LA CLÍNICA.

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LA CLÍNICA. IVtacLriíi ± 2 dLe Felbrero do 1S60. OBSERVACIONES RECOGIDAS EN L A CLÍNICA DEL DR. D. JOSÉ CALTO T MARTIN, SOBRE LA ESTIRPACION BEL CÁMCER DE LA MÁMA EN LA MUJER, POR LA PASTA ANTIMOmAl DE CANQÜOm; NUEVO MÉTODO PARA PREPARAR DICHA PASTA T LAS VENTAJAS DE Sü USO. £1 cáncer déla máma en la mujer es por desgracia muy frecuente para que, á vista de los felices resultados obtenidos en su tratamiento con la pasta de Canquoio, pasemos en silencio por mas tiempo las observaciones recogi- das durante el curso del 64 al 6o en la clínica del Dr. Calvo, á quien, por ser el primero que ha introducido en España este procedimiento, puede desig- nársele con justicia como el Maissoneuve español. Las dos principales variedades del cáncer que se presentan en las mámas, son: el escirro y el encefaloide. Como no es mi objeto hacer una descripción de estas dos entidades patológicas, sino esponer los datos clinicoí recogidos, pasaré desde luego á enumerarlos. F. Domingo, 44 años de edad, temperamento linfático, lavandera de ofi- cio, residente en Madrid, ha parido y lactado tres hijos. A los 22 años dejó de parir y empezó á ser su menstruaccion abundante, la que cesó á los i i años. Se le presenta un tumor en la máma izquierda que empieza á ser como un garbanzo y adquiere el volumen de un limón: dolores lancinantes fre- cuentes y casi intolerables en el mismo; habia infarto de los ganglios axila- res. En el mes de Agosto se operó por estirpacion en el hospital de la Prin- cesa y se volvió á reproducir el tumor. Entró en nuestra clínica en Febrero y fué tratado por las mechas cáusticas, presentándose fenómenos admirables y muy curiosos: eliminóse el tumor por completo, y la herida, que era en es- tremo estensa, quedó reducida á tres pulgadas de estension. El 28 de Mayo la encarnación exhuberante presentaba prominencia, que desapareció con los polvos de alumbre. Alta, reducida la longitud de la cica- triz á casi una pulgada lineal. López, viuda, 68 años: se le presentó dureza en la aréola del pezón de la máma izquierda que le llevó hacia dentro. La piel estaba encarnada y dolo- rida; se puso un ungüento en el tumor y le causó gran molestia, concluyen- do por abrirse y destruirse el pezón. En forma de ulcera se presentaba en la clínica por Setiembre, y estando á punto de cicatrizar, retrocede, ofreciendo

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LA CLÍNICA.

IVtacLriíi ± 2 dLe Felbrero do 1S60.

OBSERVACIONES RECOGIDAS EN L A CLÍNICA DEL DR. D. JOSÉ CALTO T MARTIN, SOBRE L A ESTIRPACION

B E L CÁMCER DE LA MÁMA EN LA MUJER, POR L A PASTA ANTIMOmAl DE CANQÜOm;

NUEVO MÉTODO PARA PREPARAR DICHA PASTA T LAS VENTAJAS DE Sü USO.

£1 cáncer déla máma en la mujer es por desgracia muy frecuente para que, á vista de los felices resultados obtenidos en su tratamiento con la pasta de Canquoio, pasemos en silencio por mas tiempo las observaciones recogi­das durante el curso del 64 al 6o en la clínica del Dr. Calvo, á quien, por ser el primero que ha introducido en España este procedimiento, puede desig­nársele con justicia como el Maissoneuve español.

Las dos principales variedades del cáncer que se presentan en las mámas, son: el escirro y el encefaloide. Como no es mi objeto hacer una descripción de estas dos entidades patológicas, sino esponer los datos clinicoí recogidos, pasaré desde luego á enumerarlos.

F. Domingo, 44 años de edad, temperamento linfático, lavandera de ofi­cio, residente en Madrid, ha parido y lactado tres hijos. A los 22 años dejó de parir y empezó á ser su menstruaccion abundante, la que cesó á los i i años.

Se le presenta un tumor en la máma izquierda que empieza á ser como un garbanzo y adquiere el volumen de un limón: dolores lancinantes fre­cuentes y casi intolerables en el mismo; habia infarto de los ganglios axila­res. En el mes de Agosto se operó por estirpacion en el hospital de la Prin­cesa y se volvió á reproducir el tumor. Entró en nuestra clínica en Febrero y fué tratado por las mechas cáusticas, presentándose fenómenos admirables y muy curiosos: eliminóse el tumor por completo, y la herida, que era en es­tremo estensa, quedó reducida á tres pulgadas de estension.

El 28 de Mayo la encarnación exhuberante presentaba prominencia, que desapareció con los polvos de alumbre. Alta, reducida la longitud de la cica­triz á casi una pulgada lineal. •

López, viuda, 68 años: se le presentó dureza en la aréola del pezón de la máma izquierda que le llevó hacia dentro. La piel estaba encarnada y dolo­rida; se puso un ungüento en el tumor y le causó gran molestia, concluyen­do por abrirse y destruirse el pezón. En forma de ulcera se presentaba en la clínica por Setiembre, y estando á punto de cicatrizar, retrocede, ofreciendo

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— 90 — el aspecto carcinomatoso con dolores lancinantes é infarto de los ganglios axilares.

En este estado se le aplican las mechas cáusticas en forma radiada según Maissoneuve: por no desprenderse bien los puntos, se hizo nueva aplicación de las mechas hasta limpiar por completo el tumor.

