Jorge Sábato - La clase dominante en argentina

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JORGE SÁBATO – La clase dominante en la Argentina moderna (introduccion) LOS GRANDES TERRATENIENTES PAMPEANOS COMO CLASE DOMINANTE: NOTAS CRÍTICAS · Ya había comenzado a considerarse a la concentración de la propiedad territorial como un obstáculo para lo que en la época se denominaba “el progreso”. · La clase terrateniente era descripta por la literatura de la época como reveladora de una economía de características señoriales, anudada fuertemente al pasado, obstaculizando e impidiendo el desarrollo capitalista autónomo y armónico de las sociedades nacionales. · La concepción de Sábato es distinta a la comúnmente aceptada acerca del rol de los grandes terratenientes como clase dominante, en lugar de suponer la tierra como elemento exclusivo, coloca en un mismo plano la pertenencia de la tierra y el manejo de actividades comerciales y financieras por parte de un grupo social considerando que ese grupo habría emergido como clase dominante gracias a su habilidad para disponer, con un alto grado de concentración, del control conjunto de esas actividades económicas. · 1870/80 se inicia el proceso que forma a la Argentina moderna y que respondía a dos condicionamientos convergentes: 1) Externo: la expansión del capitalismo industrial en Europa que provocó una demanda creciente de materias primas y alimentos y que, a su vez, liberó una enorme masa de trabajadores en condiciones de migrar. Estos sucesos fueron precedidos por una revolución tecnológica en los transportes y en las comunicaciones que permitió aproximar los continentes y constituir un mercado unificado a escala mundial. 2) Interno: las ventajas comparativas ofrecidas por la pampa húmeda, la escasez de mano de obra compensada con la fuerza de trabajo inmigrante y las condiciones 1

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JORGE SÁBATO – La clase dominante en la Argentina moderna (introduccion)

 

LOS   GRANDES   TERRATENIENTES   PAMPEANOS   COMO   CLASE   DOMINANTE:   NOTAS CRÍTICAS

·  Ya había comenzado a considerarse a la concentración de la propiedad territorial como un obstáculo para lo que en la época se denominaba “el progreso”.

·  La clase terrateniente era descripta por la literatura de la época como reveladora de una   economía   de características señoriales,   anudada   fuertemente   al   pasado, obstaculizando  e   impidiendo  el  desarrollo   capitalista  autónomo y  armónico  de   las sociedades nacionales.

·  La concepción de Sábato es distinta a la comúnmente aceptada acerca del rol de los grandes   terratenientes  como clase  dominante,  en  lugar  de suponer   la  tierra  como elemento exclusivo, coloca en un mismo plano la pertenencia de la tierra y el manejo de actividades comerciales y financieras por parte de un grupo social considerando que ese grupo habría  emergido como clase dominante gracias  a  su habilidad para disponer, con un alto grado de concentración, del control conjunto de esas actividades económicas.

·  1870/80 se inicia el proceso que forma a la Argentina moderna y que respondía a dos condicionamientos convergentes:

1)      Externo:   la   expansión   del   capitalismo   industrial   en   Europa   que   provocó   una demanda   creciente  de  materias  primas   y   alimentos   y  que,   a   su   vez,   liberó  una enorme  masa   de   trabajadores   en   condiciones   de  migrar.   Estos   sucesos   fueron precedidos   por   una   revolución   tecnológica   en   los   transportes   y   en   las comunicaciones  que  permitió aproximar   los  continentes  y   constituir  un  mercado unificado a escala mundial.

2)      Interno: las ventajas comparativas ofrecidas por la pampa húmeda, la escasez de mano de obra compensada con la fuerza de trabajo  inmigrante y  las condiciones políticas logradas hacia 1880 (régimen federal que fue un acuerdo entre sectores bonaerenses y determinados grupos del interior del país).

·  1857-1914:   ingresan  al  país   3.300.000   inmigrantes  provenientes  en   su  mayoría  de España e Italia, que se instalan en la pampa húmeda: Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba.

·  Argentina pasa a ser en esos años uno de los mayores abastecedores de maíz, lino, carnes enfriadas, congeladas y en conserva, avena y trigo del mundo.

·  Los   capitales   extranjeros   que   entran   se   invierten   principalmente   en   ferrocarriles, transportes, servicios urbanos y frigoríficos.

·  El rápido crecimiento dio lugar a la mayor acumulación de toda la historia económica argentina.

