Inah correo culturas 82

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Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucrist de las Culturas del Mundo CORREO Vol. IX, número 82, 1º de abril de 2011 Centro de Estudios sobre la Diversidad Cultural En este número: • Peligra el patrimonio cultural de Libia • La experiencia cotidiana de la poesía en Irán • Ciclo Grandes Maestros.UNAM • Las Obras Completas de Jenofonte a la Biblioteca de Museos • La Atlántida podría estar en España • EU premia trabajo de doctora del INAH • Lectores del Correo en el mundo • El noroeste argentino como región cultural • India en el corazón • La verdad del mito • Alfredo López Austin, doble premiación a sus 75 años Leptis Magna, Libia

Transcript of Inah correo culturas 82

Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucrist

d e l a s C u l t u r a s d e l M u n d o

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Vol. IX, número 82, 1º de abril de 2011 Centro de Estudios sobre la Diversidad Cultural

En este número:

• Peligra el patrimonio cultural de Libia• La experiencia cotidiana de la poesía en Irán• Ciclo Grandes Maestros.UNAM

• Las Obras Completas de Jenofonte a la Biblioteca de Museos• La Atlántida podría estar en España• EU premia trabajo de doctora del INAH• Lectores del Correo en el mundo• El noroeste argentino como región cultural• India en el corazón• La verdad del mito• Alfredo López Austin, doble premiación a sus 75 años

Leptis Magna, Libia

Correo de las Culturas del Mundo

DirectorLeonel Durán Solís

Editor en jefeMariano Flores Castro

Consejo editorialLourdes Arizpe

Luis BarjauRaffaela Cedraschi

José FierrosMariano Flores Castro

Alejandra Gómez ColoradoLinda Manzanilla

Carlos Montemayor †Salomón NahmadGerardo P. Taber

Benjamín Preciado (Colmex)Juan José Ramírez Bonilla (Colmex)

Silvia SeligsonRodolfo Stavenhagen (Colmex)

“Levantemos la mirada fuera de las fronteras de México para captar y analizar los nuevos desafíos que enfrentamos en la era de la globalización”.

Lourdes Arizpe

“ […] el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio a los intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública.”

“La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana.”

Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural

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En peligro, patrimonio cultural de Libia

(DPA).- La grave situación que se vive en Libia pone en peligro el patrimonio

cultural del país, aunque hasta el momento no se haya informado de saqueos

o destrozos. El Estado africano cuenta con cinco “joyas” declaradas patrimonio

cultural de la humanidad por la UNESCO que podrían verse amenazadas. Son

las siguientes:

Patrimonio

Leptis Magna

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

LAS RUINAS DE LEPTIS MAGNA (desde 1982):

La ciudad portuaria que perteneció a los romanos desde el año 46 a.C.

fue, después de Roma y Cartago, la tercera metrópolis del imperio. En su

etapa dorada, entre los años 120 y 220, varios emperadores construyeron

imponentes edificios.

Tras ser destrozada por los conquistadores árabes en el año 642, la ciudad

–120 kilómetros al este de Trípoli– desapareció entre la arena del desierto.

A partir de 1920, los arqueólogos sacaron a la luz las ruinas romanas mejor

conservadas fuera de Italia. Hoy puede verse un anfiteatro para 16,000

espectadores, una imponente columnata, termas, templos y viviendas.

LAS RUINAS DE SABRATHA (desde 1982):

En los siglos 2 y 3 d.C. se desarrolló una floreciente ciudad romana a partir

de un puerto fenicio mediterráneo situado al final de una importante ruta

comercial. Situada 70 kilómetros al oeste de Trípoli, las bien conservadas

ruinas de un teatro con 500 plazas, un forum rodeado de columnas y varios

templos e iglesias precristianas dan una imagen de su antiguo explendor.

LAS RUINAS DE CIRENE (desde 1982):

Cirene fue una ciudad griega fundada en el

año 631 a.C. en la colonia Cirenaica, en el

noreste de Libia. Algunos de sus imponentes

templos se han mantenido hasta hoy. A partir del

año 96 a.C. los romanos construyeron también

magníficos edificios. Asimismo, forma parte del

sitio arqueológico declarado patrimonio una

basílica con delicados mosaicos.

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SITIO RUPESTRE DE TADRART ACACUS (desde 1985):

Las pinturas más antiguas de esta región desértica, situadas cerca de la

frontera con Argelia, tienen 14,000 años. A esos dibujos, realizados en el

entonces territorio fértil, se añadieron nuevos tipos de animales a lo largo de

los siglos. Si primero hombres con arco y flechas cazaban búfalos, antílopes o

elefantes, luego se sumaron pastores con vacas, ovejas o caballos.

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

LA CIUDAD VIEJA DE GHADAMES (desde 1999):

La “perla del desierto” o “joya del Sahara, cerca de la frontera entre Libia,

Túnez y Argelia, es desde la antigüedad un centro comercial en la encrucijada

de varias rutas. Hoy este oasis es un impresionante ejemplo de la arquitectura

tradicional del Sáhara. En la ciudad, rodeada de altas murallas, se levantan

construcciones de barro encaladas con varios pisos y azoteas entre los

sombríos y estrechos callejones.

Fuentes: Dpa / http://elsiglo.com.ve/Editado por el Correo

www.liberty-international.org/libya

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En un intento por mostrar una cara que poco se conoce de Irán, un grupo de

mexicanas está llevando a cabo un proyecto de investigación sobre el importante

papel de la poesía en la vida cotidiana de los iraníes. El proyecto es financiado por

el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en la modalidad de proyectos

de co-inversión junto con el Museo Nacional de las Culturas (INAH), y tiene como

objetivo final el montaje de una exposición itinerante que comenzará en la ciudad de

México el próximo noviembre de 2011.

Durante la estancia en Irán, las integrantes del equipo (Alejandra Gómez, Irais

Barreto y Ana Landgrave) recopilaron material audiovisual y realizaron entrevistas

en un afán por luchar contra la desinformación y promover el entendimiento

entre culturas.

Contrario a lo que suele mostrarse en los medios masivos de información, este

proyecto busca resaltar la pasión de los iraníes por su lengua y literatura y mostrar

cómo ésta se ha incorporado a las actividades cotidianas tanto personales como

colectivas. No es difícil encontrar en las mesas de los cafés libros de poesía que

esperan a ser leídos, ver a parejas o a grupos de amigos reunirse a leer poesía en

torno al mausoleo de alguno de los poetas clásicos o bien consultar al oráculo de

Hafez (poeta del siglo XIV) ya sea seleccionando un verso por medio del pico de un

pájaro, leyendo las líneas sobre las que primero se posó la vista al abrir al azar el

libro, o bien extrayendo un pequeño trozo de papel a cambio de unas monedas en

las calles de Teherán o Shiraz.

La exposición buscará acercar a los mexicanos a una cultura milenaria que ha

contribuido enormemente a las letras universales.

La experiencia cotidiana de la poesía en Irán

Poesía

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.1. Realizando entrevista en el Mausoleo del poeta

Attar, Nishapur.

2. Equipo de trabajo: Irais Barreto, Ebrahim

Khadem Bayat, Alejandra Gómez, en las puerta del

caravansarai de Nishapur.

3. Visitantes al mausoleo del poeta Sa‘adi, Shiraz.

Foto 1

Foto 2

Foto 3

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Ciclo GRANDES MAESTROS.UNAM

Con el objetivo de poner al alcance de nuevos públicos lo mejor

de la producción académica y de investigación que se realiza en

la Universidad Nacional Autónoma de México, la Coordinación

de Difusión Cultural presenta el ciclo Grandes Maestros.UNAM.

