La Cárcel de Belem 1863-1900

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Revista Cultura y Religión ISSN 0718-4727 A la sombra peniteniaria! la "rel #e $elem #e la iu#a# #e %&'io( sus neesi#a#es( pr"tias y on#iiones sanitarias( 18)*-1+00, o t.e penitentiary s.a#e! $elem/s ail o t.e ity o %e'io( .is nee#s( praties an# sanitary on#itions( 18)*-1+00, or 3raiela lores lores 1 Resumen El presente trabajo de investigación es un viaje que trata sobre las condiciones materiales y sanitarias en una de las c árceles mexicana s más emblemáticas del la segunda mitad del XIX, la de Belem. Heredera de una poca en que los sistemas penitenciarios !ueron vistos como la me jor opc ión par a log rar la enm ienda de los tra sgr eso res sociales" bue na par te de su ex ist encia estuvo sig nad a por un sin n#mero de ca ren cias mat eriales e $ig i n ica s que contrastaban abismalmente con el %deber ser& que supon'an los sistemas penitenciarios. (alabras clave) cárcel, penitenciar'a, sistemas penitenciarios, condiciones carcelarias. Abstrat *$is resea rc$ is a journ ey t$at deal s o! materials cond ition s and sanita ry in one o! t$e most emblematic o! +exican prisons t$e second $al! o! t$e nineteent$ century, t$e Belem. Heiress to a time $en t$e prison systems ere seen as t$e best option to ac$ieve t$e amendment o! criminals" muc$ o! its existence as mar-ed by a plet$ora o! material s$ortages and $ygiene abysmally t$at contrasted it$ t$e duty to be posed correctional systems. /eyords) jail, prison, prison system, prison conditions. Intro#uión 01

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A la sombra peniteniaria! la "rel #e $elem #e la iu#a# #e %&'io( sus neesi#a#es(pr"tias y on#iiones sanitarias( 18)*-1+00,

o t.e penitentiary s.a#e! $elem/s ail o t.e ity o %e'io( .is nee#s( praties an#sanitary on#itions( 18)*-1+00,

or 3raiela lores lores1

Resumen

El presente trabajo de investigación es un viaje que trata sobre las condiciones materiales ysanitarias en una de las cárceles mexicanas más emblemáticas del la segunda mitad del XIX,la de Belem. Heredera de una poca en que los sistemas penitenciarios !ueron vistos como lamejor opción para lograr la enmienda de los trasgresores sociales" buena parte de su

existencia estuvo signada por un sinn#mero de carencias materiales e $iginicas quecontrastaban abismalmente con el %deber ser& que supon'an los sistemas penitenciarios.

(alabras clave) cárcel, penitenciar'a, sistemas penitenciarios, condiciones carcelarias.

Abstrat

*$is researc$ is a journey t$at deals o! materials conditions and sanitary in one o! t$e mostemblematic o! +exican prisons t$e second $al! o! t$e nineteent$ century, t$e Belem. Heiress

to a time $en t$e prison systems ere seen as t$e best option to ac$ieve t$e amendment o!criminals" muc$ o! its existence as mar-ed by a plet$ora o! material s$ortages and $ygieneabysmally t$at contrasted it$ t$e duty to be posed correctional systems.

/eyords) jail, prison, prison system, prison conditions.

Intro#uión

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Este trabajo tiene por !inalidad exponer las condiciones carcelarias y de salud de la prisión más representativa e importante de la ciudad de +xico durante la segunda mitad delsiglo XIX) la cárcel de Belem. El periodo de estudio elegido va de 2345 a 2677 y obedece aque durante esos a8os dic$a prisión !ue el blanco de los más encarecidos es!uer9os pormejorar sus condiciones internas. :a en 2677, su importancia decaer'a con la inauguración dela !lamante penitenciar'a del ;istrito <ederal, lo que $abr'a de relegarla a un segundo plano encuanto a los es!uer9os por mejorar sus condiciones internas.

En este trabajo abordar el contexto en el que surgió Belem, $eredera de lacárcel en su acepción moderna =castigo>. En ella se emplearon ciertos mecanismos paracon!igurar, a partir del tipo delincuente, al $ombre %necesario&, es decir, al prototipo modernoque demandaba la sociedad mexicana de la segunda mitad del siglo XIX y que deber'a ser un$ombre instruido, laborioso, laico de pensamiento, $iginico" en suma, ideales secundados

 por la lite mexicana.

?os mecanismos %moderni9antes& que se instauraron en la cárcel de Belem partieronde modelos comprobados y utili9ados en los sistemas penitenciarios occidentales. (or tanto,en la cárcel, se instalaron talleres, escuelas y se permitió el auxilio espiritual a travs de misasy de recibir consejo de sacerdotes católicos" poco despus se iniciar'an de manera másdecidida una serie de disposiciones encaminadas a sanear la $igiene dentro del penal. En estetrabajo de investigación, veremos cuáles !ueron las necesidades, prácticas y condicionessanitarias dentro de la cárcel de Belem y cómo !ue que in!luyeron en la reali9ación de losideales carcelarios gestados durante el siglo XIX.

1, 5e los mo#elos peniteniarios y la salu#

?os proyectos penitenciarios que pol'ticos mexicanos estudiaron durante la primeramitad del siglo XIX para explorar la posibilidad de adoptarlos en +xico, part'an de un

 principio básico) la implementación de ciertos mecanismos de resociali9ación criminal. ?uegode que la cárcel !uera adoptada como el castigo por excelencia, por encima y en sustitución delos castigos in!amantes como los a9otes, las mutilaciones y las vejaciones que se $ac'an en

 pla9as p#blicas" se reparó en que el encierro por s' mismo no bastar'a para lograr elarrepentimiento y la reincorporación social y #til del in!ractor, por ello se desarrollaronmecanismos para lograr el nuevo propósito de la cárcel) la enmienda.

;os de los sistemas penitenciarios en boga, utili9ados durante buena parte del siglo

XIX, !ueron el de  Filadelfia y  Auburn. El primero de ellos surgió en los Estados @nidos a!inales del siglo XAIII y contemplaba la regeneración del reo con base en el encierro solitario,la oración y la incomunicación absoluta las 10 $oras del d'a mientras durara la condena. Elsistema de Auburn, por su parte, contempló como sus ejes de acción el encierro solitario =ocelular> por las noc$es y el trabajo en com#n y en silencio durante el d'a dentro de talleres dela penitenciar'a.

;os pol'ticos mexicanos, +anuel (ayno en 230 y Cos +ar'a ?uis +ora en 2304,reali9aron viajes de exploración al extranjero en busca de un sistema penitenciario que

 pudiera adoptarse en +xico. +anuel (ayno !ue comisionado por el entonces ministro deInstrucción (#blica, +ariano Diva (alacio para reali9ar un estudio sobre cárceles en losEstados @nidos1.   +ientras Cos +ar'a ?uis +ora era embajador en Inglaterra !ue

comisionado por el gobierno de Aalent'n óme9 <ar'as para estudiar algunas cárceles de ese pa's. El resultado !ue un estudio titulado Memoria sobre Cárceles Inglesas3. 

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?os resultados obtenidos en ambos estudios, arrojaron una serie de caracter'sticas penitenciarias que se deber'an de tomar en cuenta para mejorar las condiciones carcelarias en+xico. ?a primera y !undamental) espacios grandes y adecuados que garanti9aran lalimpie9a del aire. Fs', se dispuso que estos establecimientos se !undaran a las a!ueras de lasciudades, lo que además, garanti9ar'a que las en!ermedades o epidemias generadas en ellos norepresentaran una amena9a para la salud de las comunidades o ciudades aleda8as.

Gtro principio de salud que los establecimientos penitenciarios deber'an incluir, !ue ella utili9ación de celdas individuales) una para cada prisionero, con lo que $abr'a de cumplirseel aislamiento celular prescrito, cuando menos en el sistema de Filadelfia y Auburn. :a que elaislamiento se consideraba un pilar para la regeneración, se puso n!asis en que se cumplieraese principio. F su ve9, cada celda deber'a de contar con lo estrictamente necesario) ademásde la cama, un excusado y un lavamanos, una !ra9ada, una almo$ada más lo que el reonecesitara para su aseo personal.

