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I. Fase I A. Programa subregional para contribuir a la prevención y eliminación del trabajo infantil en la industria del café (1999-2004) B. Componente subregional Objetivos El proyecto subregional de café fue la instancia de coordinación de seis proyectos nacionales para erradicar el trabajo infantil en el sector del cultivo del café. Los proyectos nacionales fueron programas de acción directa que se ejecutaron en localidades donde el cultivo del café es una actividad económica predominante: Costa Rica (Turrialba y Guanacaste), República Dominicana (San José de Ocoa), Nicaragua (Jinotega y Matagalpa), Guatemala (San Marcos), Honduras (Trinidad, Santa Bárbara), y El Salvador (Sonsonate y Ahuachapán). A su vez, estos proyectos nacionales se dividieron en dieciocho programas de acción. Todos estos proyectos cerraron en junio de 2004 para dar paso a la Fase II, más amplia El objetivo primordial del componente subregional fue contribuir con la prevención y la eliminación del trabajo infantil en la industria cafetalera de América Central y República Dominicana. Los objetivos específicos del componente subregional en café fueron: Implementar efectivamente los seis proyectos nacionales en la producción del café en América Central y República Dominicana. Sensibilizar sobre el problema del trabajo infantil y hacer compromisos públicos, políticos y financieros con las cámaras de comercio, asociaciones y consejos de productores de café y terratenientes cafetaleros, instituciones del gobierno y ONG’s. Las estrategias del proyecto El proyecto se dividió en programas de acción según cuatro componentes diferentes: educación, sensibilización, salud, y alternativas productivas. En cuanto al componente de educación, se ha logrado sin lugar a dudas un incremento de la escolarización y una disminución del fracaso escolar, así como una mejora de la calidad de la educación entre los y las menores trabajadores que ya estaban insertos en el sistema educativo. En el componente de sensibilización se aprecia un sensible incremento de la conciencia de los padres, madres, instituciones, y empresarios agrícolas sobre el problema del trabajo infantil, y también un incremento de la conciencia de los niños y niñas sobre sus derechos. En lo referente al componente de salud, los niños y niñas beneficiarios del programa han visto mejoradas sus condiciones debido a una mejoría en los servicios de salud comunitaria en general. En cuanto a las alternativas productivas, se ha capacitado a las madres y padres de familia en gestión de negocios para generar propuestas eficaces de comercialización que les permita aumentar los ingresos familiares. También, se logró involucrar a los Ministerios de Agricultura de la región, así como a algunas asociaciones de productores, para garantizar la sostenibilidad del proyecto en el futuro. a. Componentes nacionales

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I. Fase I

A. Programa subregional para contribuir a la prevención y eliminación del trabajo infantil en la industria del café

(1999-2004) B. Componente subregional

Objetivos El proyecto subregional de café fue la instancia de coordinación de seis proyectos nacionales para erradicar el trabajo infantil en el sector del cultivo del café. Los proyectos nacionales fueron programas de acción directa que se ejecutaron en localidades donde el cultivo del café es una actividad económica predominante: Costa Rica (Turrialba y Guanacaste), República Dominicana (San José de Ocoa), Nicaragua (Jinotega y Matagalpa), Guatemala (San Marcos), Honduras (Trinidad, Santa Bárbara), y El Salvador (Sonsonate y Ahuachapán). A su vez, estos proyectos nacionales se dividieron en dieciocho programas de acción. Todos estos proyectos cerraron en junio de 2004 para dar paso a la Fase II, más amplia El objetivo primordial del componente subregional fue contribuir con la prevención y la eliminación del trabajo infantil en la industria cafetalera de América Central y República Dominicana. Los objetivos específicos del componente subregional en café fueron:

• Implementar efectivamente los seis proyectos nacionales en la producción del

café en América Central y República Dominicana. • Sensibilizar sobre el problema del trabajo infantil y hacer compromisos

públicos, políticos y financieros con las cámaras de comercio, asociaciones y consejos de productores de café y terratenientes cafetaleros, instituciones del gobierno y ONG’s.

Las estrategias del proyecto El proyecto se dividió en programas de acción según cuatro componentes diferentes: educación, sensibilización, salud, y alternativas productivas. En cuanto al componente de educación, se ha logrado sin lugar a dudas un incremento de la escolarización y una disminución del fracaso escolar, así como una mejora de la calidad de la educación entre los y las menores trabajadores que ya estaban insertos en el sistema educativo. En el componente de sensibilización se aprecia un sensible incremento de la conciencia de los padres, madres, instituciones, y empresarios agrícolas sobre el problema del trabajo infantil, y también un incremento de la conciencia de los niños y niñas sobre sus derechos. En lo referente al componente de salud, los niños y niñas beneficiarios del programa han visto mejoradas sus condiciones debido a una mejoría en los servicios de salud comunitaria en general. En cuanto a las alternativas productivas, se ha capacitado a las madres y padres de familia en gestión de negocios para generar propuestas eficaces de comercialización que les permita aumentar los ingresos familiares. También, se logró involucrar a los Ministerios de Agricultura de la región, así como a algunas asociaciones de productores, para garantizar la sostenibilidad del proyecto en el futuro. a. Componentes nacionales

1. Contexto

Los componentes nacionales son programas de acción directa. El objetivo general de los proyectos nacionales fue contribuir a la eliminación progresiva del trabajo infantil en el sector cafetalero y en otras actividades peligrosas de la agricultura comercial, proveyendo a los niños y las niñas con educación y otras alternativas al trabajo. Se incluyeron otras actividades agrícolas, además de la cafetalera, puesto que dada la crisis que se vivió y continua, muchas personas menores trabajadoras se trasladaron a otras actividades por la falta de trabajo o los bajos salarios en el área del café. Los objetivos inmediatos de los proyectos nacionales fueron:

• Reducir el trabajo infantil en las plantaciones de café de la región y en otras actividades peligrosas en el sector de agricultura comercial.

• Movilizar a los agentes sociales de las comunidades para que tomen acciones contra el trabajo infantil y fortalecer la capacidad de las agencias de implementación en el diseño, manejo y evaluación de los programas de acción.

• Establecer e implementar un sistema de monitoreo de trabajo infantil en el sector cafetalero.

