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Cambios generacionales y participación juvenil:
Bases de la continuidad del movimiento de mujeres 1
Sirley Daihana González Zapata
Resumen
El presente informe es el resultado del proceso investigativo realizado al movimiento de mujeres en la ciudad de Medellín; más concretamente al movimiento Mujeres de Negro y a la organización a la que se encuentra adscrita: la Ruta Pacifica de Mujeres. La problemática a abordar es la participación juvenil en dicho movimiento y sus posibles influencias en los aspectos organizativos, temáticos y funcionales en un rangotemporal entre los años 2000 y 2009.El interés en el mencionado aspecto radica en la importancia de esta población como organismoque asegura la perdurabilidad del movimiento y como detonante principal de los procesos de cambio al interior de los mismos, siendo la presencia de este sector juvenil el punto donde se da inicio al proceso de cambio generacional.Es por ello que la población objeto de análisis son las mujeres jóvenes pertenecientes al movimiento anteriormente mencionado, sin dejar de lado el valioso testimonio y el papel de las mujeres adultas.La metodología utilizada y con que se abordó dicha problemática fue básicamente el uso de la observación simple y posteriormente la participación en los espacios y actividades del movimiento, principalmente en los plantones de las Mujeres de Negro, así como varias plenarias con las líderes de las corporaciones que conforman la Ruta.Otra estrategia metodológica utilizada fue la realización de entrevistas a miembros del movimiento.El enfoque guía de todo el proceso investigativo fue la fenomenología,teniendo como base teórica al pensador Alfred Schütz.
Como resultado de todo este proceso no solo se pudo dar cuenta de una significativa presencia de las mujeres jóvenes dentro de este movimiento, sino también nuevas formas que configuran dicha participación y la ubican hacia características singulares y muy propias de una cultura juvenil; dichas formas dan inicio a novedosas estructuras y formas organizativas y participativas dentro de los movimientos sociales. 1Este trabajo es resultado del proceso investigativo realizado durante el año 2009 en los cursos de diseño cualitativo I y II, pregrado en sociología, con la asesoría de Andrea Lissett Pérez docente de sociología universidad de Antioquia. Agradecimiento especial a la ruta pacifica de las mujeres; más concretamente a las mujeres de negro de la ciudad de Medellín, que hicieron posible la realización de esta investigación.
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Introducción
El movimiento de mujeres es una célula del movimiento social que con el pasar
del tiempo se ha multiplicado, siendo hoy el movimiento más organizado, con
mayor alcance a todas las esferas de la sociedad –desde lo privado a lo
público– y donde se destaca su participación en uno de los sectores de mayor
relevancia social como lo es el campo de lo político.Se desplazó de un
movimiento meramente de carácter nacional a convertirse en grandes redes
internacionales ampliamente comunicadas. Una de éstas, esel movimiento
Mujeres de Negro, que tiene sus orígenes en Jerusalén, y desde hace más de
veinte años se viene manifestando en contra de cualquier forma de violencia,
siendo así, “un movimiento antimilitarista y antiguerrerista” (Mujeres de Negro,
2006).en la actualidad se encuentran grupos pertenecientes a éste movimiento
en más de diez países, destacando la participación de Jerusalén, Belgrado,
India, Alemania y Colombia, países afectados en mayor grado por el flagelo de
la guerra; y que paralelamente, lucha por la reivindicación de los derechos de
las mujeres enmarcado en un carácter feminista.
En Colombia, con nueve años de trayectoria en las ciudades deBogotá,
Medellín, Cali, Bucaramanga, Popayán, Puerto Caicedo (Putumayo), Pereira y
Quibdó, ha venido tomando auge y ganando reconocimiento en la sociedad.Sin
embargo, en este aspecto aún queda mucho territorio por abarcar, debido a
que ésta como muchas otras organizaciones de mujeres no gubernamentales
aún son desconocidas por la población colombiana. El movimiento Mujeres de
Negro es una red internacional, que en Colombia se encuentra adscrita a la
organización Ruta Pacifica de Mujeres:
La Ruta Pacífica de Mujeres es un movimiento feminista y pacifista con un accionar
político, cultural y social dirigido a fortalecer la visión feminista del pacifismo, la no-
violencia y las resistencias civiles y promover la inclusión de las propuestas políticas
y sociales de las mujeres colombianas (Ruta Pacifica de Mujeres).
Un hecho particular sobre todo en Colombia es la escasa participación del
sector juvenil en organizaciones de carácter social.La referencia que se tiene
de los jóvenes es su asociación a las drogas, el alcohol y el ocio.Sus
preocupaciones e intereses siempre han sido enmarcadas al tema de la moda,
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las tecnologías y la música.Su participación en grupos siempre ha estado
ligado netamente al aspecto de identificación con los tres caracteres antes
mencionados especialmente el musical; asociando el lugar de los jóvenes en la
sociedad solamente a pandillas y tribus urbanas.
Por otra parte, los movimientos femeninos generalmente están conformados
por mujeres de edad madura y avanzada, por el hecho que, entre varias
causas muchas de éstas mujeres fueron participantes en las décadas del
sesenta y setenta de la proliferación del movimiento y aún se encuentran como
miembros activos, o estuvieron influenciadas por la ideología feminista de la
época. Otro aspecto que causa este hecho, es decir, la conformación de
organizaciones colombianas con características antiguerrerista, esque acogen
entre sus miembros a mujeres que se han visto directamente afectadas por el
desplazamiento, el secuestro y las desapariciones, siendo madres, esposas e
hijas víctimas de la guerra.
Partiendo de allí, y de un primer acercamiento a la población objeto de
estudio–en este caso mujeres jóvenes adscritas a la Ruta Pacifica de la ciudad
de Medellín vinculadas dentro del periodo del año 2000 hasta el 2009– y cuya
participación tuvo relevancia en actividades relacionadas con el movimiento, en
particular del plantón Mujeres de Negro,la investigación se encaminó a
dimensionar el nivel de participación de las mujeres jóvenes, el conjunto de
valores y la identidad que las define y por consiguiente las ciñe a él, su rol en el
proceso organizativo y su aporte al aspecto temático y funcional del
movimiento.
