Isabel Franc en Puzzles sin guión

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Isabel Franc, una pluma cómica y guerrera Ese humor irónico, negro. Con un toque de cinismo a veces. El justo. No más del necesario. Sin techo propio, sin hogar, sin trabajo, sin dinero. 400€ para todo el mes, de los cuales 150€ iban para el piso. ¿Quién da más? Pues sí, yo: ¡y opositando! En ésas andaba cuando la descubrí. A falta de poder caminar, deambulaba. En lugar de comer, mordisqueaba la comida como para entretenerme. Dormir era un reto difícil y estresante, así que daba cabezadas. No era persona, ni siquiera lo parecía. Las pocas energías que me quedaban, las empleaba en estudiar. Al menos lo intentaba. No, obviamente, aquel año no aprobé las oposiciones. Eran tiempos difíciles. Había estado trabajando un año en Barcelona. Mi vida profesional estaba en auge y mi vida social, activa. Pero… ¿para qué hacer las cosas difíciles si las podemos hacer complicadas? Algo así fue. Decidí, de la noche a la mañana, dar un giro a mi sino, volver a Canarias con lo puesto - tras siete años fuera -, y comenzar todo de nuevo. ¡Ah, y hacerme profe! Aquí debería añadir que, en el plano emocional, estaba pasando por el peor momento de mi vida. Acababa de perder a un ser muy querido y muy cercano de la noche a la mañana. A

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Isabel Franc, una pluma cómica y guerrera

Ese humor irónico, negro. Con un toque de cinismo a veces. El justo. No más del necesario.

Sin techo propio, sin hogar, sin trabajo, sin dinero. 400€ para todo el mes, de los cuales 150€ iban para el piso. ¿Quién da más? Pues sí, yo: ¡y opositando!

En ésas andaba cuando la descubrí. A falta de poder caminar, deambulaba. En lugar de comer, mordisqueaba la comida como para entretenerme. Dormir era un reto difícil y estresante, así que daba cabezadas. No era persona, ni siquiera lo parecía. Las pocas energías que me quedaban, las empleaba en estudiar. Al menos lo intentaba.

No, obviamente, aquel año no aprobé las oposiciones. Eran tiempos difíciles. Había estado trabajando un año en Barcelona. Mi vida profesional estaba en auge y mi vida social, activa. Pero… ¿para qué hacer las cosas difíciles si las podemos hacer complicadas? Algo así fue. Decidí, de la noche a la mañana, dar un giro a mi sino, volver a Canarias con lo puesto - tras siete años fuera -, y comenzar todo de nuevo. ¡Ah, y hacerme profe!

Aquí debería añadir que, en el plano emocional, estaba pasando por el peor momento de mi vida. Acababa de perder a un ser muy querido y muy cercano de la noche a la mañana. A la par - por aquello de hacerme la vida menos difícil y más complicada-, había decidido poner fin a la única relación por la que lo he dejado todo en mi vida: casa, amigos, patria y bandera.

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En esos periplos vagaba cuando cayó, por primera vez, un libro suyo en mis manos. Con Pedegree, se titulaba. Luego llegó el segundo, Plumas de doble filo. Y el tercero, Mansión de las Tríbadas. Y ya no pude parar.

Mis tardes se llenaron de risas. Las noches en vela ya no dolían tanto. Su pluma cómica era una bocanada de aire fresco para mi espíritu y su humor ejercía de calmante para mis venas de entonces, que estaban en plena ebullición.

¿Cómo no encariñarte con alguien que te ha aportado tanto? Me convertí en una fiel seguidora suya. Y, créanme, Isabel Franc no ha dejado de sorprenderme.

El siguiente libro suyo que devoré fue Lola Van Guardia dice ‘No me llames cariño’. Y después descubrí, por fin, su primer libro, el que recomiendo siempre, con el que ganó el Premio Sonrisa Vertical en el año 1992: Entre todas las mujeres. ¡Madre del amor hermoso, qué libro! Cuando terminé con él, lo primero que pensé fue: “¡Pedazo de paja mental, Isabel, qué bueno!”. Jajaja. Ahí dejo la recomendación.

Las razones de Jo es otra novela suya que engancha por lo entrañable y transgresora. Isabel Franc se atreve a tomar prestada la voz de Jo, personaje de la novela Mujercitas, y a narrar las razones que la llevaron al altar de la mano de Friedrich Baher, un profesor alemán, aburrido y entrado en años. Esta novela de Isabel tuvo críticas y vivió de alguna manera la controversia. Pese a todo, tuvo el éxito esperado. A mí, personalmente, me resultó profundamente conmovedora y de una fuerza rotunda y categórica.

