LA CULTURA DE LA TECNOCIENCIA - Documento … · las tecnologías como prácticas y culturas...
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CAPÍTULO 2
LA CULTURA DE LA TECNOCIENCIA
lvlanuel Nledina
Introducción
En los medios de la divulgación y del peliodismo científicoactual, se ha hecho relativamente corriente disertar sobre la({CLl1tm-a científica». Seglm se dice, es precisO superar, de unavez por todas, la separación existente entre las dos culturas quese han establecido con la ciencia y la tecnología, por un lado, ylas humanidades, por el otro. Esta clase de discurso acerca dela ciencia y la tecnología se sitúa, con frecuencia, en un contexto de carácter apologético, en el que se intenta lograr la plenaasimilación cuIt-ural de las mismas junto con la aceptación de laautOlidad científica fTente a ciertas imágenes negativas y a nopocas resistencias provocadas por las consecuencias del acelerado desanollo tecnocientífico.
Aparte de sus componentes valorativos y políticos, la articulación consistente de tales discursos interpretativos entrañaconsiderables dificultades relacionadas con las mismas nociones de ciencia, tecnología y cultura de las que se parte. Pues, seintenta unificar, de algún modo, los dominios tecnocientíficosy los culturales desde perspectivas filosóficas que los interpretan como esencialmente distintos. y contrapuestos. Generalmente, cuando se habla en estos casos de la cultura de la ciencia, se está muy alejado de una comprensión antropológicadispuesta a relativizarla en términos de igualdad con otras cultUl-as. Más bien se trata, por el contrario, de promover el primado cultural de la tecnociencia en todos los ámbitos del conocimiento, de la intel1Jretación y de la intervención, y ele es-
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tabilizar y legitimar la tecnocientificación generalizada de lasculturas contemporáneas.
A pesar de las disertaciones entorno a la ciencia aparentemente culturalistas, la concepción integrada de las ciencias ylas tecnologías como prácticas y culturas representa el enfoqueactual más capaz de manejar la complejidad que han evidenciado los actuales estudios de ciencia y tecnología. A lo largo deeste periodo, las concepciones lingüísticas y metodológicas dela filosofía analítica de la ciencia, predominantes hasta plincipios de la segtmda mitad del siglo xx, han tenido que ir dandopaso tanto a los contex1:os sociales, histÓlicos, políticos y valorativos, como a los materiales y tecnológicos. Cada uno de losgiros que han ido configtlrando la espiral interpretativa de ciencia, tecnología y sociedad en el curso del pasado siglo equivale,de algún modo, a reivindicar la reintegración en la complejidadde la tecnociencia contemporánea de algtulo de sus entornoscuya relevancia se había ignorado hasta entonces. A partir de laidea de ciencia como conocimiento centrado en los entornoslingüísticos y teóricos, se ha ido reclamando, progresivamente,la importancia y la prioridad para los entornos sociales, políticos e institucionales, para las prácticas y los entornos técnicos ymateriales, y también para los entornos valorativos y de intervención. Finalmente, la espiral interpretativa ha proyectado unaimagen cultl.lral de la tecnociencia mucho más rica y complejaque la que se manejaba anteriormente. 1
El propio carácter de la tecnociencia, esencialmente híbridode teOlias, prácticas, tecnologías, entornos naturales y contextos sociales, plantea el dificil reto de una comprensión capaz deabarcar e integrar toda su complejidad de una forma ligurosa.Los retos más fl.mdamentales e ineludibles para las culturas delsiglo XXI, en general, y para los estudios de ciencia y tecnología,en particular, tienen que ver, sin duda algtll1a, no sólo con lacomprensión de la tecnociencia y de las Ílmovaciones tecnocientíficas sino, de una manera especial, con los modelos devaloración e intervención que puedan rnanejar los impactos ylas clisis generadas por las transformaciones y las globalizaciones tecnocientíficas. En la actl.lalidad, todo proyecto que pretenda tener en cuenta la cOInplejidad global de la tecnociencia
1. Medina, 2000.
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ha de pm1:ir de concepciones capaces de integrar todas sus dimensiones simbólicas, sociales, materiales y ambientales. Paraello, hay que dejar atrás las antigtlas y las modernas concepciones divisorias de la ciencia, la tecnología y la cultura en la dirección a un enfoque cultural integrador de las mismas.
1. Ciencia, tecnología y cl.utura
Las grandes divisiones de ciencia, tecnología y CUhl.lra tienen su Oligen en tradiciones filosóficas de la antigtla Grecia quese han transmitido hasta sus versiones modernas. Sin embargo,a pm1:ir de las tradiciones orales gtiegas más originarias aparece una concepción integt-ada de la cultura que, de algtll1a forma, arraiga en las ciencias sociales modernas y ha servido debase para la integración de ciencia, tecnología y cultura.
En el origen de las grandes divisiones
Las divisiones entre ciencia, tecnología y cultura, más queseparaciones en la práctica, son fl.ll1damentalmente delimitaciones interpretativas que se remontan a doctrinas filosóficas fTagtladas originariamente en la Grecia del siglo IV a. C. Se trata deinterpretaciones derivadas de una emergente concepción del saber propia de las culturas alfabéticas griegas,2 contrapuesta a lasconcepciones de las culturas orales que entendían el saber comocapacidades técnicas. En este contex1:o, Platón trazó ya en suinterpretación filosófica expuesta en Philebo (55d-58b) las grandes divisiones jerarquizadas entre las clíversas capacidades yrealizaciones humanas que antelioll.Tlente se habían enmarcado en una concepción integrada de la cultura. La división filosófica fundamental se estableció entre: a) las técnicas productivas, manuales y materiales y, b) los conocimientos y capacidades pel1:enecientes a «la educación y la formación», asociandoíntimamente estas últimas con el discurso filosófico, las interpretaciones, los valores, etc. Es decir, con 10 que posteriormentese caracterizaría como cultura, en un sentido restringido.
2. Havelock.
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Platón introdujo una división básica entre prácticas y procedimientos técnicos, a un lado, y ciencia (episteme) y cultura filosófica, al otro. De acuerdo con su filosofía, había que separarcognitiva, ética y políticamente, por ejemplo, los procedimientos ordinarios de la miü11ética, la medida y el peso usados en laconstrucción y el comercio, de la geomehia y la matemáticateóricas, objeto de la filosofía. A estas últim8s se las consideraba disciplinas inüinsecamente superiores y mucho más puras yseguras que la matemática téClúca ordinmia. En el rango másalto de la estratificación cuhural platónica se situaba, obviamente, la dialéctica, o sea, el discurso filosófico mismo.
En esta misma línea, Alistóteles interpretó las capacidadestécnicas materiales bien como mera empiria o saberprimanode tipo inferior (más propio de las culturas orales no alfabetizadas) o bien, a lo sumo, como un conocimiento contingente odoxa. Pero éstas nunca podían alcanzar la categoría, de ordensuperior, del conocimiento teólico (surgido con el alfabeto), necesariamente verdadero e inmutable, que constituía la episte711eo conocimiento científIco. La téclÚca representaba, en el mejorde los casos, sólo una aplicación subordinada de episteme. Otradivisión fundamental en el sistema mistotélico f·ue la que separaba tajantemente pra.;ús y poiesis. La primera con-espondía alas actividades no productivas (como las discursivas, filosóficas,políticas, etc.), mientras que la segunda se identificaba con laproducción de objetos materiales. Obviamente, eran las primeras las que representaban las capacidades culturales superiorespropias del hombre libre, muy por encima de las técnicas artesanales, consideradas senriles (EN 1140 a).
Las divisiones filosófIcas modernas
Dando un gran salto histórico hasta lo que ha sido el siglo xx,es obvio que han evolucionado mucho los referentes de lo que seentiende por cultura, ciencia o tecnología. Pero también se puede constatar que las cOlTespondientes divisiones teólicas procedentes de la filosofía antigua se han mantenido bastante invmiabIes, tanto en el lenguaje coniente y de los medios de comunicación como en terminologias especializadas. Las antiguas concepciones han viajado desde la Al1tigüedad a través de las tradi-
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ciones filosóficas y permanecen vigentes en diferentes disciplinas a pesar de sus adaptaciones a los cambios históricos.
Dentro de la achlal filosofía de la tecnología encontramosuna de las más fieles versiones de las antiguas divisiones esencialistas entre ciencia, técnica y cultura en la denominada filosofía hWl1GJ1Istica de la tecnología.3 Esta filosofía identifica latecnología moderna con el ámbito de la producción y uso deartefactos materiales, que incluye tanto los procedimientos, métodos y procesos implicados como los artefactos mismos. Frente a todos éstos se sitúa la cultura, es decir, el campo de lasactividades y realizaciones humanas de carácter intelectual, filosófico, artístico, moral, religioso, etc. Siguiendo a Heidegger,uno de los grandes inspiradores de las corrientes filosóficas portadoras de las viejas separaciones interpretativas y valorativasenü-e el mundo lnllnano de la culhlra y el mundo 170 hWl1al1ode la tecnología, se nos advierte que el desanollo de la tecnología moderna va en contra de las grandes consecuciones culturales y pone en peligro los valores humanos superiores e inclusola misma esencia del hombre.
En el campo de la moderna filosofía de la ciencia no se hadesarrollado la tecnofobia filosófica tradicional. Muy al contrario, se defiende que el desarrollo tecnológico no sólo no representa ningún peligro para la cultura, sino que es, más bien, laclave del progreso humano.4 No obstante esta valoración positiva de la ciencia y la tecnología modelTlas, la filosofía analíticade la ciencia transmitió y adaptó al siglo XX la antigua separación filosófica entre ambas. La ciencia se equiparó, fundamentalmente, con sistemas teóricos y conceptuales centrados enenunciados nomológicos que se denominaban leyes científicas.Se trataba, según esta filosofía, de una empresa intelectual deinvestigación teórica que debía deslindarse claramente de latecnología, la cual se identificaba con normas de acción práctica que indicaban cómo se debía proceder para conseguir un findeterminado basándose en leyes científicas.5 Esta definición dela tecnología como ciencia aplicada resucitaba la vieja Cal-actenzación aristotélica según la cual la técnica estaba supeditada a
3. Mitcham.4. Bl1nge.5. 1Me/.
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un logos verdadero. El conocimiento científico se elevó a unpedestal filosófico en nombre de la soberanía epistemológica, laobjetividad, la racionalidad y la neutralidad asignadas a la ciencia, que se colocaba muy por encima de la contingencia atribuida a los saberes ateóricos, las prácticas tradicionales o las capacidades y realizaciones técnicas, y que iba, por descontado, mucho más allá de la relatividad de las interpretaciones, valoraciones y cosmovisiones cuhurales.
Las versiones modernas de las divisiones filosóficas no sólose elaboraron en el conte:\.1:o de la filosofia sino también en elde disciplinas cuhurales y sociales, como en el caso de la confrontación franco-germana de finales del siglo XJX con relacióna los conceptos de civilización y cultura. Según estas distinciones, habría que separar, por un lado, las interpretaciones yvalores humanos, concernientes al arte, la filosofia, la religión,la moral, el derecho, etc., como integrantes de la cLlltura (espiritual) y, por otro lado, como civilización (material), todos losconocimientos, capacidades y productos técnicos, asociadoscon el desalTollo de la ciencia y la tecnología modernas. Durante el mismo siglo xx, tecnología y cultura han continuadosiendo dos términos en general distanciados y con frecuenciaopuestos, en los que se han basado campos de investigaciónresistentes a entrecruzarse.6
La concepción integrada de la cultura
Sin embargo, las concepciones divisOlias de ciencia, tecnología y cultura no constüuyen la única tradición interpretativani, mucho menos, la más originmia. En los más antiguos testimonios escritos de las tradiciones orales gliegas, las obras deHomero, se anuncia ya una interpretación integrada muy diferente. Para Homero como para Hesíodo, autor éste último de laprimera versión del mito de Prometeo, las formas de vida, lasrealizaciones y las capacidades caractelisticamente humanastienen su Oligen en técnicas donadas por los dioses. El paso deun estadio priInitivo, en el que los hombres vivían de modoparecido al de los animales, a formas de vida propiamente hu-
6. Santos y Díaz.
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manas se debió a que los humanos supieron apropiarse las ca~
pacidades técnicas contenidas en las «espléndidas obras» queles trasmitieron Hefesto y Atenea. En este contexto, «el hombrese define como un ser que se distingue, [l.mdamentalmente, delos animales por su dominio de la técnica».7
La concepción de la cultura como un sistema integrado detécnicas no se encuentra sólo en Homero, sino también en otrosimpOl1:antes autores griegos de los siglos VI y V a. C. Al igual queHomero, Salón, Píndaro o Sófocles consideraron como tec7111aitanto la música y la medicina como la adivinación y la poesía, yasociaron el ejercicio de la técnicas con sabidUlia (sophia). ParaHomero techne significaba formas de actuación que implicanhabilidad y destreza, y la sabidulia radicaba en la «perfecciónde la técnica», Esta perfecta destreza técnica es precisamente laque distingue, en la Odisea, a la cultura de los gliegos frente alprimitivismo de los cíclopes.