Se trata de una serie de cursos de alto perfil e interés general,

abiertos a la comunidad académica y público en general, que

cubrirán las distintas áreas del conocimiento y serán impartidos

por algunos de los más destacados maestros de nuestra máxima

casa de estudios.

Bajo el título de Conjura y degollación de los hermanos

Ávila en la Nueva España del siglo XVI. Entre la verdad

histórica y la ficción literaria, este curso será impartido por

el doctor José Pascual Buxó los días 4, 6, 8, 11 y 13 de abril

de las 11:00 a las 13:30 horas en la Sala Carlos Chávez del

Centro Cultural Universitario.

Seguirá el curso Historia de la escritura de la historia en

México, a cargo del Dr. Álvaro Matute, tendrá lugar del 26 al

30 de abril, de 12:00 a 14:00 horas en el Museo Universitario

Arte Contemporáneo y será inaugurado por el maestro Sealtiel

Alatriste, Coordinador de Difusión Cultural. Los temas a tratar

son: “La historia de la tradición indígena”, “De la Conquista

a la Ilustración”, “El siglo de la Historia en México”, “La

profesionalización del trabajo histórico” y, por último, “Rumbos

y tendencias actuales”.

Cursos

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

La amplia difusión dada al programa y el interés por el

tema y el ponente, generaron una respuesta inmediata a la

convocatoria, por lo que muy pronto se agotó el cupo. La

composición del público inscrito a este primer curso es variada

en edad y profesión, pero la procedencia es en su mayoría de

alguna institución incorporada o relacionada directamente

con la UNAM.

La agenda de la serie Grandes Maestros. UNAM para los

próximos meses ofrecerá un curso a cargo de la doctora

Margo Glantz sobre la vida y obra de la escritora española

María de Zayas, pensadora feminista del Siglo de Oro. El curso

tendrá lugar del 21al 25 de junio en el MUAC.

A finales del mes de agosto el doctor Vicente Quirarte

impartirá el curso “Vergüenza de los héroes. Realidad y

mitología del panteón nacional”, un análisis acerca de la

metáfora del héroe y su lectura a través de la historia.

El contenido del programa Grandes Maestros. UNAM

será grabado y, posteriormente, puesto en línea en formato

sonoro para que un público más amplio pueda descargarlo

y escucharlo desde el sitio Descarga Cultura.UNAM (www.

descargacultura.unam.mx).

Fuente: www.cultura.unam.mx

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El Ministerio de Cultura [España] ha incorporado

a la Biblioteca Virtual de Museos un ejemplar

de 1516 de las Obras Completas de Jenofonte

con comentarios manuscritos de El Greco, que

se conserva en la Biblioteca del Museo del Greco

de Toledo. El libro, de 402 páginas, perteneció a

Antonio de Covarrubias, profesor de la Universidad

de Salamanca, amigo del pintor y eminente helenista.

En la Biblioteca Virtual de Museos participan

actualmente los museos de América, Greco, Traje,

Nacional del Romanticismo, Sefardí y Nacional

del Teatro, habiéndose digitalizado hasta la fecha

204,922 páginas de 1,667 registros bibliográficos.

Todas estas instituciones tienen en común el hecho ser miembros de la Red de

Bibliotecas de Museos BIMUS. Entre los registros digitalizados se encuentran el

Thesaurus linguae sanctae de David Kimhi del Museo Sefardí; los 21 Libros rituales

y Monarchia Indiana por Fray Juan de Torquemada del Museo de América o los

Álbumes del siglo XIX del Museo Nacional del Romanticismo.

Actualmente se está trabajando en la digitalización de un segundo bloque de

fondos bibliográficos del Museo Sefardí y se prevé incorporar nuevos registros

de otras bibliotecas de museos de titularidad estatal.

Se incorporan las Obras Completas de Jenofonte a la Biblioteca de Museos

Libros

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

Ficha técnica

Autor: Jenofonte

Título: Haec in hoc libro continentur,

Xenophontis Cyri pedias, libri VIII ;

eiusdem Anabaseos, libri VII ; eiusdem

Apomnemoneumaton, libri IIII ; eiusdem

Uenatoria ; eiusdem De re equestri ; eiusdem

De equis alendis ; eiusdem Lacedaemonum

resp.; eiusdem Athenensium resp. ; eiusdem

Oeconomica ; eiusdem Hieron. ; eiusdem

Symposium ; eiusdem De Graecorum gestis,

libri VII.

Editorial: Impressum Florentiae : in aedibus

Philippi iuntae ..., 1516

Descripción física: [396] p. ; Fol.

Notas: Texto en griego y preliminares en

latín. Precede al título el mismo en caracteres

griegos. El pie de imprenta consta en colofón.

Marca tip. en &6 v. Sign.: []2, a-s8, a6, t-z8, &6

Autores: Giunta, Filippo

Lugar: Florencia, Italia

Localización: Museo de El Greco, sala 099, JEN. - Ex

libris manuscrito de Doménikos Theotokópoulos, El Greco.

-Anotaciones manuscritas por toda la obra de Doménikos

Theotokópoulos, El Greco.

Fuente: www.hoyesarte.com

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La Atlántida, el paraíso perdido que describió el filósofo

griego Platón y que supuestamente desapareció tras un

gran tsunami, podría estar en España, según una investigación

que comenzó hace cinco años con unas fotos satelitales.

Los textos de Platón sitúan la Atlántida frente a las Columnas

de Hércules, lugar atribuido al estrecho de Gibraltar que

señalaba el límite del mundo conocido, y la describen como una isla

más grande que Libia y Asia juntas.

Durante años, científicos y aficionados a la arqueología han reclamado

haber encontrado la Atlántida, uno de los más recientes fue un

ingeniero aeronáutico del Reino Unido Bernie Bamford, quien en 2009

dijo haberla encontrado utilizando el buscador Google Ocean, parte de

Google Earth y que resultó ser un mapa del suelo oceánico.

La Atlántida, la isla perdida de Platón, podría estar en España

Ideas

15

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

Sin embargo, después de dos años de investigación, un equipo

internacional en el que participó el profesor Richard Freund, de la

Universidad estadounidense de Hartford (Connecticut), cree que ha

localizado la isla perdida en el parque nacional de Doñana, en la

provincia de Cádiz, sur de España, según contó recientemente a Efe.

“Hemos descubierto un patrón geológico que no suele encontrarse

en la naturaleza”, aseguró Freund, quien explicó que la estructura y la

disposición de las grandes rocas detectadas demuestra que ha habido

intervención del hombre y podrían ser los restos de la antigua isla.

La investigación, que cuenta con el apoyo de National Geographic, ha

sido seguida por el canal especializado en ciencia, que ha recreado el

descubrimiento en un documental que se difundió en Estados Unidos

el 15 de marzo a las (24.00 GMT) y que llegará a otros países en junio.

Según contó Freund, en 2003 un equipo de científicos alemanes,

dirigidos por Werner Wickboldt, descubrió en unas imágenes

satelitales del mar Mediterráneo unas estructuras rectangulares y

varios anillos concéntricos que coinciden con las descripciones de la

isla del filósofo griego.

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Entre las imágenes llamó la atención una de la marisma de Hinojos

en la que destacan dos estructuras rectangulares y los restos de varios

anillos concéntricos que las habrían rodeado, tal y como indicó el

filósofo griego en sus escritos “Timeo” y “Critias”.

Usando la descripción de Platón como guía y las fotografías satélite

de lo que parece que es una ciudad sumergida justo al norte de Cádiz,

Freund y el equipo internacional trató de localizar esa isla que tenía 925

metros de diámetro y estaba rodeada por varias estructuras circulares,

algunos de tierra y otros de agua.

