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VI Congreso Internacional de Actividades Físicas Cooperativas. Ávila: 30 de junio al 3 de julio de 2008. Ángel Perez Pueyo, Israél Herrán Álvarez, David Vega Cobo y Carlos Heras Bernardino: “La cronochapa, o cómo disfrutar logrando que otros disfruten: un proyecto cooperativo en el marco del estilo actitudinal”.

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LA CRONOCHAPA, O CÓMO DISFRUTAR LOGRANDO QUE OTROS DISFRUTEN: UN

PROYECTO COOPERATIVO EN EL MARCO DEL ESTILO ACTITUDINAL

Ángel Perez Pueyo Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte - Universidad de León.

Israél Herrán Álvarez I.E.S. Conde Diego Porcelos - Burgos

David Vega Cobo C.R.A. Villager de Laciana - León.

Carlos Heras Bernardino I.E.S. Severo Ochoa - Alcobendas (Madrid)

RESUMEN: La presente comunicación relata una experiencia práctica, la “Cronochapa”, desarrollada en varios centros de Castilla y León con cursos desde 1º hasta 4º de ESO en el marco del Estilo Actitudinal (Pérez Pueyo, 2005) y los proyectos cooperativos como metodología cooperativa en Educación Física. La experiencia se plantea en forma de proyecto cooperativo en el que se aúna el trabajo curricular específico de nuestra área sobre los juegos y deportes tradicionales de nuestra comunidad autónoma y la implicación grupal del alumnado en las actividades del centro (Semana Cultural, días de fiesta…) de una forma diferente y con grandes dosis de transversalidad. Ésta se ve plasmada directamente a través de la educación en valores que se fomenta mediante el empleo de una metodología como son los “proyectos cooperativos”; los cuales, a través del trabajo en grupo, el reparto de roles y funciones, el diálogo entre los participantes, la constante toma de decisiones y la sensación de identidad de lo colectivo, entre otros, posibilita el enriquecimiento de los aspectos educativos de nuestras clases.

INTRODUCCIÓN Con el paso de los años son cada vez más los docentes de Educación Física que optan por la puesta en práctica de unidades didácticas, contenidos, actividades o juegos de naturaleza cooperativa, conscientes de su potencialidad educativa. Menos frecuentes, pero quizás más relevantes, son las ocasiones en las que la filosofía o el planteamiento general del área gira en torno a la búsqueda del “pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades del alumno” (LOE, 2006; art. 2.1.a), dejando de lado el “simple motricismo” tradicional de nuestras clases y donde se constata que las actitudes y valores de nuestros alumnos1 no

1 La utilización del género masculino se debe única y exclusivamente a criterios de fluidez.


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Foto 1.- Alumnos de 1º ESO disfrutando de la actividad organizada por los alumnos de 4º ESO del centro.

aparecen por arte de magia como consecuencia de conocer “lo que está bien” y “lo que está mal”. Omeñaca y Ruiz (2007) comentan que “vivimos en una constante contradicción: mientras asumimos como principios universales la igualdad entre las personas, la cooperación entre los pueblos y la construcción de un mundo de paz y solidaridad, participamos en una sociedad jerarquizada, individualista y competitiva en la que el “tener” se ha convertido en un argumento sustitutivo del “ser” y donde importa el triunfo y el logro personal sobre cualquier otra cosa” En el marco de la Educación Física, desgraciadamente, confundimos con frecuencia lo que supone cooperar, siendo habitual creer que porque nuestros alumnos jueguen o trabajen juntos, de manera grupal, ya estamos incidiendo positivamente en el fomento de las relaciones interpersonales, las habilidades sociales o provocando determinados comportamientos cooperativos, tolerantes o solidarios. En demasiadas ocasiones no sólo no logramos ninguna de estas intenciones, sino que muy al contrario provocamos situaciones de desprecio, rivalidad, agravios personales o insultos; quizás porque pensamos que se trata de logros que no requieren demasiada planificación o estructuración por parte del profesorado, olvidando toda la influencia social que reciben nuestros alumnos. Durante años, han sido muchos los profesionales que pensaban que planificando una programación y llevándola a cabo de manera escrupulosa (teniendo en cuenta todos los posibles fallos que se pudiesen presentar), los problemas estaban solucionados. Pensaban que podían controlar la realidad de su espacio de actuación; pero lo que realmente conseguían era toda una cascada de sensaciones, que en función de cómo sean fuesen recibidas por el alumno (su realidad), así responderían. De ahí que podamos decir sin miedo a equivocarnos, que el profesor es un auténtico “provocador de sensaciones” y desgraciadamente, en demasiadas ocasiones, negativas (Pérez Pueyo, 2005: 224). No obstante, si lo pensamos bien, somos una de las pocas materias (por no decir la única) que tiene el privilegio de poder actuar significativamente sobre las 5 capacidades que configuran la personalidad y el desarrollo integral de nuestros alumnos: cognitivo-intelectual, afectivo-motivacional, psicomotriz, de relaciones interpersonales y de actuación e inserción social (MEC, 1992). Sin embargo, y como hemos comentado anteriormente, lo más habitual era (y desgraciadamente en


