La Cuaresma y el Año de la Misericordia Por una parte, la Cuaresma que acabamos de comenzar, y que...

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La Cuaresma y el Año de la Misericordia Hay dos acontecimientos eclesiales que van a coincidir durante un tiempo. Por una parte, la Cuaresma que acabamos de comenzar, y que nos llevará a la celebración de la Pascua de Resurrección del Señor. Por otra parte, el ”año de la misericordia”, que ha convocado el Papa Francisco, y que se inauguró el día de la Inmaculada (8 de diciembre). Ambos van a coincidir durante cuarenta días. La pregunta es ¿cómo ensamblar, cómo coordinar estos dos acontecimientos o eventos? Es decir ¿cómo podemos vivir la Cuaresma este año, para que esté en consonancia con el “año de la misericordia”? Pero antes diremos qué es la misericordia. Y en vez de hacer definiciones, pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Supongamos que vemos a una persona necesitada de lo que sea: cariño, compañía, comprensión, comidas, vestido, alegría. Y al verla nos da mucha lástima. Pero no hacemos nada por aliviar su necesidad o su pena. Hasta ahí solo hemos tenido un sentimiento de compasión. Eso en nada le ayuda a esa persona necesitada. Pero si tratamos de ayudarla en lo que necesite, habremos sido misericordiosos con esa persona. Jesús practica constantemente la misericordia, y habla constantemente de ella. Pensemos en la parábola del buen Samaritano; pensemos en la parábola del Hijo pródigo; pensemos en la parábola de la oveja perdida… y tantas otras. Fijémonos en su manera de actuar con los enfermos, con los pecadores, con la gente de mal vivir, los marginados, etc. Todos tienen acogida en su corazón y en su actuación. Pero nos preguntábamos, al comienzo de estas líneas, cómo compaginar este acontecimiento del “Año de la Misericordia”, con la Cuaresma que acabamos de comenzar con la imposición de la Ceniza. Se supone (tal vez sea mucho suponer, pero supongámoslo) que cada uno ya ha hecho sus planes para esta Cuaresma. Pensando lo que va a hacer para dar sentido a este tiempo que prepara, de alguna manera, la Pascua de Resurrección. Tal vez, llenos de buena voluntad y de buenos deseos, hemos pensado en hacer sacrificios, penitencias, limosnas, ayunos y abstinencias, etc. Y nos hemos olvidado de lo principal. Intentamos seguir a Jesús a nuestra manera, olvidándonos de como actuó Jesús, a quien queremos seguir e imitar. Se insiste mucho en el trípode tradicional: Oración, Ayuno y Limosna. Está bien; pero tal vez se nos ofrezca otra manera de introducirnos en la Cuaresma. El Profeta Isaías dice: Vosotros ayunáis entre peleas y contiendas, dando puñetazos. No ayunéis para hacer oír en las alturas la voz. ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero?: Desatar los lazos de maldad, deshacer las amarras del yugo, dar la libertad a los oprimidos, y romper toda clase de yugo. Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que veas desnudo y no apartarte de tu semejante”.(Is. 58). Podemos decir, secundando las palabras del Papa Francisco, que Dios es Misericordia. Así nos lo trasmitió Jesús, con su palabra y sus hechos. Dios es Misericordia. El Papa Francisco, ha querido que esta verdad se nos meta de lleno en la inteligencia y en el corazón. Y por eso ha instituido el año de la Misericordia. Y el mismo Papa, en su Carta del Año de la Misericordia, recomienda las “Obras de Misericordia”: Visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, visitar a los presos, enterrar a los difuntos, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca, perdonar al que nos ofende, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo, rezar a Dios por los vivos y por los difuntos. Poniendo en práctica algunas de estas Obras de Misericordia, estaríamos imitando al Dios Padre misericordioso, y viviendo una magnífica Cuaresma, preparatoria a la Pascua de la Resurrección del Señor. ANTES QUE SEA TARDE Había pasado ya bastante tiempo desde que Jesús se había presentado en su pueblo de Nazaret como Profeta, enviado por el Espíritu de Dios para anunciar a los pobres la Buena Noticia. Sigue repitiendo incansable su mensaje: Dios está ya cerca, abriéndose camino para hacer un mundo más humano para todos. Pero es realista. Jesús sabe bien que Dios no puede cambiar el mundo sin que nosotros cambiemos. Por eso se esfuerza en despertar