Infancia no es igual a tecnología

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Infancia no es igual a tecnología OPINIÓN | POR: JACQUELINE MARTÍNEZ03 OCT. 2014 La infancia no solo dura menos sino que hay mucha competencia. Los juegos, las nuevas tecnologías… a los niños se les va el tiempo entre el teléfono los mensajes y los nuevos juegos electrónicos. Miliki Hemos iniciado el mes donde celebramos a la niñez salvadoreña. Donde les recordamos lo importante que son para nuestra sociedad y les enfatizamos que son ellos el futuro de nuestra patria (cuando en realidad son nuestro presente). Hablar de la niñez actual se vuelve un poco complejo. Hay cosas que han cambiado a favor de nuestros niños y niñas; otras cuantas se mantienen igual que hace un par de décadas. Lo cierto es que el entorno en el que se desarrollan ya no es el mismo y la tecnología tiene mucho que ver en esto. Al recordar la infancia que yo y muchos de mis amigos vivimos, me di cuenta de las marcadas diferencias que existen al ser comparada con la actual. Realmente es frustrante ver cómo las costumbres, los juegos, las risas y la convivencia con otros niños poco a poco han desaparecido. Tener un celular de última gama, saber usar una tableta con juegos interactivos, pasar horas viendo caricaturas y otras más jugando en un “play” portátil, es lo que demanda el tiempo de nuestros pequeños. Correr tras tu amigo para ponerle la “mica” o arrancar cebollas se han vuelto parte de la historia.

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Infancia no es igual a tecnología OPINIÓN | POR: JACQUELINE MARTÍNEZ03 OCT. 2014

La infancia no solo dura menos sino que hay mucha competencia. Los juegos, las nuevas

tecnologías… a los niños se les va el tiempo entre el teléfono los mensajes y los nuevos

juegos electrónicos.

Miliki

Hemos iniciado el mes donde celebramos a la niñez salvadoreña. Donde les recordamos

lo importante que son para nuestra sociedad y les enfatizamos que son ellos el futuro de

nuestra patria (cuando en realidad son nuestro presente).

Hablar de la niñez actual se vuelve un poco complejo. Hay cosas que han cambiado a

favor de nuestros niños y niñas; otras cuantas se mantienen igual que hace un par de

décadas. Lo cierto es que el entorno en el que se desarrollan ya no es el mismo y la

tecnología tiene mucho que ver en esto.

Al recordar la infancia que yo y muchos de mis amigos vivimos, me di cuenta de las

marcadas diferencias que existen al ser comparada con la actual. Realmente es frustrante

ver cómo las costumbres, los juegos, las risas y la convivencia con otros niños poco a

poco han desaparecido. Tener un celular de última gama, saber usar una tableta con

juegos interactivos, pasar horas viendo caricaturas y otras más jugando en un “play”

portátil, es lo que demanda el tiempo de nuestros pequeños. Correr tras tu amigo para

ponerle la “mica” o arrancar cebollas se han vuelto parte de la historia.

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No crítico que los infantes desarrollen las habilidades para utilizar la tecnología (que en

nuestros tiempos nos facilita la vida). Sin embargo, considero que muchos padres cometen

el error de poner a temprana edad en sus manos accesorios que no sirven nada más que

para robar su infancia. Los niños son quienes le dan color a la vida. Escuchar sus risas,

ver su alegría y conocer su inocencia, es lo que nos permite desconectarnos de nuestro

estrés diario y recordar nuestros tiempos felices libres de preocupaciones.

Es momento de que los padres reflexionen y entiendan que los niños deben correr, reír,

saltar, jugar con sus amiguitos; salir al parque, correr tras un perro, tras una pelota, jugar

en los columpios, divertirse en los toboganes y convivir con la naturaleza. Ellos tienen

derecho al sano esparcimiento, no a pasar horas frente a la televisión solo porque sus

padres no tienen tiempo para compartir con ellos; o sentarse frente a un monitor a

conversar con gente desconocida, que finge interés. Tampoco tienen que pegar sus dedos

a un mega celular durante todo el día.

Ejemplos como los anteriores se vuelven comunes en muchos hogares. Niños de 8 años

conectados a Facebook, cuando debería andar jugando fútbol o al escondelero. Pero

lastimosamente los tiempos han cambiado. La tecnología vuelve a los infantes insensibles

y poco ayuda a promover los valores (o al menos en el país no la usamos para eso). Por el

contrario, se vuelven retraídos, introvertidos, antisociales, prefieren los “chat” en lugar de

las amenas conversaciones en un parque o un café.

Ahora pensemos, estos pequeños serán padres en un futuro. Preguntémonos ¿qué podrán

enseñarles a sus hijos, si cuando sean adultos no despegarán sus pulgares de su

smartphone? Los que pertenecemos a la década de los 90´s tuvimos (algunos aún los

tenemos) padres que nos enseñaron a divertirnos sanamente, desarrollando habilidades

motrices y sobre todo compartiendo con otros niños de nuestra edad. Jugando jack,

bailando trompos, elevando piscuchas, saltando la cuerda, entre muchos juegos más.

¿Las próximas generaciones qué aprenderán?

La respuesta ya la conocemos. Ahora está en nuestras manos y es nuestra

responsabilidad devolverles la infancia, enseñarles a divertirse como niños que son y se

vale olvidar los años y acompañarlos a jugar, regalándoles un poco del tiempo que

necesitan y demostrándoles el interés que se merecen.