Con toda regularidad siguió después el período de ulceración y cicatriza­ción, dándosela el alta en completa cicatrización.

Poza, casada, 26 años; ocupación las de su casa; ha parido seis hijos y laclado á todos; algunas gastralgias de jóven y muchos disgustos de casada.

Se presentó con un tumor escirroso en la máma izquierda, parte esterna y superior, circunscrito, duro; la aréola y el pezón retraidos hácia dentro; dolor lento y lancinante algunas veces; nació del volumen de una avellana y hoy es del de una naranja pequeña. A pesar de haber usado varios remedios no ha conseguido alivio alguno. No tenia ningún ganglio axilar infartado. El dia i .0 de Mayo se le aplicaron las mechas cáusticas, por cuyo medio quedó eliminado completamente el tumor; la ulceración y cicatrización siguieron su curso ordinario: alta.

Rodríguez, 3T años, soltera, gallega, cocinera, constitución regular. Ha­ce seis años notó un bulto al lado esterno de la máma izquierda, y en cinco años creció hasta el volumen de un huevo de perdiz, sin incomodarle. Desde hace un año ha adquirido el tamaño de un limón pequeño que ha retraído el pezón, adherido por su parte esterna á la piel, que está arrugada: siente punzadas, sobre todo cuando hace frió. Hay infarto de uno de los ganglios axilares: el estado general, bueno. Aplicación de las mechas cáusticas, cloro­formizando antes á la enferma porque asi lo exigió. Las primeras incisiones dieron alguna sangre que se detuvo al introducir la mecha. La enferma no tuvo ni aun fiebre. Se le hizo nueva aplicación de mechas hasta eliminar por completo el tumor.

A los nueve dias de operada, quedando un pequeño punto sospechoso por eliminar, se aplicó sobre él la pasta de Viena, que después de caerse la escara no habla producido casi ningún efecto la cauterización. Habia dureza en el centro y se le aplicaron tres mechas mas. Por último, eliminada bien la dureza sospechosa y establecida la ulceración, se le hizo la cura con cerato, siguiendo el período de cicatrización hasta su terminación de un modo fel i ­císimo.

Cuando empezó á aplicarse la pasta de Ganquoin, no lo hacia su inventor mas que como simplemente escarótica, con el fin de combatir el cáncer de la piel ó epitelioma; y como su acción no fuese tan enérgica como se deseaba, principió á desecharse, empleándose en su defecto los polvos escaróticos ar-senicales de Rouselot y la pasta arsenical de Fray Cosme. Soubeiran, que-

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— 91 — riendo sacar partido de la prescripción de Canquoin, para evitar los incon­venientes que ofrecen las preparaciones arsenicales cuando se repite su uso con frecuencia ó se trata de una gran superficie en que la cantidad de arsé­nico empleada trae graves consecuencias, trató de modificar la pasta de Canquoin, asociándola el cloruro de antimonio, que no solo hacia mas enér­gica su acción, sino que por las propiedades higrométricas de esta sustancia, era mas blanda la pasta y mas fácil su aplicación.

Tres grados establece Canquoin en su pasta. Se conoce con el número 1, la que contiene tres partes de harina: número 2, la que contiene cuatro idem de idem, y número 3, en la que se ponen cinco partes de harina para una de cloruro de zinc.

Fórmula de Soubeiran. R.0 De cloruro de antimonio A

— idem de zinc , 2 — harina de trigo 3

H . S. A. una masa homogénea. Mas tarde vino la pasta de Yiena á competir con la de Canquoin, y por la

sencillez de su composición, por ser su acción mas enérgica y por manejarse mejor, fué preferida.

Hasta aquí no se empleaban estos cáusticos nada mas que en el epitelio-ma y en los cánceres que se querían poner al descubierto mediante la ablu­ción de la piel por dichos medios.

La escara que producía la pasta de Canquoin solia caer al octavo dia, y obraba produciendo una sensación muy dolorosa, razón por que se prefirió la de Viena, cuya escara cae á los cuatro dias, y si bien produce el dolor consiguiente á todo cauterio, tiene la ventaja de ser mas rápida su acción y su inocuidad, y no ser tan delicuescente como el óxido de antimonio, por lo que limita sus efectos esclusivamente al sitio en que se aplica, mientras que la pasta antimonial tiene el inconveniente de licuarse, produciendo escaras irregulares y estensas; últimamente, para que la acción de la pasta de Viena fuese menos dolerosa, Piedaguelda la fórmula siguiente:

R.e De potasa cáustica por el calor 50 Cal viva 60 Clorhidrato de morfina 25

M. y H. S. k . Cuya preparación sin disputa aventaja á la pasta de Canquoin, en cuanto

se limita su aplicación alepitelioma, ó cuando se quiere favorecer la ulcera­ción superficial de las degeneraciones escirrosas de órganos mas profundos.

A orillas del rio Leteo yacia dormida largos años la pasta de Canquoin sin

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- 9 2 -que nadie se acordara de ella, hasta que un nuevo dictador en la ciencia vino á sacarla de su ostracismo. Mr. Maissoneuve trató de emplearla en el escirro de la máma, no en la superficie de la piel, sino en forma de mechas introducidas en las incisiones practicadas por el bisturí en forma de estrella al rededor del tumor, con el fin de cauterizar los tejidos adyacentes y pro­ducir un circulo eliminatorio para favorecer la muerte ó gangrena de los te­jidos afectos, quedando reducido después el tratamiento á la curación de una úlcera mas ó menos profunda. Como la consistencia de la pasta no le permitía emplearla bajo la forma que apetecía, trató de asociarla con otros cuerpos para que adquiriese mas dureza, practicando de este modo mejor sus operaciones; empero como estas innovaciones eran patrimonio esclusivo de Mr. Maissoneuve y están aun inéditas, al Dr. Calvo le sugirió la idea de reformar también por su cuenta la pasta de Canquoin; inició su idea á varios profesores de farmacia que no consiguieron llenar su objeto, hasta que fué sometida por mi á su crítica la siguiente fórmula que llenó la indicación que apetecía.

