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Nuestra Tierra Otoño 2005 página 2 Editorial La investigación en las cien- cias de La Tierra ha ido evolu- cionando de acuerdo al desarro- llo tecnológico. En sus inicios, los estudiosos debían ir al cam- po a colectar información, fuera ésta sobre rocas, fósiles o bien de organismos vivos, con el fin de establecer su com- posición, relación con otras rocas, la sistemática, el hábitat, etc. Llegaban a ser campañas que duraban meses o años, como el caso de Charles Darwin (1809- 1882), quien se embarcó en el Beagle en una expedi- ción de investigación que duró de 1831 a 1836. En Sonora es conocido el trabajo de R.E. King, quien hacía campaña de campo a lomo de bestia durante varios meses. Publicó uno de sus trabajos en 1939: “Reconocimiento geológico del norte de la Sierra Madre Occidental de México”. Una vez colectada la información, se regresaba a la oficina a organizar datos, muestras, se hacían algunos análisis o estudios de más detalle y se publicaba un reporte. Actual- mente, la tecnología nos permite desarrollar nuestras actividades de campo de manera menos ardua, utili- zando vehículos todo terreno, receptores GPS, teléfo- nos celulares. También ahora hay más caminos dispo- nibles. Pero además de estos equipos de todos cono- cidos, existen aparatos, por ejemplo, de análisis quími- cos, que pueden determinar concentraciones suma- mente pequeñas (partes por trillón) de elementos muy poco abundantes en la naturaleza. Y con esta informa- ción se pueden hacer inferencias sobre el origen de la roca que antes no podían imaginarse. Existen equipos que miden diversas propiedades de las rocas, como la velocidad de transmisión de ondas sísmicas (sismó- grafos), la densidad de las rocas (gravímetros), pro- piedades magnéticas (magnetómetros y otros) y eléctricas (potencial natural o inducido). Con estos equipos se puede obtener información del interior del planeta para reconstruir su estructura. Se puede ir a la Luna y también a los fondos oceánicos. En este número Thierry Calmus nos presenta un artículo sobre su experiencia en una expedición de, por así decirlo, unas cuantas horas, en el fondo del océano. Esas cuantas horas de inmersión son la culmi- nación de un trabajo previo de preparación y se tradu- cen después en muchos días de análisis e interpreta- ción en la oficina. Las inmersiones se han llevado a cabo por varios años en el fondo oceánico de la mar- gen del Pacífico en México para determinar la natura- leza del contacto entre las placas oceánica y continen- tal. Su importancia radica en conocer el comporta- miento de estas dos placas tectónicas en cuyo contacto se generan sismos, algunos apenas perceptibles, pero otros demoledores. García y Peñaflor nos exponen de manera sencilla cómo y en dónde se forman los diamantes, esto es, su geología; además algunos aspectos de su producción y comercialización. Y Noemí Bañuelos nos hace una semblanza de un grupo indígena de Sonora, poco mencionado en los medios: los Guarijío/Makurawe. Nos muestra de manera muy amena cómo este grupo ha buscado mantener un equilibrio entre cultura y natura. Parece que nos quieren decir: Nacemos de La Tierra y nos debemos a La Tierra. Esta Tierra en la que vivimos y que, en los últimos meses tanto nos ha afec- tado con su actividad: terremotos, tsunamis, huraca- nes, tormentas tropicales, deslizamientos de tierra, volcanes. En algunos casos, como sociedad, no hemos entendido lo que la naturaleza es y cómo nos afecta. César Jacques Ayala Editor Contenido Editorial .......................................................................... 2 Un día de trabajo a fondo (Thierry Calmus) .............. 3 El diamante (Parte II) (Juan Carlos García y Pablo Peñaflor) ...................................................................... 6 Los que danzan a la tierra - los Guarijío / Makurawe (Noemí Bañuelos) ......................................................... 11 La guásima (José Jesús Sánchez) ................................. 15 Portada. Gusanos tubulares, que se encuentran en el fondo del océano, a miles de metros de profunidad. Se han encon- trado cerca de fumarolas en las crestas oceánicas, de las que el agua emana a temperaturas que alcanzan varios cientos de grados celsius. Se agradece al Woods Hole Oceanographic Institution (http://www.whoi.edu/oceanus) la autorización para utilizar esta imagen.

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EditorialLa investigación en las cien-

cias de La Tierra ha ido evolu-cionando de acuerdo al desarro-llo tecnológico. En sus inicios,los estudiosos debían ir al cam-po a colectar información, fueraésta sobre rocas, fósiles o bien

de organismos vivos, con el fin de establecer su com-posición, relación con otras rocas, la sistemática, elhábitat, etc. Llegaban a ser campañas que durabanmeses o años, como el caso de Charles Darwin (1809-1882), quien se embarcó en el Beagle en una expedi-ción de investigación que duró de 1831 a 1836. EnSonora es conocido el trabajo de R.E. King, quienhacía campaña de campo a lomo de bestia durantevarios meses. Publicó uno de sus trabajos en 1939:“Reconocimiento geológico del norte de la SierraMadre Occidental de México”. Una vez colectada lainformación, se regresaba a la oficina a organizardatos, muestras, se hacían algunos análisis o estudiosde más detalle y se publicaba un reporte. Actual-mente, la tecnología nos permite desarrollar nuestrasactividades de campo de manera menos ardua, utili-zando vehículos todo terreno, receptores GPS, teléfo-nos celulares. También ahora hay más caminos dispo-nibles. Pero además de estos equipos de todos cono-cidos, existen aparatos, por ejemplo, de análisis quími-cos, que pueden determinar concentraciones suma-mente pequeñas (partes por trillón) de elementos muypoco abundantes en la naturaleza. Y con esta informa-ción se pueden hacer inferencias sobre el origen de laroca que antes no podían imaginarse. Existen equiposque miden diversas propiedades de las rocas, como lavelocidad de transmisión de ondas sísmicas (sismó-grafos), la densidad de las rocas (gravímetros), pro-piedades magnéticas (magnetómetros y otros) yeléctricas (potencial natural o inducido). Con estosequipos se puede obtener información del interior delplaneta para reconstruir su estructura. Se puede ir a laLuna y también a los fondos oceánicos.

En este número Thierry Calmus nos presenta unartículo sobre su experiencia en una expedición de,por así decirlo, unas cuantas horas, en el fondo delocéano. Esas cuantas horas de inmersión son la culmi-nación de un trabajo previo de preparación y se tradu-cen después en muchos días de análisis e interpreta-ción en la oficina. Las inmersiones se han llevado a

cabo por varios años en el fondo oceánico de la mar-gen del Pacífico en México para determinar la natura-leza del contacto entre las placas oceánica y continen-tal. Su importancia radica en conocer el comporta-miento de estas dos placas tectónicas en cuyo contactose generan sismos, algunos apenas perceptibles, perootros demoledores.

