Jose A. Paez - Maximas de Napoleon sobre el Arte de la Guerra.pdf

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  • Mximas de Napolensobre el arte de la guerra

    Traducidas y anotadas por el general JOS ANTONIO PEZ

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    Mximas de Napolensobre el arte de la guerraTraducidas y anotadas por el generalJos Antonio Pez

    Publicacin del Ministerio de Comunicacin e InformacinAv. Universidad, Esq. El Chorro, Torre Ministerial, Piso 9 y 10.Caracas. Venezuela.

    Web: www.mci.gob.vee-mail: [email protected]

    Primera edicinAbril de 2005

    DIRECTORIO

    Andrs IzarraMinistro de Comunicacin e Informacin

    Yuri PimentelViceministro de Estrategia Comunicacional

    William CastilloViceministro de Gestin Comunicacional

    Coordinacin GeneralGermn Villegas C.

    Director de ArteJos Luis Daz Jimnez

    Diseo de portadaAdolfo Davila Jarque

    Depsito LegalIf87120053201228

  • LAS MXIMAS DE NAPOLENCOMENTADAS POR PEZ

    En junio de 1865, el general Jos Antonio Pez concluy ellibro Mximas de Napolen sobre el arte de la guerra, el mismoque hoy reedita el Ministerio de Comunicacin e Informacin porinstrucciones del presidente de la Repblica Bolivariana deVenezuela, Hugo Chvez Fras.

    Este libro, escrito por el general Pez, llegar masivamente amanos de los venezolanos. Tendremos oportunidad de conocercmo pensaba el gran guerrero, el hombre que hizo posible eltriunfo de las Queseras del Medio y uno de los grandes estrategasde la guerra que se libr contra Espaa. Pudimos lograrlo en eseentonces, cuando Pez y sus llaneros fueron los vencedores deLas Queseras del Medio.

    Paso a paso, vamos adentrndonos en las verdaderas pginasde nuestra historia, para descubrir que han tomado con pinzas loque en su momento convena a la oligarqua nacional. Nos mal-contaron la historia y ahora la estamos recuperando. En la medi-da que avanzamos a su encuentro, redescubrimos la patria yavanzamos en el convencimiento de su defensa. Es una responsa-bilidad colectiva.

    Consideramos oportuno enfatizar los comentarios que ha rea-lizado el primer mandatario nacional sobre las Mximas deNapolen sobre el arte de la guerra. Tomamos su palabra parareafirmar su vigencia.

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  • CAPACITNDONOSPARA LA DEFENSA DEL PAS

    En los programas Al Presidente 216 y 217, el presidenteHugo Chvez Fras dijo que el general Pez fue uno de los msgrandes guerreros de la historia venezolana y del mundo.Aprovech para comentar el libro Mximas de Napolen sobreel arte de la guerra. As fue su anlisis:

    Afirma Napolen Bonaparte en la Mxima Primera: LosEstados tienen por fronteras o anchos ros, o cadenas de montaao desiertos. De todos estos obstculos, que se oponen a la marchade un ejrcito, el ms difcil de superar es el desierto, despus lasmontaa y luego los anchos ros. Oyeron bien verdad, primerolo ms difcil. Napolen lleg hasta Egipto, acurdense, no esthablando un terico, est hablando un General que estuvo en nos cuntas guerras, Napolen Bonaparte. Luego Pez estuvoaqu, peleando en estas sabanas, en tantas guerras y campaas,hace notas, sobre todo tomando en cuenta la guerra en Venezuela.

    Pez escribe sobre esa Mxima Primera: Napolen, en sucarrera militar, parece haber sido llamado a vencer las dificulta-des que pueden presentarse en las guerras de invasin, en Egiptoatraves desiertos, venciendo y destruyendo a los mamelucos,temidos en mucho por su valor y destreza, su genio supo acomo-darse a todos los peligros de la tan lejana empresa en pas maladaptado, para satisfacer las necesidades de sus tropas. En la con-quista de Italia atraves dos veces Los Alpes por sus ms difci-les pasos, a pesar de la estacin en que la empresa se presentabaan ms difcil. En tres meses pas los Pirineos y derrot y dis-pers cuatro ejrcitos espaoles. En fin, desde el Rin hasta elBoristenes, no hubo obstculo natural que detuviese la marcha desu victorioso ejrcito.

    Napolen condujo un ejrcito invasor, no es el caso nuestro, lest pensando como el Jefe de un ejrcito invasor. Esto tenemosque estudiarlo todos, las mujeres, los hombres, los jvenes.

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  • Vamos a estudiar la ciencia de la guerra, no para hacer la guerrasino para evitar la guerra, para decirle al mundo que si alguien semete con nosotros, no va a ser Chvez con el Ejrcito, la Marina,la Aviacin y la Guardia solamente. No, somos todos nosotros losque vamos a defender esta tierra, aunque sea con lanzas y mache-tes, pero la defenderemos. No van a poder con nosotros, somos26 millones, bueno, hay que apartar a los nios. Aqu estamos loshombres y las mujeres de Venezuela y cada da nos capacitare-mos ms para la defensa integral del pas.

    Hay que leer a Napolen, hay que leer a Mao Tse Tung, hayque leer a Bolvar quien fue un gran guerrero. Estoy hablando dela parte militar ahora, porque la responsabilidad de defensa no esslo, repito, de nosotros los militares, de nuestra Fuerza Armada,que cumple y ha cumplido una tarea importantsima y la va aseguir cumpliendo.

    En otra nota sobre la Mxima Primera, prosigue JosAntonio Pez: Los llanos de Venezuela, los llanos de Venezuelaoponen a un ejrcito invasor todos los obstculos de un desierto,al mismo tiempo que ofrecen grandes ventajas en favor del queconozca bien el carcter de sus habitantes, el terreno y sus recur-sos. Cuando el general Morillo en enero de 1817, volvi de laNueva Granada sobre Venezuela, al llegar con parte de su ejrci-to a Guasdualito, ciudad limtrofe de estos dos pases y situado enlos llanos de Apure, nosotros tenamos nuestro cuartel general a50 leguas de dicho punto y Pez empieza a analizar la guerra:cmo la sabana es en parte un desierto y cuntas ventajas tienequien la conozca y quien conozca el carcter de sus habitantes, elterreno y su recurso

    Si miramos hacia atrs, vean lo que dice Pez, voy a repetirlo,lo que dice Napolen, El ms difcil de los obstculos es el des-ierto, despus la montaa. Por all estn las montaas y losgrandes ros, ah mismo est el Apure, ms all el Arauca, msall el Orinoco, el Bocon no es tan grande, pero es un ro cau-daloso; es conveniente leer todo esto, los integrantes de los ncle-

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  • os endgenos tienen que leer estas cosas, los militares tienen queleerle, a sus tropas, esta cosas, los militares y la reserva militartienen que prepararse, lo primero que hay que asumir es lo queyo estoy indicando a todos, una actitud de defensa nacional, unaactitud, un entender que es problema de todos y de todas, por esohago este comentario hoy en Al Presidente y le pido a todos losvenezolanos y venezolanas que entremos en actitud de defensaintegral de la nacin junto con la Fuerza Armada Venezolana.

    DE CMO PAZ DERROT A MORILLO

    El Presidente Hugo Chvez Fras vuelve sobre el libroMximas de Napolen sobre el arte de la guerra. Comenta (AlPresidente 217) las notas de Pez, de cmo el llanero logr atraera Morillo hacia las sabanas de Apure.

    Pablo Morillo era uno de las ms experimentados generalesespaoles y vino a batallar en estas sabanas. Pez lo oblig a lle-gar hasta aqu y aqu lo derrot y lo oblig a que se replegara,vean ustedes lo que dice Pez, estas son enseanzas para hoy.

    Dice Pez, voy a leer, presten atencin, les ruego. El ciuda-dano que se interesa en el triunfo de la causa por la cual se bateel soldado -oigan bien- El ciudadano que se interesa en eltriunfo de la causa por la cual se bate un soldado, no se detieneen sacrificio de ningn linaje, estos ayudan al buen xito de lacausa. Esto es filosofa de la guerra, de mi general Pez, no noshace falta aqu estudiar slo a Clausewitz o a Mao, que tambinhay que estudiarlo. Estos hombres, Bolvar, Pez y muchos otros,escribieron sobre la guerra y hay que estudiar la guerra venezo-lana en el propio territorio.

    UNIN CVICO MILITAR

    Qu fue lo que pas aqu?.- Da en el clavo en algo fundamen-tal: el apoyo de los ciudadanos, la unin cvico-militar, pues.

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  • Dice aqu Pez: En prueba de ello, citaremos el siguiente episo-dio de la guerra de nuestra Independencia, en el cual se ve con-firmado lo que hemos dicho sobre los inconvenientes que ofrecennuestros llanos a un ejrcito invasor.

    A principios del ao 1819 sali de Calabozo el generalMorillo, para invadir el Apure con 5 mil infantes y 2 mil caballos.Nosotros no tenamos, entonces, sino 4 mil hombres, 2 mil infan-tes reclutas y el resto de caballera. En dicha poca era el ejrci-to de Apure el ms fuerte con que contaban los patriotas y no nospareci prudente exponerlo contra fuerzas superiores

    Lpez Hidalgo, fjate lo que dice aqu: el ejrcito de Apureera el ms fuerte con el que contaban los patriotas y no me pare-ci prudente exponerlo contra fuerzas superiores; lo hubieranderrotado a lo mejor, en una lucha frontal. Eran reclutas, aunqueera el mejor ejrcito el de Apure, eran reclutas y, adems, tena-mos slo 2 mil infantes, los espaoles tenan 5 mil infantes con-tra 2 mil y los nuestros eran unos reclutas y los de ellos eran unosveteranos que venan de pelear contra Napolen y mejor arma-dos. Si Pez sale a la sabana a enfrentarlos, de manera simtrica,los hubieran destrozado; pero Pez era astuto, era Rey de la gue-rra asimtrica, era un maestro de la guerra irregular, pues. DicePez: Aquellos tenan 2 mil caballos y nosotros tenamos igual,2 mil caballos. Adems las fuerzas eran superiores no slo ennmero, sino en calidad.

    Sigo leyendo: Por lo tanto, resolvimos adoptar otro gnero deguerra en aquella campaa: la guerra de movimientos y hacerpenetrar al enemigo en los desiertos de Caribn. Dnde estnlos desiertos de Caribn? Aqu mismito, a pocos kilmetros deaqu. Oigan lo que viene ahora: Una vez resuelto esto convoca-mos a todos los vecinos de la ciudad de San Fernando de Apure,en donde estaba situado nuestro Cuartel general, a una reunin,en la cual se particip la resolucin que tenamos de abandonartodos los pueblos y dejar al enemigo que pasase, sin molestia, losros de Apure y Arauca, para atraerlo a los desiertos ya citados.

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  • Un General reuniendo al pueblo para informarle de las decisionestomadas y pedirle apoyo. Esto es fundamental, slo as se gan esaguerra, slo as se ganara cualquier guerra contra cualquier imperioo fuerza que pretenda venir, como ya he dicho, a robarnos la patria.

