La diplomacia chilena a través de la historia. (1925)

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    L a D i p l o m a c i a C h i l e n a______ __ u

    a t r a v s d e l a H i s t o r i a.-------... ----- ,.. - ..----..-------.---- .------

    - I"Ole

    MIEMBR::' AC' va DELA'3nCII:. D~'::) C;:;;;OGI~:c.'ICA c : : . : : : : LI.MA

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    L a d ip lo m a c ia c h ile n a a tra v es

    d e la H is to r ia."fl ' " , ,,,,.,..

    Antojadizas opinionE"s de un escritor del Mapocho

    I

    El t'~critor chileno don NiC'anor j\Iolinare, ha esta-d,) \Jub!"eando rcientl'llwnti' ell "El M ('n'\l1'io" de San-tiag-o. unos arteulo::> hj~t{ri('os !'(~]acionarlos con la cues-

    t.in del Pacfico; y para el caso, ha principiado por ha-rpl' l'cferen

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    histrico~internacional, que mantuvo con !3uirascible con-tendor el publicista chileno don Jer6nirno Urmeneta, eneSe entonces canciller de la repblica.

    Pero as como Molinare, se mantiene impertrrito en

    sostener que la def.ensa de Urmeneta estaba probandoincontrastablemente la sin razn de Salinas, as tambinpasa como por sobre ascua&",al revisar la disertacin e-rud:ta de Rafael Bustillos, quien con profundo conoci-miento de la materia de que trataba, prob el derechoque tena su pas en Atacama, posesin sta qUe empe-

    lOsamente le disputaba Chile.Pero ni an en su narracin Molnare' aparece ve-

    rdico. Coge al azar dos o tres documentos, los interpre-ta a su manera y piensa que en tal forma ha dicho la l-tima palabra sobre un problema ampliamente discutido;resultando de todo esto que lo que ni los mismos publicis-tas del Mapocho habituados a esta cIase de estudios hanvuelto a tocar, reviven y adquieren cierta actualidad enmanos del viejo escritor que proclama y defiendel la enre-

    vesada tesis chilena desde las columnas de "El Mercu-rio" .y tan cierio es lo que apuntamos, que Molinare si-

    gue a Salinas en su expos~ci6n documentada cuando es-t contendiendo con Urmeneta. pero mientras tanto secalla y no dice a qu conclusiones arriba el primero cuan-do a su turno le toca discutir con don ,Miguel Luis Amu~ntegui. P~es bien. esas conclusione~ en sntesis son las

    siguientes: \i'Que sin ttulo alguno los chilenofl Se intro-dujeron al Paposo pero no traspasaron jams los mojo-nes llamados Pirmides, que deslindaban lo~ reinos deChile y el P,er segn In ordenanza del virrey GuirioT.Que esta ordenanza se rii cuando el distrito de la ::JU-dienca de Charcas era todava parte integrante del vi-~'reynato del Per y que cuando Se agreg al virreyn"'t~de Buenos Aires ru con la provincia de Atacama. cuyasuperficie estaba interpuegta entre el Loa y el Paposo.Que Atacama haca muchos ~iglos era provinda inte-

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    gra.nte de los Charcas, considf>rndose el desierto por lornenos hasta el Paposo, comprendido en su territoria,Que la circunferencia de esta provincia est determina-da por un documento oficial incontrastable del goberna-

    dor intendente de Potos. conforme a la f'xpr2sada dispo-s de hallarse pen-(lente el conflicto internacional de limites y que Mira ha(hdo solucin enn los cafionce; (1(' 1:~En d" ta11J;:1m;l>;nitud en PXPl'{",,',nde la cancilleramiRma ne; Chile".

    y nos preguntamos ahol'a no conoca e~tas con-

    dllSionpg 1\Tolinare'! Evidontemente que tiene que ha-berlas conocido. sobre todo ('uando dphp d!' 11"ber ojea-r i ( ) nor 10 menos la tesis opup;:ta ele Amuntegui y encon-tr;)(10 en olla e~ta rotunda atl.rmaein: "Los lmites queChile tenia en ] 776 sail los mismos que tenia en 1810".(Amuntcgui.-Ttulos de Chile, (je. ete.-Pag'. ~5).

    Creemos que c,c'as eondllsiones tienen algn valort.ofh vez qne ella~ ,:p basan Pl) pruehas histricas y geo-

    grficas abrumadonls; pero si Molinare no lo estimaraas, tendrin neeH;ariamente qne fijar su atenci6n en dosdocumentos chilenos de insospechable autenticidad. Y!'on: "El tprrito'io de Chile n~conoce por lmites al nor-te el rlespohlndo de Atacama": (Constituc;n de Chile de1833) y, "Las rephlie[\" americanas reconocen por lmi-tes los que corespondian a laR demarcaciones territoria-les de que se formaron", (Manifiesto del gobierno de Chi-

    !e.-18 de febrero de 1879).

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    Ahora bien, sin remontarnos a laS' etapas ms dis-tantes de la vida de Amrica, cuando estaba an S'Ujetaal dominio de Espaa en condicin de colonia, y dete-nindonos s solamente en el ao de 1810, fecha del uti

    posidetis, que estableci una perfecta y definitiva de-marcacin, veremos con toda claridad cules fueron loslmites asignados a los pueblos ::ud-americanos por losmonarcas espaoles.

    Ese uti posidetis, al qUe debian acogerse con poste-rioridad las nacientes repblicas del nuevo continentecuando litigaban para establecer sus verdaderos lmites,entreg de hecho el de::''Poblado de Atacama a Bolivia,

    motivo por el cual sta ejerci todos los derecho~ compa-tibIos con el dominio y con la posesin.

    Sin embargo, la cesin hecha a Bolivia por el refe-rido uti posidetis de 1810, de tierras despobladas e in-cultas y desprovistas de todo asomo de vegetacin, comoentonces se crea, no despert el menor inters en losotros pases limtrofes; pero, cuando viajeros y hombres

    de ciencia s' aventuraron a explorar el de~ierto, y despuscomo consecuencia de ~us invest:gaciones y estudios, Ile--" .garon a la conclusin de qUe existan riquezaS' incalcu-

    lables dignas de . explotarse, la ambicin y la envidiaconsociadai, movieron al gobierno de Chile a disputar lapose;::indel despoblado a quien legtimamente le perte-neca, retrotrayendo las cosas a su primitivo estado y ci':tando en apoyo de su absurda tesis', las cartas dirigidas

    nI emperador Carlos V por el connu;tROO' don Pedro deValdivia, as como tambin las leyes de Indias que creypertinentes al caso, maliciosamente invocadas y pe'ar in-terpretadas.

    Desgraciadamente, la situacin interna de Bolivianada halagadora, permiti a Chile llevar adelante RUIplanes, aS'ateado tal vez por la desastrosa situaci6n 1\-

    nancera en que se hallaba. con los ingresos de sus ren-ta~ fiscales insigni..fi~antes y sin contar ('on productos

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    mo los nitrato~ y el guano, que desde 1842 explotaba ybeneficiaba Bolivia.

    Pue::; bien, para arbtrarsc rccursofS y poder hacert)'t);:t a SllS gustos p'esupuestales, Chile declar rotun-

    damente qlle tena dercchos sobre una parte de Ataca-ma, y que en consecuencia, Boli\'ia no tena razn algu-na p:~ra eje'J"ccr su hegemonia sohre todo d desierto,

    IDe aqu que print'ipiasen la:~ contron~rsias diplom-Licas, que pasando por una ~ri de inciden

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    pulado en el tratado de 1866 y de las graciosas conce-;iones expuestas en su contenido.

    Claro est quo Bolivia estuvo autorizada para de-clarar nulo y sin valor ese tratado: 10. por el hecho de

    celebrarIo un gobierno dictatorial que contra toda apro-bacin de la ley se mantuvo seis aos en el poder, infrin-giendo en tal forma la carta poltica de Bolivia, qUe slofija el perodo de cuatro aos, trmino que abarca la g s - - -tin presidencial; 20. porque en mrito de ese tratado yobedeciendo solo a un plan descabellado de la dictadu-ra. ceda ~l territorio de Atacama qua le correspondadesde tiempos antigu01'l. lo cual es fcil comprobarlo, ci-

    tando rdenes, reales cdulas, provishone

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    no hizo otra cosa que notificar al mundo y de consiguien-te a su adversario, que reclamaba lo suyo y haca respe-tar sus ms sagrados derechos.

    :L)oreso Bolivia desaprob e~'e pacto.

    y preg'untamos ahora es Jl()~ible que todo esto lo ig-nore el Sr. l\I,olinare? acaso no existen las pruebas con-cluyentes de todo Jo qUe hasta aqu hemos expuesto? yno fU0ron los mismos hombres pblicos chilenos quienes,te encnrgaron de darle la ra7.n a Bolivia en el litigio quesin razn ni motivo le promovi la eaneillera de Santia-go? (.no tonsta en el diario de deLate:" cte e~e pas' y en losperidicos de la poca los discursos pronunciados por losrepresentantes Benjamn Vicua l\lackenna, Ambrosio:\Il)ntt y Jos Eugenio Vergara en el congreso de su pa-tria durante el primer ao de la guerra, los mismos quel'(~haten en todas sus partes!:-is afirmacones sin funda-mento del escritor ehileno que ho;". exhuma csto:::.hechos

    dep,de 1m; columna~ de "El i'llc1'curio" '!Desde luego que no vamos a sev,uir a Molinare en suextensa diflCl'tacin, pero si aruel taba.io nos tomra-mos, nos bastara para destruir todo ese cmulo de i-nexndas afirmaciones, exhibir documentos probatorioschilenos que S'on los que en este caso resultan de una \"e'dad indestructihle. Y por si el escritor chileno no tu-,'cra noticia de ellos, le recomendamos una lectura a-

    U'nta de los siguientes: "Relacin del viaje y conquistade Pedro de Valdivia", insprta en In "Coleccin de docu-mentos inpditos" de Torres de J\lendoza, tomo 40., pgi-nn 6a.: "Historia de Chile", por el padre Miguel Oliva-t'fos. libro primero. captuin pl'iw('!"o: "Histrica relaciJldel rdno de Chile", por el padre Alonso Ovalle, publica-da en 1641. pgina la.: "Hi,storia de Chile", por el je-suita Juan Ignacio Molina. edicin de 1778, pgina la.;y finalmente para no segllir eitnndo otrafl obras igual-mente importantes, nos referiremos a la va !iofla "Colecci6J1.