en la gente la conversión: "Convertíos y creed en esta Buena Noticia". Ese empeño de Dios en hacer un mundo más humano será posible si respondemos acogiendo su proyecto. Va pasando el tiempo y Jesús ve que la gente no reacciona a su llamada como sería su deseo. Son muchos los que vienen a escucharlo, pero no acaban de abrirse al "Reino de Dios". Jesús va a insistir. Es urgente cambiar antes que sea tarde. En cierta ocasión cuenta una pequeña parábola. Un propietario de un terreno tiene plantada una higuera en medio de su viña. Año tras año, viene a buscar fruto en ella y no lo encuentra. Su decisión parece la más sensata: la higuera no da fruto y está ocupando inútilmente un terreno, lo más razonable es cortarla. Pero el encargado de la viña reacciona de manera inesperada. ¿Por qué no dejarla todavía? Él conoce aquella higuera, la ha visto crecer, la ha cuidado, no la quiere ver morir. Él mismo le dedicará más tiempo y más cuidados, a ver si da fruto. El relato se interrumpe bruscamente. La parábola queda abierta. El dueño de la viña y su encargado desaparecen de escena. Es la higuera la que decidirá su suerte final. Mientras tanto, recibirá más cuidados que nunca de ese viñador que nos hace pensar en Jesús, "el que ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido". Lo que necesitamos hoy en la Iglesia no es solo introducir pequeñas reformas, promover el "aggiornamento" o cuidar la adaptación a nuestros tiempos. Necesitamos una conversión a nivel más profundo, un "corazón nuevo", una respuesta responsable y decidida a la llamada de Jesús a entrar en la dinámica del Reino de Dios. Hemos de reaccionar antes que sea tarde. Jesús está vivo en medio de nosotros. Como el encargado de la viña, él cuida de nuestras comunidades cristianas, cada vez más frágiles y vulnerables. Él nos alimenta con su Evangelio, nos sostiene con su Espíritu. Hemos de mirar el futuro con esperanza, al mismo tiempo que vamos creando ese clima nuevo de conversión y renovación que necesitamos tanto y que los decretos del Concilio Vaticano no han podido hasta hora consolidar en la Iglesia. ¡Seguiré adelante! Porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros. Y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol y en medio del desierto crecerá una planta. Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y mariposas que brinden su belleza. Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío o callo, acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente. Seguramente, la vida me abofeteó y me sorprendió por un segundo, pero ese gesto hará que vuelva a mi camino. "Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa soy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio. Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo; y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio. De este evangelio he sido yo designado heraldo, apóstol y maestro. Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado. Con fe y amor en Cristo Jesús, sigue el ejemplo de la sana doctrina que de mí aprendiste. Con el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida la preciosa enseñanza que se te ha confiado" 2 Timoteo 1:8-13. REPITE EN TU INTERIOR “El Señor es compasivo y misericordioso” Convertíos EN COMUNIDAD… VIVIMOS LAS OBRAS DE MISERICORDIA… ESTE MES DE FEBRERO DARDE COMER AL HAMBRIENTO, DAR DE BEBER AL SEDIENTO, VESTIR AL DESNUDO COMPROMISA SEMANAL Revisa en tu interior en aquellas cosas que no das fruto al estilo de lo que Dios sueña para ti, mira que frutos surgen malos de ti que puedan llevar arrepentirse al Señor de haberte dado vida, piensa que hubiera querido ver el Señor en ti y no ha visto aún. Escríbelo en un pequeño papel y llévalo a la misa el próximo fin de semana Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza. Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio. Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan. Voy a seguir hablando de paz, aún en medio de una guerra. Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad. Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha. Y seguiré gritando, aún cuando otros callen. Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas. Y transmitiré alivio, cuando vea dolor. Y regalaré motivos de alegría donde sólo haya tristezas. Invitaré a caminar al que decidió quedarse. Y levantaré los brazos a los que se han rendido.