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Foto 2.- Alumnos de 4º ESO haciendo disfrutar a los alumnos de Primaria.

muchos casos aún lo es) centrarse en el aspecto eminentemente motriz, considerado como propio y exclusivo del área de Educación Física. Con el paso del tiempo, finalmente parece evidente que “la educación a través del cuerpo y el movimiento no se reduce exclusivamente a aspectos sensomotrices sino que implica otros de carácter expresivo, comunicativo, afectivo y cognitivo sobre los que también es necesario incidir” (Decreto 52/2007). Así, desde nuestra área es posible educar en este sistema de valores, que se sustentará en vivencias vinculadas con las relaciones sociales, el diálogo constructivo (siempre con sentido crítico), la resolución de conflictos, la reflexión y la elaboración de significados personales. Por todo ello, desde esta perspectiva, el juego y las metodologías cooperativas se presentan como herramientas indispensables, ya que engloban dos aspectos fundamentales que no se dan en otras actividades orientadas hacia la educación para la paz y la convivencia y que son, la alegría y el disfrute del aspecto lúdico del juego compartido con el hecho de compartir ideas, unir esfuerzos y renunciar a determinados aspectos personales en virtud de otros más colectivos y gratificantes.

A lo largo de la presente comunicación podremos ejemplificar cómo, utilizando los contenidos relacionados con “los juegos y deportes tradicionales” y “la metodología cooperativa del Estilo Actitudinal” (Pérez Pueyo, 2005) como herramientas, se han llevado a cabo, en diferentes centros y contextos escolares, proyectos de trabajo cooperativo de gran potencialidad educativa en el ámbito de los valores y actitudes cooperativas. El caso que nos ocupa es de la “Cronochapa”, proyecto que combina el juego tradicional de las chapas (conocido por todos) con la planificación, organización y ejecución de manera cooperativa por parte de alumnos de E.S.O de diferentes cursos.

Todo ello pensado para los más pequeños del instituto (foto 1 y 2) e incluso de colegios cercanos de Educación Primaria o centros que tienen primaria y secundaria, combinando: Educación Física, Cooperación, Transversalidad y Actividades Complementarias y/o Extraescolares. LA COOPERACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICA. ALGUNAS PROPUESTAS. Es muy probable que al oír hablar de cooperación se piense en el trabajo en grupo que nuestros alumnos desarrollan a la hora de realizar una tarea o


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actividad dentro de nuestras clases, y las muchas veces que esto ocurre. Sin embargo, este concepto de “lo cooperativo”, pobremente reducido a lo grupal, simplifica demasiado algo que es mucho más rico y potencialmente educativo. El efecto de las relaciones entre nuestros alumnos sobre el aprendizaje, no es sólo cuestión de cantidad (es decir, mejor cuanto más momentos de relación puedan plantearse) sino también y especialmente de calidad. No basta con dejar que los alumnos participen juntos en una actividad o propiciar interacciones entre ellos, sino que en contextos educativos será imprescindible intervenir de forma consciente, intencionada y estructurada para fomentar y promover relaciones enriquecedoras para todos ellos. Según mencionan Omeñaca, Puyuelo y Ruiz (2001), dentro de la Educación Física, la cooperación recoge un conjunto de actividades y juegos, así como un amplio abanico de métodos de aprendizaje que tienen como perfil común la interacción encaminada a lograr metas compartidas. De este modo, el trabajo cooperativo en nuestra materia supone:

• Respeto a la individualidad, a la identidad personal y a la autonomía de juicio.

• Ruptura con el individualismo. • Confianza en las relaciones interpersonales. • Disposición para compartir las capacidades propias a lo largo del

proceso. • Uso del diálogo como forma de encuentro. • Superación del egocentrismo y enriquecimiento de la perspectiva propia

con la aportada por los otros. • Responsabilidad en las relaciones grupales. • Tolerancia.

Pero la cooperación exige por definición la ausencia de competición, y por ende, carece de vencedores o vencidos. Sin duda, ésta es una de las características definitorias del deporte, con lo que se podría considerar una incongruencia la existencia de un “deporte cooperativo”. En ocasiones se habla de deportes cooperativos para referirse a aquellos en los que el resultado de las acciones individuales caminan en la misma dirección (gimnasia rítmica, vela, bobsleigh…), pero más que de cooperación, en este caso hablaríamos de “deportes de colaboración”, porque en el fondo, dicho resultado común va a ser siempre comparado con el de otros. Entre las propuestas metodológicas cooperativas podemos encontrar, por ejemplo, el Juego Cooperativo. Desde un planteamiento inicial basado en la estructura de meta (individualista, competición y cooperación; Johnson, 1981), son actividades lúdicas cooperativas las que demandan de los jugadores una forma de actuación orientada hacia el grupo, en la que cada participante colabora con los demás para la consecución de un fin común (Omeñaca y Ruiz, 2007). Pero los autores