    Fjense lo que sigue diciendo Pez: Los vecinos de SanFernando de Apure acogieron la idea por unanimidad y propusie-ron reducir la ciudad a cenizas, porque era un punto muy impor-tante para las operaciones militares del enemigo. Los mismosvecinos quemaron la ciudad, se es un pueblo dispuesto a serlibre o morir, pero no a ser esclavo ms nunca. Manifestando losvecinos todos que estaban dispuestos a dar fuego a sus propiascasas, con sus propias manos, cuando llegara el caso, y tomar lasarmas e incorporarse en el ejrcito libertador. Ejecutose as aque-lla sublime resolucin al presentarse el ejrcito espaol en laribera izquierda del ro. Morillo, al divisar el incendio, no pudomenos que confesar la imposibilidad de someter a gente tanresuelta. Tuvo que reconocer, el General espaol, que as no ibaa poder conquistar estas tierras de nuevo.

    GUERRA DEL PUEBLOCONTRA EL EJRCITO INVASOR

    Sigo leyendo: De paso, se me ocurre aqu referir un incidentecurioso de aquella campaa. Aqu viene un incidente important-simo en la guerra simtrica, que es una guerra irregular o una gue-rra de un pueblo contra un ejrcito invasor. Dice as, fjense lo quedice: Atraves, pues, el ejrcito realista, los dos ros sin oposiciny nosotros nos retiramos al otro lado del Arauca. Cuando ya tenaMorillo su ejrcito preparado para el da siguiente marchar ennuestra busca, llevamos cuatro caballos salvajes a la orilla de sucampamento y como a tiro de fusil, siendo las 10:00 de la noche,se les ataron cueros secos al rabo y soltmoslos en direccin alcampamento, haciendo, al mismo tiempo, algunos tiros. Los caba-llos partieron, furiosamente, disparados por entre el campamento y

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  • los espaoles creyeron que les vena encima una tremenda carga decaballera. Varios cuerpos rompieron el fuego, cundi el desordenpor todas partes y nuestros caballos hicieron ms estragos en suimpetuosa carrera que los 2 mil bueyes que Anbal lanz sobre elcampamento romano. Al da siguiente no pudieron los espaolesponerse en marcha y dos o tres das se perdieron en reorganizarse.

    Guerra asimtrica. Con cuatro caballos salvajes armaron tre-mendo lo en el campamento espaol en la noche, con cuerossecos y unos cuatro tiros. Tampoco les hicimos oposicin formalen el Paso Arauca y desde que los tuvimos, con el ro a retaguar-dia, -lo que l quera: tenerlos con el ro a retaguardia- principia-mos a ejecutar nuestro plan de 800 hombres de caballera queeran los veteranos de l-, colocamos la Infantera en la isla de LaUrbana -que est en el Orinoco, para proteger a los Infantes queeran unos reclutas, no los meti en la batalla- y el resto de la caba-llera la remonta y la emigracin de los pueblos comarcanos enlugares seguros. El primer da provocamos a los espaoles a uncombate fingido que les cost bien caro, queramos, solamente,que su caballera nos cargase, para ver si logrbamos derrotarla yentonces su Infantera estaba perdida. Desde las 8:00 de la maa-na tuvimos algunas escaramuzas y nos pusimos en retirada.

    Eso fue aqu mismo, en esta sabana, hace hoy 186 aos, perola sabana es la misma, el ro es el mismo, el monte es el mismo,el viento es el mismo y la tierra es la misma. Desde las 8:00 dela maana tuvimos algunas escaramuzas y nos pusimos en retira-da. Morillo nos fue persiguiendo hasta las 6:00 de la tarde, sincomprometer nunca su caballera, aunque era numricamentesuperior a la nuestra y la distancia a la que estbamos no pasabamucho de un tiro de fusil. Pernoct aquella noche en el Congrialde Cunaviche, muy cerca de la entrada al desierto de Caribn, endonde no habra encontrado recursos de ningn gnero y en elcaso forzoso de retirada habra tenido que luchar con las embos-cadas que nos proponamos tenderle por la espalda. Morillo, queera bastante avisado -no era ningn tonto Morillo- en la noche

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  • siguiente contramarch, se retir, repas el Arauca y se fue a laciudad de Achaguas, donde estableci su cuartel general. En suretirada le seguan nuestras guerrillas de caballera, molestndo-le por el frente, por los flancos, por la retaguardia, diariamente lehacamos prisioneros y, sobre todo, se le impeda recoger confacilidad ganados para racionarse -no tenan casi comida-, en talestado se hallaba la campaa, cuando se nos incorpor Bolvar.

    LLEGA BOLVAR A APURE

    Fue cuando Bolvar lleg al Apure. Vena de dnde? De Angostura,haba instalado el Congreso de Angostura das antes, el 15 de febrero,termin febrero, termin marzo, bueno y ya en abril estaba Bolvaraqu, era pleno verano, lleg Bolvar con la parte del ejrcito.

    Pidi informes sobre el nmero del ejrcito enemigo, le asegu-ramos que ascenda a 6 mil hombres y que, por tanto, no habamoscredo prudente empear nuestras fuerzas en un combate general yqueramos entretener a Morillo a larga distancia de Caracas, cuyaciudad deba tomar el general Urdaneta con 1.500 hombres que sepusieron a su disposicin en la isla de Margarita -era un PlanNacional Estratgico-. Bolvar aprob el Plan, pero dijo que est-bamos muy distantes de Morillo como para darle alcance cuandose pusiera en marcha sobre Urdaneta. Se hizo la observacin que sinos acercbamos ms con todo el ejrcito poda el General espaolcomprometernos a una batalla, repasamos, al fin, al ro Arauca,segn el deseo de Bolvar, quien continu su marcha sobreAchaguas. A cinco leguas de aquella ciudad dimos con el segun-do batalln de Valencey y 200 hombres de caballera en un trapi-che llamado Gamarra, Bolvar lo hizo atacar con cuatro batallonesque fueron dispersados en menos de un cuarto de hora.

    Vean ustedes la fuerza espaola, Bolvar mand un ataque,cuatro batallones y fueron dispersados en menos de un cuarto dehora. y sabedor el enemigo, por algunos prisioneros, de quean nos quedaba un batalln que no entr en accin y 2 mil hom-

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  • bres de caballera, a quienes el terreno impeda maniobrar, sepuso en retirada para Achaguas. Bolvar se ocup de reunir a losdispersos y consigui esto, resolvi contramarchar sobre la ribe-ra de Arauca, al da siguiente recibi aviso de que el enemigovena sobre nosotros y form nuestro Jefe

    Fjense esta nobleza de Pez, no? Esto lo escribi Pez,anciano ya, en 1865, haban pasado ya 35 aos de la muerte deBolvar y Pez escribe: Al da siguiente recibi aviso de que elenemigo vena sobre nosotros y form nuestro Jefe una JuntaMilitar, la cual resolvi que se pasara de nuevo el Arauca, comose ejecut. Morillo lleg tambin a la ribera del ro y acamp unamilla ms abajo del punto que estbamos, la siguiente proclamadescribe, entonces, el encuentro de nuestras fuerzas con las de losrealistas, aqu en las Queseras del Medio.

    Y publica Pez la proclama que Bolvar escribi despus de labatalla, del otro lado del ro estaba Bolvar y escribi una tremen-da proclama que dice as: Soldados, acabis de ejecutar la proe-za ms extraordinaria que puede celebrar la historia militar detodas las naciones, 150 hombres, mejor dir, 150 hroes, guiadospor el impertrrito general Pez, de propsito deliberado han ata-cado de frente a todo el Ejrcito espaol de Morillo. Artillera,Infantera, Caballera, nada ha bastado al enemigo para defender-se de los 150 compaeros del intrepidsimo Pez. La columna deCaballera ha sucumbido al golpe de nuestras lanzas, la Infanteraha buscado asilo en el bosque; los fuegos de caones han cesadodelante de los pechos de nuestros caballos, slo las tinieblashabran preservado a ese Ejrcito de viles tiranos de una comple-ta y absoluta destruccin. Soldados, lo que se ha hecho no es msque un preludio de lo que podis hacer. Preparaos al combate ycontad con la victoria que llevis en las puntas de vuestras lanzasy de vuestras bayonetas. Cuartel general de Los PotreritosMarrereos, a 3 de abril de 1819.

    Eso fue aqu mismo, hace 186 aos.

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    General Jos Antonio Pez

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  • Tropezamos con la presente obrita,y hemos querido dedicar a su traduc-cin nuestras horas de solaz, confir-mando con notas de nuestra propiaexperiencia en la guerra de indepen-dencia de nuestro pas las mximas delCapitn del siglo.

    Ojal que este trabajo, que empren-demos en el ocaso de nuestra vida,sirva slo para defender los principioscon que adquiri nuestra Patria unlugar entre las naciones, y nunca decatecismo para aprender los medios dedestruir a nuestros hermanos y asolaruna tierra ya sobradamente regada consangre fratricida.

    J. A. Pez.Nueva York, junio de 1865

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  • PROLOGOElaborado para la edicin inglesa

    El editor da a luz por segunda vez el presente tomito por creer supublicacin oportuna, pues una coleccin de las mximas que rigieronlas operaciones militares del Capitn ms grande de los tiemposmodernos, no puede dejar de ser de suma utilidad a los jvenes oficia-les que en realidad desean adquirir un conocimiento del arte de la gue-rra. Van ilustradas las mximas con ejemplos sacados de las campaasde Gustavo Adolfo, Turena, Federico y Napolen. Todos estos gran-des hombres se gobernaron por los mismos principios, cuya sabidurareconocern los militares aplicndolas a la lectura de las campaas res-pectivas, para poder hacer de ellas en lo futuro el uso que el genio decada cual le indique.

    Y aqu,dice el traductor, coronel D Aguilar, debera darse porconcluida mi tarea; mas notando cun incompleta quedaba la recopi-lacin por s sola, he tratado de suplir su insuficiencia acudiendo enbusca de mayor ilustracin a las memorias de Montecuculli y a las ins-trucciones de Federico a sus generales. Las analogas entre sus princi-pios y los de Napolen me ha convencido de que el arte militar debeser considerado bajo dos aspectos: el que pertenece enteramente a losconocimientos y al genio del general, y el que se refiere a los detalles.

    Es el primero idntico en todos los tiempos y para todas las nacio-nes, cualesquiera que sean las armas que usen en los combates ; dedonde se sigue que los grandes capitanes de todos los siglos se hanregido por los mismos principios.

    Los detalles, al contrario, son dominados por las circunstanciasdel momento, y varan segn el carcter de los pueblos y la calidad desus armas.

    A fin de mostrar la exactitud de esta observacin, he recogido delos diferentes perodos de la historia, hechos a que se aplicasen lasmximas, y probasen que nada es problemtico en la guerra, sino queel xito favorable o adverso de las operaciones militares depende casisiempre del genio natural y de la ciencia del jefe.

