John MacArthur - Comentario MacArthur Del NT Juan

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    Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Juan

    Ttulo del original: The MacArthur New Testament Commentary: John 1-11 2006 por John MacArthur y publicado por Moody Publishers, 820N. LaSalle Boulevard, Chicago, IL 60610. Traducido con permiso.

    Ttulo del original: The MacArthur New Testament Commentary: John12-21 2008 por John MacArthur y publicado por Moody Publishers,820 N. LaSalle Boulevard, Chicago, IL 60610. Traducido con permiso.

    Edicin en castellano: Comentario MacArthur del Nuevo Testamento:Juan 2011 por Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, GrandRapids, Michigan 49501. Todos los derechos reservados.

    Traduccin: Daniel Andrs Daz Pachn

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicacin podrser reproducida, almacenada en un sistema de recuperacin de datos, otransmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrnico,mecnico, fotocopia, grabacin o cualquier otro, sin el permiso escritoprevio de los editores, con la excepcin de citas breves o reseas.

    A menos que se indique lo contrario, todas las citas bblicas han sidotomadas de la versin Reina-Valera 1960 Sociedades Bblicas enAmrica Latina; renovado 1988 Sociedades Bblicas Unidas. Utilizadocon permiso. Reina-Valera 1960 es una marca registrada de laAmerican Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

    EDITORIAL PORTAVOZP.O. Box 2607Grand Rapids, Michigan 49501 USA

    Vistenos en: www.portavoz.com

  • ISBN 978-0-8254-1806-8 (rstica)ISBN 978-0-8254-0767-3 (Kindle)ISBN 978-0-8254-8536-7 (epub)

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    Impreso en los Estados Unidos de AmricaPrinted in the United States of America

  • DedicatoriaDedicado a la memoria de Jon Campbell, cuya generosidad y gracia nos

    hizo anticipar a todos la dulzura del cielo que l ahora disfruta.

    A David y Mary Anne Wismer, quienes comparten mi amor por laVerdad, escrita y encarnada, poseedores de una bondad abundante y una

    amistad perdurable que han agraciado mi vida con aliento y alegra.

  • Contenido

    DedicatoriaPrlogoIntroduccin a Juan

    1. La Palabra divina (Jn. 1:1-5)2. Respuesta a la Palabra encarnada (Jn. 1:6-13)3. La gloria de la Palabra encarnada (Jn. 1:14-18)4. El testimonio de Juan el Bautista sobre Cristo (Jn. 1:19-37)5. El equilibrio de la salvacin (Jn. 1:38-51)6. El primer milagro de Cristo (Jn. 2:1-11)7. Jess muestra su divinidad (Jn. 2:12-25)8. El nuevo nacimiento (Jn. 3:1-10)9. La respuesta al ofrecimiento divino de la salvacin (Jn. 3:11-21)

    10. De Juan a Jess (Jn. 3:22-36)11. El agua viva (Jn. 4:1-26)12. El salvador del mundo (Jn. 4:27-42)13. La respuesta de Cristo a la incredulidad (Jn. 4:43-54)14. Jess perseguido (Jn. 5:1-16)15. La declaracin ms sorprendente jams hecha (Jn. 5:17-24)16. Las dos resurrecciones (Jn. 5:25-29)17. Testigos de la divinidad de Cristo (Jn. 5:30-47)18. Una comida milagrosa (Jn. 6:1-15)19. Caractersticas de los discpulos falsos y verdaderos (Jn. 6:16-29)20. El pan de vidaPrimera parte: Jess, el verdadero pan del cielo (Jn

    6:30-50)21. El pan de vidaSegunda parte: Apropiacin del pan de vida (Jn.

    6:51-59)22. El pan de vidaTercera parte: Respuesta al pan de vida (Jn. 6:60-71)23. En el calendario divino (Jn. 7:1-13)24. Verificacin de las afirmaciones de Cristo (Jn. 7:14-24)25. Reacciones a las afirmaciones de Cristo (Jn. 7:25-36)26. Respuesta a la pregunta ms importante de la vida (Jn. 7:37-52)

  • 27. Jess confronta la hipocresa (Jn. 7:538:11)28. Jess: La luz del mundo (Jn. 8:12-21)29. Cmo morir en sus pecados (Jn. 8:22-30)30. La verdad los har libres (Jn. 8:31-36)31. Hijos de Abraham o de Satans? (Jn. 8:37-47)32. Jess confronta a sus enemigos (Jn. 8:48-59)33. Jess abre los ojos del ciego (Jn. 9:1-12)34. Los incrdulos investigan un milagro (Jn. 9:13-34)35. Visin espiritual o ceguera espiritual? (Jn. 9:35-41)36. El buen pastor (Jn. 10:1-21)37. Rechazo a las afirmaciones de Cristo (Jn. 10:22-42)38. La resurreccin y la vidaPrimera parte: Enfermedad para la gloria

    de Dios (Jn. 11:1-16)39. La resurreccin y la vidaSegunda parte: La llegada del Salvador

    (Jn. 11:17-36)40. La resurreccin y la vidaTercera parte: La resurreccin de Lzaro

    (Jn. 11:37-44)41. La resurreccin y la vidaCuarta parte: Reacciones a la resurreccin

    de Lzaro (Jn. 11:45-57)42. La culminacin del odio y del amor (Jn. 12:1-11)43. El Rey vino a morir (Jn. 12:12-16)44. El evangelio se extiende: Un anticipo de la salvacin de los gentiles

    (Jn. 12:17-26)45. Frente a la cruz (Jn. 12:27-34)46. El da en que se fue la luz (Jn. 12:35-50)47. La humildad del amor (Jn. 13:1-17)48. Se desenmascara al traidor (Jn. 13:18-30)49. La norma suprema del amor sacrificial (Jn. 13:31-38)50. Consuelo para corazones angustiados (Jn. 14:1-14)51. El legado de Jess (Jn. 14:15-26)52. Paz sobrenatural (Jn. 14:27)53. Significado de la muerte de Jess para l (Jn. 14:28-31)54. La vid y los pmpanos (Jn. 15:1-11)55. Los amigos de Jess (Jn. 15:12-16)56. Aborrecidos por el mundo (Jn. 15:17-25)

  • 57. El Espritu Santo: Testigo poderoso (Jn. 15:26-27)58. El Espritu Santo convence al mundo (Jn. 16:1-11)59. El Espritu Santo revela la verdad (Jn. 16:12-15)60. De la tristeza al gozo (Jn. 16:16-24)61. Tres virtudes cristianas fundamentales (Jn. 16:25-33)62. La verdadera oracin del Seor (Jn. 17:1)63. La oracin de Jess y el plan eterno de Dios (Jn. 17:1b-5)64. Jess ora por sus discpulosPrimera parte: Como aquellos que el

    Padre le entreg (Jn. 17:6-10)65. Jess ora por sus discpulosSegunda parte: Como aquellos que est

    por dejar (Jn. 17:11-19)66. Jess ora por todos los creyentesPrimera parte: Que estn unidos

    en la verdad en el presente (Jn. 17:20-23)67. Jess ora por todos los creyentesSegunda parte: Para que un da

    estn reunidos en la gloria (Jn. 17:24-26)68. Traicin y arresto de Jess (Jn. 18:1-11)69. Juicio de Jess y negacin de Pedro (Jn. 18:12-27)70. Jess ante PilatoPrimera parte: Primera fase del juicio civil (Jn.

    18:28-38)71. Jess ante PilatoSegunda parte: Segunda fase del juicio civil (Jn.

    18:3919:16)72. La crucifixin de Jesucristo (Jn. 19:17-30)73. El Salvador que conquist la muerte (Jn. 19:3120:10)74. El Cristo resucitado (Jn. 20:11-31)75. EplogoPrimera parte: Esfuerzo propio o poder espiritual? (Jn.

    21:1-14)76. EplogoSegunda parte: Cmo ser un cristiano comprometido (Jn.

    21:15-25)

    Bibliografandice de palabras griegasndice de plabras latinasndice temtico

  • Prlogo

    El mensaje del Evangelio de Juan es simple. El apstol escribe conclaridad directa y en palabras que hacen la verdad accesible para cadalector. Tal hecho es clave, pues este es el Evangelio de la salvacin,escrito para los incrdulos. Juan lo dijo de este modo:

    Hizo adems Jess muchas otras seales en presencia de susdiscpulos, las cuales no estn escritas en este libro. Perostas se han escrito para que creis que Jess es el Cristo, elHijo de Dios, y para que creyendo, tengis vida en su nombre(Jn. 20:30-31).

    En este comentario he intentado dejar la verbosidad y solo decir loque es directamente til para la comprensin del texto. Hay pocadigresin y no hay ningn intento de embellecer el contenido. Eso suponeun distanciamiento de estilo con mis otros comentarios, pues en ellossuelo presentar abundancia de material ilustrativo, teolgicamenterelacionado. No quiere esto decir que no haya temas gloriosos por todoJuan, temas que puedan y deban desarrollarse en el proceso de exposiciny de comparacin entre diversas Escrituras. Pero esa tarea en su mayorparte la he dejado a otros en esta ocasin, para favorecer el flujo y laadherencia concisa a la intencin declarada por el propio apstol Juan. Enocasiones sent que deba escribir ms, a veces menos. Pero mi objetivodeliberado a lo largo de todo el libro ha sido servir al mensaje inspiradoevitando interrupciones que minimizan, permitiendo que la Palabra hablesin aadir nada ms que las explicaciones esenciales y sin derivar del textoa pasajes paralelos para mantener as la simplicidad y la claridad de laverdad organizada e inspirada por el Espritu. Espero haberlo logrado.

    En este relato profundo, pero sencillo sobre la venida del Hijo de Diospara redimir a los pecadores se encuentra el mensaje ms necesario quealguien habr de or o entender. Con solo un poco de clarificacin ytrasfondo, ste proclama a la mente del pecador humilde y dispuesto laverdad que transforma eternamente.

    JOHN MACARTHURFebrero de 2008

    COMENTARIO MACARTHUR DEL NUEVO TESTAMENTO: JUAN

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  • Introduccin a Juan

    Juan es nico entre los Evangelios. Los tres primerosMateo, Marcos yLucasse conocen como los sinpticos (de la palabra griega cuyosignificado es ver en conjunto) por causa de las semejanzas entre ellos.Aunque cada uno tiene sus propios nfasis y temas distintivos, lossinpticos tienen mucho en comn. Siguen el mismo esquema general dela vida de Cristo y son similares en contenido, estructura y perspectiva.

    Pero incluso una lectura superficial de Juan revela fuertes diferenciascon los tres primeros. Los cuatro contienen una mezcla de historianarrativa y discursos de Jess. Sin embargo, en comparacin, elEvangelio de Juan contiene una proporcin ms alta de discursos que denarrativa. A diferencia de los sinpticos, Juan no contiene parbolas,discursos escatolgicos, relatos sobre exorcismos o sanidades de leprososhechas por Jess; no hay una lista de los doce apstoles ni hay unainstitucin formal de la Santa Cena. Tampoco registra Juan losacontecimientos del nacimiento, bautismo, transfiguracin, tentacin,agona en Getseman ni la ascensin de Jess.

    Por otra parte, Juan incluye una gran cantidad de material que no seencuentra en los sinpticos (ms del noventa por ciento del evangelio): elprlogo, en el cual se describe la preexistencia y la encarnacin de Cristo(1:1-18), el ministerio temprano en Judea y Samaria (caps. 23), suprimer milagro (2:1-11), su dilogo con Nicodemo (3:1-21), su encuentrocon la mujer samaritana (4:5-42), la curacin de un cojo y un ciego enJerusaln (5:1-15; 9:1-41), su discurso del pan de vida (6:22-71), suafirmacin de ser el agua viva (7:37-38), su apropiacin del nombre deDios (vase la explicacin de 8:24 en el captulo 29 de este volumen), sudiscurso cuando se presenta como el buen pastor y las consecuencias(10:1-39), la resurreccin de Lzaro (11:1-46), el lavado de los pies de losdiscpulos (13:1-15), el discurso en el aposento alto (caps. 1316), laoracin sacerdotal de Jess (cap. 17), la pesca milagrosa (21:1-6) y larestauracin de Pedro y prediccin de su martirio (21:15-19). Juantambin contiene ms enseanzas sobre el Espritu Santo que laencontrada en los sinpticos.

