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INDICELámina 1 Agentes injuriantes.Lámina 2 Inmunidad en sentido amplio.Lámina 3 Sistema complemento.Lámina 4 Concepto de inflamación.Lámina 5 Inflamaciones exudativas y productivas.Lámina 6 Fagocitosis.Lámina 7 Características de la inmunidad adaptativa.Lámina 8 Antígenos.Lámina 9 Individualidad macromolecular : Molécula MHC I.Lámina 10a

Protagonistas de la respuesta inmune adaptativa.Lámina 10bLámina 11 Maduración y selección del repertorio idiotípico de linfocitos T en el timo.Lámina 12 Maduración de linfocitos B.Lámina 13 Organos linfoides centrales y periféricos.Lámina 14 Etapas de la respuesta inmune adaptativa.Lámina 15 Moléculas que participan en el reconocimiento antigénico.Lámina 16 Teoría de la selección clonal.Lamina 17 Presentación de antígeno a linfocitos T CD4+.

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Lámina 18 Presentación de antígeno a linfocitos T CD8+.Lámina 19 El linfocito T CD4+ en la respuesta inmune.Lámina 20 Tipos de respuesta efectora.Lamina 21 Clases de inmunoglobulinas y sus funciones.Lámina 22 Respuesta B primaria y secundaria.Lámina 23 Respuesta humoral a antígenos timodependientes y timoindependientes.Lámina 24 Mecanismos semiespecíficos de estimulación linfocitaria.Lámina 25 Virus Epstein Barr.Lámina 26 Regulación de la respuesta inmune.Lámina 27 Respuesta inmune frente a bacterias extracelulares.Lámina 28 Respuesta inmune frente a bacterias introcelulares.Lámina 29 Respuesta inmune frente a parásitos helmintos.Lámina 30 Respuesta inmune frente a virus.Lámina 31 Respuesta inmune frente a células cancerosas.Lámina 32 Concepto de Inmunopatología.Lámina 33a Mecanismos de daño inmunológico.Lámina 33bLámina 34 Mecanismo de daño inmunológico tipo I o anafiláctico reagínico.Lámina 35a Concepto de Atopia.Lámina 35bLámina 36 Regulación de la síntesis de IgE.Lámina 37 Liberación de mediadores por la célula cebada.

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Lámina 38a Reacción anafiláctica Inmediata y Tardía.Lámina 38bLámina 39 Regulación de la célula cebada.Lámina 40a Mecanismo de daño tipo II o citotóxico.Lámina 40bLámina 41a Mecanismo de daño tipo III o por Complejos Inmunes.Lámina 41bLámina 42 Mecanismo de daño tipo IV o Celular.Lámina 43a Respuesta Inmune: tolerancia e inmunogenicidad.Lámina 43bLámina 44a Pérdida de tolerancia a antígenos propios.Lámina 44bLámina 45a Autoinmunidad.Lámina 45bLámina 46a Inmunodeficiencias primarias.Lámina 46bLámina 47a Inmunodeficiencias secundarias.Lámina 47bLámina 48 Neoplasias que afectan al Sistema Inmune.

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Introducción

La inmunología, originada en tiempos remotos a partir del convencimiento de la

existencia de seres diminutos capaces de producir enfermedad, ha

experimentado un desarrollo formidable. Tal es así, que no existe

prácticamente campo en la medicina o disciplinas afines en que este ausente.

En ella confluyen conocimientos pertenecientes a la biología, la genética, la

bioquímica, la fisiología y la clínica que le otorgan un carácter multifacético de

gran interés.

La inmunología nos explica nuestra persistencia y existencia como especie y

como individuos al involucrar a los mecanismos responsables de la mantención

de la homeostasis macromolecular y aquellos de defensa frente a la agresión al

medioambiente. Los procesos inmunológicos nos permiten responder frente a

bacterias, hongos, virus y parásitos, frente al surgimiento de células

cancerosas y en general frente a cualquier elemento o condición que implique

una alteración de nuestra individualidad biológica.

La respuesta inmunológica nos asombra con su diversidad, con su capacidad

de responder mediante estructuras preformadas frente a una cantidad casi

infinita de estímulos moleculares distintos. La especificidad exquisita de esta

respuesta es reflejote mecanismos genéticos únicos y de extraordinaria

complejidad.

La inmunología es también un ejemplo de la perfección de los sistemas de

comunicación en los procesos vitales ; celulas y moléculas llevan y reciben que

les permiten actuar armónica y coherentemente con un fin común, eliminar lo

que ha sido alterado o esta alterando el yo biológico

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La respuesta inmunológica puede ser también responsable de diversas

patologías que afectan al ser humano. En la hipersensibilidad el sistema

inmunologico produce daño a estructuras propias al responder frente a

elementos exógenos, en la autoinmunidad, desconoce lo “propio” como tal y

origina respuestas deletéreas para el organismo

Ademas la respuesta inmune puede ser objeto de enfermedad, tal como ocurre

en las inmunodeficiencias, padeciendo el individuo de las consecuencias de la

ausencia de mecanismos de defensa frente a los diversos microorganismos

existentes.. asimismo, las celulas pertenecientes al sistema inmune pueden

sufrir transformación maligna originando diversas neoplasias.

En la inmunología se expresa la perfección de lo vivo y la belleza intrínseca de

todo aquello que pertenece a la naturaleza.

En los inicios de la investigación científica moderna, los fenómenos eran

observados en arcaicos microscopios y dibujados cuidadosamente en laminas

que hoy día podemos admirar. Así se describió la fagocitosis, los elementos de

la inflamación y su dinámica, los tejidos y sus componentes. Los dibujos

otorgaban movimiento y dinamismo a los elementos representados. Hoy día, la

rapidez del avance científico y la necesidad de aprender mucho en muy poco

tiempo, han conducido a una simplificación grafica que ha llevado a representar

elementos biológicos como figuras geométricas que se apartan de la

realidad.En este atlas de inmunología se ha pretendido pasar de la fría tecla de

un computador a la mano con una pluma.

El libro se estructura en sesenta y una láminas acompañadas de un texto

explicativo. Su objetivo es introducir a los lectores en el estudio de la

inmunología, otorgar una visión actualizada de la inmunidad natural y

adaptativa, de la inmunidad protectora y de la inmunopatología y sobre todo a

motivarlos a su profundización a través de su representación grafica particular

Esta obra se basa en el convencimiento de que la ciencia y el arte, al compartir

la creatividad, no son entidades antagónicas y deben ir en la misma dirección.

Ambas buscan la verdad, ambas comparten la belleza.

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Agentes injuriantes

El ser humano se encuentra constantemente enfrentado a la acción de una

serie de agentes injuriantes provenientes del medio ambiente tales como

parásitos (1), bacterias (2), hongos (3) y virus (4).

Otros agentes no patógenos tales como el polen de diversas plantas (5),

pueden ser considerados como agentes injuriantes en determinadas

circunstancias.

Finalmente, sus células pueden sufrir un proceso de transformación maligna,

originando células cancerosas de gran agresividad (6).

Los agentes injuriantes alteran la constancia macromolecular del individuo a

través de diversos mecanismos de agresión. En el caso de microorganismos su

rápida multiplicación, la liberación de toxinas y de enzimas proteolíticas

contribuyen a su capacidad de provocar daño tisular. El polen y otros

componentes del medio ambiente aparentemente inocuos, pueden producir en

determinados individuos, una serie de patologías denominadas genéricamente

hipersensibilidad o alergia. En el organismo pueden surgir células cancerosas,

las cuales a través de una proliferación desmedida y de la colonización de

órganos y tejidos, suelen conducir al individuo a la muerte.

El ser humano cuenta con una serie de mecanismos defensivos que le

permiten enfrentar la agresión de estos agentes injuriantes. Estos mecanismos

comprenden respuestas inespecíficas y específicas que pertenecen a la

inmunidad en sentido amplio.

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Inmunidad en sentido amplio

La inmunidad en sentido amplio comprende un conjunto de mecanismos

inespecíficos y específicos estrechamente relacionados, que impiden el ingreso

y la permanencia de agentes injuriantes en el organismo. Los principales

mecanismos inespecificos son la barrera muco-cutánea (A), el sistema

complemento (B) y la inflamación (C). Los mecanismos específicos

corresponden a la respuesta inmune adaptativa (D).

A. La piel (1) y las mucosas (2) son barreras físicas eficientes en impedir el

ingreso de agentes injuriantes. Ambas presentan integración con otros

mecanismos inespecíficos y específicos de la inmunidad. Así, en la dermis se

encuentran todos los elementos que permiten la activación del complemento y

la respuesta inflamatoria. En la epidermis existen células presentadoras de

antígeno (células de Langerhans) y linfocitos capaces de iniciar una respuesta

específica.

Las mucosas del tracto respiratorio tienen cilios que impulsan partículas y

mucus hacia el exterior, los que serán eliminados por la tos y el estornudo.

Asimismo células especializadas secretan mucus que provee una barrera

mecánica y química que impide la unión de microorganismos y otras partículas

a la superficie celular. Al ser hidrofílico, el mucus permite la difusión de enzimas

antimicrobianas tales como lisozima y peroxidasa. La presencia de IgA permite

la neutralización específica de diversos antígenos.

En otras mucosas, tales como las que cubren el sistema digestivo y genito

urinario tienen también importancia el pH bajo y la presencia de bacterias

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comensales. El tejido conectivo vascularizado y los acúmulos linfoides en la

submucosa permiten la puesta en marcha de los otros mecanismos defensivos

a los que se ha hecho referencia, la inflamación y la respuesta inmune

adaptativa..

B. La activación del sistema del complemento por vía clásica o alterna es un

importante mecanismo constitutivo de defensa. A través de sus múltiples

efectos biológicos, el sistema complemento está estrechamente relacionado

con la inflamación y la respuesta inmune adaptativa. Los productos que surgen

a raíz de su activación en cascada, promueven la respuesta inflamatoria (3),

facilitan y aumentan la eficiencia de la fagocitosis (4), producen sustancias

quimiotácticas (5), estimulan la secresión de citoquinas por macrófagos (6) y

lisan bacterias (7).

C. La inflamación consiste básicamente en diversos cambios que afectan a la

microcirculación y que permiten la salida de fagocitos desde el interior de los

vasos y su posterior contacto con el agente injuriante. Polimorfonucleares

neutrófilos y macrófagos derivados de monocitos presentan eficaces

mecanismos bactericidas que contribuyen a eliminar agentes patógenos y

tejido injuriado (8). La inflamación contribuye a la inducción de respuestas

inmunes adaptativas al facilitar la presentación de antígeno por macrófagos (9).

D. La respuesta inmune adaptativa es específica (10), se traduce en la síntesis

y secresión de anticuerpos que neutralizan toxinas (11), opsonizan bacterias

(12) y activan el complemento. También se expresa como citotoxicidad directa

o liberación de citoquinas linfocitarias proinflamatorias (13).

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Sistema Complemento

El Sistema Complemento está formado por un conjunto de proteínas séricas

que se activan en cascada y por proteínas reguladoras. La activación puede

iniciarse a través de complejos antígeno-anticuerpo en la vía clásica y por

acción de componentes bacterianos y diversas enzimas en la vía alterna.

Ambas vías convergen a nivel de C3 para originando el mismo producto final.

La vía clásica (figura central) se inicia cuando C1q se une a fragmento Fc de

dos moléculas de inmunoglobulinas unidas al antígeno presente en una

membrana (1). Se produce la fragmentación de C1r y se activa C1s el cual

fragmenta C4 y C2 originando C4b2b unido a membrana (2). C4a, que tiene

actividad de anafilatoxina (induce liberación de mediadores en células cebadas

y basófilos), y C2a difunden al fluído. El complejo bimolecular C4b2b es una C3

convertasa, esto es, rompe múltiples moléculas de C3 originando C3b que se

une al complejo C4b2b para formar la C5 convertasa (3) y C3a que es una

anafilatoxina. C3b cumple también la importante función de opsonina, ya que al

unirse a la membrana, confiere mayor eficacia a la fagocitosis.

La C5 convertasa formada por C4b2b3b escinde la molécula C5 en los

fragmentos C5b y C5a. C5a es anafilotoxina y C5b es una proteína de anclaje

para C6. Posteriormente se unen a ellas C7 y C8 formando un complejo

estable asociado a membrana que une a C9 (4). Este último se polimeriza

formando junto con C5b, C6, C7 y C8 el complejo de ataque a membrana

responsable de la lisis celular (5).

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En el sistema Complemento participan además de las proteínas nombradas,

inhibidores específicos e inespecíficos y reguladores tanto solubles como

constitutivos de membrana.

Las principales funciones biológicas del Sistema Complemento incluyen la

opsonización (A), la quimiotaxis (B), la lisis celular y bacteriana (C) y la función

de anafilatoxina (D). Además participa en la eliminación de complejos inmunes.

A. Opsonización: el factor C3b se une covalentemente a la superficie de

bacterias o células constituyéndose en un ligando para un receptor específico

ubicado en la membrana de polimorfonucleares y macrófagos entre otros. De

esta manera, la bacteria queda anclada a la superficie celular facilitando la

formación del fagosoma y estimulando el estallido metabólico que lleva a la

producción de radicales libres derivados del oxígeno. Existen cuatro receptores

para fragmentos de C3b en los leucocitos, CR1, CR2, CR3 y CR4, cuya

deficiencia determina una mayor susceptibilidad a padecer infecciones

recurrentes.

B. Quimiotaxis: el fragmento C5a, en conjunto con leucotrienos y citoquinas

( IL-8 ) ejercen atracción sobre leucocitos y monocitos guiando su migración

hacia el lugar donde se encuentra el agente injuriante. Además, al interactuar

con receptores específicos en los fagocitos aumentan su motilidad y generan

mecanismos bactericidas oxígeno-dependientes al activar su metabolismo

oxidativo.

C. Lisis: el complejo de ataque a membrana se introduce en la membrana de

bacterias, células y algunos virus produciendo alteraciones de permeabilidad

que conducen a su muerte.

D. Anafilatoxina: C3a, C4a y C5a inducen la liberación de mediadores

inflamatorios en diversas células los que producen el aumento de la

permeabilidad vascular característico de la anafilaxia. Las células cebadas,

basófilos, células musculares lisas y linfocitos expresan receptores para C3a y

C4a. Las células cebadas, basófilos, neutrófilos, monocitos/macrófagos y

endotelios poseen receptores para C5a. Las células cebadas y basófilos son

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estimuladas a liberar mediadores químicos especialemente histamina la que

produce aumento de la permeabilidad vascular y contracción del músculo liso.

Las células musculares y endoteliales se contraen por acción directa de las

anafilatoxinas.

Concepto de Inflamación

La inflamación es una reacción local del tejido vascularizado frente a un

agente injuriante que provoca daño tisular. Los componentes de la respuesta

inflamatoria son la microcirculación, las células sanguíneas, el plasma y células

del tejido conectivo. Su misión es localizar, eliminar o en su defecto aislar al

agente injuriante y tejido dañado, permitiendo la posterior reparación por

mecanismos regenerativos o cicatrizales.

En la inflamacion aguda, al producirse daño tisular, la microcirculación (A) sufre

una serie de cambios que incluyen vasodilatación y apertura de capilares no

funcionantes (B). Esta vasodilatación tiene como consecuencia un aumento del

aporte sanguíneo o hiperemia que se traduce en los signos rubor y calor.

Además se produce una disminución de la velocidad sanguínea la que invierte

el flujo axial normal de la sangre permitiendo el acercamiento de los leucocitos

a las células endoteliales (1).

El aumento en la presión hidrostática intravascular y el aumento de la

permeabilidad vascular venular permiten la salida de plasma y células al

intersticio (2). Las células migran hacia el agente injuriante atraídas por

factores quimiotácticos de origen endógeno o bacteriano. Los

polimorfonucleares neutrófilos (3) y macrófagos (4) fagocitan al agente

injuriante, labor que aumenta en eficiencia debido a la presencia de opsoninas

que recubren a las partículas que van a ser fagocitadas. Los cambios descritos

son consecuencia de la acción de mediadores químicos de la inflamación.

Estos pueden tener su origen en células cebadas (5), macrófagos (4) y células

endoteliales (6) entre otros. Los mediadores de origen plasmático inician su

activación a raíz del contacto del factor XII de la coagulación con membrana

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basal y colágeno debido al daño tisular y al aumento de la permeabilidad

venular.

Inflamaciones exudativas y productivas

La inflamación consiste básicamente en todos aquellos mecanismos que

facilitan y permiten la eliminación de agentes injuriantes especialmente por

fagocitosis. Las principales células fagocíticas: polimorfonucleares neutrófilos

(1) y macrófagos (2), provienen de la sangre. Un elemento central en la

inflamación es por lo tanto, la microcirculación (3). Por acción de mediadores

químicos originados en el agente injuriante y principalmente en el huésped, se

produce vasodilatación y aumento en la permeabilidad venular, permitiendo la

salida de fagocitos y plasma al intersticio. Tienen especial relevancia en este

proceso, mediadores químicos liberados por células cebadas (4) y moléculas

de adhesión celular presentes en células endoteliales (11). Células y plasma

configuran el exudado inflamatorio. La inflamación puede ser de carácter

exudativo (5) cuando las células que predominan son los polimorfonucleares

neutrófilos o bien de tipo productivo (6) donde las células que participan son

principalmente macrófagos y linfocitos (7).

Cuando el agente injuriante persiste al no poder ser eliminado por macrófagos,

se pueden formar células gigantes (8) que tienden a aislarlo del resto del

organismo. Estas células en conjunto con células epitelioideas (9), linfocitos y

fibroblastos (12), forman una estructura denominada granuloma. La inflamación

facilita el surgimiento de respuestas específicas ya que los macrófagos que en

ellas participan, son células presentadoras de antígeno que interactúan con

linfocitos T (10) en la generación de respuestas inmunes adaptativas.

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Fagocitosis

La fagocitosis es un mecanismo básico de defensa presente en la mayoría de

las especies. En los mamíferos está a cargo de células especializadas,

principalmente los polimorfonucleares neutrófilos y los macrófagos. Los

primeros son células sanguíneas circulantes que se ponen en contacto con el

material a fagocitar a través de la respuesta inflamatoria. Los macrófagos

provienen de monocitos circulantes o bien están distribuidos estratégicamente

en los tejidos. Ambos presentan diferencias en su poder fagocítico.

Los polimorfonucleares neutrófilos son especialmente efectivos durante el inicio

de infecciones por bacterias extracelulares gram positivas y gram negativas.

Los macrófagos participan en etapas más tardías de la inflamación fagocitando

bacterias y restos celulares. Son importantes en la defensa ante bacterias

intracelulares y generalmente actúan en concomitancia con respuestas

inmunes adaptativas.

La fagocitosis por polimorfonucleares neutrófilos se inicia a raiz del contacto de

esta célula con factores quimiotácticos endógenos o elaborados por

microorganismos (N-formilpéptidos)(1). Esta unión permite la migración

direccional del fagocito hacia el agente injuriante y activa el metabolismo

oxidativo celular. El reconocimiento y contacto con material a ser fagocitado

está mediado por opsoninas que pueden ser anticuerpos o el fragmento C3b

del complemento (2). La unión de la opsonina con la membrana celular gatilla

la formación de vacuolas fagocíticas y activa la enzima NADPH oxidasa la cual

comienza a generar radicales libres tales como anión superóxido, ion hidroxilo

y peróxido de hidrógeno. Esto sucede cuando se está formando el fagosoma

(3). Posteriormente, se produce la fusión del fagosoma con lisosomas celulares

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constituyéndose el fagolisosoma (4). Al vertir su contenido al fagosoma, estos

organelos aportan mieloperoxidasa que genera hipoclorito o hipoyodito a partir

del peróxido de hidrógeno. El anión superóxido, el ion hidroxilo, el peróxido de

hidrógeno y el hipoclorito son parte de los mecanismos bactericidas oxígeno-

dependientes. Actúan sobre la membrana bacteriana produciendo peroxidación

de lípidos, rompimiento de proteínas de membrana y de uniones disulfuro entre

ellas y formación de uniones cruzadas entre lípidos.

Los gránulos específicos y azurófilos de los polimorfonucleares aportan

también diversas proteínas con capacidad bacteriostática y bactericida. Entre

las primeras se encuentran la lisozima que ataca la mureína de la pared

bacteriana y la lactoferrina que priva a las bacterias de un elemento esencial

para su vida cual es el fierro. Los gránulos azurófilos aportan las proteínas

catiónicas microbicidas CAP 57 y CAP 37 que rompen la membrana externa de

bacterias gram-negativas. Además, vierten al fagosoma las enzimas

proteolíticas catepsina G y elastasa así como la lisozima. Este grupo de

elementos microbicidas conforman los mecanismos bactericidas oxígeno-

independientes. Finalmente, las enzimas hidrolíticas de los lisosomas digieren

a los microrganismos muertos (5). Durante la fagocitosis se produce

frecuentemente liberación de enzimas lisosómicas (6) tales como las proteasas

neutras las que contribuyen a la fluidificación de la matriz extracelular.

Asimismo aporta mediadores químicos de la inflamación tales como las

proteínas catiónicas. Estos mediadores aumentan la permeabilidad vascular en

forma directa o induciendo la liberación de histamina en la célula cebada.

También son quimiotácticos para monocitos e inhiben el movimiento de otros

neutrófilos y eosinófilos.

La fagocitosis por macrófagos es similar a la descrita para polimorfonucleares

neutrófilos difiriendo de esta en que carecen de mieloperoxidasa. A diferencia

de los polimorfonucleares, los macrófagos cumplen una labor fundamental en

la respuesta inmune adaptativa al ser células presentadoras de antígeno.

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Características de la inmunidad adaptativa

La respuesta inmune adaptativa está a cargo de un sistema especializado de

células, el sistema linfoepitelial y linforeticular, que conforman órganos linfoides

centrales y periféricos respectivamente. La inmunocompetencia aparece

tardíamente en la ontogenia y filogenia.

Las principales características de la respuesta inmune adaptativa son la

especificidad (A) y la memoria inmunológica (B). La especificidad se basa en la

existencia de un amplio repertorio de receptores presentes en linfocitos (circulo

izquierda) los que son capaces de reconocer particularmente regiones

moleculares de estructuras propias y ajenas denominadas genéricamente

epitopos o determinantes antigénicos (centro). Tal es así, que el sistema

inmune puede discriminar entre alrededor de 109 determinantes antigénicos

diferentes (circulo derecha). La especificidad se pone de manifiesto cuando los

epitopos son reconocidos por linfocitos T y B durante la induccción y durante la

fase efectora de la respuesta inmune.

A través del reconocimiento específico, el sistema inmune discrimina entre

antígenos propios y no propios, manteniendo de esta manera la constancia

macromolecular del individuo.

La respuesta inmune adaptativa presenta memoria, vale decir, ante un segundo

o posterior contacto con un mismo antígeno, el individuo responde de una

manera más rápida, vigorosa y con mayor afinidad por el antígeno que en la

primera ocasión.

El sistema inmune responde frente a diversos antígenos mediante una gran

variedad de mecanismos diferentes lo que le confiere la heterogeneidad que lo

caracteriza.

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Finalmente, la respuesta inmune es autorregulada permitiendo que su

intensidad y modalidad sea acorde al estímulo antigénico que la inició.

Antígenos

Clásicamente se ha definido antígeno como toda sustancia capaz de unirse

específicamente a un anticuerpo. En la naturaleza existe una gran variedad de

moléculas que son antigénicas, incluyendo moléculas simples tales como

algunos carbohidratos, lípidos y hormonas y macromoléculas complejas tales

como carbohidratos complejos, fosfolípidos, ácidos nucléicos y proteínas. Las

macromoléculas complejas son capaces de generar una respuesta inmune por

lo que se denominan inmunógenos. Las moléculas simples o haptenos pueden

generar respuestas inmunes siempre que se unan a macromoléculas

complejas durante la inmunización.

La zona de las macromoléculas antigénicas que se une específicamente a

anticuerpos se denomina determinante antigénico o epitopo.

Los microorganismos y otras estructuras complejas presentes en el medio

ambiente son consideradas desde el punto de vista de su antigenicidad como

mosaicos antigénicos (a). Los componentes de membrana, cilios, organelos y

otras estructuras (b), son de diversa naturaleza química y constituyen

macromoléculas con múltiples epitopos. Cada epitopo es capaz de generar una

respuesta inmune específica. En esta respuesta, los linfocitos T reconocen

secuencias peptídicas (c) con restricción genética MHC clase I o II. Los

linfocitos B reconocen directamente una conformación en las moléculas

inmunogénicas (d).