?a alimentación tambin !ue un aspecto en el que (ayno $i9o especial n!asis. (udoobservar en sus visitas a las penitenciar'as de Estados @nidos que los alimentos se serv'an en

cantidades su!icientes para mantener en un buen estado de salud a los reos.El auxilio espiritual a travs de la celebración de misas y consejo personali9ado delsacerdote o ministro religioso, !ue otra de las caracter'sticas que los pol'ticos mexicanosdestacaron en sus estudios, debido a que, seg#n sus observaciones, el complemento religioso$ab'a jugado un papel decisivo para la regeneración moral que $ab'an encontrado en losestablecimientos que visitaron.

;e esa !orma, se completar'a el esquema ideal de regeneración que deber'an deadoptar las cárceles del pa's. eg#n opinión de +ora y (ayno, dic$o esquema deber'acontemplar un edi!icio adecuado para la reclusión, alejado de las ciudades de pre!erenciaJ"una buena alimentación e $igiene para garanti9ar la salud de los presos" además de la creaciónde talleres, escuelas y el auxilio espiritual y la adopción, en alg#n momento, de alg#n sistema

 penitenciario, KLómo se mani!estaron estos principios básicos al interior de la cárcel másimportante de la capital mexicana durante la segunda mitad del siglo XIXM ?o sabremos acontinuación.

2, $elem( su onte'to y la apolog6a .umana,

En la ma8ana del 11 de enero de 2345, a las a!ueras del oscuro y vetusto inmueble dela $asta entonces cárcel nacional de la Ex Fcordada 0, una numerosa tropa aguardaba la se8al.Fquellos $ombres $ab'an sido comisionados por el entonces presidente del Fyuntamiento de+xico, don Fgust'n de D'o, para llevar a cabo una importante misión) el traslado de presos

de la cárcel de la Ex Fcordada a una nueva morada, un antiguo convento y colegio conocido$asta entonces como el de Belem de las +oc$as. No !ue muc$a la espera. En punto de las seisde la ma8ana, las puertas se abrieron. ?os reos uno a uno !ueron saliendo en medio de aquelmultitudinario dispositivo de seguridad que inclu'a a un centenar de caballos dispuestos paraaquella operación. Aecinos curiosos y !amiliares de los presos ten'an que ser apartadosconstantemente del camino mientras los reos avan9aban en tropel $acia su nueva estancia, lacárcel de Belem. (reviamente el edi!icio $ab'a sido valuado por el gobierno !ederal en O 242,PP4 pesos y dado en pago al Fyuntamiento de +xico con el que estaba endeudado.

?a cárcel de la Ex Fcordada, antecesora de Belem, era ya un caso perdido seg#n laLomisión de Lárceles. @na visita a dic$a prisión, previa al traslado de reos a Belem, con!irmó

lo sabido) %la Ex Fcordada era un tormento más que una prisión" y que si por entonces ya noera $abitable, llegada la estación de las aguas ser'a la muerte para los presos&4. ?a realidad de

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dic$a prisión era o!ensiva, en ella %se $allaban amontonados centenares de presos, que$abitaban calabo9os $#medos, sin ventilación, pestilentes, verdaderas ma9morras que no

 pod'an servir para mantener seguros a los reos, sino para atormentar a los seres in!ortunados aquienes sus delitos o su desgracia conduc'an a stos lugares&P.

Esa penosa situación $i9o que se apresurara el traslado de reos y !incó las posibilidades para que en Belem se establecieran %las obras indispensables para obtener laseguridad de la prisión y un rgimen de verdadera moralidad entre los presos&3. Belem, surgiócon un c#mulo de ideas %bajo el bra9o& y con la posibilidad de implementarlos aprovec$andoel entusiasmo que generara poseer un %nuevo& inmueble. ?os objetivos que se perseguir'an enla cárcel de Belem, seg#n la  Memoria del Ayuntamiento  de 2340 se resumieron en la

 posibilidad de)

;isminuir los padecimientos !'sicos de los presos $asta donde !uera posible,atendiendo a que el local construido para colegio de ni8as y no para cárcel, estádistante de tener las condiciones propias de un establecimiento de esta clase.

Fcabar con la ociosidad !omentando el trabajo. JEngendrar la moralidad en losdelincuentes con la instrucción, con el trabajo, con la disciplina. J(roteger a lasociedad, ya morigerando a los seres desgraciados que $abitan en las prisiones, yain!iltrando en el pueblo el deseo de no delinquir, para no caer en la prisión, por mediodel espectáculo del orden inalterable y del trabajo constante en ella. JLrear en los

 presos los $ábitos del orden y de la econom'a !ormándoles peque8os a$orros6.

Belem nació con esos objetivos por cierto, nada nuevos , e inmediatamentecomen9aron a reali9arse las modi!icaciones necesarias al inmueble, entre las que sobresalen laconstrucción de un departamento para jóvenes con su escuela y talleres" la construcción dellocal para la escuela de $ombres y, en general, construcciones para la debida separación entre

$ombres y mujeres. ?os espacios deber'an estar acondicionados de tal !orma que segaranti9ara la circulación de aire puro entre los separos. e construyeron locales para lasautoridades y !uncionarios de la cárcel y otros más en los que se llevar'an a cabo los

 procedimientos penales" as' como la instalación de un local de !otogra!'a para la identi!icaciónde los reos.

El traslado de presos y el inicio de Belem como cárcel en 2345, se veri!icaron enmedio de un tenso ambiente a nivel nacional. e viv'an momentos di!'ciles. ?as tropas!rancesas segu'an en territorio nacional a#n despus de que los ejrcitos ingls y espa8ol seretiraran mediante los tratados de la oledad. ?a $istoria inaugural de Belem inicia ytranscurre en medio de una etapa de intervención extranjera y de la continuación de la enormeincertidumbre pol'tica.

<rancia $ab'a resuelto imponer un imperio en +xico. Lontaba con una tropanumerosa y disciplinada y con los restos de la tropa del partido conservador. *ras una primerderrota en (uebla, en 2345, tomó la capital" un a8o despus, el 13 de mayo de 2340, llegó acostas mexicanas, +aximiliano, arc$iduque de Fustria, con su esposa Larlota Fmalia. En ese

 breve lapso de tiempo, la cárcel Nacional de Belem su!rió una trans!ormación" dejó de sernacional y se convirtió en la cárcel del Imperio durante el tiempo que ste duró. (odr'a

 pensarse incluso que durante aquel periodo los objetivos carcelarios cambiaron, o que el proyecto de re!orma carcelaria cesó, pero no !ue as'. ;e $ec$o, %el emperador +aximiliano,en una demostración de su pensamiento $umanitario ordenó la integración de una Comisión

de Cárceles que deb'a tener por !unciones encargarse de todos los asuntos relativos a lasinstituciones carcelarias&27"   se incentivó además la instalación de los talleres y la

implementación de dispositivos para mejorar las condiciones carcelarias en general.

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En suma, puede decirse que los t'tulos cambiaron más no la ideolog'a que impulsó elcambio moderni9ador en Gccidente. En el in!orme que presentó el regidor <elipe Dobledo a laDegencia del Imperio sobre las cárceles, reconoció lo di!'cil de la situación nacional y laimportancia de dedicarse, a#n ante la adversidad, al mejoramiento de las cárceles. Fl respectoescribió)

F pesar de las di!icultades que QsicR espone para el establecimiento de talleres, es!or9oso que la autoridad suprema, la judicial y la municipal tomen de acuerdo el másdecidido empe8o para dar ocupación a los presos y !ormar en ellos la costumbre deltrabajo, del orden y la moralidad22.

En general, las expectativas carcelarias se mantuvieron y !ueron alentadas por las buenas condiciones del inmueble de la cárcel de Belem. F juicio de la Lomisión de Lárceles)%el local en general es bastante grande, ventilado y salubre para el objeto a que $a sidodestinado, y se presta, con muy poco costo, a que se $aga de l una buena prisión&21.