2. Costa Rica

a. Situación nacional

Aunque Costa Rica ratificó los Convenios 138 y 182 de la OIT sobre la Edad Mínima de Trabajo y las Peores Formas de Trabajo Infantil y legisló su propio Código de la Niñez y la Adolescencia, se estima que existen 113,523 personas de entre 5 y 17 años que laboran en el país: un 10.2% de la población de ese rango de edad. Sin embargo, la mayoría está entre los 15 y 17 años: un 56.6% de la población trabajadora menor de edad. Por otro lado, un 66.1% de la niñez trabajadora se concentran en áreas rurales, por lo que es de esperar que la mayoría de las niñas y niños trabajadores laboren en la agricultura, la silvicultura, la caza y la pesca (un 43.4%). Es por esta razón que, en 1996, el Gobierno de Costa Rica firmó un Memorando de Entendimiento con la OIT, comprometiéndose a tomar acciones para proteger la niñez y la adolescencia de todas las formas de explotación económica y de aquellos trabajos que son peligrosos y/o interfieran con la educación.

b. Turrialba

El proyecto Este proyecto se ejecutó en el Distrito Central de La Suiza, en Santa Rosa de Turrialba, en la provincia de Cartago, ubicada en el centro-este del país. En esta localidad, el monocultivo del café es dominante, por lo que ha sido afectada directamente por la crisis en los precios de este cultivo. Los beneficiarios directos del proyecto fueron 2,286 niñas, niños y adolescentes, distribuidos según los siguientes criterios: niños y niñas menores de 15 años que: i) hayan abandonado el estudio para trabajar a tiempo completo en las plantaciones de café; ii) que estudien y trabajen durante el periodo de cosecha del café en fincas grandes, medianas y pequeñas; iii) que trabajan en la cosecha de café en parcelas de sus padres o familiares. Por otro lado, el proyecto comprendió a los padres y madres de los menores trabajadores del programa de acción, quienes recibieron capacitaciones en actividades generadoras de ingresos.

Indirectamente, el proyecto también benefició a 2.000 niñas, niños y adolescentes alumnos de las escuelas de la zona, a 200 familias de las comunidades meta, a 125 educadores, a 500 habitantes del cantón, a 20 organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil de la zona, y al menos a 900 padres y madres de familia de los alumnos de distintas escuelas de la zona. Implementación, logros y avances El proyecto de Turrialba fue ejecutado por el Centro de Desarrollo Solidario (CENTROSOL), que realizó las acciones del componente educativo, y Acción Solidaria (ACSOL), organización encargada de los componentes de sensibilización y producción. El componente educativo logró alcanzar una población de 2286 niños, niñas y adolescentes que recibieron diversos beneficios para incentivar su permanencia en los centros educativos. De ellos, 376 fueron retirados de sus trabajos y se integraron a las diversas modalidades de educación. En este sentido, la participación de las autoridades educativas locales fue importante, incluyendo el proyecto de OIT-IPEC dentro de su plan regional de acción. Esto implica una garantía de sostenibilidad para los esfuerzos realizados. Por su parte, el componente productivo ofreció servicios no financieros a más de 722 familias en forma de capacitaciones sobre nuevas alternativas productivas no tradicionales para complementar su ingreso familiar. Además, 90 de estas familias obtuvieron créditos blandos para financiar pequeños proyectos productivos en el campo agropecuario y el campo artesanal tales como horticultura, producción animal, piscicultura y trabajo en cuero, entre otros. Los ingresos adicionales generados por los proyectos productivos permitieron a las familias mantener a sus hijos en el sistema educativo. Además, algunas personas menores de edad que habían desertado pudieron reinsertarse en diversas modalidades educativas como las capacitaciones técnicas y vocacionales. Por otro lado, también es necesario destacar la importancia de la participación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), por medio de su Oficina para la Atención y Erradicación de Trabajo Infantil y Protección del Adolescente Trabajador (OATIA), y la participación de la Municipalidad de Turrialba, que desde un inicio mostraron su compromiso y se involucraron en la causa para lograr los objetivos del Programa. De igual forma, es menester destacar la creación del Comité de Apoyo de la Secundaria Santa Teresita. Este comité, integrado por estudiantes adolescentes de la zona, pretende realizar actividades de sensibilización y monitoreo en las áreas comprendidas. En el caso concreto de Turrialba, se formó un Comité cuya presidenta, con la participación de estudiantes y el uso de la radio y la televisión, realizó un trabajo excepcional. Este Comité contribuyó en el 2004 con la organización del Día Conmemorativo contra el Trabajo Infantil (12 de junio), en el que participaron 400 estudiantes, docentes y miembros de la comunidad. En general, el Comité se ha convertido en un portavoz contra el trabajo infantil en las 17 comunidades de Santa Teresita y Peralta, y su impacto ha sido notorio; la Secundaria de Santa Teresita tiene el nivel más bajo de deserción en Turrialba. Es por esta razón que el Comité de Apoyo de Santa Teresita es ejemplo de lo que se puede alcanzar como comunidad cuando existe compromiso hacia una causa.

c. Guanacaste-Puntarenas

Implementación, logros y avances El componente de educación de este proyecto, llamado “Toji”, que significa sol en el idioma indígena Maleku, fue implementado por la organización Defensa de los Niños Internacional (DNI)i. También participaron instituciones como el Patronato Nacional de la Infancia como instancia rectora en materia de niñez. Además se trabajó conjuntamente con el Ministerio de Educación, el Ministerio de Trabajo, y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS). En esta área se llevaron a cabo actividades de promoción educativa con menores trabajadores y aquellos menores en riesgo de convertirse en trabajadores. Se realizaron talleres de técnicas de estudio, fortalecimiento de la autoestima, y reforzamiento extraescolar. Los y las docentes fueron agentes de apoyo imprescindibles que garantizan la permanencia y la reinserción de las y los beneficiarios al sistema educativo. Por otro lado, se crearon un paquete integral de apoyo educativo dentro del cual se gestionan becas por parte de FONABE (Fondo Nacional de Becas), así como la donación de material educativo a las familias beneficiarias. Asimismo, los centros educativos recibieron pizarras, materiales didácticos y similares. Con el fin de aumentar la capacidad de retención del sistema educativo, se coordinó con el Ministerio de Educación Pública para ampliar la cobertura y las oportunidades educativas alternativas, ya que uno de los principales retos para la permanencia de los y las beneficiarias en el sistema educativo es el insuficiente nivel de cobertura a nivel de secundaria en la zona donde se implementa el proyecto. En respuesta a esta situación, el proyecto, junto con el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), ofreció a los y las beneficiarias adolescentes alternativas técnico-vocacionales. Estos esfuerzos han logrado disminuir la tasa de población excluida del sistema educativo y alcanzar una mayor reinserción y permanencia educativa. El componente de sensibilización también fue implementado por DNI. En este componente también colaboraron el Patronato Nacional de la Infancia, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Trabajo, y el IMAS. Las acciones fueron dirigidas para sensibilizar y fortalecer la toma de conciencia en torno al trabajo infantil en la zona y la importancia de la educación para la población menor de edad. Estas acciones contribuyeron con el fortalecimiento de los esfuerzos para reinsertar a los y las menores en el sistema educativo. El componente de alternativas productivas fue ejecutado como un apoyo a las familias beneficiarias para que éstas pudieran desarrollar proyectos que les permitieran generar dinero adicional para enviar a sus hijos e hijas a la escuela. En lo referente a alternativas productivas, se trabajó con la infraestructura existente de las cooperativas, las cuales gozan de un gran poder de convocatoria ante los pobladores, y son consideradas por los campesinos y entidades institucionales de la zona como organizaciones que propician el desarrollo social y productivo de la comunidad. Dicho componente fue implementado por la Fundación Hijos del Campo (FHC), ONG con presencia en las cooperativas y la comunidad de la zona. El proyecto de café Guanacaste-Puntarenas identificó grupos que podrían realizar el papel de monitores del trabajo infantil a nivel local. De tal manera, se motivó a los Comités de Educación de las cooperativas de café que existían en la zona; los Comités

