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(Primera generación áe[ CCJ(tE:N;t)

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Anecdotario inconcluso. Primera edición: 2001 Segunda edición: 2011.

ISBN: 970-18-6625-8

DR 2011 Armando Quiroz Benítez.

Se permite la reproducción parcial , citando la fuente .

Di eño Gráfico: LDG Oiga Yveete Guerrero Cardona

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Prefacio de rigor ............................................................ OS

Los primeros días .......................................................... 07

Una experiencia nueva: la huelga ................................. 13

Nuestros maestros ........................................................ 31

Más nombres y sucesos ............................................. 39

La anécdota reina ......................................................... 79

Una generación muy cantadora .................................. . 83

La graduación .......................................... ..................... 89

Epílogo en dos partes ................................................... 93

Anexo fotográfico ......................................................... 95

Primera generación .................................................... 139

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El título de este trabajo no es casual y mucho

menos está expresado como una obligación retórica.

Edmund Husserl, filósofo precursor de la

fenomenología afirmaba que nunca vemos, aun cuando

nos lo propongamos, un objeto por entero. Nuestra vista,

por ejemplo, puede abarcar cuando mucho tres caras de

un cubo y le es imposible mirarlas todas simultáneamente.

Las otras caras, las que no vemos, están ahí, mas aunque lógicamente lo sabemos, su percepción siempre tendrá

un margen de supuesto.

Esta breve digresión filosófica permite justificar el

hecho de que sólo podré mencionar lo que yo vi y supe

S

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de mis compañeros de la primera generación del Centro

Regional de Educación Normal de Aguascalientes. Desde mi perspectiva nombraré las tres caras del cubo que tuve a la vista, las otras caras, aunque sé que existen, de mencionarlas lo haría en gran medida con carácter de hipótesis.

Estoy seguro que cada uno de los compañeros puede hacer su propio anecdotario desde su personal perspectiva, lo que nos representaría un riquísimo

macroanecdotario que contendrían vivencias, las cuales

felizmente todos disfrutaríamos sin duda alguna. De ahí el carácter de inconcluso de esta fragmentación de la memoria.

Debo decir que llegó a mis manos, a través de Carmen Ramos Esparza, un cuaderno de remembranzas escrito por nuestro compañero Jorge Luis Mejía Crespo a quien llamábamos "El Indio", documento del cual he tomado algunos fragmentos para enriquecer mi propia visión de aquellos años. Así, cuando haga referencia al

texto de nuestro amigo, lo diré expresamente. También quiero dejar en claro que al escribir este

recuento incompleto de nombres y sucesos, mi intención ha sido tan solo, fijar con el texto los recuerdos de todo aquello que juntos construimos.

El autor

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Sin más preámbulo, comencemos a deshilar el

tejido del recuerdo y entremos de lleno en su evocadora intermitencia.

Fue en 1972 cuando llegamos de diferentes partes del país a fundar el Centro Regional de Educación Normal de Aguascalientes. Llegamos a esta ciudad, púberes de

entre catorce y dieciséis años con una valija al hombro

y una meta definida; junto con la ropa y los cuadernos desempacamos también las ilusiones, ilusiones que como plumas de colores, esparcimos de inmediato por

las aulas y las calles.

Éramos un centenar y medio de adolescentes

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decididos, la mayoría de origen campesino,

encabezados por un reducido grupo de jóvenes maestros

con quienes llegaríamos a integrar una comunidad

escolar en todos los aspectos envidiable.

Después de algunas peripecias en el edificio de

una escuela primaria, logramos instalarnos en lo que

sería nuestra normal: un solar enorme al sur de la todavía

quieta ciudad de Aguascalientes, con tres aulas, una

pequeña explanada, una sala audiovisual, las oficinas de

la dirección, un modesto laboratorio y desde luego, un

par de sanitarios.

Acerca de aquellos primeros días nos dice "El

Indio":

"El examen de admisión se realizó el

2 de septiembre. Muchos jóvenes,

venídos de diferentes estados y

comunidades nos paseábamos

nerviosos; los resultados estarían por

la tarde o al día siguiente. Se decía

que sólo habría 90 becas (dos grupos)

y sobre los vidrios de un aula estaban

los resultados. i Qué emoción! Ahora

ya el destino nos unía. Luego de

confirmar el pase, siguieron otros

exámenes, el médico, las entrevistas,

etc. Recuerdo que al inscribirnos se

nos pidió un libro y una herramienta

para la formación de la biblioteca y los

talleres escolares".

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Cc J p un 1not r ~en l o de "a.branz'l c .:>nsi.P t cnto en ~~~· _

______ y ad e s un l ibr o c cn ol titulo ~L~GIA ler . q_URSO

- -- al Cent ro Re¡;ionAl de Educ<ci6n llor aa l de - - ­

Ae: ua s ca l 1on l úS 1 A&s . qu ; es J:¡cro s es d ... u t 111J d pr1rs la l a b .J :- cccol a r

Jc : oa !1 . I nst1tuc16 n , ud c o"" ' :::1 hij o ( a ) !-!U!AJIDO QUIROZ BENITEZ

At;ul..e c a.l !. n t ~:: s , Ags . 6 dt. S c pttmnbre do 1 ·.}72 .

Y agrega:

Documento de donación de un instrumento de labranza y un libro.

"Pasaron los meses y pronto nos

empezamos a mudar a nuestro

edificio, mismo que se ubicó en

Camino a Agostaderito, sin número,

allá por la Central Camionera, cerca

de la comunidad Las Huertas. Sólo

había dos o tres ranchos dedicados

al cultivo de la vid y el durazno. Para

transportarnos a la escuela fue un

gran problema durante los primeros

meses ya que no había camiones y ni

siquiera camino, por lo que, a diario,

la gran mayoría recorríamos a pie casi

dos kilómetros, que es más o menos

la distancia del CRENA al primer anillo

de Circunvalación . Era una verdadera

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odisea llegar temprano a clases y a

la vez era muy divertido y grato, ya

que en ocasiones hacíamos el camino

contando aventuras o platicando

amenamente con alguna linda

compañerita".

Fortino Valdivia Magdalena, integrante también

de la primera generación, rememora así aquellos años

de nuestra llegada al CRENA:

11 La edad nos alcanzaba para las

primeras experiencias sociales más

formales, el inicio de amistades que

aún perduran, amigos de juventud,

futuros compañeros... tal vez los

primeros noviazgos; tal vez las

primeras responsabilidades ... "

Así comenzamos a estudiar, a adentrarnos en los

vericuetos de la psicología infantil, a definir la negación de las prácticas pedagógicas arcaicas, a explorar los

problemas sempiternos de la filosofía ... ahí estudiábamos

con ahínco tres grandes grupos de muchachos,

herederos indirectos del hipismo, movimiento que intuía

el advenimiento de una sociedad de plástico, amenaza,

ésta, que pretendía contrarrestar con el grito del amor y de la paz ...

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Ahí estábamos, admiradores tardíos de los

Beatles y del Che Guevara, y digo tardíos porque cuando apenas empezábamos a conocerlos, a'quellos ya estaban separados y éste ya había sido asesinado en el interior de una escuela rural escondida en la selva boliviana.

El normalismo comenzaba a llegarnos muy adentro, a cohesionarnos en una comunidad sól ida y dinámica, influida claramente por un contexto de inconformidad radical concretada en la guerrilla que se había extendido

luego del indignante crimen colectivo del dos de octubre

en Tlatelolco.

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Al iniciar el ciclo escolar 1974-75, dos años después

de la fundación de nuestro Centro Regional, ya éramos

setecientos y tantos alumnos. Con ello crecieron las

necesidades de la escuela. Serias carencias, materiales y financieras, nos llevaron a la huelga. Iniciábamos nuestro tercer año de estudio cuando determinamos

ir al movimiento. De por sí lo habíamos comenzado

con el primer aniversario del cuartelazo en Chile,

rememorando aquella mañana de septiembre de 1973

cuando llegó a la escuela el compañero Jesús González

Valadez con el periódico en las manos a decirnos que

había muerto Salvador Allende bajo el funesto señorío

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de un imperialismo galopante. Es cierto que apenas si

comprendíamos todo eso, pero nuestros dieciséis años

en promedio ya se nos encendían por la sangre.

Decidimos comenzar por los paros escalonados

hasta llegar a la huelga indefinida si no eran atendidas

nuestras peticiones.

Respecto a esto escribe "El Indio" :

"El 27 de octubre de 1974 a las 10

de la mañana y en junta general,

decidimos iniciar un paro indefinido

de labores[ ... ] El pliego de peticiones

abarcaba entre otros puntos, los

siguientes: Aumento de beca de

400 a 600 pesos por mes, mejora en

el personal docente, terminación

de obras materiales de la escuela,

autobuses y material audiovisual".

Aunque bisoños, llegamos a tener un nivel de

organización aceptable. Se integraron de inmediato los

Comités de Orden y Vigilancia y de Honor y Justicia . Era

necesario que prevaleciera el rigor de la disciplina para

evitar la anarquía y con ello asegurar un cabal respeto

por el movimiento. Los varones pernoctábamos en el

edificio y las mujeres, por supuesto, en las casas donde

se hospedaban.

"El Indio", en su testimonio afirma:

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"Se acordó que las señoritas

deberían permanecer en la escuela

de 8 de la mañana a las 6 de la tarde. Se organizaron las guardias para que siempre, de día y de noche, estuviéramos al tanto de la situación. Se organizaron brigadas de compañeros para ir a la ciudad a repartir propaganda y a pintar bardas,

otros celebraríamos mítines de

información, colectas ... bueno, hasta

secuestramos camiones, mismos que

se llevaron a las comunidades para

informar al medio rural".

Durante el mes que duró la huelga dormíamos en

el sobresalto, con un sueño inquieto, poblado de marchas

y pliegos petitorios, esperando con miedo que llegaran,

salidos de la sombra, ruidos metálicos y uniformes

verde olivo a perpetrar una represión que, en honor a

la verdad, nunca vivimos. Sabíamos que la sangre de los

muertos en la Plaza de las Tres Culturas, a pesar de los

seis años transcurridos, todavía no acababa de gotear en

las últimas alcantarillas.

No podríamos negar que esta experiencia nos

impactó con fuerza. Éramos estudiantes empeñosos

pero también inexpertos y un movimiento huelguístico

era una verdadera novedad para todos los participantes,

que dicho sea de paso, era el alumnado en pleno, pues

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quien no tomara parte en el movimiento sería expulsado

de inmediato por el Comité de Honor y Justicia. Sobre el inicio de la huelga "El Indio" recuerda:

"La primera noche, todofueoptimismo.

Nadie dormía, todo era movimiento,

bailábamos, cantábamos, unos hacían

café en cubetas, otros juntaban leña

para encender fuego y al poco rato

todos estábamos felices allá en los

techos de las aulas ... quién sabe pero

algunos llevaron tequila y con el frío

que hacía caía de maravilla, luego

llegaron las guitarras y la pachanga

se generalizó iAh, qué días aquellos!

Ya entrada la noche era tal la euforia

que las broncas y mentadas hicieron

su aparición ... aquello era una gritería

espantosa ... "

Nos turnábamos las guardias día y noche, pues

había qué vigilar a toda hora para evitar vernos envueltos

en un trance sorpresivo.

Las ocasiones en que nos tocaba hacer la guardia

nocturna, nos subíamos a las azoteas de las aulas y ahí,

provistos de un tambor para alertar en caso necesario,

alrededor de una fogata, medio rostro encendido por

la roja luz del fuego y el otro medio enfundado en la

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cobija, alucinábamos comentando la Gran Marcha del

ya para entonces legendario Mao, o hablando sobre el doblemente mítico Lucio Cabañas, quien además de impulsar una guerrilla vindicativa, tenía como orgulloso antecedente el haber sido un auténtico profesor rural.

Cuando debíamos vigilar de día, mientras cantábamos con fervor hímnico y hasta el nivel de la ronquera "La Patagonia" o "La marcha de las madres

latinas" de José de Molina, veíamos desde las azoteas

verdear todo el barbecho, pero no de hierba ni de

árboles, sino de camiones verdes secuestrados. Cierto es que dejábamos a la ciudad sin "pulpo

camionero", pero en aquel contexto éramos los primeros convencidos de que no había otra forma de manifestar inconformidad, de llamar la atención de la sociedad y las autoridades para la solución de nuestros problemas. Hasta nos ganamos el mote de "estorbantes" por las pintas que hacíamos de madrugada en los mercados, en

las paredes de los baldíos, en los autobuses foráneos, las

que sin excepción ostentaban siempre una leyenda, un enunciado cuya estructura parecía de telegrama urgente: "Crena huelga. Apoya pueblo".

Dice nuestro buen amigo "El Indio":

"Los salones de clase se usaron como

dormitorios, algunos como oficinas del movimiento; todas las noches se pasaba lista de presentes y se

checaban las guardias. Pasaron los

días y no se tenían respuestas. Poco

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a poco nos fue provocando temor y

enfado esa situación. Se rumoraba

que la policía o el ejército entrarían

a la escuela y eso nos mantenía muy

alertas; durante el día se organizaban

eventos artísticos y deportivos para

levantar la moral, otros salíamos a

las comunidades y presentábamos

festivales a la vez que informábamos

de la situación .. . "

Continúa la huelga de normalistas Se negcron a aceptar el ofrecimiento de la S.E.P.

D Comit6 Na('k)nal de lA F~lmclón df Eltudl.ntes

~ ::!~.~ ~e~:,a~ d~:¿:u:d6: ~ind":!.l3:f: 'f».o"' otrmrn~nto ~f" lf"S h ir.o Ja Seocrtcarta de Educ.clón

sU:r~:Or'"d~"· tu1di~01S~~rt~~.UfJe ~zo~~~"t!. 1\t'ntl d& 1:-)\uranón Normnl

t;.,lí' Ur¡t11MISr'f'k• l''(J>IiMl M)t'r la t_""IC Uh1tl(\ que J?r.

;t1~~f:~:~~~~ t~~~~!!:~n l~~~~'"¡ V:: l,u':~ ek~ ~~11\eC:::,.~~ p::' p;:·~~~~~~~~ q~~e~rt!:~'!,~ e! tabln eun 1~ HIIOI corr'f"tJ"')ndlffltH. lllfld G pt.pelH •in

valo~~"~~~ Pn sut~ l'k-..•la.,t1one~ que pldl!n docurntn· +n bue qu .. ¡arantht-n 1 .... ,\l)lul'!oflol:i tnmedlatu.

P'lll ~~ que t nrte NMIJCO t>l pmc,..,._.r Lo:wya CleartoM .un n.,~

AhmJAron· '~~~ habrft un at'\wrd..l ron bait en nuu

tru ~ 0~ .~~~~ cl1K~~~~~;; ~r:~r:m~:, 1!:' J:_ ~:"~~ ~~~~~~~rlo~_,~!'t:n~! ~t¡~e~ ~~~~l~ • ~ y no ti que hAn toUcltado a las autoridades

-PuaalafA.PA&IA&-

"Aguascalientes a la vanguardia de la educación superior"

Nota periodística donde se informa acerca de la continuación de la huelga.

Cierta ocaston, que pasaría a ser célebre en

nuestros movimientos huelguísticos, a las 2 ó 3 de la

mañana, la quietud de la noche fue rota por la furia con

que las guardias tocaban los tambores.

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La causa era que unos compañeros, perseguidos

por la policía, llegaban azorados a refugiarse al CRENA.

Habían salido a bordo de uno de los camiones secuestrados

a realizar una incursión nocturna por la ciudad para hacer

pintas (una de las principales estrategias para difundir el

movimiento) y que, dicho sea de paso, a falta de pintura,

realizábamos con una mezcla de aceite quemado y

chapopote.

Estaban pintando algún muro del centro histórico

cuando fueron sorprendidos infraganti por un par de

policías que hacía su ronda en una desvencijada patrulla.

Al ver que éstos abrían la sirena y prendían la torreta,

nuestros compañeros abandonaron botes y brochas y se

subieron en tropel al autobús para emprender la huída.