 No era para menos, el inmueble era %nuevo& y con l se abr'a a los ojos de los re!ormadores la

 posibilidad de llevar a e!ecto las trans!ormaciones necesarias para conseguir el óptimo!uncionamiento de la cárcel y una mejor consecución de sus objetivos.?a cárcel nacional de Belem continuó siendo una de las más importantes pese a que en

2334 cambiara nuevamente de nomenclatura" se le conoció como %cárcel +unicipal&, debidoa que en su totalidad se manten'a con los !ondos del +unicipio y tambin porque en ese a8o,los presos de la cárcel de Liudad se trasladaron a la de Belem 25. Belem, en los a8ossubsecuentes, se ocupar'a de albergar tanto a los reos procesados como a los sentenciados 20.Fs' tenemos que los cambios de gobierno y de nomenclatura de Belem no disminuyeron sus!unciones ni su importancia, cuando menos durante la segunda mitad del siglo XIX. Belem seconvirtió en el crisol de las viejas y sin embargo nuevas expectativas carcelarias" creada enmedio de la inestabilidad pol'tica de la poca =como otras tantas instituciones>, re!lejar'a los

ánimos de cambio y estabilidad social" !ue una institución desde la cual se propugnó por larenovación de sus %salvajes& y casi in$umanos $uspedes, en la que se pretendió salvar de ladecadencia moral y social a sus $ombres y mujeres, en nombre de la apolog'a $umana y de lamodernidad.

*, $elem! "rel o peniteniar6a

En la cárcel de Belem no sólo se pretendió $acer pagar los cr'menes con la prdida dela libertad, sino tambin lograr la enmienda de los reos y básicamente ser como una primera osegunda escuela para los presos que en su mayor'a pertenec'an a las bajas clases socialessupuestamente orilladas por su ignorancia y necesidades a delinquir.

;esde que la cárcel, como el castigo por excelencia, !uera adoptada en +xico =porencima de los castigos in!amantes y crueles que implicaban suplicio para el cuerpo y laex$ibición p#blica de la justicia>, se tuvo claro que el encierro por s' mismo no bastar'a paralograr los adelantos morales que la $umanidad reclamaba y que eran indispensables en unmundo cuyo optimismo radicaba en la posibilidad de moderni9arse. Fs', la !igura carcelariaque comen9ó a solicitarse desde la primera mitad del siglo XIX !ue la de la penitenciar'a, quese consideró como un instrumento penal e!iciente y so!isticado que permitir'a re!ormar laconducta y los $ábitos criminales.

?a !igura penitenciaria es, en esencia, un estadio so!isticado de la cárcel. ?a cárcel ensu concepción moderna sólo está caracteri9ada por su !unción) garanti9ar la prdida de lalibertad como castigo. ?a penitenciar'a retoma dic$o principio, pero además, le a8ade al

encierro el principio de la regeneración criminal. (or ello es que además del encierro, lacaracteri9a la adopción de ciertos dispositivos reordenadores de la conducta como los talleres

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y las escuelas principalmente" otra de su caracter'stica es la del inmueble. ?os dispositivosreordenadores, condicionar'an la disposición espacial del edi!icio. Fs' entonces, lacombinación entre dispositivos y la adopción de ciertos principios, generar'an ciertos%sistemas& de regeneración mejor conocidos como %sistemas penitenciarios&, mismos que!ueron discutidos durante todo el siglo XIX y que pretendieron adoptarse en las cárcelesmexicanas.

?as condiciones materiales del edi!icio de Belem, no permitieron la instalación dening#n sistema penitenciario, sin embargo, se utili9aron ciertos mecanismos de stos paraintentar conseguir la enmienda y reinserción de los presos a la sociedad. (or lo tanto seconcluyó que la instrucción en primeras letras y el trabajo deber'an ser los ejes básicos de laenmienda. Fs' !ue como se organi9ó la cárcel de Belem, como un espacio pretendidamenteordenado que al mismo tiempo deber'a ser reordenante.

Lon el paso de los a8os y para cubrir la necesidad de instaurar el orden entre losdetenidos, se proyectó ampliar la cárcel" se construyeron nuevos espacios de convivencia.Belem quedó constituida por los departamentos de $ombres y mujeres" posteriormente se creó

uno para jóvenes menores de diecioc$o a8os conocido con el nombre de departamento de(ericos. Entre otros, $ab'a uno llamado de distinción, que consistió en una serie de celdasseparadas que se alquilaban a los reos que pudieran pagarlos. (ose'a mejores condiciones$iginicas y algunos muebles. ?as $ab'a de primera y segunda clase y su precio estaba en!unción de ello.

Gtro de los departamentos de Belem era el llamado de providencia, que se ubicabaen lo que antes !uera una capilla =que dejó de utili9arse en 23P7>, y que serv'a para laseguridad de los agentes de polic'a presos y de aquellos reos de cr'menes inmundos yvergon9osos2.En el departamento de encausados se internaba a los $ombres que esperaban una sentenciade!initiva. *ambin $ab'a un departamento de incomunicados conocido como de separos a

donde eran conducidos los reos que $ab'an cometido ciertas !altas disciplinarias. Gtro de lossitios más importantes con los que contaba Belem eran los Cu9gados y la Flcaid'a, sta #ltimaera una $abitación especialmente acondicionada como residencia para el alcaide =director dela cárcel>.

?a prisión contaba con siete patios, cada uno con su respectiva !uente. ;e tal !ormaque el n#mero total de secciones del edi!icio ascend'a a 224 pie9as, dentro de las cualesquedaban comprendidas los talleres, las escuelas, la en!ermer'a, la cocina, la atoler'a, el sitio

 para las visitas, la bodega para los alimentos, entre otras. Lon base en un inventario sobre losobjetos que se encontraban en Belem que data de 23P, se sabe de la existencia de otrosrecintos y $abitaciones) como una barber'a, un cuarto de Frc$ivo, otro para el je!e devigilancia, un cuarto para el presidente mayor 24, otro igual para la presidenta y un salón de

visitas2P.

4, as on#iiones #el inmueble ue se #ie ue es "rel,

En la cárcel de Belem se ci!raron las expectativas de enmienda del reo. (or lo tanto, sedispuso la creación de escuelas, talleres y desde un inicio se alentó el auxilio espiritual" elinmueble se amplió y se construyeron los departamentos necesarios. e creyó que a travs deestas medidas se lograr'a la corrección de %las bajas pasiones& de los delincuentes. (ero KEnqu medida se consiguieron las expectativas ci!radas y cuáles !ueron los !actores que pudieron

 permitir la reali9ación o no de los an$elos carcelariosM En principio, Belem no cumplió conuna condición indispensable) un espacio adecuado para ser cárcel.

?a mayor parte de los $ombres que escribieron sobre la cárcel de Belem, coinciden enque el inmueble no era el adecuado. Coaqu'n arc'a Ica9balceta, !ue uno de los primeros

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visitantes que examinó las condiciones de Belem a un a8o de entrar en !unciones" sostuvoque , considerando a aquel edi!icio como cárcel p#blica, tiene en primer lugar el grav'simode!ecto de no o!recer la seguridad necesaria, como lo acreditan los repetidos casos de !ugas dereos23. +ás claro en ese sentido es el reporte de visita que reali9ó el Inspector de Lárceles delImperio en 234, en que cali!icó al inmueble destinado como cárcel de inadecuado para elobjeto a que se le $a destinado, debido a la antigua !unción del edi!icio) un colegio de ni8asmal podr'a servir para prisión de criminales, as' es que no presta ni las comodidades ni lascondiciones necesarias&26.

Belem no o!rec'a las condiciones necesarias para albergar a los más de mil reos quecada a8o se resguardaban a$'. El espacio era insu!iciente tomando en cuenta que el convento!ue dise8ado para contener a una población de seiscientas personas. ;e escuela a cárcel, elinmueble experimentó diversos arreglos, pero nunca parec'an ser su!icientes" las instalacionesse deterioraban rápidamente debido a que la cantidad de presos superaba su capacidad decontención. (or otra parte, además de insu!iciente, desde el principio el edi!icio resultóinseguro. eg#n la (re!ectura (ol'tica)

En un solo patio se tienen todo el d'a en completa ociosidad mil noventa y oc$o presosy los corredores superiores son de lo más peligroso porque no están resguardados por

 barandales, y con mayor !acilidad en una ri8a o en un juego se precipitan unos a otroscomo ya $a sucedido de lo alto causándose la muerte17.