·  El   elemento   básico   y   fundamental   que   habría   producido   el   desarrollo   económico argentino en ese período está constituido por las “ventajas comparativas” de la región pampeana para la producción de bienes agrícolo-ganaderos en el contexto mundial, lo 

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que se habría expresado en una “renta diferencial” de la tierra pampeana dentro del mercado internacional en el que había quedado integrada.

·  Sábato dice que la idea de que la clase de los grandes terratenientes fue realmente la dominante se basa en dos supuestos:

-         la supuesta de una perfecta correlación entre el poder económico proveniente de la propiedad sobre la tierra, el poder social y el poder político que automáticamente provoque la apropiación de la parte sustancial de la renta diferencial

-         la   ignorancia   de   la   posible   existencia   de   otros   sectores   poderosos   que   podrían “interferir” las relaciones económicas creadas

·  A   los   supuestos   anteriores   Sábato   agrega   que   si   bien   pueden   haber   sido   los beneficiados  por   las   transformaciones  no   implica  necesariamente  que   los   grandes terratenientes hayan sido los propulsores del proceso. Además nombra otra posible postura: la idea de que la verdadera clase dominante, la mayor beneficiaria y la real impulsora de las transformaciones de la economía y la sociedad no estaba en el país sino en el extranjero, en las economías capitalistas centrales, actuando a través de sus diversos agentes en Argentina, por lo que la clase dominante local no sería más que subordinada a aquella.

·  Con respecto a la suposición de que hubo una división del trabajo tácita en la que los nativos se habrían quedado con el control de la tierra y los extranjeros con el control del comercio, Sábato muestra la existencia de familias como los Anchorena, quienes tenían   la   habilidad   de   jugar   simultáneamente   a   varias   fuentes   de   acumulación. Esto pone en duda la hipótesis de los puros terratenientes como clase dominante.

·  La   consolidación   de   esta   clase   dominante   habría   impulsado   la   especialización dependiente   de   la   economía   argentina,   la   preponderancia   de   los   grandes terratenientes habría trabado el desarrollo de la industria y, por consiguiente, de un capitalismo más integrado maduro y autónomo por.

-         apropiarse   privilegiadamente   del   excedente   generado   y   canalizarlo preponderantemente hacia la ampliación del sector agropecuario,

-         favorecer   un   librecambio   que   atentaría   contra   la   expansión   de   una   industria incipiente, cuyos mayores costos de producción hubieran requerido alguna forma de protección aduanera para crecer y madurar,

-         malgastar   una   gran   parte   del   excedente   apropiado   en   un   consumo   ostentoso, suntuario e improductivo, cuando no en operaciones especulativas rurales y urbanas que tampoco contribuían al desarrollo productivo de la economía.

·  En  las condiciones anteriores,   la  industria  estaría sujeta a una doble restricción.  Su desarrollo dependería de inversiones extranjeras acordes a la situación dependiente del país y, por otra parte, se generaría una pequeña clase de industriales nacionales colocados en una posición totalmente subordinada a la clase terrateniente incapaz de expandirse frente al desarrollo obtenido por los países centrales y por el librecambio impuesto por el modelo agroexportador.

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·  Según Sábato, las industrias no estaban en una posición secundaria respecto del agro, sino,   quizás,   no   existía   un   clivaje   social   que   correspondiera   a   la   especialización económica sectorial.

·  Según Sábato la clase dominante no responde necesariamente al “patrón tierra”, sino que junto a la cuestión de la tierra las actividades comerciales y financieras constituyen la clave de la consolidación y comportamiento de dicha clase en Argentina a fines del siglo XIX.

·  Los sucesivos “booms” de  los cueros,  del   tasajo,  de  la   lana,  habrían creado ciertos mecanismos (comportamientos empresariales) con dos rasgos sobresalientes:

-         el   nexo   de   estos   fenómenos   con   necesidades   contingentes   y   variables   de   las economías centrales, y

-         el tipo de comportamiento “flexible” que esos elementos habrían gestado.

·  Dos características definitorias del comportamiento de las clases dominantes:

-         FLEXIBILIDAD: esa capacidad de adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones fue encontrada   sólo   por   un   sector   empresario   pequeño   (por   la   naturaleza   de   sus actividades y la diversificación de sus capitales), ya que muchos encontraban límites en su capacidad individual y en el tipo de características de sus unidades productivas.

