La argumentacion

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La Argumentación. Variantes y ejemplos. Cristián Santibáñez Y. Universidad de Concepción. La certeza es, por así decirlo, un tono en el que se constata cómo son las cosas; pero del tono no se sigue que uno esté justificado. Ludwig Wittgenstein. 1. Introducción. En contextos diversos de conversación, como el cotidiano, el académico, el laboral, etc., y en incontables situaciones, debemos defender una apreciación, una descripción o, en el mayor de los casos, una opinión, a través de pruebas y razones que demuestren o justifiquen lo que decimos y hacemos. A esta actividad humana se le denomina argumentar. Aristóteles llamó apodeixis, en directa relación con la lógica, a la actividad de demostrar, hacer ver, mostrar la validez de nuestras proposiciones a partir de otras. Las perspectivas y modelos lingüísticos para analizar la actividad argumental son de variada procedencia. En este artículo se comentan cinco perspectivas para el análisis argumental. Se comenta primero, introductoriamente, cuatro de ellas, para luego detenerse en una, en la perspectiva de Stephen Toulmin. Se disponen sobre el diseño de Toulmin, comentarios y desarrollos que ejemplifican el modelo. 1.1. Una entrada posible es el análisis proveniente de la lectura neorretórica (Rivano, 1999a) o retórico-discursiva (Reale y Vitale. 1995), que tiene en los trabajos de Perelman y Olbrechts- Tyteca (1989), Perelman (1968), y Charolles (1980), sus desarrollos principales; encontramos en Alvarez (1996), Marafioti (1997), trabajos introductorios. Conceptos como orador, discurso, audiencia, enunciación, adhesión, etc., son centrales para una perspectiva que concibe que una teoría de la argumentación es: ...el estudio de las técnicas discursivas que buscan provocar o aumentar la adhesión de una audiencia a las tesis que se presentan para su asentimiento... (Perelman, 1968: 1). Alvarez (1996) sintetiza buena parte de las definiciones provenientes de esta perspectiva: Como dice Vignaux (1976: 17) "toda argumentación es un conjunto de razonamientos que apoyan una tesis. Es decir, hay argumentación cuando se trata de resolver un problema. El problema permite que se desplieguen argumentos en favor de una tesis o contra ella". Dicho en los términos de Charolles (1980: 7) "hay argumentación cada vez que un agente (individual o colectivo) produce un comportamiento destinado a modificar o a reafirmar las disposiciones de un sujeto (o conjunto de sujetos) respecto a una tesis". La argumentación supone, entonces, que existe un sujeto argumentador, que pone en acción medios discursivos para provocar

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La Argumentación. Variantes y ejemplos.

Cristián Santibáñez Y. Universidad de Concepción.

La certeza es, por así decirlo, un tono en el que se constata cómo son las cosas; pero del tono no se sigue que uno esté justificado.

Ludwig Wittgenstein.

1. Introducción. En contextos diversos de conversación, como el cotidiano, el académico, el laboral, etc., y en incontables situaciones, debemos defender una apreciación, una descripción o, en el mayor de los casos, una opinión, a través de pruebas y razones que demuestren o justifiquen lo que decimos y hacemos. A esta actividad humana se le denomina argumentar. Aristóteles llamó apodeixis, en directa relación con la lógica, a la actividad de demostrar, hacer ver, mostrar la validez de nuestras proposiciones a partir de otras. Las perspectivas y modelos lingüísticos para analizar la actividad argumental son de variada procedencia. En este artículo se comentan cinco perspectivas para el análisis argumental. Se comenta primero, introductoriamente, cuatro de ellas, para luego detenerse en una, en la perspectiva de Stephen Toulmin. Se disponen sobre el diseño de Toulmin, comentarios y desarrollos que ejemplifican el modelo. 1.1. Una entrada posible es el análisis proveniente de la lectura neorretórica (Rivano, 1999a) o retórico-discursiva (Reale y Vitale. 1995), que tiene en los trabajos de Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989), Perelman (1968), y Charolles (1980), sus desarrollos principales; encontramos en Alvarez (1996), Marafioti (1997), trabajos introductorios. Conceptos como orador, discurso, audiencia, enunciación, adhesión, etc., son centrales para una perspectiva que concibe que una teoría de la argumentación es:

...el estudio de las técnicas discursivas que buscan provocar o aumentar la adhesión de una audiencia a las tesis que se presentan para su asentimiento... (Perelman, 1968: 1).

Alvarez (1996) sintetiza buena parte de las definiciones provenientes de esta perspectiva:

Como dice Vignaux (1976: 17) "toda argumentación es un conjunto de razonamientos que apoyan una tesis. Es decir, hay argumentación cuando se trata de resolver un problema. El problema permite que se desplieguen argumentos en favor de una tesis o contra ella". Dicho en los términos de Charolles (1980: 7) "hay argumentación cada vez que un agente (individual o colectivo) produce un comportamiento destinado a modificar o a reafirmar las disposiciones de un sujeto (o conjunto de sujetos) respecto a una tesis". La argumentación supone, entonces, que existe un sujeto argumentador, que pone en acción medios discursivos para provocar

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o aumentar la adhesión de una audiencia a las tesis que se presentan para su asentimiento (Alvarez, 1996: 148-9).