De acuerdo al tipo de respuesta que los antígenos provocan se consideran las

categorias de inmunógeno y tolerógeno. Los primeros dan origen a una

respuesta efectora consistente en células y moléculas capaces de neutralizar o

eliminar al antígeno. Los tolerogenos, al interactuar especificamente con las

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células del sistema inmune, originan una respuesta de memoria negativa, vale

decir, ante un posterior contacto con el mismo antígeno en calidad de

inmunógeno, no hay respuesta efectora.

Individualidad macromolecular: molécula MHC

clase I

El sistema inmune adaptativo reconoce "lo propio" y lo discrimina de "lo propio

alterado". Esta alteración de lo propio puede ser debida a la intromisión de

elementos exógenos o por cambios de origen endógeno. ¿Cómo se puede

definir "lo propio"? Desde un punto de vista genético, los individuos de una

misma especie comparten una estructura molecular básica al codificar el DNA

una gran variedad de proteínas estructurales, reguladoras y enzimáticas.

Alrededor de 110000 proteínas diferentes dan cuenta en el ser humano de la

gran diversidad y complejidad de su estructura y función. Cualquier cambio que

comprometa en forma importante esta estructura y función puede conducir a la

enfermedad.

La mayoría de las proteínas no presentan variación en su secuencia

aminoacídica entre un individuo y otro, existiendo a lo largo de la evolución una

tendencia a mantener una determianda conformación estructural.

Sin embargo, un cierto porcentaje de estas macromoléculas son codificadas

por genes polimórficos en la población, vale decir, presentan diferencias entre

individuos de una misma especie. Tal polimorfismo genético confiere al

individuo una identidad macromolecular que hace imposible que sea idéntico a

otro en cuanto a su constitución genética (salvo cuando se trata de gemelos

univitelinos).

La variabilidad genética debida a la existencia de genes polimórficos es una

característica fundamental de las especies ya que les permite un mayor poder

de adaptación a cambios que surgen en el medio ambiente.

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En este contexto, es de gran importancia que cada individuo mantenga su

identidad macromolecular inalterada mediante un sistema capaz de reconocer

y eliminar aquello que ha cambiado. La identidad macromolecular radica

principalmente en moléculas codificadas en los genes del complejo mayor de

histocompatibilidad (MHC) que se expresan en la membrana de todas las

células nucleadas (clase I) o de algunas células que participan en la respuesta

inmune (clase II).

Las moléculas codificadas por MHC (figura) son proteínas globulares que

presentan una zona hipervariable que conforma un bolsillo (centro más oscuro

de la figura)) donde se inserta el péptido antigénico. Estas moléculas están

permanentemente presentando péptidos propios o ajenos a linfocitos T los que

reconocen la conformación del complejo formado por MHC propio y el péptido

antigénico, vale decir, reconocen "lo propio alterado".

El gran polimorfismo del MHC, especialmente aquel que se expresa en la

región hipervariable o bolsillo, otorga al individuo la capacidad de presentar una

gran variedad de peptidos diferentes a su sistema inmune.

Protagonistas de la respuesta inmune adaptativa

Los principales protagonistas de la respuesta inmune adaptativa son el

antígeno, los linfocitos, los anticuerpos, las células accesorias, el sistema

complemento y las citoquinas.

La variedad de antígenos posibles es casi infinita. Cualquier molécula capaz de

originar una respuesta inmune adaptativa es un antígeno (1) . La mayoría de

los antígenos a los que el ser humano se ve enfrentado pertenece a la

categoría de mosaico antigénico, esto es a estructuras complejas tales como

microorganismos, células alogénicas y proteínas heterólogas que presentan

múltiples antígenos y una gran cantidad de determinantes antigénicos.

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Los receptores de linfocitos T y B y las inmunoglobulinas originadas en estos

últimos son los únicos componentes del sistema inmune con capacidad de

reconocer específicamente al antígeno.

Los linfocitos T maduran en el timo donde se diferencian constituyendo clones

y subpoblaciones. Un clon está formado por todos aquellos linfocitos que

comparten una misma especificidad la cual radica en receptores de superficie

denominados TCR. Las subpoblaciones linfocitarias se distinguen entre sí por

la función que ejercen durante la respuesta inmune. Las distintas

subpoblaciones presentan diferentes moléculas de superficie denominadas

marcadores CD. Así, los linfocitos T CD4+ (2) ejercen la función de

cooperadores (3) o bien son liberadores de sustancias solubles denominadas

linfoquinas (4) que interactúan con las células accesorias. Los linfocitos T

CD8+ ejrcen la función citotóxica (5) o supresora (6).

Los linfocitos B (7) inician su maduración en la médula ósea, conformando

clones que salen a la periferia con receptores específicos para antígeno que

corresponden a inmunoglobulina M unida a membrana. A raíz de su contacto

con este, los linfocitos B sufren cambios isotípicos que los llevan a sintetizar las

otras clases de inmunoglobulinas (8), las que secretan luego de diferenciarse a

células plasmáticas (9). De este modo, los linfocitos B conforman

subpoblaciones capaces de responder con una de cinco clases de

inmunoglobulinas de una determinada especificidad: IgM, IgG, IgA, IgD e IgE .

Las inmunoglobulinas neutralizan al antígeno y activan al complemento durante

la respuesta efectora.

Los linfocitos T CD4+ reconocen a los determinantes antigénicos en el contexto

de moléculas MHC clase II en la membrana de las células presentadoras de

antígeno (10). Los linfocitos T CD8+ reconocen al antígeno presentado por

moléculas MHC clase I ubicadas en la superficie de cualquier célula nucleada.

Los linfocitos B lo hacen directamente a través de su receptor idiotípico.

Durante la respuesta inmune, se produce una serie de interacciones entre las

células linfoides y no linfoides que en ella participan.

Otro tipo de linfocitos que participan en la respuesta inmune son los linfocitos

grandes granulares (11) los cuales no son T ni B ni tienen marcadores CD 4 u

8. Estos linfocitos son también denominados NK (células asesinas naturales o

natural killer) debido a su capacidad de lisar células ya sea directamente o a

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través de la unión de sus receptores al fragmento Fc de inmunoglobulinas que

cubren a la célula a ser eliminada. Los linfocitos grandes granulares son de

gran importancia en el fenómeno llamado "vigilancia inmunologica" al ser los

encargados de lisar células que presentan neoantigenicidad, especialmente

células cancerosas.

Las células accesorias participan en la inducción de la respuesta presentando

al antígeno y en su fase efectora, amplificando la labor de los linfocitos y

eliminando al antígeno por fagocitosis. Este último mecanismo es inespecífico,

ya que no discrimina entre distintos antígenos. Sin embargo,su eficiencia

aumenta grandemente al reconocer el fragmento Fc de inmunoglobulinas que

recubren al antígeno. Las células accesorias más importantes son las células

presentadoras de antígeno (12), que corresponden a macrófagos, células

dendríticas, células interdigitantes, células de Langerhans y células

endoteliales entre otras. Estas células están ampliamente distribuidas en el

organismo especialmente en los órganos linfoides periféricos, ganglios y bazo,

donde captan, procesan y presentan a los determinantes antigénicos a los

linfocitos T. Especial importancia tienen las células de Langerhans, ubicadas en

la epidermis, que presentan antígenos que ingresan por esa vía y los

macrófagos ubicados en las mucosas. Estas células forman parte del sistema

linfoide asociado a piel (SALT) y a mucosas (MALT) respectivamente. Las

células endoteliales han surgido últimamente como importantes participantes

en la respuesta inmune al tener capacidad de presentar antígenos, de secretar

citoquinas y de exponer moléculas de adhesión celular que otorgan

direccionalidad a la migración y ubicación de las células en los lugares donde

son requeridas (16).

Finalmente, los polimorfonucleares (13) neutrófilos, basófilos y eosinófilos

juegan un papel importante en la respuesta inmune. Los primeros presentan un

gran poder fagocítico especialmente cuando las partículas a fagocitar están

opsonizadas con inmunoglobulinas o complemento. Los basófilos secretan

mediadores químicos de la inflamación y los eosinófilos participan

especialmente en la respuesta inmune frente a parásitos y en reacciones

alérgicas.

Page 22: INMUNOLOGIA

Una característica importante de las células que participan en la respuesta

inmune es su recirculación, la cual aumenta grandemente la probabilidad de

encuentro entre el antígeno y los linfocitos específicos para él.

El sistema del complemento (14) es el gran amplificador de la respuesta

inmune mediada por anticuerpos. Está constituido por una serie de proteinas

plasmáticas, 11 de las cuales participan en una reacción en cascada que

conduce a la formación de un complejo multimolecular capaz de lisar bacterias

y células y a la generación de fragmentos con actividad flogística. También

incluye proteínas reguladoras del sistema

No se puede dejar de nombrar como protagonistas de la respuesta inmune a la

gran cantidad de citoquinas (15) que en ella participan. Estas son moléculas

biológicament activas liberadas por diversas células e involucradas en la

comunicación intercelular, llevando mensajes que comandan las funciones

requeridas para un funcionamiento armónico y efectivo de los componentes del

sistema inmune. Además, algunas citoquinas son responsables de efectos

sistémicos de la respuesta inmune e inflamación.

Maduración y selección del repertorio idiotípico

de linfocitos T.

El sistema inmune posee la potencialidad de reconocer en forma específica a

una gran cantidad de determinantes antígénicos distintos. Estas múltiples

especificidades se conocen como repertorio idiotípico y radican en la zona

variable de los receptores para antígeno presentes en los linfocitos. Cada

linfocito en particular tiene receptores capaces de reconocer una sóla

especificidad o sea una sola conformación molecular determinada.

La gran diversidad que caracteriza y hace eficiente a la inmunidad adaptativa

surge durante la maduración de linfocitos T en el timo y de linfocitos B en

médula osea a través de un proceso denominado "educación linfocitaria".

Los linfocitos T proliferan, se diferencian y adquieren inmunocompetencia en el

timo a partir de células madre originadas en el saco vitelino y provenientes de

Page 23: INMUNOLOGIA

médula ósea. La especificidad de los distintos receptores para antígeno (TCR)

surge por recombinaciones al azar de los genes que codifican sus cadenas

constituyentes. Además, en el timo se diferencian dos grandes subpoblaciones

linfocitarias, CD8 y CD4, las que cumplirán papeles distintos en la respuesta

inmune adaptativa.

Durante la maduración de linfocitos T, las células en desarrollo interactúan

estrechamente con células del estroma tímico y sus productos solubles. Las

células del estroma tímico forman microambientes que influyen en la expresión

de diversas moléculas que denotan el estado de diferenciación linfocitaria. El

estroma incluye un epitelio subcapsular, un epitelio cortical y un epitelio

medular. En la región corticomedular existen células interdigitantes y

macrófagos. Las células del estroma tímico expresan moléculas codificadas por

MHC clase I y II.

Los linfocitos inmaduros, al ir migrando desde la corteza hacia la médula, van

contactando estas moléculas MHC-Ag mediante su TCR. A raíz de este

contacto y por influencia de hormonas tímicas, se produce la selección de

especificidades que conformarán el repertorio idiotípico del individuo.

Este repertorio incluye poblaciones de linfocitos T con TCR alfa/beta y

marcador CD8+, T con TCR alfa/beta y marcador CD4+ y T con TCR

gamma/delta con especificidades para una gran cantidad de determinantes

antigénicos (¸ 109 ). En condiciones normales, este repertorio está

mayoritariamente formado por linfocitos que reconocen MHC propio con

péptido ajeno lo que asegura en parte, una tolerancia a antígenos propios

La selección del repertorio idiotípico se basa en el contacto de los TCR

ubicados en la membrana de los linfocitos con moléculas MHC clase I y II

expresadas en las células del estroma tímico que están presentando

constantemente antígenos propios (1 y 2 en la figura).

Los linfocitos que han iniciado su maduración en la corteza tímica van

adquiriendo sucesivamente diversos marcadores CD además de los TCR con

las distintas especificidades. Inicialmente son CD8(-)CD4(-)TCR(-), luego son

CD4(+)CD8(+)TCR(+) (a) etapa en la cual se produce la primera selección

negativa ya que aquellos que no presentan un TCR con alta afinidad por MHC

propio (b) sufrirán muerte por apoptosis (f). Aquellos linfocitos que contactan

Page 24: INMUNOLOGIA

MHC propio con alta afinidad se seleccionan positivamente y siguen su proceso

de maduración.

Como las especificidades han surgido al azar la poblacion linfocitaria incluirá

linfocitos que reconocen antígenos propios con alta afinidad. En un segundo

proceso de selección negativa, mueren (i) los linfocitos que contactan con alta

afinidad a antígenos propios en MHC propio (e) y sobreviven aquellos que

reconocen MHC-Antígeno propio con mediana y baja afinidad (c y d).

La selección de marcadores CD se produce por descarte.Tal es asi que si el

linfocito ha sido seleccionado positivamente al reconocer MHC clase I (c),

pierde la molécula CD4 y queda como CD8(+) (g). Si ha contactado con MHC

clase II, pierde la molécula CD8 y queda como CD4(+) (h).

Los linfocitos seleccionados salen a la periferia y serán los encargados de

reconocer MHC propio alterado por antígeno ajeno. Si son CD8(+) reconocerán

antígeno en el contexto de moléculas clase I y serán responsables de la

función citotóxica y supresora. Si son CD4(+) reconocerán antígeno en

moléculas MHC clase II y serán cooperadores o liberadores de linfoquinas.

Maduración de linfocitos B.

Los linfocitos B inician su maduración en la médula ósea y la concluyen en el

tejido linfoide periférico. Durante este proceso los linfocitos van adquiriendo

receptores para antígeno que son inmunoglobulinas formadas por cadenas

pesadas y livianas.

La gran diversidad de especificidades para antígeno surge a raíz de cambios

en los genes que codifican estas moléculas. Como se sabe, la

inmunoglobulinas rompen el dogma de la biología molecular "un gen, una

proteína" al estar codificadas en muchos segmentos génicos. Estos incluyen

múltiples genes variables (V), de unión (J) y de diversidad (D) que codifican la

región variable de cadenas pesadas y livianas (sólo V y J). Además participan

los genes mu, delta, gamma, alfa y epsilon que codifican la región constante de

Page 25: INMUNOLOGIA

cadenas pesadas y los genes kappa y lamda que codifican la región constante

de cadenas livianas. Primero ocurre una recombinación somática al azar de los

segmentos génicos V y J en cadenas livianas y de los segmentos V, J y D en

las cadenas pesadas. Además se producen mutaciones que aumentan la

diversidad. Posteriormente, las regines variables se agregan a las regiones

constantes para generar un mRNA que es traducido a cadenas pesadas o

livianas.

La expresión de estas cadenas en citoplasma o membrana de los linfocitos B

determina su estado de diferenciación y su capacidad de responder a antígeno.

La célula madre (1) da origen a linfocitos denominados pre-B (2) los que

presentan cadenas pesadas mu con regiones constantes y variables en el

citoplasma y por lo tanto no responden a antígeno. Posteriormente, estas

células comienzan a sintetizar cadenas livianas kappa o lambda que se asocian

con las cadenas mu para ser expresadas en la membrana citoplasmática como

receptor idiotípico y se denominan linfocitos B inmaduros (3). En esta etapa se

puede inducir un estado de tolerancia inmunológica (4) cuando estos linfocitos

contactan un antígeno. Además, en esta fase de su maduración se determina

la región variable de la inmunoglobulina que sintetizará en el futuro ese linfocito

B particular. En otras palabras, adquiere su especificidad. Estos linfocitos salen

a la periferia y continúan su maduración al iniciar la síntesis de cadenas delta

originanado linfocitos B maduros (5) los que expresan IgM e IgD de la misma

especificidad en su membrana. Estos linfocitos son inmunocompetentes de

manera que al contactar antígeno proliferan activamente amplificando el clon

correspondiente. Luego se diferencian a células plasmáticas las que secretan

grandes cantidades de inmunoglobulinas. Algunas células B activadas sufren

variación isotípica expresando otras clases de cadenas pesadas tales como

gamma, alfa o epsilon antes de diferenciarse a células plasmáticas. También

pueden sufrir aumento en la afinidad por el antígeno que las activó. Otros

linfocitos B activados, quedan como células de memoria después de la

estimulación antigénica (6). Se ha postulado que los linfocitos B maduros que

no contactan antígeno en un plazo determinado, mueren espontáneamente (7),

lo que significa que el pool de células B sufre permanentemente un activo

recambio.

Page 26: INMUNOLOGIA

Organos Linfoides Centrales y Periféricos:

Las características histológicas de los órganos centrales y periféricos del

sistema inmune aumenta la probabilidad de encuentro entre epitopo y linfocitos

con receptores específicos para él. Estos órganos están formados por una

intrincada red de células de origen epitelial o reticular, macrófagos y células

dendríticas. estas últimas tienen la capacidad de presentar antígenos en su

superficie, con o sin participación de moléculas codificadas por MHC. Los

linfocitos circulan a través de esta red celular, teniendo oportunidad de

contactar al epitopo que corresponde a su receptor idiotípico (figura).

En los órganos linfoides centrales, timo y médula osea, se produce la

maduración y diferenciación de las células linfoides encargadas de la respuesta

inmune adaptativa. Durante la maduración los linfocitos adquieren su

especificidad idiotípica y sus características funcionales. Los linfocitos que

maduran en el timo se denominan linfocitos T y pueden pertenecer a dos

grandes subpoblaciones, los T CD4+ y los T CD8+. Son los encargados de la

respuesta celular. En médula ósea maduran los linfocitos B que son

responsables de la respuesta humoral o de anticuerpos.

Los órganos linfoides periféricos incluyen a los numerosos ganglios linfáticos

distribuidos por todo el organismo, al bazo y a los tejidos linfoides asociados a

piel (SALT) y a mucosas (MALT).

La recirculación linfocitaria entre estos órganos a traves de la circulación

sanguínea y linfática es permanente, si bien existen áreas en donde

predominan linfocitos T o B. Los linfocitos suelen ingresar desde la sangre a los

ganglios linfáticos a traves de las vénulas de endotelio alto. Estas venulas

postcapilares especiales surgen a raíz de la estimulación por citoquinas

producidas por linfocitos T activados por antigeno. Expresan moléculas

denominadas adresinas cuyos ligandos corresponden a receptores de "hogar" (

homing receptors) presentes en los linfocitos. Los mas importantes son el

antígeno MEL 14, preferentemente ubicado en linfocitos vírgenes y que

Page 27: INMUNOLOGIA

determina su ingreso a ganglios linfáticos. El antigeno VLA-4 presente en

linfocitos, especialmente de memoria, pertenece a la familia de las integrinas y

facilita el ingreso de las células a las placas de Peyer. Además, la molécula

CD44, que no es exclusiva de linfocitos, permite el ingreso a través de las

venulas de endotelio alto ubicadas tanto en ganglios como en las Placas de

Peyer. Existen otras moléculas de adhesión importantes en la recirculación que

no son especificas para determinados sitios anatómicos. Entre ellas, la más

importante es el LFA-1 que se une especifícamente a dos proteínas llamadas

moléculas de adhesión intercelular (ICAM-1 y 2) ubicadas en células

endoteliales y otras células. Estas moléculas juegan un papel importante en

otros procesos tales como reconocimiento del antígeno y lisis por linfocitos

TCD8+.

Los linfocitos ubicados en órganos periféricos y aquellos recirculando por los

tejidos, pueden tomar contacto con el determinante antigénico correspondiente

iniciando la respuesta inmune adaptativa.

Etapas de la respuesta inmune adaptativa

La respuesta inmune adaptativa presenta diversas etapas que pueden ser

sistematizadas como inducción (a), activación y cooperación celular (b),

expansión clonal (c) y respuesta efectora (d). En la mayoría de los casos, se

generan células de memoria (e) responsables de respuestas secundarias ante

un segundo o posterior contacto con el mismo antígeno (memoria

inmunológica).

Durante la inducción de la respuesta inmune (a), los linfocitos reconocen

específicamente a los determinantes antigénicos o epitopos que son

presentados a ellos en el contexto de moléculas codificadas por el complejo

mayor de histocompatibilidad MHC clase I o II o bien directamente. En la

segunda etapa (b), los linfocitos que se han activado a raíz del reconocimiento

del antigeno y que han recibido el estímulo de la interleuquina 1 (IL-1)

secretada por la célula presentadora de antígeno (CPA), liberan interleuquina 2

Page 28: INMUNOLOGIA

(IL-2). Esta citoquina interactúa con receptores específicos que han surgido en

la membrana de ese u otros linfocitos activados. El hecho de que los

receptores para IL-2 se expresen sólo en aquellos linfocitos que han sido

estimulados por antígeno, evita una proliferacion desmedida de linfocitos por

acción de este poderoso factor de crecimiento. De esta menera, se asegura

que la expansión clonal se limite sólo a linfocitos que están respondiendo a un

estímulo antigénico.

A raíz de esta cooperación se produce la expansión de los clones linfocitarios

específicos para el o los antígenos que originaron la respuesta (c). Durante

esta etapa los linfocitos proliferan activamente y posteriormente se diferencian

a células efectoras. Las respuestas efectoras (d) presentan básicamente tres

modalidades las que se producen generalmente en forma simultánea con

predominio de una u otra. La respuesta humoral (1) está a cargo de

inmunoglobulinas o anticuerpos y tiene como mecanismo amplificador principal

al sistema del complemento, y a través de él, a una reacción inflamatoria

exudativa. La respuesta celular tipo hipersensibilidad retardada (2) está

mediada por linfoquinas secretadas por linfocitos T CD4+ o TDTH que

interactúan con macrófagos y otras células originando inflamaciónes

productivas. Finalmente, los linfocitos T CD8+ o TC (3) ejercen citotoxicidad

directa sobre células nucleadas alteradas.

Moléculas que participan en el reconocimiento

del antígeno

La fase de inducción de la respuesta inmune se inicia con el reconocimiento

antigénico durante el cual las células del sistema inmune contactan

específicamente a los epitopos o determinantes antigénicos a través de los

receptores idiotípicos ubicados en su membrana.

Las moléculas que participan en el reconocimiento son diferentes según se

trate de linfocitos B o linfocitos T. Los linfocitos B reconocen directamente a los

epitopos mediante receptores de membrana formados por cadenas de

Page 29: INMUNOLOGIA

inmunoglobulinas (a) El isotipo de estas inmunoglobulinas depende del estado

de maduración linfocitaria. En linfocitos B inmaduros se expresa la IgM, en

linfocitos maduros virgenes o sea que no han contactado antígeno

previamente, se expresan la IgM y la IgD y finalmente en linfocitos B de

memoria se puede expresar cualquier isotipo de inmunoglobulina.

Los linfocitos T reconocen antígeno con restricción genética, esto es, sólo son

activados si el péptido antigénico les es presentado por moléculas codificadas

por el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC).

El MHC es una región génica ubicada en el cromosonma 6 humano que

codifica para moléculas clase I y clase II y para algunos factores del

complemento, citoquinas y ciertas proteínas de shock térmico.

En el reconocimiento por linfocitos T CD8+ (b) se requiere de la presencia de

moléculas MHC clase I (1). Los linfocitos T CD4+ (c) reconocen antigeno en el

contexto de moléculas MHC clase II (2). Los linfocitos reconocen al complejo

formado por estas moléculas MHC y el péptido antigénico mediante sus

receptores idiotípicos TCR (3 y 4).

Los productos MHC clase I son glicoproteínas de membrana que forman un

complejo no covalente con un polipéptido no polimórfico denominado beta 2

microglobulina que está codificado en otro gen. Los productos clase II tienen

dos cadenas polimórficas: alfa y beta. Las estructuras tridimensionales de

ambos productos son similares y pueden ser divididas en cuatro regiones:

a) región ligante de antígeno la que es aminoterminal, extracelular y muy

polimórfica: alfa 1 y beta 1

b) región similar a inmunoglobulina que es extracelular y no polimórfica: alfa 2 y

beta 2

c) región de transmembrana y

d) región citoplasmática.

La zona de los productos clase I y II que une antígeno presenta una región

hipervariable la que a través de múltiples plegamientos forma una concavidad

que puede acomodar un péptido de 10 a 20 aminoácidos. Esta región ha sido

denominada bolsillo o hendidura.

Las moléculas codificadas por el MHC son extraordinariamente polimórficas

contando con más de 40 alelos para cada gen individual. La organización de

este complejo permite que un individuo heterocigoto exprese 6 alelos

Page 30: INMUNOLOGIA

polimórficos de moléculas clase I por célula. En cuanto a las moléculas clase II,

los individuos pueden expresar 10 a 20 productos génicos diferentes por célula.