de Educación trabajaron como monitores. Asimismo, con la participación no solo de las cooperativas sino también de otros actores como familias, docentes, inspectores del Ministerio de Trabajo y asistentes técnicos de atención en salud de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), se elaboró un diseño de monitoreo que permite detectar los casos de trabajo infantil, referirlos a las autoridades competentes del proyecto o del gobierno, atender estos casos, y darles seguimiento. Todas las personas que comprenden este sistema de monitoreo fueron capacitadas. Luego se coordinaron acciones con éstos y con funcionarios y funcionarias públicas, a fin de afinar el diseño y lograr que el sistema funcionara adecuadamente. Finalmente, se realizó un taller donde participaron todas las personas de los diferentes niveles del sistema de monitoreo del trabajo infantil. En esta actividad se firmaron compromisos para asegurar la continuidad del proyecto por parte de las cooperativas, los líderes comunales, y otros actores sociales. Los logros generales del proyecto desde el 2002 se pueden resumir de la siguiente manera: 310 niñas, niños y adolescentes han sido retirados del trabajo, 256 niños, niñas y adolescentes han sido reinsertados en el sistema educativo a través de la escuela abierta, las nuevas oportunidades educativas, la secundaria a distancia (telesecundaria), y la educación formal, y 150 adolescentes y adultos han sido inscritos en los cursos técnicos del INA. Asimismo, un total de 816 menores han sido retenidos en el sistema educativo. Por lo tanto, el proyecto alcanzó el 99.6% de su primer objetivo.

3. Guatemala Situación nacional El problema del trabajo infantil en Guatemala afecta a más de medio millón de niños y niñas entre los 7 y los 15 años de edad, representando un 12% de la población económicamente activaii. Varios factores contribuyen a la persistencia del trabajo infantil; el más notable es la desigualdad estructural económica y social que afecta al 42 por ciento de la población guatemalteca de origen indígena. Las niñas y niños en Guatemala trabajan tanto en el sector formal como el informal. La mayoría trabajan en el área agrícola y de servicios. Se estima que un 65 por ciento de la niñez trabajadora de este país labora en la agricultura.iii El proyecto El acápite se desarrolla en el Departamento de San Marcos, localizado en una región accidentada al noroeste del país donde el altiplano guatemalteco se une con la costa pacífica cerca de la frontera mexicana. El proyecto se concentraba específicamente en las plantaciones de café de la zona, reuniendo aproximadamente a 5,535 niñas y niños y 1,500 familias como beneficiarios. De manera indirecta, también se dirigió a 174 educadores de las comunidades comprendidas dentro del marco de ejecución. El Departamento de San Marcos presenta los índices más altos de pobreza en Guatemala. Por ejemplo, de la población del municipio de Comitancillo, un 94.46% de sus habitantes vive en condiciones de extrema pobreza. Su economía se basa principalmente en el café, cultivo que predomina en fincas cuyos propietarios viven en otras zonas del país y son manejadas por administradores de la zona. Implementación, logros y avances

El proyecto de café en San Marcos ha beneficiado directamente a 5,535 menores a través de acciones realizadas tanto en las comunidades comprendidas en el proyecto así como en otras poblaciones vecinas. Por ejemplo, se brindó capacitación en educación bilingüe a docentes de áreas vecinas para introducir la problemática del trabajo infantil en otras comunidades indígenas. Es fácil identificar los cambios positivos que el proyecto ha fomentado en el grupo beneficiario. El cambio de liderazgo en la comunidad es notorio; las madres se han organizado y han sido capacitadas en salud, y además participan en organizaciones comunales que garantizan el uso adecuado de las “Becas para la Paz” que reciben las niñas y niños. Asimismo, se ha logrado que los padres viajen solos a las plantaciones de café durante la recolecta del grano para no afectar la educación de sus hijos e hijas. Por otro lado, se ha logrado un cambio importante en la mentalidad de las personas jóvenes; antes de formar una familia a una edad temprana (entre los 14 y 15 años), han aprendido a darle prioridad al estudio. Por ejemplo, se han brindado capacitaciones sobre salud y planificación familiar a las y los adolescentes con el fin de enfatizar que la educación permite quebrar el círculo de la pobreza. El nivel de sensibilización logrado en la población en general permite asegurar el derecho a la educación y a los derechos humanos en general. Con respecto al componente de educación, es esencial referirse a La Escuela Rural Activa, un proyecto pedagógico que introduce cambios significativos en el mejoramiento cualitativo de la educación. Esta metodología ofrece la primaria completa a niños y niñas en forma gradual, con aprendizaje activo centrado en la alumna o el alumno. Se aplica un sistema de promoción flexible que permite a los estudiantes avanzar a su propio ritmo. A la vez, también promueve una relación más estrecha con la comunidad. Por otro lado, debido a que la mayoría de la población es indígena, se le dio un enfoque bilingüe a la metodología activa que no solo contempla la impresión de textos y glosarios en los diferentes idiomas, sino también el respeto a la individualidad de las etnias sin dejar a un lado la realidad de la globalización. Adicionalmente, la enseñanza activa incluye la organización de niñas y niños en gobiernos escolares para incentivar el orden dentro de la escuela y promover el liderazgo en las niñas, niños, y los adolescentes. También promueve la organización de padres, madres, y directores en juntas escolares para impulsar el desarrollo integral de la comunidad y la organización de maestras(os) en círculos de docentes para velar por la calidad de la educación en sus aulas. Paralelamente, el proyecto apoyó la creación del primer Instituto para la Educación Activa en la zona cafetalera, lo que interesó a padres y madres de comunidades vecinas. Estos han pedido a OIT-IPEC que instituciones similares se inicien en sus pueblos. Debido a que las escuelas atendidas por el proyecto han tenido cambios positivos, se ha motivado la creación de institutos que preparen docentes para impartir clases con enseñanza activa. Con el fin de asegurar la sostenibilidad de esta iniciativa educativa, se negoció un acuerdo de cooperación entre el Ministerio de Educación, la Cooperación Canadiense y FUNRURAL (agencia encargada del componente de educación que forma parte de ANACAFE, Asociación Nacional de Productores de Café), para consolidar los logros realizados en las escuelas comprendidas en el programa de metodología activa. Debido a que esta cooperación permitió extender el impacto del proyecto a otras