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    de historiadores de Chile", publicada en 1862 en Santia-go y compuesta de ] 1volmenes y en la que se encuen-tran comprondidas relaciones interesantsimas, escritaspor Alonso de Gngora y Marmolejo, Lus Tribaldos de

    Toledo y Vicente Carvallo y Goyeneche, conteste~ todosellos en reconocer el dESierto de Atacama como propie-dad exclusiva de Bolivia. Lo propio podramos decir conrespecto a la mapoteca antigua y moderna. Entre las car-tas geogrficas de Chile y Bolvia. podra Molinare con-sultar las siguientes: la que puhlic en ]641 el . jesuitaOvalle; y las que publicaron sucesivamente: en 1656 elgegrafo D' Abbeville; en 1733 Del' Isle; en 1809 y 182:'.

    el Institut.o Geogrfico de Weismar; en 1732 Guendevi-lle; en ] 775 Cano y Olmedi!la; en 1810 Arrowsmith; en1~30 Torrente: en 181)4 Gibbon: en el mismo ao Clau-dIO Gay; en 1860 Colton y en aos posteriores' cien ms,que fij:ln con todapl'ecisin en sus atla~ y cartas los l-mites que correspondan a cada una de tag antguas cir-cunf'cripciones de Amrica,

    y como P[tfH qUe et seor Molinare se quede confor-me y no alegue despus escasez de pruebas, vamos a 0-frecerle tres ms oue seguramente las conoce pero quelas ha silenciado por convenir as a su defensa, Ellas sonftas: "Su Ma!!e~tad Catlica usando de la facultad quele compete por decreto de las Cortes Generales del Re\'-no de 4 df\ diciembre de 1836, reconoce como Nacin li-bre, soberan.!l e independiente n la repblica de Chle,

    compuesta de los pases especificados en su ley consti-tucional; a saber en todo el territol'o Que Se extiendedesde pl deserto de Atacama hasta el Cabo de Hor-nos, y d('1sdela cordillera de los Andes hasta el mar PAc-fico; en el archipilago de Chilo y las islas adyacentesde las COf'tUF'de Chile". (Tratado celebrado entre Espa-a Y Ch~lf' en 22 de abril de 1844.)

    El 2~ de setiemhre de 1872. el minist1'O de relacio-

    nts exteriores de Chile doctor Thac7, declaraba ante laCmara de Diputados de su pas: "que corresponda a

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    Bolivia la sobcrana del territorio donde- est Antofa-gasta", y que el gobierno de esa repblica era: "honra-do, patriota y altamente americano".

    En el informe eyacuado por la Con;in del Senado

    de Chile con fccha 16 de junio de 1875 y recada sobreel tratado de limites de 1874, se lee lo siguiente: "No hayrazn ninguna para que la explotacin del guano, seasolo comln entre lo~: gradoR 23 y 24. cuyo territorio per-tenece a Bolivia",

    Pero donde l\Iolinare se exhibe de cuerpo entero escuando trata de probar aunque sin conseguir~o, que Chi-le ha ~ido siempre nn pais amante de la justieia y de lapaz. Amparndose en una nota pasada Felr el doctor Jo-s Gregario Paz Soldn el 7 dE; agosto (h~ 1854 como mi-nistro de relaciones exteriores de C,>-;tilla. y en qUE eRefuncionario felidta al mandatario chileno por la actitudque ha aRumido de armar a ~u pais ('on el fin de contra-n'cstar la expedicin monarquista del goneraI Flores,('aSO de que ella llegara a Aml'iea. ~ro!innl'e bate pal-

    m'as y aee que con la h'ascripein de esa nota puede im-presionar favorablemente el nimo de los que juzguen suestndio con criterio imparcial. Por cso eR f!\l~' l\lolinarea continuacin de la referida nota se xnresa as: "Ydnspus de leda e~ta ntenta nota. todava tratarn los ac-tunIcs defensores (L.J Per de hace]' crC(~l' al rbitro nor-teamericano. que rlOsotros los chilenos 110mos venido sem-brando la discordia desde. 1840 adelant~". Y luego con

    g-ran (,

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    Por lo pronto no es cierto que Chile fuera amigo sin-cero del Pe!r y de Bolivia.

    y vamos a probarlo.

    II

    Es un hecho qUel el ao 1829, laS-,relaciones entrelos gobiernos de Lima y de La Paz, se hicieron por de-ms tirantes,. quedando interrumpidas hasta el ao 183Zen que la situacin de ambos pases tom otro carcter yotro aspecto. Entonces entr en juego la diplomacia de

    Santiago que aconsej al Presidente Santa Cruz la ideade invadir ea Per; pero el plenipotenciario peruano D.Antonio de la Torre, acreditado como tal en Bolivia, pues.-to ,al corriente de lo sucedido, denunci '.el plan al gene-ral don Agustn Gamarra con la siguiente carta, de lacual solo tra~:cribimos ~a parte referente a este particu-lar. Dicen as esos prrafos reveladores: "Ohuquisa, no-viembre 12 de 1832.--Seor General don Agustn Ga-marra.-(Refirindose a la renunc~a que ste haba hechode l presidencia, se expresa as:) .. '. qu ha hechO' us--ted y en qu circunstancias? ; ame-nazados de una invasinpor parte de Chile; con justos motivo~ de recelar que Bo-livia se una a aqul Estado; mal seguro el orden interior cmo ha podido usted desoir los gritos de su patriotismo?-P. A. de la Torre.

    QuirQse algo ms acusador y revelador al mismotiempo ?

    Pero no es esta todo.Poco tiempo despus, ese mismo general Santa Cruz,

    echaba las bases de la famosa Confederacin Per-boli-viana y de hecho puede decirse se exhiba respetado anteChile. Qu hizo este entonces? Pues nada menos quedebilitar esa alianza, y para el caso foment6 en los dospases una serie de disturbio~ que concluyeron con unaguerra que tuvo dos fases: la capitulacin del almirante

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    chileno Blanco Encalada. que tan lamentablemente ter-mn en Paucarpata y la cada definitiva, de la Confede-racin en.Ja batalla de Yungay, qUe de hecho determinla separacin entrei los do~ Estados.

    Chile haba logrado un triunfo inmediato. Haba ro-to esa Confederacin podero::::.aen :m propio beneficio,aunque tambin haba visto desaparecer, envuelto en lasbana de la revolucin, al iniciador de todas aquella;;gestiones dip~ornticas: don Diego Portales.

    y nuevamente volvi a sentirse la intervencin deChile.

    El ao 1841 e~a prfida diplomacia triunfaba: la de-rrota y muerte de Gamarra en Ingavi !'.s lo determin. ElPer y Bolivia volvan a distanciarse. Pero result ;10 queera de esperarse: dos aos despn" Roli':in se volva con-tra Chile, y es as como el 5 de junio de;1843, la asambleaIeg-islativa boliviana dict una ley concebida en estoi'!trminos: "Se autoriza al poder ejecutivo para declararla guerra al gobierno de la repblica de Chile', siempre

    que, agotados los medios conciliatorios de la diplomacia,no obtuviese la reivindicacin del territorio wmrpado ouna solucin pacfica, compatible. con la dignidad nacio-nal", Chile contest a esta nota promoviendo una revolu-cin en Bolivia, qUe fu de un efecto inmediato, pues elgeneral Ach, entonce~ presidente de 1''':1 repblica, fuderrocado por el general don Mariano l\feJgarejo, a quienChile suministr toda claSe del auxilio~.

    Desde estos momentos la polticn interna y externade Bolivia padeci un dilatado eclipse.

    Ser preciso recordar tambin, y esto abriendo uncorto parntesis, que en 1865 Chile intent una alianzacontra el Per, proponiendo a Bolivia apoderarSe de Ari-ca a cambio de MejilIones y que esta infamia se trama-ba por ese pueblo, cuando precisamente ya se haba sus-

    crito el pacto de alianza entre el Per, Bolivia y Chile,para defenderse de la injusta cuanto inmotivada agre'Sinde Espaa; infamia que volvi a renovarSe el ao 1866,

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    cuando latente estaba todava el triunfo alcanzado so-lamente por las armas peruanas en Abtao primero y enel Dos de Mayo despus. Cabe declarar que por esta vezy por circunstancias que en su debida oportunidad nO$

    encargaremos de demostrar, no dieron sus frutos apete-cidos los planes de Chile, como no los

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    Le) }lada; no est obligado a nada, mucho menos a la ce-sin de una zona y de un puerto".

    En esta vez parece quo Bolivia no se encogi de hom-bros, no obstante de haber confirmado la~ declaraciones

    de E:onig, el ministro de relaciones exteriore,s de Chile,EiTzuris Urmeneta, quien arrilJ a idnticas conclusio-nes. sosteniendo que Chile no poda darle nngn puertoa Bolivia. Fu menester suscribir un ltimo y definitivotratado, que se aprob el 20 de octubre de 1904 y que dehecho confirm la de~membraci{)n de Bolivia en prove-cho de Chile.

    La conquista en tal forma ;;e haba consumado.Este tratado de paz y amistad a que nos estamos re-

    firiencto y que suscribieron don Alberto CutilTez y donEmilio Bello Codecdo, fu enormemente lesh-o para Bo-livia. Este pueblo en efe-cto, l"enun

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    fueron sustrados a causa de inconcebibles descuidos, yque, habiendo llegado a manos del Per, por medios queno hay para que calificar, se publicaron en su mayor par- .te en 1909 o 1910 en los peridicos de Lima.

    HEg de suponer, pues, que el Protocolo Complemen-tario del Tratado de Paz con Bolivia, se encuentre actual-mente en algn archivo especfl de la cancillera perua-na, lo que no es bastante para hacer desaparecer el con-venio mismo, ya que se trata de un acto histrico del cualtiene constancia la otra parte contratante y qUe puede f-cilmente r-econstituirse. Nuestra L/gaci6n en La Paz tie-ne tambin constancia de su texto. Adems podemos ei-tar ciertos de que ese protocolo no ha corrido igual suer-te en la cancillera de Bolivia.

    HEs de advertir, todava, que el libro de telegramas,en donde Se encuentra la historia de las negociacionescon Bolivia en su ltima etapa, ha dasaparecido tambinde nuestros archivos si bien no es imposible reconstituirigualmente, esa documentacin por medio de nuestra le-

    gacin en ese pas."Mucho sa ha hablado de la sustraccin de docu-

    mentos verificada en 1909, pero nadie ha sabido antes deahora que entre esos documentos Se encontrase un Proto-colo Complementario del Tratado de Paz (on Bolivia,documillto de cuya existencia no han tenido noticia mu-chos de los mjnistros de relaciones exteriores de Chileposteriores a 1904.

    "No cabe pues, mayor reserva sobre este punto, ypor penoso qUelsea exhibir lOBdefectos del rgimen ad-ministrativo que impera en oficinas pblicas donde seventilan las ms delicadas cuestiones de nuestra polti-Ca internacional, no es posible .que. se ignoren, por mastiempo, hechos que la opinin del pas tiene derecho aconocer y juzgar, dada la importancia histrica qUe ellos

    revisten. Puede que la gravedad de estas revelaciones,contribuya a que Se d alguna vez satisfaccin a la ne-cesidad de reorganizar convenientemente los servicios

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    qUe corren a cargo del departamento de relaciones exte-riores, estableciendo en sus oficinas y dependencias elrgimen que corresponde a este ramo de suyo delicado, yde naturaleza diversa de la de los otros departamentos

    de Estado".- (Bello Codecido.-Anotaciones para la hi.-toria de las negociaciones diplomticas con el Per y Ba.livia.-1900-1904.-Pgs. 202 y 203.)