García y Peñaflor nos exponen de manera sencillacómo y en dónde se forman los diamantes, esto es, sugeología; además algunos aspectos de su producción ycomercialización. Y Noemí Bañuelos nos hace unasemblanza de un grupo indígena de Sonora, pocomencionado en los medios: los Guarijío/Makurawe.Nos muestra de manera muy amena cómo este grupoha buscado mantener un equilibrio entre cultura ynatura. Parece que nos quieren decir: Nacemos de LaTierra y nos debemos a La Tierra. Esta Tierra en la quevivimos y que, en los últimos meses tanto nos ha afec-tado con su actividad: terremotos, tsunamis, huraca-nes, tormentas tropicales, deslizamientos de tierra,volcanes. En algunos casos, como sociedad, no hemosentendido lo que la naturaleza es y cómo nos afecta.

César Jacques AyalaEditor

ContenidoEditorial .......................................................................... 2Un día de trabajo a fondo (Thierry Calmus) .............. 3El diamante (Parte II) (Juan Carlos García y Pablo

Peñaflor) ...................................................................... 6Los que danzan a la tierra - los Guarijío / Makurawe

(Noemí Bañuelos) ......................................................... 11La guásima (José Jesús Sánchez) ................................. 15

Portada. Gusanos tubulares, que se encuentran en el fondodel océano, a miles de metros de profunidad. Se han encon-trado cerca de fumarolas en las crestas oceánicas, de lasque el agua emana a temperaturas que alcanzan varioscientos de grados celsius. Se agradece al Woods HoleOceanographic Institution (http://www.whoi.edu/oceanus)la autorización para utilizar esta imagen.

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DirectorioUNAM

Dr. Juan Ramón de la FuenteRector

Lic. Enrique del Val BlancoSecretario General

Mtro. Daniel Barrera PérezSecretario Administrativo

Dr. René Drucker ColínCoordinador de la Investigación Científica

Dr. Gustavo Tolson JonesDirector del Instituto de Geología

Dr. Héctor Arita WatanabeDirector del Instituto de Ecología

Dr. Thierry CalmusJefe de la Estación Regional del Noroeste

NUESTRA TIERRA

Dr. César Jacques AyalaEditor

Dra. Ma. Cristina PeñalbaDr. Martín Valencia Moreno

Editores Asociados

Dr. Hannes LöserEditor Técnico y Diseño

Nuestra Tierra es una publicación de la EstaciónRegional del Noroeste, institutos de Geología yEcología, que aparece semestralmente en primaveray otoño de cada año.

Estación Regional del NoroesteBlvd. L. D. Colosio s/n y Madrid

Campus UniSon83000 Hermosillo, Sonora, México

Tel. (662) 217-5019, Fax (662) [email protected]

http://www.geologia-son.unam.mx/nt.htm

ISSN 1665-945XImpresión: 500 ejemplaresPrecio: $ 15.00

En caso de utilizar algún contenido de esta publicación,por favor citar la fuente de origen. El contenido de lostrabajos queda bajo la responsabilidad de los autores.

Geología marina

Un día de trabajo a fondoEl día anterior me recomendaron no tomar té des-

pués de la cena y por supuesto nada de café con eldesayuno al otro día. Con esa sola recomendación taninsignificante mi presión sicológica empezó a subir,como un presagio de lo que pasaría al día siguiente alexterior del submarino. Al despertar me di cuenta deque estaba más preocupado por el estado de mi vejigaque por las muestras de rocas que me tocaba recogerese día a 4900 m de profundidad. Por ello seguí el avisoal pie de la letra con el riesgo de tener sed. Después deun desayuno ligero, me fui a la cubierta como todos losdías para ver el mar y saludar al submarino, ritualinamovible durante los 27 días del crucero. Pero hoyme tocaba. Me tocaba ponerme el traje amarillo, entraren el submarino y bajar al fondo de la fosa de AméricaCentral, en donde se generan la mayor parte de losterremotos de la región. Los colegas me miraban, unoscon envidia, otros por costumbre, pero todos respe-tando el ritual. El mar estaba tranquilo, plateado, y elbarco avanzaba a velocidad reducida para llegar alpunto de inmersión. El submarino estaba todavía en lasmanos de los técnicos haciendo el último control (pre-sión del aceite, brazos mecánicos, lastre, baterías).

Una última visita al baño antes de subir a la cubiertasuperior que da acceso al submarino. Adentro ya esta-ba el copiloto, sentado en la parte central. Me quité loszapatos, puse el traje de rigor y entregué al copiloto unbulto con un suéter grueso, calcetines y un gorro delana para aguantar el frío que nos iba a tocar un par dehoras más tarde. Pero, en ese momento el calor erainsoportable. A 100 millas de Manzanillo, sin aire y conmucha humedad. Un último saludo a los compañeros yentré en el submarino. Más bien entré en una esfera detitanio de apenas dos metros de diámetro, la parte másreducida de la nave que mide 8 metros de largo y pesa18 toneladas. Dos metros de diámetro para el copiloto,el observador y el piloto quien estaba todavía sentadoafuera, cerca del pequeño círculo abierto de la escotilla.Me senté sobre la litera, observando la cantidad deaparatos de registro y de control que me rodeaban,cuidando no tocar ningún cable, ningún botón quepudiera cancelar accidentalmente un día tan especial.El copiloto probaba las cámaras, cuando la plataformacargando el submarino empezó a moverse rumbo a

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la popa. Cuando llegó abajo del pórtico de la grúa, elpiloto entró y cerró la escotilla. La luz entraba por lostres ojos de buey, e inmediatamente me acosté, lanariz pegada a mi ventanilla para no perder nada dela maniobra. El submarino se movió, se meció hastaque la grúa lo dejó flotando atrás de la nave. Con eloleaje, me tocaba ver alternativamente el cielo y elagua, y recordaba mis primeras aventuras submarinascon una mascarita y aletas de buceo azules, cuandomis papás me gritaban que no me alejara de la orilla.