comunidades, se garantiza un seguimiento al problema del trabajo infantil en la zona y en áreas vecinas.

4. Honduras Situación nacional Honduras es un país altamente afectado por la pobreza; el hambre es un malestar que azota las áreas rurales en el sur y oeste del país casi anualmente. Como resultado, el trabajo infantil en Honduras es un fenómeno substancial, puesto que alrededor de un cuarto de millón de niños y niñas hondureños laboran en servicios domésticos y en la agriculturaiv; un porcentaje femenino significativo labora en la industria maquilerav. A pesar de que existe protección y obligación legal de educación gratuita primaria en la Constitución de Honduras, las condiciones económicas y sociales, así como la migración rural hacia las ciudades, han incrementado la incidencia del trabajo infantil y disminuido el número de niños y niñas que acuden a la escuela. De los y las menores trabajadores, solo el 34% logra completar la educación primaria. Los porcentajes relacionados a la educación secundariavi son aún más bajos, y la población que se adentra en la pobreza está incrementando. Debido a que la industria cafetalera comprende casi 100 mil productores independientes pequeños en Honduras, es menester analizar el trabajo infantil en este sector agrícola para lograr la prevención y erradicación de este fenómeno en la economía hondureña. Con este fin, la OIT-IPEC ha ejecutado el proyecto nacional en el área del café en el Departamento de Santa Bárbara, específicamente en la Municipalidad de Trinidad, ya que esta región montañosa tiene a 13,000 caficultores que se esparcen en 320,000 manzanas. Aquí, el nivel de analfabetismo alcanza un 37%, a pesar de que existen suficientes escuelas en el municipio de Trinidad y en sus alrededores. Los niveles de desnutrición en la localidad son alarmantes, alcanzando un 90% de la población infantil menor de 5 años. Como el café es la principal actividad económica de la zona, las familias trabajan no solo en la cosecha del grano sino también en los almácigos, en la limpieza del cafetal, y en el cultivo de semillas, entre otros. Las actividades cafetaleras se inician en marzo y finalizan 11 meses después, en el mes de febrero, por lo cual, aunque la cosecha es estacional, el mantenimiento del cafetal es anual. Normalmente, las familias se trasladan a una plantación o a sus alrededores para ser contratados. Debido a que el pago de la cosecha se da por cantidad recolectada, todos los miembros de la familia, incluyendo los niños y niñas, trabajan para aumentar la cantidad de grano recolectado. Como la cosecha inicia en octubre y finaliza en enero, muchas niñas y niños abandonan la escuela antes de que finalice el año escolar, por lo que aumentan los niveles de deserción y repetición. El proyecto Inmerso en el contexto anterior, el proyecto OIT-IPEC se ejecutó en el Municipio de Trinidad con el apoyo del Ministerio de Trabajovii, institución gubernamental que encabeza oficialmente todos los esfuerzos nacionales para la erradicación del trabajo infantil, y que ha demostrado tener voluntad política para actuar. La Comisión Nacional para la Erradicación Gradual y Progresiva del Trabajo Infantil inició labores en julio del 2002 y dirige la implementación del plan de acción nacional. Este ha demostrado ser un instrumento de política gubernamental preciso que podrá tener un impacto importante sobre las peores formas de trabajo infantil. Además, se articuló el plan de

acción nacional con la estrategia nacional para la reducción de la pobreza, también liderada por el gobierno hondureño. Paralelamente, la Secretaría ha reforzado las regulaciones sobre edad mínima de trabajo en los distintos sectores. Es importante señalar que los medios de comunicación también han jugado un papel importante, publicando artículos sobre el fenómeno del trabajo infantil. Implementación, logros y avances Durante la ejecución del proyecto de la OIT-IPEC, se han retirado 1.030 menores del trabajo, 50 menores han sido incorporados en la escuela, 250 adolescentes han sido incorporados en grupos de estudio, y 280 menores de 6 años han ingresado en preescolar. Adicionalmente, dentro del marco del componente de educación, se constituyeron grupos de estudio para estudiantes de secundaria y de primaria. Al final del proyecto se contaba con 41 grupos de estudio en las distintas escuelas bajo el programa llamado “Educa a todos”. Asimismo, se inició un programa de tutorías entre los mismos niños y niñas para solventar sus dificultades de aprendizaje. También se donaron 150 escritorios a la escuela incluida en el proyecto debido al aumento en la matrícula escolar, y la Municipalidad y el Fondo Cristiano proveyeron a 300 menores con materiales didácticos. En el componente de salud, 98 menores recibieron vacunación, 2409 menores asistencia médica, 688 obtuvieron tratamiento de flúor, y 1549 fueron provistos con cepillos de dientes. Finalmente, 1413 menores obtuvieron tratamiento para tratar parásitos. Estos logros son resultados de un esfuerzo común de la organización comunitaria, que ha sido una de las fortalezas más notables en el desarrollo de acciones dentro del componente de sensibilización del Proyecto de Erradicación y prevención del Trabajo Infantil en la industria del café en Trinidad, Santa Bárbara, Honduras. Estas organizaciones comunales son legalizadas por la corporación municipal mediante patronatos de desarrollo, defensoría de la niñez, comités de vigilancia, sociedades de padres de familia, etc. Por medio de estas estructuras, se ha facilitado un proceso participativo en el que se desarrollan acciones encaminadas para monitorear a las familias y los centros educativos y para asegurar la presencia puntual de los niños y niñas en edad escolar. Además, se ha logrado crear una conciencia de responsabilidad entre las madres y los padres de familia respecto a la protección de sus hijas e hijos del trabajo infantil, fenómeno que limita el desarrollo integral del niño y la niña. La estrategia de trabajo implementada por el proyecto en las 18 comunidades, en coordinación con las autoridades municipales, ha servido de ejemplo para las comunidades restantes del municipio, permitiendo que las mismas puedan hacer las gestiones debidas para dar solución a esta problemática que afecta a la mayoría de la población infantil. Por lo tanto, estos esfuerzos, unidos por medio de la colectividad, atestan que los países pueden solucionar sus problemas y desarrollarse cuando hay un verdadero compromiso social.