Estas características otorgan al sistema la posibilidad de presentar una gran

variedad de péptidos a los linfocitos T.

Los receptores TCR presentes en linfocitos T CD8+ y T CD4+ son

heterodímeros compuestos por dos cadenas polipeptídicas denominadas alfa y

beta. Una pequeña población de linfocitos T presenta un heterodímero formado

por cadenas gamma y delta. Estas cadenas tienen gran similitud con las

cadenas de inmunoglobulinas al presentar una región variable y una constante.

Ambas cadenas están unidas por puentes disulfuro. El TCR tiene una región

extracelular que reconoce al péptido antigénico formando complejo con la

molécula MHC, una región de transmembrana y una porción citoplasmática.

El reconocimiento diferencial de MHC clase I y II por linfocitos T CD8+ y T

CD4+ respectivamente no depende del TCR sino de la presencia de moléculas

CD8 y CD4 en su membrana. La expresión de moléculas TCR y la función

activadora de linfocitos requiere de un conjunto de moléculas adyacentes que

forman el complejo CD3 y de moléculas de adhesión celular.

Teoría de la selección clonal

Esta teoría, postulada por Jerne, Talmage y Burnet, establece que el antígeno,

al ingresar al organismo, selecciona a un clon linfocitario preexistente y

específico para él induciendo su expansión. Las células pertenecientes a este

clon comparten la especificidad, sin embargo presentan variedad funcional

participando en las diferentes modalidades de las respuestas efectoras

humorales y celulares.

Si se analiza el conjunto de linfocitos de un individuo en cuanto a su

especificidad, se observa que está formado por múltiples clones derivados

cada uno de ellos de un linfocito con una sola especificidad. Los linfocitos de un

clon particular (células oscuras en la figura) tienen la potencialidad de

Page 31: INMUNOLOGIA

reconocer y responder a un determinado epitopo o determinante antigenico. La

diversidad idiotípica surge a raíz de recombinaciones al azar de los genes que

codifican los receptores para antígeno ubicados en linfocitos T y B.

Presentación de antígeno a linfocitos T CD4+.

Los linfocitos T CD4+ reconocen antígenos que son procesados y presentados

por células especializadas en esta función. Los fagocitos mononucleares, los

linfocitos B, las células dendríticas, las células de Langerhans de la piel y las

células endoteliales son células presentadoras de antígeno (CPA). Estas

células fagocitan o incorporan antígenos extracelulares, principalmente

microorganismos y antígenos protéicos solubles. En este proceso pueden

intervenir opsoninas tales como inmunoglobulinas o factores del complemento

que le confieren un cierto grado de especificidad a la fagocitosis y endocitosis

(1). En el caso de presentación de antígenos por linfocitos B, la incorporación

del material antigénico se produce a través de su receptor idiotípico.

El material antigénico es procesado en el interior de fagosomas o endosomas

acídicos con la participación de proteasas provenientes de lisosomas o

presentes en endosomas respectivamente (2). Estas enzimas degradan

parcialmente al antígeno, dejando péptidos de 10 a 20 aminoácidos. Estos

péptidos antigénicos se asocian con moléculas MHC clase II cuyo origen es

controvertido. Algunos autores postulan que provienen de un reciclaje de

moléculas ubicadas en la cara externa de la membrana celular. Otros, plantean

que son sintetizadas de novo en el retículo endoplásmico almacenándose en

una vesícula aún no claramente identificada (3). En todo caso, péptidos y

moléculas MHC II se encuentran en el endosoma (4), donde se unen no

Page 32: INMUNOLOGIA

covalentemente (5). Luego viajan hacia su ubicación definitiva en la membrana

celular (6). Se ha postulado que la unión del péptido antigénico a la molécula

MHC impide que siga siendo degradado por proteasas (7).

Ultimamente se ha descrito la participación en este proceso de una cadena

polipeptídica no polimórfica denominada cadena invariante (Ii) . Esta cadena,

se uniría a la molécula MHC recién sintetizada en la membrana del retículo

endoplásmico y sería eliminada proteolíticamente antes de que el MHC una al

péptido antigénico y se exprese en la membrana. Se ha atribuido diferentes

funciones a esta cadena invariante. Así, se ha sugerido que su presencia en el

bolsillo del MHC clase II impide la unión prematura de péptidos antigénicos a

él. Otros autores sugieren que la cadena invariante sirve para fijar la molécula

MHC II al endosoma permitiendo que se una adecuadamente el péptido

antigénico.

El complejo MHC-péptido es reconocido específicamente por el receptor

idiotípico de linfocitos T CD4+ (8) recibiendo estos una señal de activación.

Participan además en esta activación señales coestimuladoras por parte de la

CPA a través de la acción de las interleuquinas 1 y 6. En la presentación de

antígeno a linfocitos T CD4+ participan también las moléculas que conforman

el complejo CD3 el cual está unido al TCR en linfocitos y está encargado de la

transducción de la señal de activación durante el reconocimiento antigénico.

Además, otras moléculas accesorias (CD-4, LFA-1 y CD2) se unen a ligandos

presentes en la CPA estabilizando la unión TCR-complejo MHC-péptido.

Presentación de antígeno a linfocitos T CD8+.

Cualquier célula nucleada puede presentar antígeno a linfocitos T CD8+. Estos

linfocitos presentan restricción genética clase I, vale decir, sólo reconocen

péptidos antigénicos en el contexto de estas moléculas. Más aún, los linfocitos

T CD8+ reconocen antígenos endógenos o sea antígenos que han sido

sintetizados por la célula que los presenta. Entre ellos, los de mayor

Page 33: INMUNOLOGIA

importancia son los antígenos presentes en células infectadas por virus y los

neoantígenos propios de las células cancerosas.

En el núcleo de estas células se encuentran los genes que codifican a las

proteínas antigénicas (1) y a las moléculas MHC clase I (2). En el citoplasma se

produce la síntesis de las proteínas virales, antígenos tumorales u otros. Estos

son procesados por proteasas ubicadas en un compartimento celular aún no

identificado (3). Los péptidos resultantes son transportados al retículo

endoplásmico rugoso donde se asocian a moléculas MHC clase I sintetizadas

en ese lugar. El complejo MHC-péptido viaja en el interior de una vesícula

exocítica (4) hasta la membrana celular donde será reconocido por linfocitos T

CD8+ específicos para él (5).

Este contacto los hace ser respondedores a las citoquinas IL-2, IFN-gamma e

IL-6 provenientes de linfocitos T CD4+. Al recibir estas señales, el linfocito T

CD8+ se diferencia a linfocito T citotóxico, capaz de lisar células que presenten

al antígeno correspondiente en su membrana.

El linfocito T CD4+ en la respuesta inmune

adaptativa

En la fase de activación es fundamental la interacción celular a través de

contactos directos y de citoquinas.

Los linfocitos T CD4+ cumplen un papel central en esta fase de la respuesta

inmune, participando además en las otras etapas. La respuesta inmune frente a

antígenos T dependientes se inicia cuando linfocitos T CD4+ reconocen al

péptido antigénico presentado en móleculas codificadas por el MHC clase II,

por macrófagos y otras células presentadoras de antígeno (CPA) (1). Las CPA,

liberan además señales activadoras a los linfocitos T CD4+ a través de la

liberación de interleuquina 1 (IL-1). Las señales provenientes del contacto con

el antígeno y con la IL-1, determinan que el linfocito T CD4+ exprese

receptores para IL-2 y secrete esta interleuquina.

Page 34: INMUNOLOGIA

A raíz de esta estimulación autocrina o paracrina, los linfocitos T CD4+

proliferan y aumentan la secresión de diversas interleuquinas encargadas de

cooperar con respuestas efectoras T CD4+, T CD8+ y B. La respuesta inicial a

este estímulo consiste básicamente en una activa proliferación (expansión

clonal) y posterior diferenciación a células efectoras. Los linfocitos T CD4+

estimulan a otros linfocitos T CD4+ (2) a liberar linfoquinas (lq) responsables de

la respuesta celular tipo hipersensibilidad retardada en la que participan

macrófagos. También secretan interleuquinas que estimulan a aquellos

linfocitos T CD8+ citotóxicos que han recibido estímulo antigénico de células

nucleadas a través de MHC clase I (3).

Finalmente, los linfocitos B (4) que han recibido directamente el estímulo

antigénico a través del reconocimiento de la conformación de la molécula

antigénica, reciben señales que los llevarán a proliferar, diferenciarse a células

plasmáticas y a elaborar respuestas humorales mediante la síntesis de

inmunoglobulinas o anticuerpos (ac) de distintas clases. Las interleuquinas 2, 5

y 6 secretadas por los linfocitos T CD4+ inducen proliferación de linfocitos B

activados por antígeno. Las interleuquinas 4, 5 y 2 estimulan la diferenciación

hacia célula plasmática secretora de IgM. Las interleuquinas 2, 4 y 6 y el

interferón gamma (IFN-þ) participan en la variación isotípica hacia la síntesis de

IgG, las interleuquinas 5 y 2 y el factor de crecimiento transformante beta (TGF-

ß) lo hacen hacia la síntesis de IgA y la interleuquina 4 estimula la variación

isotípica hacia la síntesis de IgE.

Tipos de Respuesta Inmune Efectora

La respuesta inmune adaptativa presenta cuatro mecanismos básicos en su

fase efectora: la respuesta humoral clásica (A), la respuesta humoral mediada

Page 35: INMUNOLOGIA

por IgE (B), la respuesta celular citotóxica (C) y la respuesta celular tipo

hipersensibilidad retardada (D).

La respuesta humoral (A) se origina a raíz de la activación de linfocitos B los

que proliferan y se diferencian a células plasmáticas. Estas secretan cuatro

clases distintas de inmunoglobulinas, IgM, IgG, IgA e IgE, las que participan

directa o indirectamentemente en la eliminación o neutralización de antígenos.

La inmunoglobulina restante, IgD, está presente en membrana de los linfocitos

B y tiene un papel importante en la induccción de la respuesta inmune pero al

parecer no participa en respuestas efectoras.

Entre las funciones de las inmunoglobulinas en la fase efectora de la respuesta

inmune se destaca la neutralización de toxinas, virus, bacterias etc. impidiendo

su unión a células u otras estructuras. Las inmunoglobulinas de las clases M y

G pueden activar al complemento por vía clásica amplificando la respuesta

humoral. El complemento genera diversos compuestos intermedios

proflogísticos que atraen polimorfonucleares neutrófilos al sitio de la injuria y

promueven la eliminación de la noxa por fagocitosis. Además, el complemento

puede producir lisis celular o bacteriana. Otra función importante efectuada por

algunas inmunoglobulinas es la opsonización de bacterias u otras estructuras,

lo que le confiere un cierto grado de especificidad a la fagocitosis por

polimorfonucleares neutrófilos y macrófagos.

La respuesta humoral mediada por IgE (B) es especialmente importante en la

eliminación de parásitos. Esta inmunoglobulina se une por su fragmento Fc a

receptores específicos ubicados en células cebadas y basófilos. Cuando la IgE

une antígeno por el fragmento Fab, se produce la liberación de mediadores

químicos de la inflamación que se encuentran almacenados en los gránulos de

estas células. Además se estimula la síntesis de mediadores derivados del

ácido araquidónico, los leucotrienos y las prostaglandinas y de citoquinas. La

presencia de estos mediadores se traduce en una respuesta inflamatoria

tendiente a eliminar al agente injuriante. También participan eosinófilos con un

mecanismo ADCC mediado por IgE.

En la respuesta celular citotóxica (C), linfocitos T CD8+ activados producen la

lisis de las células que poseen el antígeno que los ha estimulado. Estas pueden

corresponder a células infectadas por virus, células cancerosas y células

alogénicas entre otras. Los linfocitos T CD8+ citotóxicos contactan a la célula

Page 36: INMUNOLOGIA

blanco y liberan diversas moléculas tóxicas contenidas en sus gránulos

citoplasmáticos. Entre ellas está la perforina que tiene la propiedad de formar

poros en la membrana de la célula blanco produciendo su lisis osmótica, y las

serina-esterasas que dañan la membrana. Además, libera linfotoxina (LT) que

mata a la célula blanco activando enzimas que fragmentan el DNA y conducen

a la apoptosis celular.

La respuesta efectora celular tipo hipersensibilidad retardada (D) está mediada

por diversas linfoquinas liberadas al medio por linfocitos T CD4+ activados y

diferenciados. Ellas activan principalmente a monocitos y macrófagos que son

en realidad las principales células efectoras de la respuesta. Este tipo de

respuesta, es especialmente importante en infecciones por microrganismos

intracelulares y se traduce en la formación de infiltrados inflamatorios

productivos difusos o granulomatosos.

Entre las linfoquinas más importantes se encuentran la interleuquina 2 que

estimula tanto la proliferación de linfocitos TCD4+ como la secresión de otras

citoquinas tales como interleuquina 2, interferon gamma, factor de necrosis

tumoral y linfotoxinas. El intereferón gamma actúa sobre células presentadoras

de antígeno, aumentando la expresión de moléculas MHC clase II. Además, al

igual que el factor de necrosis tumoral y la linfotoxina, actúa sobre células

endoteliales aumentando su capacidad de adherir leucocitos y facilitando la

formación de un infiltrado inflamatorio. El interferón gamma es el principal

activador de monocitos y macrófagos, los que aumentan su poder fagocítico, su

capacidad bactericida y su secreción de citoquinas.

Clases de inmunoglobulinas y sus funciones

La respuesta efectora humoral está a cargo de las inmunoglobulinas o

anticuerpos que son moléculas secretadas por células plasmáticas. Existen

Page 37: INMUNOLOGIA

cinco clases de inmunoglobulinas: IgM, IgG, IgA, IgE e IgD, formadas por una

unidad básica compuesta de dos cadenas polipetídicas globulares pesadas y

dos cadenas livianas unidas entre sí por puentes disulfuro (A). Ambas cadenas

presentan una zona constante (c) y una zona variable (v). En esta última, se

encuentra una zona hipervariable formada por 10 a 15 aminoácidos que

conforman el receptor idiotípico (r) responsable de la unión con el epitopo

presente en el antígeno.

Al ser sometida a digestión por papaína (flecha), esta molécula genera dos

fragmentos, el fragmento Fab responsable de la unión con antígeno y el

fragmento Fc que determina diversas funciones biológicas en las diferentes

inmunoglobulinas. El fragmento Fab está formado por una región constante y

una región variable de una cadena pesada y de una cadena liviana. El

fragmento Fc está formado sólo por regiones constantes de cadenas pesadas.

Las clases de inmunoglobulinas están determinadas por los diferentes isotipos

de las cadenas pesadas. Estas pueden ser mu, gamma, alfa, delta o epsilon.

Las cadenas livianas pueden ser kappa o bien lambda. Las distintas clases de

inmunoglobulinas presentan diversas funciones biológicas.

La IgM (1) está formada por cinco unidades básicas de inmunoglobulina unidas

entre si por una pieza J y se encuentra presente en el plasma. Tiene diez sitios

de unión con antígeno y es secretada principalmente en respuestas humorales

primarias timodependientes y en respuestas timoindependientes. Es de baja

afinidad pero presenta gran avidez por antígenos multivalentes especialmente

bacterianos. Es una potente fijadora del complemento, al presentar cinco

fragmentos Fc que unen al factor del complemento C1q. La IgM se encuentra

también en la membrana de linfocitos B en forma de monómero, constituyendo

los receptores idiotípicos de estas células.

La IgG (2) es la inmunoglobulina más abundante en el plasma, es monomérica

y es producida en grandes cantidades durante respuestas secundarias a

antígenos timodependientes. Sus principales funciones biológicas incluyen

fijación del complemento, unión a receptores para Fc en células fagocíticas al

opsonizar partículas durante la fogocitosis y unión a receptores en células NK

durante la citotoxicidad mediada por anticuerpos (ADCC). Esta inmunoglobulina

atraviesa la placenta confiriendo protección al feto durante el embarazo.

Page 38: INMUNOLOGIA

La IgA (3) se encuentra en lágrimas, leche, saliva y mucosa de los tractos

intestinal y digestivo. Está formada por dos unidades básicas unidas por una

pieza secretora sintetizada por las células epiteliales de las mucosas. Esta

pieza secretora es un polipéptido responsable del trasporte de la IgA a través

del epitelio. Ademas la proteje de la acción de enzimas proteolíticas presentes

en las secresiones. Es sintetizada en grandes cantidades por acúmulos

linfoides y placas de Peyer del intestino. No fija complemento ni es opsonina,

sin embargo su importancia es enorme al impedir el ingreso de

microorganismos y macromoléculas al organismo.

La IgE (4) se encuentra en muy bajas concentraciones en el suero de personas

normales, y en mayores concentraciones en individuos atópicos. En estos

últimos es responsable de los cuadros de hipersensibilidad mediada por un

mecanismo de daño inmunológico tipo I de la clasificación de Gell y Coombs. El

fragmento Fc de estas inmunoglobulinas presenta gran afinidad por receptores

para Fc epsilon en células cebadas y basófilos. Al estar ubicada en su

superficie y recibir el estímulo antigénico, la IgE induce su degranulación

iniciando un proceso inflamatorio y produciendo la contracción del músculo liso.

En condiciones normales, esta inmunoglobulina interviene en la respuesta

inmune protectora contra parásitos especialmente helmintos.

La IgD es una inmunoglobulina unida a membrana de los linfocitos B. Su

presencia en conjunto con IgM confiere inmunocompetencia a estos linfocitos.

Está practicamente ausente en el suero.

Respuesta inmune humoral primaria y

secundaria

La respuesta inmune humoral primaria a antígenos timodependientes difiere

cualitativa y cuantitativamente de una respuesta secundaria. Asimismo, los

mecanismos de inducción de las respuestas presentan algunas diferencias. En

ambas se requiere sin embargo de dos señales, una que proviene de la

Page 39: INMUNOLOGIA

estimulación del receptor idiotípico por parte del complejo MHC II- epitopo y la

otra está mediada por citoquinas provenientes de macrófagos y linfocitos T

CD4+.

En la respuesta primaria (A), el linfocito B reconoce la conformación del

epitopo, lo que lo hace expresar en su superficie receptores para citoquinas.

Los macrófagos y linfocitos T CD4+ liberan factor de necrosis tumoral (TNF),

interluequinas 1 y 6, citoquinas que estimulan a los linfocitos B a proliferar y

diferenciarse a células plasmáticas. Estas secretan IgM de baja afinidad. La

respuesta primaria deja células B de memoria.

En la respuesta secundaria, los linfocitos B de memoria reconocen al epitopo y

expresan receptores para un conjunto de citoquinas responsables de una

respuesta que presenta predominio de IgG, que es más vigorosa y de mayor

afinidad. En esta respuesta es de crucial importancia la presencia de linfocitos

T CD4+ que han reconocido al antígeno y que a través de la liberación de

citoquinas influyen en estos cambios cualitativos de la respuesta. Los efectos

de estas citoquinas se resumen como proliferación linfocitaria, diferenciación a

células plasmáticas, variación de isotipo y aumento de afinidad. Esta respuesta

deja células B y T CD4+ de memoria.

Respuesta humoral a antígenos

timodependientes y timoindependientes

Los linfocitos B pueden ser activados por antígenos timodependientes o

timoindependientes. La respuesta timodependiente (A) requiere de la

cooperación de linfocitos T CD4+ los que liberan citoquinas que inducen

proliferación y diferenciación en linfocitos B que han contactado antígenos

proteicos a través de su receptor idiotípico. El contacto con el antígeno inicia el

tránsito de los linfocitos B desde el reposo proliferativo (G0) hacia la etapa G1

del ciclo celular. Luego, la IL-1,la IL-4 y la IL-5 estimulan su proliferación y

finalmente las interleuquinas 4, 5 y 2 inducen la diferenciación y secreción de

anticuerpos especialmente IgM.

Page 40: INMUNOLOGIA

La respuesta humoral a antígenos proteicos se caracteriza además de ser

timodependiente, por presentar variación isotípica, maduración de afinidad y

por dejar memoria inmunológica. Todos estos fenómenos requieren también de

la participación de citoquinas derivadas de linfocitos T. La maduración de

afinidad y la generación de memoria también dependen de la actividad T CD4+,

sin embargo la naturaleza de los estímulos involucrados, no está clara aún. La

respuesta humoral a antígenos proteicos es por lo tanto dependiente de

linfocitos T y en su naturaleza influyen en gran medida la cantidad relativa de

citoquinas presentes en el microambiente en la cual se está produciendo.

La respuesta inmune humoral puede también ser independiente de la presencia

de celulas T cooperadoras. Los antígenos timoindependientes se localizan

frecuentemente en la superficie de macrófagos de la zona marginal de ganglios

linfáticos y bazo donde son reconocidos por linfocitos B sin la intervención de

procesamiento ni restricción genética. De acuerdo a la naturaleza de los

antígenos que las provocan y a ciertas peculiaridades, las respuestas timo-

independientes se subdividen en dos grupos.

En el primero (B), participan antígenos lipoprotéicos constituyentes de la pared

celular de diversas bacterias gram negativas (endotoxinas) las que son

capaces de estimular gran cantidad de linfocitos B en forma directa e

independiente del receptor idiotípico. Estas respuestas son de inducción rápida,

de carácter transitorio y no dejan memoria. Tampoco presentan maduración de

afinidad ni variación de isotipo. Las inmunoglobulinas predominantes son la IgM

y la IgG3.

El segundo tipo de respuesta timoindependiente (C), se produce ante la

presencia de antígenos de epitopos repetitivos tales como polisacáridos y

dextranos. A diferencia de la respuesta anterior, la activación es específica y

requiere de pequeñas cantidades de citoquinas cuya naturaleza es aún

desconocida. La activación de linfocitos B es consecuencia del contacto de

estos antígenos no procesados con receptores idiotípicos de membrana y se

traduce en proliferación y secreción de IgM de baja afinidad. Esta respuesta

carece de variación isotípica y no deja memoria.

Page 41: INMUNOLOGIA

Mecanismos semiespecíficos de estimulación

linfocitaria

La estimulación clásica de linfocitos en la respuesta inmune adaptativa es a

través de la unión específica del epitopo antigénico con el receptor idiotípico

respectivo. Este contacto puede requerir o no de la presencia de moleculas

MHC.

Existen sin embargo algunas excepciones en las cuales la estimulación

linfocitaria presenta un nivel de especificidad menos restringido, de manera que

ante un estímulo antigénico determinado reaccionan poblaciones de linfocitos

de diversas especificidades. Destacan la activación de linfocitos TCD4+ por

superantígenos (A), la estimulación policlonal de linfocitos B por

lipopolisacáridos bacterianos (B) y la estimulación de linfocitos con TCR

gamma delta (C).

A. Estimulación por superantígenos:

Algunas toxinas bacterianas y ciertos antígenos endógenos (ej:MLS en ratón)

estimulan particularmente a linfocitos T CD4+ que expresan un conjunto o

familia de genes V beta en el TCR . Estas toxinas han sido llamadas

superantígenos. Esta activación es dependiente de la presencia de MHC clase

II, sin embargo es independiente de la zona hipervariable de la molécula y su

contenido peptídico. Los superantígenos no requieren de procesamiento,

uniéndose directamente a la zona Vbeta del MHC y a una zona lateral del TCR

Page 42: INMUNOLOGIA

de linfocitos TCD4+. Los superantígenos no discriminan entre distintos alelos

del MHC de manera que el polimorfismo de esta molécula no influye en la

respuesta. Tampoco requieren de la cooperación de otros linfocitos T. Se trata

de una situación de semiespecificidad ya que está limitado a ciertos alelos V

beta. De esta manera, al tender los superantígenos una especie de puente

entre MHC y TCR, invocan a un grupo de linfocitos T de diferentes

especificidades. Estos linfocitos activados producen gran cantidad de

citoquinas, especialmente Factor de Necrosis Tumoral (TNF), las que originan

un cuadro clínico caracterizado por fiebre, coagulación intravascular

diseminada y shock cardiovascular. También estimulan macrófagos a secretar

citoquinas. Sin embargo, no tienen relación con respuestas inmunes

humorales.

Los superantigenos incluyen cinco grupos distintos de enterotoxinas

estafilocócicas que son causa del envenenamiento por alimentos en humanos

a través de este mecanismo. Otras toxinas relacionadas con este tipo de

respuesta son la TSST del sindrome shock tóxico, las exotoxinas pirógenas de

estreptococo y exotoxinas de micoplasmas. Todas ellas aun en

concentraciones muy bajas, son capaces de estimular a uno de cada cinco

linfocitos T.

