Ira y depresion

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Definición, características, estructuras cerebrales y hormonas vinculas.

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Definición, características,

estructuras cerebrales y

hormonas vinculas.

• Reacción de irritación, furia o cólera causada por la

indignación y el enojo de sentir vulnerados nuestros

derechos.

• Izard describe la ira como una respuesta emocional

primaria, que se presenta cuando un organismo se ve

bloqueado en la consecución de una meta o en la

satisfacción de una necesidad.

• Se la ha considerado como una emoción moral: se produce ante situaciones de rotura de compromisos, promesas, expectativas, reglas de conducta y todo lo relacionado con la libertad personal.

• Es un sentimiento displacentero que genera un impulso apremiante por eliminar o dañar al agente causante.

• Posee un importante componente motivacional. Es junto con el miedo las dos emociones más intensas y pasionales, y potencialmente la más peligrosa ya que su propósito funcional es el destruir las barreras del entorno. En situaciones extremas puede llegar a generar reacciones de odio y violencia, tanto verbal como física.

• La ira depende de las siguientes estructuras

cerebrales:

• Del Sistema Límbico (hipotálamo, hipófisis y amígdala),

en concreto de la amígdala, es decir de las estructuras

cerebrales filo- y ontogenéticamente más primitivas,

encargadas de las reacciones directamente relacionadas

con la supervivencia (reacciones de lucha y huida) y de

otras emociones como el miedo.

• En general, se produce una activación del Sistema Nervioso Simpático, en detrimento del Sistema Nervioso Parasimpático, esto da lugar a un desequilibrio en el sistema neuroquímico y en el eje “Hipotálamo-Hipofiso-Gonadal” (activación de "las glándulas suprarrenales"), dando lugar a su vez a la producción de, entre otras hormonas, el "CORTISOL", también llamada "hormona del Estrés", lo cual hace que aumente el nivel de glucosa en sangre y se potencie así la actividad muscular. El estrés es el causante de ciertas patologías relacionadas con la hipertensión arterial, la taquicardia, dificultades del sueño, sudoración, ansiedad, depresión, debilitación del sistema inmunológico y por supuesto ataques de agresividad

• Con la activación simpática, se libera “adrenalina”(encargada de activar el sistema de alerta o sistema límbico; sistema generador de emociones como la ira, dolor, angustia, asco, miedo…), y esto ocasiona la pérdida del pensamiento consciente (corteza cerebral; que es el responsable del desarrollo de pensamientos morales y sociales de autocontrol emocional). La hipófisis es la glándula (conectada al sistema límbico) generadora de hormonas que a su vez activan la producción de adrenalina .

• El Cortisol y la adrenalina inunda el torrente sanguíneo, el estrés está servido.

• Si el estrés es crónico, se liberará también “Noradrenalina”que se comunica directamente con la amígdala, este desequilibrio neuroquímico generará emociones como angustia, tristeza, odio, hiperactividad, impulsividad, agresividad, etc.

• Otra hormona fundamental en la génesis y desarrollo de la IRA es la “Testosterona”, hormona ligada a la agresividad y la violencia humana, las conductas antisociales, la impulsividad y el suicidio, pero también con las conductas de competitividad y el aumento de la lívido.

• Por otra parte, la testosterona disminuye la presencia en el cerebro de “Serotonina”, neurotransmisor vinculado a emociones placenteras tales como la paz, tranquilidad, felicidad, y equilibrio emocional, sin embargo, un aumento elevado de serotonina provoca lo que se conoce como “calma marina” y disminuye el apetito sexual. Es clave para el control de la animalidad humana y por lo tanto con el control de la IRA, dolor e impulsividad.

• El déficit de serotonina está relacionado con la falta de ciertos aminoácidos (triptófano) a causa de una dieta pobre en ciertos alimentos. Los alimentos que aumentan los niveles de Serotonina son: el chocolate (que aumenta ciertas endorfinas), el pollo, las harinas, el arroz.

• La Testosterona está también vinculada con la “Vasopresina", cuyo aumento origina

que el tiempo que transcurre entre la presencia de un estímulo amenazante y la

reacción de ataque disminuye, evitando que la señal de alarma llegue al córtex frontal

(corteza cerebral) y el sujeto no piense antes de actuar, convirtiéndose sus

comportamientos en violentos o delictivos. La corteza cerebral es el área cerebral

más evolucionada, en la cual reside la moralidad, la conciencia y la ética, es decir,

todos los procesos cognitivos superiores responsables del afrontamiento a largo plazo

de los problemas vinculados con la predicción y elaboración mental.