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La Cuaresma y el Año de la Misericordia

Hay dos acontecimientos eclesiales que van a coincidir durante un tiempo. Por una parte, la Cuaresma que acabamos de comenzar, y que nos llevará a la celebración de la Pascua de Resurrección del Señor. Por otra parte, el ”año de la misericordia”, que ha convocado el Papa Francisco, y que se inauguró el día de la Inmaculada (8 de diciembre). Ambos van a coincidir durante cuarenta días.

La pregunta es ¿cómo ensamblar, cómo coordinar estos dos acontecimientos o eventos? Es decir ¿cómo podemos vivir la Cuaresma este año, para que esté en consonancia con el “año de la misericordia”?

Pero antes diremos qué es la misericordia. Y en vez de hacer definiciones, pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Supongamos que vemos a una persona necesitada de lo que sea: cariño, compañía, comprensión, comidas, vestido, alegría. Y al verla nos da mucha lástima. Pero no hacemos nada por aliviar su necesidad o su pena. Hasta ahí solo hemos tenido un sentimiento de compasión. Eso en nada le ayuda a esa persona necesitada. Pero si tratamos de ayudarla en lo que necesite, habremos sido misericordiosos con esa persona. Jesús practica constantemente la misericordia, y habla constantemente de ella. Pensemos en la parábola del buen Samaritano; pensemos en la parábola del Hijo pródigo; pensemos en la parábola de la oveja perdida… y tantas otras. Fijémonos en su manera de actuar con los enfermos, con los pecadores, con la gente de mal vivir, los marginados, etc. Todos tienen acogida en su corazón y en su actuación.

Pero nos preguntábamos, al comienzo de estas líneas, cómo compaginar este acontecimiento del “Año de la Misericordia”, con la Cuaresma que acabamos de comenzar con la imposición de la Ceniza.

Se supone (tal vez sea mucho suponer, pero supongámoslo) que cada uno ya ha hecho sus planes para esta Cuaresma. Pensando lo que va a hacer para dar sentido a este tiempo que prepara, de alguna manera, la Pascua de Resurrección.

Tal vez, llenos de buena voluntad y de buenos deseos, hemos pensado en hacer sacrificios, penitencias, limosnas, ayunos y abstinencias, etc. Y nos hemos olvidado de lo principal. Intentamos seguir a Jesús a nuestra manera, olvidándonos de como actuó Jesús, a quien queremos seguir e imitar.

Se insiste mucho en el trípode tradicional: Oración, Ayuno y Limosna. Está bien; pero tal vez se nos ofrezca otra manera de introducirnos en la Cuaresma.

El Profeta Isaías dice: “Vosotros ayunáis entre peleas y contiendas, dando puñetazos. No ayunéis para hacer oír en las alturas la voz. ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero?: Desatar los lazos de maldad, deshacer las amarras del yugo, dar la libertad a los oprimidos, y romper toda clase de yugo. Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que veas desnudo y no apartarte de tu semejante”.(Is. 58).

Podemos decir, secundando las palabras del Papa Francisco, que Dios es Misericordia. Así nos lo trasmitió Jesús, con su palabra y sus hechos. Dios es Misericordia. El Papa Francisco, ha querido que esta verdad se nos meta de lleno en la inteligencia y en el corazón. Y por eso ha instituido el año de la Misericordia.

Y el mismo Papa, en su Carta del Año de la Misericordia, recomienda las “Obras de Misericordia”: Visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, visitar a los presos, enterrar a los difuntos, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca, perdonar al que nos ofende, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo, rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.

Poniendo en práctica algunas de estas Obras de Misericordia, estaríamos imitando al Dios Padre misericordioso, y viviendo una magnífica Cuaresma, preparatoria a la Pascua de la Resurrección del Señor.

ANTES QUE SEA TARDE

Había pasado ya bastante tiempo desde que Jesús se había

presentado en su pueblo de Nazaret como Profeta, enviado por el Espíritu de Dios para anunciar a los pobres la Buena Noticia. Sigue repitiendo incansable su mensaje: Dios está ya cerca, abriéndose camino para hacer un mundo más humano para todos.