Como esfera central de la problemática, se encuentra de vital importancia tratar
la participación juvenil a partir del elemento del cambio generacional; concepto
trascendental que permite la continuidad en el tiempo y es el detonante
principal de los procesos de cambio al interior de todos los movimientos
sociales.Hecho que no sólo permite la perpetuidad de los movimientos, en éste
caso la del movimiento de mujeres, sino que es generador de nuevas
dinámicas y procesos de luchas, avanzando así en la adecuación del
movimiento al contexto histórico, social, político y cultural, propios de la época.
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En la formulación de este trabajo nos preguntamos por cuáles fueron las
formas y las posibles influencias de la participación de la mujer joven en los
aspectos organizativos, temáticos y funcionales del movimiento Ruta Pacifica
de Mujeres de la ciudad de Medellín entre los años 2000 y 2009.
De este modo se persigue como objetivo general: identificar la posible
influencia de la participación de las mujeres jóvenes en los aspectos
organizativos, temáticos y funcionales del movimiento Ruta Pacifica de Mujeres
de la ciudad de Medellín entre los años 2000 y 2009.El enfoque teórico guía de
todo el proceso investigativo, fue la fenomenología retomado del pensador
teórico Alfred Schütz y su abordaje del mundo microsocial de las relaciones
sociales desde un plano de lo intersubjetivo, donde el eje principal lo
constituyen las interacciones sociales entre los individuos en el plano de la vida
cotidiana,siendo así de vital relevancia la interpretación o significación que los
diversos actores le dan a la construcción de la realidad social.
Por otro lado se tuvieron en cuenta como conceptos claves la categoría de
movimiento social retomado del enfoque de los nuevos movimientos
sociales.Dicho enfoque analiza las nuevas formas de protesta y se centra en
las recientes formas de movimientos sociales de índole contemporáneo. Este
enfoque tiene su máximo desarrollo en Europa en cabeza de Alain Touraine
uno de los pensadores que más ha reelaborado el concepto.Los siguientes
conceptos utilizadosy que van íntimamente ligados son la categoría de
generación abordada por Feixa en su artículo investigativo “Generación XX”
dellibro Teorías sobre la juventud en la era contemporánea” y el concepto de
juventud ampliamente estudiado por José Antonio Pérez en el capítulo
“Juventud: un concepto en disputa" del texto Teorías sobre la juventud. Las
miradas de los clásicos.Así mismoAlejandro Monsiváis, en el artículo
llamado“Ciudadanía y juventud: elementos para una articulación conceptual”. A
su vez se utilizaron otras categorías primarias como lo son el concepto de rol
de Robert Fichter en un capítulo de su libro Sociología que lleva ese mismo
nombre; la interacción de Donald Light del capítulo “Interacción y estructura
social”.Y finalmente el concepto de símbolo estudiado por LurkerManfreden su
texto Esencia y significado de los símbolos.
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Como temáticas o patrones que han salido a flote y de la mano de la
recolección y posterior análisis de la información se hizo verdaderamente
estimable la diferenciación de actores y por ende el surgimiento de dos
categorías fundamentales como lo son los conceptos demujeres adultas y
mujeres jóvenes–estas últimas población objeto deatención–.Dicha separación
abre la puerta para un análisis que permite percibir problemáticas
diferenciablesy consecuentemente apuestas y participaciones con rasgos y
roles característicos entre uno y otro grupo de edad,así como una interacción y
relación social entre ambas cargadas de tensión y por ende generador de
identidades diversas.
La trascendencia de este proyecto surge como aporte al estudio general de los
movimientos sociales en la actualidad, sus dinámicas, procesos y
transformaciones sociales, particularmente el movimiento de mujeres debido al
apogeo y reconocimiento que ha tomado en los últimos años en el contexto
colombiano.La problemática estudiada en particular se debe al escaso estudio
realizado de este fenómeno en relación con la participación e influencia de las
nuevas generaciones de jóvenes en la articulación, formación y cambios del
país, y específicamente como aporte científico, a partir de trabajo de campo,
como respaldo al futuro desarrollo de teoría enmarcada en el contexto
latinoamericano, donde la profundización de su estudio ha sido muy limitada.
Metodología
La población sujeta a análisis en ésta investigación fueron mujeres jóvenes
adscritas a la Ruta Pacifica de Mujeres de la ciudad de Medellín, cuya edad se
delimitó en un rango de 14 a 22 años aproximadamente, vinculadas dentro del
periodo del año 2000 hasta el 2009, con participación relevanteen el plantón
Mujeres de Negro.
La fase previa a la inserción en el campo fue la búsqueda de información
documentalque sirvieran como base para la delimitación de la problemática y
sucesivamente en la búsqueda de elementos para el abordaje teórico y
conceptual. A su vez la consulta por medios electrónicosde información
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relacionada con la Ruta Pacífica de Mujeres y el movimiento Mujeres de Negro,
que pudieran servir de conocimientos previos y muy generales a cerca del
universo de estudio y los demás sujetos participantes.
A la par con la planificación del proyecto se fue realizando la inmersión en los
escenarios indicados para el abordaje de la problemática tratada, para entrar
en contacto directo con los sujetos que hacían parte del objeto de análisis.En
este caso con las mujeres jóvenes pertenecientes a la Ruta Pacifica de
Mujeres, sin dejar a un lado las demás participantes del movimiento, ya que al
tratar de abordar la población centro de atención, lograr su identificación a
partir de sus roles dentro del grupo, su accionar, describir sus posiciones e
ideas respecto del movimiento y todas sus concepciones relacionadas con la
cuestión de género, directa o indirectamente, debe abordarse a las demás
mujeres integrantes de la Ruta , y definir igualmente sus patrones propios
tanto conductuales como ideológicos;para a su vez estudiar ambos sujetos en
sus relaciones mutuas, sean de armonía, conflicto o de poder, en la vivencia
como sujetos colectivos.
La parte metodológica que se planteó inicialmente para la recolección de la
información que permitiera la consecución de los objetivos propuestos, fue la
utilización de la entrevista y la observación participante, como estrategias
metodológicas centrales. A lo largo del proceso se realizaron cuatro
entrevistas. La primera fue realizada a una jovende 22 años exintegrante de la
Ruta y que inicio su proceso con estas organizaciones desde la edad de 15
años.Seguidamente a una mujer, sociólogade 43 años,líder y miembro activa
del movimiento, y dos mujeres jóvenes, una de ellas líder de 21 años quien fue
de gran ayuda en todo este proceso, la otra, de 19 años, estudiante
universitaria que desde los catorce años ha participado en diversos procesos
con mujeres y que actualmente es miembro del colectivo de Mujeres Jóvenes
uno de los grupos más representativo de esta población dentro de la Ruta
Pacifica de Mujeres.