• De modo que NIVELES ALTOS DE TESTOSTERONA combinados con NIVELES

BAJOS DE SEROTONINA aumentan los índices de agresividad, violencia,

impulsividad y presencia de IRA.

• Los niveles bajos de colesterol en sangre también están directamente relacionados

con la impulsividad. Niveles bajos de colesterol motivan descensos en los niveles de

Serotonina.

• En resumen, la serotonina actúa como un calmante emocional; la dopamina excita

emocional y sexualmente y activa la conciencia, la fantasía y la creatividad; la

acetilcolina hace posible que tengamos memoria y conocimientos intelectuales,

agudiza las percepciones y pensamientos; la noradrenalina hace estar despierto y

permanecer alertos, pero también está presente en las reacciones agresivas; el

GABA actúa como relajante.

• Es un trastorno del estado de ánimo, que se traduce en

un estado de decaimiento y claudicación psicológica y

biológica del paciente importante y continuado, y se

manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo

aparecer desinterés, tristeza, desmoralización,

disminución de la autoestima...) y somáticos (pudiéndose

presentar en forma de pérdida del apetito, disminución

del peso corporal, astenia, alteraciones del sueño con

periodos de insomnio y de somnolencia, etcétera).

• La persona depresiva pierde el interés en casi todas las actividades usuales, y en las que antes le ocasionaban placer.

• Prefiere estar triste, desesperanzada, desanimada. A menudo recurre a expresiones como: "me siento dentro de un hoyo", "creo que toqué fondo".

• Hay trastornos del apetito, generalmente por disminución del mismo, junto con una pérdida significativa del peso. Otras personas muestran un aumento del apetito o de la ingestión de alimentos -aunque no haya apetito- y también del peso.

• En el caso de los niños, tienden a dejar de comer, estancándose en su proceso de crecimiento.

• Son comunes los trastornos del sueño: dificultades para quedarse dormido, sueño interrumpido, demasiado sueño (hipersomnia).

• El aspecto psicomotor sufre alteraciones: la persona puede sufrir episodios de agitación, incapacidad para permanecer tranquila, estallidos de queja o de gritos.

• En el otro extremo, hay lentificación psicomotora, que se traduce en un hablar muy pausado y en movimientos corporales lentos. Y en los niños se observa una importante disminución de la actividad.

• Casi invariablemente decae la energía. La persona experimenta una fatiga constante, hasta la tarea más pequeña puede parecer una tarea difícil o imposible de lograr.

• A esto se agrega un sentimiento de minusvalía. El individuo cree que todo lo ha hecho mal; y recuerda sus errores, magnificándolos. Se reprocha, incluso, detalles mínimos, y busca en el ambiente cualquier signo que refuerce la idea de que él no vale nada.

• Los científicos británicos han revelado que las personas que padecen depresión clínica, experimentan una reducción del tamaño en diversas zonas de su cerebro: el Lóbulo Frontal que se ocupa de la toma de decisiones, juicios y emociones; los Ganglios basales, encargados del movimiento; y el Hipocampo, cuya función es la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Según el Dr. Matthew Kempton del Institute of Psychiatry of London dice en relación al estudio: “Hemos observado que esos cambios aparecen en el área del hipocampo en las personas que sufren depresión, esta zona recobra su volumen normal y los cambios desaparecen cuando se vence la depresión, entonces todo vuelve a la normalidad”

• Esta modificación de la estructura del cerebro permite a los médicos realizar un mejor diagnóstico de la depresión gracias a la imagen de resonancia magnética.

• Los investigadores y los médicos inicialmente se centraron en la hipótesis de que una concentración baja de neurotransmisores y, por tanto, un déficit en la neurotransmisión produce depresión. Los neurotransmisores más estudiados han sido la noradrenalina, la serotonina y la dopamina, basándose en que el efecto de muchos fármacos antidepresivos pasa por una modificación en estos neurotransmisores o sus receptores. Los esfuerzos realizados para identificar anomalías bioquímicas consistentes en los pacientes con trastornos del estado de ánimo sólo han tenido un éxito parcial. Entre estos esfuerzos están la determinación en diferentes fluidos corporales (sangre, orina, líquido cefalorraquídeo) de los estos neurotransmisores y sus metabolitos (compuestos producidos tras el paso de estas sustancias por puntos del organismo -el hígado- donde se transforman).