    Hay que tener en cuenta dos cosas relativas a las diferencias entreJuan y los Evangelios sinpticos. Primera, las diferencias no soncontradicciones; no hay nada en Juan que contradiga los sinpticos y

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  • viceversa. Segunda, no se deben exagerar tales diferencias. Tanto Juancomo los sinpticos presentan a Jesucristo como el Hijo del Hombre, elMesas de Israel (Mr. 2:10; Jn. 1:51) y el Hijo de Dios: Dios en carnehumana (Mr. 1:1; Jn. 1:34). Los cuatro Evangelios lo describen como elSalvador que vino a salvar a su pueblo de sus pecados (Mt. 1:21; cp.Jn. 3:16), muri en la cruz en sacrificio expiatorio y se levant de losmuertos.

    El Espritu Santo dise Juan y los sinpticos para complementarseentre s. Representan una tradicin entrelazada, es decir entre ellos serefuerzan o explican mutuamente (D. A. Carson, Douglas J. Moo yLeon Morris, Una introduccin al Nuevo Testamento , ed. Clie,Barcelona, 2005. Cursivas en el original en ingls, p. 161). Por ejemplo,en el juicio de Jess (Mr. 14:58) y cuando l estaba en la cruz (Mr.15:29), sus enemigos lo acusaron de haber afirmado que destruira eltemplo. Los sinpticos no registran la base para alegar tal falsedad peroJuan s lo hace (2:19). Los sinpticos no explican por qu los judosdeban llevar a Jess ante Pilato; Juan explica que los romanos les habanquitado el derecho a aplicar la pena capital (18:31). Los sinpticos ubicana Pedro en el patio del sumo sacerdote (Mt. 26:58; Mr. 14:54; Lc. 22:54-55), Juan explica cmo logr entrar (Jn. 18:15-16). El llamamiento dePedro, Andrs, Jacobo y Juan (Mt. 4:18-22) se hace ms inteligible a laluz de Juan 1:35-42, pues all se revela que ellos ya haban departido conJess. Los sinpticos registran que inmediatamente despus de haberalimentado a los cinco mil, Jess despidi a la multitud (Mt. 14:22; Mr.6:45); Juan revela por qu lo hizo: pretendan hacerlo rey (Jn. 6:15). ElEvangelio de Juan evidencia que cuando el sanedrn se reuni el mircolesde la semana de la pasin para maquinar el arresto de Jess (Mr. 14:1-2),simplemente estaban implementando una decisin tomada conanterioridad, despus de la resurreccin de Lzaro (Jn. 11:47-53).

    La informacin de fondo no solo hace ms inteligibles los pasajes delos sinpticos; lo opuesto tambin es cierto. Como Juan escribi dcadasdespus de los dems, supona que sus lectores conocan losacontecimientos registrados en los otros Evangelios. Las narraciones deMateo y Lucas sobre el nacimiento del Verbo eternamente preexistente(Jn. 1:1) revelan cmo obtuvo l una familia humana (Jn. 2:12). En 1:40Juan presenta a Andrs diciendo que es el hermano de Pedro, aunque noha mencionado al segundo todava. Cuando el evangelista explica queJuan [el Bautista] no haba sido an encarcelado (Jn. 3:24), suponeprevio conocimiento de sus lectores sobre la ocurrencia de dicho

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  • acontecimiento; sin embargo, el Evangelio de Juan no registra elencarcelamiento del Bautista, descrito en los sinpticos (Mt. 4:12; 14:3;Mr. 6:17; Lc. 3:20). Juan anot: Jess mismo dio testimonio de que elprofeta no tiene honra en su propia tierra (Jn. 4:44); aun as, taldeclaracin no se encuentra en su propio Evangelio, aunque s estregistrada en los sinpticos (Mt. 13:57; Mr. 6:4; Lc. 4:24). Juan 6:67, 70-71 se refiere a los doce apstoles pero, como ya se dijo, a diferencia delos sinpticos (Mt. 10:2-4; Mr. 3:14-19; Lc. 6:13-16), Juan no tiene unalista de ellos. Evidentemente, a juzgar por la forma en que presenta aMarta y Mara (11:1), Juan esperaba que sus lectores ya las conocieran,aunque no se hubiera referido a ellas con anterioridad; ellas aparecen en elEvangelio de Lucas (10:38-42). Bajo esa misma relacin, Juan anot quefue Mara quien ungi los pies del Seor (11:2). El autor no relatara esahistoria hasta el captulo 12, pero supona que sus lectores la conocanpor los sinpticos (Mt. 26:6-13; Mr. 14:3-9). La narracin de Juan sobrela indecisin de Felipe para llevar a los griegos a Jess hasta noconsultarlo primero con Andrs (12:21-22) podra deberse a que loslectores conocan el mandamiento de Jess sobre no ir por los caminos delos gentiles (Mt. 10:5).

    AUTORA DEL EVANGELIO DE JUANAl igual que los otros tres Evangelios, el de Juan no nombra a su autor.Pero, de acuerdo con el testimonio de la iglesia primitiva, fue el apstolJuan quien lo escribi. Ireneo (ca. 130-200 d.C.) fue la primera personaen mencionar explcitamente a Juan como el autor. En su obra Contra lasherejas, escrita en el ltimo cuarto del segundo siglo, Ireneo testific:Por fin [despus de que se escribieron los Evangelios sinpticos] Juan, eldiscpulo del Seor que se haba recostado sobre su pecho (Jn 21:20;13:23), redact el Evangelio cuando resida en [feso] (Ireneo, Contralas herejas, Carlos I. Gonzlez, S.J., Ed. [Conferencia del episcopadomexicano , http://www.multimedios.org/docs/d001092/], 3.1.1). Sutestimonio es especialmente valioso porque Ireneo fue discpulo dePolicarpo (Eusebio, Historia eclesistica, 5.20), quien fue discpulo delapstol Juan (Ireneo, Contra las herejas, 3.3.4). De modo que haba unalnea directa de Ireneo a Juan, con solo un eslabn intermedio. Tefilo deAntioqua, quien vivi por la misma poca de Ireneo, escribi: Lossantos escritos y los portadores [inspirados] del espritu nos ensean;Juan, uno de ellos, nos dice: En el principio era el Verbo y el Verbo

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  • estaba con Dios (A Autlico, 2.22). Despus de Ireneo, los padres de laiglesia afirmaron de manera consecuente que el apstol Juan era el autorde este Evangelio. As lo citan el Canon muratorio (una lista de librosneotestamentarios del siglo II), Tertuliano, Clemente de Alejandra,Orgenes, Dionisio de Alejandra y Eusebio.

    Aunque los primeros escritores no nombran al apstol Juan como suautor, muestran conocimiento del cuarto Evangelio. Justino Mrtir (ca.100-165 d.C.), cit Juan 3:5 (Primera apologa, 61). Que Taciano,estudiante de Justino, incluyera a Juan en el Diatesarn (la ms tempranaarmonizacin conocida de los Evangelios) sirve de mayor evidencia paramostrar que su maestro s lo conoca. Incluso fuentes externas a la Iglesia(p. ej., gnsticos como Heraclen, Ptolomeo, Baslides; el evangelioapcrifo de Toms; Marcin, quien rechaz todos los Evangelios exceptoLucas; y Celso el oponente pagano del cristianismo) reconocieron que elcuarto Evangelio fue escrito por Juan, aunque rechazaban o tergiversabansu verdad.

    El ttulo (Segn san Juan o Evangelio segn san Juan) no es partedel texto original inspirado, pero se aadi despus en manuscritosposteriores. No obstante, nunca se ha encontrado ningn manuscrito queatribuya el Evangelio de Juan a un autor diferente a l. Daniel B. Wallaceindica:

    La secuencia continua sugiere reconocimiento (o al menosaceptacin) de la autora juanina desde tiempos tan tempranoscomo el primer cuarto del siglo II. De hecho, el Evangelio deJuan es nico entre los evangelistas pues dos papiros antiguos(p66 y p75, datados cerca del 200) atestiguan la autora juanina.Como estos dos manuscritos no tenan relacin cercana el unocon el otro, esta tradicin comn [de su autora], debeprecederlos en al menos tres o cuatro generaciones de copiado(The Gospel of John: Introduction, Argument, Outline [ElEvangelio de Juan: Introduccin, argumento, bosquejo][Biblical Studies Press: www.bible.org, 1999]).

    A diferencia de los Evangelios cannicos, los evangelios espurios, escritospor falsificadores, afirmaban haber sido escritos por alguna figuraprominente de la Iglesia primitiva, pero no pudieron sobrevivir alescrutinio interno y externo. Por otra parte, los Evangelios verdaderossiempre han soportado cada examen legtimo en cuanto a la autora,

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  • aunque los nombres de los autores no se incluyeran.El pasaje existente ms antiguo de un libro neotestamentario es un

    pequesimo fragmento (p52) que contiene unos pocos versculos de Juan18 y cuya datacin es cercana o anterior al 130 d.C. (Otro fragmentoantiguo, conocido como el Papiro Egerton 2, tambin cita porciones delEvangelio de Juan. Los eruditos lo datan con fecha anterior a la mitad delsiglo II). Los crticos del siglo XIX dataron confiadamente el Evangelio deJuan en la segunda mitad del siglo II. El descubrimiento del p52 alcomienzo del siglo XX sentenci la muerte de tal perspectiva. El fragmentose encontr en una regin remota de Egipto. El tiempo para que elEvangelio de Juan haya circulado hasta tan lejos quiere decir que seescribi durante el primer siglo. Adems de los fragmentos de manuscritosmencionados anteriormente, hay evidencia arqueolgica en la cual sesugiere que al comienzo del siglo II ya se conoca el Evangelio de Juan(cp. Leon Morris, El Evangelio segn Juan [Barcelona: Clie, 2005], pp.28-29 del original en ingls).

    Aparte del testimonio externo, la evidencia interna tambin apunta aque Juan es el autor. B. F. Westcott, comentarista y erudito textual delsiglo XIX, resume dicha evidencia en una serie de crculos concntricosque estrechan gradualmente el enfoque hasta llegar al apstol Juan (TheGospel According to St. John [El Evangelio segn San Juan][Reimpresin; Grand Rapids: Eerdmans, 1978], pp. v-xxiv). Surazonamiento todava sigue siendo vlido hoy; A Westcott no se le harefutado, se le ha pasado por alto. Nadie parece haber tratado suargumento masivo adecuadamente (Morris, Juan, p. 9 del original eningls). Tal argumento puede resumirse de manera sucinta como sigue:

    1 . El autor era judo. Conoca las opiniones contemporneas judassobre una amplia gama de asuntos: el Mesas (p. ej., 1:21, 25; 6:14-15;7:26-27, 31, 40-42; 12:34); la importancia de la educacin religiosa formal(7:15); la relacin del sufrimiento con el pecado personal (9:2) y la actitudde los judos hacia los samaritanos (4:9), las mujeres (4:27) y los judoshelnicos de la dispora (7:35). Conoca las costumbres judas; porejemplo, la necesidad de evitar la inmundicia ceremonial derivada delcontacto con los gentiles (18:28), la necesidad de purificacin antes decelebrar la pascua (11:55), las costumbres matrimoniales (2:1-10) y lasfunerales (11:17-44; 11:55). Conoca las grandes fiestas judas de lapascua (2:13; 6:4; 11:55), los tabernculos (enramadas, 7:2) y ladedicacin (Hanukkah; 10:22).

    2. El autor era judo palestino. Tena conocimiento detallado de los

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  • lugares, disponible solo para quien realmente haya vivido en Palestina.Distingua la Betania de ms all del Jordn (1:28) de la Betania a lasafueras de Jerusaln (11:1) y conoca la distancia precisa entre estas dosltimas ciudades (11:18). Conoca Jerusaln, describi al menos treslugares que no se mencionan en los sinpticos (el estanque de Betesda[5:2], el estanque de Silo [9:7; aunque Lucas menciona una torre cerca alestanque en Lucas 13:4] y el torrente de Cedrn [18:1]). Tambinconoca detalladamente el templo (2:14, 20; 8:20; 10:23).