En Prometeo encadenado [440-505), Esquilo retoma el antiguo mito para replantear el tema del Oligen de la cultura humana, que permite a los hombres liberarse de sus condiciones originarias de vida. Pero este replanteamiento no se hace en elcontexto de una cultura campesina, como en el caso de Hesíodo, sino en el de las brillantes culturas urbanas de la Grecia delsiglo V a.c., tales como la de Atenas, en lasque se atlibuía unagl-an importancia al desarrollo de las técnicas. En la tragedia deEsquilo, Prometeo refiere cóIno, por propia iniciativa filantrópica, robó el f'uego de 10,5 dioses y se lo entregó a los hombrespara liberarlos de su miserable estado de indefensión. A partirdel fLlego, «padre y maestro de todas las técnicas», se desarrollaron de una forma integrada todas las capacidades técnicasque caracterizan la cultura humana, haciéndola despegar asídel estadio de las forn1as de vida propias de los animales.
En su impresionante relato sobre el Oligen de la cultura humana, Esquilo deja claro el paso decisivo de un periodo originario de vida animal, plagado de ignorancias, carencias y penalidades, al estado cultural de su época, que valora muy positivamente. La diferencia entre ambos consiste, precisamente, en eldesarrollo de los diversos tipos de técnicas. En el listado de lasmismas queda patente la concepción integrada de la cultura,
7. Schneicler, p. 94.
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constituida por tma gran valiedad de «recursos y habilidades»complementalios, sin contraposiciones ni desigualdades.
La lista de Prometeo incluye tanto la astronomía, la matemática o la esclitura como la constrücción de navíos, el uso delos arreos para animales de tiro o la metalurgia. Es decir, tantolas capacidades intelectuales como las de construcción y uso deartefactos mateliales. Todas ellas denominadas unitaliamentetec1111ai, sin que se señale ningl'm tipo de oposición entre cienciay técnica. 8 La medicina, la farmacopea y la anticipación adivinatoria, dirigidas a curar enfenlledades y prevenir peligros,completan la selie de las técnicas de las que gozan los hombrespor obra de Prometeo. En su conjunto, forman un entramadoamlónico de cultura matelial, cultura simbólica y bioculturaque transfonl1aron a los hombres «de niños que eran» en «seresjuiciosos, dotados de inteligencia».
Pero, tal y como se desprende del temprano diálogo platónico que lleva su nombre, fue Protágoras quien culminó la antigua interpretación integrada de la cultura, al incluir en la misma las tecnicas polfticas y retólicas relativas a la organizaciónde las ciudades y al derecho [Protágoras 321c-322d]. La accióndel diálogo entre Protágoras y Sócrates se sitúa entorno al 431a.C. El plimero defiende su tesis de que la política es una técnica necesalia para la subsistencia de las ciudades, es decir, unacapacidad cultural que puede enseñarse y aprenderse y, portanto, es transmisible y generalizable a todos los ciudadanos.En su defensa, Protágoras ofrece una versión filosófica del mitode Prometeo en la que da una explicación genealógica del Oligen de la cultura. Segl'm ésta, las técnicas que constituyen lacultura humana no son obra de los dioses sino el resultado de lacreatividad cultural de los propios hombres, una vez que Prometeo les ha facilitado la (<sabiduría técnica». Ahora bien, Protágoras incorpora un tercer estadio a su teOlia sobre el desarrollo de la cultura. La posesión de técnicas simbólicas, como ellenguaje o la religión, de técnicas mateliales, como la constmcción de habitáculos y prendas de abrigo, y ele biotécnicas paracultivar alimentos, no es suficiente para desarrollar una culturaespecíficamente humana. También son necesarias técnicas políticas para hmdar ciudades y asegurar su supervivencia. Según
8. Vernant, p. 250.
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Protágoras, no sólo la política constituye una técnica, sino quela misma justicia y el pudor, como condiciones de la posibilidadde la organización política, se consideran capaddades técnicas.Es decir, capacidades todas que pueden ser trasmitidas, adquiridas y generalizadas entre todos 'los ciudadanos y, por tanto,capaces de generar la cultura de gobierno democrático, que esla que él defiende.
En la Grecia del siglo V a.e. existió, pues, una «coincidenciahmdamental»9 entre la literatura y la filosofía sobre la concepción integrada de la cultura como múltiple diversidad de técnicas y de las técnicas como todo tipo de prácticas inteligentescapaces de ser enseñadas, aprendidas y ejercidas sistemáticamente. Las correspondientes interpretaciones del origen de lacultura humana implicaban, claramente, una valoración positiva de las innovaciones técnicas, sociales y políticas de aquellaépoca, y constituían una legitimación de las formas de gobiernodemocrático de las ciudades. En oposición a todo esto, surgieron en el siglo IV a.C. las contrainterpretaciones de Platón yAlistóteles, que promovían una gran ruptura con las concepciones filosóficas y litermias provenientes de las antiguas tradiciones orales. ID Pese a ello, la tradición interpretativa Oliginalia dela cultura permaneció viva y la podemos encontrar hasta en elsiglo 1 eA'Presada de una forma magnífica en el gran poemafilosófico De rerwn natura de Lucrecio. l 1
Concepciones Inodernas de la cultura
Sit"uándonos de nuevo en el ámbito del siglo xx, reencontramos las concepciones integradas de cultura arraigadas en elcampo de las ciencias sociales. En su obra Primitive Culture(1871), E.B. Tylor, úno de los hmdadores de la moderna antropología, parte de una definición integradora de cultura: «Cultura o civilización... es ese todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y cualesquiera
9. Schneider, p. 102.10. Ha,ielock.11. Para una exposición más detallada de la concepción integrada de cultura en la
Antigüedad, véase Medina, op. cit.
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otras capacidades y hábitos adquilidos por el hombre comomiembro de lma sociedad». 12 En la antropologia actual, es corriente que se entienda por cultura «el estilo de vida total» queincluye todos «los modos pautados y reCUlTentes de pensar,sentir y actuar» 13 o, dicho de otra forma, «el sistema integrado»que incluye tanto «patrones aprendidos de comportamiento»como «objetos materiales». 14 Para refelirse directamente a estosúltimos, se ha acuí'iado el ténnino «cultura matelia1», que enningún caso se contrapone a una hipotética «cultura espiritual», puesto que los mismos artefactos materiales, su constnlcción y su uso están fntimamente asociados con contenidos simbólicos, interpretaciones y valores. En todo caso, la cultura material se puede diferenciar de la cuhura inmaterial, relativa a laspautas y artefactos predominantemente simbólicos. 15
En la arqueología moderna, la integración de los artefactosy de las técnicas materiales como parte esencial de la cultura es,obviamente, aún más explícita. Cuhura se define como «la combinación de material, actividades y pautas que forma un sistema culíural».16 En la misma sociología, donde el concepto decuIt-ura ocupa un lugar muy importante, «cultura se refiere a latotalidad del modo de vida de los miembros de una sociedacl»,incluyendo «los valores que comparten [...], las normas que acatan y los bienes materiales que producen». 17
Para las corrientes más recientes de los estudios culhll-ales,las divisiones tradicionales entre ciencia, tecnología y culturaestán ['uera de juego, pues la demarcación de las mismas comosistemas cen-ados de objetos puros que se van delimitando muhmmente se ha evaporado definitivamente. En otras palabras,las categorías de tecnología, ciencia y cultura «han perdido suintegridad disciplinmia y ontológica ya que, en el ámbito de laeA-periencia y de la ontología, se impregnan y penetran mutuamente».18 En general, se da por supuesto que «los intentos dedefinir la cultura en ténninos ideológicos, humanistas y socio-
12. Subrayados del autor.13. Hanis, p. 123.14. Hoebel y Weaver, p. 269.15. !bid., p. 303.16. Rouse, p. 255.17. Giddens, 1991, p. 65. Subrayado en el Oliginal.18. Mensery Aronowitz, p. 24.
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políticos [...] meramente perpetúan una distinción entre lo humano, 10 maquínico y 10 llamado nahlrah. 19 Pero precisamenteesas distinciones, que reflejan la división [""lll1damental entre cultura, tecnología y ciencia, están «revueltas y todo 10 que antesse decía pertenecer a cada una de ellas encuentra una nuevabase de conexión en los dispersos y conectivos procesos que lasvinculan a todas»20 fonnando una inmensa complejidad.
La integración cultural en los estudios de ciencia y tecnología
En la filosofía moderna hay que destacar a Ludwig Wittgenstein como un punto temprano de referencia para la comprensión del lenguaje, la matemática y la misma lógica COlT10técnica/culí""llra. En su caracterización del lenguaje como «juegode lenguaje}}, éste se entiende como una actividad21 y una práctica22. Toda práctica de jugar un juego consiste en seguir unatécnica determinada, o sea, en «actuar de acuerdo con ciertasreglas}).23 Así pues, «comprender un lenguaje significa dominaruna técnica}},24 donde por dominar una técnica se entiende sercapaz de producir y reproducir una determinada práctica lingüística. Pues, «sólo en la práctica de un lenguaje puede tenersignificado una palabra}}.25 La matemática representa, asimismo, un «juego de signos})26 y, por tanto, también una técnica,«la técnica de la transformación de signos».27 La lógica mismarepresenta «la técnica del pensan} y muestra «10 que es el pensar, y también modos de pensan>.28
El ténnino «técnica» es, pues, central en la comprensiónwittgensteiniana del lenguaje y de la ciencia. Para Wittgenstein
19. Plant, p. 214.20. Ibíd.21. PhU §38. PhU es la abreviatura de Philosophische U17tersllc7ul11ge11. (Il7vestiga
cio17es filosóficas). Las traducciones son del autor.22. BGM VI, §34. BGM es la abreviatura de Bemerkll17gel1 aber die Gnl11dlagcl1 del'
Mathematik (Observacio17es sobre los (rl11damel7tos de la matemática). Las traduccionesson del autor.
23. BGM V, §1.24. PhU §199.25. BGl'vl VI. §41.26. BGM V, §2.27. BGIvl IV, 18.28. BGM 1, §133.
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la técnica se rnanlliesta en la práctica de las actividades regulares y pautadas29 que se aprenden ejercitando la propia práctica«mediante imitación, estímulo y corrección».30 Entendidas así,las técnicas tienen un claro carácter cultural y social, detem1inando ellas mismas (es decir, el consenso y la coincidencia delos que las practican) lo que es correcto o incorrecto en su propia ejecución y en sus resultados. En la matemática es esencialel consenso,3! pues «no es sólo la aprobación lo que convierte(1a práctica) en cálculo, sino la coincidencia de las aprobaciones. [.. .] Y si no se puede llegar a ese acuerdo, entonces nadiepuede decir que otro también calcula».32 La práctica lTmtemática no es menos social que el comercio. «¿Pochia haber alitmética sin la coincidencia de los que calculan? ¿Podría calcular unhornbre solo? ¿Podría uno solo seguir una regla? Son estas preguntas semejantes, por ejemplo, a ésta: ¿puede alguien él solopracticar el comercio?»33
Si bien la palabra «cultura» no aparece, concretamente, ensus Investigaciones filosóficas ni en ObsenJaciones sobre los fundamentos de la matem.ática, Wittgenstein utiliza, repetidamente,expresiones como «fom1a de vida», «modo de vida» o «costumbre» (todos ellos característicos de la idea de cuIt-ura en la antropología y la sociología modema) en conexión con su manera decaractelizar el lenguaje y la matemática. Así, por ejemplo, hacenotar que la palabra «juego» pone de relieve que el lenguaje (y lomismo podría decirse de la matemática) «forma parte de unaactividad, o de una forma de vida».34 Ya que <<imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida»35 y «el lenguaje serefiere a unl71odo de vida».36 Para \Vittgenstein, seguir una regla,jugar una partida de ajedrez y, en general, la práctica de las diversas técnicas, son «costumbres (usos, instituciones)".J7 Es decir, son integrantes del conjunto de una cultura. En el caso de lamatemática, es, precisamente, «el uso fuera de la matemática»,
29. BakeryHacker, 1985,pp.154ss.30. BGM VII, §24.31. BGM m, §67.32. BGM VII, §9.33. BGM VI, §45.34. PhU, §23.35. PhU, §!9.36. BGM VI, §34.37. PhU, §199; BGM, VI, §43.