    Y ahora que dice Molinare de estas incontrovertiblesdeclaraciones de Bello Coecido? Se atrevera a sostenerqUe son falsas ? Nos resistimos a crecrlo. Ms abundandoen mayores razones todava, dejaremos clara y perfecta-meonte establecido, que son ciertas en todag sus partes la8

    afirmaciones del diplomtico chileno que suscribi el tra-tado de 1904 con Bolivia. La prueba palmaria de ello latenemos en estas palabras de una verdad abrumadora:"En 1905, public ea tenor de este protocolo (se refiereal Bello Codecido-Gutirrez) don Natalio Arauco, diputa-do por Cochabamba, agregando que el gobierno lo habarechazado. Efectivamente el protocolo existe: el decretoqUe lo rechaz, tambin.

    "En 1904, el gabinete haba resuelto dar noticia alCongreso de este protocolo, junto con el tratado princi-pal de paz.

    "El Congre50 comprendi los alcances de esa celadatan habilmente preparada por la cancillera chilena pa-ra comprometer a Bolivia en una verdadera alianza con-tra el Per. La indignacin fu general, porque si muchos

    queran salir de las vejatorias imros~ciones del Tratadode Tregua ningn congTEBal entenda aliarse a Chile enel mismo momento en que le obligaba a la mutilacinde la patria.

    "Un senador pidi que se comunicase ese rechazo algobierno de Chile en trmino~ qUe importaban una cen-sura al plenipotenciario boliviano que lo haba suscrito,excedindose en sus instruccion/s. Cuan,do iba a votarse

    esa mocin, por unanimidad, otro senador hizo notar lagravedad que entraaba apropar sobre tablas una pro .

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    posicin qUe deba ser meditada y estudiada. El Congre .~o se seren y suspetndi la sesin.

    "Al da siguiente, la mayora estaba de acuerdo enque el protocolo era inaceptable y el rechazo verificado

    por 01 gobierno defina la cuestin".-(Jo$ Carrasco.-Bolivia ante la Liga de las Naciones.-Pgs. 144 y 145.)Creemos que Molinare ha de meditar sobre lo que

    hasta aqu venimos exponiendo, para probarle qUe supas ha estado muy distante de abrigar propsitos de sincero americanismo. Todo lo contrario. Cada vez que cre-y conveniente a su poltica internaional maquiavlicaalborotar el continente, lo hizo sin vacilaciones de ningu-

    na clase, llegando su impudicia' al extremo de manifes-tarl0 asi en su corespondencia de cancillera. iFalso! ex-clamar Molinqre. Nos injurian y nos calumnian, agre-gar, para desacreditarnos en el viejo y el nuevo mundo.Pero a ese desmentido que el escritor chileno pretendierahacernos, responderamos categricamente con dccumen-tos va1~osos.Y pruebas al canto para proporcionarle a lVIo-linare algunos momentoS' de esparcimiento-en sus gravesy ceremoniosas disertaciones histricas.

    Hace diez y nueve aos, el pubHcista y poltico chi-leno, don Luis Alunate sostena estas conclusiones: "Fupoltica popular en Chile desde los comienzos de la guc-rra, y por lo tanto, poltica bulliciosa, diplomacia a ve-ces, la de inducir a Bolivia a romper la alianza con el Pe-r y a entemderse con nosotros".-(Luis Aldunate.- Los

    tratados del 83 y del 84.-Santiago.-1900). y don An-gel Custodio Vicua, prominente hombre pblico de Chi-le, propona las siguientes bases de arreglo a don Eduar-dodo Lpez de! Romaa, presidente del Per: "La cues-tin de Tacna y Arica puede an'eglar;:e, cediendo el Pe-r a Chile esas provincias, en cambio de la alianza ofen-siva entre los dos Estados para declarar la guerra a Boli-via, cuyo territorio ha de ofrecer amplias compensacionesa los gastos de la empresa".-(Exposicin hecha al Pre-

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    sidente del Per, don Eduardo Lpez de Romaa.-21 de

    setiembre de 1899.)

    Hasta aqu y en parte el contenido pblico del deba-te; pasemos ahora a rememorar el ~ecreto.

    III

    Este debate secreto ofrece dos nscdos. El primcro srelaciona l'on los tdegramas en

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    numamente interesante y por lo tanto vale la pena tras-cribirlo ntegramente. Dice as": Santiago, 13 de julio.-Relaciones.-La Paz.-Ministros y altas personalida-des 'Simpatizan ardientes con Bolivia. Dcenme que se

    disimu~a entusiasmo por temor de que Bolivia los dejeen situacin desa~rada. Ofrece precipitar contra Per alEcuador. Ofrece muchos oficiales ilustrados que han es-tudiado. Dicen que claudicar, mostrar timidez, sera hoyla prd:da de Bolivia, tal vez au ruina. Dicen que es pre-ferible una guerra exter:or y no ntima. Creen -que si Bo-livia se mostrara resuelta para guerra, Per retrocede-

    r.-Sa1udos.-Arce.-EI sexto fechado en Santiago a 13-de julio y firmado por Arc', indica a su cancillera la con-veniencia de movilizar las tropas; el stimo fechado en LaPaz a 14 de julio y firmado por Goytia, contesta al ante-rior pidiendo a Arce precise quin aconseja (';';a movili-dad de las tropas; el octavo fechado en Santiago a 15de julio y firmado por Arce, hace referencia al degpa-cho anterior y manifiesta que las. opimiones mas autori-

    zadas de Chile abogan por la movilizacin; el novenofechado en Santiago a 17 de julio y firmado por Arce,trasmite a Goytia, la noticia de que el gobierno chilenoaconseja la necesidad urgente que hay de que Boliviase ponga de acuerdo con el Ecuador para obrar conjun-tamente; el dcimo fechado en Santiago a 17 de julioy firmado por Arce, reitera a Goytia la necesid.'1.d de ais-

    lar a la Al'glntina y avisa que Chi;e est llano n ei:tr,-goara Bolivia hombres, armas Y dinero. El undcimo lotrascribimos en Su integridad. Dice lo siguiente: San-otiago. 19 de ju:Ho. Relaciones, La Paz.-Per sigue en-viando .fuerzas en pie de guerra. Es la ocasin de reali-zar el ideal de nuestra salida al mar. Chile nos garan-tiza la victoria, nos da dinero, armu, jefes y gente.Nos proporciona la ayuda del Ecuador y del Brasi'! y la

    neutralidad de la Argentina, y aunque no fuera paracualquiE'ra eventualidad, ruego acepte ofrecimiento. Er.la ocasin lIlas preciosa en nuestra historia. Chil-eno pi-

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    de nada, solo quiere terminar la cues~inde b.5 cautivasdejando de ser vecino del Per. Llegal hasta garanti-zar la estabilidad de nuestro puerto. Ruego indicar in-rneiatamente si necesita hasta un m;rn de libras o

    ms, si puede dar por garanta alguna entrada aduane-ra u otra cosa.-Saludos.-Arce.Este telegrama de suyo tan revelador fu contesta-

    do pOI' el e~:n(:jllerGoyti~~y por:\Ior!;:R en la Riguienteforma: La Paz, 22 de julio.-Legaci6n boliviana, San-t;ago Chile. Necesitamos quince mil fusiles con quincemillones de tiros; velnticuatro ametrali!adoras con dota-cin proporc:onal; tre~nta picz".s d,~z_:r!.lHer:llde campa-

    a con respectiva municin y cabanos con ata1age corres-pondiente para dicha artillera, mas trescentos caballosensillados y doscientas mulas. Si todos estos elementosnos proporcionara ese gobierno, debern embarcar inme-diatamente con destino Antofagasta. Adems necesita-mos un milln de libras para desarrollar sin cuidados unacampaa larga. Respecto a personal jefes y oficiales que

    tamb1n hemos de necesitar irn instrucciones posterio-res.-Montes, Goytia.El dcmo tercio fechado ('n S~_nt;:1g() a 22 de ju-

    lio y firmado por Arce, da cuenta e la prxima salida delarmamento ofrecir1n, de la ganlnta para el prstamo delmilln de Iihn:~;,

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    ponde a loa fusiles que tenemos; el dcimo sexto fechadoen Santiago a 23 de julio y firmado por Arce, comunicaa Goytia que en la tarde de ese da avisarn cuando salenlos 2.rmamentos; el dcimo stimo fechado en La Paz a2~idu julio y firmado por Mon~es y Goytia, indica a Arcemanifieste qu condiciones plantea el gobierno chileno pa-ra la celebracin del empr.stito y su respectiva garanta;el dcimo octavo fechado en Santiago a 23 de julio y fir-mado por Arco, contesta el anterior diciendo que el go-bierno de Chile procede por segunda mano y que en la ne-godacin del emprstito interven.drn instituciones decrdito que ganarn comisin; el dcimo now:no arroja

    mucha luz sobre todas EStas intrigas y dice as: La Paz, 23de juJ.io.-Legacin Bolivia, Santiago.-"Comercio" Limapublica hoy que Chile ofrece Bolivia armas, dinero paraguerra, asegurando tener datos de aqu lo cual no es cier-to, porque guardamos -absoluta reserva respecto gestio-nes que hace esa legacin. Probablemente lo publicado enLima es efecto de suspicacia Peru, en vista de nuestra fir-me actitud.-Montes, Goytia.

    Este despacho mereci la siguiente contestacin:Santiago, 24 de julio.-Relaciones, La Paz.-Minis-

    tro ch re' acones insina que gobierno Bolivia haga pu-blicar desmentido oficial. Conviene modificar clave deBolivia.-Arce.

    Con este telegrama, que tambin fu el ltimo, sepuso trmino a la conversacin sostenida entre la lega-

    cin boliyi~ll1a en Chile y la cancillera de La Paz. Descu-bierta a tiempo la clave que usaba Arce, e inmediatamen-te desc.ifrada y publicada, Se impidi qUe el gobierno dela Moneda continuase- sembrando la discordia en todo elcontinente; y eS por eso que cuando se pusieron en trans-parencia los medios de que usaba :w diplomacia, ante laimposibilidad de defendersel de la acusacin perentoriaque contra tales IJl'ocedimientos le formulara la Amrica,ocurri al triste expediente de declarar por rgano delministro Edwards, que el diplomtico boliviano, au-

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    tor directo y responsable de los telegramas que leredactaba el propio canciller chileno, haba perdido com-pletamente la razn. j Falso, de toda falsedad! qUe Ar-ce e~tu\"icra loco. Todo lo que haba trasmitido en sus fa-

    mosos telegramag era la fiel expresin ele la n~rdad. PorESO t:.;; que cuando Se le hicieron varios reportajes, a to-dos ellos contest en forma enftica dedicnlO boliviano el ofrecimiento de linemp'stito en d-nero, y de armas ~ymunIciones. pa"a el caso de decl:lrar-

    'e la guerra entre Bolivia y el Per."A que despus resultan cl'tos torlos los telegra-

    mas, y Arce apareCe como una Ydima sacrificada enaras del patriotismo.