    3 . El autor fue testigo ocular. Dio detalles especficos, aunque nofueran esenciales para el relato. Muchos de esos detalles no podran habervenido de los sinpticos, donde no aparecen registrados. Estos incluyen elnombre del padre de Judas Iscariote (6:71; 13:2, 26), cunto tiempoestuvo Lzaro en la tumba (11:17, 39), cunto tiempo estuvo Jess enSicar (4:40, 43), el tiempo preciso en el cual ocurrieron ciertosacontecimientos (1:39; 4:6, 52; 19:14; cp. 13:30) y cifras exactas (1:35;2:6; 6:9, 19; 19:23; 21:8, 11). l fue el nico en decir que, en laalimentacin de los cinco mil, los panes del nio estaban hechos decebada (6:9); que cuando Mara ungi los pies de Jess con perfume, lacasa se llen con su fragancia (12:3); que, durante la entrada triunfal, lasramas que el pueblo le tendi junto al camino eran de palma (12:13); quehaba soldados romanos en el grupo que acompa a Judas en Getseman(18:3, 12), que la tnica de Jess no tena costuras (19:23) y que susudario estaba separado de los lienzos (20:7).

    4 . El autor era un apstol. Estaba ntimamente al tanto de lo quepensaban y sentan los doce (p. ej., 2:11, 17, 22; 4:27; 6:19; 12:16; 13:22,28; 20:9; 21:12).

    5 . El autor era el apstol Juan. Es notorio que el apstol Juan,mencionado alrededor de veinte veces en los Evangelios sinpticos, no semenciona ni una vez en su Evangelio. No es fcil pensar en una raznpor la cual alguno de los primeros cristianos debera haber omitido todamencin a tan prominente apstol (Morris, Juan, p. 11 del original eningls). Ms an, solo una persona prominente, cuya autoridad no secuestionara, habra podido escribir un Evangelio tan marcadamentediferente de los otros tres (vase la explicacin ms arriba) y haber tenidola aceptacin universal de la Iglesia.

    En lugar de nombrar a Juan como autor, el Evangelio afirma habersido escrito por el discpulo a quien amaba Jess (21:20). Un anlisis delos textos que lo mencionan deja claro que el discpulo amado es elapstol Juan. La primera pista para identificarlo es que l estaba presente

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  • en la ltima cena (13:23). Como solo los Doce estaban presentes en lacena (Mt. 26:20; Mr. 14:17-18; Lc. 22:14), el discpulo amado deba dehaber sido un apstol (lo cual quiere decir que no podra ser Juan Marcos,Lzaro o el joven rico [Quien ni siquiera era creyente! Mt. 19:22], comohan propuesto algunos crticos). An ms, Juan 21:2 cierra suidentificacin a Pedro, Toms, Natanael, los hijos de Zebedeo o los otrosdos discpulos sin nombre. Pedro, Toms y Natanael no pueden ser eldiscpulo amado porque aparecen por su nombre en el texto (tampocopuede ser Pedro porque hablan entre los dos [13:24; 21:7]). Los dosdiscpulos de nombre desconocido tambin pueden descartarse; si algunode ellos fuese el discpulo amado y, por lo tanto, el autor del cuartoEvangelio, por qu no los menciona el apstol Juan por su nombre? Msan, su cercana con Jess (estaba recostado al lado de Jess [13:23])en la ltima cena revela que el discpulo amado perteneca al crculointerno de los doce. De esos tres, como ya se dijo anteriormente, nopoda ser Pedro. Tampoco pudo haber sido Jacobo porque l fue mrtirmuy al comienzo para poder haber escrito el Evangelio de Juan (Hch.12:2). Por un proceso de eliminacin, el discpulo amado y autor delcuarto Evangelio (21:24) solo puede ser el apstol Juan. Tal identificacinse fortalece con la asociacin cercana planteada entre Pedro y l (13:23-24; 20:2: 21:7), que era la situacin de Juan (Lc. 22:8; Hch. 3:1-11; 4:13,19; 8:14, G. 2:9).

    A pesar de la poderosa evidencia interna y externa, muchos crticos,siempre en necesidad de atacar desesperadamente la integridad de lasEscrituras para desacreditar su verdad y autoridad en sus vidaspecaminosas, niegan que el apstol Juan haya escrito el cuarto Evangelio.Los argumentos que esgrimen son reflejo de la incredulidad, falta deconvencimiento y a menudo muy subjetivos. Algunos argumentan queJuan, como su hermano Jacobo, fue martirizado muy pronto para haberescrito el Evangelio. Pero tal perspectiva toma como base una malainterpretacin de Marcos 10:39, donde tan solo se indica que los doshermanos sufriran, no necesariamente que los dos seran mrtires.

    Otros sealan a Juan el Anciano, mencionado por Papas (deacuerdo a la interpretacin de Eusebio). Pero es poco probable que esapersona hubiese siquiera existido, mucho menos escrito algo (D. A.Carson, The Gospel According to John [El Evangelio segn Juan], ThePillar New Testament Commentary [Comentario pilar del NuevoTestamento] [Grand Rapids: Eerdmans, 1991], pp. 69-70).

    Otro argumento esgrimido sin base alguna por los crticos es que la

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  • cristologa del cuarto Evangelio es demasiado avanzada para que se hayaescrito en la primera generacin de cristianos. Pero la cristologa de Juanfue revelacin divina (algo a lo cual los crticos se oponen) y est enarmona con el resto del Nuevo Testamento (cp. Ro. 9:5; Fil. 2:6; Col.2:9; Tit. 2:13; 2 P. 1:1).

    Hay incluso otros escpticos, espiritualmente ciegos, para quienes unpescador sin educacin (Hch. 4:13), no podra haber tenido la suficientefluidez del griego para haber escrito el cuarto Evangelio. Pero Hechos4:13 no quiere decir que Juan fuera iletrado, tan solo que no se habaeducado en las escuelas rabnicas (cp. Jn. 7:15). Galilea estaba cerca deuna regin con predominancia gentil llamada Decpolis, al sureste del lagode Galilea. Tambin existe evidencia de que el griego se hablabacomnmente por toda la Palestina en el siglo I (cp. Robert L. Thomas yStanley N. Gundry, The Languages Jesus Spoke [Las lenguas quehabl Jess] en A Harmony of the Gospels [La armona de losEvangelios] [Chicago: Moody, 1978], pp. 309-312). Adems, Juanescribi este Evangelio despus de vivir y ministrar muchos aos enmedio de personas que hablaban griego en feso (vase ms abajo). Porlo tanto, no es sensato hacer presuposiciones dogmticas con respecto asu competencia con el griego.

    Una mirada ms cercana a Juan revela que l era el ms joven de losdos hijos de Zebedeo (casi siempre se cita primero a Jacobo cuando losdos se mencionan juntos, lo cual sugiere que l era mayor), un pescadorprspero del lago de Galilea que posea una barca y contrataba sirvientes(Mr. 1:20). La madre de Juan era Salom (comprese Mr. 15:40 con Mt.27:56), quien contribua financieramente al ministerio de Jess (Mt.27:55-56) y quien habra sido hermana de Mara, la madre de Jess (Jn.19:25). Si es as, Juan y Jess fueron primos.

    Juan aparece por primera vez en las Escrituras como discpulo deJuan el Bautista (Jn. 1:35-40; aunque es caracterstico que no se nombrea s mismo). El apstol Juan dej a Juan el Bautista y sigui a Jesscuando el Bautista seal al Seor como Mesas (1:37). Despus depermanecer con l por un tiempo, Juan volvi al negocio de la pesca desu padre. Ms adelante, se hizo discpulo permanente de Jess (Mt. 4:18-22).

    Junto con su hermano Jacobo y con Pedro, compaero de pesca,Juan era uno de los tres discpulos ms ntimos de Jess (cp. Mt. 17:1;Mr. 5:37; 13:3; 14:33). Despus de la ascensin, Juan lleg a ser uno delos lderes de la iglesia de Jerusaln (Hch. 1:13; 3:1-11; 4:13-21; 8:14; G.

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  • 2:9). De acuerdo con la tradicin, Juan pas las ltimas dcadas de suvida en feso, all fue obispo de las iglesias en la regin circundante(Clemente de Alejandra, Quin es el hombre rico que se salvar?, 42)y escribi sus tres cartas (ca. 90-95 d.C.). Juan vivi, segn Ireneo(Contra las herejas, 3.3.4), hasta el tiempo del Emperador Trajano (98-117 d.C.), hacia el final de su vida lo desterraron a la isla de Patmos. Allrecibi y escribi las visiones del Apocalipsis (ca. 94-96 d.C.).

    A pesar de su reputacin como el apstol del amor, Juan tena untemperamento fuerte. Jess llam a Juan y Jacobo los hijos del trueno(Mr. 3:17) y los dos hermanos vivieron a la altura de dicho sobrenombre.Cuando en una villa samaritana rehusaron seguir a Jess y sus discpulos,sobreestimando su papel apostlico, Jacobo y Juan le preguntaronimpulsivamente al Seor: Quieres que mandemos que descienda fuegodel cielo y los consuma? (Lc. 9:54). La nica parte de los Evangeliossinpticos donde Juan acta y habla solo, revela la misma actitud; le dicea Jess: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tunombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros (Lc. 9:49).

    Aunque con el tiempo Juan se hizo ms suave con las personas (Hagoun delineamiento de su carcter espiritual en mi libro Doce hombrescomunes y corrientes [Nashville: Caribe Betania, 2004]), nunca perdi supasin por la verdad. Dos vietas de sus aos en feso as lo revelan: Deacuerdo con Policarpo, Juan, el discpulo del Seor, habiendo ido a losbaos en [feso], divis en el interior a Cerinto. Entonces prefiri salir sinhaberse baado, diciendo: Vaymonos, no se vayan a venir abajo losbaos, porque est adentro Cerinto, el enemigo de la verdad (Ireneo,Contra las herejas, Carlos I. Gonzlez, S.J., Ed. [Conferencia delepiscopado mexicano, http://www.multimedios.org/docs/d001092/],3.3.4). Clemente de Alejandra tambin relata cmo entr Juan muyaudazmente al campamento de una banda de ladrones cuyo capitn habaprofesado alguna vez la fe en Cristo y lo gui al verdaderoarrepentimiento (Quin es el rico que se salvar?, 42).

    LUGAR Y FECHA DE ESCRITURAEn el Evangelio no hay nada especfico que indique cundo se escribi.Las fechas dadas por los eruditos conservadores estn en el tiempo queabarca desde la cada de Jerusaln hasta la ltima dcada del siglo I(como se anot anteriormente, se descarta que la fecha est en el segundosiglo por el descubrimiento de los fragmentos de papiro p52 y del Papiro

    COMENTARIO MACARTHUR DEL NUEVO TESTAMENTO: JUAN

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  • Egerton 2). Varias consideraciones favorecen una fecha al final de dichoperodo de tiempo (ca. 80-90 d.C.). El Evangelio de Juan se escribimucho despus de la muerte de Pedro (ca. 67-68 d.C.) por el rumor deque Juan vivira para ver la Segunda Venida (Jn. 21:22-23). El rumorhabra sido ms plausible cuando Juan ya fuera anciano. Juan nomenciona la cada de Jerusaln ni la destruccin del templo (70 d.C.). Sisu Evangelio se hubiera escrito al menos una dcada despus de talacontecimiento, ya no hubiera sido importado a sus lectores (de cualquiermodo, la destruccin del templo habra sido menos importante para losgentiles y judos de la dispora que para los judos palestinos).Finalmente, aunque no depende de los Evangelios sinpticos, Juan esconsciente de ellos. La fecha ms tarda da el tiempo para haberlos escritoy estar circulando entre los lectores de Juan. El testimonio de los padresde la iglesia confirma an ms que Juan fue el ltimo de los Evangelios enescribirse (vase Ireneo, Contra las herejas, 3.1.1; Eusebio, Historiaeclesistica, 3.24, 6.14).

