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LA CONTRIBUCIÓN DE ALBERTO S. J. DE PAULA A LA HISTORIOGRAFÍA Y A LA VALORACIÓN PATRIMONIAL DE LOMAS DE ZAMORA Oscar Andrés De Masi II Jornadas de Historia del Conurbano Sur Bonaerense Lomas de Zamora, 1-2 Oct 2010

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LA CONTRIBUCIÓN DE ALBERTO S. J. DE PAULA

A LA HISTORIOGRAFÍA Y A LA VALORACIÓN

PATRIMONIAL DE LOMAS DE ZAMORA

Oscar Andrés De Masi

II Jornadas de Historia del Conurbano Sur BonaerenseLomas de Zamora, 1-2 Oct 2010

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“Estos parajes… son lugares que no carecen de historia”.

Alberto S. J. de Paula en “La Unión” de Lomas de Zamora, 10-set.-67.

Una temprana ponderación del legado intelectual y científico del Arq. Dr. Alberto S. J. de Paula (1936-2008), no puede prescindir, a riesgo de incompleto, del análisis detallado de su aporte al conocimien-to histórico y patrimonial de Lomas de Zamora, su pueblo natal, y de las localidades aledañas en un marco de historia comarcal. Las investi-gaciones de De Paula acerca de la historia lomense comenzaron tem-pranamente, aún antes de su graduación como arquitecto. La práctica de registrar fotográficamente los sitios y edificios relevantes de Lomas, iniciada a finales de los años 50’s y comienzos de los 60’s, y mantenida durante toda su vida1, ha de vincularse a aquella mirada histórica y esboza, a la vez, el germen de su preocupación por el patrimonio edifi-cado que lo llevaría a desarrollar una labor intensa en resguardo de los edificios históricos del Banco de la Provincia de Buenos Aires y a ocupar luego, la presidencia de la Comisión Nacional de Museos y de Monu-mentos y Lugares Históricos desde el año 2002, promoviendo desde allí las primeras declaratorias de monumentos y bienes lomenses2.

LA CONTRIBUCIÓN DE ALBERTO S. J. DE PAULA A LA HISTORIOGRAFÍA Y A LA VALORACIÓN PATRIMONIAL DE LOMAS DE ZAMORA

Oscar Andrés De MasiVocal Secretario de la Comisión Nacional de Museos

y de Monumentos y Lugares Históricoss

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La influencia del jesuita Guillermo Furlong y del Arq. Mario J. Buschiazzo - de quienes De Paula se consideraba discípulo y así lo dejó escrito en la revista “Anales” del Instituto de Arte Americano e Inves-tigaciones Estéticas, que dirigió3 - lo orientaron hacia una fuerte base documental y archivística en su tarea como historiador. Miles de minu-ciosas “fichas” confeccionadas con prolija caligrafía en archivos, biblio-tecas y hemerotecas, dan cuenta de aquel método exigente, primerizo y nunca abandonado4. Lo mismo la rigurosa cartografía, levantada por él mismo5.

Su primer trabajo de historia de la arquitectura local fue “La igle-sia Catedral de Lomas de Zamora y la iglesia matriz de Almirante Brown” , aparecido en “Anales” del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, nº 14, 1961. El análisis de ambos templos proyectados por los arquitectos Canale es efectuado con una pulcritud descriptiva que delata la influencia de Buschiazzo, entonces director de la Revista y del Instituto de Arte Americano y conocedor de ambos edificios por ser vecino de Adrogué. Se insinúa en aquella monografía el historiador comarcal que dota al estudio de los edificios de un marco lugareño y territorial correctamente documentado en fuentes de archi-vo, bibliografía y periódicos de época, además de alguna fuente oral. Este modo de abordaje y de soporte erudito acompañará, en adelante, la producción del autor. El connubio descriptivo entre historia territorial y estética edilicia será retomado, años más tarde, con singular efecto, y desde el título de uno de sus trabajos maestros: “La Ciudad de La Plata, sus tierras y su arquitectura” 6; y, también, en su conferencia de incorporación como académico de la Historia, “Origen, evolución e identidad de los pueblos bonaerenses” 7.

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La historia del templo dedicado a Nuestra Señora de la Paz vol-vería a publicarse en la revista “La Paz” en marzo y abril de 1967, en versión adaptada a ese medio parroquial.