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  • Mximas de Guerrade Napolen

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    Napolen en Fontainebleau. - Cuadro de Paul Delaroche (Mueso de Leipzig)

  • MXIMA I

    Los Estados tienen por fronteras o anchos ros, o cadenas demontaa o desierto. De todos estos obstculos que se oponen a lamarcha de un ejrcito, el ms difcil de superar es el desierto; des-pus las montaas, y luego los anchos ros.

    NOTANapolen en su carrera militar parece haber sido llamado a

    vencer las dificultades que pueden presentarse en las guerras deinvasin. En Egipto atraves desiertos, venciendo y destruyendoa los Mamelucos, tenidos en mucho por su valor y destreza. Sugenio supo acomodarse a todos los peligros de tan lejana empre-sa en pas mal adaptado para satisfacer las necesidades de sus tro-pas. En la conquista de Italia atraves dos veces los Alpes por susms difciles pasos, a pesar de la estacin en que la empresa sepresentaba an ms difcil. En tres meses pas los Pirineos yderrot y dispers cuatro ejrcito espaoles. En fin, desde el Rinhasta el Borysthenes no hubo obstculos natural que detuviese lamarcha de su victorioso ejrcito.

    MXIMA II

    Al formar un plan de campaa debe preverse lo que el enemi-go puede hacer, y apercibirse de todos los medios necesarios parahacerle oposicin.

    Pueden los planes de campaa modificarse hasta el infinito,segn las circunstancias, el genio del General, el carcter de lastropas, y la topografa del teatro de la accin.

    NOTAA veces tiene xito feliz una aventurada campaa emprendida

    contra todos los principios del arte militar; pero este xito se debeo al capricho de la fortuna o a faltas cometidas por el enemigo:

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  • cosas con que nunca debe contar un general. A veces un plan decampaa, aunque basado en los slidos principios del arte, correriesgo de fracasar en su principio, si tiene que habrselas el autorcon un adversario que obra comenzando por la defensiva, ytomando despus rpidamente la ofensiva, sorprende con destre-za de sus maniobras. Tal fue la suerte que cupo al plan trazadopor el Consejo Aulico para la campaa de 1796, encomendada almariscal Wurmser. Haba contado este jefe con la superioridadnumrica de sus tropas para cortar la retirada al ejrcito francs ydestruirlo; bas sus operaciones en la actitud defensiva de suadversario que ocupaba la lnea del Adige y tena que cubrir elsitio de Mantua, al mismo tiempo que la Italia central y meridio-nal. Wurmser, suponiendo al ejrcito francs en las inmediacio-nes de Mantua, dividi su fuerza en tres cuerpos que marchandoseparadamente, deban venir a reunirse en aquel lugar.Penetrando Napolen los designios del general austriaco, com-prendi la ventaja que podra obtenerse de dar el primer golpe aun ejrcito dividido en tres cuerpos separados y sin comunica-cin. Apresurse por lo tanto, a levantar el sitio de Mantua, reu-ni todas sus fuerzas, y logr por este medio hacerse superior alos imperialistas, cuyas divisiones atac y bati en detalle. As,Wurmser, que crea correr a una victoria cierta, se vio obligado,despus de una campaa de diez das, a retirarse con los restos desu ejrcito al Tyrol, con prdida de 25.000 hombres entre muer-tos y heridos, 15.000 prisioneros, 9 banderas y 70 piezas de arti-llera. Esto demuestra cun difcil es prescribir de antemano a ungeneral la lnea de conducta que debe seguir durante el curso deuna campaa. Depende a veces el xito de circunstancias que nopudieron ser previstas, y no es de olvidarse que nada pone tantastrabas a los esfuerzos del genio como el verse obligado el jefe deun ejrcito a ser gobernado por la voluntad ajena.

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  • MXIMA III

    El ejrcito que emprende la conquista de un pas tiene sus dosalas o apoyadas en territorios neutrales, o en grandes obstculosnaturales, como son ros o cadenas de montaas. En algunoscasos sucede que una de las alas tiene estos apoyos, y otras veceslas dos estn descubiertas. En el primer caso, es decir, cuandoambas alas estn protegidas, tiene el general solamente que aten-der a su frente para no ser roto. En el segundo caso, cuando unasola de las alas est apoyada, debe descansar en ella. En el terce-ro, cuando ambas estn descubiertas, debe depender de un unaformacin central, y no permitir que los diferentes cuerpos de sumando se aparten de ella, porque si dificultoso es pelear tenien-do dos flancos expuestos, se duplica el inconveniente teniendocuatro, y triplica teniendo seis lo cual sucede si el ejrcito se divi-de en dos o tres diferentes cuerpos. En el primer caso, segn diji-mos antes, la lnea de operaciones puede descansar indiferente-mente sobre la derecha o sobre la izquierda. En el segundo debedirigirse al ala apoyada. En el tercero debe ser perpendicular alcentro de la lnea de marcha del ejrcito. Pero en todos estoscasos es necesario en cada distancia de cinco o seis das de mar-cha, tener un puesto fortificado o una posicin atrincheradassobre la lnea de operaciones, para poder reunir pertrechos y pro-visiones de guerra, organizar convoyes, para formar all un cen-tro de movimiento, y establecer un punto de defensa, a fin deacortar la lnea de operaciones del ejrcito.

    NOTAEstos principios generales del arte militar fueron desconoci-

    dos o no tenidos en cuenta en la edad media. Los cruzados en susincursiones en la Palestina parecan no haber tenido otro objetivoque pelear y vencer; tan pocos eran sus esfuerzos en aprovechar-se de sus victorias. De aqu es que perecieron en Siria innumera-bles ejrcitos sin ms ventajas que la que se deriva del moment-

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  • neo xito que obtiene el nmero. A la inobservancia de estos prin-cipios se debi que Carlos XII abandonando su lnea de operacio-nes y toda comunicacin con Suecia, y lanzndose en la Ukrania,perdiese la mayor parte de su ejrcito, diezmado por las fatigasde una campaa de invierno en un pas desnudo y desprovisto derecursos. Derrotado en Pultawa tuvo que buscar refugio enTurqua despus de cruzar el Nieper con los restos de sus ejrci-to reducido a poco ms de mil hombres.

    Gustavo Adolfo fue el primero que trajo de nuevo el arte de laguerra a sus verdaderos principios. Sus operaciones en Alemaniafueron tan atrevidas y rpidas como bien ejecutadas. Las venta-jas que obtena conducan a la seguridad de sus futuras operacio-nes, impidiendo la posibilidad de cualquier interrupcin de suscomunicaciones con Suecia. Sus campaas forman una nueva eraen el arte de la guerra.

    MXIMA IV

    Cuando emprenden la conquista de un pas dos o tres ejrci-tos, que obran separadamente hasta llegar al punto fijado para su

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    Batalla de Friedland. - Cuadro de Horace Vervet. (Muse de Versailles)

  • concentracin, debe sentarse principio, que la unin de sus dife-rentes cuerpos no debe efectuarse cerca del enemigo; pues pudie-ra ste, con la unin de sus fuerzas, no slo impedir la de las deladversario, sino batir los ejrcitos en detalle.

    NOTASi bien es cierto que en las campaas de 1757, Federico marchan-

    do a la conquista de Bohemia con dos ejrcitos, que tena cada uno sulnea separada de operaciones, logr unirlos a la vista del duque deLorena que cubra a Praga con el ejrcito imperial; no debe, sinembargo, citarse semejante ejemplo como digno de imitacin. Elbuen xito de la marcha dependi enteramente de la inaccin delduque, que a la cabeza de 70.000 hombres no hizo nada para impedirla unin de los dos ejrcitos prusianos.

    MXIMA V

    Deben regirse las guerras por ciertos principios, pues cada unaha de tener un objeto marcado, y llevarse a trmino segn lasreglas del arte. Deben emprenderse solamente contando con fuer-zas proporcionadas a los obstculos que se han de vencer.

    NOTASola decir el mariscal Villars que cuando se emprende una

    guerra, es necesario conocer exactamente el nmero de tropasque el enemigo puede presentar en el campo, pues es imposibletrazar ningn slido plan de operaciones ofensivas o defensivas,sin un perfecto conocimiento de lo que deba esperarse o temerse.Cuando se tira el primer tiro, dice dicho mariscal, nadie puedecalcular el resultado de la guerra. Es, por lo tanto, de la mayorimportancia reflexionar maduramente antes de empearla.Cuando esta se ha decidido, observa el mariscal que a los planesmejor combinados y llevados a efecto con intrepidez, se handebido siempre los resultados ms glorioso. Cuando decidamos

    Traducidas y anotadas por el General Jos Antonio Pez

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  • emprender la guerra, aade, lancmonos a ella con vigor y sinftiles consideraciones.

    MXIMA VI

    Al principio de una campaa, es materia de grave considera-cin si se debe avanzar o no; pero, una vez tomada la ofensiva,hay que sostenerse hasta el ltimo trance. Por diestras que seanlas maniobras de una retirada siempre debilitan la moral de unejrcito, que pierde las oportunidades de conseguir un feliz xito,mientras el enemigo las tiene casi seguras. Adems, las retiradassiempre cuestan ms hombres y materiales que los ms sangrien-tos encuentros, con la sola diferencia de que en una batalla, laprdida del enemigo es casi igual a la nuestra, mientras que unaretirada, la prdida es solo de nuestra parte.

    NOTAEl mariscal de Sajonia dice, que las retiradas ms favorables

    son las que se hacen ante un enemigo dbil y poco arrojado, por-que si acaso persigue con algn vigor, puede muy fcilmente serderrotado por el que retira. Sin embargo, es un gran error, dice elmariscal, seguir el proverbio que dice: A enemigo que huye puen-te de plata. No, perseguidle ahincadamente y lo destruiris.

    MXIMA VII

    Un ejrcito debe estar dispuesto todos los das, todas lasnoches, y todas las horas del da y de la noche, a oponer toda laresistencia de que es capaz. Con este objeto, el soldado debe estarsiempre provisto de armas y municiones; la infantera no debeestar sin su artillera, caballera y generales; y las diferentes divi-siones del ejrcito deben estar constantemente en estado de sos-tener, ser sostenidas y protegerse mutuamente.

    Las tropas, ya hagan alto, acampen o estn en marcha, deben

    28 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • siempre ocupar posiciones favorables con cuanto se requierapara un campo de batalla; v. g., los flancos deben estar biencubiertos, y toda la artillera colocada de modo que tenga campolibre para hacer sus descargas con las mayores ventajas. Cuandoun ejrcito marcha en columna debe tener avanzadas y flanquea-dores para examinar bien el terreno que se tiene al frente, a laderecha, a la izquierda, y siempre a tal distancia que pueda elgrueso del ejrcito desplegarse en posicin.

    NOTALas siguientes mximas tomadas de las memorias de

    Montecuculli, me parece que vienen bien en ese lugar, y puedenformar un til comentario a los principios generales expuestos enla mxima precedente:

    Cuando se emprende la guerra dejemos, a un lado las dudas ylos escrpulos. Tengamos por seguro el buen xito; confiemos enque la Providencia, o nuestra prudencia, o que la falta de talentopor parte del enemigo le impidan aprovecharse de sus ventajas.La primera seguridad para el xito, es conferir el mando a un soloindividuo.