El mecanismo de estimulación por superantígenos endógenos (por ejemplo Mls

del ratón) está siendo intensamente investigado en relación a deleción clonal y

tolerancia a antígenos propios.

B. Activación policlonal de linfocitos B.

Algunas bacterias gram negativas presentan en su superficie lipopolisacáridos

(endotoxinas) capaces de estimular a linfocitos B en forma independiente de su

especificidad idiotípica.

Estas endotoxinas, cuando están en dosis altas, se unen a la membrana de

linfocitos B en una estructura aún no identificada estimulando su activa

proliferación sin necesidad de la participación de citoquinas. Los activadores

policlonales de celulas B pertenecen por lo tanto a la categoría de antígenos T

independientes. La respuesta policlonal se manifiesta como la secresión de

grandes cantidades de IgM e IgG3 sin presentar otra variación de isotipo,

maduración de afinidad ni generación de memoria, como ocurre en las

Page 43: INMUNOLOGIA

respuestas T dependientes. La presencia de IgG3 sugiere la participación de

linfocitos T los que serían estimulados por el componente lipídico de los LPS.

Estos mismos antígenos en dosis bajas estimulan específicamente a linfocitos

B por lo que son considerados antígenos y no mitógenos.

Virus Epstein Barr

Otro activador policlonal de células B es el Virus Epstein Barr que se une al

receptor para complemento CR2 en linfocitos B.

C. Linfocitos gamma-delta (Referido a la ). Micobacterias y proteínas de shock

térmico (PST) tienen la capacidad de estimular a una población particular de

linfocitos T que expresan un TCR formado por cadenas gamma y delta. Estos

linfocitos dan cuenta de un 10% de la población total de células T, la mayoría

son dobles negativos CD4-CD8- y se ubican preferentemente en epitelios

intestinal, epidérmico, uterino y lingual. La respuesta de estos linfocitos a

micobacterias no presenta aparentemente restricción genética MHC clase I ni

II. Las proteínas de shock térmico que activan a estos linfocitos son moléculas

muy conservadas en la evolución, están presentes en la mayoría de los

procariontes y eucariontes y presentan homología con proteínas de

micobacterias. Algunas son codificadas por genes de la región III del complejo

mayor de histocompatibilidad, región que codifica también a diversos factores

del complemento y al factor de necrosis tumoral. La expresión de PST es

inducida por exposición a diversos estados de stress, incluyendo calor,

contacto con radicales libres y deprivación de oxígeno. Es interesante el hecho

de que bacterias sometidas a estados de anoxia o radicales libres pueden

secretar estas proteínas durante estados infecciosos. La respuesta efectora

sería fundamentalmente citotóxica si bien se ha postulado también una

respuesta mediada por linfoquinas.

Page 44: INMUNOLOGIA

Las características peculiares de esta respuesta ha llevado a diversos autores

a postular que la reacción de los linfocitos gamma delta a estas proteínas de

shock térmico constituye un mecanismo primitivo de respuesta a infecciones

bacterianas.

Regulación de la respuesta inmune

La regulación de la respuesta inmune adaptativa es de alta complejidad e

involucra aspectos relacionados con el antígeno (Ag), con la diversidad

funcional de poblaciones y subpoblaciones linfocitarias y sus productos, con la

presencia y acción de citoquinas y con la efectividad de células accesorias

entre otros.

La naturaleza del estímulo antigénico incluyendo su composición química, su

dosis, su vía de ingreso al organismo y su presentación, influye en aspectos

caulitativos y cuantitativos de la respuesta inmune.

1. La estimulación de linfocitos T CD4+ es crucial en la regulación de la

respuesta ya que esta célula al activarse (T4a) y diferenciarse a linfocito T

cooperador (T4h), se relaciona a través de la secresión de diversas citoquinas

con los linfocitos T CD4+ liberadores de linfoquinas (T4d), con los linfocitos

TCD8+ supresores (T8s) y con los linfocitos TCD8+ citotóxicos (T8c).

Asimismo, estimula a los linfocitos B en sus respuestas a antígenos

timodependientes. Es por lo tanto una célula que determina en gran parte la

intensidad de las respuesta al interactuar con todas las células efectoras de

ella.

2. Los linfocitos T4d regulan la respuesta inmune actuando principalmente a

nivel de células accesorias, tales como macrófagos, monocitos y células

endoteliales entre otras. Así, mediante la liberación de citoquinas, estimulan la

Page 45: INMUNOLOGIA

expresión de moléculas codificadas por MHC en células presentadoras de

antígeno, activan células NK, inducen la transformación de monocitos a

macrófagos y estimulan la liberación de citoquinas por parte de estos. Como

resultado de estas acciones, disminuye el estímulo antigénico al ser eliminado

por fagocitosis o lisis.

3. La estimulación de linfocitos T8c contribuye también a la eliminación del

antígeno cuando este es expresado en el contexto de MHC clase I en diversas

células nucleadas.

4. La respuesta humoral mediada por anticuerpos regula la respuesta de

diversas maneras. La acción directa de inmunoglobulinas sobre el antígeno, los

mecanismos de amplificación que operan en la respuesta a través de la

activación del complemento, la fagocitosis por polimorfonucleares neutrófilos o

la actividad ADCC de células NK, dismunuyen también el estímulo antigénico.

5. A su vez, la cantidad de inmunoglobulinas es regulada por la red idiotipo-

antiidiotipo en la cual participan anticuerpos específicos para la zona

hipervariable de los anticuerpos inducidos por la respuesta y de los receptores

respectivos..

6. Los linfocitos T8s inhiben a linfocitos T4a y T4h por un mecanismo aún no

bien establecido. Se ha postulado que también inhiben la actividad de linfocitos

T8c.

Al ir desapareciendo el antígeno por los mecanismos efectores mencionados,

disminuye la activación de linfocitos TCD4+ y por lo tanto, la respuesta pierde

paulatinamente su vigor y tiende a desaparecer. Queda sin embargo, memoria

inmunológica a cargo de linfocitos T y B los que responderán con mayor

eficiencia al recibir nuevamente al mismo antígeno.

Page 46: INMUNOLOGIA

Respuesta inmune frente a bacterias

extracelulares

Las bacterias extracelulares gram(+) (A) y gram(-) (B) producen enfermedad

través de toxinas y de la inducción de respuestas inflamatorias que se

acompañan de gran daño tisular y efectos sistémicos. Las toxinas pertenecen a

dos categorías: las exotoxinas y las endotoxinas.

Las exotoxinas son liberadas al medio extracelular principalmente por bacterias

gram(+) produciendo efectos tales como citotoxicidad, daño a membranas,

disminución de la síntesis protéica, aumento de cAMP y fiebre.

Las endotoxinas o lipopolisacáridos presentes en bacterias gram(-) producen

efectos deletéreos estimulando a diversas células del huésped a producir

citoquinas y otros mediadores responsables de daño tisular. En

concentraciones bajas, las endotoxinas actúan principalmente sobre

macrófagos, polimorfonucleares neutrófilos, linfocitos B y complemento. Los

primeros producen IL-1 y TNF que median la respuesta febril. En

concentraciones altas, estos componentes bacterianos son responsables de

una condición letal conocida como shock endotóxico caracterizado por

hipotensión y coagulación intravascular diseminada.

La respuesta del huésped ante la presencia de estos microorganismos

comprende mecanismos inespecíficos y específicos. Algunos de ellos son

comunes para ambos tipos de bacterias (2), otros en cambio son respuestas

particulares ante bacterias gram(+) (1) y gram(-) (3).

Los mecanismos inespecíficos comunes para ambos tipos de bacterias

comprenden básicamente la fagocitosis por PMNn (a) y macrófagos (b), la

Page 47: INMUNOLOGIA

activación del complemento por vía alterna (c) y la estimulación de liberación

de citoquinas por macrófagos y células endoteliales (d). Las respuesta

específica más importante es la humoral (e). La inmunidad celular (f) contribuye

mediante la cooperación de linfocitos T CD4+ a la respuesta humoral y la

liberación de linfoquinas.

a. La fagocitosis es uno de los mecanismos más efectivos en la eliminación de

bacterias extracelulares. La presencia de opsoninas derivadas de la activación

del complemento por vía clásica o alterna y de anticuerpos que reconocen

antígenos de la pared bacteriana, permite aumentar la eficacia de este proceso.

La capacidad de las diferente bacterias de sobrepasar estos mecanismos

determina en gran parte su virulencia.

b. Las bacterias gram(+) poseen un peptidoglicano de membrana que

promueve la formación de la C3 convertasa iniciando la activación del

complemento por vía alterna. Los lipolisacáridos de bacterias gram(-) pueden

activar el sistema a partir de C1q o de C3 al poseer receptores para estos

componentes del complemento. La activación del complemento aporta

opsoninas, factores quimiotácticos, anafilatoxinas y complejo de ataque a

membrana los que hacen más efectiva la respuesta inflamatoria y conducen a

la lisis bacteriana.

c. Las citoquinas más importantes que participan en estas respuestas son las

interleuquinas 1, 6 y 8 y el factor de necrosis tumoral TNF que estimulan la

inflamación y participan en la inducción y fase efectora de respuestas inmunes

adaptativas. Además producen efectos sistémicos tales como fiebre y

secresión de proteínas de fase aguda. Estas citoquinas pueden sin embargo

producir gran daño al huésped cuando se liberan masivamente en el shock

séptico o endotóxico.

e. La respuesta humoral puede ser inducida directamente por polisacáridos

componentes de la membrana bacteriana originando grandes cantidades de

IgM. Si existen citoquinas en el medio, se produce la variación isotípica hacia

otras clases de inmunoglobulinas. Los anticuerpos participan en la respuesta

opsonizando bacterias, neutralizando sus toxinas y activando el complemento.

f. La respuesta celular se origina en la presentación de péptidos antigénicos

bacterianos por macrófagos y linfocitos B a linfocitos TCD4+ los cuales

colaboran con respuestas humorales liberando interleuquinas 2, 5 y 6. También

Page 48: INMUNOLOGIA

participan en la respuesta efectora celular liberando linfoquinas que estimulan

macrófagos y aumentan la producción de leucocitos en médula osea entre

otros.

Además de estos mecanismos generales, algunas bacterias gram(+) (1) liberan

toxinas que estimulan gran cantidad de linfocitos T al tener la propiedad de ser

superantígenos. Estos antígenos tienen la particularidad de unirse a todos los

linfocitos T que expresan una familia particular de genes Vß en su TCR y al

MHC clase II que está presentando al antígeno. Los linfocitos T así estimulados

producen grandes cantidades de citoquinas.

Las bacterias gram(-) (3) tienen la particularidad de generar respuestas

policlonales en linfocitos B, con la producción de inmunoglobulinas de

diferentes especificidades.

Respuesta inmune frente a bacterias

intracelulares

Algunas bacterias son resistentes a los mecanismos bactericidas de fagocitos

al presentar una pared cérea que impide su acción. Así, ellas bacterias pueden

sobrevivir y permanecer en el interior de dichas celulas, especialmente de

macrófagos, durante largo tiempo. Las micobacterias y la listeria monocitogena

pertenecen a esta categoría de bacterias intracelulares.

Como es de esperar, los mecanismos inespecíficos de defensa, fagocitosis y

complemento y la respuesta inmune humoral son bastante ineficaces en la

eliminación de estos microorganismos. La respuesta T o celular en sus

versiones citotóxica y de tipo hipersensibilidad retardada son las encargadas de

combatir a las bacterias intracelulares. Sin embargo en muchas ocasiones

estas respuestas producen gran daño al organismo.

Los antígenos protéicos bacterianos son presentados a linfocitos T CD4+ en

MHC II de macrófagos (1) y a linfocitos T CD8+ en MHC I de células nucleadas

Page 49: INMUNOLOGIA

infectadas (2). Los linfocitos T CD4+ se ativan y luego de proliferar, secretan

citoquinas especialmente interferón gamma (IFNþ). Estas citoquinas atraen y

activan macrófagos estimulando su poder fagocítico y microbicida. También

contribuyen a estimular la producción de anticuerpos. Esta respuesta se

manifiesta como una inflamación productiva difusa y puede erradicar

completamente a los agentes infecciosos. Sin embargo, cuando las bacterias

persisten debido a su resistencia a los mecanismos bactericidas, las citoquinas

atraen más macrófagos originando granulomas (3) que intentan localizar la

infección impidiendo su diseminación. Los granulomas están constituidos de

células gigantes multinucleadas (4) que contienen micobacterias en su interior,

rodeadas de células epitelioideas (5), linfocitos y fibroblastos. Las células

gigantes se forman por fusión y multiplicación de macrófagos y las células

epitelioideas son macrófagos atípicos. El portador de estas estructuras suele

desarrollar hipersensibilidad retardada que se manifiesta como una respuesta

más vigorosa que conduce a necrosis y fibrosis del granuloma. De esta

manera, la respuesta del huésped es la principal causa de daño tisular y

efectos sistémicos propios de la enfermedad.

El papel que juegan los linfocitos T CD8+ citotóxicos no está claro. Se ha

postulado que lisan células infectadas que están permanentemente

presentando antígenos.

Respuesta inmune frente a parásitos helmintos:

Algunos parásitos tales como los helmintos provocan en el huésped una

respuesta inmune particular y distinta a las respuestas celular y humoral

clásicas. Esta respuesta esta mediada por IgE, células cebadas y eosinófilos.

Los helmintos poseen antígenos que estimulan preferentemente a linfocitos T

CD4+ que secretan las interleuquinas 4 y 5. Estos linfocitos pertenecerían al

subgrupo de linfocitos cooperadores Th-2 descritos en el ratón. La IL-4 actúa

sobre linfocitos B produciendo la variación de isotipo desde IgM a IgE (A). La

IL-5 atrae gran cantidad de eosinofilos al lugar donde se encuentra el parásito.

Page 50: INMUNOLOGIA

La IgE opsoniza al parásito y los eosinófilos se unen a esta inmunoglobulina a

través de sus receptores para Fc epsilon (1). Mediante un mecanismo ADCC y

liberando el contenido de sus gránulos en la superficie del helminto, los

eosinófilos son capaces de producir la lisis parasitaria. La proteína básica

mayor presente en los gránulos del eosinófilo es más tóxica para estos

organismos que los radicales libres y enzimas proteolíticas liberadas por

polimorfonucleares neutrófilos y macrófagos.

Las células cebadas colaboran en esta respuesta al ser inducidas a secretar

mediadores por la acción de IgE unida a su superficie a través del fragmento Fc

y a antígenos parasitarios a través de la región Fab (2). Entre estos mediadores

son importantes la histamina que produce vasodilatación y aumenta la

permeabilidad vascular, los factores quimiotácticos que atraen eosinófilos,

neutrófilos, monocitos y basófilos, los leucotrienos que aumentan la secresión

de mucus y la histamina y prostaglandina D2 que producen contracción del

musculo liso. Sus efectos contribuyen a producir daño al parásito y a

expulsarlos cuando se encuentran en zonas tales como el lumen intestinal.

Además de esta respuesta, el huésped utiliza al sistema complemento, a

anticuerpos de otros isotipos y a la acción de PMNn y macrófagos en la

eliminación de helmintos.

Respuesta inmune frente a virus:

Los virus son parásitos intracelulares obligados, requiriendo de la maquinaria

metabólica de una célula para replicarse. Su estructura básica incluye un ácido

nucleico, que puede ser DNA o bien RNA, rodeado por una envoltura protéica o

cápsula que le permite ingresar a las células. Una infección viral comprende

una etapa extracelular y una etapa intracelular, por lo tanto la respuesta inmune

puede interferir con ellos en estos dos niveles.

Page 51: INMUNOLOGIA

Los virus ingresan al organismo por diversas vías incluyendo la respiratoria, la

gastrointestinal, la transcutánea la genitourinaria y la rectal. Luego de ingresar,

se produce una etapa de replicación primaria para luego diseminarse e

introducirse en su tejido blanco final. Las infecciones virales pueden ser líticas,

latentes o persistentes. La respuesta inmune adquiere características y

efectividad diferentes de acuerdo a la vía de ingreso del virus y al tipo de

infección que provoca.

La respuesta inmune en sentido amplio frente a estos microorganismos

comprende mecanismos inespecíficos y específicos con características y

efectividad particulares que dependen de la naturaleza de cada virus. Entre los

mecanismos inespecíficos, los de mayor relevancia incluyen la producción de

interferón tipo I, la presencia de células NK y la activación del complemento. La

respuesta inmune adaptativa antiviral incluye mecanismos efectores humorales

y celulares, siendo estos últimos los más eficaces.

El organismo cuenta con una serie de elementos para impedir o dificultar el

ingreso de virus al organismo. Así por ejemplo, en la vía respiratoria, los virus

deben sobrepasar el efecto neutralizante de IgA secretora, la acción lítica de

células NK y la función fagocítica de macrófagos. En el sistema gastrointestinal

existen una serie de elementos que limitan la persitencia e ingreso de

partículas virales. Entre ellos tienen importancia el pH ácido gástrico, las sales

biliares, enzimas proteolíticas e IgA secretora. En la piel, el estrato córneo

constituye una barrera física que es sobrepasada cuando los virus ingresan

mediante picaduras de insectos, mordida de animales o bien por el uso de

jeringas contaminadas. La transmisión sexual ha adquirido especial importancia

a raíz del SIDA. En este caso, la mucosa y la IgA se oponen al ingreso del virus

HIV.

Si los virus logran sobrepasar estas barreras, se ven enfrentados a diversas

modalidades de la respuesta inmunológica cuya eficiencia dependerá de la

etapa del ciclo infectivo viral en que actúen.

En una fase precoz de la infección tiene importancia la actividad lítica de las

células NK las que lisan células infectadas por virus ya sea directamente o bien

a través del mecanismo ADCC y la activación del complemento por via alterna.

Más adelante, los virus, al ser en general muy inmunogénicos, estimulan

respuestas T y B. Los linfocitos T CD4+ reconocen péptidos virales en el

Page 52: INMUNOLOGIA

contexto de moléculas MHC clase II en células presentadoras de antígeno

ejerciendo su función cooperadora con respuestas de linfocitos B y T CD8+. La

respuesta celular en su modalidad citotóxica es la más efectiva ya que los

linfocitos T CD8+ activados, al reconocer péptidos antigénicos de origen viral

en moléculas MHC clase I en células infectadas por virus, son capaces de

lisarlas (1).

Los anticuerpos (2) cumplen un papel relativamente pobre en las infecciones

virales agudas, sin embargo son importantes en la prevención de reinfecciones.

Los anticuerpos, al unirse a epitopos presentes en proteínas ubicadas en la

superficie de la partícula viral (anticuerpos neutralizantes), pueden reducir su

infectividad. Esto lo logran inhibiendo diversas etapas del ciclo reproductivo

viral tales como unión a la membrana celular y penetración a la célula. Además

pueden producir agregados de viriones, acelerar su degradación en vesículas y

facilitar su fagocitosis al opsonizarlos.

La activación del complemento (3) es otro mecanismo defensivo antiviral. Este

sistema puede ser activado por vía clásica y alterna, conduciendo a la

opsonización por C3b y a la lisis de virus con cápsula o de células infectadas

por virus. Su eficacia en el hombre es sin embargo relativa, ya que pacientes

deficientes en factores del complemento, no presentan una mayor incidencia ni

gravedad en infecciones de este tipo.

Finalmente, durante la infección viral se induce la síntesis de proteínas

llamadas interferón en las células del huésped. El interferón es liberado al

extracelular y actúa sobre células vecinas uniéndose a un receptor e

induciendo la síntesis de una proteína kinasa que fosforila un factor de

iniciación de la síntesis protéica. Mediante este mecanismo, se interfiere con la

síntesis de proteínas virales. Además el interferón activa a endonucleasas que

degradan el mRNA viral y estimulan a otras células que participan en la

respuesta inmune tales como celulas NK y linfocitos T citotóxicos

Page 53: INMUNOLOGIA

Respuesta inmune frente a células cancerosas

Las células cancerosas presentan una neoantigenicidad al exponer en su

membrana antígenos diferentes a los propios. De esta manera, desde un punto

de vista de la inmunidad adaptativa, equivalen a un trasplante alogénico. Los

antígenos tumorales que provocan un rechazo inmunológico se denominan

TSTA e incluyen proteínas tumorales que son presentadas por moléculas MHC

clase I presentes en las células cancerosas.

Los antígenos de neoplasias malignas originan respuestas humorales y

celulares. Se ha detectado la presencia de anticuerpos contra estos antígenos

en el suero de pacientes cancerosos. Su papel en el rechazo inmunológico del

tumor, es sin embargo, controvertido. En experimentos in vitro, estos

anticuerpos hacen posible la activación del complemento y también el

mecanismo ADCC (citotoxicidad mediada por anticuerpos) por parte de células

NK.

Los linfocitos T CD8+ citotóxicos (1) parecen ser más efectivos que los

anticuerpos en el rechazo inmunológico de células cancerosas. La

especificidad de estos linfocitos a un determinado tumor no está bien clara ya

que pueden reaccionar también con otras neoplasias malignas que no

presentan la misma antigenicidad.

Las células " Natural Killer" o NK (2) parecen ser las células efectoras más

importantes en la vigilancia inmunológica y en la respuesta inmune efectora a

células cancerosas. En el primer caso, las células NK detectan la presencia de

células malignas en forma precoz, eliminándolas por un mecanismo citotóxico

antes de que constituyan una neoplasias clínicamente detectables. Si las

células cancerosas han sobrepasado este rechazo inmunológico y han

conformado un tumor, las células NK pueden ejercer citotoxicidad directa de

Page 54: INMUNOLOGIA

una manera similar a la de los linfocitos T citotóxicos o bien, en conjunto con

anticuerpos, pueden lisar células cancerosas por el mecanismo ADCC. En esta

respuesta es de vital importancia la presencia de citoquinas que activan la

capacidad tumoricida de células NK. Entre estas, se cuentan los interferones, el

factor de necrosis tumoral y la interleuquina 2.

Finalmente, los macrófagos (3) pueden participar en la respuesta frente a

células cancerosas a través del mecanismo ADCC y de la liberación de

enzimas lisosómicas y radicales libres. También se ha descrito la participación

de oxido nitroso (NO). Sin embargo, la citoquina más importante en la reacción

de macrófagos ante células cancerosas, es el factor de necrosis tumoral (TNF)

cuya unión a la superficie celular se manifiesta como toxicidad a través de la

generación de radicales libres en ella. Además, el TNF produce alteraciones en

la circulación sanguínea las que se traducirían en trombosis y necrosis

isquémica del tumor.

A pesar de la existencia de todos estos mecanismos inespecíficos y

específicos, las neoplasias malignas, una vez alcanzado un tamaño crítico, no

son posibles de ser eliminadas por medios inmunológicos.

Concepto de Inmunopatología

El sistema de la inmunidad adaptativa mantiene la constancia macromolecular

detectando y eliminando agentes injuriantes exógenos y componentes propios

alterados.

Los mecanismos involucrados en las respuestas celulares y humorales pueden

sin embargo, bajo ciertas circunstancias, ser responsables de daño tisular y

disfunción orgánica. Tal es así, que las respuestas inmunes adaptativas,

pueden producir, a través de distintos Mecanismos de Daño Inmunológico,

Hipersensibilidad (1) y Autoinmunidad (2). En estos casos, el daño tisular es

consecuencia de una respuesta inmune frente a antígenos ajenos o propios

respectivamente.

Page 55: INMUNOLOGIA

Alternativamente, en condiciones denominadas genéricamente

Inmunodeficiencias (3), la respuesta de inmunidad adaptativa puede estar

alterada en sus componentes y/o funciones. En estos casos, los pacientes

sufren de infecciones recurrentes y/o neoplasias malignas que surgen de la

incapacidad de sus distintos componentes de detectar y/o eliminar

microorganismos o bien células propias alteradas.

Finalmente, las células del sistema inmune, tanto específicas (linfocitos) como

accesorias (monocitos, granulocitos), pueden sufrir procesos neoplásicos (4),

originando Linfomas, Leucemias y Mielomas principalmente.

Inmunodeficiencias y neoplasias producen alteraciones en la respuesta de

inmunidad adaptativa. Sin embargo, en el caso de las neoplasias, las

principales consecuencias para el huésped son aquellas inherentes a los

procesos malignos.

