Vitalizer, Suplemento alimenticio, Vitalidad, Shaklee Mexicali
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I. INTRODUCCIÓN
La tendencia de la población al cambio de hábito alimenticio con la finalidad de mejorar la
salud, nutrición y llevar un mejor estándar de vida, ha hecho que se incremente el consumo
de hortalizas, son más sanas en la alimentación humana, razón por la que se le ha dado una
relevante importancia en su producción, entre las que sobresale el tomate. Para el 2012 “se
produjeron aproximadamente a nivel mundial 211 021 843 toneladas” Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), (Hortoinfo, 2014). En el
Ecuador, según el último Censo Agropecuario del año 2000, existen sembradas 3 333
hectáreas de tomate con una producción de 61 426 toneladas al año. (Instituto Nacional de
Estadísticas y Censo, 2002)
De las hortalizas, el tomate es el de más producción y consumo, en el futuro no se
vislumbra ningún cambio, por lo que, siguiendo con esa tendencia se torna necesario la
búsqueda de alternativas tecnológicas que garanticen excelencia en calidad y aumento en
productividad del vegetal mencionado.
Una de las fases importantes a considerar en la producción de tomate, es la
realización de semilleros, sus parámetros fisiológicos y morfológicos permiten predecir
comportamiento y resultados del cultivo en campo, generalmente el establecimiento de los
mismos es rudimentaria y se le da poca importancia, tradicionalmente se los realiza
confeccionando platabandas en el suelo, en donde se siembra al voleo o en hileras, una vez
crecidas las plántulas, se arrancan para el trasplante. Este sistema implica el uso muchas
semillas, incidencia de malezas, malas distribuciones del riego y nutrición, presencia de un
complejo de enfermedades (Damping off) y plagas, incremento de mano de obra en el
manejo, pérdida de plántulas en pre y post trasplante, irregular crecimiento de plantas por
trasplante, originado por el estrés que sufren, en donde hay que esperar entre 15-20 días
para que la plántula reinicie su crecimiento, esto ocurre mayormente por el gran volumen
de raíces que pierden las plantitas al ser arrancadas en estos semilleros.
Un componente importante en el manejo de semillero, es el sustrato, considerado
como un material sólido, de origen orgánico o inorgánico, que colocado en un contenedor,
en forma pura o en mezcla, permite el anclaje del sistema radicular de la planta,
(Urrestarazu, 1997). Adicionalmente debe reunir ciertas propiedades: a) Físicas, baja
densidad, almacenaje de agua fácilmente disponible; b) Químicas, baja capacidad de
intercambio catiónico y nutrientes asimilables; c) En las biológicas, libre de malas hierbas
y patógenos. Además de bajo costo, fácil de obtener y sencillo al mezclar. La finalidad es
producir plántulas de calidad en corto periodo de tiempo, a bajos costos, que coadyuven a
obtener una cosecha abundante de elevada calidad con el menor impacto ambiental (Pérez,
1998).
Existe una tendencia de la producción en condiciones protegidas en clima tropical,
en ese contexto Vinces en su Facultad de Ciencias Para el Desarrollo posee el primer
centro experimental del Ecuador, cuya finalidad es validar los procesos tecnológicos de
producción en invernadero que se realicen y luego ponerlos a disposición del campesinado
de la costa para que los aplique utilizando gran parte de los recursos del medio. En esas
circunstancias se detectó un problema en la producción de plántulas de tomate, son de mala
calidad, raquíticas, agigantadas y poca resistencia al trasplante, afectando el adecuado
desarrollo fenológico y a la productividad de esta hortaliza.
Ante lo descrito y siendo un compromiso de las Universidades, a través de temas de
titulación realizar investigaciones que ayuden a resolver problemáticas que limitan el
desarrollo tecnológico agrícola, bajo tal principio se realizó este proyecto de investigación
donde se validó una técnica de producción en semilleros bajo cubierta, haciendo énfasis en
los factores sustratos y fertilizantes. Otras condiciones para la realización de este tema
fueron la pertinencia, relevancia y el aporte a la matriz productiva, parámetros que se
sustentan en esta introducción.
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1.1 Objetivos
1.1.1 Objetivo General.
Evaluar el comportamiento fenológico y la absorción de nutrientes de plántulas de tomate
propagadas bajo condiciones de invernadero en clima tropical de la zona de Vinces.
1.1.2 Objetivos específicos.
Establecer la diferencia de biomasa en semilleros de tomate empleando varias
mezclas de sustratos y fertilizante edáfico.
Determinar las concentraciones de minerales en las plántulas de tomate aportado
por los diferentes sustratos y el fertilizante edáfico.
1.2 Hipótesis
Si se mezcla de una manera adecuada sustratos de origen natural y se agrega fertilizantes
minerales se obtienen plántulas de tomate de buena calidad en condiciones de invernadero
en clima cálido tropical.
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II. REVISIÓN DE LITERATURA
2.1 Generalidades del cultivo de tomate
Es una de las hortalizas de mayor importancia en el consumo fresco e industrial, ha sido la
más investigada por los estudiosos en todos sus aspectos básicos y agrícolas. En Ecuador
hasta inicios del año de 1990, era un cultivo intensivo al aire libre en los valles
interandinos, así como en el subtrópico. A partir de esta fecha se hace una innovación y se
comienza a producir el tomate bajo cubierta en el sector de Patate (Carvallo & Rodas,
2010). Para el año 2000 se incrementaron los invernaderos en toda la región interandina,
no solo para la siembra de tomate sino también para pimiento, pepino y otros. En tomate
se logró incrementar la producción a 7 kg/planta, mientras que al aire libre se conseguía un
promedio de 2,5 kg/planta. Tungurahua cuenta con el 60 % del total nacional de
producción bajo este sistema (Guerrero, 2001).
2.2 Clasificación botánica
Según (Serrano, 1982) el tomate se clasifica:
Reino: Vegetal
División: Antofila
Clase: Dicotiledonia
Subclase: Metaclamidea
Orden: Solanales
Familia: Solanáceas
Género: Solanum
Especie: lycopersicum
2.3 Valor nutricional
El tomate no es esencialmente nutritivo pero puede convertirse en excelente fuente de
minerales y vitaminas, principalmente C y A, si se estimula su consumo. La composición
química del tomate está determinada en gran medida por diferentes factores, entre los que
se puede citar: la maduración, la estación del año que fue cultivada, las condiciones del
suelo y las de almacenaje (Villarruel, 1982)
Cuadro 1. Valor nutricional de una porción comestible en 100 gramos de tomate tanto crudo como elaborado, United States Department of Agriculture, 2008. (USDA)
Nutrientes Unidad Crudo Elaborado
Agua g 94,0 94,4
Calorías kcal 19,0 21,0
Proteínas g 0,7 0,8
Grasa g Trazas Trazas
Hidratos de C g 4,0 4,0
Calcio mg 12,0 6,0
Fosforo mg 24,0 19,0
Hierro mg 0,4 0,1
Potasio mg 222,0 217,0
Vitamina A UL 820,0 900,0
Tiamina UL 0,0 0,0
Riboflavina UL 0,0 0,0
Niacina mg 0,7 0,7
Ac. Ascórbico mg 21,0 17,0
2.4 Necesidades edafoclimáticas del cultivo
2.4.1 Clima.
El manejo del clima es un medio determinante en la propagación de cultivos, su adecuado
manejo se constituye en un medio para el crecimiento y desarrollo del cultivo además de
un instrumento de defensa contra plagas y enfermedades (Aguado, Del Castillo, Sanz,
Uribarri, & Sádaba, 2005). La planta de tomate para que exprese su potencial genético de
producción y calidad requiere de condiciones climáticas específicas durante sus fases de
desarrollo (Toovey, 1981) Se considera una especie que puede producir en condiciones de
clima y suelo variables, sin embargo, prospera mejor en climas secos con temperaturas
moderadas (Escalona, Alvarado, Monardes, Urbina, & Martin, 2009), es muy sensible a las
heladas. En climas variables se recomienda la utilización de invernaderos, en los que
pueden manejarse las condiciones de clima requeridas por esta especie (Toovey, 1981),
este mismo autor considera que “bajo condiciones climáticas adversas se produce
trastornos en la asimilación de nutrientes que provocan en algunos casos ausencia de
flores, caída de estas o una polinización deficiente”
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2.4.1.1 Temperatura.
Escalona et al., (2009) consideran que la temperatura media mensual óptima para el
desarrollo del cultivo de tomate está en el rango de 21-24 °C, aunque se puede producir
entre los 18-25 °C. Fuera de estas condiciones se originan afectaciones en los cultivos.
Entre los 10-12 °C la planta ya comienza a detener su crecimiento. Cuando la temperatura
media mensual sobrepasa los 27 °C, las plantas de tomate no progresan adecuadamente,
puesto que la temperatura influye en el proceso fotosintético de la planta (Perez, Hurtado,
Aparicio, & Agueta, s.f).
En la etapa de almácigos lo óptimo es de 25 °C, con las cuales en seis días
se produce la emergencia total de plántulas. Con una temperatura de 10 °C la
germinación se retarda hasta 43 días, así mismo, si la temperatura es de 35 °C la
germinación se da hasta los nueve días. Una vez que la semilla ha emergido
requiere de temperatura menores a 14-16 °C para luego incrementar entre
(nocturna–diurna) 15-23 °C, (Rodríguez, Tobares, & Medina, 1989). Manejar la
temperatura en esta fase es primordial, ya que si la planta estuvo en semillero
durante largos periodos a baja temperatura, las consecuencias se reflejan en una
disminuida fecundación y frutos deformes, incluso si se fecundan con abejorros
(Aguado et al., 2005).
El rango de temperatura que beneficia al cultivo en el momento del
trasplante debe estar entre 15-30 °C, con una diferencia entre el día y la noche de 6
°C (Suquilanda, 1996); (Perez et al., s/f). En la polinización alrededor de 21 °C es
ideal. Se debe evitar temperaturas extremas bajo 10 °C y sobre 30 °C en etapas de
floración y formación porque ocasionan abortos y deformaciones de fruto que
conlleva a bajar la producción hasta en un 10 %. (Guevara & Estrella, 2008);
(Escalona et al., 2009)
Para obtener un buen desarrollo y pigmentación de frutos lo óptimo es 25
°C (Agrosiembra, 2009), por debajo de 10 °C se tienen tonalidades amarillentas de
los frutos (Escalona et al.,2009)
La fecundación se ve afectada cuando se tiene temperaturas superiores a 25
°C e inferiores a 12 °C. En el caso de la maduración, precocidad, se ven retardados 7
si la temperatura está por debajo de 10 °C, en cambio con temperaturas mayores a
30 °C se presentan quemaduras de frutos, aunque el cultivo suele ser más precoz
(Escalona et al., 2009). Temperaturas por debajo 0 °C ocasionan en el cultivo el
“Síndrome de hoja corta” (Guevara & Estrella, 2008)
En invernaderos la temperatura óptima para la mayoría de plantas se sitúa
en el intervalo de 20-25 °C, como norma general se ventilará a partir de los 25 °C,
en todo caso esto dependerá de las exigencias de cada cultivo (Aguado et al., 2005)
En condiciones protegidas la variación de temperatura entre el día y la
noche, puede ocasionar defectos en el proceso de polinización, donde como
resultado tenemos frutos más o menos arrugados, pudiendo afectar al racimo o
independientemente uno o dos frutos. Esto se puede regular mediante cortinas, el
uso de inyectores de calor en la noche y en época de baja temperatura. La
temperatura adecuada en invernadero oscila entre 22-30 °C, durante el día y en la
noche no deberá descender más allá de los 10 °C (Toovey, 1981)
2.4.1.2 Humedad.
La humedad del aire en el cultivo de tomate conviene que este entre 70 % y 80 %, los
valores superiores favorecen el desarrollo de enfermedades del follaje y de cuello de raíz
por el microclima que se forma (Perez et al., s.f); (Aguado et al., 2005), así mismo, puede
ocasionar el agrietamiento del fruto; cuando hay Humedad Relativa (HR) inferior a 60 % la
fecundación se dificulta porque el polen se compacta obstaculizando la fijación del este en
el estigma, haciendo que parte de las flores aborten (Guevara & Estrella, 2008); (Escalona
et al., 2009). Además, ambientes saturados de humedad disminuye el crecimiento, la
transpiración, la fotosíntesis y la absorción de sales minerales de la solución del suelo
(Suquilanda, 1996)
En invernaderos la humedad relativa puede manejarse de la siguiente
manera:
a.- Exceso de humedad.
• Con ventilación
• Aumento de temperatura
• Acolchado del suelo con plástico 8
• Evitando el exceso de humedad en el suelo con el control de riegos y el
acolchado.
b.- Falta de humedad.
• Con riegos (en la mañana)
• Pulverizando agua en el ambiente.