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Foto 3.- Grupo de alumnos de diferentes cursos (bachillerato, 1º y 2º de ESO trabajando juntos en el montaje del circuito de chapas.

que se han dedicado al estudio de estas actividades han ido más allá intentando caracterizarlas para aportar una mayor cantidad de información sobre el tema. Si analizamos las características atribuidas al juego cooperativo por diferentes autores (Pallares, 1978; Orlick, 1986, 1999; Slavin 1990; Poleo y cols, 1990) podemos decir que se trata de actividades en las que: a) Todos los participantes aspiran a un fin común: trabajar juntos. b) Todos ganan si se consigue la finalidad y todos pierden en caso contrario. c) Los jugadores compiten contra los elementos no humanos del juego en lugar

de competir entre ellos. d) Los participantes combinan sus diferentes habilidades uniendo sus

esfuerzos para conseguir la finalidad del juego. e) Existe la necesidad de que los jugadores dispongan de habilidades sociales y

capacidades motrices y cognitivas para superar las exigencias del juego. f) El objetivo del juego no puede representar el único nexo de unión entre los

participantes, ya que de lo contrario, habrá más posibilidades de que aparezcan actitudes de competición, discriminación, agresión, etc…

Otra de las propuestas habituales que nos podemos encontrar entre las metodologías cooperativas es el Aprendizaje Cooperativo. Sin embargo, no debemos confundir las actividades o juegos cooperativos con el “aprendizaje cooperativo”. Este tipo de aprendizaje hace referencia a un conjunto de métodos educativos en los que los alumnos trabajan de manera interdependiente y coordinada en grupos, generalmente reducidos y heterogéneos, para mejorar su propio aprendizaje y el de los demás. A diferencia del trabajo en grupo, el aprendizaje cooperativo implica la presencia de una serie de componentes esenciales (Johnson y Johnson, 1999) o condiciones mediadoras que evitan algunas de las conductas negativas del trabajo grupal (dilución de la responsabilidad, efecto polizón, reparto desigual del trabajo…) (Velázquez Callado, 2006). Estos componentes son: la interdependencia positiva, la interacción promotora, la responsabilidad personal e individual, las habilidades interpersonales y de grupo; y finalmente el procesamiento grupal o autoevaluación, EL PROYECTO COOPERATIVO EN EL MARCO DEL ESTILO ACTITUDINAL Existen múltiples opciones de implementación para el aprendizaje cooperativo: práctica colaborativa, enseñanza recíproca, equipos cooperativos, resolución de


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problemas en grupos cooperativos… Nuestra propuesta está basada en el trabajo con uno de todos ellos: el proyecto cooperativo. El Proyecto Cooperativo, siguiendo a Omeñaca, Puyuelo y Ruiz (2001), se presenta como una de las opciones metodológicas más interesantes dentro del ámbito cooperativo, ya que supone el resultado de una de nuestras aspiraciones últimas como docentes de Educación Física vinculada a que nuestros alumnos adquieran tal nivel de autonomía que puedan ser capaces de planificar, realizar y evaluar sus propias actividades. Si además el proyecto se realiza dentro de un contexto grupal y con la intención de que otros las disfruten, las ventajas son aún mayores. No obstante, cuando los proyectos grupales se llevan a cabo dentro de un contexto educativo, como es en nuestro caso y poseen una intencionalidad cooperativa, éstos han de cumplir una serie de principios (Omeñaca, Puyuelo y Ruiz, 2001) como la transferencia de decisiones al alumno, la división de las responsabilidades en grupos de trabajo o comisiones (aunque ello no conducirá a la aparición de diferentes estatus dentro del grupo), la obligatoriedad de que el alumno se sienta auténticamente útil y teniendo conciencia de que el trabajo que está desarrollando dentro del grupo reporta resultados deseables y necesarios para él mismo y para los demás, y finalmente, la coordinación de las tareas encomendadas de manera grupal e individual deberá ser el fundamento para el éxito de la planificación, desarrollo y evaluación de la actividad proyectada. Con todo lo mencionado, el proyecto cooperativo posibilita que se establezcan nuevos lazos afectivos entre los diferentes participantes, generando un clima de inclusión, fomentando la autoestima personal y la sensación de identidad de lo colectivo. Pero la propuesta presentada se enmarca dentro del denominado Estilo Actitudinal (Pérez Pueyo, 2005). Éste demuestra que “es posible desarrollar una metodología basada en actitudes que permita trabajar atendiendo por igual a todos los alumnos de un mismo grupo, ofreciéndoles experiencias positivas y consiguiendo crear el grupo que siempre debieron ser”. Para ello aporta dos elementos fundamentales; por un lado, una propuesta didáctica centrada en una metodología basada en actitudes como elemento vertebrador del proceso de enseñanza y aprendizaje desde una perspectiva significativa, que pretende conseguir una mayor motivación hacia la Educación Física que garantice el mismo o mejor nivel de resultado, entendido éste no sólo desde la perspectiva motriz, sino desde el resto de las capacidades que desarrollan al individuo (cognitivo-intelectuales, afectivo-motivacionales, de relación interpersonal y de inserción social) (MEC, 1992, 2006). Pero además, crear actitudes más positivas de autoestima, satisfacción, pensamiento autónomo, socialización, de