El conductor, un chofer "víctima" del secuestro

voluntario, era acicateado por la turba fugitiva y volaba

en el silencio desmadrado de las calles. La patrulla, con

sirena abierta y todo, perseguía sin piedad a nuestros

alarmados compañeros. El chofer se daba gusto

acelerando, azuzado por los abuelos de los modernos

grafiteros, quienes más que alentados por el despapaye,

eran urgidos por el temor de sufrir alguna agresión de

los cuerpos represivos. Aquel miserable par de policías

prietos, lampiños, chaparros y regordetes, montados en

su no menos miserable patrulla, emparejaron al camión

y de puro cotorreo aventaron una bachicha encendida

hacia el interior del autobús. Esto provocó una psicosis

espantosa, aterró tanto a nuestros compañeros, que con

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el susto pensaron que se trataba quizá de una bomba,

de un proyectil sofisticado o de cualquier otro artefacto explosivo.

Apenas repuestos del sobresalto, enfilaron por todo el camino a Agostadero hasta llegar felizmente y envueltos en una nube de polvo, a la guarida en que teníamos convertido al CRENA. Al arribar, se bajaron en tropel, avivaron el fragor de los tambores, y al grito de "i la

policía nos lanzó una bachicha provocativa compañeros!

i Una bachicha provocativa compañeros!", levantaron a

todos los huelguistas, quienes, adormilados y en plena

madrugada, comenzaron a salir de sus cubiles, unos asustados, otros mentándoles la madre y otros más en medio de un inesperado desconcierto.

Esa noche yo dormía en el laboratorio, debajo de una mesa donde hacíamos los experimentos de Química

y al escuchar el escándalo de los tambores y lo gritos acerca de una dizque bachicha provocativa, pensé por

un instante que se anunciaba el juicio final y me levanté

de tal forma y tan repentinamente que casi me volví

a quedar dormido por el tremendo golpazo en plena

frente . Quienes pudieron salir cuentan que J. Rosario

Hernández, a quien apodábamos "El Chingonote", corría

en truzas huyendo hacia la milpa, al tiempo que iba

poniéndose sus botas; que "Chebo" salió a gatas del salón pensando en el estallido de alguna balacera; "La Visita" sólo pelaba sus ojos y parpadeaba aceleradamente

detrás de las ventilas; el "Cheples" ni siquiera despertó

pues segura~ente soñaba con Martha Elba ... en fin un

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caos ocasionado por dos inocentes policías que lanzaron

a nuestros no menos ingenuos compañeros, una triste bachicha provocativa.

Sin embargo, todo lo anterior no quiere decir que fuéramos estudiantes irracionalmente revoltosos o mozalbetes flojos que antepusieran el pretexto rojinegro para tirarse al desmadre, al vandalismo o a la molicie. Por el contrario, llegado el momento estudiábamos con fervor y empeño pues compartíamos una concepción

científica del mundo y de la vida: Marx en el solio y Dios

por supuesto desterrado. Visto ahora, a la distancia, éramos, de acuerdo

con el discurso orteguiano, individuos concretos respondiendo a su propia circunstancia.

Acerca de esto dice Fortino Valdivia:

"El CRENA fue por mucho tiempo un escaparate de acciones, desde la petición de remover a un profesor,

una huelga con el fin de lograr

mejores prestaciones, un camión para los famosos "viajes de estudio", una alberca o canchas para los eventos locales o nacionales, o por qué no, hasta correr al vendedor de tortas y jugos que se instalaba con

su carro afuera de nuestra escuela y estacionárselo frente al Palacio Municipal porque, según nosotros, el

Ayuntamiento tenía la culpa de que

nos vendiera todo muy caro ... "

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También " El Indio" nos da su testimonio:

"Quién no recuerda a Paul and

Tere, aquella pareja que nos vendía

refrescos y antojitos mexicanos fuera

de la escuela. Bueno pues de seguro

tú participase cuando les llevamos

empujando su automovilito coqueto

hasta la Plaza de Armas; qué buen

relajo, se lo merecían por darnos muy

caras las cosas ... "

Cierto día, ya casi para concluirse el movimiento,

hicimos un plantón en la Plaza de Armas: más de

quinientos estudiantes sentados en el pavimento

evitábamos el paso de los autos. En un momento, mientras voceábamos ei"Yo acuso" de Leopoldo Ayala y

lo gritábamos como consigna en las puertas de Palacio,

se escuchó el motor escandaloso de una camioneta cuyo

conductor, un militar que parecía ser de alto rango por

el uniforme azul y las insignias que portaba, al advertir

el tumulto se vio obligado a detenerse. Exigía que le

abriéramos el paso haciendo bramar el vehículo con

evidente prepotencia. Impaciente, quiso arrancar su

pick up con furia, pero más tardó él en querer hacerlo que decenas de nosotros en apiñarnos como hormigas y

apalancamos contra la defensa. En su afán por avanzar,

la camioneta sólo levantaba y levantaba la trompa como

un animal rugiendo enfurecido.

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Desistió por lo pronto de su intento, pero sin darse por vencido bajó del vehículo, negro el rostro por la ira, sacó una pistola escuadra, la enarboló con energía y dio voces de amenaza. Un compañero lo enfrentó : Urbano Cardona, cuyo nombre pareciera salido del santoral rulfiano, un muchacho de Cosía, alto, moreno, de labios gruesos y ojos grandes, quien hacía aspavientos con sus enormes manos y abría aún más la mirada cuando platicaba .

Lo llamábamos el "Che Cardona" por el fervor con que anunciaba la guerrilla. Se plantó temerariamente frente al militar y en medio de un pesado silencio se desabotonó con brusquedad la camisa y dándose palmadas en el pecho descubierto gritaba enajenado : "iTírele! iTírele aquí!¡ Perotírele!". El militar, pasmado por el arrojo de aquel adolescente sólo acertó a subirse rápidamente a su vehículo y lo hizo bramar de nuevo, pero ahora para marcharse de reversa e ir, quizá, a pedir a sus superiores nuevas instrucciones. La algarabía fue total y con el ánimo

crecido continuamos gritando las consignas . i Qué lástima que creyéramos entonces que

Dios estaba desterrado! Estoy seguro que gracias a Él es que hoy podemos platicar de todo esto.

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F.NTJ-::"'AI~Jo::-; d<' lóHn'·" a urnnu~ ck•l t'4'n1ro RrglonaJ de Eatudlantes Nonnalfstu de A.gU&scaJientes inva· d f'ron a},.r 1 r>rirn,· rn ra k .Ju.,¡~. \t ru ru Ch!ht7. para da.r a conocer et apoyo untnlme a la hl.ll!lga que ClOfto. t ronta 1t t n tk'manda tk• rnrjorts bl"C'M y or ras p~tadonet . Un arupo representativo cl\ul6 0011 el Gobt:mador

de l f)!tado doctor Flan<!~<» Guol .

Plantón frente a Palacio de Gobierno.

Por cierto fue esa ocasión en que una mano anónima le quemó las cobijas a Moisés Vaquera Hernández, ei"Coto".

Mientras hacíamos el mitin en la plaza, ardieron inexplicablemente sus pertenencias: colchoneta, ropa, tachones, libretas ... Quienes se quedaron de guardia nunca pudieron explicar el incendio. Algunos culparon a Urbano Cardona, otros al ejército, otros más a algún esquirol escondido, lo cierto es que nunca se supo quién fue.

Recuerdo también aquella noche en que nuestro amigo Vaquera estaba en lo más profundo de su sueño, cuando a alguien se le ocurrió acomodarle unos cerillos entre los dedos de los pies para posteriormente encenderlos. Los pies del "Coto" parecían un pastel de

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cumpleaños con las ocho flamas avanzando sin remedio

hacia las junturas de los dedos. Cuando sintió que como a Cuauhtémoc, los pies se le quemaban, despertó sacudiéndose desesperadamente y mentando madres a aquellos que desde luego ya habían desaparecido entre las sombras.

En una ocasión, cuando el movimiento estaba en su punto más álgido, decidimos detener a todos los

vehículos que pasaran por enfrente de nuestra escuela,

como forma de protesta por la nula atención de las

autoridades a nuestras peticiones. Nos apostamos varios en el camino de terracería

y como una cadena humana cerramos el paso. Algunos compañeros se hicieron de alambres de púas y los interpusieron como barrera. Sin embargo, el primer vehículo que pasó no respetó ni valla humana ni alambrada ... nos alcanzamos a quitar para evitar ser arrollados, pero el latigazo del alambre le provocó a "La

Pantera" una impresionante rasgadura en el cuello. No nos percatamos de inmediato debido al terregal que se

levantó al momento, pero cuando el polvo comenzó a disiparse, vimos al compañero agachado, con las manos y la playera ensangrentadas. Afortunadamente pudo recibir atención médica a tiempo y aquel percance sólo quedó en el gran susto derivado de la ocurrencia de unos huelguistas tan obstinados como imprudentes.

Y ya que hablamos de este compañero, me permitiré abrir un breve paréntesis.

En septiembre de 1977, cuando ingresaron los alumnos de la segunda generación de Primaria,

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quisimos reproducir lo que entonces se acostumbraba en las instituciones de educación superior: rapar a los estudiantes de nuevo ingreso. Así lo hicieron en el Tec. por muchos años.

El primer día de clase, durante el receso, salieron a relucir algunas tijeras y comenzamos a perseguir a los que veíamos más tímidos. Sí rapamos a algunos, pero nunca pudimos con Roberto Álvarez, un muchacho alto, delgado y hasta rostro, cuya agilidad lo salvó

durante varios minutos de caer en las garras de aquellos espontáneos podadores. Mientras íbamos tras él, los gdtos de nuestras compañeras que salían en su defensa,

nos acicateaban para atraparlo más pronto, pues nos indignaba que ellas, nuestras amigas, defendieran a un tipo a quien apenas conocían . Nunca pudimos sujetarlo, porque además de su agilidad lo salvó el llamado de un maestro advirtiéndonos que el director iba a expulsar a quienes se empecinaran en molestar a los estudiantes

de nuevo ingreso.

Al día siguiente, ya en la ceremonia de inicio de

ciclo, el Profr. Netzahualcóyotl públicamente nos exhortó

a dejar de lado nuestras intenciones; nos dijo que esas eran prácticas vejatorias con las que en otros tiempos, se pretendía humillar y señalar a los neófitos en las

escuelas medievales.

No teníamos mayores motivos para insistir en nuestra conducta; sencillamente acatamos su disposición

y sólo nos conformamos con imponerle a Roberto Álvarez

el sobrenombre de "La Pantera", seguramente por eso ...

porque se creía muy pantera.

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Pero en realidad llegó a ser un gran compañero,

incluso siempre se identificó mucho con nosotros.

Se cierra el paréntesis.

Cierta noche, ya cumplidos los treinta días de

huelga, como a las tres de la mañana nos despertaron

los tambores de las guardias. Muchos creímos que

éramos objeto de una acción represiva pero no, era que llegaba de la ciudad de México la comisión negociadora,

para anunciarnos que había triunfado el movimiento.

Celebramos hasta el amanecer con una gigantesca fogata

en la explanada y entre gritos de triunfo y lanzamiento de

consignas, el haber conseguido, además del aumento a

nuestra beca, la construcción de más aulas e instalaciones

deportivas. Desde luego, la solución no fue mágica, sino el

resultado de nuestro empecinamiento y la capacidad de

negociación de los cabecillas.

Juan Antonio Arroyo y Jaime Delgado estaban en la

ciudad de México, acompañados por otros representantes

de los CREN hermanos. Comían lo que podían y dormían

en el autobús de la normal de Iguala, mientras trataban

de negociar el pliego de peticiones.

Cuando el propio secretario de educación pública,

Víctor Bravo Ahuja les dijo que definitivamente sólo el

presidente de la República podía resolver sus demandas, se dirigieron al Palacio de Bellas Artes, donde Luis

Echeverría presidiría un acto.

Jaime nos ha contado que esperaron a que

saliera el mandatario para encontrar la oportunidad de

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entrevistarlo, pero que cuando ya salía, en el momento menos pensado, Arroyo brincó la valla temerariamente y pasando el cerco de guaruras del Estado Mayor, llegó hasta con el presidente mismo, lo tomó del brazo y le dijo con rapidez que sólo quería pedirle apoyos para las escuelas normales. Cuando ya los guardaespaldas sujetaban a nuestro compañero para llevárselo a las mazmorras de Palacio Nacional, el presidente les dijo que lo dejaran. Arroyo entonces, le pudo plantear con

más calma las necesidades de los que esperábamos en Aguascalientes. Luis Echeverría lo pensó un instante y dispuso, no sólo una cita en Los Pinos para el día siguiente, sino que dio instrucciones además para que nuestros compañeros comieran bien ese día y durmieran en un hotel confortable. Al otro día, bastaron dos horas de charla con el presidente para una generosa resolución del pliego petitorio.

Nota de "El Sol del Centro" donde se detalla la finalización del movimiento.

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Estos son algunos de los hechos, algunas de las acciones con las que bosquejamos, para bien o para mal y sin pretenderlo, una fase más de la historia del normalismo en el estado de Aguascalientes.

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Es necesario decir que la vida en el CRENA no llegó a ser una espiral de actitudes radicales. Mentiría si dijera que toda nuestra etapa normalista se circunscribió a impulsar una lucha social en ciernes. Aunque hicimos posteriormente otros movimientos de menor duración,

después de las efervescencias mencionadas continuamos el estudio empeñoso de las ciencias de la educación, la práctica entusiasta del deporte, el cultivo del teatro, la danza y la pintura, la toma de una conciencia cívica

verdaderamente perdurable ...

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Actividad durante una clase de "Ciencias de la Educación '; materia impartida por la maestra Paulita García.

Creo que esto lo podrían atestiguar nuestros maestros, grandes compañeros de tantas jornadas afanosas; amigos en aquellos enormes días luminosos y en algunos momentos tan aciagos ... la maestra Paulita García González, fundadora de nuestra amada escuela, la maestra Gloria Campos Reza quien nos enseñó a desentrañar la hermética simbología del álgebra y su aplicación en los cuadrantes cartesianos; la Profra. Claudia Elvira Figueroa, siempre preocupada porque leyéramos y porque supiéramos utilizar bien el idioma; el profesor Juan Manuel Luna Ruiz que nos ayudó a penetrar en las erizadas combinaciones de los elementos químicos; el profesor Alfonso Román González, vehemente defensor de la evolución de las especies y el origen animal del hombre; los profesores Eleuterio García Quiñones y Mario Gilberto Llamas, maestros de Didáctica; Bertha González Aguirre, quien nos ayudó a conocer algunos de

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los fenómenos psíquicos del ser humano, Fidel Quiroz, quien nos enseñó a cultivar rábanos, zanahorias y otras hortalizas; Francisco Javier Sánchez López, el maestro de Danza y de quien aprendimos los primeros trazos de la pintura al óleo; Rosalío Galván Chávez, a quien apodábamos "El migajas" porque siempre andaba con la cantaleta de que él "sólo sabía migajas de Biología", el profesor Netzahualcóyotl Álvarez Zamora, director sensible pero firme, siempre afable y tenaz en sus propósitos.

Pedro Felipe Sosa Muñoz, el eterno maestro de Educación Física, quien exigía uniforme deportivo y participación de calidad en las tablas gimnásticas de los desfiles, so pena de sorprendernos con un "deficiente". La maestra de música, Angélica Robles Guel, quien nos enseñaba cantos infantiles mientras con cara de sufrimiento y aflicción, decía en clase con voz suave y muy paciente "¿Pero, por qué hablan los muchachos? ... "

Personal docente: Maestros fundadores

del CRENA 1972

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Famosos también los tres maestros de Tecnologías: Ramiro Esquive! (barriga prominente y lentes negros), Noé Solís, (semblante pál ido y también lentes negros) y Alfredo Ávila (rostro colorado que le motivó el mote de "El Camarón") ... A los tres, más que llamarlos por su nombre, les decíamos "Los Intocables", porque siempre andaban juntos, cuidándose uno al otro, lo que los hacía ver como integrantes de una banda de narcos por su aspecto de malditos.