Los preparativos me parecieron eternos. Los buzospasaron varias veces frente al ojo de buey saludándo-me, mientras controlaban el estado del submarino. Elcopiloto se comunicaba con el puesto de control abordo del barco. Finalmente se dio la luz verde. Elpiloto aplastó un botón que provocó la liberación deaire y el submarino empezó a hundirse. Evidentemen-te mis ojos se dirigieron hacia el indicador de profun-didad. El submarino baja a una velocidad aproximadade 1 m por segundo. Calculando, para llegar a nuestroobjetivo, teníamos que esperar 4900 segundos, 1 horay 20 minutos. Tiempo suficiente para que el piloto meenseñara las condiciones de seguridad, los gestos encaso de emergencia, y para comer antes de tocar elfondo. A los 40 m, ya estaba oscuro. Solo una lampa-rita que usaba el copiloto para leer y algunas lucecitasde los tableros de control daban vida a esa pelotametálica. Ahora, después de haber bajado variasveces, me doy cuenta de que el viaje cambia muchocon la personalidad de los pilotos. Algunos llevan unapelícula, otros platican sus anécdotas. Una hora des-pués, 3,600 m por debajo del nivel del mar, la tempe-ratura había bajado mucho. No existe un sistema decalefacción en el submarino, para no desperdiciar laenergía eléctrica de las baterías. Toda la energía seconserva para el uso de los brazos mecánicos, de lasaspas y de los focos que se prenderán cuando llegue-mos al fondo. Media hora antes de llegar, durante esteprimer viaje me tocó una comida de gala con unabotella de vino tinto, por ser domingo. Decidí orinarantes de llegar, para no tener esa preocupación trivialdurante el trabajo de observación y de muestreo.Siguieron después actividades domésticas con lapuesta de los calcetines y de la sudadera, así como lapreparación de mi hoja de papel en la cual tenía queapuntar la posición de las muestras que se iban acolocar en la canasta metálica. El sonar indicó el acer-camiento al fondo: 50 metros, 40 metros, el copilotoprendió los proyectores, y pegué los ojos al cristal

Figura 1. Submarino Nautile del Instituto Francés del Mar(IFREMER). El submarino, de 8 m de largo y 18.5 t de peso,tiene la capacidad de bajar a 6,000 m de profundidad, lo quesignifica que puede explorar el 97% de la superficie de losfondos oceánicos. Sobre la foto, se alcanzan a ver de arriba haciaabajo: 6 proyectores, la cámara de video panorámica, la esferade titanio de 2.10 m de diámetro con las 3 portillas para obser-vación directa, la cámara de video fija, la cámara fotográfica, losbrazos de sujeción y de manipulación (con 5 y 7 grados delibertad respectivamente), canasta metálica para recolección demuestras y transporte de equipo adicional. En misión normal elsubmarino tiene 13 horas de autonomía, gracias a 50 kWh deenergía almacenada en baterías Ni-Cd que pueden alimentar unmotor axial, dos motores verticales y un motor transversal conuna velocidad máxima de 2.5 nudos.

grueso tratando de ver el fondo, como si me pudieraescapar. La lluvia de plancton era intensa y no dejababuena visibilidad. 30, 25, 20, 15 m cuando apare-ció un paisaje plano, de color crema. A los 10 m, elcopiloto liberó las bolsitas de lastre y el submarino seestabilizó a un metro del fondo. Las bolsas de lastrellenas de hierro levantaron una nube de lodo que

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rodeó al submarino antes de desaparecer poco a poco.Se estableció un contacto por sonido con el barco, unode los pocos contactos de este tipo. El trabajo empezóinmediatamente. Localizamos el submarino con res-pecto a las boyas sumergidas que los técnicos habíancolocado en la mañana, boyas localizadas a su vez conrespecto al barco, el cual tiene una posición perfecta-mente conocida con respecto a la red de satélites delsistema GPS (Sistema de Posicionamiento Global). Elpiloto probó los brazos, la canasta recogedora para lasmuestras y los diferentes motores. Empezó entonces lalenta exploración en el silencio. Un silencio visual queuno asocia a este mundo profundo. En realidad nues-tro paseo no era silencioso. En primer lugar se oye elruido discreto de los motores y de las videocaseterasque prendió el copiloto al llegar al fondo al mismotiempo que las dos cámaras de video. En segundolugar, como no hay espacio para escribir, la única for-ma de registrar las observaciones es la forma oral.Voces grabadas sobre las imágenes que se registran encontinuo a partir de una cámara fija y una móvilmanejada por el copiloto. Empecé entonces a describirmi campo visual bastante reducido: “piso oceánico,lodoso, de color beige, uniforme, con algunas manchi-tas grises”. Uno se cuida al principio con el miedo dedecir tonterías grabadas para siempre, pero poco apoco agarra confianza y se atreve a intercambiar bro-mitas con los compañeros. El frío era intenso y lacondensación llenaba el cristal. Cuando llegó el pri-mer relieve aún modesto como la banqueta junto a lacalle, tuve ganas de gritar victoria y pedir al pilototomar una muestra de esa maravilla natural. Con laexperiencia uno aprenderá a ser más mesurado ycontar con la cantidad limitada de muestras que pue-de cargar la canasta. Estábamos en la parte plana de latrinchera, llena de sedimentos que provienen delplancton muerto pero también de la erosión del con-tinente vecino. Todo parece tan pacífico que uno nopuede imaginar que esta planicie refleja una zona endonde se producen fenómenos tectónicos que a su vezprovocan los terremotos tan fuertes para unos, tandramáticos para otros, relacionados con el roce entredos placas tectónicas; esas placas que forman la partesuperficial de la Tierra y que se mueven unas conrespecto a otras provocando la mayor parte de lossismos y de los fenómenos volcánicos registrados enla superficie de la Tierra.Al salir de la parte plana de la trinchera, el submarinoempezó a subir a lo largo de su flanco más abrupto

Figura 2. Almejas gigantes (Calyptogena) localizadas en unasalida de fluidos fríos en la trinchera de Acapulco.

rumbo al continente. Poco a poco me sentí más seguroen mis comentarios y sobre todo en la toma de mues-tras. Decidimos tomar dos muestras de fluidos enzonas de fracturas caracterizadas por la abundanciade animales (almejas gigantes del tipo Calyptogena,crustáceos del tipo Galatea, peces y pulpos como parteúltima de la cadena alimenticia de las grandes profun-didades). Olvidaba el frío, me acostumbraba al ánguloreducido de visión, a la luz artificial y descubría estemundo tan inaccesible, encantado de ver fallas, frac-turas, como si estuviera caminando en un cerro, allá,en el mundo de arriba.

A las 4:20 de la tarde, avisaron desde el barco queera tiempo de regresar a casa. Tomamos una últimamuestra antes de despedirnos de este mundo secreto.Se apagaron las luces y los motores, y el submarinoempezó a subir a la misma velocidad que usó en lamañana para bajar. Una hora de oscuridad propiciapara pensar que la tecnología me había permitido

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conocer una emoción que rebasaba la meta científica,o, más bien, que la acompañaba para darle unadimensión estética.