    Cuando se reparte la autoridad, las opiniones de los jefes var-an con frecuencia, y las operaciones carecen de aquellas unidadde accin que se requiere para vencer. Adems, cuando unaempresa es comn a muchos y no encomendada a sola persona,no se lleva adelante con vigor, ni se toma mucho inters por elresultado.

    Despus de habernos conformado estrictamente a todas lasreglas del arte, y seguros de que nada hemos omitido para conse-guir el feliz xito eventual, confiemos el resultado a laProvidencia y descansemos tranquilamente en la decisin de esapotencia superior.

    Suceda lo que suceda, debe el General en jefe permanecerfirme y constante en su propsito: ni le ensoberbezca lo prspe-ro, ni le abata lo adverso; porque en la guerra la buena y la mala

    Traducidas y anotadas por el General Jos Antonio Pez

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  • fortuna se suceden alternativamente, y forman el flujo y reflujode las operaciones militares.

    Cuando un ejrcito es fuerte y aguerrido, y el del contrariodbil y compuesto de soldados bisoos o enervados por una largainaccin, entonces deben emplearse todos los medios para hacer-los entrar en batalla.

    Empero, si el adversario tiene la ventaja en tropas, debe evi-tarse un combate decisivo, limitndose slo a impedir sus progre-sos, acampando ventajosamente y fortificando los pasos favora-bles.

    Cuando los ejrcitos son casi iguales en fuerzas, es de desear-se que en vez de evitar la batalla se trate de darla con ventajas.Con este objeto debe procurarse acampar siempre en frente delenemigo; moverse cuando l se mueve, y ocupar las alturas yterrenos favorables que estn en su lnea de marcha; apoderarsede todos los edificios y caminos adyacentes a su campo, y apos-tarse ventajosamente en los lugares por donde deba pasar.

    Mucho se ganar con hacerle perder tiempo, estorbar susdesignios retardar su progreso y ejecucin. Pero si un ejrcito esinferior al del enemigo, y no hay posibilidad de maniobrar contral con buen xito, abandnese la campaa, y retrense las tropasa las fortalezas.

    El principal objetivo de un General en jefe en el momento dela batalla, debe ser asegurar los flancos de su ejrcito.

    Es verdad que es preciso buscar buenas posiciones favorablespara lograr este objeto, pero, como quiera que estas son fijas einmviles de por s, sern solamente ventajosas al General quequiera esperar el choque del enemigo, y no al que marcha al ata-que.

    Un General, por lo tanto, puede slo descansar en el especialarreglo de su tropas, para rechazar cualquier ataque de su adver-sario sobre su frente, flanco o retaguardia.

    Si un flanco de un ejrcito descansa sobre un ro o en unabarranca impasable, debe colocarse toda la caballera en la otra

    30 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • ala para envolver al enemigo ms fcilmente con su superioridadnumrica.

    Si el enemigo tiene sus flancos apoyados en bosques, debeenviarse la caballera ligera o infantera para atacarlo de flancoso retaguardia durante el calor de la batalla. Si es posible tambindebe darse un ataque a los bagajes para aumentar la confusin.

    Si un general desea batir la izquierda del enemigo con su aladerecha, o la derecha con su izquierda, debe reforzar el ala queataca con la flor de su ejrcito. Al mismo tiempo la otra ala nodebe entrar en accin, y debe lanzarse rpidamente el ala agreso-ra para abrumar al enemigo. Si la naturaleza del Herrero lo per-mite, debe acercarse al enemigo a la sordina y atacarlo antes quese ponga en guardia. Si se descubren en el enemigo muestra detemor, como cuando se le ve confuso y desordenado, debe perse-gursele inmediatamente sin darle tiempo a restablecerse. Tocaentonces a la caballera entrar en accin y cortar la artillera ybagaje del enemigo.

    El orden de marcha ha de estar siempre subordinado al ordende batalla que debe arreglarse de antemano. Est bien regulada lamarcha de un ejrcito cuando es regida por la distancia a quedebe efectuarse, y por el tiempo que exije su ejecucin. El frentede la columna debe disminuirse o aumentarse segn la naturale-za del terreno, cuidando siempre de que la artillera vaya por lacarretera.

    Cuando hay que pasar un ro colquese la artillera en bateraen la orilla frente al punto por donde se va a cruzar. Es una ven-taja un ro que forma un giro o un ngulo; tambin encontrar unvado por el lugar donde se quiere efectuar el paso.

    Mientras se procede a la construccin de los puentes debeavanzar la infantera a cubrir a los trabajadores, manteniendo, elfuego contra la ribera opuesta; pero tan pronto como se terminela obra hgase pasar un cuerpo de infantera y caballera, y algu-nas piezas de campaa. La infantera debe atrincherarse inmedia-tamente a la cabeza del puente, y es tambin prudente fortificar-

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  • se en el mismo lado del ro, para proteger el puente en caso deque el enemigo aventure un movimiento ofensivo.

    La avanzada de un ejercito debe estar provista de guas fielesy de un cuerpo de gastadores, los primeros para sealar los mejo-res caminos, y los segundos para hacerlos ms accesibles.

    Si el ejrcito marcha en destacamentos, el comandante de cadauno de ellos ha de llevar escrito el nombre del lugar donde debenreunirse todos: este debe estar suficientemente separado del ene-migo para impedir que lo ocupe antes de la unin de todos losdestacamentos. Por lo tanto, es importante tener secreto el nom-bre de dicho punto.

    En el momento que un ejrcito se aproxima al enemigo, debemarchar en el orden en que intenta combatir. Si hay algo quetemer tmense precauciones proporcionadas al grado del peligro.

    Cuando hay que pasar un desfiladero, las tropas deben haceralto ms all del extremo hasta que todo el ejrcito haya pasado.Para ocultar los movimientos de un ejrcito es necesario marcharde noche por bosques y por valles, por los caminos ms retiradosy distantes de todos los lugares habitados. No debe permitirse quese enciendan fuegos; y para ms favorecer el designio, convieneque se muevan las tropas por rdenes verbales. Cuando el objetode la marcha es tomar un puesto o auxiliar una plaza sitiada, laavanzada debe marchar a tiro de fusil del cuerpo principal, por-que as est apercibido para un ataque y dispuesto a vencer todaoposicin.

    Cuando una marcha se hace con objeto de forzar un paso ocu-pado por el enemigo, hgase un ataque fingido sobre un punto, ydespus con un rpido movimiento dirjase un ataque verdaderoa otro.

    A veces se obtiene buen xito fingiendo retirarse a la primiti-va lnea de marcha, y por una repentina contramarcha, apoderar-se del peso antes que el enemigo pueda volver a ocuparlo.Algunos generales han logrado su objeto engaando al enemigocon una maniobra, mientras un destacamento, al amparo de unas

    32 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • alturas, ha sorprendido el paso por una marcha oculta. Como elenemigo estaba ocupado en vigilar los movimientos del cuerpoprincipal, el destacamento tuvo oportunidad de atrincherarse ensu nueva posicin.

    Un ejrcito acomoda su modo de acampar al mayor o menorgrado de precaucin que requieren las circunstancias. En un pasamigo las tropas se dividen para procurar mejor acomodamientoy surtirse de lo necesario. Pero teniendo al enemigo en frente, elejrcito acampar siempre en orden de batalla. Con este objeto,es de suma importancia cubrir una parte del campo, cuanto sepueda, con defensas naturales, como un ro, una cadena de rocaso un barranco. Tngase tambin cuidado que el campo no seadominado, y que no haya, para una libre comunicacin, entre losdiferentes cuerpos, obstculos que puedan impedir a las tropassocorrerse mutuamente.

    Cuando un ejrcito ocupa un campo fijo, es necesario estarbien surtido de vveres y municiones, o al menos que ambascosas se encuentren a una distancia en que puedan ser fcilmen-te obtenidas. Para asegurarse de esto, debe establecerse bien lalnea de comunicacin y tener cuidado de no dejar un fortalezaenemiga a retaguardia.

    Cuando un ejrcito est en cuarteles de invierno, se hallarms seguro, ya fortificando el campo, para lo que debe escoger-se un lugar cerca de una gran ciudad comercial, o un ro queofrezca facilidad de transporte o ya distribuyndolo en cerradosacantonamientos, de modo que las tropas estn cerca las unas delas otras y puedan suministrarse mutuo auxilio.

    Los cuarteles de invierno de un ejrcito pueden tambin pro-tegerse construyendo pequeas obras cubiertas en todas las lne-as de aproches a los acantonamientos y apostando avanzadas decaballera para observar los movimientos del enemigo.

    Debe empearse una batalla cuando haya razones para esperavictoria o cuando corre riesgo el ejrcito de ser destruido sincombatir; tambin cuando hay que socorrer una plaza sitiada, o

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  • cuando se desee impedir que llegue un refuerzo al enemigo. Estambin til empear batalla cuando hay una coyuntura favorableque se presenta, tal como apoderase de un punto o paso no defen-dido, atacar al enemigo cuando ha cometido algn error o cuan-do la falta de acuerdo entre sus generales favorece la empresa.

    Si un enemigo rehsa un combate, puede obligrsele a entraren l, o sitiando una plaza de importancia, o cayendo sobre lde improviso y cuando no pueda hacer fcilmente una retirada.Tambin despus de fingir una retirada, hacer una rpida contra-marcha, atacarle vigorosamente y obligarle a entrar en accin.

    Las diferentes circunstancias en que se debe evitar o rehusaruna batalla son: cuando se vea ms peligros en la derrota queventajas puedan sacarse de la victoria, cuando uno es inferior ennmero al adversario y se esperan refuerzos; sobre todo, cuandoel enemigo est desventajosamente situado o est contribuyendoa su propia ruina con algn efecto inherente a su posicin, o conlos errores y divisiones de sus generales.

    Para ganar la batalla es preciso que cada arma est ventajosa-mente situada, y tenga medios de empear su frente y sus flan-cos. Las alas deben protegerse con obstculos naturales, donde sepresente, o recurriendo, cuan- do sea necesario, a la ayuda delarte.

    Es menester, que las tropas se auxilien unas a otras sin confu-sin y que se tenga cuidado de que el cuerpo derrotado y recha-zado no ponga en confusin a los dems. Sobre todo, los interva-los entre los diferentes cuerpo deben ser suficientemente peque-os para impedir que el enemigo se introduzca en ellos, porqueen este caso habr que emplear las reservas se corre el riesgo deser completamente abrumado. A veces se obtiene la victoria for-mando una diversin en medio de la batalla o privando al solda-do de toda esperanza de retirada y colocndole en situacin dever reducido a vencer o morir .

    Al principio de una batalla si el terreno es nivelado, se debesalir al encuentro del enemigo para inspirar valor al soldado; pero

    34 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • cuando no est bien situado y la artillera y la colocada ventajo-samente, vale ms esperarle con determinacin, procurandosiempre pelear con bro, dar oportuno socorro a los que lo hayamenester, y no traer las reservas a la accin sino en el ltimoextremo; y an entonces conservar algn apoyo detrs del cualpueda replegarse el cuerpo derrotado.