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Cuentos y Fábulas de Lola Van Guardia le valió a Isabel para atacar los estereotipos de una sociedad machista y homófoba que reprime a sus ciudadanas privándolas de su libertad. Tras esta novela, la vida dio un jaque a la reina de la pluma de doble filo. Un cáncer de mama la obligó a detenerse y a dedicarse al 100% a una batalla de la que salió vencedora. Franc retoma sus plumas - esta vez de la mano de Susanna Martín como coautora ilustradora-, y nos sorprende con el insuperable cómic de Alicia en un mundo real. La protagonista – periodista como Isabel- atraviesa un cáncer de mama y nos cuenta en primera persona las peripecias y vicisitudes en las que se ve inmersa toda mujer que atreviese una situación semejante en la sociedad actual.

Este año intenté que Isabel Franc se acercara a Tenerife a presentar el cómic. Lo tenía todo organizado: asociación LGTB para el pago del pasaje y tasas, la librería en la que tendría lugar la presentación, la prensa que cubriría el evento… Al final, su apretada agenda lo hizo imposible, y eso que lo intentamos cuadrar.

En julio, el destino le mete otra zancadilla y en agosto entra nuevamente en quirófano. Sí, desde luego que sí: el mundo está muy mal repartido. Me quedé en shock cuando leí la noticia de puño y letra de Isabel, a pesar de que ya algo me temía. La primera reacción fue la parálisis; la segunda, la rabia; la tercera, la impotencia. Luego me tranquilicé, porque, efectivamente, Isabel es una mujer fuerte que no se deja abatir tan fácilmente. Ha vuelto a la carga, según nos cuenta. Espero que eso signifique que ha retomado de nuevo su pluma, cómica y guerrera como siempre, y que algún bollo fresquito se esté cociendo en el horno para en breve publicar.

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En fin, ¡qué contar! Una mujer divertida y pícara donde las haya y poseedora del bien más preciado hoy en día: el humor. Pionera en el uso del femenino como genérico. Luchadora y guerrera. Siempre a la vanguardia de todo cuanto acontece en el mundo de las mujeres a través de su blog, Una cómica de la pluma. Alguien para quien la vida ya es en sí lo suficientemente trágica como para, encima, tomársela en serio.

Llegadas hasta aquí y para concluir, sólo me queda preguntarme: ¿Nos regalará el destino (o la misma Isabel Franc) a cuantas Canarias la seguimos y admiramos su presencia por estas tierras? Tal vez se dé una vuelta primero por este blog y nos conteste ella misma. Si no, yo se lo pido a las diosas. ¡A ver si cuela!

P.D.: Les remito a la entrevista que Isabel Franc y Susanna Martín nos concedieron para la revista MíraLes. ¡Yo en el lugar de ustedes no me la perdería!

 Morgana dijo...Perdí mi "No me llames cariño" en uno de tantos viajes y aún me da rabia haberlo extraviado... A falta de Cuentos y Fábulas se lo he leído todo. Claro que sí, Isabel debe saber que estas islas recomponen a la más pintada. 

Y si pasa por aquí...un fuerte abrazo!

Y otro para ti, Kika!

28 de septiembre de 2011 20:13

 guada dijo...yo he perdido "no me llames cariño" por prestárselo a una ex, y nunca mais, me da rabia, menos mal que antes de que me dejara me llevé el de "entre todas las mujeres" que es genial, me dejo en shock, y la trilogia la guardo como oro en paño, es una de las escritoras más fascinantes y transgresoras que más me han fascinado de toda la literatura bollo y erótica, me ha encantado tu post, gracias por escribirlo he disfrutado mucholo de Alicia no lo he leído pero ya tengo mi autoregalo para mi cumple que se acercabesos

28 de septiembre de 2011 23:13

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 Isabel Franc dijo...Mil gracias y muchas ganas de visitar la comunidad Canaria. Y un consejo, en lugar de prestar un libro, mejor regaláis otro ejemplar, no perderéis el vuestro y además las autoras y, sobre todo, las editoras, os lo agradecerán .Besos

29 de septiembre de 2011 07:06

 guada dijo...jajaja Isabel, eso si es publicidad subliminal, lo recordaré la próxima vez que tenga novia, o en vez de regalarle nada se lo recomendaré y que se lo compre ellaa ver si visitas Canarias que si vas iré yo en plan turísticobesos

29 de septiembre de 2011 08:43

 chris dijo...Qué falta hacen mujeres ejemplares como Isabel. 

Habéis oído su discurso inaugural de las jornadas feministas de Granada? Es tronchante!!!

No he tenido la oportunidad de leer nada de ella pero me voy a animar con alguno de los libros que comentáis.

1 de octubre de 2011 15:21

 cereza dijo...Ya estoy volviendo a la lectura y esta tarde me arranco a la biblioteca del poblado, que recuerdo que tenian allí la colección de la sonrisa vertical, y a ver que cara me pone la bibliotecaria esta vez, jijijiji.Ya he leido que a ella le gustaría más que los comprara, pero si me gusta este, lo haré.