Para determinar las coordenadas exactas de la isla, que según los histo-

riadores fue sepultada bajo el agua por una gran inundación provocada

por un tsunami, han utilizando una combinación de tecnología subma-

rina, radar de profundidad del suelo y cartografía digital.

El equipo de arqueólogos e historiadores dirigido por Freund se centró

en las mediciones terrestres y marcaron el lugar donde excavar, hicieron

análisis con carbono y confirmaron que en las capas correspondientes

a la Edad de Bronce hay señales de que hubo una violenta tormenta o

un tsunami en la zona.

Otro de los equipos, liderado por los profesores de la Universidad de

Huelva (España) Juan Antonio Morales y Claudio Lozano, se centró en

la medición de las formaciones geológicas que podrían pertenecer a la

zona de la antigua bahía de Tartesos.

Además, los análisis de radiocarbono hechos en Madrid y en Miami

(Florida) indicaron que la fecha límite para que hubiera habido un

asentamiento en el parque nacional de Doñana es el 2,500 antes de

Cristo, que coincide con la aproximación hecha por los historiadores.

El científico alemán Wickboldt apuntó en su investigación que

podría ser que los griegos confundieron el vocablo egipcio para costa

y lo tradujeran como isla al transmitir la historia a las generaciones

siguientes, lo que confirmaría este descubrimiento.

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

“Jorge Bonsor, quizás el arqueólogo más importante de España de

principios del siglo XX ya estuvo buscando en la década de 1920 en el

parque de Doñana la Atlántida por lo que éste era un lugar famoso

para buscar un sitio famoso”, señaló Freund.

Fuente: Agencia EFE/elv/pgp/dmt

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EU premia trabajo de doctora del INAH

La doctora Nelly Robles, especialista del Instituto

Nacional de Antropología e Historia, recibió el

viernes 1º de abril el Premio a la Excelencia en

el Manejo de Recursos Culturales, que otorga la

Sociedad para la Arqueología Americana (SAA),

en Estados Unidos.

Margaret W. Conkey, presidenta de la SAA, indicó que la elección de la

doctora Robles como acreedora a este premio fue unánime por parte del

comité responsable de la selección.

La experta en la formulación de planes de manejo de sitios arqueológicos,

y que se desempeña como Presidenta del Consejo de Arqueología del INAH,

ha trabajado en la creación de directrices para la gestión del patrimonio

arqueológico de México, principalmente en las zonas de Monte Albán, Mitla

y en los Valles Centrales de Oaxaca.

Se reconoció más su trabajo a partir de la reciente inscripción de las Cuevas

prehistóricas de Yagul y Mitla en la Lista de Patrimonio Mundial, una iniciativa

promovida por la doctora Nelly Robles, y que desembocó en el reconocimiento

oficial de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,

la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2010.

Éste es el segundo reconocimiento que recibe la investigadora en la Unión

Americana; en 2007 fue distinguida por la Sociedad George Wright con el

Premio al Manejo de los Recursos Culturales.

Fuentes: www.razon.com.mxwww.oaxacadiaadia.com

Reconocimiento

Lectores del Correo de las Culturas del Mundo, por país, el 1º de abril de 2011

México (MX) 2,842España (ES) 1,852Perú (PE) 1,013Chile (CL) 810Colombia (CO) 800Argentina (AR) 614Venezuela (VE) 413United States (US) 151Ecuador (EC) 142Guatemala (GT) 127República Dominicana (DO) 82Costa Rica (CR) 73Uruguay (UY) 67Bolivia (BO) 62Puerto Rico (PR) 60Panamá (PA) 55Brasil (BR) 54El Salvador (SV) 53Honduras (HN) 43Alemania (DE) 26Paraguay (PY) 26Nicaragua (NI) 21Francia (FR) 19Portugal (PT) 18Italia (IT) 14Suiza (CH) 13Belgium (BE) 10Indonesia (ID) 9Canada (CA) 8Russian Federation (RU) 8United Kingdom (GB) 8Moldova (MD) 7Netherlands (NL) 7Sweden (SE) 6Poland (PL) 5Romania (RO) 5Israel (IL) 5Cuba (CU) 5Turkey (TR) 3China (CN) 3

Eslovaquia (SK) 3Egipto (EG) 3Andorra (AD) 2Rep. Checa (CZ) 2Croatia (HR) 2Lithuania (LT) 2Austria (AT) 2Finland (FI) 2Serbia (RS) 2Marruecos (MA) 2Grecia (GR) 2Taiwán (TW) 2India (IN) 2Luxemburgo (LU) 1Tailandia (TH) 1Pakistán (PK) 1Bangladesh (BD) 1Hong Kong (HK) 1Philippines (PH) 1Guyana (GY) 1Estonia (EE) 1Australia (AU) 1Mozambique (MZ) 1Latvia (LV) 1Malaysia (MY) 1Nigeria (NG) 1Hungary (HU) 1Bulgaria (BG) 1Korea, Republic of (KR) 1Armenia (AM) 1Macedonia (MK) 1Albania (AL) 1Georgia (GE) 1Algeria (DZ) 1Bosnia and Herzeg. (BA) 1Chipre (CY) 1Nepal (NP) 1Eslovenia (SI) 1Japón (JP) 1Malta (MT) 1

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El Noroeste Argentino como región cultural. Visión histórica y antropológica

por Mónica RuffinoUniversidad Nacional de Tucumán, Argentina

El Noroeste Argentino (NOA) como región cultural podría ser tema de estudio de la

historia, la geografía, el arte, pero nuestro abordaje mira al NOA desde la Antropología.

Marc Augé (1995, p. 15) al relacionar la antropología con la historia dice que la antro-

pología estudia el presente de sociedades alejadas, es decir, que orienta su búsqueda

en el espacio; mientras que la historia estudia el pasado de sociedades próximas, es

decir, que busca en el tiempo. Si bien el espacio es la materia prima de la antropología,

se trata de un espacio histórico; y si bien el tiempo, la materia prima de la historia, se

trata de un tiempo antropológico. Es un espacio histórico porque consiste en un espa-

cio que los hombres dotan de sentido, es decir, un espacio simbolizado.

Y para hablar de simbolización haremos referencia a una visión crítica sobre la

biología propuesta por Johannes von Uexküll quien sostiene que la realidad externa no

es única y homogénea, no es absoluta, sino diversa, en tanto hay diferentes esquemas

de realidad según los diferentes organismos. Y propone que la clave para entender el

mundo o la experiencia del mundo de una especie será el conocimiento de la anatomía

de esa especie . Según von Uexküll, cada organismo está adaptado y coordinado

con su ambiente, su estructura anatómica tiene un sistema receptor y un sistema

efector, que en equilibrio y cooperación hacen posible la supervivencia de la especie

y son eslabones de una cadena llamada “círculo funcional”. En su libro Antropología

Filosófica (1999) Ernst Cassirer propone emplear este esquema de von Uexküll para

describir el mundo humano en el cual encuentra una característica nueva, en tanto

que, entre el sistema receptor y efector, señala la presencia de un eslabón intermedio

al que llama “sistema simbólico”. Tal característica distintiva del hombre transforma

su contacto con la realidad, porque el hombre vive desde una dimensión nueva y

más amplia que el resto de las especies animales. Por eso las respuestas humanas son

distintas a las reacciones orgánicas, directas e inmediatas de otras especies. El hombre,

demora su respuesta ante las demandas externas por un proceso lento y complicado de

Ensayo

21

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

pensamiento. No vive sólo en un universo físico, sino también en un universo simbólico,

cuyos productos como el lenguaje, el arte, la religión son los “hilos que tejen la red

simbólica, la urdimbre complicada de la experiencia humana” (Cassirer, 1999, p. 47).