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es decir, su lugar en el conte},,1:o de nuestras demás actividades culturales,38 «lo que convierte al juego de signos en matemática».39El aprendizaje mismo de una práctica es un proceso de educación cultural, en el que jlrnto con la técnica en cuestión se apropian deten11inadas formas de percepción. «En tanto que estamos educados en una técnica, 10 estamos también en una formade ver las cosas que está tan fija como esa técnica.»40 La comprensión de dicho aprendizaje sólo puede realizarse desde la propia práctica cultural. «El que quiera comprender lo que significa"seg;uir una regla" tiene él mismo que saber seguir una reg1a.»41
Las concepciones wittgensteinianas de la técnica y de laciencia como prácticas culi.-urales y de la cultura como un complejo entramado de prácticas técnicas, han sido uno de los puntos de partida para las concepciones culturales de la ciencia yde la tecnología en la segunda mitad del siglo xx. Así, LangdonWinner se remite a Wittgenstein para desarrollar la concepciónde «las tecnologías como formas de vida»42 y David Bloor lohace para presentar la sociología del conocimiento como la he··redera del tratamiento wittgensteiniano del conocimiento«como algo que es social en su misma esencia».43 El propioThomas Kulm caracteliza ocasionalmente la ciencia como cultura, cuando al hablar de los practicantes de una ciencia madura dice que constituyen «una subcultura especial» y que «estánaislados en realidad del medio cultural en el cual viven sus vidas extraprofesionales».44
Sin embargo, es la filosofía constructiva de la ciencia la queocupa un lugar pionero en el estudio sistemático del carácteroperativo y cultural de la ciencia. Esta filosofía, inspirada oliginariamente en los trabajos de Rugo Dingler, se empezó a desarrollar a partir de los años sesenta en Alemania. Paul Lorenzenfue su plincipal impulsor y su obra ha dado lugar a la importante coniente de constructivismo filosófic045 que anticipó en
38. BGM VII, §24.39. BGM, V, §2.40. BGM IV, §35.41. BGM VII, §39.42. Winner, pp. 19 ss.43. Bloor, p. 2.44. Kuhn, p. 143.45. Fom1an parte de la misma, entre otros, Peter Janich, JUrgen Mi ttelstrass,
Kuno Lorenz, Chtistian ThieL I-Iolm Tetens y RUdiger Inhetveen. Véase Medina, 1995.
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más de un decenio las ideas constructivas y culturales en losestudios de la ciencia.
Para Lorenzen, la ciencia modeDn «se muestra tomo unproducto de nuestra cultura técnica: se basa en una práctica precientífica exitosa".46 Esta idea fODnaba pmie de un giro pragmático en la filosofía de la ciencia:
En teOlia de la ciencia se empieza a reconocer lentamente ennuestro siglo con el llamado giro pragmático que toda ciencia(toda teoría) sólo puede comprenderse sobre la base de una técnica ya -parcialmente- exitosa. Las teorías son instrumentoslingüísticos en apoyo de una práctica ya en marcha.47
Pero el enfoque de la integración cultural más desarrolladodentro del cmnpo filosofía de la ciencia hay que buscarlo, con elnombre de Methodischer Kulturalismus, en las posiciones más recientes de la corriente constructiva de la filosofía de la ciencia enAlemania. El Culturalismo metódico se centra explícitamente en lacomprensión cuIt-ural de la ciencia, es decir, en su eshldio filosófico «como práctica humana y producto cultural", entendiendo porculhrra aquello que recibe l.m colectivo humm10 mediante la transmisión de prácticas (incluidas costl.lmbres e institl.ICiones) y artefactos.48 Este mismo enfoque cu1tl.lral ha mm-cado los últimos desarrollos en los achl8.1es eshldios de ciencia y tecnología que Anclrew Pickering caracteriza como el paso de la ciencia, como conocimiento a la ciencia, como práctica y cultura.
Según Pickering, este avance fLmdamental consiste en el«mOvimiento hacia el estudio de la práctica científica, lo que loscientíficos hacen de hecho, y el movimiento asociado hacia elestudio de la cultura científica, entendida como la esfera de losrecursos que la práctica hace f1.mcionar dentro y fl.lera deella".49 La condición previa para el estudio de la ciencia comopráctica y cultura consiste en reintegrar, mediante la expansióndel concepto de culhlra científica, todas las dimensiones de laciencia (tanto las conceptuales y sociales como las materiales),las cuales se han tratado, generalmente, de una forma fTagmen-
46. Lorenzen, 1978, p. 153.47. Lorenzen, 1986,p. 18.48. Hartmann y Janich, p. 68.49. Pickerlng, 1992, p. 2.
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tada, desunificada e inconexa. En este sentido, Pickering entiende por culhlra «las "cosas hechas" de la ciencia, en las queincluyo habilidades, relaciones sociales, máquinas e instmmentos, así como hechos y teorías científicas".5o
Con todo y estos significativos enfoques culturales generales, que se enmarcan claramente en tma concepción integTadade la cultura, hace falta plantear un marco conceptual y teóricocapaz de articular rigurosamente el tratamiento metódico delas tecnociencias contemporáneas como prácticas y culturas.
2. La cultura de la tecnociencia: ciencia y tecnologíacomo prácticas y c'luturas
La comprensión culhlral integrada de la ciencia y la tecnología ha demostrado que puede proporcionar una base decisivamente más adecuada que las meras concepciones filosóficaslingüísticas o las puramente sociológicas, no sólo para interpretar e investigar integralmente la constitución y la dinámica delos sistemas y de las innovaciones tecnocientí[icas junto con susimpactos en las transformaciones cu1tl.lrales generales. A pmiírde dicha base interpretativa es posible, además, abordar de unaforma mucho más clarificadora las dificiles cuestiones y problemas de valoración e intervención que plantean las crisis y controversias delivadas de los procesos de tecnocienti[icación yglobalización. Sin embargo, para comprender las ciencias y lastecnologías como prácticas y culturas es preciso, como ya se hadicho, dejar atrás las antiguas y las modernas concepciones divisorias de la ciencia, la tecnología y la cultura para redefinir unmarco concephml riguroso de la idea de cultura en la direcciónde las concepciones integradas. Con este propósito se esboza acontinuación el aparato conceptual y teórico básico de unacomprensión metódica de las tecnociencias como prácticas, sistemas y redes culturales.
50, Plckering, 1995, p. 3.
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Artefactos, técnicas y prácticas
Entendida de una forma integrada, una cultura comprendeno sólo capacidades, actividades y realizaciones de caráctersimbólico (tales como representaciones e interpretaciones simbólicas, discursivas, artísticas, teólicas, cosmovisivas, valorativas, etc., es decir, la cultura en su acepción más restlingida),sino también técnicas y artefactos mateliales (con los que seacostumbra a identificar la técnica tout court), fqrmas organizativas de interacción social, económica y política (lo que seentiende corrientemente por sociedad) y prácticas y realizaciones biotécnicas, relacionadas con los seres vivos y el entornobiótico (o naturaleza en sentido general).
Cada lillO de esos dominios se puede diferenciar conforme aartefactos, técnicas y recursos pmiiculares característicos. Ahora bien, cualquier práctica cultural implica, de hecho, el entramado de todos los diversos dominios en cuanto que todas lasprácticas vienen mediadas por artefactos mateliales, representadas e interpretadas simbólicamente, articuladas socialmente ysituadas ambientalmente. Así, los miefactos y las técnicas materiales han inteIYenido decisivamente en las prácticas culturalesdesde los mismos orígenes de las culturas humanas. Una de lastareas de la arqueología y de los estudios prehistóricos consiste,precisamente, en reconstnür las prácticas y las realizacionesculturales de carácter operativo que desaparecieron hace siglosa partir de los restos de los cOlTespondientes artefactos y entornos materiales.
Los aJ1efactos materiales constituyen objetos elaborados porla actividad humana que, una vez producidos, pueden perdurarpor sí mismos con independencia de los agentes culturales quelos construyeron o utilizaron. En todo caso, su estabilidad material es relativa y limitada, pues se llegan a deteliorar, desintegrar, etc., segLU110s materiales con los que están hechos. Así, delos artefactos fabricados con materiales orgánicos en los periodos paleolíticos sólo hml. quedado, relativamente, pocos restos.
La proliferación, la dif'usión y la diversificación de miefactosmateriales con formas normalizadas en las plimeras culturashumanas indican que, de algLU1 modo, la construcción reiteradade detenninados instrumentos dio lugar, a lo largo del tiempo,a su modelación estandmizada, de forma que dichos artefactos
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podían ser regularmente reproducidos. La reproducibilidad delos mismos tiene que ver con la posibilidad de articular las acciones de forma que su repetición metódica, junto con la disponibilidad de materiales adecuados, conduzcan siempre a resultados del mismo tipo. La reproducción de artefactos estandarizados supone, en la práctica, que los agentes, de alguna manera, anticipan los resultaélos teniendo en cuenta determinadascondiciones y exigencias que se deben satisfacer (o sea, cieliasnormas de construcción y uso) y estando motivados por determinados propósitos, motivos y fines.
El hecho de que se pudieran reproducir regularmente determinados artefactos implica, pues, que ya se habían estabilizadociertas habilidades y actividades como procedimientos nornl.alizados que operaban la construcción de tales artefactos, es decir,se habían desan-ol1ado técnicas. Técnicas son procedimientos,capacidades y formas de acción e interacción reproducibles ysusceptibles de ser ensei'íados y aprendidos y, por tanto, generalizables y transmisibles. Tenemos técnicas cuando se puede estabilizar una serie relativamente ordenada de acciones, es decir,cuando se puede convertir en rutina, ensei'íar, aprender, transmitir, generalizar... Las técnicas constüuyen aJ1e{actos operativos, o sea, constructos producidos por las diversas actividadeshumanas, que una vez estabilizados en un contexto cultural modelan dichas actividades. Producir un artefacto operativo significa estabilizar una técnica. Usar lill miefacto operativo significaactualizar una técnica. Las técnicas se actualizan como ejecuciones de procedimientos estabilizados que determinados agenteshumanos reproducen, y perduran como capacidades y potencialidades de dichos individuos y colectivos.
Las técnicas se caractelizan, pues, por su entidad virtual.Persisten como capacidades estabilizadas de agentes, instituciones y sistemas culturales y se hacen manifiestas cuando se actualizan. Sin embargo, son productos cuIt-urales reales que pueden transferirse y estabilizarse con independencia de sus creadores oliginmios. Ahora bien, a diferencia de los artefactos materiales, las técnicas no perduran, propiamente, de forma separada de los colectivos culturales que las producen y usan, a noser que se transfieran a otros colectivos. Su estabilización esrelativa y limitada, en cuanto que determinadas técnicas pueden desestabilizarse cuando se dejan de actualizar al caer en
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desuso, olvidarse, etc., y pueden desaparecer completamentecuando se eA1:inguen los cOlTespondientes colectivos y tradiciones culturales que las crearon o asimilaron, como en el caso deculturas prehistóricas.
Los lenguajes humanos debieron emerger y estabilizarsecomo nuevos complejos de técnicas simbólicas, cuando se desarrolló la capacidad de fijar distinciones lingüísticas elementalesen interacción con las capacidades de producir artefactos estandarizados y de estabilizar técnicas básicas de todo tipo. Mediante el lenguaje se fijan como distinciones lingi.üsticas realizaciones distintas llevadas a cabo prácticamente en el conteA'io de laacción, de la construcción de objetos y del comportamiento. Así,las prácticas constructivas de los primeros hombres fueron produciendo realizaciones materiales y operativas claramente diferenciadas que en los procesos de ejecución estandmizada eranreproducidas regularmente. El poder fijar y man~jar tambiénlingüísticamente tales distinciones en el conteA'io de las diversasactividades humanas y la posibilidad de tTansmitir diferenciacio_nes lingi.Üsticas de materiales, constnlcciones, entornos y procedimientos potenciaron inmensamente la capacidad de estabilizar nuevos artefactos y técnicas, como queda manifiesto en laproliferación, difusión e innovación de artefactos del paleolíticosupelior y del neolítico. Interactivamente, las prácticas lingüísticas pudieron irse desan-ollando y estabilizando como complejastécnicas de distinción y representación simbólica.
El lenguaje humano fUe apareciendo con el desarrollo de unanueva técnica de estabilizar las prácticas con la ayuda de recursos orales, que fLle la característica f1.mdamental de las culturashumanas: la estabilización tecno-oral. Parece obvio que estaemergencia lingüística no tuvo que reducirse a los contextos dela producción y uso de artefactos materiales, sino que cristalizóconjuntamente en todos los dominios vitales Oliginmios, incluidos los de las técnicas de organización social y de las biotécnicaso Con la ayuda del lenguaje pudieron irse estabilizando tecnooralmente forn1as de vida basadas en la caza y la recolección quelograron dominar técnicamente bioentoll.10s muy difíciles, comolos de los periodos glaciares, y forn1as compl~jas de organización cooperativa y de cohesión social para obtener y compar'iirla comida,. y para subsistir y reproducirse como grupo.
