La Cerda Primeriza

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La Cerda Primeriza (I): Escogiendo a nuestras futuras reproductoras. Califica el post Este es el primero de varios artículos sobre la cerda primeriza, de reemplazo o reposición. Se trata de dar unas bases sobre el manejo esencial que debemos de hacer con estos animales, pues de ello dependerá la vida productiva de nuestra cerda y el equilibrio productivo y sanitario de nuestra explotación. Debemos entender para empezar, que la cerda primeriza que entremos en nuestra explotación es: Un animal joven, púber y, a veces, pre-púber (que no ha llegado su madurez sexual). Esto significa que aunque a los pocos días de llegar a nuestra explotación y salga en celo, no debemos cubrirla, pues estamos abocados al fracaso reproductivo del animal. Como animal joven, sigue creciendo. La ALIMENTACIÓN es muy importante en esta fase. La cerda primeriza sigue creciendo y las necesidades nutricionales de ésta distan mucho de las que les pueda aportar un simple pienso de gestación. Pero tampoco es buen el pienso de acabado de los cerdo de cebo. La alimentación de la cerda primeriza debe proporcionarle la grasa suficiente para la reproducción, pero no engordarla demasiado. Deberá, también, fortalecer los aplomos (patas) y que le permita seguir creciendo. Este tipo de alimentación sería conveniente hasta el primer parto. Un animal inmunológicamente inferior a las cerdas adultas: lo que la predispondrá a sufrir las distintas patología que tengamos en nuestra explotación, por lo que deberemos tener en cuenta el realizar una buena adaptación sanitaria antes de meterlas en ciclo reproductivo. También, tendremos que acordarnos que su descendencia del primer parto no serán

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La Cerda Primeriza (I): Escogiendo a nuestras futuras reproductoras. Califica el post

Este es el primero de varios artículos sobre la cerda primeriza, de reemplazo o reposición. Se trata de dar unas bases sobre el manejo esencial que debemos de hacer con estos animales, pues de ello dependerá la vida productiva de nuestra cerda y el equilibrio productivo y sanitario de nuestra explotación.

Debemos entender para empezar, que la cerda primeriza que entremos en nuestra explotación es:

Un animal joven, púber y, a veces, pre-púber (que no ha llegado su madurez sexual). Esto significa que aunque a los pocos días de llegar a nuestra explotación y salga en celo, no debemos cubrirla, pues estamos abocados al fracaso reproductivo del animal.

Como animal joven, sigue creciendo. La ALIMENTACIÓN es muy importante en esta fase. La cerda primeriza sigue creciendo y las necesidades nutricionales de ésta distan mucho de las que les pueda aportar un simple pienso de gestación. Pero tampoco es buen el pienso de acabado de los cerdo de cebo. La alimentación de la cerda primeriza debe proporcionarle la grasa suficiente para la reproducción, pero no engordarla demasiado. Deberá, también, fortalecer los aplomos (patas) y que le permita seguir creciendo. Este tipo de alimentación sería conveniente hasta el primer parto.

Un animal inmunológicamente inferior a las cerdas adultas: lo que la predispondrá a sufrir las distintas patología que tengamos en nuestra explotación, por lo que deberemos tener en cuenta el realizar una buena adaptación sanitaria antes de meterlas en ciclo reproductivo. También, tendremos que acordarnos que su descendencia del primer parto no serán inmunológicamente tan competentes como sus hermanos de los siguientes partos, pues la cerda primeriza no tienen aún fortalecido el sistema inmune en el primer parto.

Asustadiza, inquieta, alocada. Esto dificulta su manejo en cuanto a moverlas, recelarlas, meterlas en las jaulas de maternidad, etc. Así que nos deberemos armar de paciencia cuando tratemos con ellas, pero si ven buen trato desde el principio se adaptarán fácilmente a las personas del entorno.

Inferiores en el grupo de adultas. Lo tendremos en cuenta si trabajamos con cerdas en grupo. Si el tamaño del grupo es pequeño, inferior a 30 ó 40 cerdas, es probable que salga perdiendo en las peleas y la mareen las adultas. En tamaños superiores y con un buen diseño de corral (divisiones que permitan la huída y el refugio), probablemente no haya problemas. En tamaños muy reducidos, es mejor agrupar las cerdas por el números de parto o tamaño en la medida de lo posible.

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Estos son algunos de los aspectos importantes de la biología y etología de la cerda primeriza que tenemos que tener siempre presentes.