R. D e cloruro de antimonio 1 — idem de zinc 2 — Harina de trigo 2 — Sulfato de cal 2

Mézclese y hágase una masa blanda con agua y la harina; incorpórese después el cloruro de antimonio y el de zinc, y añádase el sulfato de cal pau­latinamente hasta hacer una masa homogénea, que se estiende sobre un cristal y se cortan mechas triangulares de varios tamaños desde media á una pulgada de longitud. (Se continuará.)

P. BARRAGAN Y GDERBA.

REMITIDO.

Sr. D. José Negro y García, M i apreciable amigo y c o m p a ñ e r o : A l di r ig i r á Y . estas líneas, por

si gusta insertarlas en su apreciable periódico, lo hago impulsado por un deber de grat i tud y reconocimiento, toda vez que hace tiempo vie­ne V . ocupándose en LA CLÍNICA en favor de los médicos directores de baños minerales, á cuya clase, tan benemérita como poco atendida, ten­go la honra de pertenecer. Y como quiera que, por lo visto, se ha pro­puesto V . , como suele decirse, poner el dedo en la llaga, conceptúo muy útil y hasta necesario que mis dignos compañeros, vueltos de esa espe­cie de letargo, en que como yo parecen sumidos, proporcionen á usted cuantas noticias y datos son indispensables para trazar el cuadro de

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- 93 — nuestra anómala situación é ilustrar al Gobierno acerca de las medidas que deben adoptarse, á fin de mejorar el estado de nuestra clase y el engrandecimiento de la ciencia médico-hidrológica que, sea dicho de paso, pudiera llegar á la altura que en otras naciones, si, como en ellas, tuviesen en la nuestra las ciencias y las artes toda la protección y re­compensa que se deben de derecho á la aplicación y al trabajo. Y aun cuando estoy convencido de que ha de haber mas de un critico que al oirme espresar de esta manera me acuse de poca modestia y de escesi-vo orgullo, no por eso me re t r ac ta ré en lo mas mínimo de la proposi­ción que acabo de sentar; porque si bien en m i pequeñez no puedo n i debo abrig-ar esa soberbia, en el terreno de la práct ica y usando del leng'uaje de la verdad, puedo y debo decir muy alto que mis ilustrados comprofesores, amaestrados en su dilatada práctica, por las observacio­nes recogidas al pie de sus respectivas fuentes minerales, están hace ya muchos años enriqueciendo la ciencia con luminosos informes, y sobre todo, con las memorias anuales remitidas á la Dirección de Sani­dad, según el reglamento del ramo.

Pueden verse en ellas, en efecto, observaciones curiosas; preciosos datos clínicos; estadísticas tan minuciosas como permite el estado de nuestra organización balnearia, y descripciones geológicas bastante detalladas.

Si las observaciones meteorológicas en ellas incluidas no encierran toda la exactitud que seria de desear, cúlpese en mucha parte á los p ro ­pietarios de los establecimientos termales, que no ponen á disposición de los médicos directores respectivos los instrumentos apropiados al objeto, teniendo que valerse de algunos mas ó menos exactos, siendo pocos los que poseen todos los indispensables; si los análisis que en esas memorias aparecen no son todo lo acertados posible, atr ibúyase á la causa acabada de esponer, no menos que á la suma dificultad de poder realizarlos con la perfección posible, por ser esta operación el problema mas difícil de la química.

Pero en cambio de estos vacíos, difíciles de llenar por ahora, se r e ­velan en esos escritos los mejores deseos; se estienden luminosos infor­mes; se plantean proyectos de mejoras; se trata, en una palabra, de co­locar los establecimientos de aguas minerales de España á la altura que deben elevarse, para consuelo de los enfermos, para el progreso de la ciencia y el noble orgullo de nuestra patria.

No es culpa, pues, de los médicos direcrores, si las personas ilustra­das y competentes no han aconsejado hasta ahora al Gobierno que t o ­das esas memorias científicas que desde hace cincuenta años empeza-

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- 9 4 -ron á|escríbirse, ó aquellas, por lo menos, que merecen los honores de la publicación, pasasen desde los empolvados estantes en que hoy se hallan al luminoso estadio de la prensa.

¿Qué mas pueden hacer los médicos directores que atender debida­mente á sus enfermos, prescribirles el tratamiento hidrológico mas apro­piado, estudiar todas y cada una de las condiciones que pueden influir sobre aquellos, sufrir con resignación sin límites los serios disgustos que por diferentes lados les asedian mientras dura la temporada, l l e ­gando su abnegación hasta el estremo de imprimir á su costa las me­morias científicas, único medio de que se vean publicadas?

Y si estas han contribuido, y no poco, á ilustrar á nuestros p rác t i ­cos en tan importante asunto, sirviéndoles de guia en muchos casos á la cabecera de sus enfermos, ¡qué resultados no repor tar ían de la p u ­blicación de todas las escritas hasta ahora! La noble y digna emulación entre los directores de baños no ta rdar ía ademas en- hacerse sentir, siendo este medio, sin disputa, uno de los que es t imular ían la recono­cida laboriosidad y celo de estos funcionarios, tanto mas si llegara el día en el que al publicarse estas memorias se ofrecieran premios al au­tor del mejor escrito sobre aguas minerales, escrito cuyo indisputable méri to fuera reconocido por personas imparciales y competentes.