Y ya que estamos en los sobrenombres de los

maestros, con todo respeto mencionaré algunos que consigna "El Indio" en su anecdotario:

"A nuestro director lo apodaban 'El

Coyote ', a Preciado le decíamos ' La

avioneta ' . La Profra. Paulita García era

' La Taconitos ' porque siempre usaba

zapatos de tacón muy bonito. Alfonso

Román era 'Poncho Dalessio ', el Profr.

Eleuterio era 'Ratich' o 'Eieu ', el

maestro Demetrio era ' El Pájaro Loco',

y 'El rabanito' era Fidel Quiroz ... "

Dignos de mención son también los trabajadores

administrativos y de intendencia que llegaron a ser nuestros amigos en aquellos años: Laura, Gonzalo, Julio,

Doña Chuy, la señora Tarcila, el señor Gallo, Octavio,

"El Cerillo" y algunos otros que desgraciadamente la

memoria ya no registra.

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Recuerdo con especial afecto a tres de mis maestros, a aquéllos que signaron desde entonces y para siempre mi formación humanística : el profesor Rafael Preciado López, quien me ayudó a descubrir mi efusividad por los escenarios y por el que practiqué el teatro ruso y la pantomima de avanzada; el profesor Luis Regalado Zambrano, quien me hizo conocer mi pasión por la filosofía cuando analizaba junto con nosotros el pensamiento presocrático o las tesis hegelianas sobre el absoluto; el profesor Jesús González Rivas, hombre virtuoso, poseedor de una sabiduría profunda y de una admirable modestia; educador auténtico de quien he seguido recibiendo enseñanzas permanentemente y del que aprendí no sólo un estilo de trabajo frente al grupo, sino también una actitud ante la vida. Tolerante, aunque no cómplice de nuestra prisa por fumar, del pelo largo que ufanos e inmaduros ostentábamos y del incipiente caló que practicábamos con presunción.

Convivio de despedido del Pro fr. Jesús González Rivos con motivo de su jubilación

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A todos ellos agradecemos el encauzamiento de aquel nerviosismo inevitable, de aquel temblor interior y del insomnio previo a nuestra primera práctica docente en alguna escuela, ese bautizo de fuego con plan de clase y material didáctico en la mano ...

Me acuerdo de nuestros maestros en pleno, compartiendo un presidium de lujo en la explanada cuando, faltando unos meses para que egresáramos, vino al CRENA el entonces candidato a la presidencia de

la república José López Portillo. Pero no nos visitó por decisión espontánea, sino que una comisión integrada por Valadez, Jaime Delgado y Armando Muñoz, fue hasta el cine "Plaza", donde el candidato encabezaba un mitin de campaña, a hacerle personalmente la invitación. El Profr. Netzahualcóyotl facilitó su automóvil y Octavio, muy diligente los trasladó. Llegado el momento, cuando el candidato salía del edificio, Valadez burló el cerco de guaruras y acompañantes, llegó donde él y sin más, le

saludó de mano. No se la soltó hasta que el que sería presidente de México le prometió que estaría en nuestra escuela a las 8 de la mañana del siguiente día.

Correspondió a Jaime Delgado, pronunciar el discurso de bienvenida, una alocución que seguramente hizo sonrojar a más de alguno de nuestros maestros por la postura radical y al mismo tiempo cándida de aquellos muchachos testarudos. Cabe destacar que como precaución, un guardia presidencial le pidió al compañero que le mostrara el discurso, pero éste

no aceptó, bajo el riesgo de que no lo dejaran hablar en un acto tan importante. Sin embargo, pudo decir

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su mensaje y el mismo guardia le comentó después que ya lo sospechaba porque había sido un discurso verdaderamente incendiario.

Recuerdo a Jaime con su blanquísima camisa de manga corta sobre la que caía débilmente la impecable corbata azul celeste del uniforme, su pálida delgadez tras el pedestal del micrófono y su voz vigorosa y resuelta, cuando en el punto más álgido de su discurso solicitó al candidato ejercer su más decidido empeño por encauzar nuestra patria al socialismo. La petición fue avalada por una escandalosa ovación del alumnado.

Ingenuidad y atrevimiento mayor no se vio jamás en nuestra escuela. La comedia nacional no se hizo esperar. El visitante tomó la palabra y en el vértice exacto de la demagogia nos contestó que sí. .. dejaba en nosotros la promesa de que su gobierno tendría necesariamente un rumbo hacia la vida socialista.

No hace falta decir qué destino final tuvo nuestra petición.

Visita de Jasé López Portilla al CRENA

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Natalio Cruz Medel fue quizá el compañero más

excepcional de toda la primera generación. Su origen

puramente indígena se reflejaba en su rostro de bronce,

pómulos salientes, ojos rasgados y grandes dientes

blancos.

Jamás lo volví a ver, sin embargo, conservo fresca

su imagen. Quizá actualmente trabaje en su natal Oaxaca

en alguna comunidad mixe.

En la normal nos asombraba su capacidad para

tocar en el violín algunos sones del sureste. Llegó a

acompañar al grupo de danza de la escuela con música

en vivo. Tenía 18 años y ya tocaba el violín como un

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maestro. Era típica su postura al tocar este instrumento:

los pies juntos, el cuerpo erguido, la cabeza ladeada y el rostro inexpresivo, grave, serio, casi pétreo, como si rememorara en secreto las tradiciones ancestrales de su tierra.

Lo recuerdo también en la clase de Educación Física jugando basquetbol. Era característico su paseo con el balón yendo de una banda hacia la otra. Su jugada preferida era la de lanzar el balón con el brazo

en forma de gancho, por encima de su cabeza y encestar

infaliblemente. Cuando así lo hacía, volteaba con sus adversarios sonriendo con agrado y casi pidiendo disculpas por la habilidad demostrada.

Sólo una vez lo oí hablar en mixe. Siempre tuve curiosidad por saber cómo hablaban los indígenas y un día, platicando, le pedí que pronunciara algunas palabras en su lengua materna. Me complació luego de pensarlo un poco. Al hablar, sus labios se movían de manera extraña, y aunque, desde luego, yo no entendía nada de lo que estaba diciendo, intuía una articulación precisa, un ritmo evidente en las palabras pronunciadas. Al finalizar

su monólogo me explicaría que había narrado una breve · historia, típica como tradición oral en su comunidad.

*

Juan Antonio Arroyo Rodríguez, ongmario de San Pedro Piedragorda, llegó un poco después de que habíamos iniciado las clases en aquel edificio prestado de la Ese. Prim. "Jardines de Aguascalientes". Por casualidad

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le tocó sentarse junto a mí en el grupo "B". Él y yo tuvimos

algunas afinidades espontáneas. Ambos conocíamos los aspectos elementales de la taquigrafía y podíamos leer y escribir algunas notas garabateadas en ese sistema. También teníamos la facilidad de escribir en máquina y al tacto, habilidades que nos sirvieron mucho a lo largo de nuestros estudios.

Sus ojos un poco borrados, semiverdes,

proyectaban una inteligencia notable y un pragmatismo

a toda prueba, características que le daban una

capacidad sobresaliente para argumentar sus puntos de vista y tomar decisiones. Siempre le gustó la política y fue dirigente estudiantil en distintos espacios y ocasiones, y junto con Francisco Javier Rodríguez Medina, "Panchito", fue artífice de los movimientos huelguísticos que como estudiantes perpetramos entre 1973 y 1976.

*

Carmen Ramos Esparza también fue gran

compañera. Juntos estuvimos en el Club de Teatro. Allí hicimos la dramatización de una farsa chejoviana llamada "Petición de mano". Ella personificaba a Natalia Stepanovna, Roberto Arévalo Paz a su padre Stepan Stepanovich y yo al pretendiente lván Vasilievich. Ese fue nuestro punto de convergencia. Carmen era una excelente actriz y mejor amiga. Se desenvolvía con naturalidad en el escenario, sin afectación y con una gran soltura.

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Representación de la obra teatral "Petición de mano" en la explanada del CRENA

Los ensayos, a veces exhaustivos y novedosos, fueron nuestras primeras incursiones en el arte teatral. El grupo era dirigido por el Profr. Rafael Preciado López.

Con él cultivamos ese gusto por la actuación que todavía a

veces nos ocupa. Aún ahora, al sentir el olor característico

de los telones en un teatro, de la sala de butacas, del

entarimado del escenario, recuerdo su fervor por la

actuación y su consejo siempre acertado y oportuno. Viene a mi memoria una ocasión en que estábamos

citados a las 4:00 de la tarde para ensayar. Todos llegamos

puntuales, el profesor Rafael, Roberto Arévalo y yo,

excepto Carmela, perdón, Carmen (nunca soportó que le dijéramos Carmela). No podíamos comenzar sin ella,

pues su papel era de primordial importancia.

Estábamos en el salón esperando a que llegara,

cuando el Profr. Rafael vio que ya cruzaba el vestíbulo

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del edificio. Luego de una ocurrencia espontánea, el maestro saltó de su asiento, se ocultó tras la puerta y nos dijo "Díganle que no he llegado".

Así lo hicimos y la primera reacción de Carmen fue decir, al tiempo que se hacía aire con el libreto: "¿Así que no ha llegado el insoportable? Méndigo viejo, nos hace venir temprano y él se queda acostadote en su casa".

Y cuando iba a comenzar a decir algunas palabras impublicables, el Profr. Preciado salió de su escondite y con ojos de fiesta y sonrisa de oreja a oreja {y vaya que

tenía) le dijo: "iYa te caché!". Nuestra compañera sólo acertó a lanzar un grito de sorpresa, de desconcierto y

de vergüenza. Todos gozamos un buen rato la pesada broma, aun Carmen y el Profr. Rafael, quienes fueron los principales afectados.

Días felices aquellos, días que no habrán de volver aun cuando el tiempo nos durara varios siglos.

En el club de Teatro llegaron a participar varios

compañeros: Blanca Lilia Reyes Ugarte y su hermana

Ludivina, José Márquez González, Sergio de Velasco,

Leopoldo Campos Rodríguez y Griselda Reyes Soto, con quienes montamos algunas obras como "El fin del mundo" y "Los clavos de plata"; esta última llegamos a presentarla en una ocasión y con gran éxito en el auditorio de la normal de Ciudad Guzmán, Jal., en un encuentro

que tuvimos con aquella escuela hermana.

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El club de Teatro en pleno, durante la visito a la Escuela Normal de Cd. Guzmán, Jo/.

También pertenecieron al club, Lourdes Rivera Cornejo, a quien todos conocíamos como "Pepita", Pedro

Fuentes, aquel muchacho moreno, oriundo del estado de Guerrero, a quien le causaba admiración que aquí en

Aguascalientes hasta los nopales nos comiéramos.

Otros del club fueron "Aivarito" y el "Pony'', con

quienes preparamos uno de los pasos de Lope de Rueda,

titulado "La tierra de Jauja".

¿y quiénes eran "Aivarito" y ei"Pony"?

Alvaro Hernández Soriano uno y Miguel Ángel

Santana Valdez el otro. "Aivarito" venía de San Pancho y

fue uno de los que más inocentes llegaron al CRENA. Al

principio no se animaba a decir malas palabras. Cuando

renegaba por el exceso de tareas, para decir "ya ni tiznan"

(refiriéndose a los maestros) decía "ya ni muelen". Pero

al año de haberse juntado con José Manuel Trujillo,

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Jorge Luis Mejía Crespo y Pedro Castro, decía ya muy a las claras "ya ni chingan" con un lenguaje totalmente altavisteño.

Cuentan que a "Aivarito", por ser uno de los más chicos de la generación, le cargaban la mano algunos compañeros. Pero en cierta ocasión llegó uno de sus desquites. Sucede que el "Sol" y Juan Manuel Méndez constantemente le quitaban su torta y como consumados gandallas, se la comían delante de él con el mayor descaro. "Aivarito" aguantó algunos días mientras fraguaba su venganza. Como pudo, consiguió una purga para caballo y la esparció generosamente entre el aguacate y el queso de puerco. Ya en el receso, los dos mozalbetes hicieron lo de rutina. Llegaron con "Aivarito", quien ese día se estrenó con su mejor cara de inocencia, le quitaron la torta y se la comieron como siempre. No aguantaron más de dos clases. La purga les ocasionó tal caos en el intestino que tuvieron que abandonar apresuradamente el salón. La maestra Paulita al verlos salir con aquella urgencia preguntó a la clase: "¿Pues qué les pasó a estos niños?". Todos nos encogimos de hombros y sólo notamos que Alvarito seguía poniendo cara de inocencia.

El "Pony" era uno de los compañeros de menor estatura y seguramente por eso le decían así. Era de Pabellón y le gustaba el desgarriate; siempre fue muy inquieto y nunca lo negó.

*

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Francisco Javier Rodríguez Medina {"Panchito")

vivía junto al panteón. De toda la primera generación era quizá el más chaparrito (ni siquiera ei"Pony" era tan bajito). Desde el principio se mostró como un alumno

extrovertido. Aunque académicamente no era de los mejores, cuestionaba a los maestros sobre todo en asuntos de política. Llegó a ser dirigente estudiantil a pesar de su discurso bisbiseante. Su dicción estaba lejos de ser buena y su elocuencia no era del todo satisfactoria, sin embargo, suplía esas carencias con la argumentación

inteligente y la tenacidad de sus propuestas. Cuando se dirigía a la asamblea general, a "la base" en el argot de

la política estudiantil, muy pocos entendían sus palabras

pero a todos convencía, porque eso sí, aunque no se le entendía nada, lo decía con mucho sentimiento.

Protagonizó, junto con Arroyo, los momentos más

difíciles de la efervescencia política del CRENA. Aquellos de los secuestros de camiones, paros escalonados en

consonancia con los compañeros del Tec. o con el apoyo

solidario de los normalistas hermanos de Arteaga o

Baca lar.

Lo recuerdo hablando de Genaro Vázquez Rojas, de Lucio Cabañas y de la Gran Marcha que emprendió Mao­

Tsé-Tung al frente del pueblo chino. Hablaba también sobre la Sierra Maestra dei"Che" y de Fidel.

*

Armando Muñoz González, conocido en el bajo

mundo como "El Ratón" (no sé por qué le pusieron ese

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apodo, pero así le decían Arévalo y Perales}, fue un gran compañero y lo sigue siendo. Es el mejor narrador de chistes que he conocido. A decir verdad y sin exagerar, supera a los sangrones de Polo Polo y Jo Jo Jorge Falcón. Muchos de nosotros varias veces tuvimos que soltar el llanto de tanta risa que nos provocaba con sus agudezas ... y soltábamos el llanto por arriba ... y por abajo.

Quién puede olvidar los chistes de pericos, de monjitas, de borrachitos, o las crueles adaptaciones en las que nosotros mismos y hasta los maestros éramos

los personajes. Melesio, Hoopo, Nájera, Natalio, Librado, el "Gallinazo", Rafael Preciado, etc. eran buen material humano para ilustrar sus ocurrencias. Todavía

recordamos aquél en el que preguntaba que cuál era el colmo de Doña Chuy (mamá de Rafael Preciado y distribuidora de la siempre ansiada beca). Y contestaba serio y conteniendo la risa: "El colmo de Doña Chuy es

tener avioneta y andar en el camión". A Ricardo Jaime le cantaba una malagueña a

propósito de sus cejas generosamente pobladas: "Qué

bonitas cejas tienes arriba de esos dos ojos ... " En otro chiste contaba que nuestro siempre bien

recordado amigo Vaquera, llegó al consultorio del doctor José Su López, presa de un agudo dolor en el estómago. Con sus dos manos en el vientre y desfigurado por el

intenso malestar, le preguntó casi suplicante al galeno "¡Doctor! i Doctor! i Dígame qué padezco!" Y el médico, entrecerrando sus ojillos y sin inmutarse le respondió:

"¿Quieres saber qué padeces? i Pues padeces puedco !"