La emergencia, la estabilización y la generalización del len-
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guaje como 1m complejo de técnicas que se podían ejecutar básicamente con los propios órganos humanos ÍLleron decisivas paralos procesos de constitución y transmisión del conjunto de losentornos culturales. Pero el logro más significativo de las culturas humanas, que les pennitió despegar de los estadios culturales animales, consistió, propiamente, en la ilmovación y la consolidación, como sistemas culturales, de las técnicas de estabilización tecno-oral; las técnicas de estabilizar técnicas y artefactosque constituyeron la base de las culturas humanas.
Las decisivas ilmovaciones materiales y biotécnicas de lasculhlras neolíticas se estabilizaron en el contexto de otras transformaciones, tanto o más trascendentales, que afectaron las técnicas y los entornos culturales organizativos y simbólicos. Lasimpresionantes realizaciones de las culhlras prehistóricas ÍLleranel resultado de complejas técnicas de organización comunitariacon l.m alto grado de cooperación, división del trabajo, previsión,coordinación y cohesión social. Para alcanzarlo, se da por seguro que aquellas culhlras hlvieron que llegar a estabilizar, de alglm modo, prácticas que les pem1itieron planificar, deliberar,valorar y decidir colectivamente y así establecer consensos generalizados. Pero la estabilización y la transmisión de tales prácticas organizativas suponen, a su vez, técnicas y recm-sos simbólicos de carácter verbal mediante los que era posible representarcircunstancias presentes y no presentes, anticipar situaciones venideras, recordar e interpretar sucesos, tejer nan-aciones, elaborar- relatos ficticios, conservar y transmitir discursos, etc. Estascapacidades simbólicas ÍLmdamentales f1.1erOn logros de las culturas orales primarias que transformaron los modos de estabilización y los legados de las tradiciones culturales humanas.
Así pues, en las primeras culturas orales encontramos yadesarrolladas, en su forma Oligínaria, el conjunto de las modalidades técnicas fundamentales que podemos denominar los clominios culturales básicos, cOlTespondientes a las técnicas materiales, las técnicas simbólicas, las técnicas orgmúzativas y lasbiotécnicas. Cada dominio cultural corresponde, originmiamente, a la estabilización, construcción y uso de artefactos y técnicas específicas. El dominio de las técnicas materiales tiene quever con los artefactos, las técnicas y los recursos materiales. Elde las técnicas simbólicas comprende los artefactos y técnicasde representación, interpretación, comunicación. e interacción
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simbólica. El dominio de las técnicas organizativas abarca lasinteracciones entre agentes humanos, la coordinación de actividades, la organización social, etc., y al dominio de las biotécnicas conesponden las interacciones con los entornos de Seresvivos animales y vegetales y con los medios bióticos.
Estos diversos dominios culturales no han de entendersecomo entidades separadas y disociadas sino a modo de cOOl-denadas o dimensiones que sirven para hacer perceptibles los complejos entramados de las prácticas cuhurales, las cuales implican, simultáneamente, múltiples ac1:ualizaciones de técnicas y deartefactos correspondientes a cada tilla de los diferentes dominios. Se pochia decir que, en la Complejidad de la cultura, no hayprácticas puras, o sea, que cOITespondan a un solo dominio cultural, sino que toda práctica cultural es hfbrida, al estar, de unmodo u otro, mediada artefactualmente, estabilizada e intellJretada simbólicamente, articulada y realizada socialmente y sitl.1ada ambientalmente.
Sistemas culturales y culturas
Propiamente, una práctica cultural está constituida por detelTI1inados agentes junto con el ejercicio por parte de los mismos de deten11inadas actividades específicas modeladas portécnicas. Es decir, viene dada por un conjunto de capacidadesque determinados individuos y colectivos actualizan COnfOlTI1ea procedimientos y fonnas de acción e interacción reproducibles y susceptibles de ser ensei1adas y aprendidas y, por tanto,transmisibles y generalizables. Las prácticas como acción e interacción en el tiempo, o sea, las prácticas de realizar técnicaspor parte de determinados agentes, implican siempre un complejo entramado de individuos y de artefactos operativos y materiales pelienecientes a los diversos dominios cuhurales.
Los entornos de una práctica están constituidos por los legados culturales que configuran estruct1.lralmente las actuacionesde los agentes en cuestión, es decir, por los complejos de lastécnicas, los artefactos, las instituciones, los recursos (tanto materiales y simbólicos como de carácter organizativo y biotécnica), los diversos colectivos, etc., implicados en el ejercicio dedicha práctica. En la realización de cualquier práctica por parte
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de detelTI1inados agentes intervienen, de una forma más o menos inmediata, artefactos materiales, otros agentes humanos ybióticos, elaboracíones simbólicas, interpretaciones, legitimaciones, valorizaciones, fines, cosmovisiones... Su ejecución acti"va, simultáneamente, todas las técnicas relativas a la organización de los colectivos y al conjunto de los miefactos implicados.
Lo que configura una práctica en cualquiera de sus modalidades es, pues, su conespondiente entomo material-simbólicoorganizativo-biotécnico, en adelante ElviSOB. Así, toda prácticareferente a la organización social tiene una base simbólica yestá mediada por técnicas y miefactos mateliales. Toda práctica simbólica es esencialmente social y se plasma, de una formamás o menos inmediata, materialmente. Y toda práctica técnicamaterial o biotécnica se realiza socialmente, está sostenida simbólicamente y es objeto de legitimaciones e interpretaciones.
Al igual que la correspondiente práctica, un EMSOB constituye, de hecho, un entramado inseparable en el que, sin embargo, se pueden distinguir analíticamente distintos componentes(M, 5, O, B) siguiendo la diferenciación general por modalidades técnicas:
El entom.o material M o conjunto de miefactos, técnicas,construcciones y recursos materiales.51
El entorno simbólico 5, fom1ado por el conjunto de losartefactos y las técnicas simbólicas de representación,interpretación y procesamiento del saber, los significados, las representaciones, las interpretaciones, las legitimaciones y los valores.52
El socioentomo O de las instituciones y las fon11as deorganización e interacción comunitmias, sociales, económicas, jmidicas y políticas, las reglas, los roles, lasnon11as, los fines, etc.53
El bioentor/w B o comunidades de seres vivos y medio
----51. Generalmente se acostumbra a identificar los entamas mateliales con la «téc
nica" o la «tecnología", dando a estos tém1inos un sentido restringido.52. Los entamas simbólicos son equiparables, por lo general, con la «cultur-a" , en
una concepción muy restringida de la misma.53. Los entamas organizativos cOlTesponden al complejo de técnicas, artefactos e
instituciones de organización e interacción que comúnmente recibe el nombre de «sociedach>.
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biótico implicados por las prácticas biotécnicas y bióticaso El bioentomo incluye tanto seres vivos, miefactos yagentes biotécnicos como el medio atrnosfélico, hidrosfélico, etc., que intervienen en las actividades biotécnicasy bióticas.54
El concepto central de sistema cultural c = (P, M, 5, O, B) sepuede precisar como el enlTamado de una práctica]) (el colectivo de los agentes portadores de las capacidades culturales específicas) y su EM50B (M, 5, O, B). Ahora bien, los sistemasculturales no están completamente desvinculados unos de otrossino que están entramados entre sí. Decimos que dos sistemascuhurales están entramados cuando sus prácticas y/o sus entornos respectivos tienen componentes en común. Un conjuntode sistemas culturales fonnan una red cultural cuando estánconcatenados de fonna reticular. Es decir, para cualquier parde dichos sistemas se cumple que los sistemas están entramados directamente o bien mediante una serie de sistemas intermedios tales que entre dos sistemas consecutivos de la selie seda la relación de estar entramados entre sí.
Así pues, los sistemas culturales son complejos híblidos integrados por personas, artefactos, técnicas, interpretaciones, valoraciones, formas de organización, etc. Al formar redes culturales, los sistemas no están aislados sino que compmien entre sí(de una fonna más o menos inmediata a través de toda la redde sistemas) agentes y/o elementos de sus diversos entornos.Estas relaciones de intersección cultural son, precisamente, lasque miiculan e interconexionan reticularmente los sistemas formando detem1inados espacios cuhurales.
Fundamentalmente, una cultura está constituida por unconjunto de innumerables sistemas cuhurales que fon11an unared cultural. En las im11ensas redes que constituyen las culturasse pueden distinguir subculturas como subconjuntos de siste-
54. Los bioentomos con'esponden a lo que generalmente se llama naturaleza. Estase considera a veces como contrapuesta a todo lo técnico, sin embargo, aun cuandolos bioentomos incluyan seres vivos y procesos no construidos en cl mismo sentidoque los artefactos materiales, no por eso dejan de tener un carácter cultural en cuantosu producción, reproducción e interacción con los agentes están configuradas pordetenninas prácticas culturales biotécnicas. Lo que constituye la naturaleza para cadacultura particular viene dado primariamente por el conjunto de sus biotécnicas.
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mas cuhurales que forman, a su vez, redes culturales. El mediocultural de un sistema cultural o de una subcu]tura viene dado,respectivamente, por el conjunto de los restantes sistemas culuu-ales o, respectivamente, de las restantes subculturas que integran la totalidad de la red global de la cululra en cuestión. Enel conteA'to de una supercultura o conjunto de cuhuras formando l.ma super-recl cultural (es decir, entramadas entre sí reticulannente) el meclio supercultural de una cululra particular estáconstiulido por las restantes cululras del grupo.
Los immmerables sistemas que integran una cultura estánvinculados por la compleja red cululral que los inten-elaciona ylos hace inseparables en la realidad. La totalidad de dichos sistemas culturales de una cultura o subcultura configura elPMSOB de la misma, donde P es el conjunto de las prácticas/agentes cuhurales correspondientes a todos los sistemasque integran dicha cultura o subcultura y M, 5, O, B representan, respectivamente, el conjunto de todos sus entornos mateliales, simbólicos, organizativos y biotécnicos. Cualquier práctica cultural particular se realiza, pues, en un espacio quadlidimensional material-simbólico-organizativo-biotécnico (MSOB)propio de la cululra en cuestión, e implica, de una fon11a más omenos directa, tanto discursos, interpretaciones y legitimaciones como técnicas y artefactos materiales, organizaciones e interacciones sociales y ambientales, etc.
Dada una serie de dos o más culturas o subculturas, éstaspueden estar relacionadas entre sí, cuando es el caso que susrespect.ivos entornos M, 5, O, B tienen elementos idénticos, osea, rasgos culturales en común. Se pueden dar selies verticalesde culturas o subcululras relacionadas que están situadas endiferentes periodos de tiempo, series horizontales de culturas osubculturas sincrónicas ubicadas en diferentes ámbitos espaciales 1..1 oblicuas de carácter n1ÍA'to. En general, una serie El, E2...En de culturas o subcululras con elementos culturales comunesconstituye una tradición cultural cuando dichos elementos sehan transmitido de unas culturas o subculturas a otras mediante la interacción y la reproducción cululral llevadas a cabo porsus agentes.
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Innovaciones, estabilizaciones e impactos
En el ámbito de los sistemas y las redes culturales, las prácticas de los agentes y los diversos enton10S culturales estánconstantemente configurándose recíprocamente. La gran diversidad de prácticas humanas constnlye y transforma sus propiosentornos, dando lugar a nuevas técnicas, artefactos, fonnas deorganización, discursos, etc. A su vez, todos estos recursos pasan a. constituir, loma vez estabilizados, parte de los entornosque modelan esas prácticas, habilitando y constriñendo al mismo tiempo sus potencialidades. Las capacidades y limitacionesde una práctica cultural determinada vienen dadas, conjuntamente, por las técnicas que la conforman y por los artefactos ylas realizaciones materiales, simbólicas, organizativas y biotécnicas que, como entornos, constit-uyen los recursos de los agentes que la llevan a cabo. Los entornos, como productos culturales que son, representan el resultado de las diversas actividadeshumanas. Pero, tanto si están integrados por agentes humanoscomo no humanos, nunca son puramente pasivos. El procesode desanollo de una cultura viene configurado, precisamente,por la continua interacción lransfon11adora entre humanos yno humanos en los entramados de prácticas y entornos.
