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III SEMINARIO DE ÉTICA PRÁCTICA

ÉTICAS APLICADAS EN ESPAÑA

GRANADA, 5 Y 6 DE SEPTIEMBRE DE 2016

COMUNICACIÓN

LA ESCRITURA DEL TIEMPO (Y EL TIEMPO)

EN LA ÉTICA PRÁCTICA DE RICŒURMERCEDES LAGUNA GONZÁLEZ

Investigadora en la Universidad de Granada

Programa de Doctorado de Filosofía

III Seminario de Ética Práctica. Universiad de Granada. 5 y 6 de septiembre, 2016. Comunicación: Mercedes Laguna

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2ÍNDICE

La escritura del tiempo (y el tiempo) en la ética práctica de Paul Ricoeur

1. Resumen2. Introducción

3. La iniciativa del presente 4. La constitución del tercer tiempo. Las iniciativas

4.1. El calendario: cruce del instante puntual -espacial- y del presente vivido4.2. La iniciativa individual. El reconocimiento de la responsabilidad de la acción“Tender a la vida buena”.

4.2.1. El reconocimiento de la responsabilidad de la acción.4.2.1. La filosofía –práctica- de Paul Ricœur.

4.3. La iniciativa en relación con el otro. “Con y para los otros”4.4. La iniciativa en el plano colectivo. “En instituciones justas”.

Iremos trenzando el significado de la teoría ética de Ricœur, que

se define como una aspiración a la ética. A saber: “tender a la

vida buena, con y para los otros, en instituciones justas”(Ricœur: 2002, 242).


1. Resumen

Siguiendo el camino abierto por Paul Ricoeur, esta

comunicación se propone analizar el componente del tiempo en

la ética práctica.

Integrado dentro de una producción -reflexiva, narrativa,

interpretativa, creativa- a la que denomino “escritura”. Esta

“escritura del tiempo” será considerada como una categoría

hermenéutica que permite internarse en la sabiduría práctica y

contextualizada que constituye el tipo de ética iniciado por

Ricoeur.


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2. Introducción

Recojo en este escrito mi refiguración (hermenéutica elaborada desde el lector) de los

textos en los que el filósofo francés trata sobre los problemas del tiempo. Sintetizo, en primer

lugar, su postura en una imagen visual -que comento por escrito- que, a mi juicio, Ricœur

tuvo presente para explicar y mostrar la cuestión del tiempo en la historia de la filosofía.

“En el fondo del plano traza las dos líneas paralelas, “irreconciliables” a lo largo de la

historia de la filosofía, sobre el concepto de tiempo: primero, la tradición subjetiva,

idealista, que unas veces podemos llamar psicológica -y correspondiente al hombre interior-

y otras, fenomenológica. Sus principales representantes han sido san Agustín y Husserl. Esta

tradición considera el tiempo como interior, vivido, constituido. La otra línea, que parece no

juntarse con la subjetiva, y, en apariencia, opuesta a ella, la constituye la tradición objetiva,

que considera el tiempo desde su perspectiva física y cosmológica, como nacido de la teoría

del movimiento (un tiempo que es consecuencia del espacio)”. (Laguna: 2016, 2).


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2. Introducción

La ética de Ricœur se relaciona directamente con la perspectiva privilegiada del

tiempo, que ha dirigido su escritura filosófica. Es desde la primacía del presente

atento (donde el ser humano es capaz de transformar en presente el pasado -con

la memoria- y capaz de convertir el futuro en presente -con la espera-), desde

donde Paul Ricœur construye el desarrollo práctico de su filosofía.

Como desarrollo natural, explícito e implícito en la totalidad de la obra de

Ricœur, pensaremos la sabiduría práctica como consecuencia de la iniciativa del

presente: la ética contextual que propone el filósofo, así como la función crítica que

ha de conservar la filosofía, a partir de la acción de un ser humano, que es capaz de

ser sujeto agente, y que se sabe faliblemente responsable de sus decisiones, de sus

actos y de sus promesas.