Y este día no debe hacerse esperar al ver la últ ima y justa resolución del Gobierno, recordando á los médicos directores la necesidad de pre­sentar en tiempo oportuno las memorias anuales que prescribe el re­glamento, y haciendo constar la falta de los que no la remiten en su respectivo espediente; ese día, repito, no debe hacerse esperar, porque el Gobierno, interesado como el que mas en la gloria y el buen nom­bre de nuestro país , arrol lará todos los obstáculos y vencerá todas las dificultades, allanando de este modo el camino á la ciencia hidrológica, contribuyendo así á que adquiera el mayor grado de perfección posible.

Entretanto necesario es que todos, todos, contribuyamos por nues­tra parte á conseguir tan gloriosos resultados, y que demos al mundo científico una prueba de lo que somos y lo que valemos, sosteniendo nuestras ideas en el seno de una corporación especial, y por medio de la prensa.

Y vea V . , amigo Negro, cómo naturalmente resalta la necesidad de crear una academia médico-hidrológica y un periódico encargado de esta especialidad. A esa academia, cuya creación me parece está ya pe­dida a l Gobierno, debieran pertenecer, no solo los médicos directores, sino todos aquellos profesores dignos y laboriosos que pudieran con­tr ibuir con sus conocimientos al progreso de la hidrología médica; t ra-

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— 95 — tándose en dicha corporación de todas y cada una de las materias que tienen relación con las aguas minerales, abriendo una razonada y dete­nida discusión sobre los puntos mas oscuros que con ellas se rocen, y comunicando á dicha corporación los casos prácticos mas notables re­cogidos al pie de los salutíferos manantiales.

Y si necesidad urgente es la creación de una academia, no lo es menos la de un periódico dedicado esclusivamente á la clínica mé­dico-hidrológica, en el que, á mas de publicar esos mismos casos prácticos de que acabo de hablar, se tratase del personal de esos fun­cionarios, de su organización actual, de sus deberes, atribuciones y re­compensas; materia vastísima, por cierto, porque desde la necesidad de crear un inspector general de aguas y baños minerales, hasta el punto al parecer mas insignificante, habría para llenar algunos números .

Mas como quiera que la publicación de un periódico pudiera por ahora ofrecer algunas dificultades, y como por otra parte veo á V . tan decidido en favor de los médicos directores, creo no se n e g a r á Y . á que LA CLÍNICA fuera el órgano representante de la clase, á la manera que lo son de varias corporaciones científicas otros ilustrados periódicos médicos, á los que también debemos nuestra cordial grati tud.

No sé, amigo mío, desde este pueblo en que me hallo, si mis dignos é ilustrados compañeros de aguas minerales, á quienes aprecio en mu­cho, apoyarán esta idea que someto á su aprobación: creo que sí; mas sin embargo, sea cualquiera el resultado de esta indicación, yo, ú l t imo soldado de este cuerpo científico y laborioso, ofrezco emplear en defen­sa del mismo en las columnas de LA CLÍNICA armas corteses y de bue­na ley, cuando me lo permitan otros trabajos que en la actualidad me ocupan.

Soy de V . afectísimo amigo y compañero Q. B. S. M . CARLOS MESTEE Y MARZAL.

Puertollano 2 de Febrero de 1866.

Con el mayor placer insertamos la anterior carta de nuestro querido amigo ó ilus­trado médico el Sr. Mestre y Marzal, y ella será nuevo estímulo para que, al par que aceptemos cuantos escritos se nos remitan sobre hidrología médica, nos ocupemos pre­ferentemente de todas las cuestiones que tanto á la hidrología médica se refieren co­mo á las que tienen relación con el ejercicio de la profesión en el importante cuerpo de médicos directores, que siempre encontrarán en nosotros, débiles sí, pero constan­tes auxiliares para adquirir los derechos que les corresponden por lo trascendental de sus servicios y grandioso de su misión.

L . R.

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E l e c t r i c i d a d m é d i c a .

Bronquitis capilar y albuminuria consecutiva; parálisis de la vejiga; tratamiento y curación por la electricidad, por el DR. D. A. COUBTOIS (de Coulommiers).

En la Gazette des hópitaux ha aparecido él curioso caso referente á esta especialidad que á continuación extractamos, traduciendo sus mas no­tables rasgos de sintomatología y terapéutica, por creer instructivo é i m ­portante para nuestros lectores el buen éxito dé l a medicación eléctrica. Las reflexiones prácticas que al final contiene sobre la alteración funcional de los ríñones, están ademas en armonía con la fisiología experimental moderna.

En 24 de Abril del año último fui llamado para prestar mi asistencia á M. H . , atacado desde el dia 3 de dicho mes de una bronquitis muy intensa, la cual era ya lo suficientemente alarmante para producir viva inquietud á su familia. Llamado anteriormente otras dos veces en consulta, con el inter­valo de ocho dias, habla prescrito un tratamiento enérgico; mas por debili­dad del médico de cabecera y por repugnancia del enfermo, no se habia hecho en el espacio de veinticuatro horas, después de las que se habia obrado como antes de este periodo, otra cosa que lo que voy á decir, que casi equivalía á no hacer nada.

El tratamiento empleado desde el principio consistía en kérmes en muy parcas dosis; polvos de Dower, cinco unturas prolongadas de aceite de cro­tón, de las que una no produjo efecto, y dos cantáridas aplicadas el dia de la consulta.