5. Nicaragua

Situación nacional Alrededor de un cuarto de millón de menores laboran en Nicaragua, tanto en áreas urbanas como rurales, pero es en ésta última donde se concentra un 65.2% de la niñez trabajadora. Adicionalmente, muchos de estos niños y niñas trabajan dentro del

seno familiar de manera no remunerada. Como consecuencia, más de la mitad de esta niñez trabajadora no asiste a la escuela, y de aquellos que reciben educación formal, solo un 11% está al nivel correspondiente con su edad. Asimismo, existe un alarmante nivel de deserción conforme avanzan los grados escolares; mientras que un 61.5% ha completado como máximo la primaria, solo un 13.9% llega a completar la secundaria. Más de la mitad de las niñas, niños y adolescentes trabajadores se ubican en el sector de la agricultura, la silvicultura y la pesca: un total de 140,332 menores. De esta cifra, un 47.3% tiene entre 10 y 14 años, y un 40.8% tiene entre 15 y 17 años; un significativo 11.9% está compuesto por menores entre los 5 y 9 años.

El proyecto Dentro de este contexto nacional, el proyecto concentró sus labores en los Departamentos de Matagalpa y Jinotega, al norte de Nicaragua; esta zona es la principal productora de café del país. El proyecto comprendió como beneficiarios directos a 4,700 menores. Indirectamente, el proyecto también se dirigió hacia las madres y padres de familia, docentes, promotores(as) de salud, y líderes comunales y de la sociedad civil. Con el fin de promover los derechos de la niñez y el desarrollo de una nueva visión, OIT-IPEC contactó a La Asociación de Caficultores de Matagalpa (ASOCAFEMAT) y a La Asociación de Caficultores de Jinotega (ASOCAFEJI), y posteriormente, al Centro para Servicios Educativos en Salud y Medio Ambiente (CECESMA) y la Asociación para la Educación y la Comunicación “La Cuculmeca”, para ejecutar los componentes de educación, sensibilización, salud, y alternativas productivas. Todas estas agencias tienen una notable experiencia en trabajos con el sector rural, y además han ejecutado proyectos en el área de influencia del proyecto. Sin embargo, poco trabajo se había realizado en el tema del trabajo infantil. Además, OIT-IPEC implementó una estrategia para involucrar a los distintos actores sociales, utilizando la ya existente Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CNEPTI), conformada por miembros de instituciones gubernamentales, organizaciones civiles, comerciantes y productores, y sindicatos. La participación de estos actores sociales en el seno del CNEPTI ha permitido que la problemática del trabajo infantil se discuta en la agenda nacional desde un punto de vista económico, político y social, y desde una perspectiva de urgencia. Implementación, logros y avances Para setiembre del 2003, un total de 4.700 niñas, niños y adolescentes fueron beneficiados directamente por el proyecto. Todos y todas participaron en las distintas actividades educativas y recreativas organizadas por el proyecto, tales como baile, música, artesanía, y radio. Asimismo, todas y todos participaron en educación formal, no formal o vocacional, mientras que muchos también recibieron servicios de consejería y materiales didácticos. Por otro lado, se brindó atención médica a menores y adultos, y también se proporcionó medicamentos. Además, se beneficiaron 2.159 familias por medio de capacitaciones en producción, género, y técnicas de cultivo. Como resultado de la hambruna sufrida por la población de la zona, CESESMA tomó algunas acciones específicas para atender este grave problema. Además de la atención médica antes citada, se brindaron talleres a las y los beneficiarios (menores y adultos) en los que se les dio almuerzo; las Comisiones Municipales de la Salud realizaron

exámenes, control de peso y talla, y también se abrieron centros infantiles para que funcionen como comedores. Sin embargo, es en el área de sensibilización en donde vale la pena compartir importantes logros, que por su novedad y efectividad, son ejemplos para otros esfuerzos ha realizarse en el futuro. Una de estas experiencias destacables fue el programa de radio sobre trabajo infantil, dirigido y producido por niños y niñas ex-trabajadores asistidos por el proyecto. Debido a que el proyecto trabajaba en cuatro plantaciones de café en Tuma-La Dalia, la estación local de radio, la cual tiene cobertura sobre 184 comunidades de Tuma-La Dalia y áreas vecinas, presentó este programa. Desde el 25 de mayo del 2003, el programa se trasmitió todos los domingos de 7 a 8 de la mañana. La agencia CECESMA constituyó un equipo de locutores y locutoras adolescentes, así como una red de corresponsales niñas, niños y adolescentes que enunciaban sus demandas y propuestas en este campo radial. Se logró que las y los beneficiarios del proyecto comunicasen sus experiencias sobre el proyecto a otros menores. Para finales del 2003, se abarcaron los siguientes temas en los programas: derecho a la participación, derecho a la no discriminación, derecho a la educación gratuita y obligatoria, derecho a la salud, drogas, trabajo infantil, y enfermedades de transmisión sexual. Por otro lado, el programa entrevistó a funcionarios públicos y líderes comunales para fortalecer la discusión. La audiencia del programa fue aumentando, lo que demostró que las comunidades reconocieron el esfuerzo realizado por estos pequeños periodistas y corresponsales. Otra estrategia de sensibilización fue el teatro. Un grupo de CESESMA y niñas, niños y adolescentes de las fincas de Matagalpa recibieron un taller, elaboraron un guión para la realización de una obra de teatro, y escenificaron la vida de la niñez trabajadora en las fincas de café. En esta obra de teatro los actores fueron las niñas, niños y adolescentes, que representan su situación y la de otros menores cortadores de café. Actuaron también de patrón, de juez, de mandador, de madre, de padre, y de maestra, todo con una canción inédita al fondo que acompañó el diálogo. Al final, se hizo una reflexión con los espectadores, en la que éstos expresaron el impacto de la obra en cada uno de ellos y ellas. El teatro demostró ser una de las mejores formas de sensibilizar a las personas. Además, permitió que se descubrieran valores artísticos desconocidos de algunos menores, y es un campo en que se puede canalizar la educación de una manera entretenida. Para el evento de cierre, la obra de teatro se llevó acabo en el teatro Rubén Darío en Managua el 25 de mayo del 2003, y el evento fue un éxito.