Mecanismos de daño inmunológico

A principios del siglo XX, se había apreciado la importancia de los anticuerpos

en las respuestas inmunes protectoras, habiéndose descrito sus propiedades

de opsonina, aglutinina, precipitina, etc. Se había comprobado también, que

una segunda exposición al antígeno en un animal previamente inmunizado con

él, se traducía en una respuesta de anticuerpos más vigorosa. Gradualmente

se llegó al convencimiento que estos anticuerpos podían eventualmente

producir efectos deletéreos al organismo, al participar en reacciones conocidas

hoy como Hipersensibilidad. En 1902, Richet y Portier hablaron de "anafilaxis"

para referirse a un frecuente estado de shock inducido en perros que habían

sido inmunizados con pequeñas dosis de antígeno de toxina de tentáculos de

Actinaria.

Page 56: INMUNOLOGIA

Poco después, en 1906, von Pirquet propuso el término "alergia" para referirse

a fenómenos contrarios al rol protector de la respuesta de inmunidad

adaptativa, los que se manifiestan como daño tisular. Un ejemplo de estos

fenómenos es la anafilaxia, otro es la respuesta a la inyección de tuberculina

en la piel de un individuo que tiene o ha tenido tuberculosis.

Posteriormente se inició el estudio de una serie de condiciones que afectan al

hombre en las que el Sistema Inmune participa produciendo daño tisular (figura

central). Se describió la hipersensibilidad inmediata y retardada, de acuerdo al

tiempo que transcurre entre la aplicación del antígeno y la aparición de las

manifestaciones clínicas. Utilizando animales experimentales se llegó al

convencimiento de que la hipersensibilidad inmediata está mediada por

anticuerpos y que puede ser transferida de un animal sensibilizado a uno

normal mediante el traspaso de suero. En cambio, en la hipersensibilidad

retardada, participan células linfoides y sólo puede ser transferida a un animal

sano al inyectar linfocitos de un animal sensibilizado. En 1963, Gell y Coombs

publicaron una clasificación de las reacciones alérgicas "responsables de

hipersensibilidad clinica y enfermedad" basada en los mecanismos

involucrados en el daño tisular observado. Enfatizaron en la necesidad de

demostrar la participación directa de la respuesta inmune en el daño para

calificar una entidad clínica como Hipersensibilidad o Alergia.

Estos autores utilizaron el término alergia para referirse a un estado

específicamente alterado de un huésped, a raíz de la exposición a un alergeno.

Describieron cuatro vías o tipos principales de reacciones " por las cuales el

individuo o animal sensibilizado por una experiencia previa con el antígeno,

puede reaccionar y, si la reacción es suficientemente intensa, sufrir daño como

resultado del estado alérgico ". Los cuatro mecanismos básicos de daño

inmunológico descritos por estos autores son: tipo I o anafiláctico-reagínico,

tipo II o citotóxico, tipo III o por complejos inmunes y tipo IV o celular.

Posteriormente se vió que estos mecanismos de daño, especialmente los tres

últimos operan en el daño tisular observado en enfermedades autoinmunitarias.

El mecanismo de daño tipo I está mediado por IgE y células cebadas y es

consecuencia de la exposición a antígenos comunmente llamados alergenos.

Las células cebadas liberan mediadores químicos que alteran la

microcirculación y producen fenómenos inflamatorios (1).

Page 57: INMUNOLOGIA

En el mecanismo tipo II participan como elementos responsables del daño, la

IgG y la IgM las que, al activar

al sistema complemento, producen lisis celular e inflamación. Este tipo de

mecanismo de daño puede también ocurrir sin la participación del sistema

complemento en cuyo caso se produce acortamiento de la vida media celular

por opsonización mediante inmunoglobulinas o bien estimulación o inhibición

de determinadas funciones celulares por anticuerpos (2).

El mecanismo de daño tipo III involucra necesariamente al sistema

complemento, el cual es activado in situ por complejos antígeno- anticuerpo en

el interior de pequeños vasos, produciendo en ellos inflamaciones exudativas

(vasculitis) (3).

En el mecanismo de daño tipo IV, el antígeno está unido o forma parte de

membranas celulares, determinando una respuesta citolítica por parte de

linfocitos T CD8+ o bien inflamación productiva a raíz de la liberación de

linfoquinas por los linfocitos TCD4+ (4).

La hipersensibilidad y la autoinmunidad presentan como factor común, daño

tisular provocado por una respuesta inmune adaptativa.

Es necesario hacer una distinción entre estas patologías y el daño tisular que

suele producirse en el trascurso de respuestas protectoras frente a diversos

microorganismos, parásitos y virus. La persistencia de un agente injuriante o

respuestas inmunes e inflamatorias exacerbadas, con gran liberación de

mediadores químicos y citoquinas, pueden conducir a un daño tisular

secundario cuyo origen difiere de aquel encontrado en hipersensibilidad o

autoinmunidad. Por otra parte, algunas respuestas autoinmunes no se

manifiestan como daño tisular.

Al observar la sintomatología y evolución clínica de diversos pacientes

afectados por hipersensibilidad o autoinmunidad y al averiguar a través de

diversos métodos cuál es la patogenia de su enfermedad, se puede dilucidar el

mecanismo inmunológico responsable. En términos de frecuencia, la mayoría

de los casos de hipersensibilidad son consecuencia de los mecanismos de

daño tipos I y IV mientras que en autoinmunidad participan fundamentalmente

los mecanismos de daño tipos II y III. Sin embargo, en muchas ocaciones

ocurre que la patogenia responsable del daño no corresponde estrictamente a

uno de los mecanismos de daño descritos por Gell y Coombs, sino a una

Page 58: INMUNOLOGIA

combinación de ellos. Por otra parte, a medida que se avanza en el

conocimiento de la inmunología, se ha postulado la participación de elementos

que no fueron conocidos en la época en la que estos autores plantearon su

clasificación. No obstante, el análisis de los mecanismos de daño inmunológico

de acuerdo a la clasificación de estos autores, es de gran valor didáctico.

En la hipersensibilidad, la respuesta inmune produce fenómenos inflamatorios

u otras manifestaciones mórbidas a raíz de la exposición del individuo afectado

a antígenos exógenos. El término hipersensibilidad ha sido históricamente

utilizado como sinónimo de respuesta inmune exagerada frente a antígenos

que en condiciones normales deberían producir una respuesta protectora

adecuada. Sin embargo, esta definición merece reparos, ya que en

hipersensibilidad, no siempre existe una respuesta anómala en cuanto a

intensidad. Así, en la hipersensibilidad mediada por mecanismos de daño

inmunológico tipos II, III y IV las características cualitativas y cuantitativas de la

respuesta suelen ser normales, sin embargo hay daño a estructuras propias.

Diversas circunstancias, ligadas a la presentación del antígeno, a su naturaleza

química y a la secuencia de eventos que ocurre durante la respuesta,

conducen a que se produzca un daño tisular cuando el sistema inmune intenta

eliminar al antígeno. De manera que en estos casos, parece necesario

considerar el papel que juega el azar en este tipo de reacciones. Una

excepción a esto es la hipersensibilidad mediada por un mecanismo de daño

tipo I, en la cual existe generalmente una síntesis exagerada de

inmunoglobulina E ante la presencia de antígenos generalmente inocuos para

la gran mayoría de los individuos.

En la autoinmunidad, el sistema inmune pierde su estado de tolerancia a

antígenos propios y elabora respuestas efectoras frente a ellos las que pueden

cumplir un papel fisiológico o bien producir daño tisular.

Page 59: INMUNOLOGIA

Mecanismo de daño inmunológico tipo I o

anafiláctico reagínico

En el mecanismo de daño anafiláctico reagínico participan principalmente la

inmunoglobulina E y la célula cebada con sus mediadores. Este mecanismo de

daño es responsable de la mayoría de los cuadros de hipersensibilidad que

afectan a la población, sin embargo no parece tener relevancia en la patogenia

de enfermedades autoinmunitarias.

La respuesta humoral mediada por IgE tiene su origen evolutivo en la

inmunidad protectora frente a parásitos (ver lámina 28). Este mismo tipo de

respuesta puede ser gatillado en presencia de ciertos antígenos llamados

alergenos en individuos atópicos.

Los alergenos son antígenos de origen vegetal, animal, alimentario o

medicamentoso que producen una reacción anafiláctica en individuos atópicos.

Los atópicos presentan una predisposición genética a responder con el

mecanismo de daño tipo I, frente a los alergenos. Sin embargo, individuos sin

este trasfondo genético pueden también desarrollar este tipo de

hipersensibilidad, especialmente urticaria y anafilaxis. Por lo tanto, se ha

aplicado la denominacion más amplia de "enfermedades de hiperesensibilidad

de tipo inmediato" a estas patologías que incluyen condiciones tales como

asma bronquial alérgica, rinitis alérgica, urticaria, dermatitis excematosa o

atópica y shock anafiláctico. El cuadro clínico que se produce depende en gran

medida de la vía de acceso del alergeno al organismo, de la naturaleza de este

y del grado de sensibilización del individuo.

El mecanismo de daño tipo I se inicia con una primera exposición al alergeno

que induce la síntesis de grandes cantidades de IgE. Esta inmunoglobulina, por

su propiedad homocitotrópica, se une a células cebadas y basófilos a través de

receptores de membrana para su fragmento Fc. Los receptores para Fc epsilon

de la célula cebada ( FCeR ) son de alta afinidad y captan IgE aún cuando su

concentración no sea muy alta. A raíz de esta unión, el individuo queda

Page 60: INMUNOLOGIA

sensibilizado sin presentar aún manifestación clínica alguna. Un segundo o

posterior contacto con el alergeno se traduce en su unión al fragmento Fab de

la IgE depositada en la membrana de la célula cebada. Cuando la relación Ag-

IgE es de 3:2, se produce un cambio conformacional del receptor, que se

traduce en señales que llevan a la degranulación de la célula cebada. Como se

sabe, las células cebadas se encuentran en abundancia en las cercanías de los

vasos que conforman la microcirculación. Estos vasos, la musculatura lisa y los

epitelios de las mucosas, son blanco de la acción de los mediadores químicos

de la inflamación almacenados en sus gránulos o bien sintetizados durante el

proceso. Las consecuencias son básicamente un aumento de la permeabilidad

vascular, formación de exudado inflamatorio, contracción de la musculatura lisa

y aumento de la secresión de mucus.

Concepto de Atopia

El término atopia fué acuñado por Coca en 1923 para referirse al estado de

hipersensibilidad anómala que presentan ciertos individuos ante la presencia

de sustancias o condiciones que para el resto de la población son inocuas (1).

Un 65-80% de los enfermos con asma bronquial alérgica y rinitis alérgica

presentan antecedentes familiares de atopia. Los miembros de una familia de

atópicos pueden presentar distintos cuadros clínicos, sin embargo, en todos

ellos se detecta niveles elevados de IgE. El modo de herencia de esta

condición es poligénica multifactorial

La condición de atopia está principalmente ligada a la presencia de ciertos

alelos especialmente del sistema MHC (a) y a una síntesis exagerada de IgE

(b). Los atópicos se caracterizan por responder a antígenos denominados

alergenos (c) dando origen a diversas manifestaciones clínicas (d).

Page 61: INMUNOLOGIA

a) Influencia genética: se ha descrito la participacion de diversos sistemas

genéticos independientes relacionados con atopia:

a.1) Asociación con ciertos alelos MHC clase I: el haplotipo HLA-A1 B8 es más

frecuente en enfermos con dermatitis atópica complicada con rinitis y asma y el

haplotipo HLA-A3 B7 lo es en individuos con rinitis polínica asociada con asma

bronquial.

a.2) Asociación a la presencia de ciertos alelos MHC clase II que tendrían una

mayor tendencia a presentar antígenos que no son

normalmente presentados al sistema inmune en todos los individuos.

a.3) Influencia genética sobre aspectos cuali y cuantitativos de linfocitos TCD4+

que regulan la síntesis de IgE.

b) Sintesis de IgE: la definición de atopia y las características del mecanismo

de daño tipo I suponen una mayor producción de IgE, cuya síntesis está

regulada por linfocitos T CD4+ y también por células cebadas a través de la

secresión de diversas citoquinas. Cabe hacer notar sin embargo, que el valor

clínico de la determinación de IgE sérica total es limitada ya que no siempre

está aumentada en los distintos cuadros clínicos mediados por este mecanismo

de daño. Así, por ejemplo, sus niveles séricos están elevados en sólo un 30 a

40% de los pacientes con rinitis alérgica y en un 60% de los pacientes con

asma bronquial alérgica. Más aún, existen condiciones no alérgicas en las que

se encuentran aumentados los niveles séricos de IgE. Por lo tanto, los test de

mayor valor diagnóstico son aquellos en que se mide la reacción cutánea a

alergenos, la cual, indirectamente está detectando IgE específica a los

antígenos a los que el individuo está sensibilizado. Una reacción cutánea

negativa indica que la patología no es de origen alérgico.

c) Alergenos: existe una gran diversidad de moléculas y estructuras capaces

de originar una respuesta anafiláctica. La vía de ingreso de los alergenos es

crucial en cuanto al cuadro clínico que provocan. Los alergenos que ingresan

por inhalación se relacionan con enfermedades respiratorias tales como rinitis

alérgica y asma bronquial alérgica. Derivan de fuentes naturales orgánicas,

siendo los más importantes el polvo de habitaciones (ácaro dermatofagoides),

Page 62: INMUNOLOGIA

el polen, las esporas de moho, algunos hongos, las fecas de insectos y la

caspa y saliva de diversos animales (perro, gato, cerdo, caballo, etc). También

se incluyen en este grupo, sustancias químicas e irritantes contaminantes. La

forma, el tamaño y el peso de estas partículas es muy variable ( 2 a 60 µm ) y

los antígenos que originan la respuesta son generalmente proteínas de 10000

a 40000 dalton o bien haptenos. No se conoce aún qué característica

fisicoquímica particular le confiere la calidad de alergenos a estas sustancias.

Su mayor o menor poder de penetración a las vías aereas determina en parte,

el sitio anatómico afectado.

Los alergenos que ingresan por ingestión están presentes en algunos

alimentos tales como leche de vaca, chocolate, clara de huevo, maní, plátano,

poroto de soya, pescados, camarones y mariscos. También son alergenos

diversos aditivos y colorantes presentes en los alimentos elaborados. La

mayoría son termolábiles y resistentes a la proteolisis. En este caso, los

antígenos son principalmente glicoproteínas entre 10000 y 40000 d.

La piel es una importante vía de ingreso de alergenos presentes en diversos

fármacos. De hecho, la aplicación tópica es la más efectiva ruta de

sensibilización a fármacos, sin embargo, la reacción anafiláctica puede ocurrir a

raíz de la anministración del fármaco por cualesquier vía y las manifestaciones

clínicas pueden ser diversas, no afectando necesariamente la piel. Los

antígenos de fármacos que provocan reacciones tipo I tienen un peso

molecular inferior a 1000 d, de manera que la mayoría produce sensibilización

en calidad de hapteno, esto es uniéndose a proteínas o estructuras tisulares

del individuo. Cabe hacer notar, que los medicamentos aplicados por la vía

cutánea pueden también dar origen a mecanismos de daño II, III y IV.

Entre los alergenos que ingresan por vía parenteral se cuentan el veneno de

insectos especialmente de himenópteros (abeja, avispa, abejorro y algunos

tipos de hormigas), medicamentos (antibióticos y sulfonamidas) y sustancias

biológicas (suero heterólogo, gamma globulina y hormonas).

d) Cuadro clínico: el órgano o sistema afectado depende principalmente de la

vía de ingreso del alergeno, de su naturaleza y del grado de sensibilización del

individuo.

Page 63: INMUNOLOGIA

Las enfermedades alérgicas por alergenos inhalados pueden ser episódicas,

estacionales o permanentes, dependiendo de la naturaleza de la interacción del

individuo con el alergeno.

Las primeras pueden ser provocadas por fertilizantes, insecticidas, fecas de

insectos, polvos dentales, laca para el pelo, etc., cuando son utilizadas sólo

ocacionalmente. La alergia estacional se debe fundamentalmente al polen

proveniente de diversas plantas que florecen en determinadas épocas, al

trabajo en el campo, etc. Los estados permanentes se producen ante alergenos

constantemente presentes en el medio ambiente e incluyen ácaros presentes

en el polvo de habitaciones, baratas, hongos, mohos, fibras de lana, caspa,

orina o saliva de animales.

El principal cuadro clínico que afecta a la vía aerea superior es la rinitis

alérgica. Las manifestaciones consisten básicamente en estornudos, prurito y

congestión nasal. Los cornetes nasales se ven pálidos, azulosos y edematosos

cubiertos con secresión clara y delgada. La membrana nasal puede

presentarse hinchada con presencia de mucus claro que puede obstruir la vía

aerea y en ocaciones conducir a sinusitis. La reacción puede involucrar

manifestaciones oculares tales como lagrimeo y edema en la conjuntiva. En los

oídos puede acumularse líquido dificultándose la audición.

Los síntomas se exacerban en presencia de diversos irritantes inespecíficos

tales como humo de cigarrillo, olores fuertes, contaminación ambiental y

cambios climáticos. La reacción anafiláctica puede complicarse con infecciones

que suelen conducir a sinusitis, otitis, faringitis o bronquitis.

El asma bronquial alérgico afecta a la vía aerea inferior. Consiste en una

obstrucción incompleta y recurrente del árbol bronquial que produce dificultad

respiratoria, apnea y a veces tos con esputos. La obstrucción es reversible en

forma espontánea o bien como respuesta a medicamentos y se debe a

contracción del músculo liso bronquial (broncoespasmos), edema mucoso,

inflamación y secreción de mucus viscoso.

Se produce un aumento en la resistencia de las vías respiratorias lo que hace

difícil la salida del aire inspirado desde el pulmón, llevando a una reducción del

volumen expiratorio forzado y del flujo aereo. Las alteraciones en la perfusión

alveolar crea una sensación de dificultad respiratoria y genera alteraciones en

la ventilación y perfusión alveolar produciéndose hipoxemia.

Page 64: INMUNOLOGIA

Las alteraciones comprometen las vías aereas (bronquios y especialmente

bronquíolos) pero no los alveolos. En la vía respiratoria se observan

alteraciones histopatológicas tales como pérdida de epitelio, hiperplasia de las

células caliciformes, engrosamiento de la membrana basal por depósito de

colágeno e infiltración de la lámina propia con eosinófilos y neutrófilos. Además

se observa hiperplasia y contracción del músculo liso, hiperplasia de las

glándulas submucosas con incremento en su función secretora y aumento en el

número de células cebadas.

El cuadro clínico que afecta con mayor frecuencia al tracto gastrointestinal es la

hipersensibilidad a alimentos.

La ingestión de alimentos alergénicos produce una variedad de cuadros

clínicos dependiendo del sitio y grado de degranulación de las células cebadas.

Las manifestaciones gastrointestinales inmediatas consisten en espasmos,

hinchazón, vómitos y diarrea.

En el sindrome alérgico oral se observa comezón, prurito, angioedema en los

labios y ocacionalmente obstruccion laringea, rubor facial, ampollas en la

mucosa oral y ronquera.

Si el alergeno pasa a la circulación sanguínea o linfática se pueden producir

manifestaciones en otros sitios tales como urticaria y angioedema en piel, asma

en pulmón, rinorrea en nariz y conjuntivitis en los ojos. También se puede

desarrollar anafilaxia sistémica en la que se observa hinchazón y picazón de la

lengua, paladar, faringe y laringe, dificultad respiratoria y cianosis, dolor de

pecho, urticaria, angioedema, dolor abdominal, vómitos, diarrea, hipotensión y

shock.

El ingreso de alergenos por vía parenteral suele traducirse en shock

anafiláctico cuyas características son relativamente constantes en una misma

persona pero suelen ser variables en distintos individuos. Se inicia segundos o

minutos después del contacto con el antígeno e incluye manifestaciones tales

como prurito, rubor, urticaria y angioedema en piel; hipotensión y taquicardia en

el sistema cardiovascular; broncoespasmos, edema laríngeo, disnea en el

sistema respitatorio; espasmos, emesis y diarrea en el sistema gastrointestinal

y espasmos uterinos. Finalmente puede sobrevenir un estado de shock.

Como se ha dicho, este cuadro clínico se puede originar también cuando el

antígeno ingresa por otras vías.

Page 65: INMUNOLOGIA

Otros aspectos que han sido relacionados con la condición atópica se refieren

a la facilidad de penetración del alergeno a través de las mucosas. Así, se ha

descrito en niños que desarrollan alergia un déficit de IgA secretora durante sus

primeros tres meses de vida. Asimismo, pacientes con deficiencia selectiva de

IgA, con colitis ulcerosa o enteritis regional presentan con frecuencia

anticuerpos para proteínas de leche de vaca, lo que indica que hubo traspaso

de ellas a través de la mucosa intestinal.

Finalmente, se ha postulado que las células cebadas y basófilos de los

atópicos presentarían un mayor susceptibilidad a la degranulación que aquellos

de individuos normales. Se ha relacionado este hecho con la influencia que

tiene en sistema nervioso autónomo sobre este proceso. En los pacientes

asmáticos la respuesta exagerada frente a alergenos ambientales se denomina

"hiperreactividad bronquial" y está también asociada a factores emocionales,

temperaturas frías, ejercicio físico, tos, risa, etc. Los determinantes de esta

hiperreactividad bronquial incluyen anormalidades en el sistema nervioso

autónomo, aumento de la respuesta a estímulos sensoriales debido a

alteraciones en los neuropéptidos y citoquinas, daño epitelial, alteraciones en la

respuesta del músculo liso e inflamación de las mucosas.

Regulación de la síntesis de IgE

En la respuesta inmune frente a alergenos en los individuos atópicos es

importante la variación isotípica desde la expresión de IgM a la expresión de

IgE. La variación isotípica se puede producir por recombinaciones génicas que

involucran la deleción ordenada de genes de cadena pesada o por

reordenamiento a nivel del RNA. La variación isotípica está regulada por una

serie de citoquinas secretadas por linfocitos T CD4+ activados específicamente

por el alergeno. Así, la interleuquina 4 (IL-4) es responsable de la variación

Page 66: INMUNOLOGIA

isotípica de las celulas B desde la expresión de cadenas mu a la expresión de

cadenas epsilone.

La variación isotípica de cadenas de inmunoglobulinas requiere además de la

presencia de señales coestimuladoras por parte de linfocitos TCD4+. La

naturaleza de estas señales es desconocida sin embargo se ha observado que

se requiere de interacciones directas entre células TCD4+ y células B (1). Esta

interacción estaría mediada por factor de necrosis tumoral (TNF) ligado a

membrana. Interviene también el receptor idiotípico de celulas T (TCR) y

moléculas codificadas por MHC clase II. Además deben estar presentes

algunas moléculas de adhesión celular tales como CD-2, CD-4 y LFA-1. El

cambio isotípico es gradual y va desde IgM a IgG4 y de esta a IgE.

Otras citoquinas tales como el interferón gamma (IFN þ) e interferón alfa

(IFNÓ), el factor de crecimiento transformante beta (TGF ß) y la interleuquina

10 (IL-10) antagonizan la acción de la IL-4 inhibiendo la variación isotípica.

Además la interleuquina 6 (IL-6) estimula la producción de IgE dependiente de

IL-4. Se ha sugerido que los atópicos tendrían un mayor número de linfocitos

liberadores de interleuqina 4 y 5 y muy bajos niveles de producción de

interferón gamma.

Además, las células cebadas y basófilos activados por el alergeno y bajo la

influencia del linfocito CD4+ sintetizan y secretan citoquinas, las cuales son

importantes en la mantención de la respuesta anafiláctica. Así, la célula cebada

secreta las interleuquinas 4, 5 y 6 las que aumentan aún más la síntesis de IgE.

También liberan interleuquina 4, factor de necrosis tumoral alfa y factor

estimulador de colonias de granulocitos y monocitos (GM-CSF) que estimulan,

en médula ósea, la proliferación y diferenciación de células cebadas y

granulocitos.

La intervención de las citoquinas en el mecanismo de daño tipo I y en otras

patologías adquiere cada día mayor importancia ya que se prevee para el

futuro su utilización o la de sus antagonistas en el tratamiento de estas

afecciones.

Page 67: INMUNOLOGIA

Liberación de mediadores por la célula cebada

El conocimiento de los mecanismos moleculares involucrados en la liberación

de mediadores por parte de las células cebadas es de gran importancia, ya que

en ellos se basa en parte el tratamiento actual y futuro de estas afecciones. La

activación de la célula cebada se produce cuando la IgE unida por su

fragmento Fc al receptor FceR se une específicamente al antígeno en el

fragmento Fab.

