Inclusion Socioeducativa Adoles.y Jovenes

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El presente trabajo pretende interrogar el rol de los psicopedagogos u otros profesionales que integran los equipos técnicos y que acompañan las trayectorias educativas de jóvenes con discapacidad. Propone trabajo de mediación entre éstos y los programas laborales que se diseñan desde las políticas públicas, para crear espacios sociales de inclusión de los jóvenes, con centralidad en el trabajo.Toma aportes teóricos de la sociología, temática jóvenes y trabajo, y de la Psicología de la Orientación.

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DEPARTAMENTO DE PSICOPEDAGOGIAUNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUECENTRO UNIVERSITARIO REGIONAL ZONA ATLNTICA

IV JORNADAS DE PSICOPEDAGOGIA DEL COMAHUE: El campo psicopedaggico hoy. Escenarios, sujetos y prcticasTtulo: Inclusin socioeducativa de adolescentes y jvenes Nuevas identidades?

Eje 1: Prcticas Profesionales Psicopedaggicas en mbitos: jurdicos, escolares, socio-comunitarios, de salud y de polticas pblicas en los tiempos actuales.

Autores: Amado, Mnica. Centro Universitario Regional Zona Atlntica. Universidad Nacional del [email protected], Ro Negro.

La insercin de los jvenes ms desfavorecidos es hoy inseparable de la gnesis de la exclusin social (Jacinto; 2004).La primera dificultad no es la de resolver un problema sino algo ms elemental y difcil: cmo plantearlo correctamente desde un punto de vista cognitivo y tico. (Marcelo N. Viar: 2013:123)El presente trabajo pretende instalar algunos interrogantes en torno a la bsqueda de oportunidades de inclusin socioeducativa de los adolescentes y jvenes; el rol que desde la Extensin podra jugar la Universidad como mediadora entre polticas, prcticas, instituciones y sujetos, facilitando el acceso a recursos materiales y simblicos.Existe una franja de jvenes entre los 18 y 22 aos que podran ser sujetos de experiencias de aprendizajes laborales al interior de nuevos dispositivos de acompaamiento para la inclusin laboral. Las Escuelas de Formacin Cooperativa y Laboral, las Escuelas de Oficio, podran instituirse como facilitadoras en esta transicin educacin-trabajo. A las dificultades de estos jvenes, muchos de ellos estigmatizados con otras variables como discapacidad intelectual retardo mental leve se suman otras desventajas: pobreza, baja calidad educativa, condiciones materiales de precariedad, habitantes de viviendas emplazadas en barrios marginales de la ciudad, muchas de ellas sobre terrenos de apropiacin ilegal, con servicios de salud deficientes o prcticamente inaccesibles para ellos. Sujetos situados en una constelacin de desventajas (Jacinto; 2009).

Como profesionales psi en el desarrollo deprcticas socioeducativas, solemos abrigar ciertas sospechas hacia la efectividad de dispositivos polticos diseados desde la macroestructura de una realidad social. Nos inclinamos ms hacia aquellas configuraciones de apoyo que diseamos o modelamos a la manera de artesanos estrechandolazos de relacin entre el sujeto de aprendizaje, nosotros como agentes educativos y el objeto en cuestin.Si esas configuraciones se enmarcan en organizaciones educativas (como las escuelas laborales, las escuelas de oficios) solemos descansar en los recursos ya institudos, existentes, en modos de gestin ya conocidos y consolidados. La realidad actual y la experiencia nos muestra que los recursos materiales para que los adolescentes y jvenes transiten experiencias de aprendizajes laborales en la comunidad (desde el modelo de pasantas) nunca resultan suficientes, o son inexistentes y quedan librados a la voluntad de los sujetos que sostienen dichas propuestas.Quienes hemos trabajado en escuelas laborales sabemos del peregrinar por comercios, empresas, talleres de la comunidad para obtener un espacio de aprendizaje laboral que abra posibilidades a nuestros jvenes, de transitar un tramo de formacin en el oficio elegido, habilitando nuevos saberes y competencias. Es esta una funcin que les compete a los tcnicos, psicopedagogos y asistentes sociales.La actual legislacin de pasantas no contempla la posibilidad de que los aprendices de un oficio reciban alguna prestacin o retribucin econmica mientras desarrollan sus prcticas bajo la tutela de la escuela, lo que exige el cuidado de inclinar la balanza hacia el inters en el aprendizaje por sobre los resultados en trminos de produccin material. Un cuidado que dispensa la escuela mediada por sus agentes, en una suerte de proteccin de los derechos del alumno. Con lo cual, las posibilidades de inclusin en prcticas laborales, desde la otra orilla (mercado laboral) se restringen mucho ms.Por otro lado, existen una serie de programas destinados a la inclusin de jvenes en el empleo como tambin para incentivar la terminalidad educativa. Programas que no se conocen sin un trabajo de pesquisa de quienes se muestran abiertos a la bsqueda de recursos que puedan promover nuevas condiciones para los fines que fundan las instituciones educativas. As por ejemplo, el Programa Promover la Igualdad est destinado a jvenes entre los 18 y 22 aos que podran ser beneficiarios de nuevos dispositivos de acompaamiento entre educacin y trabajo para su insercin laboral, para los cuales, las EFC yL y las Escuelas de Oficio de la Provincia podran instituirse como mediadoras en la transicin educacin-trabajo. Las primeras cuentan con equipos tcnicos conformados por asistentes sociales y psicopedagogos cuyo perfil profesional es pertinente para la funcin de articulacin y acompaamiento en contextos de aprendizajes laborales-comunitarios[endnoteRef:2]. [2: No se ha concretado antes por desconocimiento de los agentes, pero sera una realidad que entusiasmara a muchas de ellas, por el impacto observado en la escuela de Viedma al hacerse de esta informacin. ]