6. República Dominicana

Situación nacional Se estima que un 17% de las niñas y niños entre los 5 y 17 años de edad laboran en la República Dominicana. Geográficamente, el trabajo infantil existe tanto en el área rural como en el área urbana, concentrándose un 42.9% en el primero y el resto en el segundo. Los niños y niñas laboran en una amplia gama de sectores; principalmente trabajan en servicios comunales, sociales, personales, y en el comercio. Un 18.2% de la población infantil trabajadora labora en el sector agrícola, silvícola y de la pesca. Sólo un 42.2% de las niñas y niños trabajadores son asalariados, mientras que un 21.8% laboran con la familia sin remuneración. Un 17% trabajan como aprendices remunerados.

Inmerso en este contexto nacional se ubica San José de Ocoa, municipio ubicado en la principal zona de cultivo del café de la República Dominicana. Esta localidad tiene una población que en su mayoría es pobre, y presenta altos índices de migración hacia la ciudad; como consecuencia, tiene un significativo número de personas menores de edad que trabajan en las plantaciones de café del municipio. La mayoría de los niños viajan desde aldeas cercanas. Las comunidades de la zona son difíciles de acceder, distantes, y con un nivel de población residente muy reducido; además, las tierras cultivadas se concentran en pocos dueños. Los estudios de línea de base realizados por el proyecto determinaron que más del 80% de las niñas y niños de la zona se han involucrado durante el año 2002-2003 en la cosecha de café, y solo el 72% de las niñas y niños de la zona asistieron a la escuela. Alarmantemente, se determinó que un 71.9% de los menores trabajadores tiene entre 5 y 9 años de edad. En el ámbito familiar se vislumbra un bajo nivel de escolaridad y de renta familiar. Implementación, logros y avances Dada la situación antes mencionada, se implementó el proyecto de OIT-IPEC como esfuerzo para erradicar y prevenir el trabajo infantil en esta zona de la República Dominicana. Para setiembre del 2003, 3366 menores habían sido prevenidos(as) del trabajo infantil, mientras que 2036 niñas y niños que previamente laboraban fueron retirados del trabajo. La coordinación con instituciones públicas y privadas ha sido parte primordial de la estrategia de ejecución desde el inicio del proyecto para garantizar la sostenibilidad de este. Tal coordinación permitió que los menores que estaban matriculados en el sistema de educación formal contaran con uniformes, materiales didácticos, y desayuno escolar diario. Como esfuerzo complementario a la enseñanza, se organizaron centros de estudio después de clases donde las niñas y niños reciben ayuda en aquellas materias en las que tienen dificultades. Esto permitió a 615 menores en riesgo de repetición pasar exitosamente al nivel escolar siguiente. En relación a la salud, se asistió a la población meta con revisiones odontológicas en forma de extracciones, operaciones, y limpiezas bucales. Asimismo, en cuanto a la movilización comunal, se creó grupos a nivel local para monitorear el trabajo infantil y realizar acciones de seguimiento. En relación al componente de educación, particular interés se le debe prestar a las clases de reforzamiento escolar. Esta iniciativa nació de la encuesta de línea de base, la cual estableció que la educación en la zona rural de la provincia de San José de Ocoa tenía grandes deficiencias; entre ellas se destacaba el ausentismo, la deserción, la repetición escolar, y un notable índice de sobre-edad. Así pues, se crearon clases de reforzamiento escolar dirigido a las niñas y niños que se hallaban en una situación de desnivelación en la relación grado-edad para ayudarlos a superar más de un grado durante un ciclo escolar. Este componente ha sido significativo ya que la repetición escolar no solo afecta a las niñas y niños atrasados, sino también al sistema escolar en general. Presenta un congestionamiento de alumnos por profesor, y las diferencias marcadas de conductas e intereses de los y las estudiantes según la edad dificultan el proceso de aprendizaje. Atendiendo a que, según información brindada por docentes, el desnivel escolar se presenta con más frecuencia en las áreas de Lengua Española y Matemáticas, se

solicitó al Distrito Educativo presentar una propuesta de contenidos mínimos para ser desarrollados desde 1º a 7º grado en las dos áreas de estudio. Por otro lado, se seleccionaron los niños y niñas a ser incluidos en el programa con base en los siguientes criterios: rescatados(as) del trabajo; desnivelados(as) en la relación edad-grado; aquellos y aquellas con ausentismo frecuente; aquellos y aquellas con bajos promedios y con deficiencias notables en las dos asignaturas mencionadas. En esta labor los y las docentes realizaron una colaboración fundamental en tres fases: seleccionando a los y las menores; desarrollando la propuesta de contenidos mínimos; dándole seguimiento a los niños y niñas por medio de una prueba para evaluar sus progresos y determinar si estaban en condiciones de aprobar el grado. El trabajo consistió en un trato personalizado e individual de los y las docentes a cada estudiante, lo que permitió una promoción de un 97% de los estudiantes en los dos cursos durante un año lectivo. Durante el año 2002-2003 participaron un total de doce escuelas, involucrando a 146 menores. De estos, 69 aprobaron dos grados en un año escolar, 30 aprobaron un grado, y 47 se encuentran en situación de aplazados(as). Para el año escolar 2003-204, estos fueron evaluados otra vez y fueron promovidos. Esta experiencia es una buena práctica que requiere solamente de iniciativa y disposición, por lo que puede ser replicada perfectamente en otras instancias en donde se presente la situación de sobre-edad. Con la colaboración de los directores(as) de las escuelas para que supervisen el programa, así como con la ayuda de los padres y madres de las niñas y niños para que los motiven y evalúen los resultados, esta práctica puede reforzar el componente educacional de una iniciativa similar y enriquecer la vida de los niños y niñas beneficiados.