Pero es realista. Jesús sabe bien que Dios no puede cambiar el mundo sin que nosotros cambiemos. Por eso se esfuerza en despertar en la gente la conversión: "Convertíos y creed en esta Buena Noticia". Ese empeño de Dios en hacer un mundo más humano será posible si respondemos acogiendo su proyecto.

Va pasando el tiempo y Jesús ve que la gente no reacciona a su llamada como sería su deseo. Son muchos los que vienen a escucharlo, pero no acaban de abrirse al "Reino de Dios". Jesús va a insistir. Es urgente cambiar antes que sea tarde.

En cierta ocasión cuenta una pequeña parábola. Un propietario de un terreno tiene plantada una higuera en medio de su viña. Año tras año, viene a buscar fruto en ella y no lo encuentra. Su decisión parece la más sensata: la higuera no da fruto y está ocupando inútilmente un terreno, lo más razonable es cortarla.

Pero el encargado de la viña reacciona de manera inesperada. ¿Por qué no dejarla todavía? Él conoce aquella higuera, la ha visto crecer, la ha cuidado, no la quiere ver morir. Él mismo le dedicará más tiempo y más cuidados, a ver si da fruto.

El relato se interrumpe bruscamente. La parábola queda abierta. El dueño de la viña y su encargado desaparecen de escena. Es la higuera la que decidirá su suerte final. Mientras tanto, recibirá más cuidados que nunca de ese viñador que nos hace pensar en Jesús, "el que ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido".

Lo que necesitamos hoy en la Iglesia no es solo introducir pequeñas reformas, promover el "aggiornamento" o cuidar la adaptación a nuestros tiempos. Necesitamos una conversión a nivel más profundo, un "corazón nuevo", una respuesta responsable y decidida a la llamada de Jesús a entrar en la dinámica del Reino de Dios.

Hemos de reaccionar antes que sea tarde. Jesús está vivo en medio de nosotros. Como el encargado de la viña, él cuida de nuestras comunidades cristianas, cada vez más frágiles y vulnerables. Él nos alimenta con su Evangelio, nos sostiene con su Espíritu.

Hemos de mirar el futuro con esperanza, al mismo tiempo que vamos creando ese clima nuevo de conversión y renovación que necesitamos tanto y que los decretos del Concilio Vaticano no han podido hasta hora consolidar en la Iglesia.

¡Seguiré adelante!

Porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros. Y

aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol y en medio del desierto crecerá una planta. Siempre habrá

un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y mariposas que brinden su belleza.

Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío o callo, acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con

eso será suficiente. Seguramente, la vida me abofeteó y me sorprendió por un segundo, pero ese gesto hará que vuelva a

mi camino.

"Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa soy prisionero. Al

contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio. Pues Dios nos salvó y nos

llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia.

Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo; y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio. De este evangelio he sido yo designado heraldo, apóstol y maestro. Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado. Con fe y amor en Cristo Jesús, sigue el ejemplo de la sana doctrina que de mí aprendiste. Con el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida la preciosa enseñanza que se te ha confiado" 2 Timoteo 1:8-13.

REPITE EN TU INTERIOR

“El Señor es compasivo y misericordioso”

Convertíos

EN COMUNIDAD…

VIVIMOS LAS OBRAS DE MISERICORDIA…

ESTE MES DE FEBRERO DARDE COMER AL HAMBRIENTO,

DAR DE BEBER AL SEDIENTO,

VESTIR AL DESNUDO

COMPROMISA SEMANAL Revisa en tu interior en aquellas cosas que no das

fruto al estilo de lo que Dios sueña para ti, mira

que frutos surgen malos de ti que puedan llevar

arrepentirse al Señor de haberte dado vida, piensa

que hubiera querido ver el Señor en ti y no ha visto

aún. Escríbelo en un pequeño papel y llévalo a la

misa el próximo fin de semana

Voy a seguir creyendo, aún cuando

la gente pierda la esperanza.

Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.

Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.