Si bien estos programas han sido anunciados desde fines de 2011, a la fecha, al menos en nuestra provincia, no se constata un aprovechamiento del mismo en beneficio de los jvenes. Nos asustara ver las estadsticas en nuestra provincia. En octubre de 2014, la indagacin en el medio mostraba que en Viedma se presentaban slo tres personas beneficiarias del mismo, y en la provincia, no llegaban a veinte.

Sntesis de datos suministrados por las fuentes consultadas. 1.- Postulantes actuales al Programa PROMOVER LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA EL EMPLEO en Ro Negro.Estado

MunicipioBENEFICIARIOPOSTULANTETotal general

CIPOLLETTI 15 15

SAN CARLOS DE BARILOCHE 8 8

Total general 23 23

Beneficiarios actuales en la localidad de Viedma: 3 (tres) personas[endnoteRef:3]. [3: Datos suministrados por la Oficina de Empleos del Ministerio de Trabajo Nacional. Octubre 2014.]

Podemos hipotetizar en torno a las razones por las cuales estos beneficios no llegan a sus potenciales destinatarios:1. Las condiciones de admisin resultan tan difciles de cumplir para quienes aspiran a ellos?2. Quines deben difundir estos programas no lo hacen? 3. Se espera que espontnemente aparezcan las personas interesadas en los mismos?Quines deberan gestionar estos programas para que lleguen a los jvenes?Una indagacin activa en este sentido, me permiti recoger que es rbita de cada municipio, mediante su oficina de empleos, efectivizar el cumplimiento de programas que disea el Ministerio de Trabajo. Este ltimo objeta que los municipios no se muestran muy interesados en desplegarlos porque insumen recursos humanos para la atencin burocrtica que muchas veces no se tiene. Con o sin razones explcitas, queda al descubierto la escasa o nula articulacin de polticas pblicas con las instituciones y organizaciones para incluir a los sujetos, al menos, en el dominio local y regional. Si se espera que sean las propias personas con discapacidad las que lleguen por s solas a demandar su inclusin en los programas, y si ello no sucede, tampoco hay estructuras de apoyo que se configuren para el acceso a los mismos. Con lo cual, el propsito que orient su diseo no se est cumpliendo. Y qu hacemos desde las instituciones? Solemos prolongar un estado de queja por falta de recursos. Esperando que stos nos lleguen directamente al entorno de trabajo cotidiano, a la escuela. Se supone que las instituciones persisten en su existencia para hacer efectivas ciertas necesidades sociales de los sujetos. Por otra parte, el estado necesita de sus instituciones para efectivar las polticas que disea para incluir socialmente a los sujetos. Entre estado, instituciones y sujetos, algo queda desanudado, desarticulado, desenlazado. Algo que los agentes educativos podemos llegar a hilvanar, a anudar, si nos movilizan autnticos intereses de inclusin social. Conocemos de estudios que advierten acerca de cmo afecta la autoestima y autopercepcin de los adolescentes y jvenes, el haber transitado su escolaridad por escuelas especiales. Los estudiantes terminan aceptando un lugar subordinado en relacin a otros en el sistema escolar (Tosoni; 2005)[endnoteRef:4]. Pero, vivir experiencias de realizacin personal a travs del trabajo, puede contribuir a modificar las mismas y a favorecer el desarrollo de expectativas de inclusin social a travs del trabajo. [4: Investigaciones llevadas a cabo con estudiantes de escuelas especiales muestran que la autopercepcin de los nios y jvenes acerca de sus aprendizajes en la escuela especial contribuyen a que se reconozcan como desiguales en relacin a su inteligencia y acepten un lugar subordinado en el sistema escolar (Tosoni, Mara Magdalena y otros, 2005).]