NingLma cultura es completamente estable. En mayor o menorgrado, toda cub.uCt o subculll..u-a produce i111wvaGÍo71es cuhurales,es decir, nuevos complejos de miefactos y técnicas que emergenen el seno de su (M, S, 0, B) por la acción de detenninados agentes cultm-ales.55 La-? innovaciones pueden surgir en una cu1tl..u-acomo el resuhado de la producción interna de sus propios agentesinnovadores o también mediante la apropiación por parte de dichos agentes de innovaciones procedentes de otras cu1tl..lraS, o através de su imposición debida a agentes cu1tl..lrales eAiernos. Pero,para que innovaciones de cualquier clase se convieltan en parteintegrante de la propia cultma, éstas han de estabilizarse comoprácticas y entornos propios. Es decir, han de estandarizarse,aceptarse, generalizarse e institucionalizarse como tales.
55. La intensidad y el carácter de las innovaciones pueden diEelir muy notable..mente seglm se trate de culturas tradicionales o de modemas culturas tecnocientfficas,en las que el imperativo de la constante innovación tecnocientífica se ha convertido enla característica cultural plimordial.
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Las iImovaciones culturales pasan, pues, a formar parte deuna cultura determinada cuando se estabilizan como nuevos sistemas culturales y subculturas de la misma. En el proceso deestabilización de nuevos sistemas culturales, las innovacionesembrionmias son generalmente modificadas, adaptadas y, de algLma manera, metaim10vadas. Las nuevas prácticas, .técnicas yartefactos implicados han de estabilizarse técnicamente como tales fom1ando parte del cOll:espondiente enton10 específico. Esdecir, se ha de consolidar la estm1dmización de los nuevos objetos, habilidades, procedimientos, etc., sean éstos de carácter material, simbólico, organizativo o biotécnico. Pero, para establecerse como nuevos sistemas culturales las iImovaciones han deestabilizarse, asimismo, en el contexto de los entonlOS interpretativos, organizativos y bióticos de la cOlTespondiente culhlra. Laestabilización intelpretativa se opera mediante recursos simbólicos y discl.U:sivos que, de una forma u otra, van dirigidos a fundamentar y legitimar epistemológica, cosmológica y valorativamente los nuevos sistemas culhlrales. La estabilización organizativa consiste, fl..mdamentalmente, en la instihlcionalización y laconsolidación social, económica y política de dichos sistemas yla biótica en la compatibilización ambiental de los mismos.
Innovación y estabilización no representan dos etapas separadas sucesivas en un desarrollo lineal, sino que se trata, dehecho, de realizaciones entrelazadas en un proceso interactivo.Los procesos de innovación/estabilización son caractelisticosdel modo de desanollo propio de cada tipo de culhlra o subcultura. En dichos procesos, prácticas y entornos se estabilizaninteractivamente. Esto es, nuevas formas de acción e interacción se consolidan como prácticas estabilizadas, aceptadas ygeneralizadas en conjunción interactiva con la estabilización,aceptación y generalización de los nuevos artefactos y técnicasque conforman sus entornos pmiiculares. Al mismo tiempo, losprocesos de estabilización implican potencialmente el PMSOBglobal de la cultura, pues los cambios y desan:ol1os culturalesinvolucran un amplío entramado interactivo en el que intervienen un gran número de agentes, técnicas, artefactos mateliales,gmpos y organizaciones sociales, instituciones, bioentomos... ,en conjunción con un complejo de interpretaciones, valoraciones, legit-imaciones y cosmovisiones.
Las innovaciones culturales se pueden transmitir inteI11a-
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mente de un estadio deten11inado a estadios posteriores de unatradición culhlral o subcultural, a través de la reproducción genético-cultl..lral de las generaciones de agentes de la propia cult1.1ra o subcultura. También pueden transferirse espacial y temporalmente entre diversos sistemas culturales y subculturasdentro de tilla misma cultura, o de unas subculturas o culturas a otras originariamente disociadas, mediante su dHusión yasimilación cultural, por fusión o invasión cultural, dando pasoasí a nuevas tradiciones culturales o subculturales. Cuando lasinnovaciones estabilizadas como sistemas cuhurales o subculturas innovadoras en una cuhura se transfieren a otras culturas,es posible que las mismas sean metaüIDovadas, incorporadas yestabilizadas por deten11inados agentes como nuevos sistemascult:urales o subculturas diferentes de los originarios..
Los procesos de cambio cultural implican, consiguientemente, tanto la producción de innovaciones en forma de nuevastécnicas y artefactos como la estabilización de las mismas comoprácticas y entornos de sistemas culturales y subculturas dentrode la propia cultura global. Ahora bien, cada cultura crea consus innovaciones la posibilidad de nuevas capacidades, perotambién de limitaciones. Así, la producción ele nuevas técnicasy artefactos genera la posibilidad de estabilizar nuevas prácticasy, a su vez, nuevas prácticas producen y afianzan enton10S queconsolidan las capacidades de las mismas. Pero con la estabilización de innovaciones se establecen nuevos sistemas culturales que eventualmente transforman el medio cuhural y producen impactos al generar incompatibilidades en relación con sistemas culturales preestablecidos. Los nuevos entornos puedenactuar como constreüimientos de prácticas y entornos preexistentes y dar lugar a la desestabilización de sistemas culturalestradicionales, en cuanto pueden llegar a desplazar sus entornos,cancelando los recursos y las condiciones de posibilidad de dichos sistemas. Nuevas prácticas pueden establecer, de manerageneralizada, nuevos entornos y nuevas forrnas de vida, de acción e interacción en las que las prácticas según los procedimientos tradicionales resultan inapropiadas y quedan excluidasele una integración. Nuevos entornos que se imponen con lasnuevas prácticas dominantes pueden llegar a desestabilizar losentornos tradicionales en cada uno de los diversos dominiosculturales. La desestabilización puede darse de múltiples fo1'-
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mas conexionadas entre sí: desplazando artefactos, anulandorecursos, imposibilitando la permanencia de determinados entornos, socavando la autOlidad Y legitimidad de determinadasprácticas y sistemas valorativos, cuestionando la validez de interpretaciones Y cosmovisiones, consolidando colectivos y formas de organización que operan el desmantelamiento social ynorn1ativo de los sistemas organizativos tradicionales, etc.
A través de los procesos de innovación, estabilización Ydesestabilización se van transforn1ando las culturas y las subculturas y emergen nuevos estadios de las tradiciones culturalesy subcuhurales. En este contexto, el desarrollo de una cultura osubcultura consiste en el proceso conforn1e al cual se produceny regulan tales cambios en los diferentes entornos Y prácticasde la misma. El modo característico del desarrollo de una cultura o subcultura y de su correspondiente tradición cultural vienedado, básicamente, por la forn1a cómo se realizan los procesosde producción/estabilización de innovaciones Y de desestabili-
zación de tradiciones.
La. cultura de los sistemas teC71.0cíe71.tf{icoS
En el campo ele las ciencias y de las tecnologías, sistemas,subculturas Y tradiciones corresponden a prácticas Y legadoscull:urales específicos, plasmados en las capacidades de losagentes y en los entornos materiales, simbólicos Y organizativos propios de cada campo científico Y tecnológico. Dichasprácticas y entornos, al igual que los modos característicos deinnovación Y estabilización de las ciencias Ytecnologías modernas, se distinguen ftmdamentalmente por su carácter tec71oGÍe71.¡{{Lco, es decir, por prácticas y entornos en los que intervienen einteract(mn conjuntamente la elaboración de aparatos conceptuales y te61icos precisos y la producción Y el uso de sofisticados artefactos Y procedimientos tecnológicos. Las mismas tecnologías constituyen sistemas complejos de artefactos Y técnicas que se han generado y estabilizado en el contexto ele prácticas y entornos teóricos Y materiales de carácter científico. Elentramado entre los sistemas científicos Ylos sistemas tecnológicos modernos es tan inseparable en la práctica que se ha generalizado el uso del término tec71.ocíe71.cía para caracterizar los
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sistemas científicos actuales y, en general, las tradiciones científicas desde; por lo menos, finales del siglo XlX.
La concepción de las ciencias y las tecnologías como redesde sistemas culturales (o sea, subculturas) permite comprendery tratar, de una fonna integrada, la complejidad de la constitución de los campos y de las tradiciones tecnocientíficas, los procesos de cambio y transfonnación y los impactos en los mediosculturales eA1:racientíficos. En el marco de la comprensión cultural se pueden integrar, dinámicamente, las dimensiones simbólicas de las elaboraciones representacionales, interpretativasy valorativas (en fonna de conceptos y teorías cientíEc;:as y dediscursos filosóficos) junto con: a) las dimensiones tecnológicasde los procesos, procedimientos y artefactos mateliales, b) lasdimensiones sociales de los enton10S e interacciones organizativas e institucionales, y c) las dimensiones naturales de losbioentornos. En el desan-ol1o de los sistemas tecnodentíficos, lasinnovaciones de artefactos, efectos y procesos emergen y se estabilizan en los laboratOlios conjunta e interactivamente connuevas elaboraciones teóricas, adaptándose y modificándoseunas a otras a la par que se reconfiguran los fines y los propósitos de los agentes que intervienen. Tales procesos de estabilización tecnocientífica, característicos de los sistemas generadospor la tecnociencia achlal, se realizan y se consolidan en conjtmción con procesos de estabilización interpretativa, organizativa y, en su caso, biótica de las nuevas prácticas y entornos.
En el transcurso de las tradiciones científicas se han distinguido estadios de ciencia estabilizadora, en los que ha predominado la consolidación de innovaciones como sistemas ÍLmdamentales, y estadios de ciencia revolucionaria, que han destacado por la producción de ilmovaciones y la desestabilización deprácticas y entornos tradicionales. Generalmente, innovacionesy transfon11aciones pueden interactuar en combinaciones muydiversas en las se entremezclan los diversos dominios culturales. Las innovaciones de artefactos y técnicas pueden desencadenar nuevas elaboraciones conceptuales y teóricas que pasan areemplazar antiguas teOlias y, a su vez, es posible que nuevosdesarrollos teóricos induzcan la reinnovación de dispositivos yprocesos tecnológicos. Asimismo, la apmición de nuevos agentes y la reconfiguración de entornos organizativos pueden darpaso a sistemas innovadores y a la inversa, etc.
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Los cambios científicos y tecnológicos acostumbran a producirse en racimos de innovaciones pertenecientes a diversasclases de entornos y relacionadas entre sí, las cuales se afianzanmutuamente para establecerse, conjuntamente, como nuevossistemas y redes de sistemas. Las estabilizaciones de nuevos sistemas junto con los impactos y las desestabilizaciones queeventualmente éstos inducen, operan las transformaciones globales de los medios científicos y tecnológicos. Éstas, a su vez,son generalmente ['uente de ulteriores innovaciones. En todocaso, en el entramado de los procesos de innovación/estabilización así como en la compleja dinámica del cambio/transformación interactúan diversos colectivos de agentes que, obviamente, rebasan los círculos restringidos de las llamadas comunidades científicas. Son estos heterogéneos colectivos los que articulan dinámicamente la trabazón entre los diferentes sistemasculturales a los que pertenecen para formar las complejas redesde las subcuIt-uras tecnocientíficas y dar lugar al desarrollo delas correspondientes tradiciones.
Los sistemas tecnocientíficos se generan y estabilizan primariamente como sistemas culturales en el seno de sus respectivassubculturas tecnocientíficas. Pero, una vez constituidos son susceptibles de ser expo/1ados y estabilizados en medios culturalesextracientíficos, donde operan la modelación tecnocientífica dedichos espacios culturales y el desarrollo de tecl1oculturas.
56El
modelo tecnoGÍentí!zco ele elesarrollo, basado en la proliferación yconsolidación de sistemas tecnocientíficos en todos los ámbitosde las culturas propias de nuestro tiempo, parece operar conforme a un imperativo tecl1ocientífico latente y justificarse, entreotras cosas, por el principio de la supuesta superiOlidad de lossistemas tecnocientíficos respecto a las realizaciones de cualquier otro tipo de sistemas culturales. Ahora bien, todos los modelos de desan-ollo representan y legitiman, de una fon11a más omenos manifiesta, una práctica particular de regúlar los procesos de estabilización de innovaciones Y desestabilización de tradiciones contorme a determinados criterios y agentes decisOlios.
Sin embargo, es innegable que las incesantes innovaciones,estabilizaciones Y expOliaciones de sistemas tecl1ocientí[icos Yla consiguiente teclIociel1ti{icación generalizada de las culturas
56. Aronowitz, Marlinsons y Menser; Hess.
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generan, en mayor o menor grado, relaciones de incompatibilidad y efectos de desestabilización respecto a sistemas culhlralestradicionales, con los consiguientes impactos, consecuencias nodeseadas y riesgos dificiles de anticipar y, más aún, de excluirde antemano. En muchas ocasiones, como por ejemplo en elcaso de la evenhlal clonación de seres humanos o de los riesgosderivados de la tecnologías nucleares, microbiológicas o químicas, dichas repercusiones provocan resistencias y conflictos culhlrales junto con fuertes controversias acerca de la interpretación y, sobre todo, de la valoración y la intervención relativas alas Ílu10vaciones tecnocientíficas y las transformaciones culturales en cuestión.