-         ESPECULACIÓN: con la afluencia de capital extranjero y la extensión del ferrocarril se desató una especulación con las tierras y la suba de los valores inmobiliarios. Esta fiebre de los negocios, de la ganancia rápida y de la toma de beneficios en un sector económico para colocar en otro, fue generadora de fortunas y también de la ruina de  ciertos   sectores  que  no supieron   jugar  o  no  tuvieron el   conocimiento  de  los riesgos de una economía mutante. Gracias a  la multiplicidad de sus negocios,   los comerciantes estaban en condiciones de dispersar riesgos sin dejar de usufructuar por eso los beneficios que ofrecían las oportunidades especulativas.

·  La   compleja   relación  COMERCIO-FINANZAS   fue  un  mecanismo  de  consolidación  de poder económico dentro de un país en el que la especulación y la crisis imperaban simultáneamente.   Esto   distingue   la   primera   fase   en   la   formación   de   la   clase dominante.

·  El PERÍODO ESPECULATIVO contribuyó a la consolidación de la clase dominante debido al  mantenimiento  de  ciertas   fórmulas  económicas  y  a  cierta   racionalidad   frente  al frenesí económico. Esta fase llegará a su fin con la crisis de 1890 y abrirá una segunda fase influida por el desarrollo agrícola de la provincia de Buenos Aires, incorporada tardíamente a la producción cerealera.

·  El   desarrollo   de   la   agricultura   provocó   el   aumento   de   la   población   rural   cuyos consumos   y   necesidades   fueron   generando   un   creciente   y   multiplicado eslabonamiento de actividades económicas cuyos efectos se extendieron a diversos ámbitos. Por fin, el desarrollo de una ganadería refinada, fenómeno estrechamente ligado al empuje de la agricultura, y el frigorífico serán los últimos eslabones de una cadena   de   actividades   económicas   firmemente   enlazadas   que   darán   la   fisonomía 

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definitoria  a   la  clase  dominante  durante  este  período  de  formación.  Esta   segunda etapa puede ser denominada como de NETO DESARROLLO CAPITALISTA en Argentina.

·  A diferencia de otros países en los que el sector industrial había constituido la actividad económica líder del desarrollo capitalista, en Argentina es el sector agropecuario no sólo el que impulsa la transformación sino, además, el que la domina.

·  Pero, este sector agropecuario, dentro de una economía capitalista liberal presenta, entre   otras,   una   peculiaridad  muy   importante:   la   de   estar sujeto a rigideces de producción y riesgos de mercado comparativamente mayores que la producción industrial.   Además,   la   actividad   agropecuaria está sometida a las contingencias naturales.  Y   si  es  ese  sector  el  que   impulsa  y  difunde  la  expansión  del  desarrollo capitalista,   toda   la   economía   se   encontrará   sometida   a   contingencias   y   riesgos comparativamente  mayores  que  en  un  país   en  el  que  es   la   industria   la   actividad promotora.

·  Por   ese  motivo,   adquiere   una   crucial   importancia   la   formación   de  mecanismos   y comportamientos   adaptados   a   funcionar   en   condiciones   de   riesgo,   tanto   para aprovechar oportunidades como para amortiguar perjuicios.

·  Si la clase dominante se encuentra implantada en el comercio y las finanzas, dispone de grandes posibilidades de dispersar riesgos entre distintas actividades productivas y de aprovechar con gran rapidez coyunturas favorables. La mentalidad con la que se está dispuesto a actuar dentro de una gran empresa agropecuaria es más la de un comerciante o financista que la de un productor agropecuario.

·  El terrateniente pampeano no se ajustaba a la figura típica del gran propietario rural en otros   lugares  de   Latinoamérica.  A  menudo  no  eran  dueños  de  una   sola   y  grande propiedad sino que poseían una serie de campos de tamaño variable distribuidos en diversos lugares con lo que disminuían los riesgos de las contingencias locales y que a largo   plazo   compensaban   los   mayores   costos   operativos   y   gerenciales   que eventualmente acarrea la división de las explotaciones.

·  Lejos de ser la principal preocupación de los empresarios  la producción, tenían una vocación  comercial  muy  alerta  para  aprovechar   las  oportunidades  de  un  mercado internacional cambiante en rápida evolución.