    De acuerdo con la tradicin uniforme de la iglesia primitiva, Juanescribi su Evangelio mientras viva en feso.

    PROPSITOJuan es el nico de los Evangelios que contiene una declaracin precisasobre el propsito del autor: Pero stas se han escrito para que creisque Jess es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengis vidaen su nombre (20:31). El objetivo de Juan era doble: apologtico (paraque creis que Jess es el Cristo, el Hijo de Dios) y evangelstico (ypara que creyendo, tengis vida en su nombre). En aras de mantener supropsito evangelstico, Juan us el verbo creer cerca de cien vecesms del doble que en los sinpticospara enfatizar que quienes creen enJess para salvacin recibirn la vida eterna (3:15-16, 36; 4:14; 5:24, 39-40; 6:27, 33, 35, 40, 47-48, 54, 63, 68; 10:10, 28; 12:50; 14:6; 17:2-3;20:31).

    El propsito apologtico de Juan, inseparable de su propsitoevangelstico, era convencer a sus lectores de la verdadera identidad deJess. Lo presenta como Dios encarnado (1:1, 14; 8:23, 58; 10:30;20:28), el Mesas (1:41; 4:25-26) y el Salvador del mundo (4:42). Para talfin, Juan enfatiz en repetidas ocasiones las seales milagrosas de Jess(p. ej., 3:2; 6:2, 14; 7:31; 9:16; 11:47; 12:18; 20:30) y para ello incluyocho especficas: la conversin del agua en vino (2:1-11), la curacin del

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  • hijo de un oficial real (4:46-54), la curacin de un cojo en el estanque deBetesda (5:1-18), la alimentacin de los cinco mil (6:1-15), caminar sobreel Mar de Galilea (6:16-21), la curacin de un ciego de nacimiento (9:1-41), la resurreccin de Lzaro (11:1-45) y la provisin de una pescamilagrosa (21:6-11). Aparte de estas, estaba la seal ms convincente detodas: la resurreccin del propio Jess (20:1-29).

    En resumen, Juan presenta a Jess como el Verbo eterno, el Mesas yel Hijo de Dios, quien entrega el regalo de la salvacin a la humanidad. Ylas personas responden ya sea por aceptacin o rechazo de esta salvacinque solo viene por creer en l.

    BOSQUEJOI. La encarnacin del Hijo de Dios (1:1-18)

    A. Su divinidad (1:1-2)B. Su obra antes de la encarnacin (1:3-5)C. Su precursor (1:6-8)D. Su rechazo (1:9-11)E. Su recepcin (1:12-13)F. Su encarnacin (1:14-18)

    II. La presentacin del Hijo de Dios (1:194:54)A. La presentacin de Juan el Bautista (1:19-34)

    1. A los lderes religiosos (1:19-28)2. En el bautismo de Cristo (1:29-34)

    B. La presentacin a sus primeros discpulos (1:35-51)1. Andrs y Pedro (1:35-42)2. Felipe y Natanael (1:43-51)

    C. Presentacin en Galilea (2:1-12)1. Primera seal: el agua en vino (2:1-10)2. Los discpulos creen (2:11-12)

    D. Presentacin en Judea (2:133:36)1. Limpieza del templo (2:13-25)2. Enseanza a Nicodemo (3:1-21)3. Predicacin de Juan el Bautista (3:22-36)

    E. Presentacin en Samaria (4:1-42)1. Testimonio a la mujer samaritana (4:1-26)2. Testimonio a los discpulos (4:27-38)3. Testimonio a los samaritanos (4:39-42)

    F. Presentacin en Galilea (4:43-54)

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  • 1. Recepcin de los galileos (4:43-45)2. Segunda seal: curacin del hijo de un noble (4:46-54)

    III. La oposicin al Hijo de Dios (5:112:50)A. Oposicin en la fiesta de Jerusaln (5:1-47)

    1. Tercera seal: La sanidad de un paraltico (5:1-9)2. Rechazo de los judos (5:10-47)

    B. Oposicin en Galilea (6:1-71)1. Cuarta seal: Alimentacin de los cinco mil (6:1-14)2. Quinta seal: Jess camina sobre el agua (6:15-21)3. Discurso del pan de vida (6:22-71)

    C. Oposicin en la fiesta de los tabernculos (7:110:21)D. Oposicin en la fiesta de la dedicacin (10:22-42)E. Oposicin en Betania (11:112:11)

    1. Sptima seal: Resurreccin de Lzaro (11:1-44)2. El sanedrn planea matar a Cristo (11:45-57)3. Mara unge a Cristo (12:1-11)

    F. Oposicin en Jerusaln (12:12-50)1. La entrada triunfal (12:12-22)2. El discurso sobre la fe y el rechazo (12:23-50)

    IV. El Hijo de Dios prepara a los discpulos (13:117:26)A. En el aposento alto (13:114:31)

    1. El lavamiento de los pies (13:1-20)2. El anuncio de la traicin (13:3114:31)

    B. Camino al huerto (15:117:26)1. Instruccin a los discpulos (15:116:33)2. Intercesin al Padre (17:1-26)

    V. La ejecucin del Hijo de Dios (18:119:37)A. El rechazo de Cristo (18:119:16)

    1. Su arresto (18:1-11)2. Sus juicios (18:1219:16)

    B. La crucifixin de Cristo (19:17-37)VI. La resurreccin del Hijo de Dios (19:3821:23)

    A. La sepultura de Cristo (19:38-42)B. La resurreccin de Cristo (20:1-10)C. Las apariciones de Cristo (20:1121:23)

    1. A Mara Magdalena (20:11-18)2. A los discpulos sin Toms (20:19-25)3. A los discpulos con Toms (20:26-29)4. Parntesis: El propsito de Juan al escribir su Evangelio

    COMENTARIO MACARTHUR DEL NUEVO TESTAMENTO: JUAN

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  • (20:30-31)5. A los discpulos (21:1-23)

    VII. Conclusin (21:24-25)

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  • 1 La Palabra divina

    En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo eraDios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por l fueronhechas, y sin l nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En lestaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en lastinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.(1:1-5)

    La seccin de apertura del Evangelio de Juan expresa la verdad msprofunda del universo en los trminos ms claros. Aunque un nio podraentenderla fcilmente, las palabras de Juan inspiradas por el Espritucomunican una verdad imposible de asir aun para la capacidad de las msgrandes mentes: el Dios infinito y eterno se hizo hombre en la persona delSeor Jesucristo. La verdad incontrovertible y gloriosa de que en Jess elVerbo divino fue hecho carne (1:14) es el tema del Evangelio de Juan.

    La deidad del Seor Jesucristo es un principio esencial y nonegociable de la fe cristiana. Varias lneas de la evidencia bblicaconfluyen para probar de manera concluyente que l es Dios.

    Primero, las declaraciones directas de las Escrituras afirman que Jesses Dios. Juan registra varias de esas declaraciones para mantener elnfasis en la deidad de Cristo. El versculo inicial de su Evangelio declarael Verbo [Jess] era Dios (vase la explicacin de este versculo msadelante en este captulo). En el Evangelio de Juan, Jess asumi enrepetidas ocasiones el nombre divino Yo soy (cp. 4:26; 8:24, 28, 58;13:19; 18:5-6, 6, 8). En 10:30 afirm ser uno en naturaleza y esencia conel Padre (dada la reaccin de los judos incrdulos en el v. 33 [compresecon 5:18], ellos reconocieron que esta era una afirmacin de deidad).Tampoco corrigi Jess a Toms cuando l le dijo Seor mo, y Diosmo! (20:28); de hecho, lo alab por su fe (v. 29). La reaccin de Jesses inexplicable de no haber sido Dios.

    Pablo escribi a los filipenses que Jess exista en forma de Dios yera igual a Dios (Fil. 2:6). En Colosenses 2:9 declar: Porque en lhabita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Romanos 9:5 serefiere a Cristo como Dios bendito por los siglos. Tito 2:13 y 2 Pedro

    COMENTARIO MACARTHUR DEL NUEVO TESTAMENTO: JUAN

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  • 1:1 lo llaman nuestro Dios y Salvador. Dios Padre se dirige al Hijocomo Dios en Hebreos 1:8: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;cetro de equidad es el cetro de tu reino. Juan se refiere a Jesucristo en suprimera epstola como el verdadero Dios (1 Jn. 5:20).

    Segundo, Jesucristo recibe ttulos que se dan a Dios en otras partes delas Escrituras. Como ya se dijo anteriormente, Jess tom para s elnombre divino Yo soy. Juan 12:40 cita Isaas 6:10, un pasaje que hacereferencia a Dios en la visin del profeta (cp. Is. 6:5). Aun as, en elversculo 41 Juan declar: Isaas dijo esto cuando vio su gloria [la deCristo; comprese con los vv. 36, 37, 42], y habl acerca de l. Jeremasprofetiz que el Mesas sera llamado [El SEOR], justicia nuestra (Jer.23:6).

    Tanto a Dios como a Jess se les llama Pastor (Sal. 23Jn. 10:14),Juez (Gn. 18:252 Ti. 4:1, 8), Santo (Is. 10:20Sal 16:10; Hch. 2:27;3:14), el primero y el postrero (o ltimo) (Is. 44:6; 48:12Ap. 1:17;22:13), Luz (Sal. 27:1Jn. 8:12), Seor del da de reposo (x. 16:23, 29;Lv. 19:3Mt. 12:8), Salvador (Is. 43:11Hch. 4:12; Tit. 2:13), eltraspasado (Zac. 12:10Jn. 19:37), Dios fuerte (Is. 10:21Is. 9:6),Seor de seores (Dt. 10:17Ap. 17:14), el Alfa y la Omega (Ap. 1:8Ap. 22:13), Seor de la gloria (Sal. 24:101 Co. 2:8) y Redentor (Is.41:14; 48:17; 63:16Ef. 1:7; He. 9:12).

    Tercero, Jesucristo posee los atributos incomunicables de Dios,aquellos nicos a l. Las Escrituras revelan que Cristo es eterno (Mi. 5:2;Is. 9:6), omnipresente (Mt. 18:20; 28:20), omnisciente (Mt. 11:27; Jn.16:30; 21:17), omnipotente (Fil. 3:21), inmutable (He. 13:8), soberano(Mt. 28:18) y glorioso (Jn. 17:5; 1 Co. 2:8; cp. Is. 42:8; 48:11, dondeDios declara que no le dar a otro su gloria).

    Cuarto, Jesucristo hace obras que solo Dios puede hacer. l cretodas las cosas (Jn. 1:3; Col. 1:16), sostiene la creacin (Col. 1:17; He.1:3), resucita a los muertos (Jn. 5:21; 11:25-44), perdona el pecado (Mr.2:10; cp. v. 7) y sus palabras permanecen para siempre (Mt. 24:35; cp.Is. 40:8).

    Quinto, Jesucristo recibi adoracin (Mt. 14:33; 28:9; Jn. 9:38; Fil.2:10; He. 1:6), aun cuando enseaba que solo Dios debe ser adorado (Mt.4:10). Las Escrituras tambin nos dicen que los hombres santos (Hch.10:25-26) y los santos ngeles (Ap. 22:8-9) rehsan la adoracin.

    Finalmente, Jesucristo recibi oracin, la cual solo se debe dirigir aDios (Jn. 14:13-14; Hch. 7:59-60; 1 Jn. 5:13-15).

    Los versculos 1-18, el prlogo a la presentacin de Juan sobre la

    COMENTARIO MACARTHUR DEL NUEVO TESTAMENTO: JUAN

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  • deidad de Cristo, son una sinopsis o descripcin de todo el libro. En20:31, Juan defini claramente su propsito al escribir su Evangelio: quesus lectores crean que Jess es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que alcreer en su nombre tengan vida (NVI). Juan revel a Jesucristo como elHijo de Dios, la eterna segunda persona de la Trinidad. Se hizo hombre,el Cristo (Mesas), y se ofreci como sacrificio por los pecados.Quienes ponen su fe en l tendrn vida en su nombre, pero quienes lorechazan recibirn juicio y sentencia de castigo eterno.