Estas crisis, conflictos y controversias son los contextos donde afloran, de una forma más clara, las dimensiones culturalesvalorativas y políticas de la ciencia y la tecnologia. Ya que ponen de manifiesto que ni los sistemas científicos se pueden reducir filosóficamente a meros sistemas de elaboraciones teóricas neutrales, ni los sistemas tecnológicos a puros artefactos yprocedimientos materiales, sino que constituyen sistemas y redes culhlrales en sentido estricto, integrados por entornos simbólicos, materiales y biotécnicos pero también por colectivosdiversos de agentes y por entornos organizativos, inter]Jretativos y valorativos.
3. Tecnociencia y tecnocientllicación: retos y modelos
La comprensión de la tecnociencia y de los sistemas tecnocientíficos como prácticas y culturas implica la posibilidad desuperar las teorias puramente interpretativas de la ciencia y latecnología para tener en cuenta la estrecha vinculación existente entre las cuestiones de interpretación y las de valoración eintervención. Los métodos y los resultados de las interpretaciones cuhurales pueden y han de seniÍr de instrumentos útilespara desan-ollar mejores prácticas de valoración e intervención.En otras palabras, la tarea de los estudios de la ciencia y latecnología no tiene por qué reducirse a la mera producción desistemas interpretativos. Un objetivo necesario para poder encarar los retos de la tecnociencia y de la tecnocientificación culhlral consiste en eshldiar y estabilizar modelos culturales de
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interpretación, valoración e intervención, es decir, prácticas,entornos y recursos -tanto teóricos como técnicos y organizativos- de análisis y de reconstnlcción rigurosa que sirvan parainterpretat y comprender la estT'llchlra y la clinámica de los procesos de innovación, estabilización y transformación de las subculülras tecnocientíficas y extracientificas y, a partir de alú, valorar los impactos y consecuencias e intervenir adecuadamenteen dichos procesos.
Tecnociencia: los retos de la interpretación
Desde la perspectiva del siglo XXI se hace e\iÍdente que lasinnovaciones tecnocientíficas han sido los factores f'undamentales que han configurado las culturas propias del siglo xx. Hanmodelado decisivamente el conjunto de las formas de vida, losentornos tanto materiales como interpretativos y valorativos,las cosmO\iÍsiones, los modos de organización social, económica y política junto con el medio ambiente característicos de estaépoca.57 Mirando hacia adelante, no cabe duda que su influencia va a ser aún mas deten11inante, si cabe, en el fLüuro.
La misma realidad de la desbordante producción tecnocientífica, desde la ingeniería genética y la telemática a la física delestado sólido y las ciencias de los materiales, se ha encargadodé confirmar el carácter multidimensional de la tecnocienciapuesto de manifiesto por la espiral interpretativa de ciencia, tecnología y sociedad. La producción de innovaciones tecnocientíficas se ha caracterizado como una proliferación de híbridos,58es decir, de realizaciones que embrollan las divisiones tradicionales en un complejo entramado de ciencia, tecnología, política,economía, naturaleza, derecho... La larga lista de los lúbridostecnocientíficos actualmente más representativos comprende,entre otros muchos, los implantes electrónicos en el cerebro humano, los microprocesadores biónicos, la clonación de animales, los alimentos transgénicos, la congelación de embriones humanos, las píldoras abortivas y poscoitales, el \iÍagra, los psicofármacos, los reactores nucleares, los vuelos espaciales, los or-
57. Hess, pp. 106 ss.58. Lalour, 1993, p. 11.
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denadores, los satélites de comunicaciones, las bombas «inteligentes», las redes telemáticas, los entornos de realidad virt:ualgenerados por ordenador, Internet, etc. Cualquier controversiaacerca de su producción, implantación, intel1Jretación o valoración pone en pie, simultáneamente, a lU1 tropellúblido de portavoces de los más diversos ámbitos que van desde la ciencia, lapolítIca y la sociedad hasta la moral, la religión y la cultura.
A pesar de, o precisamente por todo ello, nuestra cultura intelectual no parece saber cómo interpretar de forma apropiadael entramado de los lúblidos que nuestra tecnociencia produce.Lo cual no es de eA1:rañar, pues para esto es preciso cruzar repetidamente las divisOlias filosóficas tradicionales que separan laciencia y la sociedad, la naturaleza y la cultura. Los límites infranqueables establecidos filosóficamente entre dichas divisionesse revelan, en la misma constitución de los lúblidos, como fronteras inexistentes. En nuestras sociedades, las interacciones sociales se establecen por medio de los artefactos generados en loslaboratorios tecnocientíficos y, a su vez, las mismas comunidades, prácticas y laboratOlios tecnocientíficos están constituidospor asociaciones de agentes humanos y de entornos mateliales,simbólicos y bióticos. Cada día que pasa es más evidente quenuestra cultura occidental «es tecnocuhura de la sala de consejoal donnitolio»,59 al haberse poblado todos los entornos y formasde vida de lúblidos tecnocientíficos. Incluso en el caso de la cultura entendida en el sentido más restlingido de formas de percepción, representación, interpretación y valoración¡ es Ílmegable que la delimitación de la misrna respecto a la tecnociencia seestá eSfl.lmando definitivamente con las nuevas tecnologías de laimonnación y la comunicación que han dado origen a los actuales medios informativos, televisivos y cinematográficos, la realidad virtual, Internet, el hipertexto, la hipermedia, etc.
De fon11a parecida se ha ido evaporando la demarcación entre natl.u-aleza, tecnociencia v cuhura como «sistemas cerrados deobjetos puros que se van delimitando mutuamente».60 En la épocadel Proyecto Genoma Humano se puede hablar de la naturalezacomo de «W1 objeto manufacturado» ,61 al mismo tiempo que la
59. J""[ensery Aronowitz, op. cit., p. 25.60. lbíd.61. Hess, p. 111.
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ingeniería genética y las biotecnologías están dando paso a unanaturaleza «extraída dellaboratOlio y después transforn1ada enrealidad exterior»,62 en la que se está promoviendo lU1 conservacionismo ecológico dirigido no sólo a preservar y «mejorar» lasespecies existentes sino incluso a recuperar especies extinguidas,todo ello mediante puros procedimientos tecnocientíficos.
Se ha señalado que la incontrolada proliferación de lúbridostecnocientíficos, característica de nuestra tecnocultura, está relacionada con la incapacidad de conceptualizarlos dentro de loscontextos interpretativos de la modernidad.63 La carencia deuna interpretación adecuada equivale, de algún modo, a unaprohibición intelectual de la posibilidad de tales lúbridos, queno hace sino fomentar los problemas derivados de su proliferación real, al bloquear la comprensión adecuada de la génesis yde las consecuencias de las innovaciones tecnocientíficas. Dehecho, en el contexto de las divisiones infranqueables entreciencia, sociedad, naturaleza y cultura no hay lugar para loshíbridos tecnocientíficos. Por un lado, cualquier posibilidad decruzamiento entre tales sistemas celTados representa lU1a quimera impensable. Por otro, las más significativas innovacionestecnocientíficas no se dejan reducir a ninguno de esos sistemaspuros. Los lúbridos tecnocientíficos, al igual que la misma tecnociencia, no son reducibles, alternativamente,
i) ni a puras representaciones conceptuales y teódcas;ii) ni a relaciones e interacciones exclusivamente sociales;iii) como tampoco lo son a meras entidades naturales que
trascienden la intervención humana;iv) ni a simples ingenios y artefactos construidos;v) ni, a su vez, a puro discurso interpretativo Yvalorativo.
El reto fundamental de la interpretación de las innovacionestecnocientíficas consiste, pues, en tratar integradamente sus diversas manifestaciones como conectadas continuamente entresí, en lugar de analizarlas separando las mismas. Se trata, sinduda, de un reto teórico y filosófico decisivo para el siglo XXI
con relación a la comprensión y el manejo de los componentes
62. Latol11', op. cit., p. 118.
63. lbíd.
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esenciales de nuestra tecnociencia y de nuestra tecnocult-ura. Lainterpretación y la recons1nlcción cultLu"ales de las innovaciones tecnocientíficas son decisivas porque nos permiten comprender su constitución y la dinámica de su estabilización y desus impactos y, a partir de allí, poder abordar los retos con losque nos confronta su implantación, mediante la valoración desus consecuencias y la intervención en su desalTollo. Pues, si lasinnovaciones que producimos y estabilizamos tecnocientíficamente constitLlJen, en realidad, entramados de nuevos sistemas cultLu-ales, entonces podemos recobrar (pace toda clase dedetenninismos tecnológicos, sociológicos, biológicos, epistemológicos, históricos o metafísicos) una relativa libertad de seleccionar, cribar y ralentizar las innovaciones tecnocientíficas quehan de configurar nues1ra cuhura en el f1..11:uro.
Tecnocientificación y globalización: los retos ele la valoracióny de la intel1lención
Los modos de producción tecnocientífica se han desarrollado históricamente a partir de procesos en el campo de las ciencias fisicas provocados y controlados en los laboratorios por losmismos investigadores como efectos reproducibles de artefactos y constnlcciones que, a su vez, eran resuhados de la investigación científica, como, por ejemplo, pilas y generadores eléctricos, reacciones químicas, 11..1bos de rayos catódicos, reactoresnucleares, aceleradores de partículas, etc. Ariefactos y procedimientos tecnológicos se han entrelazado estrechamente conteOlias y procesamientos teóricos en el desarrollo de las prácticas de construcción, variación y registro experimentales, dedescomposición y aislamiento de elementos, de manipulación,reemplazo y recombinación de los mismos, con el fin de reproducir a voluntad, controlar completamente y estabilizar los procesos deseados mediante la elilninación de perturbaciones enlas disposiciones experimentales.64
La investigación tecnocientí[ica generalizada se caracterizaprecisamente por esas prácticas y entornos materiales, teóricosy organizativos desarrollados en los laboratorios y centrados en
64. Gleich.
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la producción de procedimientos, efectos y procesos cuyo control, reproducción y estabilización se logran mediante el diseñoy la constmcción de aliefactos, dispositivos e ingenios de todotipo, y con la transfom1ación, el reemplazo y la recombinaciónde elementos en procesos ya dados y controlados. En el contexto de la tecnociencia, una ley natLlral «es, cada vez más, unadescripción de la posibilidad y del resultado de experimentos;una ley de nuestra habilidad para producir fenómenos)).65 Lasregulmidades producidas de forma ei\.--perimental Y controladascuantitativamente, se provocan, reproducen y estabilizan tecnocientíficamente Y cada procedimiento e instrurnento de medida,registro y procesamiento de la información es, en definitiva, un
producto tecnocientífico.Una vez estabilizadas tecnocientífica, interpretativa Y orga-
nizativamente las innovaciones resultantes (sean éstas implantes electrónicos, microprocesadores, animales clonados o ali~mentos transgénicos, etc.), forman palie de sistemas tecnocien-'tíficos, es decir, de sistemas culturales que tienen por objeto,como ya se ha dicho, la máxima controlabilidad, reproducibilidad y previsibilidad computables de sus prácticas y entornosmediante el ensamblaje tecnocientífico de agentes humanos, artefactos y procedimientos jLmto con teOlias, intellJretaciones Y
procesamientos teóricos.El modelo tecnocientífico de investigación se ha ido expan-
diendo progresivamente a todos los campos de la investigación Yde la producción científica. En este proceso de generalizacióntecnocientífica, no sólo se han transferido los modos de producción tecnocientífica a otras disciplinas sino que estas han sido, asu vez, objeto de teorización en el marco tecnocientifico COlTespondiente. Es decir, junto con la transferencia de los procedimientos e instmmentos de investigación tecnocientífica se hanelaborado extrapolaciones teóricas que han asimilado el nuevodominio tecnocientificado en el contexto teórico de la tecnociencia dominante. Los nuevos procedimientos tecnocientíficos llevan consigo nuevos tratamientos teóricos y juntos clan lugar anuevas tecnociencias, como en el c<'1S0 ele la biología molecular y
la ingeniería genética.
65. Afirmación del reconocido físico alemán Cad Friedrich van Weizsacker. Cf.
Wei7-sticker.