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2. Introducción

El escrito clave de Paul Ricœur en donde presenta de manera explícita -también transversal- el problema del tiempo, en una síntesis lúcida y creativa es “La iniciativa” (2001).

Escrito originalmente en 1986 para un libro colectivo sobre ética. Quizá la muestra por excelencia de la “escritura del tiempo”.

Celis. 1986. Labyrinthe: parcours étiques. Bruxelles: Publications des Facultés UniversitairesSaint-Louis.

Pero, a la vez, es uno de los escritos fudnamentales de Ricœur

sobre sobre ética (y sus relaciones con la antropología).


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3. La iniciativa del presente

En el artículo de la iniciativa del presente se unen el tiempo y el

espacio, por un lado, y, por otro, los tres tiempos (pasado, presente y

futuro).

Lleva como título “la iniciativa” porque le interesa ante todo “poner

el acento sobre esta réplica de la práctica a la especulación y sus

obstáculos: la iniciativa es el presente vivo, activo, operante, que

replica al presente visto considerado, contemplado y reflexionado”

(Ricœur: 2001, 241).

Las reflexiones teóricas fundamentales de este presente en la

encrucijada del tiempo físico y del tiempo fenomenológico.


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El punto clave en su reflexión teórica es la

presentación acertada entre instante y presente.

Justamente, este supone el momento en que se explica

la confluencia entre la tradición cosmológica y la

tradición psicológica y fenomenológica de la cuestión

del tiempo.

No obstante, significa, a su vez, la consideración

propiamente práctica de su filosofía.


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El presente, considerado fenomenológicamente, “estágrávido” del futuro inminente y del pasado reciente,debido a la protensión (en el caso del futuro) y a laretención (si nos referimos al pasado).

Aunque el presente necesita, por su parte, la atención,una intención que hace presentes los otros tiempos, paravivirlos en una distensión del tiempo:

Son relaciones interiores al presente -relacionesintencionales longitudinales- que constituyen el flujo deltiempo continuo.


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El tiempo físico se inscribe en el espacio al considerar el movimiento.

El espacio y los cuerpos que se mueven en él, se pueden representarcomo una línea recta.

En esa línea recta, el INSTANTE PUNTUAL, unidad mínima del tiempo físicoy cosmológico se dibuja como un punto mínimo, que apenas ocupa espacio,porque en seguida es sucedido por otro punto de la misma medida, que,como aquel anterior, y, como el siguiente, ya no se repite.


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El tiempo físico se inscribe en el espacio al considerar el movimiento.

El tiempo fenomenológico (vivido) se expande, desde el presente atento,

Hacia el pasado (mediante la memoria) y hacia el futuro ( a través de la

espera)


11 Pres.Pas. Fut.



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El conflicto entre el tiempo fenomenológico y el tiempo cosmológico

resulta una paradoja especulativa, convertida en aporías a lo largo de los

siglos. Ricœur ofrece a esta paradoja la solución que le da la práctica. A

juicio de Paul Ricœur es el hacer del agente humano el que produce la

síntesis entre el presente vivido, capaz de experimentar el flujo del

tiempo, y los instantes del ahora, puntuales y efímeros.

Las líneas, en principio paralelas, se curvan y se aproximan hasta tocarse

Pas. Pres. Fut.


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ÍNDICE


4. La constitución del tercer tiempo. Las iniciativas 4.1. El calendario: cruce del instante puntual -espacial- y del presente vivido.4.2. La iniciativa individual. El reconocimiento de la responsabilidad de la acción“Tender a la vida buena”.

4.2.1. El reconocimiento de la responsabilidad de la acción.4.2.1. La filosofía –práctica- de Paul Ricœur.

4.3. La iniciativa en relación con el otro. “Con y para los otros”

4.4. La iniciativa en el plano colectivo. “En instituciones justas”.

Iremos trenzando el significado de la teoría ética de Ricœur, que se define como una

aspiración a la ética. A saber: “tender a la vida buena, con y para los otros, en

instituciones justas” (Ricœur: 2002, 242).