El hombre no se enfrenta a la realidad de un modo inmediato, sino que la ve y conoce

a través de este medio, de este artificio mental que es el símbolo y que consiste en la

clave que expresa las diversas formas de la vida cultural porque la cultura es el resultado

de la capacidad simbólica del hombre. Esta competencia propiamente humana muestra

la gran complejidad de su modelo mental , el lenguaje, por el que la mente capta el

afuera y lo modifica, en el cerebro, al crear un símbolo. Entonces el símbolo consiste en

una recreación humana del mundo real que expresaría la forma, el sentido, que cada

hombre otorga a esa captación externa.

Además todo ser humano ocupa y se desarrolla en un espacio que consiste en un

ámbito físico o material que el hombre comparte con otras especies, pero que a través

de las palabras le da significación, es decir le da sentido. Esto se teje a partir de las

relaciones sociales de la vida cotidiana, de la memoria colectiva y de las necesidades y

proyectos comunes. Así, ese medio ambiente natural se convierte en mundo humano,

en espacio simbolizado, es decir en cultura.

Entonces, simbolizar es una capacidad propiamente humana por la que el hombre

da sentido a lo real, produce esquemas organizadores, puntos de referencia que orde-

nan lo social, las relaciones, la historia y el sentido que se da al entorno, al espacio.

Este sentido que se produce es social, porque es producto de las relaciones de unos

con otros, es decir, de la alteridad que es una cuestión central de la antropología, cuya

materia prima es el espacio (Augé, 1995, pp. 15-25).

Finalmente, podemos decir que en virtud de la condición lingüística del hombre,

esta construcción de sentidos que se despliega sobre el espacio físico produce una

región cultural. Lo que consiste en el resultado del hacer colectivo de un grupo huma-

no situado, que expresa su pasado mítico, su historia, sus códigos étnicos, expresiones

artísticas, formas de producción, de alimentación, modas de vestir, maneras de festejar,

etc. Así, se apropia y transforma cultural e históricamente el espacio físico y natural,

que no es sólo un nicho ecológico, sino expresión de lo intrínseco, propio y constitutivo

de la comunidad que vive en ese espacio.

Cabe destacar que, si bien el concepto de región inicialmente fue tematizado por la

geografía como descripciones de parcelas territoriales, nuestro planteo ofrece un abor-

22

daje desde la antropología, donde igualmente tiene un papel determinante el espacio,

pero sobre todo la función simbólica del hombre, lo cual analizamos.

Así abordamos, desde la antropología, al NOA como región cultural. Esto alude a un

territorio definido por características étnico – culturales y por circunstancias particulares

geográficas, históricas, socio - económicas y políticas. La región constituye un espacio

dominado por el hombre, a partir de la apropiación y transformación cultural e histórica

del espacio físico y natural. La región expresa lo intrínseco, lo propio y constitutivo de la

comunidad que vive en ese espacio. Una comunidad que toma posesión del paisaje, el

cual se irá estructurando significativamente, a partir de un modo particular de ocupar

y sentir el territorio, de organizar la vida social, de valorar y concebir su entorno, de

esta manera la simbolización del espacio tiene como resultado una región cultural.

Esto nos permite reconocer al NOA como región cultural, en tanto expresa un

espacio determinado históricamente por una dinámica de elementos étnicos-culturales

aportados por la cultura aborigen, la conquista española y factores internos y externos.

Todos estos aportes vienen a configurar un conjunto, que nos aproxima a la región

cultural que abarca el NOA y, así, a su identidad. Distintos estudios coinciden en

proponer que esta configuración (espacial e identitaria) acontece, por un lado, a través

de un proceso histórico, social, cultural iniciado en la prehistoria y que sigue hasta

el presente; y, por otro, en el hacer cotidiano del pueblo (orden instituyente), que es

anterior a la constitución del Estado Nación (orden instituido) que lo expresa.

A continuación presentamos un desarrollo del proceso histórico de formación del

NOA, lo que nos dará elementos para un bosquejo de su identidad y también de su

lugar en la unidad de lo que llamamos Nación Argentina .

En palabras de G. Risco Fernández, el NOA se fue forjando sobre tres superposi-

ciones culturales (1991, pp. 101-118): el NOA indígena , el NOA hispano – indígena,

y el NOA de la unidad nacional abstracta que pone entre paréntesis las diferencias

regionales. Entre estas superposiciones se filtra un deseo de comunión y participación

expresado en el NOA como comunidad nacional de carne y hueso que integra, hacia

adentro, la pluralidad regional y, hacia fuera, la fraternidad latinoamericana.

En el NOA indígena florecieron las más altas culturas de la Argentina indígena, que

abarcaron las actuales provincias de Tucumán, Santiago del Estero, Jujuy, Catamarca,

Salta, La Rioja (norte y centro) y San Juan (norte). La región colindaba con el norte de

Chile y el sur de Bolivia. Recibió influencia de procesos civilizatorios originados en Perú

23

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

Ideas

y Bolivia quienes, a su vez, tenían intercambios con Mesoamérica; y por el Pacífico con

Indochina e Indonesia. El NOA indígena con parte del conjunto meridional Andino

compartió elementos culturales, pero se definió con rasgos propios. La antigüedad de

la presencia humana en el NOA se data a partir de una industria llamada Ampajango

registrada en la zona de Catamarca, actividad de la que no hay fecha, pero en Perú una

industria similar fue señalada en 21.000 años de antigüedad.

En un período Temprano sobresale la cultura Tucumana, como un conjunto que se

compone de las culturas: Candelaria, Ciénaga y Condorhuasi. Es una etapa agro- alfa-

rera. Se desarrollan distintos tipos de cerámicos con personajes que gatean como el

jaguar; también la metalurgia del cobre con una técnica que permite lograr “figuras

suplicantes” como expresión insuperable; y piezas de alfarería. Sorprende en esta etapa

el arte escultórico en piedra.

En el período Medio se desarrolla la cultura Draconiana desde el 778 al 800 d.C. Es

el momento de mayor desarrollo de las expresiones artístico–técnicas con intenso sim-

bolismo, lo que evidencia una fuerte cohesión social, política y religiosa. Se manifiesta

un interés por lo geométrico y figurativo, se destaca la figura del felino–dragón–jaguar,

también figuras humanas que portan cráneos–trofeos. Otra obra a destacar se logró

en la metalurgia del bronce y fue el disco pectoral que representa a un hombre flan-

queado por dos felinos que lo custodian, por su equilibrio y belleza se la considera la

obra más lograda del arte aborigen americano. Pero luego, al pasar a clave geométrica,

los diseños naturistas fueron reducidos a

abstracciones. La figura del felino sufre un

desgaste irrecuperable. En un momento

los componentes de esta cultura desapa-

recieron para dar paso a otra con carac-

terísticas distintas.

El período Tardío comienza en el año 850

d.C,. pero es interrumpido por la invasión

de los Incas en 1480. Geográficamente se

cubre de cadenas montañosas con altos

picos y difícil comunicación entre un valle

y otro. Es un período en que las diversas

culturas se establecen en sub - regiones

24

bien delimitadas, valles separados por montañas. De tal manera, las actividades que

desarrolla cada una de ellas tienen grandes diferencias entre sí. A pesar de lo cual

tuvieron un denominador común: el lenguaje, hablaban el cacán o diaguita . Esto hizo

posible el nexo entre las distintas singularidades culturales denominadas Sanagasta,

Belén, Santa María, Humahuaca miembros de un conjunto que se integra bajo el nom-

bre de cultura Diaguita – Calchaquí. Se destacan por su tenacidad en la defensa de

sus tierras. Una característica de su poblamiento, en un primer momento, fueron las

casas – pozos donde habitaban tres o cuatro familias y, luego, las casas de piedra, en

conjuntos a modo de panales de abeja. En la metalurgia en bronce hicieron el escudo

de 35 cms. de diámetro decorado con figuras antropomorfas y animales fantásticos.