Los submarinos científicos son aparatos costososque pertenecen a centros de investigación científicapúblicos o privados. Las propuestas presentadas porinvestigadores son analizadas por comités científicosy los proyectos, una vez aprobados, se programan enfunción de la disponibilidad de los buques y de lossubmarinos, así como de su posición geográfica y deparámetros climatológicos. Desde la superficie, gra-cias a técnicas geofísicas indirectas, o en el fondo,gracias a los submarinos y la observación o el mues-treo directos, la investigación submarina y oceano-gráfica tiene un campo de acción inmenso: 75% de lasuperficie del planeta corresponde a fondos marinos.El conocimiento progresivo de este dominio ha permi-tido descubrir paulatinamente el velo opaco queescondía gran parte de la historia de la Tierra y de suvida mineral, animal y vegetal. Los submarinos con-tribuyen al entendimiento de los sismos, de la forma-ción de la corteza oceánica y de yacimientos mineralessubmarinos, de la evolución de la vida y de su desa-rrollo en el mundo acuático, o de la formación de lasrocas sedimentarias. Pero, más allá de su papel tecno-lógico de apoyo a la investigación científica, los sub-marinos representan todavía unas de las últimasmáquinas asociadas a los mitos de la historia humanamoderna, llenos de emoción y de misterio.

Figura 3. Carta batimétrica a detalle de la margen de BajaCalifornia Sur entre 26°40ʹ y 27°20ʹ latitud norte. Se observaen la parte sureste de la figura una cuenca limitada por unescarpe abrupto al oeste y un escarpe más suave al este. Alnorte de la latitud 27°N, el cambio brusco de dirección delcañón submarino demuestra que existen fallas activas en estaregión. La región emergida (noroeste) corresponde a la partecentro-sur de la Península de Vizcaino, Baja California Sur(Michaud et al. 2005).

AutorThierry Calmus, Estación Regional del Noroeste, Instituto deGeología, UNAM

El mundo de los minerales

El diamante (Parte II)Introducción

En la primera parte de nuestro artículo “El Diaman-te” (Número 1.2004) hicimos un breve recorrido porsu historia, sus propiedades químicas y físicas y sususos en joyería y en la industria. En esta segunda par-te nos referiremos brevemente al origen de su nombrey con más amplitud a su formación en la entrañas dela Tierra y a su dispersión por la superficie terrestre,además de un breve repaso acerca de los problemaseconómicos y políticos que en los últimos años hanocasionado los monopolios del diamante.

La palabra “adamas”, que en griego significa “in-vencible”, probablemente usada para caracterizar

metales y piedras duras, fue aplicada a los diamantespor el poeta romano Manilio (16 a. C.). “Adamas” fuedistorsionado en “diamante” y es la raíz de “adaman-tino”, que es el adjetivo aplicado al lustre brillante delduro diamante.

Ahora la pregunta importante: ¿cómo se forman losyacimientos de diamante en la naturaleza? Existen dosclases de yacimientos de diamantes: las chimeneas dekimberlita y los depósitos aluviales. Los yacimientosde kimberlita se encuentran en las llamadas diatre-mas, o sea cavidades tubulares (chimeneas) que pue-den profundizar a más de 2.5 km en la corteza terres-tre. Las chimeneas tienen una sección circular o enforma de elipse con un diámetro de decenas hastacentenas de metros (Fig. 1). Estas cavidades están“rellenas” de una roca llamada kimberlita. Las diatre-mas tienen una posición casi vertical y, además, cru-

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zan otras rocas: las rocas cristalinas antiguas (comogranitos y esquistos) y las más jóvenes, las sedimen-tarias (como calizas, lutitas, areniscas, etc.). Estosyacimientos se conocen como chimeneas diamantíferas yse encuentran por ejemplo, en Sudáfrica y en Yakutia,Rusia. La kimberlita que se encuentra dentro de laschimeneas es precisamente la que contiene los dia-mantes. El contenido de éstos rara vez es mayor demilésimas de por ciento de la masa total de roca. Losdiamantes en la kimberlita están dispuestos irregular-mente. En general se encuentran diseminaciones decristales individuales y nunca existen grandes acumu-laciones de diamantes en un solo lugar.

Las chimeneas de kimberlita se formaron comoresultado de la elevación de magma desde las profun-didades de la corteza de la Tierra, el cual es rico engases. El camino del magma hacia las partes mássuperficiales se facilitó a través de grietas o fracturasen las rocas. En un momento dado, la presión propiadel magma superó a la presión litostática, es decir, delpropio entorno rocoso, y estando cerca de la superficieesa presión se manifestó como una violenta explosiónvolcánica. Esta teoría les da a los diatremas su deno-minación de chimenea volcánica.

Existen varias hipótesis para el origen de los dia-mantes. Las principales diferencias entre ellas consis-ten en el problema acerca de la profundidad de forma-ción de los diamantes y sobre la fuente de carbono,que se consume en la creación de los cristales de dia-mante. La escuela rusa es una de las más adelantadasen desarrollar hipótesis sobre el origen de los diaman-tes. V. S. Sóbolev sugirió que los diamantes cristalizanen el propio magma de kimberlita en las etapas tem-pranas de su desarrollo, a partir del ácido carbónicoque en él existe. Los diamantes surgen a gran profun-didad antes de la explosión y luego se sacan a lasuperficie durante el movimiento del magma y laexplosión.

Otra teoría, la de Vasiliev y colaboradores, sugiereque los diamantes se forman como resultado de lainteracción del magma de kimberlita con los hidrocar-buros asociados a él en las chimeneas volcánicas. Deacuerdo a esta hipótesis los diamantes surgen en unaetapa más avanzada de formación de la chimeneadiamantífera.

Las chimeneas diamantíferas fueron descubiertasen Sudáfrica en 1871 cerca del pueblo de Kimberley yrecibieron el nombre de kimberlita. Antes del descu-brimiento de Yakutia, Rusia, estas chimeneas eran

prácticamente la única manifestación de los yacimien-tos primarios. El 21 de agosto de 1954 el geólogo L. A.Popugáeva descubrió la primera chimenea diaman-tífera en la ex-Unión Soviética, ahora Rusia, llamada“Zarnitsa”. Al año siguiente Y. I. Jabardin y B. N.Elagin exploraron la chimenea “Mir”. A esto le siguiótoda una serie de descubrimientos de yacimientos dediamante en Yakutia.

Los yacimientos primarios de diamantes del tipokimberlita tienen importancia industrial. No obstante,existen además yacimientos primarios de pequeñosdiamantes incluidos en una roca llamada peridotita.Estos están fijados a las rocas más profundas y actual-mente no es económica su explotación.

Figura 1. Modelo esquematizado de una chimenea de kimberlitaen Sudáfrica después de su emplazamiento.