    La deidad de Jess, presentada en el prlogo, se expone a lo largo detodo el libro con la cuidadosa seleccin juanina de afirmaciones ymilagros que sellan el caso. Los versculos 1-3 del prlogo ensean queJess es coigual y coeterno con el Padre; los versculos 4-5 se relacionancon la salvacin que l trajo, la cual anunci Juan el Bautista, su primerheraldo (vv. 6-8); los versculos 9-13 describen la reaccin de la razahumana ante l, ya sea rechazo (vv. 10-11) o aceptacin (vv. 12-13); losversculos 14-18 resumen todo el prlogo.

    El prlogo tambin presenta varios trminos clave que aparecen a lolargo de todo el libro; tales incluyen luz (3:19-21; 8:12; 9:5; 12:35-36, 46),oscuridad (3:19; 8:12; 12:35, 46), vida (3:15-16, 36; 4:14, 36; 5:21, 24,26, 39-40; 6:27, 33, 35, 40, 47-48, 51, 53-54, 63, 68; 8:12; 10:10, 28;11:25; 12:25, 50; 14:6; 17:2, 3; 20:31), testimonio (o testificar, 2:25; 3:11;5:31, 36, 39; 7:7; 8:14; 10:25; 12:17; 15:26-27; 18:37), gloria (2:11; 5:41,44, 7:18; 8:50, 54; 11:4, 40; 12:41; 17:5, 22, 24) y mundo (3:16-17, 19;4:42; 6:14, 33, 51; 7:7; 8:12, 23, 26; 9:5, 39; 10:36; 11:27; 12:19, 31, 46-47; 13:1; 14:17, 19, 22, 27, 30-31; 15:18-19; 16:8, 11, 20, 28, 33; 17:5-6,9, 11, 13-16, 18, 21, 23-25; 18:36-37).

    En estos primeros cinco versculos del prlogo del Evangelio de Juanhay tres evidencias de la deidad de Jesucristo, el Verbo encarnado: supreexistencia, su poder creador y su existencia propia.

    LA PREEXISTENCIA DEL VERBOEn el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo eraDios. Este era en el principio con Dios. (1:1-2)

    Arch (principio) puede significar fuente u origen (cp. Col. 1:18; Ap.3:14), o regla, autoridad, gobernante o persona en autoridad (cp.Lucas 12:11; 20:20; Ro. 8:38; 1 Co. 15:24; Ef. 1:21; 3:10; 6:12; Col.1:16; 2:10, 15; Tit. 3:1). Las dos connotaciones son verdaderas para

    COMENTARIO MACARTHUR DEL NUEVO TESTAMENTO: JUAN

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  • Cristo, quien es el creador del universo (v. 3; Col. 1:16; He. 1:2) y sugobernante (Col. 2:10; Ef. 1:20-22; Fil. 2:9-11). Pero arch hace aqureferencia al principio del universo descrito en Gnesis 1:1.

    Jesucristo ya era, ya exista cuando se crearon los cielos y la tierra;por tanto, l no es un ser creado, exista desde toda la eternidad (puestoque el tiempo comenz con la creacin del universo fsico, cualquier cosasucedida antes de la creacin es eterna). Entonces el Logos [Verbo] nocomenz a ser; ms bien, en el punto en el que todo lo dems comenz aser, l ya era. En el principio, donde sea que usted lo ubique, el Verbo yaexista. En otras palabras, el Logos es anterior al tiempo, es eterno.(Marcus Dods, John en W. Robertson Nicoll, ed., The ExpositorsBible Commentary [Reimpresin; Peabody: Hendrickson, 2002], p.1:683. Cursivas en el original). Dicha verdad aporta la prueba definitivade la deidad de Cristo, pues solo Dios es eterno.

    El tiempo imperfecto del verbo eimi (era), con el cual se describe lacontinuidad de una accin en el pasado, refuerza an ms la preexistenciaeterna del Verbo. Indica que l estaba en continua existencia antes delprincipio. Pero es an ms significativo el uso de eimi en lugar deginomai (lleg a ser). El segundo trmino se refiere a cosas queempiezan a existir (cp. 1:3, 10, 12, 14). Si Juan hubiese usado ginomai,habra implicado que el Verbo empez a existir en el principio, junto conel resto de la creacin. Pero eimi enfatiza que el Verbo siempre existi;nunca hubo un punto en el cual l empezara a ser.

    El concepto del Verbo (logos) est cargado de significado para judosy griegos. Para los filsofos griegos el logos era el principio abstracto eimpersonal de la razn y el orden en el universo. En algn sentido era unafuerza creadora, adems de una fuente de sabidura. La persona griegapromedio podra no haber comprendido todos los matices de significadoque los filsofos daban el trmino logos. Con todo, para el hombrecomn y corriente el trmino habra significado uno de los principios msimportantes en el universo.

    Entonces, para los griegos, Juan presentaba a Jess como lapersonificacin y encarnacin del logos. Sin embargo, a diferencia delconcepto griego, Jess no era una fuente, fuerza, principio o emanacinimpersonal. En l se hizo hombre el verdadero logos que era Dios, unconcepto ajeno al pensamiento griego.

    Pero logos no era solo un concepto del griego. La palabra del Seortambin era un asunto importante en el Antiguo Testamento, un asuntoque los judos conocan muy bien. La palabra del Seor era la expresin

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  • del poder y la sabidura divinos. Con su palabra, Dios inici el pactoabrahmico (Gn. 15:1), le dio a Israel los diez mandamientos (x. 24:3-4;Dt. 5:5; cp. x. 34:28; Dt. 9:10), estuvo presente en la construccin deltemplo de Salomn (1 R. 6:11-13), se revel a Samuel (1 S. 3:21),pronunci el juicio sobre la casa de El (1 R. 2:27), aconsej a Elas (1 R.19:9ss.), dirigi a Israel a travs de sus heraldos (cp. 1 S. 15:10ss.; 2 S.7:4ss.; 24:11ss.; 1 R. 16:1-4; 17:2-4, 8ss.; 18:1; 21:17-19; 2 Cr. 11:2-4),fue el agente de la creacin (Sal. 33:6) y le revel las Escrituras a losprofetas (Jer. 1:2; Ez. 1:3; Dn. 9:2; Os. 1:1; Jl. 1:1; Jon. 1:1; Mi. 1:1; Sof.1:1; Hag. 1:1; Zac. 1:1; Mal. 1:1).

    A los lectores judos, Juan les present a Jess como la encarnacindel poder y la revelacin divina. l inici el nuevo pacto (Lc. 22:20; He.9:15; 12:24), instruye a los creyentes (Jn. 10:27), los une en un temploespiritual (1 Co. 3:16-17; 2 Co. 6:16; Ef. 2:21), revel la Divinidad alhombre (Jn. 1:18; 14:7-9), juzga a quienes lo rechazan (Jn. 3:18; 5:22),dirige a la iglesia por medio de quienes ha llamado para hacerlo (Ef. 4:11-12; 1 Ti. 5:17; Tit. 1:5; 1 P. 5:1-3), fue el agente de la creacin (Jn. 1:3;Col. 1:16; He. 1:2) e inspir a los autores humanos del NuevoTestamento (Jn. 14:26) por medio del Espritu Santo que envi (Jn.15:26). Jesucristo, como Verbo encarnado, es la palabra final para lahumanidad: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas manerasen otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros das nosha hablado por el Hijo, a quien constituy heredero de todo, y por quienasimismo hizo el universo (He. 1:1-2).

    Luego Juan llev su argumento un paso ms all. En su eternapreexistencia, el Verbo era con Dios . La traduccin al espaol noconlleva toda la riqueza de la expresin griega (pros ton theon). Tal frasesignifica mucho ms que la existencia del Verbo con Dios; describe a dosseres personales, el uno frente al otro, enfrascados en un discursointeligente (W. Robert Cook, The Theology of John [La teologa deJuan] [Chicago: Moody, 1979], p. 49). Jess, desde toda la eternidad,como la segunda persona de la Trinidad, estaba con el Padre [pros tonpatera] (1 Jn. 1:2) en comunin ntima y profunda. Tal vez pros tontheon se pueda explicar mejor como cara a cara. El Verbo es unapersona, no un atributo de Dios o una emanacin de l. Y tiene la mismaesencia del Padre.

    Aun as, en un acto de condescendencia infinita, Jess dej la gloriadel cielo y el privilegio de la comunin cara a cara con su padre (cp. Jn.17:5). Con toda disposicin se despoj a s mismo, tomando forma de

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  • siervo, hecho semejante a los hombres se humill a s mismo,hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Fil. 2:7-8).Charles Wesley capt parte de esta verdad maravillosa en el conocidohimno Cmo en su sangre pudo haber:

    Cmo en su sangre pudo haber tanta ventura para m,si yo sus penas agrav y de su muerte causa fui?Hay maravilla cual su amor? Morir por m con tal dolor!

    Nada retiene al descender, excepto su amor y su deidad;Todo lo entrega: gloria, prez, corona, trono, majestad.Ver redimidos es su afn los tristes hijos de Adn.Hay maravilla cual su amor? Morir por m con tal dolor!

    La descripcin que Juan hace del Verbo alcanza su pinculo en latercera clusula de su versculo inicial. El Verbo no solo exista desde todala eternidad y tena comunin cara a cara con Dios Padre, tambin elVerbo era Dios . Esa declaracin simple, con tan solo cuatro palabras enespaol y en griego (theos n ho logos), tal vez sea la declaracin msclara y directa sobre la deidad del Seor Jesucristo que se encuentre enlas Escrituras.

    Pero a pesar de su claridad, los grupos herticos han pervertido elsignificado de sus palabras para dar respaldo a sus falsas doctrinas sobrela naturaleza del Seor Jesucristo; esto casi desde el momento en queJuan las escribi. Algunos anotan que theos (Dios) es anrtrico (noprecedido por un artculo definido) y argumentan con ello que es unnombre indefinido, luego traducen mal la frase como el Verbo eradivino (es decir, como si solo poseyera algunas cualidades de Dios) o,an ms aterrador, el Verbo era un dios.

    Sin embargo, la ausencia del artculo antes de theos no lo haceindefinido. Logos (Verbo) tiene el artculo definido para mostrar que es elsujeto de la frase (pues est en minscula como theos). De modo quedecir Dios era el Verbo no es vlido porque el Verbo, no Dios, esel sujeto. Adems, sera teolgicamente incorrecto porque igualara alPadre (Dios, con quien el Verbo estaba en la clusula anterior) con elVerbo, negando as que son dos personas separadas. El atributo nominal(Dios) describe la naturaleza del Verbo, muestra que l tiene la mismaesencia del Padre (cp. H. E. Dana y Julius R. Mantey, A ManualGrammar of the Greek New Testament [Un manual de gramtica del

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  • Nuevo Testamento griego] [Toronto: MacMillan, 1957], pp. 139-140; A.T. Robertson, The Minister and His Greek New Testament [El ministro ysu Nuevo Testamento griego] [Reimpresin; Grand Rapids: Baker, 1978],pp. 67-68).