2.4.1.3 Luminosidad.
La luminosidad es vital para que los procesos fotosintéticos funcionen adecuadamente
(Aguado et al., 2005), cuando se tiene escasa luz el cultivo no tiene un buen desarrollo, las
flores no son bien fecundadas, las paredes de los frutos se tornan gruesos, los colores de la
planta y de los frutos son opacos, además, de presentar un bajo contenido de sólidos. Se
considera que luminosidad mínima debe estar en 1 500 horas luz/año (Guevara & Estrella,
2008).
Aunque el tomate es un cultivo insensible a la duración del día, sin
embargo, requiere de una buena iluminación, especialmente en época lluviosa
cuando la radiación es más limitada, para esto se debe buscar alternativas
encaminadas a aprovechar la mayor cantidad de luz, entre las que podemos aplicar
esta un buen manejo de prácticas culturales a través de la densidad de siembra,
poda, tutorado, control de malezas, entre otras (Perez et al., s.f).
En el periodo de semillero, una iluminación superior a 900 w/m2 y
acompañada por una alta temperatura, disminuye los procesos de fotosíntesis y
transpiración, dando como resultado plantas débiles. Lo que se recomienda es un
adecuado sombreo en épocas de alta radiación. Por otro lado, una escasa
iluminación lleva a obtener plántulas frágiles y ahiladas. En estos casos se
recomienda sembrar en alveolos grandes y una plántula por sitio así se evita
competencia por espacio y luz. Los parámetros normales en semillero se
consideran entre 200-700 w/m2.
2.4.2 Suelos
2.4.2.1 Requerimientos físicos-químicos de los suelos.
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El tomate prefiere suelos profundos con densidad aparente de 1,20 g/cc (Perez et al., s.f)
con una textura silícea arcillosa, fértiles, equilibrados en sus componentes minerales, ricos
en materia orgánica, con pH entre 5,5-7,02, es una especie con cierta tolerancia a la
salinidad, por lo que produce en suelos ligeramente salinos y consiente riegos con agua
algo salitrosa, lo ideal es que crezca en una conductividad eléctrica de 0,75-2,0 mmho/cm2,
deben ser permeables dada la susceptibilidad al encharcamiento (Guevara & Estrella,
2008). Debe estar libre de nematodos, insectos, enfermedades, semillas de malas hierbas y
con una vida microbiana intensa (Horturba, s.f).
2.4.2.2 Topografía del terreno
Según (Toovey, 1981), el terreno plano es importante, ya que facilita la construcción de
los invernaderos y las camas de cultivo pueden ser fácilmente nivelado lo que mejora los
riegos y otras labores en general. Sin embargo, tolera pendientes entre 0,5 % a 2 %, un
porcentaje mayor puede crear problemas como la falta de uniformidad en la fertirrigación,
lo que incidirá en su producción.
2.4.2.3 Altitud.
Se puede cultivar desde 0-1 800 metros (Guevara & Estrella, 2008). Aunque si se toma en
consideración la capacidad de adaptación de los híbridos o variedades puede cultivarse
desde los 20-2000 msnm (Perez et al., s.f).
2.4.3 Agua.
Los requerimientos varían entre 300-1 000 m3, dependiendo de la variedad (Guevara &
Estrella, 2008). Es recomendable que la planta no permanezca mojada ni en el día ni en la
noche, se debe evitar el goteo producido por la condensación porque esto acarrea riesgos
de enfermedades (Aguado et al., 2005), es un cultivo que no tolera el encharcamiento
(Guevara & Estrella, 2008).
2.5 Fenología del cultivo de tomate
El cultivo de tomate al igual que otros, durante su ciclo de vida pasan por varias etapas:
germinación y establecimiento, crecimiento vegetativo, floración, formación y desarrollo
de frutos y maduración. Son etapas bien diferenciadas al igual que sus necesidades
nutricionales. El tiempo que dure cada etapa está dada por la variedad (Nuez, 1999).
a) Etapa inicial: corresponde a los primeros 21 días, aquí se produce la 10
germinación. Se caracteriza por el rápido aumento en la materia seca, la planta
invierte su energía en la síntesis de nuevos tejidos de absorción y fotosíntesis.
b) Etapa vegetativa: es la continuación de la fase inicial, termina con la floración, exige
mayor cantidad de nutrientes para satisfacer las necesidades de las hojas y ramas en
crecimiento y expansión. Se da entre 51-80 días, considerando la fase inicial.
El aumento en materia seca es más lento.
c) Etapa reproductiva: se inicia con la fructificación, el tiempo de duración depende si se
trata de un tipo de tomate determinado o indeterminado. Se caracteriza porque el
crecimiento de la planta se detiene y los frutos extraen los nutrientes necesarios para su
crecimiento y maduración (Perez et al., s/f).
2.6 Semilleros
Es un lugar establecido exclusivamente para las primeras etapas de vida de las plantas:
germinación y crecimiento inicial (Suquilanda, 1996), (Aguado et al., 2005); para
(Jaramillo, Rodriguez, Guzman, Zapata, & Rengifo, 2007), es el lugar de inicio de la vida
productiva y reproductiva de una planta. En todo caso, este lugar debe dar a las semillas
las mejores condiciones para que este proceso ocurra de la mejor manera.
2.6.1 Importancia.
La producción de plántulas es un procedimiento de vital importancia, porque tiene gran
influencia en el posterior desarrollo, capacidad productiva y estado sanitario de las
siguientes fases del cultivo (Jaramillo et al., 2007); (Aguado et al., 2005). Son plantas
jóvenes, con gran actividad fotosintética, de crecimiento rápido, por lo que cualquier
alteración que se produzca en las condiciones ambientales, principalmente temperatura y
humedad puede incidir en su desarrollo. Deben estar ubicados donde se les puedan brindar
los máximos cuidados (Jaramillo et al., 2007).
2.6.2 Justificación.
Debido al alto costo de la semilla, en especial la híbrida de tomate; la exigencia del
productor y el desconocimiento en el manejo y la preparación de los semilleros, existe una
tendencia en adquirir las plántulas a productores especializados en propagación, porque
garantizan calidad. La ventaja es que se producen plántulas con un costo muy similar al
11
que tendría el cultivador si produjera sus propios semilleros, ya que, igual tendría que
adecuar una infraestructura para ello (Jaramillo et al., 2007).
Cuando se menciona la “calidad de plántulas” hay que distinguir, la calidad
que se ve a simple vista, como es, altura, grosor del tallo, cantidad de hojas,
tonalidades, manchas extrañas; calidad sanitaria, raíces y tejidos sanos, plantas
robustas, etc.; calidad que no se ve, esta se deriva de la edad y manejo, por lo que
hay que conocer el material sembrado y las condiciones proporcionadas, para
determinar el tiempo que las plántulas deben pasar en semillero, pues hay una
característica muy importante y que la desconocemos, la inducción florase produce
en el semillero, por lo tanto, en éste se forma el primer ramillete de flor que aparece
en el invernadero (Aguado et al., 2005).
2.6.3 Condiciones de los sitios destinados para semilleros.
a) Disponibilidad de mano de obra para su cuidado
b) El terreno escogido para la realización del semillero debe ser plano,
independientemente que se lo haga en el suelo o en bandejas
c) Debe estar cercano al terreno donde se realizará el trasplante definitivo
d) Buen abastecimiento energía eléctrica
e) fuertes y animales (cercado)
f) Buena irradiación solar (iluminación natural)
g) Cubierta con buen declive, si se trata de un invernáculo
h) Buen drenaje, si se lo va a realizar en eras (Suquilanda, 1996)
i) Importante contar con instrumentos de medición como higrómetros de presión y
termómetros
j) Orientación Norte-Sur con respecto al sol para que las plantas reciban la máxima
iluminación solar (Duque, 1998)
k) Debe estar cerca de una fuente de agua, debido a que las semillas y plántulas
requieren riegos cortos, pero frecuentes, realizados con regadera, aunque
preferiblemente por aspersión, se puede aprovechar para aplicar nutrientes.
l) Lo más conveniente es ubicar el semillero bajo una cobertura plástica o
invernadero, donde se pueda controlar los cambios de temperatura, humedad
relativa, agua lluvia, insectos plagas, enfermedades y la entrada de animales
12
m) Protegido contra viento fuerte, este puede producir daños importantes por
intensificar la transpiración hasta el extremo de producir quemaduras o
marchitamiento (Jaramillo, et al., 2007).
2.6.4 Métodos de siembra en semillero
Generalmente en el método de siembra extensivo la semilla va directamente al campo de
producción, mientras que en el intensivo se utiliza plantas germinadas en semilleros, en
este último, una vez alcanzado el adecuado estado de desarrollo las plántulas son llevados
al sitio definitivo de producción, esto se logra a los 30-35 días después de la siembra,
cuando tienen un tamaño de 10-15 cm y de 6-8 hojas verdaderas (Amaguaña, 2009). La
principal característica que deben cumplir las plantas que se producen en los semilleros es
que sean plantas de calidad, libre de enfermedades, con cuellos y raíces sanas y bien
desarrollados, tallos y hojas bien fornidas y estructuradas (Aguado et al., 2005).
El método más utilizado para obtener plantas sanas y vigorosas es mediante
germinación de la semilla en bandejas plásticas de confinamiento (Jaramillo et al.,
2007).
2.6.5 Producción de plántulas para método intensivo.
2.6.5.1 Producción de plántulas en eras o canteros.
Lo primero es tener un suelo franco y permeable, luego definir el tamaño, se recomienda
que tengan un metro de ancho, longitud variable, dependiendo del área a sembrar, y 0,20
metros de altura, el suelo delimitado se pica con un azadón y se le agrega uniformemente
materia orgánica y arena, se enmarcan con bambú o madera para evitar que haya
desmoronamiento (Suquilanda, 1996)
Duque (1998) recomienda una siembra de semilla a chorro continuo y se
aplica una capa de 2-3 cm del suelo o sustrato a la distancia usual entre plantas,
debe ser de unos 3 cm para facilitar entre saque cuando se realice el trasplante. Las
coberturas de cascarilla de arroz, viruta o piedra pómez, o cuescos de frutos de
palma africana ayudan a controlar la humedad y la temperatura, las plantas están
listas para el trasplante cuando llegan a un promedio 3-4 hojas verdaderas o a los
30-35 días después de la siembra.
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Las semillas así estén empacadas, pueden ser portadoras de virus por los
que se recomienda tratarlas con hipoclorito de sodio al 1 % durante diez minutos,
luego lavar con agua limpia, esta práctica favorece el vigor y el tiempo de
germinación.
2.6.6 Producción de plántulas para método extensivo.
2.6.6.1 Producción de plántulas en bandejas.
El método más utilizado para obtener plantas sanas, vigorosas es mediante germinación de
la semilla en bandejas plásticas de confinamiento (Jaramillo et al., 2007). Esta modalidad
tiene varias ventajas, permite el uso eficiente de la semilla, producción de plántulas de
excelente calidad, fácil manejo de las plántulas a la hora del trasplante, disminución de
pérdida de plántulas al momento del trasplante, no provoca daño a las raíces a la hora del
trasplante, se pueden pasar al sitio definitivo a cualquiera hora del día (Suquilanda, 1996)
En cuanto su establecimiento, se requiere de sustrato (cascarilla de arroz,
arena lavada de río, aserrín, piedra pómez, turba, vermiculita, perlita, musgo, etc.) y
de bandejas germinadoras, también puede utilizarse vasos, cajones o fundas
plásticas. Se procede remojando el sustrato hasta que la humedad sea homogénea,
para que favorezca la germinación uniforme de la semilla (no debe escurrir agua al
apretarlo), luego el sustrato se coloca en las bandejas llenando cada celda hasta tres
cuartas partes de su capacidad, en el centro de la celda se coloca la semilla, misma
que se la tapa agregando más sustrato, procurando que sea una capa que no pase el
doble del tamaño de la semilla, a mayor profundidad se tienen problemas con la
emergencia; y con siembras a menor profundidad se corre el riesgo de que la
semilla quede descubierta al aplicar el riego. La emergencia ocurre a los 6-8 días
después de la siembra. En un metro cuadrado se puede sembrar hasta 100 plantas
bien formadas dependiendo de la densidad de siembra y el porcentaje de
germinación (Suquilanda, 1996), (Jaramillo et al., 2007).
2.7 Descripción de materiales utilizados en semilleros para producción extensiva
2.7.1 Bandejas.
Son de material desechable, de bajo costo y si se pueden utilizar por repetidas ocasiones
(Duque, 1998). Las más utilizadas son las de polipropileno, que varían en tamaño y
número de las celdas o conos, generalmente tienen entre 53-200 celdas, en tomate se 14
recomiendan las de 53-128 celdas, con un volumen por celda de 37-28 cm3. Las bandejas
de 53 orificios permiten mayor desarrollo radicular y del follaje, sin embargo, incrementan
los costos por plántula, porque requieren mayores cantidades de sustrato por celda
(Jaramillo et al., 2007).
El crecimiento y calidad del sistema radicular de las plantas está
influenciado por los contenedores o bandejas (Urrestarazu, 1997). Para conseguir
un buen drenaje y aireación óptima, hay que elegir contenedores de celdas
profundas. El volumen del contenedor debe equipararse con el tamaño de la planta.