Los acentos en esta perspectiva están puestos en las técnicas discursivas que utilizan los enunciadores para posicionar un enunciado frente a una audiencia. (Comentarios críticos a esta perspectiva encontramos en Rivano (1999a; 1999b); Atienza (1993); Alexy (1989)). 1.2. Una aproximación similar es la propuesta de Ducrot y Anscombre (1994), Ducrot (1998), Anscombre (1998). Estos autores también incluyen, en el análisis de la argumentación, las definiciones y herramientas generales desplegadas por la tradición retórica, bajo el concepto de "retórica integrada" (ver Ducrot y Anscombre, 1994); sin embargo, difieren de la propuesta de Perelman y Charolles, en tanto que el sentido argumentativo de los enunciados se concibe como una reconstrucción semántica y se calcula a partir de la significación de las frases. La significación de una frase está formada por un conjunto de instrucciones que señalan las operaciones cuya realización proporcionan y producen el sentido. Estas instrucciones son relativas a la inserción del enunciado en la dinámica del discurso. La aproximación de Ducrot y Anscombre es unificada en lo que ellos llaman la Teoría de la Argumentación de la Lengua o Teoría de los topoi (ver Ducrot y Anscombre, 1994). Importancia medular adquieren, bajo esta teoría, los análisis semánticos de los nexos argumentales de los discursos, tales como los conectores adverbiales, los modificadores desrealizantes y realizantes, y los adjetivos que gradúan o modifican a los verbos en un enunciado, en estrecha relación al uso del léxico en la enunciación argumentativa, como partes de las huellas de la articulación polifónica discursiva y del encadenamiento de aprehensión argumentativa. (Ver para este último tópico Ducrot, 1998; Anscombre, 1998; García Negroni, 1998). 1.3. Desde la óptica de la ciencia cognitiva (Horsella y Allendes, 1996), en la variante del análisis de la inteligencia artificial o cibernética, la argumentación se enmarca en los procesos de razonamiento mental que conciben tal capacidad como una competencia de manipulación de símbolos, como parte del sistema cognitivo. Esta perspectiva considera la adquisición de la lógica argumentativa, como la adquisición del lenguaje, una capacidad innata. La definición que proponen es la siguiente: se llama argumentación a la cadena de razonamientos efectuados de manera sistemática (Horsella y Allendes, 1996: 7). De influencia capital son los estudios del razonamiento no-monótono (Reiter, 1978; McCarthy, 1980); la teoría de los modelos mentales (Johson-Laird, 1983), y la propuesta semántica de Montague (1974), que unifica la sintaxis y la semántica en un sólo modelo. 1.4. Una perspectiva diferente es la propuesta de la pragmática funcional para analizar la argumentación. Redder (1994), Trautmann (1994) y Marquard (1994), por ejemplo, parten del supuesto que la argumentación, o argumentar, es un tipo de patrón lingüístico. Este patrón es una categoría del discurso, independiente de si éste es escrito u oral. Trautmann (1994), citando a Redder, nos señala que argumentar es:

...spezifischen Form im Umgang mit vorhandenem Wissen, nämlich in Sinne ainer Umstrukturierung von Verstehen zu eigens analysiebaren...Es handelt sich bei einer solchen Umstrukturierung des Vertehens nicht zuletzt um die Synchronisierung der Bewertungen einer (Sprech-) Handlung in H und S: die Bewertungsdivergenz soll aufgehoben werden... (Trautmann, 1994: 157). (...una manera específica en el manejo del conocimiento existente, en el sentido de una re-estructuración de la comprensión con fines

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analizables...Se trata respecto de esta reestructuración, no en último término, de una sincronización de las evaluaciones de una acción (lingüística) en los espacios mentales del Hablante y el Oyente: la divergencia de evaluación debe eliminarse...)1.

En términos generales, para la perspectiva pragmática funcional, argumentar es un tipo de patrón lingüístico llevado a cabo por un interlocutor cuando hay un problema de entendimiento en el oyente respecto de lo que señala; esto es, el inicio del patrón de argumentar es un problema de entendimiento, por lo que no surge de una falta de conocimiento del oyente, sino que surge de un ordenamiento diferente de los elementos en el espacio mental de éste, y dado a conocer de alguna forma. Este ordenamiento significa que el oyente tiene otra evaluación del tópico en conversación. En tal sentido, argumentar es a la vez reestructuración del entendimiento, como una sincronización de las evaluaciones en los espacios mentales respectivos del hablante y el oyente. 1.5. Otra variante en el análisis argumental, es la diseñada por Stephen Toulmin (1958), quien se preocupa de elaborar un modelo que desborde la perspectiva tradicional de la lógica aristotélica, aquella que concibe las argumentaciones como la adecuación de tres premisas, de tres entradas: premisa mayor, premisa menor, conclusión. Por el contrario, a Toulmin le interesa trabajar con un modelo que registre los modos prácticos en que se llevan a cabo cotidianamente las argumentaciones, las discusiones argumentativas. Paso a detallar algunos apuntes que caracterizan la perspectiva de Toulmin, para luego ejercitar un análisis con el modelo. Como señala Rivano (1999a), "La lógica factual es tanto una herramienta de análisis como una herramienta para la intervención argumental. Es una herramienta para la descripción lógica de un texto argumentativo, a la vez que es una herramienta para montar y desmontar argumentos". Léanse en este sentido los desarrollos que siguen; es decir, el modelo no sólo ayudará a analizar argumentaciones, sino que también ayudará a pensar nuestros propios movimientos argumentales, cómo y desde dónde argumentamos. 2. Apuntes sobre Lógica Factual. Con lógica factual o lógica de hecho, Toulmin (1958) nos remite a la lógica práctica, aquella que está ligada a la racionalidad desplegada en las esferas específicas de cada argumentación. (Trabajos introductorios encontramos en Rivano, 1999a, 1999b; Rivano, J. 1984; Atienza, 1993; Alexy, 1989). Juan Rivano (1984), nos señala al respecto:

Conviniendo con Toulmin en que la lógica tiene que ver con los procedimientos que empleamos para hacer valer fuera de dudas una proposición que ha sido cuestionada, cambia significativamente la perspectiva de la práctica lógica. Si alguien arruga el entrecejo cuando me apoyo en los brazos de mi silla para alzarme, significando así sus dudas sobre la proposición "Los brazos de mi silla resisten mi peso", ¿a qué recurro por encima de todo para salir de dudas?. Parece obvio: recurro a la racionalidad propia del mundo de las sillas. Incluso, mi argumento puede asumir la forma de una perplejidad elemental: "Pero, ¿qué no sabe usted lo que es una

1 Traducción Dra. Bettina Wiesmann, comunicación personal, Universidad de Concepción.

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silla?". Así se articula la lógica en las diversas esferas del argumento: por la racionalidad que se despliega en cada esfera (Rivano, 1984: 68).

También con Rivano, E. (1999a) apreciamos esta explicación:

En este modelo, la lógica de corte matemático es reemplazada por una lógica práctica o fáctica, que mejor se aplica a los argumentos así como éstos de hecho se dan y tienen curso en las argumentaciones. El alegato real nunca es formal, sino sustancial: las categorías del caso se rigen por los criterios específicos de aplicación del campo argumental en curso. Por lo demás, esto siempre ha sido así: los argumentos apelan a los criterios específicos de las cuestiones tratadas, no a criterios universales y abstractos. Así, por ejemplo, un juez debe determinar si es posible que un cuerpo humano salga con vida y aparentemente sin daños luego de una caída de 100 metros. El juez consulta a un experto. El fisiólogo asegura al juez que aquello es imposible, que la estructura ósea del cuerpo humano no puede resistir una caída así, etc. La categoría "imposible" está siendo usada desde criterios específicos para el asunto. No se trata de un imposible a secas, en abstracto. No se trata de un imposible que se traduzca en un "lógicamente necesario que nos ocurra". No hay nada de contradictorio en decir "cayó de una altura de 100 metros y se paró y siguió su camino" (Rivano, 1999a: 33).

La propuesta de Toulmin reformula el silogismo tradicional de tres entradas (premisa mayor, premisa menor, conclusión), por considerarlo ligado a un trabajo del lógico teórico, muy poco relacionado con la práctica del razonamiento justificatorio de las aserciones que realmente tienen lugar. Toulmin aquí señala que:

...we recognise the sources of the diviation between working logic and logical theory... (Toulmin, 1958: 9).

Por lógica entiende Toulmin no lo que se designa como lógica matemática o formal, sino la teoría de la justificación de aserciones y del enjuiciamiento de argumentos. Una lógica así entendida tiene más similitud con la jurisprudencia que con las matemáticas. Así como la jurisprudencia describe las reglas según las cuales se puede hacer valer judicialmente pretensiones, la lógica determina las reglas según las cuales se fundamentan y rebaten aserciones. Según Toulmin:

Logic (we may say) is generalized jurisprudence (1958: 7).

2.1. Atienza (1993) señala que el punto de partida de Toulmin es la constatación de que uno de nuestros modos de comportamiento lo constituye la práctica de razonar, de dar razones a otros en favor de lo que hacemos, pensamos o decimos. A partir de esto, Toulmin distingue entre dos usos del lenguaje: un uso instrumental y un uso argumentativo. El primero se refiere a las emisiones lingüísticas que consiguen propósitos directamente, sin necesidad de dar razones, como cuando se da una orden; y el segundo tiene lugar cuando las emisiones

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lingüísticas fracasan o tienen éxito según que puedan apoyarse en razones, argumentos y/o pruebas. El modelo de Toulmin se caracteriza por transparentar argumentaciones a través de la construcción de esquemas argumentales o de razones, bajo categorías específicas de análisis. Las categorías corresponden a casilleros funcionales dentro de los esquemas argumentales, y ellas son: Garantías (W): principio general, premisa mayor, norma tácita, supuesto o enunciados generales, de naturaleza formal, que permiten el paso de los datos a las conclusiones. Apoyo o Respaldo (B): cuerpo de contenidos desde donde emanan las garantías y que nos remite al mundo sustancial en el que encontramos investigaciones, textos, códigos, supuestos sociales que nos permiten afirmar una garantía. Datos (G): son de orden empírico o factual, y permiten la emergencia de una pretensión o conclusión. Conclusión (C): son las pretensiones, demandas o alegatos, que buscan, entre otro de sus posibles propósitos, posicionar una acción, una perspectiva. Cualificadores modales (Q): son construcciones lingüísticas que permiten atenuar una pretensión. Excepciones (R): son las condiciones de refutación que la conclusión permite. En el modelo de Toulmin, para analizar argumentaciones, de importancia fundamental son las categorías de apoyo y dato, las que nos remiten al mundo de los hechos. De allí lo de lógica factual.

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Gráficamente, los casilleros pueden disponerse del siguiente modo (Atienza, M. 1993):

Fig. 1.