·  Si, entonces, los grandes propietarios eran al mismo tiempo comerciantes y financistas o seguían el rumbo marcado por estos, la clase dominante habría resultado mucho menos conservadora en  el  momento  de   la   incorporación  de   lo  que   la   concepción tradicional sugiere. Al contrario, esa clase se habría encontrado en condiciones más que propicias, por esas posibilidades y por su mentalidad, para aprovechar y acelerar enormemente   la   transformación  de   la  economía  argentina  en  ese  momento.  Pero serían esas mismas características las que más tarde frenarían el desarrollo capitalista del país.

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Sábato: La clase dominante en Argentina Moderna (capitulo I y conclusiones)

CAPÍTULO I:

El enfoque comercial y financiero en el desarrollo agropecuario de la región pampeana.

·  Ya  en   las  postrimerías  de   la   colonia  había   comenzado   la  explotación  de   la   región pampeana y la apropiación de tierras. Desde entonces terrateniente y ganadero eran sinónimos en esa región.

·  Hasta el último cuarto del siglo XIX las condiciones del mercado externo se combinaron con   los   recursos  disponibles  para  posibilitar   la  explotación  ganadera  de   la  pampa húmeda. Se desarrollaron los saladeros hasta alcanzar una aceptable sofisticación.

·  La   actividad   ganadera   crecía   rápidamente   en  magnitud   y   en   importancia   para   la economía del país y, se reaccionaba muy velozmente a las oportunidades abiertas en el mercado internacional.

·  Así, por ejemplo, en 1840 se introducen ovinos en la provincia de Buenos Aires como respuesta a las posibilidades de entrar en el mercado internacional de lanas.

·  Luego, con la necesidad de aumentar el  valor de  los vacunos,  surge la  iniciativa de fomentar un sistema de conservación de carne bovina fresca y barata que permitiera abastecer los ávidos mercados europeos.

·  Pero   la   incipiente   industria   frigorífica   no   lleva,   en   un   primer   momento,   a   la recuperación de la ganadería bovina sino al fortalecimiento de la ovina porque en 1870 caen vertiginosamente los precios de la lana y comienza la cría de ovinos con menos lana pero con más carne, la “desmerinización”.

·  El predominio de la ganadería ovina en la pampa húmeda culminaría a mediados de 1890,   pero   ya   en   ese   entonces   se   habrán   expandido   los   bovinos   refinados (combinados con la explotación cerealera), primero para la exportación en pie y poco más tarde para su exportación a través de los frigoríficos.

·  Todos estos virajes del siglo XIX se produjeron en menos de una generación, motivo por   el   cual   es   difícil   visualizar   a   los   terratenientes   pampeanos   como   ganaderos rutinarios   e   imbuidos   de   pautas   tradicionales   y   estrechas.   La   magnitud   se   las transformaciones y la velocidad con que se llevaron a cabo no sólo indican una actitud muy poco conservadora sino una flexibilidad mucho más acorde con una mentalidad comercial   volcada   a   percibir   las   oportunidades   de  mercado,   que   la   de   un   típico productor, preocupado ante todo por los problemas de producción. Todo confluye a caracterizarlos   como   empresarios   que   tratan   de   obtener   las   mayores   ganancias posibles en el menor tiempo posible.

·  Sábato   critica   entonces   la   concepción   instaurada   según   la   cual   los   grandes terratenientes   pampeanos   habrían   actuado   con   pautas   económicas   precapitalistas entorpeciendo   la   expansión   agrícola   en   la   región   y   frenando,   finalmente,   el crecimiento  global  de   la  economía  dentro  de  un  modelo  de  desarrollo   capitalista. Según   él,   la   explotación   de   la   región   pampeana   se   rigió   según   las   pautas   de   un mercado casi perfecto.

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·  La atribución de comportamientos precapitalistas a los terratenientes pampeanos se vincula con la introducción y difusión de la agricultura en la región.

·  Durante el último tercio del siglo XIX la evolución del agro pampeano sigue un curso distinto al que ocurrió en países con zonas similares. El traspaso a manos privadas de las tierras del Estado mantuvo una alta concentración de la propiedad.

·  Como los terratenientes pampeanos se beneficiaron enormemente en el proceso de reparto de tierras por razones de influencia social y política, se tendió a explicar el mantenimiento de las grandes propiedades por las mismas causas y no dentro de una estricta lógica de mercado.