El momento de transformacin que estn viviendo las EFC yL podra resultar propicio para introducir lneas de accin orientadas a la transicin entre educacin y trabajo, diseando tutoras y acompaamiento a jvenes con discapacidad, mediante el aprovechamiento de programas especficos existentes en la actualidad. Si estas instituciones han podido contener a adolescentes y jvenes en condiciones de vulnerabilidad, es por la existencia de rasgos o caracteres de fuerte afiliacin de los sujetos. Podran entonces, generar un impacto distinto en la subjetividades si potencian los rasgos de filiacin con otros que surjan de un anlisis actualizado de necesidades regionales y locales. Lo que abre el interrogante de, si es posible repensar estas instituciones, resignificarlas en su historia, ya no como instituciones especiales, estalladas, de reclutamiento o encierro como las mostraban los enfoques estructuralistas y crticos, sino como potenciales proveedoras de nuevos soportes colectivos, capaces de contribuir a la individualizacin de los sujetos y al desarrollo de sus propias estrategias (Jacinto, 2009). Para lo cual se debe trabajar en favor de un cambio en las representaciones sociales acerca de estas instituciones especiales, resignificando la concepcin de discapacidad no como un dficit de los individuos sino como problema social y poltico.El lugar de las instituciones tanto en la configuracin de las subjetividades como en la construccin de hbitus no puede definirse a priori () esos procesos dependen no tanto del tipo de institucin sino de cada institucin en concreto y de la medida y la forma en que se despliega como espacio de inclusin, de reproduccin o de participacin social (Jacinto; 2009:76).En los procesos de insercin juega el contexto como condicionante, pero en tanto proceso social tambin es construido por las polticas y programas orientadas a la insercin, por los propios jvenes y por las instituciones y organizaciones que son mediadoras en esa relacin entre educacin y trabajo (Jacinto; 2009:76).El desafo es construir contextos de aprendizaje y de enseanza renovados para las nuevas generaciones, donde sea posible hacer lugar a la conformacin de nuevas identidades.

Qu podra hacer la universidad, al respecto? Desde la Universidad, en un proyecto de extensin actual destinado al abordaje de adolescentes y jvenes de los Barrios Lavalle, Mi Bandera y 30 de Marzo, en situacin encontramos que se trata casi de la misma poblacin. Desde proyectos de extensin[endnoteRef:5], la universidad podra contribuir en la apertura de prcticas y reflexiones con los estudiantes avanzados, con los jvenes, potenciales destinatarios de estos programas, con sus docentes en las escuelas, con agentes comunitarios. Contribuyendo en la configuracin de apoyos personalizados y tambin grupales, para que los jvenes se inserten en experiencias de formacin. [5: Desde el Proyecto de Extensin Integrarte: Abordaje participativo de las necesidades integrales de padres y madres adolescentes en los barrios Lavalle, Mi bandera y 30 de marzo de Viedma desde la interdisciplinariedad, estamos pensando en implementar acciones de acompaamiento a jvenes en situacin de vulnerabilidad, a travs de la Red del Barrio, de la cual participamos. ]

No nos propondramos pensar a partir de programas existentes, en la captura de potenciales destinatarios, sino a la inversa: compenetrados en la experiencia colectiva y singular de construir nuevas oportunidades para los adolescentes y jvenes, se trata de emprender la bsqueda de recursos que podran contribuir a estos propsitos, recursos materiales que se resignifican como ayudas cuando la mediacin humana, educativa, amorosa, y transforma esas experiencias en su riqueza simblica. Una relacin que se configura en el educar-nos.BIBLIOGRAFIA:JACINTO, Claudia y MILLENAAR, Vernica (2009). Enfoques de Programas para la Inclusin Laboral de los jvenes pobres: lo institucional como soporte subjetivo. http:// www.researchgate.net...ation/40424094_ENFOQUES JACINTO, Claudia y otros. (2004). Jvenes, precariedades y sentidos del trabajo. 7 Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. Disponible en http// www.aset.org.ar/congresos/7congreso.htmVIAR, Marcelo N. (2013). Mundos Adolescentes y Vrtigo Civilizatorio. Noveduc. Bs. As. TOSONI, Mara Magdalena: Las clasificaciones escolares y la conformacin de subjetividades en las escuelas de educacin especial. Disponible en: www.feeye.uncu.edu.ar 20% Tosoni/20 M/ 20% FEEyE.pdf