El receptor está formado por cuatro cadenas polipeptídicas, una alfa, una beta

y dos gamma. La primera es codificada por genes de la superfamilia de

inmunoglobulinas y une al fragmento Fc de la IgE, las restantes se encargan de

la transducción de la señal de activación a través de la proteína G hacia los

segundos mensajeros fosfatidilinositol trifosfato (IP-3), diacilglicerol (DAG) y

Calcio (Ca++). El IP-3 produce la liberación de Ca++ intracelular desde el

retículo endoplásmico y el DAG activa la enzima proteínaquinasa C (Pkc). El

Ca++ en conjunto con la calmodulina, activa proteínas responsables de

modificaciones del citoesqueleto produciéndose la exocitosis de los gránulos.

De esta manera se liberan los mediadores preformados hitamina, heparina,

triptasa, factor quimiotáctico de eosinófilos (ECF-A) y de neutrófilos (NCF).

Además, el Ca++ activa la fosfolipasa A2 la cual inicia la secuencia de

reacciones que conducen a la síntesis de leucotrienos, prostaglandinas y factor

activador de plaquetas (PAF).

Page 68: INMUNOLOGIA

Reacción anafiláctica Inmediata y Tardía

La liberación secuencial de los mediadores liberados por la célula cebada

determinan las fases inmediata (a) y tardía (b) de la reacción anafiláctica. La

fase inmediata es responsabilidad de la histamina y otros mediadores

preformados tales como heparina, proteasas, factor quimiotáctico para

eosinófilos ( ECF ) y factor activador de plaquetas ( PAF ). Sus principales

efectos son la vasodilatación, aumento de la permeabilidad y contracción del

músculo liso. La histamina es el mediador de mayor importancia en esta fase.

Existen tres receptores para histamina en la membrana de las células blanco :

H1, H2 y H3. La histamina al actuar directamente sobre receptores H1 produce

los siguentes efectos: contracción muscular, aumento de la permeabilidad

vascular, prurito, estimulación de receptores sensoriales, generación de

prostaglandinas y aumento del cGMP. También inicia reacciones

parasimpáticas reflejas mediadas por el vago y la descarga de neuropéptidos.

La estimulación de receptores H2 produce secreción de ácido en la mucosa

gástrica, aumento de cAMP, inhibición de la liberación de histamina en

basófilos, inhibición de la liberación de linfoquinas y de enzimas lisosómicas y

reducción de la citotoxicidad mediada por células T.

La estimulación de receptores H3 determina inhibición de la síntesis de

histamina y reducción en la liberación de neuropéptidos. Finalmente, la

estimulación simultánea de receptores H1 y H2 conduce a vasodilatación,

hipotensión, rubor y cefalea. Las caracteristicas del cuadro clínico observado

en el paciente dependen del balance de la estimulación de estos tres tipos de

receptores.

Posteriomente, 4 a 48 horas después del contacto con el alergeno se inicia la

fase tardía en la que existe una gran afluencia de células inflamatorias,

especialmente PMN eosinófilos, neutrófilos y basófilos y depósitos de fibrina.

La fase tardía surge después de la síntesis y liberación de mediadores

derivados del ácido araquidónico especialmente prostaglandinas (PGs) y

leucotrienos LT C4, D4 y E4 (antes denominados Sustancia de Reacción Lenta

de la Anafilaxia). Las prostaglandinas tienen acciones antagónicas

Page 69: INMUNOLOGIA

dependiendo de su estructura. Así por ejemplo, las prostaglandinas PGF2Ó,

PGD2 y PGG2 y el tromboxano A2 producen obstrucción bronquial en cambio

las PGE2 y PGI2 son broncodilatadoras. Los leucotrienos son importante por

su responsabilidad en la mantención del broncoespasmo.

En la fase tardía intervienen también citoquinas sintetizadas por linfocitos y

macrófagos (c) que determinan la secuencia en la afluencia de las células

inflamatorias a la zona. Las más importantes son el Factor de Necrosis

Tumoral-alfa (TNF-Ó), las interleuquinas IL-1, IL-4, IL-5 e IL-6 y varios factores

estimuladores de colonias ( CSF ). El TNF-alfa es liberado muy precozmente y

en conjunto con las interleuquinas tiene además un papel importante en la

regulación de la síntesis de IgE. Los CSF actúan a nivel de médula ósea

estimulando la hematopoyesis, que aporta células inflamatorias al proceso.

En pacientes continuamente expuestos al alergeno suele producirse además

una fase crónica de prolongada duración (1-2 días) que se caracteriza por

infiltración de macrófagos, fibroblastos y basófilos y por destrucción tisular. La

fase crónica se caracteriza por la infiltración del tejido afectado por diversas

células sanguíneas (basófilos, eosinófilos, linfocitos T y monocitos) que son

atraídas al lugar por células cebadas activadas.

Entre los factores que influyen en las características del cuadro clínico

provocado por este mecanismo de daño se cuentan, la vía de ingreso del

antígeno, el sistema nervioso autónomo, la cantidad de células cebadas del

tejido afectado y su fenotipo y la sensibilidad de los tejidos a la acción de

mediadores.

Los órganos y sistemas más afectados son la piel, vías respiratorias y tracto

digestivo.

En la piel ,la reacción temprana se caracteriza por eritema, edema y urticaria y

la reacción tardía se expresa como induración con un infiltrado de células

inflamatorias. En las vías aereas se observa una abundante secresión serosa a

nivel nasal en la rinitis alérgica y un aumento de la secresión de mucus,

inflamación y broncoespasmos en el asma bronquial alérgico. En el sistema

digestivo la reacción anafiláctica se manifiesta como aumento del peristaltismo,

edema, diarrea, vómitos y fiebre. Las manifestaciones sistémicas de este

cuadro, observadas en el shock anafiláctico son vasodilatación y exudación en

la microcirculación de todo el organismo. Se produce en consecuencia un

Page 70: INMUNOLOGIA

shock hipovolémico, y si no se trata oportunamente, puede conducir a la

muerte.

Las características de las fases descritas se reflejan en el cuadro clínico que

presenta el paciente. Así, el mecanismo de daño tipo I comprende una etapa

asintomática y una etapa sintomática. Esta última puede presentar tres fases

diferentes en cuanto al tiempo de aparición y a sus características, las fases

inmediata, tardía y crónica.

La etapa asintomática o de sensibilización se produce a raíz del encuentro del

alergeno con las células que normalmente participan en la inducción de la

respuesta inmune, esto es, células presentadoras de antigeno (CPA), linfocitos

T y linfocitos B. Al ser los alergenos de naturaleza fundamentalmente protéica,

la respuesta que evocan es T dependiente.

Esta etapa presenta algunas características particulares dependiendo de la

naturaleza del alergeno y de su vía de ingreso al organismo. Cuando ella

ocurre en mucosas ( respiratoria o gastrointestinal) o en piel, la sensibilización

puede producirse in situ o en ganglios linfáticos cercanos. Si ingresa por vía

parenteral, la sensibilización puede ocurrir en el bazo o ganglios linfáticos. En

cualquier caso, el antígeno es reconocido directamente por linfocitos B y por

linfocitos TCD4+ cooperadores luego de ser captado y procesado por

macrófagos que le presentan sus determinantes antigénicos. Se origina una

respuesta humoral con predominio de células plasmáticas productoras de IgE.

Este hecho caracteriza a la reacción anafiláctica, ya que en condiciones

normales, las inmunoglobulinas que predominan en la respuesta humoral

primaria son la IgM y la IgG.

La inmunoglobulina E, debido a su propiedad homocitotrópica, se une a

receptores de membrana para su fragmento Fc ubicados principalmente en

células cebadas y basófilos, persistiendo en la superficie de estas células por

largo tiempo. Se supone que una vez iniciada la producción de IgE, ella

continúa por meses y aún años, perpetuando la ocupación de receptores en

células cebadas y basófilos. Asi, aún cuando el individuo no ha presentado

ningun síntoma, ha quedado sensibilizado al alergeno que provocó la respuesta

inmune.

La etapa sintomática se inicia debido a un nuevo contacto con el alergeno que

sensibilizó al individuo. Sus características e intensidad dependen en parte de

Page 71: INMUNOLOGIA

la cantidad y ubicación anatómica de las células cebadas y basófilos con IgE

en su superficie .

La estimulación de las células cebadas por el alergeno gatilla la liberación de

prostaglandinas, leucotrienos, PAF y probablemente otras citoquinas que

penetran en la microcirculación local aumentando la expresión de moléculas de

adhesión celular en leucocitos circulantes y en células endoteliales. Los

leucocitos se adhieren a la pered del vaso y salen por diapedesis al tejido

circundante.

La acción de citoquinas controla la migración y sobrevida de los leucocitos. Asi,

las IL-3 y 5 secretadas por linfocitos T y el GM-CSF facilitan la migración de

eosinófilos y basófilos y aumentan su sobrevida. Las células de este infiltrado

exacerban los síntomas tempranos y producen daño tisular. Por ejemplo, los

basófilos liberan histamina y mediadores derivados del ácido araquidónico y los

eosinófilos secretan proteínas tóxicas tales como la proteína básica mayor. Las

celulas cebadas y leucocitos liberan radicales derivados del oxígeno tales como

anión superóxido, hidroxilo y peróxido de hidrógeno que participan en el daño

tisular.

La presencia de estas células, especialmente de los eosinófilos tienen valor

diagnóstico en relación a afecciones de origen alérgico ya que no son

abundantes en inflamaciones de otro origen salvo en las parasitarias.

Además, las células cebadas y basófilos activados por el alergeno y bajo la

influencia del linfocito CD4+ sintetizan y secretan citoquinas, las cuales son

importantes en la mantención de la respuesta anafiláctica. Así, la célula cebada

secreta IL-4, IL-5 e IL-6 las que aumentan aún más la síntesis de IgE. También

liberan IL-4, factor de necrosis tumoral-alfa y GM-CSF que estimulan, en

médula ósea, la proliferación y diferenciación de células cebadas y

granulocitos.

Page 72: INMUNOLOGIA

Regulación de la célula cebada

Las células cebadas se encuentran en el tejido conectivo laxo de todos los

órganos, principalmente cerca de la microcirculacion, de terminaciones

nerviosas y de vasos linfáticos. En la mucosa nasal, estas células se

encuentran cerca de la superficie, en los pulmones están por debajo de la

membrana basal de los bronquios, cerca de los vasos sanguíneos en la

submucosa, adyacentes a las glándulas submucosas, a las fibras musculares y

en los septos interalveolares. Después de la exposición al alergeno, se puede

encontrar células cebadas en el epitelio bronquial. Su concentración es de

alrededor de 20 000 por mm3 y dan cuenta del 1 a 2 % del total de las células

alveolares. En la mucosa nasal hay alrededor de 5000 por mm3.

Existen dos fenotipos diferentes de células cebadas en el ratón y

aparentemente en el hombre. La celula cebada de mucosas (MMC) y la célula

cebada propia del tejido conectivo (CTMC). La primera es de vida media más

corta, tiene más receptores para Fc de IgE, contiene menos histamina y

produce más leucotrienos que prostaglandinas. La CTMC, es de mayor

tamaño, libera mayor cantidad de histamina, tiene menor cantidad de

receptores para Fc y sintetiza más prostaglandinas que leucotrienos. La

importancia de la existencia de ambos fenotipos es que responden de manera

diferente a los fármacos que inhiben la liberación de histamina. Así, el

cromoglicato de sodio y la teofilina inhiben la liberación de histamina en CTMC

y no en MMC.

La actividad de las células cebadas, elementos fundamentales de la reacción

anafiláctica, está regulada por múltiples mecanismos. Los linfocitos T CD4+, a

través de la IL-4 regulan la liberación de mediadores quimicos. Las células

cebadas activadas liberan PAF que activa a las plaquetas y el ECF que atrae

eosinófilos. Además, secreta las interleuquinas 4, 5 y 6 que influyen en

linfocitos B induciéndolos a sintetizar IgE.

El proceso de degranulación de las células cebadas está también ligado a los

receptores adrenérgicos alfa y beta y a los receptores colinérgicos gamma

Page 73: INMUNOLOGIA

ubicados en su membrana de manera que la intensidad de la reacción está

regulada por los agonistas de los sistemas simpático y parasimpático. Estos

receptores utilizan como segundos mensajeros al cAMP y cGMP

respectivamente. La estimulación diferencial de estos receptores por fármacos

es la base del tratamiento actual de estas afecciones, ya que además de estar

presentes en la célula cebada, regulan la intensidad de la respuesta a los

mediadores químicos de los tejidos blanco, microcirculación y músculo liso. La

presencia de estos receptores da cuenta de la regulación de la intensidad de la

sintomatología clínica por el sistema nervioso autónomo.

Ultimamente se ha descrito la participación de los neuropéptidos sensoriales

sustancia P y péptido liberador de gastrina en la respuesta vascular y

secretora.

En asmáticos se ha descrito un desbalance en el sistema nervioso autónomo

con una respuesta beta-adrenérgica débil y un aumento de la capacidad de

respuesta de los sistemas alfa-adrenérgico y colinérgico. Ultimamente se ha

descrito una reducción en el péptido intestinal vasoactivo (VIP) broncodilatador

en las vías aereas y un aumento en el péptido broncoobstructor denominado

sustancia P. Esto indica que los asmáticos tienen reducida su capacidad

inherente de mantener las vías aereas abiertas.

Mecanismo de daño tipo II o citotóxico

Este mecanismo de daño es responsable de algunos cuadros de

hipersensibilidad. Sin embargo, su participación es más importante en

autoinmunidad.

Los antígenos involucrados en hipersensibilidad son sustancias exógenas

solubles o de origen bacteriano que se unen a a proteínas de membranas

celulares o basales. También pueden ser antígenos que conforman los grupos

sanguíneos en glóbulos rojos como ocurre en las reacciones post-

transfusionales y en la enfermedad hemolítica del recién nacido. En

autoinmunidad, los antígenos son componentes propios o endógenos que

Page 74: INMUNOLOGIA

forman parte de membranas. Finalmente, el daño mediado por este mecanismo

puede surgir a raíz de reacciones cruzadas entre antígenos propios y

bacterianos.

Las inmunoglobulinas que participan son la IgG y la IgM producto de

respuestas primarias o secundarias ante la presencia de los antígenos

mencionados. En algunos casos hay también participacion del complemento.

El mecanismo de daño tipo II se presenta en cuatro modalidades:

a. Lisis por complemento.

El antígeno o hapteno unido a membrana o formando parte de ésta, origina una

respuesta humoral tradicional de IgG e IgM. Estos anticuerpos se unen al

antígeno en la membrana celular y activan al complemento por vía clásica. Se

produce la lisis osmótica de la célula cuando la activación llega hasta la

formación del Complejo de Ataque a Membrana (MAC).

Ejemplos en hipersensibilidad: anemia hemolítica postransfusional por

incompatibilidad ABO y algunos tipos de hipersensibilidad a drogas. La primera,

aunque no es frecuente, es de graves consecuencias. La hemólisis es

intravascular, originando hipotensión, hemoglobinuria o hemorragia difusa. Se

puede llegar a un estado de shock, coagulación vascular diseminada,

insuficiencia renal y a veces, la muerte.

La anemia hemolítica inducida por penicilina es un ejemplo de este mecanismo

de daño. Se requiere de altos títulos de IgG dirigido contra el determinante

antigénico de la droga unido a la membrana celular de los glóbulos rojos. La

hemólisis se inicia generalmente 7 días después de la primera exposición a la

droga o después de un tiempo menor en individuos previamente sensibilizados

a ella. Otras drogas tales como la quinina, quinidina y nitrofurantoína inducen

anticuerpos IgG que se unen a antígenos de ciertos grupos sanguíneos tales

como los sistemas Rh, Kidd, Kell y a algunas proteínas de membrana de

plaquetas originando trombocitopenia.

Ejemplos en autoinmunidad: neutropenia en el Lupus Eritematoso Sistémico

(LES) en la cual se producen auto-anticuerpos contra estructuras de membrana

de leucocitos.

b. Opsonización por anticuerpos o complemento.

Page 75: INMUNOLOGIA

Las inmunoglobulinas y fragmentos C3b unidos a membrana, producen la

opsonización de la célula, la cual es fagocitada por macrófagos en bazo,

ganglios linfáticos e hígado. Se produce de esta manera un acortamiento de la

vida media de las células afectadas.

Ejemplos de hipersensibilidad: algunos tipos de anemias, leucopenias y

trombocitopenias inducidas por drogas y anemia hemolítica del recién nacido

por incompatibilidad Rh y ABO. La anemia hemolítica del recién nacido por

incompatibilidad Rh se debe a la acción de anticuerpos maternos IgG anti D

que atraviesan la placenta uniéndose a los glóbulos rojos del feto, los que son

eliminados en el bazo. La anemia hemolítica del recién nacido por

incompatibilidad ABO es más frecuente en madres de grupo 0 con hijos grupo

A ya que estas poseen isoaglutininas IgG naturales. Sin embargo, dado que los

antígenos A y B del feto no están bien desarrollados, las manifestaciones no

suelen revestir mayor gravedad.

Ejemplos en autoinmunidad: anemia hemolítica autoinmune presente en

enfermos con Lupus Eritematoso Sistémico, donde los autoanticuerpos son IgG

anti grupo sanguíneo Rh llamados anticuerpos calientes ya que interactúan con

los eritrocitos del paciente a la temperatura corporal.

c. Inflamación en membranas basales.

Cuando el antígeno se une o forma parte de membranas basales, la activación

de la vía clásica del complemento por las inmunoglobulinas unidas a ellos, se

traduce en una inflamación exudativa principalmente por acción de las

anafilatoxinas C3a y C5a. Estas moléculas inducen la degranulación de células

cebadas y basófilos liberándose mediadores químicos de la inflamación tales

como histamina, leucotrienos y prostaglandinas. Una biopsia del tejido afectado

incubada con anticuerpos anti-IgG o IgM fluorescentes, muestra un patrón

contínuo de fluorescencia.

So es frecuente encontrar cuadros de hipersensibilidad mediados por esta

variedad de mecanismo de daño tipo II. Como ejemplo en autoinmunidad cabe

mencionar al Sindrome de Goodpasture que se produce a raíz de la presencia

de autoanticuerpos anti-membrana basal glomerular y pulmonar (IgG anti

MBG). Su etiología es desconocida, sin embargo se ha descrito asociaciones

con terapia con penicilamina, infección por el virus A2 de la influenza y

Page 76: INMUNOLOGIA

exposición a solventes orgánicos. La biopsia renal y pulmonar muestra tinción

fluorescente continua cuando se incuba el tejido con anticuerpos anti IgG y

anti-complemento. La mayoría de los pacientes son hombres jóvenes, los que

presentan neumonía hemorrágica y nefritis. Generalmente se inicia con

hemoptisis, tos y disnea y continúa al cabo de unas semanas con nefritis

productiva y muerte.

d. Estimulación o interferencia con receptores.

En algunas afecciones autoinmunes, se producen anticuerpos anti-receptores

de membrana. Estos anticuerpos pueden estimular receptores mimetizando la

acción de la hormona (ejemplo: Enfermedad de Basedow- Graves) o bien

bloquearlos impidiendo la unión del ligando correspondiente ( ejemplo:

Miastenia Gravis).

En la enfermedad de Basedow-Graves se produce un hipertiroidismo con todas

las consecuencias clínicas propias de esta condición.

En la Miastenia Gravis se produce un debilitamiento progresivo de la actividad

muscular, al no poder la acetilcolina ejercer su acción estimuladora en la placa

neuromotora. Esto se puede deber por una parte a que el anticuerpo anti

receptor bloquea la zona de fijación de acetilcolina en ellos. Otro mecanismo

posible es la formación de enlaces cruzados entre receptores por los

anticuerpos lo que se traduce en endocitosis y degradación por lisosomas de

los complejos receptor-anticuerpo. Finalmente, la activación del complemento

hasta C3 puede acelerar la pérdida de receptores y hasta C9 destruir la

membrana post-sináptica.

Algunos autores incluyen también en este mecanismo de daño inmunológico a

la actividad ADCC de células NK.

Page 77: INMUNOLOGIA

Mecanismo de daño tipo III o por Complejos

Inmunes

Este mecanismo de daño es responsable de algunas condiciones de HS frente

a suero heterólogo y de ciertas enfermedades autoinmunitarias en las cuales

se producen respuestas de anticuerpos frente a autoantígenos tales como

DNA, IgG y otras proteínas. La respuesta consiste en la formación de

complejos antígeno-anticuerpo llamados complejos inmunes que circulan en el

interior de vasos sanguíneos. Normalmente los complejos inmunes son

eliminados por macrófagos esplénicos y hepáticos con la participación del

complemento. Si ello no ocurre adecuadamente, los complejos circulantes

pueden depositarse en el endotelio de los vasos pequeños, especialmente de

aquellos que cumplen funciones de ultrafiltración (glomérulos renales,

membrana sinovial articular).

El depósito de los complejos en las membranas de células endoteliales, se

traduce en la activación del complemento por vía clásica. Se forman los

fragmentos C3a y C5a con actividad flogística al inducir la degranulación de

células cebadas y basófilos. La generación de C5b se manifiesta como

quimiotaxis. Llegan al lugar gran cantidad de PMNn los que liberan enzimas

lisosómicas proteolíticas y radicales libres. Todos estos fenómenos se traducen

finalmente en una inflamación exudativa, que con la técnica de

inmunofluorescencia muestra un patrón discontínuo de fluorescencia.

Los mecanismos involucrados en el depósito de los complejos circulantes son

diversos y muchos de ellos están en el terreno de las hipótesis. El problema por

resolver es la razón del depósito de complejos inmunes sólo en algunos casos,

ya que en condiciones normales ellos se están formando contínuamente en el

transcurso de cualesquier respuesta inmune. Entre otros causas, se ha descrito

que en el depósito de complejos inmunes influyen el tamaño y cualidades

fisicoquímicas de los complejos, una falla en el sistema del complemento al

cumplir su función de contribuir a su eliminación y las características

hemodinámicas de la circulación que hacen posible su acercamiento a los

Page 78: INMUNOLOGIA

endotelios (circulación lenta y ultrafiltración). Otro mecanismo descrito se

refiere a la interacción de los complejos solubles con basófilos y plaquetas en

la circulación. Estas células, al liberar mediadores, producen un aumento de

permeabilidad que permite la salida de plasma, y con ello, el contacto de los

complejos solubles con el endotelio. Finalmente se ha descrito la participación

de la IgE, la cual unida a basófilos o celulas cebadas, provoca la liberación de

mediadores con el consecuente aumento de la permeabilidad vascular.

Las formas clínicas del mecanismo de daño tipo III son las siguentes:

Vasculitis en hipersensibilidad.

Bajo este nombre se agrupan una serie de sindromes provocados por

estímulos antigénicos específicos como por ejemplo, suero o proteínas

heterólogas, fármacos y agentes infecciosos. Los más frecuentes son la

enfermedad del suero y las vasculitis por penicilina. El primero puede

presentarse en pacientes tratados con gama-globulina antilinfocitaria o en

politrasfundidos. Es de evolución aguda y se caracteriza por vasculitis que

afectan principalmente riñon, piel y articulaciones. Las manifestaciones

características son fiebre, velocidad de sedimentación elevada y síntomas

cutáneos tales como púrpura palpable, erupción maculopapular, ulceras y

urticaria. Dos o tres semanas después de iniciado el tratamiento con el suero,

puede aparecer linfadenopatía y artralgia. Es de corta duración y sana

espontáneamente a menos que el antígeno sea inyectado nuevamente. Si el

antígeno es administrado en dosis repetidas, se produce la forma crónica de la

enfermedad del suero, caracterizada por la formación de complejos muy

pequeños que se depositan preferentemente en arterias, riñones y pulmones.

Diversos fármacos pueden provocar un cuadro similar al descrito. Entre ellos se

cuentan la penicilina, sulfonamidas, tiouracilo, contrastes colesistográficos,

hidantoínas, ácido aminosalicílico y estreptomicina.

Además, fármacos tales como clorhidrato de hidralacina, procaínamida,

fenitoína, isoniazida, propiltiouracilo y clorpromacina pueden inducir un cuadro

similar al lupus eritematoso sistémico, que se diferencia del idiopático por

presentar con mayor frecuencia sintomas pleurales y pericárdicos que renales.

