ideias Para Alavancar Seu Negocio (Eleve Seu Negocio)
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1 GEOGRAFÍA.
IES MAESTRO JUAN DE ÁVILA. CIUDAD REAL
La diversidad climática.
GEOGRAFÍA 2º BACHILLERATO
IES MAESTRO JUAN DE ÁVILA.
CIUDAD REAL
2 GEOGRAFÍA.
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Índice 1 . Los factores determinantes del clima en España. .................................................................... 3
1.1. L o s fa ct ores geográficos d e l clima ............................................................................. 3
a) La latitud .......................................................................................................................................... 3
b) La situación entre dos mares ................................................................................................... 4
d) La altitud .......................................................................................................................................... 4
e) El relieve. .......................................................................................................................................... 4
1.2. Los factores termodinámicos del clima ...................................................................... 4
a) Los centros de acción .................................................................................................................. 5
b) Las masas de aire .......................................................................................................................... 6
c) Los frentes ...................................................................................................................................... 7
2 . L o s elementos d e l clima .............................................................................................................. 8
2.1. Las precipitaciones .................................................................................................................... 8
2.2. Las temperaturas ....................................................................................................................... 9
3 . T i p o s d e tiempo .......................................................................................................................... 10
3.1. Tipos de tiempo de invierno .............................................................................................. 11
3.2. Tipos de tiempo de verano .................................................................................................. 11
3.3. Tipos de tiempo de otoño y primavera ....................................................................... 11
4 . L a diversidad climática Española. .......................................................................................... 12
4.1. El clima subtropical árido .................................................................................................. 12
4.2. El clima mediterráneo ............................................................................................................ 12
4.3. El clima templado húmedo u oceánico .................................................................. 13
4.4. El clima de montaña.............................................................................................................. 13
4.5. El clima urbano .......................................................................................................................... 14
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El término clima es de origen griego y significa inclinación. El balanceo de la Tierra sobre su
eje inclinado, en relación con el plano de su órbita alrededor del sol, es lo que determina
que en las zonas templadas, donde vivimos, existan cuatro estaciones térmicas: dos
solsticios, de invierno y verano, y dos equinoccios, de otoño y primavera. El clima es la sucesión
habitual de varios tipos de tiempo durante las cuatro estaciones y sobre un lugar indicado y
la climatología es la disciplina que se dedica a su estudio.
La Península Ibérica pertenece mayoritariamente al dominio de los climas templados,
mediterráneos y oceánicos o atlánticos.
España posee, junto con Portugal, territorios en el tercer dominio climático, el cálido, de
características subtropicales: las islas Canarias, Azores y Madeira.
El estudio del clima es muy importante porque influye definitivamente en los establecimientos
humanos y en sus modos de vida.
1 . Los factores determinantes del clima en España.
El clima, o estado medio de la atmósfera en un lugar concreto a lo largo de todo un
año, se debe a la combinación de una serie de factores geográficos y termodinámicos.
1.1. L o s factores geográficos de l clima Los factores geográficos que explican nuestros climas son:
a) La latitud. La Península se localiza entre el paralelo 36º y el 43º 47’ latitud norte,
lo que la sitúa dentro del área de los climas templados mediterráneo y oceánico
y por lo que tiene dos estaciones contrastadas que alternan con otras dos inter-
medias. El archipiélago canario, entre el paralelo 27º 38’ hasta el 29º 24’ latitud
norte, se encuentra en el ámbito de los climas cálidos y sus contrastes estacionales
son mucho menores.
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b) La situación entre dos mares. El mar Mediterráneo (cerrado y con una
temperatura que no baja de los 13 ºC) y el océano Atlántico (más frío) hacen que
las temperaturas, por efecto del agua, se suavicen y sean más moderadas en la
costa que en el interior. Las Corrientes marinas cálidas (Gulf Stream) y frías (Corriente
de las Canarias) también modifican las condiciones climáticas
c) Asimismo, la situación de la Península entre dos continentes, el europeo y el
africano, condiciona la entrada de masas de aire frías y cálidas procedentes de
cada uno de ellos, que extreman las temperaturas. Las islas Canarias, por su parte,
se ubican en una zona de transición y, sobre ellas, actúan tanto los mecanismos de
los climas templados como los de la zona tropical.