·  1876   se   dictó   la   Ley   Nacional   de   Colonización   y   Tierras   bajo   la   presidencia   de Avellaneda pero comenzó a tropezar con una realidad en la que la concentración y la distribución de tierras aptas se alejaría cada vez más del modelo deseado. En 1880 luego de   la  Conquista  del  Desierto  poderosos   intereses  en  juego neutralizaron  las disposiciones de la ley de 1876.

·  Las grandes propiedades corresponden por lo general a explotaciones ganaderas y las pequeñas   a   explotaciones   agrícolas   y   la   renta   depende   de   la   rentabilidad   de   la producción específica que se realice en el predio.

·  Los chacareros estaban en una posición peculiar frente a la tierra. La posibilidad de una utilización  más   intensa   de   un   factor   productivo   disponible   (su   fuerza   de   trabajo personal   o   familiar)   implicaría   una   ventaja   decisiva   respecto   de   cualquier   otra inversión.  Para  el   chacarero  buena  parte  de   su   trabajo  aparece  como beneficio  o ingreso  personal,  mientras  que  para  cualquier  otro  es   sólo  un  costo.   Las  ventajas económicas a favor de la compra y no del arrendamiento por parte de los chacareros podían estar compensadas por las restricciones que se les planteaban desde el punto de vista financiero por los obstáculos de acceso al mercado de capitales.

·  La expansión de la frontera agropecuaria en especial luego de 1880 y en Buenos Aires abrió una oportunidad excepcional para especular con tierras a un grupo social que tenía   indudable   experiencia   en   la   materia.   No   se   produjo   en   Buenos   Aires   un fraccionamiento masivo en tierras aptas para la agricultura, gran parte de los campos se   compraban   sin   dividirlos   o   en   fracciones  muy   grandes. La concentración de la propiedad ya no se debía a las condiciones de reparto inicial, sino a las características del mercado.

·  Aún  en  un  mercado  de  tierras   aparentemente   libre   y   abierto  existían   trabas  para algunos y facilidades para otros.

·  La tierra habría sido cara para los chacareros no porque los terratenientes le pusieran un   precio   arbitrariamente   alto   sino   porque   la   ganadería   bovina   podía   competir perfectamente con la agricultura en rentabilidad por hectárea.

·  El  movimiento de flujo y   reflujo de superficie  dedicada a  la  producción agrícola  se vincula con la variación de los precios relativos carne/cereales:

-         1920/4::::::51,9% tierras dedicadas a la agricultura sobre el total de tierras agrícolas

-         1935/9::::::69,6% tierras dedicadas a la agricultura sobre el total de tierras agrícolas

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-         1950/7::::::50,1% tierras dedicadas a la agricultura sobre el total de tierras agrícolas

·  La  explotación  agrícola  de   la  pampa,   fundamentalmente  orientada  a   la  producción cerealera  modificó  por   completo   su  fisonomía  hasta   cristalizarla.   La  historia  de   la agricultura pampeana se divide en dos etapas.

·  La primera se inició hacia 1860 y se caracterizó por la creación de colonias agrícolas (que hacia 1880 habían adquirido cierto vigor) en las que se otorgaba a los colonos la propiedad de tierras cuya extensión oscilaba generalmente entre las 10 y las 30 has.

·  En la provincia de Buenos Aires no se adoptó el sistema de colonización, tal como en Santa   Fe,   Córdoba   y   Entre  Ríos,   para  entregar   fraccionada   la  tierra   al   inmigrante europeo. Los latifundios imperantes, el conservatismo de los terratenientes y la escasa acción oficial detuvieron la evolución colonial de la provincia; la cual, por otra parte, se dedicaba   con   preferencia   a   la   explotación   ganadera.   El   alto   valor   de   las   tierras bonaerenses impedía la compra por inmigrantes sin recursos.

·  La agricultura se radica fundamentalmente en zonas periféricas de la pampa húmeda porque, más allá de las presiones e influencias que signaron el reparto de tierras, es ahí donde su rentabilidad puede competir mejor con las actividades ganaderas.

·  Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba entregan sus tierras incultas al arado del colono. Buenos Aires  refinaba sus  campos,   libres  al  fin de  indios,  con un arado vivo:  el  vacuno;  a consecuencia de tal política, pierde rápidamente la preeminencia agrícola. Para 1895 Buenos Aires tiene 1.395.129 has. Cultivadas mientras sólo Santa fe tenía 1.684.937.