    "Se han dado los nombres de los miembros de esetnlst: S0n los seilores don Elas de la Cruz. don Ansel-mo Uc\"iu Riquclme y don Arturo A.lessandr.

    "El primero es miembro de la Corte de Apelacionesde Santiago, el segundo ministo de Chile en el Japn yel tercero, diputado a congreso ni:lconal.

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    "Si estos caballeros hUQiesen sido simples particula-res, la cosa no tena nada de particular. El negocio es ne-gocio. Vieron ellos un negocio en la guerra Per-bolivia-na y trataron de explotarlo.

    "D gravedad a su gestin, el caracter oficial de eada cual. Un ministro de la Corte, un ministro plenipoten-ciario y un diputado gestionndole un emprstito a Boli-via a cambio de una gruesa comisin, no es e5p~ctcu:omuy edificante que digamos.

    "De ah a suponerl~ interesados en la guerra, nohay ms que un paso.

    "Sin embargo, hemos visto que a uno de los gestores

    se le ha dado un banquete, COll asistencia del ministrode relaciones exteriores.

    "Y nos hemos preguntado sinceramente: somos no-sotros los que estamos paralogzados, o es el sentido mo-ral el que cada da se est pervirtiendo ms en este pas?

    "La informacin aquella no ha sido delldlentida; lue-go es cierta, luego ha habido funcionarios chilenos que

    han empujado a dos pueblos a una guerra; y en vez dela censura o la dimisin, viene un banquete."Francamente no lo entendemos".Como es natural suponer, el escndalo promovido

    por stas y las anteriores graves declaraciones lleg a l-mitefl inconcebibles y como el Congreso de Chile com-prendiese qUe deba tomar alguna actitud frente a situa-cin tan complicada, celebr una interesantsima sesin,

    que Se verific eI: 6 de agosto de 1909. En el curso de ellael representante Cox Mendez il'}terpel al ministro de re-laciones exteriores sobre las incidencias internacionalespronunciando el siguiente discurso:

    "Ha preocupado a la Cmara ,vuestra opinin sobrelos asuntos del Per y Bolivia. Circula en el continente laespecie de que Chile ha aconsejado a Bolivia qUe tome laactitud que ha asumido en presencia del fallo expedidopor el gobierno argentino en su litigio de lmites COn elPer. Ms tarde han circulado rumores graves qUe com-

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    prometen a Chile, pues por ello se asegura que Chile ofre-ca su auxilio y cooperacin a Bolivia, para hacer frentea la criss, acaso continental que aquella actitud provoca-ra. Las informaciones contradictorias de la prensa suda-

    mericana oscurecieron )Or complpto la conducta del go-bierno; apareean imprudentemente los telegramas se-cretos del encargado de negocios boliviano publicados enLima y publicado~ tambin en "El :\Iercurio", desde don-de sin gastar una chaucha por ser dario del ministro derelaciones, pareca decirnos: Todos ustedes comprendenpor qu hago publicar en mi diar:o telegramas en que a-

    parezco haciendo barbaridades: es que os engao..

    "Cuando el encargado de negocios de una nacin ex-tranjera toma el nombre de nuestro gobierno Y de nues.-tro pas, on ocasin como sta, para dirigirse al : ' IUYO, seconsidera autorizado alguien y en manera alguna para te-ner el derecho de suponerle falto de sentido comn o ab-

    solutamentCi inconciente?"Por !';uparte el scol' Irarr:l.abal en un vibrante dis-

    curso se I'efera al tan sonado asunto de los telegramas se-cretos y haca graves declaraciones contra la cancillera.Irarrzabal sostena tener eerto fundamento las declara-ciones de ArCe en cuanto a ofrecimientos que Chile le ha-ha hecho de hombrs, armas Y dinero. \legado el caso deuna contienda blica. El fogoso orador en esta parte se ex-

    pres-aba as:"En ningn caso puede imputarse esto al gobierno;

    ]1(']'0 queda a la vista el hecho que requiere una inVEstiga-cin enrgica e inmediata, porque se ha violado en nues-tro propio territorio la corre~podencia teleg-rfica. ha',gIdo violados lo;; telegramas del presidente boliviano Mon-tes y de su ministro de relaciones Goytia, se ha conocidola clave telegrfica de Bolivia y se permite que exista enla oficina del cable un espa peruano en un ingls acho-

    lado, que es el gerente y que denuncia su procedencia.ESe gerente mantena conferencias en las propias sala~del cable con el encargado de negocios del Per, que con

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    habiiidad se ha servido de todos los medios para mejorIervir a su patria y ha conseguido esclarecer un proble-ma difcil para ella, valindosa de la ayuda del mi~'moempieado del cable que nos ha colocado en situacin de-

    licada. Maana puede ocurrir la mismo con otros diplo-mticos y con nosotros mismos". ,

    y secundando esta campaa parlamentaria, lag dia-riosms prestigiosos de Santiago y da Valparaso pedantambin y en todos los tonos se abriese una amplia inves-tigacin para descubrir hasta en sus menores detaltesquines haban sido los que haban interceptado y desci-frado la clave telegrfica de Arce. En esos das la prensachilena hablaba de espas, no Ya solo extranjeros sino tam-bin nacionales, y con tal motivo redoblaba S'il campai'ay excitaba el celo patritico de todos los ciudadanos paraque ayudaran a las autoridades en el descubrimiento delos vlrdaderos culpables.

    Uno de esos peridicos que ms Se distingui fu "ElChileno", el cual en su edicin corregpondiente ftl 7 de a-

    gosto de 1909, deca sin vacilaciones ni ambajes: "Nece-sitamos saber que estamos vendidos. Se ha descuidadola defensa de la patria; la armada est desorganizada; elejrcito en esqueleto y el patriotismo deprimido, hasta elpunto de que el Per ha llegado a comprar a los fundo-m~rios pblicos chilenos; la amistad COnla Argentina serdentro de poco un recuerdo, el Brasil se ha alejado de no-:sotro~ para acercarse al PEYr;la cancillera chilena haquedado en descubierto y nuestra poltiCa internacionalha venido a estrellarse en un completo fracago."

    IV

    Claro est que la cancillera chilena !le dedic desdelos primeros momentos a ehviar circulares a todas las le-gaciones extranjeras, con el fin de desvirtuar los comen-

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    !, ,';C,,~(lue se hacan en torno de \TI (;nojosr) ccnflido, aca-

    "o nl10 de los ms delicados y {le m!:.yor trascendencia que

    :)I:)jeran podido ocurrir.DQ~,de luego, qlle Edwards era el mas interesado en

    \:llerE'' proba}' a todo trance que A"ce faltaba grosera-mC'1tc a la yerdad Cil lo que haba dicho y es por eso queen "El :Yh:rcurio" de 10 de ag'o:~o de ] !J09, el fracasadoc811ciller h,',l'a la siguiente ]Ct:],lI,Il'n, por intt~nnedio

    de uno de "lI~ red

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    peruano qUe bajo el disfraz de ingls, burla a la cancille-ra chilena, hablando artificiosamente mal e-I espaol,cuando en realidad posee ese idioma mejor que nadie".

    Pero Arce no Se quedaba atrs en replicar directa-mente a sus contendores y a su turno se ratificaba en lo

    que anteriormente haba expuesto y rechazaba la impu-tacin que Edwards le haca de encontrarse en estado decompleta demencia. En esa exposicin, que public Arceen "El Mercurio" de Antofagasta de fecha 14 de agostode 1909, entre otras cosas deca: "Ha creido el geor Ed-wards que puede hacerme pasar por imbcil y qUe ser elnico medio de explicar las gestiones a que se refieren mis

    telegramas; pero no a,dviertl que mientras la gente mevea en posesin de mi sentido comn, no podr dejar decreer qUe alguna cosa ~ay de cierto en los telegramas".

    Mientras tanto el escndalo continuaba, con gravedesmedro de Chile que apareca en este asunto jugandepapel tan poco decoroso. Fu necesario entonces que lacancillera chilena hiciera en extenso una relacin detalla-da de lo acontecido, para negar enfticamente lo que con

    toda sensatez haba proclamado Arce.Es evidente que el funcionario boliviano, pueBto en

    descubierto de una manera inl8perada, no quiso echarseencima la re~onsabilidad de actos en los que tenan par-ticipacin, y muy directa, 108 hombres pblico~ de Santia-go, y la prueba de ello es que los te.egramas descubier-tos ostentan los nombres de esos polticos que procedan

    arteramente con el objeto de alterar la paz continental.Lo que pasa es que Chile se sirvi de Montes y de Goytia.para desarrollar sus planes maquiavlicos. interesado co-mo se hallaba en crearle una situacin difcil al Per, qlleprecgamente por esos aos ventilaba delicadas cuestio-nes de lrnit~. Ms, como siempre, sin exhibirse de fren-te, sino rastreando por lo bajo. Lgico es suponer de aqu,que c1!ando Arce exhibi a Edwards en tan ridcula como

    denigrante postura, ste se valiese de toda clase de arti-

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    maiias y de embustes para achacarles la re~ponsabilidadt:om;guiente a log polticos del altiplano.

    Pues bien, lo hasta aqu expuesto no es otra cosa que.

    la fiel expresin de la verdad, fundamentada toda ella endocumentos chilenos que prueban mucho, y amparan entodas sus partes la defensa que hacemos de nuestro pasy de m l historia.

    Si don Nicanor Molinare, que conoce perfectamentede estas cosas, no hubiera tenido la audacia, por decir lomenos, de sostener y proclamar desde las columnas de"El MCrcurio la teora extravagante de quel ningn pa!

    de Amrica podra competir con el suyo en cuanto a aque-llo de buscar por todos los medios la tranquilidad conti-nental, de seguro que no no~ habramos empeado en estaya extensa disertacin. Pero como el escritor y publicistachi,leno, a mayor abundamiento, habla de los propsitosde sincero americanismo de su pas, y por ende de SUIsentimientos de nobleza e hidalgua, hemos credo conve-niente exhibir en paog menores a su gobierno y cancille-ra, tan delincuentes el uno como la otra.

    y vamos a velf que podra objetarnos :Molinare a laBafirmaciones qUe hacemos, ~ustentadas precisamente enla prueba chilena.

    Hay una interesante informacin de Edwards que re.gistraron los diarios de Santiago, en la qUe el canciller dacuenta de la forma como conoci a Arce y d'.las conver-

    saciones que sostuvo COnl. La ltima parte de dicha in-formacin, que conceptuamos bastante reveladora, fu pu-Llicada en "El Diario Ilustrado" de fecha 10 de agosto de1909, y deca as: "El sbado 31 de julio, a la una del da,se present en mi casa el ministro Arce, plido y profun-damente demudado, y me dijo: "Seor Ministro: pasa unabarbaridad. El encargado de negocios del Per ha descu-bierto mi clave y los telegramas enviados a mi gobierno

    han sido sorprendidos y publicados en "El Comercio" deLima.

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    "Ya tena conocimiento, continu el ministro Ed-wards, de la situacin, desde dos horas antes, porque melo haba anunciado el representante, de la Agencia Havas.