Curiosamente, el último trabajo que alcanzó a corregir Alberto de Paula, pocos días antes de su fallecimiento, es una versión revisada de aquella primera investigación referida a la Catedral de Lomas de Zamora. Bien pudo un comentarista calificar esta monografía como “el alfa y el omega” en la producción depauliana. Este reencuentro histo-riográfico póstumo con el templo donde iniciara su práctica religiosa, en el pueblo natal, marca con elocuencia pasmosa el arraigo espiritual de Alberto en las Lomas solariegas8.

Un segundo trabajo aparecido en tres números sucesivos de “Anales” (nº 15, 1962; nº 16, 1963; y nº 17, 1964), bajo el título de “Templos rioplatenses no católicos”, le permitió abordar con soltura y originalidad el repertorio de la arquitectura protestante de Montevideo, Buenos Aires, los suburbios porteños y la campaña bonaerense, y el caso de la iglesia ortodoxa rusa del Parque Lezama. En lo tocante a la zona de Lomas de Zamora, el autor examina la iglesia anglicana de la Santísima Trinidad y la Primera Iglesia Metodista. Si bien faltan algunos ejemplos (Temperley, Bahía Blanca, Remedios de Escalada), el trabajo no ha sido superado hasta hoy. Su reedición, ampliada, fue motivo de conversa-ción con el autor a finales del año 2007.

En 1968, en el nº 21 de los ya citados “Anales” apareció “El arquitecto Richard Adams y la colonia escocesa de Santa Catalina”, donde continúa la indagación relativa a la arquitectura protestante en Buenos Aires. En este caso, aportó datos de la vida y la actuación de su precursor, Richard Adams, y en particular de su rol en la primera colonia escocesa en la Argentina, afincada en tierras que hoy integran el

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partido de Lomas de Zamora. De este ensayo se imprimió una separata que tuvo amplia circulación9.

Si bien los primeros trabajos reseñados muestran un interés mar-cadamente estético, coincidente con la orientación de la revista donde aparecieron, De Paula venía, paralelamente, consultando asiduamente la documentación del Archivo General de la Nación y del Archivo His-tórico y Cartográfico de Geodesia en la provincia de Buenos Aires, re-lativa a otra de las vertientes disciplinarias que seguiría cultivando, casi en forma preponderante, en sus últimos años. Me refiero a la historia te-rritorial y a los procesos de poblamiento, parcelamiento y urbanización en el área bonaerense. Como he señalado, ya había acopiado bastante información de archivo relativa a los primeros repartimientos de tierras, desde tiempos de Juan de Garay, y sus sucesivas particiones, mercedes, testamentarías, etc., hasta llegar a la configuración de los loteos en di-versos pueblos de la provincia, principalmente en Lomas de Zamora y sus alrededores. En 1966 se sumó a este esfuerzo de búsqueda el Arq. Ramón Gutiérrez. La reunión del inmenso caudal de información aco-piado por ambos, - en lo que sería el origen de una sociedad intelectual de relevante valía -, dio origen a la obra “Lomas de Zamora, desde el siglo XVI hasta la creación del partido”, cuyo ejemplar original meca-nografiado, ilustrado con fotografías y cartografía especialmente dibuja-da, y con un extenso apéndice documental, tengo a la vista. Los autores declaraban haber restringido los alcances del trabajo a la etapa anterior a la fundación del partido “que resulta totalmente desconocida en los trabajos hasta ahora difundidos” 10. El agradecimiento expresado al P. Furlong S. J, al Director del Archivo de Geodesia, José María Prado y a su colaborador José Pedro Thill, revela la importancia del elemento heurístico en la investigación. La monografía fue premiada en el con-curso dedicado a la historia de pueblos bonaerenses, adjudicado por el Archivo Histórico Provincial “Doctor Ricardo Levene”. Se publicó en

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La Plata, en la serie temática, en 1969, como volumen XXXVI. Puede decirse que, todavía, es un texto de obligada referencia.