Una planta grande crecerá más lentamente en un contenedor pequeño. Es
conveniente comprobar que el tamaño del contenedor no va a afectar los
parámetros del crecimiento a medir. En cuanto a la forma del contenedor, ésta
debería guardar relación con el tipo de raíz de la planta a cultivar, que puede ser de
crecimiento vertical en profundidad o de crecimiento lateral y superficial (Reyes,
2009).
2.7.2 Sustratos.
La evolución de la agricultura intensiva ha traído consigo nuevos insumos para el empleo
en la actividad agraria, como son los sustratos. Estos medios de producción han resultado
básicos para el desarrollo de actividades como semilleros, viveros, horticultura intensiva
protegida, entre otros (Magrama, 2010).
Un sustrato es todo material sólido distinto del suelo, que puede ser natural,
de síntesis o residual, mineral u orgánico (Urrestarazu, 1997). Tienen como
principal misión suministrar un soporte físico que sirve de elemento estabilizador o
anclaje a la planta, que le permite enraizar, mantenerse erguida y tomar nutrientes
esenciales en la primera etapa del cultivo (Reyes, 2009). Aunque no siempre el
sustrato interviene en el complejo proceso de la nutrición mineral de la planta
(Urrestarazu, 1997). El sustrato que escojamos debe ser poroso y retener el agua
(Ecoagricultor, 2011). La elección de un buen sustrato es el factor más importante
para el éxito de un cultivo (Horturba, s.f).
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En los cultivos hortícolas, la finalidad de cualquier sustrato de cultivo es
producir una excelente planta y logar una cosecha de calidad y abundante en un
lapso de tiempo corto, con bajos costes de producción y un reducido impacto
ambiental al momento de eliminar el sustrato utilizado (Reyes, 2009)
2.7.2.1 Propiedades.
Un buen sustrato debe reunir las siguientes propiedades físico-químicas:
2.7.2.1.1 Propiedades físicas.
Porosidad.- es el espacio entre las partículas del sustrato (Ecoagricultor, 2011) compuesto
por aire o agua en una cierta proporción. Su valor óptimo no debería ser inferior al 80 % al
85 %, aunque sustratos de menor porosidad pueden ser usados ventajosamente en
determinadas condiciones (Llurba, 1997), lo contrario, si estamos frente a alta porosidad,
en este caso lo importante debe ser que permita una buena aireación y gran capacidad de
retención de agua fácilmente disponible, con objeto de que la planta extraiga el agua
necesaria para sus funciones, con el menor gasto energético posible de tal manera que el
oxígeno disuelto en el agua no sea un factor limitante para el crecimiento y el buen
funcionamiento (Reyes, 2009) y desarrollo de raíces (Horturba, s.f).
El grosor de los poros condiciona la aireación y retención de agua del
sustrato (Llurba, 1997). La retención de agua estará en función de los microporos,
los cuales retendrán el agua hasta que la planta la consuma o ésta se pierda. La
aireación dependerá de los macroporos, los cuales permiten la circulación del aire y
el agua, permitiendo la respiración de la raíces (Ecoagricultor, 2011).
Densidad.- cuando la densidad se refiere solo a la parte sólida del sustrato,
se trata de densidad real, si además se considera el espacio poroso, entonces se
habla de densidad aparente. El valor de la densidad real varía según la materia y
oscila entre 2,5-3 g/cm. Los valores de densidad aparente se prefieren bajos (0,7-
0,1), esto garantiza un producto ligero.
Estructura.- puede ser granular como la de la mayoría de los sustratos minerales o
bien fibrilares. La primera no tiene forma estable, acoplándose fácilmente a la forma del
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contenedor, mientras que la segunda conserva formas rígidas y no se adaptan al recipiente
pero tienen cierta facilidad de cambio de volumen y consistencia cuando pasan de secas a
mojadas.
Granulometría.- el tamaño de los gránulos condiciona el comportamiento del
sustrato, el tamaño de los poros aumenta conforme sea mayor la granulometría (Llurba,
1997). El cambio de granulometría con el paso del tiempo, obliga a la renovación del
sustrato (Reyes, 2009).
2.7.2.1.2 Propiedades químicas.
La reactividad química de un sustrato se define como la transferencia de materia entre el
sustrato y la solución nutritiva que alimenta las plantas a través de las raíces.
Químicas: Se deben a la disolución e hidrólisis de los propios sustratos y pueden provocar
Efectos fitotóxicos por liberación de iones H+ y OH- y ciertos iones metálicos
como el Co+2.
Efectos carenciales debido a la hidrólisis alcalina de algunos sustratos que
provoca un aumento del pH y la precipitación del fósforo y algunos
microelementos.
Efectos osmóticos provocados por un exceso de sales solubles y el consiguiente
descenso en la absorción de agua por la planta.
Físico-químicas: Son reacciones de intercambio de iones. Se dan en sustratos con
contenidos en materia orgánica o de origen arcilloso, es decir, aquellos en los que hay
cierta Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC.).
Salinidad. Es la concentración de sales solubles presentes en la solución del
sustrato y se puede dar por:
- Presencia de fertilizantes insolubles, como los de liberación lenta, cuando se
mineralizan para producir nitratos o bien, cuando liberan sales mediante
difusión, en cuantía superior a las cantidades absorbidas o lixiviadas.
- Cuando la cantidad de sales aportadas con el agua de riego o la solución
nutritiva es superior a las cantidades absorbidas por la planta o las perdidas
por lixiviación.
17
- Cuando el sustrato presenta una elevada capacidad de intercambio catiónico
y, al mismo tiempo, se descompone con el transcurso del cultivo, liberando
nutrientes. (Urrestarazu, 1997).
pH. Es el poder tampón, mide la concentración de iones de hidrógeno en la
solución acuosa del sustrato (Ecoagricultor, 2011). A pesar que las plantas pueden
sobrevivir en un amplio rango de pH, no obstante, el crecimiento y desarrollo de las
plantas se ven reducidos de modo marcado en condiciones de acidez y alcalinidad
extremas (Rodríguez, et al., 2008). Se recomienda aplicar soluciones nutritivas
ligeramente ácidas. El valor óptimo del pH del sustrato debe estar entre 5,5-7,0
(Reyes, 2009).
Bioquímicas. Son reacciones que producen la biodegradación de los materiales que
componen el sustrato. Se producen sobre todo en materiales de origen orgánico,
normalmente se prefieren sustratos inertes, para evitar cualquier actividad química
(Infoagro, s.f).
2.7.2.2 Propiedades biológicas.
Los microorganismos compiten con la raíz por oxígeno y nutrientes. También pueden
degradar el sustrato y empeorar sus características físicas de partida. Generalmente
disminuye su capacidad de aireación, pudiéndose producir asfixia radicular. La actividad
biológica está restringida a los sustratos orgánicos. Entre sus propiedades tenemos:
Velocidad de descomposición. Es función de la población microbiana y de las condiciones
ambientales en las que se encuentre el sustrato. Esta puede provocar deficiencias de
oxígeno y de nitrógeno, liberación de sustancias fitotóxicas y contracción del sustrato. La
disponibilidad de compuestos biodegradables (carbohidratos, ácidos grasos y proteínas)
determina la velocidad de descomposición. (Reyes, 2009) Recomienda que la velocidad de
descomposición deba ser lenta.
Efectos de los productos de descomposición. Los ácidos húmicos y fúlvicos
presentes en los sustratos orgánicos se los considera que son productos finales de la
degradación biológica de la lignina y la hemicelulosa.
18
Actividad reguladora del crecimiento. La actividad auxínica se da en extractos de
muchos materiales orgánicos utilizados en los medios de cultivo (Llurba, 1997).
2.7.2 Características del sustrato ideal.
El mejor medio de cultivo depende de numerosos factores como son el tipo de material
vegetal con el que se trabaja (semillas, plantas, estacas, entre otros.), especie vegetal,
condiciones climáticas, sistemas y programas de riego y fertilización, aspectos
económicos, entre otros, pese a lo manifestado, se considera que para obtener buenos
resultados durante la germinación, el enraizamiento y el crecimiento de las plantas, se
requieren las siguientes características del medio de cultivo:
a) Propiedades físicas:
Elevada capacidad de retención de agua fácilmente disponible.
Suficiente suministro de aire.
Distribución del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones
anteriores.
Baja densidad aparente, para disminuir el peso y facilitar el transporte.
Elevada porosidad.
Estructura estable, que mantenga sus propiedades durante varios meses Una
estructura estable, que impida la dilatación o contracción del medio. Estable
frente a cambios físicos (temperatura), químicos (pH) y ambientales.
b) Propiedades químicas:
Baja o apreciable capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la
fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente,
respectivamente.
Suficiente nivel de nutrientes asimilables, la mayoría de sustratos aportan
pocos nutrientes a la plantas, por lo que se aconseja mezclar el sustrato con
abonos orgánicos.
Baja salinidad.
Elevada capacidad tampón y capacidad para mantener constante el pH.
Mínima velocidad de descomposición.
19
c) Otras propiedades.
Libre de semillas de malas hierbas, nematodos y otros patógenos y sustancias
fitotóxicas.
Reproductividad y disponibilidad.
Bajo coste.
Fácil de mezclar.
Fácil de desinfectar y estabilidad frente a la desinfección.
Resistencia a cambios externos físicos, químicos y ambientales.
Los sustratos que reúnen la mayor parte de estas características son los
sustratos orgánicos o tierras vegetales (Pérez, 1998) (Horturba, s.f).
2.7.3 Clases de sustrato.
Existen diferentes criterios de clasificación de los sustratos, basados en el
origen de los materiales, su naturaleza, sus propiedades, su capacidad de
degradación, a continuación se detallan algunos.
2.7.3.1 Según sus propiedades.
Sustratos químicamente inertes. Arena granítica o silícea, grava, roca
volcánica, perlita, arcilla expandida, lana de roca, entre otros.
Sustratos químicamente activos. Turbas rubias y negras, corteza de pino,
vermiculita, materiales ligno-celulósicos, entre otros.
Las diferencias entre ambos se dan por la capacidad de intercambio
catiónico o la capacidad de almacenamiento de nutrientes. Los sustratos
químicamente inertes actúan como soporte de la planta, no interviniendo en el
proceso de adsorción y fijación de los nutrientes, por lo que han de ser
suministrados mediante la solución fertilizante. Los sustratos químicamente activos
sirven de soporte a la planta pero a su vez actúan como depósito de reserva de los
nutrientes aportados mediante la fertilización. Almacenándolos o cediéndolos
según las exigencias del vegetal.
2.7.3.2 Según el origen de los materiales.
Materiales orgánicos.
De origen natural. Se caracterizan por estar sujetos a descomposición biológica
(turbas).20
De síntesis. Son polímeros orgánicos no biodegradables, que se obtienen
mediante síntesis química (espuma de poliuretano, poliestireno expandido,
entre otros.).
Subproductos y residuos de diferentes actividades agrícolas, industriales y
urbanas. La mayoría de los materiales de este grupo deben experimentar un
proceso de compostaje, para su adecuación como sustratos (cascarillas de
arroz, pajas de cereales, fibra de coco, orujo de uva, cortezas de árboles, aserrín
y virutas de la madera, residuos sólidos urbanos, lodos de depuración de aguas
residuales, entre otros).
2.7.4 Descripción de algunos materiales usados como sustratos
2.7.4.1 Cascarilla de arroz
Es un subproducto obtenido después de haber descascarado o pilado el arroz. (Rodríguez,
et al., 2008), menciona que requiere de un tratamiento previo antes de su uso. Primero debe
dejarse fermentar aeróbicamente durante 2-3 semanas, esto mejora sus propiedades, entre
ellas la retención de agua. Es conveniente que en este lapso se humedezca y hagan
continuas remociones del material. Luego, realizar una desinfección con hipoclorito de
sodio al 1 % enjuagar con agua y después en 24 horas puede sembrarse o trasplantarse.
Entre las principales propiedades físico-químicas de la cascarilla de arroz,
podemos mencionar, la baja tasa de descomposición, baja densidad aparente, buen
drenaje y alta aireación (Calderón, 2012).
2.7.4.2 Gravas
Entre las más usadas tenemos gravas de cuarzo, la piedra pómez y las que
contienen menos de un 10 % en carbonato cálcico, con un diámetro entre 5-15 mm
y densidad aparente de 1 500-1 800 kg/m3. Este grupo poseen una buena estabilidad
estructural, Su uso como sustrato puede durar varios años, con una baja retención
de agua por su elevada porosidad. No tienen capacidad de intercambio catiónico.