    "Cuando Arce me dijo lo que ocurra, le hice la si-

    guiente pregunta:"-Entonces son autnticos los telegrama&'?"--S, seor."-Cuntos son?"-Veintiuno, contest Arce."-y como -ha podido trasmitir informaciones ab-

    solutamente contrarias a lo ocurrido?

    "-Todo el mundo sabe las simpatas que eu Chile se~,':enten por Bolivia y es sabido que los gobiernos se inspi-ran en el sentimiento pblico del pas.

    "Agreg el ministro Ed\vards que Arce le manifestque personas altamente colocadas le haban expresadoque Chile ayudara a Bolivia con dinero y armas; pero quese neg terminantemente a dar el nombre de esas perso-na~.

    "El ministro Edwards le hizo entonces presente a Ar-ce la gravedad de la situacin en qUflse haba colocado, "lle prometi hacer cualquier COsa para salvarlo, de acuer-do con el presidente de la repblica.

    "El ministro que habla, continu el sefor Edwards,obtuvo de Arce la promeSa de que publicara un reporta-

    je estableciendo la verdad."El mismo da se llam a la Moneda a Arce y al di-

    rector de "El Me-rcurio", seor Silva, con el objeto de quered.actase el reportaje en su presencia.

    "Silva le hizo a Arce las siguientes preguntas:"-Son autnticos los telegramas publicados en "E!

    Comercio" de Lima?"-Apcrifos, contest6 Arce."-Pero, seor, continu diciendo Edwards. ;.como se

    permite U. S. decir ahora que son apcrifos? No se puedenegar la verdad frente a frente de un diplomtico, cuandose tiene un asunto delicado entre manos, en que envuelVe

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    una verdad y no la cs\a en obsequio < e t dtos n(el'c-;es:afronte la. verdad y dgame, como lo haC2 Ull hombre dehonor, absolutamente la vordad.

    "A}'('e nw dijo: Se'or min:stro: armo que lus tele-

    gran,a~ ::;on apcrifos. ~adie puede j)l'ol):ll'ml' lo contral'io."Le llam la atencin de q '_:(1 Liul j1\\(!;',,a ::'!)tpren-

    derse la verdad y dejado en (kscubirdo; lwr, ):d'(':~moc,mtest que no hnbn clldado, por,IUI; lodos los telegra-l1lSS que public "El Cmen'io" (~t; -jma h:lnia tpinin,

    "Yo m(~ permit ent.Oll('t';; llamar la ateul'in de, Areeh::ci;: b contradiccin f\1nnifit~;tH en (lW estaba incu-Hienda, ponue si segn III !H'inw'[l pregunta declaraba:,pu'ifos la~; telep;I'ama~. pOI' 1,1 ltima resultaban au-tl'ntieos y It~ supliqu q\lt' 110 :lIhJieara el reportaje enesa forma. -

    "AJ'C cont0st que as se hkiera y al fin, como no

    haba un medio de conYc

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    , )- .I~-

    Mercurio", para qUe Arce revisara el reportaje y dije~ra la ltima palabra.

    "Esa noche estaba en la Legacin alemana a Jas 10y 15, cuando lleg un enviado del director de telgra~fo~ a decirme que un funcionario (Sifuentes), deseabahablarme urgentemente, el que me entreg el siguien-te telegrama que haba sido depositado a las 7 y 20 paraser trasmitido a La Paz:

    UR~!acione.-Paz.- Confio obtener acptese de-sembozadamente politicaamparo franco 'aquel ~cODfljc.to.--Saludoa.-Arce.

    "En el acto me traslad a "El Mercurio", en dondeencontr a Arce y despus de qu~ revi~ el reportaje,me manifest que en la ltima pragunta, deseaba haceruna modificacin, que consista en que los telegrama'lenviados a su gobierno eran 7 u 8 y no 21; que no le hahecho ofrecimiento de armas y dinero, sino que se habareferido al sentimiento y simpata chilenos en Bolivia.

    "Intil me pareci que hiciera ver la contradiccin

    ni ninguna otra cosa."Le hice una pregunta a Arce queriendo referirme al

    telegrama que tena en mi poder."S, Seor contest Arce, le he dicho que espero

    eque el asunto no habr de enfriar las cordialE:s relacio-nes que existan entre Chile y Bolivia. sin darse por en-tendido del telegrama que acababa de. depositar en la~

    oficinas de los telgrafos del Estado y retirado por elempleado que lo recibi6."El domingo el ministro que habla, expuso al pre-

    sidente de la repblica lo que ocurra y le manifest6 lanecooidad impostergable de pedir por telgrafo el reti-ro de Arce. I

    "A las 11 de la maana del domingo Arce fu llama-do a la casa particular del presidente de la repblica y

    all se le interrog6 sobre el ~legrama detenido."Despus de un dilogo en que incurri Arce en'

    nuevas contradicciones cO'Ilcluy6 por _confesar qUe el

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    moncionado despacho era autntico, con lo que terminla entrevista, determinndo~e que Arce no sera recibi-

    do nuevamente en la Moneda."Lo dems lo sabe eJ pblico. El gobierno de Chile

    obtuvo inmediatamente del de Bolivia el retiro de este

    diplomtico."Despus de una entrevista con el presidente de la

    repblica, fu Arce a casa del ministro de relaciones ex-teriores, acompaado de los seores Farnndez Alonsoy Arturo Alessandri, para darle explicaciones de su con-

    ducta."Interrogado en forma perentoria acerca del nom-

    bre det las personas qUe le haban hablado del propsi-to del gobierno para proporcionar armas con las cualesBolivia hiciera la guerra al Per, contest que habansido 108 seiiores Hevia Riquelme, Fermn Vergara Fi-gueroa, Elas Cruz, Joaqun Walker, Abraham Konigy Arturo Alessandri; este ltimo caballero lo desminticategricamente en su presencia. y ley diversos docu-mentos de las personas nombradas en que' Se desmiente

    terminantemente las aseveraciones de Arce delatando cla-ra y perfectamente que todo lo establecido no pasaba deuna fantasa de Arce, puer:; nadie, absolutamente na-dio, le haba hablado de tal ofrecimiento.

    "Por ltimo el ministro Edward~ di6 lectura a. unacarta que le dirigi6 Arce al partir, en la cual trata del'l.menazarlo de responsabilidadef; y concluye pidindo-

    le una indemnizaci6n, pues en caso contrario, publica-r un libro, para enviarlo a todas las legaciones, rela-tando las incidencias".

    No obstante el cmulo de argucias de que hace ga.-la esta informaci6n, se revela en las interlineas de tancnico documento el afn de Edwards de exhibirse co-mo sorprendido de que Arce lo hiciera intervenir en unadelicada cuestin de la que no tena la menor noticia.

    Como de todo esto se desprende que el canciller chile-no queda abrumado con las pruebas te~egrficas que ell

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    su contra esgrime Arce y que ste agrava en una seriede reportajes que se le hacen, rati,ficando sus de'Clara-ciones, no encuentra otro modo de vindicnrse el tenzchilenizador que apelando al triste recurso de dla-l'al' en todos los tonos que su contendor est loco. PeroesbL locura no la dicen los diarios cie la capital ni. deValparaiso, que no encuentran en este proceder de suministro de relaciones exteriores, otra COSa que unapuerta de escape para librarse d la responsabilidadque pesa sobre l. Lo que ocurre es algo muy distinto.Arce colocado en dudosa condicin, es sughstionado porEd\vards, qUe lo toma como instrumento para que ha-

    ga toda claf,'c de ofrecimientos blicos a Bolivia y los re-frende con su firrpa, dndoles aS' valor oficia 1 . Peroquiere el destino interponerse en medio de este' juegosecreto y a tiempo se descubren los famosos telegramasy el mundo entero se' d cuenta del papel que desempe-fia Chile. Desde esog momentos todo queda exhibido aplena luz y los nombres de Arce y de Edwards Se liganindisolublemell1te a toda esa comedia urdida en el propiopalacio de la Moneda y con la aquiecencia de los msdestacados hombres pblicos del Mapocho.

    Quiere decir, que a la declaracin del diplomticoboliviano, que es contundonte dada su brutal franqueza,responde el torvo canciller ch~leno en forma impropiade quien invi~c en su persona tan elevado cargo.

    y la misma conversacin sostenida entre los dos in-

    terlocutores y quE'lacabamos de trascribir, i. no ef' ciertoque est diciendo con abrumadora elocuencia de qUe elloco es Edwards y no Arca? Es la ofuscaein del mo-ment.:) lo que perturba al boliviano, anon~dado a pre ..guntas de toda clase por Silva Vild,sola y an por elpropio presidente de la repblica, y esta contradiccinen que a veces incurre y fruto ms de la inconciencia ydel temor de que se halla posedo, que del estado de de-menera que se le supone, es lo qUe;sirVe a Edwards paracolocarIa en la categora de los enajenados. Es tan gro-

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    sera tal afirmacin que ningn peridico la toma en se-rio, y saltando por encima de ella, cargan contra el can-ciller y lo tleclaran convicto y confeso de tan desacer-

    tado proceder. Y hay que ver despus en que forma seexpresan los escritores que lejos de la frontera chilena,con espritu imparcial, contemplan estas cosas. Uno deellos es Jacinto Lpez, el denodado venezolano que seconvierte en el portaestandarte de lORque defienden la

    justicia inmanente de un pueblo, que otro, delincuente,por todos los medios le quiere arrebatar. A esa intrigasolapada de que Chile se ufana, contesta Lpez en a-

    pstrofes candentes, con los que im.prime una huella.indeleble an et rostro de sus contradictores. La tribunadel gran pan'f\etario es esta ve:;" "Las Novedades" deNueva York donde ha de quedar grabado para sie

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    tocado desempefiar a su pas en el litigio de lmites so&-tenido entre el Per y Bolivia. Pero al mismo tiempo-queel insigne jurisconsulto hace tan luminosa exposicin,

    formula graves cargos contra Chile, al que considera elazusador directo de las manifestaciones hostiles contralas legaciones peruana y argentina acreditadas en LaPaz.

    Para ZebaUos el laudo dictado por el Presidente Fi-gueroa Alcorta, es inapelable y ej~utoriado; por conse-cuencia debe acatrsele en toda su ampli~ud y de ningu-na manera querer dejarlo de lado haciendo caSo omiso

    de la autoridad respetable que lo ha expedido en repre-sentacin de una nacin.Como Chile ha quedado en descubierto en los pre-

    cisos momentos en que hace gala de propender por todoslos medios a que sea una realidad la paz en Amrica, Ze-ballos vese precisado a aclarar estelproceder, y despuse pronunciarse en 108 trminos enrgicos que gon nece-sarios con respecto a Bolivia, enrostra a Chile su cobarde-actitud.