W

B

G Q C

R

Dada nuestra experiencia

de acuerdo con las reglas oprincipios resultantes

Estas razones apoyan de una formacualificada

en ausencia de algunaespecífica condición de refutación

general en el campoen cuestión

la pretensión

Toulmin (1958: 105) propone, entre otros, el siguiente ejemplo: D Q C

⇒ So, presumably, ⇒

⇑ ⇑ R Since Unless W A man born in Both his parents were aliens/ he has become Bermuda will a naturalised American/...... generally be a British subject

⇑ B On account of The following statutes and other provisions.

Harry was born in Bermuda

Harry is a British subject

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El esquema de Toulmin puede aplicarse en contextos diversos de argumentación, en relación a tópicos también múltiples. La argumentación ocurre, entre otros, por el simple hecho de intentar aclarar un asunto, confrontar aspectos de un asunto, llegar a una decisión sobre un asunto, resolver un asunto, recorrer un asunto en forma dialógica, etc. (Rivano, 1999a; 1997). La actividad argumental está allí donde tenemos esta índole de propósitos; o más bien, porque tenemos la necesidad sistemática de aclarar nuestros propósitos en ciertos contextos, como el académico, argumentamos. La argumentación tiene lugar allí donde debemos dar razones respecto de alguna de nuestras actuaciones, actitudes, opiniones, aserciones, locuciones, etc. 2.2. La argumentación ocurre en un espacio de posibilidad argumental (Rivano, 1999a), y en cada espacio encontramos campos argumentales y perspectivas. Por perspectiva argumental podemos entender todo fenómeno vinculado a garantías alternativas para un mismo asunto (Rivano, 1999a); y por garantía, como ya se señaló, debemos entender una norma tácita, un supuesto del caso, un enunciado general que permite el paso de las razones a las pretensiones, de los datos a las conclusiones (Ibid. también Atienza, 1993). Para ilustrar los conceptos de perspectiva argumental y campo argumental, dentro de fenómenos cotidianos, está aquel que se refiere a las razones expuestas para justificar el no pago de una deuda. (En Rivano, 1999a, se analizan otros ejemplos desde diferentes perspectivas y campos). Desde la perspectiva del deudor se podría argumentar lo siguiente: "Disculpa, pero no podré pagarte este fin de mes. He tenido que cancelar cuotas a casas comerciales". El contexto de este tipo de enunciado puede actualizarse en la escena de una reunión entre los involucrados, la cual es concertada para efectuar dicho pago. El esquema inferencial de tal argumento puede esbozarse del modo siguiente: i. Una persona con deudas judiciales será excusada por una razón adecuada. (G) Las deudas con casas comerciales es una razón de deuda judicial adecuada. (A) Yo tengo deudas con casas comerciales que pagar cada fin de mes. (D) Luego, seré excusado del pago de la deuda con mi amigo. (C) La garantía o premisa mayor (i.e. "una persona con deudas judiciales será excusada por una razón adecuada) recibe el apoyo de la solidaridad, amistad, humanidad y sentido de la cooperación. Pero ello, desde la perspectiva del acreedor, tiene un límite. Este se encuentra en el caso de que el acreedor sea afectado, el cual en tal caso puede incurrir en el siguiente razonamiento: ii. Una persona responsable ordena y coordina los gastos de fin de mes. (G) El pago de deudas con casas comerciales es coordinable con otros gastos. (A) Fulano no coordinó el pago de la deuda de la casa comercial con otros gastos. (D) Por tanto, fulano no es responsable. (C) La garantía de este esquema proviene del apoyo que surge de la definición de persona responsable y/o ordenada, y por tanto desde un tipo de experiencia cotidiana. De este tipo de razonamiento emerge un juicio sobre una persona. Se puede observar que la garantía del primer esquema de razonamiento se relaciona con el tópico "persona en deuda"; y que el tópico del segundo se relaciona con el de "persona responsable", esto es, las perspectivas son distintas, pero ambos tienen en común el campo de