Ciertamente, se ha señalado que, con esta obra, aparece en el horizonte historiográfico de Lomas de Zamora un hito sin precedentes para el estudio de su período agrario pre-fundacional, del cual, como bien escribieron los autores, nada se conocía con aquella certeza referida a un paradigma demostrativo documental. Nace, de algún modo, la his-toria científica del tiempo más remoto del poblamiento lomense ¿Qué había antes de esta monografía, para el período en cuestión, principal-mente, pero también para los primeros tiempos de la aldea agrícola? Había, sí, una “historia”, pero de un tipo especial, que alternaba, sin prelación de fuentes, la evidencia documental, poca, con la remisión a tradiciones orales, versiones populares y de familia, y también, la reite-ración y calco de equívocos y relatos fantasiosos. Si aceptamos aquella clasificación que hacía Juan Canter, en los años 30’s, de las especies de historiadores argentinos (aficionados, intermedios y profesionales), habrá que reconocer, en la figura de Alberto de Paula, la aparición del primer profesional de la historia lomense11.

Basten como ejemplo de este género mixto, las obras de César Adrogué o de Alejandro Magrassi. Era una historia frecuentemente complacida en la leyenda y que, al abrigo de un pasado mítico, bru-moso, se autoexcusaba de mayores aportaciones de fuentes inequívocas o de una vigilancia crítica de ellas. No era historia científica sino más bien legendaria y, antes que sistemática, era un acopio más cercano a los recopiladores de datos y los coleccionistas de anécdotas, al estilo de Ziny o de Lamas o de Pillado o de Quesada. El trabajo de De Paula y Gutiérrez inauguró un modo de narrar la protohistoria lomense inse-parable del documento de archivo. Su permanente vigencia prueba su

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sólida complexión, y nuevos hallazgos de sus mismos autores lo han venido a enriquecer sin desmentir sus principales tesis12.

En este punto es decisiva la demostración de la existencia de don Juan de Zamora13, a quien la zona debe el topónimo. Según De Paula, las ambigüedades acerca del pionero y su existencia real comenzaron a despejarse cuando Carlos A. Palacios publicó una nota histórica en el diario “La Unión”, el 4 de septiembre de 191114.

Después de los aportes de De Paula ya no quedaron dudas. Este foco puesto en Zamora se trasladó, quizá involuntariamente, a la polé-mica por el nombre del “Pueblo de la Paz” para la cabecera del Parti-do, cuya reutilización De Paula desestimaba con argumentos históricos y jurídicos, que quedaron plasmados en un Informe que produjo desde el Centro de Estudios Regionales, en noviembre de 198415

Me parece que, en este sentido, De Paula no se despojó de un gran equilibrio historiográfico, reivindicando el papel de Juan de Za-mora, de Antonio Luciano Ballester y de Francisco Iberra (estos dos últimos radicados desde 1814 en la zona), como pobladores previos, o a lo sumo coetáneos, a la colonia rural de Grigera, sin por ello demerituar los blasones fundadores de este último. Más todavía, insistía en lo erró-neo de considerar como día de fundación de Lomas de Zamora el 10 de septiembre de 1861 (promulgación de la ley provincial que le otorgaba autonomía municipal), cuando, en vez, “a falta de una fundación ce-remoniosa y solemne, es el acto de toma de posesión de sus parcelas por parte de los vecinos afincados, el que marca el origen efectivo y cierto de la población, y la fecha del 14 de mayo de 1821 es la que, en rigor de verdad, debiera recordarse como tal” 16

En esta misma línea de balance, queda manifiesto que, aunque De Paula no compartiera el método de los “historiadores legendarios” del pasado lomense, no por ello vilipendiaba sus obras ni los menos-

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preciaba como eslabones de la construcción historiográfica local. En septiembre de 1980 publicó un artículo breve en “La Unión” bajo el título de “Los que iniciaron la historiografía lugareña”, donde repa-saba respetuosamente la labor de aquellos precursores. Comienza por una valoración de la nota “La Tradición”, publicada en el suplemento especial de 1911 por el ya citado Carlos Palacios y Ernesto Benavidez en la cual “por primera vez se aportan referencias concretas (y hasta se publica la firma) de don Juan de Zamora … La repercusión pos-terior de este trabajo ha sido tan vasta y su calidad intelectual tan seria que bien podemos considerar que Carlos A. Palacios y Ernesto Beravidez han aportado la primera base científica en la construc-ción de la verdadera historia de Lomas de Zamora”.