Los yacimientos en aluvión producen más del 80 %de los diamantes del mundo. A este tipo de yacimien-tos también se les llama de placer. Tienen distintosorígenes y están relacionados con la alteración de lasrocas originales diamantíferas y el transporte de losdiamantes por medio del agua, los glaciares y el vien-to. En este caso puede suceder el enriquecimientonatural de los diamantes. Se han descrito placeres enlos que en un metro cúbico de roca se encontraronhasta mil quilates de diamantes (1 quilate = 0.2 gra-

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mos). En los placeres frecuentemente el número dediamantes grandes y de alta calidad es mayor que enlos yacimientos primarios de diamantes, ya que en elproceso de transporte los cristales grandes se separande los pequeños y de los fragmentos. Los países queposeen los yacimientos aluviales diamantíferos másricos del mundo son Namibia, Congo, Angola, Rusia yZaire.

La presencia de diamantes en los meteoritos fueestablecida por primera vez en 1888 en un meteoritopétreo que cayó cerca de Karamzinka, Rusia. Talesmeteoritos recibieron el nombre de ureilitos. En 1891se encontraron diamantes en los fragmentos del mete-oro que cayó en el Cañón del Dia-blo, Arizona. El cráter en el lugar decaída de este cuerpo cósmico gigan-te tiene cerca de 1,200 m de diáme-tro y 184 m de profundidad.

Los diamantes en los meteoritosrepresentan pequeños cristales devarios micrómetros de tamaño (1micrómetro es igual a la milloné-sima parte de un metro). Lo másinteresante resultó el hecho de queal lado del diamante, que ordinaria-mente tiene una estructura cúbica,en los meteoritos descubrieroncristales con una nueva modifica-ción hexagonal. A este cristal se lellamó lonsdalita en honor a la cono-cida investigadora de la estructurade los diamantes Kathleen Lons-dale. En el meteorito del cañón del

Diablo, la lonsdalita formaba cerca de la tercera partede la cantidad total de diamantes hallados en él. Esprobable que la formación de diamantes en los mete-oritos se deba a los choques entre los propios meteori-tos ricos en carbono, los cuales viajan por el espaciocósmico a enormes velocidades. Las altas presiones ytemperaturas que se alcanzan en estas condicionesfavorecen la cristalización del diamante a partir delcarbono contenido en los meteoritos. De manerasemejante, al caer los meteoritos a la Tierra se formancráteres gigantescos en los que se pueden encontrarfragmentos de diamante. De esta forma se crean lascondiciones favorables para que los diamantes crista-licen.

Como ya se explicó en la primera parte de este artí-culo, los diamantes son minerales extremadamentepuros. Algunos átomos de nitrógeno, boro o hidró-geno -en partes por miles de millones- son las impu-rezas más significativas. Estas apenas pueden serdetectadas y medidas exactamente por medio de téc-nicas y equipos muy caros. La calidad de los diaman-tes en bruto difiere muy sutilmente alrededor delmundo: los diamantes de Siberia tienden a tener ori-llas rectas y ser claros; algunos diamantes australianosson rosas; las gemas de la India y Sudáfrica incluyenpiedras amarillas y azules; los diamantes de África delEste tienen marcas superficiales y los diamantes deÁfrica Occidental y de Canadá incluyen una texturainterna fibrosa.

Figura 2. Mineros y equipo de minado en el fondo de una minade diamantes en la chimenea Mir (Mir Pipe) en el cratón deSiberia, República de Sakha. Foto de Jim Shigley. © 1995Gemological Institute of America (GIA).

Figura 3. Tajo abierto de la mina International Pipe, en Yakutia, Siberia. Fotografía deJim Shigley. Foto reimpresa con permiso. Todos los derechos reservados. © 2002Gemological Institute of America. http://www.gia.edu/

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Producción mundial de diamantesPara entender el enorme trabajo que se tiene que

hacer para obtener los diamantes, es necesario consi-derar que se tienen que procesar 250 toneladas métri-cas de roca, arena y grava para obtener apenas un qui-late de diamante. Si un quilate es un quinto de ungramo, 250 toneladas métricas equivalen a 250,000,000gramos.

En el año de 1970 la producción mundial de dia-mantes, excepto Rusia, fue de alrededor de 36 millo-nes de quilates, incluyendo cerca de 14 millones enZaire, 1.5 millones en Congo, cerca de 2.5 millones enAngola y más de 8 millones en Sudáfrica y Namibia.A la fecha, esta producción ha aumentado ligeramen-te, aunque los datos que se pueden obtener de losgrandes consorcios diamantíferos no son reales debi-do a dos razones: primero, porque los monopolios quecomercializan los diamantes mantienen un estrictocontrol de la cantidad de diamantes en el mercado,con el objeto de fijar el precio que mejor les convenga,y segundo porque desde hace una década se obtienen

diamantes de placeres en África que se consideranilegales, o por lo menos no supervisados oficialmentepor los gobiernos de países como Angola o SierraLeona.

Productores más importantes de diamantes en elmundoDiamantes tipo gema Diamantes tipo industrial

Sierra Leona RusiaSudáfrica CongoTanzania ZaireBrasil GhanaGuyana NamibiaVenezuelaBotswanaAngola

Economía, política y mitos alrededor deldiamante

Un importante funcionario del Alto Consejo delDiamante en Antwerp, Bélgica, considera que losdiamantes son una forma de moneda corriente.Monrovia, la capital de Liberia, es conocida como la

Figura 4. Imagen 3D de la mina a cielo abierto de Argyle (la mina se localiza en el centro de la foto), en la región de Kimberley, norestede Australia occidental. Esta mina es la de mayor producción a nivel mundial. Imagen generada como modelo de elevación digital,tomada del portal de la NASA (http://earthobservatory.nasa.gov/Newsroom/NewImages).Foto cortesía de NASA/GSFC/MITI/ERSDAC/JAROS.

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“meca” de los lavadores de dinero que buscan conver-tir el dinero de origen cuestionable en diamantes quepueden ser fácilmente transportados a otros países yvenderse de igual forma. Sin embargo, el comercio delos diamantes legales se concentra en los Países Bajos.Por ejemplo, en sólo tres calles de Antwerp, se realizael 80 % de las transacciones comerciales en el mundode los diamantes en bruto de calidad gema. El distritode Antwerp tiene extensiones en muchas ciudadescomo Nueva York, Londres, Tel Aviv y Mumbai(antes Bombay). En estas y otras muchas ciudadesmás pequeñas, un ejército de más de 800,000 artesanoscorta y pule diamantes que pesan fracciones de unquilate. La mayor parte de los diamantes convertidosen brillantes después del proceso de cortado y pulido,se destinan, para su venta, al sector femenino de lapoblación en Estados Unidos, Europa, Japón y, másrecientemente, China, en forma de anillos de compro-miso, aretes, brazaletes, etc.

