INFORME DE COYUNTURA Panorama poselectoral
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INFORME DE COYUNTURA
Panorama poselectoral
La reconversión peronista
El triunfo de Menem
y la nueva base electoral del Justicialismo
El ajuste fiscal, la negociación externa y el errático rumbo productivo
Diciembre 1991
ASOCIACION TRABAJADORES DEL ESTADO
Instituto de Estudios sobre Estado y Participción
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Panorama poselectoral
La reconversión peronista
El triunfo de Menem
y la nueva base electoral del Justicialismo
El ajuste fiscal, la negociación externa y el errático rumbo productivo
Diciembre 1991
Director: Claudio Lozano
Coordinación: Roberto Feletti
Equipo de Trabajo: Eduardo Basualdo
Teresa Doti Beatriz Fontana
Margarita Jarque Marcela Jáuregui
Artemio López
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INDICE
I. UNA NUEVA ETAPA POLITICA. Las elecciones de 1991
a) La política como punto de partida del análisis b) El nuevo mapa electoral argentino c) Las elecciones en Capital Federal Conclusiones Provisorias d) Las elecciones en el Gran Buenos Aires Conclusiones Generales
II. LA PROFUNDIZACION DEL AJUSTE ACREEDOR. El rasgo dominante de la etapa poselectoral
a) Caracterización de la etapa b) La marcha de las cuentas fiscales c) Los problemas de la etapa
1. La profundización del ajuste • La aceleración de las privatizaciones • El ajuste provincial • La reestructuración de la banca pública • La destrucción del sector público siderúrgico
2. La negociación externa 3. La cuestión monetaria y financiera
• La evolución de la convertibilidad • El sector financiero y el mercado de capitales 4. El errático rumbo productivo • La salida exportadora: ventas externas, reprimarización y racionalización de costos • Mercosur: ¿futuro escenario de la salida exportadora? • La reactivación del mercado interno • El deterioro del superávit de la balanza comercial • Síntesis y Perspectivas III. LA SITUACION SOCIAL. Productividad y negociación salarial
Los cambios en la legislación laboral 1) Política económica y política de e mpleo 2) Empleo no registrado y funciones del Ministerio de Trabajo 3) Reducción de "Costos laborales" 4) Modificaciones al sistema de relaciones laborales. Incidencia del decreto de desregulación Conclusiones
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I) UNA NUEVA ETAPA POLITICA
Las elecciones de 1991
a) La política como punto de partida del análisis
Los Informes de Coyuntura convencionales suelen desplazar o limitar el lugar de la política en la evaluación de
las distintas etapas por las que transita nuestro país. El predominio que el pensamiento neoliberal ha adquirido en el
debate argentino supone colocar en el centro de la escena la cuestión económica, brindando a la vez una visión
distorsionada de la misma. En esta concepción el movimiento de la economía es presentado como fruto de leyes
naturales, al igual que las piedras y los árboles, donde el lugar de la política aparece vacío de sentido. Así,
crecientemente, la discusión política nacional no es otra cosa que un debate económico. Por lo tanto, ayer Sorrouille, hoy
Cavallo y antes Martínez de Hoz, ocupan decididamente el centro de la escena. Más aún, pareciera que hoy el mejor
discurso político es un buen discurso económico.
En rigor, la ideología dominante impone dos efectos funcionales a la continuidad del proceso en curso. Por un
lado dificulta la comprensión acabada del proceso económico, y por otro, impide atisbar estrategias políticas de salida a
la crisis. En realidad, el economicismo constituye una visión fetichizante que presenta la economía en directa relación
con el interés de los sectores dominantes congelando, sin decirlo, las relaciones de poder establecidas y abortando toda
posibilidad de alternativa al statu quo vigente. Junto al déficit que impone en el diagnóstico económico (imposibilidad
de identificar los movimientos estructurales en la coyuntura), esta visión dificulta evaluar los impactos, que en el terreno
político e ideológico suponen transformaciones y ajustes como los vividos por la Argentina en los últimos años. Impide
considerar la conformación de "sujetos políticos" funcionales al ajuste en marcha, y por ende definir un punto clave en
lo relativo a la viabilidad de los mismos. Cabe destacar también, que la práctica de los sectores dominantes demuestra,
una y otra vez, que ponderan con cuidadoso criterio las condiciones políticas en que hacen valer sus intereses
económicos. Tanto en aquellos momentos donde han hecho uso directo del golpe de Estado, la represión o el
Terrorismo, como cuando consideraron, recientemente, que el triunfo en los comicios de 1991 debía ser el punto de
partida para profundizar los rumbos del ajuste. Así, los compromisos tomados por el Gobierno con los acreedores
internacionales e incluso los pactos establecidos con los grupos económicos más concentrados tienen, en la fecha
electoral, un punto de inflexión fácilmente identificable. Por lo tanto, conscientes de los límites que presenta el discurso
económico tradicional, para nuestro Instituto una evaluación adecuada de la presente coyuntura exige la primacía de la
política en la consid eración detallada de los recientes resultados electorales. Entendiendo a éstos como efecto de
cambios políticos y sociales cualitativamente importantes para nuestro país.
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b) El nuevo mapa electoral argentino
En algún sentido, las elecciones de 1991 constituyen un punto de inflexión en los comportamientos políticos
argentinos. Sus resultados materializan transformaciones que, si bien se esbozaron tanto en el triunfo de Alfonsín en
1983 como en la volatilidad que evidenció el comportamiento electoral posdictatorial, han adoptado hoy efectos
sumamente contundentes y novedosos.
El proceso electoral abierto el 8 de setiembre y cerrado a comienzos de diciembre, inaugura situaciones inéditas
por lo menos desde hace un siglo. Desde Irigoyen en más, los sectores dominantes nunca habían logrado consenso
electoral para sus políticas. Sistemáticamente recurrieron al fraude o al golpe de Estado para garantizar la reproducción
de su predominio en la sociedad. Los recientes comicios si bien no consolidan una mayoría político-social similar a las
que conociéramos hasta mediados de la década del 70, definen la configuración particular de una primera minoría
electoral peronista útil para convalidar sus prácticas en el terreno político, económico y social. Reflejan también
modificaciones de importancia en la primera fuerza política de oposición.
La opinión generalizada de los análisis poselectorales hasta ahora conocidos se ha centrado en destacar la exitosa
performance del Partido Justicialista vinculándola al "efecto estabilidad" logrado por el Plan Cavallo. A nuestro juicio
esta afirmación es sólo parcialmente cierta. Los estudios de caso que aquí presentamos permiten señalar que por detrás
de esta triunfante primera minoría electoral que configura hoy el P.J., se esconde una mutación política mucho más
importante. La misma residiría en el desplazamiento definitivo de la arquitectura movimientista que históricamente
caracterizara al peronismo, así como también en un fuerte cambio en el perfil social de sus votantes.
A pesar de la estabilidad, los análisis que aquí transcribimos demuestran que el Plan Cavallo no logró evitar la
fuga del 49% de los votos peronistas de la Capital Federal y de cerca del 30% de los votos propios del Justicialismo
bonaerense, si comparamos 1991 con 1989.
Probablemente la "estabilidad" sí haya evitado una mayor dispersión. Sin embargo la clave de la performance del
PJ en los dos distritos analizados, debe buscarse en la construcción de una nueva base electoral fuertemente vinculada al
voto histórico liberal.
En nuestra opinión los últimos comicios definen la consolidación en el sistema político institucional argentino, de
alternativas político-electorales triunfantes que reemplazan a las tradicionales mayorías sociales típicas del discurso y
la organización peronista. El tipo de alianza social promovido por el actual gobierno ha diluido un elemento clave de la
ideología y práctica del movimiento peronista. Nos referimos a aquel que definía en el nivel ideológico que los
"contenidos, planteos y demandas populares" se hicieran presentes bajo la forma de un fuerte antagonismo (ejemplo:
pueblo vs. oligarquía, sectores nacionales y populares vs. imperialismo y sus aliados). Esta oposición podía aparecer de
manera más o menos radical de acuerdo al sector interno de la alianza que la formulara, pero la presencia de esa
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dicotomia fue, a todas luces, un elemento constitutivo del discurso y la organización movimientista. Ciertamente, la
mímesis absoluta del discurso justicialista con el gran relato neoliberal y la clausura de todo espacio de antagonismo con
las facciones dominantes han quebrado el núcleo del discurso y la práctica peronista.
En este sentido, la reorganización del sistema político institucional argentino supone la expulsión de los modos
de organización y discurso típicos del peronismo para afirmar un mosaico partidario capaz de dar forma a un régimen
parlamentario que neutralice el antagonismo social vinculado a las demandas de los sectores subalternos. Así las cosas,
la vieja arquitectura movimientista ha colapsado definitiva e irreversiblemente y con ella la relación estado/sociedad, vía
corporaciones, característica del peronismo histórico. Desde el aparato estatal se intenta instalar un nuevo vínculo
sociedad/estado vía predominio del Eje cutivo primero y a posteriori –etapa actual– mediante el desarrollo de un sistema
parlamentario capaz de promover el modelo de ajuste y reconversión sin mediaciones corporativas. En este sentido debe
señalarse que si en la primera etapa del gobierno de Menem (también en la última de Alfonsín) el decreto fue la vía para
silenciar el Parlamento, hoy la tendencia a eliminarlo y parlamentarizar la política responde al triunfo de los exponentes
pro-ajuste al interior de los dos partidos mayoritarios. Así, el decreto fue también el mecanismo que permitió procesar
las internas partidarias a los efectos de transformar ambas estructuras (PJ y UCR) en piezas del sistema. Logrado esto, el
Parlamento adopta la forma de caja de resonancia y legitimación de los proyectos del Ejecutivo. Por ende, puede volver
a funcionar.
Señalar el agotamiento de las mediaciones corporativas no supone olvidar la decisiva capacidad de influencia que
han ganado los "lobbies" empresarios sobre los dos grandes partidos políticos. Aspecto que se refleja tanto en la
conformación de los gabinetes como también en la definición de candidaturas. Parecería una contradicción lo que aquí
se afirma con la aparición en los Ministerios (Economía por ejemplo), en las diputaciones o en las gobernaciones, de
exponentes orgánicos de los grupos empresarios. Sin embargo, no lo es tanto. El espacio de legitimación de las políticas
en el actual esquema es el Parlamento y no las corporaciones empresarias. Pareciera que la dinámica de estos modelos de
democracia restringida exportados por el Departamento de Estado Americano impone, a los grupos más concentrados,
el camino partidario y parlamentario antes que el "flirteo" con alguna corporación afín (Ej.: los militares). Quizás por
esto la estrategia "carapintada" tuvo un débil acompañamiento por parte de los sectores dominantes locales.
La mutación operada en el peronismo supuso una fuga de votos propios que tuvieron comportamientos disímiles
en los distritos analizados. Mientras en Capital Federal existe una clara dispersión de aquél, en Provincia de Buenos
Aires el MODIN (Rico) aparece como principal beneficiario seguido en segundo lugar por el crecimiento del ausentismo
y del voto en blanco. Estas últimas opciones fueron a su vez, el destino principal del voto radical bonaerense. El hecho
mencionado nos permite señalar el fuerte efecto que el proceso político de los últimos años tuvo sobre el radicalismo. La
segunda fuerza política del país sufrió una profunda derrota electoral en la cual, a nuestro juicio, se expresan dos
realidades incontrastables. Por un lado el colapso alfonsinista y por otro la indisimulable fractura interna que no pudo ser
sintetizada por la candidatura de Pugliese (y muy probablemente por ninguna otra).
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Otro punto relevante a señalar, que se expresa en los dos distritos analizados e incluso en otros lugares del país,
remite al papel que le cupo a las variantes de la disidencia peronista en las recientes elecciones. Allí donde ésta tuvo
presencia electoral (por lo general fragmentada) su performance resultó sumamente débil.
De este modo puede observarse que el voto peronista disidente se canalizó a través de opciones políticas de otro
carácter.
En Capital Federal, sobre la fuga total de votos peronistas, apenas el 28% de los mismos fue a los FRENTES
(FREDEJUSO/Alianza Fte. Popular) que conformara el Peronismo disidente. El resto tomó otras opciones siendo
especialmente significativo el hecho de que en las Secciones con peso importante de los sectores populares (por ej.:
Villa Lugano) el destino dominante de la fuga de votos peronistas haya sido la UCR.
En Provincia de Buenos Aires la disidencia se expresó en Rico y no en Ubaldini o Alende. A su vez, en Santa Fe,
los votos fueron para el Socialismo Popular. Por ende, parece conveniente concluir que la tesis de la "traición", que
suponía la posibilidad de oponerse desde el Peronismo al peronismo no tuvo eco. Incluso en aquel voto que recupera de
hecho modalidades discursivas y organizativas semejantes al histórico peronismo, se eligieron opciones no peronistas.
Así, Rico fue opción y Ubaldini no.
El nuevo mapa político nos revela identidades electorales poco consolidadas. El nuevo arco de alianzas que
expresa la primera minoría justicialista, en cuyos extremos se ubican los sectores más precarizados de fuerte tradición
política peronista y los grupos sociales de ubicación privilegiada y fuerte tendencia liberal/conservadora, es altamente
inestable. Su patrón de construcción es inestable en tanto articula intereses polares y antagónicos.
Sobre su futuro surgen interrogantes de difícil respuesta:
¿La fuga de votos populares ha llegado al límite o puede ser mayor ante la profundización del ajuste?
¿Si no se profundiza el ajuste, se mantiene el voto liberal?
¿Si se mantiene la fragmentación en la oposición al ajuste, los triunfos electorales no se lograrán con muchos
menos votos?
El peronismo, aquella mayoría político-social sostenida por una densa trama organizativa que actuaba como
conducto y expresión de la demanda popular, hoy se hace presente en la Argentina posdictadura con el ropaje de una
minoría electoral de novedosa conformación. Su triunfo nacional encierra una mutación política de envergadura: la
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capacidad de aglutinar el voto liberal en el marco de una profunda fragmentación de la identidad política de amplios
sectores populares.
Los elementos hasta aquí vertidos y los análisis que a continuación se presentan pretenden desplazar aquellas
evaluaciones electorales que comienzan y terminan en el señalamiento "numérico" del triunfo del peronismo. Se pierden
así "detalles" fundamentales respecto a la migración de votos entre las distintas fuerzas políticas. Detalles que, al
omitirse, impiden "ligar" los resultados del comicio con la práctica económica, social y política de los sectores
dominantes durante los últimos años. Práctica que hoy se expresa afirmando una "determinada lectura" del voto popular.
Nuestros análisis se inscriben en la tarea de disputar el sentido de ese voto.
c) Las Elecciones en la Capital Federal
Como puede observarse en el Cuadro 1, la sola observación cuantitativa del comportamiento del electorado de
Capital Federal muestra que el porcentaje de votantes descendió en 1991 un 6,51% respecto de 1989; la Ucedé
disminuyó en un 13,37% del padrón global de electores su número de sufragios; el PJ cayó un 3,04% (1) y la UCR
recuperó un 10,88% del padrón respecto a la elección anterior.
Por otra parte, un análisis cualitativo del comportamiento global del electorado capitalino sugiere un muy
particular movimiento de migración de votos a través de las tres fuerzas políticas más importantes del distrito: UCR, PJ
y Ucedé.
El Cuadro 3 sintetiza los movimientos de fuga y recuperación de electores que dan forma a los nuevos
comportamientos electorales porteños. Una lectura atenta al cuadro de referencia permite obtener conclusiones
sugerentes al momento de analizar la nueva composición del voto distrital. Veamos esto un poco más de cerca.
Análisis del Comportamiento Electoral Global del Distrito (2)
Como puede observarse en el Cuadro 3, el PJ mostró en los recientes comicios una migración de votos del
15,20% del padrón global respecto a las elecciones de mayo de 1989. (3)
El mismo cuadro indica también, de manera aproximada, el destino de esta fuga de votos justicialistas. Así, poco
más del 30% del incremento en el ausentismo explica parte de la migración (2,04%); más del 80% del voto hacia
opciones construidas por el peronismo disidente (FREDEJUSO/Alianza Frente Popular =4,30%) aumentan la fuga; casi
un 4% de votos perdidos por el Partido Justicialista incrementa el caudal electoral de la UCR (3%) y de la Unidad
Socialista (0,86%) y a esto debe sumarse el grueso de los votos en blanco y de otras opciones casi inexistentes que
llegan a representar el 5% del padrón.
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Esta migración reduce el voto propio del PJ al 15,72% del padrón de electores. Cifra que surge luego de
descontar la fuga de votos descripta al total de votantes que el peronismo obtuviera en 1989. Como resulta obvio, este
porcentaje de electores propios es considerablemente más bajo no sólo respecto al 30,92% de aquel año, sino también
respecto al promedio de votos históricos del PJ porteño en las últimas cinco elecciones (26,06% del padrón, ver Cuadro
2).
Así las cosas, el voto propio del Justicialismo resulta un 15,20% inferior al de 1989 y un 10,84% al promedio
83/91.
Sobre ese caudal propio (15,72% de los sufragios) será la fuga de votos de la Ucedé la que aporte el mayor
número de electores para resituar el porcentaje justicialista en un 27,88% del padrón global.
Como se desprende de este análisis y de la lectura de los Cuadros 1 y 3, de un total de 13,37% del padrón de
electores perdidos por la Ucedé en 1991 respecto del 89, 12,16% serán transferidos al caudal electoral del PJ y un escaso
1,21% a la UCR.
Con respecto al radicalismo, cabe acotar que su mejor performance electoral de 1991 en el distrito obedece
fundamentalmente al aporte del 7,06% de votos obtenidos por la ex-Confederación Federalista Independiente en 1989 (4), sumados al 3% del padrón de electores migrados del PJ.
Estos porcentajes y modos de redistribución de votos en el distrito son similares para todas las secciones, aunque
su mayor dispersión se manifiesta obviamente en aquellas zonas de muy disímil composición social en su población
predominante.
A los efectos de profundizar las líneas generales del análisis hasta aquí esbozado, observaremos lo ocurrido en las
Secciones 20, 22 y 5 de la Capital.
Análisis de la Sección 20 (del Socorro):
Como se observa en el Cuadro 4, la Ucedé pierde el 38,36% de sus votos, en tanto el PJ obtiene un crecimiento
del 12,5% en su caudal de votantes –un 2,48% del padrón global–. Cabe destacar que junto a la Sección 20 sólo la 17 –
Palermo– y la 16 – Belgrano– permiten un crecimiento significativo en el número de electores del PJ porteño en 1991. (5)
Que la triada Socorro-Palermo-Belgrano evidencie la mejor performance electoral del PJ muestra sin atenuantes
la nueva composición social del voto peronista capitalino, al menos en la coyuntura electoral abierta por el Plan Cavallo.
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En esta misma Sección, la UCR logra también incrementar un 8,37% del padrón de electores respecto a 1989,
porcentaje que sin embargo resulta un 2,57% menor al incremento promedio que la UCR obtuviera en el distrito en 1991
(10,88%).
En consecuencia, el radicalismo no registra en esta Sección una buena performance electoral, si se tiene en cuenta
que su incremento del 8,3 en el porcentaje de electores fue transferencia directa de quienes en 1989 sufragaron por la
Confederación Federalista Independiente (ésta obtuvo, en aquella oportunidad, un 8,72% de los votos). Por el contrario,
el PJ realizó en esta zona una brillante elección creciendo un 2,48% del padrón en tanto, a nivel distrital, cayó un 3,04%.
El Cuadro 5 explicita que la Ucedé le aporta en esta sección al PJ un 7% del padrón de electores contra una
transferencia global en el distrito del 12,16%. Muestra también que un 9% del padrón general de electores que en 1989
dio su voto al liberalismo porteño, en 1991 optó por no votar. En este sentido, debe tomarse en cuenta que en la Sección
20 (al igual que en la 16 y en la 17) se verifican los más altos índices de ausentismo del distrito (en la Sección 20 se
ausentó el 28,46% de electores hábiles).
Así las cosas, según nuestro análisis es posible incluso diseñar el perfil interno de la Ucedé por lo menos en
aquellas secciones que fueron centrales en su implantación en el distrito.
En efecto, en el norte capitalino, y sobre un universo de 100 ucedeístas, los porcentajes indican que el 62% avaló
en 1991 la política de pacto Ucedé/Ejecutivo alentada por el capitán ingeniero (6). Un 17% apuesta a la mímesis con el
oficialismo (7), en tanto el 21% (8) restante de sus electores decide no votar en 1991 negándose a convalidar alguna de las
variantes ucedeístas antes señaladas. A medida que el análisis del voto liberal incluye los barrios periféricos del distrito
Capital, los porcentajes de mímesis con el oficialismo se amplían. Así, los votos ucedeístas propios decrecen y la
alternativa liberal ultraortodoxa de no votar sencillamente desaparece del horizonte electoral del liberalismo porteño.
En efecto, si en la Sección 20 la Ucedé pierde en 1991 el 38,36% de sus electores respecto a 1989, en Villa
Lugano –por citar un caso de Sección periférica–, los ucedeístas pierden el 75% de sus votantes de aquel año.
Complicada ecuación política a resolver por esta fuerza singular cuyo "management" deberá enfrentarse con una lógica
de comportamiento partidario paradojal: en el exacto punto en que más se respira socialmente el noble ideario liberal, en
ese justo momento el partido se desmorona. Como los jazmines, cuando la Ucedé agoniza... más perfuma.