También juzga “de enorme valor referencial y evocativo”, las colaboraciones debidas a Alejandro Grigera, Pastor Obligado, J. Juan Biedma, Martín Spuch (h) y otros, en el mismo suplemento. Final-mente, considera que “otro aporte de fundamental importancia ha sido la extensa y bien documentada nota que bajo el título “Las Primeras Escuelas Primarias” preparó para ese número José F. Santamarina”.

El párrafo de cierre lo dedica a las “Notas históricas de las co-munas de Lomas de Zamora y Almirante Brown (Adrogué) por un antiguo vecino de esos pagos”, que resultó ser Cesar Adrogué, hijo de don Esteban Adrogué. De Paula advierte que “si bien hay errores en lo que concierne al período de los siglos XVI a XVIII, salvados éstos puede ser considerada como una obra insustituible y de extraordi-nario valor”.

Como podrá apreciarse, no hay desdén ni jactancia en los jui-cios vertidos por Alberto de Paula a propósito de sus predecesores en

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la historiografía de Lomas de Zamora, aun sabidos los déficits de su tratamiento de los primeros siglos. Volverá sobre este tema bajo el título de “Los primeros historiadores bonaerenses” y, al elenco de nombres recopilados, agregará el de Alejandro Magrassi con su “Historia de Lo-mas de Zamora” de 1942, advirtiendo la reiteración de los errores que cometía Cesar Adrogué para la etapa colonial, aunque ponderando los capítulos de épocas posteriores.

El relevamiento de la producción lomense de Alberto de Pau-la permite comprobar de qué modo alternó las publicaciones eruditas con artículos periodísticos que, apuntados a la divulgación, aunaron el rigor de contenidos con la llaneza del relato. En este último género, aparecieron en “La Unión”, entre enero de 1967 y abril de 1985, cin-cuenta y siete entregas bajo los títulos siguientes, algunos de ellos ya mencionados:

15-1-67 D. Juan de Zamora en el segundo Centenario de su muerte.22-1-67 Historia del Templo de N. S. de La Paz (Primera Nota).23-1-67 Historia del Templo de N. S. de La Paz (Segunda Nota).26-2-67 Iglesia Anglicana de la Sma. Trinidad: Cumple 95 años.5-3-67 Don Antonio Luciano Ballester. 3-4-67 Los Arquitectos Canale.14-5-67 Así surgió Lomas de Zamora.4-6-67 Documento inédito: venta de la Estancia de Zamora.12-6-67 La “Ciudad de Lomas de Zamora”.30-7-67 El Colegio de Ntra. Sra. de Belén.29-8-67 Las Invasiones Inglesas y el paso de Zamora.16-9-67 Evocación Bicentenario de Don Juan de Zamora.2-11-67 60 Años de la sucursal local del Banco Provincia.12-1-68 Al término de un Bicentenario.3-3-68 Don Esteban Adrogué.12-1-69 Don Tomás Grigera.

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19-1-69 Un Manual de Agricultura.26-1-69 El Fundador de Lomas de Zamora.21-7-69 El Río de la Matanza.14-9-69 Don Andrés Somellera.25-5-70 Un año más.30-8-70 Los pasos del Riachuelo7-9-70 Primitivo comercio lomense.28-3-71 Hace ciento cincuenta años.4-4-71 Hace 150 años (nota II).11-4-71 Hace 150 años (nota III).18-4-71 Hace 150 años (nota IV).25-4-71 Hace 150 años (nota V).2-5-71 Hace 150 años (nota VI).9-5-71 Hace 150 años (nota VII).16-5-71 Hace 150 años (nota VIII).23-5-71 Hace 150 años (nota IX).12-12-71 Los Teléfonos.23-1-72 Banderas para la paz.21-2-72 Iglesia Anglicana de la Santísima Trinidad. Centenario.6-3-72 Lomas de Zamora en los periódicos de antaño.24-12-72 Hace 150 años en la Capilla “de los Grigera”.9-12-72 El barrio de San José (Primera Nota).16-12-72 El barrio de San José (Segunda Nota).23-12-72 El barrio de San José (Última Nota).6-1-74 Orígenes de la Asistencia Social lomense: El Asilo Amor

Maternal.7-9-75 La ley que creó nuestro municipio.1-2-76 La Arquitectura que atravesó el mar (Con Daniel H.