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eliminación de conflictos y/o de comportamiento solidario, tanto en la propia área de Educación Física como en el resto de las áreas. Para ello, a la hora de aplicarlo, tres son los aspectos claves para su aplicación: las Actividades Motrices Intencionadas, la Organización Secuencial hacia las Actitudes y los Montajes Finales2. Este autor, a través de su estilo, siempre propone que los alumnos de 4º sean los encargados de organizar las fiestas (Pérez Pueyo, 2003b); de tal manera que éstos buscan llevar a cabo propuestas que permitan disfrutar a sus compañeros de cursos inferiores y de alguna forma devuelvan parte de lo que ellos pudieron recibir cuando eran más pequeños de sus compañeros mayores. Por eso, cuando llegan a 4º siempre están deseando implicarse y buscar algo original que pueda sorprender. En este caso contaremos una experiencia que, aunque forma parte de una organización más compleja, en sí misma tiene muchos aspectos que comentar. LA CRONOCHAPA: UN PROYECTO COOPERATIVO EN EL MARCO DEL ESTILO ACTITUDINAL Justificación formativa del proyecto Como profesores de Educación Física tenemos la obligación de impartir en determinados cursos contenidos relacionados con los juegos y deportes tradicionales de la comunidad autónoma en la que trabajamos. Éstos cumplen una función de enculturación, conservan y transmiten los valores profundos de la cultura popular y proporcionan (en muchos casos) una actividad motriz acorde con las características de sus practicantes, propician y facilitan las relaciones sociales entre los miembros de una misma generación y entre los de diferentes generaciones, y ayudan a conservar tradiciones de transmisión oral y patrimonio lúdico (Trigueros y Pavesio, 2003). Hasta hace unos años, nadie nos enseñaba a jugar a canicas, peonza o chapas en el colegio; sin embargo ahora, nos vemos en la obligación de hacerlo si no queremos que este tipo de prácticas vayan desapareciendo poco a poco del tiempo libre de nuestros alumnos, ya sea en el recreo de clase o por las tardes en el parque. Pero a pesar de lo expresado anteriormente, habitualmente los juegos tradicionales son tildados de competitivos e incluso en algunas ocasiones de sexistas. Si bien puede llegar a ser verdad, e incluso incrementarse si no se hace un adecuado uso de los mismos (como sucede con cualquier otra actividad en la que nuestros alumnos se comparen entre sí), no es menos cierto que los juegos tradicionales pueden poseer ciertos rasgos que favorezcan la cooperación entre los protagonistas del mismo. 2 Para más información, leer la ponencia de este congreso “¿Realidad o ficción? Resultados de una metodología práctica de colaboración y cooperación basada en el Estilo Actitudinal”.


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Pero, ¿por qué conformarse con aspectos de tipo cooperativo en la forma de jugar a un juego, cuando podemos hacerlo extensivo a la planificación, organización, realización y evaluación de todo un proyecto? Ésta es la base de la “Cronochapa”. Una actividad escolar cooperativa en todos sus aspectos que además tiene la potencialidad de no centrarse únicamente en el desarrollo curricular habitual de nuestras clases, sino de conseguir la implicación de nuestros alumnos más allá, participando en la organización de actividades de centro como pueden ser la semana cultural, de fiestas... Y muchas veces con la satisfacción personal y grupal de sentirse adultos y responsables preparándolo para alumnos de otros cursos inferiores del centro de secundaria e incluso de otros centros de primaria. En el cuadro resumen podemos observar los aspectos más importantes.

GRUPO MODO DE

COOPERACIÓN APORTACIONES MÁS

RELEVANTES

PR

OY

EC

TO

CO

OP

ER

AT

IVO

: L

AC

RO

NO

CH

AP

A

1 o varios grandes grupos con reparto de tareas en pequeños grupos

Comunicación: intercambio de ideas y de información. Negociación: debate y búsqueda colectivas de alternativas y soluciones. Creación: como resultado de la colaboración grupal y de la iniciativa individual. Asunción colectiva de responsabilidades sobre la actividad proyectada.

Responsabilidad sobre las relaciones grupales.

Responsabilidad sobre la planificación, ejecución y evaluación de la actividad.