?as galer'as o galeras en donde los reos de Belem dorm'an, siguiendo con el in!orme,%se $allan en un estado psimo, consultando la seguridad se $a olvidado en ellas la $igiene

 pues les !alta la ventilación necesaria12. (ero además, stas eran obscuras, lóbregas y$#medas. ?a $umedad !ue un problema constante en el inmueble, sobre todo en los pisos

 bajos, lugar en el que la mayor'a de los reos eran alojados. (or si esto !uera poco, las galeras

no contaban con excusados o letrinas, por lo que los presos ten'an que soportar lasemanaciones de los orines contenidos en unos barriles colocados a la mitad de las galer'as y laque producen los cuerpos de quinientos $ombres que all' duermen&11.

arc'a Ica9balceta consideraba que era necesario construir un inmueble que puedallamarse cárcel, pues ninguna de las entonces existentes cumpl'a con ese m'nimo requisito 15.(ero mientras los sue8os por instaurar un sistema penitenciario se concretaban, las mejorasmateriales en Belem no se detuvieron, pero siempre resultaban ser insu!icientes. Hacia 236Belem segu'a en las mismas condiciones)

;esgraciadamente el edi!icio aquel no es una cárcel sino porque los $ombres que all'se encuentran están privados de su libertad" pero no se presta, ni $ay all' ning#n

sistema que se pueda acomodar a los preceptos del derec$o penal, por más es!uer9osde las empe8osas comisiones y por más dedicación y energ'a del Flcaide de la prisión.+uc$o tiene que $acerse en ese sentido10.

+ientras algunos gestaban la idea de construir una penitenciar'a en un paraje alejadode la ciudad que o!reciera las condiciones de salubridad que exig'a una institución como esa,algunos cre'an ilusamente que Belem bien podr'a servir para ese importante !in si se le $ac'anal inmueble nuevas re!ormas.

@n reporte de visita reali9ado por el *ribunal a Belem ilustra claramente el problemade espacio que aquejaba a los reos, y en l se proponen algunas medidas contra laaglomeración. ?a cárcel de Belem, para entonces contaba con 2734 presos, de los cuales P7

eran $ombres, 16 mujeres y 02 ni8os que eran suyos1)

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Exige el *ribunal que llame sobre esto la atención del Fyuntamiento, a !in de que procure ampliar el edi!icio, o dictar otros al mismo objeto y entre tanto puede $aceresto, que ponga en estado de uso, en el departamento de $ombres las galeras del piso

 bajo" porque en las dos de la parte alta, #nicas #tiles de que se $ace uso en la prisión,duermen sobre quinientos encarcelados y en la aglomeración de ellos no sólo puedeser perjudicial a la salud y a la ciudad, sino que los !acilita y proporciona los mediosde estrec$ar entre s' los v'nculos que los ligan y de veri!icar con buen xito unaevacuación en masa que ser'a di!'cil de impedir 14.?a incomodidad que produc'a la aglomeración ten'a mayores e!ectos en las galeras,

 pues a$' dentro se encontraban los temibles barriles que conten'an la materia !ecal dequinientos reos. ?a cárcel de Belem en palabras de Divera Lambas no tiene lascondiciones $iginicas que requieren los establecimientos de su clase, los miasmas que salende las letrinas in!estan las galeras de los presos y en los pisos bajos $ay muc$a $umedad,contribuyendo el poco aseo de las cocinas en que se condimenta el atole y toda la comida 1P.Heriberto <r'as redactor de  El Demócrata quien se encontraba preso en Belem en 236,

relató en uno de sus art'culos publicados en el citado diario, la $orrible aglomeración)En las galeras de los individuos sentenciados a arresto mayor =de tres a nueve mesesde prisión>, es tal el n#mero de in!elices amontonados en ella, que en un mugriento

 petate de una vara de anc$o y vara y media de largo, se estrec$an cuatro individuos.Esto ocasiona disputas, bo!etadas, palos de los presidentes y cosas muc$'simo más

 peores13.

?a población carcelaria de Belem, además de ser grande estaba desorgani9ada) sedec'a que sentenciados conviv'an con procesados, adultos con ni8os" sólo se respetaba ladivisión por sexos, entre $ombres y mujeres. El contacto derivado de aquella convivencia casi

indiscriminada seguramente aminoró los alcances que la morali9ación adquirida a travs de lainstrucción en las escuelas y del trabajo en los talleres pudiera $aberse logrado. Lomo bienapuntaba arc'a Ica9balceta, las ideas de orden y moralidad que se vayan adquiriendo con eltrabajo, se borran y se pierden en ese !or9oso contacto con los demás reos16.

 No sólo en las galeras se experimentaba el $acinamiento, los patios eran igualmentelimitados. El área reservada para los reos varones contaba con dos patios insu!icientes paracontener aquella numerosa población la cual era tanta que, seg#n Divera Lambas, desde laentrada se siente una atmós!era so!ocante y $arto desagradable57.

En suma, la cárcel de Belem, tanto en su existencia como cárcel Nacional y durantesus a8os como cárcel +unicipal, siguió proporcionando las mismas condiciones deaglomeración por no $aber tenido, desde el principio, un local idóneo para ello.

9, :;n salu# y enerme#a#( .asta ue la muerte nos separe<, as enerme#a#es,

?a !alta de espacio y las malas condiciones de los reos, producto del $acinamiento,generaron una delgada l'nea entre la vida y la muerte. El $acinamiento, la !alta de lu9, deaire, ejercicio y ocupación, !avorecieron la proli!eración y propagación de en!ermedades queen muc$as ocasiones generaron oleadas de muerte en la prisión. ?os servicios mdicos, porotro lado, ante tales contingencias, resultaban ser insu!icientes y la en!ermer'a, acrecentandolas de!iciencias mdicas, se $allaba en constante desabasto de !ármacos y en mal estado.

En el exterior se contaba con el apoyo del Hospital Cuáre9 que, sin embargo, seencontraba tan saturado que no pod'a brindar los servicios de salud requeridos. : no sólo las

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en!ermedades, que sol'an adquirir carácter de epidemias, a9otaban la %pa9 y quietud& de lacárcel" tambin $ac'a lo propio el $ambre, verdugo insaciable que soju9gaba los delgados ydbiles cuerpos. +uc$as veces, a consecuencia de esos males, los reos mor'an y noalcan9aban a extinguir sus condenas. En aquel ambiente in!estado de insalubridad, el Lonsejouperior de alubridad, la máxima autoridad mdica a partir de 23P2, intentó denodadamenteeliminar los agentes de contagio.

?as en!ermedades más comunes en la cárcel de Belem, $acia 23P, seg#n el mdico<rancisco Cavier (e8a, eran los accidentes venreos, s'!ilis, diversas especies de estomatitis,escorbuto, anemia, neuralgias, !iebres, calenturas intermitentes y muc$as a!eccionescutáneas&52, como la sarna, un mal muy recurrente.

En 236P tambin $ubo un brote de cólera en Belem, uno de los muc$os queseguramente se generaron. El crecimiento de los casos de cólera que ten'a el carácter deesporádico, obligó a las autoridades a encomendar al Lonsejo uperior de alubridad unainspección minuciosa para encontrar y erradicar las posibles causas de in!ección. ?os vocalesnombrados para aquella empresa !ueron) un miembro de la Lomisión de Epidemiolog'a, Cuan

C. D. de Frellano y el miembro de la Lomisión de Habitaciones, ;r. Coaqu'n Huici. urecorrido se llevó a cabo el 11 de septiembre. e inspeccionaron las ca8er'as, los alimentos ylos utensilios de cocina y al no $allarse anomal'as, se concluyó que tales casos se deb'an a laestación actual en la que a los grandes calores observados se $an seguido abundantes lluviasque $an producido notablemente el ascenso de la temperatura, lo que se admite como unacausa esencial de la en!ermedad51.