Costa).15-2-76 La quinta de Meeks (Con Daniel H. Costa).14-3-76 La Avenida Meeks y sus primeras quintas (Con Daniel H.

Costa).16-5-76 La Aldea de las Lomas de Zamora.

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17-10-76 El “Pueblo de Temperley” y sus orígenes.16-9-80 Los que iniciaron la historiografía lugareña.1-3-85 Las lomas, los bañados y la toponimia lugareña.11-3-85 Don Juan de Zamora y su estancia de las Lomas.21-3-85 Don Juan de Zamora y la toponimia lugareña.4-4-85 La estancia del Rey o de Zamora.

También publicó tres notas históricas en la Revista Anuario de la Cámara de Comercio e Industria de Lomas (1970, 1974 y 1975), en la revista “Fusión” de V. A. S. A. (1971 y 1972) y en publicaciones menores. A ellos deben añadirse numerosas conferencias pronunciadas en instituciones locales, desde aquella convocada por el Distrito II de la Sociedad de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, el 7 de junio de 1976, acerca de “Lomas de Zamora. Su evolución urbana y el futuro que la historia le asignó”, hasta su última y breve intervención pública lomense, el 25 de marzo de 2008, al inaugurar la primera etapa de las obras de restauración en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz. De comienzos de la década del 70 son, también, sus prólogos a los catálo-gos “Exposición de Libros de autores lomenses” (1972), “Exposición Cartográfica” (1973) y “Periodismo de Lomas de Zamora” (1973).

Las actividades del Centro de Estudios Regionales, creado en 1980, y puesto bajo la dirección de Alberto de Paula, le dieron ocasión de plantear y fomentar nuevas líneas de investigación y de preparar, él mismo, nuevos aportes. Tres jornadas de historia regional realizadas, respectivamente en 1980, 1981, y 1983,17 permitieron discutir un volu-men inusitado de ponencias, muchas de ellas de gran calidad. Los temas presentados por De Paula fueron: en las primeras Jornadas, “La Estan-cia de Santa Catalina”, el cual fue publicado en 1983, en el número 2 de la Revista de la Universidad de Lomas de Zamora. Además, a modo de apertura, disertó acerca de la “Historia regional. Necesidad de su

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investigación”; en las Segundas Jornadas su tema fue “El comienzo de la actividad económica en las Lomas de Zamora y su comarca (siglos XVI Y XVII)” publicado en 1982, en el número 1 de la misma publi-cación. Ambos circularon también en sendas “separatas”. Con ellos, el autor volvía a rescatar la memoria de los primitivos asentamientos rurales en la zona, previos a la fundación de la aldea de Lomas en 1821. Relacionado con la influencia del medio rural en Lomas, un trabajo poco conocido, escrito en colaboración con Daniel Costa y publicado en D.A.N.A., nº 3, 1975, analiza “La chacra de Green y su incidencia en el desarrollo urbano de Lomas de Zamora”.

En el Centro de Estudios Regionales De Paula tuvo a su cargo dos programas: “Estructura territorial e histórica del Gran Buenos Aires” e “Historia del arte latinoamericano” (en conjunto con el Center for Handbook of Latin American Art de New Haven, EE.UU). Su tarea directiva fue dinámica y promovió diversas líneas temáticas. Especia-listas de relevante actuación se iniciaron en aquel ámbito o trabajaron en él18. Muy vinculado a la labor de reflexión en el Centro de Estudios Regionales aparece, por aquellos años, el abordaje de la cuestión del patrimonio edificado en Lomas de Zamora y sus alrededores. Fue De Paula, precisamente, el pionero en plantear la necesidad de preserva-ción arquitectónica y urbana en la zona frente a la creciente pérdida de paisaje urbano por la demolición de edificios de valor patrimonial, por su degradación, y por su reemplazo por construcciones sin mérito. Convocados por De Paula, expresaron en Lomas su concepto del pa-trimonio los principales referentes teóricos de aquella época: Jorge Ga-zzaneo, Federico Ortiz, Ricardo Jesse Alexander, Raúl Gómez, Ramón Gutiérrez, entre otros. Nunca más, desde entonces, volvió a ocurrir en Lomas de Zamora, un desfile de semejante elenco de especialistas en unidad de criterio.