    De acuerdo con las reglas de la gramtica griega, un atributo nominal(Dios en esta clusula) no se puede considerar indefinido cuando precedea un verbo (luego, no puede traducirse como un dios en lugar de Dios)tan solo porque no tiene el artculo. El trmino Dios es definido y serefiere al Dios verdadero, cosa obvia por varias razones. Primero, theosaparece sin el artculo definido otras cuatro veces en el mismo contexto(vv. 6, 12-13, 18; cp. 3:2, 21; 9:16; Mt. 5:9). Ni siquiera la versin bblicadistorsionada de los Testigos de Jehov traduce el theos anrtrico comoun dios en tales versculos. Segundo, si el significado de Juan fuera queel Verbo es divino, o un dios, hay formas en las que se podra haberescrito la frase para hacerlo claro sin lugar a dudas. Por ejemplo, si l tansolo hubiera querido decir que el Verbo es divino en algn sentido, podrahaber usado el adjetivo theios (cp. 2 P. 1:4). Como Robert L. Reymondanota, debe recordarse que ningn lxico griego normal dice que theostenga divino como uno de sus significados, tampoco se vuelve adjetivoel sustantivo cuando este se despoja de su artculo (Jesus, DivineMessiah [Jess, el Mesas divino] [Phillipsburg: Presb. & Ref., 1990], p.303). O si l hubiera querido decir que el Verbo era un dios, podra haberescrito ho logos n theos. Si Juan hubiese escrito ho theos n ho logos,los dos sustantivos (theos y logos) seran intercambiables, y Dios y elVerbo seran idnticos. Eso habra significado que el Padre es el Verbo, locual, como ya se dijo, negara la Trinidad. Pero como se preguntaretricamente Leon Morris: De qu otra manera [distinta a theos n hologos] podra uno decir en griego que el Verbo era Dios? (ElEvangelio segn Juan [Barcelona: Clie, 2005], p. 77 n. 15 del original eningls).

    Juan, bajo la inspiracin del Espritu Santo, eligi la formulacincorrecta para transmitir con precisin la verdadera naturaleza del Verbo,de Jesucristo. Al escribir theos sin el artculo, Juan no indica, por unlado, identidad de Persona con el Padre; ni, por el otro, alguna forma denaturaleza inferior a la de Dios mismo (H. A. W. Meyer, Critical andExegetical Handbook to the Gospel of John [Manual crtico y exegticoal Evangelio de Juan] [Reimpresin; Winona Lake: Alpha, 1979], p. 48).

    Juan volvi a declarar las verdades profundas del versculo 1 en el

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  • versculo 2, subrayando as su significado. Enfatiz de nuevo la eternidaddel Verbo; l ya era en el principio cuando se cre todo lo dems, yaexista. Como en el versculo 1, el tiempo imperfecto del verbo eimi (era)describe la continua existencia del Verbo antes del principio. Y como loindic Juan en el versculo 1, tal existencia era en comunin ntima conDios Padre.

    La verdad de la deidad de Jesucristo y su completa igualdad con elPadre es un elemento no negociable en la fe cristiana. En 2 Juan 10 elapstol advirti: Si alguien los visita y no lleva esta enseanza [laenseanza bblica sobre Cristo; cp. vv. 7, 9], no lo reciban en casa ni leden la bienvenida (NVI). Los creyentes no deben ayudar a los falsosmaestros herejes de forma alguna; ni siquiera darles comida o alojamientoa quienes blasfemen contra Cristo, pues quien as lo hace participa ensus malas obras (v. 11). Tal comportamiento poco caritativo enapariencia tiene perfecta justificacin con los falsos maestros que nieganla deidad de nuestro Seor y del evangelio, pues estn bajo la maldicinde Dios:

    No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban yquieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros,o un ngel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente delque os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemosdicho, tambin ahora lo repito: Si alguno os predica diferenteevangelio del que habis recibido, sea anatema (G. 1:7-9).

    Jess y Pablo describieron a los falsos maestros como lobos disfrazadospara enfatizar su peligro mortal (Mt. 7:15; Hch. 20:29). No se les debedar la bienvenida en el rebao; deben evitarse y mantenerse alejados.

    La confusin sobre la deidad de Cristo es inexcusable porque laenseanza bblica al respecto es clara e inequvoca. Jesucristo es el Verboeternamente preexistente, quien disfruta vida divina y completa comunincara a cara con el Padre, y es Dios.

    EL PODER CREADOR DEL VERBOTodas las cosas por l fueron hechas, y sin l nada de lo que ha sidohecho, fue hecho. (1:3)

    Una vez ms, Juan expres una verdad profunda en lenguaje claro.

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  • Jesucristo, el Verbo eterno, cre todo lo que ha sido hecho. Juansubray tal verdad al repetirlo negativamente: sin l nada (lit. ni una solacosa) de lo que ha sido hecho, fue hecho.

    Que Jesucristo creara todo (cp. Col. 1:16; He. 1:2) ofrece dos pruebasadicionales de su deidad. Primera, el Creador de todas las cosas debe serincreado, y solo el Dios eterno es increado. El texto griego enfatiza ladistincin entre el Verbo increado y su creacin, pues aqu se usa unverbo diferente al usado en los versculos 1 y 2. Como se seal en elpunto previo, Juan us una forma del verbo eimi (ser), que denota unestado de ser, para describir al Logos en los versculos 1 y 2; aqu, alreferirse a la creacin del universo, us una forma del verbo ginomai (fuehecho). El hecho de que Jess sea el Creador tambin verifica su deidad,pues Dios se retrata as en toda la Biblia (Gn. 1:1; Sal. 102:25; Is. 40:28;42:5; 45:18; Mr. 13:19; Ro. 1:25; Ef. 3:9; Ap. 4:11).

    Cuando Juan enfatiza el papel del Verbo en la creacin del universorefuta la falsa enseanza que luego se desarroll como la peligrosa herejadel gnosticismo. Los gnsticos aceptaban el dualismo filosfico, comn ala filosofa griega, segn el cual el espritu era bueno y la materia mala.Como la materia era mala, argumentaban ellos, Dios, quien es bueno, nohabra podido crear el universo fsico. En su lugar, una serie de seresespirituales emanaban de l hasta que finalmente, una de esasemanaciones descendentes era mala y lo suficientemente necia para crearel universo fsico. Pero Juan rechaz dicha perspectiva hertica y afirmfuertemente que Jesucristo era el agente del Padre en la creacin de todaslas cosas.

    Sin embargo, el mundo presente es radicalmente diferente a la buenacreacin original de Dios (Gn. 1:31). Los resultados catastrficos de lacada no solo afectaron a la raza humana, tambin afectaron a toda lacreacin. Por tanto, como Pablo anot en Romanos 8:19-21, Jessredimir un da todo el mundo material, no solo a los creyentes:

    Porque el anhelo ardiente de la creacin es el aguardar lamanifestacin de los hijos de Dios. Porque la creacin fuesujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causadel que la sujet en esperanza; porque tambin la creacinmisma ser libertada de la esclavitud de corrupcin, a lalibertad gloriosa de los hijos de Dios.

    Cuando se quite la maldicin durante el reinado milenario de Cristo,

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  • El lobo vivir con el cordero,el leopardo se echar con el cabrito,y juntos andarn el ternero y el cachorro de len,y un nio pequeo los guiar.La vaca pastar con la osa,sus cras se echarn juntas,y el len comer paja como el buey.Jugar el nio de pechojunto a la cueva de la cobra,y el recin destetado meter la manoen el nido de la vbora.No harn ningn dao ni estragoen todo [el monte santo del SEOR],porque rebosar la tierracon el conocimiento del SEORcomo rebosa el mar con las aguas (Is. 11:6-9, NVI).

    El lobo y el cordero pacern juntos;el len comer paja como el buey,y la serpiente se alimentar de polvo.En todo mi monte santono habr quien haga dao ni destruya dice el SEOR (Is. 65:25,NVI).

    LA EXISTENCIA PROPIA DEL VERBOEn l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en lastinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.(1:4-5)

    Juan muestra una vez ms en estos dos versculos la economa depalabras inspirada por el Espritu para resumir la encarnacin. Cristo, lapersonificacin de la vida y la luz eterna y gloriosa del cielo, entr en elmundo de los hombres, oscurecido por el pecado, y el mundo reaccionde varias maneras ante l.

    Como se indic anteriormente en este captulo, los temas de la vida yla luz son comunes al Evangelio de Juan. Z (vida) hace referencia a lavida espiritual, a diferencia de bios, que describe la vida fsica (cp. 1 Jn.2:16). Aqu, como en 5:26, se refiere principalmente a que Cristo tiene

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  • vida en s mismo. Los telogos lo suelen llamar aseidad, o existenciapropia y es evidencia clara de la deidad de Cristo, pues solo Dios existepor s mismo.

    Esta verdad sobre la existencia propia de Dios y Cristoque tienenvida en s mismos (aseidad)es fundamental para nuestra fe. De todo locreado puede decirse que llega a ser, pues todo lo creado es cambiante.Es esencial entender que el sero la vidano cambiante, eterno ypermanente es diferente de todo lo que llega a ser. El ser es eterno y lafuente de vida de lo que ha de llegar a ser. Esto es lo que diferencia lascriaturas del Creador, nosotros de Dios.

    Gnesis 1:1 establece esta realidad fundamental con la declaracinEn el principio cre Dios los cielos y la tierra. Porque esta es la verdadms importante de la Biblia, es la ms atacada. Los incrdulos saben quelibrarse de la creacin es librarse del Creador. Y librarse de Dios hace alhombre libre para vivir de la forma que quiera, sin juicio.

    Todo el universo cae en la categora de llegar a ser porque hubo unmomento en el cual no exista. Antes de su existencia, era Dios, el sereterno existente por s mismola fuente de vida, quien es ser puro,vida pura y nunca lleg a ser cosa alguna. Toda la creacin recibe su vidade afuera, de l, pero l deriva su vida de s mismo, no depende de nadapara vivir. Hubo un tiempo en el que el universo no exista. Nunca huboun momento en el cual Dios no existiera. l es auto-existencia, vida: Yosoy el que soy (x. 3:14). Es desde la eternidad y hasta la eternidad.Hechos 17:28 dice correctamente: En l vivimos, y nos movemos, ysomos. No podemos vivir, movernos o ser sin su vida. Pero l siempreha vivido, se ha movido y ha sido.

    Esta es la descripcin ontolgica ms pura de Dios; decir que Jess esla vida es decir la verdad ms pura sobre la naturaleza divina que Jessposee. Y, como en el versculo 3, entonces l es el Creador.

    Aunque Jess el Creador es la fuente de todo y de todos los vivos, lapalabra vida del Evangelio de Juan siempre es una traduccin de z,trmino que Juan usa para la vida espiritual o eterna. Esta la imparte Diospor su gracia soberana (6:37, 39, 44, 65; cp. Ef. 2:8) a todo aquel quecrea en Jesucristo para salvacin (1:12; 3:15-16, 36; 6:40, 47; 20:31; cp.Hch. 16:31; Ro. 10:9-10; 1 Jn. 5:1, 11-13). Y Cristo vino para eso almundo (10:10; cp. 6:33): a impartir vida espiritual a los pecadoresmuertos en sus delitos y pecados (Ef. 2:1).

    Aunque es apropiado hacer algunas distinciones entre la vida y la luz,la declaracin la vida era la luz acaba con la falta de relacin entre las

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  • dos. En realidad, Juan est escribiendo que la vida y la luz no se puedenseparar. Son esencialmente iguales, con la idea de que la luz enfatiza lamanifestacin de la vida divina. La vida era la luz tiene la mismaconstruccin de el Verbo era Dios (v. 1). Como Dios no est separadodel Verbo, sino que son la misma cosa en esencia, as tambin la vida y laluz comparten las mismas propiedades esenciales.

    La luz se combina con la vida en una metfora cuyo propsito esclarificar y contrastar. La vida de Dios es verdadera y santa. La luz es esaverdad y santidad manifiesta contra la oscuridad de las mentiras y elpecado. La luz y la vida tienen el mismo enlace en Juan 8:12, donde Jessafirma: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andar en tinieblas,sino que tendr la luz de la vida. La relacin entre la luz y la vidatambin es clara en el Antiguo Testamento. El Salmo 36:9 dice: Porquecontigo est el manantial de vida; en tu luz veremos luz.

    La luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen deDios (2 Co. 4:4) no es ms que el brillo de la vida manifiesta y radiantede Dios en su Hijo. Pablo dice especficamente: Dios es el queresplandeci en nuestros corazones, para iluminacin del conocimiento dela gloria de Dios en la faz de Jesucristo (v. 6). De modo que la luz es lavida de Dios manifestada en Cristo.