?as medidas propuestas consistieron en mandar que se proveyera a los reos de esteraso petates que evitaran el contacto del cuerpo con la $umedad de suelo. (ero no para todoencontraron propuestas viables. ?a Lomisión re!er'a tristemente que en cuanto a laaglomeración que tambin la consideramos perjudicial, nada podemos indicar que se puedallevar a cabo por no permitirlo la extensión del local&.

Gtra de las en!ermedades en Belem que causó mayor alarma y bajas $umanas por suagresividad y recurrencia, !ue la del ti!o55. ?a propagación más alarmante ocurrió en 2362.<ue tal su agresividad, que tuvo que darse parte al (residente (or!irio ;'a9 para quedispusiera a travs de la ecretar'a de obernación, las medidas necesarias para detener elavance de la epidemia, pues $asta entonces las medidas $iginicas como %la desin!ecciónejecutada diariamente en las galeras, el aseo exagerado, y las demás medidas preventivastomadas50 no $ab'an surtido e!ecto. El reporte que produjo la visita del Lonsejo uperior dealubridad re!irió el principal !actor de la epidemia)

?a insu!iciencia absoluta del local para el n#mero de personas que lo ocupan, dedonde resulta una acumulación de tal manera considerable que verdaderamente admira

cómo pueden dormir sin contraer serias a!ecciones tantos individuos en cada galera,donde el aire se vicia de tal modo que la respiración y la combustión de la atmós!eradebe $acerse casi irrespirable y producirse necesariamente todas las consecuencias delaire con!inado5.

Gtra de las causas del ti!o seg#n el Lonsejo, se debió a la carencia de todos los requisitosexigidos por la $igiene =aire, lu9, espacio su!iciente para la ventilación, etc.>. Ese estado decosas, seg#n la Lomisión, manten'a de manera endmica la presencia del ti!o en Belem, cuyoorigen principal resultaba ser, de nueva cuenta, la acumulación y la respiración del aireviciado.

?as medidas dispuestas para aminorar los casos de ti!o consistieron básicamente enlograr la separación de los reos en las galeras, de tal manera que pudieran respirar aire lo

menos contaminado posible. *ambin se recomendó que todo el edi!icio en la parte surdeber'a de ser ba8ado con lec$ado de cal y los pisos regados con una solución de bicloruro

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de mercurio. El establecimiento además deber'a de asearse diariamente y todo reo que presentara !iebre esencial, remitido al $ospital y proporcionársele un traje especial mientrasla ropa que trajera de la calle !uera debidamente desin!ectada, por lo que se recomendódisponer de unos barriles que contuvieran una solución de sul!ato de 9inc.

 Nuevamente las medidas tomadas parecieron surtir poco e!ecto, la epidemia de ti!o se prolongó $asta inicios de 2361, causando alarma entre la población exterior, pues en algunosdiarios capitalinos como El siglo XIX,  El  ni!ersal  y El Monitor   "e#ublicano se sosten'a queel ti!o en la cárcel $ac'a correr grave riesgo a la población libre y en ellos se acusaba deabandono y descuido a las autoridades.

(or su parte las autoridades carcelarias respondieron a sus acusadores en El Munici#io

 $ibre3%  , órgano di!usor del obierno +unicipal. En su n#mero del 0 de !ebrero de 2361emitieron un comunicado o!icial en el que se dio un in!orme completo sobre las medidassanitarias dispuestas. ostuvieron que la mortalidad a causa del ti!o es menor en la actualidadque en igual poca de los a8os anteriores, y por consiguiente es completamente inmotivada laalarma que los diarios indicados $an tratado de producir5P.

Entre las medidas sanitarias emprendidas, sobresalió la de la incineración de todoslos objetos que como los petates de los presos pod'an servir de un !oco de contagio. *ambinse rindió cuenta de los resultados de las disposiciones, seg#n las autoridades $a disminuidonotablemente la epidemia y su carácter amena9ador y que muy pronto tal ve9 el estadosanitario de la cárcel recobrará su natural estado. Lon base en las estad'sticas de la Lomisión,la mortandad en la cárcel, se $ab'a estimado en un die9 por ciento53.

Fliviar las necesidades y carencias en la cárcel requer'a más que de la buena voluntady de los magros es!uer9os que permit'a el erario p#blico. El ti!o prosiguió. En 233P se registróotro brote, otro más en 2333, por las mismas causas que las de 2362. *ambin $ubo ti!o en2336 y principios de 2367, encontrándose en aquella ocasión que el ti!o se desarrollaba en losdepartamentos de encausados y detenidos, en especial en ste #ltimo, lo que $ace presumir

que la en!ermedad no se contrae en la prisión sino que la lleva alguno de los que ingresantodos los d'as al departamento de detenidos56. En el primer cuatrimestre de 236, en 2364 y236P tambin $ubo brotes de ti!o. ;e enero a diciembre de 2364 se remitieron al $ospitalCuáre9 0 $ombres y cuatro mujeres, seg#n las ci!ras o!iciales" y en 236P la ci!ra de remitidos!ue menor) 54 $ombres y 2 mujeres07.

?as epidemias en la prisión no !ueron sino otro lastre con el que ten'an que lidiar los presos y las autoridades de la cárcel y un !actor que segu'a restando credibilidad a la prisióncomo la pretendida escuela de regeneración y agente de la %moderni9ación& que se $ab'a

 proyectado en ella.

), =;l #eber y el no ser=! Carest6a #e alimentos,

?os $igienistas del siglo XIX conven'an en que para conservar la salud era necesario,además de un adecuado rgimen $iginico, una buena alimentación, su!iciente y variada. ?aalimentación, seg#n observó un mdico de la poca <rancisco Cavier (e8a, pod'a constituirun buen recurso teraputico02  en las cárceles. No sólo por constituir un recurso paramantener la salud sino tambin, seg#n las teor'as mdicas del siglo, debido a que el in!lujode la buena alimentación es tan decisivo sobre las pasiones, que con variarla puede lograrse$acer a un $ombre prudente o dócil, $ábil o incapa9, casto o lascivo 01. i tales teor'asresultaban ciertas, en la prisión los alimentos podr'an jugar un importante papel en el dominiode las pasiones, lo que redundar'a en una mayor seguridad y en la posibilidad de lograr en losreos la enmienda.

Lalcular el trmino medio de nutrientes resultaba del todo idóneo para la seguridad enla cárcel, ya que de recibir los presos una cantidad similar a la que idealmente requer'a un

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$ombre libre, en la prisión se correr'a un grave riesgo) (ues temer'amos aumentar demasiadola energ'a vital y con ello los instintos brutales de esos desgraciados seres a quienes la justicia$a condenado a vivir en la cárcel por un tiempo más o menos prolongado05 .

?os alimentos, que balanceados proporcionar'an los recursos alimenticios necesarios para los reos, deber'an de suministrarse tres veces al d'a en las siguientes cantidades) en eldesayuno =alimento en crudo>, atole P.7 y pan 21 grs." comida, arro9 57 grs., carne 117.7grs., !rijoles 47 grs., pan 17 grs." cena, arro9 57 grs., !rijoles 47.7 grs., (an 21 grs. Lon ladebida preparación podr'an proporcionar los niveles necesarios de a9oe00 y carbón en la dietade los reos.

+ás que la variedad en los alimentos, se buscó que stos proporcionaran la energ'a ylos nutrientes esenciales para mantener la salud de los reos. El obierno del ;istrito, encargóen 2332 al Lonsejo uperior de alubridad la elaboración de un estudio que permitiera saberla cantidad de alimento y de nutrientes que necesitaba un preso. ?a Lomisión de Lárceles y lade ustancias Flimenticias se ocuparon de esa tarea. ?os resultados obtenidos !ueron eltrmino medio de los nutrientes que necesitaba un $ombre de 45 -ilogramos de peso, de vida

sedentaria y $abitante de clima cálido" as' la ración alimenticia de conser!ación, ser'a de%23.37 grs. de a9oe y 137 grs. de carbono&0.;ado que en la alimentación se consideró importante #nicamente cubrir los

requerimientos nutricionales esenciales, el men# carcelario no cambió por a8os. ?osalimentos siguieron siendo pan, arro9, carne, !rijoles o garban9os y una ración de atole,seguramente tambin por la !alta de !ondos.