d) La altitud. Los más de 650 m de altura media sobre el nivel del mar de la
Península son los responsables de que dis- minuyan las temperaturas en 6º por
cada 1 000 m de ascenso (gradiente térmico) aproximadamente. La temperatura
disminuye en las montañas pero también en las dos submesetas, pues se
encuentran a 600-800 m sobre el nivel del mar.
e) El relieve. Circundante en la mayor parte de la Península, evita la entrada de aire
cargado de humedad. Por el contrario, la disposición este-oeste de algunos
sistemas montañosos facilita la entrada de las masas de aire marítimo
procedentes del oeste, aunque, a veces, en las cuencas interiores, el grado de
aridez es extremo.
f) Igualmente influye la orientación del relieve. Así, se observan notables
diferencias entre la vertiente de la solana (al sur), que recibe más horas de
insolación y por tanto es más cálida, y la de la umbría (al norte), que es más fría.
También hay notables disi- metrías entre las vertientes de barlovento, más
húmedas, pues son las laderas por las que ascienden las masas de aire húmedo
que provocan gran cantidad de precipitaciones, y las de sotavento, por las que
desciende el aire ya seco, que se va calentando al bajar y reseca el territorio.
Por todo ello, en la Península Ibérica hay una amplia variedad de climas locales, dada la
elevada altitud media y la compleja orografía del territorio.
1.2. Los factores termodinámicos del clima
Son los causantes de la circulación de las masas de aire de características distintas:
térmicas (frías y cálidas), de humedad (húmedas y secas) y de presión (alta o baja), que
generan estabilidad o inestabilidad atmosférica y que determinan los tipos de tiempo.
Estos factores actúan en la atmósfera, una ancha banda gaseosa (de más de 500 km)
que envuelve la Tierra. La actividad climática se genera en los 80 km inferiores, divididos
en tres estratos diferentes:
La troposfera es el estrato más próximo a la superficie, que se eleva a una altura
entre 0 y 10/16 km (mucho más espesa en el Ecuador porque allí el aire, al ser más
caliente, se dilata y ocupa más espacio; lo que no ocurre en los Polos, donde el aire
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frío se contrae). Dentro de este estrato se desarrolla el tiempo atmosférico. La
Troposfera contiene nitrógeno (78%), oxígeno (21%) y dióxido de carbono,
sustancias vitales para las plantas y los animales, así como otros gases en
proporciones pequeñas, y vapor de agua.
La tropopausa está situada entre 8 y 12 km de altura. Por esta capa circula la
Corriente en Chorro (Jet Stream) en las latitudes climáticas templadas de ambos hemisferios (entre los 30º y los 45º latitud norte y latitud sur). Se trata de una potente corriente de aire de estructura tubular, que puede circular entre los 100 y los 450 km/h en sentido oeste-este y que es responsable de los movimientos de aire que ocurren en la baja atmósfera.
La estratosfera se sitúa entre los 12 y los 80 km de altura. Aquí el aire no tiene
vapor de agua y su temperatura es extremadamente fría porque el gradiente
térmico oscila entre los –55 ºC y los –40 ºC. Es muy estable y no permite cambios
meteorológicos. En ella se forma la capa de ozono, encargada de orber las
mortíferas radiaciones ultravioletas que proceden del espacio exterior.
La circulación general de la atmósfera que afecta directamente a nuestros climas se da
fundamentalmente en las dos primeras capas de la atmósfera. Los factores
termodinámicos que actúan en la troposfera son tres: los centros de acción, las
masas de aire y los frentes.
a) Los centros de acción son columnas de aire que ascienden o descienden a
la tierra, en forma de embudo, girando como enormes torbellinos. Reciben el
nombre de anticiclones o de ciclones.
Una masa de aire frío al caer, girando en el sentido de las agujas del reloj (en el
hemisferio norte), da origen a un anticiclón o zona de alta presión (señalado con
una A en los mapas meteorológicos en lengua española). Los anticiclones suelen ir
asociados a estabilidad, cielos despejados y nieblas en invierno, porque su presión
impide que se formen las lluvias.
Se conoce como anticiclones dinámicos a los originados por la dinámica general
de la atmósfera que ocupan las latitudes tropicales (anticiclones cálidos, como
el de las Azores) y las polares (anticiclones fríos, como los del Atlántico norte o el
Escandinavo).
Pero también hay anticiclones térmicos, allá donde el frío del continente
enfríe la masa de aire que tiene sobre él y la haga caer con su giro característico.