Deben lavarse antes de utilizarse
2.7.4.3 Arenas
Los mejores resultados se han obtenido con la arena de río. Su granulometría más
adecuada oscila entre 0,5-2 mm de diámetro. Su densidad aparente es similar a la grava. Su
capacidad de retención del agua es media, su capacidad de aireación disminuye con el 21
tiempo a causa de la compactación; su capacidad de intercambio catiónico es nula. Es
relativamente frecuente que su contenido en caliza alcance el 8 % y 10 %. Algunos tipos
de arena deben lavarse previamente, su pH varía entre 4-8, su durabilidad es elevada. Es
bastante frecuente su mezcla con turba, como sustrato de enraizamiento y de cultivo en
contenedores.
2.7.4.4 Lana de roca
Es un material obtenido a partir de la fundición industrial a más de 1 600 ºC de una mezcla
de rocas basálticas, calcáreas y carbón de “coke”, a la que se le da una estructura fibrosa,
en su composición tiene componentes como el sílice, óxidos de aluminio, calcio, magnesio,
hierro, entre otros. Es considerado un sustrato inerte, con una CIC casi nula y
un pH ligeramente alcalino, fácil de controlar. Tiene una estructura homogénea, un buen
equilibrio entre agua y aire. Se degrada estructuralmente, por lo que su empleo no sobre
pasa los tres años.
Es un material con una gran porosidad y que retiene mucha agua, pero muy
débilmente, lo que condiciona una disposición muy horizontal de las tablas para
que el agua se distribuya uniformemente por todo el sustrato.
2.7.4.5 Perlita
Se obtiene de una roca silícea a consecuencia de un tratamiento térmico (1 000-1 200 ºC).
Son partículas blancas con dimensiones entre 1,5-6 mm, con una densidad inferior a los
100 kg/m3. Posee alta capacidad de retención y elevada porosidad; su CIC es prácticamente
nula (1,5-2,5 meq/100 g). La durabilidad puede llegar a los 5-6 años. Su pH está cercano
a la neutralidad (7-7,5) y se utiliza a veces, mezclada con otros sustratos como turba, arena,
entre otros.
2.7.4.6 Vermiculita
Se obtiene por la exfoliación de un tipo de micas sometido a temperaturas superiores a los
800 ºC. Su densidad aparente es de 90 a 140 kg/m3, presentándose en escamas de 5-10 mm.
Puede retener 350 litros de agua por metro cúbico y posee buena capacidad de aireación,
aunque con el tiempo tiende a compactarse. Posee una elevada CIC (80-120 meq/l). Puede
contener hasta un 8 % de potasio asimilable y hasta un 12 % de magnesio asimilable.
Su pH es próximo a la neutralidad (7-7,2). 22
2.7.4.7 Arcilla expandida
Se obtiene tras el tratamiento de nódulos arcillosos a más de 100 ºC, formándose como
unas bolas de corteza dura y un diámetro, comprendido entre 2 y 10 mm. La densidad
aparente es de 400 kg/m3 y posee una baja capacidad de retención de agua y una buena
capacidad de aireación. Su C.I.C. es prácticamente nula (2-5 meq/l), el pH está
comprendido entre 5 y 7. Con relativa frecuencia se mezcla con turba, para la elaboración
de sustratos.
2.7.4.8 Fibra coco
Este producto se obtiene de fibras de coco. Tiene una capacidad de retención de agua de
hasta tres o cuatro veces su peso, un pH ligeramente ácido (6,3-6,5) y una densidad
aparente de 200 kg/m3. Su porosidad es bastante buena y debe ser lavada antes de su uso
debido al alto contenido de sales que posee. Tiene bastante aireación y retención de agua y
aporta pocos nutrientes, por lo que siempre mezclaremos con estiércol, compost o
vermicompost (Ecoagricultor, 2011). Se presenta en forma de pastillas de diversos pesos,
que una vez sumergidas en agua se expanden dando lugar a un sustrato suelto (Horturba,
s.f).
2.7.4.9 Turbas
Son materiales de origen vegetal, de propiedades físicas y químicas variables en función de
su origen. Se pueden clasificar en dos grupos: turbas rubias y negras. Las turbas rubias
tienen un mayor contenido en materia orgánica y están menos descompuestas, las turbas
negras están más mineralizadas teniendo un menor contenido en materia orgánica.
Proveniente de canteras en regiones frías, y es uno de los más utilizados.
Posee gran capacidad de retención de agua y nutrientes, además de buena aireación,
pero posee un pH excesivamente ácido y aporta pocos nutrientes (Ecoagricultor,
2011). Es un material muy habitual el inconveniente principal es que su extracción
destruye los ecosistemas llamados turberas (Horturba, s.f).
Los semilleros trabajan con turba como elemento base, y esta se mezcla con
perlita o vermiculita para modificar las propiedades de aireación y humedad. Las
proporciones de los distintos tipos de turba, varían en función de la calidad del agua
23
de riego del semillero así como de la fecha de siembra. Podemos distinguir dos
casos: un primero para aguas de buena calidad (CE inferior a 2 mS/cm) y otro para
aguas de mala calidad (CE superior a 2 mS/cm).
Se aconseja mezclar la turba en función de la época del año y la CE:
Cuadro 2. Formulación para turbas con agua de CE superior a 2 mS/cm
Tipo de turba Invierno Verano
% Turba rubia 70 80
% Turba negra 30 20
Cuadro 3. Formulación para turbas con agua de CE superior a 2 mS/cm
Tipo de turba Invierno Verano
% Turba rubia 61 51
% Turba negra 39 49
Es más frecuente el uso de turbas rubias en cultivo sin suelo, debido a que
las negras tienen una aireación deficiente y unos contenidos elevados en sales
solubles. Las turbias rubias tiene un buen nivel de retención de agua y de aireación,
pero muy variable en cuanto a su composición ya que depende de su origen. La
inestabilidad de su estructura y su alta capacidad de intercambio catiónico interfiere
en la nutrición vegetal, presentan un pH que oscila entre 3,5 y 8,5. Se emplea en la
producción ornamental y de plántulas hortícolas en semilleros.
Cuadro. 4 Propiedades de las turbas.
Propiedades de las turbas
Propiedades Turbas rubias Turbas negras
Densidad aparente (g/cm3) 0,06 - 0.1 0,3 – 0,5
Densidad real (gr/cm3) 1,35 1,65 – 1,85
Espacio poroso (%) 94 o mas 80 – 84
Capacidad de absorción de agua (gr/100 gr m) 1,049 287
Aire (% volumen) 29 7,6
Agua fácilmente disponible (% volumen) 33,5 2424
Agua de reserva (% volumen) 6,5 4,7
Agua difícilmente disponible (% volumen) 25,3 47,7
C.I.C. (meq/100 gr) 110-130 250 o mas
Fuente: (Fernández, et al., 1998)
2.7.4.10 Humus de lombriz
Los elementos nutritivos que contiene el humus provienen del proceso de fragmentación y
descomposición aeróbica de la materia orgánica por lombrices, bacterias y hongos
microscópicos. Estos organismos digieren los complejos orgánicos reduciéndolos a formas
simples, de tal manera que pueden ser asimilados por las plantas (Bansal & Kapoor, 2000)
Por otra parte, se ha señalado que el humus afecta favorablemente la
germinación de las semillas y el desarrollo de las plantas. Además, aumenta
notablemente la altura de las especies vegetales en comparación con otros
ejemplares de la misma edad. Así mismo, durante el trasplante previene
enfermedades y lesiones por cambios bruscos de temperatura y humedad; este
material se puede usar sin inconvenientes en estado puro y se encuentra libre de
nematodos. Su pH neutro lo hace sumamente confiable para ser aplicado a especies
sensibles (Brown, Barois, & Lavelle, 2000).
Para que se catalogue como un buen material el humus deberá contar como
mínimo con el 30 % de materia orgánica total, una humedad máxima de 40 %, una
relación C/N <20, y el 90 % de sus partículas deberá pasar por la malla de 25 mm
(Mendoza, 2010)
2.7.4.11 Compost
Es el producto resultante del proceso natural de compostaje de la materia orgánica a
inorgánica llevado a cabo por microorganismos aerobios. Sus propiedades son bastante
variables dependiendo de los elementos que se han utilizado para su elaboración, tienen
buena aireación y gran capacidad de retención de agua (Ecoagricultor, 2011) que mejora la
25
estructura del suelo (Infoagro, s.f). Es un tipo de fertilizante que recupera la calidad de los
suelos (Román, Martinez, & Pantoja, 2013).
Debe ser utilizado en mezclas con otros sustratos, es un material poco
estable lo que puede afectar la porosidad, lo que traería un encharcamiento que
perjudicaría el material sembrado (Horturba, s.f).
Otros materiales usados como sustratos son la perlita y la vermiculita, que
pueden ser interesantes si se mezclan con otros materiales (Horturba, s.f).
2.7.5 Ventajas de la siembra de semillas en bandejas de confinamiento o
germinación. Para Jaramillo et al., (2007) son las siguientes:
2.7.5.1 Ahorro de semillas
En un semillero tradicional se requiere utilizar aproximadamente un 30 % más de semilla
de la que se va a sembrar en campo para reemplazar las pérdidas causadas por mala
germinación y calidad de las plántulas.
2.7.5.2 Mejor planificación de siembras
Conociendo que este método de siembra garantiza una alta germinación y por ende de
obtención de plántulas, esto nos permite determinar, delimitar y planificar la siembra en
campo definitivo.
2.7.5.3 Desarrollo uniforme
Debido a que la densidad de siembra es equidistante, le permite a cada plántula recibir la
misma cantidad de tierra, agua, luz y nutrientes y su raíz sólo puede crecer hasta el final
del cono, lo que le permite a la plántulas tener un desarrollo uniforme al momento del
trasplante.
2.7.5.4 Calidad de plántulas
Cada planta puede alcanzar un excelente desarrollo de raíces principales y secundarias ya
que cada una tiene su propio espacio de crecimiento sin necesidad de estar compitiendo
con las demás, lo que resulta en plántulas con tallos más gruesos y fuertes, hojas frondosas
y de mayor tamaño y, por ende, menos propensas al ataque de enfermedades y plagas.
2.7.5.5 Desarrollo radicular dirigido
26
Las cinco venas verticales en cada cono permiten un excelente desarrollo radicular con
bastantes raicillas secundarias sin espirulamiento. Las raíces, al chocar con las venas del
cono, se dirigen hacia abajo siguiendo paralelamente la vena hasta el final de cono. Este
comportamiento de la raíz evita que la plántula se ahorque entre sus raíces. Esta raíz con
desarrollo vertical, sujeta y ancla muy bien la plántula cuando se la lleva a campo.
2.7.5.6 Poda natural de raíces
La colocación de los semilleros sobre estructuras levantadas, evita que los conos toquen el
suelo y las raíces se peguen a él, al no encontrar suelo las raíces sufren una poda natural y
se concentran en el interior del cono. Al estar sobre alto también favorece al drenaje.
2.7.5.7 Control de malezas
La calidad de los sustratos se distingue también por la ausencia de semillas de malezas, por
lo tanto no se va a tener presencia de malezas que compitan con la planta, esta
particularidad permite un ahorro en mano de obra, haciendo que los costos finales bajen.
2.7.5.8 Ahorro de área de vivero
Con la utilización de bandejas se emplea menos área de vivero y se reducen los costos de
riego, porque las plántulas se organizan más fácilmente y caben más por metro cuadrado.
2.7.5.9 Ahorro de sustrato
La cantidad de sustrato para llenar las bandejas es muy inferior comparado con el
requerido en los semilleros tradicionales. Igualmente, la cantidad de sustrato que hay que
desinfectar es menor, todo esto se traduce en un ahorro económico.
2.7.5.10 Fácil remoción
Por su diseño en cono, es muy fácil extraer la plántula al momento del trasplante, sin
destrucción de raíces, lo que disminuye el porcentaje de mortalidad de plantas.
Las plantas bien fertilizadas en los semilleros, tienden a enraizar
precozmente en el campo definitivo o después del trasplante, capaz de proporcionar
a la planta un correcto desarrollo (Aguado et al., 2005).
2.7.6 Manejo de la siembra en cubetas germinadoras
2.7.6.1 Selección y desinfección de cubetas
Las cubetas se seleccionaran de acuerdo a la época del año, Las de menor conos deben ser
consideradas para época de temperaturas y humedad relativa alta, las de mayor cantidad de
27
conos para épocas con temperaturas y humedad relativa baja. Esto permitirá compensar las
bondades y problemas que causan estos parámetros climáticos. Una vez seleccionadas se
disponen en un amplio recipiente con agua que contenga un 5 % de hipoclorito de sodio,
en donde se las sumerge por espacio de diez minutos.
2.7.6.2 Elección de sustrato y llenado de cubetas
El sustrato elegido debe reunir todas o al menos la mayor cantidad de características de un
sustrato ideal, luego se dispone en los conos de cada cubeta, el llenado es fácil y rápido por
su diseño compacto y rígido.
2.7.6.3 Siembra
En el centro de cada cono de la cubeta se realiza un hoyo de no más de 5 mm de
profundidad, puesto que la semilla de tomate mide aproximadamente 2 mm luego se
deposita la misma y se la cubre ligeramente con el mismo sustrato, sin presionar.