Análisis de la Sección 22 (Villa Lugano):
Se observa en el Cuadro 6 que en Villa Lugano, muestra paradigmática de lo acaecido en los barrios más
populosos y de bajos recursos del distrito, los votos propios de la Ucedé cayeron en 1991 un 75% respecto al '89, lo que
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supone un descenso de 9,6% en relación con el padrón de electores que para el caso de la Sección 22 ascienden a
92.703.
La UCR por su parte, recupera en Lugano un 11,59% del padrón general de electores respecto a 1989, lo que
supone un crecimiento del 59,6% de su caudal de votos respecto a la última elección, muy por encima del crecimiento
medio del distrito que para los votantes de UCR supuso un 38,9%. La composición del voto radical en la Sección 22
registra, según nuestro análisis, singulares características respecto a la pasada elección. En efecto, un 19,44% de
electores es aportado por el voto propio al cual debe sumarse el 4,08% que en las elecciones de 1989 dio su voto a la ex
Confederación Federalista Independiente en la Sección. El mayor aporte de electores recibidos por la UCR capitalina en
1991 proviene –al igual que en todas las zonas populosas de la periferia distrital– del voto que en 1989 fuera del PJ,
quien transfiere en esta Sección un 7,51% del padrón, haciendo trepar el acumulado de la UCR al 31,03% de electores
que finalmente obtuvo en la Sección 22.
La importantísima transferencia de electores que migran en 1991 desde el PJ a la UCR explica la profunda caída
de votos que registra el peronismo en Lugano y que asciende al 9,83% del padrón contra un descenso medio distrital del
3,04%. En términos de votos propios respecto a 1989, el PJ porteño en la Sección 22 muestra en apariencia, una caída
del 18,92% de sus votantes en tanto la caída media del peronismo en el distrito asciende al 9,83% de sus votos. Pero esta
caída del 18,92% es sólo aparente. Observemos este punto más detenidamente.
Para acumular el 42,10% del padrón que obtuvo finalmente el PJ en la Sección 22 en 1991, recibió el aporte del
8,96% del padrón de electores provenientes de la Ucedé, transferencia ésta que da forma a la caída del 75% de votos
liberales propios en Lugano con respecto a 1989. Así, los votos justicialistas en 1991 ascienden sólo a 33,14% (Cuadro
7).
Con relación a la afirmación que en este trabajo supone que la migración de votos se realiza desde la Ucedé hacia
el PJ, la misma se fundamenta en el comportamiento que puede observarse en el voto liberal. Aquellas zonas del norte
distrital (16,17,20) de hegemonía ucedeísta clara son las únicas en las que el PJ incrementa su caudal de votos en 1991
respecto al 89, en tanto que por el contrario la UCR, en su misma zona, baja su crecimiento medio distrital en casi el
2,5% del padrón de electores, recibiendo en estas secciones como único aporte el porcentaje de electores que en 1989
obtuviera la ex Confederación Federalista Independiente (8,72%). Estas referencias, más un análisis elemental del tipo
de alianza social y política que desarrolla desde el aparato de estado el gobierno peronista, son criterios suficientes para
convalidar nuestra tesis de una fuerte migración de votos desde la Ucedé hacia el PJ y no hacia otras fuerzas políticas en
todas las Secciones del distrito.
Retomando el análisis de la Sección 22, el aporte del 8,96% del padrón de electores que migra desde la Ucedé al
PJ permite ahora sí afirmar que, en términos de votos propios en 1991 respecto a la elección de 1989, el PJ pierde en
Lugano ya no un 18,92% como en apariencia indica el escrutinio de la sección, sino un 36% de sus electores, porcentaje
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éste que se repite e incluso se incrementa en todas las barriadas de predominio histórico peronista. El dato de Lugano es
relevante, además, puesto que la Sección 22 concentra históricamente el 8% del voto justicialista porteño lo que, como
es obvio, supone que los movimientos de desarticulación y rearticulación de las mayorías electorales que se produzcan
en Lugano teñirán, por lo importante de la muestra, tanto cualitativamente como cuantitativamente los comportamientos
electorales del distrito en su conjunto y muy en particular los del peronismo porteño.
Análisis de la Sección 5 (Flores):
Como muestra el Cuadro 8 en la Sección 5 la Ucedé evidenció un descenso del 13,64% del Padrón General de
Electores respecto a las elecciones de 1989, caída ligeramente superior a la media distrital (+0,27%). El PJ baja en un
3,77 su porcentaje del Padrón de Electores respecto a 1989, en tanto la UCR crece un 11,4% del padrón general. Con
respecto al movimiento de migración de votos en la Sección 5, la Ucedé aporta al caudal del PJ un 12,41% del Padrón
General de Electores que en 1989 había acumulado y a su vez fuga del PJ a la UCR un 3,33% del padrón general (Ver
Cuadro 9). En otras palabras, el 45,96% de los votos obtenidos por el PJ en Flores, son transferencia directa de los
electores que en 1989 sufragaron por la UCR, en tanto el 7,82% de los sufragios de votos obtenidos por la UCR son
fugas del PJ. Así las cosas, en términos de votos históricos, el PJ muestra respecto a 1989 una mengua del 54,2% de
votos propios, en tanto que la UCD decrece en la sección un 64,24% del caudal de electores propios de 1989.
Conclusiones Provis orias:
Del estudio de nuevos comportamientos electorales en el distrito comentaremos algunas de las múltiples
reflexiones posibles que involucran al conjunto del arco partidario.
– Respecto de la Unión de Centro Democrático:
1) Deterioro marcado de su caudal de voto propio (-62%) con acentuada tendencia a mimetizarse con el
oficialismo a medida que se avanza hacia la periferia porteña.
2) Una acentuada tendencia al ausentismo de sus electores más consuetudinarios residentes en zonas del norte
distrital, el 50% del 6,51% del incremento de ausentismo registrado en 1991 respecto a 1989 es atribuible a sus
electores (ver Secciones Pilar, Las Heras, Belgrano, Palermo y Socorro).
3) Acentuada transferencia de votos al oficialismo peronista que representó el 12,16% del padrón de electores
porteños.
– Respecto de la UCR:
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1) Incremento importante de su caudal de votos distrital (10,88% del padrón) que llevaron a recuperar su caudal
promedio en el distrito, y que para las últimas 5 secciones fue del 39,19% del padrón de electores. Como puede
observarse sólo un 0,35% superior al 38,44% obtenido en 1991.
2) Escasa recepción del voto liberal (1,21%), pero importante recuperación del voto justicialista muy
especialmente en secciones populares de la periferia porteña (7% del padrón general de electores y un 7,51%
del de Villa Lugano).
3) Escasa fuga de voto propio hacia opciones alternativas. La migración de electores no supera el 2,5% del padrón,
cifra que surge de la comparación de los últimos seis años de comportamientos electorales en diferentes
secciones de Capital.
– Respecto del PJ:
1) Nueva conformación social de su base electoral.
2) Pérdida de su voto histórico en un porcentaje que para la media distrital de 1991, y con respecto a 1989,
representa un 49,15% de sus electores y en referencia al promedio de las últimas 5 elecciones del distrito supone
una fuga de votos propios del 39,67%.
3) Recuperación del voto liberal histórico del distrito, que para la media distrital de 1991 supuso un 12,16% del
padrón general de electores o, lo que es lo mismo, el 43,15% del caudal de votos obtenidos por el PJ porteño en
1991 fue aportado por electores que en 1989 habían optado por la Ucedé.
4) Con respecto a la fuga de electores, el 4,30% del padrón general que en 1989 acumuló el PJ porteño, optó en
1991 por las alternativas FREDEJUSO/Alianza Frente Popular. El 3,86% del padrón '91 que en 1989 acumuló
el PJ votó esta vez en favor de la UCR y de la Unidad Socialista.
d) Las elecciones en el Gran Buenos Aires:
Un análisis cuantitativo de los resultados obtenidos en Provincia de Buenos Aires por las principales fuerzas
políticas (Cuadro 10), indica que en las elecciones para Diputados Nacionales del 11 de setiembre de 1991 respecto a las
del 14 de mayo de 1989, el PJ disminuyó en un 8% su caudal de votos . La UCR cayó un 11%, la UCD obtuvo un
descenso del 22% en su número de sufragios, en tanto el Frente Izquierda Unida, aún sumando los votos obtenidos en
1991 por IU y MAS respectivamente, descendió un 30% su caudal de votos respecto a 1989.
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En general, ninguna de las fuerzas de centro izquierda pudo superar en 1991 el 3% del padrón de votantes
efectivos, y todas ellas sumadas no representan más que el 5% de los votos emitidos, poco más del 10% de los sufragios
obtenidos por el Justicialismo Bonaerense en 1991, por citar tan sólo un contraste notable. Así las cosas, nos
enfrentamos al análisis de un distrito donde el arco político de centro izquierda en todas sus múltiples variantes
conocidas logró reunir en el conjunto del ámbito provincial un 18% más de electores que los obtenidos por el PJ en el
Partido de La Matanza. Sin embargo, también es cierto que los dos grandes partidos nacionales registraron en 1991 una
pérdida considerable en su número de sufragios y para el caso particular del PJ la composición de su voto reciente
responde a un patrón sociopolítico distinto al histórico.
Efectivamente, al igual que lo acontecido en Capital Federal, también en el ámbito provincial se produce una
importante captación de votos liberales por parte del PJ, tanto que si en la medida distrital la performance electoral del
PJ registra una caída del 8% de sus votos respecto al '89, en las zonas de fuerte implantación liberal –vgr. San
Isidro/Vicente López por citar dos casos del Conurbano– el Justicialismo por el contrario crece un 8% su número de
sufragios respecto a 1989. Estos comportamientos distritales anudados a lo acontecido en Capital Federal junto a un
análisis elemental del tipo de alianza social y política que promueve el actual gobierno peronista permiten caracterizar la
nueva composición nacional del voto justicialista definida por la captación de casi el 50% de los electores liberales
tradicionales (Cuadro 11).
Ahora bien, según nuestro análisis, la UCD transfiere al PJ un 45% del voto propio del '89 –aproximadamente un
4,5% del padrón de votantes efectivos– que sumado al 80% de los votos obtenidos en 1989 por el Partido Blanco de los
jubilados –casi un 3,45% del padrón– permite al Justicialismo bonaerense amortiguar la caída de votos propios, que en
1991 representó el 13,68% del padrón de electores efectivos, aproximadamente 820.000 votos que fugaron del PJ hacia
opciones ajenas a la orgánica partidaria –incluido el voto en blanco– o se ausentaron del comicio lo que, en otras
palabras, supone que en términos de votos propios el Partido Justicialista bonaerense sufrió una merma en 1991 del
27,33% de los votos obtenidos en 1989. Observe el lector que de no haber existido el mecanismo compensatorio de fuga
de votos justicialistas que señalamos, con la sola aparición en la escena electoral del MODIN –de eficaz implantación en
el conurbano de tradición peronista fuerte–, el PJ hubiera registrado una caída capaz de duplicar la que finalmente
obtuvo –8% de sus votos respecto a 1989–. Esto reafirma nuestra tesis respecto a la existencia de un mecanismo
compensatorio de la pérdida de votos del PJ, máxime si se tiene en cuenta que el Peronismo bonaerense pierde electores
vía el Frente por la Justicia Social, Ac. Pop. para la Liberación, voto en blanco y ausentismo, etcétera.
La UCR, por su parte, registró una caída del 11% de sus votos respecto a 1989 que ingresaron dominantemente al
acumulado voto en blanco y al ausentismo. Por otra parte, estas dos variantes representaron en conjunto, un incremento
del 10,88% del padrón respecto de los niveles de 1989, constituyéndose en el tercer acumulado a nivel de la media
provincial e incluso el segundo acumulado en partidos muy precarizados del conurbano (Mariano Moreno).
15
Por su parte, como ya señalamos, la UCD transfirió al PJ un 45% de sus votos de 1989, recuperando parte de esa
fuga vía el ex Partido Blanco de los Jubilados y fundamentalmente el voto que en 1989 reuniera la Confederación
Federalista Independiente que, a diferencia de lo ocurrido en Capital con un candidato partidario insospechado de
"alfonsinista", esta vez no regresó a las filas de la UCR demostrando la fragmentación interna del Partido Radical y la
resistencia indisimulable hacia el candidato Pugliese por parte de la derecha partidaria.
La sorpresa, como es ya obvio, la constituyó la performance electoral de Aldo Rico y su Movimiento por la
Dignidad y la Independencia Nacional (MODIN), que acumuló un 9,24% del padrón en la media distrital. De fuerte
implantación en el conurbano bonaerense, la composición del voto del MODIN es mayoritariamente de tradición
peronista y muy arraigada en los sectores sociales más postergados de la población provincial. Según nuestro estudio el
PJ transfirió en 1991 al MODIN un 7,40% del padrón de votantes efectivos (un 17% de los votos obtenidos por el PJ en
1989).
Como puede observarse, tras una lectura atenta de los resultados del comicio provincial, el MODIN tuvo su más
baja performance en los distritos de fuerte implantación liberal (San Isidro, Vicente López como casos típicos) y mejor
nivel socioeconómico medio, en tanto crece su número de votantes en los distritos más precarizados del conurbano y con
fuerte tradición política peronista previa. Esta es la tendencia general del comportamiento del voto al MODIN más allá
de particularidades distritales –alto componente de voto militar que hacen trepar los porcentajes a más del 15% del
padrón en Secciones como la 3ra. del Distrito de Gral. Sarmiento.–
Si el 80% de los votantes del MODIN resulta de origen peronista y de precaria situación social, el restante 20%
de sus votos lo acumula con el aporte de otros sectores políticos independientes, nacionalistas y no votantes históricos en
porcentajes que no es posible precisar. Cabe señalar finalmente, que la eficaz performance electoral del MODIN ofrece,
a nuestro juicio, al menos dos lecturas posibles. La primera muestra que supo constituirse en la mejor alternativa para
captar el voto peronista disidente muy por encima de opciones peronistas progresistas –FREJUSO– o peronistas clásicas
–Ac. Pop. para la Liberación–. Vistos los resultados del comicio, es evidente que el movimiento de Aldo Rico al
evolucionar por fuera de la orgánica peronista apostó a que el elector justicialista disidente, aún en las zonas más
precarizadas del conurbano bonaerense–, no permanece a la búsqueda de un "mejor peronismo". Por el contrario, busca
el re -comienzo de otra experiencia distinta al peronismo en todas sus infinitas variantes conocidas (progresista,
ortodoxo, leal, liberal, verdadero, etc.).
La segunda lectura es más de fondo y remite, en perspectiva, al análisis de las nuevas estrategias de poder en la
Argentina posajuste. La aparición exitosa del MODIN expresa el intento más importante conocido hasta la fecha de un
recomienzo populista que busca articularse a los intereses de las facciones más concentradas de la burguesía local,
ante la notoria deconstrucción de los modos de organización y discurso populista por parte del peronismo gobernante.
Ahora bien, antes de finalizar este punto queremos precisar el alcance que en el contexto de este trabajo tiene la noción
de populismo: "Lejos de expresar una visión peyorativa de determinada construcción política, tan común a los discursos
funcionalistas y marxistas, quienes esto escriben, suponen al populismo (sus discursos y prácticas) como la forma
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política –organizacional y discursiva– más avanzada que al interior de una formación social determinada pueden
construir los sectores dominados. Nuestra hipótesis sigue en esto a Laclau cuando expresa que: 'e1 populismo consiste
en la presentación de las interpelaciones popular– democráticas como conjunto sintético antagónico respecto a la
ideología dominante'. Ahora bien, la oposición del modelo populista a la ideología y práctica de los sectores dominantes
puede asumir grados diversos, en tanto el antagonismo está desarrollado por los discursos y prácticas de los múltiples
sectores sociales (la más de las veces divergentes) que integran el conjunto sintético antagónico. Aún así, el antagonismo
está siempre presente si nos enfrentamos a una experiencia populista y es esta presencia la que constituye el elemento
específico de su discurso y práctica. En esta perspectiva queremos señalar también que bastará que una clase o facción
requiera para construir su hegemonía o mantenerla de una transformación sustancial del bloque en el poder, para que una
experiencia populista sea posible. Es a nuestro juicio pertinente entonces pensar la existencia de un populismo de los
sectores dominantes y un populismo de los sectores subalternos." (9)
A diferencia del peronismo inaugural ("populismo de los sectores subalternos") la elección del MODIN marca los
efectos electorales de un nuevo modo de organización y discurso populista de los sectores dominantes para la Argentina
posajuste.
Señalaremos a continuación a modo de ejemplo el movimiento de migración de votos producidos en tres
Secciones electorales arquetípicas de la Provincia de Buenos Aires: San Isidro, Moreno y Lanús, para finalizar este
trabajo con la observación del nuevo mapa electoral bonaerense conformado tras el movimiento de migración de
electores registrado en el conjunto del territorio provincial.
Análisis del Partido de Vicente López
Como se reseña en los Cuadros 12 y 13, la Ucedé transfiere en el Partido un 8,78% del padrón de electores
acumulados en 1989 hacia el PJ, lo que, junto a los votos que en 1989 acumulara el ex Partido Blanco de los Jubilados
conforman el 11,08% del padrón de electores recuperados por el PJ en 1991. Esta importante transferencia de votos hizo
de Vicente López junto a San Isidro dos partidos donde el PJ no sólo no cayó en su número de sufragios respecto de
1989 –tal como ocurrió en la media provincial– sino que por el contrario mejoro un 8% su número de votos.
Como se observa en el Cuadro 12, el MODIN tuvo en este partido una baja performance electoral si la
comparamos con el resto del conurbano, motivo por el cual se puede afirmar que en las zonas de menor precarización
socioeconómica y de fuerte implantación liberal previa en sus comportamientos electorales, el MODIN apenas logra
superar el 50% del caudal de votos acumulados en el distrito. Contrario sensu se puede entonces confirmar la hipótesis
que, en el curso de este trabajo, caracteriza al voto del MODIN como de fuerte implantación en el conurbano
precarizado y tradición política peronista previa.
Las fugas del PJ en Vicente López son las típicas de todo el territorio provincial y en los porcentajes que se
muestran en el Cuadro 13. La UCR fuga sus electores de 1989 vía ausentismo y/o voto en blanco al tiempo que no logra
17
recuperar el voto de la ex Confederación Federalista Independiente de 1989, que junto al aporte menor del ex Partido
Blanco de los Jubilados dan forma al 4,22% de votos acumulados en 1991 por el Frente Independiente.
Con respecto a la Ucedé debe destacarse que la candidatura de Alberto Albamonte en el marco de una precaria
performance electoral, logró sin embargo impedir un colapso mayor de la Unión de Centro. A diferencia de lo ocurrido
en el Distrito Capital, la Ucedé provincial logró amortiguar el impacto de su transferencia de electores al PJ mediante la
captación de casi el 2% de los votos que en 1989 acumuló la Confederación Federalista Independiente. Igualmente, la
fuga de electores desde la Ucedé hacia el PJ fue significativa, pero nunca superó el 45% del caudal propio obtenido por
el liberalismo provincial en 1989, a diferencia de lo ocurrido en el distrito porteño, donde en la periferia capitalina la
Ucedé transfirió al PJ el 75% de sus electores de 1989. (10) Finalmente, cabe acotar que en San Isidro el ausentismo
sumado al voto en blanco reúne el 10,2% del padrón por encima de los valores acumulados en 1989. Hecho éste que lo
constituye en el tercer acumulado del Partido y en un fenómeno relevante a ser considerado para el análisis de los
futuros comportamientos electorales bonaerenses.
Análisis del Partido de Mariano Moreno
Como muestran los Cuadros 14 y 15 en el Partido de Moreno se registran comportamientos electorales
singulares. Inicialmente puede constatarse que el MODIN obtiene cerca de un 25% más de votos que en la media
distrital, fenómeno que dibuja como venimos sosteniendo a lo largo de este trabajo el perfil sociopolítico del elector de
esta nueva fuerza. Un segundo fenómeno político de importancia es el crecimiento registrado en el Partido por el voto
blanco y el ausentismo respecto de 1989: un 14,14% del padrón (sumados ambos), el segundo acumulado del Partido.
En el caso especifico del Partido de Moreno no será la UCR sino el PJ la fuerza política que más transfiera electores
propios al acumulado blancoausentismo: un 7% de sus electores de 1989, (11)
La UCR aporta al acumulado blanco-ausentismo un 5% de sus electores de 1989.
Respecto de la migración de votos y tal como se resume en el Cuadro 15, la Ucedé aporta al PJ un 42% de sus
electores de 1989 y el ex Partido Blanco de los Jubilados un 78% de sus votos, siendo éstas las dos principales vertientes
que posibilitan la recuperación de votos del PJ en 1991. Si este mecanismo de recuperación de votos no hubiese existido
en el Partido de Moreno por ejemplo, el PJ hubiese descendido un 35% de su acumulado de 1989 (sumando las fugas vía
MODIN-ausentismo/blanco-FREJUSO- Ac. Pop. Lib.), muy lejos de la caída de sólo el 23% de sus electores de 1989
con que finalmente el PJ cerró su elección de 1991 en el Partido. Se puede afirmar, finalmente, que en Moreno un 35%
de los electores propios del PJ de 1989 en 1991 desecharon esta opción política (23.000 votos), caída que fue
compensada en parte por la transferencia de electores vía Ucedé y aquellos que en 1989 dieron su voto al ex Partido
Blanco de los Jubilados, lo que supuso un aporte a las filas del Justicialismo de aproximadamente 7.000 votos.