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argumentación, es decir, el expediente de garantías que define una afinidad o no entre ellas; en este caso, desde la experiencia cotidiana a la cual este fenómeno se vincula. Diferente es el caso en que el deudor argumenta desde un campo cosmológico (Rivano, E. 1999), al señalar enunciados del tipo: "Siento no pagarte. Pero ¡no soy el primero que no paga una deuda!". Es claro que aquí la razón no es de uso cotidiano (aunque no falten los que argumentan así) para explicar el hecho, sino que se recurre a una garantía general que implica aceptación y resignación ante faltas humanas. Se justifica el no pago apelando a una garantía general, sin mediación de un dato explicativo. El esquema podría ser: iii. Lo que es hábito común debe ser aceptado. (G) Es hábito común que la gente no pague una deuda. (A) Debemos resignarnos (aceptar, excusar, justificar) a (el) que la gente no pague sus deudas. (C) 3. Ejemplos. Variantes en el análisis. El modelo propuesto por Toulmin (1958), entonces, ayuda a analizar alegatos, disputas sobre un asunto. Se puede argumentar sobre un asunto desde distintos campos y con diferentes perspectivas. Esto dependerá tanto de la riqueza del tópico de debate, como de la destreza argumental del "tipo humano" que la lleva a cabo. Para ejemplificar, hemos elegido un corpus proveniente del discurso periodístico. Nuestro objeto de análisis corresponde a tres artículos publicados en el períodico El Mercurio por Carlos Catalán, sobre el tópico Televisión. Los artículos son La Televisión: Razones de una Buena Nota, del 24 de Noviembre de 1996; Diana, o lo público y privado en la TV, del 28 de Septiembre 1997; Televisión y familia. Una alianza en crisis, del 18 de Enero de 1998. El objetivo central es observar en uso el esquema propuesto por Toulmin (1958) para describir y analizar argumentos, y revisar los tipos de apoyos, garantías, el paso a una conclusión específica y el desplazamiento de perspectivas y campos argumentales que se utilizan para posicionar una opinión y/o diagnóstico, en este caso, sobre el papel que cumple la televisión. En otras palabras, observar en actividad una de las herramientas existentes para analizar discursos, textos, discusiones, diálogos, expresiones, etc., que defienden posiciones, buscan persuadir, convencer, alegar, reclamar, sentenciar, declarar, etc. Los esquemas de razones que siguen léanse así: Dato para la conclusión, garantía (recobrada para el análisis), apoyo (recobrado para el análisis). 3.1. Del artículo La Televisión: Razones de una Buena Nota (El Mercurio, 24 de Noviembre de 1996), leemos: ...Según proyecciones, una persona nacida 1990, cuando cumpla sesenta años en el 2050, habrá estado expuesta a la pantalla alrededor de 70 mil horas, mientras que habrá cursado estudios durante 30 mil horas y habrá dedicado a la vida laboral unas 65 mil horas. En otras palabras, ver televisión es una de las principales, sino la principal actividad, que realizan despiertas las personas en las sociedades de fin de siglo. Todo lo anterior explica que entre el ciudadano y la televisión se haya ido urdiendo una trama de vínculos verdaderamente inédita en nuestra cultura. Una entrada a las dimensiones argumentales implicadas en esta cita, la proporciona el siguiente esquema de análisis:

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Argumento I Esquema argumental: Garantía: Toda persona que ocupa su mayor parte del tiempo en una actividad,

tendrá como principal aquella actividad.

Apoyo: Supuesto de la cantidad: a mayor cantidad mayor importancia. Dato: una persona nacida 1990, cuando cumpla sesenta años en el 2050,

habrá estado expuesta a la pantalla alrededor de 70 mil horas, mientras que habrá cursado estudios durante 30 mil horas y habrá dedicado a la vida laboral unas 65 mil horas

Conclusión: En otras palabras, ver televisión es una de las principales, sino la principal actividad de las personas de las próximas décadas.

Aquí las condiciones de importancia de una actividad humana las suministra una perspectiva argumental respaldada por la fuerza de la categoría estadística. Quien se introduce por este análisis, puede preguntar: ¿la exposición frente a la televisión nos indica la asimilación o el tipo de relación que tenemos con ella?. La siguiente parte del artículo incursiona en otro campo argumental, desde una perspectiva argumental que pone en escena otro tipo de garantías; leamos este pasaje: Sin minimizar este tipo de consideraciones, creemos que existen otras motivaciones que explican con mayor pertinencia y profundidad la disposición y sensibilidad de los ciudadanos a evaluar positivamente la televisión. Y es que, en rigor, tales motivaciones tienen que ver no tanto con los contenidos de los programas, sino más bien con el rol y significación que ha alcanzado la televisión en la trama de la cultura contemporánea. La amplia y acuciosa literatura especializada que se ha ido acumulando en torno al fenómeno televisivo contemporáneo nos entregan valiosas pistas para identificar y comprender las razones que determinan en las personas una positiva evaluación de la televisión. Por lo pronto, tales análisis destacan el carácter y función de la televisión como proveedora inagotable de imágenes, en el contexto de una sociedad que, en el decir de Susan Sontag, ha llegado a ser "moderna" en la medida en que una de sus actividades principales es precisamente la de producir y consumir imágenes. Desde el momento en que las imágenes dejan de ser un mero duplicado del original y se constituyen en sustitutos de la experiencia y en configuradoras de realidad, ellas se vuelven indispensables para la salud de la economía, la estabilidad de la política y la búsqueda de la felicidad privada. Amparada en el poder de las imágenes, la televisión accede así al centro de la vida colectiva, universalizando su demanda, y tornándolas imprescindibles para el funcionamiento de la sociedad. La cita trae varias propuestas argumentales. Destaquemos, primero, la siguiente: Argumento II. Argumento Principal. 1º Esquema Argumental.

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Garantía: Norma tácita: Todo lo que logra proveer estabilidad y felicidad a la humanidad, se vuelve indispensable

Apoyo: Tipo de experiencia cultural, devenida en supuesto social. Dato: Los análisis destacan el carácter y función de la televisión como

proveedora inagotable de imágenes que constituyen sustitutos de la experiencia y son configuradoras de realidad

Conclusión:

Por lo tanto, la televisión y sus imágenes, como quienes las producen, se vuelven indispensables para la salud de la economía, la estabilidad de la política y la búsqueda de la felicidad privada en la sociedad moderna

En esta propuesta, como se observa, existe un cambio de perspectiva argumental. Es una perspectiva alternativa; se relaciona con el tópico "experiencia cultural significativa". A diferencia del primer argumento donde el tópico de la perspectiva se vinculaba con la importancia del registro estadístico de la exposición frente al televisor (mientras más horas, más importante y principal la actividad televisiva), en este argumento asistimos a la valoración de razones provenientes de la reflexión cualitativa. El giro hacia esta perspectiva argumental lo señala la marca atenuadora del primer enunciado del párrafo citado: Cualificador modal: Sin minimizar este tipo de consideraciones, creemos que existen

otras motivaciones que explican con mayor pertinencia y profundidad la disposición y sensibilidad de los ciudadanos a evaluar positivamente la televisión.