2.7.6.4 Riego
Una vez sembrada la semilla se debe regar uniformemente y las veces que sea necesario,
para ello, el mejor sistema es mediante carros de riego. El no disponer de ellos, implica que
el semillerista que solamente tiene riego por aspersión, con una mala uniformidad de riego,
debe corregir las desigualdades en la distribución con riegos manuales. Si no se uniformiza
el riego se obtienen plantas con diferentes alturas, con sintomatología de carencias
nutricionales y diferentes llenados radiculares (Aguado et al., 2005)
Se recomienda que el riego se lo realice a primera hora de la mañana o
última de la tarde, evitando las altas temperaturas.
2.7.6.5 Germinación en cámara germinadora
Una vez realizada la siembra, las bandejas han de pasar a la cámara de germinación. Aquí
el objetivo es que germine la raíz principal solamente, si se dejara por más tiempo
aparecerían los cotiledones y la planta crecería ahilada. En este sitio la humedad relativa
debe fluctuar entre 80 % y 90 % y la temperatura de 25-27 ºC, estas deben ser
uniformizadas por medio de ventiladores para lo cual, debemos asegurarnos de que hay
suficiente espacio entre los pallets. Cuando no tenemos una cámara de germinación,
podemos cubrir el semillero con un plástico que quede levantado a unos 25 cm del sustrato. 28
Salida de la cámara de germinación, las bandejas se disponen en el
invernadero sobre mesas o soportes, donde permanecerán hasta que puedan ir a
campo.
2.8 Fertilizantes utilizados
2.8.1 Urea
Como fertilizante presenta la ventaja de proporcionar un alto contenido de nitrógeno, el
mismo que es esencial en la planta porque forma parte de cada célula viva. Generalmente,
las plantas requieren de grandes cantidades de nitrógeno para su crecimiento normal, forma
parte de la molécula clorofila, está involucrado en el proceso de la fotosíntesis, es esencial
en el metabolismo de la planta, y está directamente relacionado con la cantidad de hojas,
desarrollo de tallos, etc., (Quiminet , 2008).
2.8.2 El nitrato de potasio
El nitrato de potasio es una fuente de nitrógeno y potasio. El efecto sinérgico entre K+ y
NO3- facilita la absorción de ambos nutrientes por las plantas. La afinidad entre la carga
negativa del nitrato y la carga positiva del potasio disminuye las posibilidades de adsorción
en las partículas del suelo, haciéndolo disponible para las plantas por un mayor período de
tiempo. No es toxico, ni destruye las raíces de las plantas a elevadas temperaturas de suelo.
Contribuye a la sanidad de las plantas porque elimina la acumulación de
cadenas cortas de carbohidratos y nitrógeno no proteico, que sirven de sustratos
para el ataque de bacterias, hongos, nematodos y virus. Por otro lado la absorción
de nitratos por las raíces, provoca una liberación de aniones hidroxilo (OH -),
creando un ligero ambiente alcalino en el entorno de las raíces, lo que mejora las
propiedades en suelos ácidos. Incrementa la formación de ácidos orgánicos
(carboxilatos) y su exudación al medio de crecimiento. Esto facilita el aporte de
fosfatos y micronutrientes desde la solución de suelo. Se disuelve rápida y
completamente en el agua, lo que resulta ideal para su uso en fertirrigación y
aplicaciones foliares.
No es higroscópico, por lo que puede ser almacenado sin que se produzca
endurecimiento del material, es compatible con otros fertilizantes, no es volátil a
29
por lo que no necesita ser incorporado al suelo cuando se aplica al voleo o
localizado (Haifa, 2009)
2.9 Investigaciones que sustentan el trabajo realizado
2.9.1 Producción de tomate bajo invernadero con humus de lombriz como
sustrato.
El vermicompost contiene sustancias activas que actúan como reguladores de crecimiento,
elevan la capacidad de intercambio catiónico (CIC), tiene alto contenido de ácidos
húmicos, y aumenta la capacidad de retención de humedad y la porosidad lo que facilita la
aireación, drenaje del suelo y los medios de crecimiento (Ndegwa, Thompson, & Dass,
2000) (Hashemimajd, Kalbasi, Golchin, & Shariatmandari, 2004). En estudios realizados
por (Lazcano, Arnold, Tato, Saller, & Domínguez, 2009) establecieron que el mejor
crecimiento de plántulas de tomate se logró con sustratos que contenían entre el 50 % y
100 % de humus de lombriz
2.9.2 Humus de lombriz como materia prima en la elaboración de sustratos para
la producción de plantines de hortalizas
Atiyeh et al., (2000), establecieron que la inclusión de humus de lombriz como
componente de sustratos, siempre ha estado asociado al incremento en la germinación,
crecimiento de plantines y floración de plantas ornamentales, incluso a bajas tasas de
sustitución e independiente del suministro de nutrientes externos. Por su pH neutro es
recomendado para su uso en especies sensibles. Los parámetros empleados para medir la
calidad de un plantín son: área foliar, volumen de raíces, peso seco aéreo y radical, altura
de planta y diámetro de cuello (Stuardo, 2003). Es así que, (Argüello, Ledesma, Núñez,
Rodríguez, & Díaz, 2006) determinaron que la altura de plantas de ajo (Allium sativum) se
vio incrementada por efecto de la presencia de humus de lombriz. Estudios realizados por
(Arouiee, Dehdashtizade, Aziz, & Davarinejad, 2009) en tomate producido con 50 % de
humus de lombriz, señalaron que al momento del trasplante el diámetro del tallo obtuvo un
15 % más con relación a plantines provenientes de otros sustratos.
2.9.3 Evaluación agronómica de sustratos en plántulas de chile “onza”
(Capsicum annuum) en invernadero
La formación de hojas en diversos cultivos hortícolas como el tomate se favorece con el
uso de compostas y vermicompostas en comparación a sustratos convencionales (De
Medeiros, et al., 2008); (Ortega, et al., 2010), incluso este efecto positivo se manifiesta en 30
procesos fisiológicos como la fotosíntesis citado por (López, Méndez, Pliego, Aragón, &
Robles, 2013)
2.9.4 Compost de champiñonera y vermicompost como sustratos para el
desarrollo de plántulas de pimentón
Dentro de los efectos producidos por las mezclas de compost, vermicompost y arena sobre
el número de hojas de plántulas de pimentón, se revela que con la relación 3:1 de compost
y arena se obtuvieron la mayor cantidad de hojas, en cambio al utilizar una relación 1:1 se
obtuvieron menor cantidad de hojas.
Barrios (1996) Al evaluar el efecto de diferentes sustratos sobre el
crecimiento de Aglaonema sp. Encontró que el mayor número de hojas y longitud
de las mismas, se produjo en las plantas establecidas sobre vermicompost y
compost. De igual manera, (Hernández, 2003) evaluó sustratos para la producción
de pimentón en bandejas, obteniendo el mayor número de hojas en aquellas plantas
que crecieron en los compuestos por vermicompost. Así mismo, (Vethencourt,
1999) y (Bethancourt, 2002) observaron que los tratamientos con materiales
orgánicos y adecuada aireación del medio, las plantas presentaron una mayor
producción y desarrollo de hojas. Con la incorporación de vermicompost se
obtuvieron plantas más altas y de mayor diámetro del tallo y área foliar,
redundando en un mayor valor de peso seco (Hidalgo, Sindioni, & Marín, 2009).
2.9.5 Fertilización mineral en la producción de plántulas de tomate (Solanum
lycopersicum)
El diámetro del tallo presentó diferencias significativas (P<0,05) según la
dosis del fertilizante aplicado en el semillero. Durante todo el desarrollo del
semillero el mayor diámetro del tallo se encontró en la dosis 3 g.L-1 y los menores
valores en el testigo.
Considerando que el diámetro óptimo de tallo debe ser superior a 3 mm a
los 30 días (Casanova & Gómez, 2003), en este ensayo se obtuvieron plántulas con
diámetros recomendados a los 27 dds con dosis a partir de 2 g.L-1, indicando que
presentan mejor vigor y fortaleza de las plántulas, lo que permitirá un menor estrés
al momento del trasplante.
31
De igual modo, (Anaya, Castillo, Vega, González, & Tamayo, 2009)
encontraron diámetro del tallo de plántulas de tomate mayor de 3 mm a los 30 días
con la aplicación de micorriza, por lo que consideraron que ejerce un efecto
bioestimulante sobre el crecimiento vegetal, que incremento la absorción de
elementos esenciales en la planta tales como el nitrógeno y el fósforo.
Así mismo, (Quesada & Méndez, 2005) encontraron diámetro de tallo en
plántulas de tomate de 3,92 mm a los 23 dds al aplicar 12-60-0 en una
concentración de 2,5 g.L-1 a los cuatro, ocho y 12 dds y aplicaciones de 20-20-20
en una concentración de 2,5 g.L-1 a los seis, 10, 14, 16, 18, 20 y 22 dds.
32
III. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1 Ubicación y características del sitio experimental
Este trabajo de investigación se realizó en la provincia de Los Ríos cantón Vinces,
Universidad de Guayaquil, Facultad de Ciencias para el Desarrollo, Proyecto de
Agroplasticultura, a 1 km de la vía Vinces - Palestina, en el periodo 2014.
Geográficamente1 se encuentra a 01° 34’ latitud Sur y 71° 44’ longitud Oeste; a una altitud
de 14 msnm.
3.2 Climatología2
La climatología de la zona está caracterizada por las siguientes medias anuales:
Temperatura: 25,5 °C
Pluviosidad: 1 400 mm
Heliofanía: 900 h/luz/año
Humedad relativa: 84 %
3.3 Material experimental
3.3.1 Semilla
Se utilizó la variedad de tomate Floradade procedente de la casa comercial
Petoseed. Se escogió, porque a pesar de tener una baja producción, es un tomate que el
agricultor conoce su manejo, tiene mucha aceptación en los mercados y en las amas de
casa, por su color, sabor, tamaño y firmeza.
3.3.2 Fertilizantes
Productos distribuidos por FERTISA. La urea con una concentración de 46 % de
nitrógeno (N) y el Nitrato de potasio (NO3K) con una concentración de 13 % de nitrógeno
(N) y 44 % de potasio (K).
3.3.3 Turba
Recomendada para siembra convencional o en cubetas germinadoras. Está
constituida por una mezcla de turba esfagno (fina), perlita fina, vermiculita fina, cal
dolomítica y calcita, carga de fertilizante inicial y agente humectante.
1Según Holdridge2Datos tomados de la estación meteorológica de la Facultad de Ciencias Para el Desarrollo
3.3.4 Compost
Sustrato obtenido en la Facultad de Ciencias para el Desarrollo mediante proceso de
descomposición de materia orgánica, rico en minerales utilizado como sustrato de
semillero.
Cuadro 5. Composición química de los sustratos utilizados en la investigación
N° Identificación
MACROELEMENTOS MICROELEMENTOS
%: g/100 g ppm
N P K Ca Mg Zn Cu Fe Mn
1 Turba 1,10 0,2400,3
42,250 0,477 82,9 31,63
1074
0403
2Vermi-
compost0,88 0,235
0,8
01,300 0,927 119,8 34,85
1969
0652
3 Bioabor 2,52 0,000150,8
7
3.4 Características del sitio experimental
El invernadero de alta tecnología posee una superficie total de 2 400 m2 (80 m x 60 m)
formado por cinco túneles, sus características estructurales se detallan a continuación:
34
Cuadro 6. Características del invernadero de alta tecnología.
Total superficie cubierta 2 400 m2
Altura bajo canal 4 m
Separación de pilares línea lateral 2,5 m
Separación de pilares línea central 5 m
Separación de arcos 2,5 m
La ventilación está formada por los siguientes elementos:
Ventanas cenitales de ½ arco Distribuidas en 3 túneles
Tela mosquitera Cubriendo los laterales del invernadero
El recubrimiento exterior corresponde a:
Cubierta de techo preparada para plástico
Plástico frio tricarpa (especial para clima tropical)
El clima dentro del invernadero está regido a las siguientes medias (estación de clima del Proyecto de Agroplasticultura)
Factor climático ValorTemperatura oC 25,08
Humedad relativa % 75,93
RG wm-2 h-1 19,19
Velocidad del viento km/h 0,84
CO2 ppm 309,22
3.5 Factores estudiados
Comportamiento fenológico de las plántulas de tomate en diferentes sustratos de tipo
orgánico en mezcla con fertilizantes minerales.
3.6 Diseño de experimento
Se usó un diseño completamente al azar (DCA), con siete tratamientos y tres repeticiones
en espacio y tiempo (diciembre, febrero, abril), totalizando 21 parcelas, con 12 grados de
libertad, en donde los tratamientos fueron distribuidos aleatoriamente.