Este suele ser el tipo de anticiclón que se instala en el invierno en la Meseta
castellana, en el centro de Europa o en Siberia.
Por otra parte, una masa de aire cálido al ascender por el calor (convección),
girando en el sentido contrario a las agujas del reloj (en el hemisferio norte), da
origen a un ciclón, depresión o zona de baja presión (señalado con una B en
nuestros ma- pas meteo- rológicos). Los ciclones suelen producir inestabilidad
atmosférica y lluvias. De la misma manera, se llaman ciclones dinámicos los
originados por la dinámica general de la atmós- fera que se encuentran en las
latitudes ecua- toriales (Depre- sión subsahariana) y en nuestras zonas
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templadas (Depresión de Islandia o Depresión de Génova –o de Liguria–). Los
ciclones térmicos se producen, igualmente, por el calentamiento de la tie- rra o del
mar y hacen que se eleve el aire girando en el sentido contrario al de los
anticiclones. En las zonas de bajas presiones convergen los vientos procedentes de
las altas presiones.
Las bandas latitudinales alternantes de ciclones y de anticiclones ascienden en verano y descienden en invierno en paralelo, lo que provoca los cambios de las cuatro estaciones. La pre- sión de ambos centros de acción se mide en milibares (mb) con el barómetro y se representa en los mapas del tiempo mediante líneas isobaras (líneas imaginarias que unen puntos que tienen igual presión). Las diferencias de presión se van marcando de 4 en 4 mb. La isobara de los 1016 mb marca la transición entre un centro de alta presión y otro de baja.
b) Las masas de aire son porciones de aire que tienen unas características
concre- tas de temperatura, humedad y presión adquiridas en sus regiones de
origen o regio- nes manantiales. Cuando las masas de aire recorren grandes
distancias en latitud pueden modificar sus carac- terísticas originarias. La pecu-
liar situación geográfica de la Península Ibérica es responsable de que nos lleguen
ma- sas de aire de procedencia y composición muy distinta que originan bruscos
cambios del tiempo meteorológico.
Las principales masas de aire son las siguientes:
De procedencia ártica pueden llegar, desde Groenlandia, una de origen marítimo
(AM) y otra de origen continental (AC). Ambas son muy frías en origen, pero
mientras que la primera (AM) se recalienta por su base durante su largo
recorrido por el océano Atlántico y se carga de humedad produciendo borras- cas
de nieve cuando llega a la Península, la segunda (AC) sigue siendo fría y seca, por
lo que da lugar a temperaturas muy bajas (–20 ºC en zonas del interior), cielos
despejados y heladas. Son responsables de las llamadas olas de frío.
De procedencia polar pueden llegar igualmente una masa de aire de origen
marítimo (PM) y otra de origen continental (PC). La primera (PM) procede del Atlántico
norte y de origen es menos fría que la de procedencia ártica, porque su
temperatura está suavizada gracias al contacto con la corriente marítima cálida
procedente del golfo de México que baña las costas de Noruega. Durante su
recorrido hacia el sur se recalienta más y gana hume- dad. Por eso, cuando alcanza
la Península, descarga abundantes precipitaciones en Galicia y la Cornisa
Cantábrica. Sin embargo, la segunda masa (PC) es muy fría y seca en origen y
produce un tiempo semejante al de la ártica continental, ya que su recorrido sobre
el continente europeo es muy similar.
De procedencia tropical llega una masa de aire marítima (TM) que se origina en
las islas Azores, por lo que es cálida y húmeda; como asciende en latitud, se
enfría por su base y se estabiliza. Da lugar a temperaturas altas en verano y
agradables en cualquier época del año. La tropical continental (TC) se origina en el
desierto del Sahara; cuando llega a la Península Ibérica, alcanza valores térmicos
muy elevados, conocidos como olas de calor. Es extremadamente seca y trae
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arenas del desierto en suspensión, que producen calimas y tolvane- ras
(pequeños ciclones de polvo que se originan en tierra y que no suelen provocar
desastres).
c) Los frentes son centros de contacto entre masas de aire cálido, pro- venientes del Ecuador, y otras de aire frío, procedentes del Polo, que se oponen entre sí ascendiendo y descendiendo en latitud según las estaciones del año. La zona climática templada, donde se ubica España y casi todo el territorio de la Europa comunitaria, es un área de contacto entre esas masas.