    Cuando es preciso atacar con toda la fuerza, es necesariocomenzar la batalla cerca de la tarde, porque entonces, cualquie-ra que sea el resultado, la noche llegar para separar a los com-batientes antes que las tropas cedan al cansancio. As tambin sepresenta una oportunidad de hacer una retirada ordenada si elresultado de la batalla lo exige. Durante la accin el general enjefe debe ocupar un lugar desde el cual pueda, si es posible, vigi-lar todo su ejrcito. Hay que informrsele inmediatamente detodo lo que pase en las diferentes divisiones.

    Para lograr un completo xito ha de estar pronto a operar contropas frescas en aquellos puntos en que el enemigo abra paso, ytambin para reforzar su propio cuerpo en cualquier parte en queaquel est ya inclinado a ceder. Batido el enemigo hay que perse-guirle inmediatamente, sin darle tiempo a replegarse; mas, encaso de derrota, o cuando no se espera victoria, debe retirarse unejrcito en el mejor orden posible.

    Es muestra de gran talento en un general el empear tropasque estn preparadas para la accin con las que no lo estn: porejemplo, tropas frescas contra cansadas; hombres bravos y disci-plinados contra reclutas.

    Deber tambin estar pronto a caer con su ejrcito sobre uncuerpo dbil o destacado; a seguir la pista del enemigo y cargar-le entre los desfiladeros antes de que pueda volver cara y entraren posicin. Es buena una posicin, cuando los diferentes cuer-pos estn colocados de modo que puedan ser empleados con ven-taja sin dejar ninguno en inaccin.

    Si uno es superior en caballera hay que tomar posiciones enllanuras y campo raso; si en infantera, en un terreno cercado y

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  • cubierto; si inferior en nmero, en lugares reducidos y estrechos;si es superior, en un campo espacioso y extenso. Con un ejrcitomuy inferior , debe escogerse, ocupar y fortificar un paso dificul-toso. Si se quiere obtener todas las ventajas posibles de una diver-sin, debemos asegurarnos primero, si el terreno en que se efec-ta, es fcilmente penetrable. Una diversin debe hacerse convigor y en aquellos puntos en que se calcula hacer mayor dao alenemigo.

    Atengmonos a los siguientes principios si queremos hacer laguerra con xito: ser superior al enemigo tanto en nmero comoen moral; dar batallas para esparcir terror en el pas; dividir elejrcito en tantos cuerpos como se pueda, sin riesgo, paraemprender muchos objetos al mismo tiempo; tratar bien a lo queceden y mal a los que se resisten; asegurar la retaguardia y ocu-par al principio, fortificndole, algn puesto que sirva de puntocntrico para el apoyo de los futuros movimientos; impedir lasdeserciones; hacerse dueo de los principales ros y ocupar losgrandes pasos, y establecer una lnea de comunicacin apodern-

    36 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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    Batalla de Eylau. - Cuadro de Gros (Louvre)

  • dose de las fortalezas sitindolas, y del campo dando batallas.Vano es esperar vencer sin combatir; bien que, ganada la victoria,debe suceder la blandura al valor.

    MXIMA VIII

    Un general en jefe debe preguntarse frecuentemente durante elda: Qu tendra yo que hacer si el ejrcito enemigo aparecieseahora en mi frente, a mi derecha o a mi izquierda? Si tiene difi-cultad de responder a estas preguntas, la posicin es mala y hayque remediarla.

    NOTAEn la campaa de 1758 la posicin del ejrcito prusiano en

    Hohen Kirk, dominada por las bateras del enemigo, que ocupa-ba todas las alturas, era eminentemente defectuosa; sin embargo,Federico, aunque vea su retaguardia amenazada por el cuerpo deLaudon, permaneci seis das en su campo sin tratar de corregirsuposicin. Pareca que l ignoraba su peligro, pues el mariscalDaun, habiendo maniobrado durante la noche para atacar al rom-per el da, sorprendi a los prusianos en sus lneas antes quepudieran defenderse, rodendolos completamente. Federicologr hacer su retirada con regularidad, pero no sin prdida de10.000.hombres, muchos jefes y casi toda su artillera. Si elmariscal Duan hubiera seguido su victoria con mayor intrepidez,jams hubiera podido el Rey de Prusia replegar su ejrcito. Enesta ocasin la buena fortuna de Federico contrapes su impru-dencia.

    El mariscal de Sajonia nota, que hay ms talento del que secree, en convertir las malas disposiciones en buenas, cuandollega el momento favorable. Nada asombra tanto al enemigocomo esta maniobra; l contaba con algo; todos sus arreglos seajustaban a este algo y en el momento del ataque se le escapa!.Debo repetir, dice el mariscal, nada desconcierta ms al enemigo

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  • que esto y le induce a cometer tantos errores, pues a no cambiarsus disposiciones, es batido, y si las cambia en presencia deladversario, es igualmente perdido.

    Parceme, sin embargo, que el general que asienta el xito deuna batalla en semejantes principios, est ms expuesto a perderque a ganar, porque si tiene que habrselas con un diestro adver-sario y vigilante, ste tendr tiempo de aprovecharse de las pri-meras malas disposiciones antes que aqul pueda remediarlas.

    MXIMA IX

    La fuerza de un ejrcito, como la potencia en mecnica, seestima multiplicando la masa por la velocidad; una marcha rpi-da aumenta la moral de un ejrcito y tambin sus medios de vic-toria.

    Sus, pues, adelante!

    NOTAEs muy importante la rapidez, dice Montecuculli, en ocultar los

    movimientos de un ejrcito, porque no da tiempo a descubrir la inten-cin de su jefe. Por lo tanto es una ventaja atacar al enemigo deimproviso, sorprenderle, hacerle or el trueno antes que vea el relm-pago; pero, si la demasiada celeridad agota las fuerzas de las tropas,mientras que la dilacin hace perder el momento favorables, psenselas ventajas y desventajas y hgase la eleccin.

    El mariscal Villars observa que en la guerra todo depende depoder engaar al enemigo y logrado esto, en no darle tiempo arestablecerse. Villars uni la prctica al precepto. Sus atrevidas yrpidas marchas siempre fueron coronadas del mejor xito.

    Opinaba Federico que todas las guerras deben ser cortas yrpidas; porque una guerra larga relaja la disciplina, despuebla elestado y agota sus recursos.

    38 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • MXIMA X

    Cuando un ejrcito es inferior en nmero, en caballera y arti-llera, es esencial evitar una accin general. La inferioridad ennmero debe suplirse con la rapidez del movimiento, la falta deartillera con la naturaleza de la maniobra y la inferioridad en lacaballera con la buena eleccin de posicin. En tales circunstan-cias, la moral del ejrcito hace mucho.

    NOTALa campaa de 1814, en Francia, se ejecut diestramente

    segn estos principios. Napolen, con un ejrcito inferior ennmero, ejrcito diseminado por las desastrosas retiradas deMoscow y de Leipsig y aun ms por la presencia del enemigo enel territorio francs trat sin embargo de suplir la gran desigual-dad de sus fuerzas con la rapidez y combinacin de sus movi-mientos. Con el xito obtenido en Champ-Aubert, Montemirail,Montereau y Reims, empez a restablecerse la moral del ejrcitofrancs. Los numerosos reclutas de que estaba compuesto habanadquirido la entereza de veteranos, cuando la toma de Pars y laasombrosa revolucin que produjo, obligaron a Napolen a ren-dir las armas. Pero esta consecuencia fue ms bien el resultado delas fuerzas de las circunstancias, que de una necesidad absoluta;porque Napolen, trasladando su ejrcito al otro lado del Loira,pudo fcilmente haberse unido con los ejrcito de los Alpes yPirineos y reaparecido en el campo de batalla a la cabeza de100.000 hombres. Semejante fuerza hubiera sido ms que sufi-ciente para restablecer las probabilidades de la guerra en sufavor; tanto ms cuanto que los ejrcitos de los aliados tenan quemaniobrar en territorio francs con todas las plazas fuertes deItalia y Francia a su retaguardia.

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  • MXIMA XI

    Dirigir operaciones con lneas muy distantes las unas de lasotras y sin comunicaciones, es cometer un error que siempre con-duce a otro. La Columna destacada tiene slo rdenes para el pri-mer da. Sus operaciones del da siguiente dependen de lo quepueda suceder al cuerpo principal. As, esta columna, por esperarrdenes, pierde tiempo en caso de aprieto o tiene que operar depor s y a la ventura. Tngase como principio que un ejrcito hade conservar sus columnas tan unidas, que el enemigo no puedapasar entre ellas impunemente. Siempre que por particular raznhaya que separarse de este principio, los cuerpos destacadosdeben ser independientes en sus operaciones. Muvanse hacia unpunto fijado para su futura unin; avancen sin vacilar y sin espe-rar nuevas rdenes y tmense las precauciones para que no seanatacados en detalle.

    NOTAEl ejrcito austriaco, mandado por el mariscal de campo

    Alvinzi, fue dividido en dos cuerpos destinados a obrar indepen-dientemente hasta que lograsen su unin delante de Mantua. Elprimero de estos cuerpos, compuesto de 45.000 hombres, estabaa las rdenes de Alvinzi. Deba desembocar por Monte Baldosobre las posiciones ocupadas por el ejrcito francs en el Adige.El segundo cuerpo, mandado por el General Provera, estaba des-tinado a operar sobre el Adige inferior y levantar el bloqueo deMantua. Informado Napolen de los movimientos del enemigo,pero sin comprender enteramente sus proyectos, se limit a con-centrar sus masas y dar rdenes a las tropas de estar prontas amaniobrar. Entre tanto, el general en jefe del ejrcito francs reci-bi informes de que el cuerpo que haba desembarcado por LaCorona sobre Monte Baldo trataba de unirse con su caballera yartillera, las cuales habiendo pasado el Adige por Dolce, dirig-an su marcha a la altura de Rvoli por el gran camino de Incanoli.

    40 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • Napolen inmediatamente previ que apoderndose de la altu-ra podra impedir esta unin y obtener todas las ventajas de lainciativa; puso pues sus tropas en movimiento y a las dos de lamaana ocup esta importante posicin. Una vez dueo delpunto fijado para la unin de las columnas austriacas, todas susdisposiciones fueron regidas del mejor xito. Rechaz todos losataques, hizo 7.000 prisioneros y se apoder de varias banderas ydoce piezas de caones. A las dos de la tarde la batalla de Rvoliestaba ya ganada, cuando Napolen, sabiendo que el GeneralProvera haba pasado el Adige por Anghiari, y diriga su marchasobre Mantua, dej a su retirada, mientras que l colocndose ala cabeza de una divisin se propona destruir los designios deProvera. Por una rpida marcha logr tomar el movimiento ini-ciativo e impedir que la guarnicin de Mantua uniese sus fuer-zas a las del ejrcito que acuda a socorrerla. El cuerpo confian-do en el bloqueo y deseoso de distinguirse en presencia del ven-cedor de Rvoli, oblig a la guarnicin a retirarse a la plaza,mientras que la divisin de Vctor, olvidando las fatigas de unamarcha forzada, se lanz impetuosamente sobre el ejrcito soco-rredor que tena al frente. En este momento una salida de las lne-as de San George le cogi por el flanco, mientras el cuerpo deAugereau, que haba seguido la marcha del general austriaco, leatacaba por retaguardia. Provera, rodeado por todas partes, capi-tul. Costaron estas batallas a los austriacos 3.000 hombres, entremuertos y heridos, 22.000 prisioneros, 24 banderas y 40 cao-nes.