35
3.6.1 Diseño de tratamientos
A continuación se detalla la codificación utilizada en este ensayo:
T1 100 % turba
T2 50 % turba (t) + 50 % humus compostado (hc) + 3,48 kg/ha NO3K
T3 50 % turba (t) + 50 % humus compostado (hc) + 1,74 kg/ha NO3K
T4 50 % turba (t) + 50 % humus compostado (hc) + 0,87 kg/ha NO3K
T5 50 % turba (t) + 50 % vermicompost (vc) + 3,84 kg/ha urea
T6 50 % turba (t) + 50 % vermicompost (vc) + 1,74 kg/ha urea
T7 50 % turba (t) + 50 % vermicompost (vc) + 0,87 kg/ha urea
Los tratamientos se establecieron conforme se indica en el plano de campo (anexo1)
3.6.2 Modelo de ANDEVA
a) Diseño Completamente al Azar (DCA)
3.6.3 Modelo matemático
xij = µ + tj + eij
Donde:xij= Valor típico (cualquier unidad experimental)
µ = El promedio verdadero del grupo
tj= Efecto del tratamiento
eij= Error experimental
36
Fuente VariaciónGrados
Libertad
Tratamientos 6
E. experimental 14
Total 20
Los resultados se sometieron a un a análisis de varianza y cuando se encontraron
diferencias estadísticas se aplicó la prueba de comparación de medias de Tukey P<0.05,
utilizando el programa estadístico microsta.
3.7 Manejo del ensayo
3.7.1 Conformación del sustrato.
El sustrato básico fue la turba, las combinaciones fueron: 1) 50 % de turba y un 50 % de
humus compostado. 2) 50 % de turba y el restante 50 % de vermicompost. El compost
(Bioabor) y el vermicompost fueron de fácil adquisición y transportación en el territorio
donde se desarrolló el experimento.
3.7.2 Desinfección de cubetas y esponjas.
En un recipiente (lavacara) se preparó una solución de agua con hipoclorito de sodio (30
vol.) al 1 %, se sumergieron esponjas y cubetas (por separado), en el caso de las esponjas
por espacio de 15 minutos y para el caso de las cubetas se dejaron 24 horas por cuanto
habían sido ya usadas y tenían adherida mucha materia orgánica. Para ambos casos pasado
el proceso se procedió a escurrir para evitar que residuos del cloro vayan a contaminar el
sustrato o la semilla.
3.7.3 Colocación de esponjas.
Trozos de 2 cm cuadrados de esponja se colocaron en el fondo de cada alveolo, con la
finalidad de evitar que el sustrato se pierda saliendo por el orificio de su base.
3.7.4 Llenado de cubetas.
Se usaron 21 cubetas de 72 alveolos cada una, con un volumen de 28,27 g de capacidad.
Primero se definieron los tratamientos y de acuerdo a eso se llenaron las cubetas de
germinación con la mezcla de sustrato que correspondía, luego se procedió a dar un ligero
riego con la finalidad de facilitar el proceso de sembrado.
3.7.5 Siembra.
En el centro de cada alveolo se abrió un hoyo de tres mm de profundidad
aproximadamente, en donde se ubicó una semilla y se cubrió con una fina capa de sustrato.
37
3.7.6 Riego.
Se inició inmediatamente después de haber cubierto todos los hoyos a través de
nebulizadores. Los siguientes riegos la mayoría de veces se efectuaron al empezar la
mañana y al terminar la tarde, considerando la necesidad de agua del semillero, basado en
la experiencia. La cantidad promedia de agua gastada fue de 1,4 m3.
3.7.7 Unidad experimental.
Estuvo constituida por 72 plántulas, distribuidas en 6 hileras con 12 alveolos. La forma de
la parcela, que se constituyó en una cubeta, tuvo una dimensión de 0,57 m de largo x 0,55
m de ancho, dando un área total de 0,31 m2. De las dos hileras centrales se escogieron 5
plántulas (total 10) que fueron consideradas como área útil y se destinaron para la
evaluación y cumplir con los objetivos planteados.
3.8 Variables
3.8.1 Altura de planta.
Se registró a partir de los 12 días luego de la siembra, las sucesivas tomas se llevaron a
cabo cada 8 días, hasta los 28 días en que terminó el ciclo del experimento. Para la
medición se utilizó una cinta métrica tomando como punto de referencia desde el cuello de
la planta hasta yema apical de la misma.
3.8.2 Número de hojas.
Se comenzaron a contabilizar una vez que las plántulas tuvieron 12 días de sembradas.
Los siguientes contajes se hicieron a los 20 y 28 días después de la siembra. Para la
respuesta se utilizó la observación directa.
3.8.3 Diámetro del tallo.
Se determinó en el momento de la aparición de la primera hoja verdadera que coincidió a
los 12 días después de la siembra, se realizaron dos medidas más, a los 20 y 28 días. El
dato se lo obtuvo con la ayuda de un pie de rey, que se ubicó en la base del tallo, donde se
verificó la medida en milímetros.
3.8.4 Peso húmedo.
Terminado el ciclo de la investigación, es decir, a los 28 días, se procedió a trasladar las
unidades experimentales al laboratorio de suelo, en donde se escogió una muestra de 20
plantas, mismas que se cortaron a ras de suelo, luego se pesaron. Posteriormente las raíces 38
fueron sacadas cuidadosamente de cada alveolo y puestas sobre un papel periódico en
donde se limpiaron con una brocha y finalmente colocando la raíz sobre un tamiz y con un
chorro suave de agua se eliminó los últimos residuos de suelo, luego las raíces fueron
colocadas en papel absorbente por espacio de una hora para escurrir el agua en exceso y
después se procedió a pesarlas en una gramera, donde se determinó el peso húmedo en
gramos.
3.8.5 Peso seco.
Una vez determinado el peso húmedo, las plántulas debidamente rotuladas se introdujeron
en una estufa a 60 °C por 48 horas. Luego se dejaron enfriar por espacio promedio de 12
horas, se retiraron de la estufa y se pesaron en una gramera, se esperó un tiempo de una
hora y se procedió a comprobar los pesos, si el peso no había variado se procedía a guardar
el material y si el peso tenía alguna variación, se sometía a 6 horas más de secado con la
finalidad de estabilizar el peso, tal como lo recomienda la técnica.
3.8.6 Análisis foliar.
El análisis foliar se basa en el hecho de que la hoja es el órgano metabólicamente más
activo en la planta, por lo que las alteraciones nutricionales afectan en mayor medida a la
hoja que otros órganos. Los métodos utilizados se los considera estáticos y presentan serias
limitaciones ya que las concentraciones de los nutrientes sufren fluctuaciones que
dependen del momento de muestreo. Para este caso el análisis foliar se realizó en el
laboratorio del Centro de Investigación Caña de Azúcar del Ecuador (CINCAE), en donde
se determinaron los resultados (anexo 2).
Para los macronutrientes se empleó el método de Desviación Óptima Porcentual-
DOP, (Cadahia, 1998), los rangos de elementos minerales que se escogieron fueron los de
Beberly (1995). En el análisis de los micronutrientes se usó un método tradicional de
comparación simple de acuerdo a los niveles sugeridos por Malavolta, 2001.
3.8.6.1 Metodología utilizada en el diagnóstico de análisis foliar.
3.8.6.1.1 Macronutrientes
El método que se utilizó fue el de desviación óptimo porcentual – DOP, comparando la
concentración de nutrientes (resultado de análisis foliar) con respecto a una norma
establecida por Beberly. Se partió calculando el índice de concentración de nutrientes, en
donde la concentración de nutrientes se restó de la norma media de nutrientes 39
(preestablecida por Beberly) el resultado se dividió para este último y luego se multiplicó
por cien para expresarlo en porcentaje.
Los valores negativos de los índices determinaron en que cantidad un nutriente se
desvió de la norma, de esta manera permitió un ordenamiento de menor a mayor de los
nutrientes en función de su efecto limitante. Entre más bajo fue el índice más limitación
del elemento hubo.
La sumatoria de los valores absolutos de los índices representó el balance total de la
planta y pudieron ser relacionados con la productividad. Aquellos que totalizaron menos
fueron los más equilibrados.
3.8.6.1.2 Micronutrientes
Se usó el método tradicional de rangos de suficiencia, comparando concentraciones de un
solo elemento (resultado del análisis foliar) y su norma (rangos preestablecidos por
Malavolta).
Se situaron las concentraciones de elementos en una hipotética curva de Prevot, en
donde existía un intervalo predeterminado de nutrientes que permitió ir cualificando. Los
valores de las concentraciones que coincidían con aquellos que estaban dentro del rango de
suficiencia se los determinó como concentraciones normales o adecuadas dentro de la
planta. Aquellos que estaban a la izquierda de la curva o por debajo de los valores de
suficiencia se determinó que eran deficiente dentro de la planta y aquellos situados a la
derecha o por encima de los rangos de suficiencia se determinó que dentro de la planta eran
excesivos o tóxicos.
3.8.7 Evaluación de sustratos.
Una vez sacadas las plántulas, los sustratos se secaron y tamizaron, se tomaron muestras
por tratamiento y se enviaron al CINCAE para que le realice el análisis fisicoquímico
respectivo (anexo 3).
3.9 Equipos y materiales utilizados en la investigación.
3.9.2 Equipos.
Computador40
Bomba motor de 1HP
Bomba aspersión 20 l
Balanza de precisión
Estufa
3.9.2 Materiales.
Chasis
Nebulizadores
Accesorios de riego
Manguera de 1/2 pulgada
Tanque de 1000 l
Marcadores
Fomi
Gramera
Baldes
Probeta de 1000 cc
Cubetas
Esponja
Cinta de papel
Cinta métrica
Pie de rey manual
Tamiz de 38 micras
Papel aluminio
Toallas absorbentes
Fundas de papel
Grapadora
Perforadora
Resmas de papel A4
Cuaderno de apuntes
3.9.2 Insumos
Semilla
Turba
Vermicompost41
Bioabor
Urea
Nitrato de Potasio
IV RESULTADOS
4.1 Establecer la diferencia de biomasa en semilleros de tomate empleando varias
mezclas de sustratos y fertilizante edáfico.
4.1.1 Altura de planta a los 12, 20 y 28 días
Realizado el análisis de varianza sobre esta variable (anexo 9), se determinó que fue
altamente significativo en los tratamientos en las tres mediciones realizadas. Los
coeficientes de variación en orden de tiempos de medición fueron: 4,64 %, 7,02 % y
7,57 %.
Con el análisis de Tukey se pudo establecer que hubo diferencia estadística entre
los tratamientos en las tres evaluaciones:
A los 12 días el tratamiento T1 (100 % turba) difirió de los restantes por haber
logrado el mayor tamaño con un promedio de 4,55 cm. En el tratamiento T2 (50 % turba +
50 % humus compostado + 3,48 kg/ha NO3K) se encontraron plantas con menor
crecimiento, apenas llegaron a 2,77 cm promedio. El valor con Tukey para esta
observación fue de 0,45.
A los 20 días el tratamiento T1 (100 % turba), no siguió la misma tendencia de
crecimiento. La diferencia estadística en altura la marcaron los tratamientos T6 (50 %
turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea) y T7 (50 % turba + 50 % vermicompost +
0,87 kg/ha urea) sobre los demás, porque tuvieron mayor crecimiento, con promedios de
7,32 cm y 7,19 cm respectivamente. En el T2 (50 % turba + 50 % vermicompost + 3,48
kg/ha NO3K) se observaron las plantas más pequeñas, con promedio de 4,02 cm. El valor
de Tukey de 1,09.
42
A los 28 días conservaron el ritmo de crecimiento los tratamientos T6 (50 % turba
+ 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea) y T7 (50 % turba + 50 % vermicompost + 0,87
kg/ha urea), marcando diferencias estadísticas con los restantes ensayos al lograr los
mayores promedios con 16,03 cm y 18,18 cm de altura, correspondientemente. En esta
observación las plantas más pequeñas correspondieron al tratamiento T2 (50 % turba + 50
% humus compostado + 3,48 kg/ha NO3K) con 9,59 cm de altura promedio. Con un valor
de Tukey de 2,79.
Cuadro 7. Promedio de altura en centímetros a los 12, 20 y 28 días en la evaluación de la
calidad de plántulas de tomate (Solanum lycopersicum) mediante la utilización
de mezclas de sustratos con la adición de fertilizantes minerales bajo
condiciones protegidas en clima tropical.
Tratamientos 12 díasen cm
20 díasen cm
28 díasen cm
T1 4,55 a* 6,10 bc 9,76 dT2 2,77 d 4,02 d 9,59 dT3 3,14 cd 4,64 d 11,09 cdT4 3,22 b 5,07 cd 13,37 bcT5 2,97 cd 4,76 d 14,43 bT6 3,68 b 7,32 a 16,03 abT7 3,91 b 7,19 ab 18,18 a
Tukey (5%) 0,45 1,09 2,79*Promedio con letras iguales no difieren estadísticamente según la prueba de Tukey al 5 % de
probabilidad
43
4.1.2 Diámetro del tallo a los 12, 20 y 28 días
En referencia a esta variable, el análisis de varianza demostró que los tratamientos
evaluados en diferentes periodos de tiempo (12, 20 y 28 días) fueron altamente
significativos, con coeficiente de variación de 1,94 %, 3,22 % y 3,54 % en cada evaluación
respectiva (anexo 10).