En el hemisferio norte, el choque entre la masa de aire frío que procede del Polo
Norte y la caliente que proviene de la zona tropical recibe el nombre de frente
polar. Este frente se balan- cea de norte a sur coincidiendo con las estaciones del
año. Así, durante el otoño y el invierno, desciende desde el paralelo 60º latitud
norte hasta el 30º latitud norte, y en primavera hace el recorrido inverso. Por
ello es el responsable fundamental de los cambios de tiempo en España y de la
inestabilidad atmosférica que caracteriza a las estaciones de primavera y otoño.
El frente polar, empujado por el Jet Stream, se desplaza de oeste a este siguiendo
el movimiento de rotación de la Tierra. Está formado por frentes fríos
(representados con un triángulo azul) y cálidos (representados con un
semicírculo rojo) que se suceden alternativamente formando lenguas o dientes de
sierra.
El paso de un frente frío da origen a lluvias, que remiten cuando llega el siguiente
frente cálido. La alternancia de frentes fríos y cálidos explica la inestabilidad
característica de su paso por la Península, que tiene lugar durante los
equinoccios. Cuando dos frentes se unen, anulan su capacidad de provocar la
lluvia.
Entonces, se denomina frente ocluido y queda marcado por una alternancia de
triángulos y de semicírculos.
d) Por otra parte, en la tropopausa, el factor termodinámico más importante es el
Jet Stream que condiciona la circulación del aire. La corriente en chorro, o Jet
Stream, rodea la Tierra constante- mente de oeste a este y separa una gran masa
de aire borrascosa, inestable, que queda a su izquier- da, de otra anticiclónica
estable, que se ubica a su derecha. En verano, la corriente en chorro circula a mayor
velocidad y lo hace de forma lineal, pero cuando en el resto de las estaciones su
velocidad disminuye, su recorrido va describiendo en latitud profundas
ondulaciones, crestas y valles, que se reflejan sobre la superficie, o troposfera,
pues pro- ducen anticiclones (bajo las crestas) y borrascas (bajo los valles) que
generan estabilidad o inestabilidad de gran intensidad, sobre todo si coinciden
con el paso simultáneo del frente polar (al que la corriente en chorro empuja
permanente- mente de oeste a este).
El Jet Stream afecta a España fundamentalmente en otoño e invierno porque
durante el verano se encuentra en latitudes más septentrionales y solo roza la
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Cornisa Cantábrica y Galicia. Sin embargo, en invierno, se encuentra en la latitud
de las islas Canarias.
A veces, un valle puede llegar a desprenderse totalmente del chorro principal y,
como está muy frío y es muy pesado, descien- de bruscamente en altitud. Al entrar
en contacto con una superficie caliente, obliga al aire cálido a ascender muy
rápidamente produciendo lluvias torrenciales y desbordamientos de los ríos. Es el
fenómeno conocido como gota fría, que afecta a las costas del Mediterráneo a
finales del verano y comienzos del otoño, cuando el agua del mar todavía conserva
valores térmicos muy elevados. Fenómenos similares se producen en la Europa
continental a finales del verano.
2. L o s elementos d e l clima
Los aspectos visibles del clima que se determinan por los factores ya estudiados son: la presión, relacionada con los centros de acción anterior- mente vistos;
los vientos, que se estudian según sus regiones manantiales; la humedad o proporción del agua en la atmósfera; la insolación y la nubosidad o cantidad de días con sol o cubiertos; la evaporación y la aridez o influencia negativa que tiene la insolación sobre la humedad; las precipitaciones y las temperaturas. Estos dos últimos elementos, más importantes,
se estudian a continuación con un mayor detalle.
2.1. Las precipitaciones
Las lluvias se producen al evaporarse el agua de la superficie de la tierra y ascender convertida
en vapor de agua a la troposfe- ra. A medida que el aire se eleva y pierde temperatura, la hume-
dad que contiene se condensa. Si las condiciones atmosféricas son de inestabilidad, esa
condensación da lugar a la formación de gotas de agua líquida que se agrupan y se hacen visibles:
son las nubes. Cuando las nubes se enfríen llegará la precipitación de lluvia, de nieve si el aire
se enfría más y se convierte en pe- queños cristales de hielo, o de granizo, si se forman
fragmentos de hielo en el interior de nubes de tormenta, cuando el viento as- ciende muy
rápidamente y encuentra encima una masa de aire muy frío.