Siguiendo el ejemplo observe el lector gráficamente cómo se distribuyeron según nuestro análisis las fugas que en 1991
respecto de 1989 registrara el Partido Justicialista de Moreno:
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Blanco/Ausentismo 8.500 votos
MODIN 10.400 votos
FREJUSO 1.700 votos
Ac. Pop. Lib. 1.900 votos
Otros (FVP-UP-PNC) 500 votos
En tanto, la recuperación de votos del PJ en el Partido de Moreno durante las últimas elecciones de 1991 fue la
siguiente:
Ucedé 1.300 votos
Pdo. Blanco de los Jub. 4.850 votos
Otros 850 votos
Análisis del Partido de Lanús
Como se puede observar en los Cuadros 16 y 17, el Partido de Lanús registra comportamientos electorales
fuertemente diferenciados de la media distrital en lo que respecta a la performance de los dos partidos mayoritarios. De
fuerte componente urbano, la población de identidad peronista predominante en el Partido de Lanús migró en 1991 del
PJ duplicando la media distrital de fuga de electores respecto de 1989. Así las cosas, el PJ registró en 1991 una caída
del 9,84% del padrón respecto de 1989.
La UCR también incrementó su migración de votos en un 21,7% respecto de los obtenidos en 1989, muy por
encima del 11,1% de fuga de voto propio registrada en la media bonaerense.
La Ucedé logró mantener su caudal del '89, pero modificó su composición de voto dado que aportó un 2,8% del
padrón que acumulara en 1989 a las filas del PJ en 1991, recuperando la caída vía los electores que en 1989 acumuló la
ex Confederación Federalista Independiente, el ex Partido Blanco de los Jubilados e incluso una migración de votos del
1% del padrón provenientes de la UCR (ver Cuadro 17). El PJ por su parte, distribuyó su fuga de electores en Lanús en
los porcentajes que se muestran en el Cuadro 17, resultando como en todo el ámbito provincial el MODIN el receptor
privilegiado del voto peronista disidente de Lanús, lo que posibilitó que la fuerza comandada por Aldo Rico obtuviera
una performance electoral óptima en el Partido superior incluso a la media provincial.
Cabe consignar que en términos de votos propios, según nuestro estudio, el PJ de Lanús perdió en 1991 un 15,7%
del padrón de electores respecto de 1989, lo que representa una fuga del 31,4% del voto propio hacia otras experiencias
ajenas a la orgánica partidaria incluido desde luego el ausentismo y el voto en blanco. Esta cifra de fuga del voto propio
se ubica en Lanús por encima de la registrada a nivel provincial.
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Finalmente cabe acotar que la gran proporción de fuga del voto radical de 1989 se acumuló en 1991 en el Partido
de Lanús (al igual que en el conjunto del ámbito provincial) en torno al ausentismo y voto en blanco que en el Partido de
Lanús para el radicalismo representó en 1991 el 3,47% del padrón.
Conclusiones Generales
Como puede observarse tras el análisis del padrón global y los tres partidos considerados por separado, las
elecciones bonaerenses (al igual que las porteñas) supusieron una profunda alteración del mapa electoral tradicional.
Las nuevas mayorías electorales bonaerenses reconocen una lógica de construcción distinta a la histórica. El
peronismo, primera minoría provincial, mostró una fuerte tendencia a reproducir electoralmente los efectos de las
prácticas económicas, políticas e ideológicas desarrolladas desde el aparato de Estado dando forma a un nuevo arco de
alianzas electorales en cuyos extremos se ubican los sectores más precarizados de la provincia de fuerte tradición
política peronista y los grupos sociales de ubicación privilegiada y tradición política liberal/conservadora.
Por otra parte, la captación del elector migrado de la orgánica del PJ supuso una lucha por otorgar sentido al voto
peronista disidente cuyo resultado muestra al MODIN como receptor exitoso, cuyo mérito mayor parece haber sido la
apuesta a distanciarse de la orgánica peronista en todas sus variantes proponiendo como alternativa un recomienzo de los
modos de organización y discurso populista no peronista fuertemente vinculado a las prácticas de los grupos económicos
locales más concentrados. (12)
La UCR sufrió una profunda derrota electoral. Su módica performance, la peor desde la recuperación
democrática del '83, expresa por lo menos dos realidades incontrastables: la profunda pérdida del sentido del discurso y
práctica democrático formal en amplios sectores comunitarios tras el colapso alfonsinista y, por otra parte, la
indisimulable fractura interna que no pudo ser sintetizada por la candidatura de Pugliese (y muy probablemente por
ninguna otra) lo que promovió una muy acentuada dispersión del voto radical bonaerense hacia el voto blanco y/o el
ausentismo.
La Ucedé no pudo modificar en provincia su tendencia nacional a la dispersión vía la mímesis con el
Justicialismo. Sin embargo, la candidatura de Albamonte pudo amortiguar en parte el impacto de la crisis de identidad
del conglomerado liberal a diferencia de la catástrofe porteña que supuso una caída del 50% de electores propios contra
un 30% de merma en el ámbito provincial.
Finalmente, cabe señalar que la performance del arco izquierda-centro izquierda fue muy pobre. Ninguna de las
alianzas (ni sus inversiones rupturistas) pudo sumar un número de electores mín imamente significativo sin que pudiera
manifestarse tampoco el crecimiento de alguno de los múltiples sellos que dan vida al espectro progresista local. Nota de
color que, en el distrito capitalino, dio la Alianza Unidad Socialista que logró acumular un 6% del padrón ciudadano.
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Citas:
1) Las diferencias entre el 30,92% obtenido por el PJ en 1989 y el 23,61% de 1987 las atribuimos en este trabajo a la agregación del voto del PI y el
MID que en 1987 observaron el 4,28% y el 1,52% del padrón electoral respectivamente.
2) Dejamos de lado los 19.000 electores hábiles que respecto a 1989 se agregan en 1991.
3) En este porcentaje del 15,20% de fuga está ya distribuido sin discriminar el 4,28% que el PI aportó al PJ en 1989.
4) A los efectos de refrescar la memoria del lector, cabe destacar que la Conferencia Federalista Independiente fue la alternativa electoral que apoyó a De la Rúa en 1989 desde la Alianza que conducía María Cristina Guzmán. Es bueno recordar que el discurso de esta opción consistía en apoyar al candidato radical disidencia y desde una lista alternativa a la que era hegemonizada por la Junta Coordinadora Nacional de la UCR.
5) La única excepción a la regla señalada es la Sección la. (Vélez Sarsfield) que resulta ser la única Sección periférica donde el PJ crece en 1991
respecto a 1989, aunque el incremento es estadísticamente irrelevante (0,54% del padrón).
6) Es el porcentaje que surge de comparar los votos efectivamente obtenidos por la UCeDé con los que obtuviera en 1989.
7) Expresa lo que representa el 7% de votantes transferidos por la UCeDé al oficialismo respecto de los votos liberales de 1989.
8) Significado del porcentaje de ausentismo (9%) sobre los votos de la UCeDé en 1989.
9) López-Lezano, Nueva Sociedad, Nro. 111, pags. 46-47, Venezuela, febrero de 1991.
10) Para más datos deterioro electoral de la Ucedé porteña, ver Cuadernillo IDEP "El nuevo mapa electoral argentino: las elecciones de Capital Federal", noviembre de 1991.
11) Esta significativa transferencia de electores peronistas del '89 al acumulado del voto blanco/ausentismo en el '91 hay que atribuirla muy
probablemente a los comportamientos políticos oscilantes de los caudillos locales del Partido de Moreno frente al PJ provincial. Particularmente significativo es el ejemplo dado por Ernesto Lombardi y su inesperada aproximación a la orgánica partidaria justicialista luego de haberla hecho blanco predilecto de sus críticas durante buena parte de su accidentada intendencia.
12) Caracterizar la vinculación del MODIN con los grupos más fuertemente concentrados de la burguesía local, es una tarea a realizar. Sin embargo,
valgan como antecedentes, el financiamiento que los alzamientos carapintadas han recibido indisimuladamente por parte de estos grupos cuyos nombres trascendieron a la opinión pública tras el alzamiento del 3 de diciembre de 1990. Por otra parte, las afirmaciones de Rico contrarias a una eventual reforma tributaria de carácter progresivo (la tildó de comunista), constituyen otro punto de acuerdo con la gran burguesía local.
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Cuadro 1. ELECCIONES GENERALES DEL 14 DE MAYO DE 1989 Y 11 DE SETIEMBRE DE 1991.
ESCRUTINIO DEFINITIVO Y PROVISORIO
Capital Federal
PORCENTAJE VOTANTES: 85.73% 79.22%
Diputados Nac. 89 Concejales 89 Diputados Nac. 91 Concejales 91 Partidos Políticos
Votos % Votos % Votos % Votos %
Acuerdo Popular 1.194 0.06 1.383 0.07 0.00 0.00
Al. de Centro / UceDé 449.822 21.67 409.691 19.74 160.509 8.30 173.933 9.02
Alianza Izquierda Unida 110.349 5.32 111.992 5.40 0.00 0.00
Al. Unidad Socialista 88.572 4.27 92.602 4.46 118.495 6.13 137.283 7.12
Blanco de los Jubilados 6.927 0.33 8.068 0.39 0.00 0.00
Conf. Fed. Independiente 146.540 7.06 111.849 5.39 0.00 0.00
FRE.JU.PO. / FRE.JU.PE. 641.767 30.92 650.746 31.36 538.872 27.88 503.932 26.13
Frente Humanista / Verde 6.172 0.30 7.996 0.39 0.00 0.00
Obrero 5.178 0.25 5.806 0.28 8.633 0.45 9.149 0.47
Unión Cívica Radical 580.197 27.96 624.827 30.11 750.710 38.84 671.037 34.80
FREDEJUSO 69.640 3.60 78.704 3.87
Al. Fte. Pop. 29.533 1.53 27.245 1.41
Comunista 22.189 1.15 32.940 1.71
P.T.P. 3.700 0.19 4.027 0.21
Demócrata 6.633 0.34 28.674 1.49
Dem. Cristiana 7.793 0.40 9.763 0.51
Federal 10.933 0.57 13.138 0.68
Fza. Republicana 24.958 1.29 24.972 1.29
Gen. Intermedia 2.577 0.13 2.927 0.15
Mov. Acción Popular 11.189 0.58 11.635 0.60
M.A.S. 25.414 1.31 29.250 1.52
M.I.D. 5.822 0.30 7.121 0.37
Nac. Const. 8.181 0.42 10.275 0.53
Un. Popular 3.634 0.19 3.847 0.20
Vecinal 23.558 1.22 29.022 1.50
Verde -Ecologista 28.266 1.46 29.331 1.52
VOTOS POSITIVOS 98.14 97.57 96.30 95.11
VOTOS EN BLANCO 28.681 1.38 42.107 2.03 54.316 2.81 78.655 4.08
VOTOS ANULADOS 9.931 0.48 8.263 0.40 15.754 0.82 14.118 0.73
RECURRIDOS 423 0.02 397 0.02
IMPUGNADOS 1.107 0.06 1.107 0.06
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Cuadro 2. RESULTADOS ELECTORALES PARA DIPUTADOS NACIONALES 1983-1991 Total General/Capital Federal
ELECTORES HABILES: 2.341.791 2.360.502 2.390.417 PORCENTAJE VOTAN TES: 85.78 84.55 84.34
30 de Octubre de 1983 3 de Noviembre de 1985 6 de Setiembre de 1987
Votos % Cargos Votos % Cargos Votos % Cargos Partidos Políticos
25 13 12
Alianza de Centro (1) 170.334 8.48 2 204.943 10.27 1 362.739 17.93 3 Alianza Demócrata-Socialista 31.111 1.55 – – – – Blanco de los Jubilados – – – – – – Del Trabajo, y del Pueblo – – – – 3.474 0.17 Demócrata Cristiano 73.640 3.67 1 7.878 0.39 – – – Demócrata Progresista – – 34.964 1.75 12.301 0.61 – Federal (2) 38.854 1.93 114.988 5.76 – – Frente Humanista-Verde (5) – – 3.413 0.17 – – Intransigente 114.840 5.72 1 155.720 7.80 1 86.596 4.28 Izquierda Unida (3) 42.374 2.11 63.076 3.16 63.295 3.13 Movimiento al Socialismo 13.764 0.69 – – 51.576 2.55 – Mov. de Integración y Desarrollo 27.615 1.37 – – 30.670 1.52 – Mov. Línea Popular – – 1.405 0.07 – – MPL-FTP 2.538 0.13 – – 3.067 0.15 – Obrero 5.170 0.26 6.014 0.30 6.469 0.32 Justicialismo y aliados 460.952 22.95 7 498.320 24.97 4 477.617 23.61 3 Socialista Popular (4) 6.957 0.35 16.642 0.83 24.487 1.21 Unión Cívica Radical 967.275 48.15 14 848.123 42.50 7 779.399 38.53 6 Generación Intermedia – – 1.310 0.07 – – Frente de Liberación – – 20.075 1.01 – – – Blanco de los Jubilados – – – – 85.404 4.22 Conservador Popular – – – – 2.802 0.14 Unión Popular – – – – 4.129 0.20 Alianza Popular – – – – 1.608 0.08 – Acuerdo Popular – – – – – – FREDEJUSO – – – – – – Alianza Frente Popular – – – – – – Demócrata – – – – – – Fuerza Republicana – – – – – – Vecinal – – – – – – Mov. Acción Populr – – – – – – Nacionalista Constitucional – – – – – – VOTOS POSITIVOS
1.955.424
97.35
1.976.871
99.05
1.995.633
98.66
VOTOS EN BLANCO 41.228 2.05 8.371 0.42 18.230 0.90 VOTOS ANULADOS 12.027 0.00 10.502 0.53 8.878 0.44 RECURRIDOS – – – – – –
23
Cuadro 2 (Continuación). RESULTADOS ELECTORALES PARA DIPUTADOS NACIONALES 1983-1991 Total General/Capital Federal
ELECTORES HABILES: 2.420.639 2.439.866 PORCENTAJE VOTANTES: 85.73 79.22
14 de Mayo de 1989 8 de Setiembre de 1991
Votos % Cargos Votos % Cargos Partidos Políticos
13 12
Alianza de Centro (1) 449.822 21.67 3 160.509 8.30 1 Alianza Demócrata-Socialista – – – – Blanco de los Jubilados 6.927 0.33 – – Del Trabajo, y del Pueblo – – 3.700 0.19 Demócrata Cristiano – 7.793 0.40 Demócrata Progresista – – – Federal 146.540 7.06 1 10.933 0.57 Frente Humanista-Verde (5) 6.172 0.30 28.268 1.46 Intransigente – – – – Izquierda Unida (3) 110.349 5.32 22.189 1.15 Movimiento al Socialismo – 25.414 1.31 Mov. de Integración y Desarrollo 5.822 0.30 Mov. Línea Popular – – – – MPL-FTP – – Obrero 5.178 0.25 8.633 0.45 Justicialismo y aliados 641.767 30.92 5 538.872 27.88 4 Socialista Popular (4) 88.572 4.27 118.495 6.13 1 Unión Cívica Radical 580.197 27.96 4 750.710 38.84 6 Generación Intermedia – – 2.577 0.13 Frente de Liberación – – – Blanco de los Jubilados – – – – Conservador Popular – – – Unión Popular – – 3.634 0.19 Alianza Popular – – – Acuerdo Popular 1.194 0.06 – – FREDEJUSO – – 69.640 3.60 Alianza Frente Popular – – 29.533 1.53 Demócrata – – 6.633 0.34 Fuerza Republicana – – 24.958 1.29 Vecinal – – 23.558 1.22 Mov. Acción Popular – – 11.189 0.58 Nacionalista Constitucional – – 0.181 0.42 VOTOS POSITIVOS 2.036.718 98.14 1.861.239 96.30 VOTOS EN BLANCO 20.681 1.38 64.316 2.81 VOTOS ANULADOS 9.931 0.48 16.754 0.82 RECURRIDOS – – 423 0.02
24
Cuadro 3. CAPITAL FEDERAL (GLOBAL) Fugas del PJ (comparación 89-91 - Diputados) Descenso en padrón 2,04% FREDEJUSO/AFPop. 4,30% U. Socialista 0,86% UCR 3,00% Otros/Blanco 5,00% TOTAL 15,20% Aportes el PJ (comparación 89-91 - Diputados) UCeDé 12,16% (43,61% del total de 27,88%) Aportes a la UCR (comparación 89-91 - Diputados) ex Conf. Fed. Ind. 7,06% (18,17% del total de 38,84%) PJ 3,00% (7,72% del total de 38,84%) AUSENTISMO (incremento del 6,51% de 1991 respecto de 1989) PJ 2,04% (31,3% del total de 6,51%) UCR 1,25% (18,7% del total de 6,51%) UCeDé 3,22% (50% del total de 6,51%) Fugas UCR FREDEJUSO/AFPop. 0,70% Unidad Socialista 1,00% Otros/Blanco 0,80% Cuadro 5. SECCION 20 (SOCORRO) Cuadro 7. Lugano FUGAS UceDé FUGAS UCeDé UCR 0,00% PJ 8.96% del padrón PJ 7,00% Ausentismo 9,00% FUGAS PJ FUGAS PJ UCR 7,51% del padrón U. Soc. 1,75% del padrón UCR 0,00% FREDEJUSO/AFP 4,00% del padrón FREDEJUSO/AFP 2,68% Otros/Blanco 4,53% del padrón Blanco/Otros 2,00%
Cuadro 9. FLORES FUGAS UCeDé FUGAS PJ PJ 12,41% del padrón UCR 3,33% del padrón FREDEJUSO/AFP 4,46% del padrón Unidad Soc. 0,94% del padrón Blancos/Otros 4,3% del padrón
25
Cuadro 4. ELECCIONES GENERALES 14 DE MAYO DE 1989 Y 11 DE SETIEMBRE DE 1991.
ESCRUTINIO DEFINITIVO Y PROVISORIO. Capital Federal - Sección 20 Socorro - Total General
ELECTORES HABILES: 72.121 71.148 PORCENTAJE VOTANTES: 81. 16%* 71.54%
Diputados Nac. 89 Concejales 89 Diputados Nac. 91 Concejales 91 Partidos Políticos
Votos % Votos % Votos % Votos %
Acuerdo Popular 38 0.06 38 0.06 0.00 0.00
Al. de Centro / UCeDé 25.553 43.66 25.463 43.50 13.698 26.91 11.485 22.68
Alianza Izquierda Unida 1.386 2.37 1.441 2.46 0.00 0.00
Al. Unidad Socialista 1.279 2.19 1.435 2.45 1.360 2.67 1.557 3.08
Blanco de los Jubilados 142 0.24 161 0.28 0.00 0.00
Conf. Fed. Independiente 5.103 8.72 3.575 6.11 0.00 0.00
FRE.JU.PO. / FRE.JU.PE. 11.593 19.81 11.714 20.01 11.344 22.29 9.766 19.29
Frente Humanista/Verde 325 0.56 395 0.67 0.00 0.00
Obrero 88 0.15 90 0.15 159 0.31 168 0.33
Unión Cívica Radical 11.930 20.38 12.776 21.83 14.632 28.75 12.684 25.05
FREDEJUSO 1.208 2.37 1.302 2.57
Al. Fte. Pop. 393 0.77 354 0.70
Comunista 276 0.54 411 0.81
P.T.P. 101 0.20 107 0.21
Demócrata 479 0.94 497 0.98
Dem. Cristiana 123 0.24 175 0.35
Federal 742 1.46 804 1.59
Fza. Republicana 1.682 3.30 1.443 2.85
Gen. Intermedia 83 0.16 91 0.18
Mov. Acción Popular 216 0.42 201 0.40
M.A.S. 324 0.64 372 0.73
M.I.D. 181 0.36 205 0.40
Nac. Const. 176 0.35 192 0.38
Un. Popular 70 0.14 69 0.14
Vecinal 1.180 2.32 1.273 2.51
Verde- Ecologista 571 1.12 583 1.15
VOTOS POSITIVOS 57.437 98.13 57.088 97.53 48.998 96.26 48.216 95.22
VOTOS EN BLANCO 851 1.45 1.256 2.15 1.499 2.94 2.075 4.10
VOTOS ANULADOS 245 0.42 189 0.32 364 0.72 309 0.61
RECURRIDOS 13 0.03 7 0.01
IMPUGNADOS 27 0.05 27 0.05
TOTAL DE VOTANTES 58.553 100.00 58.533 100.00 50.901 100.00 50.634 100.00
Fuente: Elaborado en base a información de la Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior.
26
Cuadro 6. ELECCIONES GENERALES 14 DE MAYO DE 1989 Y 11 DE SETIEMBRE DE 1991.