Para establecer la diferencia estadística entre tratamientos se utilizó la prueba de
Tukey con la que se evidencio que a los 12 días el ensayo T1 (100 % turba) difirió del resto
por haber alcanzado mayor diámetro con promedio de 1,21 mm, lo contrario al tratamiento
T2 (50 % turba + 50 % humus compostado + 3,84 kg/ha NO3K) que fue el que menor
grosor logro 1,00 mm. A pesar de existir diferencias estadísticas, los datos reflejaron un
valor de Tukey de 0,06.
Con la prueba de Tukey a los 20 días se infirió que los tratamientos T 1 (100 %
turba) y T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea) obtuvieron el mayor
desarrollo de los tallos por lo que difirieron de los restantes unidades experimentales, con
valores promedios de 1,92 mm y 2,01 mm relacionados con el orden que se nombran. Con
un valor Tukey de 0,16.
Los datos tomados a los 28 días bajo la prueba de Tukey nos permitió deducir que
las unidades en prueba identificadas como T6 (50 % turba + 50 % vermicompost
+ 1,74 kg/ha urea) y T7 (50 % turba + 50 % vermicompost + 0,87 kg/ha urea) finalmente
fueron los que obtuvieron mayor diámetro con promedios al momento del trasplante de
2,98 mm y 2,94 mm correspondientemente, marcando la diferencia estadística entre las
demás observaciones. El valor de Tukey fue de 0,24.
44
Cuadro 8. Promedio de diámetro de la planta en milímetros a los 12, 20 y 28 días en la
evaluación de la calidad de plántulas de tomate (Solanum lycopersicum)
mediante la utilización de mezclas de sustratos con la adición de fertilizantes
minerales bajo condiciones protegidas en clima tropical.
Tratamientos 12 díasen mm
20 díasen mm
28 díasen mm
T1 1,21 a* 1,92 ab 2,00 dT2 1,00 e 1,56 d 2,00 dT3 1,04 de 1,68 cd 2,42 cT4 1,07 cd 1,81 bc 2,57 bcT5 1,04 de 1,68 cd 2,74 abT6 1,10 bc 2,01 a 2,98 aT7 1,13 b 1,00 e 2,94 a
Tukey (5%) 0,06 0,16 0,24*Promedio con letras iguales no difieren estadísticamente según la prueba de Tukey al 5 % de
probabilidad
45
4.1.3 Cantidad de hojas a los 12, 20 y 28 días
El análisis de varianza para esta variable, permitió definir que en cada tiempo de
observación, fueron altamente significativos los tratamientos. Los coeficientes de variación
para cada evaluación, es decir, a los 12, 20 y 28 días, fueron de 6,52 %, 4,68 % y 8,69 %
respectivamente (anexo 11).
Con el análisis de Tukey se logró precisar que en los tres periodos de evaluación
hubo diferencia estadística entre los tratamientos.
A los 12 días se comprobó diferencia estadística de los tratamiento T1 (100 %
turba), T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea) y T7 (50 % turba + 50 %
vermicompost + 0,87 kg/ha urea) frente a los restantes, puesto que, lograron el promedio
de 2,00 hojas/planta, mientras que los restantes obtuvieron un promedio de 1 hoja/planta.
El valor de Tukey fue 0,28.
A los 20 días se comprueba que se ha detenido la emisión de hojas en el tratamiento
testigo. Sin embargo, marcan la diferencia estadística los tratamientos T5 (50 % turba
+ 50 % vermicompost + 3,84 kg/ha urea), T6 (50 % turba + 50 % vermicompost
+ 1,74 kg/ha urea) y T7 (50 % turba + 50 % vermicompost + 0,87 kg/ha urea) por haber
producido un promedio de 3,00 hojas/planta, en comparación a los otros tratamientos que
emitieron promediamente 2 hojas/planta. El valor de Tukey fue de 0,31.
A los 28 días se comprobó que todos los tratamientos habían emitido nuevas hojas,
pero finalmente, el tratamiento T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea)
contrastó de los restantes porque produjo un promedio de 5 hojas/planta, emitiendo una
hoja cada cuatro días, con relación a la última evaluación. Los restantes tratamientos
obtuvieron entre 3-4 hojas/planta. El valor de Tukey fue de 0,90.
46
Cuadro 9. Promedio de número de hojas en la planta a los 12, 20 y 28 días en la
evaluación de la calidad de plántulas de tomate (Solanum lycopersicum)
mediante la utilización de mezclas de sustratos con la adición de fertilizantes
minerales bajo condiciones protegidas en clima tropical.
Tratamientos 12 díasHojas
20 díashojas
28 díashojas
T1 2,00 a* 2,00 bc 3,00 cT2 1,00 c 2,00 c 3,00 cT3 1,00 bc 2,00 abc 3,00 bcT4 1,00 bc 2,00 ab 4,00 bcT5 1,00 b 3,00 ab 4,00 abT6 2,00 a 3,00 a 5,00 aT7 2,00 a 3,00 ab 4,00 ab
Tukey (5%) 0,28 0,31 0,90*Promedio con letras iguales no difieren estadísticamente según la prueba de Tukey al 5 % de
probabilidad
47
4.1.4 Peso húmedo y seco de raíces.
Con el análisis de varianza para peso húmedo de raíces se concluyó que fue no
significativo en los tratamientos, no así, para el peso seco de raíces que si demostró ser
altamente significativo. El coeficiente de variación fue de 19,04 % para peso húmedo y
6,98 % para peso seco (anexo 12).
Realizada la prueba de Tukey se coligió que el tratamiento T6 (50 % turba + 50 %
vermicompost + 1,74 kg/ha urea) consiguió el mayor peso húmedo de raíces con 0,36 g, lo
que lo hizo diferente de los restantes ensayos. El tratamiento T2 (50 % turba + 50 %
humus compostado + 3,84 kg/ha NO3K) fue el que menos peso logró con 0,21 g. El valor
de Tukey fue de 0,15.
Se pudo observar que los resultados entre peso seco y peso húmedo no fueron
concomitantes, y se sustenta en lo siguiente: si observamos que el mayor peso húmedo fue
para el ensayo T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea), sin embargo en
peso seco no registro el mayor peso. No obstante el T1 (100 % turba) llegó a tener el
mayor peso con 0,07 g. El valor de Tukey fue de 0,03.
Cuadro 10. Promedio del peso húmedo y seco de raíces en gramos (g) en la evaluación de
la calidad de plántulas de tomate (Solanum lycopersicum) mediante la
utilización de mezclas de sustratos con la peso húmedo de raíces adición de
fertilizantes minerales bajo condiciones protegidas en clima tropical.
Tratamientos Peso húmedo (raíces) Peso seco (raíces)
T1 0,25 ab* 0,07 aT2 0,21 b 0,03 abT3 0,29 ab 0,03 bT4 0,24 ab 0,02 bT5 0,27 ab 0,03 b
48
T6 0,36 a 0,04 abT7 0,30 ab 0,04 ab
Tukey (5%) 0,15 0,03*Promedio con letras iguales no difieren estadísticamente según la prueba de Tukey al 5 % de
probabilidad
4.1.5 Pesos húmedo y seco del área foliar
En estas variables, el análisis de varianza permitió establecer que hubo alta significancia
entre los tratamientos. Los coeficientes de variación fueron 21,75 % y 19,75 %
respectivamente (anexo 12).
El análisis de Tukey concreta que en los tratamientos existió diferencia significativa
en los pesos del área foliar tanto en la masa fresca como seca. En la variable peso húmedo
los tratamientos T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea) y T7 (50 % turba
+ 50 % vermicompost + 0,87 kg/ha urea) difirieron estadísticamente del resto al lograr los
mayores pesos, con 4,04 g y 3,87 g respectivamente. El menor peso lo obtuvo el
tratamiento T1 (100 % turba) con promedio de 0,97 g.
En el peso seco, la prueba de Tukey nos permite inferir que hubo diferencia
estadística, puesto que el tratamiento T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha
urea) superó en peso a los restantes, con 0,36 g. Concomitantemente al peso fresco, el
tratamiento T1 (100 % turba) fue el que menos peso logró, con 0,11 g.
Cuadro 11. Promedio del peso húmedo y seco del área foliar en gramos (g) en la
evaluación de la calidad de plántulas de tomate (Solanum lycopersicum)
mediante la utilización de mezclas de sustratos con la adición de fertilizantes
minerales bajo condiciones protegidas en clima tropical.
Tratamientos Peso húmedo (foliar) Peso seco (foliar)
T1 0,97 d* 0,11 dT2 2,07 cd 0,21 cT3 2,41 c 0,21 cT4 2,93 bc 0,22 cT5 3,02 abc 0,26 bcT6 4,04 a 0,36 aT7 3,87 ab 0,34 ab
49
Tukey (5%) 1,10 0,09*Promedio con letras iguales no difieren estadísticamente según la prueba de Tukey al 5 % de
probabilidad
4.2 Determinar las concentraciones de minerales en las plántulas de tomate aportado
por los diferentes sustratos y el fertilizante edáfico.
Cuadro 12. Diagnostico foliar de macro elementos en la evaluación de la calidad de
plántulas de tomate (Solanum lycopersicum) mediante la utilización de
mezclas de sustratos con la adición de fertilizantes minerales bajo
condiciones protegidas en clima tropical.
Matriz de cálculos para diagnóstico foliar de macro elementos basada en el método de
Desviación Optima Porcentual - DOP, considerando los rangos de Beberly
Tratamiento N P K Ca Mg
TOTAL
T1
Normas 4,5 0,75 4,36 1,72 0,34R. Análisis 2,88 0,19 5,38 2,53 0,95
Índice -36,00
-74,67 23,39 47,09 179,4
1 139,23
Diagnóstico P >N
T2
Normas 4,5 0,75 4,36 1,72 0,34 TOTAL:R. Análisis 3,29 0,89 8,39 1,50 0,98
Índice -26,89 18,67 92,43 -
12,79188,2
4 259,65
Diagnóstico N > Ca
T3
Normas 4,5 0,75 4,36 1,72 0,34 TOTAL:R. Análisis 3,36 0,98 9,71 1,34 0,96
Índice -25,33 30,67 122,7
1-
22,09182,3
5 288,30
Diagnóstico N > Ca
T4
Normas 4,5 0,75 4,36 1,72 0,34 TOTAL:R. Análisis 2,99 0,94 8,71 1,40 0,95
Índice -33,56 25,33 99,77 -
18,60179,4
1 252,36
Diagnóstico N > Ca
50
T5
Normas 4,5 0,75 4,36 1,72 0,34 TOTAL:R. Análisis 3,89 0,84 7,70 2,09 0,92
Índice -13,56 12,00 76,61 21,51 170,5
9 267,15
Diagnóstico N
T6
Normas 4,5 0,75 4,36 1,72 0,34 TOTAL:R. Análisis 4,00 0,77 7,83 2,28 0,95
Índice -11,11 2,67 79,59 32,56 179,4
1 283,11
Diagnóstico N
T7
Normas 4,5 0,75 4,36 1,72 0,34 TOTAL:R. Análisis 3,41 0,71 8,06 2,05 0,86
Índice -24,22 -5,33 84,86 19,19 152,9
4 227,43
Diagnóstico N >P
Diagnóstico General 1>7>4>2>5>6>3
De acuerdo a los resultados y sujeto a lo que dispone la norma que dice “los valores
negativos indican que hay déficit del elemento examinado” y es lo contrario, es decir,
exceso si el valor es positivo; cuando el valor del índice es cero se dice que el elemento
está equilibrado o es óptimo, tenemos:
En los tratamientos T1 (100 % turba); T7 (50 % turba + 50 % vermicompost
+ 0,87 kg/ha urea), se evidencio que el elemento fosforo fue el más faltante seguido del
nitrógeno (P >N). Los elementos potasio, calcio y magnesio se registraron en exceso, de
tal manera que ninguno de los elementos alcanzó el óptimo porcentual.
Los resultados de los tratamientos T2 (50 % turba) + 50 % humus compostado +
3,84 kg/ha NO3K); T3 (50 % turba + 50 % humus compostado + 80 kg/ha NO3K); T4 (50 %
turba + 50 % humus compostado + 0,87 kg/ha NO3K) demostraron que existió limitaciones
en el siguiente orden nitrógeno más que calcio (N > Ca). Los excesos se registraron en los
elementos fosforo, potasio y magnesio. Ningún elemento estuvo debidamente equilibrado.
Para los tratamientos T5 (50 % turba + 50 % vermicompost + 160 kg/ha urea) y T6
(50 % turba + 50 % vermicompost + 80 kg/ha urea), la deficiencia fue el elemento
51
nitrógeno, la presencia de los restantes elementos en la planta se identificaron como
exceso, no habiendo logrado que ningún elemento alcance los niveles óptimos.