Existen tres causas, ya estudiadas, que explican el proceso de formación de las precipitaciones:
a) las lluvias de convección se producen cuando una masa de aire se encuentra con un
suelo muy recalentado que la calien- ta y propicia el rápido movimiento ascendente, la
condensación y la lluvia;
b) las lluvias por orografía se forman cuando la montaña obliga a ascender a la masa de
aire que choca contra ella, por lo que el aire, al subir, se enfría, se condensa y llueve;
c) las lluvias producidas por los frentes tienen lugar cuando la lengua fría del frente obliga
a elevarse a la cálida. Estas precipitaciones no se distribuyen regularmente a lo largo del
año y su distribución temporal es uno de los rasgos que definen a los dos climas de la
Península, el oceánico y el mediterráneo.
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Las precipitaciones se miden en milímetros mediante el pluviómetro, o en litros/m2, es
decir, un milímetro –mm– de precipitación recogida en el pluviómetro equivale a un litro de
agua caída sobre un m2; se representan en los mapas mediante líneas isoyetas, es decir, líneas
que unen puntos de igual precipitación.
En función de los totales anuales de precipitación, en España podemos diferenciar
pluviométricamente varias zonas:
a) La España húmeda. Es una franja continua que va desde Galicia a Cataluña y que está
ocupada por el macizo Galaico, la Cordi- llera Cantábrica, los Montes Vascos y los
Pirineos. Es húmeda porque recibe entre 1000 y 2000 mm /año en razón a la latitud,
la altitud y el sentido oeste- este de la circulación atmosférica, que hace que la mayor
cantidad de masas de aire que llega sea de procedencia marítima. La altura de los
sistemas montañosos situados en estas zonas hace aumentar las preci- pitaciones. Al
aumentar las precipitaciones con la altitud, en las zonas de montaña las lluvias se hacen
más abudantes, llegándo- se a recoger, por ejemplo, más de 2 000 mm anuales en la sierra
de Grazalema (Cádiz)
b) La España seca. La forman las dos submesetas, el litoral mediterráneo excepto el
extremo del sudeste), gran parte del valle del Guadalqui- vir y Extremadura y el archipiélago balear, que reciben entre 400 y 600 m m de precipitaciones. La falta de lluvias se explica o bien por tratarse de espacios rodeados de montañas, que reciben un aire que se ha desecado en su travesía, o porque son zonas donde la situación anticiclónica de la atmósfera es la más frecuente. La transición de la España húmeda a la España seca se produce de forma gradual.
c) La España semiárida. El sudeste peninsular, que se encuentra bajo la influen- cia
permanente de las altas presiones africa- nas, parte del valle del Ebro y algunas zonas interiores de las sub- mesetas son los puntos más secos de la Penín- sula, donde se registran precipitaciones con los mismos valores que en los desiertos, es decir, por debajo de los 300 mm.
d) La España subtropical. El archipiélago canario es otra zona que, salvo durante la época
de invierno a causa del frente polar, se encuentra bajo la influencia de las altas
presiones, por lo que sus precipitaciones son escasas. Las dos islas más orientales
(Lanzarote y Fuerteventura) son extremadamente secas porque están bañadas por
la corriente marina fría de Canarias que contribuye a intensificar la aridez; mientras que
en las occidentales, con relieves más altos, las pre- cipitaciones se incrementan con la
altitud, siendo el caso más representativo el pico del Teide y sus nieves perpetuas.
2.2. Las temperaturas
Representan el grado de calor que hay en el aire. Se miden con el termómetro, se expresan
en grados centígrados (º C) y se reflejan en el mapa mediante líneas isotermas que son las que
unen puntos de igual temperatura.
Las temperaturas varían en función de tres factores:
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a) La latitud. La Península, por su latitud, tiene una alta ra- diación solar que hace que las
temperaturas máximas se den en los meses de julio y agosto, y las mínimas en enero y
febrero. Obviamente serán más altas cuanto más al sur se encuentre el lugar.
b) La altitud. Condicionada por el gradiente térmico, las áreas más frías coinciden siempre
con los puntos más elevados. El he- cho de que la submeseta norte sea más fría que la sur
se explica por su mayor altitud media y también por su mayor latitud.
c) La proximidad o la lejanía del mar. En las costas el mar atenúa las temperaturas, tanto las cálidas como las frías, mientras su lejanía las extrema en el interior (continentalización).