·  Hasta entonces la concentración de la propiedad en las áreas centrales de la pampa había permitido explicar el  mayor dinamismo de la expansión agrícola en  las zonas periféricas.   Pero   a   fines   de   1890   las   cosas   se   invertirían  de  manera   espectacular porque   la   concentración   de   propiedad   paradójicamente   llevaría   a   acelerar   el crecimiento   agrícola   debido   a   un   último   viraje   en   la   producción   ganadera: el reemplazo de la mayor parte de las ovejas y casi todo el ganado criollo por vacunos refinados.

·  Hacia   1880   se   instalaron   los   primeros   frigoríficos   pero   hacia   1890   comenzaron   a repuntar las exportaciones de vacunos a través de los embarques de los animales vivos prescindiendo de los frigoríficos. La necesidad de que esos animales fueran mansos y gordos hizo que los bovinos refinados tuvieran una ventaja decisiva sobre los criollos que los saladeros seguían demandando para producir tasajo. Los precios favorecían también a los vacunos de calidad.

·  Tras una prohibición británica de importar animales en pie ascendió el trabajo en los frigoríficos.

·  GRAN MERCADO EUROPEO CONSUMIDOR + EXCEPCIONAL CAPACIDAD PRODUCTIVA DE LA PAMPA = UNA RELACIÓN MODERNA Y TECNOLÓGICAMENTE AVANZADA.

·  Como la difusión de vacunos refinados exigía cambiar las condiciones de producción en el  campo,   los  duros  pastos  naturales  debieron ser  sustituidos  por  alfalfa.  La  tierra debía  roturarse y  prepararse y  eso  implicaba una cuantiosa  inversión.  Es  entonces 

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cuando aparece una complementación entre la expansión de la nueva ganadería con la agricultura a través de un mecanismo peculiar: el arrendamiento.

·  Se arriendaban lotes a chacareros italianos con elementos y recursos propios a bajo costo por 3 años con la obligación de dejar el terreno sembrado con alfalfa al finalizar el contrato.

·  Porcas   veces   pudo   encontrarse   una   complementación   tan   conveniente   entre   los intereses  de   las  dos  partes   (propietarios   y  arrendatarios)   en  un  negocio.  Para   los arrendatarios era baja  la renta y para  los propietarios eran bajos  los costos de  las inversiones requeridas para refinar el ganado.

·  En tres lustros la agricultura se expandió y la ganadería cambió a un ritmo vertiginoso.

·  La   complementación   de   intereses   significaba   una   neta   diferenciación   entre   los terratenientes, propietarios de extensiones más o menos grandes, y los productores agrícolas, por lo general arrendatarios, que emergía como estructura social dominante en la pampa húmeda. Eran como estancieros y chacareros respectivamente.

·  Esta  dualidad   social   y   económica   contrastaba   con   la  de  otros  países   con   regiones parecidas, como Estados Unidos o Canadá, donde la ocupación de tierras vírgenes y despobladas había dado nacimiento a una importante clase de medianos y pequeños productores agrícolas, los “farmers”.

·  A semejanza de los farmers y de los colonos, la empresa que organizan los chacareros tiene como rasgo distintivo el  papel preponderante que cabe al  trabajo personal o familiar,   por   lo  que  utilizan  poca  mano  de  obra   asalariada.   El   trabajo   familiar   es generador  de   ingresos  y  no  costo  de  producción,   sin  embargo,  a  veces,   como  los salarios   eran   comparativamente   altos,   podía   convenirles   más   emplearse   como asalariados.

·  En los sistemas de colonización, la tierra que se les entregaba a los colonos tenía un precio. Ocupar los campos exigía una inversión, un costo fijo que podía distribuirse en varios años. Como tal, competía con otras inversiones como proveerse de animales de tiro, instrumentos, equipos, el salario de algún peón o los gastos de la familia. También tenían ciertos riesgos a nivel clima o imprevisibles variaciones de precios. Cuando en 1890   se   impone   el régimen de arrendamientos por mediería,   el   arrendatario   se comprometía   a   dar   al   propietario   cierto   porcentaje   (20   o   30%)   de   la   producción obtenida pasando la tierra de ser un costo fijo de inversión a ser un costo variable de explotación de la empresa agrícola.