En el mismo sentido, el argumento secundario (o microargumento), que se desprende del principal (o macro), característica recursiva del modelo analítico de Toulmin, justifica, respalda o complementa la línea argumentativa de posicionar la lectura "significado cultural" de la televisión, sobre la base de las construcciones simbólicas que las audiencias hacen a partir de lo que representa y entrega este medio de comunicación en el mundo contemporáneo. En el argumento secundario, la conclusión del principal puede pasar a ser garantía, esto es, norma como sentencia legitimada en la discusión, o dato, como elemento de la experiencia compartida. Veamos: Argumento Secundario. 2º Esquema Argumental Garantía: Todo lo que coopera con la estabilidad, la felicidad o tranquilidad económica,

es indispensable.

Apoyo: Supuesto cultural, aplicado a la lógica del medio técnico.

Dato: La televisión y sus imágenes se vuelven indispensables para la salud de la economía, la estabilidad de la política y la búsqueda de la felicidad privada en la sociedad moderna

Conclusión: Por lo tanto, la televisión es imprescindible para el funcionamiento de la sociedad.

En el argumento secundario observamos que el campo de argumentación se mantiene. Es decir, existe una afinidad entre las garantías expuestas tanto en el argumento principal como el secundario. Se defiende la importancia de la televisión sobre la base de razones

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culturales. La perspectiva argumental también sigue la misma línea. El origen de la garantía del argumento secundario sigue el derrotero del principal sobre la base de la adecuación vía fórmulas conectivas como la siguiente locución proposicional: [Desde el momento en que...] 3.2. Del artículo Diana, o lo Público y Privado en la TV (El Mercurio, Domingo 28 de septiembre de 1997), leemos. Con un Hyde Park atestado por una multitud doliente que lloraba a su princesa, mientras escuchaba los sones de "Candle in the Wind" entonado por Elton John, a la vez seguía colectivamente en pantallas gigantes el conmovedor rito fúnebre de una mujer cuyas desventuras había seguido por más de 15 años en las pantallas más pequeñas de sus hogares. Tal multitud no estaba sola. Más de dos mil quinientos millones de personas se sumaban a ese gigantesco ritual desde los más remotos puntos del planeta contemplando estremecidos las conmovedoras imágenes del adiós a Diana. Con esto, una vez más, la televisión demostraba que su acción no se limita sólo al ámbito de lo privado, sino que también sigue siendo un poderoso medio articulador de la vida pública. La televisión no sólo sustituye a la plaza, sino también nos hace -como antes- acudir a ella. Rescatemos el siguiente argumento: Argumento I. Garantía: Todo medio que contribuye a la participación masiva en un evento articula

vida pública

Apoyo: Supuesto o prejuicio cultural de la cantidad: a mayor cantidad de personas que participan a través de un medio, mayor cantidad y mayor importancia de las funciones de éste.

Dato: Más de dos mil quinientos millones de personas se sumaban a ese gigantesco ritual (la muerte de Diana) desde los más remotos puntos del planeta contemplando estremecidos las conmovedoras imágenes del adiós a Diana

Conclusión: Con esto se demuestra que la acción de la televisión no se limita sólo al ámbito de lo privado, sino que también sigue siendo un poderoso medio articulador de la vida pública.

El esquema de razones expuesto se inscribe en el campo argumental de la especulación teórica en torno al tema, sobre la base de la lógica del comportamiento de los medios y sobre el comportamiento e importancia de la televisión en particular. La perspectiva argumental se vincula al enfoque de las funciones que el medio tiene. Con este tipo de esquema argumental se intenta demostrar que el límite entre lo público y lo privado, mediado por la televisión, tiene una nueva significación. Veamos un nuevo argumento del artículo que incursiona en algo similar: Son las nuevas tecnologías de la comunicación las que posibilitan esta intromisión de lo público en lo privado, en la medida en que permiten recoger, procesar y difundir información de las personas no sólo sin su autorización, sino también sin su conocimiento.

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De ahí que uno de los grandes "issues" de discusión de la agenda mediática sea el derecho a la privacidad, y su compatibilidad con la demanda de las sociedades democráticas a estar adecuadamente informadas. Al respecto, es elocuente que dos personalidades tan relevantes, vinculadas al escenario mediático, como Bill Gates y Nicholas Negroponte, al ser requeridos sobre el principal problema que debía enfrentar la sociedad de la información, hayan tenido una misma respuesta: "the privacy". El esquema de razones puede ser el siguiente: Argumento II. Garantía: Lo que es dicho por personas influyentes en un contexto, se convierte en un eje

de discusión en dicho contexto (norma tácita)

Apoyo: Lógica de la autoridad intelectual y/o económica (supuesto social) Dato: Las nuevas tecnologías posibilitan la intromisión de lo público en lo privado, en la

medida en que recogen, procesan y difunden información de las personas sin autorización.

Conclusión: De ahí que uno de los grandes "issues" de discusión de la agenda mediática sea el derecho a la privacidad, y su compatibilidad con la demanda de las sociedades democráticas a estar adecuadamente informadas. Tal como lo señalan Bill Gates y Nicholas Negroponte.