Sin embargo la moderna mercadotecnia no ha sidosiempre necesaria para ambicionar poseer un diaman-te. En la mitología de la India se consideraba que lasgemas tenían un poder cósmico inherente. Los anti-guos astrólogos recomendaban a sus clientes quépiedras preciosas vestir para cambiar su destino, y losdiamantes particularmente, daban poderes especialesen el amor, la procreación y la inmortalidad. Estascreencias se perpetúan hasta la fecha: en la India, enTirupati, provincia de Madras, se encuentra un tem-plo dedicado al dios Balaji, uno de los más popularesen ese país. La estatua de Balaji, de 3 metros de alto yesculpido en roca negra, luce una corona de 27 kilo-gramos de diamantes que incluye alrededor de 28,000de ellos, sin contar los que se encuentran en sus aretesy en sus manos.

La economía generada por el diamante gira, en elmundo actual, alrededor de grandes monopolios. Elcartel internacional del diamante más poderoso es elrepresentado por DeBeers Consolidated Mines, unacorporación sudafricana controlada por el BancoRothschild de Londres. Este monopolio ha dominadoel abasto de diamantes en el mundo y ha elevado elprecio más allá de lo que sería normal en el mercadointernacional. Sin embargo, este monopolio pasa portiempos difíciles debido a la introducción de los lla-mados diamantes “ilegales” o “de sangre” provenien-tes de Angola y de Sierra Leona.

Los diamantes “ilegales” o “de sangre” son diaman-tes que se obtienen de zonas controladas por fuerzas ofacciones que se oponen a gobiernos supuestamentelegítimos, o que cuando menos tienen cierto reconoci-miento internacional. Esos diamantes son usados parafinanciar la compra de armamento de fuerzas rebel-des, así como otras actividades ilegales. La respuestainternacional a este problema se hizo a través del Con-sejo de Seguridad de la Organización de las NacionesUnidas en forma de sucesivas resoluciones que vandesde la restricción de viajar de miembros importan-tes de fuerzas rebeldes como UNITA (Unión Nacionalpara la Independencia Total de Angola) hasta el em-bargo total de armamento y la prohibición de comer-cializar diamantes en bruto que no tengan un origen“legítimo”, es decir que no provengan de compañíasmineras internacionalmente reconocidas. Exactamentela misma situación ocurre en Sierra Leona. Para evitarel mercado negro de estos diamantes, se creó un Certi-ficado de Origen que intenta legitimar los diamantesen bruto para su comercialización en el mercadointernacional.

A pesar de las resoluciones y embargos impuestospor las Naciones Unidas, el mercado ne-gro sigue muy activo. El caso más dra-mático es el de Angola, país que ha pasa-do recientemente por una guerra internaprolongada que ha dejado al gobierno sinfondos para restablecer el orden económi-co y social. Por esta razón, una cantidadimportante de gambusinos buscandosobrevivir, se ha desplazado a la regióndel río Cuango, en el norte de Angola.Una sequía muy intensa ha dejado aldescubierto los ricos depósitos aluvialesde diamantes en la misma cuenca del ríoCuango junto con otros ríos de la región.

Figura 5. Diamantes con diferentes coloraciones, en bruto y pulidos. Fotoreimpresa con permiso. Todos los derechos reservados. © 2002 GemologicalInstitute of America. http://www.gia.edu/

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Un buen número de ex-soldados del ejército de Ango-la, aunque desmovilizados pero en posesión de armas,protegen a los buscadores de diamantes. El gobiernode Angola no ha sido capaz de ordenar este gambusi-naje, de modo que sigue entrando al mercado negrointernacional una gran cantidad de diamantes.

Alrededor de uno de cada diez diamantes de cali-dad gema es traficado de Liberia, Sierra Leona, laRepública Democrática del Congo y Angola. Una vezcortado y pulido un diamante, es prácticamente impo-sible rastrear su origen.

De modo que la única forma que tiene el cartelDeBeers de mantener su monopolio es comprar lasobreoferta de diamantes. En 1992 esta compañía sevio forzada a comprar 4,800 millones de dólares endiamantes, mientras que solo pudo vender 3,500millones de dólares. En el 2004, el cartel se vio forzadoa comprar 500 millones de dólares de diamantes “ile-gales” de Angola, lo que sigue ocasionando gravespérdidas a DeBeers. Paradójicamente, el bien conocidolema propagandístico de esta compañía “un diamantees para siempre”, puede pronto ver el fin de sus días,si la producción de Angola y Rusia aumenta en lospróximos años o, en el peor de los casos, en los próxi-mos meses, de forma que el precio de los diamantesbaje hasta estar al alcance de millones de personas en

el mundo. Tal vez el siguiente lema sea “un diamantees para todos”.

Figura 6. Diamantes en bruto, los cuales al ser pulidos seránpiedras preciosas como la que se observa sostenida por laspinzas. Foto reimpresa con permiso. Todos los derechosreservados. © 2002 Gemological Institute of America.http://www.gia.edu/

AutoresJuan Carlos García y Barragán y Pablo Peñaflor Escárcega,Estación Regional del Noroeste, Instituto de Geología, UNAM;[email protected]

Etnobotánica

Los que danzan a latierra - los Guarijío /

MakuraweIntroducción

La especie Homo sapiens apareció tardíamente en lahistoria de la Tierra, pero ha sido capaz de modificarnuestro planeta de una manera muy seria. Sin duda,los primeros humanos vivieron más o menos en armo-nía con la naturaleza. En ese momento cultura y natu-raleza estuvieron anudadas en visiones unitarias delmundo, guiadas por las ideas mítico-religiosas hastaentonces dominantes. Mientras las poblaciones huma-nas siguieron siendo pequeñas y su tecnología modes-ta, su impacto sobre el medio ambiente fue solamente

local. No obstante, al ir creciendo la población, mejo-rando y aumentando la tecnología, aparecieron pro-blemas más significativos y generalizados. Fue en lossiglos XVII y XVIII con la Revolución Industrial,cuando el hombre empezó realmente a cambiar la fazdel planeta. Y con esto el nudo que existía entre lacultura y la naturaleza se escindió provocando que elhombre y la naturaleza se separaran como si fuerancontrarios o enemigos. Algunas de las consecuenciasde esta separación las tenemos enfrente: la crisis am-biental de carácter global, la pobreza y desigualdadhumana. En este contexto, hoy resulta trascendentaldesarrollar formas distintas de relacionarnos con lanaturaleza; es necesario tratar de recuperar esa uni-dad que existía entre el hombre y la naturaleza o entrela naturaleza y la cultura. Es importante reconocerque existen otras sociedades que han sabido vivir conla naturaleza y con la sociedad de una manera distin-ta, quizá más justa y sabia en términos sociales y am-

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bientales. Quizá en estas sociedades podemos encon-trar algunos elementos que nos permitan enfrentar elpresente desafío. Precisamente el objetivo de este tra-bajo es dar a conocer la importancia y el significado dela tierra y las plantas en la vida de los Guarijío-Maku-rawe. Los Guarijío constituyen un ejemplo de sobre-vivencia biológica y cultural a través de la historia,mediante el establecimiento de una relación estrecha yarmónica con su medio ambiente natural.