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*

Antonio Mendoza Ventura (11 EI Tles"} fue un compañero siempre signado por el número tres. Llevaba ese guarismo a cuestas casi como una maldición. Cuando en la lista no era el treinta, era el treinta y tres. Arrastraba además una dificultad evidente para pronunciar la 11r". Por más esfuerzos que hacía sólo le salía el sonido 11 1" como a los chinitos. Por eso, siempre se negó a contar a

la de tres para lanzar una porra porque hubiera tenido

que decir: 11Vamos a echal una pola; a la una, a las dos y a las tles".

Muy conocida la anécdota aquella cuando le habló por teléfono a Armando Muñoz. Antonio Mendoza le decía: 11Háblame lecio. Háblame lecio". Armando le contestó: 11No, yo a Melesio ni lo conozco", y 11 EI Tles" le respondió: 11NO, que me hables lecio polque casi no te oigo".

*

J. Refugio Escobedo Prieto (11 EI loco"} fue siempre inquieto, insatisfecho, rebelde, de barba cerrada y pelo largo. Era el que usaba los pantalones más acampanados en toda la escuela. Junto con Juan Manuel Méndez Noriega (11 EI Caperuza"}, Rafael Negrete r'EI Sol"} y Sergio, ("El Güero Serna"}, fue de los que probaron las delicias del vino mucho antes que la mayoría de nosotros.

Era fama que en la calle Arce número 109, donde

vivía 11 EIT1es", se juntaban algunos de los más desmadrosos

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a rendirle honores al dios Baco. Entre otros, Méndez, Arroyo, Cuco Escobedo, Jorge Saucedo, el propio Antonio Mendoza y los hermanos Héctor Rafael y Jorge Luis Quiroz Ovalle, {el "Yei" y el "Prieto" respectivamente). Hasta David Ovalle {"El Chirino") y Rubén Marín, con todo y que estos últimos eran dechados de seriedad.

En ocasiones "El Tles" les decía casi en clave que "la cita pala chupa! es en Alce 109".

Todos ellos platicaban que para subir las cervezas

al segundo piso utilizaban, desde la calle, una cubeta con un mecate, como los albañiles, para que la señora no los descubriera ... desde luego, cuando ya no dio resultado meterlas por la puerta principal, valiéndose de la mochila o de una camisa muy holgada ...

*

Jorge Sauceda Gaytán {"La Morra") se juntaba con todos ellos y también tenía lo suyo. De él platicaban una anécdota. En el primer año de vida de nuestra escuela, el uniforme que portábamos los hombres era un pantalón azul marino de terlenka, corbata de la misma tela y color y por supuesto, camisa blanca. Debíamos llevarlo a diario, pues de no hacerlo, simplemente no podíamos entrar a clases, aun si nos faltaba sólo la corbata. En cierta ocasión, Jorge Sauceda, olvidó la corbata y quiso entrar de contrabando a la clase de Didáctica que impartía el Profr. Eleuterio García Quiñones. Éste por supuesto no lo dejó entrar, pero nuestro compañero no se dio por vencido. Se retiró y más al rato regresó ya con una corbata

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puesta, por lo que el maestro no tuvo inconveniente en permitirle la entrada.

Al final de la sesión y por su risa maliciosa, los compañeros se percataron de que su aparente corbata eran sus calcetines azul marino anudados cuidadosamente al cuello. Todos se rieron cuando "La Morra", alzándose el pantalón, enseñaba sus tobillos desnudos. Verdadero ingenio con el que nuestro compañero pudo esquivar la negativa del Profr. Eleuterio.

*

La maestra Angélica Robles Guel, siempre se preocupó porque adquiriéramos una buena formación musical. Nos insistía en que la necesitaríamos cuando entráramos al servicio y vaya que tenía razón. Nosotros hacíamos nuestro mejor esfuerzo para prepararnos

también en ese ámbito y hasta adquirimos por sugerencia

de ella y en abonos, una melódica en la Casa de Música "Polo"; era un pequeño teclado con marco color tinto y

una manguera negra que iba hasta la boca. Así, colocado

sobre el pupitre o sobre las piernas, podíamos tocar algunas melodías mientras soplábamos y pulsábamos las

teclas al mismo tiempo.

so

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SECR.E:r.~L. DE EDUC:.C I ON PUBLI CA DIRECCIO!l G:ZNZR..L iJE EDoC •. CICll NORt!l,L

CZJ:TRC RE~IO!l • .:. DZ EiJUC.".CION NOR!f!l.L :.GU.".SCI.LIE!lTES , I.GS .

V :. L E o. la :~dmuiiBtT'!=!Ción del Centro Regional de Educa­

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Mc.s te: Di c i embre como Primer e.bono del totnl de tmr. -

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.'.gi.laOC'). i .... r..tVD , .~gs . , a .l1._ ~e :\ovi embre dl: 197.J.:

2o . J..ño Grupo "_ B_ "

Compromiso de pago por la melódica.

En clase tocábamos "El tema de Lara" y

acompañábamos canciones que iban desde "Amada amante" hasta aquel cantito de "Como un loto

desmayado/ era pálida Musmé/ era su semblante pálido/

como un lirio reflejado/ en una taza de té."

En una ocasión, cuando teníamos como tarea y

como reto aprender a dirigir el himno nacional, fuimos

pasando al frente uno a uno, para demostrar que ya teníamos el dominio de esa habilidad y lo hacíamos

a cape/la, sin melódica, con el brazo levantado,

reproduciendo el compás de cuatro cuartos y cantando con nuestra mejor tonada el estribillo de "Mexicanos, al grito de guerra ... "

Sucedió entonces que cuando le tocó pasar a

nuestro compañero Jesús Serrano Herrera, fue tal su

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nerviosismo o su lapsus olvidus, que sólo atinó a levantar el brazo con el índice hacia el frente. Paralizado por el pánico escénico, con la boca totalmente clausurada pero los ojos muy abiertos, sólo podía mover las cejas hacia arriba y hacia abajo en un movimiento continuo y casi rítmico.

Quienes lo veíamos nos quedamos asombrados pues por un momento creímos que había desarrollado la extraña habilidad de dirigir el himno hasta con las cejas.

*

El "Yei" y el "Prieto" fueron los primeros en llevar al CRENA una grabadora de cassete, artefacto que era entonces una de las grandes novedades de la tecnología .

La mostraban con orgullo a los que nos juntamos en el centro de la explanada para ver aquella novedad de maravilla. Era un aparato manual, de pilas, alargado, con teclas pequeñas como de piano y la cinta podía verse en movimiento mientras grababa, reproducía o regresaba ... Ellos permitieron que algunos grabáramos nuestra voz y era motivo de asombro escucharnos. Yo recuerdo que grabé un fragmento de narración de una acción basquetbolera, pues entonces estaba de moda el equipo de basquetbol profesional de las Panteras de Aguascalientes, el cual jugaba su torneo en la Cancha del Estado, ahora desaparecida.

Valadez había llevado ya, meses atrás otra grabadora más rudimentaria. Era de las de carrete. Un aparato pequeño, de color verde seco en donde

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escuchábamos atentos y por primera vez las canciones de José de Molina, referentes a la matanza del 68. Muchos años después, sabría yo que en ese disco, "Cánticos y testimonios", el artista sonorense era acompañado por Amparo Ochoa y que algunos poemas eran de Leopoldo Aya la.

*

Y Rubén Nieves Alonso ("Nieves"), también de pelo largo, alto, delgado y de ojos permanentemente irritados por las desveladas, unas de estudio y otras de parranda; eso le daba un aspecto semidiabólico y casi fiero. Además era rockero y vivía en la colonia de "Las flores". Amigo inseparable de Ricardo Jaime Hernández, a quien nunca supe por qué le decían "El chorrotes", sin embargo me han llegado versiones extraoficiales de fuentes muy confiables, de que así le decían porque cuando hacía "del uno" era quien más lejos las llegaba.

Ricardo Jaime, Rubén Nieves y yo hicimos ronda en aquel viaje inolvidable al D. F. y Acapulco, encabezados por el siempre querido Profesor Jesús González Rivas. En esa travesía vi por primera vez y con la boca abierta los grandes edificios de la capital, la Latino, Bellas Artes, Palacio Nacional e incluso el Estadio Azteca, en un partido entre el América y el Atlante que quedó empatado a un gol.

Cómo olvidar al grupo de estudiantes apretujados en el metro, algunos de ellos casi disfrazados con pantalones de pechera, paliacates y gorra ferrocarrilera, aguascalentenses de origen o simplemente por adopción.

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Héctor Vega Arellano, mejor conocido como "El

Galán", José Luis Ruvalcaba Soto, apodado "El Cheples", Fortino Valdivia, Nieves, el "Javis", el "Loco", el "Chorrotes" y yo bajándonos del metro para ir a Televicentro a ver en vivo el programa de aquel conductor pestañudo en el que el público coreaba "iSube Pelayo sube! iSube Pelayo sube!".

Y luego en Acapulco, el encuentro por primera vez con la inmensidad llamada mar, su majestuosa grandeza, el sempiterno ir y venir de la frescura de las olas, donde,

parado en la playa, descalzo, el agua cavaba poco a poco bajo mis pies hasta hacerme perder el equilibrio.

La gran mayoría de nosotros había ido a lo sumo al balneario "La Cantera" o a "Kalhúa"; por ello, conocer el mar, constituyó un acontecimiento fuera de serie.

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Con el Profr. Rafael Preciado en el paseo a "La Cantera '~

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No sólo nuestro grupo fue a la playa; otros más

viajaron a Puerto Vallarta, Mazatlán, La Paz o Manzanillo,

siempre comandados por dos auténticas ratas del asfalto:

Octavio y "El Cerillo".

Con el Profr. Jesús González Rivas en una playa de Acapulco.

A propósito de ello, Oiga Alicia Sauceda nos

comparte la siguiente experiencia:

"Al igual que muchos de nosotros,

descubrí al imponente mar cuando

estuve en el CRENA; lo conocí en

Vallarta . Recuerdo que organicé una

rifa con el propósito de tener dinero

para la gasolina. Fueron con nosotros

la Maestra Claudia y creo que el Profr.

Alfonso, de él no estoy segura ...

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"Una de esas noches en el hotel

'Camarena ', rendida por todo lo

vivido, no tuve más remedio que

quedarme dormida sobre las maderas

de una lancha abandonada ... parecía

una tarima; tal vez la relacioné con

una cama y eso me dio seguridad, me

sentí protegida ... creo.

"La noche era de luna nueva y la

obscuridad no permitía ver mucho;

pero por la mañana.. . que voy

viendo ... Un tipo dormido no muy lejos

de mí, y no sólo eso, a mi alrededor

varias botellas de vino y cerveza .. .

todos comenzamos a despertar y ya

se imaginarán lo que me decían ... el

hombre estaba muy borracho, nada lo

despertó ... iah! pero quienes vieron

la escena no dejaban de reír y decirme

cosas .. . ahora yo también me río y le

doy gracias a Dios porque me cuidó

deveras ... "

Es necesario consignar un hecho memorable

en el que, ya de regreso de Acapulco y casi para llegar

a Salamanca, Gto., en una parada técnica que hizo el

camión, el uchorrotes" se internó en unas mezquiteras

para satisfacer alguna de sus múltiples necesidades

fisiológicas. Según nos contó después él mismo, apenas se

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estaba inspirando, sentado en cuclillas, cuando escuchó que el autobús arrancó; brincando arbustos salió de su escondite y corrió tras él chiflando, subiéndose los pantalones de pechera con una mano y haciendo señas con la otra para que Octavio se detuviera. Pero el rugido del motor continuó hasta perderse en el final de la cinta asfáltica ... Ahí se quedó ei"Chorrotes", Ricardo Jaime, en sandalias, sin playera, sin dinero, pero eso sí, el pantalón de pechera bien agarrado con el puño izquierdo.

Algunos me cuelgan el santito y dicen que yo sí me di cuenta y no le quise avisar a Octavio que faltaba el uchorrotes", pero eso no es cierto; yo iba dormido y ni siquiera supe lo sucedido. Dicen que lo hice como desquite porque cuando iba yo dormitando en el camastro del chofer, él me tocó salva sea la parte y yo indignado lo amenacé con el cuchillito que usábamos para rebanar el jitomate de los sandwiches ... y además que le grité como niño enfurecido, levantando la navajita: uiTe voy a matar!", a lo cual siguió la risa burlona del uchorrotes" y su expresión incisiva: /(¿Me vas a matar

con esa chingaderilla?"

*

Quiero nombrar también a José de Jesús Gutiérrez Romo (uPiolín"), un compañero inquieto y jovial, quien sufrió un desdichado accidente que lo sentó para siempre en una silla de ruedas. Era muy. versátil; cantaba, declamaba, bailaba, hacía oratoria, jugaba básquetbol, siempre con una banda en la cabeza ... o con su guitarra,

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entonaba junto con David Rodríguez Zamora aquella canción que decía: ({Ella se fue por el mundo/ buscando felicidad/ ya no volverá conmigo/ por mi pobreza fatal./ Cuídala mucho Dios mío;/ si no ha de ser para míJ ya no se la des a nadiejmejor que sea para ti ... "

Aquel accidente que por mucho tiempo lamentamos, lo imposibilitó a principios del año escolar en que nos graduaríamos. Eso acentuó la tristeza que sentimos. Actualmente, en medio de su penosa y muy lenta recuperación, no piensa en otra cosa que en esta

primerísima generación del CRENA y todos los recuerdos que le trae.

*

Jaime Delgado Sosa (f{Jimmy") es otro de los

compañeros infaltables en este breve anecdotario. Perpetuamente enamorado de Pilar (f{Pily"), algúnas

veces lo vimos desvanecerse en el salón de clases y nunca

supimos si era por amor o de plano por desnutrición.

Era frecuente que, cuando íbamos en el camión de la ruta Apostolado, ya de regreso a casa, Jaime cantara a buen volumen y con excelente entonación algunas canciones de Leo Dan ... con la vista lejana y melancólica por la ventanilla: ({Toquen mariachis, cantenJ alegren mi

, 11

corazon .. . Cierta ocasión, en nuestros primeros meses en

el CRENA y cuando todavía estábamos en el edificio de

la escuela ({Jardines de Aguascalientes", alguien llevó

unos guantes de box. En un receso, atrás del módulo

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que ocupábamos comenzaron por parejas a ponerse los guantes. Luego de algunas escaramuzas, se los pusieron Jaime y Valadez. El primero boxeaba con estilo y hasta con cierta técnica y el segundo más con coraje y arrojo que con inteligencia.

Comenzaron a tirarse más duro de lo que se había pactado y así llegaron al enojo, azuzados por el rondín de muchachos que hacíamos un círculo en torno de ellos gritando y celebrando cada uno de los golpes.

Estaban en lo más reñido de la contienda cuando

el polvo levantado y nuestra entusiasta gritería atrajeron la atención de la subdirectora, la maestra Paulita, de

feliz memoria. Llegó hasta el centro del terregal y casi gritando exigió que terminara el pleito. Todos callamos al verla . Los improvisados boxeadores, sudorosos y con los guantes anudados trataban de disculparse respirando agitadamente. La maestra Paulita, con la yema del dedo

índice sobre sus labios cerrados, no decía nada, sólo

meneaba la cabeza y los veía con ojos de aleccionador

enojo tras sus lentes de vidrio bifocal. Los llevó del brazo a un salón y como a dos niños

regañados, a uno lo sentó en la esquina de un aula y a otro lo llevó a la dirección. Nosotros, por nuestra parte, lamentamos que nuestra diversión de ese día hubiera

llegado así a su fin.

*

Thelma Alonso Márquez era una compañera

callada y de permanente ahínco en el estudio, bailaba con

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mucha gracia y soltura en el club de danza. Era también buena deportista, Thelma ... paisana, amiga de mi lejana infancia en el Pabellón de Arteaga siempre recordado.

De igual forma Angélica Flores Montoya y M a. Elena Méndez Noriega ("La More"), excelentes compañeras y deportistas completas, cartas fuertes en las jornadas deportivas y culturales que anualmente se organizaban en algún Centro Regional hermano.