La observación se realizó en tres espacios específicos.El plantón de las
Mujeres de Negro, que es realizadopor las diferentes corporaciones que
integran la Ruta todos los últimos martes de cada mes a las 5:00 p.m., en la
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plazoleta central del Parque de Berrío, con una duración regular de media hora.
A esta actividad ya tradicional dentro del movimiento se asistió en seis
ocasiones, desde el mes de mayo del 2009 hasta el 26 de enero del 2010.Dos
de dichas asistencias fue en calidad de participante activa dentro de la
manifestación, se hizo parte del círculo y de todo el proceso del plantón.
En términos generales se observó principalmente y de forma detallada el
desarrollo de las actividades en cada plantón al cual se asistió. La
manifestación de su simbologíacaracterística, el modo de expresar el propósito
de dicha actividad y específicamente las particularidades de sus participantes:
sus rasgos distintivos, la identificación de los roles, sus patrones de conducta,
entre otros. Sin embargo la escasa presencia de la población joven planteó
nuevos interrogantes, cuestionamientos que se fueron esclareciendo en gran
parte con las mujeres entrevistadas.
Otro escenario abordado, fue la plenaria de la Ruta Pacifica de Mujeres.A este
lugar se realizaron dos visitas.Para estos encuentros la Ruta utiliza dos
espacios: la Corporación Vamos Mujer y la Corporación Mujeres que Crean,
por lo que la observación a esta actividad se hizo en ambas corporaciones,
claro está, sin ninguna diferencia significativa en términos de su ejecución. Esta
reunión es realizada cada quince días los miércoles de tres a cinco y media de
la tarde.Se realiza una especie de asamblea, con las líderes o designadas de
las corporaciones adscritas a la ruta, por lo que la reunión normalmente son un
grupo fijo de mujeres.En la primer visita a la plenaria fueron veintiocho mujeres
y en la siguiente veintiséis, con características diversas, entre ellas una líder
afro descendiente, líderes de corporaciones del adulto mayor, una líder de una
corporación campesina, líderes de corporaciones barriales, entre otras.La
presencia de mujeres jóvenes nuevamente fue nula a excepción de una
participante a las plenarias, que en ningún momento habló para el grupo, ni
expreso su opinión.
En ambas plenarias se decoró el lugar con velas y flores, lo que al parecer
permitía un ambiente más íntimo y familiar. La mayoría de las participantes
expresaron su opinión alrededor de los temas tratados y exponían temas
nuevos.La mujer que quería hablar alzaba la mano.Una de ellas era quien
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dirigía la reunión y los temas a tratar, regulaba el dialogo y daba la palabra;
había un ambiente de respeto por la opinión de las otras.Cuando no había un
acuerdo generalizado, se recurría al mecanismo de votación.
El tercer escenario o espacio del cual se obtuvo acceso fue la conmemoración
del ocho de marzo:Día internacional por los derechos de las mujeres.Este tuvo
una concentración en la plazoleta de Botero.En dicho espacio participaron
diversas organizaciones de mujeres, feministas y comunitarias, allí hubo
espacio para la música, la elaboración de carteles y un acto simbólico
denominadoTribuna Pública: “Tu voz y tus pasos hacen falta”,con el fin de que
se escuchara la voz de las mujeres frente a la violación de sus derechos
humanos y donde se hicieron una serie de denuncias de violaciones de
derechos de las mujeres en la ciudad de Medellín. Después de aquellas
actividades se procedió a una marcha por la conmemoración de los Derechos
de las Mujeres –en el centenario de su aprobación 1910–2010–que culminó en
La Alpujarra, la cual contó con una masiva asistencia, entre ellasmujeres
jóvenes, y en la cual salieron a relucir diferentes muestras artísticas, consignas,
bodyart, todas ellas de valioso aporte para esta labor investigativa.
Enlas primeras observaciones a estos escenarios, la irregularidad de las
participantes jóvenes e incluso su notoria ausencia fue un hecho decepcionante
–inicialmente a nivel personal–, pero a su vez le dio un direccionamiento
inesperado a la investigación.La imagen preconcebida de una afluencia de
población juvenil se derrumbópara darle paso a nuevas inquietudes como del
porqué de esta ausencia y dónde es que están las jóvenes, o acaso esto es un
serio indicio de que en el movimiento existe un acceso cerrado y muy limitado,
o de que existen fuertes conflictos en su interior, o hay espacios determinados
para las jóvenes, e incluso se llegó a pensar que esta ausencia de jóvenes se
debe a que no hay presencia de jóvenes dentro del movimiento;entonces
¿dónde quedan los cambios generacionales? ¿A caso el movimiento va directo
a su desarticulación?Todas estas preguntas fueron abriendo paso a nuevos
elementos objeto de análisis que direccionaron la investigación hacia
categorías y nociones nuevas de participación que inicialmente no fueron
tenidas en cuenta.
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La estrategia que se utilizó para el análisis de la información fue básicamente el
uso de la teoría consultada, que, a partir de la formulación y posterior
entrelazamiento de categorías y subcategorías, diera como resultante la
formulación de unidades significativas que propiciaran una solución a la
problemática planteada.A su vez se tuvo en cuenta, como estrategia
igualmente valiosa,el análisis del discursoen los escenarios observados,
haciendo un registro no sólo del material escrito (pancartas, comunicados…)
sino también los elementos simbólicos (colores, vestuario, silencio,rituales…),
propios y característicos de sus manifestaciones y acciones colectivas.
Análisis y resultados:
Cuando se piensa el concepto de juventud o jóvenes siempre se hace la idea o
se lleva a una inmediata asociación con tribus urbanas, música, rebeldía, moda
e incluso drogas.Esta mirada parcializada de la población juvenil es una
categorización que se ha vuelto general y de uso estigmatizador, ubicando a
las recientes generaciones cada vez más lejos del empoderamientopolíticoy
público, y creando la falsa imagen de indiferencia frente asuntos de corte
social y de problemáticas que los afectan directa e indirectamente.