    Clara y resue.ltamente, sin eufemismos de ningunadase, el internacionalista del Plata desenmascara esa in-fidente diplomacia chilena y pregona al mundo los tor-vos propsitos qUe animan a la cancillera de Santiago.La voz de ZebaIlos salva la frontera y bien pronto en to-das partes se dejan sentir ge&i;osde protesta y de conde-

    nacin para contra el pueblo delincuente. Hasta ese en-tonces, s6Io se haban dicho frases veladas, que no de-mostraban el valor y la entereza suficientes para abor-dar el problema en la nica forma en que l deba ser a-bordado, esto es, a base de la razn y del derecho. Perodel"de aquel instante, las cosas toman otro aspecto, y esas como bien pronto al reto valiente de ZebaIlos, puestade pie, responde la ~mrica.

    Hay en ese estudio de ZebaUos a:que nos estamos re-firiendo, prrafos de una contundencia admirable. En lexhibe su autor avanzados principios jurrico!f e interna-

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    cionales. Chile sohresaltado ante esta embestida inespe.rada, no tiene que oponer a esa argumentacin demoledora y todo lo que hacen sus peridicos, eS insultar co-bardemente al hombre que eleva triunfalmente como unoriflama el estandarte em qUe campean a manera de in-5'ignias la justicia y la ~az.

    "La cancillera de Chile-ascribe Zeballos-tene lhprueba de que la Repblica Argentina ha agotado los re-cursos de la lealtad y de la buena fe para probar la sin-cera orientacin de su amistad. Esas pruebas escritashan estado en las manos de sus plenipotenciarios Verga-ra Donoso, Cruchaga Tocornal y del encargado de nego-

    cios Pereira Iigez, chileno~ fidedignos. Esas pruebaslas conoce el mundo oficial de Chile. Cmo se explicaraante ellas su reserva actual para nosotros?

    "La Repblica Argentina-contina-est sola. Essin 'mbargo, ms fuerte que todos loi';paiE:es de la Am-rica del Sur coaligados. No usar nunca de su fuerza, nies, ni ser un peligro para Chile; pero tiene el derechode esperar que Chile defina su poltica con mayor fran-

    queza y con ms previsin. Nadie pued~ levantar la vozen Chile para acusar a la Argentina o a los polticos ar-gentinos, de sentimientos poco amistosos, ni siquiera deesas reticencias de que da ejemplos su prensa y que tras-cienden tambin en los discursos e intenviews de su can-cillera. La Repblica Argentina publicar algn da susarchivos reservados y le harn un gran honor porque de-

    muestran el propsito de una poltica fraternal y honra-da respe'Cto del Brasil y Chile. Nosotros deseamos. queChile pueda hacer lo mismo, aclarando su poltica. queahora se balancea con poco acierto entre la Argentina yel Brasil; habilidad equvoca, que sin producirle prove-cho puede crearle graves dificultades."

    ZebalJos en este extenso artculo que registraron losdiarios todos de Amrica, no hada otra cosa que compen-

    diar su pensamiento, de lo qUe con respecto a la conduc-ta de Chile sostuviera el19 de octubr

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    tro Jurdico y de Ciencias Sociales" de Buenos Aires, enque rli una conferencia a p~ticin de sus discpulos.

    Dicha conferencia no puede ser ms interesante.Trazada toda ella a base de una gran erudicin, reveJa108 profundos conocimientos que. Zeballos posea en ma-

    teria internacional y diplomtica. Cada pasaje de estoses una verdadera revelacn.

    El honor y dignidad de Chile-si es que este pueblo108 tuvo alguna vez-quedan materialmente por los 8ue-los despus de cada apstrofe viril de Zeballos. y diga-ganos don Nicanor Molinare no es cierto todO' esto queafirmaba el maestro argentino en momentos de gran es-

    pectaci6n? no es una verdad inconcusa la que expuso elinsigne pensador, a punto de que Chile avergonzado nodijo una sola palabra en su propia defensa encerrndo-s en e A mutismo ms completo? acaso hay en esa con-frencia uno solo de sus pasajes qUe no sea una pruebafehaciente de que la diplomacia de Santiago no ha teni-do otras normas qUe>la violencia y el despojo?

    D e seguro que el escritor de "El Mercurio", nos res-ponder diciendo que ese estudio no tiene valor legal al-guno y hasta llegar a negarle a ZeballoB la paternidadde la conferencia, siguiendo en 0Sto, procedimiento idn-tico al observado por connotados publicistas del Ma-pocho que han hecho de la mentira un apostolado. Pe-ro a esto responderemos a nuestro turno, exhibiendo al-gunos ac pites de la erudita conf~rencia que en pro de

    nuestra defensa exhumam08 despus de veinticuatroaos.He aqu estos acpites,que de ~uguro han de leer

    con visible inters no ya solo Molinare, sino tambin todaela cohorte de escritores que pregonan a diario desde 'lascolumnas de las peridicos y revistas, l buena f y lasinceridad de los propsitos americanistas de Chile.

    "Tengo la conviccin profunda--exclamaba Zeba-

    110scon sin igual arrogancia-quesi pudiramog aplicr101 ' 1 rayos Routgen al examen de las coneienciag y las pro-

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    yectramos sobre la de cada uno de los hombres de Esta-do de Chile, veramos que en ninguno de dIos existe laidea de la guerra contra la Repblica Argentina comoun propsito firme, si no como plan de intimidacin a lossensualistas de Buenos Aires, como nos llaman. Es un plan

    que alientan los xitos obtenidos por ese pueblo desde1843; pero el da en que' la Repblica Argentina se re-suelva a hacer una poltica y declare que no permitire-mos que sea atropellado el Per, cuyo tratado de Ancndebe cumplirse' lealmente; ni que se disnel\'a Bolivia, porqUe no admitiremos otras cuestiones de lmites ademsde la sometida al rbitro; cuando nuestro pas declara

    que har cumplir tranquilamente las decisiones y las le-yes del Congreso, Y que no acepta reclamaciones sobre laposicin de sus tropas en los Andes donde p'rmanecernsLempre, si el rbitro no manda que las retire, y en fin.que solamente aspira a que la Repblica de Chile sea suamiga y la respete, entonces, estoy persuadido de quevendr una mano con guante blanco del Pacfico a nues-tro encuentro y no una espada desenvainada".ycontinuando agrega: "Sabis finalmente lo que

    Bignifica la nota del seor Konig?"E~ una finta para la Repblica Argentina. No ha

    habido el propsito de agredir a Bolivia con la&;armas. Lacircular en que se dicen tantas cosas inciertas, es la prue-ba de que no existi el plan de una guerra; y. R i mi voztuviera eco en Bolivia y en el Per. dira a esos nobles

    pueblos :-Resistid! No seris atacado; y tal vez em-pieza la primera jornada de vuestra salvacin."La nota del seor Konig aparece en momentos en

    que el Per y Bolivia se acercan a la Repblica Argenti-na a estrechar sus relaciones, y Chile ha dicho amenace-mos a Bolivia y al Per, intimidmosloR para que retroce-dan y dejar aislada a la Repblica Argentina, y entoncesnosotros operar de nuevo sobre el Per y Bolivia: 8010s y

    recelosos por la intriga pueril del puerto peruano ofreei-

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    do a Bolivia en el Pacfico, podremos liquidar en detallela situacin".

    yluego hace el orador una advertencia a Chile pa-ra que no contine acariciando esos ingratos propsitosexpansionistas. Es en este sentido qUe Zeballos rematasu conferencia diciendo: "Pero si despus de estar Chileen posesin de todas las tierras del Pacfico desde el gra-do 41 dando vuelta al estrecho de Magallanes; si des-pus de haber ocupado ese estrecho, cuya mitad declara-ron argentina sus estadistas en 1843; 8i despus de haberganado territori.os en el norte y tener por el laudo Bu-chanan una provincia chilena lindando con Catamarca,

    Salta' y JujUY; si despus de habemos arrastrado a un ar-bitraje europeo sobre 6.000 leguas de tierras ubicadas aeste lado deola cumbre de los Andes, en la parte ms r i -ca de la Patagonia; si exil:;eel peligro de que el rbitroingls erija otro Chile, ms gtande y ms fuerte que elda Carlos V. al oriente de las cimas andinas, en la misma.iituacin que se encuentran Mendoza y San Juan respec-to de los lmites legales; si despug de todos estos sacri-

    ficios por la paz y la confraternidad internacionales to-dava Selnos persigue, seores, con nuevas divergencias,nuevas reclamaciones y nuevos argumento&';si no se nosrespeta .... entonces, sed, el caso de' prevenir a 108 es-tadistas chilenos y decirles:

    "Temed que el len de Mayo se yarga sobre el te-rreno y os abrace con su mirada de fuego, no para inti-

    midaro~, sino para advertiroB que' si permanece indife-rente no ha degenerado."iTemed que el pueblo atgentino acuda a la catedral

    de Buenos Aires y evoque 108 manes venerados qUe mo-ran bajo las cpulas sagradas, del 'Capitn vencido ymuerto en los brazos de la:Victoria. Temed que BUsombrablanca surja sobre el negro mrmol del sfLrcfagoy sea-le cen el brazo de bronce de su estatua, el camino de 108

    Andes, repitiendo a su pueblo, con otro de los grandes

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    capitanes de la hilrtoria, ante la temeridad Y arrojo de su

    adversario:c'i La fatalidad arrastra a Chile! Cmplase su desti-

    no !"Es conveniente anotar que si hemos abierto este lar-go parntesis, ha sido por causa del propio Molinare,pues no podamos dejar en pi las afirmaciones temera-rias que ha hecho; y en este, caso Y para fundamentarnuestra defensa, lleclSariamente tenamos que recurrir ala opinin autorizada e imparcial de un hombre de Esta-do como Zeballos que entusiasta mente defendi al Per,

    vindic a su patria la Repblica Argentina Y acus a Chi-le como traidor, como infidente y como apstata.

    y batan ahora palmas los escritoras de "El Mercu-rio", y digan que no mienten, y afirmen en todos los tonosy con Molinare a la cabeza, que Chile es por excelenciapacifista; que a ello IC'H responderemos como hasta aqu,dicindoles que agravian a la historia falseando grosera-mente la verdad. Y la afirmacin palmaria de lo quedecimos la tenemos en el hecho d~ las innmeras contra-dicciones en QUeincurren cuando litigan los diplomticos

    del Mapocho.El caso de Arce por ejemplo es bastante original.

    Hay momentos en que el diplomtico boliviano es consi-derado como gratsima persona para Chile; y en cambiohay otros en que se dice repudirsele, se le tacha de loco

    y se pide al gobierno de La Paz su inmediato retiro. Astenemos que en la revista ilustrada "Zig Zag" de Santia-go de 16 de junio de 1909, aparece en pgina de prefe-rencia el retrato de Arce. y al pie del mismo esta expre-siva leyenda: "Excmo. Seor don Luis Arce', encargadode negocios de Bolivia. cuya habil y simptica actuacincontribuye a estrechar ms y ms la cordialidad de chi-

    lenos y bolivianos". Quiresc algo ms acusador- y revelador al mismo

    tiempo?