Entre el tiempo fenomenológico y el tiempo cosmológico


4. La constitución del tercer tiempo. Las iniciativas

4.1. El calendario: cruce del instante puntual -espacial- y del presente

vivido

El tercer tiempo, que aparece en la práctica en la historia de las

sociedades humanas, viene a unir las dos perspectivas mediante las que

consideramos el tiempo.

El momento cumbre de la aparición del tercer tiempo humano ya lo consideró Ricœur en Tiempo y

narración: se trata de la invención del calendario. (Ricœur: 1996,783). Allí lo utilizaba para explicar la

relación entre tiempo y narración en la cuenta de la historiografía.

Ahora Ricœur da un paso más: muestra las aporías del tiempo a partir de

la acción humana en tiempos y espacios concretos.


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4. La constitución del tercer tiempo. Las iniciativas

4.1. El CALENDARIO: cruce del instante puntual -espacial- y del presente

vivido

Los intervalos y recurrencias de los fenómenos cósmicos

(continuo infinito, segmentable, pero desprovisto de significado)

se unen con tiempos que se llenan de significado para las

colectividades.

El calendario “cosmologiza el tiempo vivido y humaniza el

tiempo cósmico, haciendo coincidir un presente notable con un

instante cualquiera en el momento axial”. (Ricœur: 2001, 247)”.


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La escritura del tiempo (y del espacio) en la ética práctica de Paul Ricoeur

4. La constitución del tercer tiempo. Las iniciativas.

4.2. LA INICIATIVA INDIVIDUAL. “Tender a la vida buena”

4.2.1. El reconocimiento de la responsabilidad de la acción

Ricœur presenta la INICIATIVA como una categoría del hacer (no del ver).Esta es la manera de obviar el peligro de querer convertir en un presenteactual tanto al pasado como al futuro. Lo que decisivo para nuestra identidadde sujetos no es lo que sucede sino lo que hacemos suceder.

“Somos agentes capaces de producir acontecimientos”. El hacer, diceRicœur, “hace que la sociedad no sea totalizable”. (Ricœur: 2001, 249)”. Esdecir, que cada uno de los sistemas -de distinto tipo- en los que estamosinmersos no se cierren de forma determinista.


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4.2.1. La iniciativa INDIVIDUAL. El reconocimiento de la responsabilidad de la acción

La consideración antropológica con la que Ricœur opera: el ser humano es un seren el tiempo.

Construimos nuestra identidad personal haciendo una relectura de nuestro pasadoy reescribiéndolo. Un instrumento esencial de esta vuelta a interpretar el pasado es lanarración. También son necesarias, como técnicas de relectura y reescritura, laconfesión, la declaración, la atestación, y, en el plano colectivo -aunque sean escritospor un autor individual- las escrituras y los procesos discursivos de varias disciplinas,principalmente de la historia, de la teoría literaria y de la escritura filosófica, así como delas técnicas de interpretación propias del derecho y la judicatura.

La incorporación de técnicas para la refiguración del tiempo pasado aparece diseminada a lo largo de la obra posterior de Ricœur.

Yo llamo a este conjunto de técnicas de relectura y reescritura “la escritura deltiempo”.


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4.2.2. La filosofía- práctica- de Paul Ricœur

La ética de Ricœur es una ética, más allá del respeto -dicho enterminología kantiana- una ética del reconocimiento; tanto en el nivelindividual como en la alteridad y en el nivel colectivo.

Se trata de considerar la identidad personal en su duración, en sucondición histórica, en su cambiante identidad ipse -la ipseidad-, en“relación dialéctica” con la inmutable identidad ídem -mismidad- (labiológica, numérica, que se relaciona directamente con el tiempocosmológico).

Esta identidad ipse se abre al futuro a través de la capacidadespecial de la promesa. Por este camino, descubrimos el papelprotagonista del tiempo en la configuración del ser humano individuoy en la colectividad de las sociedades.