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Entre abril y junio de 1982 se desarrolló un extenso “Seminario de Historia Eclesiástica del Sur del Gran Buenos Aires” co-organi-zado por la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y el Instituto Superior del Profesorado “Pbro. Dr. Antonio Sáenz”19. Allí presentó De Paula una clase teórico-práctica sobre “Lugares de culto en el Sur del Gran Buenos Aires. La estructura eclesiástica territorial hasta 1957”, y una clase magistral sobre “Erección de diócesis y reordena-miento territorial en el gran Buenos Aires”. También aportó una co-municación relativa a los “Primeros templos protestantes en el Sur del Gran Buenos Aires” y, en equipo con quien esto escribe, un plan de “Relevamiento de la arquitectura eclesiástica en la diócesis de Lo-mas de Zamora”, que no pasó de la etapa del relevamiento fotográfico en los partidos de Lomas de Zamora y Lanús.

Continuando con la historia eclesiástica, en 1982, en el número 1 de los “Cuadernos de Investigación” del Centro de Estudios Regio-nales apareció un extenso trabajo acerca de “Nuestra Señora de la Paz y su santuario en Lomas de Zamora”, el cual habría sido previamente presentado, en octubre de 1980, en las Jornadas de Historia Mariana celebradas en Mendoza. En 1985 se publicó el documento final de las Jornadas Nacionales de Planeamiento Municipal, Ecología Urbana y Medio Ambiente, realizadas en la Universidad de Morón. Allí se inclu-yó el capítulo “el Paisaje Urbano del Gran Buenos Aires”, que con-tiene abundantes reflexiones vertidas antes en las sesiones del Centro de Estudios Regionales.

También en 1982, en el mes de noviembre, se llevó a cabo el Primer Simposio sobre Preservación del Paisaje Urbano del Sur del Gran Buenos Aires, organizado por el Centro de Estudios Regionales y el Distrito II de la Asociación de Arquitectos de la Provincia20. El Simposio elaboró un documento final que fue pionero en la deman-

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da de preservación de edificios y áreas patrimoniales en los municipios participantes.

En 1988 apareció la primera edición de “Temperley, su histo-ria, su gente” (Editorial Pleamar), coescrita con Nelson Gualco, de la cual habría una segunda y una tercera edición en 199221. La obra, ampliamente difundida, con todo su rico acopio informativo, no logró un formato parejo, quedando en evidencia los muy distintos estilos y métodos de ambos redactores. Los párrafos de De Paula contrastan, en su despojado rigor descriptivo, con aquellos otros de un entusiasmo anecdótico y adjetivado, de mano de Gualco. En suma, entiendo que la obra se desmerece, en parte, por esta carencia de unidad formal.

En 1990, la serie “Cuadernos del Águila” de la Fundación Ban-co de Boston, dedicó su número 14 a Lomas de Zamora. Ello motivó los trabajos “Lomas de Zamora: de la estancia a la ciudad” y “Las diversas localidades del partido de Lomas de Zamora” (en colabo-ración con Alfredo Grassi). Una segunda parte de éste último tema, prevista para el año 2008, quedaría frustrada.

Probablemente la última aportación a la historia de Lomas de Zamora hecha por Alberto de Paula fue, si dejamos al margen el ya citado estudio relativo a la Catedral en su versión del año 2008, un tra-bajo cuya autoría compartimos titulado “De los viejos curatos al Sur del Riachuelo a la diócesis de Lomas de Zamora: historia, tipología y territorio”, que fue presentado en abril de 2007 en la Jornada de Historia de la Diócesis de Lomas de Zamora en conmemoración de su 50º aniversario (sábado 21 de abril de 2007). El texto permanece inédito y retoma, ampliados, algunos puntos ya tratados en el memora-ble Seminario del año 1982.

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Sabido es de los allegados a Alberto de Paula su intención de ce-rrar su producción historiográfica mayor con una obra integral acerca de la configuración urbana definitiva del partido de Lomas de Zamora en su totalidad22. No pudo concretarlo, al menos del modo que él desea-ba. Su obra póstuma acerca de la iglesia Catedral lo reencuentra, como dijimos, con un trabajo juvenil que ya perfilaba su madurez. Quedan, también, inconclusos, varios trabajos para los cuales recopiló material en sus archivos, al aguardo del momento de la redacción. Aparecen allí apuntes para una biografía de Juan de Zamora, para una historia de la localidad de Banfield, para otra similar de Adrogué, para los arquitectos y constructores que actuaron profesionalmente en Lomas, para los edi-ficios de valor patrimonial de la zona y otros más.