ESCRUTINIO DEFINITIVO Y PROVISORIO. Capital Federal - Sección 22 Villa Lugano - Total General
ELECTORES HABILES: 108.448 113.219 PORCENTAJE VOTANTES: 87.75% 81.88%
Diputados Nac. 89 Concejales 89 Diputados Nac. 91 Concejales 91 Partidos Políticos
Votos % Votos % Votos % Votos %
Acuerdo Popular 80 0.08 94 0.10 0.00 0.00 0.00
Al. de Centro / UCeDé 12.173 12.79 9.536 10.02 2.955 3.19 3.614 3.92
Alianza Izquierda Unida 5.523 5.80 5.611 5.90 0.00 0.00
Al. Unidad Socialista 2.695 2.83 2.838 2.98 4.246 4.58 4.729 5.12
Blanco de los Jubilados 338 0.36 392 0.41 0.00 0.00
Conf. Fed. Independiente 3.882 4.08 3.363 3.53 0.00 0.00
FRE.JU.PO. / FRE.JU.PE. 49.422 51.93 50.159 52.71 39.032 42.10 37.423 40.54
Frente Humanista / Verde 430 0.45 483 0.51 0.00 0.00
Obrero 271 0.28 311 0.33 605 0.65 642 0.70
Unión Cívica Radical 18.500 19.44 19.885 20.90 28.770 31.03 26.273 28.46
FREDEJUSO 2.453 2.65 2.609 2.83
Al. Fte. Pop. 1.942 2.09 1.797 1.95
Comunista 1.543 1.66 1.954 2.12
P.T.P. 329 0.35 357 0.39
Demócrata 611 0.66 913 0.99
Dem. Cristiana 376 0.41 440 0.48
Federal 358 0.39 392 0.42
Fza. Republicana 662 0.71 683 0.74
Gen. Intermedia 162 0.17 172 0.19
Mov. Acción Popular 822 0.89 844 0.91
M.A.S. 1.700 1.83 1.903 2.06
M.I.D. 272 0.29 288 0.31
Nac. Const. 721 0.78 1.114 1.24
Un. Popular 271 0.29 289 0.31
Vecinal 686 0.74 777 0.84
Verde- Ecologista 907 0.98 933 1.01
VOTOS POSITIVOS
93.314
98.05
92.672
97.38
89.423
96.46
88.176
95.53
VOTOS EN BLANCO 1.292 1.36 2.008 2.11 2.348 2.53 3.224 3.49
VOTOS ANULADOS 559 0.59 485 0.51 780 0.84 747 0.81
RECURRIDOS 38 0.04 36 0.04
IMPUGNADOS 117 0.13 117 0.13
TOTAL DE VOTANTES 95.165 100.00 95.165 100.00 92.706 100.00 92.300 100.00
Fuente: Elaborado en base a información de la Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior.
27
Cuadro 8. ELECCIONES GENERALES 14 DE MAYO DE 1989 Y 11 DE SETIEMBRE DE 1991.
ESCRUTINIO DEFINITIVO Y PROVISORIO. Capital Federal - Sección 5 Flores - Total General
ELECTORES HABILES: 135.752 137.426 PORCENTAJE VOTANTES: 87.04% 81.22%
Diputados Nac. 89 Concejales 89 Diputados Nac. 91 Concejales 89 Partidos Políticos
Votos % Votos % Votos % Votos %
Acuerdo Popular 66 0.06 74 0.06 0.00 0.00
Al. de Centro / UCeDé 25.092 21.24 22.876 19.36 8.483 7.60 9.899 8.89
Alianza Izquierda Unida 6.452 5.46 6.560 5.55 0.00 0.00
Al. Unidad Socialista 5.357 4.53 5.719 4.84 7.562 6.78 8.764 7.87
Blanco de los Jubilados 354 0.30 424 0.36 0.00 0.00
Conf. Fed. Independiente 9.539 8.07 6.937 5.87 0.00 0.00
FRE.JU.PO. / FRE.JU.PE. 31.907 27.00 32.346 27.37 27.649 24.77 25.768 23.15
Frente Humanista / Verde 300 0.25 427 0.36 0.00 0.00
Obrero 232 0.20 262 0.22 422 0.38 453 0.41
Unión Cívica Radical 36.824 31.16 39.835 33.71 47.498 42.56 42.345 38.04
FREDEJUSO 4.372 3.92 4.613 4.14
Al. Fte. Pop. 1.558 1.40 1.452 1.30
Comunista 1.174 1.05 1.908 1.71
P.T.P. 157 0.14 182 0.16
Demócrata 283 0.25 993 0.89
Dem. Cristiana 514 0.46 742 0.67
Federal 564 0.51 717 0.64
Fza. Republicana 1.099 0.98 1.152 1.03
Gen. Intermedia 122 0.11 137 0.12
Mov. Acción Popular 577 0.52 607 0.55
M.A.S. 1.534 1.37 1.798 1.62
M.I.D. 268 0.24 343 0.31
Nac. Const. 364 0.33 442 0.40
Un. Popular 181 0.16 195 0.18
Vecinal 1.173 1.05 1.372 1.23
Verde- Ecologista 1.774 1.59 1.883 1.69
VOTOS POSITIVOS 116.123 98.27 115.460 97.71 107.328 96.16 105.765 95.01
VOTOS EN BLANCO 1.490 1.26 2.264 1.92 3.315 2.97 4.697 4.22
VOTOS ANULADOS 550 0.47 439 0.37 880 0.79 775 0.70
RECURRIDOS 17 0.02 14 0.01
IMPUGNADOS 71 0.06 71 0.06
TOTAL DE VOTANTES 118.163 100.00 118.163 100.00 111.611 100.00 111.322 100.00
Fuente: Elaborado en base a información de la Dirección Nacional Electoral, Ministerio del Interior.
28
Cuadro 10. DISTRIBUCION DE ELECTORADO: PADRON GENERAL
DEL DISTRITO Comparación elecciones 1989-1991
1989 1991 Variac. '89/'91
PJ 48.37 44.39 -3.98 (-8%)
Ucedé 10.02 7.78 -2.24 (-22%)
UCR 26.32 23.17 -3.15 (-11%)
MODIN - 9.24 +9.24%
IU 4.86 0.88 -1.49 (-30%)
MAS - 2.49
FJUSO - 2.76 +2.76
A.POP.LIB. - 2.39 +2.39
P. BLANCO 4.29 - -4.29
C.FED.IND. 3.03 - -3.03
INDEP. FTS. 2.70 +2.70
BLANCO 1.70 5.35 +3.65
AUSENT. 12.94 19.67 +6.73
Prom UCR 83/91 35.22% -12.05%
Prom. PJ 83/91 44.18% +0.21%
29
Cuadro 11. PADRON GRAL. DE LA PROVINCIA DE BS. AS.
Migración de votos '89/'91
Aportes PJ
Ucedé 4.5% del padrón
Ex P. Bco. Jub. 3.45% del padrón
Otros 1.75% del padrón
Aportes Ucedé
Ex P. Bco. Jub. 0.50% del padrón
Ex Con. Fed. Ind. 1.00% del padrón
PJ/UCR 0.76% del padrón
Aportes al voto en blanco
+ Ausentismo
PJ 3.00% del padrón
UCR 3.00% del padrón
IU 1.00% del padrón
Ucedé 1.00% del padrón
Otros 2.00% del padrón
Aportes MODIN
PJ 7.40% del padrón
Ex P. Bco. Jub. 0.84% del padrón
Otros 1.00% del padrón
Fugas PJ
MODIN 7.40% del padrón
FREJUSO 1.38% del padrón
Al. Pop. Lib. 1.90% del padrón
Blanco + Ausentismo 3.00% del padrón
Fugas UCR
Blanco + Ausentismo 3.00% del padrón
30
Cuadro 12. DISTRIBUCION DE ELECTORADO. VICENTE LOPEZ
Comparación elecciones 1989-1991
1989 1991
Variac. '89/'91
PJ 27.07 29.46 +2.39 (+8%) Ucedé 24.03 15.18 8.85 (36%) UCR 31.50 28.01 3.49 (11%) MODIN 5.09 +5.09 IU 4.88 0.74
2.57 3.24
1.37 0.37
MAS FJUSO A. Pop. Lib. FVP Ex Pdo. Bco. Jub. Con. Fed. Ind. Fte. Ind. Voto Blanco Ausentismo
2.70 4.22
1.26
14.61
3.81 5.58
20.49
1.57 (32%) +3.24 +1.37 +0.37
2.70 4.22
+3.81 +4.32 +5.88
Cuadro 14. DISTRIBUCION DEL ELECTORADO: MARIANO MORENO
Comparación elecciones 1989-1991
1989 1991
Variac. '89/'91
PJ 57.35 44.06 -13.29 (-23%) Ucedé 6.07 5.71 -0.36 (-6%) UCR 18.87 13.16 -5.71 (30%) MODIN – 12.05 +12.05 IU
5.19
0.89
-1.93 (-37%) MAS – 2.37 FJUSO
–
3.10
+3.10
A. Pop. Lib. – 2.13 +2.13 Ex Pdo. Bco. Jub. 5.55 – -5.55 Ex Con. Fed. Ind. 2.36 – -2.36 Fte. Indep. – 3.10 +3.10 Voto blanco 2.07 9.08 +7.01 Ausentismo 12.68 18.32 +7.13
31
Cuadro 13. MIGRACION DE VOTOS - VICENTE LOPEZ
Aportes al PJ
Ucedé 8.78%
Pdo. Bco. Jub. 2.30%
Aportes a la Ucedé
Ex Conf. Fed. Ind. 2.00%
Ex Pdo. Bco. Jub.
Aportes al MODIN
PJ 4.00%
Otros 1.00%
Aportes al Voto en blanco + ausentismo
PJ 2.00%
UCR 3.49%
Ucedé 2.00%
Otros 1.50%
Fugas del PJ
blanco + ausentismo 2.00%
MODIN 4.00%
FJUSO 1.60%
A. Pop. Lib. 1.00%
Fugas de la UCR
blanco + ausentismo 3.50%
Fugas de la Ucedé
PJ 8.78%
blanco + ausentismo 2.00%
Fugas de IU
blanco + ausentismo 1.00%
A. Pop. Lib. + FJUSO 0.50%
32
Cuadro 15. MIGRACION DE VOTOS - MARIANO MORENO
Comparación de votos 1989-1991
Aportes al PJ
Ucedé 2.28%
Ex Pdo. Bco. Jub. 4.30%
Aportes a la Ucedé
Ex Pdo. Bco. Jub.
1.20%
Ex Conf. Fed. Ind.
UCR 0.70%
Aportes al MODIN
PJ 9.60%
Otros 2.45%
Aportes al voto en blanco + el ausentismo
PJ 7.00%
UCR 5.00%
IU 1.00%
Otros 1.00%
Fugas del PJ
Blanco + Ausentismo 7.00%
FJUSO 1.50%
A. Pop. Lib. 1.70%
MODIN 9.60%
Fugas de la UCR
Ausentismo + Blanco 5.00%
Otros 1.00%
Fugas de la IU
Ausentismo + blanco 1.00%
FJUSO + Al. Pop. Lib. 1.00%
33
Cuadro 16. DISTRIBUCION ELECTORADO: LANUS
Comparación elecciones 1989-1991
1989 1991 Variac. '89/'91
PJ 49.90 40.06 -9.84 (-19%)
Ucedé 7.71 7.18 -0.53 (-7%)
UCR 23.57 18.46 -5.11 (-21.7%)
MODIN – 10.03 +10.03
IU 6.83 1.37
-1.69 (-24%)
MAS – 3.77
FJUSO – 4.28 +4.28
Al. Pop. Lib. – 2.86 +2.86
Ex Pdo. Bco. Jub. 4.18 – -4.18
Ex Con. Fed. Ind. 2.52 – -2.52
Fte. Ind. – 2.40 +2.40
Voto en blanco 1.20 4.04 +2.84
Ausentismo 11.89 15.92 +4.03
34
Cuadro 17. MIGRACION DE VOTOS: LANUS
Comparación votos 1989-1991
Aportes al PJ
Ucedé 2.80%
Ex Pdo. Bco. Jub. 3.21%
Aportes a la Ucedé
Ex Conf. Fed. Ind. 1.00%
UCR 1.00%
Otros 0.5%
Aportes al voto en blanco
y ausentismo
UCR 3.47%
PJ 2.40%
IU 1.00%
Fugas del PJ
MODIN 8.00%
Al. Pop. Lib. 2.28%
FJUSO 2.14%
Blanco + Ausentismo 2.40%
Otros 1.00%
Fugas de la UCR
Ucedé 1.60%
Blanco + Ausentismo 4.47%
35
II) LA PROFUNDIZACION DEL AJUSTE ACREEDOR
El Rasgo Dominante de la Etapa Poselectoral
a) Caracterización de la Etapa
Desde la crisis del Plan BB se advierte en la gestión del Gobierno, la paulatina concreción de un gigantesco ajuste
sobre el sector público cuya meta exclusiva es el pago de la deuda externa, condicionando en su desarrollo todo otro
objetivo de política económica, incluyendo la afirmación del modelo exportador.
El pasar de un tipo de cambio flotante, como el comprendido dentro del esquema "Erman", a uno virtualmente
fijo en el diseño de la convertibilidad del Austral, implica subordinar resueltamente el funcionamiento global de la
economía y por ende su reestructuración, a la lógica del ajuste acreedor.
Esta aseveración encuentra su sustento de fondo en los rasgos centrales que presenta la economía argentina desde
principios de los '80, la transnacionalización de los sectores dominantes y por consecuencia la sistemática dolarización
de los excedentes captados.
Desde el Plan Bonex, momento en el que ingresa la conducción acreedora al Gobierno, se define un diseño que
en lo fiscal apuntó a recortar todas las transferencias a los grupos económicos (compras, promoción industrial,
valorización financiera, etc.), y en lo monetario restringir la masa de australes susceptible de convertirse en dólares en el
mercado cambiario. De este modo, el Estado a partir del superávit de sus cuentas, se convierte en el poseedor
mayoritario de los escasos australes disponibles para adquirir divisas, desplazando a los grupos empresarios de la
demanda cambiaria.
El esquema descripto –llevado adelante por la dupla de los González durante 1990– se completaba con una fuerte
recesión, de forma de reducir los excedentes internos dolarizables y contenía la posibilidad de articular el ajuste fiscal
acreedor con la salida exportadora. En efecto, en tanto el Estado es el principal demandante de divisas con el producido
del superávit fiscal, cuanto mayor sea éste, más se elevará el tipo de cambio, mejorando la rentabilidad de exportación.
Las demoras en profundizar el ajuste fiscal, y el drenaje de reservas que el diseño de libre flotación permitía,
concluyeron por instalar las exigencias acreedoras en el centro de la reestructuración del país, desplazando cualquier
otro objetivo.
36
La convertibilidad del austral a una paridad fija, establecid a por ley, significó suprimir de hecho la política
monetaria –eliminando la creación autónoma de moneda–, obligar al atesoramiento de las reservas –impidiendo su fuga–
y forzar el compromiso de las Instituciones con el ajuste fiscal para sostener la paridad de conversión.
La convertibilidad, además de incorporar los beneficios antes citados en la administración del ajuste acreedor,
produce los siguientes efectos:
– se desentiende de compatibilizar, explícitamente en el diseño de política económica, el pago de la deuda externa con
la afirmación de, algún rumbo productivo para la Argentina, particularmente el exportador
– el tipo de cambio fijo optimiza la cantidad de dólares que se pueden comprar con el superávit fiscal, mejorando el
nivel de transferencias a la banca acreedora producto del ajuste del Estado
– supera las restricciones del esquema "Erman", en cuanto a la generación de excedentes internos dolarizables, al
impulsar una reconversión estructural de los sectores productivos y de servicios orientada a adaptar sus tareas de
ganancia a los márgenes internacionales.
En efecto, implantar un tipo de cambio fijo controlado desde el equilibrio de las cuentas fiscales, con apertura
importadora creciente e indiscriminada –sin derechos específicos–, en el marco de una economía transnacionalizada
donde los sectores dominantes dolarizan sus excedentes, implica impactar fuertemente sobre las tasas de ganancia
empresarias medidas en dólares. Es decir, que la estabilidad alcanzada durante la gestión de Cavallo, con las
herramientas citadas (convertibilidad del Austral y apertura), no es neutral sino que define la necesidad de ajustar la
rentabilidad empresaria a los niveles internacionales.
De este modo, desde la óptica acreedora, la modalidad del ajuste impide que se generen ganancias dolarizables
que disputen significativamente la oferta de divisas con destino al pago de la deuda externa, y para los grupos
empresariales más concentrados, establece la obligación de optimizar sus utilidades racionalizando costos, dado que no
pueden elevar sus precios debido al torniquete fiscal y arancelario.
b) La marcha de las cuentas fiscales
En el marco del ajuste acreedor, la evolución de las cuentas fiscales se convierte en decisiva para la gestión de
corto plazo, debiendo medirse dicha evolución en base al nivel de transferencias que permite realizar a los acreedores
externos y su proximidad a las metas comprometidas con el F.M.I., en el "stand by" acordado en agosto.
Una comparación de lo comprometido para el tercer trimestre '91, con el resultado de la Tesorería revela lo
siguiente:
37
Cifras en Millones de U$S
–Julio/Setiembre'91–
metas acordadas evolución Tesorería Diferencia
Superávit operativo 330 (109) (439)
Privatizaciones 508 627 119
Superávit primario 838 518 (320)
El cuadro anterior refleja con claridad que el superávit de la Tesorería, además de ubicarse un 38% por debajo de
las metas pactadas, se alcanzó exclusivamente por privatizaciones.
Los desvíos en el resultado se advierten en el fuerte aumento de las transferencias a provincias y empresas
públicas, previo al comicio de septiembre y octubre, pasando de U$S 255 millones en julio a U$S 372 millones en
agosto, según el cuadro que se acompaña:
Evolución de la Tesorería III TRIM '91 –Cifras en millones de U$S– CONCEPTO Julio Agosto Set'bre I. Total Ingresos 1.061 910 1.026 1. Tributarios 698 642 639 2. De capital 243 96 288 3. Otros 120 172 99 II. Total egresos operativos 839 940 700 1. Egresos corrientes 627 940 700 –Personal 328 262 225 –Bs. y serv. Y erog. de cap. 43 107 93 –Transferencias 255 372 210 2. Otros 212 182 172 3. Resultado 222 (30) 326
38
Con independencia de las explicaciones acerca de los desvíos ocurridos, es evidente la imposibilidad de cumplir
las metas acordadas con el F.M.I. Máxime si se tiene presente que para el IV trimestre de 1991 el superávit operativo
previsto en la carta de intención es de U$S 883 millones, triplicando casi al del trimestre anterior.
Al respecto el mes de octubre, si bien arroja resultados mejores –propios de haber superado el tránsito electoral–,
se encuentra lejos de lo pautado por el F.M.I., tal como se detalla:
Cifras en Millones de U$S Ingresos 972 Tributarios 891 de Capital – Otros 91 Egresos 897 Personal 553 Transferencias 121 Otros 223 Resultado 75 A pesar de que la situación de la Tesorería se encuentra bajo control en lo que respecta al equilibrio fiscal que
implica, el cumplimiento de los compromisos externos –objeto central del ajuste– sólo puede realizarse parcialmente con
el producido de las privatizaciones, recursos utilizables una sola vez.
El cuadro descripto obliga al Gobierno a acelerar los tiempos del ajuste –particularmente en privatizaciones y
provincias– en intentar una renegociación global de la deuda que alivie las presiones sobre las cuentas fiscales. En suma,
producir un doble movimiento consistente en aumentar los recursos para pagar y simultáneamente los montos efectivos a
desembolsar. Estas gestiones trascendentales se realizan en un marco donde el Gobierno debe:
• respetar el tipo de cambio fijo derivado de la convertibilidad del Austral
• compensar la rentabilidad exportadora afectada por la paridad de conversión
• sostener la continuidad del proceso de reactivación con apertura importadora que, sumada al deterioro de las
exportaciones, ha hecho descender vertiginosamente el saldo favorable de la balanza comercial.
Es importante destacar que, inicialmente y más allá de su efectividad, las soluciones adoptadas a los problemas
enunciados tienden a agudizar el costo del ajuste sobre los sectores populares. Esta modalidad de conducción, acuerda
primero extraer recursos del conjunto de la población para satisfacer los intereses contrapuestos entre sí de las facciones
dominantes (banca acreedora y grupos económicos). Sin embargo, los recursos así obtenidos se revelan como
insuficientes a tal fin.
39
c) Los problemas de la Etapa
1– La profundización del ajuste
La aceleración de las privatizaciones
Siendo evidente la importancia que tiene el producido líquido de las privatizaciones en el cierre de las cuentas
fiscales, el Gobierno procura apresurar el remate de los activos públicos durante 1992, en un esfuerzo consonante con la
renegociación global de la deuda externa. Así, emerge con toda crudeza, como el desguace del Estado subordinado sin
más trámite al c umplimiento de metas fiscales de coyuntura.