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    VI

    Desprndese de lo hasta aqu expuesto, que el nicocausante de todo este alboroto internacional no era otroque Edwards, afanado como se hallaba porque su nom-bre figuraS'e confundido entre los de los ms capacitadoscancilleres de Amrica. Pero equivoc el camino que de-ba seguir y lo que el crey haba de constituir su aureo-la se convirti en su perenne anatema. Y evidentemente

    que tena que ser as. La diplomacia desarrollada en esosaos requera sumo tino y ecuanimidad para no desperta:r:susceptibilidades en el nimo de los pases que interesa~dos se hallaban por conocer el laudo que deba exped~r elrbitro en viejas cuestiones de lmites sometidas a sn con-sI.delracin y que no haban sido an solucionadas. Lgica-mente se colige que dado el ambiente de tranquilidad

    que entonces imperaba en el nUIVOmundo, cualquieraque hubiera sido la decisin arbitral, los paises litigun-tes de seguro que la hubieran aceptado, pues en ello es-tribaba el honor y la buena fe empeados; mas nunca sehubiera concebido el desacatamiento y la rebelin haciael fallo, nico e inobjetable.

    Tallo que ocurri con Bolivia.Creyse en los primeros momentos que tal acto con-

    trario en su esencia a la verdadera diplomacia, era obranica y exclusiva de la cancillera del altiplano, pero estecriterio se modific bastante, cuando Se supo con enteraevidencia, que el interesado en provocar y sostener eno-

    jos'os conflictos no era otro qUe Chile, que arteramente ypor medio de su canciller, fraguaba un plan siniestro cualera el de conflagrar a la Amrica toda.

    ytena qUe ser Edwards el hombre hecho para esta.situacin. Sin prctica ninguna en manejos delicados decancillera; analfabeto en materia internacional; firmari-te harto conocido de documentos que redactaban en su

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    i,l

    integridad Mximo Lira, Alejandro Alvarez y Carlos Sil-va ViJ.dsola; enemigo acrrimo de nuestro pais y de sushombres dirigente~; cnico en grado extremo cuando ne-'gaba lo mismo que haba acon~ejado y permitido; y so-

    bre todo esto, cobarde, pero de una cobarda ncalifica-ble, cuando se dedicaba pot medio de sus agentes a ex-tOrsional' a la:-; ('allt'~vas, per~i'guiendo obstinadamente a:-iUS habitantes, sin terier el menor rspetu para con la edadni COh el :::exo'y vanaglorilldose-~al era su vanagloria-de elevar las cosa...;eri' Tacna y Arica al rojo blanco.

    En una palabra, a Edw,ards le faltaban todas las in-dispensables condicIones para ser un buen diplomtico.

    Por eso err lamentablenH~nte, por eso se infam a. ;i propio y por esO tm fin, exhibi a sU gobierno y a :;u

    pueblo ell la m." triRte condicin alite la honrada con-

    ~'iencia del mundo.Es muy pOi'ible que dori Nicanor Mtolinal'e y ;:,>Usde-

    ms corifeos ;e exalten ante la ~)!'e~entacin que acaba-mos de hacer del famogo candIl el' de 1909 y traten de

    Jefenderlo de lOR eal"go~ que cori toda .iu~tida le hace-mos, ml". para evit.arle~ esta tarea que por cierto no hade serIes. muy grat.a, no~ \";1moi' a pel'mitir agregar algoms en la foja de servicio~ de tan sombro persona.it y':'Be material selecto nos lo '.;an a Pl'ororcioni los propiosp~ridjcos chilenos.

    As El Diario Iluttrado de S;uiago de junio de uno,,~oRteria lo siguiente a Pl'opsito d~ la .labor desarrollada

    por Edwards en relacin con el problema del norte:"Quisiramos ~aber si al rre~tmtarlp al pas el p~ximotrreglO' de la vieja cuestin de Tacna y Arica y al pedir':Je quel. batiera palmas al mini,,1xo qu.- la resolva, no se lehizo hacer una plancha, El amor propio. que en asuntosnacionales es dignidad. ohliga a n>guntarlo. Se pidi unestmulo y un aplatl;';o: el pas SIC' agi:t, habl en la pren-

    sa, grit en las cal1e~"; y en 1 clmo de su ~ntusiasmo, tirpedr

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    tantes de aquellos das deben estar corridos y avergon-zados.

    "El seor Ministro que arm esta marimorena in-ternacional, la su cartera ministerial y se prepara para

    dos empresas de bie'n distinta indole, aunque se supongaque una es adorno y perifollo de la otra: el seor Ed-wards se prepara para candidato a la presidencia de larepblica y para celebrar el centenario. Y de Tacna nose divisa ni el plebiscito, ni la chilenizacin, ni la coloni-

    _zaCn agrcola c-on ayuda de molinos de viento, ni otroindicio de que vamos a resolver algo.

    "Creemos de que ya es tiempo de qUe digamos queel seor ministro complat el terno de sus ruidosos fra-casos diplomticos: el incidente con Bolivia por el laudoarbitral argentino, la cuestin Alsop y la cuestin Tacnay Arica. El balance del semestre es desolador: la banca-rrota diplomtica".

    La Maana de Santiago, de 31 de agofrto de aquelao, juzgaba los proyectos de Edwards y deCa: "No ne-

    gamos qUe la cuestin Tacna y Arica haya sido una delas preocupaciones preferentes de sus das de gobierno.per6l de ah a afirmar que su actuacin haya sido atina-da hay una gran diferencia. La' energa empleada por elseor Edwards nos ha permitido,odar'un paso firme en lasolucin de este difcil problema? Por el contrario, cf!d.3.vez que quiso poner en prctica sus enrgicas resolucio-nes, se estrell con la voluntad de algn gobierno amigoque se negaba a apoyar una poltica sin base de jumiciani conveniencia de ninguna especie. Esta poltica -provo-c del gobierno del Brasil una respuesta tan seria. que elcanciller Edwards tuvo que renunciar para siempre a suspropsi:tos de llevar a cabo el plebiscito en la forma quel pensaba."

    Ms concluyente an, El Ferrocarril de Santiago en

    su edicin de 5 de setiembre del mismo ao, delineaba lapewrsonalidad del eanciller y expresaba lo siguiente: "Elno ha conseguido avanzar un paso- en aquel buUado pro-

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    blema del norte; no supo seguir la obra de patriotismo Yde justicia, e -studio y de exacto conocimiento de los he-chos que desplegaron ministros anteriores; solo trat connotas, hechas por sus mismos colaboradores, llenaS dep,.trioteras Y consideraciones injustas, de entusiasmar alpueblo chileno con arranques de f~lso patriotismo, paraobtener el prestigio popular. Hayl que dejar constanciade que la cuestin internacional del norte~ durante el mi-nisterio Edwards, ha tomado un caracter de enemistadqUe no haba alcanzado en estos ltimos treinta aos".

    Habr observado el lector que en prrafos anterio-res nos hemos referido a la documentacin secreta forja-

    da por"el gobierno Y cancillera chilenos con el fin de ex-traviar eJ criterio de los pases imparciales en relacincon el tan discutido litigio del Pacfico. y habr presta-do seguramente bastante atencin a aquellos telegramasde Arce que hemos reproducido y que en el ao en que sedieron por primera vez a luz tuvieron tan ingrata reso-

    nancia.Pues bien, esos despachos telegrficos secretoi va-

    mos a completarIos ahora con documentos de la mismandole que confirman en todas sus partes el empecina-miento de Chile por llevar adelante su nefasta campaa

    de chilenizacin.Los documentos a que nos estamos refiriendo fueron

    publicados en este mismo diario, apareciendo sucesiva-mente en los das 6,7,8,9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 19,

    !2, 2::::y 24 de marzo de 1910.Un ligero extracto de cada uno de ellos nos bastar

    para fundamentar lo que tantas veces hemos sostenidocon respecto a las orientaciones maquiav1icas ele la can-

    cillera de Chile.El primero de estos documentos dcfine la ndole de

    la poltica diplomtica del :M'apocho y consiste en un provecto por el cual se crea en Santiago el Comit Naciona-lizador de Tacna y Arica, cuya misin no ser otra quedictar las medidas qUe crea ms eficaces para asegurar

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    con x"to favorable a Chile la ejecucin del p!ebi~cto_Junto con este documento corren parejados cuatro msqUElse relacionan con las sesiones celebradas por la yacitada comisin consultiva y qUe tuvieron lugar el 22 y

    29 de octubre r el 20 y 21 de noviembre de 1908. En es-tas sesiones Lira produjo un extenso informe sobre lo~mtodos df! chilenizacin qUe se propona llevar a efectocomo Intendente de 'faena y que en buena cuenta se re.dudan a la ocpulsin ms o menos violenta del elementoperuano. Preciso es consignar aqu la li&ta de losmiem-bros da esa comi~i,n que estaba formada por Vi~eIiteSanta Cruz, .Jo~qpin Walker Martnez, Mariano Gue-

    rrero ~as('un. Ricardo Cox M~ndez! el 81Jbsecretario derelacionf'A

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    hacerse el eje de una confabulacin en '(ntra de nuestro

    pas."S los Estados Unidos penetrado~ de nuestJ:a tran~

    quiJa y decidida voluntad de mantenemos -dentro :denuei>1ros legtimos derechos, ,eliminando los debatesco-,mo en ~Ixico, las cuestiones qu~ p.ueden .ser causa de.cuestiones enojo>la::.;() ,estriles y se concretan a encausarJas trabajoi'\ de Jaconferencia par la via de lOf acuerdo:tfructiferos ~. cord~ales, es indudable que no-;e produci-rn tropiezos nidificultadcs. ni mueho menos sorpresas.

    "Po.!" ms quP hpmo~; 'lslentao y su,:tentaremos. enprincipio Cil!.rhitl'a,('.no pljdim()~aCl'ptal'lo antes ni lo

    aceptaremos en una cuestin que no admite elle recurso".Final~za este informe l'on lo,' sigu:entes prrafos:

    "Antes de terminar y como complemento de lo que ma-nifest ms arri'b~ acerca de nue~"trOs propsitos rela~donados eon la ntesti6n peruana, debo ('cir'~ Ud. que~l gobierno ~wpl'opone trabajar c;.!a da ('(l!! m{~~esmeroy tes6n para conseguir que t'ambc 1" opinin de lag po-bJHci()ne~ de Tacna.

    ;

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    nistro Errzuris Urmeneta, en eSe entonces acreditadocomo tal ante la Sede.' Pontificia. Dada la importancia deesag instrucciones secretas, vale la pena trascribirlas nte-gra11,e~te. Dicen as: "El gobierno de Chile tiene el pro-

    psito de llegar a provocar un conflicto con la autoridadeclesistica del Arequipa, negand(j a los curas y al Obis-po el. pernLso que requiere de la constitucin para ejer-cer sus funciones.

    "El gobierno mantendr la prohibicin existente pa-ra 'qe uno de los prrocos actuales, el de Estique reasu-ma el cargo.

    "Esperamos que una situacin violentaque llegue si

    es preciso hasta suprimir ms o menos el servicio religio-so en esa zona, decida a la Cutia Romana, a adoptar un'temperamento aceptable para los intereses nacionales".