La actuación simultánea de los tres factores es la causa de la gran variedad de situaciones
climáticas peninsulares. Como ya se ha visto, la orla periférica montañosa pone un obstáculo
más al efecto moderador del mar.
Las islas Canarias, que se encuentran en un ámbito climático distinto, subtropical cálido,
tienen unas oscilaciones térmicas anuales muy débiles y nunca superan los diez grados de
amplitud térmica anual. La media de invierno es de 12 ºC, valor que no se alcanza prácticamente
en ningún punto de la Península; la de verano es de 22 ºC, lo que resulta moderado en contraste
con las temperaturas de más de la mitad del territorio español.
Aplicados los tres factores, latitud, altitud y proximidad al mar, el resultado es un mapa de
isotermas en el que las temperatu- ras se reparten de la siguiente manera:
a) Temperaturas medias anuales. La costa norte tiene entre los 12 ºC y los 13 ºC, mientras
que en la costa sur y en la levan- tina se llega a los 18 ºC. En el interior, se alcanzan los
10,5 ºC a 12,5 ºC en la submeseta norte, para ascender en la submeseta sur, hasta
llegar a los 16 ºC o 17 ºC en Extremadura. Canarias llega a los 22 ºC.
b) Amplitudes térmicas anuales. La diferencia entre las temperaturas medias más
altas y las más bajas dan cifras de 10 ºC en la costa norte, 13 ºC a 15 ºC en la costa sur,
17 ºC a 18 ºC en el interior peninsular y 21 ºC en La Mancha y centro de la Depresión del
Ebro. En Canarias es inferior a 8 ºC. Se considera muy baja una amplitud térmica de 8 ºC o
menos, baja hasta 12 ºC, media hasta 16 ºC y alta de 16 ºC en adelante.
c) Temperaturas extremas. Las temperaturas más altas es- tán entre los 35 ºC y los 47 º C
en el interior, según la latitud. Las más bajas se sitúan entre –10 ºC y –30 ºC en el interior,
y menos de –5 ºC en la costa.
3. T i p o s d e tiempo
Los tipos de tiempo son situaciones que resultan del compor- tamiento de los centros
de acción –anticiclones y depresiones– en la circulación general de la atmósfera.
Sabemos que, por su origen, estos centros son de dos tipos, térmicos y dinámicos, y
que actúan de forma diferente:
De modo convectivo: un anticiclón (A) produce, sobre la zona en la que se
sitúa, estabilidad atmosférica; un ciclón (B) puede producir lluvias. Esto se
conoce como situación básica.
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De modo advectivo: cuando se combinan dos centros –anticiclón y ciclón–
que, por su movimiento de rotación contrario, actúan como las ruedas dentadas
de un reloj a través de las cuales propician la entrada en la Península de vientos
de diversa procedencia con diferentes condiciones de temperatura y de
humedad. Esto se llama situación de flujo.
Ambas situaciones, unas advectivas y otras convectivas, se combinan durante las
estaciones del año y dan origen a diferentes tipos de tiempo que, sumados a lo largo del
año, constituyen el clima de un lugar. A continuación enumeraremos los modelos
característicos de cada estación del año que, después, serán modificados por influencia
de los factores geográficos.
3.1. Tipos de tiempo de invierno
a) Convección de alta centrada o situación normal. Se produce cuando aparece un anticiclón sobre la Meseta helada. El resultado es tiempo seco, frío y despejado.
b) Advección del noroeste. Ocurre cuando la depresión de Islandia y el anti- ciclón del
Atlántico llevan el frente polar a las costas del norte. El resultado son lluvias en el norte peninsular.
c) Advección del noreste. Está favorecida por la acción del anticiclón escan- dinavo o
centroeuropeo, y por la depresión del Mediterráneo. Trae a la Españainterior aire
polar continental, frío y nieves –olas de frío–.
d) Advección del norte. Se trata de una variación de la anterior: el anticiclón atlántico
y la depresión del Mediterráneo traen aire ártico, frío y seco a la costa cantábrica.