En este período se pudo haber logrado una federación de culturas como los actuales

pactos interprovinciales, pero este proceso fue interrumpido por la invasión inca.

Los Incas son un imperio con gran capacidad organizativa y notablemente militar.

En 1480 avanzan sobre el NOA con intereses económicos, sobre todo en metales pre-

ciosos. Durante casi 50 años de permanencia impusieron sujeción militar y religiosa, de

organización y socio política que los Diaguitas – Calchaquí apropiarán y les servirá más

adelante para resistir a los españoles. Los inca, a medida que avanzaban sobre cada

región, incorporaban a su ejercito las poblaciones sometidas, capacitando a sus líde-

res; esta renovación constante impedía resistencia alguna. Además contaban con los

recursos y capacidad necesarios para desempeñar con éxito la conquista y explotación

que ejecutaron. Su dominio sobre el NOA causó la destrucción de las culturas locales,

sin hacer demasiados aportes, sólo pautas urbanísticas., distintos uso del metal y la

difusión del quichua. Su intervención llevó a la integración del NOA por acción externa

generando procesos interculturales y generando formaciones sincréticas.

La llegada y presencia de España permite hablar del NOA hispano-indígena (Santillán

G., 1985, pp. 26-38) es una época colonial plagada de errores donde se opone una

leyenda negra a una leyenda rosa . Pero el hecho histórico fundamental es el encuentro

en el mundo cotidiano, donde hombres y mujeres se vinculan y construyen una vida

común. Aquí se gesta la unidad cultural básica y las bases de nuestra identidad, alta-

mente costosa por la tensión constante entre una cultura uniformizante, la española, y

las comunidades locales o regionales. Se integran tres matrices étnico – culturales que

son la indígena, la hispánica y la afro en una nueva matriz cultural que es la mestiza.

Los españoles se encuentran con distintos paisajes, en los que irán imprimiendo su

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

accionar; también con las diversas comunidades con tonadas y matices propios. Y con

su llegada, producen un doble efecto, por un lado, un desequilibrio del orden ecológico

y cultural, sobretodo por el despoblamiento que se produce por guerras, pestes, etc. Y,

por otro, vuelca su sangre en el mestizaje biológico, pero también cultural y espiritual

porque convive con el indígena. Así, se empieza a gestar una nueva unidad que tendrá

en común: el sentimiento de arraigo a la tierra y actitudes ante lo sagrado.

Podemos decir que después de la ocupación del territorio, España inicia un proceso

de integración en dos niveles. Por un lado, el orden instituido, es formal, institucio-

nal, centralizante y oficial. Se trata de un orden cultural instituido por un mecanismo

imperial, por ser planificado por la corona, es de arriba hacia abajo y de afuera (del

continente) hacia adentro. Por otro, el orden cultural instituyente es el cotidiano,

espontáneo, comunitario es decir que va de abajo hacia arriba promoviendo el respeto

por sus raíces; y de adentro, desde lo local, hacia afuera, lo interregional.

El orden instituido se expresa en la política que despliega España, para lo cual

selecciona pautas culturales a transplantar en América. Se vale de un aparato

administrativo con representantes unipersonales y colegiados, plantea un nuevo

orden económico por transplante y reinterpretación de instituciones reguladoras del

trabajo. Provocan gran mortalidad y deterioro de la población por ruptura del orden

bio-cultural. Ya que mientras los Inca estaban abocados a la actividad agrícola y a la

producción de alimentos, los españoles asignan la mayor mano de obra a la extracción

de metales preciosos; esto genera grandes hambrunas.

Entre las pautas urbanísticas asignan a la ciudad el rol de

centro estratégico, o núcleo de irradiación cultural; llevan a

cabo la reubicación forzada de la población indígena, a los

indios rebeldes los trasladan a regiones alejadas. Surge el Derecho Indiano y se

incorpora al Derecho Castellano. La iglesia tiene participación plena con intención

de integrar en la comunidad lo centralizado con lo local tradicional. Algunos de sus

representantes fueron defensores del indígena , esto permite el posterior surgimiento

de la religiosidad popular. Las Órdenes Religiosas cumplen un papel importante en la

organización y evangelización, pero además aprenden la lengua y costumbres de los

indígenas; es decir que no sólo comparten lo sagrado, sino también la vida cotidiana.

Debemos destacar que España además de practicar el mestizaje, reflexiona ética,

jurídica y teológicamente sobre su proceder en América en el s. XVI.

26

Cuando hablamos del orden instituyente nos referimos al hacer en el mundo

cotidiano que es el más rico porque el intercambio entre personas de distintos orígenes y

costumbres, llevará a la conformación de un nuevo pueblo, lo que implica la constitución

de una nueva cultura. España desde la exterioridad planifica abstractamente formas de

sometimiento; pero América, con las comunidades originarias y luego con las mestizas,

pone límites con respuestas culturales y también con los moldes que ofrece el paisaje.

Este orden instituyente busca contener lo digno de cada una de las partes encontradas

“con un estilo integrador, plenificante y dialógico” dice Santillán Güemes (1985, p. 35)

desde España en cambio se pretendía absolutizar lo propio. Este orden resulta de una

creación colectiva y anónima, que surge de lo próximo y concreto de la vida cotidiana.

Es aquí donde se da el encuentro total entre hombres de distintos continentes:

América, Europa, África. Si bien, hay que tener en cuenta que esa convivencia está

atravesada por las instituciones centralizantes de España se reconoce la emergencia de

un nuevo trasfondo significativo. Este surge ante el cruce de distintos modos de sentir,

valorar, festejar y crear artesanías y genera un universo simbólico común. Entonces el

sujeto cultural es el pueblo en marcha, en esa creación colectiva y diaria de lo popular, o como dice R. Kush “el horizonte del estar siendo”.

En este contexto tiene origen un nuevo nosotros, una nueva identidad donde

interactúan distintas fuerzas culturales y se generan relaciones, a veces, antagónicas y,

a veces, armónicas. Ante lo cual debemos distinguir, por un lado, las relaciones entre

las comunidades locales (indígenas o mestizas), a las que llamamos ‘pueblo’, con

la sociedad unificadora o ‘elite’. Y, por otro, las relaciones internas en cada una de

ellas (Santillán G., 1985, p. 39) a partir de lo cual se desarrolla la construcción de ese

nuevo nosotros, que busca integrar esa gran diversidad convocada en nuestra tierra.

Tal tarea se realizará a través de la actividad política que lleva a la constitución de una

Comunidad Nacional, de un Estado, de un Gobierno Nacional, que expresan el curso

emancipatorio hacia una unidad profunda con un fondo ético, religioso y patriótico,

que consistirá en el espíritu del pueblo. A partir de este proceso de integración se forma

una nueva matriz simbólica que podemos llamar la cultura popular básica .

En este proceso de integración resulta ineludible referirnos al fenómeno del

mestizaje (Risco F., pp. 126-128) que, en las altas culturas autóctonas, dio lugar a

los Pueblos Testimonio. Son los que sobrevivieron a la expansión de España, aunque

modificados por tradiciones diversas. Por lo tanto, sus matrices ya no son originarias,

27

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

sino que conjugan lo neo-indígena y lo neohispánico, con preeminencia de lo indígena.