·  El efecto inmediato de que la tierra no fuera más una inversión fue la extensividad de las explotaciones agrícolas. Un segundo efecto fue la rápida y alta tecnificación de la producción agrícola cerealera en la pampa argentina.

·  El arrendatario era un capitalista rural.  Su característica más típica consistía en que había efectuado inversiones personales en equipos, bueyes y caballos además de sus fuertes espaldas.  La esperanza de aumentar  su capital  por medio de  la  agricultura extensiva lo convertía en arrendatario de 200 hectáreas antes que en dueño de 20.

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·  Al comparar la rentabilidad agrícola con la ganadera es necesario tener en cuenta que esta   última   no   es   una   actividad   unitaria.   Hacia   1912   se   separan la cría y la invernada de vacunos.

·  Los   frigoríficos  erigieron a   los   invernadotes  en proveedores  privilegiados  a   los  que debían mantener y proteger para asegurar su propio funcionamiento.

·  Ambas fases usaban tierras diferentes: la cría podía hacerse en campos no aptos para la agricultura mientras que la invernada podía competir con la producción de cereales en tierras agrícolas.

·  A pesar de todo, el modelo conservacionista sirvió para preservar condiciones básicas de la explotación del territorio: los arrendamientos agrícolas permitían al propietario hacer  una rotación entre cultivos y  ganado que favorecía  a   la  recuperación de  los suelos.   A   largo   plazo,   la   conservación   de   las   grandes   propiedades   constituía   un elemento importante para preservar el valor de la tierra (vía el mantenimiento de su productividad).   ((Este   hecho   fue   uno   de   los   factores,   no   explica   por   sí   sólo   la concentración de propiedad rural)).

·  La   cría   y   la   invernada   tienen   funciones   de   producción   diferentes:   los   plazos   de producción varían (2 años para la cría y 8 meses para la invernada) y la composición de los rodeos es diversa.

·  La invernada se vincula con la cría al comprarle novillitos para el engorde y se conecta con la agricultura al competir por el uso de tierras aptas para una u otra actividad. Debido a su doble vinculación, la invernada constituye el nexo a través del cual las tres actividades productivas fundamentales de la región quedan relacionadas entre sí.

·  Como   los   cereales   eran   exportados   en   altísima   proporción   los   precios   internos quedaban prácticamente fijados en función de los internacionales y sus fluctuaciones, en cambio el grueso de la demanda final de la carne era interna.

·  Los frigoríficos trataban privilegiadamente a sus proveedores: los invernadores.  Así los invernadores quedaban ligados a los precios externos cuando vendían novillos a los frigoríficos y a los precios internos cuando compraban novillitos a los criadores.

·  La agricultura, frente a las dos ganaderías, requería mucho más mano de obra.

·  En la cría la proporción de capital fijo era mucho mayor que en la invernada, donde los novillos a engordar son capital variable.

·  Al competir por el uso de las mismas tierras,  las influencias de los precios relativos internacionales de carnes y cereales ocasionarían desplazamientos en su utilización por invernadores o agricultores vía variaciones en el precio de la renta de la tierra.

·  Respecto de  los criadores la posición de los  invernadores resultaba particularmente privilegiada. La producción de los criadores se destinaba al mercado interno y les era imposible   poner   precios   mayores   a   los   novillitos   destinados   a   la   invernada. El invernador, al no necesitar inversiones fijas y requerir poco trabajo, actuaba más como comerciante que como productor, si el margen no les era retributivo dedicaban 

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sus tierras a la agricultura. Estos últimos sí estaban en condiciones de ofrecer un precio diferencial e influían más de lo que eran influidos en el mercado interno.

·  Tal como en el caso de la agricultura, las fluctuaciones de precios y los efectos que provocaban habrían tendido finalmente a desestimular  la realización de inversiones fijas por parte del criador, promoviendo la extensividad de las explotaciones. Mucha tierra y poco capital (a excepción del ganado) parece haber sido la fórmula mágica que en todo el campo pampeano, agrícola o ganadero, permitía sobrevivir y prosperar.

·  1895-1920:  aumentaron   los  precios   agrícolas   y   los  de   la   carne   (estos  últimos  más rápidamente).

·  1910-1920: se generaron conflictos sociales con los arrendatarios agrícolas motivados por los aumentos de los arrendamientos. Se requerían más tierras con aptitud agrícola para la ganadería. Nace y se expande entonces la Federación Agraria Argentina como entidad corporativa para defender sus intereses.