Veamos ahora en algunas palabras los antecedentes del enfermo. M . H. . . . , de sesenta y cuatro años de edad, constitución muy robusta,

temperamento nervioso muy pronunciado, con frecuentes ataques de ner­vios en su juventud, los cuales no podían ser clasificados por la incompleta referencia del enfermo. Obligado, á causa del cansancio y de frecuentes he­moptisis , á cesar en el ejercicio de la equitación, del cual habia abusado algún tanto (tenia entonces el enfermo veinte años); padeció, desde esta época, y sin haber estado nunca acatarrado, accesos de asma, los cuales, poco intensos y no frecuentes en un principio , fueron repitiendo mas á me­nudo y siendo mas intensos, hasta producir la sofocación. Hace como cosa de tres años, á consecuencia de haber sido casi envenenado por el estramonio, que se le habia aconsejado, han desaparecido completamente los ataques de asma. Las únicas enfermedades que el enfermo relataba son una bronquitis de fecha de dos años y una pereza de la vejiga, por la que ha consultado con M. Gosselin.

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- 97 — El estado actual del enfermo era el siguiente: El decúbito dorsal era im­

posible, y el enfermo, aunquemuy debilitado, habia pasado las cuatro últimas noches en una butaca. El rostro se presentaba tan pronto pálido como enro­jecido, expresando en su máximum la ansiedad y sufrimiento. Piel caliente y frecuentemente ardorosa. Lengua blanca, húmeda, roja en sus bordes. Sed muy intensa, malestar, inapetencia, vientre un poco timpanizado, orinas fuertemente coloreadas y no albuminosas. Dolores muy fuertes en el pecho.

Pulso regular, blando, depresible, con ciento veinte pulsaciones. Cefa­lalgia poco intensa é intermitente. Tos fatigosa; voz débil y cascada; espu­tos semitrasparentes, espumosos y de aspecto sucio. Disnea continua con ata­ques considerables de sofocación. Respiración frecuente; cuarenta inspira­ciones por minuto. No habia edema en los extremos inferiores.

La percusión permitía percibir en todo el pecho una sonoridad normal. Por la auscultación se oia un estertor sibilante y sonoro, acompañado del subcrepitante, así de burbujas gruesas como de pequeñas, y lo mismo por detras que por delante, en todos ios pulmones.

Prescribí lo siguiente: Una ancha cantárida en la parte anterior del vientre; pues que la que

se habia puesto detras no estaba seca: cada hora una cucharada de las de sopa de una poción de kérmesy belladona en infusión de hisopo, con bálsa­mo de tolú; el extracto de quina; una cucharada de las de postres de jarabe de codeina por la noche (la pereza de la vejiga me hace andar con tiento en los opiados), y sinapismos á las extremidades inferiores.

Agravado el 26 el estado del enfermo notablemente, con extrema disnea, cincuenta inspiraciones por minuto, y en estado semicoma toso, se le suminis­tró el vino de Alicante, una cucharada cada hora.

El 28 se alivió, siendo la respiración fácil y hallándose despejada la i n ­teligencia. Edema en las piernas. Unturas con las tinturas de cebolla albar-rana y digital, á partes iguales.

El 4.0 de Mayo se presentaron indicios de albúmina en la orina. Hasta el 8 de Mayo, aunque aliviado el enfermo, la vejiga se presentaba

mas penosa, y se le dieron pildoras de los extractos de ruibarbo y quina, con lactato de hierro y estricnina.

El dia 9, la vejiga, que hacia ya algunos dias no se vaciaba ya sino por rebosamiento, sin que el enfermo tuviese, sin embargo, conciencia de ello, experimentando dolor y formando ia vejiga un abultamiento ovoideo que subia tres traveses de dedo por encima del ombligo. La sonda extrajo una orina clara, muy cargada, y conteniendo algo de albúmina. Alivio notable. Igual tratamiento, mas un purgante drástico. En los dias subsiguientes hubo que sondar dos veces al enfermo, porque la vejiga no funcionaba.

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— 98 — Empeoramiento del enfermo. Bostezos, pandiculaciones, dolores de en­

trañas que se irradian á todo el cuerpo; escalofríos, subsatos de tendones, sudores fríos, rechinamieuto de dientes; pupilas iguales y movibles. Se pres­cribió 1 gr. de sulfato de quinina, una lavativa antiespasmódica, y el resto del tratamiento puesto en acción.

Fuera de un leve acceso de fiebre, el dia 43 lo pasó bien; mas al siguien­te hubo bostezos y vómitos; el epigastrio se puso dolorido; la lengua blanca y húmeda; habla inapetencia, sudores abundantes y debilidad; opresión ligera , aunque nadado ella en el pecho. Latidos del corazón mas intensos, aunque regularizados; cámaras y orinas involuntarias; estas últimas amo­niacales y sedimentosas. Albúmina; pierna izquierda normal; la derecha todavía hinchada.

Desde esta época, fuera de una consulta con Mr. Gosselin, de quien es cliente el enfermo en París durante el invierno, cuyo profesor se dignó apro­bar mi tratamiento, nada de particular se ha presentado. La enfermedad ha seguido una marcha gradualmente decreciente; la albúmina, que habia hecho temer á Mr. Gosselin una afección renal, desapareció al fin; tan solo el ede­ma persistió por mucho tiempo, para llegar á desaparecer también. Quedaba, pues, por tratar la pereza de los miembros inferiores y la parálisis de la ve­jiga. La electricidad estaba evidentemente indicada, y la primera aplicación se verificó poco después, á principios de Setiembre. Sin que entremos aquí en consideraciones especiales sobre elección del instrumento, diré que el aparato magneto-eléctrico de Gaíffe es el que puse en uso. Los aparatos de pila me parecen inferiores, por mas que Mr. Grenet haya inventado uno que Mr, Hiffelsheim, desgraciadamente fallecido, usaba de preferencia.