Contrastando el vasto repertorio de su obra publicada (y conclui-da) con aquellas otras monografías nonatas por la súbita desaparición física de su autor, queda la sensación de que Alberto de Paula ha dejado a la posteridad no tanto un corpus acabado de la historia lomense, sino, también, la invitación a una continuidad. Al fin y al cabo - mal que les pese a los Fukuyamas - en eso consiste la historia: en un continuum sin final que alguien, siempre, deberá relatar.

En el caso de Lomas de Zamora, la escala local no fue óbice para que Alberto de Paula acometiera, con ajuste a un método científico, la empresa de reconstruir documentalmente su pasado más remoto, llegando en su empeño al punto mismo de encuentro territorial y cronológico entre los aborígenes que se asentaban en la zona, y los españoles que traían voluntad de ocupación efectiva y explotación económica. Entre estos últimos, sobresale, rescatado por nuestro autor, don Juan de Zamora23, cuyo nombre se perpetúa en uno de los topónimos de más genuino abolengo bonaerense. Lo demás, lo que vino después, aunque otros lo narraron, De Paula lo narró con mayor autoridad. Por ello, no le resulta impropio el título de primer historiador lomense, no

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por primero en el tiempo, sino por primus inter pares, como decían los ro-manos. Con su extensa y rigurosa obra demostró ser cierta la frase que, con la concisión de un epigrama, dejó escrita en “La Unión” un 10 de septiembre de 1967: “Estos parajes…son lugares que no carecen de historia”.

Notas

1 Sus primeras fotografías, en blanco y negro, registraron la plaza Grigera y los principales edificios de su entorno. Los últimos relevamientos fueron realizados en el año 2001 (junto al autor y a Pablo Willemsen) y en el año 2001, antigua residencia Pirotta en la Av. Meeks (junto al autor).2 Cfr. Decretos P.E.N. nºs 1020/04 y 216/07. En rigor, la primera declarato-ria de un lugar histórico nacional en el partido de Lomas de Zamora es anterior a la gestión de De Paula (Santa Catalina, año 1961). Ya a comienzos de los años 80’s, des-de su columna en el diario “La Unión” de Lomas de Zamora, advertía: “vemos caer a diario los testimonios visibles y tangibles de una identidad lugareña que, con su calidad arquitectónica, configuraron un paisaje urbano de armoniosa belleza muy diverso del heteróclito panorama que nos hace surgir hoy un proceso urbano de sórdida avaricia…”3 Cfr. “Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas Mario Buschiazzo, nº 31/32, 1996 – 1997: “Por mi parte, me considero como uno de los discípulos de Furlong y de Buschiazzo”, de Paula dixit.4 Sobre la influencia de Furlong y Buschiazzo, vide “Anales”…, antes citado y “Suma” nº 215/216, agosto 1985, págs. 27 - 29.5 Cfr. O. A. De Masi, “Alberto de Paula, dibujante y cartógrafo” (inédito).