El LES inducido por fármacos mejora con la retirada del fármaco causal y

aparentemente no predispone al LES idiopático o autoinmune.

Page 79: INMUNOLOGIA

Finalmente existe una forma local de mecanismo de daño tipo III, el fenómeno

de Arthus, que surge cuando se inocula el antígeno por vía subcutánea en un

individuo previamente sensibilizado a él. Los complejos se forman in situ y se

depositan en las paredes de pequeñas arterias produciendo vasculitis cutánea

y necrosis.

Vasculitis en enfermedades autoinmunitarias.

El mecanismo de daño tipo III es especialmente importante como elemento

patogénico en enfermedades autoinmunes. Como ejemplos podemos citar la

participación de complejos inmunes en el lupus eritematoso sistémico y en la

artritis reumatoide. En el lupus, los autoanticuerpos anti DNA de doble helice

(DS) producen daño renal y del sistema nervioso central. En la artritis, se

encuentran autoanticuerpos anti fragmento Fc de IgG (factor reumatoide) que

producen alteraciones articulares.

Mecanismo de daño tipo IV o Celular

Este mecanismo de daño interviene tanto en hipersensibilidad como en

autoinmunidad y está mediado por la respuesta celular de linfocitos T CD8+ o

citotóxicos y linfocitos T CD4+ liberadores de linfoquinas.

Mecanismo de daño tipo IV en hipersensibilidad:

Antígenos bacterianos, de hongos o virus o productos químicos unidos a

células del organismo, inducen una respuesta inmune celular. A raíz de esta

respuesta quedan en circulación durante largo tiempo, linfocitos T de memoria.

Cuando el antígeno persiste o bien cuando el individuo es expuesto

nuevamente a él, se produce una respuesta secundaria de mayor intensidad

con liberación de gran cantidad de linfoquinas. Estas atraen y activan células

inflamatorias, especialmente macrófagos, originando una inflamación

productiva, que por su magnitud, produce daño a los tejidos donde se

encuentra el antígeno. En este mecanismo participan con gran intensidad los

linfocitos T CD4+, cumpliendo los linfocitos T CD8+ un papel secundario ya que

Page 80: INMUNOLOGIA

estos últimos son altamente específicos al lisar sólo células que presentan

antígenos en moleculas MHC clase I.

De acuerdo al tiempo de aparición de las lesiones y a sus características

histopatológicas, se distinguen cuatro tipos de hipersensibilidad retardada :

Reacción de Jones-Mote (1), dermatitis por contacto (2), hipersensibilidad tipo

tuberculina e hipersensibilidad granulomatosa (4).

1. Reacción de Jones-Mote: al inyectar ovoalbumina en Adyuvante Incompleto

de Freund se produce un aumento de volumen en la piel que es máxima a las

24 hrs. Se observa un infiltrado de basófilos bajo la epidermis. Esta reacción se

puede producir con otros antígenos solubles.

2. Dermatitis por contacto: es producida por antígenos tales como niquel,

cromatos, cosméticos, benzoles, etc. y en ella juegan un papel importante las

células de Langerhans al presentar el antígeno con gran eficiencia. Se produce

un infiltrado celular perivascular dérmico formado por linfocitos y macrófagos.

Además, hay edema y depósito de fibrina.

3. Hipersensibilidad tipo tuberculina: participan antígenos lipoprotéicos de

micobacterias y antígenos inertes. Se produce un infiltrado linfocitario

perivascular a los que se agregan macrófagos. Se observa una induración de la

zona afectada debido a este infiltrado inflamatorio productivo.

4. Hipersensibilidad tipo granulomatosa: se observa una inflamación productiva

organizada constituída por células gigantes, células epitelioideas y una corona

de linfocitos que las rodea. Es difícil establecer la diferencia entre este tipo de

hipersensibilidad y la inflamación granulomatosa de una respuesta protectora la

cual tiende a aislar al agente injuriante cuando no puede eliminarlo

eficazmente. En un individuo sensibilizado al antígeno, la reacción es muy

intensa y suele producir necrosis central del granuloma con diseminación

bacteriana.

Mecanismo de daño tipo IV en autoinmunidad:

Este mecanismo de daño tiene especial importancia en enfermedades

autoinmunes órgano-específicas. Por ejemplo, en la diabetes tipo I se ha

postulado el siguiente esquema patogénico: el evento que inicia el proceso es

una respuesta inmune vigorosa

contra un antígeno exógeno que presenta mimetismo molecular con algún

componente normal de las células beta de los islotes de Langerhans del

Page 81: INMUNOLOGIA

páncreas. A raíz de esta respuesta, linfocitos T cooperadores activan células B

y células T citotóxicas. Los anticuerpos generados, se unen a autoantígenos

presentes en las células ß dañandolas al activar el complemento o bien por un

mecanismo ADCC con participación de células NK. Los linfocitos T CD8+

reconocen a los autoantígenos presentados por moléculas MHC clase I en la

membrana de las células ß, ejerciendo su efecto citotóxico. Los macrófagos

intervienen amplificando la respuesta a través de la estimulación de linfocitos

TCD4+ y aumentando la expresión de moleculas MHC clase I en los islotes.

También aumenta la expresión de moléculas clase II en los macrófagos los que

estimulan más aún la respuesta T CD4+. A medida que el daño avanza, las

células ß liberan sustancias que normalmente están secuestradas dentro de

ellas, tal como la proinsulina, induciéndose respuestas en contra de ellas. El

daño se perpetúa hacia la destrucción de los islotes de Langerhans.

Page 82: INMUNOLOGIA

Respuesta Inmune: tolerancia e inmunogenicidad

El contacto de un determinate antigénico con un linfocito específico para él

puede tener una de dos consecuencias: puede inducir tolerancia (A), o bien

originar una respuesta tangible consistente en células o moléculas que

interactúan específicamente con ese antígeno (B). Cuando un antígeno induce

tolerancia se denomina tolerógeno, cuando origina una respuesta consistente

en anticuerpos y/o células efectoras, se denomina inmunógeno.

En la tolerancia, la respuesta del linfocito es la de no responder, esto es,

cuando un linfocito tolerante se enfrenta nuevamente al mismo antígeno que

indujo la tolerancia, pero esta vez en calidad de inmunógeno, no origina una

respuesta de anticuerpos y/o células efectoras.

Se habla de tolerancia en dos contextos: a nivel unicelular, es una respuesta no

respuesta, a nivel del individuo, es la falta de respuesta a antigenos propios,

vale decir los linfocitos discriminan adecuadamente entre lo ajeno, lo propio y lo

propio alterado por lo ajeno.

La tolerancia es un fenómeno de gran complejidad y como toda respuesta

inmune, es específica, transitoria y radica en linfocitos T y B. Por lo tanto, el

hecho que se produzca tolerancia o respuesta inmunogénica a nivel celular,

depende de la interacción entre antígeno y linfocito. La naturaleza de esta

interacción está ligada naturalmente a propiedades intrínsecas del antígeno y

del linfocito con el que está interactuando. Tal es así, que la concentración, las

propiedades fisicoquímicas y el modo de presentación del antígeno determinan

si la respuesta que surge es de tolerancia o se manifiesta como células y

moléculas efectoras. Por otro lado, el grado de madurez del linfocito y la

naturaleza de los mensajes químicos intercelulares, intervienen en la decisión

de responder positiva o negativamente a un estímulo antigénico. En concreto,

la respuesta inmune que se observa en un individuo frente a una estimulación

antigénica determinada refleja el balance entre tolerancia e inmunogenicidad.

La tolerancia a antígenos propios, normalmente presente en nuestro

organismo, se debe principalmente a la deleción clonal (1) la cual consiste en la

Page 83: INMUNOLOGIA

eliminación de clones autorreactivos durante el proceso de maduración

linfocitaria. Dicho de otra manera, la mayoría de los linfocitos con especificidad

para antígenos propios son eliminados antes de salir a poblar los órganos

linfáticos periféricos. Este mecanismo es especialmente importante en relación

a linfocitos T.

Los linfocitos autorreactivos que no son eliminados por deleción clonal o que

surgen a raíz del recambio celular normal, son mantenidos tolerantes a través

de los mecanismos involucrados en la anergia clonal, que dependen de las

propiedades de antígenos y células linfoides (2). Así, antígenos en

concentraciones muy altas o muy bajas, en estado deagregado, con

determinantes antigénicos repetitivos entre otras condiciones, son capaces de

mantener en estado de tolerancia a los linfocitos autorreactivos. Por otro lado,

la inmadurez linfocitaria o la ausencia de señales coestimuladoras también

conducen a un estado de tolerancia.

La tolerancia T y la tolerancia B presentan ciertas características que las

distinguen. La primera es de inicio precoz y larga duración y se produce en

presencia de concentraciones bajas de antígeno; la segunda requiere de dosis

altas de antígeno, se produce en presencia de epitopos repetitivos y es de

corta duración. El conocimiento de los mecanismos de inducción de ambos

tipos de tolerancia permite comprender mejor el orígen de las enfermedades

autoinmunitarias, en las cuales se pierde la tolerancia a antigenos propios. En

relación a la auto-tolerancia T, uno de los principales mecanismos corresponde

a la deleción clonal postulada por Burnet y Fenner en 1949. Estos autores

sugirieron que el sistema inmune aprende a discriminar entre lo propio y lo no

propio durante la ontogenia. Mediante este proceso se produce la eliminación

de algunos clones linfocitarios autorreactivos durante su maduración en los

órganos linfoides centrales, timo y médula ósea. En el desarrolllo embrionario

del sistema inmune y también posteriormente, se produce un proceso de

selección positiva que asegura la permanencia de clones linfocitarios que

reconocen MHC propio y un proceso de selección negativa que elimina

aquellos clones que reconocen MHC propio con péptido propio con alta

afinidad. Esta selección es necesaria ya que todo individuo posee la

potencialidad genética para generar linfocitos con receptores que pueden

Page 84: INMUNOLOGIA

reconocer cualquier antígeno, propio o no propio en el contexto de cualquier

MHC, propio o no propio.

Mediante estos procesos de selección (educación tímica) se logra la restricción

del repertorio de células linfoides T al MHC propio-péptido propio con mediana

o baja afinidad. Los linfocitos que salen a la periferia, por lo tanto, podrán

reconocer péptidos ajenos. Esta restricción sin embargo, es parcial, ya que se

ha podido detectar la presencia de numerosos clones linfocitarios

autorreactivos en la periferia, los que son mantenidos en estado de tolerancia

inmunológica a través de mecanismos tales como anergia clonal, bloqueo de

receptores y supresión.

En relación a linfocitos B, el proceso es diferente ya que estas células no

presentan restricción genética y maduran en médula ósea. Allí pueden

contactar antígenos propios antes de salir a colonizar órganos linfoides

periféricos. Se ha postulado que el contacto de la IgM de membrana con el

antígeno en una etapa de la maduración previa a la aparición de la IgD de

membrana, produce una señal letal o inhibitoria en los linfocitos B. Sin

embargo, la deleción clonal es responsable de la eliminación de un porcentaje

relativamente bajo de linfocitos B autorreactivos, los cuales persisten en los

órganos linfoides periféricos en el adulto. Esto se comprueba al inyectar

activadores policlonales como endotoxinas bacterianas y encontrar en el suero

numerosos anticuerpos autorreactivos. Estos clones autorreactivos son

mantenidos tolerantes o en estado de anergia clonal a través de mecanismos

descritos como aborto clonal y bloqueo de células efectoras..

Finalmente, las células B autorreactivas pueden ser mantenidas en estado de

tolerancia por acción de linfocitos T supresores. Si bien la existencia de estos

linfocitos ha sido puesta en duda por diversos autores, numerosos

experimentos avalan su existencia.

Sin embargo, el carácter reversible de la tolerancia inmunológica deja abierta la

posibilidad de que ésta se quiebre o se pierda, surgiendo entonces la

autoinmunidad.

La otra alternativa de respuesta es la inmunogénica (B), en la cual los linfocitos,

al ser estimulados por el antígeno en estado de inmunógeno, responden

proliferando, diferenciándose y originando respuestas efectoras humorales o

celulares.

Page 85: INMUNOLOGIA

Al igual que en la tolerancia, el que una respuesta sea inmunogénica depende

de factores propios del antígeno y de las células que participan en ella. Los

antígenos complejos, especialmento protéicos, en concentraciones medianas e

incorporadas al organismo por una vía que permita su adecuado

procesamiento, son en general, buenos inmunógenos. Por otro lado, una

respuesta inmunogénica requiere de la presencia de los diferentes tipos

celulares y de las señales coestimuladoras por parte de citoquinas a las que se

ha hecho referencia en láminas anteriores.

Pérdida de tolerancia a antígenos propios

Las Enfermedades Autoinmunes surgen como consecuencia de una pérdida de

la tolerancia a antígenos propios. Como se ha dicho, el tipo de respuesta

inmune, inmunogénica o de tolerancia, depende básicamente de la calidad del

antígeno y de las interacciones entre células presentadoras de antígeno,

linfocitos T y linfocitos B Los mecanismos de pérdida de la tolerancia a

antigenos propios que han sido descritos son complejos y en gran medida

especulativos. En general, la ausencia de tolerancia a antigenos propios puede

deberse a defectos intrínsecos del sistema inmune (1, 2 y 3) o bien a

alteraciones relacionadas con el antígeno y su reconocimiento (4, 5 y 6)

. Entre los primeros se ha descrito alteraciones en la presentación del antígeno

por moléculas MHC durante la deleción clonal en el timo o en la periferia (1), en

la regulación por anticuerpos antiidiotipo (2) y en la actividad supresora de los

linfocitos T.

Los principales mecanismos relacionados con el antígeno, incluyen la

activación policlonal de células B por antígenos bacterianos y de células T por

superantígenos (4) el mimetismo molecular y reacciones cruzadas (5), y la

liberación de antígenos secuestrados (6).

También se ha estudiado últimamente el papel que les cabe a las citoquinas en

la generación de enfermedades autoinmunes.

Page 86: INMUNOLOGIA

A.Defectos intrínsecos del sistema inmune.

1.Alteraciones en la presentación de antígeno por las moléculas codificadas por

el MHC:

Se ha postulado que la susceptibilidad a padecer enfermedades autoinmunes

estaría más bien ligada a genes del sistema mayor de histocompatibilidad que

a aquellos que codifican el TCR. Algunas enfermedades autoinmunes se

relacionan con genes que codifican las moléculas MHC clase I (Espondilitis

anquilosante y Psoriasis) y otras con alelos del MHC clase II ( Lupus

Eritematoso Sistémico y Poliarteritis Nodosa). La asociación con estos alelos

es multifactorial, esto es, con una combinación de alelos y no con uno de ellos

en particular. Por ejemplo, los individuos que heredan las especificidades

definidas serológicamente HLA A1, B8 y DR3 tienen mayor suceptibilidad de

padecer Diabetes tipo I, Miastenia Gravis y Lupus Eritematoso Sistémico. La

presencia de estos alelos determinaría una forma particular de apareamiento

de las cadenas alfa y beta del MHC que influye en el reconocimiento por parte

del TCR del complejo MHC-antígeno propio.

Otros autores han postulado que la mayor susceptibilidad que presentan las

personas con estos alelos se debe a cierto grado de homología con algunos

virus. Así por ejemplo, al comparar la estructura del DQ beta de estos alelos

con la de genomas virales, se ha visto que el genoma del virus Epstein Barr y

de la Rubeola tienen secuencias de alta homología con el DQ 3.2. Este alelo

está presente en el 65% de los pacientes con Diabetes tipo I. De esta manera,

una infección viral podría originar respuestas de anticuerpos que reaccionan

con moléculas MHC propias.

La existencia de estas asociaciones entre ciertos alelos MHC y EAI esta siendo

intensamente estudiada, sin embargo, el mecanismo involucrado en el inicio y

persistencia de EAI no está aún claramente establecido. La presencia de

determinados alelos MHC podría influir en la presentación de antígenos propios

durante la a) la deleción clonal o b) durante la respuesta inmune.

Page 87: INMUNOLOGIA

a) Durante la deleción clonal: utilizando técnicas tales como cultivo de células

que conforman microambientes tímicos y anticuerpos monoclonales, ratones

transgénicos y ratones SCID (incapaces de expresar TCR) se ha avanzado

bastante en la comprensión de los mecanismos involucrados en la deleción

clonal. Los ratones transgénicos poseen material genético introducido

artificialmente. Al transferir genes que codifican TCR de una especificidad

determinada a huevos fertilizados de ratón, se obtiene animales que expresan

ese TCR entre otros. Si se usa como receptres de estos genes a ratones SCID

( que padecen de inmunodeficiencia combinada severa y no expresan TCR ),

se obtiene animales transgénicos que expresan una sóla especificidad en todos

los TCR de sus linfocitos T. Utilizando anticuerpos monoclonales, se puede

seguir el destino de estos linfocitos durante su maduración y evaluar los

diferentes mecanismos involucrados en la deleción clonal.

Mediante estas técnicas se ha podido postular que las células T inmaduras

estarían programadas para morir a menos que sean estimuladas

adecuadamente por la interacción de su TCR con el complejo MHC-Ag. Se

cree que si esta interacción es de alta afinidad o carece de señales

coestimuladoras, las células sufren apoptosis ( muerte programada). La

deleción clonal de clones autorreactivos podría ser evitada por lo tanto

afectando la avidez de los TCR por su ligando o alterando las señales

coestimuladoras entre otros mecanismos. En todo caso, estas y otras ideas son

aún hipotéticas y se puede concluir que los mecanismos que dan cuenta de

alteraciones en la deleción clonal son desconocidos.

b) Durante la presentación de antígenos en la periferia: se ha descrito la

presencia de alelos MHC con secuencias aminoacídicas en su región

hipervariable ( cleft ) que tienen especial afinidad por autoantígenos en los

individuos suceptibles. En relación con este tópico, se ha señalado también que

citoquinas generadas en inflamaciones de diversa índole, promueven la

expresión de moléculas MHC clase II en células que normalmente no lo

expresan aumentando la probabilidad de activar linfocitos autorreactivos y

generar respuestas autoinmunes.

2. Anticuerpos anti-idiotipo:

Page 88: INMUNOLOGIA

La respuesta inmune está normalmente regulada por anticuerpos anti-idiotipo.

Desde el punto de vista de la autoinmunidad, es importante recalcar que el

epitopo de un anticuerpo anti-idiotipo puede ser estructuralmente similar al

antígeno que lo originó, de manera que constituye una imágen interna del

antígeno. Por ejemplo, si se inmuniza a un animal con anticuerpos anti-insulina

( Ac-1 ) este responderá con un anticuerpo antiidiotipico a él ( Ac-2 ), el cual al

representar la imágen interna del antígeno que originó al Ac1, se puede unir

específicamente al receptor para insulina que recibe este ligando. Vale decir,

se ha producido un autoanticuerpo que puede reaccionar con el anticuerpo que

lo originó pero que también puede mimetizar al antígeno inicial, o sea a la

insulina en este caso. Se ha descrito el mismo mecanismo con anticuerpos

anti-tirotropina y otros antígenos de amplia distribución. Hay evidencias que

señalan que tales anticuerpos anti-idiotipo que reaccionan con antígenos

propios pueden surgir espontáneamente en enfermedades autoinmunes a raíz

de la presencia de antígenos exógenos con los cuales presentan reacciones

cruzadas. Se entiende por reacción cruzada aquella situación en la que un

anticuerpo tiene la capacidad de reaccionar con dos antígenos que comparten

un epitopo.

Los anticuerpos anti-idiotipo podrían intervenir en la etiología de las

enfermedades autoinmunes de varias maneras, tales como interfiriendo con la

tolerización de células B, reaccionando con el receptor idiotípico en células T

supresoras y alterando la regulación de la respuesta inmune.

3. Linfocitos T supresores:

Los linfocitos T CD8+ son capaces, según algunos autores, de generar una

actividad supresora mediante la liberación de productos específicos solubles o

de algunas citoquinas (IL-10 e IFN gamma). La existencia de linfocitos T

supresores se apoya en la posibilidad de transferir adoptivamente la tolerancia

a diversos antígenos de un animal experimental a otro. Estos linfocitos parecen

tener importancia en la génesis de enfermedades autoinmunes órgano-

específicas, ya que serían los encargados de mantener tolerantes a los clones

autorreactivos que no fueron deletados por encontrarse su antígeno en lugares

anatómicos no accequibles para el sistema.

Page 89: INMUNOLOGIA

B. Alteraciones relacionadas con el antígeno y su

reconocimiento:

4. Activación policlonal de linfocitos T y B:

Los linfocitos T pueden sufrir activación policlonal por moléculas que han sido

denominadas superantígenos. Estos, que pueden ser endógenos (Mls) o

exógenos (SEB o enterotoxina estafilocócica B) activan a linfocitos T uniéndose

a la cara lateral del complejo TCR-MHC siempre y cuando el TCR presente un

determinado alelo en la cadena beta. Esta unión, si ocurre en el timo durante la

ontogenia, se traduce en deleción clonal. Cuando se produce en la periferia en

un sistema inmune maduro, se traduce en la activación de todos los linfocitos

que comparten ese alelo. El papel que podrían jugar estos superantígenos en

la génesis de enfermedades autoinmunes está siendo evaluado.

En el caso de la activación policlonal de linfocitos B, las respuestas se

producen por acción de endotoxinas bacterianas y virus Epstein-Barr

principalmente. Estas respuestas se manifiestan como la presencia de

anticuerpos con múltiples especificidades que reconocen una gran variedad de

antígenos, tanto propios como ajenos. Entre ellos, se ha encontrado

autoanticuerpos anti- DNA, anti- tiroglobulina y anti-insulina. Ultimamente se ha

descrito que estas respuestas policlonales estarían a cargo de una

subpoblación de linfocitos B CD5+ que conforman un 20% de los linfocitos B

periféricos. Se ha encontrado un aumento de estas células en pacientes y

animales experimentales con diversas enfermedades autoinmunes.

5. Mimetismo molecular y reacciones cruzadas:

El mimetismo molecular y las reacciones cruzadas serían, según muchos

autores, los principales mecanismos responsables de la pérdida de la

tolerancia a antígenos propios. Existen regiones de alta homología entre

moléculas de virus, bacterias y parásitos con moléculas MHC y otras presentes

en nuestra especie. Las enfermedades autoinmunitarias podrían ser

Page 90: INMUNOLOGIA

provocadas cuando los epitopos microbianos son lo suficientemente similares a

los propios como para originar reacciones cruzadas. Por ejemplo, en los

pacientes con Espondilitis Anquilosante se ha visto una alta incidencia del alelo

MHC-I B27, el cual comparte en su secuencia aminoacídica 5 a 6 aminoácidos

con la nitrogenasa de la Klebsiella neumoniae. Se ha postulado, que una vez

que estos microorganismos provocan daño tisular en individuos susceptibles, la

injuria inicial expone permanentemente antígenos propios que presentan

reacción cruzada con los anticuerpos y perpetúan el daño.

Este mecanismo operaría en diversas enfermedades infecciosas tales como

lepra, TBC, infecciones por estreptococos las que se asocian a enfermedades

autoinmunes. Asimismo, la Diabetes tipo I se asocia con infecciones virales.

6. Liberación de antígenos secuestrados:

Finalmente, otra manera de romper la tolerancia a antígenos propios e inducir

enfermedades autoinmunes es por medio de la liberación de " antígenos

secuestrados ". Estos antígenos, por su ubicación anatómica no han tomado

contacto con el sistema inmune y por lo tanto no han inducido tolerancia a

ellos. Si por algún traumatismo o infección se liberan masivamente, existirá una

respuesta inmune frente a ellos que podrá causar o perpetuar el daño tisular.

Se puede concluir entonces, que las enfermedades autoinmunitarias surgen a

raíz de una pérdida de la tolerancia a antígenos propios por los mecanismos

(aún hipotéticos) mencionados,lo que se traduce en la activación de clones

linfocitarios autorreactivos. Las consecuentes respuestas efectoras, producen

daño tisular órgano-específico o sistémico a través de los mecanismos de daño

inmunológico tipos II,III y IV.

Existen cerca de cuarenta Enfermedades autoinmunes diferentes que afectan

entre un 5 y un 7% de la población. Considerando que los individuos presentan

normalmente un número importante de células potencialmente autoagresivas y

que todos los individuos sanos pueden manifestar respuestas autorreactivas,

es necesario explicarse porqué algunos de ellos desarrollan Enfermedades

autoinmunes. Hasta el momento el problema sigue siendo una gran incógnita si

bien hay avances importantes en relación a factores genéticos que

determinarían una predisposición a padecer estas enfermedades.