Debe tenerse presente que la formación de la experiencia social en los
jóveneses construid a partir de la formación de una identidad.En palabras de
Monsiváis: “Las identidades juveniles refieren a la construcción de umbrales
simbólicos de pertenencia, desde los cuales se producen, dinámicamente,
formas de auto representación y hetero-representaciòn”. (MONSIVÁIS,
2002:168)
En aras de la construcción de estas identidades se encuentran los colectivos,
tanto formales como informales y con distintas formas de organización, que
forman elementos culturales particulares.Es así como Feixa nos dice que las
culturas juveniles hacen alusión a “la manera en que las experiencias sociales
de los jóvenes son expresadas colectivamente mediante la construcción de
estilos de vida distintivos, localizados fundamentalmente en el tiempo libre, o
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en espacios intersticiales de la vida institucional”(FEIXA apud MONSIVÁIS,
2002:168).
Frente a esta cerrada imagen y connotación de los jóvenes de la actualidad,
surgió la presente investigación con un interrogante situado en los movimientos
sociales como espacios que, como el movimiento de mujeres, han tenido un
recorrido histórico cargado de importantes reivindicaciones y logros a lo largo
de su accionar, pero que con ese mismo pasar del tiempo debe
constantemente reevaluarse y encaminarse hacia nuevas dinámicas y formas
de sentir ese ser mujer y hacia esas nuevas exigencias de derechos y de
reivindicaciones que paralelamente surgen y se transforman con las
generaciones nuevas y con los contextos constantemente variables.
Es por ello que atendiendo a la relación subyacente en los movimientos
sociales, más particularmente el movimiento de mujeres y la juventud–una
relación que en cierta medida considero parte de una mutua dependencia y de
una necesidad reciprocas– y teniendo en cuenta todo el proceso de
investigación y recolección de información llevado a cabo en los últimos meses,
se abordó y analizó la participación desde el sector juvenil teniendo en cuenta
los siguientes aspectos:
1.Características del movimiento de mujeres y su ex clusiva movilización
En la actualidad el movimiento de mujeres se ha posicionado como uno de los
movimientos sociales más significativos y relevantes de la esfera mundial, no
sólo por su amplia movilización histórica, sino porque, acorde con ella,
podemos ver el sinnúmero de problemáticas y elementos que hacen de este
un conjunto amplio y mundialmente reconocido por su diversidad de
participantes y por las millones de mujeres que se unen a él. Mujeres que
aunque con problemáticas variadas –condición de género, discriminación,
intolerancia y exclusión que en formas extremas se traduce en violencia– las
recoge una misma categoría de movimiento.No obstante, un movimiento que
así como presenta variabilidad de conflictos y problemáticas nos presenta
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diversas formas y tonalidades de movilizaciones que hacen de éstas una
muestra colorida y diversificada de elementos peculiares únicos, donde la
simbología como traductor de su discurso, se hace presente, simbología que
en palabras de Manfred es precisamente:
Mediante la confluencia de elementos racionales e irracionales, mediante la
manifestación del sentido en lo sensible, que el símbolo posee una tensión que
le es propia; en palabras de Goethe el simbolismo convierte la manifestación
en idea, la idea en una imagen; y ello de tal modo que la idea permanece
siempre infinitamente eficaz e inalcanzable, y aún expresándose en todas las
lenguas permanece inefable (GOETHE apud MANFRED, 1992:20).
La simbología como acción comunicante, es la herramienta que procrea de
sentido toda su movilización; pero el uso de lo simbólico en un aspecto más
profundo y relevante que como comúnmente suele verse en los demás
movimientos sociales.
Partiendo de manera particular en las manifestaciones del movimiento de
mujeres en la ciudad de Medellín, y más hondamente en la Ruta Pacifica de
Mujeres, vemos como el color, las expresiones faciales, la vestimenta, la
música, la voz que no es voz (su silencio), el fuego, el agua, las flores, las
imágenes, las frases escritas se van convirtiendo en su vocero ante la
sociedad; cada elemento como el color negro que representa un luto, una
tristeza hacia cualquier forma de violencia, toma la palabra ante los ojos de la
ciudad, que expectante traduce el grito de inconformismo y rechazo o
simplemente lo omite e indiferentemente sigue su curso cotidiano.
El cuerpo de la mujer, objeto de atropello y violencia, se abre para dar no solo
testimonio de aquélla situación, sino que a la vez emerge como forma simbólica
polémica que ve en la desnudez la forma de conectar sus problemáticas del
entorno público con lo privado. El cuerpo, que aún conserva esa connotación
de tabú y pecado en nuestra sociedad, se despliega en la desnudez de
aquellas mujeres como una voz que a gritos rechaza las violencias, rechaza la
intolerancia, rechaza la exclusión, rechaza el patriarcado.
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En el centro del plantón una mujer en edad avanzada estaba desnuda de la
cintura para arriba y un hombre le pintaba figuras en su cuerpo como ♀
alusivos a la mujer, y pinceladas de diversos colores.En sus brazos tenia las
frases: “mi cuerpo es mío” “yo decido” “soy mía”.Al finalizar el proceso de
pintura la mujer caminó en el interior del círculo, dando varias vueltas y
enseñando a las mujeres asistentes y a los transeúntes que en ese entonces
pasaban por el lugar [...] (Diario de campo: observación plantón 4)
La movilización de estas mujeres rescata en lo simbólico su voz discursiva, y
en la significación de aquello simbólico su identidad; identidad entendida como
“un proceso de comunicación y un fenómeno social anclado en un marco
espaciotemporal de naturaleza cultural, marcado por códigos y rituales
sociales” (EDMOND, 1992:17).Dichos códigos y rituales sociales abren paso a
un reconocimiento con un discurso que paralelamente con las palabras ve en
esos elementos no hablantes en sonidos, pero si en significados su
particularización y expresividad.
2. Rasgos significativos de las mujeres jóvenes par ticipantes
Antes de caracterizar la forma de movilización de dichas jóvenes, hay que
hacer alusión a que dicha participación fue considerablemente variable en los
espacios escogidos para el análisis –plantón, plenaria, marcha 8 de marzo–,
de estos tres espacios el último fue en el que se notó una masiva presencia.Por
otro lado en el plantón en temáticas específicas y polémicas como la
concerniente al aborto realizada el 29 de septiembre en rechazo a los
cuestionamientos que recientemente se habían hecho en torno a la clínica de la
mujer, se percibió también una asistencia significativa de la población juvenil
(Diario de campo: plantón 4), a diferencia de otros plantones donde en varias
ocasiones su presencia fue nula y en las plenarias con las líderes de las
organizaciones donde nuevamente se percibió su ausencia.