Por medio de un reóforo introducido en la vejiga y puesto otro sobre el abdómen y en aplicaciones muy poco intensas y de poca duración al princi­pio y sucesivamente mas largas é intensas, logré una curación completa» durante este tratamiento, desde 4 de Setiembre á 21 de Octubre.

Desde esta época la curación se ha sostenido bien, y aun las piernas fun­cionan tan bien como pudiera desearse.

Esta observación presenta mas de una demostración práctica. Pocas en­fermedades hay tan comunes como la bronquitis, sea aguda o crónica. En el primer caso, que es el que aquí nos ocupa, la enfermedad, de un pronós­tico en general poco grave, cede muy fácilmente á un tratamiento apropiado; mas si se la abandona, puede suceder, como hemos referido, que la inflama­ción se propague por continuidad á las últimas ramificaciones bronquiales, y entonces se deben concebir vivas inquietudes. «La enfermedad es de cuida­do, dice Graves en sus Lecciones clínicas, y si no se domina prontamente, no se retarda el término fatal.»

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— 99 — Se ha visto en este caso que la albúmina apareció en las orinas, lo que

dio lugar á que Mr. Gosselin (que es probable no fué suficientemente ente­rado por el enfermo, y por no encontrarse este profesor en la residencia del enfermo) creyese que había una lesión renal. Pero yo no podia creer esto. En efecto, por la marcha de los síntomas, aun admitiendo que no hubiese superalbuminosis sanguínea en absoluto, podia admitirse que la hubiera re­lativa, producida en un principio por la falta de elaboración de las sustan­cias albuminóideas en el estómago, y ademas por falta de combustión respi­ratoria. Es sabido, según los esperimentos de Claudio Bernard acerca la i n ­fluencia de los nervios vaso-motores sobre la secreción de las glándulas sali­vales, que la fluxión de los órganos secretorios en general, y la del riñon en particular, es tanto mayor, cuanto mas activa sea su actividad secretoria, y cuanto mas se esfuerza esta para dar salida á la albúmina del suero, cuando no forma parte integrante en la secreción. (Gubler, Albuminuria, Dict. encyclop. des scienc. tnédic.) Esto es lo que ha sucedido. Bajo la influencia del paso al riñon de las sustancias proteicas no elaboradas, ha habido hipe­remia renal y nada mas. La alteración funcional era lo dominante en el caso citado, y por consiguiente, como lo demás solo tenia importancia secundaria, no tenia que ocuparme de ello en gran manera.

P.

HIDROLOGIA.

De l a a c c i ó n e l é c t r i c a de las aguas minerales sulfurosas de Bonne y

de E u x - C h a u d e s .

Noticia de Mr. B . Schnepp.

(Comptes r e n d u í . 29 Mayo -I86S.)

Antes de estudiar los fenómenos eléctricos que resultan de la acción de estas aguas sobre la economía viva, es importante observar el estado eléc­trico del organismo vivo, y precisar la fuerza electro-motriz de las aguas minerales. Estas investigaciones parten de los principios de electro-química tan claramente formulados por Mr. Becquerel, padre, y confirmados por Faraday, Matteueci, de Bois-Reymond, Buff, etc.

La primera serie de esperimentos se ha hecho poniendo dos electrodos de platino en relación con un galvanómetro, y aplicando ambos electrodos sobre diferentes partes del cuerpo, he observado, como Mr. Donné lo habia hecho, que los líquidos del organismo podían por su reacción mútua produ­cir efectos eléctricos.

Si los dos electrodos se sumergian en el depósito de las aguas minerales

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— 100 -sulfurosas de Bonné y de Aguas calientes, no se manifiesta corriente eléctri­ca; pero recibiendo sobre la lámina de platino de uno de los electrodos las grandes burbujas délas que se deprenden, se producen corrientes, que en la fuente Vieille deBonne van desde el gas al agua, y en la de Esquirett de Eaux-Chaudes desde el agua al gas. En el primer caso, el gas desempeña el papel de una base, y en el segundo el de un ácido. El gas de las aguas de Bonne parece ser ázoe casi puro; el de Aguas calientes debeser una mez­cla diferente. Estos efectos complejos pueden proceder del roce de los gases contra el liquido y de este contra las láminas.

Poniendo en comunicación el agua de estos dos manantiales y su roca ó tierra inmediata por medio del galvanómetro, se obtienen corrientes que van desde el agua al suelo, lo que confirma esta ley de Mr. Becquerel. «El agua y la tierra adyacente se hallan constantemente en dos estados eléc­tricos contrarios.» Por otra parte he observado la existencia de corrientes semejantes entre el agua de lluvia, recibiendo esta sobre la lámina de plati­no de uno de los electrodos, y el suelo en el que está enterrado el otro elec­trodo. El agua de lluvia y la de pozo contenidas en cubetas de vidrio y que se comuniquen por una mecha de algodón, producen una corriente que i n ­dica que el agua de lluvia desempeña el papel de ácido con respecto de la otra. Estas dos cantidades iguales de la misma agua de lluvia, una calenta­da á 3ií0 y otra que se halle á la temperatura del ambiente de 47,08, se ma­nifiesta una corriente que indica que el agua mas caliente desempeña el papel de base. Lo mismo sucede entre el agua mineral sulfurosa de Bonne y el agua común: esta desempeña el papel de un ácido y es positiva.