    MXIMA XII

    Un ejrcito debe tener solamente una lnea de operaciones.Esta debe conservarse con cuidado y nunca abandonarse sino enltimo extremo.

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  • NOTALa lnea de comunicacin de un ejrcito, dice Montecuculli,

    debe ser segura y bien establecida, porque todo ejrcito que operadesde una base distante y no cuida de guardar esta lnea perfec-tamente abierta, marcha hacia un precipicio en que hallar segu-ra ruina segn lo prueban infinidad de ejemplos. En efecto, si elcamino por el cual se conducen las provisiones, municiones yrefuerzos no est enteramente asegurado; si los almacenes, hos-pitales, depsitos de armas y puestos de abastecimientos, noestn cmodamente situados, no solamente el ejrcito no puedemantener el campo, sino que estar expuesto a los mayores peli-gros.

    MXIMA XIII

    Las distancias entre los cuerpos de un ejrcito en marchasern segn las localidades, las circunstancias y el objeto que sepropone el General.

    NOTACuando un ejrcito se mueve a distancia del enemigo, las

    columnas deben disponerse por el camino de modo que protejanlas artilleras y bagaje. Pero cuando se marcha a la accin, losdiferentes cuerpos deben formarse en columnas cerradas enorden de batalla. Los Generales han de cuidar que las cabezas delas columnas que han de atacar unidas no sobresalgan las unas delas otras y que al acercarse al campo de la accin conserven losintervalos requeridos para el despliegue.

    Las marchas que se han de hacer para prepararse a una batallaexigen, dice Federico, las mayores precauciones. Con este obje-to recomienda a sus generales estar muy alerta y reconocer elterreno a distancias sucesivas para poder asegurar la iniciativaocupando las posiciones que puedan favorecer un ataque. En unaretirada es opinin de muchos generales que un ejrcito debe

    42 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • concentra sus fuerzas y marchas en columnas cerradas, si es anbastante fuerte para reasumir la ofensiva, pues por estos medioses fcil formar la lnea cuando se ofrece una favorable oportuni-dad, ya para tener al enemigo en jaque, o atacarle si no est ensituacin de aceptar batalla. As fue la retirada de Moreau des-pus del paso de Adda por el ejrcito austro-ruso. El general fran-cs despus de haber cubierto la evacuacin de Miln tom posi-cin entre el Po y el Tanaro.

    Su campo descansaba en Alejandra y Valencia, dos fortalezasde primer orden, y tena la ventaja de cubrir los caminos de Turny Savona, por los cuales poda efectuar su retirada, en caso de nopoder lograr unirse con el cuerpo de ejrcito Macdonald, quehaba recibido rdenes de dejar el reino de Npoles y penetrar amarchas precipitadas en Toscana.

    Forzado a abandonar su posicin a consecuencia de la insu-rreccin del Piamonte y Toscana, Moreau se retir sobre Asti,donde supo que con la toma de Ceva haban sido cortadas suscomunicaciones con el ro de Gerona. Despus de varios esfuer-zos ineficaces para volver a tomar este lugar, vio que su solaseguridad dependa de lanzarse a las montaas. Para ello dirigitodo su tren de batir y sus bagajes pesados por el Col deFenestrelle sobre Francia; entonces abrindose camino por el SanBernardo, lleg a Roano con su artillera ligera y la pequea partedel tren de campaa que haba podido conservar.

    Con este diestro movimiento, no slo mantuvo sus comunica-ciones con Francia, sino que pudo observar los movimientos delejrcito de Npoles y facilitar su unin con l dirigiendo el con-junto de sus fuerzas sobre los puntos necesarios para lograr esteobjeto.

    Macdonald, entre tanto, cuya sola oportunidad de xito depen-da de la concentracin de su pequeo ejrcito, descuid esta ope-racin y fue batido en tres acciones sucesivas junto al Trebia.

    Por este retardo de su marcha pudo hacer intiles todas lasmedidas de Moreau para unir los dos ejrcitos en las llanuras del

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  • Po, y su retirada despus de sus brillantes, aunque intiles esfuer-zos junto al Trevia, desbarat los otros arreglos que aquel habahecho para venir en su auxilio. La falta de actividad del mariscalSuwarou, permiti al general francs lograr la unin de su ejrci-to con los restos del de Npoles. Concentr, entonces, Moreautodas sus fuerzas en los Apeninos, y se coloc en situacin dedefender las importantes posiciones de Liguria, hasta que lasvicisitudes de la guerra le ofreciesen oportunidad de reasumir laofensiva.

    Cuando despus de una batalla decisiva un ejrcito ha perdidosu artillera y bagajes, y no puede por lo tanto reasumir la ofen-siva, ser mejor dividir el resto en varios cuerpos y mandarlesmarchar por caminos separados y distantes de la base de opera-ciones, hacerle buscar refugio en las fortalezas. Este es el nicomedio de salvacin; porque el enemigo dudoso de la direccinseguida por el ejrcito vencido, no sabe que cuerpo debe atacarprimero, y su indecisin da al perseguido la ventaja de una mar-cha. Adems, como los movimientos de un pequeo cuerpo sonms fciles que los de uno grande, estas lneas separadas en lamarcha hacen la retirada ms segura.

    MXIMA XIV

    Hay entre montaas un gran nmero de posiciones muy fuer-tes por s mismas y que es muy peligroso atacar. La manera decombatir en estos puntos consiste en ocupar campo en los flancoso retaguardia del enemigo, dejndole slo la alternativa de aban-donar su posicin sin batirse, tomar otra a retaguardia o bajar deella para pelear. En la guerra de montaa el agresor tiene siempredesventajas; an en la ofensiva en campo raso, el gran secretoconsiste en combates defensivos y en obligar al enemigo a tomarla ofensiva.

    44 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • NOTADurante la campaa de 1793 en los Alpes martimos, el ejrci-

    to francs a las rdenes de Brunet, hizo cuanto pudo por apode-rarse de los campos en Kaus y Fourches, atacando de frente. Peroestos ltimos esfuerzos sirvieron slo para aumentar el valor delos piamonteses y destruir la flor de los granaderos del ejrcitorepublicano. Las maniobras por las que Napolen, sin combatir,oblig al enemigo a evacuar estas posiciones en 1796, son sufi-ciente prueba de la verdad de estos principios y bastan para con-vencer que el xito en la guerra no depende menos del genio delgeneral que del valor del soldado.

    MXIMA XV

    Lo primero que debe tener presente un general al librar bata-lla, debe ser la gloria y honor de su ejrcito: la seguridad y salva-cin de sus hombres es secundaria; pero esta se encontrar indu-dablemente en la decisin y valor que resulten de aquella. En unaretirada, adems del honor del ejrcito, la prdida de vidas esmayor que las de dos batallas. Por lo tanto, no desesperemosnunca mientras los valientes no se separen de sus banderas. Asobtendremos y seremos dignos de la victoria.

    NOTAEn 1645, el ejrcito francs a las rdenes del prncipe de

    Cond marchaba a sitiar a Nordtingen, cuando se descubri queel conde Merci que mandaba a los Bvaros haba previsto estaintencin y se haba atrincherado en una fuerte posicin quedefenda a Nordtingen al mismo tiempo que cubra a Donawerth.

    A pesar de la favorable posicin del enemigo, Cond mand aatacar. El combate fue terrible. Toda la infantera en el centro y laderecha, despus de haber sucesivamente entrado en accin, fuederrotada y dispersada, a pesar de los esfuerzos de la caballera yla reserva, que fueron tambin arrollados con los fugitivos.

    Traducidas y anotadas por el General Jos Antonio Pez

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  • Perdise la batalla. Desesperado Cond, no teniendo ni centro niderecha, reuni los restos de sus batallones, y dirigi su marchaa la izquierda, donde Turena se bata an. Esta perseveranciaanim el bro de las tropas. Rompieron el ala derecha del enemi-go, y Turena, por medio de un cambio de frente, atac su centro.La noche, adems, favoreci la intrepidez de Cond. Un cuerpoentero de Bvaros, creyndose cortado, se rindi; y la obstinacindel general francs en esta lucha por la victoria, fue recompensa-da con la posesin del campo de batalla a la par que un grannmero de prisioneros y casi toda la artillera del enemigo. Tocretirada el ejrcito Bvaro y al da siguiente capitul Nordtingen.

    MXIMA XVI

    Es mxima aprobada en la guerra no hacer nunca lo que elenemigo quiere que se haga, por lo mismo que lo desea. Uncampo de batalla, por lo tanto, que l ha previamente estudiado yreconocido, debe ser evitado, y debe tomarse doble cuidadodonde l haya tenido tiempo de fortificarse y atrincherarse. Deaqu se deduce, que no debe atacarse de frente una posicin quepuede flaquearse.

    NOTANo atendiendo a este principio, el mariscal Villeroi, al tomar

    el mando del ejrcito de Italia, durante la campaa de 1701, ataccon sobrada presuncin al prncipe Eugenio de Sabaya en suatrincherada posicin de Chiavi sobre el Oglio. Los generalesfranceses, y entre ellos Catinat, consideraban el puesto inexpug-nable; pero Villeroi insisti, y el resultado de esta, de otro modopoco importante batalla, fue la prdida de la flor del ejrcito fran-cs; y a no haber sido por los esfuerzos de Catinat, hubiera sidoan mayor.

    Descuidando el mismo principio, Cond, en la campaa de1644, fracas en todos sus ataques a la atrincherada posicin del

    46 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • ejrcito Bvaro. El conde Merci, que mandaba ste, haba dies-tramente formado su caballera en el llano, apoyndose enFreyberg, mientras su infantera ocupaba la montaa. Despus demuchos infructuosos ataques, el prncipe de Cond, viendo laimposibilidad de desalojar al enemigo, empez a amenazar suscomunicaciones; pero tan pronto como Merci lo not, levant elcampo y se retir ms all de las Montaas Negras.

    MXIMA XVII

    En guerra de marcha y maniobra, si se quiere evitar una bata-lla con un enemigo superior, es necesario atrincherarse todas lasnoches y ocupar una buena posicin defensiva. Las posicionesnaturales que suelen encontrarse, no bastan para proteger un ejr-cito contra nmeros superiores, sin recurrir al arte.

    NOTALa campaa del ejrcito franco-hispano, al mando del duque

    de Berwinck contra los portugueses, en 1706, da una buena lec-cin sobre esta materia. Los dos ejrcitos recorrieron casi toda laEspaa. Empezaron la campaa cerca de Badajoz, y despus demaniobrar al travs de las dos Castillas, la terminaron en los rei-nos de Valencia y Murcia. El duque de Berwinch acamp su ejr-cito 85 veces, y aunque la campaa no tuvo ni una accin gene-ral, hizo cerca de 10000 prisioneros al enemigo. El mariscalTurema tambin hizo una buena campaa de maniobra contar elconde Montecuculli en 1675.