7. El Salvador

Situación nacional

Aunque después de los Acuerdos de Paz que dieron fin a la guerra civil salvadoreña se avanzó en la reconstrucción de la infraestructura y de servicios sociales básicos como la educación, salud y carreteras, el bienestar del país fue afectado nuevamente por el huracán Mitch en 1998, dos terremotos en enero y febrero del 2001, y una sequía de mayo a setiembre del 2003. Los cultivos de los productos básicos, principalmente en la zona oriental del país, se vieron severamente afectados. Dentro de este contexto, el proyecto de OIT-IPEC se desarrolla en los Departamentos de Ahuachapán y Sonsonate; estos departamentos concentran el 22.4% del total nacional de damnificados por los terremotos. Además de enfrentar tales circunstancias adversas, los problemas de estos departamentos se agudizan por el desplome de los precios internacionales del café.

El proyecto

Las niñas y niños comprendidos dentro del proyecto fueron habitantes de la zona y migrantes de otros departamentos que viajan para trabajar, en su mayoría, en el cultivo del café. El proyecto tuvo como beneficiarios directos a 2,800 menores que fueron prevenidos y retirados del trabajo, así como a 330 familias que recibieron opciones para generar ingresos alternativos y capacitaciones en sensibilización.

El proyecto se ejecutó específicamente en los municipios de Juayúa y Concepción de Ataco, donde la actividad económica principal es el cultivo del café. En Juayúa, por ejemplo, el café representa un 80% de la actividad laboral entre la población económicamente activa. Estas comunidades son las más pobres del país, ya que, por

ejemplo, de la producción total del municipio de Concepción de Ataco, el 75% del dinero generado va hacia un reducido sector formado por el 15% de la población; el restante 25% es repartido entre el 85% de los habitantes. La situación se dificulta ya que el 88.34% de la población no es dueña de la tierra. Implementación, logros y avances 2.333 menores entre 7 y 14 años fueron beneficiarios fueron prevenidos del trabajo infantil. Se ha logrado retirar a 2.471 menores del trabajo. Adicionalmente se capacitó a 603 padres y madres de familia en técnicas agrícolas. De estos, 70 recibieron micro-créditos. Finalmente, 623 madres y padres se inscribieron en el proceso de búsqueda de empleo formulado por el Ministerio de Trabajo. El proyecto fue ejecutado por las organizaciones ÁGAPE y ASAPROSAR, dos ONG’s de la zona. Estos resultados no serían posibles sin el importante apoyo logístico-técnico de las instituciones gubernamentales, ONG’s, asociaciones de productores de café, y los consejos municipales y promotores de salud de la zona. Todos estos actores sociales consideran que el proyecto desarrollado por OIT-IPEC es beneficioso, y confirman su respaldo a este por medio de actividades encaminadas a la identificación de menores de edad en riesgo social para inscribirlos y asegurar su permanencia en la escuela. Adicionalmente, se ha contado con el apoyo del Ministerio de Trabajo, el cual ha aumentado el número de personal en la oficina departamental de Sonsonate para identificar e inspeccionar centros de trabajo. Es importante destacar que durante el mes de setiembre del 2003 se juramentaron 21 Comités de Monitoreo Local, que coordinan acciones con representantes de la Red Interinstitucional de monitoreo de trabajo infantil. También implementan un Plan de Monitoreo en coordinación con el equipo técnico de ÁGAPE de El Salvador. Finalmente, estos comités gestionan la creación de la Unidad de Niñez y Adolescencia Municipal con el respaldo y la aprobación de una Ordenanza Municipal para el Cumplimiento de los Deberes y Derechos de las Personas Menores de Edad. El componente de sensibilización fue de suma importancia; la conciencia social que se desarrolló y la voluntad de cambio de las comunidades beneficiadas fueron el pilar fundamental del éxito del proyecto. En relación con la niñez trabajadora, ésta ha llegado a reconocer la importancia de la educación para crear mejores oportunidades en su vida. A pesar de la falta de recursos y los bajos niveles educativos, las niñas y niños están dispuestos a coordinar actividades para mejorar su calidad de vida. Por otro lado, los empleadores de estos menores también reconocen la importancia de cambiar la tradición del monocultivo cafetalero y el rol esencial de la educación para fomentar mejores oportunidades económicas y sociales en la zona. En lo referente a los padres y madres de familia, éstos presentaban una actitud pasiva con respecto al trabajo infantil. En este sentido, el proyecto creó la “escuela de padres”, un espacio de capacitación y participación donde se les sensibiliza sobre la necesidad de mejorar la situación de sus hijas e hijos. A través de los esfuerzos realizados por el proyecto en los componentes de educación, salud y sensibilización, algunos problemas, entre ellos la falta de acceso a la educación, la falta de información en la comunidad, la desnutrición, y otros, han sido resueltos exitosamente. Además, se ha logrado sensibilizar a los actores sociales relevantes para que formen parte del sistema de monitoreo y de la red institucional que vela por los derechos de la niñez.

En lo referente al componente de educación se logró contar con una asistencia regular a la escuela, y la mayoría de los y las menores beneficiarios finalizaron el año escolar; el nivel de repetición y de deserción disminuyó notablemente. Según datos del proyecto, al final del primer año de ejecución se logró aumentar la asistencia escolar en Concepción de Ataco un 32%. Asimismo, se entregaron 2000 paquetes escolares a las y los estudiantes para mejorar la educación que reciben. Por otro lado, en aras de diversificar la educación e incluir los deportes en el programa educativo, se entregaron implementos deportivos a las escuelas y se formaron grupos deportivos escolares para las niñas y los niños. Finalmente, es importante mencionar que la cuota social anual que dan los padres a las escuelas, así como los uniformes escolares, ahora son voluntarios, con lo que se redujeron los gastos para aquellas familias de escasos recursos. Por otra parte, se realizó un estudio socioeconómico de las familias y el mercado en la zona para identificar alternativas productivas sostenibles. Este estudio permitió identificar los tipos de proyectos que podían realizar las familias, la probabilidad de éxito de estos proyectos, y la necesidad de brindar capacitaciones técnicas y vocacionales para los adultos. El proyecto se enfocó en estas áreas para que las familias tengan la oportunidad de generar ingresos alternativos y aprender sobre la comercialización y sobre el acceso al crédito.