En este sentido se inscribe "el Decreto Privatizador" firmado por el Presidente el 12-11-91, que junto con el de
"Desregulación" constituyen el "acto de fe" previo al viaje a Estados Unidos, consistente en ratificar por la vía ejecutiva
los contenidos de la Ley de Reforma del Estado. En efecto, antes que concluya 1992., debe estar realizada la
adjudicación de todas las Empresas Estatales, citándose a continuación el cronograma de las más importantes:
Cronograma de las principales privatizaciones:
• Transporte de carga Ferrocarril Mitre 27/12/91 • SEGBA (Central Pto. Nuevo y Nuevo Pto) 28/2/92 • SEGBA (Central Costanera Dock Sud y Pedro de Mendoza) 31/3/92 • Agua y Energía Eléctrica (Central Luján de Cuyo y Güemes) 31/3/92 • Transporte de carga Ferrocarril Urquiza 29/5/92 • Transporte de carga Ferrocarril San Martín y Sarmiento 29/5/92 • SEGBA (distribución) 30/5/92 • Obras Sanitarias de la Nación 15/6/92 • Agua y Energía Eléctrica (Central Sorrento y San Nicolás) 30/6/92 • Empresa Líneas Marítimas del Estado 14/7/92 • Hidronor 31/7/92 • Ferrocarril Metropolitano Línea Mitre 20/8/92 • Ferrocarril Metropolitano Línea Sarmiento 20/8/92 • Ferrocarril Metropolitano Línea Urquiza y subterráneos 20/8/92 • Encotel 10/9/92 • Transporte de carga Ferrocarril Belgrano 15/9/92 • Transporte de carga Ferrocarril Roca (resto) 15/9/92 • Transporte de pasajeros Bs.As.-Mar del Plata 15/9/92 • Gas del Estado 15/9/92 • Ferrocarril Metropolitano Línea Roca 4/10/92 • Ferrocarril Metropolitano Línea San Martín 4/10/92 • Ferrocarril Metropolitano Línea Belgrano Norte 20/10/92 • Ferrocarril Metropolitano Línea Belgrano Sur 20/10/92
YPF
AREA CUENCA AUSTRAL
(SANTA CRUZ - SANTA CRUZ II - TIERRA DEL FUEGO)
Apertura de ofertas 16/12/91
40
Firma de contratos 26/12/91
AREA CUENCA NOROESTE
(AREA Y.N.I. - AREA Y.N.II)
Llamado a licitación 30/01/92
Apertura de ofertas 30/04/92
Firma de contratos 30/05/92
A partir de la promulgación de la Ley de Reconversión de la empresa se computarán los siguientes plazos:
CAMPO DURAN
(Refinería Campo Durán, Poliducto Campo Duran, Montecristo. Planta de despacho: General Mosconi, Chachapoyas y
Tucumán)
Llamado a licitación 4 meses
Apertura de ofertas 7 meses
Firma de contratos 8 meses
OLEODUCTOS
(Oleoducto Allen, Puerto Rosales, Oleoducto Puerto Rosales, La Plata, terminal marítimo Puerto Rosales)
Llamado a licitación 2 meses
Apertura de ofertas 5 meses
Firma de contratos 6 meses
DOCK SUD
(Refinería Dock Sud)
Llamado a licitación 1 mes
Apertura de ofertas 4 meses
Firma de contratos 5 meses
SAN LORENZO
(Refinería San Lorenzo)
Llamado a licitación 2 meses
41
Apertura de ofertas 5 meses
Firma de contratos 6 meses
PERFORACION
(Conjunto equipos de perforación)
Llamado a licitación 2 meses
Apertura de ofertas 5 meses
Firma de contratos 6 meses
Esta gran subasta plantea procedimientos y problemas distintos respecto de las anteriores privatizaciones.
En primer lugar, el esquema de transferencia a manos privadas guarda estrecha relación con el objetivo esencial
de las privatizaciones, generar fondos líquidos para el Fisco, presupuestados en U$S 3500 millones para 1992.
A ese efecto, y además para tornar viable el cumplimiento de los exiguos plazos del cronograma de ventas, se
entregará el control absoluto de las empresas a quienes adquieran el 30% de los paquetes accionarios –previa conversión
de los entes en sociedades por acciones– en licitación pública internacional. Con posterioridad a esta adjudicación, el
Estado venderá las acciones remanentes.
Esto significa que el comprador no sólo adquiere bienes intrínsecamente subvaluados, sino que lo hace pagando
una tercera parte de dicha valuación. Debiendo agregarse que la venta de las acciones restantes no puede alterar el
control que sobre la empresa ejerce el adjudicatario inicial.
En suma se trata de una "mesa de oferta de saldos por "pago contado" y "en fecha".
El procedimiento descripto se vincula a dos factores:
– La necesidad de "caja" del Estado en la lógica del ajuste en curso. El subsecretario de Empresas Públicas Sánchez
Arnau es elocuente al afirmar que la aceptación de títulos de la deuda externa como parte de pago estará sujeta a la
estrategia de renegociación global de la deuda externa. Como contrapartida, aspecto contemplado legislativamente,
se admite la capitalización de la deuda interna, dado la reducción en las erogaciones efectivas de la Tesorería que su
disminución implica, por menor pago de servicios.
– Las características de las empresas a privatizar las tornan distintas de los casos de Entel, Aerolíneas y las
concesiones petroleras. La adquisición de mercados rentables aparece en esta etapa más diluida que en los entes
citados. La estrategia de los consorcios empresarios locales en energía, gas y fletes se vincula esencialmente a la
42
reestructuración de costos productivos que han comenzado a realizar durante el corriente año. Por otro lado OSN,
ENCOTEL o el transporte ferroviario de pasajeros no resultan atractivos como negocios.
En suma el procedimiento de venta de las Empresas Públicas se encuentra sesgado por un doble efecto:
– un cambio en la estrategia de negociación de la deuda externa en donde una reducción del stock de ésta se producirá
a través del ingreso al Plan Brady, por ende lo fundamental de las privatizaciones es el producido líquido que
permita regularizar atrasos y facilite el ingreso al Plan
– una estrategia empresarial de los comp radores distinta, ligada a reconversión productiva vía disminución de costos,
en un contexto de entes ofrecidos menos atractivos como negocio, abrirá una fuerte puja por el nivel de tarifas, a la
postre determinante del precio de venta.
El Ajuste provincial
El otro "nudo gordiano" para descomprimir la Tesorería es forzar el equilibrio de los presupuestos provinciales,
obligándolos a asumir la prestación de servicios sociales en la actualidad a cargo de la Nación, y eliminando las
transferencias presupuestarias hacia los mismos.
También en este aspecto el Gobierno ha lanzado una fuerte ofensiva consistente en operar simultáneamente sobre
varios frentes que confluyen en el mismo objetivo.
En principio ha acelerado el proceso de racionalización de los bancos oficiales de provincia, a partir del simple
trámite de estrangularlos financieramente reclamando los redescuentos adeudados al BCRA que oscilan en U$S 1100
millones. La utilización de buena parte de estas entidades como "caja chica" de los gobiernos provinciales impide el
recupero de sus carteras activas y por ende ingresan en situaciones de iliquidez que los transforman en inviables
técnicamente quedando a merced del BCRA–. Los caminos elegidos para la racionalización son diversos, reducción de
sucursale s, eliminación del personal y privatizaciones. Sin embargo en un contexto de reestructuración del sector
bancario y dado el quebranto que presentan estas entidades, el único horizonte posible para la mayoría es su cierre
definitivo.
Eliminado el flujo de fondos financieros el Gobierno proyecta intervenir en lo fiscal, transfiriendo a las
provincias durante 1992 los servicios de salud y educación conforme al cuadro que sigue:
Transferencia de Servicios a la
Municipalidad de Buenos Aires
PROVINCIA CULTURA Y EDUCACION
PROGRAMAS COMUNIT.
PROGRAMAS NUTRIC. HOSPITALES MENOR Y
FAMILIA TOTAL
43
Capital Federal 173,5 2,2 68,0 5,9 249,6
Buenos Aires 269,1 18,3 26,3 40,2 7,9 361,8
Catamarca 11,6 2,6 1,6 15,8
Córdoba 67,6 8,2 5,3 81,1
Corrientes 19,5 3,5 5,4 28,4
Chaco 12,5 4,6 8,1 25,2
Chubut 19,6 1,1 1,8 22,5
Entre Ríos 37,4 4,5 3,7 2,5 48,1
Formosa 8,0 3,5 3,8 15,3
Jujuy 16,9 2,7 4,6 24,2
La Pampa 8,9 1,8 0,7 11,4
La Rioja 12,5 1,9 1,2 15,6
Mendoza 32,9 3,7 4,0 40,6
Misiones 14,2 2,9 6,3 23,4
Neuquén 7,1 1,6 1,9 10,6
Rio Negro 7,1 2,5 3,2 12,8
Salta 20,5 3,6 6,3 30,4
San Juan 17,8 3,4 2,1 23,3
San Luis l4,2 2,0 1,1 17,3
Santa Cruz 4,4 1,1 0,4 5,9
Santa Fe 66,7 8,3 6,7 81,7
Sgo. del Estero 14,2 3,7 6,0 23,9
Tucumán 5,3 4,5 5,7 15,5
T. del Fuego 28,5 0,2 0,1 28,8
Total
890,0
92,4
106,3
110,7
13,8
1.213,2
Si se proyecta esta transferencia sobre el cuadro fiscal de las provincias en 1990 se observa la magnitud de las
mismas:
–cifras en millones de U$S– 1990
Ingresos Totales
Recursos Propios 4400 (40%) 11.100
Egresos Totales
Gastos en Personal 5200 (42%) 12.500
44
Déficit -1.300
Transf. de Prest. Soc. 1.200
Prácticamente los gastos traspasados tienden a duplicar el déficit de los presupuestos provinciales. Estos se
sufragarán potencialmente con el aumento de la recaudación de impuestos coparticipados.
Así se abrirá una disputa fuerte entre las jurisdicciones por la porción de recursos coparticipados a la que
accedan.
Las mejor posicionadas serán, al decir del Ministro, las que avancen en la realización del ajuste, lo que debe
leerse como una menor demanda en términos relativos de fondos de la Nación. En ese sentido si bien el promedio de
gastos solventados con recursos propios provinciales es del 40%, existe una elevada dispersión, dado que en Buenos
Aires ese porcentaje alcanza al 57% y en La Rioja y Catamarca sólo es del 3%.
Finalmente se operó indirectamente sobre las economías regionales, eliminando los organis mos reguladores de
las producciones locales (azúcar, vino, yerba, granos, forestal, carnes, etc.) con la intención de inducir a la baja de los
precios de esos productos, pero además se libera el cultivo, el proceso y comercialización de los mismos. En suma , se
anarquiza la producción base de numerosas provincias generando en el largo plazo la entrega de mercados agropecuarios
a los monopolios compradores y alterando la estructura de propiedad de la tierra en favor de una concentración de ésta.
El conjunto de medidas reseñadas –iliquidez financiera, mayores cargas presupuestarias y el dislocamiento de
producciones regionales– originará efectos en las provincias, comparables a lo ocurrido con la irrupción de las redes
ferroviarias en la segunda mitad del siglo pasado.
La reestructuración de la banca pública
El factor de elusión del ajuste que significa el financiamiento interno al Estado, suministrado por el sistema
bancario oficial, se refleja en la persistente presión de los organismos internacionales para su eliminación definitiva. A la
vez, la magnitud de este financiamiento y la participación de los bancos públicos nacionales, provinciales y municipales
en el mercado financiero impiden acelerar el desmantelamiento del sistema bancario oficial, sin quebrar el rígido
esquema monetario impuesto por la convertibilidad.
–cifras en millones de U$S–
al depósitos
A M/E total
Bancos Públicos
45
Nacionales 1.576 922 2.498
Provinciales 2.350 772 3.122
Municipales 338 224 562
Totales
– Bancos Públicos 4.262 1.918 6.182
– Sist. Bancario 7.030 6.578 13.609
%Bcos. Públ./Sist. Banc. 61% 29% 45%
El volumen de depósitos en australes en poder del sistema bancario público –61% del total en sus dis tintas
jurisdicciones– obliga al Gobierno a una cautelosa administración de la reforma del mismo dado que se le presenta un
problema de incidencia directa sobre la convertibilidad.
Se estima que el 60% de la cartera activa –U$S 18.000 millones–, financiada con la capacidad de préstamo de la
banca oficial, es de cumplimiento irregular y una porción igualmente relevante fue aplicada al sector público.
Por ende, acelerar un proceso de reestructuración que incluirá cierres de casas bancarias e instituciones mismas,
puede derivar en una fuga de depósitos que el Estado sólo puede efectivizar emitiendo australes, habida cuenta que los
depósitos a plazo no integran el cálculo de la convertibilidad –desde el inicio del plan las reservas líquidas sólo cubren el
50% de los agregados monetarios hasta M3.
En este marco es necesario analizar la posición de los bancos públicos más importantes, el Banco de la Nación
Argentina y la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, a fin de reforzar lo descripto:
–cifras en millones de U$S (*)–
BNA CNAS
31.8.91 30.6.91
46
Préstamos 2.541 502
Sector Público 830 360
Sector Privado 1711 146
Depósitos 2.028 330
en australes 1145 321
en mon. extr. 883 9
(*) últimas disponibles
El temor de las autoridades monetarias a una "corrida" de una masa de depósitos en australes cercana a los U$S
1.500 millones, constituye la restricción más importante para el desguace de estas instituciones, en tanto su equilibrio
financiero descansa en la re novación de los depósitos.
A la presión de los acreedores para profundizar el ajuste, se le agrega la ejercida por la gran banca privada de
origen local, que aspira a eludir su propio redimensionamiento desde la apropiación del mercado financiero (y de
seguros) que deje vacante el desmantelamiento de la banca pública, las demoras en producirlo, provocan en el sector
privado fuertes quebrantos ante la imposibilidad de sostener sus estructuras.
La confluencia de presiones obtura toda posibilidad de sanear las entidades públicas, en particular aquellas
absolutamente viables como el Banco Nación y la Caja de Ahorro. El Gobierno sólo apela a reducir gastos en personal,
como única medida tendiente a su equilibrio.
La reestructuración de la banca pública es otro episodio –fallido hasta el momento–, en donde el Gobierno intenta
simultáneamente respetar los dictados del ajuste acreedor y efectuar concesiones al poder económico local.
La destrucción del sector público siderúrgico
Sin duda alguna, la nota clave de la etapa en este sector fue definida por el caso SOMISA. El eje del conflicto en
torno a la acería estatal remite a la reestructuración siderúrgica vivida en los últimos quince años. Esta rama productiva
se había desarrollado desde mediados de los '40 en e l marco de la sustitución de importaciones, en base a un esquema de
complementariedad entre el sector público y el privado atendiendo a las características tecnológicas y de requerimientos
de capital de los procesos productivos involucrados. Así, SOMISA proveía de insumos baratos a las principales firmas
privadas de la actividad (Acíndar y Techint).
47
Este esquema de complementariedad resultó fuertemente desplazado por una relación de clara competitividad
tanto en el mercado interno como en el externo. En este sentido, a partir de la integración del proceso productivo por
parte de Siderca y Acíndar, la principal acería estatal perdió a los compradores naturales de sus semielaborados. Por otra
parte, lo señalado sumado a los efectos derivados de la contracción del mercado interno definieron la creciente
orientación exportadora de esta empresa pública (fundamentalmente de palanquilla).
A su vez, las empresas privadas integradas no sólo elaboran la palanquilla requerida por sus propios procesos
sino que cuentan con excedentes que son colocados en el mercado interno y en el externo. En síntesis, bajo este nuevo
esquema, la complementariedad se ve sustituida por la competencia entre los grandes grupos privados que operan en el
sector y la firma estatal. Competencia que se opera tanto en el mercado interno como en el externo y que se expresa
directamente en el mercado de semielaborados, e indirectamente, en el de los productos finales. De ahí el interés que
Techint, centralmente, y Acíndar poseen en la privatización de SOMISA.
Este planteo del poder económico local se encuentra agudizado –al igual que en el sector bancario por la
reestructuración a que se sujeta el sector a consecuencia de la política económica en curso, aspecto que fue testimoniado
por la crisis sufrida por Acíndar previa a las exigencias del achique de SOMISA.
Una década de ajuste sobre el consumo interno derivó en un fuerte cambio en la composición de las ventas de
acero, como se refleja en el caso de SOMISA en el cuadro que sigue.
Ventas Totales (En toneladas)
MERCADO INTERNO
EXPORTACION INDIRECTA
EXPORTACION DIRECTA TOTAL
PERIODO
Toneladas % Toneladas % Toneladas % Toneladas
48
1982/83 1.120.013 93 9.271 1 70.119 6 1.199.403
1983/84 1.076.602 96 3.613 – 47.707 4 1.127.922
1984/85 769.613 80 46.616 5 148.854 15 965.083
1985/86 752.552 52 105.438 8 583.081 40 1.441.071
1986/87 1.089.500 71 103.200 7 331.400 22 1.524.100
1987/88 1.081.900 66 102.800 6 463.500 28 1.648.200
1988/89 762.800 45 149.600 9 763.300 46 1.675.700
1989/90 539.000 31 186.100 11 991.400 58 1.716.500
1990/91 628.132 35 263.270 15 922.291 50 1.813.693
Fuente: SOMISA
Se advierte un incremento constante de las ventas, en relación directa con una mayor participación de las
exportaciones directas e indirectas en el total, a partir de 1985.
Sin embargo esta alternativa –que transforma a SOMISA en competidora de los restantes grupos siderúrgicos–,
se ve afectada por la lógica impuesta por el ajuste acreedor desde 1990, que exige un tipo de cambio bajo como forma de
optimizar el producido por el superávit fiscal para el pago de la deuda.
La profundización de este esquema en 1991, con la convertibilidad del Austral y el dólar fijo derivaron en el
consecuente encarecimiento en dólares de los costos industriales no importables –energía, mano de obra, fletes, etc.–,
determinando un fuerte deterioro de la rentabilidad exportadora. A la vez las rebajas arancelarias, el citado retraso
cambiario y los precios internacionales subsidiados confluyen para favorecer la importación de acero, antes que su
producción en el país.
Es necesario mencionar además que el complejo siderúrgico estatal fue diseñado con criterios estratégicos antes
que de rentabilidad, razón por la cual SOMISA absorbía los déficits públicos como HIPASAM y Yacimientos
Carboníferos Fiscales, arrastrados por la crisis de la metalúrgica.
El cuadro que sigue evidencia el desfase de precios y costos referido.
Precios y Costos
Al 30/6/91 – Dólares/tn
49
ITEM Palanquilla Perfiles Rieles Laminados
en caliente
Laminados
en frío Hojalata
Costo 361 470 548 341 435 844
Precio interno 292 362 – 492 610 1.015
Precio exportación 227 300 375 289 372 –
Fuente: SOMISA
Las propuestas de racionalización y ulterior privatización aparecen en consonancia con el marco de referencia
definido por el ajuste acreedor que anula toda posibilidad de contar con recursos fiscales para subsidiar todas las ventas
externas o siquiera alterar la política arancelaria; y por ende la subsistencia de la empresa se subordina a la estrategia de
reconversión de las grandes acerías locales.
La propuesta de la consultora Braxton, la mejor recepcionada por la intervención, se centra en que la empresa
importe directamente acero crudo del Brasil y se dedique al laminado; este esquema es funcional a la estrategia de
Techint que se ha presentado como potencial comprador de parte del capital de Usiminas, la siderúrgica estatal
brasileña, con lo que de adquirir ambas empresas podría optimizar sus beneficios, reestructurando costos a es cala en el
marco del Mercosur, mediante la importación de acero del Brasil y su proceso en la Argentina.
De concretarse una alternativa de estas características, rompería la integración del complejo siderúrgico nacional,
dejando sin posibilidades de colocación al hierro y el carbón patagónicos, con el consiguiente impacto en los
asentamientos urbanos de la región y reduciría la planta de personal de SOMISA a 2.500 personas respecto de los
10.000 ocupados en septiembre '91.
Al igual que en caso del desmantelamiento –hasta ahora demorado– de la banca pública, el Gobierno intenta
eliminar fracciones en el bloque dominante, compensando el deterioro en tasa de ganancia empresaria que causa el
ajuste acreedor, mediante la entrega de activos públicos que viabilicen en reconversión y le permitan recuperar
beneficios a través de ésta.
2– La negociación externa
Simultáneamente a la profundización del ajuste fiscal, el Gobierno intenta –casi con desesperación– renegociar la
deuda externa de modo de descomprimir la presión de ella sobre las cuentas públicas y por ende recuperar capacidad de
maniobra en la gestión económica.
El principal problema que enfrenta Cavallo es que cualquier alternativa de negociación exige previamente la
regularización de los U$S 8.000 millones vencidos e impagos a los bancos acreedores, lo que implica fuertes
50
transferencias de fondos líquidos –sensiblemente superiores a los U$S 60 millones mensuales–, algo que la
convertibilidad en esta instancia no puede solventar.
El camino a recorrer, hasta ahora infructuosamente, es reunir la denominada "masa crítica" de fondos próxima a
U$S 5.000 millones que amortice parte de esos atrasos, incorporando el capital de la deuda al remanente.
En este marco se inscribe la persistente solicitud del Gobierno –formulada por Cavallo en la asamblea anual del
FMI y reiterada por Menem en su periplo por EEUU– de acceder a un préstamo de Facilidades Extendidas ("extended
facility fund") suministrado por el FMI, de U$S 3.000 millones a tres años de plazo.
Con este aporte y el producido por el excedente de las cuentas públicas –esencialmente generado por las
privatizaciones– se espera reunir la citada "masa crítica" que resuelva el problema de los atrasos con los bancos.
Hasta el presente, con independencia del éxito que los medios de difusión le atribuyen al viaje del presidente a
EEUU, el titular del FMI, Michel Camdessus admitió la posibilidad de otorgar un crédito de facilidades ampliadas a
partir de abril '92, previo al monitoreo sobre el cumplimiento de las metas fiscales del "stand by" vigente y condicionado
a normalizar las relaciones con la banca acreedora.
Esto plantea dos problemas de difícil resolución. En principio el FMI ha reclamado ajustes técnicos al plan en
curso ante el incumplimiento de las metas fiscales (tal como se describen en párrafos precedentes) comprometidas en la
carta de intención remitida en agosto '91 como condición para continuar con los desembolsos del "crédito puente"
acordado. Decisión eminentemente política que el organismo internacional evaluará en diciembre. Por otra parte, los
bancos acreedores –urgidos por sus propias necesidades de caja–, reclaman la elevación de los servicios mensuales de
U$S 60 millones a U$S 100 millones y un pago adicional en concepto de atrasos no inferior a U$S 1.000 millones, suma
que en esta coyuntura sólo puede salir de las reservas acumuladas en el BCRA, alterándose en consecuencia la paridad
de conversión del tipo de cambio dispuesta por la ley de Convertibilidad.
Si se superan todos los trances –difíciles por cierto– y se reúne la "masa crítica" de fondos que le permita
regularizar los U$S 8.000 millones de intereses vencidos e impagos, el Gobierno se encontrará en condiciones de
renegociar la globalidad de la deuda externa con los bancos privados en el marco del "plan Brady".