    Habiendo tomado sus providencias el ejrcito imperial paracruzar el Rin por Estrasburgo, Turena no se descuid, y echandoun puente sobre el Rin cerca de Ottenheim, tres leguas ms deba-jo de Estrasburgo, cruz con el ejrcito francs cerca del pueble-cito de Vilstel, que ocup. Esta posicin cubra el puente deEstrasburgo, y as, Turena, por medio de esta maniobra, cort alenemigo todos los aproches a dicha ciudad.

    Traducidas y anotadas por el General Jos Antonio Pez

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  • Entonces Montecuculli hizo un movimiento con todo su ejr-cito, amenazando el puente de Ottenheim por el que los france-ses reciban sus provisiones de la alta Alsacia.

    No bien hubo Turema descubierto el designio del enemigo,cuando dejando un destacamento en Vilstel hizo una rpida mar-cha con toda su fuerza sobre la aldea de Attenheim. Esta posicinintermedia, entre los puentes que quera conservar, le dio la ven-taja de poder socorrer ambos puntos antes que el enemigo tuvie-ra tiempo de apoderarse de ellos. Montecuculli viendo que nodeba esperarse ningn ataque fructuoso sobre los puentes, resol-vi pasar el Rin ms debajo de Estrasburgo; y con tal objeto vol-vi a su primitiva posicin de Offenburg. Turena que seguatodos los movimientos del ejrcito austriaco, retir tambin suejrcito de Vilstel.

    Entretanto, esta negativa del enemigo convenciendo al gene-ral francs del peligro al que le expona su puente, lo acerc msal de Estrasburgo para disminuir el espacio de territorio que tenaque defender.

    Montecuculli, habiendo ordenado a los magistrados deEstrasburgo que reuniesen materiales para un puente, se movihacia Scherzheim para recibirlo; pero Turena destruy de nuevosus proyectos tomando posicin en Treishett, en donde ocup lasislas del Rin y construy inmediatamente una estacada.

    As fue que durante toda esta campaa Turena logr ganar lainiciativa al enemigo y le oblig a seguir sus movimientos. Logrtambin por una rpida marcha, cortar a Montecuculli el accesoa Offenburg, de donde l sacaba sus provisiones, y sin dudahubiera impedido al general austriaco efectuar su reunin con elcuerpo de Caprara, si una bala de can no hubiera puesto fin asu brillante carrera.

    48 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • MXIMA XVIII

    Un general de talento comn, ocupando una posicin y sor-prendido por una fuerza superior, busca su salvacin en la retira-da; pero un gran capitn suple todas las faltas con su valor y mar-cha intrpidamente al ataque. As desconcierta al adversario, y sieste muestra irresolucin en sus movimientos, un avisado caudi-llo aprovechndose de su indecisin, puede an esperar victoria,o a lo menos emplear un da en maniobras atrincherndose denoche o retroceder a mejor posicin. Con esta determinada con-ducta mantiene el honor de sus armas, primer requisito de todasuperioridad militar.

    NOTAEl 1653, Turena fue sorprendido por el prncipe de Cond en

    una posicin en que su ejrcito estaba completamente compro-metido. Poda, es verdad, por una inmediata retirada, cubrirse conel Somme, que poda atravesar por Peronne distante slo medialegua, pero, temiendo la influencia de este movimiento retrgra-do sobre la moral de su ejrcito. Turena contrabalance todas susdesventajas con su valor y march intrpido a atacar al enemigocon fuerzas muy inferiores. Despus de una legua de marchaencontr una posicin ventajosa, donde se dispuso a la batalla.

    Eran las tres de la tarde; pero los espaoles extenuados de can-sancio vacilaban en atacarle, y habindose atrincherado Turenadurante la noche, el enemigo no se atrevi a arriesgar una accingeneral y levant el campo.

    MXIMA XIX

    La transicin de la defensiva a la ofensiva es una de las ope-raciones ms delicadas de la guerra.

    Traducidas y anotadas por el General Jos Antonio Pez

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  • NOTAEstudiando la primera campaa de Napolen en Italia, puede

    verse lo que el genio y la intrepidez pueden hacer al pasar un ejr-cito de la defensiva a la ofensiva.

    El ejrcito de los aliados al mando del general Beaulieu, esta-ba provisto de todos los medios que podan hacerle formidable.Ascenda su fuerza a 80.000 hombres y 200 piezas de can. Elejrcito francs, por el contrario, contaba escasamente 30.000hombres y 30 piezas de artillera. Por algn tiempo haba escasezde carne y an de pan. La infantera pobremente vestida y lacaballera mal montada. Todos los caballos de tiro haban pereci-do de hambre y los mulos hacan sus veces en el servicio de laartillera. Para remediar estos males, era menester hacer grandesdesembolsos, y tal era el estado de las rentas pblicas que elgobierno haba slo podido suministrar 2.000 luises en metlicopara la inauguracin de la campaa. No era posible que el ejrci-to francs pudiera existir en este estado. Avanzar o retirarse eraabsolutamente necesario. Comprendiendo la ventaja de sorpren-der al enemigo al abrir la campaa con un golpe decisivo,Napolen se prepar a ello resucitando la moral de su ejrcito.

    En una proclama llena de energa les record que una muerteinnoble les esperaba si continuaban en la defensiva que no ten-an nada que esperar de Francia y que de la victoria deban espe-rarlo todo.

    Soldados, los frtiles llanos de Italia os estn convidando,dijo, os falta perseverancia o valor?

    Aprovechando el momento de entusiasmo que haba inspira-do, Napolen concentr sus fuerzas para caer con el peso de ellassobre los diferentes cuerpos del enemigo. Inmediatamente des-pus las batallas de Montenotte, Millesino y Mondovi aadieronan ms su confianza a la alta opinin en que tenan los saldadosa su jefe: y el ejrcito que pocos das antes estaba acampado enmedio de desnudas rocas y se vea consumido por el hambre,aspiraba entonces a la conquista de Italia. Un mes despus de

    50 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • principiada la campaa, Napolen haba terminado la guerra conel rey de Cerdea y conquistado el Milanesado. Los buenos acan-tonamientos borraron de la memoria del soldado francs elrecuerdo de las miserias y fatigas consecuentes a esta rpida mar-cha, a la vez que una vigilante administracin de los recursos delpas, reorganiz el material del ejrcito francs, y creo los mediosnecesarios para la conservacin de futuras ventajas.

    MXIMA XX

    Debe sentarse como principio, que no ha de abandonarse lalnea de operaciones, pero es una de las maniobras ms diestrasde la guerra el saber como cambiarla cuando las circunstancia loexigen y hacen necesario. Un ejrcito que cambia diestramentesu lnea de operaciones, engaa al enemigo que llega a ignorar adnde debe atender para asegurar su retaguardia, o en qu puntoes atacable.

    NOTAFederico algunas veces cambi su lnea de operaciones en

    medio de una campaa, pero poda hacerlo, porque obraba enton-ces en el centro de Alemania, pas abundante y capaz de suplirtodas las necesidades de su ejrcito en caso de que se le intercep-tasen todas las comunicaciones con Prusia.

    Turena en la campaa de 1746, abandon su lnea de comuni-cacin a los aliados, del mismo modo, porque, como Federico,haca la guerra en el centro de Alemania, y habiendo cado contodas sus fuerzas sobre Raim, tom la precaucin de asegurarseun depsito en que establecer su base de operaciones.

    Por una serie de maniobras que revelaban tanta audacia comogenio, obligo al ejrcito imperial a abandonar sus almacenes yretirarse al Austria en busca de cuarteles de invierno.

    Pero ejemplos como este me parece que deben slo imitarsecuando se tiene bien medida la habilidad de nuestro adversario, y

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  • sobre todo, cuando no se vea motivo de temer una insurreccinen el pas a que hemos transferido el teatro de la guerra.

    MXIMA XXI

    Cuando un ejrcito no lleva consigo un tren de batir, o gran-des comboyes de enfermos y heridos, no puede marchar en unalnea poco distante de sus depsitos.

    NOTAEs sobre todo importante observar esta mxima en los pases

    montaosos y cubiertos de bosques y pantanos: porque las escol-tas de los comboyes y medios de transporte, embarazadas fre-cuentemente en los desfiladeros, pueden ser fcilmente dispersa-das por una maniobra del enemigo, y an puede atacar con xitotodo el ejrcito si la naturaleza del terreno obliga a ste a marcharen columna tendida.

    MXIMA XXII

    El arte de acampar en posicin es el mismo que formarse enlnea de batalla en dicha direccin. Con este fin debe colocarseventajosamente la artillera, escogerse terreno que no sea domi-nado ni sujeto a se flanqueado, y los caones deben cubrir y pro-teger lo ms lejos posible el pas circunvecino.

    NOTAFederico dice que para asegurarse un general de que su campo

    est bien colocado debe ver si haciendo un pequeo movimientose obliga al enemigo a hacer uno mayor, o despus de haberle for-zado a retrogradar una marcha, se le puede obligar a retrocederotra ms.

    En la guerra defensiva han de atrincherarse todos los camposen el frente y a las alas de la posicin que ocupan, y ha de cuidar-

    52 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • se de que la retaguardia quede perfectamente abierta. Si se osamenaza con ser flanqueados, adoptad de antemano providenciaspara poder tomar una posicin ms distante, aprovechaos decualquier desorden en la lnea de marcha del enemigo para pro-bar el ataque contra su artillera o bagajes.

    MXIMA XXIII

    Cuando se ocupa una posicin que el enemigo amenace rode-ar, renase toda la fuerza inmediatamente y amencesele con unmovimiento ofensivo. Con esta maniobra se le impide que desta-que y moleste los flancos, en caso de que se juzgue necesaria unaretirada.

    NOTAEsta fue la maniobra puesta en prctica por Desaix en 1798

    cerca de Kadstadt. Supli su inferioridad numrica con su auda-cia, y se mantuvo todo el da en posicin a despecho de los vigo-rosos ataques del archiduque Carlos. Por la noche hizo su retira-da en un buen orden y tom posicin a retaguardia.

    Siguiendo este principio durante la misma campaa, Moreaulibr batalla en Biberach para asegurar su retirada por los desfi-laderos de la Montaas Negras. Pocos das despus, pele enSchliengen con el mismo objeto. Colocado en buena posicindefensiva, amenaz al archiduque Carlos con una repentina vuel-ta a la ofensiva mientras su artillera y bagajes pasaban el Rin porel puente de Huningen y l haca todos los arreglos necesariospara retirarse en persona detrs del ro.

    Es necesario observar, sin embargo, que la ejecucin de estasdemostraciones ofensivas, debe diferirse siempre hasta cerca dela tarde, para no verse comprometido a empear demasiado tem-prano un combate que no se puede mantener mucho tiempo conventaja.