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Sin duda, uno de los procesos de tecnocientificación más representativos se encuen1J.-a en el dominio de la biología. Su tratamiento tecnocientífico es el resultado de un proceso relativamente reciente que se desencadenó en el sigo x,\: con las transferencias masivas de prácticas e instrumental de laborat01io delcampo de la fisica y la química al de la invesogación biológica.Dichas transferencias estuvieron promovidas por notables f-ísicosy químicos, como Erwin Schodinger y Linus Pauling, que se pasaron a la biolOgía con annas y bagajes para promover la teolización y el tratamiento de los procesos. biológicos en términosmoleculares. La configuración y la sistematización f-ísico-química de la investigación biológica desembocaron en los desarrollostecnocientíficos de la biología molecular y la ingenielia genética.Estas representan la culminación del proceso de biotecnocientificación con el desan-ollo de las tecnologías del ADN recombinante, destinadas a provocar y controlar procesos biotecnocientíficos y a generar nuevos organismos mediante el reemplazo yrecombinación de elementos genéticos. Dichas tecnologías nadatienen que ver con la mejora de especies vegetales y animalespor los métodos de selección tradicionales, sino que se trata claramente de innovaciones tecnocientíficas.
La producción biotecnocientífica no sólo se da dado en elcampo de la genética, también ha generado un número creciente de nuevas biotecnologías, como las tecnologías microbiológicas y las gem1inales. Las biotecnologías microbiológicas operanmediante el aislamiento y selección de microorganismos paramanipular detenninados procesos y para la producción industiial de detenninadas sustancias. Las biotecnologías de tratamiento genninal tienen que ver con los procesos de la fecundación extracOIporal, la fusión celular o la clonación.66
Como ya se ha indicado anteriormente, los nuevos sistemastecnocientíficos, estabilizados primeramente en el seno de lassubculturas científicas que los han generado, son generalmenteexportados y estabilizados en medios culturales extracientíficosdonde operan la tecl1ociel1tijlcaciÓI1 y la transformación de losmismos. La tecnocientificación operada por los nuevos sistemas biotecnocientíficos ha dado lugar, sin duda, a los más evidentes, significativos y radicales impactos en la transformación
66. Sanmartín.
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de sistemas culturales tradicionales. Así, la agricultura, la ganadeda y la medicina tradicionales se han caracterizado, desdesus Oligenes prehistóricos, por las prácticas y los entornos deintervención blanda, es decir, basadas en procedimientos predominantemente anticipativos que respetaban, en buena medida, la espontaneidad y la autonomía O1iginarias de los agentes yde los procesos biológicos en cuestión, pero en los que se dabauna determinada intervención o aY1..lda, diligida a acondicionarlos adecuadamente hacia los resultados deseados. Los sistemasbiotecnocientíficos, por el contTario, se basan preferentementeen prácticas y entonlOS duros (es decir, de intervención y control tecnocientifico) en los que priman procedimientos y productos desarrollados en los laboratorios de síntesis q1..úmica, debiotecnología y de ingenieda genética, y que tienden a anular laautonomía y la espontaneidad O1iginarias de los procesos intervenidos para asegLu"ar" su total control y reproducibilidad. Deesta forma, la tecnocientificación de la agricultura, la ganadeliay la producción alimentaria en general ha segLlido un procesoacelerado que ha ido desde la prin1era utilización de abonosquímicos y pesticidas hasta el empleo de hormonas sintéticas ysubstancias químicas de todo tipo, y los más recientes procedimientos biotecnológicos y genéticos para la reproducción, selección y creación de especies animales y vegetales.
Las imlovaciones biotecnocientíficas no han dejado prácticamente ninglm ámbito de los bioentornos ti"adicionales, es decir,de lo que tradicionalmente se consideraba la naturaleza, fuerade su alcance. No sólo se compite investigando y desarrollandonuevas sistemas para la mampulación, producción y reproducción de ammales y vegetales, sino que las prácticas tradicionalesmás comunes de la agricultura y de la clia de animales estánsiendo desplazadas para dar paso a prácticas y entornos de laboratorio industlial. Incluso se quiere «renaturalizar» los paisajesalTuinados como consecuencia directa o indirecta de la producción industrial tecnocientífica sometiéndolos a unaecogestiónque pretende hacer uso de las formas más avanzadas de intervención biotecnocientífica.67 La misma naturaleza humana, esdecir, el cuerpo humano y sus procesos de reproducción, es unobjetivo plioritario para la expansiva tecnocientificacián que va
67. B6hme.
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desde el transplante de órganos, el control y la realización tecnológica de procesos orgánicos (marcapasos, diálisis, corazonesmecánicos...) hasta la manipulación operativa y hormonal delsexo y las intervenciones genéticas. Pero, sobre todo, es en laprocreación humana donde la intervención biotecnocientífica esmás critica. En la actualidad los investigadores, los profesionalesy la industria médica la están encauzando (alegando fines eugenésicos) hacia procesos tecnocientificados provocados, guiados ycontrolados mediante sistemas biotecnocienlificos de cUagnóstico, de fecundación, de intervención genética y, segm:amente enun fl.rturo no muy lejano, de clonación.
Las capacidades de innovación desalTolladas por las culturas humanas han ido creando a lo largo del tiempo una inconmensurable diversidad de prácticas y enton10S que han pasadoa fonnar parte de los sistemas culturales vitales de las mismas,jI.mtO con sus bioentornos originmios. En las actLlales tecnocul11.1raS, no sólo los sistemas biotécnicos han sido ampliamentetecnocientificados sino que las innovaciones tecnocientíficashan ido lTansforn1ando progresivamente las prácticas y los entornos de la totalidad de los dominios cultLlrales, en el curso deun proceso de tecnocientificación generalizada. Todas las tendencias apuntan claramente hacia una tecnocientificación totalque parece guiada por el imperativo tecl1oGientíjlco que prescribe hacer ei\.1:ensivas las fonnas de intervención tecnocientífica acualquier dominio cultl.lral que pueda ser objeto de las mismas.La proliferación y la dif1.Isión mundial de los sistemas tecnocientíficos, en especial de los relacionados con las nuevas tecnologias de la inforn1ación y la comunicación, no sólo han idooperando la tecnocientificación global de las culturas de Oligeneuropeo sino que, a tr-avés de transferencias culturales universales cada vez más rápidas, están dando paso a la globalizaGióntecl1oGiel1tíj1ca y a la consiguiente homogeneización de las diversidades cultl.lrales a escala planetaria.
La clave y el desencadenante de la tecnocientificación globalde las ~ulturas ha sido la tecnocientificación Oliginmia de lasdisciplinas científicas, que, como matriz de la tecnociencia, haimpulsado el imperativo tecnocientífico y ha hecho posible suimplementación y su legitimación. La histOlia de la tecnocientificación progresiva de las cultl.lras científicas es la histOlia de lasnuevas tecnociencias que se han constituido en el paradigma
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actl.1al del conocimiento, de la investigación y de la intenrencióncientífica. Los procesos de tecnocientificación se han legitimadoepistemológica y cosmológícamente mediante concepciones tecnocientíficas del conocimiento, de la ciencia y de la natLlraleza.La tecnocientificación de la natLlraleza y la natl.lralización de latecnociencia (conforme al principio de que «todo lo producido tecnocientificamente obedece, de algún modo, leyes natl.1rales») han sido procesos que se han sostenido mutuamente con laayuda y la autoridad de interpretaciones tecnocientíficas.
Ahora bien, la configuración tecnocientífica de cualquierpráctica implica entornos asimismo tecnocientificados, es decir,configurados como sistemas que han de ser cada vez más controlables. Pues los sistemas tecnocientíficos sólo pueden exportarse (es decir, los procedimientos y entornos de intervencióntecnocientífica sólo pueden estabilizarse y ser efectivos en medios culturales extracientí[icos) si se lTal1Sfieren, de alguna manera, a esos mismos medios cultl.lrales las condiciones de laboratOlio Oliginarias que garantizan y forman pm1:e de su f1.mcionamiento. 68 De esta forma se intenta eliminar perturbaciones potencialmente incontrolables y asegurar la reproducción y el control al modo tecnocientífico de los procesos deseados.
Pero, siguiendo la lógica del imperativo tecnocientífico y dela equiparación de racionalidad con control, la misma gestiónde eventuales riesgos y la estabilización de fl.mcionamientos problemáticos se plantean en términos del «perfeccionamiento» de los sistemas en cuestión mediante el refl.lerZO de sudiseño tecnocientífico. Es decir, al definir la gestión racional en[unción de la optimización del control, la tendencia a la tecnocientificación total de los enton10S se hace compulsiva. De estemodo, la política del modelo tecnocientíjzco de intenlcnción tiende, por su propia dinámica, a la transformación y organizacióndel conjunto de los enton10S materiales, simbólicos y socialesy de los bioentornos en sistemas tecnocientíficos, es decir, enentramados completamente predecibles y controlables.
Paralelamente a la expansión de los procesos de tecnocientificación, los sistemas tecnocientíficos se han hecho cada vezmás complejos y se han inten-elacionado formando redes quetienden a abarcar la totalidad de los entornos vitales. Estos en-
68. Latour, 1983.
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tramados han resultado cada vez más complejos y propensos aque fallos relativamente pequeños desembocaran en selias consecuencias. Como se ha podido comprobar repetidamente en elcaso de sistemas tecnocientíncos relacionados con la energíanuclear, la indusüia química, los vuelos espaciales, los sistemasinfonnáticos, las bombas y los misiles «inteligentes», etc. (especialmente problemáticos por no ser compatibles con fallos menores sin liesgo de consecuencias in-eversibles) con la mayorcapacidad de intervención y control tecnocientífico ha crecidotambién la potencialidad de las desestabilizaciones, de los liesgos, de los accidentes y de las consecuencias no deseadas.
La misma gestión tecnocientífica de los liesgos tiende a conducir a una espiral de liesgo, pues implica un incremento delcontrol de los sistemas tecnocientíficos sólo alcanzable mediante una mayor tecnocientificación de los entornos que, a su vez,encieITa la posibilidad de nuevas desestabilizaciones y de liesgas potenciales, por lo general, de mayor alcance y con consecuencias más extremas. Por otra parte, la gestión de los eventuales liesgos delivados de una producción tecnocientífica desenfrenada supone una tal expansión paralela de la evaluaciónde impactos y de la prevención de liesgos que es dificilmenterealizable. 69 Las limitaciones del modelo de evaluación y de intervención basado en la tecnocientificación de esos mismosliesgos radican, precisamente, en que dicho nl.odelo está en eloligen de los males que intenta remediar.
Cuando el mínimo descontrol COITe el liesgo de convertirse en una catástrofe, es eA"]Jlicable que se acabe identificandola gestión y la solución racional con un control tecnocientíficoaún mayor. Sin embargo, la tecnocientificación absoluta completamente exenta de fallos no ha llegado a realizarse ni pareceprácticamente realizable a gran escala, ni siquiera en los sistemas más relacionados con las propias tecnologías del control,como son la infonl.l.ática y la microelectrónica. Los grandes retos de las tecnocult'uras basadas en el primado del imperativo tecnocientífico y del modelo tecnocientífico de intervenciónradican, precisamente, en que la aplicación absoluta y globalde los mismos parece conducirnos al desarrollo de culturas de
69. Como es evidente, por ejemplo, en el caso de la producción de síntesis química. Cf. Gleich.
68
liesg070 ya crisis cU.hurales que no son manejables únicamentecon los medios de valoración e intervención tecnocientíficos.
Modelos de interpretación, valoración e intervención
Los procesos generalizados de tecnocientificación y de globalización plantean, además, otros retos de aún mayor trascendencia con relación con la homogeneización tecnocientífica de lascuIt-uras. Las ilmovaciones tecnocientíficas y la tecnocientificación de sistemas culturales, es decir, su transformaciÓn en sistemas tecnocientíficos, genera, event:ualmente, incompatibilidadescon relación a sistemas tradicionales no tecnocientificados pertenecientes a los mismos medios culturales. Por un lado, los sistemas culturales tradicionales son propensos a desestabilizarseen entornos cada vez más tecnocientificados y, por otro, los propios sistemas tradicionales resultan, a menudo, disfuncionalespara los sistemas tecnocientíficos del mismo medio, por lo quetienden a ser absorbidos conrorme al imperativo tecnocientífico.Cada clase de sistemas clutm-ales corresponde a rOnl.l.aS de intervención y de interacción deternunadas. Los sistemas de intervención y de interacción tradicionales se hacen, generalmente,inviables en un medio intensamente tecnocientificado con formas de intervención e interacción centradas en el control absoluto. El imperativo de la tecnocientificación total desemboca,así, en una homogeneización tecnocientífica global como reslutado de la progresiva desestabilización de sistemas cult:urales ySUbClutl..lraS basadas en prácticas y entornos no tecnocientificos.