Transferencia a los alumnos de las decisiones propias de la planificación y de parte de las que se producen durante el proceso y durante la evaluación. Incidencia en la autonomía de los alumnos. Demanda una forma de actuación responsable y adulta, al encargarse de grupos de alumnos más pequeños. Vinculación entre planificación, ejecución y evaluación de la actividad. Incremento de las relaciones comunicativas (inter-intragrupales). Posibilidad de compartir ideas y de influir en las decisiones grupales. Permite integrar a alumnos con distintas capacidades e intereses. Vinculación-inclusión del proyecto dentro de las actividades del centro (Semana Cultural, actividades complementarias y/o extraescolares…). Brinda oportunidades para hablar, discutir y ponerse de acuerdo, contrastar ideas… Satisfacción personal y grupal en el logro de los objetivos propuestos.

Cuadro 1.- Características del proyecto cooperativo planteado.


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Objetivos del proyecto En la realización del proyecto “Cronochapa” se aspira al logro de los siguientes objetivos:

1. Contribuir a la investigación, recuperación, mantenimiento y difusión de los juegos tradicionales de Castilla y León.

2. Comprender y valorar la importancia del juego tradicional en el proceso educativo, potenciando la interacción entre el alumnado de diferentes cursos, las situaciones de toma de decisiones y negociación y hacer explícitas las posibilidades de orientar los juegos hacia enfoques no competitivos.

3. Permitir al alumno la toma de decisiones grupales de manera responsable en cuanto a la planificación, realización y valoración del proyecto cooperativo.

4. Utilizar el método del proyecto cooperativo en el marco del estilo actitudinal con la intención de involucrar al alumno en las actividades del centro y fomentar aspectos como el diálogo, la negociación, la tolerancia, el respeto a las decisiones de los demás y la creación, principalmente.

5. Disfrutar y permitir el disfrute de otros antes y durante la práctica de los juegos tradicionales.

Vinculación curricular Como se ha mencionado en apartados anteriores, el proyecto de la “Cronochapa” puede vincularse al trabajo tanto de alumnos desde 1º a 4º de la ESO. En ambos casos, la propuesta discurre con características muy similares, con las diferencias lógicas que presentan unos y otros alumnos. Es por esto que, desde el punto de vista curricular, deberemos tener en cuenta los objetivos, contenidos, criterios de evaluación y metodología de cada uno de los niveles. Y por supuesto no debemos olvidar la contribución que este tipo de trabajo cooperativo tendrá en relación con el nuevo elemento curricular aparecido con la nueva ley de educación (LOE, 2006): las competencias básicas. Respecto a éstas, de manera especial se vinculará al trabajo de los aspectos relacionados con la competencia social y ciudadana y a los aspectos relacionados con la “educación en valores” que deben trabajarse desde todas (LOE, 2006; art. 27.4) y cada una de las áreas del currículo (Real Decreto 1631/2006). La relación del proyecto cooperativo con los diferentes elementos curriculares se realizará teniendo en cuenta 2 puntos de vista:

1) En primer lugar, estará centrado en 4º de ESO, donde como puede verse en el cuadro 2 estará centrado sobre aspectos relacionados con la planificación y organización de manera cooperativa y a los aspectos que estas labores conllevan para los alumnos desde una perspectiva de


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trabajo grupal. En este caso, los alumnos se erigen como responsables y/o cuidadores de la actividad, pensada para que los más pequeños del instituto u otros centros de primaria cercanos la disfruten. La participación en si no es tan relevante, puesto que no suele estar dentro de sus gustos e intereses, aunque el hecho de haberlo preparado, hace que este aspecto pueda modificarse (Ver cuadro 2).

2) La 2ª opción es vincularlo a los primeros cursos de ESO (e incluso

últimos de primaria). En este caso, aunque las bases del proyecto cooperativo se mantienen, estarán más guiadas por el profesor y el objetivo final será un mayor grado de participación y disfrute en el desarrollo de la actividad. No obstante, no deja de ser una ocasión fundamental para que los alumnos vayan asumiendo diferentes papeles en la toma de decisiones y el diálogo con los compañeros (Ver cuadro 3).

RELACIÓN DEL PROYECTO CON LOS DIFERENTES ELEMENTOS CURRICULARES

PUNTO DE VISTA DEL ORGANIZADOR DE LA ACTIVIDAD (4º ESO)

COMPETENCIAS BÁSICAS

Conocimiento y la interacción con el mundo físico. Competencia social y ciudadana Autonomía e iniciativa personal Competencia cultural y artística Competencia para aprender a aprender

OBJETIVOS DEL ÁREA

4. Planificar actividades que le permitan satisfacer sus necesidades, previa valoración del estado de sus capacidades físicas y habilidades específicas. 9. Participar, con independencia del nivel de habilidad alcanzado, en juegos y deportes (convencionales, recreativos y populares), colaborar en su organización y desarrollo, valorando los aspectos de relación que fomentan, y mostrar habilidades y actitudes sociales de tolerancia y deportividad por encima de la búsqueda desmedida del rendimiento. 14. Realizar actividades deportivas y recreativas con un nivel de autonomía aceptable en su desarrollo práctico. 15. Identificar, valorar y participar en aquellas actividades físico-deportivas tradicionales arraigadas en el entorno más próximo, como medio de reconocimiento de los valores culturales que le vinculan a su Comunidad. 16. Mostrar habilidades y actitudes sociales de respeto, trabajo en equipo y deportividad en la participación en actividades, juegos y deportes, independientemente de las diferencias culturales, sociales y de habilidad.