    La luz tiene su propia importancia, adems de su relacin con la vida,como se ve en el contraste entre la luz y la oscuridad, un tema comn enlas Escrituras. En lo intelectual, la luz se refiere a la verdad (Sal. 119:105;Pr. 6:23; 2 Co. 4:4) y la oscuridad a la falsedad (Ro. 2:19); en lo moral, laluz se refiere a la santidad (Ro. 13:12; 2 Co. 6:14; Ef. 5:8; 1 Ts. 5:5) y laoscuridad al pecado (Pr. 4:19; Is. 5:20; Hch. 26:18). El reino de Satanses la potestad de las tinieblas (Col. 1:13; cp. Lc. 22:53; Ef. 6:12), peroJess es la fuente de la vida (11:25; 14:16; cp. Hch. 3:15; 1 Jn. 1:1) y laluz que en las tinieblas resplandece, en las tinieblas del mundo perdido(8:12; 9:5; 12:35-36, 46).

    A pesar de los ataques desesperados y frenticos de Satans a la luz,las tinieblas no prevalecieron contra ella. Katalamban(prevalecieron) puede traducirse mejor como vencer. Aun una velapequea puede expulsar la oscuridad en una habitacin; la luz gloriosa ybrillante de nuestro Seor Jesucristo destruir completamente el reino deoscuridad de Satans. l vino al mundo, las tinieblas van pasando, y laluz verdadera ya alumbra (1 Jn. 2:8).

    Entonces, segn se desprende de este versculo, no es que lastinieblas no entendieran la verdad sobre Jess; al contrario, las fuerzas de

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  • la oscuridad lo conocen muy bien. En Mateo 8:29 algunos demoniosclamaron diciendo: Qu tienes con nosotros, Jess, Hijo de Dios? Hasvenido ac para atormentarnos antes de tiempo?. Jess, en la casa dePedro en Capernam, ech fuera muchos demonios; y no dejaba hablara los demonios, porque le conocan (Mr. 1:34). Lucas 4:41 dice quesalan demonios de muchos, dando voces y diciendo: T eres el Hijo deDios. Pero l los reprenda y no les dejaba hablar, porque saban que lera el Cristo. En Lucas 4:34 un demonio aterrorizado le suplicaba:Djanos; qu tienes con nosotros, Jess nazareno? Has venido paradestruirnos? Yo te conozco quin eres, el Santo de Dios. No era soloque los demonios conocieran la verdad sobre Cristo, adems la crean.Santiago escribi: T crees que Dios es uno; bien haces. Tambin losdemonios creen, y tiemblan (Stg. 2:19).

    Como Satans y sus demonios entienden con claridad total el juicioque les espera, han intentado por todos los medios matar la vida yextinguir la luz a lo largo de toda la historia. Satans intent destruir aIsrael en el Antiguo Testamento, la nacin de la cual vendra el Mesas.Tambin intent destruir la lnea real de la cual descendera el Mesas (2R. 11:1-2). En el Nuevo Testamento, instig el intento intil de Herodespor matar al nio Jess (Mt. 2:16). Al comienzo del ministerio terrenal deJess, Satans intent tentarlo, en vano, para alejarlo de la cruz (Mt. 4:1-11). Despus volvi a intentar la tentacin por medio de sus ms cercanosseguidores (Mt. 16:21-23). Aun el triunfo aparente de Satans en la cruzmarc en realidad su derrota final (Col. 2:15; He. 2:14; cp. 1 Jn. 3:8).

    Del mismo modo, los incrdulos se pierden eternamente no por nohaber conocido la verdad, sino por rechazarla (para mayor explicacin deeste punto vase la exposicin de 1:9-11 en el siguiente captulo):

    Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra todaimpiedad e injusticia de los hombres que detienen coninjusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les esmanifiesto, pues Dios se lo manifest. Porque las cosasinvisibles de l, su eterno poder y deidad, se hacenclaramente visibles desde la creacin del mundo, siendoentendidas por medio de las cosas hechas, de modo que notienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no leglorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que seenvanecieron en sus razonamientos, y su necio corazn fueentenebrecido (Ro. 1:18-21).

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  • Si una persona rechaza la deidad de Cristo, no puede ser salva; lmismo dijo en Juan 8:24: Por eso os dije que moriris en vuestrospecados; porque si no creis que yo soy, en vuestros pecados moriris.Es apropiado, pues, que Juan comience su Evangelio, donde se enfatizatan fuertemente la deidad de Cristo (cp. 8:58; 10:28-30; 20:28) con laafirmacin poderosa de esa verdad esencial.

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  • 2 Respuesta a la Palabra encarnada

    Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Estevino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de quetodos creyesen por l. No era l la luz, sino para que diesetestimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todohombre, vena a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por lfue hecho; pero el mundo no le conoci. A lo suyo vino, y los suyosno le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creenen su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; loscuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni devoluntad de varn, sino de Dios. (1:6-13)

    La vida sin pecado (Jn. 8:46; 2 Co. 5:21), las palabras sin precedentes(Mt. 7:29; Jn. 7:46) y las afirmaciones sorprendentes (Jn. 4:25-26; 8:58)de Jesucristo cautivaron la atencin de las personas y las forzaron areaccionar, cosa que hicieron de diferentes maneras.

    Algunos se sintieron superficialmente atrados por Jess. Msadelante, Juan relata en su Evangelio que unos decan [de Jess]: Esbueno (7:12). Otros iban un paso ms all y decan que l era una granlder religioso, un profeta (Mt. 21:11, 46; Lc. 7:16), posiblemente Juan elBautista Elas Jeremas, o alguno de los profetas (Mt. 16:14). Porcausa de la comida que Jess cre para los galileos, la multitud decidihacerlo rey por la fuerza (Jn. 6:14-15), con la esperanza de que l quitarael yugo de los odiados romanos y continuara con la provisin milagrosade alimento. Pero tal sentimiento material y superficial era fugaz. Lamisma multitud juda veleidosa que se regocij con su entrada triunfal enJerusaln, la que le gritaba Hosanna al Hijo de David! Bendito el queviene en el nombre del Seor! Hosanna en las alturas! (Mt. 21:9), serala que unos das despus gritara Fuera, fuera, crucifcale! (Jn. 19:15).

    Algunos se sentan fuertemente atrados a Jess, pero no estabandispuestos a comprometerse con l. Juan 12:42 nos dice que aun de losgobernantes, muchos creyeron en l; pero a causa de los fariseos no loconfesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. El ejemplo clsico dequien se echa para atrs es el joven rico:

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  • Al salir l para seguir su camino, vino uno corriendo, ehincando la rodilla delante de l, le pregunt: Maestro bueno,qu har para heredar la vida eterna? Jess le dijo: Porqu me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno,Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. Nohurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tupadre y a tu madre. l entonces, respondiendo, le dijo:Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.Entonces Jess, mirndole, le am, y le dijo: Una cosa tefalta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, ytendrs tesoro en el cielo; y ven, sgueme, tomando tu cruz.Pero l, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenamuchas posesiones (Mr. 10:17-22).

    Otros eran abiertamente hostiles hacia Jess. De acuerdo con Juan7:12, algunos afirmaban que engaaba al pueblo. En su juicio ante Pilatolas autoridades judas le acusaron diciendo: A ste hemos hallado quepervierte a la nacin, y que prohbe dar tributo a Csar, diciendo que lmismo es el Cristo, un rey (Lc. 23:2). Aun despus de su muertecontinuaban las acusaciones difamadoras sobre l: Al da siguiente, quees despus de la preparacin, se reunieron los principales sacerdotes y losfariseos ante Pilato, diciendo: Seor, nos acordamos que aquel engaadordijo, viviendo an: Despus de tres das resucitar (Mt. 27:62-63).

    Para otros, Jess era un loco: estaba posedo por un demonio o sufratrastornos. Juan 10:20 lo expresa as: Muchos de ellos decan: Estendemoniado y loco de remate. Para qu hacerle caso? (NVI). Loslderes de los judos preguntaban con sarcasmo No decimos biennosotros, que t eres samaritano, y que tienes demonio? Ahoraconocemos que tienes demonio (Jn. 8:48, 52; cp. 7:20; Mt. 9:34; 10:25).Incluso su propia familia en un punto fue para prenderle; porque decan:Est fuera de s (Mr. 3:21).

    Los escribas y fariseos, incapaces de negar su poder sobrenatural, ypoco dispuestos a atribuirlo a Dios, solo se quedaron con la alternativablasfema de que su poder provena de Satans (Mt. 12:24; Mr. 3:22; Lc.11:15). Al parecer, ellos esparcieron esta mentira condenatoria por todoIsrael, pues el acontecimiento registrado en Mateo y Marcos ocurri enGalilea, y el descrito en Lucas en Judea.

    El tema comn que enlaza todas estas respuestas inadecuadas es laincredulidad; el pecado que finalmente condena a todos los que rechazan

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  • a Jesucristo. Juan 3:18 dice: El que en l cree, no es condenado; pero elque no cree, ya ha sido condenado, porque no ha credo en el nombre delunignito Hijo de Dios. Jess reprendi repetidamente a quienesrehusaban creer en l:

    Ni tenis su palabra morando en vosotros; porque a quien lenvi, vosotros no creis (Jn. 5:38).

    Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibs; si otroviniere en su propio nombre, a se recibiris (Jn. 5:43).

    Mas os he dicho, que aunque me habis visto, no creis (Jn.8:45).

    Y a m, porque digo la verdad, no me creis (Jn. 8:45).

    Jess les respondi: Os lo he dicho, y no creis; las obras queyo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de m;pero vosotros no creis, porque no sois de mis ovejas, comoos he dicho (Jn. 10:25-26).

    Pero, en contraste con la incredulidad de los perdidos, aquellos que elPadre entreg a Jess (Jn. 6:37) creen completamente en susafirmaciones y enseanzas. Ellos recibirn las bendiciones de la salvacin,la vida eterna, el perdn de los pecados y la adopcin como hijos de Dios:

    Para que todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tengavida eterna. Porque de tal manera am Dios al mundo, queha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en lcree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no enviDios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino paraque el mundo sea salvo por l (Jn. 3:15-17).

    El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehsacreer en el Hijo no ver la vida, sino que la ira de Dios estsobre l (Jn. 3:36).

    De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree alque me envi, tiene vida eterna; y no vendr a condenacin,mas ha pasado de muerte a vida (Jn. 5:24).

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  • Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aqulque ve al Hijo, y cree en l, tenga vida eterna; y yo leresucitar en el da postrero (Jn. 6:40).

    De cierto, de cierto os digo: El que cree en m, tiene vidaeterna (Jn. 6:47).

    De ste dan testimonio todos los profetas, que todos los queen l creyeren, recibirn perdn de pecados por su nombre(Hch. 10:43; cp. 13:39).

    Porque no me avergenzo del evangelio, porque es poder deDios para salvacin a todo aquel que cree; al judoprimeramente, y tambin al griego (Ro. 1:16).

    Todo aquel que cree que Jess es el Cristo, es nacido deDios; y todo aquel que ama al que engendr, ama tambin alque ha sido engendrado por l (1 Jn. 5:1).

    Los Evangelios nos hablan de algunos de los que creyeron: Pedro (Mt.16:16), Natanael (Jn. 1:48-50), los discpulos (Mt. 14:33), la mujersamaritana (Jn. 4:28-29) y otros aldeanos (4:42), un hombre ciego a quiensan Jess (Jn. 9:35-38), las mujeres que visitaron la tumba vaca (Mt.28:9) y Toms, el otrora escptico (Jn. 20:28). Hechos 1:14 dice que loshermanos de nuestro Seor creyeron despus de la resurreccin (cp. Jn.7:5).

    Tras haber establecido la deidad de Jesucristo en los primeros cincoversculos del prlogo, Juan ahora pasa a considerar las dos nicasposibles respuestas a dicha realidad: creer o no creer. Antes de describirlas respuestas a esa realidad, Juan describe a quien vino a testificar deJess para que las personas pudieran creer en l.