La indiscliminada tecnocientificacián global de las cultl..lraS,promovida por la continua avalancha de innovaciones, exportaciones y transrerencias tecnocientíficas, junto con las incompatibilidades y las desestabilizaciones generadas por la misma conrelación a muchos sistemas y cluturas tradicionales y los consiguientes impactos y liesgos difíciles de resolver, han suscitado,desde hace tiempo, importantes inqlúetudes y resistencias culturales y constituyen uno de los desencadenantes plincipales, anivel mundial, de las Clisis más relevantes en la actualidad. Entre las Clisis, los conflictos y las confrontaciones que directa o
70. Véase Beck, 1986 y 2002; Giddens, 1993.
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indirectamente tienen su Oligen en los desarrollos tecnocientíficos ac1.lJales se encuentran, entre otras, las relacionadas con elcalentamiento global, las contaminaciones ambientales de todotipo, los riesgos nucleares, los alirnentos transgénicos, la clonación, la investigación con células madre, la reproducción humana «a la carta», las píldoras abortivas, la automatización y elcontrol informático del trabajo y de la guerra, las armas de destrucción masiva nucleares, químicas y biológicas, el control delos medios de infon:nación y de comunicación, la delincuenciainfol1:11ática, la globalización, la marginación y la pobreza delTercer Mundo, etc.
En ·vista de todo ello, es obvio que el reto ft.mdamental de lasculturas del siglo XXI se centra entorno a la necesidad de modelos de comprensión, de valoración y de resolución de los irnpactos y de las crisis planteadas por los desan:ollos tecnocientíficoscontemporáneos. Se lTata de indagar y debatir modelos de desarrollo düigidos a manejar clisis y riesgos y a dirimir confTontaciones y conflictos mediante la estabilización con10 sistemascult-urales de prácticas, entornos y recursos capaces de moderary configurar, en general, los procesos de producción y estabilización de innovaciones tecnocientíficas y de desestabilización ytransforIl1ación de tradiciones cuhurales.
Modelos tecl1ocientíflcos de desarrollo
A través de la progresiva implantación de sistemas tecnocientíficos en todos los dominios culturales y en todas las culturas, el modelo tecnocientífico de intenrención se ha constituidoen la base de la gestión y de la solución racio71al de problemas.La política de la gestión tecnocientífica se ha converiido, indirectamente, en participe de la legitimación de las innovacionestecnocientíficas y ha surgido un círculo de reforzamiento mutuo. Las concepciones tecnocientíficas del conocimiento, de laciencia, de la naturaleza y de la sociedad legitiman el modelotecnocientífico de intervención y gestión como paradigma de laeficiencia y de la acción racional y, a su vez, la in1plementaciónde dicho modelo como realidad política estabiliza las interpretaciones implicadas como concepciones adecuadas.
Como consecuencia de la tecnocientificación de la interven-
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ción política, las prácticas de valoración e intervención basadastradicionalmente ennon11as y leyes, en sistemas de interaccióny organización social, y en visiones y voluntades políticas, sehan transformado en modelos de desarrollo en los que primanla valoración, la intenrención y el control basados en sistemastecnocientíficos. Sin duda, el modelo tecnocientífico de desarrollo con mayor implantación política es el que propugna el desarrollo económico sostenido.
El modelo de desarrollo sostenido pmie de un ctecimientoeconómico permanente, impulsado por las llamadas leyes delmercado competitivo. Se alega que dicho crecimiento posibilitaun desalTollo general (económico, social, político, etc.) satisfactOlio y capaz de superar problemas tales como el desempleo, lainestabilidad social y política, la faha de democracia o el subdesarrollo. Teólicamente, el modelo se basa de las doctrinas delliberalismo económico que defienden el sistema de mercado libre de intervenciones estatales. Seg(m estas teOlias, las leyes delmercado son inexorables. Cualquier intento de intervenir en elmismo es contraproducente y sólo puede empeorar la sit"uación.De ahí que hay que minimizar las intervenciones de los Estadosy liberalizar globalmente los mercados, las inversiones y los intercambios económicos ya que el propio sistema de mercado 10resuelve prácticamente todo. Además, es inútil intentar suprimir las desigualdades, porque vienen dadas por la propia naturaleza humana. En todo caso, hay que conseguir plimero que elpastel crezca de modo continuo antes de pensar en repartirlo.
El modelo de desalTollo sostenido va ligado a la idea deldesarrollo tecnocientífico como un proceso regido por una lógica inmanente de carácter determinista. Conforme a este determinismo, las innovaciones tecnocientíficas se imponen por símismas de una forma imparable, porque representan la realización de tareas, la resolución de problemas o la satisfacción denecesidades y deseos de una forma más eficaz, más económica,más simple o más cómoda. A su vez, el desarrollo tecnocientífico es, según este modelo, el motor que impulsa el desarrolloeconómico, social y político. Consecuentemente, toda innovación tecnocientífica es positiva y el plincipio liberal dellaissez.{aire económico debe complementarse con el imperativo dellaissez. i11110ver tecnocientífico.
La tecnociencia se considera, en este contexto, como la for-
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ma superior de conocimiento de la naturaleza y de la sociedad yel fl.mdamento de la acción racional. Tanto la legitimidad delmodelo como la autOlidad de sus ejecutores se justifican, en unmarco tecnocrático, por razón de la competencia de los eAlJertostecnocientíficos, quienes, debido a sus conocimientos, son, deacuerdo con el ::nodelo, los únicos agentes propiamente capacitados para decicliry llevar a cabo las intervenciones adecuadas.
Modelos culturales de desarrollo
A diferencia de los modelos tecnocientíficos de intervención,Olientados plimmiamente a operar con el máximo control mediante sisternas tecnocientíficos, los modelos culturales de interpretación, valoración e intervención parten, más bien, deprácticas y entornos relacionados con el lenguaje, el discurso, ladeliberación y la acción conjuntas. En último término, se tratade que tales modelos puedan implementarse como sistemasculturales a través de la estabilización de colectivos culturalescon capacidades y recursos metódicos y eficaces para intel1Jretal', valorar e intervenir en los contextos de la resolución deproblemas, controversias y conflictos delivados de los desalTo110s tecnocientíBcos.
Si, como ya se ha aplmtado anteriormente, las incompatibilidades generadas por los desarrollos tecnocientí[icos indiscliminados constituyen uno de los desencadenantes principales delos conflictos y de las crisis actuales, entonces la capacidad delos rnodelos culturales de interpretación, valoración e intervención ha de calibrarse, sobre todo, de acuerdo con su eficienciapara contribuir a formas de desarrollo compatible, es decir, asistemas de desaITollo en los que no se l1eguen a consolidarproblemáticamente tales incompatibilidades.
Un modelo cultural de desarrollo c07npatible ha de tener porobjeto las prácticas y los recursos capaces de estabilizar compatiblemente la diversidad de formas de vida y sus desarrollos.Pero no se trata de configurar los procesos de desan:ol1o conforme a supuestas leyes lmiversales (sean éstas económicas, físicaso metafísicas), ni modelándolos según determinados plincipioso valores teólicos con pretensiones supraculturales o simplemente aceptando el veredicto soberano de expertos. La compa-
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tibilidad, como propiedad central de la estabilización de Í1movaciones y de la transfoDllación de LTadiciones, ha de configm-ase plimmiamente en relación con los sistemas cuIt-urales, lassubculturas y las tradiciones que constituyen cada cultura enparticular, o sea, con relación a sus propios agentes, prácticas,entornos y medios culturales. La implementación del modeloes, pues, relativa a los diversos componentes propios de cadacultura y equivale a intentar maximizar la diversidad y la compatibilidad intra e interculturales.11
El modelo cuhural de desarrollo compatible parte de lasprácticas de los propios agentes culturales, conscientes de lacomplejidad de los procesos de innovación, estabilización ytransformación cuIt-urales y de las posibilidades de interpretar,valorar e inten1enir en los mismos. Dado el carácter cuIt-uralgeneral de las prácticas discm-sivas y sociales que lo sustentan,es 1m modelo de autonomía cultural, pues está abierto a la participación del conjunto de los agentes de cualquier cuIt-ura osubcultura, sin necesidad de competencias cuIt-urales especiales, como es el caso de las tecnocientíficas. Todos los agentespertenecientes a los diversos sistemas culturales afectados e implicados en determinados procesos de estabilización y desestabilización han de poder tomar parte directamente (con sus diferentes cosmovisiones, intereses y proyectos Oliginmios) en laresolución de conflictos conforme al lTlodelo cultural de desarrollo compatible, incluso cuando se trata de cuhuras o subculturas poco o nada desmTolladas tecnocientíficamente.
Por el contrario, si nos süuamos en 1m modelo tecnocientífica de desanollo, entonces los colectivos que integran sistemasculturales y subculturas ajenas a las competencias tecnocientíficas suelen quedar relegados de la configuración ele los procesosde cambio, aun cuando se vean directamente afectados por lastransformaciones culturales en cuestión. Para la maYOlia de dichos colectivos y subculturas, las innovaciones tecnocientíficasy las consiguientes transformaciones culturales se imponen deun modo aparentemente determinado por su propia dinámicainterna, que hace prevalecer, generalmente, los nuevos sistemastecnocientíficos a costa de los sistemas culturales tradicionalesque resuhan incompatibles con los mismos. Al mismo tiempo,
71. Medina, 1999.
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con la proyección del desarrollo tecnocientífico como modelouniversal de innovación, estabilización y transformación cultural se promueve y justifica, de algíU1 modo, la proliferación y laexportación acelerada de las subculturas tecnocientíficas a todos los ámbitos de todas culturas. Ello conduce, de una formaan-olladora, a la homogeneización creciente de las diversidadesculturales y subculturales a escala mundial y hace posible lapalpable globalización supercultural.
Embarcados ya en el siglo XXI, es evidente que los sistemas ylas subcult:uras tecnocientíficas se han constituido en los factores dominantes de la im10vación y de la transformación a escalasupercultural global, con todas las crisis, conflictos, riesgos, beneficios y peljuicios que se derivan. Sin embargo, los sistemas ylas subculturas tecnocientíficas no son creaciones aben-antesque pongan en peligro la cuhura y la misma humanidad, sinoque consti1:uyen auténticas realizaciones culturales humanas quemarcan distintivamente las culturas del presente. El reto decisivo e ineludible que se plantea ahora es el de interpretar y valorar las eventuales consecuencias ilTeversibles a las que nos pueden conducir las estabilizaciones de innovaciones tecnocientíficas así como las nuevas posibilidades que las mismas nos ofTecen, de fon:l1ular proyectos que permitan aprovechar las oport:unidades y esquivar los liesgos que comportan y de decidir qué seva a hacer y cómo se va a intervenir. Para ello, cada cultura hade aprender a conjugar las innovaciones de las subculturas tecnocientíficas con la im10vación de sistemas culturales de interpretación, valoración e intervención capaces de moderar la producción y la estabilización de las plimeras. Las subculturas deinnovación tecnocientífica y las subcu.lturas de interpretación,valoración e intervención han de integrarse dando paso a culturas hzóridas de desan-olio compatible en las que sea posible fomentar el bienestar conjunto de humanos y no humanos en ladiversidad de las prácticas y de los entOIl1os particulares de todas y cada tilla de las culturas.
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CAPÍTULO 3
TRAYECTORIAS Y ESTILOS TECNOLÓGICOS.PROPUESTAS PARA UNA ANTROPOLOGÍA
DE LA TECNOLOGÍA
lviaría Josefa SantosMaría Teresa Márquez
Imágenes dualistas y contrastantes tales como globalllocal,teórico/empírico, tipificación/innovación, significado/función,masculino/femenino, entre innumerables otras, han permitido alos científicos avanzar en sus descripciones de procesos socialesque son en sí mismos complejos, imprecisos Y contradictOlios.El precio, sin embargo, es la config-uración de brechas teólicasy el mantenimiento de hoyos negros en las descripciones de losprocesos de producción de sentido propios de las relaciones entre seres humanos y, para el caso que nos ocupa, de éstos y las
máquinas que construyen.En este contexto sugerimos dos herramientas teóricas para
analizar los procesos sociales generados a partir de la asimilación e innovación tecnológica, los conceptos de trayectOlias tecno-simbólicas Y estilo tecnológico. Dichos conceptos han sidodesarrollados a partir de nuestro trabajo en el campo de lastecnologías de información. Proponemos Yretomamos influencias de disciplinas distintas a la antropología. A partir de ellosse busca generar eA"plicaciones de rango medio para entender:1) los procesos simbólicos que configuran -junto a otras ['uerzas sociales, políticas y económicas- una específica e identificable trayectOlia de desarrollo tecnológico; Y 2) la configuración cultural de los recursos técnicos, conductuales Y discursivos que erigen los actores para realizar dicha trayectoria.
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