Voy a seguir hablando de paz,

aún en medio de una guerra.

Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.

Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.

Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.

Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas.

Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.

Y regalaré motivos de alegría donde sólo haya tristezas.

Invitaré a caminar al que decidió quedarse.

Y levantaré los brazos a los que se han rendido.

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HORARIO DE MISASHORARIO DE MISAS

SEMANA DEL 22 AL 28 DE FEBRERO DE 2016.

III DOMINGO DE CUARESMA

FEBRERO 2016 HOJA PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA ASUNCIÓN UTIEL AÑO 10 Nº 438

Lunes 22 de febrero

Intenciones

LA CATEDRA DEL APÓSTOL SAN PEDRO.

18.30 h. Rezo del Santo Rosario.

19.00 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

Martes 23 de febrero

Intenciones

SAN POLICARPO.

18.30 h. Rezo del Santo Rosario.

19.00 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

Miércoles 24 de febrero

Intenciones

SAN MODESTO.

18.30 h. Rezo del Santo Rosario.

19.00 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

Jueves 25 de febrero. Intenciones

SAN CESÁREO.

19.00 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

19.30 h. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO.

Viernes 26 de febrero

Intenciones

SAN ALEJANDRO.

18.30 h. Rezo del Santo Rosario.

19.00 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

Suf. D. Joaquín Lerma Sáez y familiares difuntos.

Sábado 27 de febrero

Intenciones

SAN GABRIEL.

10.10 h. Santa Misa “Residencia Los Viñedos”.

19.30 h. Rezo del Santo Rosario.

20.00 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

Domingo 28 de febrero

Intenciones

Bautizos

SAN TEÓFILO.

09.30 h. Santa Misa en la Iglesia de San Antonio.

Suf. Marita de la Heras Pons, 08-02-2016.

Suf. José Sayas Cervera, 07-02-2016.

Suf. Lorenza Sayas Martínez, 09-02-2016.

Suf. Araceli Pérez Rodríguez, 13-02-2016

11.00 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

Suf. María Viana Iranzo.

12.30 h. Santa Misa en la Iglesia de Santa Ana.

13.30 h. Juan Monteagudo Cabanillas.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,1-9

Jesús nos cuida y espera nuestros frutos

En aquella ocasión se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los

galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús les contestó:

- ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os

convertís, todos pereceréis de la misma manera.

Y les dijo esta parábola:

Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella,

y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

- Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo

encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?

Pero el viñador contestó:

- Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré

estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.

Palabra de Dios.

SOLO PARA INFORMACIÓN, EL COSTE DE ESTA PUBLICACIÓN ES DE 20 CÉNTIMOS DE EURO.

NUEVA PAGINA WEB www.parroquiautiel.es

AVISOS

LUNES 22

* A LAS 17 h. CARITAS PARROQUIAL.

* A LAS 18.30 h. REUNIÓNCATEQUISTA DE 2º

JUEVES 25

A LAS 20 h. CHARLA DE S

EMANA SANTA (2).

SABADO 27

RETIRO ARCIPRESTAL DE CUARESMA DE 10 A 13 h. EN EL PONTON DE REQUENA.

DOMINGO 28

A LAS 12.30 h. MISA CON IMPOSICION DE

PAÑOLETAS JUNIORS.

FIN DE SEMANA DEL 27-28 DE FEBRERO

* CURSILLOS

PREMATRIMONIALES

* Y COLECTA EXTRAORDINARIA PARA LA

CUBIERTA DEL TEMPLO.

INFORMACION DEL CEMENTERIO

SEGUIMOS INFORMATIZANDO Martes y Jueves de 11 a 13 h

Martes, Miércoles y Jueves de 18 a 20 h.

en el despacho parroquial

Pueden venir todos … los grupos, capillas familiares,

II EXPOSICION DE SEMANA SANTA (15 AL 26 DE MARZO

Para prepararla necesitamos fotografías relacionadas con la Semana Santa Utielana anterior a 1970. Los que tengan alguna foto pasar por la parroquia de martes a viernes de 18 a 20 h. y las escanearemos (las devolvemos en el acto). Fecha tope 4 de Marzo.