Los que danzan por la tierraAllá donde se adelgaza el estado de Sonora, en los

municipios de Álamos y El Quiriego, dispersos enpequeñas rancherías y comunidades como Mesa Colo-rada, Los Bajíos, Guajaray y Bavícora; entre las tierrascalientes de la costa sonorense y las templadas de lasierra de Chihuahua; donde el río Mayo todavía sue-na y la tierra se endurece y tiñe de rojo; allá en dondeabundan las amapas, los papachis, los cholugos, losjabalíes y los zancudos; entre el calor quemante deverano y el fuerte frío de invierno; allá en donde lasnubes pasan indiferentes sobre los sedientos magüe-chis; vinculados con las lenguas y culturas tarahuma-ra y mayo, sobreviven poco más de mil indígenas,hombres y mujeres de piel rojiza, quienes alimentan latierra con sus danzas y cantos, purificando la tierracon copal para que dure más, para que dé más frutos,para que baje el agua. En este paisaje se ubican quie-nes a sí mismos se llaman Makurawe, lo que segúnalgunos quiere decir: los que agarraron las piedras, o losque se agarran de las manos y bailan.

Cuentan los ancianos guarijíos que hace muchosaños, cuando la tierra estuvo llena de agua, no habíaun lugar en donde vivir; entonces para que se secarael mundo, Dios hizo la promesa de bailar por tres

noches y tres días. Entonces mandó un correo animalpara vigilar el mundo, hasta que regresó con buenasnoticias, la tierra se había secado. Y dijo Dios: “Estábueno, hay que seguir cantando y bailando todo el díay toda la noche”. Por esta razón los Guarijío hacenuna fiesta llamada tuburada en la que las mujeres seagarran de las manos y danzan durante tres días y tresnoches para que macice la tierra, para que dure mu-chos años. Dentro de la identidad y cultura Makurawela tierra tiene un significado profundo. La tierra fuecreada por Dios para beneficio del hombre. La tierrarepresenta la materia de la cual fueron hechos, por esotienen su mismo color; en contraposición con los yori(mestizos) que están hechos de ceniza, material que notiene color, que no tiene la fortaleza de la tierra.

Viviendo con la sierraObservar la sierra y la forma en que los Guarijío se

relacionan con ella nos habla de sus formas de pensary de actuar con respecto a su medio ambiente natural.Esta interacción parte de la idea de la ubicación delhombre en la naturaleza, pensada como una relaciónarmónica. Para los Guarijío, la naturaleza no es suenemigo, por lo tanto no hay que vencerla sino másbien conocerla, aprender de ella y respetarla. Hanaprendido a vivir con la sierra y no en ella, se conside-ran una especie más de su territorio y no precisamentela más importante; por eso le cantan al lobo, al pájarocarpintero y al palo verde; le danzan a la tierra y a lalluvia.

Sin duda alguna, vivir con la sierra no ha sido fácilpara los Makurawe. Vivir con la sierra ha significadoun largo proceso que implica estar armados de sabi-duría, fortaleza, creatividad, tenacidad y una granración de humildad. Aquí, en este espacio físico, han

Figura 1. Mujeres guarijío - Manos ingeniosas (Foto NoemíBañuelos Flores).

Figura 2. Viviendo con la sierra - Mujeres guarijío en suentorno natural (Foto Alejandro Aguilar Zeleny).

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construido su cultura, su identidad, su sentido de per-tenencia y sus saberes. Observar las distintas formasde utilización de los recursos vegetales, es como abriruna ventana hacia la percepción del mundo guarijío.Significa conocer y entender la representación que lasociedad guarijío tiene de ella misma, de su historia ysu devenir en relación con el mundo que habitan.

Las plantas en la vida de los guarijíosLas plantas han sido elementos esenciales para la

sobrevivencia biológica y cultural de este grupo. Lasplantas se reproducen a la enésima potencia en el de-venir cotidiano de los guarijíos: alimentan, curan, pro-tegen, invaden su casa, su trabajo, sus fiestas, sus can-tos y cuentos, penetrando con facilidad hasta el centromismo de su existencia. Los Guarijío son expertosbotánicos conocedores de su entorno natural. Distin-guen con facilidad una gran diversidad de especies,conocen sus ciclos reproductivos y saben qué parteusar y en qué temporada aprovecharlas.

Las mujeres y hombres guarijío tienen una grancapacidad creativa para transformar las plantas enuna variedad de utensilios, desde un ingenioso peineelaborado con los espinosos frutos de etcho (Pachyce-reus pecten-aboriginum), hasta una complicada arpa ela-borada con la fuerte madera de esta misma planta ypegada con la goma de una orquídea quiquí (Bletiaroezlii).

De frutos, hojas y raíces. Alimento y curaciónEn la alimentación, los Guarijío conocen una gran

diversidad de especies que son parte esencial de sudieta. Los frutos, raíces, hojas, flores y semillas hansido básicos en la alimentación de los Guarijío, como:los negros frutos de los papachis borrachos (Randiaobcordata) que son preferidos por los niños; los jugososfrutos de los etchos (Pachycereus pecten-aboriginum); laslargas y frescas raíces del chichivo (Dioscorea remoti-flora) semejantes al sabor de una papa, los dulcestubérculos de la jícama (Ipomoea bracteata); las flores,vainas y raíces de la llamativa saya (Amoreuxia palma-tifida); las hojas de quelites (Amaranthus palmeri), chi-chiquelite (Solanum americanum) y las semillas de po-chote (Ceiba acuminata) y guásima (Guazuma ulmifolia).

La sierra, al igual que en el caso de la alimentación,significó un espacio de aprendizaje y de convivenciacon los elementos naturales. De este encuentro con lasierra emana su sabiduría médica. En la sierra, losGuarijío han sabido encontrar una diversa y segura

farmacia, barata y al alcance de sus manos, de dondeextraen medicamentos para hacer frente a la enferme-dad y a la muerte. Los Guarijío son poseedores de unagran sabiduría alrededor de las plantas y de las for-mas de utilización; han aprendido a diferenciar lasespecies, saben cuándo y cómo cortarlas, cómo prepa-rarlas. Además distinguen qué estructura vegetal es lamás adecuada para utilizar en cada tipo de padeci-miento, como las raíces de la coronia (Berlandiera lyra-ta), babisa (Dorstenia drakeana) y chuchupate (Ligusti-cum porteri) utilizadas para la calentura y el dolor deestómago.