Page 91: INMUNOLOGIA

Autoinmunidad

La autoinmunidad es consecuencia de la activación de clones autorreactivos

por parte de antígenos propios con las subsecuentes respuestas humorales y

celulares dirigidas contra ellos. El significado biológico de estas respuestas es

diverso. Así, las respuestas autoinmunitarias son de gran importancia en la

regulación de la respuesta inmune adaptativa ( red idiotipo-antiidiotipo ) (1) y en

la eliminación de células y antígenos propios derivados del recambio tisular (2).

Por otro lado, existen diversas patologías en las que se produce muerte y daño

tisular, tales como infarto e inflamación, durante las cuales se liberan antígenos

tisulares que originan autoanticuerpos los que participan en su eliminación (3).

En todos estos casos, los fenómenos autoinmunitarios son necesarios y

beneficiosos.

En las enfermedades autoinmunitarias (4), en cambio, la presencia de

autoanticuerpos o linfocitos efectores autorreactivos se traduce en daño serio y

progresivo a estructuras propias.

1. La red idiotipo -antiidiotipo es un mecanismo regulador de la respuesta

inmune. Los idiotipos son los determinantes antigénicos de la región

hipervariable de inmunoglobulinas y receptores para antigeno. El sistema

inmune tiene la capacidad de reconocer estos determinantes antigénicos y

montar respuestas humorales frente a ellos denominadas respuestas anti-

idiotipo. Estos anticuerpos anti-idiotipo, además de neutralizar la zona

hipervariable de los anticuerpos o receptores que les dieron origen, estimulan a

su vez al sistema originando anticuerpos anti-antiidiotipo. De esta manera, se

conforma una red idiotipo-antiidiotipo que tiende a regular negativamente la

respuesta inmune.

2. Las células propias alteradas por envejecimiento u otros mecanismos

cambian su estructura molecular originando antígenos que normalmente eran

reconocidos como propios y por lo tanto tolerados. Las respuestas inmunes

Page 92: INMUNOLOGIA

que surgen colaboran en la eliminación de estas estrucuras a través de una

opsonización que aumenta la eficiencia de la fagocitosis o bien mediante la lisis

por complemento.

3. El daño tisular producto de un infarto, proceso inflamatorio u otro

mecanismo, se traduce en la liberación a la circulación de proteínas que no

están normalmente en contacto con el sistema inmune. Estos auto-antígenos,

al aumentar en concentración, rompen el estado de tolerancia que existía para

ellos, y generan respuestas autoinmunes transitorias que, en general no

producen daño al organismo.

4. Las enfermedades autoinmunes surgen como consecuencia de una pérdida

de la tolerancia a antígenos propios y están mediadas por los mecanismos de

daño inmunológico tipos II, III y IV principalmente. Son de etiologia

desconocida, de carácter progresivo o recurrente y pueden afectar una gran

diversidad de órganos o sistemas. De acuerdo a la distribución de el o los

antígenos que provocan estas patologías, se distinguen las enfermedades

autoinmunes órgano-específicas y sistémicas. Entre estos dos extremos, se

encuentran una serie de enfermedades conformando lo que se denomina

espectro de enfermedades autoinmunitarias, el cual, ordenado

secuencialmente incluyeprincipalmente a Tiroiditis de Hashimoto, Mixedema

Primario, Tirotoxicosis, Anemia Perniciosa, Gastritis Atrófica Autoinmune,

Enfermedad de Addison, Diabetes tipo I, Sindrome de Goodpasture, Miastenia

Gravis, Infertilidad Masculina Autoinmune, Pénfigo Vulgar, Penfigoide, Oftalmía

Simpática, Esclerosis Múltiple, Anemia Hemolítica Autoinmune, Púrpura

Tromobocitopénica Idiopática, Leucopenia Idiopática, Cirrosis Biliar Primaria,

Colitis Ulcerativa, Sindrome de Sjögren, Artritis Reumatoidea, Dermatomiositis

Escleroderma, Lupus Eritematosos Discoide y Lupus Eritematoso Sistémico.

Los antígenos que originan la respuesta inmune responsable del daño en las

EAI son muy diversos en cuanto a su naturaleza y ubicación anatómica. Por

ejemplo, en la Esclerosis Múltiple, el sistema inmune reacciona con la proteína

básica de la mielina, en la Miastenia Gravis, el antígeno es el receptor para

acetilcolina en la placa neuromotora. En la Artritis Reumatoidea,la reacción es

contra una inmunoglobulina, en la Diabetes tipo I, el antígeno está presente en

las células ß de los islotes de Langerhans del páncreas. En el Lupus

Eritematoso Sistémico, los antígenos son DNA de una o dos hebras, histonas,

Page 93: INMUNOLOGIA

ribonucleoproteínas, proteínas de membrana de eritrocitos, granulocitos y

plaquetas y factores de la coagulación entre otros. En la Enfermedad de

Basedow-Graves, el antígeno es el receptor para TSH en tiroides.

A pesar de que el número de antígenos propios que podrían hipotéticamente

originar una enfermedad autoinmune es enorme, sólo algunos de ellos

participan en su etiopatogenia. La razón de esta selectividad no se conoce,

más aún, en muchas enfermedades autoinmunes, se desconoce la naturaleza

del antígeno que las inicia.

Las enfermedades autoinmunes presentan distintos mecanismos efectores

responsables del daño a estructuras propias. Algunas enfermedades órgano-

específicas se deben a la acción de células T CD4+ a través de un mecanismo

de daño tipo IV (Diabetes tipo I y Esclerosis Múltiple). Otras, como la

Enfermedad de Graves y la Miastenia Gravis son resultado de respuestas

humorales por un mecanismo de daño tipo II.

En las enfermedades autoinmunes sistémicas suelen coactuar diversos

mecanismos de daño inmunológico. Así, en la Artritis Reumatoídea se

observan los tipos III y IV y en el Lupus Eritematoso Sistémico predominan los

tipos II y III.

Inmunodeficiencias primarias

Los sindromes de inmunodeficiencia pueden corresponder a fenómenos

congénitos (inmunodeficiencias primarias) o bien a alteraciones adquiridas o

iatrogénicas (inmunodeficiencias secundarias).

Las inmunodeficencias primarias pueden afectar a uno a más de los distintos

componentes inespecíficos y específicos del Sistema Inmune. La mayoría son

defectos genéticos que alteran el desarrollo, activación o función de las

diversas poblaciones celulares responsables de la respuesta específica

(linfocitos T y/o B ) o de las células o moléculas que participan en mecanismos

de amplificación de la respuesta de la inmunidad adaptativa.

Page 94: INMUNOLOGIA

La gravedad de las inmunodeficiencias primarias se relaciona directamente con

la etapa del desarrollo de las células del sistema inmune en que se produjo la

alteración.

En general, se considera que en el desarrollo de los distintos tejidos participan

fenómenos de determinación y diferenciación a partir de células multi o

pluripotentes. En este proceso participan por una parte la dotación genética

celular y por otra factores ambientales que inducen cambios en la expresión

génica determinando un fenotipo particular. En el desarrollo de los diversos

órganos y sistemas están involucradas básicamente la proliferación y la

diferenciación celulares. Los factores etiólogicos que llevan a alteraciones en

estos procesos son de diversa naturaleza y de gran complejidad. Pueden tener

su origen en defectos genéticos prexistentes o heredados o bien ser

consecuencia de la interacción de las células en desarrollo con distintos

factores externos denominados genéricamente agentes teratógenos. Entre

ellos se encuentran las radiaciones, algunos virus, medicamentos u otros a los

que el individuo en desarrollo puede haber sido expuesto. En este caso la

alteración es de carácter poligénico. En las inmunodeficiencias en particular, se

ha identificado sólo en algunos casos la etiología de las diversas alteraciones

que afectan al ser humano.

Para entender las características y consecuencias de las distintas

inmunodeficiencias es necesario conocer el origen de los diversos

componentes del sistema inmune.

Las células que participan en los componentes específico e inespecífico de la

Respuesta Inmune provienen de células multipotentes (1) que dan origen a

células madre pluripotentes (2) que son las precursoras de las series linfoide

(3) y mieloide (4), entre otras. La serie linfoide madura y se diferencia en el

Timo (linfocitos T ) (5) y en la médula ósea ( linfocitos B ) (6). La serie mieloide

madura en médula ósea y origina monocitos (7) y granulocitos (8). En el

microambiente de estos tejidos, las células mencionadas adquieren su fenotipo

diferenciado para salir posteriormente a poblar los órganos linfoides periféricos

(9) y el resto de los tejidos a través de la circulación sanguínea y linfática.

Cada uno de los pasos de las células a lo largo del camino hacia la

diferenciación puede ser alterado por las condiciones genéticas o ambientales.

Las manifestaciones morfofuncionales y clínicas que presentan los pacientes

Page 95: INMUNOLOGIA

inmunodeficientes dependen de la etapa del desarrollo celular afectada.

Mientras más precoz sea la alteración, mayor gravedad presentará el cuadro

clínico resultante.

Las inmunodeficiencias primarias son poco frecuentes, se manifiestan

clínicamente entre los seis meses y dos años de edad y se caracterizan por

presentar un aumento en la susceptibilidad a infecciones. Además, se ha

observado que algunas inmunodeficiencias se asocian con un aumento en la

incidencia de cáncer.

Se señalan a continuación algunas inmunodeficiencias ilustrativas de estas

patologias.

A. Cuando el defecto involucra la ausencia o disminución importante de células

madre, se produce la disgenesia reticular o Inmunodeficiencia Combinada

Severa con Leucopenia. En ella se observa ausencia total de linfocitos y

granulocitos tanto circulantes ycomo en médula ósea. Los niños mueren a los

pocos días después del nacimiento por infecciones masivas. El defecto parece

ser de transmisión autosómica y su causa es desconocida.

B. Cuando el defecto está en la maduración de la linea linfoide afectando a las

células precursoras de linfocitos, se produce la Inmunodeficiencia Combinada

Severa que puede ser ligada al cromosoma X o bien ser autosómica recesiva.

Estos pacientes carecen de linfocitos T y B y la enfermedad suele estar

asociada a deficiencias enzimáticas ( adenosina-deaminasa). En otros casos

hay fallas enla expresión de moléculas codificadas por el sistema mayor de

histocompatibilidad. Se observa una depleción importante de linfocitos en el

tejido linfoide y en sangre periférica (menos de 1000/mm3). La función

fagocítica está normal. Al fallar las respuestas adaptativas celular y humoral,

los niños afectados presentan infecciones recurrentes por hongos y otros

microorganismos y mueren generalmente antes de los dos años de edad. El

defecto puede ser subsanado actualmente mediante trasplante de médula

ósea.

C. Las deficiencias de la linea linfática T pueden estar asociadas a aplasia

tímica (Sindrome de diGeorge) o hipoplasia tímica (Sindrome de Nezelof). En el

Sindrome de di George existe un desarrollo embriológico anormal de la tercera

y cuarta bolsa faríngea lo que se traduce en aplasia tímica y de las glándulas

paratiroides entre otras alteraciones. Los pacientes, al carecer de respuesta

Page 96: INMUNOLOGIA

celular, sufren de infecciones recurrentes por microorganismos oportunistas

tales como hongos, virus y P.carinii. Los niveles de inmunoglobulinas séricas

pueden estar normales o presentar aumento de IgE y disminución de IgA.

Además de estas manifestaciones, los niños presentan las alteraciones propias

de la ausencia de paratiroides (crisis hipocalcémicas) o de otros sistemas

afectados. Su etiología no está clara, afecta a los dos sexos por igual y suelen

encontrarse anomalías cromosómicas.

En el sindrome de Nezelof se observa hipoplasia tímica y de órganos linfáticos

periféricos, con linfopenia y respuesta adaptativa celular muy pobre. Los

niveles séricos de las cinco clases de inmunoglobulinas suelen estar normales.

Los niños padecen infecciones crónicas pulmonares recurrentes, candidiasis,

diarreas crónicas, infecciones cutáneas, sepsis por gramnegativos entre otras

infecciones. Se supone que corresponde a una alteración autosómica recesiva

o bien ligada al cromosoma X.

D. En la agammaglobulinemia ligada al cromosoma X o enfermedad de Bruton

existe una alteración de linfocitos pre-B en la médula ósea. En este caso se

detecta una severa linfopenia B con disminución importante de IgG y una

ausencia casi completa de IgA e IgM lo que se traduce en una respuesta

adaptativa humoral casi ausente. Los síntomas se inician generalmente a partir

de los seis a nueve meses de edad ya que antes cuentan con

inmunoglobulinas aportadas por la madre. Los pacientes sufren de infecciones

recurrentes por microorganismos extracelulares piógenos. Su respuesta celular

está normal. Otras inmunodeficiencias que afectan la maduración de linfocitos

B son la agammaglobulinemia variable común y la deficiencia selectiva de IgA.

La respuesta humoral se ve además afectada por otras deficiencias que no

involucran a la maduración de linfocitos B. Entre ellas se cuentan la deficiencia

en el componente secretor de la IgA (alteración de epitelio mucoso) y la

deficiencia selectiva de IgM por alteración en linfocitos T cooperadores.

E. Las alteraciones que afectan a las células fagocíticas pueden tener su origen

en el precursor mieloide ( se detecta deficiencia en monocitos y

polimorfonucleares) o en una de las líneas en particular. El primer caso no es

común, sin embargo si se ha descrito fallas en el número de leucocitos

(neutropenias hereditarias ) y alteraciones funcionales de ellos. Así, en la

Enfermedad Granulomatosa Crónica de la Infancia existe una incapacidad de

Page 97: INMUNOLOGIA

los polimorfonucleares de generar peróxido de hidrógeno y otros radicales

derivados del oxígeno pertenecientes a los mecanismos bactericidas oxígeno

dependientes de estas células. Los pacientes sufren graves infecciones

bacterianas especialmente por aquellas catalasa-positivas. En el Sindrome de

Chediack-Higashi se observa, entre otras alteraciones, la existencia de

lisosomas gigantes en el citoplasma de polimorfonucleares neutrófilos y

eosinófilos, los que presentan alteraciones funcionales que afectan la

quimiotaxis y la capacidad microbicida.

Finalmente, existen deficiencias genéticas que afectan a prácticamente cada

uno de los componentes del sistema del complemento, uno de los principales

mecanismos amplificadores de la respuesta humoral.

Page 98: INMUNOLOGIA

Inmunodeficiencias secundarias

Las inmunodeficiencias secundarias o adquiridas tienen diverso origen y

repercusiones clínicas.

Los de menor gravedad son los de anergia inmunológica que suelen ocurrir

después de las enfermedades infecciosas intensas, especialmente de origen

viral. Son transitorias y revierten espontáneamente debido a la gran capacidad

del sistema inmune.

Otro caso, de mayor gravedad, es la inmunodeficiencia que acompaña al

cáncer, su intensidad aumenta aun como consecuencia de los tratamientos a

los que son sometidos estos pacientes.

Una tercera categoría de inmunodeficiencias secundarias

Corresponden a una serie de condiciones iatrogénicas derivadas del

tratamiento con agentes inmunosupresores. Los individuos afectados son

principalmente pacientes receptores de transplantes de órganos y aquellos que

padecen alergias o enfermedades autoinmunitarias. Los agentes

inmunosupresores mas utilizados son la azatioprina, los glucocorticoides, la

globulina antilinfocítica y como se ha dicho, las drogas y la irradiación utilizadas

en el tratamiento del cáncer. Estos agentes producen distintos efectos sobre el

sistema inmune los que se manifiestan finalmente como una deficiencia en la

respuesta humoral y/o celular, aumentando la susceptibilidad del paciente a

padecer enfermedades infecciosas.

Sin embargo, la inmunodeficiencia adquirida que causa mayor preocupación en

la actualidad es el SIDA o síndrome de inmunodeficiencia adquirida, de

carácter epidémico y curso clínico fatal. Esta enfermedad surgió alrededor de

1980, aumentando en forma alarmante en morbimortalidad hasta constituir un

serio problema que afecta a toda la población mundial.

El SIDA es provocado por el virus de inmunodeficiencia humana VIH, también

denominado virus linfotropo de células t humanas tipo III HTLV-III, identificado

en la molécula CD4 presente en la membrana de linfocitos TCD4+

cooperadores y en células presentadoras de antígeno.

Page 99: INMUNOLOGIA

El modo de transmisión horizontal del virus, inicialmente mas frecuente, fue la

relación homosexual. Sin embargo, en la actualidad, se ha visto un dramático

aumento en la transmisión a través de relaciones heterosexuales. Tal es así,

que la organización mundial de la salud ha efectuado proyecciones que

señalan que el año 2000 el 90% de los contagios se producirán por esta vía.

Otra alternativa de transmisión es la inoculación del virus al efectuar

transfusiones sanguíneas o de plasma contaminadas, siendo los hemofílicos

los individuos mas frecuentemente afectados. Finalmente, el uso de jeringas

contaminadas con el virus por drogadictos constituye una vía frecuente de

contagio. La transmisión vertical, de madre a hijo, durante el embarazo o el

parto, es también posible.

El virus VIH que contiene dos hebras de RNA genómico, ingresa a los linfocitos

y células presentadoras de antígeno uniéndose al marcador CD4 a través de su

proteína de superficie gp 120 (1). Luego, en el citoplasma, se produce la

trascripción de su genoma a DNA mediante la enzima viral trancriptasa reversa

(2). Estas hebras complementarias se incorporan al genoma celular en calidad

de provirus DNA (3). La replicación de este material genético se traduce en la

generación de nuevos virus que abandonaran la célula (4) para continuar su

actividad infectiva (5).

La presencia del virus en el plasma, en células circulantes y en los tejidos

presenta variaciones de acuerdo a la etapa de la enfermedad en que se

encuentra el paciente.

La historia natural del SIDA comprende básicamente tres periodos sucesivos:

Etapa primaria. Es asintomática en mas del 50% de los pacientes. Cuando se

manifiesta, lo hace con síntomas similares a aquellos de la mononucleosis

aguda (fiebre e hiperplasia de ganglios linfáticos). En ellos se observa una

disminución transitoria del recuento de linfocitos TCD4+ concomitante con un

aumento de la cantidad de células circulantes infectadas por el virus y en la

viremia. Durante este periodo, que suele ser de tres meses, se produce

además un aumento progresivo en el recuento de linfocitos TCD8+.

Etapa de latencia clínica. Es de 1 a 15 años de duración en la cual los

pacientes no presentan sintomatología relacionada con VIH. Sin embargo,

durante este periodo, existe una activa producción de partículas virales,

especialmente en linfocitos TCD4+ ubicados en ganglios linfáticos. Se observa

Page 100: INMUNOLOGIA

una disminución leve pero progresiva en el recuento de linfocitos TCD4+

circulantes, especialmente a expensas de la población con fenotipo Th1. la

población TCD8+ mantiene el nivel alcanzado en la etapa anterior, o sea es 1.5

a 2 veces mayor que en individuos normales.

Etapa clínica. Se inicia con los típicos síntomas de la enfermedad, esto es,

diarreas prolongadas, fiebre, perdida de peso, infecciones oportunistas y

desarrollo de neoplacias malignas. Este periodo tiene una duración de 1 a 4

años y termina con la muerte del paciente. Los principales cambios que afectan

a células del sistema inmune incluyen un aumento progresivo en la viremia y en

la cantidad de células infectadas con el virus tanto en la circulación como en el

tejido linfoide. el recuento de linfocitos TCD4+ y TCD8+ muestra una fuerte

disminución, presentando estos últimos una incapacidad citolítica . en

pacientes terminales todas las sub-poblaciones linfocitarias están reducidas,

aun cuando la producción de anticuerpos puede estar aumentada. Los

mecanismos patogénicos que subyacen a los cambios descritos son en parte

desconocidos y objeto de intensa investigación en la actualidad.

En resumen , las alteraciones de los diversos componentes de la respuesta

inmune incluyen principalmente (Lámina 47a)

1) en monolitos y macrófagos se produce una disminución en la respuesta a

factores quimiotacticos, una menor capacidad paraciticida y una disminución en

la expresión de moléculas codificadas por el MHC.

2) Los linfocitos TCD4 efectores presentan disminución en su respuesta a

antígenos solubles, una menor producción de linfoquinas, una incapacidad de

respuesta en cultivo mixto de linfocitos y de expansión clonal.

3) Los linfocitos TCD8 citotóxicos presentan una disminución en su función y en

su capacidad proliferativa.

4) Las células NK tienen una menor actividad antitumoral y antiviral.

5) Los linfocitos B presentan una menor capacidad de respuesta nuevos

antígenos. además, sufren activación y diferenciación policlonal espontánea y

generación de anticuerpos.

Finalmente la función reguladora de los linfocitos TCD4+ esta francamente

dañada.

Page 101: INMUNOLOGIA

Neoplasias que afectan al Sistema Inmune

Las células del componente específico del sistema inmune, los linfocitos T y B ,

así como aquellas que participan en calidad de células accesorias a nivel de

presentación de antigeno o en los mecanismos de amplificación de la

respuesta, los macrófagos, monocitos y polimorfonucleares, pueden ser

víctimas de transformación maligna constituyendo las neoplasias que afectan al

sistema inmune.

El estudio, diagnóstico y tratamiento de las neoplasias malignas originadas en

células sanguíneas de la serie mieloide y linfoide corresponde en general a la

especialidad de hematología. Las gamapatias monoclonales, derivadas de

neoplasias originadas en células plasmáticas suelen ser abordadas por los

inmunólogos clínicos.

Existen tres grandes categorias de neoplasias malignas originadas en el tejido

hematopoyético y linfoide.

1. Leucemias : neoplasias malignas que afectan a los leucocitos y que se

originan en la médula ósea. Allí reemplazan paulatinamente al tejido

hematopoyético normal, ingresan posteriormente a la circulación sanguínea e

invaden otros tejidos. Según el grado de diferenciación de las células

leucémicas, las leucemias se clasifican como agudas y crónicas. Las leucemias

agudas se caracterizan por la presencia de células muy inmaduras (blastos) y

su curso clínico suele ser rápido y fatal. En las leucemias crónicas, las células

son leucocitos más maduros, al menos inicialmente, y la enfermedad es de

curso clínico más lento.

Las leucemias agudas y crónicas pueden ser mielocíticas o linfocíticas según el

tipo celular en el que surgieron.

2. Linfomas malignos: neoplasias malignas que se originan en células

residentes en tejidos linfáticos especialmente ganglios. Forman masas

tumorales sólidas. Pueden pertenecer a la categoría de linfomas no Hodgkin o

corresponder a la Enfermedad de Hodgkin. Las neoplasias malignas que se

Page 102: INMUNOLOGIA

originan en macrófagos o histiocitos del tejido linfático suelen denominarse

histocitosis, sin embargo, generalmente se clasifican en conjunto con los

linfomas.

3. Discrasias plasmocelulares: incluyen a un grupo de alteraciones que

involucra una proliferación anormal de células plasmáticas con la subsecuente

secresión aumentada de inmunoglobulinas monoclonales o de sus cadenas

pesadas o livianas ( Gammapatías monoclonales). Las principales afecciones

pertenecientes a este grupo son el mieloma múltiple, la macroglobulinemia, la

enfermedad de cadenas pesadas y la amiloidosis de cadenas livianas.

Desde un punto de vista inmunológico, se puede generalizar que los pacientes

que padecen este u otro tipo de cáncer son inmunodeprimidos aumentando por

lo tanto su susceptibilidad a infecciones. Sin embargo las repercusiones

clínicas de mayor gravedad corresponden al carácter invasivo, destructor y

metastásico característico de las neoplasias malignas.

En la etiología de estos tipos de cáncer esta implícita una alteración estructural

o funcional de proto-oncogenes. Estos genes son responsables de la

regulación de la proliferación y diferenciación celular. En muchas leucemias y

linfomas se ha descrito alteraciones cariotípicas, especialmente traslocaciones,

que pueden dar cuenta de la expresión cualitativa o cuantitativamente alterada

de estos genes. Esto se traduce en que las células afectadas tienden a

permanecer en activa proliferación desobedeciendo a los mecanismos

intrínsecos y extrínsecos que normalmente regulan su comportamiento, vale

decir, adquieren autonomía proliferativa. Si bien las alteraciones cromosómicas

que afectan a este tipo de neoplasias estan bastante bien identificadas, la

causa de estas translocaciones permanece siendo en muchos casos, una

incógnita. Se ha descrito la participación de mutágenos quimicos, de

radiaciones y de virus en la iniciación del proceso maligno.

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