Aquí estamos en presencia de un esquema justificatorio (ver Rivano, 1999a) para posicionar una conclusión o pretensión. Tal conclusión nos mantiene, aparentemente, en el campo argumental de razones especulativas sobre el tópico, el que se vincularía con la preocupación por la resignificación de los límites entre lo público y privado expuesto a través de un medio de comunicación. En este argumento la garantía se vincula a criterios de autoridad social concedida a personas que orientan discusión. Caben aquí todos los supuestos sociales relacionados con el poder, el prestigio, la fama, la experiencia. 3.3. Del artículo Televisión y Familia: Una Alianza en Crisis (El Mercurio, Domingo 18 de Enero de 1998). En este artículo se resume buena parte de los argumentos esgrimidos en los artículos anteriores para demostrar la importancia de la televisión y el papel que juega en la cultura contemporánea (se repiten algunas perspectivas dentro de campos ya analizados). El tópico que trabaja el columnista en este artículo es el de la relación existente entre la televisión y la familia, una de las organizaciones fundamentales de nuestra cultura. Se sostiene que la centralidad de la televisión en la cultura contemporánea se manifiesta por ser una de las actividades principales de las personas (bajo el criterio de la fuerza estadística), por prestar servicios fundamentales a la sociedad respecto de funciones como el entretenimiento y la información, y por constituirse en punto de reunión para la familia (permite salir a la realidad externa desde el núcleo familiar, permite debatir temas también dentro de tal núcleo). Tal centralidad suscitaría una alianza implícita entre familia y televisión. Sin embargo, esta última consideración, en el artículo, se relativiza a partir de dos criterios: cuando los contenidos y programas no satisfacen los gustos, demandas y

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sensibilidades de todos los miembros de la familia; y cuando irrumpe una oferta plural de contenidos y programas que permite un consumo individual de dicha programación. Insatisfacción, por un lado, y segmentación, por el otro. Con esto la alianza comenzaría a resquebrajarse. Leamos el siguiente pasaje: De partida, uno de los factores que impacta negativamente sobre la tradicional experiencia familiar de ver televisión, está asociado a los cambios tecnológicos operados en este medio. La irrupción de la televisión por cable y satelital con su amplia oferta de canales temáticos y de programación para los más diversos gustos e intereses, estimula y exacerba el consumo individual. Ante ésto, cada día es más difícil ponerse de acuerdo en qué programa ver dentro del grupo familiar. Esta tendencia al consumo individual de televisión, se ve acentuada por la tendencia a dos y tres televisores en el hogar. En este contexto, la escena de los años sesenta y setenta, de la familia reunida en semicírculo en el living del hogar, viendo y comentando un programa o película, es cada vez más infrecuente. Cada día más, se extiende la práctica de ver en solitario en el dormitorio, el programa que a cada uno más le place. Una lectura posible es la siguiente: Argumento I. Garantía: Todo consumo individual de televisión dificulta el consumo familiar o

grupal (norma tácita)

Dato: Hay irrupción de la televisión por cable y satelital con amplia oferta de canales temáticos y de programación

Conclusión: La Televisión estimula y exacerba el consumo individual de televisión. Por tanto, es más difícil ponerse de acuerdo en qué programa ver dentro del grupo familiar

El apoyo proviene del supuesto social (o experiencia social) de la incompatibilidad entre consumo individual y vida colectiva. Este tipo de preocupación por la relación entre familia y televisión se constata, pero a la vez cambia con la fórmula conectiva y cualificador modal, en el siguiente razonamiento del columnista: Pese a este adverso paisaje para la práctica de ver televisión en familia, es necesario consignar como contrapartida que dicha práctica gozó y goza todavía de un profundo arraigo en las personas y que tiende a activarse cuando las circunstancias y los programas así lo permiten. Esto lo demuestran los altos ratings y, sobre todo, los positivos comentarios que suscitan en padres e hijos los programas de carácter familiar, tal como lo evidencian los estudios cualitativos de audiencias. La familia tiene necesidad de reunirse para compartir vivencias tan elementales como son la información y entretenerse en conjunto. Cualificador modal: Pese a este adverso paisaje. Garantía: Lo que un estudio da a conocer como un hecho importante, supone que tal

hecho es la tendencia (principio general).

Apoyo: Supuesto de la relevancia de la investigación científica (mundo substancial de la investigación)

Dato: Altos ratings y positivos comentarios a determinados programas que se obtienen a través de estudios

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Conclusión: Demuestran que los programas destinados al grupo familiar son acogidos como tales