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El sujeto que es capaz de hacer, si se ha decidido a “tender a la

vida buena” tiene por delante, dice Ricœur “un trabajo incesante de

interpretación de la acción y de sí mismo”.

Sigue la estela de una racionalidad práctica, que lo lleva a asegurar

-en esta línea hermenéutica y temporal que estamos exponiendo- que

la interpretación de sí se convierte en estima de sí.

La ética de Ricœur más que una ética de la imputabilidad es una

ética que proporciona razones para la acción.


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Ricœur sitúa su filosofía práctica -su ética- entre la estima de sí y lasolicitud por el otro.

La “estima de sí” en la concepción de Ricœur sigue el destino de lainterpretación, y, como ella, “da lugar a la controversia, lacontestación, la rivalidad, en una palabra, al conflicto deinterpretaciones, en el ejercicio del juicio práctico”. (Ricœur: 1996b:185).


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En la primera definición de la atestación elaborada por

Ricœur en Sí mismo como otro, aparece ya implícita la

noción de reconocimiento de su ética, pero no ligada solo a

la confesión como culpa y a la imputabilidad, sino, de una

manera más amplia y positiva, vinculada en el núcleo a las

capacidades fundamentales del ser humano, que son

esencialmente capacidades abiertas a la alteridad.


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La tarea prioritaria del teórico de la ética, para que su ética searealmente fundamentada, por un lado, y aplicada, por otro, esformar, educar a los sujetos agentes de las acciones,

para que entiendan cuál es su responsabilidad y para que sepandecidir y actuar en las situaciones específicas, teniendo en cuenta elpasado, mediante la memoria (a través de las técnicas de lanarración, con la ayuda de la confesión y la atestación) y abriéndose alfuturo, con el esperanzador y necesitado de fe, instrumento de lapromesa (que requiere, en primer lugar, no ser traicionada).


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4.3. La iniciativa en RELACIÓN CON EL OTRO

“Con y para los otros”

Recordemos que Ricœur sitúa ética entre la estima de sí yla solicitud por el otro. Aunque la solicitud no consiste enun segundo paso en el proceso ético: “mi tesis, dice Ricœur,es que la solicitud no se añade desde fuera a la estima desí, sino que despliega la dimensión dialogal implícita enella”. (Ricœur, 2002, 243).

Es el reconocimiento del otro como un ser capaz de decir,de actuar, de contar y contarse, y de hacer una promesa ycumplirla.


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4.3. La iniciativa en relación con el otro


Abrimos ahora un apartado -necesario- sobre la imputabilidad antesde seguir con el tema del reconocimiento del otro.

Ricœur introduce en este punto una idea crucial para la éticacontemporánea, la de la relación entre el sujeto agente y el otro conel que se relaciona, y del que es responsable. En esta línea operan enla actualidad las éticas de la vulnerabilidad.

Es decir, se amplía la extensión y el significado de la responsabilidad:no se trata solamente de los daños a unas víctimas en el aquí-ahoradel agente. Ricœur trae a colación el “principio-responsabilidad” de Hans Jonas.


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Aunque, como recuerda Ricœur, “la imputación tiene también supunto de sensatez: una responsabilidad ilimitada giraría hacia laindiferencia, al arruinar el carácter “mío” de la acción”. Se debeencontrar la justa medida “entre la huida ante la responsabilidad y susconsecuencias y la inflación de una responsabilidad infinita”. (2005,118).

Un artículo interesante que repasa estas cuestiones de la ética de lavulnerabilidad en relación con Ricœur es el de Cyndie Sautereau:“Répondre à la vulnérabilité. Paul Ricœur et les éthiques du care endialogue”. Journal of French and Francophone Philosophy - Revue de la philosophie

française et de langue française, Vol XXIII, No 1 (2015) pp 1-20.III Seminario de Ética Práctica. Universiad de Granada. 5 y 6 de septiembre, 2016. Comunicación: Mercedes Laguna

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Y es que la promesa como categoría ética no es una visión idílica -o ingenua- de lacapacidad del ser humano para comprometerse y de saberse responsable del otro,con quien se relaciona (o a quien pueden llegar las consecuencias de su acción).