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6 Ed. Banco de la Provincia de Buenos Aires, 1987.7 Academia Nacional de la Historia, “Investigaciones y Ensayos 45”, enero – diciembre 1995; y separata, 1996.8 “La Catedral de Lomas de Zamora. Historia y memoria de un templo bonaerense”, en colaboración con Oscar Andrés De Masi, y con prólogos de Carlos Pesado Palmieri, Juan Martín Repetto y Jorge Vázquez. Bs. As., Eustylos, 2008. Antes, en mayo de 1998, había reiterado su abordaje de los templos matrices de Lomas y de Adrogué, en su informe al Seminario de Investigación y Crítica del I.A.A/F.A.D.U (nº 86), “Los arquitectos Nicolás y José Canale y el neorrenacimiento italiano en el Río de la Plata”. Lo mismo, más tarde, en AA.VV, “Italianos en la arquitectura argentina”, Bs. As., Cedodal et. al., 2004, págs. 65 - 78.9 Bs. As., 1968.10 Esta advertencia que consta en el ejemplar original fue suprimida en la ver-sión impresa.11 Juan Canter, “Crítica Histórica”. Bs. As., 1933, edición del autor. Página XXXI del prólogo.12 Por ejemplo, el hallazgo en archivos españoles de documentación relativa a don Juan de Zamora y sus parentescos.13 Entre los papeles de Alberto de Paula que obran en mi poder, encuentro una afectuosa misiva de Néstor Onsari (21 de enero de 1967) donde expresa: “El importante aporte que significa para nuestra historia chica el descubrimiento del misterioso Zamora…” . Este párrafo compendiaba el parecer de muchos otros lo-menses. Con relación al hallazgo de la partida de nacimiento de don Juan de Zamora, fueron decisivas las comunicaciones del Obispado de Lomas de Zamora a su similar de Sevilla, el cual expidió el acta donde consta la fecha 30 de noviembre de 1699.14 Cfr. De Paula, Alberto S. J. “D. Juan Zamora en 2º Centenario de su muerte” en “La Unión” de 15 de enero de 1967.15 Entre los papeles de Alberto de Paula que obran en mi poder, encuentro una misiva escrita el 27 de junio de 1967 por Julio César Grigera, relativa a la cuestión del nombre del “Pueblo de la Paz”, y que De Paula respondió pocos días después. La polémica se reavivó años más tarde, en 1992, cuando el ferrocarril cambió el nombre de la estación Lomas de Zamora. Entonces, De Paula produjo un breve dictamen para la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos.16 Cfr.”Lomas de Zamora. Desde el siglo XVI hasta la creación del partido, 1861”. La Plata, Publicaciones de Archivo Histórico de la Provincia Doctor Ricardo Levene, 1969, pág. 90.

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17 Primeras Jornadas, del 11 al 13 de septiembre de 1980, con sede en Santa Catalina; Segundas Jornadas, del 1 al 3 de octubre de 1981, con sede en Santa Cata-lina; Terceras Jornadas, del 2 al 4 de junio de 1983, con sede en Avellaneda.18 Entre ellos, Carlos Pesado Palmieri, Haydée Epifanio, Alfredo Grassi, Nés-tor Onsari, Arnoldo Canclini, Néstor T. Auza, Jorge Tartarini, Eduardo Zabalegui, Luis Pauján, Beatriz Portas, Gladys Pérez Ferrando y otros, incluido el autor de este trabajo.19 Vide “La Unión”, 19, 25 y 26 de junio de 1982, y 1º de julio de 1982.20 Vide “La Unión”, 24, 25 y 26 de noviembre de 1982: “Clarín”, 24 de diciembre de 1982. Participaron invitados por De Paula, entre otros, Jorge Gazzaneo, Ricardo J. Alexander, Jorge Tartarini, Gladys Pérez Ferrando, y quien escribe. 21 La última edición, notablemente ampliada, modifica el título al emplear la conjunción copulativa en “su historia y su gente”.22 Según me informa Luciano Baldín, quien fue colaborador del Arq. De Paula en el Museo Jauretche, hacia el año 2004 le fue encomendada la tarea de transcripción en formato Word de la totalidad de los artículos aparecidos en “La Unión”. Coinci-de esta recopilación con nuestras conversaciones de aquella época, en igual sentido. En parte, para concretar tales publicaciones, encaramos la creación de la Editorial Eustylos.23 Uno de los últimos gestos pro-zamoranos de De Paula fue la petición, junto a quien escribe este trabajo, dirigida a la autoridad municipal el 12 de octubre de 1999, de levantar un memorial en sitio público, dejando testimonio del tercer centenario del natalicio de don Juan de Zamora.

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21

“Los que iniciaron la historiografía lugareña”, artículo publicado por Alberto S.J. de Paula en “La Unión” de Lomas de Zamora, el 16 de setiembre de 1980.

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Reconstrucción geográfica de la estancia “El Cabezuelo” en su máxima extensión, por Alberto S.J. de Paula.

El repartimiento de chacras en la aldea agrícola de las Lomas de Zamora, en 1821. Traza reconstruída por Alberto S.J. de Paula.

23

“La Catedral de Lomas de Zamora, historia y memoria de un templo bonaerense”, publicada en el año 2009, obra póstuma de Alberto S.J. de Paula.

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