CONTENIDOS

- El juego y el deporte en el tiempo de ocio. Práctica de actividades deportivas individuales y colectivas de ocio y recreación.

- Planificación y organización de campeonatos deportivos. - Cooperación y aceptación de las funciones atribuidas dentro de una

labor de equipo. - Resolución de conflictos en situaciones de juego mediante técnicas de

relajación y de dinámica de grupo. - Valoración del juego y el deporte como medios de aprendizaje y

desarrollo de cualidades físicas, psicomotrices y socioafectivas.


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CRITERIOS DE EVALUACIÓN

7. Practicar con autonomía deportes individuales y colectivos, mediante la aplicación de las reglas y las habilidades técnico-tácticas específicas, mostrando actitudes cooperativas y tolerantes. Participar en la organización y puesta en práctica de torneos. 12. Participar de forma activa en la planificación, organización y realización de actividades físico-deportivas y recreativas en el medio natural, y aplicar normas de protección y respeto del entorno.

Cuadro 2.- Extraído de Decreto 52/2007 por el que se establece el currículo para la Educación Secundaria Obligatoria para la comunidad autónoma de Castilla y León.

RELACIÓN DEL PROYECTO CON LOS DIFERENTES ELEMENTOS CURRICULARES

PUNTO DE VISTA DEL PARTICIPANTE (1º ESO)

COMPETENCIAS BÁSICAS

Conocimiento y la interacción con el mundo físico. Competencia social y ciudadana. Autonomía e iniciativa personal. Competencia cultural y artística. Competencia para aprender a aprender.

OBJETIVOS

1º ESO 4. Planificar actividades que le permitan satisfacer sus necesidades, previa valoración del estado de sus capacidades físicas y habilidades específicas? 9. Participar, con independencia del nivel de habilidad alcanzado, en juegos y deportes (convencionales, recreativos y populares), colaborar en su organización y desarrollo, valorando los aspectos de relación que fomentan, y mostrar habilidades y actitudes sociales de tolerancia y deportividad por encima de la búsqueda desmedida del rendimiento. 14. Realizar actividades deportivas y recreativas con un nivel de autonomía aceptable en su desarrollo práctico. 15. Identificar, valorar y participar en aquellas actividades físico-deportivas tradicionales arraigadas en el entorno más próximo, como medio de reconocimiento de los valores culturales que le vinculan a su Comunidad. 16. Mostrar habilidades y actitudes sociales de respeto, trabajo en equipo y deportividad en la participación en actividades, juegos y deportes, independientemente de las diferencias culturales, sociales y de habilidad.

CONTENIDOS

- Análisis de las particularidades y clasificación de los juegos deportivos: convencionales, tradicionales y recreativos.

- Participación de forma activa en los diferentes juegos y actividades deportivas: relaciones entre compañeros, máxima participación, respeto y tolerancia.

- Descubrimiento de la necesidad y el sentido de las normas para configurar los juegos, y aceptación y valoración de las mismas.

CRITERIOS DE EVALUACIÓN

1º ESO 7. Mostrar actitudes de cooperación, tolerancia y deportividad en la práctica de actividades físico-deportivas, así como respeto en la utilización de material e instalaciones.

Cuadro 3.- Extraído de Decreto 52/2007 por el que se establece el currículo para la Educación Secundaria Obligatoria en la comunidad autónoma de Castilla y Léon.


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Foto 5.- Diferentes tramos elaborados por los alumnos antes del proceso de montaje.

Foto 4.- Niños jugando a la Cronochapa.

Organización del proyecto cooperativo El proyecto que se les plantea propone a los alumnos ser los encargados de planificar, organizar y llevar a cabo una actividad que luego disfrutarán, bien

ellos o bien otros alumnos. Hasta ahora, la experiencia ha sido puesta en práctica con alumnos desde 1º hasta 4º de ESO. En el caso de que sean los alumnos de 3º- 4º de ESO los encargados del proyecto, los destinatarios del mismo serán los más pequeños del centro; es decir, los alumnos de 1º ESO e incluso los alumnos de primaria de un colegio cercano3. Será éste sin duda, uno de los aspectos cooperativos más importantes de la “Cronochapa”, ya que los alumnos trabajan en algo que