¿DE DÓNDE SACAMOS NUESTRAS CERDAS PRIMERIZAS?

Comprándolas a la empresa de genética de turno. Aquí deberemos exigir calidad productiva y sanidad. Por lo general, las empresas de genética suelen ser suficientemente serias (por la cuenta que les trae) y cuidan muy bien su producto. No obstante, hay que leer muy bien las condiciones de venta y reclamación, así como, y es muy conveniente, un análisis de sangre nada más llegar los animales a la explotación para evitar sustos santiarios posteriores.

Del autonúcleo. Muchas explotaciones tienen un pequeño núcleo de “abuelas”  (para el que no lo sepa, se denomina abuela al grupo de cerdas genéticamente superior cuya descencendencia son las reproductoras comerciales, bisabuela sería el grupo que está sobre las abuelas y suele tratarse de raza muy pura) y se cría sus propias reproductoras.

Del cebo. Esto es lo menos conveniente, ya que el valor genético del animal como reproductor es muy dudoso y también hay un riesgo en la calidad del producto final (el cerdo de cebo) pues tiende a ser muy heterogéneo. Obviamente, partimos del punto que se haría la reposición del cebo en el caso que se tratara de una explotación de ciclo cerrado. Hay que abstenerse de ir comprando cerdas por ahí de cebo en cebo, pues el coctel sanitario podría ser mortal, literalmente.

¿QUÉ EXIGIREMOS EN UNA CERDA PRIMERIZA?

Asumiendo, tanto si compramos la cerda como si tenemos autonúcleo, que tiene un valor genético asegurado (cosa que desde el punto de vista del granjero no está en nuestra mano controlarlo pues se trata de analizar datos y datos de productividad y eso lo hacen unos superordenadores), nos queda asegurarnos que su morfología externa sea la adecuada:

buenos aplomos vulva correcta morfología corporal adecuada (nada de espaldas hundidas)

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En esta foto podemos ver cómo NO ha de ser la vulva de la cerdita de reposición. Se puede apreciar cómo la puntita inferior se curva ligeramente hacia arriba. Por lo general, son vulvas que indican algún tipo de hermafroditismo y suelen ser esteriles. Antes de probar, mejor descartar.

La Cerda Primeriza (II): ¿Cuántas cerdas necesito?. Califica el post

La manera en que manejemos a nuestras cerdas primerizas va a determinar su vida productiva y por tanto el futuro de nuestra explotación. Debemos tener siempre en mente que el MOTOR de nuestras granjas van a ser las primerizas que vayamos incorporando a nuestros lotes de producción y por lo que NUNCA debemos de dejar de incorporar cerdas nuevas si queremos que nuestra explotación tenga un censo equilibrado.

En este gráfico, podéis observar el porcentaje de cerdas ideal por ciclo productivo en la explotación, así que si por lote de producción lo mantenéis, siempre tendréis el mejor censo. El porcentaje de cerdas primerizas incorporado a cada lote tendría que estar entre el 20% y 23%. Siempre un poco más que el resto, pues como ya sabemos hay un cierto número de cerdas que vamos a perder antes del segundo parto.

En número de cerdas a entrar por lote va a depender del porcentaje de reposición que establezcamos en nuestra granja teniendo en cuenta también nuestro objetivo de partos.

Si establecemos una tasa de reposición del 40% en una explotación de 1000 cerdas, teóricamentes deberemos reponer 400 cerdas al año. Si dividimos entre 52 semanas, veremos que en cada lote semanal, si trabajamos a bandas semanales, deberemos introducir entre 7 y 8 cerdas nuevas.

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De esta misma manera, debemos eliminar las 7-8 cerdas peores del lote (viejas, cojas, mala producción, etc.) para mantenerlo equilibrado. Esto es muy importante y, además, si por circunstancias disponemos de más de 7-8 primerizas para incorporar en el lote podemos hacerlo forzando la eliminación de más cerdas. En teoría, ¡la cerda primeriza bien manejada es la cerda más productiva de la explotación!

La Cerda Primeriza (y III): preparándola para la cubrición. Califica el post

Preparar a nuestras futuras reproductoras para la cubrición es una fase muy importante y de ello dependerá que salgan bien en celo, tengamos un gran éxito de fecundidad en el primer ciclo y su vida productiva sea larga y fructífera.

Edad de la primera cubrición

La edad a la primera cubrición de nuestras cerdas va a depender de cuándo lleguen a la pubertad. Los híbridos genéticos actuales son bastante precoces pero eso no nos debe llevar al engaño de cubrirlas cuanto antes pues podemos acortar la vida productiva del animal.