    El cuarto docmEmfo es copi de un'. Memorandumrelacionado con la actitud qU~ deba asumir Bolivia coo-perando al lado de Chile, a cambio de la proteccin entodo orden que ste le brindar a aquella. Esta copia es-

    t fechada en julio de 1907.El quinto documento es muy Jnteresante. Es un 0--ficio dirigido por el ministro de relaciones exteriores deChile al intendente de Tacna COnfecha 16 de agosto

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    El octavo, es una nota importante suscrita por el in-tendante Lira a propsito de los cnsules de Tacna y A-rica. Es confidencial y est fechada a 30 de setiembre de1907. Su autor la dirige al ministro y la signa con el n-mero 607. Lira acusa en e~e documento al cm;ul de losPases Bajos don Guillermo Corzn de no ser personagrata para la autoridad, dada su amistad ntima con al-gunas ~milias peruanas. Invoca tambin como caUSa pa-ra que se cancele a este funcionario el exequtur, el he:'cho de no haberse presentado oficialmente el da del ani-versario nacional a saludar a la autoridad de la provin-cia. Pero antes que todo esto, lo que se persigue es otra

    cosa, como se encarga de manifestaria el mismo Lira enla parte de la nota que' concluye asi: "Ahora bien, es-tando dentro de lo po~ble que S d al cuerpo consularalguna intervencin en las operaciones del plebiscito, notengo para qu encarecer la c.o~lVcniencia que en l nofiguren ms personas con quienes podamos contar, oqqe, cuando menos, sean extrictan,1Cnte imparciales. Else'r Corzn, a ese respecto, no p,uede insp:rar la me-nqr co.nfianza, porque su~ nclinaciones"p.eruanas, ya co-nocidas de antemano, habran n e :rse acentuando cadaYCZ ms. He ah por que me he permitido decir a U. S.,que estimo ~onveniente la cancelacin del exequtur con-cedido a RUS letras patentes, aprovechando para ello. laocasin favorable que l mismo. ha dado y que talvezno se volver a presentar. La medida, adems, producir

    en los otros cnsules, que tiene,n apegos a sus puestos, unsaludable efecto moral".

    El noveno. es un informe sobre la radicacin de chi-lenos en Tacna. Lleva fecha 21 de setiembre de 1907 y es-t signado con el nmero 599. Es elevado por Lira al mi-nistro de relaciones exteriores y en l le manifiesta la ne-cesidad que hay de apoderarse de muchas propiedades pe-ruanas cuyos dueos estn ausentes o no son conocidos.Ahoga Lira porque se expidan los titulas posesorios res-pectivos a determinados individuos, aptos desde luego pa-

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    l' sufragar en el. futuro' plehiscito. IIfIlaJmente la aut()ti~'dad hace. indicaciones en este informe con resJ}ecto a losme~ios del subsistencia y su costo' diario';

    1 m dcimo,' es, unI ofiCio de don Federico Puga Borne

    dirigido a Lira y fechado en Santiago a 12~de' abril d~1907. Est si.gnado con el nmero 694. En l indica elcanciller a Lira, que termina cuanto antes el' censo elee-to,.al en vista de la proximidad del,plebisito y le insinala convelliencia de formar una estadstica de todos loshabitantes de la pl"ovincia. Con el fllf'de qUla poblciI1Ichilena aumente, Puga Borne indica al intendente deTacna favorezca ell desarrollo de' diversas' obras' pbli.'~as e intensifique los trabajos del frocarril d e ' Arica aLa Paz, que permiti'aeFestablecimlento'eri'ess regio-'nes de considerable nmer" de brAceros chilenos. Pasaenseguida el ministro a tratar de l. cuestin- relgios yde la conducta observada por los prrocos peruanos. ex-presndose de stos en' l frma ms despeetiv e hi-riente. Puga Borne'ha'ce saDer a Lira que en r~lcin con

    este particular la ca:ncHllrf d los pa'sos necesarios antela Santa Sede para qU el' obispc1'de Arequipa ,limite etejci.ci jurisdiccional de su dicesis. Finalnente; 'el't'anciUr clililno' manifista a Lira l conveniencia dernantenr buenas relaciones con todo el elEfmntod la~provincia. y en especil. con el extranjero en ella resi-dente. ya que en' un p:l.cbiscito ioJ>ulr tendran dere-chos olectorals,'

    . El undcimo. es un largo oficio enviado por el mini

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    enviado por Puga Borne a Errzuris Urmeneta. Dice as:"Resultado conferencias mas con Jara y recomendacinsu Eminencia procure facilitar Roma: Primero, capella-nes hospital sern nacidos extranjeros, nombrados jun.ta beneficencia y autorizados por obispo Arequipa. Se-

    gundo, curas sern nombrados dicho obispo, previo paseconstitucional presidente de la repblica y alternndoseguceg~vamente un peruano dos chilenos, a medida ocu-rran vacantes. Tercero, creacin gobernador eclesisticoextranjero. nombrado por obi~po de Arequipa. Cuarto,reasumir depuracin personal".

    El duodcimo, es un cablegrama enviado por e1 mi-

    nistro chileno en Lima dOn Rafael Balmaceda al gobier-no de Santiago. E~t fechado a 22 (]c noviembre de 1907y dice asi textualmente: "Ohif"po parti ayer vapor Vic-toria. No conviene vaya Lira a Santia:(o en el mismo va-por. Campaa par.ificacin importante. Resultado ban-quete explndido. Podra aprovl1charse ocasin parafundacin obispado Tarapac".

    El dcimo tercero. es el Memorandum del ministro

    de relaciones exteriores de Chile, en el que puntnaliza lapoltica que debe seguirse COnrespecto al Ecuador y enla que est de acuerdo con el presidente, de Ja repblica.Se trata en este Memorandum de la compra de elemen-tos na\'al y de la ayuda de Chile al Ecuador para el ca-RO de una emergencia sUHcitada con el Per a conc:ecuer.-cia del fallo arbitral del rey de Espaa. Se da a. conoceren el referido Memorandum la entrevista del cancillerchileno con el ministro ecuatoriano EI';zalde qUe concluy, con los dos siguiente: ofrecimientO!' formales: "Primero, cambiar mano a mano el Casma, con Ia Simpson;la Lynch con la Cndell.

    "Segundo. iniciar ante Jos gob;ernos del Ecuador ydel Per un acercamiento en pl sentido de asegurar porparte de los interesados el fiel cumplimievto del fallo ar-

    bitral. En el ofrecimiento de esta mediac',n debera na-hmdmente entenderse que Chile estaba dispuesto a ampa-

    B AN C C) ;.

    81BLlOTEC 'Este Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis ngel Arango Del Banco De la Republica, Colombia

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    raral Ecuador en el caso de que~ sindole favorable lasentencia, el Per no quisiera acatarla". Esta solucinfu trasmitida a Quito por Elizalde con fecha 22 de ju-nio del 1907.

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    en Santiago a 31 de marzo de 1908. DIcho oficio es con-testacin a varios dirigidos a la cancillera de Santiagopor Errzuris Urmerneta y referentes' todos al litigio reli-gioso. Puga Borne felicita al ministro chileno por haber

    logrado que el canciller l\lerry del Val se tome interspor este deLicado asunto.El dcimo noveno, es otro oficio pero con carcter

    de confidencial, dirigido tambin por Puga Borne al mini:;tro chileno en Roma y fechado en la misma pOCa Slugar qUelel anterior. En este ofic.iose trata de halagar ala Santa Sede valindose para ello del restablecimientode relaciones entre la Curia Romana y el gobierno del

    Ecuador. Aparece ahi Chile como propiciando este acer-camiento para enseguida ganarE'e el beneplcito de SuSantidad y podeI' lograr entonces satisfacer sus aspira-ciones en lo relati\'o a la cuestin religiosa. Al tocar estaparte Puga Borne dice en un acpite de ~u mencionadoofic:o: "El mismo concepto que a V. S. ha merecido el a-sunto al infrascrito que hay gran ventaja para Chile asi

    como para la nac\~n amiga del Ecuador, en restableceref;;as interrumpidas relaciones, aH nos propiciaremos ala Santa Sede para el arreglo cl nuestra cuestin religio-Sa en Tacna y Arica, y as podr el Ecuador mejorar laatmsfera que rOdElaen Madrid su cuestin de lmites".

    El vigsimo, es sumamente interNlante. Consiste e;nun oficio dir:gido por Errzuris Urmeneta al ministro dereladones exterioreg de Ch:!e. Est datado en Roma a 16

    de diciembre de 1907 Y signado con el nmero 11. Tieneel caracteI' de confidenciaL En este oficio el plenipoten-ciario chileno da cuenta a Puga Borne de la mala impre-sUn qUe ha producido en su nimo la act:tud del delega-do apostlico de Lima, monseor Dolci. contraria a laspretem~iones de Chile en el conflicto edesist:co produ-cido Ydel 'ntorpecimiento Y poca fe que abriga Ya en elexito de sus gestiones iniciales ante el Vaticano. En estaparte de su oficio, Errzuris Urmeneta se expresa as:"U. S. no puedel imaginarse el calor y la tenacidad con

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    que he discutido esta materia con et cardenai secretaro;y as tambiin la tenacidad y calor Con que este ltimomantiene la tesis de que la Santa Sede no puede ni debe

    herir las susceptibilidades del Per adoptando un tem-peramento que vendra a privarla de derechos estableci-dos. Yo me empeo en convencer al cardenal de que,mientras un ple-biscitono decida la devolucin al Per delas provincias ocupadas, Chile tiene en ellas no so'lamen-te la posesin derivada de la ocupacin militar sino do-minio y soberana completos bien que condicionales encaso de que el futuro plebiscito le fuere adverso. Pero,entretanto, corno si la situacin de Tacna pudiera equi-pararse a la de Roma y la situacin de derecho creada alPe'r a la del Papa, desposedo por el rey de Italia, seobstina aqul en sostener que el Per es dueo del terri-torio, al paso que Chile es poseedor u ocupante solamen-te".

    Ms adelante dice el mismo oficio:

    "Advierto enseguida que an no creo llegado el mo-mento de tomar medidas violentas con los eclesisticos enel territorio mismo, pues que, en mi opinin, ello msbien causara dao, que beneticio. Dichas medidas anun-ciadas ya a la Santa Sede como una hiptess, para el ca-so en que la ffituacin se mantuviera indefinidamente tanirregular e irritante como hasta hoy, sern el recurso fu-turo, cuando nos hayamos realmente convncido de que

    sus contemplaciones con el Per llevan a aquella a uncompleto desconocimiento de nuestras conveniencias na-donales. Pero repito a U. S. que ahora sera an prema-turo e inoportuno provocar un conflicto de eSa clase, puegque se descubren en el nimo de los funcionarios que di-rigen estos negocios en el Vaticano el sincero deseo deconciliar de alguna manera los interases encontrados de

    ambos paseg, y no sera conveniente a su diplomacia a lacual escasean recursos para salir del difcil tranCe en"quela tenemos colocada".

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    El mismo oncio toca enseguida el punto referente alPatronato, pronuncindose su autor en el sentido decelebrar un concordato con la Silla Apostlica. "El da

    que hubiramos celebrado un concordato - escribe E