Flgunos reos consum'an alimentos que sus !amiliares o conocidos les prove'an, o bien, que pod'an pagar. En ese sentido eran pocos los a!ortunados, ya que diariamente seordenaban más de mil raciones de comida, e incluso en cierta ocasión llegaron a ordenarsemás de tres mil y no siempre con los requerimientos nutricionales recomendados por los!acultativos.

+uc$as veces las raciones eran pobres, mal cocinadas, o ambas, de tal manera que los preceptos del deber ser en la alimentación no se cumpl'an, incluso desde el momento deservir la comida. (or ejemplo, en 2340 el inspector de cárceles del Imperio registró en suin!orme que)

@na de las cosas que más llamaron mi atención !ue la manera de recibir gran parte delos presos la comida que se les da, pues careciendo de trastos para ello la reciben ensus sucios y asquerosos sombreros, lo que no puede menos de causar la mayorrepugnancia Q...R04.

Ftendiendo aquella denuncia se mandaron construir cantimploras. Ese tipo de

solicitud !ue muy recurrente durante las dcadas subsecuentes, ya que la gran movilidad degente imped'a mantener un control e!ica9 sobre los utensilios. ?a Lomisión de Lárceles atravs de sus in!ormes sol'a mani!estar amargamente el estado que guardaban los alimentosque recib'an diariamente los presos. El In!orme de 23P7 al respecto re!irió que)

(or la ma8ana y por la tarde se daba a los presos de Belem de ambos Qsic.R secsos atoley un pamba9o, y al medio d'a un caldo detestable, una sopa de arro9 quebrado mal$ec$o, dos pie9as de pan y un peda9o de carne o &ueso seg#n lo que la casualidaddestina a cada in!eli9 de aquellos Q...R como no se usan trastos para el servicio ymuc$os presos no tiene ni un solo trasto, $ay veces que reciben el caldo en elsombrero, o en una vasija sola para tres o cuatro Q...R si se les diese de comer a los

 perros se les tratar'a mejor 0P. 

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Estos alimentos eran pagados por el Fyuntamiento" el costo era de real y medio porración, un costo excesivo, seg#n la Lomisión, a ju9gar por el mal estado de la comida y qudecir del trato. El reparto de los alimentos se veri!icaba de una manera %brusca e in$umana.(ara aminorar las incomodidades a la $ora de comer, en cierta ocasión, la Lomisión proveyóde mesas toscas y de vasijas procurando que los alimento se $icieran con %orden y equidad ycon el aseo posible03.

;e acuerdo con la +emoria de 23P1, los alimentos en Belem eran de buena calidad encomparación de la que consum'a la población libre que com'a tortillas y casi nunca carne.Fdemás que los internos sin excepción comen pan ya de mejor calidad, arro9, carne y!rijoles, bastante bien condimentados estos alimentos, lo que $ace que se conserven los presosen muy buena condición de robuste906. in embargo, al a8o siguiente, lo logrado sedesvaneció.

Aisitado el departamento de mujeres a tiempo que se les repart'a el alimento, observóla Lomisión que los !rijoles estaban simplemente cocidos sin condimentos de ninguna

clase, y $asta sin sal. *ambin notó que el pan parec'a con!eccionado el d'a anterior yque era pamba9o) las mismas presas mani!estaron que $abitualmente este es el que seles da" y que no tienen $ora !ija para las comidas7.(robablemente el mal estado de la comida pod'a deberse a la !alta de !ondos y al mal

estado que presentaba la cocina que se deterioraba rápidamente por el uso diario. usutensilios eran escasos e inadecuados como las cacerolas de cobreJ. En ella se recalentaban ycocinaban diariamente los alimentos para más de mil presos.

El constante mal estado de los alimentos produjo algunas justi!icadas mani!estacionesde los reos denunciando su calidad. En una de esas ocasiones un reo envió un remitido

!irmado por varios de sus compa8eros de encierro a  El Monitor "e#ublicano que se publicóel 15 de junio de 2365, cuyo móvil principal, !ue la de dar a conocer el mal estado de los

alimentos2

.

Hago alusión a tantas necesidades, a tantas miserias" y sin que encuentre traba milengua, a las $ambres por QlasR que atraviesan los presos en Belem, por la insu!icienciade los alimentos que se nos ministran" de esa cantidad tan in!ernal y que con sombreroen mano recibimos con tanto dolor en nuestro cora9ón, por la diligencia de nuestroilustre Fyuntamiento y por la impunidad de que en estos in!elices tiempos de

 progreso go9amos1.

(ara seguir el caso de los reos quejosos se !ormó una comisión especial parainspeccionar los alimentos. Ssta pudo cerciorarse de que la carne y el pan que se distribu'an

en esos momentos eran %de buena calidad&. Encontró además bien aseado el $arinero, bien lamanteca, el pan de agradable aspecto y con peso de cuatro on9as cada torta. ?a carne pesabadie9 on9as, justo el peso requerido y seis cocida, siendo la tercera parte de ella, más $ueso quecarne =cuatro on9as de carne y seis de $ueso>.

En cuanto a las semillas, se $alló en buen estado el !rijol" el ma'9 de calidad menosque mediana y de psima el arro9 que estaba tan quebrado y polvoso que una ve9 cocinadose convert'a en una especie de papilla muy semejante al atole, con la cual se alimentaba a165 reos que era la existencia en aquel a8o =2365>. Habindose ordenado para la ocasión quedenunciaba el reo en su remitido, seg#n los registros de aquel d'a, 521P raciones.

Flgunas veces los alimentos mejoraban, probablemente debido a su abaratamiento o por un mayor presupuesto asignado para su compra, pero en otras empeoraban. En general, no

!ue posible mostrar en ellos calidad $omognea todo el tiempo. ?a balan9a alimentaria deBelem se debat'a entre el deber ser de la alimentación y lo que realmente era) una serie casi

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continua de ine!iciencias y de!iciencias, que por !ortuna los reos no dudaban en ventilar alexterior como una plegaria y como una demanda que exig'a la $umanidad. ?a malaalimentación tambin !ue un !actor que impidió concebir a Belem como una verdadera opciónde enmienda moderna porque mermaba la salud de los reos y abat'a la voluntad de losre!ormadores de cárceles.

7, ero no to#o estaba per#i#o, a .igieni>aión #e las ostumbres! otro rasgo #e lamo#erni#a#,

?a segunda mitad del siglo XIX, particularmente luego de la victoria liberal en 234P,de acuerdo con Fntonio antoyo5, !ue una etapa que propició el desarrollo y a!inación de proyectos sociales de ra'9 ilustrada que se llevaron a cabo especialmente durante la dcada de2337. Entre la materiali9ación de proyectos dirigidos a la moderni9ación y los cambios deconcepciones, valores y comportamientos que caracteri9aron a la capital mexicana de lasegunda mitad del siglo XIX, !iguraron no pocas trans!ormaciones vinculadas a las ideas y

 prácticas relativas al cuerpo $umano y sus cuidados0. En este periodo, las nociones ycomportamientos en materia de salud =la transmisión de en!ermedades, su prevención ytratamiento>, se modi!icaron, de igual manera las instituciones que se preocuparon por elcuidado del cuerpo.

?as nuevas premisas !isiológicas !lorecieron y se expandieron dentro de los crecientes

sectores medios, pro!esionales y los altos estratos de la sociedad que adoptaron las medidas$iginicas como indispensables para conservar la salud. *ales medidas, implicabanintr'nsecamente un rasgo de modernidad, un signo visible en quienes viv'an con las pautasmarcadas por la vieja y, sin embargo, siempre moderna Europa.

Lonsidera Fntonio antoyo que muc$os de esos cambios !ueron estimuladosdirectamente por la in!luencia y prestigio de minor'as extranjeras provenientes de pa'sesindustriali9ados, as' como por el aumento y la accesibilidad de la in!ormación generada !ueray dentro del pa's, derivada, entre otros !actores, por la renovación cualitativa y cuantitativa dela prensa, el medio de comunicación más importante de la poca" la circulación creciente delibros, el desarrollo del !errocarril y el telgra!o.