De los espacios observados y las entrevistas realizadas se pudo finalmente
constatar que en primera instancia existe una diferenciación en términos de
roles, que siguiendo un poco la línea de Fichter podríamos sintetizar su
denominación como “un determinado número de pautas relacionadas entre sí,
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que se agrupan en torno a una función social, este se determina y se especifica
por la necesidad social a que responde y por el grupo social en el que se
desempeña” (FITCHER, 1977:199).
Dichas pautas o comportamientos fueron dividas de acuerdo a los grupos
poblacionales, entre las mujeres jóvenes y las mujeres adultas.Por un lado nos
encontramos con unas mujeres adultas que trabajan desde el aspecto
organizativo, y estructural formativo del movimiento, más reflexivo en el
sentido en que se enfoca en nociones que van desde apuestas de corte
político, de cuestiones teóricas y conceptuales acerca de género, sexualidad,
guerra, y conflicto nacional.Así lo revela una de las jóvenes entrevistadas:
Las mujeres adultas se ocupan más de organización, pero el papel joven es
mucho más de acción.Dentro de las mujeres existe liderazgo.La mujer joven
muchas veces le falta experiencia, constancia.La cabeza visible son las
profesionales.La mujer joven tiene mucha participación, pero no es
precisamente la que organiza […] (Entrevistada 1: joven ex integrante 22
años).
Por otro lado es indispensable tener en cuenta la noción de tiempo en las
mujeres que pertenecen a uno y otro grupo de edad.Por una parte muchas de
las mujeres adultas presentan cierta regularidad en la asistencia a dichos
espacios dado que dedican su tiempo entre las labores del hogar y el
movimiento, mientras las mujeres jóvenes el asunto de su familia, el estudio y
el trabajo dificulta una cierta constancia a estos espacios.
Ya directamente al hablar de las mujeres jóvenes nos encontramos ante otras
lógicas de participación que se alejan pero no totalmente de la labor reflexiva de
las mujeres adultas, puesto que a partir de expresiones de corte más lúdico
cultural se presentan formas reflexivas que van encaminadas en la lógica de la
acción didáctica y dinámica. En una entrevista con una de las mujeres jóvenes
nos explica dichas acciones con más detalle:
En el colectivo de mujeres jóvenes como te decía es una puesta del
movimiento, es una expresión más, y le apostamos mucho a los principios de
la ruta; el pacifismo, el feminismo, no a la guerra y todas esas vainas pero a
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diferencia un poco con la ruta hacemos muchas acciones de toma de la
ciudad, de los espacios públicos y le apostamos a una especie de resistencia,
una resistencia creativa, desde el arte, siempre tratamos de pronunciarnos
como de una manera estética, artística, creativa mas juvenil y obviamente
también en las marchas que hace la ruta, pues en todos los espacios de
ciudad que las mujeres hemos decidido participar ahí hemos estado, desde
una puesta muy creativa, siempre (Entrevista 2: participante activa, 19años).
Dichas expresiones artistas y creativas van desde consignas como: “los
femincidios nunca han sido un cuento: si llegan a pasas hay que denunciar”,
“de noche, de noche o de día, vestidas o desnudas, en la cama o en la calle se
respeten nuestras vidas” (Diario de campo: observación plantón 5)
Uso de la música e instrumentos como tambores, violines, maracas e
instrumentos fabricados por ellas mismas con materiales reciclables (diario de
campo, observación 7: marcha 8 de marzo).
La significación del vestuario y el maquillaje en sus rostros con colores alusivos
a la Ruta: amarillo (justicia), azul (reparación), naranja (resistencia) y morado
(memoria histórica), acompañado del negro el color símbolo del luto y más
significativo para las Mujeres de Negro. Por su parte en uno de los plantones al
que asistí una de ellas me explico el significado del rostro pintado: “El pintarnos
la boca grande significaba, el que las mujeres debemos hablar y denunciar
cualquier atropello” (Diario de campo: observación plantón 5).
Todas estas características van encaminadas en acciones como la toma de
ciudad a partir de expresiones culturales y artísticas como teatro, danza,
mímica, papayeras y especialmente el bodyart: una expresión ya propia y que
las caracteriza dentro y fuera del movimiento.
Cuando montábamos Cuerpolis digamos que era una forma de manifestarnos,
pero una forma de manifestarnos de otra forma, de otro color, de otro estilo en
una puesta que quería reivindicar el asunto del cuerpo de la mujer en lo
público, el cuerpo de la mujer político desde la resistencia pacífica, no violenta
obviamente y pues también como de denuncia ante toda esa violencia que se
hace contra la mujer.Y también hace parte de todo un proceso, porque no es
simplemente que es que no, que las mujeres salieron a mostrar su cuerpo y a
hacer bulla y todo el cuento.No.También hace parte o es la finalización o lo
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que se logra, lo tangible de todo un proceso que hemos realizado […],
(Entrevistada 2: joven participante activa, 19 años).
3.Tensión y desencuentro entre las mujeres jóvenes y las mujeres adultas
Este es el punto más neurálgico de todo el proceso investigativo, porque de
pasar a detectar y posteriormente analizar la participación y con ella los roles
en que se deslindan tanto las mujeres pertenecientes a la categoría de mujeres
adultas y particularmente la categoría de mujeres jóvenes, se lleva esta
diferenciación de roles tan marcada a una fase donde esta separación conlleva
a estudiar la interacción entre ambos grupos; interacción que en palabras de
Edmond debe circunscribirse como un “proceso de socialización, que se
inscribe en el marco de una institución que lleva con ella modelos de
comunicación, sistemas de finalidades, roles y valores” ( EDMOND, 1992:17).