    JUAN EL BAUTISTA: TESTIMONIO CREBLEHubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Estevino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de quetodos creyesen por l. No era l la luz, sino para que diesetestimonio de la luz. (1:6-8)

    Es llamativo el abrupto cambio de tema del Seor Jesucristo exaltado, el

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  • creador eterno y con existencia propia (vv. 1-5), al simple hombreenviado de Dios. La palabra hubo en realidad es apareci, lo cualindica el giro del Verbo celestial a su heraldo terrenal. Despus dedescribir al Verbo que era Dios, Juan pasa a considerar a aquel queanunci que el Verbo era Dios. Aquel heraldo se llamaba Juan elBautista (el apstol Juan no se nombra en su Evangelio, as que todas lasveces en las cuales aparece el nombre Juan, hace referencia a Juan elBautista [excepto por las cuatro referencias al padre de Pedro; 1:42;21:15-17]) [NT: El nombre del padre de Pedro se traduce en la versinRVR-60 como Jons; en otras versiones, como la NVI su traduccin esJuan].

    La frase enviado de Dios confirma de varias maneras el papel de Juancomo heraldo. Primero, el Bautista tena una comisin divina como aquelque cumplira las profecas del Antiguo Testamento sobre el precursor delMesas. Isaas lo haba predicho (Is. 40:3; cp. Mt. 3:3; Mr. 1:2-3). ElAntiguo Testamento cierra con la profeca de Malaquas sobre un profetasemejante a Elas que vendra antes del da del Seor (Mal. 3:1; 4:5-6);una referencia a Juan, segn le dijo el ngel a Zacaras (Lc. 1:17).Segundo, el Bautista fue enviado nicamente de Dios porque suconcepcin y nacimiento fueron milagrosos, pues sus padres eranancianos y nunca tuvieron hijos (Lc. 1:7, 36). Tercero, el ngel del Seorvino a decirle a Zacaras que Elisabet y l tendran un hijo y ese hijo seraheraldo del Mesas (Lc. 1:8-17). Cuarto, el Espritu Santo llen a Zacaraspara profetizar sobre Juan (Lc. 1:67-69). Quinto, el Bautista fue enviadode Dios en el tiempo sealado para comenzar su ministerio pblico (Lc.1:80).

    Juan fue el primer profeta verdadero que apareci en Israel encuatrocientos aos (Mt. 14:5; 21:26); su predicacin fuerte y deconfrontacin caus sensacin. Marcos 1:5 describe su enorme efectocuando dice que salan a l toda la provincia de Judea, y todos los deJerusaln; y eran bautizados por l en el ro Jordn, confesando suspecados (cp. Mt. 3:5-6). l iba a preparar los corazones de su pueblopara el Mesas; por lo tanto, confrontaba el pecado con osada y llamabaal arrepentimiento: En aquellos das vino Juan el Bautista predicando enel desierto de Judea, y diciendo: Arrepentos, porque el reino de los cielosse ha acercado (Mt. 3:1). Juan incluso reprendi a Herodes por causade Herodas, mujer de Felipe su hermano; pues la haba tomado pormujer. Porque Juan deca a Herodes: No te es lcito tener la mujer de tuhermano (Mr. 6:17-18). Hasta el rey impo reconoci que Juan era

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  • varn justo y santo, y oyndole, se quedaba muy perplejo, pero leescuchaba de buena gana (Mr. 6:20). Sin embargo, Lucas registra queHerodes encarcel a Juan por sealar su pecado y Mateo 14:1-12 relatacuando el rey lo decapit.

    La misin del Bautista era tambin ser heraldo de la llegada delMesas: Predicaba, diciendo: Viene tras m el que es ms poderoso queyo, a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado.Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero l os bautizar conEspritu Santo (Mr. 1:7-8). Los lderes religiosos judos, al igual queHerodes, estaban perplejos con Juan y enviaron una delegacin parainterrogarlo. l dijo que su misin era ser heraldo de la llegada delMesas. El apstol Juan registr su testimonio en 1:19-36 (cp. Mt. 3:1-12;Lc. 7:18-23).

    El ministerio de Juan el Bautista produjo tal conmocin que, auncuando haba dicho de l mismo en relacin con Cristo: Yo a la verdados bautizo en agua; pero viene uno ms poderoso que yo, de quien no soydigno de desatar la correa de su calzado; l os bautizar en Espritu Santoy fuego (Lc. 3:16), creca alrededor de l un grupo de seguidoresdevotos (cp. Jn. 3:25). Tristemente, algunos eran devotos de Juan y nodel Mesas cuya llegada proclamaba. Aos ms tarde el apstol Pabloencontr a algunos de ellos en feso:

    Aconteci que entre tanto que Apolos estaba en Corinto,Pablo, despus de recorrer las regiones superiores, vino afeso, y hallando a ciertos discpulos, les dijo: Recibisteis elEspritu Santo cuando cresteis? Y ellos le dijeron: Nisiquiera hemos odo si hay Espritu Santo. Entonces dijo: Enqu, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismode Juan. Dijo Pablo: Juan bautiz con bautismo dearrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquelque vendra despus de l, esto es, en Jess el Cristo. Cuandooyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Seor Jess(Hch 19:1-5).

    Los grupos leales a Juan el Bautista persistieron hasta el siglo II, por lotanto, todava estaban por ah cuando Juan escribi su Evangelio. Portanto, l enfatizaba la inferioridad de Juan el Bautista comparado conCristo.

    Juan el Bautista fue el hombre ms grande que hubiera vivido hasta su

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  • tiempo, como Jess lo afirm: De cierto os digo: Entre los que nacen demujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el mspequeo en el reino de los cielos, mayor es que l (Mt. 11:11). Fue elms grande porque Dios lo escogi para realizar la tarea ms importantede la historia humana hasta ese punto: ser el precursor del Mesas. l fueel primero en anunciar pblicamente que Jess era el Salvador (Jn. 1:29).A pesar de ello, reconoci: Este es de quien yo deca: El que vienedespus de m, es antes de m; porque era primero que yo (Jn. 1:15).Algunos de sus discpulos, preocupados por su reputacin, le dijeron:Rab, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordn, de quien tdiste testimonio, bautiza, y todos vienen a l. A lo cual Juan respondi:

    No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado delcielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soyel Cristo, sino que soy enviado delante de l. El que tiene laesposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que est a sulado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; aspues, este mi gozo est cumplido. Es necesario que l crezca,pero que yo menge (Jn. 3:26-30).

    William Hendriksen seala el contraste entre Juan el Bautista y Jess:

    Cristo era (n) desde toda la eternidad; Juan vino (egenet).Cristo era el Verbo (ho logos); Juan es tan solo un hombre(anthrpos).Cristo es Dios; Juan fue comisionado por Dios.Cristo es la luz verdadera; Juan vino a testificar sobre la luzverdadera.Cristo es el objeto de la confianza; Juan es el agente a travsde cuyo testimonio los hombres llegaron a confiar en la luzverdadera, en Cristo (New Testament Commentary: TheGospel According to John [Comentario del NuevoTestamento: El Evangelio segn Juan], vol. 1 [Grand Rapids:Baker, 1953], p. 76. Cursivas en el original).

    La misin de Juan no era exaltarse sino ser un testigo del Mesas, dartestimonio de la luz. l es el primero de ocho testigos que aparecen enel Evangelio de Juan; los otros son: el Padre (5:37), las palabras de Jess(8:18), las obras de Jess (5:36; 10:25), las Escrituras del Antiguo

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  • Testamento (5:39), algunas personas que lo conocieron (4:29), losdiscpulos (15:27; 19:35; 21:24) y el Espritu Santo (15:26). Los trminoslegales testimonio (marturia) y dar testimonio (marture) son palabrasrelacionadas con los hechos, no con la opinin, como en un tribunal dejusticia. En el Nuevo Testamento, estos trminos se usan principalmentepor el apstol Juan (aparecen 77 de 113 veces en el Evangelio, epstolas oApocalipsis de Juan).

    A Juan se le llama apropiadamente el Bautista porque Dios lo envia bautizar a los pecadores arrepentidos, en preparacin para la venida delMesas (1:31). Con todo, el propsito de todo lo que haca era ser testigode Jess (1:15, 23, 29, 32, 34, 36; 5:33, 36), a fin de que todoscreyesen por l. Las personas creen en Cristo (1:12; 3:18; 6:29) por eltestimonio de testigos como Juan. Son los agentes para creer, pero Cristoes el objeto en el cual se cree. En aquel entonces, como en todas laspocas, la salvacin era un asunto de fe en Dios y en su palabra (cp. Ro.4:1-16).

    Para contrarrestar cualquier exaltacin falsa de Juan el Bautista, elapstol Juan escribi que l no era la luz, pero vino a dar testimonio dela luz. A primera vista, tal declaracin parece contradecir lasdeclaraciones de Jess segn las cuales Juan el Bautista era antorcha quearda y alumbraba; y [los judos quisieron regocijarse] por un tiempo ensu luz (5:35). Sin embargo, aqu se usan dos palabras griegas. El trminoluz usado en este pasaje para referirse a Cristo es phs, con el cual sehace alusin a la esencia de la luz. No obstante, en 5:35 Juan describi alBautista como luchnos, que alude a una lmpara encendida. Jess es laluz; Juan tan solo la refleja (cp. la discusin del v. 4 en el primer captulode esta obra).

    LOS INCRDULOS: RECHAZO DEL TESTIMONIOAquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, vena a estemundo. En el mundo estaba, y el mundo por l fue hecho; pero elmundo no le conoci. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.(1:9-11)

    El hecho de que Juan el Bautista tuvo que apuntar a la luz verdaderailustra grficamente la ceguera del mundo, porque solo los ciegos nopueden ver la luz. Los incrdulos son ciegos espirituales porque, como lesescribi Pablo a los corintios, el dios de este siglo ceg el entendimiento

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  • de los incrdulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de lagloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Co. 4:4; cp. Is. 61:1-2;Lc. 4:17-18).

    La ceguera del mundo incrdulo es inexcusable, porque Jess era laluz verdadera, la que alumbra a todo hombre, la que vena a estemundo. Alnthinos (verdadera) es otro trmino distintivamente juanino;todos sus veintiocho usos en el Nuevo Testamento, excepto cinco, estnen los escritos de Juan. Se refiere a lo que es real y genuino; de acuerdocon el Greek Lexicon [Lxico griego] de Thayer, alnthinos describeaquello que no solo tiene el nombre y la semblanza, sino que sunaturaleza real corresponde con su nombre. El pueblo de Dios habavisto reflejos de luz de su gloria, pero en Jess se revel todo elresplandor de su gloria (He. 1:3).

    Jess alumbra a todo hombre por medio de su venida a estemundo (cp. Is. 49:6). Hay varias explicaciones posibles para esa verdad:cada una se ensea en el Nuevo Testamento. Podra significar que elVerbo encarnado no es otro que la revelacin ms completa del Dios queya se haba revelado a todo alma humana, una verdad que Pablo expresa los romanos:

    Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra todaimpiedad e injusticia de los hombres que detienen coninjusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les esmanifiesto, pues Dios se lo manifest. Porque las cosasinvisibles de l, su eterno poder y deidad, se hacenclaramente visibles desde la creacin del mundo, siendoentendidas por medio de las cosas hechas, de modo que notienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no leglorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que seenvanecieron en sus razonamientos, y su necio corazn fueentenebrecido (Ro. 1:18-21; cp. Ef. 4:18).

    La frase tambin podra significar que Jess es la manifestacin deDios en la forma ms gloriosa para todo hombre que haya visto, odo oledo su historia. Algunos estrecharan la idea para restringir todo hombresolo a aquellos que lo recibieron. La primera interpretacin parece sermejor en el contexto, pues se refiere a aquellos en el mundo que no lorecibieron, adems de los que s lo hicieron. Aun quienes nunca sehicieron hijos de Dios son responsables por el conocimiento de Dios y su

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  • luz revelada en Cristo. Aunque todos los hombre estn ciegos y muertosespiritualmente (Ef. 2:1-3), son responsables del conocimiento de Diosrevelado en la creacin y la conciencia (Ro. 2:14-15).

    La realidad trgica es que los pecadores