El cualificador modal introduce al lector a una reconsideración del diagnóstico previo -el argumento anterior-. Con ello se busca afirmar, como una de las hipótesis y pretensiones principales, que la alianza entre televisión y familia se activará siempre y cuando la primera entre los aliados así lo permita. Acá, aparece como supuesto el que la familia tiene una organización esencial y no cambia con el tiempo, y que los artefactos que la circundan no son parte de tal organización. No nos detendremos en estos puntos. Interesa la estructuración formal del argumento. La garantía procede con la licencia para instalar la pretensión global, e implicada en la conclusión particular de este argumento, que toda vez que exista satisfacción a la demanda familiar por parte de la programación televisiva, la familia consumirá como tal dicho contenido del programa. Desde una perspectiva escéptica cabe dudar respecto del modo en que se obtienen los resultados en una investigación. No obstante, las disputas se inscriben en contextos que permiten determinados modos de llevarla acabo. En un coloquio académico la arremetida del escéptico tendría cabida. Los desplazamientos en los campos y perspectiva argumentales, emergerán de acuerdo a las necesidades de posicionar una pretensión, aclarar un tópico específico sobre el tema en general, o determinar los ángulos desde los cuales se puede hablar de un asunto. 4. Comentarios finales: Tipo Humano. Para concluir, se trabaja el concepto "Tipo humano" para aludir a la característica argumental con la cual un sujeto posiciona, enuncia, una pretensión. (Para el concepto ver Rivano, 1999a). Si el análisis de la actividad argumental permite observar el movimiento entre campos y perspectivas alternativas de un asunto, ello contribuye, entonces, a identificar el tipo humano que argumenta en un espacio. En tal sentido, la argumentación también es una destreza comunicacional del individuo para establecer sus puntos de vista. Existirán así quienes cambiarán de campo argumental según la audiencia a la cual le dirigen la argumentación; están aquellos que se identifican con cualquier perspectiva -el sofista-; los que se ubican siempre en perspectivas alternativas a la propuesta inicialmente -el dialéctico-; aquellos que no cambian nunca de perspectiva -el dogmático-; los que cambian de perspectiva según ciertas condiciones; etc. Para el caso de nuestro objeto de análisis, las argumentaciones del columnista que suscribe los artículos sobre el tópico, el trabajo permite sostener que se trata, por un lado, de aquel tipo humano que cambia de campo argumental según las posibilidades de perspectiva argumental que el tema amerita para agotar sus derroteros, y del tipo humano que aduce perspectivas según la audiencia a la cual se dirige y de la cual depende -línea editorial-, por otro. El tipo humano acá, como estratega, se mueve en perspectivas según la pertinencia de éstas para obtener la meta del caso, posicionar, en lo fundamental, las nuevas perspectivas de análisis en torno a las miradas, correctas, sobre la televisión. Por otro lado, también interesa mencionar elementos con efectos retóricos como el siguiente (ver aquí Perelman, 1968):

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Domingo 24, Noviembre 1996. La Televisión: Razones de una Buena Nota.

• Inauguramos en esta ocasión una nueva columna dedicada al análisis y comentario sobre los medios de

comunicación y su impacto social en los diversos grupos consumidores. • El protagonismo de la televisión no pasa necesariamente por los contenidos de su programación, sino por su

eficacia como medio configurador de nuestra existencia individual y colectiva.

Carlos Catalán es Licenciado en Sociología de la U. Católica, Doctor en la Universitá degli Studi di Roma, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Asesor de la División de Estudios, Supervisión y Fomento del Consejo Nacional de Televisión, docente en las Universidades Católica y Diego Portales, y es autor de varios libros y publicaciones sobre temas de cultura y Televisión.

Con este tipo de recursos se posiciona al autor de la columna y se valida la pertinencia de la discusión en el diario. Por un lado tenemos que los argumentos que desde ahora se enuncian provienen de un experto y se inscriben en aquellos argumentos definidos por autoridad, vale decir, argumentos que remiten al prestigio de una persona (la presentación del columnista); y por otro lado tenemos la técnica argumentativa de fundar la estructura de la realidad a través de la generalización de un modelo, en este caso, el uso sistemático de la columna de opinión en un diario, para guiar la opinión en el debate o en el análisis del tópico. Tenemos un tipo humano, visto de la óptica factual -versión Toulmin- que se caracteriza por utilizar tantos movimientos en los campos y perspectivas argumentales como así lo amerite el tópico; y tenemos, desde la óptica retórica -versión Perelman-, un tipo humano identificado como experto. Las alternativas no son muchas para el lector no iniciado en el tema, lo más probable es que sea convencido. Referencia Bibliográfica. ALEXY, Robert. 1989. Teoría de argumentación jurídica. Madrid. Centro de Estudios Constitucionales. ALVAREZ, Gerardo. 1996. Textos y Discursos. Introducción a la Lingüística del texto. Concepción, Universidad de Concepción. ANSCOMBRE, J-C. & DUCROT, O. 1994. La argumentación en la lengua. Madrid. Editorial Gredos. ANSCOMBRE, J.C. 1998. Pero/Sin embargo en la contra-argumentación directa: razonamiento, genericidad y léxico. En Signo & Seña, Revista del Instituto de Lingüística, Nº 9, Universidad de Buenos Aires. ATIENZA, Manuel. 1993. Las razones del derecho. Teorías de la argumentación jurídica. Madrid. Centro de Estudios Constitucionales. CHAROLLES, M. 1980. Practiques, 28. Les formes directes et indirectes de l'argumentation. (Versión en Español, Alvarez, G. 1996. Ms. Universidad de Concepción). DUCROT, O. 1998a. Los modificadores desrealizantes. En Signo & Seña, Revista del Instituto de Lingüística, Nº 9, Universidad de Buenos Aires. -------------------. 1998b. Léxico y gradualidad. En Signo & Seña, Revista del Instituto de Lingüística, Nº 9, Universidad de Buenos Aires. GARCÍA NEGRONI, M. 1998a. Argumentación y Dinámica discursiva. Acerca de la teoría de la argumentación en la lengua. En Signo & Seña, Revista del Instituto de Lingüística, Nº 9, Universidad de Buenos Aires. ------------------. 1998b. La negación metalingüística: argumentación, gradualidad y reinterpretación. En Signo & Seña, Revista del Instituto de Lingüística, Nº 9, Universidad de Buenos Aires.

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