Sin embargo, en este proceso de socialización la interacción se presenta en
términos donde, aunque hay presente una estructura comunicativa y una
finalidad general en común –la lucha reivindicativa por los derechos de las
mujeres y la no violencia–, esta se fragmenta en apuestas y problemáticas
cada vez mas particularizadas.Así lo indica una joven entrevistada al
preguntarle por las diferencias entre ella y el grupo de jóvenes en su conjunto
con relación a las mujeres adultas:
Aunque los fines sean los mismos, creo que cuando las mujeres jóvenes
hablan de resistencia, pero a esa resistencia le colocan resistencia creativa es
porque le apuestan a construir nuevas cosas: el hecho de siempre estar en lo
público […].Es que hay que estar, porque si nos quedamos en las asambleas,
en las plenarias (es que es importante nadie dice que no, es importante
obviamente que nos reunamos).Pero si a eso le sumamos que hay que estar
en los espacios, que hay que denunciar cuando las cosas pasan […].No es
que no lo hagan.Simplemente que son otras formas de hacerlo.Algo que
también sobresale es que las mujeres adultas siempre le apuestan a
organizaciones, y se ven organizadas y encasilladas […] (Entrevistada 2, joven
participante activa 19 años)
Y esque aunque hacen parte de un movimiento de mujeres con un
planteamiento ideológico y feminista que las une, existen una variedad de
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problemáticas que nuevamente las diferencia unas de otras, y entre esa
variedad de problemáticas, las mujeres jóvenes encuentran lógicas diferentes
de confrontación al patriarcado y esa lucha por un reconocimiento en el espacio
de lo público más concretamente de ciudad:
Todas las mujeres no nos pueden encasillar en una sola, no sé… como en una
bolsa. Hay que diferenciar las problemáticas de las mujeres jóvenes de las
mujeres adultas que en su mayoría asisten a la Ruta.Las mujeres jóvenes no
nos hemos sentido incluidas y como nosotras decimos: “cabemos pero no
encajamos”.Y es porque necesitamos un espacio propio, y porque sí puede
que le apostemos a muchas cosas pero a nosotras nos gusta hacerlo de otras
formas.Nos gusta estar en los espacios, tomarnos la ciudad, sin decir que la
Ruta no es que no lo haga, simplemente que a nosotras nos gusta estar de
otras formas y le queremos apostar a que ese hecho de que las problemáticas
de las mujeres sean diferentes, también merecen que se les dé un trato
diferente […] (Entrevistada 2: joven participante activa, 19 años).
Cuando se encuentran estas diferencias en problemáticas que posteriormente
se traducen en focos distintos de movilización, y en diferencias tan marcadas
de roles, inmediatamente estas me trasladan a observar un distanciamiento
entre los dos grupos de poblaciones, que formula formas distintas de expresar
su pertenecía al movimiento y que, consecuentemente, lleva a que sus
percepciones ideas y valorizaciones entren en un continuo choque,
distanciándolas.A su vez añadiéndole el elemento generacional concebido
como:
Un cuerpo social integro con su minoría selecta y su muchedumbre, que ha
sido lanzado sobre el ámbito de la existencia con una trayectoria vital
determinada, y a su vez la generación es un compromiso dinámico entre masa
e individuos, el gozne sobre el que la historia ejecuta sus movimientos (FEIXA,
2006:42).
Y que de una manera u otra ejerce elementos diferenciables en su
identificacion como un grupo, donde los efectos de la historia, el tiempo y las
singularidades contextuales las fragmenta a un mas en dos grupos que juntos
dan vida al movimento social, pero que en el fondo dan pie a una polarizacion
entre mujeres jovenes y mujeres adultas. En la entrevista con la mujer adulta
claramente nos relata este hecho:
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Las jóvenes siempre tienen una queja constante. Un reclamo a que no son
comprendidas por las mujeres adultas. Y las mujeres adultas, igualmente,
tienen la queja digamos referida al comportamiento de las mujeres jóvenes: a
que es que no las entienden.Hay una valoración, a veces, en las mujeres
adultas referente a las jóvenes en términos de que es que son muy liberales,
de que son demasiado extrovertidas, tienen demasiadas libertades frente a la
vivencia de todo e incluso lo ponen mucho menos en la vivencia de los
derechos sexuales y los derechos reproductivos.Y hay unos comportamientos
digamos, y unas libertades, unos permisos y unas autonomías que, con
relación al cuerpo, hoy se dan en las mujeres jóvenes, las cuales no vivieron o
no vivimos las mujeres adultas, esto genera muchas preguntas, interrogantes,
desencuentros [...] (Entrevista 4: mujer adulta, 42 años).
Por otro lado, el hecho de entrar en dialogo en el movimiento a las dos
generaciones –que perciben la experencia reinvidicativa de su condicion de ser
mujer a partir de elementos politicos y estructurativos, y de la alternativa de lo
cultural y artístico en ese espacio de lo cotidiano– lleva a preguntarme si
verdaderamente se está dando un puente comunicativo entre ambas
generaciones y si el establecimiento de dicho puente conlleva mas que a
choques, a una transmisión de saberes mutuos, de dialogo permanente
impidiendo la pluraridad vivida dentro del movimiento.Al contrario, que este sea
el nutriente y el impulso hacia una continuidad que esté anclada entre los
elementos de cambios y transformaciones pero tambien de encadenamiento de
las particularidades, procesos y logros alcanzados hasta el momento.
Cuando se habla de ese encuentro tensionante entre las jovenes y las adultas
ambas grupos aluden a barreras de tipo identificatorio, dado que una joven
prefiere estar con aquellas con las cuales se sienta en mayor afinidad y
compaginacion y con las mujeres adultas ocurre identica cuestion. En su relato
una de las jóvenes nos lo cuenta:
La Ruta es muy grande y existe un poquito la división, no porque haya
rivalidades, sino porque uno se identifica más con las de la edad de uno,
porque la forma en que hablamos nosotras no nos van a entender.Ya entre
más adultas se ve el adentrarse en la organización. La experiencia ayuda
mucho, pero siempre hay jóvenes con mucha experiencia, y participan
activamente, le dan el empuje a las corporaciones(Entrevista 1: joven ex
integrante, 22 años).