Y ya que hablamos de jornadas, durante nuestra

estancia en el CRENA se realizaron tres: Bacalar, Q. Roo (1974), Aguascalientes (1975) y Tuxtepec, Oax. (1976) . Cuando fuimos anfitriones, las actividades se realizaron durante S días en diferentes escenarios de la ciudad . Los compañeros se llevaron triunfos en fútbol, atletismo, básquetbol, volibol, danza, declamación y oratoria .

Pedro Castro enciende el fuego inaugural.

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Los compañeros participantes en las Jornadas, muestran sus trofeos.

También Eusebio Orenday Esquive!, uno de los compañeros más tranquilos de la generación, era buen amigo; creo que nunca lo vi enojado, ni siquiera cuando Urbano Cardona le decía: "Andas elétrico Chebo", o cuando "El Tles", haciendo gala de su dominio de las etimologías decía que Eusebio era una palabra que venía del gliego: "Eu=bien y Sebio=feo".

Otro era Eleazar Durón Mercado a quien llamábamos "Chelelo"... muy bueno para el dibujo y la pintura. Él es el autor del e.scudo oficial del CRENA y

de su lema exacto: "Estudia hoy para enseñar mañana". Siempre fue muy talentoso para el canto y la guitarra.

Romualdo López García era mejor conocido como "Riomas", el de la Presa. Jesús Elorza Castrejón, "El Chino", quien siempre se quejaba de su eterna disyuntiva

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de no saber si entrar a "Aquí me quedo" o a "Aguantas la

otra", cantinas que quedaban en el camino a la casa que

frecuentaba.

Onésimo Hoopo Rodríguez era también un

compañero muy especial; en primer lugar por su

apariencia japonesa y en segundo por su evidente

desenfado. Le gustaba cantar aquellas canciones de

Josué, tituladas "Mi linda esposa" y "Piensa morena".

Sabía versificar bien y jugar al fútbol.

Venía de San Luis Potosí al igual que otros

compañeros como Melesio LópezSánchez, un compañero

callado, inteligente y de grandes anteojos, el mismo

de aquella anécdota de "Háblame lecio", que "El Tles"

plotagonizó, perdón, que el "Ties" protagonizó; o como

Teodora Orta Flores ("Teodorita"}, muy fina persona, de

apariencia delicada y frágil y de cara siempre sonrojada,

Dora Hilda García Soni, excelente compañera, el mismo

Jaime Delgado o Aurora Duque Blanco, mujer alta,

delgada y morena que prodigaba juventud y simpatía.

Recuerdo también a otros compañeros como

Ricardo Urrutia Puentes, originario de Rancho Nuevo y

poseedor del copete más grande de toda la generación

o a Rosalío Negrete quien en una ocasión, cuando

ensayábamos la marcha para un desfile, todavía en la

escuela "Jardines de Aguascalientes", desapareció de

pronto de la formación y no porque haya desertado, sino

porque tuvo la mala suerte de caerse en un registro del

agua potable; el duro golpe le peló la espinilla y se la

inflamó tanto que ya no pudo continuar en el ensayo.

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Y a propósito de Rosalío, diré lo que aconteció cuando cierto día, acudió una brigada de enfermeras a la escuela "Jardines de Aguascalientes", a vacunar a todos los estudiantes, tal vez por solicitud del director. Ellas mismas fueron a avisara los salones que nos preparáramos porque nos aplicarían una vacuna contra la tuberculosis y otra más contra el tétanos: la primera en el hombro y la segunda en el glúteo. De inmediato privó un ambiente de conmoción y hasta de pánico generalizado. Unos nos pusimos amarillos del susto, otros se reían de nervios

y otros más comenzaron a ir repetidas veces al baño. Dispusieron que primero pasaran todas las señoritas, no

tanto por respetar la tradicional frase de "primero las damas", sino porque fueron las que menos se asustaron y además, por qué no decirlo, para prevenir alguna mirada indiscreta de los varones, que a decir verdad, era en lo que menos pensábamos, pues algunos imploraban a su santo predilecto que les socorriera en tan doloroso

trance.

Cuando tocó el turno a los varones, pasamos al

salón donde el olor a alcohol anunciaba casi una desgracia. Primero nos sentaban en una butaca para aplicarnos la

de la tuberculosis. Era fuego lo que entraba a través de la aguja, pero apretando los dientes y algo más, era posible aguantar el suplicio. Después, la segunda. Un poco

inclinado y con el pantalón a medias, había qué aguantar el siguiente arponazo. Rosalío en la fila denotaba una gran seriedad, no sonreía pero tampoco mostraba miedo.

Su rostro cobrizo, norteño, de pómulos agrestes, parecía

inexpresivo. Esperaba con estoicismo el momento crucial.

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Lo llamaron, se sentó en la butaca y en el momento en

que le aplicaron la primera, su cara pasó del rojo al negro, pero siguió muy serio; ni siquiera cerró los ojos. Cuando le tocó la segunda, zafó la hebilla del cinto y bajó su pantalón hasta donde la espalda comienza a agrietarse. La enfermera levantó la jeringa y abalanzó la aguja en el centro de la posadera. Fue en ese momento cuando Rosalí0 abrió los ojos desmesuradamente, lanzó un grito atronador que espantó a todos y salió precipitadamente

del salón con la jeringa clavada bamboleándose hacia

arriba y hacia abajo. Con los pantalones bien agarrados huyó de la agresión hasta perderse en los salones más lejanos.

*

Del norte venían también Oiga Alicia Sauceda Jiménez, compañera inteligente, muy sociable, guapa y de buen carácter. Ella se casó con Javier Hernández

Soto, el memorable "Javis" a quien igual le gustaban el deporte y el desmadre, aunque nunca se le quitó la

panza. Lo recuerdo por una técnica muy especial que desarrolló en el fútbol y que consistía en matar el balón, no con el pie ni con el pecho, sino con las nalgas. Cuando venía el globo, amortiguaba con su prominente trasero

el botepronto del balón. Y Ma. del Socorro Martínez Esparza, "La Flaca",

eterna compañera de Carmen Ramos; juntas fueron siempre el coctel exacto para el buen desmadre. Solían presumir su habilidad lingüística pronunciando un raro

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trabalenguas cuando algo no les gustaba "No gari mech; no me chingare".

A J. Guadalupe Vargas Prieto, el de Rincón de Romos, le decían "El chango" y a la fecha todavía no entiendo por qué si casi no parece ... exagerados que fueron esos de la primera generación. Lo recuerdo jugando básquetbol con el rostro empapado en sudor y su infaltable paliacate, pero "sin rajar" como dicen en Rincón.

A Raymundo Marín Romo le pusieron "La Borrasca", seguramente por sus ojos ligeramente verdes. Era güero, de barba cerrada y cuasirrubia como la de Hernán Cortés. En la huelga más difícil fue el responsable de la Comisión de Orden y Vigilancia. Sus lugartenientes eran los "ultras", antecesores inconfundibles del "Mosh", José Martín Trinidad Quiroz y Jesús Macías ("El Chupi") a quien supongo le pusieron este apodo por su perfil de narco y su finta de matón.

Mandaba a ambos a hacer un rondín entre las 2 y las 4 de la mañana para verificar que los compañeros de guardia no se estuvieran durmiendo, o bien, para vigilar que en los salones, a guisa de dormitorios, no estuviéramos haciendo escándalo. Entraban y hacían su recorrido en medio de un silencio absoluto; alumbrando con una linterna, brincaban compañeros dormidos, envoltorios de ropa y otros triques diseminados en el suelo. Pero apenas.iban saliendo, les llovían zapatazos e improperios salidos de la oscuridad y el anonimato como "¡Chingue a su madre Orden y Vigilancia! ¡Chingue a su madre Honor y Justicia!". Y Martín y "El Chupi", esbirros

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de "La Borrasca", se iban amenazando con delatamos

para que el titular de la Comisión de Honor y Justicia, Jorge Alberto Sánchez Rodríguez, alias " El Marro", "El Tocho" o "Jilgalberfy", nos pusiera a barrer la explanada,

a lavar los baños o a hacer guardia de tres a cinco de la mañana como castigo.

Juan Sánchez Cruz, ("El Jarocho"), venía de Tantoyuca (Veracruz por supuesto}. Moreno (al fin costeño}, cabezón y de cara grande. Muy enamorado.

Pocas veces lo he vuelto a ver ... su risa alegre y extendida

(era de los que se podían rascar las orejas con las muelas),

dientes blancos y constante buen humor. Vivía en una

casa junto al panteón de La Cruz, misma que compartía

con Urbano Cardona, Pedro Fuentes, Natalio Cruz, Jesús Serrano Herrera, Eleazar Durón, Raúl Humberto Ovalle Espinoza, (El Shasha} y otros. Eran muy diablos todos

ellos ... hasta me acuerdo que algunos hacían travesuras

gruesas con una muchacha media fea que se llamaba

María, trabajadora doméstica que, según se sabía,

ayudaba a la señora de la casa ...

Ahí nos reuníamos para hacer en equipo alguna

tarea o material didáctico; también para estudiar cuando

era la víspera de exámenes o para adelantar algún

cuaderno de trabajo (esos famosos cuadernos de trabajo

que tantas desveladas y tantas letras feas ocasionaron).

En torno a esto "El Indio" afirma:

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"Había ocasiones en que nos metíamos

en problemas al dejarnos recargar

el trabajo, entonces andábamos

desesperados buscando apuntes aquí

y allá. Recuerdo que hacíamos largas

jornadas hasta las 3 ó 4 de la mañana

escribe y escribe... gracias a ello

pudimos conocernos mejor pues en

ocasiones hasta 20 compañeros nos

reuníamos a trabajar ... "

Durábamos hasta altas horas de la noche repasando

y por lo mismo llegaba el momento en que el relajo se

tenía que hacer presente. Al que se dormía primero,

vencido ya por el cansancio, le tocaba toda la creatividad

de las bromas.

"El Shasha" se quedó dormido en dos ocasiones.

En la primera le pintarrajeamos la cara hasta el cansancio

con plumones y plumines de agua y de aceite que

utilizábamos para los cuadernos de trabajo; le pintamos

bigotes, estrellas en la frente, barba, mocos, chapetes,

pecas, arrugas, etc. hasta que parecía punto más que un

payaso. Tuvo la mala fortuna de que al día siguiente, día

de examen, se quedó dormido y apenas si pudo vestirse

para salir corriendo con la mochila en una mano y con

la otra alisándose la cabeza para aplacar los gallos. No

almorzó, no se lavó la cara, mucho menos se vio en el

espejo y tal como lo habíamos dejado, llegó al salón a

presentar apresuradamente su examen. Todos lo veían

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y se reían de él hasta que alguien le dijo que parecía

un payaso. Pidió permiso para irse a lavar a los baños y regresó colorado de coraje y restregadas.

La siguiente ocasión que se quedó dormido no lo pintarrajeamos, sólo pelamos unos cables y los conectamos en un enchufe. Su catre era de metal y cuando dormía plácidamente, pegamos los alambres a un travesaño de tal manera que pegó el brinco de su vida . Parecía que estaba levitando con la descarga. En su

somnolencia no atinaba a saber lo que estaba sucediendo

ni el por qué de tanto brinco estando el suelo parejo. Otra de las anécdotas que vivimos en esa casa de

junto al panteón de "La Cruz" fue aquella en la que para mi mala fortuna, yo fui el principal protagonista .

En aquellos años y como ya lo he dicho anteriormente, la política estudiantil estaba muyvinculada al activismo combatiente de color marxista. Prueba de ello fue la muerte, nunca aclarada de un trabajador del Tec. llamado Miguel Romo, hijo del notable muralista

aguascalentense del mismo nombre. Fue encontrado muerto y con rasgos visibles de tortura, allá por el rumbo de la presa "El Cedazo", donde al parecer fue ultimado. Se dijo que tenía vínculos muy directos con la guerrilla ...

Pues bien, ahí donde ocurrió lo ya contado acerca del "El Shasha", del "Jarocho" y otros, vivía Cuitláhuac

Cardona, ("El More"), estudiante de Prepa, hijo de la señora de la casa, quien tenía ideas más o menos radicales. Organizaba círculos de estudios en los cuales

participábamos algunos estudiantes del CRENA, del Tec, y de una que otra preparatoria.

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En esos círculos, comentábamos los textos de

Mao, de Lenin, de Marx y Engels por supuesto y hasta de Ho-Chi- M in . Realmente nos sentíamos de a de veras y hasta un periodiquillo sacábamos. Nosotros mismos escribíamos los artículos (si así se les puede llamar), los cuales versaban sobre problemas estudiantiles y tendían, según nosotros, a concientizar al pueblo acerca de la necesidad de una revolución socialista. Todavía recuerdo la portada del primer número: un dibujo del claroscuro

clásico de la foto del Che, realizado por nuestro buen

amigo "Chelelo" y un artículo que hacía alusión a la voracidad del "pulpo camionero", como le llamábamos al monopolio formado por los concesionarios de los autobuses urbanos: Rojos (Ruta Apostolado), Verdes (Ruta Petróleos), Azules (Ruta Madero) y Amarillos (Ruta Oriente).

Para esa publicación utilizábamos la ahora arcaica dupla de esténcil-mimeógrafo que entonces era una de las formas más avanzadas para reproducir material escrito. Las comisiones estaban muy bien delimitadas. A mí, por ser el único que sabía mecanografiar un texto, me correspondía "picar" los esténciles en una máquina de escribir que todavía debe andar por ahí en casa de mis papás.

Todo avanzaba bien hasta una noche en que nos

reunimos a "trabajar". Urbano y "Panchito" decidieron jugarme una broma: me dijeron que la policía ya se había dado cuenta de que integrábamos una célula comunista y afuera estaban esperando la judicial y el ejército para aprehender sobre todo "al que picaba los esténciles", o

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sea mi atribulada persona. Ellos decían que se salvarían pues no les podrían comprobar nada, pero a mí sí me encarcelarían porque "era el único que sabía escribir a máquina".

En mi ingenuidad de 15 años lo creí todo. Muy asustado pensaba en mi futuro en una cárcel, en lo que sufrirían mis papás ... luego vino el llanto y con él las risas de Urbano y de "Panchito", quienes al ver~e ya abatido, sentado en un camastro y mesándome el cabello con amargura, trataban por todos los medios de consolarme diciendo que todo había sido una broma. Debo decir que sentí alivio pero también decepción, pues era tal mi convicción y la seriedad con que tomaba lo que hacíamos, que nunca pude asimila'r aquella burla adolescente de quienes yo consideraba dos compañeros de lucha.

Esta breve anécdota es una muestra más del apasionamiento inocente con que abrazábamos las nuevas ideologías que entonces se gestaban en nuestro país.

El susto y el resentimiento me llegaron muy adentro y después de aquel episodio ya no participé en ninguna de las actividades a pesar de que me insistían, pues me consideraban un elemento cooperativo y diligente. Preferí seguir leyendo yo solo, para continuar generando, sin ninguna compañía, mi conciencia personal. Y hasta la fecha ...

*

También "El Albergue", una casona ubicada en la colonia Héroes, cerca de lo que era el lnjuve, dio

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hospedaje a varios alumnos del CRENA. Ahí compartían

galeras con estudiantes del Tec, nuestros compañeros Ricardo Jaime, Elorza, el "Pony", "Chelelo", el "Banano", "Chebo", "El Galán" y "El Chango", entre otros.

Les daban de comer sólo de lunes a viernes, por eso, quienes no podían regresar a su casa el fin de semana, tenían que espantar el hambre con los bolillos rellenos de crema y chile jalapeño, fiados claro está, en la tienda de Chendita.

En "El Albergue" nunca les faltaba la leche, aunque

se las dieran con los desparasitantes de rigor para que no criaran lombrices en la entraña.

Cuentan ellos que en ci1=rta ocasión, cuando ya dormían plácidamente en la galera que compartían, escucharon ruidos extraños debajo de los camastros alineados.