Hacia !inales del siglo XIX, las re!lexiones más so!isticadas y la implantación de

 prácticas sistemáticas relativas a la $igieni9ación y el saneamiento !'sico Jy moralJ seconcentraron, de manera especial en cárceles, manicomios, cuarteles, $ospitales, asilos,escuelas, $oteles y ba8os p#blicos. (or lo tanto la cárcel de Belem tambin !ue el blanco deaquella revolución $igienista" !ue en la #ltima dcada del siglo XIX cuando su irrupción !uemás evidente, debido a que la relación entre la $igiene !'sica y moral adquiriere una !uertevinculación4.

En la cárcel de Belem las medidas $iginicas comen9aron a dictarse al por mayor,motivadas por las deplorables condiciones que la aquejaban. Heriberto <r'as, en sus art'culos

 period'sticos de 236, escritos a la lu9 de la realidad de Belem, dan cuenta de esasimportantes disposiciones)

El r. Lampu9ano, Ce!e de la Lárcel, es un $ombre tan observador como esttico yacaso inconscientemente tiende a la Higiene y por eso $a mandado blanquear paredes,

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raspar la capa grasienta de las columnas de cantera parda y llevar su arrojo $astaordenar que el m'sero cuarto de periodistas se limpieP.

;urante este tiempo se emprendieron importantes obras para $igieni9ar Belem.Flgunos d'as despus de que <r'as re!iriera el blanqueamiento de las paredes, da cuenta denuevas disposiciones)

+edia cárcel está ya blanqueada, se $an ensanc$ado muc$os departamentos, la gentese $a repartido con lógica $igiene, $asta donde el vetusto edi!icio lo permite" seconstruye un nuevo tanque para $acer obligatorios los ba8os" ya $ay inspector de aseo,con acompa8amiento de galeras, con #tiles para limpiar los suelos y blanquear las

 paredes y, cosa admirable, ya $ay disciplina y respeto en los presos antes insolentesante los empleados Q...R El tacto y la energ'a reinan en Belem3.

El mismo autor re!iere que se emprendieron tambin obras notables en el

departamento de mujeres, %que antes era un antro de podredumbre más asqueroso&. ?a$igiene del cuerpo tambin irrumpió en ese departamento, en el que %se obliga a ba8arse y alavarse la ropa&" en las galeras %van a abrirse más ventanas para activar la ventilación, pasarrevista de aseo y peinados&6. : las disposiciones $iginicas re!erentes al aseo personal de losreos continuaron) %@na disposición $iginica de orden interior del actual Ce!e de la prisión,

 previene que los presos sentenciados lleven el pelo corto, como es uso en nuestros cuarteles yen las penitenciar'as de los Estados @nidos&47.

?o re!erido por <r'as !ueron las medidas más decisivas para lograr la $igieni9acióntanto del inmueble, como de los reos, qui9ás en sinton'a con la postura de los $igienistas queve'an en la limpie9a del cuerpo y del ambiente como !actores que podr'an ayudar a conseguirla limpie9a de las pasiones y la predisposición a la enmienda" al mismo tiempo que tales

medidas se enmarcaban en la !recuencia de lo moderno, misma en que marc$aban lasnaciones europeas e industriali9adas. ?a limpie9a tambin !ormó parte del sello distintivo dela modernidad.

Rele'iones inales,

El ideario carcelario basado en los modelos penitenciarios en boga durante el sigloXIX, planteaba la necesidad de contar con un inmueble adecuado, con espacios amplios,ventilados y salubres" con respecto a los reos, se pensó que lo conveniente era que estuvierandebidamente ocupados en actividades que los mantuviera alejados de malas compa8'as y queles permitiera incorporarse al trabajo una ve9 recuperada la libertad. En cuanto a la salud, se

 planteó la necesidad de combatir y prevenir las en!ermedades, la de brindar a los presos unaadecuada alimentación para mantenerlos en per!ecta salud" pero además, se pensó en

 promover la $igiene corporal que conducir'a a la %$igiene& y de las pasiones. in embargo, losloables es!uer9os, poco pudieron lograr para mejorar las condiciones de vida de los reos. ?asautoridades +unicipales y !ederales en!rentaron prioridades administrativas y sociales, queimplicaban mantener a todas sus dependencias medianamente solventadas y !uncionando" locual inclu'a invertir en educación, salud, abasto, entre otras %prioridades& que dictaban elmismo ritmo de la población capitalina y las demandas a nivel nacional y todo ello a costa delmuc$as veces magro erario municipal.

?as cárceles del pa's, a#n con los buenos propósitos que las acompa8aron a lo largo desu existencia, además de batirse contra sus malas condiciones, tuvieron que lidiar contra otras

 prioridades. @na solución momentánea para Belem en sus condiciones internas !ue, cuando el16 de septiembre de 2677, se inauguró la primera penitenciar'a del ;istrito <ederal, la que

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 posteriormente ser'a conocida como ?ecumberri. F partir del 57 de septiembre de ese mismoa8o, los reos de Belem, en grupos de cinco individuos, !ueron conducidos a la nueva(enitenciar'a. (or lo tanto las condiciones internas de Belem mejoraron notablemente sin que,

 por el momento se cono9ca por cuanto tiempo. ?a cárcel de Belem, !ue demolida en el a8o de2655, cerrándose con ella una página en la $istoria mexicana, similar a sus denuedos porordenar a todo un pa's, que se debat'a justo entre la modernidad y su realidad social.

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SI3AS ? R;;R;NCIASA@5 Frc$ivo Histórico del ;istrito <ederal, sección, Cárceles en 'eneral 

;N;S RI%ARIASR;NSA

 El munici#io $ibre, tomo AIII =5> , +xico, 0 de !ebrero de 2361. Monitor "e#ublicano, 2356. No. 206. MEMORIAS DEL AYUNTAMIENTO ? DISCURSOS 

2340. Memoria de los #rinci#ales ramos de la #olic(a urbana y de los fondos de la ciudad de

 M)*ico. +resentada a la seren(sima "egencia del Im#erio. En cum#limiento de la órdenes

 su#remas y de la leyes. +or el #refecto munici#al. Imprenta de C. +. Fndrade y <. Escalante.+xico.

2343.  Memoria ue el Ayuntamiento #o#ular de -% #resenta a sus comitentes y

corres#onde al semestre corrido desde el - de enero al 3/ de 0unio.  Imprenta de IgnacioLumplido. +xico.

2343.  Memoria del Ayuntamiento Constitucional del a1o de -% #resenta #ara

conocimiento de sus comitentes. Imprenta de Ignacio Lumplido. +xico.

23P2.  Memoria ue el Ayuntamiento Constitucional de -2/ #resenta a sus comitentes.

Imprenta del Lomercio de N. L$áve9 o cargo de C. +oreno. +xico.

23P1.  Memoria ue el Ayuntamiento Constitucional de -2- #resenta a sus comitentes.

Imprenta de Ignacio Lumplido. +xico.

23P3.  Memoria del Ayuntamiento ue comenó a funcionar el 4 de diciembre de -2% y

concluyó el 3- de diciembrede-22. Imprenta de Ignacio Escalante. +xico.

2364. ;iscurso del L. Ingeniero ebastián Lamac$o (residente del Fyuntamiento de 236, alinstalarse el de 2364 Q...R. Imp. : ?it. %?a Europea&, de <ernando Lamac$o. +xico.

 5olet(n del Conse0o 6u#erior de 6alubridad  del Distrito Federal . 2332. Aolumen. +xico.

$I$IB3RAA

BFDDTN, +. 1771. na mirada al sistema carcelario me*icano. INFLI(E. +xico.

<?GDE, . 1774.  $a configuración del indi!iduo moderno a tra!)s de la institución

 #enitenciaria7 cárcel de 5elem 8-%39-://;. *esis de licenciatura. @niversidad NacionalFutónoma de +xico. +xico.

FDLUF, C. Informe sobre los establecimientos de beneficencia y corrección de esta ca#ital,

 su estado actual, noticia de sus fondos ue desde luego necesitan y #lan general de su

arreglo #resentado #or <os) Maria  Andrade. +oderna ?ibrer'a Deligiosa, 267P. +xico.