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El hecho de que aunque no haya una relación propiamente conflictiva entre las
mujeres jóvenes y las adultas, sino que estemos hablando de un desencuentro
o una tensión y se presente esa polarización y diferenciación entre ambas
poblaciones, no necesariamente implica un problema fuera de lo común,
porque es muy recurrente que en los grupos y específicamente en los
movimientos sociales se de esta diferenciación.Sin embargo,es necesario
acentuar que considero importante, en medio de estas diferencias, que se
presente un abordaje y aprendizaje conjunto como elemento trascendental,
proyectado hacia una continuidad y avance positivo del movimiento. Más que
hablar de relevo generacional, debe asentarse la necesidad ingente de una
transmisión no únicamente de saberes, sino de sentires, de problemáticas, de
apuestas que se alineen verdaderamente hacia un objetivo común.Sin
embargo,hay diferentes posturas, ya que mientras las adultas le apuestan a un
relevo generacional:
Hay unas instituciones que tienen una apuesta importante a que las mujeres
jóvenes vayan asumiendo cargos incluso directivos al interior de las
instituciones. Es precisamente un reconocimiento al saber de las mujeres
jóvenes, pero también con la intención de que haya un acumulado, que haya,
digamos,una garantía de continuidad y eso se da a través del relevo
generacional.Me parece que es una intención y una pregunta que cada vez
más sé hacen las instituciones o nos hacemos más las instituciones
(Entrevista 4: mujer adulta 42 años).
Las jóvenes por su parte se muestran apáticas ante el tema porque antes de
considerar un relevo generacional, o siquiera una trasmisión de saberes,
abogan por un reconocimiento de su particularidad como grupo dentro del
movimiento con singularidades y apuestas propias.Más expresamente le
apuestan a un trabajo organizativo y operativo diferente:
¿Relevo generacional? Ay, no, jamás.Creo que ese ha sido uno de los
inconvenientes como con la Ruta.Nosotras antes nos llamábamos Jóvenes en
ruta.Por eso teníamos muchísimos inconvenientes con la Ruta.De cierta
manera ese asunto de “es que nosotras somos hijas de la ruta y somos el
futuro del mañana”, esa vaina pues no […]. También sentimos la mentalidad
de las mujeres adultas.Pues nosotras estamos ahí en las apuestas pero
también nos interesan otras cosas y al momento de construir con la Ruta ha
sido muy complicado.Entonces claro al momento de salir las jóvenes en ruta
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“de primera”, porque somos lo bello, lo bonito, lo estético lo que nos
pronunciamos, pero a la hora de construir proceso con ellas ha sido muy
complicado.Yen lo personal en algún momento sentía que la Ruta estaba en
un retroceso como pensándose otras lógicas propias de la Ruta, que si es para
fortalecer el proceso de ellas bien, pero que a nosotras no nos interesa de
cierta manera estar en esos trances o en esas reflexiones, porque mientras
están en esas reflexiones, que claro son muy importantes, chéveres, pero son
discusiones que se han dado ya antes, están pasando una serie de cosas y
nos estamos quedando quietas.Sí, reunámonos y todo el cuento, pero venga
planeemos, pensémonos y hagamos estas cosas, porque si no, no estamos en
nada. Con la ruta ha sido muy complicado construir y ya somos colectivos de
mujeres jóvenes (Entrevista 2: joven participante activa 19 años).
Esta posicion de las jovenes frente a la continuidad del movimiento nos
permite adentrarnos hacia el siguiente y concluyente punto.
4. Hacia la configuración de nuevas formas de movil ización y
participación dentro de los movimientos sociales: caso movimiento de
mujeres.
Frente a la negativa de esa categorización de relevo generacional por parte de
las mujeres jóvenes, surge la inquietud de analizar hacia dónde y cuáles son
esas nuevas formas de movilización y organización que están propiciando un
proceso de cambio en la articulación de los movimientos sociales y, a su vez,
en las nuevas denominaciones de lo que hoy por hoy se está entendiendo por
participación.
Primero que todo, las mujeres jóvenes como lo comenta la entrevistada “no
somos muy dadas a seguir un patrón, una línea de trabajo, como uno la ve tan
marcada en el plantón. Sin embargo, la Ruta es un movimiento, y que un
movimiento algo organizado.Donde la Ruta no fuera organizada ya hubiera
desaparecido” (Entrevista1, joven ex integrante, 22años). Sin embargo, son
conscientes del papel que cumplen las mujeres adultas en asuntos de
planeación y organización. Su sentido de lo expresivo se basa principalmente
en la espontaneidad –y me atrevería a decir naturalidad– de sus puestas en
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escena, hecho que lleva a contemplar o más bien omitir el asunto de las
jerarquías:
un espacio que no tiene sede, ni vas a encontrarte a la directora ni mucho
menos, es un espacio que es también construido en esa lógica de ser
jóvenes.Es un espacio en donde toda las que quieran podemos
caer.Obviamente no todas le apostamos a lo mismo, pero simplemente
tenemos una intencionalidad y una intencionalidad que parte del deseo, de lo
que uno quiere y todo lo que cada una haya construido en su proceso de
vida.Nos juntamos y nos reunimos y construimos cosas fantásticas, pues
meras locas también, sí.Todas somos muy ralladas unos personajes, por eso
es que el proceso es también así, tan chévere, tan interesante (entrevista 2,
participante activa 19 años).
Otro aspecto interesante y que vale la pena resaltar es el asunto de las
tecnologías como un agregado nuevo hacia esa nueva configuración de la
participación, que le quita a ese aspecto de la ubicación física el elemento
condicionante de toda participación:
Las jóvenes estamos ahorita muy desde las relaciones sociales, desde el
internet.No estamos en lo físico.Ya no somos una generación de vernos de
tocarnos, sino del teléfono celular, del correo, del Facebook.Si ya puedes
chatear entonces pa` que voy.Entonces estas estrategias, particularmente en
la Ruta, las estamos pensando, bueno, cómo llegar con apuestas a seducir a
la juventud.Pero esa juventud dónde está también […].Un seminario, por
ejemplo, son temáticas que tienen ya una intención pero también ladrilludas
las formas en que las planteamos para las jóvenes, porque si planteamos la
metodología de juegos cooperativos llegan, pero si les decimos vamos a una
tertulia sobre feminismo uyyy(Entrevista 3: joven líder 21 años).