3.2. Tipos de tiempo de verano
a) Convección del anticiclón de las Azores. Es la situación normal; se produce cuando
este se sitúa en el Atlántico, frente a la Península, y no deja pasar las borrascas del
oeste. El resultado es tiempo seco y cálido.
b) Advección del sur. Se produce cuando un anticiclón en el Mediterráneo y una
depresión (térmica) en África mandan a la Península olas de calor y lluvias de barro.
3.3. Tipos de tiempo de otoño y primavera
a) Convección de baja centrada. Es la situación normal: las borrascas del frente polar
barren la Península de oeste a este. El tiempo es variable y borrascoso.
b) Advección del este o situación anormal. Tiene lugar cuando el anticiclón
europeo y la borrasca mediterránea traen lluvias a las costas orientales. Si esto coincide con una situación de gota fría sobre el Mediterráneo, se producen lluvias catastróficas.
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c) Convección por prolongamiento de los anticiclones frío y cálido del Atlántico, que
no permiten que pasen las borrascas, o situación anormal. Produce tiempo seco y
estable.
4 . L a diversidad climática Española.
La desigual distribución de las temperaturas y de las precipitaciones condiciona que en
España convivan varias áreas climáticas diferenciadas. Aunque no existe un criterio unánime
para delimitar el número y la extensión de cada una de ellas, sí se pueden distinguir dos
grandes dominios climáticos, el del clima templado, representado aquí por el clima oceánico,
el clima mediterráneo y el subárido del sudeste, y el del clima cálido, ejem- plificado en el
subtropical de Canarias. A estos hay que añadir el de alta montaña. Su estudio se efectúa
desde las latitudes más bajas a las más altas.
4.1. El clima subtropical árido
Al clima subtropical árido pertenece el archipiélago canario, pero posee características
específicas derivadas de su insularidad. Por la latitud (dominio del anticiclón de las Azores)
y por la corriente marítima fría de Canarias, el clima del archipiélago tendría que ser
desértico (menos de 300 m m anuales), pero la disposición del relieve, la trayectoria más
meridional del Jet Stream y del frente polar, así como los vientos alisios del noreste, le aportan
un máximo de precipitaciones, en torno a los 300 mm, sobre todo en invierno.
Durante el resto del año, el relieve de las islas más elevadas, Tenerife y La Palma, adquiere
gran protagonismo porque propicia la condensación permanente de la humedad y la
formación del llamado mar de nubes. Las mayores alturas de las vertientes orientadas a
barlovento, donde llegan regularmente los vientos alisios, pueden recoger hasta 1000 mm.
Sus temperaturas tienen una media anual de entre 19 ºC y 21 ºC y no bajan de 17 ºC. La am- plitud térmica entre el verano y el invierno está muy poco diferenciada (inferior a 8º), si bien en las zonas más altas disminuyen las temperaturas, y la cima del Teide (3718 m) suele estar coronada de nieve.
4.2. El clima mediterráneo
Abarca una extensión muy amplia pero poco homogénea. Tres son sus principales subtipos,
que tienen en común un verano seco que coincide con la época de temperaturas máximas y
que determina una aridez estival extrema:
a) El clima mediterráneo costero comprende una estrecha franja a lo largo de este mar
y el archipiélago balear. Sus precipitaciones están entre los 300 y los 700 mm. El
máximo de estas se da en los equinoccios (frente polar) y el mes de octubre destaca
por la gota fría. Las temperaturas son altas, pero suavizadas por el mar, entre 7 ºC
y 26 ºC. Las medias anuales están en torno a los 15 ºC y 18 ºC. Su amplitud térmica
está entre 13 ºC y 16 ºC. Estas características definitorias se dan en Valencia y en
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las Islas Baleares, pero varían cuando se asciende por la costa hacia Cataluña, puesto
que, al aumentar la latitud, descienden las temperaturas, lo que da lugar a un clima
mediterráneo suavizado.
b) El clima mediterráneo interior se da en la submeseta norte, depresión del Ebro, centro
y este de la submeseta sur y en las hoyas de la Cordillera Penibética. Tiene las mismas precipitaciones que el costero (entre 600 y 800 mm), aunque van disminuyendo al penetrar en el interior. Su época de lluvias es la primavera y el otoño, coincidiendo con el paso del frente polar por el centro peninsular. Las lluvias son escasas en invierno por- que está instalado el anticiclón tér- mico sobre la Meseta. La amplitud térmica está entre 16 ºC y 25 ºC. Durante el verano, el calor puede originar tormentas y lluvias de tipo convectivo. La zona oriental de las dos submesetas es la más extremada en temperaturas, aunque, por estar en el interior, no se forma la gota fría. La zona
occidental, algo más baja por la basculación de la Meseta, tiene las temperaturas menos frías y, por su proximidad al océano, recibe algo más de lluvia en otoño e invierno (advecciones del oeste y paso del frente polar). La depresión del Ebro, cerrada
entre montañas, es de una aridez extremada.