EI 11Pony" se levantó y le pareció percibir chillidos como de rata . De inmediato despertó a los demás y en la semioscuridad, comenzaron a buscar al roedor. En

un momento percibieron que junto a un bote de basura estaba el animal y el mismo "Pony" sugirió que lo bañaran con thinner y le prendieran un cerillo, propuesta que fue aclamada por los demás cazadores nocturnos, quienes en puros calzones se dispusieron a quemar viva a la rata mal nacida.

Aplicado el solvente y lanzada la flama, se dio un fogonazo repentino que encendió no a una rata, sino a un gato que dormitaba debajo de un camastro. El gato, con todo el pelaje incendiado, iba y venía dando saltos

y exhalando chillidos que parecían salidos del infierno.

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Con la chamusquina, el felino corría en círculos y daba saltos como demonio, yendo y viniendo, electrificado por el fuego que lo tostaba sin misericordia. En verdad aquello parecía cosa de brujería.

En medio del susto, el Richard, tomó una jerga húmeda con la que trapeaban y sin pensarlo, se abalanzó sobre el minino y lo envolvió hasta sofocar el tormento que ya le llegaba hasta los huesos. Mientras tanto los demás, apagaban también algunos colchones que comenzaban

a quemarse a causa de los brincos que sobre ellos había

pegado el gato enfogonado y sin bigotes.

Cuando pensaban que todo estaba resuelto, la

señora que les asistía, atraída por el alboroto, entró y al darse cuenta del atentado, les grita:"¡ Hijos de la chingada, ya me quemaron a mi gato!iMéndigos malagradecidos, no tienen lombrices, pero se les olvida que tampoco tienen madre!"

*

Entre los compañeros más sobresalientes de

la generación, académicamente hablando, podemos

mencionar a David Rodríguez Zamora, Ma. Dolores Infante Torres, Ma. del Rosario Martínez Salas, Melesio López Sánchez y otros que de momento no recuerdo.

Catalina Bocanegra Santana también fue una compañera muy responsable y muy cumplida. Nos tocó practicar juntos en Jesús María, al igual que a Elorza y

Ma. del Rosario Esparza Originales. "El Tles" nos plestó la

glanja de su papá ubicada en las afueras del pueblo, para

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que ahí nos quedáramos, sin embargo, por un descuido mío ya andábamos provocando un monumental incendio que gracias a Dios y a los cubetazos de agua que durante casi dos horas lanzamos a la yesca ardiendo, no pasó a mayores.

Sucede que un día, al regresar de la práctica, a pesar de estar cansados, las mujeres hicieron de comer, mientras los varones recogíamos la casa y barríamos. Cuando estábamos a punto de sentarnos a la mesa, plato servido y limonada con hielo, Elorza me pidió que tirara

la basura en la parte trasera de la casa y que si podía de

una buena vez la quemara. Con imprudencia seguí sus instrucciones y le prendí un cerillo al montón de papeles. Casi de inmediato el aire de marzo extendió las llamas hasta la yerba seca y más allá, a una barda bajita que daba a un chiquero, en la cual había muchas ramas secas recargadas. Desesperado me quité la camisa y con ella traté de sofocar el fuego pero fue inútil. No lo pensé

más y comencé a dar voces a mis compañeros para que

vinieran a ayudarme. Pronto nos vimos en un angustioso

ir y venir de cubetas con agua, gritos de agobio, boca

seca, pestañas chamuscadas, susto, maldiciones y

aparte, los chillidos estridentes de los marranos que ya sentían el pellejo convertido en chicharrón. Aquello

fue una locura, pero gracias a Dios y a la diligencia de

mis compañeros, no derivó en una tragedia. Después de aquel esfuerzo extenuante de casi dos horas, logramos apagar por completo el incendio y con las manos y la

cara tiznadas nos sentamos nuevamente a la mesa, pero

nadie comió, sólo atinábamos a mirarnos unos a otros

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sin decir palabra, con los labios resecos y el susto metido

hasta el estómago.

*

Como ya lo hemos dicho anteriormente, nuestro medio de transporte eran los autobuses urbanos, a los que también llamábamos "chatarras fumigantes". Por muchos meses las rutas sólo llegaban hasta el cruce del

Primer anillo y Camino a Agostad e rito (hoy Avenida de los

Maestros) y teníamos qué hacer el trayecto a pie, pero después del primer movimiento de huelga logramos que al menos los camiones "Rojos" (Ruta Apostolado) y los "Verdes" (Ruta Petróleos) entraran hasta la escuela .

Sin embargo, como no eran muchas las unidades que mandaban, el traslado se hacía en medio de un apretujadero, sobre todo a la salida, cuando la aglomeración era mayor. Casi siempre eran las compañeras las que ocupaban los asientos, pero iban tan comprimidas que casi se sentaban una sobre otra; quienes viajábamos de pie en el pasillo no podíamos dar paso hacia ningún lado; otros más, los que de plano no habían alcanzado espacio adentro, viajaban en el estribo, prácticamente colgados en racimo, la mochila volando y con el riesgo de caerse o golpearse con un poste.

A pesar de la incomodidad, la algarabía y las risas eran la constante durante el trayecto. Unos cantaban, otros gritaban o platicaban y algunos, no sé cómo le

hacían, pero hasta dormitaban. Como el camino era de terracería, el viaje se hacía en una nublazón de polvo a la

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que nos acostumbramos muy pronto. La irregularidad del

terreno obligaba el paso lento del camión y provocaba en la masa viajera zarandeos tales que como un oleaje, iban de un lado a otro, en un alboroto de gritos azorados y rechinidos de rótulas y amortiguadores.

Recuerdo particularmente una ocasión, cuando por la mañana, íbamos ya tarde hacia la escuela en un "Ruta Apostolado" casi vacío. Hizo una parada en Primer Anillo, enfrente del templo de Los Dolores {entonces en construcción).

En los asientos de atrás íbamos "Panchito", "El Ga1án" y yo. Mientras comentábamos que llegaríamos tarde a clase, escuchamos que el chofer, desde allá adelante y mirándonos por el retrovisor con los ojos en redondo, gritó: "iAguascon el chingazo !".Inmediatamente después de la advertencia oímos un chillido de llantas y el estruendo de un golpe seco, atronador: un camión materialista se había estampado contra la parte trasera del autobús. Salimos rebotados hacia el pasillo. Libros y cuadernos volaron junto con nosotros ... por algunos segundos perdí la noción de las cosas, no comprendía por qué estaba caído junto a mis libros en desorden ... pensaba que me había tropezado o que simplemente me había desmayado. Cuando recobré la conciencia vi a "Panchito" agachado, recogiendo sus cuadernos y al 11Galán" de pie, doblando la espalda hacia atrás, con las manos en los costados y el rostro contraído por una expresión de dolor vivo.

El chofer llegó hasta nosotros y nos preguntó que si estábamos bien; le dijimos que sí. Por fortuna no pasó

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a mayores. Según nosotros no hicieron falta ni revisión

médica ni cuellos ortopédicos. Así, maltrechos y adoloridos, nos bajamos del

autobús a esperar otro para llegar a nuestra querida escuela.

Fue en esa misma terracería cuando la sinuosidad del terreno provocó que la maestra Claudia Elvira Figueroa se volcara en su Volkswagen. Por alguna razón perdió el control del vehículo y fue a caer en

una pequeña hondonada. Por fortuna, Raymundo, "El

Marro" y Tafoya se percataron del hecho y aventando cuadernos y mochilas, llegaron con prontitud al rescate.

Encontraron el carro naufragado en la polvareda, con las llantas hacia el cielo y a la maestra en el interior, un tanto golpeada y en apariencia, inconsciente. De inmediato asumieron su improvisado papel de rescatistas. Como pudieron abrieron las portezuelas

y mientras sacaban a la maestra, entre el susto y la

emergencia, sudando en medio de la confusión, uno

daba indicaciones, el otro regañaba, uno más sugería,

otro más reconvenía, pero lo más grave, haciendo uso de su florido lenguaje adolescente; malas palabras, improperios, maldiciones y hasta mentadas del uno al otro, siempre en la desesperación por rescatar con bien

a la maestra de Español.

Finalmente, como pudieron la sacaron. La maestra fue atendida por el Dr. José Su López, quien llegó presto al lugar de los hechos. Afortunadamente los golpes

resultaron ser leves y sólo le recomendó reposo. Los

compañeros, agotados por el susto y el esfuerzo, se

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sacudieron, regresaron por sus mochilas y reanudaron

su camino a pie. A la semana siguiente, en la clase de Español, a la

que ya la maestra había regresado, los compañeros muy orondos, esperaban de ella, si no una condecoración de héroes o una medalla al mérito, mínimo una distinción verbal por la audacia demostrada, un elogio público por su diligencia y valentía.

Sin embargo nada de eso recibieron. Por el

contrario, les hizo el anuncio severo de su reprobación

en la materia de Español por el uso indebido del idioma, por haber cometido la falta imperdonable de proferir las palabrejas y las insolencias más procaces delante, nada más y nada menos, que de la maestra de Español, quien dicho sea de paso, nunca perdió el sentido por la volcadura y escuchó perfectamente todo lo que sus alumnos habían

proferido durante las labores de rescate.

*

Sería muy difícil consignar en este espacio a cada

uno de los compañeros y sus particulares vivencias de aquellos años. Mencionaré algunos más:

Francisca Muñoz Tarango, (({Quica"), Antonio

Ventura (({El Gallinazo"), Rigoberto Rangel Acevedo (({Rigoletto", para más señas mi ahijado de boda y mi

compadre por cinco veces), Tomasa Fuentes Martínez

(({Tommy"), Librado Negrete, Livia Yolanda Valtierra,

Rosa M a. Acosta Luévano, Emilia Calzada Delgado, Abigail

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Guerra Neri, Abel Oliva Mares ("Abelote" o "El Tinco"),

Salvador Esparza Navarro ("El Secre"), José Ponce Palos,

Libertad Torres Vaquera ("Libe"), Anastasia Hernández López ("Tacho"), Marina Herrera Guzmán, Yolanda Romero Paz, Sindya Deyanira Urbina, Alfredo Vega Lomelí, ("Manosanta"), las hermanas Socorro y Esthela Rodríguez .. . (Desde luego he olvidado a algunos, mil disculpas, pero el tiempo y la memoria no perdonan).

Todos, cada uno tendrá mil vivencias que contar;

esperamos poder integrarlas más adelante ya que

comience a circular este anecdotario y nos digan qué

podemos registrar respecto a su experiencia, pues como ha dicho Fortino Valdivia, "todo fue un exceso de

emociones que pueden ser motivo de un texto completo d ' d t 11 e anec o as ...

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No podría pasar por alto la anécdota aquella

del puerco que murió a carcajadas. Cuentan las

crónicas que cierta vez, en las prácticas de una materia

llamada Actividades Agropecuarias, realizaríamos la

industrialización de un puerco, con un maestro efímero

en el CRENA, moreno, regordete y chino, a quien sólo

recuerdo que le decíamos "Toro Loco".

Todo estaba preparado abajo del único mezquite,

junto a lo que ahora es la cancha de fútbol : la leña, el cazo

para los chicharrones, la cubeta para la sangre, la navaja

para rasurar el cuero, el hacha para destazar al cerdo,

los ganchos de carnicero, el cuchillo para el sacrificio y

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desde luego, las bocas hambrientas y casi babeantes

para devorar las camitas, la costilla y las patas fritas.

Todo estaba listo.

El comisionado para acabar con los días de aquel

rechoncho cerdo fue "Panchito", y lo fue porque había

trabajado en un rastro y según él contaba con una

amplia experiencia como matancero. "El Chango" y

"El Marro" le detenían las patas y las manos mientras

"Panchito" enarbolaba el cuchillo y lo dejaba caer sobre

la marranidad de aquel infortunado chancho. Después de

dos o tres tajos que le propinó en el costado, abajo de la

extremidad izquierda, insólitamente el marrano no sólo

siguió vivo, sino que entre chillidos escandalosos logró

zafarse de sus captores y corrió desaforado. Y allá van "El

Marro" y "El Chango" a tratar de detenerlo, y "Panchito",

cuchillo en mano, seguido de una turba frenética cuyo

objetivo general era comer chicharrones a como diera

lugar. El puerco huía asustado y chorreando sangre,

mientras Juan Montañez ("El Banano"), corría a la misma

velocidad que el puerco, aparando la cubeta pues era el

responsable del objetivo específico de captar la sangre

·para la moronga.

El desventurado puerco fue alcanzado nuevamente

por el brazo amenazante de "Panchito" y sufrió otras

crueles cuchilladas pero sólo para que siguiera corriendo

con mayor fuerza. Atrás, la turba hambrienta de camitas

lo seguía sin piedad, pero tras varios minutos de

persecución el tumulto se iba rindiendo por el cansancio ...

y el puerco ... seguía corriendo.

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Cuando ya todo parecía inútil y aparentemente

se habían agotado las posibilidades de matar al pobre

animal, "El Tles" dijo: "Espélenme, aquí tlaigo con qué

quelel-lo". Y sin más, sacó la tleinta y ocho especial de su

papá y le disparó al cerdo en plena cabeza ... y el puerco .. .

siguió corriendo ... Cuenta la leyenda que aquel miserable

y desdichado cerdo sí murió desangrado ... pero de risa.

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Las canciones que escuchábamos y también cantábamos, fueron decisivas en la unidad que logramos como generación. Los norteños trajeron de La Laguna la canción "El pájaro prieto" (sin albur): "Soy como el pájaro prieto/ y en las cumbres me mantengo,/ como no me las cumpliste,/ a que me las cumplas vengo ... /Mi amor es como el conejo,/ sentido como el venado,/ no come zacate viejo/ ni tampoco muy trillado ... " cantaban ei"Javis", Isidro Negrete, Rosalío, ei"Sol" y Librado ...

"Amor es el pan de la vida/ amor es la copa divina ... " cantaban Carmen, "La Flaca" y Gladys ...

"A parir madres latinas, a parir más guerrilleros",

entonábamos Panchito, Urbano, Valadez y yo ...

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"La múcura está en el suelo/ mamá no puedo

con ella/ me la llevo a la cabeza/ mamá no puedo con ella ... " cantaban Roberto Cedilla y Gerardo Márquez, compañeros de la segunda generación ...

"Tiré tu pañuelo al río/ para mirarlo cómo se hundía", tarareaba Jaime Delgado ...

"Que nunca pruebe licor, que a mí me corre en las venas, que nunca sienta rencor, que nunca sufra una pena .. . " cantaban Méndez, Cuco, "La Morra" y otros .. .

"Para cuando salga la luna/ para cuando se meta

el sol/ iré, iré llegando", cantaban Alvarito y el Pony ... Ah, y ellos también cantaban con irreverencia : "Me vinieron a ofrecer un santo,/ sin marco, sin cristal y sin vidriera,/ y al preguntar quién era ... era de nogal,/ era de nogal el santo,/ hijo de un cabrón, hijo de un cabrón,/ por eso pesaba tanto ... "

Y ya en el tema de las canciones, en una ocasión, Angélica Flores Montoya, FranciscoJavierGómez (a quien llamábamos "El Cacho") y yo, estábamos solos en el aula. Ya pardeaba la tarde y las voces de los compañeros que jugaban en las canchas se oían lejanas, confundidas con el piar de las aves que junto con los últimos rayos de sol, emprendían la retirada.

Sobre el escritorio del maestro estaba un tocadiscos

portátil que alguien había llevado y un disco sencillo con la canción "Adiós, adiós amor", versión en español interpretada por Los Jinetes.