La deuda sujeta a reestructuración dentro del Plan oscila en U$S 32.000 millones (52% de la deuda total) y de
materializarse el ingreso de Argentina al Plan dicha reestructuración consistiría en:
– una quita que podría ir del 35% al 50% del stock adeudado
– una refinanciación a 30 años del importe restante con garantía de bonos del Tesoro de los EEUU
51
– la conversión de todos los bonos de deuda en títulos al portador, de modo de facilitar su transacción en el mercado
secundario.
– la vigencia de la reestructuración depende de que no se incurra en nuevos atrasos en el pago de intereses.
A la luz de este desarrollo, es necesario evaluar –partiendo del supuesto de la alternativa más favorable para el
país – cuál es la posición resultante de haber ingresado al Brady, después de transitar los pasos necesarios: "ajustes
técnicos", eventualmente un "waiver" en el próximo trimestre, el crédito de facilidades extendidas, regularización de
atrasos, ingreso al Brady.
Los supuestos son:
– Regularización de atrasos
• crédito de facilidades extendidas: U$S 3.000 millones
• pago extra: U$S 1.000 millones
• capitalización remanente: U$S 4.000 millones
– Plan Brady
• quita: 50%
• costo anual del stock de deuda total: 7,5%
En consecuencia:
–cifras en millones de U$S–
Deuda Externa Total
Bancos Organismos Financieros Club de Paris y Bonex
Reg. int. atrasados 32.000(*) 29.000
Cred. Fac. Extend. 32.000
Ingreso al Brady 14.000 32.000
Stock de deuda al cabo de la negociación 46.000
Desembolsos anuales por intereses 3.450
(*) incluye capital e intereses impagos
Ahora bien, definido un desembolso anual superior a los U$S 3.000 millones emergente del ingreso al mentado
"Plan Brady", resta ponderar la magnitud de dicha cifra con los pagos en efectivo realizados por el Gobierno de Menem
desde el inicio. A ese efecto se toman como válidas las cifras elaboradas por Marcelo Zlotogwiazda y publicadas en el
suplemento económico de Página 12 el 25-8-91.
52
–cifras en millones de U$S–
Pagos netos desde julio '89/diciembre '91
Capitalización de títulos 8.657
Desembolsos líquidos 5.847
Total 14.504
Las transferencias netas hacia los distintos acreedores externos efectuados por el gobierno de Menem se ubican
en un promedio anual superior a U$S 2.000 millones. De este modo –en el marco de los supuestos referidos–, el ingreso
al Brady implicaría un incremento del 50% de dichos pagos en efectivo.
En síntesis, este ejercicio teórico intenta demostrar cómo el Gobierno incurre en la curiosa paradoja de acelerar el
ajuste fiscal a fin de posicionarse para encarar arduas negociaciones, las cuales de concluir con éxito lejos de disminuir
la presión de las transferencias sobre las cuentas públicas, contribuirá a aumentarla sensiblemente.
En esta instancia cabe considerar si el ingreso al Plan Brady, y el consecuente giro en la política de
privatizaciones, es un deseo del gobierno o una exigencia concreta de los acreedores externos.
3– La cuestión monetaria y financiera
La evolución de la convertibilidad
Los cuadros que siguen reflejan con claridad que el esquema del Austral convertible evolucionó hasta el presente,
sin mayores sobresaltos, manteniendo una constante en la relación reservas respecto de los distintos agregados
monetarios (Cuadro 43) desde el inicio del plan.
Cuadro 4. 1. Reservas del BCRA
(millones de U$S)
53
Total Ley* Líquidas Ley* Bónex Ley*
1991
Abril 4906.2 3975.7 466.1
Mayo 5498.1 4561.2 712.9
Junio 5616.2 4874.3 245.9
Julio 6014.4 5026.5 445.3
Agosto 6140.1 4781.6 672.5
Setiembre 6443.4 5388.0 314.7
Octubre 6726.5 5618.9 569.1
*a valores de mercado
** a valores dominales
Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA y El Cronista Comercial.
Cuadro 4.2. Composición
(porcentajes)
Total Ley* Líquidas Ley* Bónex Ley*
1991
Abril 100 81.0 9.5
Mayo 100 83.0 13.0
Junio 100 86.8 4.4
Julio 100 83.6 7.4
Agosto 100 77.9 11.0
Setiembre 100 83.6 4.9
Octubre 100 83.5 8.5
*a valores de mercado
**a valores dominales
Fuente: Idem ant.
El sector financiero y el mercado de capitales
La estabilidad, los límites al financiamiento al sector público y la creciente dolarización del circuito de
intermediación de recursos –al 31.8.91, los depósitos en australes ascienden a U$S 7.030 millones y en moneda
extranjera a U$S 6.578 millones–, impulsan al sector financiero a reducir su margen de intermediación, oscilante en el
3%, incompatible frente a tasas pasivas del 1 al 1,5% efectivas mensuales.
54
Esta reducción de "spreads" le plantea a los grandes bancos privados locales y extranjeros –con independencia de
los sesgos particulares que adopten–, las siguientes estrategias empresarias:
– Intervención directa en el mercado de capitales
– Apropiación del mercado en poder de la banca Pública – U$S 6.182 millones
– Incorporación del crédito de largo plazo
– Racionalización de estructuras y personal
El desarrollo del mercado de capitales es imprescindible para completar el esquema de las privatizaciones con
capitalización de deuda externa. La conversión de los títulos de deuda, por acciones de los entes privatizados, requiere
de un mercado bursátil lo suficientemente amplio para absorber la oferta de esos títulos que realizará el Estado –
conforme al cambio de estrategia de las privatizaciones comentado– y los bancos acreedores tenedores de esas acciones,
a resultas de la capitalización.
El "fondeo" o financiamiento de este mercado, a fin de ampliarlo, se realiza por las siguientes vías:
– Autorizar a los bancos a emitir "obligaciones negociables" y "papeles comerciales", contra la captación de fondos y
la posibilidad de aplicar un porcentaje de los mismos a la compra de nuevas acciones que se emitan.
– Reformar el sistema previsional, obligando a los trabajadores de menor edad a aportar a regímenes privados de
retiro, la privatización de los aportes jubilatorios constituye la transferencia de un gigantesco volumen de dinero a
largo plazo y sin costo a las empresas de retiro –administradas en su mayoría por bancos–, que canalizarán el mismo
hacia el mercado de capitales. De producirse la reforma, estos entes manejarían a corto plazo cerca de U$S 3.000
millones.
La facultad de los bancos de emitir títulos y administrar los fondos jubilatorios constituyen dos concesiones
relevantes en el presente contexto, a las que se agregan el demorado, pero en curso, desmantelamiento de la banca
pública, la posibilidad de diferir en el tiempo los quebrantos originados por el pago de indemnizaciones por despidos de
personal producidas hasta el 30.9.92 y la virtual liquidación del régimen de garantía de los depósitos como factor
dinamizante de la concentración de las imposiciones en las entidades de mayor envergadura.
En síntesis, se apunta a crear un sistema financiero concentrado, mayorista por excelencia y sin intervención
estatal directa ni indirecta en la asignación de recursos crediticios.
55
En efecto, esta afirmación se sustenta en:
– La imposibilidad del BCRA de emitir moneda con autonomía del nivel de reservas.
– La creciente dolarización del volumen de depósitos.
– El desguace de la banca pública.
– La transacción de títulos-valores, hegemonizada por un grupo reducido de bancos y empresas, como núcleo
predominante en la intermediación de recursos.
Por último es de mencionar, la reaparición del crédito minorista de largo plazo restringido a los sectores de
mayores ingresos y la reconversión de carteras pasivas de depósitos a plazo a depósitos a la vista, como mecanismo de
mejorar el "spread" reduciendo el costo de la capitalización.
4– El errático rumbo productivo
Conforme se describió en la caracterización de la presente etapa, en tanto el nudo central de la política económica
se desarrolla en la dupla ajuste fiscal/deuda externa, el Gobierno sólo interviene en el destino productivo del país
indirectamente, mediante concesiones al poder económico local, respetando los márgenes impuestos por el ajuste
acreedor. Lo cual, fatalmente, redunda en un mayor costo social del ajuste.
En este marco, expresado con nitidez por el "anclaje" por ley del tipo de cambio, aparecen fuertes interrogantes
sobre:
– la viabilidad de un modelo exportador con significativa participación de las manufacturas
– la continuidad de la reactivación mercado -internista con apertura importadora
La salida exportadora: ventas externas, reprimarización y racionalización de costos
El marco impuesto por el ajuste acreedor afecta el perfil exportador tanto desde el recorte de recursos fiscales con
destino a subsidiar las ventas externas, como por el virtual congelamiento del tipo de cambio dispuesto por la
convertibilidad.
El esquema impacta produciendo una caída en el volumen general exportado (de U$S 12.300 millones en 1990 a
U$S 10.200 estimado para 1991) y una sensible reprimarización de las ventas al exterior, tal como se puede apreciar en
el cuadro que sigue.
56
Cifras en Millones de U$S
1989 % 1990 % 1991* %
Prod. Primarios 1960 20.4 3486 28.2 1313 28.7
M.O.A. 4061 42.2 4664 37.8 1893 41.4
M.O.I. 3163 32.9 3364 27.2 1040 22.7
Comb. y Energía 437 4.5 839 6.8 329 7.2
9621 100.0 12353 100.0 4575 100.0
*Cifras a Julio
Se observa con claridad una mayor participación de las manufacturas de origen industrial y agropecuario en el
conjunto de las exportaciones, creciendo los productos primario s y los combustibles y energía.
El "anclaje" del tipo de cambio, en una economía trasnacionalizada –lo que determina que las tasas de ganancia
empresaria se fijen en dólares– y abierta y comercialmente –define un techo a los precios internos de los bienes
transables internacionalmente–, induce a una fuerte racionalización de costos en todas las actividades productivas, con
mayor profundidad en las exportadoras de manufacturas, tendiendo a aproximar los márgenes de rentabilidad empresaria
a los niveles internacionales.
El combinar tipo de cambio fijo con apertura económica fuerza una reestructuración en el sector privado que
también es funcional al ajuste acreedor, dado que impide la formación de excedentes internos –al adaptar la tasa de
ganancia a niveles internacionales – que al dolarizarse compitan con el Estado en la demanda de divisas.
Esta modalidad de ajuste recae con más profundidad sobre las actividades exportadoras, dada la incidencia en los
costos productivos de los bienes no transables internacionalmente y por ende menos sujetos a los límites impuestos por
la apertura económica, esencialmente energía, servicios y mano de obra. En las industrias orientadas hacia el mercado
interno se advierte con mayor claridad el reemplazo de líneas íntegras de producción nacional de manufacturas
importadas.
En este sentido parece oportuno apreciar los siguientes cuadros:
evolución real del tipo de cambio efectivo nov'89/nov'91: 1849%
evolución de insumos industriales (*)
57
% de variación real nov'89/sept'91
Gas 1000 m3 1446%
Electricidad 1000 kw/h 1633%
Salario Medio Industrial 3089%
Otras Cargas Fabriles 2066%
La evolución real del tipo de cambio efectivo refleja sensibles disminuciones en el presente, respecto de la
vigencia del Plan B. B. A su vez, la evolución de los insumos revela que sólo el fuerte retraso tarifario en gas y energía
eléctrica tiende a acompasar el deterioro del tipo de cambio. La situación descripta define el marco en el que se
inscriben:
– la feroz disputa que se avecina entre los grupos empresarios por la privatización de las empresas energéticas
– la flexibilización laboral
– la desregulación
Es decir, todo aquello vinculado a la posibilidad de reducir costos, como única vía de mejorar la rentabilidad
exportadora, ante el "techo" cambiario.
En el informe de coyuntura anterior se trató el tema de la flexibilización laboral exhaustivamente. Sin embargo, a
los fines de reflejar el efecto sobre la ganancia exportadora, cabe reiterar que en un modelo exportador el salario pierde
su carácter de dinamizante de la demanda interna y se incorpora a la producción como costo; por lo tanto a los efectos de
optimizar el beneficio empresario, cuanto más bajo sea, mejor.
En este sentido, además, al depender el proceso productivo de la demanda externa, las fluctuaciones a que se
halla expuesto son mucho mayores, dado que las posibilidades de influir sobre la misma son escasas; en consecuencia
eliminar los costos fijos de la mano de obra (cargas sociales e indemnizaciones por contingencias) también se convierte
en funcional a la salida exportadora.
Institucionalizar la precariedad del empleo –además de eliminar los costos fijos de la mano de obra– apunta a
inducir una baja estructural en el nivel general de salarios (hoy revaluados en dólares) por sobreoferta de la fuerza de
trabajo, habida cuenta la tasa de desocupación y las características del mercado laboral argentino (cerca del 40% de la
población económicamente activa se encuentra, en estos momentos, en condiciones de desempleo, subemp leo o formas
precarias de inserción laboral).
El complemento de la flexibilización laboral fue el decreto de desregulación, el cual con independencia de
heterogeneidad de sus contenidos –particularmente el referido a la centralización de los fondos de las prestaciones
58
sociales que tratamos en el apartado sobre ajuste fiscal–, se orienta nítidamente a mejorar la rentabilidad exportadora por
reducción de costos, en el marco del ajuste acreedor.
El decreto opera en el segmento de precios de bienes no transables externamente y producciones con precios
sostenidos o ventajas comparativas de país, capaces de vulnerar por estas características los límites impuestos a su
evolución por la apertura importadora.
Con este fin se establece:
– Desregulación del comercio interior de bienes y servicios, levantándose restricciones para el transporte de carga,
horario de funcionamiento de los comercios, actividad farmacéutica y venta de medicamentos, comercio mayorista
de productos perecederos, prestaciones profesionales y cob ro de honorarios derivados, etcétera.
– Desregulación del comercio exterior, suprimiéndose diversas intervenciones previas de la Aduana tendiente a
registrar el flujo de mercaderías desde y hacia el país. El decreto cita textualmente: "La Administración Nacional de
Aduanas tendrá por objeto fundamental preservar la renta fiscal cuidando de no restringir la fluidez del comercio
exterior. Sus verificaciones serán de carácter selectivo y no sistemática..."
– Disolución de los entes reguladores de productos regionales, Junta Nacional de Granos, Junta Nacional de Carnes,
Instituto Forestal Nacional, Mercado de Concentración Pesquera, Instituto Nacional de Actividad Hípica,
Corporación Argentina de Productores de Carne, Mercado Nacional de Hacienda de Liniers, Comis ión Reguladora
de la Producción y Comercio de Yerba Mate, Mercado Consignatario de Yerba Mate, Dirección Nacional del
Azúcar, limitándose las facultades de intervención del Instituto Nacional de Vitivinicultura. Asimismo, se libera el
cultivo e industrialización del azúcar, la yerba mate y el vino en todo el país.
Si bien es real que el funcionamiento de los entes afectados distaba de ser el que les dio origen, la realidad
evidencia que por esta vía se abandona la regulación social de los mercados regionales por la entrega a los monopolios
intermediarios. Liberar la producción de cultivos intensivos y eliminarlos entes reguladores, es colocar a los productores
anarquizados frente a compradores concentrados con capacidad financiera de imponer sus precios. No sólo se favorece
la caída de esos precios sino que se entregan mercados agropecuarios a consorcios empresariales, con efectos
desestructurantes sobre las castigadas provincias.
– Se liberan comisiones y tasas sobre operaciones bursátiles e inmobiliarias.
– Se limita la incidencia en la defensa colectiva de los valores del salario y servicios por parte de los sindicatos,
colegios profesionales y asociaciones empresariales. Se modifica la negociación colectiva por rama de actividad,
admitiéndola por empresa, oficio o profesión u otras calificaciones. En síntesis, se intenta disolver u atomizar todo
reclamo colectivo.
59
El decreto de desregulación juntamente con la flexibilización laboral emergen como claras concesiones a los
grupos exportadores tendientes a mejorar la tasa de ganancia en el marco impuesto por el ajuste acreedor.
En tanto el dólar es bajo respecto del histórico, la clave, desde la convertibilidad, para optimizar ganancias
descansa en la reducción de costos.
En las firmas exportadoras esta "racionalización" se efectúa en base a la capacidad instalada (sin nueva inversión)
y contra los niveles ya señalados de desempleo y precarización que presenta el mercado de trabajo argentino. En
contextos como el descripto, la reducción de costos recae sobre el factor trabajo y se expresa en disminución del costo
laboral y de la masa salarial global pagada por las empresas.
La sobreoferta de mano de obra y servicios, en una economía sometida hace lustros a un feroz ajuste sin
compensación productiva, es el objetivo a implantar con las desregulaciones en curso.
La precariedad en el empleo; la subvaluación de las profesiones; la extensión de la jornada de trabajo en los
comercios; el abaratamiento de las producciones regionales; las facilidades para hacer o transar cualquier cosa por
cualquier precio sólo pueden redundar en una disminución estructural a mediano plazo de las retribuciones percibidas
por esas actividades en beneficio de quienes las abonan, agravado además por el cercenamiento de las posibilidades de
defensa colectiva de las mismas.
Así, los objetivos básicos de la flexibilidad:
– transformar en variables los costos fijos asociados a la mano de obra,
– configurar el "asalariado interino". Es decir, aquel que ingresa o sale de la firma en función del mercado y sin costo
para la empresa, se objetivan en una tercer definición básica cual es la tendencia a desarticular la negociación
colectiva. Si bien las convenciones, en el marco de los ajustes con devaluación que vivimos en el pasado se
revelaron como ineficaces para contener la caída del salario real hoy, ante el cepo cambiario, se transforman en un
obstáculo para el objetivo empresario de reducción de costos. Básicamente por constituir un límite al poder de
dirección y organización patronal.
En este sentido, deben entenderse las definiciones tomadas a partir del decreto que asoció los aumentos salariales
con la productividad y, como ya se señalara, lo definido a partir de la desregulación. (Este punto será desarrollado en el
capítulo correspondiente a la situación social.)
Mercosur: ¿futuro escenario de la salida exportadora?
60
Definido el agudo proceso de racionalización de costos a que se encuentra sujeto el perfil productivo de las
exportaciones argentinas, como alternativa para evitar la reprimarización, cabe evaluar dicho proceso en el escenario de
integración regional que plantea el Mercosur.
El tratado firmado en Asunción en marzo de este año entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay formaliza la
creación de un espacio económico común entre estos países que, de concretarse, impactará sensiblemente en las
estrategias empresariales, en esencia las exportadoras.
En el trabajo "Mercosur: ¿un paso hacia la integración subregional? Interrogantes a partir de su evolución"
elaborado por Mirta Botzman y Fernando Porta, se plantean dos problemas centrales que atentan contra el desarrollo de
la integración.
En primer lugar, la ausencia de políticas macroeconómicas coordinadas en el plano cambiario y arancelario –las
vigentes responden a los dictados del ajuste externo–, que permitan fijar un "arancel externo común" para el espacio,
facilitando en conformación de un espacio regional protegido y previsible a mediano plazo, dándole certidumbre a las
preferencias comerciales entre los integrantes, respecto de terceros.
En segundo término, es la indefinición acerca de la política industrial –también subordinada al ajuste acreedor–, a
partir del rol que cumplirá un mercado ampliado en el perfil productivo y en la inserción internacional de la economía.
Los autores del referido trabajo esbozan, de avanzar la integración, dos escenarios posibles: el denominado
"comercialista", en donde el accionar de Gobierno se restringe a promover la liberalización comercial y realizar una
política cambiaria acorde a ese objetivo, el otro escenario calificado como "industrialista" en el que se plantea una
reestructuración productiva a partir de la integración, impulsando economías de escala y especialización, lo que obliga a
políticas industriales activas y coordinadas entre los miembros del mercad o común.
La concreción del Mercosur, máxime en la alternativa "industrialista", encuentra severas restricciones en la
política general del Gobierno. En lo interno el ajuste fiscal pagador objeta el desvío de fondos públicos con otro destino;
en lo externo –en el contexto del alineamiento incondicional con los EEUU– la inserción internacional de la economía
argentina deberá darse dentro de la "Iniciativa Bush para las Américas".
En este último sentido, la controversia se refleja con claridad en lo expresado por Cavallo en la Convención
Anual de ADEBA al referirse al Mercosur como una experiencia de apertura económica conforme a los planteos del
espacio regional que intenta delinear la "Iniciativa Bush"; por su parte Vittorio Orsi, poco antes de abandonar la
Secretaría de Planeamiento, vertió como conclusión de un trabajo sobre el tema en cuestión que: "En gran parte la
velocidad del proceso del Mercosur como indicado al inicio, depende de una apreciación sustancialmente no diferente de
la realidad, y de similitud y sincronismo de instrumentos en el proceso de transformación de reconversión industrial,
61
para que toda la zona perciba los beneficios legados a la dimensión del área, y de la racionalización de los recursos y del
poder político derivante para la negociación global en la Iniciativa Bush".
Esta concepción del Mercosur, como un bloque regional capaz de negociar con autonomía frente al espacio
constituido por EEUU, Canadá y México, es inviable sin una acción precisa del Estado y coordinada con los restantes
países miembros, algo rechazado explícitamente por la política de Gobierno.
En síntesis, los avances de integración regional, responden –del lado argentino– a estrategias empresariales
vinculadas a la racionalización de costos inducida por el ajuste acreedor, antes que una orientación definida por la
aparición de un mercado común. De hecho, estas políticas empresarias intentan tanto el desarrollo de economías de
escala que optimicen el beneficio de un perfil exportador con valor agregado –siderurgia–, como el aprovechamiento de
un mercado interno ampliado –agroalimentos y automotriz–.