c) El clima mediterráneo subárido (o clima almeriense) se da en el sudeste peninsular, bajando la costa en latitud. Aquí coinciden las isotermas de valores más altos con las isoyetas de valores más bajos, siempre próximas a los 300 mm anuales de precipitación. Es una zona a donde rara vez llegan las borrascas atlánticas porque está protegida por las cordilleras béticas, ni las advecciones del este, incluida la gota fría. Los inviernos son muy suaves y el termómetro no suele bajar de los 10 ºC absolutos.
4.3. El clima templado húmedo u oceánico
El clima templado húmedo u oceánico se extiende por nues- tras latitudes más
septentrionales, desde Galicia al Pirineo occi- dental. Tiene características similares al de la
Europa occidental.
Recibe entre 800 y 1200 mm de precipitaciones anuales, regularmente repartidas durante los doce meses. Tiene un máximo invernal producido por las advecciones, lluvias en primavera y otoño debidas al frente polar y un mínimo estival no muy acusado. Sus veranos son frescos, con 21 ºC, y sus inviernos suaves, con 7 ºC. La temperatura media anual es de 12 ºC a 15 ºC. Las oscilaciones térmicas anuales son discretas y la amplitud no suele superar los 10 ºC en la costa y los 15 ºC en el interior.
Cuando desciende por la costa hasta Huelva y Cádiz, el clima oceánico recibe influencias
subtropicales en las temperaturas, que son más altas, y sus precipitaciones disminuyen algo
(entre 600 y 800 mm), aunque la época en la que llueve (otoño-invierno) sigue
correspondiendo al modelo oceánico.
Sin embargo, cuando penetra en el interior, el clima oceánico se continentaliza, con lo que
reduce sus precipitaciones y extre- ma sus temperaturas. La Cordillera Cantábrica y los Montes
de León sirven de frontera climática con el Mediterráneo continen- talizado.
4.4. El clima de montaña
Se encuentra entre los 1000 y 2000 m de altitud (según la montaña esté a mayor o menor
latitud) y se caracteriza por sus abundantes precipitaciones, más de 1000 mm al año
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(aunque con marcadas diferencias en cuanto a volumen y estacionalidad entre las montañas
del norte y las del sur), que se producen en forma de nieve durante el invierno. Las
precipitaciones son ma- yores por el obstáculo que supone la montaña a las masas de aire
(efecto Foehn), y caen, fundamentalmente, en el barlovento.
Las temperaturas disminuyen con la altura a razón de 6 ºC menos cada 1000 m, por eso
las temperaturas medias no supe- ran los 10 ºC. La solana de las montañas recibe algo más de
ca- lor que la umbría. Algún mes de invierno ronda los 0 ºC, mientras que los veranos son frescos
en las montañas más septentrio- nales (ningún mes tiene temperaturas superiores a los 21
ºC), y algo más cálidos en las del centro y sur de España. Las bajas
temperaturas se deben también a que el aire de la troposfera se enrarece con la
altura.
4.5. El clima urbano
Las grandes ciudades españolas tienen su propio microclima con algunas diferencias
respecto al de la zona climática en don- de están ubicadas. Son islas de calor porque las
industrias, el tráfico, las calefacciones y las unidades exteriores de los aires acondicionados
liberan continuamente energía que es captada por el asfalto del suelo y por los materiales
con los que están construidos los edificios. De esta forma se genera un movimiento convectivo
del aire más caliente del centro urbano, que se eleva para caer en la periferia, donde las
temperaturas siempre son un par de grados más bajas. Esta convección provoca, a veces,
lluvias.
Además, la contaminación urbana propicia que el efecto invernadero de la troposfera se
acentúe. La altura de los edificios también modifica la dirección de los vientos y distorsiona su
di- námica natural. Finalmente, el agua de la lluvia no actúa como regulador térmico porque
discurre rápidamente hacia las alcantarillas.