Escuchamos la melodía varias veces, cada cual en su asiento, con los ojos cerrados en aquel ambiente

nostálgico, taciturno ... la noche empezaba a caer y ya en

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la semioscuridad, cada uno de nosotros, construíamos

en la somnolencia nuestros más vivos anhelos,

imaginábamos en la letra y en las notas nuestras todavía

volátiles aspiraciones ... Y hablando de las canciones que más

escuchábamos, "El Indio" recuerda:

"Río rebelde, La vida sigue igual, 16

años (Julio Iglesias); No tengo dinero,

Esa rosa roja (Juan Gabriel); Te voy a

enseñar a querer (Manoela Torres);

Palabras, palabras (JorgeRivero);

Fresa salvaje, Jamás, Piel de ángel

(Camilo Sesto); Flor morena, Morena

de 15 años (Los Felinos); La montaña,

Amada amante, (Roberto Carlos); Qué

ironía, Ya se va (Los Fredys), Contigo

y aquí (Eiio Roca); Mi amigo el puma

(Sandro); Candilejas (José Augusto) ... "

Yo agregaría: "Él "(Los Struck); "Palabritas" (Heleno); "Cuesta abajo" (Los Terrícolas); "Un sueño"

(La tropa loca); "Piensa morena" (Josué), "Silvia de mi

querer .. . 11

Desde luego, estas canciones hicieron nacer algunos romances y avivaron otros más. Muchas de las

primeras parejas platicaban a hurtadillas, pues había una prohibición expresa de los directivos, sobre todo

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de la Profra . Paulita García, quien vigilaba celosamente

que se cumplieran sus instrucciones recordándonos con frecuencia a hombres y mujeres, el deber de anteponer el estudio a cualquier noviazgo. Ahí era donde aprovechaba para contarnos que ella decidió no casarse nunca porque estaba enamorada de su profesión y por lo mismo, prefirió siempre la docencia al matrimonio.

Por supuesto no le hacíamos mucho caso y la fuerza de la sangre, inquieta y jovial, se impuso de tal forma

que hubo muchos noviazgos muy sonados, algunos que

no se pueden decir para no ocasionar sonrojos inútiles o incomodidades vanas. Otros que sí podemos mencionar

porque "están convertidos en una linda realidad" como dice "El Indio" multicitado, son los siguientes: Jesús González Valadez y Ana Ma. Marmolejo Sieres, Vicente de Luna Quezada y Ma. de Jesús Gómez Macías, José Manuel Trujillo Esquive! y Ma. Guadalupe Lozano Torres, Jaime Delgado Sosa y Ma. del Pilar Muñoz de los Santos,

Javier Hernández Soto y Oiga Alicia Sauceda Jiménez,

Isidro Carpio Esqueda y Mayela Vázquez Treja, José Luis

Rubalcava Soto y Martha Elba García Ruiz ... (¿se me olvida alguno?)

Memorables son también los bailes que se organizaban. En ellos teníamos oportunidad de convivir y

de entrelazar, a veces más de la cuenta, los sentimientos

de amistad que nos unían. El primero, con permiso de la dirección, fue

realizado en uno de los salones de la planta alta del

edificio sindical, ubicado frente al jardín de San Marcos y

no terminó más allá de las diez de la noche.

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Ya cuando estábamos en segundo grado, la

Sociedad de Alumnos organizó otro en el salón "Mitla". No muy convencido, el director autorizó que terminara a las 2 de la mañana. Fue un baile casi etéreo. La media luz, las canciones de "Los Fredy' s", tantas muchachas en flor y un poco de tequila, le dieron a la noche un aire celestial que a pesar de los años todavía subsiste en el recuerdo.

Otro más que aún permanece en la memoria

es el realizado en la planta baja del Casino de la Feria

cuando ya cursábamos el cuarto grado. La presencia de "Los Felinos" como grupo estelar originó multitudes en

la entrada, donde los guardias de seguridad se vieron obligados a rociar con gases lacrimógenos al tumulto que pretendía entrar empujando con furor la enorme puerta de madera.

Después de las lágrimas obligadas, de los

empellones, codazos y mentadas de madre, el orden se restableció y todos pudimos ingresar para disfrutar de

uno de los bailes más concurridos en los primeros años

de la institución.

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Quienes conformamos la primera generación del

CRENA egresamos en 1976.

El 18 de junio a las 17:00 hrs. fue la ceremonia de

graduación en el Teatro Morelos. Ese día salimos con

nuestro título simbólico en las manos, el cual nos daba la

categoría de docentes, con un anillo de graduación que

nos ubicaba en el rango de los "estudiados" y además

con un ejemplar del libro de danza del Profr. Francisco

Javier Sánchez López, mismo que nunca supe por qué

nos entregaron.

Existe una fotografía de los graduandos con la

fachada del teatro al fondo, ataviados con trajes y vestidos

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de gala que coronaban cuatro años de vivencias, unas

dulces, aciagas otras.

-r

Los groduondos al final de la ceremonia, afuera del Teatro More/os

·"El Indio" aquí, de nuevo:

"Llegó mayo y con él el nerviosismo;

pruebas, informe, traje, fiesta, anillos,

filiaciones, invitaciones, etc., y por fin

el día señalado; el Teatro Morelos lucía

radiante, lleno a toda su capacidad ;

sería testigo mudo de una de las más

bellas páginas de nuestra vida ... iSí!,

comenzaban a quedar atrás muchas

cosas, detalles, aventuras, noches de

pena o alegría ... "

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·~. -' .. ~ ---~:k:. .... ~= .!-:~~~ .. ~:-~~1 !!!'-' '

Los groduondos durante lo ceremonia.

Ese día, después de las felicitaciones, de las fotos y las risas, de los últimos abrazos, de las lágrimas y la nostalgia, de esa mezcla inefable de tristeza y optimismo que acompaña ocasiones como ésta, nos trasladamos al salón "Los Globos" donde sería el "Majestuoso baile de graduación de la primera generación del CRENA", según rezaba el pase personal azul cielo.

t~A!tSTUOSO B~LE DE GRADUACION DE LA la. -~

~; GE~tMCIOH DEL C. K. E. N. A. En su Centro Social "LOS GLOBOS"

Ameo.U&

U ORQUESTA SONIDOS INltRNACIONAlES (Armando Borda) .

H~OS. ROMERO Y LOS ERMITAROS

Pase Personal NQ 354

-~

\ Pase personal para la fiesta .

91

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Tocaron (o amenizaron, como se decía entonces) "Los Hermanos Romero" y "Los Ermitaños", secundados por una tai"Orquesta de Sonidos Internacionales" de otro tal Armando Borda, grupejo hasta entonces desconocido para la mayoría de nosotros.

Ahí terminó todo o mejor dicho ahí comenzaba todo: una nueva etapa en la que cada cual iría desempeñándose en las aulas, proyectándose como docente en distintos niveles educativos, abriéndose paso de acuerdo con sus propias características y posibilidades, unos en la docencia, otros en la política, unos más en el arte, otros más en el deporte, en fin ...

A partir de que salimos del salón de baile, ya en

la madrugada y acompañados muchos de nosotros por nuestros familiares más cercanos, se cumpliría lo que algunas veces el Profr. José Santos Reveles nos dijo,

pulsando su guitarra: "Cuando se gradúen, a todos les quedará lo que dice José Feliciano ... "

Y comenzaba a cantarnos: "Ya mis amigos se

fueron casi todos/ y los otros partirán después que yo,/ lo siento porque amaba su agradable compañía,/mas es mi vida y tengo qué marchar .. ./Amor mío me llevo tu

sonrisa/ que fue la fuente de mi amor primero,/ amor te lo prometo, cómo y cuándo no lo sé,/ mas sé tan sólo que regresaré ... "

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Es cierto, faltan muchos nombres, muchos acontecimientos, detalles y vivencias que no hemos consignado. De ahí el carácter de inconcluso de este anecdotario, que ya en el título hemos advertido.

Seguro algunos dirán: "Ah, qué Armando, se le olvidó mencionarme", otros más "El Pájaro omitió tal o cual anécdota". Más aún, tal vez alguien diga con mayor vehemencia: "Pinche Pájaro tan olvidadizo ¿por qué no mencionó tal hecho si también fue muy importante?"

De cualquier manera hago una invitación para que quienes hayan tenido a bien leer este texto y quisieran agregar algún hecho, nos lo hagan saber y con gusto lo incluimos en una nueva edición.

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Salud por todo eso y que los treinta y cinco años

que han pasado desde aquel 1976 lejano, nos sigan siendo leves; que el optimismo prospere y la fraternidad persista .

*

Ahora, en este 2011, lamentamos que siete compañeros ya no se encuentren entre nosotros. A partir

de agosto de 1981 en que falleció el primero de ellos,

se han sucedido más decesos que por supuesto nos han consternado.

Con la mano en el corazón y las palabras en plegaria, debemos nombrar como en un pase de lista postrero a Marcos Estrada Ávila, a Moisés Vaquera Hernández, a Onésimo Hoopo Rodríguez, a Rubén Nieves Alonso, a Javier Hernández Soto, a Jesús González Hernández y a Eleazar Durón Mercado. Ellos descansan ya en una dimensión distinta porque han pasado la transición definitiva; sus días quedaron anclados en el destino final al que todos, algún día, también hemos de llegar.

Para ellos, cuya flama vital ya se ha extinguido, nuestro compromiso de mantener vivo su recuerdo y para sus familiares, la amistad incesante y el abrazo solidario de todos los compañeros de la primera generación.

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La primera escolta de la escuela en la ceremonia de abanderamiento realizada en Palacio de Gobierna.

Otra escena del abanderamiento, mismo que fue encabezado por el gobernador del Estado,

Dr. Francisco Guel Jiménez.

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El grupo de 1' ':A'' en la Ese. Prim. "Jardines de Aguascalientes':

A los pocos días de iniciado el ciclo escolar 1972-73, se integró la primera sociedad de padres de familia.

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Honores a la bandera en la Ese. Prim . "Jardines de Aguascalientes'; durante la visita de autoridades para entrega de material deportiva.

Autoridades entregan material deportiva al equipo de basquetbol "Las Esnoge/'~

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La primera rondalla de la escuela, interpretando una canción en un festival, todavía en la Ese. Prim. "Jardines de Aguascalientes'~

Declamación cara/ en el mismo festival.

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Cuarteto integrado por Jorge Luis Qu.iroz, Méndez, Arroyo y Alfredo

Vega.

Jaime Delgada, Truji/lo y Vega en una interpretación musical.

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Las bastoneras, contingente de lujo.

En nuestra primer año de estudio en el CRENA, se organizó un tornea interior de

basquetbal en el que participamos can entusiasma. Aquí, el equipa ':Amar y paz'~

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Equipo de bosquetbo/ "Los falibles".

Equipo de bosquetbol "Las Archies'~

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Equipo de basquetbo/ "Los dragones'~

Equipo de basquetbol "Normal Atlanta '~

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Equipo de bosquetbol "Horlem G/obetrotters'~

Equipo de basquetbol "Las Esnogel".

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Las bastoneras, antes de su participación en el desfile del20 de noviembre de 1972.

El contingente del CRENA en pleno, en el desfile mencionado.

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La banda de guerra durante el mismo desfile.

Otra escena del contingente.

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Banderín, escolta y banda de guerra.

En la Ese. Prim. "Jardines de Aguascalientes'; momentos antes del con vi vio navideño.

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Entre una clase y otra, "El Pájaro '; Vicente, Moyela, "La More'; Arévala, Perales y Urbano.

Cuando todavía estábamos en la Ese. Prim. "Jardines de Aguascalientes'; hicimos una visita a "nuestra plantel" del cual apenas había cimientos y castillos.

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Más compañeros durante un receso.

Alumnas junto a las maestras Eleuteria Gorda Quiñones y Pedro Felipe Sosa Muñoz.

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En el paseo que organiza mas al balneario "La Cantera'~

_9_~._M_;_ér_c_ol_ .. _4_d_•_Ab_n_·l_d_• _l_97_3 ____ '"""-=-::;..,.,..=..:-=·=.....,._::;·;._ __ ...,o __ :::"'.::"·..:aa.::""""":.:"'=....._~rt-A~ : ... ~.':.~

Inicia la mudanza de la Ese. "Jardines de Aguascalientes" a nuestro nuevo

edificio.

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~.~" PRIMERA SECCION ""' ,_ -":.=-_. =A=--~-~ ........ -A:-,-,.-~-;I,-;,.-:-t.-, -:A-,..,--:-J ... -M-:5c-d,-o-;A-:-1.,-U ""'d,-1:-=.,:::l-...!C.~C._!V~. -

1es Para la Colonia del

El miércoles 4 de obril de 1973 celebramos los primeros honores a la bandera en la explanada de las nuevas instalaciones.

El Profr. Rafael Preciado López conduciendo un programa.

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Escena de "Petición de mano" de Antón P. Chéjov, presentada ellO de mayo de 1973 en la explanada de la institución.

III II OiiAIII>U •

So oonoecle perooiao al alWU1o AIJIIJIDC QUIBOZ .81111-

!BI 4el p~>po • B• para llapr 411p~>4o do loo 20100 horu a­

"" ca .. , en Yirt..4 41 ubi Ur a ...,. f11Dci6n ele teatro.

A&1>0ooalbnt11, 4•·, uno 14 ele 1973.

<1> PIIOPII.

S. E. P.

lNrkdóll Gtll t:: Edueat16n Nonna! 01 :': IC·N

Centro II!Jfowl 4< !en"""'""'' ·--~ -'"11.~1 .... ,.~,

No era sencillo llegar muy noche a casa. Para poder hacerlo debíamos tener autorización de la dirección de la escuela.

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Otra escena de la misma obra.