    La noche y la incertidumbre del enemigo despus de tal medi-

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  • da, favorecern siempre la retirada si se juzga necesaria; pero conobjeto de encubrir ms eficazmente la operacin, deben encen-derse fuegos a lo largo de las lneas para engaar al enemigo eimpedirle descubrir este movimiento retrgrado porque en unaretirada es gran ventaja ganar una marcha al adversario.

    MXIMA XXIV

    Nunca se pierda de vista esta mxima: establzcanse los acan-tonamientos en el punto ms distante del enemigo y mejor prote-gidos especialmente cuando es posible una sorpresa. As habrtiempo de reunir todas las fueras antes que el adversario ataque.

    NOTAEn la campaa de 1645, Turena perdi la batalla de

    Marienthal, por no atender a este principio; porque si en lugar dereunir seis divisiones en Erbsthausen, hubiera replegado sus tro-pas en Mergenthem, detrs del Tauber, su ejrcito se hubiera reu-nido ms pronto; y Merci en lugar de haber combatido contraslo 3.000 hombres en Erbsthausen (de lo que estaba bien infor-mado) hubiera tenido que atacar todo el ejrcito francs en unaposicin cubierta por un ro.

    Preguntando uno indiscretamente a Turena cmo haba perdi-do la batalla de Marienthal respondi: Por culpa ma; pero elhombre que no ha cometido faltas en la guerra la ha conocidomuy corto tiempo.

    MXIMA XXV

    Cuando dos ejrcitos estn en orden de batalla y uno tiene que reti-rarse por un puente, mientras el otro tiene la circunferencia del crcu-lo abierta, todas las ventajas estn a favor de ste. Toca entonces algeneral mostrar intrepidez, dar un golpe decisivo y maniobrar sobreel flanco de su enemigo. La victoria est en sus manos.

    54 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • NOTAEsta era la posicin del ejrcito francs en la famosa batalla de

    Leipsig, que termin la campaa de 1813, tan fatal paraNapolen, pues la batalla de Hannau no fue nada en comparacinde la desesperada situacin de ese ejrcito.

    Es extrao que en una situacin como la del ejrcito francsantes de la batalla de Leipsig, el general no tuviese en cuenta unade sus felices oportunidades que pueden nacer de una vuelta a laofensiva, sino que adoptase todos los medios posibles para ase-gurar su retirada. Con este objeto debi ponerse inmediatamenteal amparo de buenos atrincheramientos para poder rechazar connmero inferior el ataque del enemigo, mientras sus propiosequipos pasaban el ro. Tan pronto como las tropas llegaron alotro lado, debieron ocupar posiciones para proteger el paso de laretaguardia, y esta debi estar cubierta por una cabeza de puenteen el momento que el ejrcito levant el campo. Durante las gue-rras de la revolucin poco caso se hacia de los atrincheramien-

    tos, y a ello se debi que grandes ejrcitos se dispersaran des-pus de un solo revs y que el destino de las naciones dependie-se del resultado de una batalla.

    MXIMA XXVI

    Es contra los verdaderos principios hacer que cuerpos que notienen comunicacin entre s, obren separadamente contra unafuerza central, cuyas comunicaciones estn cortadas.

    NOTALos austriacos perdieron la batalla de Hohenlinden por no

    atender este principio. El ejrcito imperial a las rdenes del archi-duque Juan se dividi en cuatro columnas que tenan que marcharal travs de una inmensa selva antes de unirse la llanura deAnzing, donde esperaban sorprender a los franceses. Pero estosdiferentes cuerpos, no teniendo directa comunicacin, se vieron

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  • obligados a luchar separadamente con un enemigo que habatomado las precauciones de concentrar sus masas y poda mover-las con facilidad en un pas que ya haca tiempo conoca.

    As el ejercicio austriaco, encerrado en los desfiladeros de laselva con todo su tren de artillera y bagaje, fue atacado en susflancos y retaguardia, y el archiduque Juan slo pudo reunir susdispersas y despedazadas divisiones a favor de la oscuridad de lanoche.

    Los trofeos obtenidos por el ejrcito francs en aquel da fue-ron inmensos. Consistieron en 11.000 prisioneros, 100 piezas deartillera, varias banderas y todo el bagaje del enemigo.

    La batalla de Hohenlinden decidi el resultado de la campaade 1800, y el brillante y bien merecido xito de Moreau lo colo-ca en el rango de primer general de la poca.

    MXIMA XXVII

    Cuando un ejrcito se ve obligado a dejar su primitiva posi-cin, las columnas que se retiran deben replegarse a retaguardialo suficiente para impedir cualquier interrupcin del enemigo. Elmayor desastre que puede suceder es que las columnas sean ata-cadas en detalle y antes de su unin.

    NOTALa gran ventaja que resulta de replegar las columnas en un

    punto muy distante del campo de batalla o de la posicin antesocupada, es que el enemigo no tiene ninguna certidumbre de ladireccin que intenta tomar el contrario. Si divide sus fuerzaspara perseguir, se expone a ver sus destacamentos batidos endetalle, especialmente si el otro ha usado toda la diligencia debi-da y ha logrado la unin de sus tropas a tiempo suficiente parameterse entre las columnas enemigas y dispersarlas unas despusde otras.

    As gan Melas la Batalla de Genola en la campaa de Italia,

    56 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • 1799. El general Championet mandaba el ejrcito francs y seempeo en cortar las comunicaciones de los austriacos con Turn,empleando cuerpos que maniobraban separadamente para meter-se en su retaguardia. Melas que adivin su intento, hizo una mar-cha retrgrada, por la que persuadi al enemigo de que estaba encompleta retirada, aunque el verdadero objeto de su movimientoera concentrar sus fuerzas en el punto fijado para la unin de losdiferentes destacamentos del ejrcito francs, que l bati y dis-pers uno tras otro con su gran superioridad numrica. El resul-tado de esta maniobra en que el general austriaco despleg vigor,decisin y previsin, le aseguraron la pacfica posesin delPiamonte.

    Despreciando este principio perdi la batalla de Milsimo des-pus de la Montebello el general Beaulieu que mandaba el ejr-cito austro-sardo en la campaa de 1796.

    Su objeto al esforzarse en replegar sus diferentes cuerpossobre Milsimo, fue cubrir los caminos de Turn y Miln; peroNapolen conociendo las ventajas que ofreca el bro de tropasenvalentonadas por xitos recientes, le atac antes que pudiesereunir sus divisiones y por una serie de diestras maniobras logrseparar los ejrcitos combinados. Retirndose en el mayor desor-den, el uno por el camino de Miln y el otro por el de Turn.

    MXIMA XXVIII

    No deben destacarse fuerzas la vspera de una batalla, porquelas cosas pueden cambiar durante la noche, ya por la retirada delenemigo o ya por la llegada de refuerzos que le hagan reasumirla ofensiva y destruir los arreglos hechos de antemano.

    NOTAEn 1796 el ejrcito de Samore y Meuse, mandado por el gene-

    ral Jourdan, efectu una retirada que hizo an ms difcil la pr-dida de su lnea de comunicacin. Viendo sin embargo, que las

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  • fuerza del archiduque Carlos estaban desparramadas, Jourdan afin de lograr su retirada sobre Frankford resolvi abrirse caminopor Wurtzburg, donde haba entonces slo dos divisiones delejrcito austriaco. Este movimiento hubiera tenido buen resulta-do si el general francs, que crea no tener que habrselas sinocon estas dos divisiones, no hubiera cometido el error de separar-se del cuerpo de Lefevre que dej en Shweinfurt para cubrir sunica comunicacin directa con su base de operaciones.

    Esta falta, unida a la lentitud del general francs, dio la victo-ria al Archiduque, que se apresur a concentrar sus fuerzas.

    Tambin con la llegada, durante la batalla, de las dos divisio-nes de Kray y Wartesleben pudo oponer 50.000 hombres al ejr-cito francs que escasamente contaba 30.000 combatientes. Porlo tanto fue ste batido y obligado a continuar su retirada por lasmontaas Fuldess, donde lo malo de los caminos competa conlos inconvenientes del terreno.

    La divisin de Lefevre de 14.000 hombres probablementehubiera inclinado la balanza a favor de Jourdan, si desgraciada-mente ste no hubiera credo que slo dos divisiones se oponana su paso hacia Wurtzburg.

    MXIMA XXIX

    Cuando resolvis entrar en accin, reunid todas vuestras fuer-zas. No economicis nada. Un solo batalln decide a veces la jor-nada.

    NOTAJuzgo oportuno observar aqu que es prudente antes de una

    batalla fijar un punto a retaguardia de la reserva para la unin delos diferentes destacamentos; porque si por imprevistas circuns-tancias estos destacamentos no pueden unirse antes de comenzarla accin, estarn, expuestos, en caso de que se juzgue necesarioun movimiento retrgrado, a las masas del enemigo. Tambin

    58 MXIMAS DE NAPOLEN SOBRE EL ARTE DE LA GUERRA

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  • para emplear estos refuerzos con mejor efecto debe no tener noti-cia de ello el enemigo.

    Un refuerzo a tiempo, dice Federico, asegura el xito de unabatalla, porque el enemigo siempre se lo figura ms fuerte de loque realmente es, y por lo tanto pierde nimo.

    MXIMA XXX

    Nada es tan temerario, ni se opone tanto a los principios, comohacer una marcha de flanco delante de un ejrcito en posicin,especialmente cuando ste ocupa una altura, al pie de la cual sedebe forzosamente desfilar.

    NOTAPor esto fue batido Federico en Kollin en la primera campaa de

    1757. A pesar de sus prodigios de valor, los prusianos perdieron15.000 hombres y una gran parte de su artillera, mientras que la pr-dida de los austriacos no excedi de 5.000 hombres. La consecuenciade esta batalla fue an ms desgraciada, pues oblig al rey de Prusiaa levantar el sitio de Praga y a evacuar la Bohemia.

    Tambin los franceses perdieron la desastrosa batalla deKosbach por una marcha de flanco delante del ejercito prusiano.Este imprudente movimiento fue tanto ms reprensible cuantoque Soubise, que mandaba el ejercito francs, cometi el descui-do de maniobrar sin avanzadas o flanqueadores en presencia delenemigo. El resultado fue que su ejercito, compuesto de 50.000hombres, fue batido por 6 batallones de 30 escuadrones. Losfranceses perdieron 7.000 hombres, 27 banderas y un gran nme-ro de caones, mientras que de los prusianos solo 300 hombresquedaron inutilizados.

    As, por olvidar el principio de que una marcha de flanco nodebe hacerse delante de un enemigo, formado en lnea de bata-lla, Federico perdi su ejercito en Collin; y Soubise en Kosbachperdi ejercito y honor.

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  • MXIMA XXXI

    Cuando determinis arriesgar una batalla, cuidad de tenertodas las probabilidades de xito, y sobre todo si tenis que hab-rosla con un adversario de superior talento, porque si sois batidoan en medio de vuestros almacenes y comunicaciones, ay delvencido!

    NOTADebemos hacer la guerra, dice el mariscal de Sajonia, sin dejar

    nada al azar, y en esto especialmente consiste el talento de ungeneral. Pero cuando hemos arriesgado la batalla, d