La vivienda guarijío. Un pedazo de la sierraSólo basta mirar una casa guarijío para darse cuenta

del apego a la sierra y de la interacción constante consu medio natural. Las casas están construidas a fuerzade piedra, lodo y plantas. El monte está presente encada uno de los rincones de su casa, es como si hubie-ran trasladado un pedacito de la sierra al interior desus viviendas. En las casas Guarijío las plantas ad-quieren distintas formas. Los Guarijío han tenido lacreatividad suficiente para transformar los troncos, lasramas, los frutos de las plantas en una multiplicidadde enseres domésticos y herramientas de trabajo: tari-ma, tapancos, mesas, sarso, tapesti, sillas, petates,canastas, puertas, cercos, escobas. Una cruz hecha conhojas de álamo o sauce protege la vivienda guarijío delos “malos vientos”.

Figura 3. Tramando la palma - Familia en una casa típica (FotoNoemí Bañuelos Flores).

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En actividades productivas como la pesca, lasmanos guarijías tejen ingeniosas trampas naturalescon las ramas de batamote (Baccharis salicifolia); tam-bién entrelazan las hojas de la palma (Sabal uresana)para convertirlas en petates, guaris y sombreros. Lapalma es una planta sagrada, representa la sangre deDios. Así podemos entender que las artesanías que seelaboran con ella son más que un sombrero, un petateo una canasta. Su valor es mucho más profundo, lasartesanías se tejen con la sangre de Dios. Quizá estotenga que ver con la forma en que los Guarijío se rela-cionan con esta especie. La producción de este tipo deartesanías no se hace a gran velocidad, sólo se produ-ce lo que la naturaleza les ofrece.

Las fiestas, espacios de agradecimientoDentro de sus ceremonias religiosas, las plantas son

elementos imprescindibles. La guásima (Guazumaulmifolia) no sólo es útil para construir sus viviendas,quitar el hambre o la enfermedad. En las ceremonias,esta planta ha sido transformada en cruz, símboloreligioso central de sus fiestas. El etcho (Pachycereuspecten-aboriginum), torote (Bursera sp.) y bule (Lagena-ria siceraria) convertidos en arpa, violín y sonaja, can-tan en las ceremonias; el aromático copal (Bursera sp.)purifica este espacio; los cigarros de macucho (Nico-tiana tabacum) elaborados con hoja de maíz (Zea mays),son una forma de comunicación con los espíritus. Sinduda alguna, las fiestas son espacios esenciales en lavida de los Guarijío. Los motivos y los elementos conlos que se llevan a cabo, son una clara evocación a lanaturaleza y nos recuerdan de nuevo su apego a lasierra y a las especies que viven en ella.

Las fiestas poseen una centralidad en la cultura delos guarijíos. Las fiestas reflejan la cosmovisión delmundo desde los ojos de los guarijíos, son la expre-sión fundamental de su concepción religiosa. En ellasse ve reflejado el culto a lo sagrado, a lo divino. Sehacen porque Dios así lo quiso y se conservan comouna forma de respeto y agradecimiento a Él comocreador de la naturaleza, de las plantas y los animales.

El pensamiento de los indígenas y las formas deapropiación de la naturaleza representan una pro-puesta alternativa ante la crisis ambiental y social queestamos viviendo. Para los Guarijío, la sierra no essólo un espacio contenedor de los recursos vivos. Lasierra es un espacio de convivencia diaria en donde seconstruye su identidad y cultura. Los recursos vegeta-les, como parte de los seres vivos que habitan su terri-torio, son más que materias primas, nos hablan de lapercepción del mundo desde los guarijíos. El valorque tienen los recursos vegetales para los Guarijíoemerge de la concepción del mundo. Ellos los respe-tan porque forman parte importante de su cultura eidentidad como grupo indígena. En otras palabras, enla sierra están las raíces de la cultura e identidad delgrupo Guarijío; las plantas son sólo uno de los milesde vasos capilares por donde sube y baja la savia quenutre la vida de los que danzan a la tierra, los Guarijío/Makurawe de Sonora.

Figura 4. Niña Makurawe (Foto Patricia Salido).

AutoraNoemí Bañuelos Flores, Coordinación de Desarrollo Regional,CIAD, A.C., Hermosillo, Sonora

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Botánica

La guásimaGuazuma ulmifolia Lam.

Es un árbol con follaje denso de 8 a 10 m de alto y,algunas veces, solamente un arbusto. Es de cortezagris claro, hojas con pecíolos fuertes de 5 a 15 mm delargo, limbos ampliamente ovados a oblongos de 2 a 6cm de ancho y 4 a 16 cm de largo, serrados. Las floresson amarillo verdosas o blancas; el fruto (foto) oblon-go u oblongo-elíptico de 2 a 4 cm de largo, fuerte yagudamente tuberculado, negro o café oscuro. Lassemillas son cafés, de cerca de 3 mm de largo, tubercu-ladas o más o menos muricadas, obtusas, obovoides.La floración se lleva a cabo entre mayo y septiembre.

La guásima habita en valles, cañadas, drenajes yarroyos del centro y sur de Sonora, entre vegetaciónde selva baja caducifolia, matorral espinoso y mato-rral del desierto Sonorense. Se le encuentra en eleva-ciones desde casi el nivel del mar hasta los 915 m. Losfrutos tiernos, al masticarse, ayudan a quitar la sed.Los frutos maduros y las semillas se muelen parahacer tortillas, atole y pinole. También, las semillastostadas pueden usarse como sustituto del café. Lamadera se usa para fabricar muebles y utensilios decocina. Los mayos mastican la corteza para ayudar ala digestión y se utiliza como remedio para el riñón.

Figura 1. Fruto y hojas de guásima.

AutorJosé Jesús Sánchez Escalante; Departamento de InvestigacionesCientíficas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora;[email protected]

Contraportada. Artículo “Los que danzan a la tierra - losGuarijío / Makurawe”. A: Guakapora (Parkinsonia aculeata),un manojo de hojas es un buen remedio para curar la tos(Foto Noemí Bañuelos Flores). B: A fuerza de lodo y plantas -Casa de adobe (Foto Noemí Bañuelos Flores). C: Música conplantas, Etcho (Pachycereus pecten-aboriginum) (Foto PatriciaSalido Araiza). D: Rumbo a Mesa Colorada, región de lamontaña del sur de Sonora, donde habitan los guarijíos (FotoPatricia Salido Araiza).