En el análisis compendiado se puede determinar que el tratamiento más equilibrado
fue el tratamiento T1, y dentro de los tratamientos que se utilizaron fertilizantes fue el
tratamiento T7 (50 % turba + 50 % vermicompost + 0,87 kg/ha urea).
Cuadro 13. Diagnostico foliar de micro elementos en la evaluación de la calidad de
plántulas de tomate (Solanum lycopersicum) mediante la utilización de
mezclas de sustratos con la adición de fertilizantes minerales bajo
condiciones protegidas en clima tropical.
4. 3 Matriz de cálculos para diagnóstico foliar de micro elementos basada en el
método de comparación simple considerando los rangos de Malavolta
Elementos minerales
Resultado del análisis foliar en cada tratamiento (ppm)T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7
Zn 85,7 96,9 101,5 99 83,2 68,1 63Cu 8,33 17,17 15,95 16,06 9,16 9,84 9,13Fe 292 267 214 209 148 180 183Mn 117 54 48 54 96 62 46
Rangos de niveles
adecuados
Interpretación
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7
Zn 60 - 70 E E E E E A ACu 10 - 15 D E E E D D D
Fe 500 - 700 D D D D D D DMn 250 - 400 D D D D D D D
A = Adecuado
52
D = DeficienteE = Excesivo
En el diagnóstico de micro elementos se pudo determinar que los elementos hierro (Fe) y
manganeso (Mn) fueron deficientes en todos los tratamientos. El cobre (Cu) denotó
deficiencia en los tratamientos T1 (100 % turba); T2 (50 % turba + 50 % humus
compostado + 3,48 kg/ha NO3K); T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea)
y T7 (50 % turba + 50 % vermicompost + 0,87 kg/ha urea), en los restantes tratamientos se
evidenció cantidades excesivas. En el caso del zinc (Zn) los resultados confirmaron un
exceso en los tratamientos T1 (100 % turba); T2 (50 % turba + 50 % humus compostado +
3,48 kg/ha NO3K); T3 (50 % turba + 50 % humus compostado + 1,74 kg/ha NO3K); T4 (50
% turba + 50 % humus compostado + 0,87 kg/ha NO3K) y T5 (50 % turba + 50 %
vermicompost + 3,84 kg/ha urea), y solo en los tratamientos T6 (50 % turba + 50 %
vermicompost + 1,74 kg/ha urea) y T7 (50 % turba + 50 % vermicompost + 0,87 kg/ha
urea) tuvieron niveles adecuados o recomendados.
53
V. DISCUSIÓN
De acuerdo a los resultados obtenidos en la evaluación de la calidad de plántulas de tomate
(Solanum lycopersicum) mediante la utilización de mezclas de sustratos con la adición de
fertilizantes minerales bajo condiciones protegidas en clima tropical, podemos inferir lo
siguiente:
En esta investigación no se busca discutir los beneficios de la turba, sino conocer
su potencial al estar unido a otros sustratos y obtener una alternativa más energética que
conlleve a obtener plántulas de óptima condición.
Concretándose a los resultados, en las variables altura de planta y cantidad de hojas,
notamos que al final de la evaluación el tratamiento T6 (50 % turba + 50 % vermicompost
+ 1,74 kg/ha urea) logró los mayores promedio con 16,03 cm de altura y 5 hojas,
resultados que permiten colegir que la mezcla de turba con vermicompost mas la adición
de urea tiene un buen aporte en el crecimiento de plántulas y la multiplicación de hojas,
puesto que por un lado, la turba y el vermicompost tienen baja densidad aparente, traducida
en una alta porosidad, característica que permitió a las plantas anclarse bien, desarrollar un
buen sistema radicular capaz de tomar los elementos nutritivos presentes en el sustrato más
el nitrógeno adicionado. Por otro lado, los sustratos se complementan para poner a
disposición de la planta una plataforma de elementos nutritivos, con excepción del
nitrógeno, razón por la que se adiciona como urea, suficiente para el mantenimiento de las
plántulas en sus primeros días de estadio. Los resultados obtenidos concuerdan con
Lazcano, Arnold, Tato, Saller y Domínguez, (2009), en el trabajo que probaron el uso de
vermicompost como sustrato en diferentes porcentajes llegando a establecer “que el mejor
crecimiento de plántulas de tomate se logró con sustratos que contenían entre 50 % y 100
% de vermicompost. Así mismo, (Atiyeh, et al., 2000), (Brown, Barois, & Lavelle, 2000)
establecieron que la inclusión de humus de lombriz como componente de sustratos,
siempre ha estado asociado al crecimiento de plantines, es así que, (Argüello, Ledesma,
Núñez, Rodríguez, & Díaz, 2006), determinaron que la altura en planta de ajo (Allium
sativum) se vio incrementada por efecto de la presencia de humus de lombriz. Finalmente,
las plantas lograron alturas adecuadas, esto es en concordancia con Ortega, Ocampo,
Martínez, Pérez y Sánchez (2013), quienes indican que la altura ideal de plántulas de
tomate para el trasplante está considerada entre 10 y 15 cm.
Barrios (1996) al evaluar el efecto de diferentes sustratos sobre el crecimiento de
Aglaonema sp (planta ornamental), encontró que el mayor número de hojas de las mismas,
se produjo en las plantas establecidas sobre vermicompost. De igual manera, (Hernández,
2003) evaluó sustratos para la producción de pimentón en bandejas, obteniendo el mayor
número de hojas en aquellas plantas que crecieron en los compuestos con vermicompost.
La formación de hojas en diversos cultivos hortícolas como el tomate se favorece con el
uso de vermicompostas en comparación a sustratos convencionales (De Medeiros, et al.,
2008); (Ortega, et al., 2010) Así mismo Babaj, Kaçiu, Sallaku y Balliu. (2009), señalan
que plantines de pepino (Cucumis sativum) producidos en sustratos de humus de lombriz
logran cantidades de hojas superiores a aquellos plantines provenientes de un sustrato
compuesto solo por turba.
En lo que respecta a diámetro del cuello de la plántula el mejor resultado lo obtuvo
el tratamiento T6 (50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea) con promedio de
2,98 mm, esta variable es considerada una de las más importantes en la determinación de la
calidad de plántulas, según Preciado, Baca, Tirado, Kohashi, Tijerina, y Martínez, (2002)
es un indicador del vigor, en él se refleja directamente la acumulación de fotosintatos, los
cuales posteriormente se trasladaran a los sitios de demanda. Se presume que el resultado
que llevo a obtener plantas pequeñas pero más compactas, estuvo influenciado por una
uniforme penetración de los rayos solares a los plantines, que se traduce en un mejor
proceso fotosintético de la planta; por diversas sustancias y reguladores de crecimiento
presentes en todo vermicompost en mayor o menor concentración como son ácidos
fulmicos, ácidos húmicos, auxinas y giberelinas que actúan sobre diversos procesos de
desarrollo de la planta: y sobre todo los fertilizantes minerales, al respecto Parra et al.
(2010) dicen que el uso nitrógeno ureico mejora algunos parámetros de calidad de plántula
como el diámetro de tallo. Desde el análisis se pudo determinar que el resultado ya
anotado supero en un 52 % al tratamiento testigo, 42 % a los tratamientos con nitrato de
potasio y en 20 % a los tratamientos con mayores dosis de urea, en relación a estos últimos
es posible que haya actuado el biuret en detrimento de los resultados. Logros cercanos
obtuvo (Arouiee, Dehdashtizade, Aziz, & Davarinejad, 2009) cuando encontraron que el
diámetro del tallo en plantines producidos en un sustrato con 50 % de humus de lombriz
superó en un 15 % a aquellos provenientes de otros sustratos, en nuestro caso se sospecha
que los resultados fueron potenciados por los fertilizantes minerales. Escalona, Anzola, 55
Acevedo, Rodríguez, & Contreras, (2012) consideran que el diámetro óptimo de tallo de
tomate debe ser superior a 3 mm a los 30 días. (Casanova & Gómez, 2003) En ensayos
con fertilizantes obtuvieron diámetros de 3 mm a los 27 dds. De igual modo, (Anaya,
Castillo, Vega, González, & Tamayo, 2009) encontraron diámetro del tallo de plántulas de
tomate mayor de 3 mm a los 30 días. Indicando que presentan mejor vigor y fortaleza de
las plántulas, lo que permitirá un menor estrés al momento del trasplante. Así mismo,
(Quesada & Méndez, 2005) encontraron diámetro de tallo en plántulas de tomate de 2,92
mm a los 23 dds al aplicar compuestos minerales fosforado y nitrogenado.
Finalmente se pudo apreciar que los tratamientos en que intervino el compost como
sustrato tuvieron resultados no tan satisfactorios, esto se comparte con resultados
encontrados por Papafotiou et al., (2005) en la evaluación de plántulas de pimiento con
sustratos en invernaderos encontraron un menor crecimiento de plántulas.
En el peso foliar húmedo y seco, así como el de raíces húmedo, el tratamiento T6
(50 % turba + 50 % vermicompost + 1,74 kg/ha urea) alcanzó los mayores valores. No
obstante, con menor peso, sin considerar el tratamiento control, fueron T2 (50 % turba + 50
% humus compostado + 3,48 kg/ha NO3K), T3 (50 % turba + 50 % humus compostado +
1,74 kg/ha NO3K) y T4 (50 % turba + 50 % humus compostado + 0,87 kg/ha NO3K) se
atribuye esta respuesta al calcio, porque en estos tratamientos según respuesta del análisis
foliar uno de los elementos deficitarios fue el mencionado elemento que según Sanz &
Blanco (2000) tiene la particularidad de disminuir enormemente la eficacia de la
carboxilación e interferir en la capacidad fotosintética, produciendo descensos sustanciales
en la producción de biomasa en las plantas afectadas. Esta afirmación es concomitante a
los resultados obtenidos en los parámetros de crecimiento y desarrollo de este trabajo.
Además, Navarro & Navarro (2013) sostienen que una elevada concentración de potasio
puede impedir la normal absorción del calcio, produciendo un antagonismo, aunque el
elemento este en la solución del suelo, en este caso, son los tratamientos que se les aplico
potasio los que precisamente manifiestan la deficiencia de calcio.
La urea es un fertilizante nitrogenado muy adecuado que estimula un crecimiento
vigoroso y provoca también la rápida utilización de otros elementos que si no se
encuentran en cantidades sufrientes en forma asimilable provocan deficiencias (Navarro &
Navarro, 2013)56
El peso seco de raíces en el tratamiento T1 (100 % turba) fue superior a los restantes, estos
resultados es posible que tengan que ver con el sustrato y la cantidad de agua suministrada.
La turba generalmente tiene una buena retención de agua pero por ser muy porosa con una
densidad aparente muy baja se deseca rápidamente, haciendo que las plantas en algún
momento pasen por un estrés hídrico, a cuya consecuencia hay acumulación de
compuestos sintetizados en la raíz. Esto concuerda con (Balaguera, Alvarez, & Jorge,
2008) quienes manifiestan que cuando el suministro de agua es demasiado bajo, “que es lo
que sucedió en algún momento debido a que los riegos fueron generalizados” la planta
almacena contenidos mínimos y a pesar del proceso de ajuste osmótico su peso seco en
raíces se ve favorecido, aunque no necesariamente en forma significativa. Además, según
Davies (2004) el déficit hídrico ocasiona acumulación de foto-asimilados en la raíz.
57
VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
De acuerdo a los resultados obtenidos y previo análisis en ésta investigación podemos
concluir que: “la mezcla de sustratos de origen natural más el fertilizante mineral “urea”
dio plántulas de tomate de buena calidad en condiciones de invernadero en clima cálido
tropical, Vinces.
Las mezclas de sustrato que dieron mejores resultados en cuanto a las variables
evaluadas como: altura de planta, diámetro del tallo, numero de hojas, peso húmedo y peso
seco de área foliar fueron los tratamientos T6 (50 % turba + 50 % vermicompost+ 1,74
kg/ha urea) y T7 (50% turba + 50% vermicompost+ 0,87 kg/ha urea), marcando diferencias
estadísticas con los restantes ensayos
Ninguno de los tratamientos alcanzó valores balanceadamente óptimos en cuanto a
contenido nutricional
Se recomienda:
Que se establezcan semilleros sobre sustratos que contengan 50 % de turba + 50 % de
vermicompost 0,87 y 1,74 kg/ha de nitrógeno utilizando como fuente la urea.
Que se haga investigaciones para establecer mediante curvas de absorción las necesidades
óptimas que deben aplicarse a los fertilizantes en etapas de semillero.
Que se compruebe en campo la calidad de plántulas de tomate proveniente de semilleros
Que el uso de turba mejora la calidad de las plántulas de tomate pero por ser material
orgánico de endeble sostenibilidad debido a que tiene su origen en fuentes no renovables y
por ser un material de elevado costo, deberá seguir investigándose para suplantarlo con
otros elementos de nutrición que se puedan conseguir o producir en el medio
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