En las culturas menos evolucionadas, del mestizaje surgen los Pueblos Nuevos, así

llamados porque de la conjunción de matrices indígenas, hispánicas y africanas surgen

etnias totalmente diferentes, es decir entidades nuevas, ni indígena ni hispánicas.

Tuvieron a cargo la aculturación de los intensos y numerosos contingentes de

inmigrantes, que se volcaron sobre los Pueblos Nuevos rioplatenses, y actuaron desde

una marcada diferencia entre la clase superior de los hacendados y la masa esclava. En

estos pueblos, sus élites se abocan a la actividad política y optan por la mano de obra

europea, rechazando su propia condición étnico–cultural. Esto plantea una tensión

entre nativos y peninsulares que se resuelve en el interior del patriciado, a través

de una alianza entre el grupo urbano privilegiado de Buenos Aires, que obtiene la

hegemonía de la política exterior, y la oligarquía agraria representada por los caudillos

del interior que se agencia el monopolio de la tierra. Este acuerdo profundiza las

desigualdades ya existentes entre los sectores populares y el conjunto compuesto por

el patriciado con la oligarquía (Risco F, p. 143). De esta manera, la élite criolla, a cargo

de la conducción del proyecto nacional, nos desvinculó del polo andino altoperuano

para imponernos sus tendencias europeizantes.

En tal contexto, el NOA con su reserva hispano–indígena será sistemáticamente

ignorado y es dejado de lado en el proceso de constitución de la Comunidad Nacional

como Estado. Risco Fernández entiende que el NOA no será expresado en esa

construcción, por lo que sostiene que el NOA es lo “no dicho” en la unidad nacional

abstracta, en tanto esta “pone entre paréntesis”, o sea no se hace cargo de la

pluralidad de diferencias regionales que concretamente hacen a la Nación Argentina.

Al respecto este autor señala que si bien hablamos de la construcción y emergencia

de un nuevo nosotros, en ese proceso de constitución de la Comunidad Nacional,

el NOA reincide permanentemente en una situación de ambigüedad. Ya que, por

un lado, desde los centros panandinos es considerado una subregión dependiente y

marginal, mientras que desde la Argentina Indígena se le reconoce el máximo nivel

étnico – cultural. Y por otro, desde el ámbito del aporte indígena, en la configuración

de su ethos cultural se mantiene en una posición intermedia, acaso indefinida, entre

los Pueblos Testimonio y los Pueblos Nuevos; en tanto que en el plano de lo hispánico

se mueve entre el proyecto medieval (barroco, unificador, concéntrico) y el moderno

(secular, pluralista, excéntrico).

28

Esto muestra que el NOA se queda a medias en la construcción de su identidad

cultural, sin definir su posición entre dos tipos distintos de ciudades. Una, la

mediterránea, apta para “conferir profundidad de carne y hueso a una comunidad de

destinos” (Risco F, 1991, p. 140) y la otra, la litoral, capaz de lograr un perfil jurídico-

constitucional que le permita ser reconocida por su soberanía hacia afuera. Ante el

marcado desequilibrio entre ambas, se logran medidas destinadas a superarlo (en el

s. XVII y principios del s. XVIII); pero esta normativa es abandonada y la ciudad litoral

y dinámica triunfa. De esta manera el Puerto crece y el Interior queda postergado, se

profundiza el desequilibrio entre ambos y, finalmente, Buenos Aires absorbe al Interior.

Este quedarse a medias del NOA se podría entender como una no – presencia for-

mal en el proceso de formación de esa Unidad Nacional Abstracta, en tanto no tiene

una participación directa y expresa en tal desarrollo, debido al dominio y superioridad

del accionar de Buenos Aires.

Las provincias del NOA quedan subordinadas al Gobierno Federal, por lo que tien-

den a conformar una región en torno a su irreductible matriz étnico-cultural. Tucumán

se extrapolará de la región con intenciones de ejercer el liderazgo del NOA, para lo cual

se basa en el desarrollo de la industria azucarera, en su patrimonio poético–musical y

en sus vínculos con el patriciado porteño instalado en el poder. Y si bien había una con-

ciencia de regionalidad, era necesario lograrla políticamente para que fuera funcional a

la autonomía y al reconocimiento de la identidad del NOA. En tal sentido denunciaron

la injusticia en que las sumía tal dependencia favorecida por factores como la concen-

tración sistemática de población, poder, riquezas y servicios en el Puerto; el vaciamiento

del NOA como región fundacional, en tanto los mejores hombres eran convertidos

en Elite y el industrialismo provocaba el éxodo de campesinos; y por el desequilibrio

estructural entre regiones, debido a que se distinguían regiones privilegiadas de otras

despojadas, y la Patagonia permanecía sin poblar.

Ante esta situación retomamos la pregunta inicial: ¿Quiénes somos los hombres

del NOA? Si no somos indígenas, ni hispanos, ni europeos, sino producto de esas

superposiciones étnico–culturales a través de las cuales se edifica nuestro pueblo. Risco

Fernández propone que, acaso, la identidad del NOA consiste en “lo no dicho” en

tanto no estaba expresado en esa unidad abstracta, jurídico–formal que es la Nación

Argentina (1991, p. 141). Pero también nos señala que, entre esas distintas superposi-

ciones culturales, se mueve un deseo de participación y comunión que busca integrarse

29

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

en una Comunidad Nacional como un lugar donde expresar lo que somos, un discurso

nacional donde decir ese nosotros vivo y concreto.

Por su parte, Santillán Güemes nos dice que nuestra cultura nacional es una

tarea, en todo caso el pueblo es una tarea (1985, p. 45). Mientras la Nación es la

dimensión jurídico - política, el pueblo alude a la tierra, la lengua, la historia, la cultura.

Inicialmente el término ‘pueblo’ nos refiere a un grupo humano oprimido, pero con

conciencia social, con personalidad cultural y organizaciones libres. Sin embargo,

Santillán Güemes sostiene que “todo lo que se diga del pueblo no es el pueblo”

porque siempre hay “algo más”, porque un grupo humano está siempre en devenir

continuo (1985, p.46).

Además Risco Fernández nos habla de la identidad del NOA como una gesta incon-

clusa como una tarea de reconstruirnos desde nuestra historia al reasumir nuestro

núcleo ético - mítico de modo abierto, integrador e interpretándolo con logos, con

razonamiento (1991, pp. 148 – 155). Entonces en nuestra existencia como hombres

del NOA reconocemos la presencia de lo mítico – religioso que nos acontece y lo

recreamos en nuestra vida diaria, lo cual tenemos que abordarlo con el logos cientí-

fico – técnico y argumentativo que nos permita decir lo que somos ante las distintas

culturas. Este ajuste entre mito y logos hará posible equilibrar ese malestar de nuestra

cultura para permitir al NOA ‘decir – se’ y expresar su identidad. En tanto, como decía

W. Jaeger, logos sin mito es vacío y mito sin logos es ciego, esta tarea de decir lo que

somos en el NOA le cabe a la antropología que, interpretando con logos el tejido

simbólico presente en las distintas expresiones culturales, nos habla de su identidad

cultural y nos aproxima a lo más propio de cada grupo humano.

BibliografíaAugé, M., 1995, Hacia una antropología de los mundos contemporáneos, Barcelona

(España), Gedisa.

Cassirer, E., 1999 Decimoctava Edición (1ª Edición 1944) Antropología Filosófica,

México, Fondo de Cultura Económica.

Risco Fernández G., 1991, Cultura y Región, Tucumán (Argentina), Ed. Centro de

Estudios Regionales.