La reactivación del mercado interno
La reactivación sustentada en la estabilidad, el desplazamiento de inversiones de activos financieros a físicos, el
crédito disponible y la apertura importadora revela una tendencia a consolidarse en niveles de producción (6,8%) y
ventas (12,7%) superiores a los de 1990, tal como lo muestran los cuadros que siguen:
Producción y Ventas Industriales Desestacionalizadas
Comparación '91 vs '90 (Ind. b. 1977:100)
Producción
1990 1991 Variac.
Enero 94.5 96.0 1.6%
Febrero 104.8 105.4 0.6%
Marzo 91.2 95.6 4.8%
Abril 93.4 99.2 6.2%
Mayo 102.7 114.1 11.1%
Junio 100.6 105.4 4.8%
Julio 110.8 122.6 10.6%
Agosto 109.6 115.9 5.7%
Setiembre 106.9 121.7 13.8%
Octubre 110.2 118.9 7.9%
10 MESES 102.5 109.5 6.8%
Fuente: Elab. propia en base a Tend. Económicas.
(b. 1977:100)
62
Nivel Gene-
ral
Ali-men-tos
Art. Ho-gar
Auto-moto-
res
Ce-men-to
Ener-gía
Elect. Papel Plás -
ticos Quí-mica
Side-rur-gia
Trac-tores
1991
enero 86 124 51 15 78 185 16 221 104 63 5
febrero 85 115 35 33 64 162 68 139 93 50 4
marzo 98 125 65 43 62 187 83 152 104 51 4
abril 108 125 89 59 71 179 119 193 127 79 12
mayo 116 137 142 63 71 186 142 267 113 85 19
junio 106 118 76 56 60 177 138 299 92 107 20
julio 129 150 52 70 75 188 189 307 113 105 17
agosto 125 122 49 79 82 207 193 274 128 106 18
setiembre 129 130 53 81 78 200 162 339 123 92 22
octubre 116 147 51 50 67 179 179 292 88 90 20
en-oct'90 102 120 2.4 44 59 175 168 310 93 71 21
en-oct'91 115 130 40 60 72 n.a. 143 252 116 83 14
Variación 12,7% 8.3% 66.7% 36.4% 22.0% n.a. -14.9% -18.7% 24.7% 16.9% -33.3%
Fuente: Tendencias Económicas
La evolución favorable de las ventas de artículos del hogar, automotores y cemento indican que la reactivación –
si bien con un perfil productivo orientado al consumo de altos ingresos – continúa en los niveles alcanzados en el
trimestre julio/setiembre '91.
El deterioro del superávit de la balanza comercial
La reestructuración en curso de las industrias exportadoras y la apertura importadora funcional al esquema de
convertibilidad, confluyen haciendo descender el superávit comercial en constante crecimiento desde 1988 –con cifras
record en la década del '80–, tal como lo indica el cuadro que sigue:
63
Intercambio Comercial Argentino
(millones de U$S corrientes)
Exportaciones Importaciones Saldo
1980 8021 10541 -2519
1981 9144 9430 -287
1982 7625 5337 2288
1983 7836 4504 3332
1984 8107 4585 3523
1985 8396 3814 4582
1986 6852 4724 2128
1987 6360 5818 542
1988 9136 5321 3815
1989 9490 4200 5291
1990 12353 4077 8276
Comparación 90/91
– en pago '90 8374 2387 5987
– en pago '91 7840 4320 3521
El descenso del saldo comercial es casi de U$S 2.500 millones, equivalente a un 41% respecto de 1990.
El límite a este descenso estará impuesto por el nivel de transferencias que Argentina deba realizar por la deuda
externa, más los excedentes dolarizados por las empresas locales.
Si se exceptúan los ingresos de capital por venta de activos públicos, el Gobierno deberá modificar su política
arancelaria en la medida en que se aproxime al límite descripto. En caso contrario, si la oferta de divisas se ubica por
debajo de dicho tope se producirá un salto cambiario que concluirá con la paridad de conversión de A 10.000 por dólar.
Síntesis y Perspectivas
La coyuntura poselectoral se encuentra signada por tres ejes, cuyos efectos –en las distintas alternativas de
resolución– sólo se percibirán a mediano plazo, dado el carácter definitivo que los mismos tendrán para el rumbo
estructural del país.
64
El triunfo electoral hizo que el Gobierno abandonara la actitud cautelosa que caracterizara su gestión desde la
crisis del verano, para encarar resueltamente la profundización del ajuste fiscal y en forma simultánea abrir
negociaciones para aliviar la presión de la deuda externa sobre las cuentas fiscales. A su vez el marco dado por el ajuste
fiscal induce a una severa reestructuración productiva, realizada exclusivamente mediante la reducción de costos.
Precisados los tres ejes que emergen hacia fines del '91 –ajuste fiscal a fondo, negociación externa y
reestructuración productiva–, es necesario evaluar las políticas que lleva adelante el ministro Cavallo, en estos frentes.
En primer lugar aparece una necesidad creciente de generar superávit en las cuentas públicas, con el único
objetivo de transferir recursos hacia los acreedores externos.
El actual acuerdo con el FMI, triplica las metas fiscales para el último trimestre del año –de U$S 330 millones de
superávit operativo en julio/septiembre, a U$S 5.883 millones para octubre/diciembre– y las cuadruplica en el 2do.
trimestre de 1992.
Estas metas, a esta altura incumplidas, se han intentado alcanzar mediante dos vías:
– reducción del gasto, esencialmente en personal y provincias
– producido de las privatizaciones
El Gobierno descarta aumentar los recursos fiscales a través de presionar tributariamente sobre el poder
económico local, alterando la regresividad del sistema impositivo nacional.
La gestión del ajuste fiscal implica hacer recaer el peso del mismo sobre los sectores populares, a fin de eludir las
fricciones que genera al interior del bloque dominante, las demandas de la banca acreedora para el cobro de sus
acreencias.
Acompañado de esta forma de ajuste, intrínsecamente insuficiente en la generación de recursos para el pago de la
deuda, se inician negociaciones tendientes a reducir el stock de deuda con los bancos comerciales, en el marco del Plan
Brady. El tránsito para ingresar en el Plan es particularmente arduo para la Argentina. En principio deberá pedir un
"waiver" o perdón por las metas incumplidas en la Carta de Intención vigente; de lograrlo tendrá que regularizar por lo
menos la mitad de los intereses atrasados impagos con los bancos –U$S 4.000 millones–, para lo cual ha solicitado con
ese fin el denominado Crédito de Facilidades Extendidas por U$S 3.000 millones, al que deberá agregar U$S 1.000
millones (si es que se le otorga), en marzo próximo. Cumplidos estos pasos con éxito, estará en condiciones de ingresar
al Brady que significa una reducción de deuda oscilante en 15.000 millones de U$S, y un aumento de casi el 50% de los
pagos anuales a los bancos –de U$S 720 millones a U$S 1.100 millones– sin poder incurrir en atrasos. Es decir que de
65
tener éxito en el ingreso al Plan Brady, lejos de cumplir el objetivo perseguido por el Gobierno de reducir las
transferencias al exterior, las aumentará.
De este modo, el Gobierno está desarrollando un ajuste fiscal, de elevado costo social, que es insuficiente a fin de
generar los recursos para el pago de la deuda y a la vez encara una negociación que lejos de disminuir el peso de las
transferencias, de concretarse con éxito las aumenta en un 50%.
El impacto de esta política sobre el rumbo productivo se evidencia en:
• la reprimarización de las exportaciones
• la racionalización de costos como única alternativa de elevar el margen de rentabilidad
• los limites a la reactivación del mercado interno
• la reducción acelerada del saldo favorable de la balanza comercial
El tipo de fijo y retrasado por efecto de la convertibilidad cuestiona las ventas externas con mayor valor
agregado, incrementándose la participación de las exportaciones de productos primarios y combustibles en un contexto
de caída del monto total exportado.
La alternativa para evitar esta reprimarización es la posibilidad de reducir costos, esencialmente en aquellos
insumos no transables internacionalmente y por ende susceptibles de aumentar su valor en dólares, dado que la apertura
importadora no los afecta. En esencia estos insumos –denominados "costo argentino" – se componen de mano de obra,
energía y servicios. A fin de inducir a su baja, facilitando la reestructuración productiva, el Gobierno ha avanzado en la
flexibilización laboral y la desregulación.
La reactivación del mercado interno se circunscribe a un sector de altos ingresos que ha desplazado su capacidad
de ahorro de los activos financieros a los activos físicos. Esto se verifica, en el perfil de los bienes ofrecidos como en la
ausencia de una demanda masiva de origen salarial.
Por último, la continuidad de la apertura importadora vigente que juntamente con el deterioro de las
exportaciones ha hecho descender rápido el superávit de la balanza comercial. El tope para este descenso lo fija el nivel
de pagos a los acreedores externos, es decir que deben generarse las divisas suficientes para transferir. Por otra parte la
ausencia de políticas gubernamentales en ese sentido, dejan librada la experiencia de integración regional del Mercosur,
a acuerdos entre grupos empresarios.
66
En síntesis, el Gobierno encara la definición del –rumbo estructural del país, respetando los intereses
contrapuestos de la banca acreedora –que quiere cobrar– y los grupos económicos locales más concentrados –afectados
en sus negocios de exportación y con el Estado a consecuencia del ajuste fiscal–.
Esto exige profundizar el ajuste sobre la gente, directamente en el sector público e indirectamente por la
reestructuración productiva que induce a base de racionalizar costos laborales sin inversión. Sin embargo, esta
modalidad de gestión del ajuste, que recae en forma casi exclusiva sobre los sectores populares, se revela como
insuficiente para satisfacer los intereses del bloque dominante, no alcanza para pagar la deuda externa ni para afirmar
algún destino productivo cierto.
III) LA SITUACION SOCIAL
Productividad y Negociación salarial
67
Los cambios en la legislación laboral
Productividad y Negociación Salarial
La definición, vía decreto, por parte del Poder Ejecutivo Nacional de impedir la indexación salarial en el marco
de las paritarias y fijar como criterio para los incrementos pautas de ajuste en base al crecimiento de la productividad,
merece las siguientes reflexiones:
1) La aplicación de este criterio en el marco de una evolución diferenciada de los índices de precios supone condenar
al descenso el salario real. En tanto, el Indice de Precios al Consumidor resulta superior a los mayoristas, y los
componentes de la canasta familiar presentan un mayor aumento que el resto de los precios, no indexar según esta
base los salarios supone retroceso en términos reales. A través de este mecanismo, las autoridades económicas
buscan evitar que el encarecimiento de la mano de obra que pudiere resultar vía mecanismos indexatorios, no se
traslade al Indice de Precios Mayoristas. El objeto es evitar un mayor deterioro del tipo de cambio que afecte la
rentabilidad exportadora. En tanto la política es mantener el dólar nominal y aumentar el dólar real efectivo para los
exportadores vía reducción de costos, toda indexación salarial supone quebrar el esquema de política económica
establecido. En síntesis, el decreto al que hacemos referencia busca salvaguardar la rentabilidad exportadora a través
del ya remanido mecanismo de deteriorar el salario real. Esto solamente podría no ser así en caso que lo
incrementado por traslado de productividad al salario fuese igual o mayor a la caída impuesta por la evolución de
los precios. La experiencia histórica, las situaciones diferenciales por rama de producción y tipo de establecimiento
definen que esa posibilidad sólo quedará reservada a muy pocos. Veremos esto en los puntos que siguen.
2) Tomando como campo de análisis lo ocurrido con la evolución de la productividad en el sector manufacturero, y
suponiendo que este sector presenta a su interior firmas con igual nivel de productividad, (homogeneidad en el
sector) surge lo siguiente:
Hipótesis de Productividad Tiempo
1 2,10% 17 años
2 3,79% 9,5 años
3 1,32% 27 años
4 7,58% 5 años Fuente: Centro de Estudios Bonaerenses.
La primera de las hipótesis responde a la tasa de crecimiento de la productividad del sector observada en el
período 70/88. Para este valor se requerirían 17 años para alcanzar el nivel salarial correspondiente al año 1985. En la
segunda posibilidad, que contempla el crecimiento de la productividad correspondiente al período 1950/73, el lapso
necesario de acuerdo al criterio expuesto por el decreto del Ejecutivo alcanza a 9 años y medio para volver a los niveles
68
salariales mencionados. La tercera de las hipótesis considera la tasa de crecimiento de la productividad correspondiente
a la década reciente 1979/ 1988. En este caso, se requerirían 27 años para volver al salario de 1985. En el último de los
casos se incorporó una hipótesis optimista, que supone un crecimiento de la productividad del sector que duplica el
mejor de los porcentajes presentados. En este hipotético mundo, retornar a 1985 en materia salarial llevaría cinco años.
En síntesis, el criterio del Ejecutivo exige entre 5 y 27 años para volver a un estadio de poder adquisitivo similar al
vigente hace 6 años.
3) A los efectos de evaluar el significado del decreto parece conveniente tomar en cuenta la historia en la materia. Es
decir, hasta qué punto los incrementos de la productividad se han transformado en aumentos salariales. La sola
comparación de lo ocurrido entre 1974 y 1983 evidencia que para valores 100 de ambas variables en el primero de
los años:
aumento productividad 137,6
descenso salarial 82,7
Esto indica que aumentó el indicador que vincula Productividad y Costo Salarial que en 1974= 100 pasa a:
Productividad
Relación = 169,0
Costo Salarial
Lo expuesto indica el incremento del margen bruto de beneficio que obtuvieron las grandes firmas. (Los datos
provienen de la encuesta de INDEC que abarca los 1500 establecimientos más importantes del sector industrial.)
Estas, vía expulsión de mano de obra y caída salarial (aumento en la intensidad de explotación) incrementaron
productividad y luego beneficios pero no salarios. Esto define, en parte, el deterioro brutal de la participación asalariada
en los ingresos de los últimos años. Sobre este contexto un decreto que llama a subir salarios en base a incremento de
productividad, en el mejor de los casos, congela la pauta distributiva que gestaron la dictadura y las hiperinflaciones.
Esto es así porque:
Si obtenemos 100 producto con 25 de salario.
Un incremento del 20% en la productividad que luego sea trasladado al nivel salarial deja las cosas del siguiente
modo:
Obtenemos 120 de producto con 30 de salario.
69
En ambos casos la participación asalariada en el ingreso total no cambia, sigue siendo un 25%. Por ende, un
decreto que no define que el reparto de la productividad incrementada tenga que deslizarse en mayor medida al salario
que a los beneficios, está congelando la pauta distributiva actual.
4) Otro aspecto clave a destacar del decreto sancionado remite a que éste induce decididamente a la negociación
colectiva por empresa y, más aún, por unidad de explotación. El ejercicio anterior es señalado, respecto a la
productividad global del sector manufacturero, pasa por alto las diferencias por rama de actividad y por tipo de
establecimiento.
a) Heterogeneidad por rama
Sector Productividad 73/83 (tasa de crecimiento promedio actual)
Bienes de Consumo no Durable 3,2%
Bienes Intermedios 4.1%
Bienes de Consumo Durable 2,1%
Bienes de Consumo 1,7%
b) Heterogeneidad por establecimiento, Productividad por estrato de ocupación
Establecimientos Crecimiento de la Productividad Global
(Nivel de Ocupación) 73/83
6-10 (personas) -22,9%
11-50 (personas) 0,6%
51-100 (personas) 5,8%
+ de 100 (personas) +40,0%
Como puede observarse en las cifras vertidas en los cuadros a y b, queda claro que las definiciones del ejecutivo
tienden a fragmentar (aún más) a los asalariados. La productividad se modifica, sube o baja, de acuerdo al sector de
producción y al tipo de firma de la cual hablamos. Se constituyen por en de asalariados de primera y de segunda. Sin
embargo, el reciente "decreto desregulador" que propicia la descentralización de la negociación colectiva, coloca la
responsabilidad de esta discusión en manos de los "sindicatos". Esto indica que el Ejecutivo por un lado deteriora el
poder institucional del sindicato por rama de actividad pero, al mismo tiempo, pretende congelar sus conducciones
70
obturando el surgimiento de nuevas instancias de representación de los trabajadores. En síntesis, las definiciones hasta el
momento adoptadas, más allá de su funcionalidad para la política económica en la presente coyuntura, inducen para el
largo plazo el tipo de mercado de trabajo y de organización de las relaciones laborales que el modelo en curso reclama.
Esto adquiere singular gravedad cuando se observa la evolución del salario real medio para los diferentes sectores de la
economía o cuando se evalúa el grado de cobertura que cada sector de los asalariados logra de la canasta familiar (ver
cuadros e y d).
c) EVOLUCION SALARIOS REALES MEDIOS PERCIBIDOS POR SECTOR DE ACTIVIDAD
(Ind. base dic. '86:100)
INDUS-TRIA
BAN-CARIO
ADM. PUBL.
CAT. 16
EDU-CAC.
JUB. MINI-M A
COMER-CIO
CONS-TR. AGROP.
1989 71.1 78.3 96.2 80.7 66.4 66.2 59.5 52.3
1990 71.3 80.8 67.7 74.8 65.1 72.1 52.6 66.7
1991
enero 77.9 83.6 55.4 65.8 71.5 77.4 52.2 72.2
febrero 63.6 71.1 53.7 55.0 56.3 64.6 43.0 59.7
marzo 64.8 76.3 70.7 56.8 63.4 73.8 52.3 66.8
abril 74.4 78.1 67.1 93.4 72.1 70.0 63.8 71.2
mayo 87.9 82.0 65.2 90.9 70.1 68.1 62.1 69.2
junio 88.1 79.6 63.3 88.2 68.1 66.1 60.3 67.2
julio 88.0 78.8 61.7 85.9 66.3 64.4 58.7 67.4
agosto 88.8 77.6 60.8 84.6 65.2 63.4 57.8 67.0
setiemb. 87.5 76.4 59.8 83.3 64.3 62.5 56.9 66.7
octubre 87.1 76.1 59.5 82.9 64.0 62.2 56.6 66.4
Fuente: Elaboración propia en base a datos de UADE e INDEC.
d) COBERTURA DE LA CANASTA FAMILIAR DE INDEC*
%
71
1991 SALARIOS MEDIOS
POR SECTOR ENE-RO
FE-BRERO
MAR-ZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOS-
TO SET.
INDUSTRIAL 41.7 36.8 39.7 45.5 45.7 45.3 46.6 46.8 46
BANCARIO 60.6 56.7 54.9 56.5 54.9 54.1 53.7 99.4 46
ADM. PUBLICA 15.9 15.4 20.2 19.2 18.7 18.1 18.0 17.6 17
EDUCACION NAC. 22.2 20.1 31.4 29.7 28.9 28.0 27.8 27.2 26
CONV. COMERCIO 23.0 23.0 24.1 22.9 22.3 21.6 21.5 21.0 20
C. CONSTRUCCION 13.0 13.8 12.4 11.8 14.8 14.3 14.2 14.0 13
C. AGROPECUARIO 19.1 18.7 18.9 18.0 17.5 17.5 17.3 17.2 17
*Salario nominal del mes sobre canasta del mes posterior.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de UADE.
Los Cambios en la Legislación Laboral
Durante el pasado mes de octubre han obtenido media sanción por parte de la Cámara de Diputados de la Nación
los proyectos de ley de empleo y de reformas a la ley de accidentes del trabajo, normas que integran el denominado
"paquete laboral".
De acuerdo con el discurso oficial, estas leyes –que modifican de modo sustancial el sistema de relaciones
laborales argentino– constituirían la única herramienta adecuada para combatir la segmentación social actualmente
vigente, cuyas manifestaciones más notorias son el desempleo, el subempleo, el trabajo clandestino, la marginalidad,
etcétera.
Teniendo en cuenta que todas estas patologías sociales han sido producto de la desinversión productiva, de la
ausencia de controles por parte del Ministerio de Trabajo, de la inoperancia de las instancias judiciales y del
cercenamiento de los derechos derivados de la libertad sindical cabría esperar pues que la reforma laboral en marcha
apuntara, cuando menos, a atenuar las consecuencias de algunos de estos factores.
Por lo tanto, las leyes mencionadas al igual que el Dec. 1334/91, que modifica las pautas de negociación salarial,
y el Decreto llamado "Desregulatorio", deben ser valoradas y analizadas en el contexto de la situación económica y
social sobre la cual deberían operar, vinculando los instrumentos que incorporan, con los objetivos que dicen perseguir.
1. Política Económica y Política de Empleo
72
El proyecto de ley de empleo entiende por "Política de Empleo" "... las acciones de prevención y sanción del
empleo no registrado, de servicios de empleo, de promoción y defensa del empleo, de protección a trabajadores
desempleados, de formación y orientación profesional para el empleo y las demás previstas en la ley..." (art. 3º).
Se establece asimismo la obligación del Poder Ejecutivo de adoptar la política de empleo como un eje central en
las acciones tendientes a mejorar la situación socioeconómica de la población. Esa obligación se explicita en los Títulos
I, III y V del proyecto, los que abundan en disposiciones tendientes a publicitar una política de empleo activa.
En el Título I, al enunciar los objetivos del proyecto, se hace hincapié en la "promoción" y "fomento" del empleo
productivo; en la transferencia de mano de obra hacia actividades de mayor productivid ad; se destaca el carácter esencial
de la formación profesional dentro de la política de empleo; se admite la necesidad de prevenir y regular las
repercusiones que puedan tener sobre el empleo los procesos de reconversión productiva y de reforma estructural,
etcétera.