directamente no tiene repercusión sobre ellos mismos, sino en la propia satisfacción de sentirse recompensados al ver como otros niños se lo pasan estupendamente con algo que ellos han organizado. Al ser los encargados de vigilarlo y ponerlo en práctica, asumen roles adultos al cuidado de los más pequeños (siempre, por supuesto, con la presencia del profesor o profesores responsables), demostrando que muchas veces son capaces de comportarse de otra manera muy diferente a la que demuestran en centro dentro de su grupo de iguales. En el caso de los alumnos de 1º y 2º ESO, el resultado del proceso preparado podrá igualmente estar dedicado a los alumnos de otros centros cercanos (como ya se ha comentado) o ser los propios alumnos los que disfruten del mismo jugando a las chapas con sus compañeros. Cuando no es la primera vez que ponemos en práctica el juego, podemos enseñar a nuestros alumnos fotos o videos de lo que hicieron otros compañeros en cursos o centros anteriores. No obstante esto no es imprescindible, y a la hora de ponerlo en práctica por primera vez, seguramente que todos nuestros alumnos han oído hablar en alguna ocasión de un juguete llamado “Scalextric”. No se trata de otra cosa que de fabricar individual o grupalmente tramos de pista como si fuésemos a montar un circuito de carreras, de carrera de chapas, que luego ser irán uniendo unos a otros con cinta adhesiva. Si queremos asegurarnos que nuestros alumnos han entendido lo que se les pide, podemos ser nosotros los que elaboremos un tramo-ejemplo de pista. 3 En el caso de IESO´s o centros concertados, se llevará a cabo para los alumnos del propio centro.


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Foto 8.- Probando tramos durante el montaje

Fotos 6 y 7.- Chicos y chicas de diferentes cursos preparando el montaje del recorrido de chapas. La fabricación de los tramos podrá ser individuales o en grupo, pero siempre deberemos exigir que todos nuestros alumnos participen en el proyecto de una u otra manera. Si lo ponemos en práctica con un número amplio de alumnos o grupos, podemos también optar por el reparto de funciones de algunas tareas que tienen que realizarse:

• Decisión del lugar del montaje. • Fabricación de los tramos. • Planificación de cómo montar el circuito. • Montaje de los diferentes tramos, búsqueda de las chapas con las que se

jugará. • Organización de horarios o grupos que visitarán la actividad. • Vigilancia y cuidado tanto de los alumnos (sobretodo de los más

pequeños) como del circuito. • Posible reparación o conservación de los tramos que hayan podido

romperse o estropearse con el uso. • Desmontaje, limpieza y separación de los materiales utilizados para el

reciclaje.

Los alumnos fabricarán los tramos de pista con los materiales, formas, colores y tamaños que ellos consideren oportuno, exigiéndoles únicamente que no sean demasiado estrechos o complicados para que las chapas puedan pasar por ellos. Si está dentro de nuestro planteamiento hacer la actividad no sólo cooperativa, sino ecológica, podemos establecer que puedan emplearse solamente objetos o materiales ya usados, de manera que les

demos un segundo uso, sin tener que comprar ni gastar dinero. De esta manera servirá cualquier tipo de papel, cartón, tetra-bricks, latas, botellas de plástico y cualquier otro objeto al que se le pueda dar un segundo uso; no pudiendo ser sucio ni peligroso. Antes de poner el proyecto en marcha, el profesor de Educación Física o algún grupo de alumnos se encargarán de buscar un espacio o instalación adecuado para el montaje de la actividad. Como siempre es difícil controlar la


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meteorología, por lo que será deseable un lugar cerrado y amplio donde poder llevarlo a cabo. No obstante, debido a la poca disponibilidad de aulas en los centros, pueden sernos de utilidad otros espacios como salas de audiovisuales o usos múltiples, salones de actos, porches cubiertos, pabellón o gimnasio,… O incluso aprovechar pasillos poco transitados del centro. En el mejor de los casos, si la organización de la actividad se desarrolla al finalizar el 3er trimestre, y se prevé buen tiempo, se puede llevar a cabo sin problemas al aire libre. No obstante, si la actividad va a alargarse más de una día, convendría que estuviera colocado en un espacio cubierto o por lo menos abrigado del posible aire o lluvias.

Fotos 9 y 10.- Día de la cronochapa, cartel decorativo y alumnos encargados de cronometrar el tiempo de sus compañeros Convendrá establecer una fecha límite para la fabricación de los tramos de pista, de manera que en la fecha prevista para el montaje todos los tramos estén a disposición del grupo o grupos de alumnos que se van a encargar del montaje. Este montaje comienza por analizar en un primer momento los diferentes tramos con los que se cuenta, para intentar repartir la dificultad de los mismos a lo largo de todo el recorrido. Dispondremos de tramos rectos, curvos, rotondas, saltos, túneles y puentes, paradas de autobús, monumentos famosos de diferentes ciudades,… Y un sinfín de creaciones realizadas por nuestros alumnos. Es en estas situaciones cuando nos damos cuenta de que nuestros alumnos sí pueden ser creativos; para ello, parece lógico entonces que les dejemos serlo. Todos los tramos se unirán unos a otros a través de cinta adhesiva, aunque no siempre será necesario que unamos un tramo con otro ya que podemos utilizar otros materiales que den variedad y originalidad al recorrido: bancos suecos, mesas, sillas, aros, picas, conos… Todo esto nos servirá para que el recorrido no sólo discurra en dos dimensiones, sino también en tres, buscando subidas y bajadas, desniveles, etc… Que sin duda, harán del juego una experiencia mucho más disfrutada por los alumnos y menos monótona.