Santillán Güemes R., 1985, La cultura: creación del pueblo, Bs. As., Ed. Guadalupe.

30

Mapa Parque Ecológico Huayamilpas:

Invitación

Del 2 al 17 de abrilen el Parque Ecológico Huayamilpas, Coyoacán, D.F.

31

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

La verdad del mitopor Javier Lomá Lanzón

En 1922, cuando pronunció la conferencia Sobre la república alemana, Thomas Mann inició una travesía espiritual que, años

más tarde, culminaría en una larga novela sobre la saga bíblica titulada

José y sus hermanos. Su escritura fue precedida de una asunción

decidida y consciente de la función educativa y civilizatoria del mito.

Con ello, verificaba en su persona y en su obra el gran giro que estaba

experimentando la cultura de su tiempo. Conforme a la interpretación tradicional, la

cultura había nacido al producirse en Grecia el paso “del mito al logos”, es decir, la

sustitución de la mentalidad mítica y mágica por la racionalidad de la filosofía y la

ciencia. En el siglo XX se estaba describiendo el giro inverso: una crítica al “logos”

occidental que tenía mucho de vuelta al mito. Claro que el mito que se recupera

entonces no es lo que un “logos” excesivamente seguro de sí mismo había

imaginado que es: una aleación caprichosa de fantasías coloridas y sugerentes pero

completamente irracionales. Se descubre, por el contrario, que hay una verdad en

el mito.

Esos cuentos folclóricos sobre héroes no respetan la lógica pero son racionales, bien

que su racionalidad no sea científica sino artística.

La naturaleza sigue unas regularidades que las

leyes científicas explican: precisamente porque

los hechos naturales se repiten la ciencia puede

ser predictiva. El reino natural se compone de

sustancias minerales, vegetales, animales y

también humanas, aunque la naturaleza no agota

la totalidad de lo humano, porque el hombre

presenta además un torso no natural, casi podría

decirse que antinatural: la libertad. Las creaciones

Ideas

32

de la libertad son únicas, imprevisibles, sorprendentes incluso para su autor, y esto

presta a las realizaciones humanas, que se suceden sin sujetarse a un criterio uniforme,

una dimensión temporal. Solemos excusarnos a diario de mil menudencias pretextando

que no tenemos tiempo cuando, bien mirado, lo único que tenemos es tiempo, pues

somos tiempo; no entidades repetitivas sino fluyentes, ondulantes. Incurrimos en

contradicciones, pues el antes y el después de nuestro decurso vital no coinciden.

Más aún, somos una contradicción viviente: la naturaleza nos privilegia con una

individualidad autoconsciente, pero nos castiga después dispensándonos el mismo

destino cruel que al resto de sus criaturas que no tienen conciencia de sí mismas.

De ahí las aporías, los dilemas y las tensiones que conforman el humano devenir.

La identidad del hombre depende de la habilidad para crearse una narración creíble

sobre el mundo que ilumine el sentido de la existencia y otorgue a su vida un papel

digno y significativo dentro del conjunto.

La ciencia positiva merece máximo respeto, pero el positivismo –el imperialismo

de la ciencia– se equivoca cuando asimila al hombre a la naturaleza, aplicando un

método que vale para las realidades repetitivas pero no para las narrativas. No el

tratado discursivo ni la ley científica sino sólo el mito,

que es un relato, hace justicia a lo inaprehensible de la

condición humana y sabe captar ese meollo enigmático

de su ser. En términos de Wittgenstein, la ciencia dice mientras que el mito muestra: hay, en efecto, algo

en el hombre irreductible a conceptos bien recortados

pero dócil a su representación y patentización narrativa.

Si se dice, por ejemplo, que Aquiles es al mismo tiempo

el más afortunado y el más desdichado de los hombres,

tal proposición es absurda para la ciencia, pero la

antinomia se deshace si se despliega en una relación

de antes-después (afortunado en Esciros, desdichado

en Troya) o si comprendemos, como da a entender su mito, que la negatividad de

morir joven le proporciona paradójicamente la gran gloria de ser el mejor de todos

los griegos. Esos cuentos folclóricos sobre héroes que realizan grandes hazañas o se

enfrentan a monstruos legendarios no respetan la lógica pero son racionales, bien que

33

Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

su racionalidad no es científica sino artística. Como el arte, los mitos seleccionan sus

ingredientes de entre lo plural y fragmentario del mundo y, transformando el azar en

necesidad, crean con ello la ficción de un orden significativo y unitario que integra

lo meramente circunstancial de la experiencia humana en un todo comprensivo y

legitimador. Por eso son siempre usados para explicar la fundación de una ciudad o de un pueblo; y por eso en el interior de nuestra conciencia flota también

la mitología de nuestra identidad personal, satisfaciendo en nosotros la demanda

de narraciones y colaborando con la obligada construcción narrativa de la realidad.

Cuando los pintores del Renacimiento vuelven una y otra vez a los mitos grecolatinos

y bíblicos, no lo hacen animados exclusiva ni primeramente por motivaciones estéticas

sino porque creen que en esas historias transmitidas por la tradición se halla involucrada

una profunda verdad humana, no por indefinible menos verdadera.

Por último, el mito, destaca Mircea Elíade, asume siempre una función ejemplar. A

diferencia de las novelas modernas, no le interesa las individualidades excéntricas o

las situaciones inusitadas, irrepetibles; por el contrario, sus héroes son arquetipos que

protagonizan historias paradigmáticas. Busca la identificación de la audiencia con

situaciones existenciales esenciales y comunes en el hombre pero amplificadas a un

grandioso escenario cósmico. La novela moderna es una autoconciencia aristocrática

que se expresa en nombre propio, en tanto que el mito, creación anónima, lo hace

siempre en nombre de todos.

Este igualitarismo intrínseco al mito fascinó poderosamente a Thomas Mann al

operarse la gran transformación en su vida. En aquella conferencia de 1922 se retractó

públicamente de su refinada pero obscena apología del belicismo guillermino contenida

en Consideraciones de un apolítico (1918) y abrazó la causa de la Constitución de

Weimar y de la democracia. Paralelamente, abandonó los argumentos de sus novelas

anteriores centrados en esos (son sus palabras) “burgueses descarriados” y durante los

siguientes quince años consumió la madurez de su talento en la recreación del mito

del José bíblico. Mann explica esta evolución espiritual en sus ensayos sobre Freud y

en su autobiografía: “Di el paso de lo individual-burgués a lo típico-mítico”. Ambas

transiciones, la política y la literaria, coinciden en lo sustancial, porque, para Mann, el

mito es la representación artística de la democracia. Fuente: Babelia en www.elpais.es

34

Alfredo López Austin

“La historia es una corriente que nos transporta y nos obliga a conocerla

para entender nuestro presente, con sus actuales transformaciones”,

explica el historiador Alfredo López Austin, quien ha realizado importantes

investigaciones sobre Mesoamérica y, en particular, de la civilización mexica.

López Austin (Ciudad Juárez, Chihuahua), quien celebró recientemente

sus 75 años de edad, recibirá los premios Linda Schele por contribuciones

sobresalientes sobre arte y cultura de Mesoamérica y la medalla H.B.

Nicholson a la excelencia en estudios mesoamericanos. Las instituciones

que galardonarán al investigador emérito del Instituto de Investigaciones

Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

son, respectivamente, la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Harvard,

por conducto del Archivo Mesoamericano del Museo Peabody de Etnología y

Arqueología. Las ceremonias de entrega de ambos premios serán el 26-27 de marzo

en la Universidad de Texas y el 15-16 de abril en el Museo Peabody, respectivamente.