En contra de las aserciones de Mr. Scoutetten, el agua mineral sulfuro­sa de Bonne, transportada y conservada en botellas aun por espacio de m u ­chos años, da origen á corrientes eléctricas cuando se llena la boca de ella y se pone en comunicación con el hueco de la mano cerrada; el agua sulfu­rosa adquiere siempre electricidad negativa. En el mismo sentido se forman las corrientes cuando el agua transportada se pone en comunicación con el agua de lluvia á igualdad de temperatura y á temperaturas diferentes, como también cuando el agua transportada contenida en la boca se pone en co­municación con orina ó sudor.

De los anteriores esperimenlos y de otros que aquí no pueden referirse creo deber deducir:

\ .0 Que las aguas minerales sulfurosas de Bonne y de Eaux-Chaudes no contienen electricidad libre, sino que se manifiestiin efectos eléctricos cuando se ponen en comunicación estas aguas con los gases que se escapan de ellas, como también con el suelo; y esto en razón de acciones químicas y rozamientos én general muy complejos.

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— 101 — 2. ° Que la acción de estas aguas naturales sobre los líquidos de la eco­

nomía, da origen á corrientes que indican que el agua mineral ha adquiri­do una electricidad negativa; pero después de haber sido modificada por su contacto con el aire adquiere en las mismas circunstancias electricidad positiva.

3. ° Las aguas de rio, de manantial que no sea mineral, las aguas sala­das y las de lluvia, producen sobre la economía viva fenómenos eléctricos como las aguas minerales sulfurosas obrando en lo esterior ó en lo interior; no pudiendó por lo tanlo deducirse lógicamente que haya una acción eléc­trica especial de las aguas minerales, y menos todavía atribuir la acción te­rapéutica de estas aguas á la sola fuerza electro-motriz.

4. ° Que las aguas minerales de Bonne, transportadas y conservadas, producen por su reacción sobre la piel y los líquidos de la economía viva los mismos fenómenos eléctricos que las aguas tomadas en el mismo ma­nantial.

AFORISMOS H1DROTEMPICOS.

D E L A VIRTUD CÜRA.TITA D E L AGUA F R I A , PROBADA POR MEDIO DE CISIf AFORISMOS,

SACADOS D E LOS E S C R I T O S D E L O S MÉDICOS CÉLEBRES ANTIGüOS Y MODERNOS,

por el Dr . Wertheim. » '

1.0 Existe en el agua fria una virtud curativa mucho mas eficaz que la que hemos supuesto hasta aquí; una acción verdaderamente prodigiosa. (Hufeland.)

2. ° Los efectos propios del agua fria, no pueden ser separados de la efi'-cacia de su temperatura natural. (Sansón.)

3. ° El agua es la bebida mas común, la mas conveniente y la mas pro­pia para sostener el libre ejercicio de todas nuestras funciones. (Ratier.)

4. ° El agua fria, no solamente es un preservativo contra la peste, sino que se la puede considerar como un medicamento universal. (Geoffroy.)

5. ° Bebiendo agua fria durante la infancia y juventud, se establecen ios fundamentos de un estómago fuerte que todo lo digiere. Todas las maña­nas se debería enjuagar con agua fria no solo la boca sino el estómago tam­bién. (Hufeland.)

6. ° Es una cosa muy útil lavarse la cara en el verano con agua fria. 7. ° El baño frió es no solamente un estimulante, sino también un cal­

mante para el sistema nervioso. Todo el mundo sabe que después de un baño frió el cuerpo transpira mejor, encontrándose mucho mas ligero, (Sanclorius y Sanctorinos.)

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— 102 — 8. ° Por medio de los baños frios tomados durante el calor del verano,

la fuerza nerviosa abatida se excita de nuevo; la miotilidad (contractibili­dad de los músculos) se recupera; la debilidad causada por una grande transpiración desaparece, y el apetito, mas ó menos disminuido por el calor, vuelve á su estado normal. (Londe.)

9. ° Está averiguado que por el uso frecuente de los baños frios, los individuos que tienen un temperamento linfático adquieren al poco tiempo otro temperamento casi sanguíneo; es decir, un organismo y una coloración viva de la piel, con mayor actividad en el aparato arterial, y un cambio completo en su constitución. (Fournier.)

10. El buen efecto de los baños frios sobre el cuerpo se deja conocer, pa­sada la primera impresión poco agradable, por un sentimiento de bienestar que se esparce por todo el sistema, desarrollando en él una viveza particular. Amas de que la piel se desprende de todas las materias estrañas que se hallan adheridas á su superficie, adquiere mayor animación y actividad, podiendo entonces resistir con mas vigor las influencias desfavorables. La irritación moderada y bienhechora del frió anima y fortifica el organismo entero y las facultades intelectuales. Los baños frios son los mas convenientes á los que cuentan de 15 á 43 años de edad; pero antes y después de esta época es preferible el uso de los baños calientes. (Ribter.)

M . Pueden obtenerse resultados muy favorables de los baños frios, em­pleándolos como preservativo en los casos en que reina alguna enfermedad contagiosa: en las Antillas el mejor remedio contra la fiebre amarilla, sobre todo en las tropas de mar y tierra, consiste en el uso diario de baños frios. (Londe.)