·  Hacia 1920 los precios de la carne caen bruscamente y se inicia un desplazamiento inverso en la distribución de tierras a favor de la agricultura, movimiento que habría de culminar hacia fines de la década de 1930.

·  A partir de 1920, se asiste durante tres lustros a las tensiones generadas por problemas de producción y precios de la carne acompañadas por una lluvia de quejas y protestas de los criadores que, sin duda, se encontraban en posición débil frente a invernadores y frigoríficos.

·  Muchos de los invernadores probablemente eran también criadores, pero a la inversa no ocurría lo mismo. Esos criadores no sólo estaban en una posición subordinada sino que   además,   tampoco   podían   lograr   una   unidad   corporativa   para   defender   sus intereses debido a la presencia de criadores-invernadores.

·  Una moraleja se impone: no bastaba con ser terrateniente para pertenecer a la clase dominante. El eje de la dominación pasaba también por otros mecanismos.

·  Las  decisiones  de  producción   tanto  para   la   agricultura   como para   la   invernada   se tomaban varios meses antes de la comercialización del producto y, por consiguiente, siempre   estaban   sujetas   a   incertidumbre   respecto   del   precio   que   se   percibiría finalmente. De allí que una fórmula para disminuir riesgos residiera en el uso mixto de la tierra.

·  Esta estrategia para disminuir la incertidumbre habría acentuado las tendencias a favor de   la   extensividad   en   el   uso   de   la   tierra,   ya   que   desestimulaba   fuertemente   la realización de inversiones fijas cuya utilización, pero no su amortización, se hacía más aleatoria.

·  Se tendió a la adaptación económica frente a las fluctuaciones de precios relativos y no a   la   demanda   de   políticas   gubernamentales   que   regulen   el   mercado.   Sólo   la profundidad de la crisis de 1930 terminó por forzar la necesidad de establecer algunos mecanismos   parciales   para   regular   el   mercado   de   productos   agropecuarios pampeanos.

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CONCLUSIONES

·  Las   relaciones   entre   la   agricultura   y   la   ganadería   pampeanas   a   partir   de   1890   se articularon   alrededor   de   la   ganadería   de   invernada.   La   presencia   de   esta   última actividad   habría   impuesto   ciertas   condiciones   en   la   organización   y   formas   de producción:

-         la   utilización  predominante  del   factor  tierra   y   el   desestímulo   a  un  empleo  más intenso de capital (extensividad)

-         la   conveniencia   de   mantener   grandes   propiedades   al   frenar   una   mayor especialización agrícola que favoreciese su fraccionamiento

-         la quiebra de unidad sectorial que estimulase presión corporativa a fin de regularizar los mercados

-         las tendencias a adecuarse a las fluctuaciones de precios y ofertas.

·  Esto   revela   que   se   trataba   de   un   sector  mucho  más   de   carácter   comercial   que productivo.

·  La evolución del sector productivo dinámico que impulsó el desarrollo económico de la Argentina habría estado fuertemente influido por una actividad cuyo ejercicio se ligaba más al comercio y las finanzas que a la producción.

·  Caracterización de la clase dominante ((pág 109-110)):

-         Si bien poseía buena parte de la tierra actuaba en una variada gama de actividades y su principal base de poder económico-social residía, sobre todo, en el control del comercio y las finanzas.

-         Por su evolución y características llegaría a tener una gran unidad como tal, la clase estaría muy poco fraccionada internamente, cosa que sí hubiera ocurrido si hubiesen sido distintos subgrupos los que controlaran actividades económicas distintas.

-         Sería precisamente el control del comercio y las finanzas el que, al abrir un conjunto de   oportunidades   y   otorgar   una   alta   flexibilidad,   le   habría   permitido simultáneamente   implantarse   en   una   amplia   serie   de   actividades   productivas   y especulativas.

-         La presencia y forma de actuar de la clase dominante   llevó a difundir en todos los grupos propietarios pautas de comportamiento que estimulaban a los empresarios a diversificar sus actividades en distintos sectores económicos y a proceder de manera flexible para ajustarlas entre sí.  Al actuar así favorecían una tendencia a una alta concentración en manos de  la  clase dominante  que era un núcleo reducido.  Los propietarios  estarían  muy  poco  diferenciados  en   términos  de  comportamiento  e implantación multisectorial pero muy estratificados en términos de riqueza y poder.

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