Las recomendaciones más recientes son que la cerda debe estar entre los 7,5 y 8,5 meses de vida y un peso superior a los 140 kg. Por debajo de esta edad o por encima, las cerdas van a dar suficientes problemas para que las acabemos desestimando.

Una regla que suele funcionar muy bien es cubrir la cerda en el 3º celo después de los 6 meses de vida y después de haber trabajado la recela a fondo.

Estimulación

La estimulación de las cerdas primerizas a través del contacto con el verraco es el manejo estrella. Debemos iniciarlo hacia los 6 meses de vida y la finalidad no es únicamente detectar celos si no poner en marcha de la manera más correcta el ciclo reproductivo de la cerda.

El contacto ha de ser directo, es decir, meter el verraco en el corral de primerizas ( porque es mejor trabajar con ellas en corrales y no en jaulas de gestación), de esta manera trabajamos el contacto visual, físico y olfativo a la vez. Además también es una manera de sincronizar los celos de las cerdas sin la intervención hormonal externa. Este contacto debe durar entorno a los 10 minutos diarios y, si se puede, hacer sesión mañana y tarde. Mantener un verraco junto a las cerdas primerizas permanentemente puede dar lugar al habituamiento de las mismas, pierden interés y no salen en celo de la misma

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manera que si lo hacemos mediante el “efecto sorpresa” ( a mi me gusta llamarlo “efecto axe“).

A medida que las cerdas van saliendo en celo, se van apartando a otro recinto y se las deja sin contacto con el macho hasta 3-4 días antes del siguiente celo, entonces volveremos a introducir el verraco. Esto lo repetiremos hasta que decidamos cubrirla, aunque es aconsejable que en este segundo celo la inseminemos con semen muerto. El líquido seminal contiene toda una serie de sustancias que van a ayudar en la maduración uterina, preparando el útero para una fecundación posterior. Además, el hecho de realizar esta inseminación, aunque no sea fecundante, puede que ejerza un efecto positivo en el hecho que el celo es “efectivo”. Se ha visto que después de varios celos sin coito o introducción de catéter puede ser causa de anoestro (falta de celo), pues vendría a ser un mecanismo de “para qué salgo en celo si no me fecundan”, por describirlo de alguna manera.

Alimentación de la cerda primeriza

Un error muy común que cometemos en nuestras explotaciones es alimentar a las cerdas primerizas con piensos de gestación desde que llegan o cuando las cubrimos. Debemos recordar que la cerda primeriza sigue creciendo y las necesidades nutricionales son mayores que una cerda gestante de más ciclos. Es interesante mantener a la cerda primeriza hasta el parto con piensos especialmente formulados para ellas que contengan 16% de proteína y más contenido en lisina y minerales. Por lo general existen piensos comerciales específicos para ellas.

El alimentar la cerda primeriza con pienso de gestación desde la llegada a la explotación puede dar lugar a problemas de salidas en celo, aunque trabajemos muy bien la estimulación.

Introducir el pienso de gestación de golpe en cerdas primerizas en la cubrición puede provocar que no queden preñadas o que pierdan la preñez durante la gestación.

Por todo esto, es mejor diseñar un área de trabajo con primerizas, no sólo por el tema de la estimulación con el verraco, si no por darles una alimentación distinta al resto de cerdas de la explotación.

Ejemplo del trabajo con primerizas a partir de 6 meses de vida

1º Recela de los corrales de primerizas que no han salido en celo aún

2º Anotar las cerdas que han salido en celo y apartarlas (una manera sería agrupar los celos de una misma semana todas juntas).

3ºRecelar las cerdas que ya salieron en celo hace 2 semanas y media para empezar a estimularlas

4ºInseminar con semen muerto las que salen por segunda vez y si es posible meterlas en jaulas de gestación para que se acostumbren antes de la cubrición definitiva.

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Anotar todo lo que hacemos a cada grupo de primerizas es tan importante como que será nuestra herramienta para saber cuántas cerdas nos saldrán en celo cada semana en las semanas siguientes, de manera que nos servirá para decidir si nos intereas meterlas en ese lote semanal de cubrición o bien las retrasamos para tres semanas después o bien les iniciamos un tratamiento con progestágenos orales y así introducirlas en otro lote que más nos convenga.

En definitiva, el manejo de la alimentación y la estimulación con el verraco van a ser las claves principales para la buena preparación de nuestra futura reproductora.