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Modalidades con matices cooperativos de juego

Una vez que el proyecto está casi listo para disfrutar, es necesario pensar en la forma en la que se va a jugar. Es posible que algunos de nuestros alumnos hayan jugado en alguna ocasión a este juego tradicional. No obstante, es posible que algunos no. Es por ese motivo que tendremos que explicarles o establecer algunas normas o reglas a la hora de participar. Éste será otro aspecto del que se encargarán los alumnos organizadores del proyecto. Como es lógico, y con la intención de hacerlo lo más cooperativo posible, daremos algunas consignas a nuestros alumnos para que intenten buscar alternativas a la forma tradicional de jugar. No debemos olvidar que el fundamento de “cooperatividad” con el presente proyecto está realmente en la planificación, organización y puesta en práctica de la Cronochapa, por lo que en sí podemos tener 2 opciones claras a la hora de jugar: la manera tradicional y la opción con matices cooperativos. Opción tradicional. Esta forma de juego

consiste en que cada jugador hará avanzar su chapa mediante sucesivos golpeos a lo largo del recorrido evitando salirse fuera del mismo. En caso de que esto suceda (ya sea por un mal golpeo o por el golpeo de la chapa de otro jugador) la chapa se recolocará en el sitio en el que estaba o bien donde se encontraba en el turno anterior. Si queremos restar algo de competitividad a esta manera de jugar podemos eliminar esta opción de sacar del recorrido la chapa de otros jugadores, para así centrar la atención de cada alumno en su propia chapa y no en la de los demás. El jugador cuya chapa llegue antes a la línea de meta habrá ganado.

Fotos 11-14.- Diferentes tramo fabricados por los alumnos. Opción con matices cooperativos. Como ya hemos comentado, el

fundamento cooperativo se sitúa en la planificación y organización del proyecto, pero aportar determinados matices al juego ayudará a mostrar a


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Fotos 15 y 16.- Día de la cronochapa, cartel decorativo y alumnos encargados de cronometrar el tiempo de sus compañeros.

nuestros alumnos que no es estrictamente necesario competir entre sí, para tener un reto que superar o divertirse en el desarrollo de un juego.

Según mencionan Omeñaca y Ruiz (2007), “existen algunas pautas posibles de adaptación de actividades, juegos y deportes con el fin de restarles los aspectos menos positivos de la competición y, en el mejor de los casos, promover caminos para la cooperación”. Dentro de estos matices cooperativos, sugerimos establecer un tiempo o un número de golpes de referencia que el alumno debe ser capaz de superar. De esta manera, se compite contra la propia habilidad y contra el cronómetro, sin preocuparse en exceso en lo que hacen los demás, ya que mi resultado se compara no con el de mis compañeros, sino el establecido de manera previa a la participación. Así, se les da un tiempo de salida, en intervalos de 30 segundos, y un tiempo de llegada. De igual manera se pueden proponer el recorrido en forma de etapas o trayectos con la misma referencia de tiempos o golpeos para cada uno de esos tramos, de manera que la exigencia ya no está sólo en el recorrido total, sino en cada una de las partes marcadas. Si a esto le añadimos la participación grupal, es decir, varios compañeros que compartan la misma chapa de juego, podremos comprobar como el juego toma unos matices especiales bastante cooperativos y participativos. A modo de conclusión A través de la presente comunicación se ha pretendido ofrecer una nueva posibilidad de abordar los contenidos relacionados con los juegos tradicionales de la comunidad de Castilla y León. Pero lejos de centrarnos únicamente en el juego en sí, proponemos la preparación de un proyecto cooperativo denominado “Cronochapa” que aúna una de las opciones de metodología cooperativa con el estilo actitudinal de Pérez Pueyo. Partiendo de la actitud y predisposición positiva de nuestros alumnos, especialmente los de cursos superiores de la ESO, que dedican esfuerzo y trabajo para que otros (y ellos mismos) disfruten con una actividad diferente y


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divertida. El proyecto se planifica, organiza y se pone en práctica de manera cooperativa dando lugar a una actividad que aúna grandes dosis de trabajo colectivo, toma de decisiones, creatividad, sentido de la colectividad y, por supuesto, diversión y entretenimiento para nuestros alumnos. Si a esto le añadimos las enormes posibilidades de trabajo respecto a aspectos transversales como la educación en valores o la autonomía e iniciativa de lo personal y la contextualización dentro de semanas culturales o jornadas festivas de los centros podremos comprobar las enormes posibilidades de esta alternativa. Bibliografía

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