La categoría de la promesa en la ética de Ricœur estáinmersa en su concepción de la dimensión temporal del serhumano. Recordemos que era la iniciativa del presente (elpresente del presente) la que tenía la capacidad de salvaruna de las aporías fundamentales del tiempo, la separaciónentre el tiempo cosmológico y el tiempo fenomenológico.


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Considero apropiado resumir con Ricœur, antes de concluir este apartado de larelación con el otro, las cuatro fases en las que se desarrolla la iniciativa delpresente:

“En primer lugar, yo puedo (potencialidad, potencia, poder);

en segundo lugar, yo hago (mi ser es mi acto);

en tercer lugar, yo intervengo (inscribo mi acto en el curso delmundo: el presente y el instante coinciden);

en cuarto lugar, mantengo mi promesa (continúo en el hacer,persevero, duro).

(Ricœur: 2001, 251).


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4.4. La iniciativa en el PLANO COLECTIVO

“En instituciones justas”.

Se trata de una cuestión de justicia: puesto que el otro es un sercomo yo, con las mismas capacidades y los mismos derechos, hemosde considerar dos consecuencias fundamentales: en primer lugar, el“vivir bien”, el tender a la vida buena, “no se limita a las relacionesinterpersonales, sino que se extiende a las instituciones”. (Ricœur:2002, 244).

En segundo lugar, la solicitud parece que se puede quedarreducida al ámbito de la amistad, pero la identidad y la esencia delotro proporcionan una exigencia de justicia que requiere principioséticos, morales y jurídicos.


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4.4. La iniciativa en el PLANO COLECTIVO


Puntos fundamentales:

1. Refiguración eficaz de la categoría de “las capacidades”(capabilities) de la teoría social y económica de Amartya Sen,que Ricœur elabora en Caminos del reconocimiento.

2. La necesidad de contar con instituciones garantes de justiciay creadoras de contextos donde las capacidades puedan serefectivas, nos lleva a plantear, en el ámbito colectivo y social,nuestra relación –como sociedad- con el pasado y con el futuro.

3. La importancia de la función crítica de la filosofía, que se puedeconsiderar, en esta concepción de Ricœur, la tercera parte de la definiciónde la ética.


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4.4. La iniciativa en el plano colectivo


“ES NECESARIO REABRIR EL PASADO, reavivar en él POTENCIALIDADESINCUMPLIDAS”. (Ricœur: 2005, 255)

El tiempo reflexionado desde el presente vivido es una categoría

hermenéutica: interpreta el pasado y el futuro (de distinto modo, pero

con los mismos instrumentos, con las dos categorías de Koselleck : elhorizonte de expectativa y el espacio de experiencia.

La fuerza de refigurar el tiempo procede de la fuerza del presente.

Explicar la relación del tiempo, la hermenéutica y la ética.

Por qué el tiempo (su escritura) es una categoría hermenéutica:

porque con la hermenéutica captamos el sentido de los textos y de

las cosas y vamos dándole sentidos renovados.


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4.4. La iniciativa en el plano colectivo


Dice Ricœur en MHO, 2002, 500:

“Si, en efecto, los hechos son indelebles, si no se puededeshacer lo que se hizo ni hacer que lo aconteció…

… No sea, en cambio, que el sentido de lo que aconteció noesté fijado de una vez para siempre; además de que losacontecimientos del pasado pueden narrarse ointerpretarse de otro modo, también puede reducirse lacarga moral vinculada a la relación de deuda respecto alpasado. (Epílogo dedicado al perdón).


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Memoria y promesa

“Escribamos de nuevo las razones que nos han llevado

a emparejar la memoria y la promesa en el punto

álgido de la problemática del reconocimiento de sí”.

(Ricœur: 2005, 134).


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Muchas graciasMercedes Laguna

[email protected]

De-Lectio. Revista de Filosofía y Literatura


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mailto:[email protected]

http://www.filosofiayliteratura.org/1/palabra_creadora.htm

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