Todo ello, además, en el marco de una participación tripartita y federal en el nivel de la toma de decisiones (art.
2º inc. k).
El Título III "De la promoción y defensa del empleo" puntualiza de forma más específica esos objetivos globales.
Para ello, obliga al PEN a instrumentar acciones que eleven los niveles de utilización de la capacidad instalada; que
faciliten la inversión productiva privada que genere mayor impacto ocupacional; que exija la cuantificación de los
efectos ocupacionales en proyectos de inversión pública o privada con apoyo crediticio público; que armonicen la fuerza
de trabajo con el crecimiento productivo y que vinculen más estrechamente la capacitación del trabajador y el sistema
productivo, etc. (Tit. III, cap. I).
También se introducen los "Programas de empleo para grupos especiales de Trabajadores", considerando tales a
jóvenes desocupados; trabajadores de difícil reinserción (con calificación obsoleta, mayores de 50 años y más de 8
meses de desempleo); grupos protegidos (liberados, aborígenes, ex-combatientes, drogadictos rehabilitados) y
discapacitados (Título III, cap. 3).
Se dispone como obligación del Ministerio del Trabajo la elaboración de programas para apoyar la reconversión
productiva de actividades informales (Titulo III, cap. 4). También se autoriza a declarar una empresa (pública o mixta) o
a un sector, en "situación de reestructuración productiva", declaración que implica la convocatoria a la comisión
negociadora del convenio colectivo a fin de negociar sobre la gestión preventiva del desempleo; las consecuencias de la
reestructuración sobre el empleo y las medidas de reconversión y reinserción laboral de los trabajadores afectados (Tit.
III, cap. 5).
73
Se legisla también un "Procedimiento preventivo de crisis de empresas", que en realidad no es tal, sino un
mecanismo de negociación que opera con posterioridad a la crisis, pero antes de los despidos o suspensiones derivados
de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas (Título III, cap. 6).
También se autoriza al Ministerio de Trabajo a declarar en "Emergencia Ocupacional" a sectores productivos o
regiones geográficas, en virtud de catástrofes naturales, razones económicas o tecnológicas. En esos casos, la solución
propuesta consiste en programas de empleo masivo, a través de la contratación directa por parte del Estado nacional,
provincial o municipal (Tit. III, cap. 7).
Por último, el capitulo 1 del Título V pone a cargo del Ministerio de Trabajo la elaboración de programas de
formación profesional que apoyen y faciliten la creación de empleo productivo; la reinserción laboral de los
desempleados y la reasignación de los expulsados por el sector público y la reconversión productiva; el primer empleo
de los jóvenes y la transformación de actividades informales.
Hasta aquí, los contenidos del proyecto de ley en materia de políticas de empleo.
Semejante marco normativo podría servir de aval a las afirmaciones del Gobierno cuando enfatiza la importancia
de este proyecto para combatir el desempleo, el subempleo y la escasez de mano de obra calificada.
Sin embargo, la comparación del texto de la ley con los datos que surgen del contexto político, económico y
social abren serios interrogantes respecto de la efectividad y aplicación que puedan tener los instru mentos legales
reseñados.
En efecto, mientras la letra de la ley alude a la transferencia de mano de obra hacia sectores de mayor
productividad; a la adecuación entre capacitación laboral y sistema productivo; a la reconversión de actividades de baja
productividad, etc., en los hechos nos enfrentamos con casos como el de SOMISA, en los que la política de empleo
efectivamente implementada por el PEN apunta a transferir personal metalúrgico calificado a la industria de la
construcción y a reconvertir productivamente San Nicolás promoviendo el cierre de una acería para cambiarla por el
cuentapropismo de quioscos varios.
En Somisa, al igual que en Hipasam, Altos Hornos Zapla, etc., no se implementó ningún procedimiento
preventivo de crisis y no se tomó medida alguna para prevenir los efectos de la reconversión sobre el empleo. Muy por
el contrario, lisa y llanamente se produjeron despidos masivos generando desempleo.
Esos conflictos sociales de los últimos tiempos se caracterizan no sólo por la ausencia de negociación entre las
partes, como lo propone el proyecto de ley de empleo, sino que, en los casos en que hubo negociación los términos de
ésta fueron luego desconocidos de forma unilateral y arbitraria por parte del Estado (caso Somisa en el cual además se
incumplió una orden judicial de no innovar).
74
La obligación de generar empleos masivos a partir del Estado en los casos de emergencia ocupacional no tuvo
correlato alguno en los conflictos antes citados, y tampoco se tuvo en cuenta frente a la catástrofe natural producida por
la erupción del volcán Hudson en el sur del país.
Resulta sobreabundante destacar que el objetivo de promover la "participación tripartita y federal en el nivel de
toma de decisiones" no sólo no ha sido tenido en cuenta, sino que las decisiones se han tomado de forma unilateral y
arbitraria.
Obviamente podría argumentarse que la ausencia de políticas promocionales del empleo se debe precisamente a
que el proyecto de ley de empleo aún no ha sido promulgado. Pero la debilidad de ese argumento no resiste la menor
critica.
En efecto, el Poder Ejecutivo no requiere una ley que lo autorice a darse una política de empleo activa, y el
Ministerio de Trabajo no necesita una nueva ley para abocarse a la prevención de la reestructuración productiva sobre el
empleo, a la capacitación profesional, a la reinserción de desocupados, etcétera.
Por el contrario, lo actuado hasta la fecha por el PEN y por el Ministerio del área demuestran que nada se
modificará si se promulga el proyecto de ley de empleo. Al menos, no para mejorar la situación socioeconómica de la
población. Los objetivos de la ley y los contenidos de la política de empleo no trascenderán la órbita de la legislación
positiva formal, como viene sucediendo hace tiempo con otras normas de contenido laboral como el art. 14 bis de la
Const. Nacional, la Ley de Contrato de Trabajo, la ley de negociación colectiva, etcétera.
En otras palabras, los discapacitados seguirán viendo frustradas sus expectativas laborales, los ex combatientes
seguirán vendiendo calendarios en los medios de transporte, etcétera.
Resta saber si, en cumplimiento de lo dispuesto por el proyecto de ley, el Ministerio de Trabajo ofrecerá cursos
de capacitación para transformar obreros calificados en simples albañiles.
2. Empleo no Registrado y Funciones del Ministerio de Trabajo
La obligación de registrar la relación laboral está legislada con lujo de detalles en la Ley de Contrato de Trabajo,
y el control de su cumplimiento es, y ha sido desde siempre, una de las responsabilidades del Ministerio de Trabajo.
En ese sentido, es interesante recordar algunos de los fundamentos vertidos en los Considerandos del Dec.
15074/43 que dispuso la creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión, organismo antecesor del actual Ministerio. En
dichos considerandos se sostuvo que "...los problemas relacionados con el capital y el trabajo deben merecer una
preferente atención de parte del Gobierno, por su directa vinculación con el bienestar general y el desenvolvimiento
económico de la Nación; ... que la experiencia recogida en los países que han centralizado los distintos aspectos de la
75
actividad social del Estado demuestra la conveniencia de adoptar dicho sistema; que se conseguirá con ello fortalecer la
unidad nacional con el imperio de una mayor justicia social y distributiva, propósito éste fundamental e irrenunciable del
actual Gobierno, que traerá consigo el reconocimiento práctico en todos los ámbitos del país, de la suprema dignidad del
trabajo; ... que sólo será posible satisfacer el reclamo de la hora presente con un organismo que permita compulsar y
remediar las múltiples necesidades que afligen a los hogares obreros, ejercer el más perfecto control sobre la aplicación
de la legislación especial vigente y preparar el desarrollo de una política social; que siendo causa primordial de los males
que perturban la marcha de las colectividades modernas el olvido de los deberes sociales... corresponde que el Estado
proceda a desarrollar una intensa obra de divulgación encaminada a infundir en la conciencia del pueblo argentino el
convencimiento de que a nadie le es lícito eludir los expresados deberes..."
En las leyes de Ministerios que se sucedieron en el tiempo, las competencias asignadas al Ministerio de Trabajo
han conservado el espíritu de aquel decreto, poniendo a su cargo el control del cumplimiento de la legislación laboral y
previsional.
Teniendo en cuenta que una de las causas del incremento de la evasión laboral ha sido precisamente la merma en
los controles ejercidos por el Minis terio de Trabajo a partir de 1976, y dado que, según manifestaciones de funcionarios
de dicho Ministerio, el presupuesto que se le asigna para 1992 implica un incremento del 100% de sus recursos, sería de
esperar que ello se manifestara en un incremento de las funciones de contralor, particularmente en lo que hace a la
registración de los contratos y relaciones de trabajo.
Sin embargo, en lugar de ello, el proyecto hace alarde de la más elevada filosofía privatista y dispone lisa y
llanamente la "Privatización de la Policía del Trabajo".
En efecto, para la regularización del empleo no registrado, o "trabajo en negro", el proyecto prevé dos canales de
solución: uno a cargo del empleador, y otro a cargo del trabajador.
En el primer caso, se acuerda al emple ador la posibilidad de regularizar espontáneamente las relaciones laborales
no registradas o registradas sólo en parte. Este derecho se otorga por un plazo de noventa días a partir de la vigencia de
la ley, y como contrapartida se ofrece la condonación absoluta de las deudas devengadas en concepto de aportes,
contribuciones, multas y recargos, emergentes de la falta de registro.
En otras palabras, se crea un INDULTO LABORAL, que premia a los evasores y castiga al sistema de seguridad
social y a sus actuales beneficiarios, a los trabajadores activos en tanto los períodos blanqueados no servirán para
acreditar aportes ni remuneraciones y, de manera indirecta, a los empleadores que han cumplido con sus obligaciones
legales.
76
El procedimiento a cargo del trabajador consiste en la intimación que tanto aquél como su sindicato puedan
cursar al empleador requiriéndole la regularización de la relación no registrada o de la que hubiera sido falsamente
consignada.
Si el empleador cumple con la intimación en un plazo de 30 días, queda exento (Indultado) del pago de
indemnizaciones derivadas de la ausencia de registro. En caso contrario, el proyecto dispone que deberá abonar al
trabajador las indemnizaciones previstas en los arts. 8, 9 y 10, que consisten en un porcentaje de las remuneraciones no
registradas. Ello, claro está, en el caso de que el trabajador logre demostrar la verdadera fecha de ingreso o la verdadera
remuneración. En otras palabras, previo litigio judicial.
La debilidad de este procedimiento radica obviamente en el riesgo de despido que implica para el trabajador
denunciante. Debilidad que el proyecto pretende subsanar estipulando que, en caso de despido sin causa justificada
dentro de los dos años posteriores a la intimación, el trabajador se hará acreedor de una indemnización por despido
duplicada. Esto, por supuesto, implica un nuevo juicio para acreditar el carácter injustificado del despido.
Es decir entonces que las funciones de control que corresponden al Ministerio de Trabajo se dejan en manos de
los propios obligados del sistema (los empleadores), o de los que necesitan de tutela y protección (los trabajadores). Pero
mientras para los empleadores se prevé una ventaja concreta, real y efectiva (Indulto laboral y previsional), al trabajador
se le ofrece una expectativa de indemnización agravada, a la cual sólo accederá, en el mejor de los casos, luego de un
litigio judicial. Claro que, en todo caso, luego de perder su puesto de trabajo.
A todo esto, resta preguntarse qué aplicación tendrá el aumento de presupuesto del Ministerio de Trabajo, dado
que aparentemente no se piensa destinarlo a mejorar sus tareas de contralor.
La lectura del proyecto de Ley de Empleo proporciona la respuesta ya que a lo largo de su articulado se crean
innumerables organismos burocráticos.
Así, el Sistema Unico de Registro Laboral (Titulo II, Cap. 2), –que en parte se adelanta en su vigencia con el
Sistema Unico de Seguridad Social implementado por el Decreto de Desregulación–, tendrá a su cargo la concreción de
los registros de empleadores, de afiliaciones previsionales, de subsidios familiares, de obras sociales, de las nuevas
modalidades de contratación flexible y de beneficiarios del fondo de desempleo.
La "Comisión Técnica Tripartita" tendrá por objeto realizar estudios sobre la situación sectorial y posibilidades
de reinserción laboral (art. 97 inc. a).
Se crea un "Banco de Proyectos" tendiente a brindar asistencia técnica para la creación de microemprendimientos
y sistemas cooperativos.
77
Otros organismos son la Red de Servicios de Empleo, los Programas de Estadísticas e Información Laboral, el
Fondo Nacional del Empleo, etcétera.
Se trata de organismos con funciones poco claras, en algunos casos superpuestas, y respecto de cuya efectividad
nos remitimos a los interrogantes ya planteados en el punto anterior.
Podría afirmarse que se trata de una gran escenografía, antes que de una voluntad real de dar respuesta al tema
del desempleo y del trabajo clandestino.
3. Reducción de "Costos Laborables"
Si existe un común denominador que caracteriza a todo el "paquete laboral", es la tendencia a la efectiva
reducción de "costos laborales" a cargo de los empleadores.
El "Indulto Laboral" al que ya hemos aludido, configura una ganancia neta para los evasores crónicos, difíci l de
cuantificar de modo global. En todo caso, el beneficio será mayor cuanto mayor sea la evasión y la deuda.
Esa ventaja se complementa con la reglamentación de las llamadas "modalidades promovidas de contratación"
(Tit. 111, cap. 2). Se trata de los ya famosos contratos flexibles, los cuales, además de tener la ventaja de ser temporales
y carecer de indemnización por despido (o de tener una muy reducida), son premiados con una rebaja en las
contribuciones patronales al sistema previsional y de seguridad social, rebaja que va de un mínimo del 50% hasta un
máximo del 100%.
Otro beneficio importante es el derivado de la obligación de negociar sobre polivalencia y movilidad funcional
(Tit. III, cap. 1, art. 24). Dado que no se prevé la necesaria vinculación de estas figuras con la introducción de nuevas
tecnologías, la incorporación de las mismas podría servir simplemente para cubrir igual cantidad de funciones con
menos cantidad de personal.
Si se vincula esa modalidad de tareas –de clara explotación del trabajador– con la contratación flexible antes
mencionada, el resultado es una sustancial reducción de costos empresarios, con la contrapartida de una reducción de los
niveles de tutela del trabajador, todo ello, sin que se garantice en modo alguno la creación de empleo genuino.
Otro conjunto de normas que apuntan a la reducción de costos es el conformado por el Titulo VII, sobre Salario
Mínimo Vital y Móvil, las pautas de negociación salarial contenidas en el art. 24 y las que emanan del Dec. 1334/91.
El Salario Mínimo Vital y Móvil constituye una garantía constitucional (art. 14 bis Const. Nac.), y según el art.
116 de la L. C.T. se entiende por tal "...la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de
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familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación,
vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y pensión".
Sin embargo el art. 139 del proyecto de Ley de Empleo modifica sutil pero sustancialmente el concepto al
disponer que dicho salario será determinado "...teniendo en cuenta los datos de la situación socioeconómica, los
objetivos del instituto y la razonabilidad de la adecuación entre ambos".
Para comprender acabadamente la idea, es preciso recordar que el proyecto modifica también la composición del
Consejo del Salario, dejando la presidencia del mismo a cargo de quien designe el Ministerio de Trabajo. En caso de que
no se alcance la mayoría de dos tercios, la decisión del Consejo queda a cargo del laudo que deberá emitir precisamente
el Presidente de la entidad.
En otras palabras, "la razonabilidad de la adecuación entre los objetivos del Salario Mínimo y la situación
socioeconómica" se resolverá sin duda a favor de la reducción de costos y en contra del monto del salario.
Pero no es ésta la única batalla que pierde el salario. El art. 24 del Título III, cuando dispone las materias de
negociación obligatoria, establece que la negociación del incremento de los salarios reales deberá efectuarse
vinculándola con la mejora de la productividad y con el aumento de la producción.
Esa norma del proyecto se adelantó en el tiempo mediante el Decreto 1334/91.
Sin perjuicio de los ataques de inconstitucionalidad que estas normas pueden merecer, lo cierto es que tienden a
consolidar y profundizar la ya regresiva pauta distributiva salarial.
Por último, el proyecto reimplanta los topes indemnizatorios del art. 245 de la ley de contrato de trabajo, que
habían sido derogados por el art. 48 de la Ley de Emergencia (Titulo XI del proyecto de ley de empleo).
La modificación afecta igualmente a la Ley 22.248 de Trabajo Agrario, y establece que la base de cálculo de la
indemnización por despido no podrá exceder el equivalente de tres veces el importe mensual promedio de todas las
remuneraciones del convenio colectivo aplicable, excluida la antigüedad y la incidencia de las horas extraordinarias.
Esta reforma se vincula con el proyecto de ley de accidentes de trabajo, que también integra el "paquete laboral".
El tránsito por la Cámara de Diputados dio como resultado la derogación de algunas normas del proyecto original, que
por su regresividad hubieran sido difíciles de sostener. Pero se mantuvo la esencia del proyecto en lo que hace a la
reducción de costos.
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En efecto, se apeló por un lado a un ardid publicitario, llevando el tope máximo a la suma de U$S 55.000. Pero
por otra parte se modificó la base de cálculo de la indemnización, provocando una reducción sustancial del coeficiente
que pondera la edad d el trabajador accidentado.
Según la legislación vigente, la indemnización en caso de muerte o incapacidad absoluta se calcula multiplicando
el salario diario por 1.000, y el resultado se multiplica por un coeficiente que se obtiene dividiendo 100 por la edad del
trabajador accidentado. Si la incapacidad fuera parcial, se utiliza el mismo sistema pero calculando el monto
correspondiente al porcentaje de incapacidad de que se trate.
La reforma dispone que el coeficiente mencionado se obtendrá dividiendo 65 por la edad del accidentado, dando
por resultado una merma sustancial de aquél.
De esta forma, con un coeficiente mucho menor, y con los salarios vigentes, el tope de U$S 55.000 será
prácticamente inalcanzable. Pero cumple una función publicitaria importante, si se tiene en cuenta que el proyecto
original establecía un tope de A 200.000.000.
4. Modificaciones al Sistema de Relaciones Laborales. Incidencia del Decreto de Desregulación
El proyecto de ley de empleo no introduce de forma directa modificaciones importantes en las relaciones
colectivas de trabajo. En todo caso, sólo apunta a consolidar el sistema unilateral y autoritario vigente, en tanto impone
materias de negociación obligatoria, pero no establece legalmente el derecho de información y consulta, y tampoco
favorece ningún control efectivo del sindicato sobre los libros y la documentación del empleador. En este sentido, el
control para los casos de contrataciones flexibles previstos en el art. 33 es absolutamente irrisorio, en tanto reitera las
pautas de la Ley 23.551 pero con la incidencia del Decreto 467/88. O sea que se condena al representante sindical al rol
de simple veedor de las inspecciones del Ministerio.
De modo indirecto, en cambio, es evidente –que el proyecto atenta contra la unidad del movimiento sindical, por
cuanto la segmentación y fragmentación laboral que es dable esperar a partir de la contratación flexible, tendrá sin duda
su contrapartida en merma de afiliaciones, pérdida de representatividad y de convocatoria, etcétera.
Esa tendencia se afirma claramente a través del Dec. 1334/91 y del capítulo sobre Negociación Colectiva
contenido en el Decreto de Desregulación.
En el primer caso, por cuanto la negociación salarial por productividad es de difícil implementación en los
niveles de rama de actividad, promoviéndose así la negociación por empresa.
Pero además, y por las dudas, el decreto de desregulación afirma la tendencia al autorizar que cualquiera de las
partes individualmente peticione la modificación del nivel de negociación vigente en el convenio a renegociar.
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Esta norma, al igual que el Sistema Único de la Seguridad Social, no son más que adelantos por decreto de otras
que están contenidas en el proyecto de ley de empleo, o que se prevé que sean materia de proyectos del Ejecutivo, como
en el caso de la Ley Sindical y la Ley de Negociación Colectiva.
Conclusiones
El análisis de las normas que componen el "paquete laboral" permite afirmar que los instrumentos a los que apela
el PEN no se compadecen con los objetivos pregonados por el discurso oficial y se contradicen incluso con los
contenidos en el art. 2º de la Ley de Empleo.
Lejos de combatir el desempleo, la marginalidad y el fraude, las normas analizadas servirán en cambio para
legitimar aquellos fenómenos que se han instalado de hecho en el espectro social.
Los objetivos políticos de esta reforma aparecen así directamente vinculados con el modelo de acumulación
impuesto para la Argentina y que comenzara a configurarse de 1976 en adelante. No es casual que, si se investiga el
desarrollo de la legislación laboral desde aquel momento hasta la actualidad, surge una clara continuidad en la estrategia
de los sectores dominantes tendiente a legalizar, o al menos dejar impune, la violación sistemática del derecho laboral.
De allí que puede sostenerse que esta política no apunta a la búsqueda del bien común como se arguye sino al de un
sector en particular.
En suma, este paquete flexibilizador viene a legitimar por medio de la ley la precariedad del empleo que supo
imponer, en los hechos, el poder patronal contando con la complicidad estatal y frente al debilitamiento, en algunos
casos, y a la connivencia, en otros, del sector sindical.
En este marco, y a partir de reconocer la complejidad y la gravedad que esta realidad plantea, creemos que el
propio movimiento obrero debe asumir un desafío que no es menor y que implica el necesario impulso de un proceso
que ponga en discusión además de su rol e identidad, el modelo sindical para la etapa y una batería de propuestas propias
que permitan, al menos, comenzar a debatir los ejes de acumulación política que la defensa de los sectores populares
requiere.