“Es una enorme satisfacción que me hayan señalado con estos premios y será

un gusto enorme recibirlos porque conocí y traté a Linda Schele y porque tuve

buena amistad con H.B. Nicholson, distinguido investigador de quien recibí muchas

enseñanzas”, dice en entrevista López Austin, también investigador emérito del

Sistema Nacional de Investigadores.

Respecto de su larga experiencia de investigador universitario, López Austin

comenta: “Hay que vivir plenamente día tras día, como si tu labor fuera una

aventura de duración y resultados inciertos. Científicamente eso es el trabajo de un

investigador. Creo que el juego cotidiano de la ciencia es más importante que el

establecimiento de una meta de triunfos o de reconocimientos. Gozo al dedicarme

a satisfacer permanentemente mi curiosidad científica, como si me enfrentase a una

sucesión interminable de retos”.

A manera de ejemplo, sostiene: “Uno trabaja elaborando hipótesis, que pueden

resultar ciertas o falsas; entonces uno juega constantemente con su propio destino,

lo cual ofrece una atractiva dimensión a nuestra existencia”.

Premios

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

Entre las distinciones que ha recibido el académico a lo largo de su trayectoria

destacan el Premio de Estudio Cultural, del Instituto de Estudios Interculturales y

Transdisciplinarios, Tokio, Japón (1993); el Premio Universidad Nacional en el área

de investigación en ciencias sociales, así como el reconocimiento del Centro Studi

Americanistici Circolo Amerindiano, de Perugia Italia, en 2007.

El historiador ha publicado más de 120 artículos, y entre sus libros se cuentan

La constitución real de México-Tenochtitlán (1961), Textos de medicina náhuatl,

Hombre-dios, Cuerpo humano e ideología, Los mitos del tlacuache, el emblemático

El conejo en la cara de la Luna y Tamoanchan y Tlalocan.

En la actualidad López Austin tiene proyectadas investigaciones en torno a la

iconografía. “Considero que el mensaje pictórico nos reserva muchas sorpresas”,

manifiesta, “y sin duda sus mensajes podrán ser entendidos y complementados

al conjugarlos con datos provenientes de muy diversas fuentes. Así podremos

entender mejor los significados de las imágenes en materia religiosa, mítica y, en

general, de cosmovisión.”

Somos herencia e innovación

López Austin ha profundizado en las investigaciones sobre las distintas vías que tiene

el hombre para expresar sus ideas y su cosmovisión. “Me interesa tanto la forma

verbal como lo plasmado visualmente en los códices y lo que se mantiene en la rica

tradición oral mesoamericana, hasta nuestros días, como mitos, leyendas y cuentos.

“Sin duda –prosigue– una forma primordial de expresión fue la imagen visual en

códices y pintura mural, y esto nos abre brechas de búsqueda.”

El análisis comparativo ha sido una constante en las investigaciones de Alfredo

López Austin en los diversos campos. Los temas indígenas y la religión actuales

han sido otros enfoques importantes en los trabajos del autor. “Las creencias y las

concepciones han cambiado, pero, por mucho que se hayan modificado, se debe

estar atento a las manifestaciones actuales, porque orientan a la intelección del

pasado”, explica el académico de la UNAM. Estas transformaciones y derivaciones

se deben analizar cuidadosamente, dijo, porque “toda cultura es histórica: al mismo

tiempo tiene sus raíces en el pasado y es cambiante; el investigador debe analizar las

causas tanto de la transformación como de la conservación de la cultura.

36

“En cualquier individuo, y así lo siento en mí mismo, existen todos los ritmos de

transformación histórica de manera simultánea. Somos herencia de muchos tiempos

idos y al mismo tiempo somos innovación.”

Afirma que así debe entenderse la tradición: “La tradición no es un saco

de antigüedades que cargamos sobre nuestras espaldas. Es una herencia de

instrumentos que nos han sido peculiares a través de las generaciones para

enfrentarnos en forma adecuada al presente que siempre es inédito; pero debemos

encararlo no sólo con nuestra experiencia generacional, sino con una que nos ha sido

propia, característica y que, por tanto, se adapta a nuestra forma de ser, por lo que

nos permite un desarrollo más pleno, una mayor capacidad de imaginación ante lo

novedoso. Nosotros transformamos así la tradición, la enriquecemos al cambiarla con

la experiencia nueva, y todo esto lo heredaremos.”

Seducido por la religión

Alfredo López Austin fue seducido por la religión desde temprana

edad. Relata la atracción que para él tenía, desde la escuela primaria, la

mitología de los griegos y los romanos. “El mundo mitológico me atrapó

hasta el punto de hacer que dedicara mi vida al estudio de las religiones.”

El investigador también ha abordado el tema del cuerpo humano como

ente en correspondencia con el cosmos y actualmente se encuentra

ocupado en el estudio de las nociones de responsabilidad social de los

grupos humanos, la moral del individuo y los vínculos de ésta con las

concepciones sobre las almas.

López Austin reflexiona sobre la propia existencia humana

individual: “Más que como unidades de fuerte permanencia, debemos concebirnos

históricamente, como entes en constante y profunda transformación. Creo haber

aprendido esto del antiguo pensamiento náhuatl”.

Alfredo López Austin estudió leyes en la Facultad de Derecho de la UNAM (1956 a

1959) y la licenciatura en historia, la maestría y el doctorado en el Colegio de Historia

de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Otras obras, publicadas en coautoría

con su hijo el arqueólogo Leonardo López Luján, son El pasado indígena y Monte sagrado-Templo Mayor.

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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

Sus investigaciones buscan

entender el significado de las

creencias, de los ritos y de los mitos

en su marco histórico. Algunas

de sus principales obras sobre las

concepciones cosmológicas de la

antiguas nahuas son : Hombre-Dios

(1973), Cuerpo humano e ideología

(1980) y Los mitos del tlacuache

(1990), Tamoanchan y Tlalocan

(1994, traducido al frances como Les

paradis de la brume). En ellas resaltan

temas que forman parte de lo que el

autor llama un “nucleo duro” de la

tradición mesoamericana, como la

relación entre divinidades y seres

humanos, la referencia al cuerpo

humano para analizar las relaciones

en el cosmos y el referente agrícola

en torno al complejo del maíz como

base de la concepción de los ciclos cósmicos/ ciclos anímicos de fuerzas

fertiles. También ha publicado obras más generalistas como el libro El pasado

indígena coescrito entre él “en tanto que historiador”, y su hijo Leonardo

Lopez Lujan en tanto que arqueológo. Su conocimiento de la trayectoría de

las civilizaciones de México lo han llevado a participar en los procesos actuales

que plantean una redefinición de la relación entre los pueblos indígenas y la

nación en México.

Fuente: http://nuevomundo.revues.org/903

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INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

DIRECTOR GENERALALFONSO DE MARIA Y CAMPOS CASTELLÓ

SECRETARIO TÉCNICOMIGUEL ÁNGEL ECHEGARAY

SECRETARIO ADMINISTRATIVOEUGENIO REZA SOSA

COORDINADORA NACIONAL DE MUSEOS Y EXPOSICIONESLOURDES HERRASTI

DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURASY DEL CORREO DE LAS CULTURAS DEL MUNDO

LEONEL DURÁN SOLÍS

EDITORMARIANO FLORES CASTRO

[email protected]

ÉSTA ES UNA PUBLICACIÓN DELCENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL (CEDICULT)

DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS POR LOS RESPECTIVOS AUTORES DE LOS ARTÍCULOS, NOTAS Y FOTOGRAFÍAS.

MÉXICO, D.F., 1º DE ABRIL DE 2011.

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