Finalmente, queda, a modo de revaluación, el asunto de lo político, porque,
ante estas formas estéticas, culturales, lúdicas que presentan las mujeres
jóvenes, muchas veces no son consideradas como acciones políticas –incluso
por las mujeres adultas– ya que en la apropiación de este tema las adultas
tienden a un acercamiento político más desde lo legislativo, normado o
gubernamental, cuestiones que las mujeres jóvenes no se apropian y ponen
cierto desinterés:
Me parece que hay un poco más de dificultad.Y eso ha sido como lo era ya
cuando yo estaba en la organización de jóvenes: lo que tenga que ver con la
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participación digamos política en espacios de toma de decisiones como la
acción comunal, las juntas administradoras locales, propuestas mismas para
participar, digamos pensar a las mujeres en la política partidista, eso genera
muchísima resistencia en la población joven.Yo creo que la experiencia más
representativa en este sentido está a través de cómo se llamará el Concejo
Municipal de Juventud, que ahí confluyen muchos jóvenes.Yo realmente no
me he acercado mucho a esa experiencia, pero sé que es más que una
propuesta, que se mueve en el orden digamos de lo racional, de lo académico,
de lo intelectual incluso, y que no convoca ni reúne allí a la mayoría de jóvenes
de esta ciudad.
Sin embargo estas mujeres jóvenes le apuestan a partir de elementos como la
danza, la música, el teatro, el bodyart, actividades lúdicas recreativas, la
pintura.Una forma distinta de hacer política, y, a la vez, de reivindicar,
concientizar, sensibilizar a la sociedad, pero particularmente a las mujeres, a
las mujeres jóvenes.
Conclusiones
El movimiento de mujeres, en este caso particularmente la Ruta Pacifica de
Mujeres, nos muestra cómo a partir de escenarios concretos –como el plantón
de Mujeres de Negro, las plenarias con las líderes de las distintas
organizaciones y marchas como la ocurrida el pasado ocho de marzo, un
despliegue de formas simbólicas muy propias, donde por medio del color,
figuras y elementos representativos como el agua, el fuego, las flores, el
silencio, las imágenes, los logos, tapabocas expresan su sentir, su ideología de
género, su rechazo o protesta a cualquier tipo de forma violenta contra las
mujeres– el símbolo se ubica como su forma característica de lenguaje que
crea en ellas una identidad singular y una forma propia y única de transmitir su
pensamiento colectivo;que se sirve a la vez como elemento comunicante entre
su resistencia y lucha desde su condición y fuerza de género con la sociedad y
específicamente con cada ciudadano del común quien, así sea por un breve
instante, las observa.
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Dentro de este movimiento se puede observar una clara diferenciación
generacional entre las mujeres adultas y las mujeres jóvenes.Esta separación
se traduce más claramente a partir de una división implícita de roles,
caracterizando a las mujeres adultas por su compromiso constante y directo
hacia actividades –seminarios, charlas, conferencias– relacionadas con
aspectos de tipo organizativos,los cuales requieren una presencia frecuente y
regular por parte de estas.A su vez, sus apuestas parten desde un plano más
reflexivo y dotado de representatividad política, entendido desde el plano de su
carácter como organización institucional, en el plano administrativo.Por su
parte, las mujeres jóvenes parten desde apuestas y desde el empoderamiento
del movimiento social desde un plano artístico, estético, lúdico y cultural
cimentado en actividades como el bodyart, la música, el teatro, la danza, la
pintura; formas de movilizaciones que le dan al asunto de la reivindicación una
constitución nueva, adhiriendo el asunto de la resistencia y la movilización de
una manera política no tradicional, pero que por ello no pierde su carácter de
protesta, de rechazo hacia toda forma de opresión y agresión hacia el ser mujer
que se entremezcla muy particularmente con la condición de ser joven, de ese
espíritu de rebeldía que caracteriza a esta población.
Teniendo en cuenta la conclusión anterior, se pudo percibir que a partir de esta
diferenciación en términos de participación y de apuestas, entre las jóvenes y
las adultas, esta lleva, posteriormente, a una interacción entre las mismas
caracterizada por la tensión y el desencuentro entre ellas.Un conflicto que se
vivencia en una escasa comprensión y entendimiento mutuo de las lógicas,
pensamientos, problemáticas y formas de sentir y percibir la cuestión de género
que difieren y que muchas veces entran en choque. Una cuestión que se
vivifica en el asunto de que muchas veces las mujeres jóvenes no se sienten
incluidas y partícipes dentro del movimiento, y que por otro lado las mujeres
adultas sientan una mirada despectiva y de incomprensión de su proceso
reivindicativo e incrédulo ante las problemáticas y formas de exclusión que
vivieron y que ahora las jóvenes en su mayoría no perciben.
Finalmente se puede decir que el proceso de transmisión generacional que
proyecte un cambio pero a su vez no deje de lado la importancia de una
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continuidad del proceso y del terreno ganado –tanto en el espacio público como
privado, que se expresa en esa configuración del movimiento, en este caso
concreto con el movimiento de mujeres en la ciudad– se está llevando con una
falta de encuentro y de dialogo mas profundó, de entendimiento y comprensión
mutuo entre las jóvenes y las adultas; una interacción que podríamos llamar
positiva en términos de que ambas poblaciones o sujetos colectivos vean en
las otras –las adultas en las jóvenes y viceversa– la necesidad para el
fortalecimiento como colectivo y movimiento, una trasmisión de saberes; un
conocimiento de lasdiversas problemáticas que se presentan en una y en otras,
pero que las unen por su cualidad de ser mujer, este es un encuentro que se
hace ineludible para la construcción de un proceso conjunto y donde
verdaderamente se articulenlas apuestas a partir de las diversidades, las
formas de movilización, las problemáticas, las ideas e incluso los sentimientos
en una sola voz colectiva que provea al movimiento de dinamización y
cohesión.
Mirando este caso concreto del movimiento de mujeres en la ciudad de
Medellín, nos da pie para no dejar de lado las aportaciones y las nuevas
dinámicas que los y las jóvenes están incorporando a los movimientos
sociales.En este caso el ámbito cultural está brindando una nueva connotación
y a la vez alianza con el empoderamiento de lo público y de lo político, donde
se está llevando a cabo también el uso de las tecnologías y más
concretamente las redes sociales como formas nuevas de participación de las
cuales los jóvenes se apropian.
Los movimientos sociales cada vez deben hacer más uso de estas formas
culturales, lúdicas, tecnológicas y artísticas que no sólo atraen la población
juvenil, sino que también diversifica la movilización y entablan nuevos
caracteres identitarios con la ideología y pensamientos propios del movimiento,
el cual a su vez se transforma y adecua ante las nuevas problemáticas que
también surgen y afectan paralelamente a las nuevas generaciones.
Generaciones que tienen o tenemos el destino de las luchas reivindicativas –a
partir de ese ser propio del joven– la muerte o la continuidad de los
movimientos sociales.
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Bibliografía
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