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"'br~il'llft& . f 1

J,n,.¡.u "/ Ag..;Ao J

~~~~~o1~RAGR~~t~DH~A~~2 • PlllJBxt C~TRO NORMAL REGirNAL AGUAOCALI~TES , AGS .

NOili!R~ : OLGA AL ICIA SAUCt.DA Jll!l>IIEZ

B D: lll~6. melies dÍ ns

PROC~DBNCIA: lloncl oTa , Coah .

!lo . 180.-

DOIIIC!LIO : ldel cbor lluaqui z !lo . } 22 , Cd . l!ron ter a , Cosh .

Aguas olienteo , A.os , n }0 de A¡;os to de 1972

NOTA : Ed non tln i co dia 2 de Seo . de 1 972 n las 8 Rr s .

Todos los aspirantes debimos obtener uno ficho como ésta para poder presentar el examen de admisión.

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El Javis y Vaquera, integrantes de la selección defútbal.

La escolta oficial de la escuela en una de los desfiles conmemorativos.

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Teodorita, el Jovis, Oiga y el Profr. Rafael Preciado, en la Plazo de Armas o/ término de un desfile.

El grupo de 1' "8" en seminario pedagógico, durante una clase de la asignatura "Ciencias de la Educación'; atendida por la maestra Paulita.

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Otra escena de la misma sesión.

Durante toda la semana debíamos portar el uniforme obligatoriamente. Cuando na era posible hacerla, era necesario presentar una justificación por escrito donde se explicaran los motivos.

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Grupo de compañeros con aulas y "Cerro del Muerta" al fondo.

Uu1i.d.;.lu • P'l.CD'ea Ana,ya

iu~go n uaer o 1 8 Ccl. ~t. oe 1 :J, L.P. A 5 o.e ~.Jeto, de 1 J74

C. U:ireotar d.-.1 C • .k.E.N.A

Pr >tr. letu.hualo<l\'ol tl. .UvtLrez

Pru.ua:ten~ ae , erm.i t o ~~&nd.u'l• a Ud. Un c::rdia..t ::ial ud.o

llaeot.ro •• dJ.riJo a ud. Por mecuo d.fl uta ei ea t&n amable dtJ und.Arlila

d.uir tau u&J. i:fl.cuiooea d.e ~od.ora ~- ll.cre•

la que l11e boletas no arülagad.o le •eP-·adecen1 eat.a pet.lo.&.on,

.&.'l'I BTA JtE11.'E

Oua~lupe 1"1 orea Ana,ya

·~

Documento que demuestra el interés que tenían nuestros padres por seguir de cerca nuestra desempeño como estudiantes del naciente Centro Regional.

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Jorge Sauceda, Cuco Escobedo, "El Marro" y "El Javis" en la recién construida explanada. Al fonda, lo que posteriormente sería el edificio de la dirección .

DEPENDENCIA t CENTRD REGIONAL DE EDUCACION -NORJIAL DE AGUASCA LI ENTES, AGS .

SECCION: DIRECCION TELEGRAIIA NU/1 , 64 FECHA: 18 de Ju nto d< 1974 .

TELEGRA/IA ORDINARIO

Sra . Oiga Al!cta Jldttez do Sauceda. Int ernactonal 808 Sur Cd. Front ora, Coah.

64.- YIR'f'UD rERIIINADO LABORES HOY DIA

ABORDARA CAIIION IIADRUGA DA HO Y ESTARA CON USTED DIA -

19 CUA~IER ALTERACION SVPLICOLE SOLICirAR LA I NrDf!.

NACION.

S. t. P.

lltrfCdlo G•• <H"<Xi6a !OIMI Dl ~l-. • , . ~ c,m-•"'.' ...........

,\f • , ....

PROFR.

DI

ZHORA

Las autoridades de la escuela estaban al pendiente de que regresáramos bien a nues tro lugar de origen para disfrutar de un período vacacional.

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Compañeros en toma de la foto oficial.

8

SECRETARIA DE COMUNICACIONES Y TRANSPORTES OllltECCION GENIUtA.L. Oll TI:LIJl"ORAf"OS Nlt.CIONALI!.

T E L E G R A M ./(

PROFI MI:TZAHUA~COYOTL ALVAREZ

A POSTAL 765 765 SUC C 1 (,:tf

AGUASCALIENTtS

VIRTUD li'IPOSIBILITASEME OCURRIR PERSOIIALHENTt RECOGER 1!1

HIJA TtODORA ORTA fLORE S RUEGO!.[ AUTORIZAR

VENGASE COII COIIPANUA DORA GARCIA

GUADALU!'E FLORES • •

T G. N.-

Cuando en vacaciones debíamos regresar a nuestro lugar de origen, no podíamos hacerlo solos. Nuestras padres acudían a recogernos o pedían permiso a la dirección de la escuela para que nos acompañara una persona autorizada.

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Matlachines en festival. Pueden distinguirse Dora Hilda, Mayela y "La More ':

Antes de iniciar un encuentro de fútbol, los jugadores posan junto a su porra de banderines y guitarra.

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Octavio, Ricardo Jaime y Nieves en el baldío que todavía era nuestra escuela

c. reo. J•l•,. liocr f~"''• lfHI"o PN•Id•"'~ . • ro ___ ,.,_t'fl o Alto-o• ,. ,. ' .. " , .

CU"f".IC UdlOAL U CCAI ltCJCW lltf1111.U. u : At'1<~.:..CAI Jl 1 0 AO.:. . ~1/tUX/1. t& CCRREEFCICCIIt:lA ,.,

For -.dio 11el pru .. re , .- '" rtloetl" o .., ot.a fO O/(CI0 0 •• pt,.,.fiO OllfOI'fiC.T el C'0""flllfC QI<A ffftl."' G bf ll'

~:lt:'~;,,¡:·.s:·~:c'N'O:.:: ~!"i:•;r;~·~~ :-~!.~ ·~.~' •. ;. Cl!et f!h n ,., ••rt t••~ r• ae l ,.,.,,~,, crt':o.

·"• -.:rorlñ ee~tdle lco,.Mo a que ,.. •• o'"'"- b­bld., .. l'rlllfOIIIff 11 ft ~reveOtt C.AHI e •al ee«port .. ffi'IIO -Qlllf p.¡dftJ"~ oeollfHer.

I.LP, ._.. , . .... RC' -·

Para realizar un baile, debíamos tener autorización del director del plantel.

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Octavio y elsuperautobús que nos llevó a conocer parte de la república.

Algunos compañeros junto o/ tinaco.

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c.,....,,"· ID'\JOt••rAU.toalftl .... .,.. c ... rltvctllül. oa .,..,. , •• • 1. 7 •.

caftoiJt•t'-u:i•_... I:J.Cial\MU.tiMI~ WIArl'l!f,...._, fJaao:tu• .. <:OIIIla ... ~h.

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Cuando estudiábamos nuestro tercer año de profesional, el compañero Juan Antonia Arroyo Rodríguez [ungía como presidente de la Sociedad de Alumnos.

Fotografía oficial de/4 ' "C

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El22 de noviembre de 19751os diarios locales daban cuenta de la finalización de la última huelga que nos tocó vivir como estudiantes del CRENA. Uno de los más interesados en que se prolongara lo más que se pudiera, fue el compañero Valadez. Todos creímos que era por su gran combatividad y espíritu de lucha, sin embargo, según nos lo ha confesado, lo que quería era ganar tiempo para que Ana Ma. Marmolejo, ya su esposa, se recuperara bien después de haber dado a luz o su primer hijo. (Esto lo hacemos público por petición y autorización expresa de ambos compañeros que o hora son un feliz matrimonio con cinco de familia, más los que se acumulen).

Luz Olvera y Armando Quiroz en las tribunos.

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El club de teatro en la normal de Cd. Guzmán, Jo/., a donde acudió para participar con la puesta en escena de "Los clavas de plata '~

Una escena de "Las clavas de plata '~

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Durante el viaje a Acapulco, hicimos escala en la ciudad de México. Aquí esta mas en el hemiciclo o Juárez, en pleno corazón del D.F.

Algunas compañeras con el Profr. Jesús González Rivas en una playa de Acapulco.

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Ricardo Jaime y Rubén Nieves en una playa de Acapulca.

Armando, "El pájara'; después del chapuzón en

Acapu/co.

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En Arteaga, Mich., donde hicimos escala al regresar de Acapulca.

Panorámica de nuestra escuela. La fato fue tomada desde lo alto del tanque elevado (suponemos que por el Señor Gallo) y corresponde a la segunda etapa de la construcción del plantel {1974).

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En el hotel, los compañeras posan junta al clavadista.

Compañeros tomando un baño refrescante en Puerto Vol/arta.

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El Pro fr. Netzohuolcóyotl Álvorez converso con el presidente de lo República, Lic. Luis

Echeverrío, en lo visito de este último o/ CRENA.

Luego manifestó q~ es muy posJ­ble que idéntico periodo de vacaciones

'1 ~ . 197s- :El f'rf. ft.Lí& _ 1...-----~

L\. ULTL'Lo\ adh;dad deoarrollada JM)r el candl dato a la Pre!Jdeacia de lll RepábUct., Lio. "~ López rortillo, "" ~leS 1uo u:ua yisit. al CliEliA.

El 6 de diciembre de 1975, el Lic. José López Portillo, entonces candidato o lo presidencia de lo República, visitó nuestro es cuelo.

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El mariachi de la escuela interpretando el gran éxito "La múcura '~

T ELEGRAM A

U R G ENTE

CENT:<O RIDIONAL DE J:DUCACIO!l NORMAL DE AGlL\SOALIENTES , AGS .

Ntlt!ERO 168

A veces las telegramas na llegaban a su destino, debido a la lejanía de las comunidades de donde provenían algunos compañeros.

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En la inauguración de las Jamadas Deportivas y Culturales realizadas en nuestra escuela.

Delegación triunfadora en las Jamadas realizadas en Aguascalientes.

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Armando ("El Pájara") durante la práctica intensiva en la Ese. "21 de Agosto '~ A la derecha, un compañero de la segunda generación a quien le decíamos "La Pocha'; el cual fungía en esa ocasión como observador.

Armando ("El Pájaro") con su grupo en la escuela de prácticos "Enrique Olivares Santona '~

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"El Chango'; "El Pájaro" y "Manosanta" en la escuela de práctica "Enrique Olivares Santona'~

Fortino Valdivia entrega, a nombre del4" "C ; un reconocimiento al Profr. Jesús González Rivos, con motivo de su jubilación.

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En el convivía por la jubilación del Pro/r. Jesús Gonzólez Rivas.

Coca, Carmen, el Profr. Jesús Gonzólez Rivas y Armando.

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El Teatro More/os, lleno de graduandos y familiares.

En primer plano, Jorge Luis Quiroz Oval/e y Armando Quiroz Benítez en la ceremonia de graduación en el Teatro More/os.

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MMcSTUOSO BAlLE DE GRADUACION DE LA la. GE"ERACION DEL C. K. E. N. A. En su Centro Social "LOS GLOBOS"

weniza LA ORQUESTA SONIDOS INTERNACIONALES

(Armando Borda) . HMOS. ROMERO Y LOS ERIIITAIIOS

Pase Personal N~ 354

Boleto de entrado o/ baile de graduación.

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ZCZC AGC 78 1 19 1121 C104 MELEAG HOF MEGVGU 020 GALEANA GUADALAJARA J AL Oll-19- 1045 DI RECTOR CENTRb,EDUC NORMAL

¡~~~~gA~mi~~e:gs~lj- !

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NUM 44 20 COMUN 1 QUE RICARDO A IME HERNAN DE Z NOMBROSELE PLAZA MAESTRO PUNTO PLAZ O PRESENTAR SE EST A 1~ A 31 PRESENTE CASO CONTRAR I O OARASE:LE BAJA INSUBSISTENCIA EDU: FEO PROF RO BERTO GARCIA TALAVERA

NNNN

Dos meses después de haber egresado, todos recibimos la notificación, vía telegrama, de la asignación de nuestra plaza y, por el remitente, la entidad a la que se nos adscribía.

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Acosta Luévano Rosa María Alonso Márquez Ma. Thelma

Amador López Ma. Ludivina Arévalo Paz Roberto

.. Arroyo Rodríguez Juan Antonio Bocanegra Santana Catalina

Calzada Delgado

Emilia

Campos Rodríguez Leopoldo Carpio Esqueda

J. Isidro

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Carpio Esqueda J. Isidro

Castañeda Cruz Enrique Castañeda Romo Salvador

Castañeda Romo Sa lvador

Castro García Cruz Medel Natalio

Pedro

De la Cruz Hernández Yolanda De la Cruz Prieto Guillermo

De la Torre Ruiz Ma. del Refugio De Luna Quezada Jesús Vicente

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De Ve lasco M a cías Sergio Delgado Sosa Jaime

Díaz García José de Jesús Díaz García Rosalía

Duque Blanco Ma. Aurora Durón Mercado Eleazar

Durón Peralta Ma. Elena E lorza Castrejón José Luis

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Escobedo Lozano Ma. de la Luz Escobedo Prieto J. Refugio

Esparza Martínez María del Socorro Esparza Navarro Salvador

¡ ' Esparza Originales María del Rosario Esparza Palos Ma. Elena

Esquive! López José Gamaliel Estrada Ávila J. Marcos

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Flores Montoya Angélica Flores Orenday Felipe

Flores Pera les José de Jesús Fuentes Martínez Tomasa

Fuentes Trujillo Pedro Gallegos Román Ma . Yolanda

García Esparza Ma. Elizabeth García García Hilda Perla

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García Rodríguez Ma. del Rosario García Ruiz Martha Elba

García Soni Dora Hilda Gómez Macias Ma. de Jesús

Gómez Pérez Francisco Javier González Hernández José de Jesús

González Valadez José de Jesús Guerra Neri Abigaíl

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Gutiérrez Rodríguez Oiga

Hernández Adame Gilberto

Hernández Galván Victor Manuel

Hernández Soriano Álvaro

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Gutiérrez Romo José de Jesús

Hernández Contreras J. Rosario

Hernández López

Anastasia

Mejía Crespo Jorge Lui s

Hernández Soto Javier

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Hernández Torres Alonso

Hoopo Rodríguez Onésimo

Jaime Hernández Ricardo

López Sánchez Melesio

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.,. Herrera Guzmán Marina

Infante Torres María Dolores

López García Romualdo

Loya Regalado áscar Lozano Torres Ma . Guadalupe

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Lozano Torres Ma. Guadalupe

Marín Herrera Zoila

Marín Romo Raymundo

Márquez González José

Macías Martínez José de Jesús

Marín Mata Rubén

Marmolejo Sieres Ana María

Martínez Elizalde M a. de Jesús

149

Marín Herrera Zoila

Marín Romo Raymundo

Márquez González

José

Martínez Esparza Ofelia

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t .:~ ' •r--... ... . ·~· ., . ' ..... · - 4~~ ~ • ,1

Martínez Esparza Ofelia

Martínez Salas María del Rosario Mejía Crespo Jorge Luis

Méndez Noriega Ma. Elena

Montañez Luévano Juan

Muñoz González Armando

150

Mendoza Ventura Antonio

A V f

Muñoz de los Santos María del Pilar

Muñoz Tarango Francisca

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Nájera Sánchez J. Reyes

Negrete Montes

Rosa lío

Nieves Alonso

J. Rubén

Negrete Román Isidro

Oliva Mares J. Abel

Olvera Torres

Ma . de la Luz

Ordoñez Martínez Norma

151

Negrete lbarra Librado

Nieves Alonso J. Rubén

Olvera Torres

Ma. de la Luz

Orenday Esquive!

Eusebio

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Orenday Esquive! Eusebio

Ovalle Espinoza Raúl Humberto

Ovalle Pérez David

Pérez Herrera J. Jesús

Orta Flores Ma. Teodora

Ovalle Luévano Margarita

Palacios Hernández Ma. de la Luz

Ponce Palos José

152

Ovalle Espinoza Raúl Humberto

Ovalle Pérez David

Pérez Herrera J. Jesús

Quiroz Benítez Armando

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Quiroz Benítez Armando

Quiroz Ovalle Jorge Luis

Ramos Esparza Carmen

Reyes Rosales Jorge

Quiroz Ovalle Héctor Rafael

Ramírez Meza Jesús

Rangel Acevedo Rigoberto

Reyes Soto María Griselda

153

Quiroz Ovalle Jorge Luis

Ramos Esparza Carmen

Reyes Rosales Jorge

Reyes Torres

Evangelina

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Reyes Torres

Evangelina

Reyes Ugarte Ludivina

Rodríguez Gómez

Esthela

Rodríguez Medina

Francisco Javier

Reyes Ugarte Blanca Lilia

Rivera Cornejo Ma. de Lourdes

Rodríguez Gómez Ma. del Socorro

Rodríguez Ventura Olivia

154

Reyes Ugarte Ludivina

Rodríguez Gómez

Esthela

Rodríguez Medina

Francisco Javier

Rodríguez Zamora

David

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Rodríguez Zamora David

Ruvalcaba Trinidad Miguel Ángel

Sánchez Rodríguez

Jorge Alberto

Sauceda Jiménez

Oiga Alicia

Romero Paz Yolanda

Sánchez Cruz Juan

Santana Valdez Miguel Ángel

Saucedo Gaytán Jorge

155

Ruvalcaba Trinidad Miguel Ángel

Sánchez Rodríguez Jorge Alberto

Sauceda Jiménez

Oiga Al icia

Serrano Herrera

J. Jesús

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Serrano Herrera J. Jesús

Tafoya Cervantes José Manuel

Trinidad Quiroz José Martín

Trujillo Torres Minerva

Sifuentes Fabela Ma. Guadalupe

Torres Vaquera Libertad

Trujillo Esquive! José Manuel

Urbina Rodríguez Sindya Deyanira

156

Tafoya Cervante José Manuel

Trinidad Quiroz José Martín

Trujillo Torres Minerva

Urrutia Puentes Ricardo

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Urrutia Puentes Ricardo

Valdivia Magdalena Fortino Valtierra Martínez Livia Yolanda

Valtierra Martínez Livia Yolanda

Vaquera Hernández Moisés Vargas Ávila Araceli

Vargas Prieto J. Guadalupe Vargas Salas M a. del Carmen

Vázquez Treja María Mayela Vega Arellano Héctor

157

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Vega Lomelí Alfredo Velarde Martínez Eudolia

Velasco Montaña Gabriel Ventura López Antonio

158

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Este libro se terminó de imprimir en el mes de junio de 2011

en los talleres de Servimpresos del Centro S. A. de C. V Hortelanos 505 Col. San Luis Aguascalientes, Ags.

La edición consta de 1000 ejemplares.

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TEMA: Historia

SECCIÓN: 1 TfTULO: Anecdotario inconcluso

{Primera generación del CRENA)

CLASIFICACIÓN: 03

BLOQUE 5 NÚM. 81

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T.ema: LITEQ.A1UeA Sección: -1

Entidad: Rquffic.AU EN\GS