+F?G, . 26P6.  =istoria de las cárceles en M)*ico. Eta#a #recolonial &asta el M)*ico

 Moderno. INFLI(E. +xico.

DIAEDF, +. 26P.  M)*ico +intoresco, art(stico y monumental. Editorial del Aalle de+xico. +xico.

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Revista Cultura y ReligiónISSN 0718-4727

FN*G:G, F. 1772. %Burócratas y mercaderes de la salud. Notas sobre pol'ticagubernamental e iniciativas empresariales en torno al equipamiento y de los servicios$ospitalarios&, Fgostoni y otros, pp. PPJ6. @niversidad Nacional Futónoma de +xico.+xico.

;N;S ;RID5ICAS(EVF, <. 266. ?as cárceles en +xico en 23P en Criminalia. No. 3. +xico.<DUF, H. 263. %Lrónicas desde Belem&. En =istoria. No. 1. +xico.

Decibido en agosto del 1773Fceptado en Noviembre del 1773.

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2 ?icenciada en Historia por la <acultad de <iloso!'a y ?etras de la @niversidad Nacional Futónoma de +xico =@NF+>"actualmente pasante de la maestr'a en Historia en la misma institución. gracielaW!lores!ya$oo.com.mx.1 (ayno, 2664) 206J275 +ora, 2643) v. P0  El *ribunal de la Fcordada !ue una institución creada en 2P26 para ju9gar los delitos de $urto, rapto, violencia !'sica,despojo, incendio premeditado y bandidaje. u jurisdicción territorial comprendió básicamente la Nueva Espa8a, la NuevaAi9caya y Nuevo ?eón. El *ribunal desapareció !ormalmente en 2320, pero se le siguió evocando gracias a que su cárcel,conocida como de la Ex Fcordada, continuara en servicio $asta 2345, a8o en que desaparece del plano punitivo. (ara mayor

in!ormación sobre las cárceles mexicanas vase Barrón, 1771. Frc$ivo Histórico del ;istrito <ederal Q;e aqu' en adelante, FH;<R, Cárceles en 'eneral , Aol. 066, esp. 565, %*raslaciónde la Fcordada a Belem, e nombra a una comisión municipal paraY&, 2341, P6 !ojas. Esta peque8a reconstrucción de$ec$os se logró gracias a los documentos que se encuentran en el re!erido expediente.4  Memoria, 2343) 4P  Memoria, 2343) 33  Memoria, 2343) 46  Memoria, 2340) 34J3P27 +alo, 26P6) 6622  Memoria, 2340) 521  Memoria, 2340) 525  En la capital mexicana, durante buena parte del siglo XIX, !uncionario tres prisiones) de la Ex Fcordad, la cárcel deLiudad y la militar de antiago de *latelolco.20 +alo, 26P6) 61. ?a condición de Belem como prisión para procesados y sentenciados, perduró $asta el a8o de 2677, en elque tuvo lugar la inauguración de la !lamante penitenciar'a del ;istrito <ederal, que se ocupar'a de albergar a los reossentenciados.2 Memoria, 2343) 3P24 %(residente mayor& y %presidenta& !ueron !igura emblemáticas dentro de la prisión. Estos personajes se encargaban demantener el orden. Eran presos cuyos delitos o temor in!undido entre sus compa8eros, los llevaba a ser designados por lasautoridades carcelarias para desempe8arse como vigilantes de las normas y el reglamento.2P FH;<, Cárceles en 'eneral , Aol. 72, Exp. 406, %:nventario QsicR general de los objetos que existen en esta cárcelY&,23P.23 arc'a, 267P) 24726 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 066, Exp. 015, ?a (re!ectura pol'tica transcribe..., 234, 2!.17 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 066, Exp. 015, ?a (re!ectura pol'tica transcribe..., 234, 2!.12 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 066, Exp. 015, ?a (re!ectura pol'tica transcribe..., 234, 2!.11

 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 066, Exp. 015, ?a (re!ectura pol'tica transcribe..., 234, 2!.15 En e!ecto, durante buena parte del siglo XIX viejas casonas, cuarteles y ex conventos, sol'an acondicionarse con !ines decárcel. Hacia el #ltimo cuarto de dic$o siglo, en la Dep#blica +exicana comen9aron a erigirse los primeros edi!icios

 penitenciarios, desterrando la vieja práctica de %reciclar& viejos inmuebles con !ines de encierro.10  Discurso, 2364) 11 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 72, Exp., P76, Aisita de cárceles practicada por el *ribunal el 17 de abril pasado...23P4, P!.14 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 72, Exp., P76, Aisita de cárceles practicada por el *ribunal el 17 de abril pasado...23P4, P!.1P Divera, 26P) 14713 <r'as, 263) 1.16 arc'a, 267P)24557 arc'a, 267P)24152

 (e8a, 266) 06051 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 7, Exp. 276, El Lonsejo uperior de alubridad transcribe el in!orme rendido... ,236P, 5!.55*i!o o tifus, es una en!ermedad in!ecciosa grave, ocasionada por un microbio transmitido por un piojo" se caracteri9a poruna erupción en la piel y el debilitamiento pro!undo del en!ermo. e dice que el ti!o es una epidemia com#n en pocas deguerra y por !alta de $igiene.50 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 70, Exp. 2776, obre el desarrollo de ti!o en la cárcel +unicipal, 2362, 1!.5 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 70, Exp. 2776, El Lonsejo uperior de alubridad participa el desarrollo del ti!o enla Lárcel Nacional, 5!

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54  El munici#io $ibre, tomo AIII =5> , +xico, 0 de !ebrero de 2361. L!r. Aol. 70, Exp. 2715, ?a Lomisión del Damoin!orma..., 2361, 5!.5P El munici#io $ibre, tomo AIII =5> , +xico, 0 de !ebrero de 2361. L!r. Aol. 70, Exp. 2715, ?a Lomisión del Damoin!orma..., 2361, 5!.53  El munici#io $ibre, tomo AIII =5> , +xico, 0 de !ebrero de 2361. L!r. Aol. 70, Exp. 2715, ?a Lomisión del Damoin!orma..., 2361, 5!.56 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 70, Exp. 277P, In!orme la Lomisión de Lárceles por el presente a8o de 2336, 2367,4!.07 FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 7, Exp. 2764, ?ista de los en!ermos de ti!o que se remitieron al Hospital Cuáre9... ,236P. L!r. en prensa) El +unicipio ?ibre, *omo XXIII =57P>, +xico, viernes 52 de diciembre de 236P, p. 202 (e8a, 266) 03201 (e8a, 266) 03205  5olet(n, 2332) 1700 F9oe) Zu'mica) Nitrógeno, gas que !orma parte del aire.0  5olet(n,2332) 26, 1704FH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 066, Exp. 02, El inspector de cárceles del Imperio pide se mande... , 2340, 4!.0PFH;<, Cárceles en 'eneral, Aol. 77, Exp. 76, :n!orme que la Lomisión del ramo presenta al Fyuntamiento..., 23P7,17!.03 Memoria, 23P2) 0506 Memoria, 23P1) 207  FH;<,  Cárceles en 'eneral, Aol. 77, Exp., 4, ?a junta de Aigilancia de Lárceles mani!iesta que a los

 presos...%23P5, 0!.2  El autor del texto dijo que el propósito de dar a conocer esos $ec$os era la de llamar la atención del (residente de laDep#blica para que se les proporcionara trabajo en la cárcel y as' contribuir al sustento de sus !amilias.1 El Monitor, 2365

5 antoyo, 1772) PPJ60 antoyo, 1772) PP antoyo, 1772) P64 @no de los primeros estudios que se vieron a la lu9 en ese sentido !ue el del $igienista <rancisco Cavier (e8a. En sutrabajo concerniente al a8o de 23P opina que la re!orma del reo deber'a contemplar la re!orma !'sica y moral =%del cuerpo ydel alma& como la llama el mismo>, sta #ltima partiendo de la re!orma de las condiciones anti$iginicas del inmueblecarcelario y de la $igiene propiamente corporal, tales como el aseo corporal y la buena alimentación.P <r'as, 263) 2, 13

 <r'as, 263) 06 <r'as, 263) 047 <r'as, 263) 0