42. El frió contrae mucho y disminuye la sensibilidad de los nervios. Ha­bitúense, pues, los enfermos que padecen de calambres á lavarse todo el cuerpo y con especialidad la espina dorsal con agua fresca primero, y luego con agua completamente fria, y si se quiere producir un efecto local, por ejem­plo, sobre los miembros genitales, diríjase solo sobre ellos el mismo trata­miento. Cuando existe una grande atonía ó una grande irritabilidad ner­viosa, cuando la cabeza experimenta vértigos, en diferentes enfermedades mentales, en las del pecho, ergotismo espasmódico del corazón etc., procúrese que los enfermos tomen baños bien frios en los rios ó en el mar. (Richter.)

43. El lavarse frecuentemente la cabeza con agua fria, es un preservati­vo muy eficaz contra la apoplegía. (Zulani.)

4 A. Habiendo predisposición á los constipados, es saludable habituarse al frió; por consiguiente, no seria malo el que los niños se acostumbrasen á la­varse la cabeza con agua fria todos los dias. (Osiander.)

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— 103 — 45. Cuando reina la viruela, lo mas importante es hacer mucho ejercicio

al aire libre. A los niños de buent eooslitucion y salud, debe obligárseles á lavarse con agua fria, hacer que tengan en general una temperatura fresca, que beban mucha agua fria y el uso de baños también frios. (Richter.)

46. En la muerte aparente, el primer estimulante es regar con agua fria la superficie exterior de la piel. Debe practicarse esta operación con alguna fuerza, sobre todo en el rostro, sobre el pecho ó epigastrio, ó bien se hace que caiga desde cierta altura sobre el epigastrio y región del corazón un file­te de agua fria, procedente de una tetera, enjugando luego con mucho cui­dado las partes mojadas. (Richter.)

47. Según Schmucker, se aplican cataplasmas frias sobre la cabeza á los ahogados, asfixiados ó heridos por el rayo, después que se les kaya sangrado, vertiendo ademas sobre su cabeza agua de hielo. (Richter.)

48. Para los que están medio muertos no hay cosa mejor que el agua fria. Si existe un remedio para aliviar los enfermos que están en la agonía, no es seguramente ni el t é , ni el azahar, ni el almizcle, ni la emulsión de asafétida, sino el agua fria. (Osiander.)

4 9. La bebida mas saludable en las fiebres es el agua fresca y pura del pozo. Los indios de la América del Norte no beben durante las fiebres mas que agua, siguiendo en esto la voz de la naturaleza, que solo pide agua en estas enfermedades. (Nuss.)

20. La bebida de agua fresca es para la mayor parte de los enfermos, sobre todo para los atacados de fiebres, el alivio mejor. ¿Tendremos nosotros el derecho de prohibírsela y darles en cambio jarabes insípidos ó aguas coci­das? Aun cuando estas son refrigerantes por su frialdad, no producen el afec­to apetecido porque están privadas de su acción dinámica, es decir, del ác i ­do carbónico, que parece ser el principio esencial que apoya la sed. (Osiande.)

^Se continuará. J G.R.

(la Medicine contempordine.)

VARIEDADES.

t i M estufas produciendo una i n t o x i c a c i ó n por e l ó x i d o de carbono

(GAKKET).

Cinco años de observación han hecho afirmar á este, que la mayor parte de las epidemias de invierno que se designan bajo e l nombre de

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- 104 -meningitiscerebre-espinal, tifo cerebral, fiebre remitente grave, son s im­plemente intoxicaciones por el gas óxido de carbono que desprenden las estufas.

Esta opinión ha encontrado en su principio una grande oposición, pero una epidemia que pudo anunciar con un mes de anticipación en el liceo de Chambery, convenció á m i s compañeros ios que en su mayo­ría participan de m i modo de ver, relativamente á los efectos tóxicos de estos aparatos.

Mr. Carré, para apoyar su opinión sóbre la causa de esta epidemia, acompaña una nota de su sobrino Julio Carré alumno del laboratorio de Mr . Fremy, relativo á l a presencia del óxido de carbón en el aire de una sala calentada con una estufa.

E l resultado de los esperimentos que ha hecho Mr. Julio Carré en el mes de Agosto úl t imo, en una sala del colegio de Chambery de 264 metros de capacidad y fuertemente calentada durante 19 horas, en que el g'as tóxico existia realmente en aire de esta sala, como lo ha demos­trado su acción sobre el cloruro de oro, dando origen en cada una de las bolas del aparato de Liebig1, de que se servía, á un precipitado agri­sado y á la formación de una mult i tud de láminas de bri l lo metálico dorado.

Pepsina.—Informe de l a c o m i s i ó n de l a sociedad de l Pantheon.

1.° La pepsina es un cuerpo que g'oza de la propiedad de coagular la leche, disolver la fibrina y demás materias albuminosas. 2.° Ladósis de pepsina resecando para coagular una cantidad determinada de leche, es tanto menor en cuanto es mas pura; 24 miligramos de pepsina pura bastan para producir este resultado sobre 100 gramos de leche calléate a 40 grados. 3.° Se vende bajo el nombre de pepsina pura y neutra, productos que no son n i lo uno n i lo otro. 4.° La asociación de la f é ­cula parece que no ejerce influencia consevadora sobre la pepsina; siendo de desear que los farmacéuticos vendiesen esta sustancia pura y sin mezcla. 5.° La pepsina puede conservarse pura según M.Kofmann en cápsulas gelatinosas, y según Mr. Domerc acodándo la con partes iguales de carbón vegetal.

Setas venenosas.—Su pr incipio activo. M . M . Sicard y Schoras, acaban de demostrar que el principio ve­

nenoso de ciertas especies es una base, habiendo obtenido una sal que en muy pequeña cantidad mata á un perro. Siendo sus efectos los mas notables, iguales ó parecidos á los de la curarina.

EDITOR RESPONSABLI , D . Francisco Mingo.