C. Programa subregional para contribuir a la prevención y eliminación del trabajo infantil en la agricultura (2000-2004)

a. Componente subregional

Objetivos El proyecto subregional de agricultura comercial es la instancia de coordinación de cuatro proyectos nacionales de acción directa para erradicar el trabajo infantil en el sector agrícola comercial, a saber: Guatemala (Departamento de Baja Verapaz – brócoli), Honduras (Departamento de Choluteca – melón), Nicaragua (Departamento de Chontales – granos básicos y ganadería), y República Dominicana (Departamento de Azúa – tomate). De todos ellos sólo Nicaragua ha cerrado, pues los demás solicitaron extensiones hasta septiembre de 2005 El objetivo primordial del componente subregional es contribuir con la prevención y la eliminación del trabajo infantil en industrias agrícolas comerciales determinadas en los países especificados anteriormente. Los objetivos generales del componente subregional en la agricultura comercial son: • Implementar efectivamente los cuatro proyectos nacionales en agricultura comercial en la región, y • Producir una base de conocimientos para facilitar intervenciones comprensivas hacia la erradicación del trabajo infantil en el sector agrícola comercial de la región. Por otro lado, con el fin de determinar la naturaleza peligrosa del trabajo infantil en ciertas áreas de la agricultura comercial de estos países, se practicaron cuatro consultorías sobre el temaviii.

El efecto generado por el proyecto ha sido claramente positivo. Se ha logrado implementar, con mayor o menor grado de efectividad, los cuatro proyectos nacionales en el tema de agricultura comercial. Asimismo, se fortaleció la capacidad de las agencias de implementación y colaboración para que éstas tomen acciones contra el trabajo infantil en la agricultura comercial, así como de instituciones nacionales como los Ministerios de Trabajo y de Agricultura. Durante la realización del proyecto se confrontaron condiciones específicas en cada área de ejecución; las diferentes plantaciones y fincas donde se llevó acabo el proyecto tienen características individuales, y como resultado, el monitoreo del trabajo infantil resulta difícil. Por ende, el sistema de monitoreo del trabajo infantil en los lugares de trabajo fue diseñado y adaptado a las necesidades de cada proyecto nacional. Las estrategias del proyecto El proyecto se divide en programas de acción según cuatro componentes diferentes: educación, sensibilización, salud, y alternativas productivas. En cuanto al componente de educación, se ha logrado sin lugar a dudas un incremento de la escolarización y una disminución del fracaso escolar, así como una mejora de la calidad de la educación entre los y las menores trabajadores que ya estaban insertos en el sistema educativo. En el componente de sensibilización se aprecia un sensible incremento de la conciencia de los padres, madres, instituciones, y empresarios agrícolas sobre el problema del trabajo infantil, y también un incremento de la conciencia de los niños y niñas sobre sus derechos. En lo referente al componente de salud, los niños y niñas beneficiarios del programa han visto mejoradas sus condiciones debido a una mejoría en los servicios de salud comunitaria en general. En cuanto a las alternativas productivas, se ha capacitado a las madres y padres de familia en gestión de negocios para generar propuestas eficaces de comercialización que les permita aumentar los ingresos familiares. También, se logró involucrar a los Ministerios de Agricultura de la región, así como a algunas asociaciones de productores, para garantizar una sostenibilidad del proyecto en el futuro.

b. Componentes nacionales 1. Contexto

Los proyectos nacionales, al igual que el componente subregional, se desprenden de un modelo que explica el problema del trabajo infantil en el sector de la agricultura comercial por tres causas: renta, la escasa escolarización, las actitudes socioculturales inadecuadas, y los bajos ingresos de las familias con niños y/o niñas trabajadores. Los proyectos nacionales son programas de acción directa divididos en tres componentes vinculados con el objetivo general de contrarrestar estos factores: Educación, Sensibilización, y Alternativas Productivas. Estos tres son acompañados de un cuarto componente –Salud y Nutrición- con el cual se trata de superar el difícil acceso a dichos servicios por parte de las personas menores de edad trabajadoras. Estos componentes, en su conjunto, comprenden al menos 9.110 niños y niñas y 1.625 familias que trabajan en plantaciones y fincas de tomate, melón, granos básicos, ganadería, y brócoli, en los países comprendidos dentro del área de ejecución como beneficiarios directos del programa subregional.

El objetivo general de los proyectos nacionales es contribuir a la eliminación progresiva del trabajo infantil en rubros de producción agrícola, proveyendo a los niños y las niñas con educación y otras alternativas al trabajo.

Los objetivos inmediatos de los proyectos nacionales son: • Reducir el trabajo infantil a través de: a) el retiro o la prevención de niños(as) menores de 15 o 14 añosix del trabajo en el sector de la agricultura comercial en el área de implementación del proyecto, reintegrándolos en el sistema de educación formal; b) el retiro de adolescentes de 15 a 18 años de edad del trabajo peligroso, proveyéndoles capacitación técnica y vocacional; c) la provisión de alternativas económicas a familias beneficiarias de niños y niñas retirados(as) del trabajo; • Poner en marcha un sistema de monitoreo del trabajo infantil, para verificar que: a) los niños y las niñas trabajadores sean retirados del trabajo y se les provea de educación y otros servicios de apoyo; b) ningún niño o niña ingrese al trabajo en el sector de la agricultura comercial en el área de implementación del proyecto; c) las familias y niños(as) sean beneficiados por el proyecto; d) se logre un progreso ponderable para prevenir y erradicar el trabajo infantil en el sector agrícola específico del área de implementación del proyecto; y • Aumentar la concienciación de los productores de la región, sus socios, autoridades locales y la comunidad, con respecto al trabajo infantil, especialmente en el área productiva que comprende el proyecto. También, se tiene como meta aumentar la capacidad de las organizaciones locales para tratar el problema del trabajo infantil.

2. Guatemala

Situación nacional El problema del trabajo infantil en Guatemala afecta alrededor de un millón de niños y niñas entre los 7 y los 15 años de edad. La fuerza laboral infantil representa un 12 %de la población económicamente activax. Varios factores contribuyen a la persistencia del trabajo infantil; particularmente, la desigualdad estructural, económica y social, que afecta al 42 % de la población guatemalteca, principalmente a la de origen indígena. Las niñas y los niños en Guatemala trabajan tanto en el sector formal como informal; sin embargo, la mayoría trabajan en el área agrícola y de servicios. Se estima que un 65 % de los niños y las niñas trabajadores de este país laboran en la agricultura.xi Como es común en la región, a pesar de las garantías legales para la educación de la niñez, las deficiencias en el sistema no les permiten a muchos niños y niñas acudir o permanecer en el sistema educativo. En Guatemala, solo un 37.12% de las niñas y niños trabajadores asisten a la escuelaxii. En Chilascó, el cultivo del brócoli es la principal actividad económica, la cual se ha venido desarrollando por más de diez años en respuesta al sistema de exportación no-tradicional. De 600 familias que componen esta población, más de 400 trabajan en el cultivo del brócoli. Sin embargo, a pesar de que esta producción llegó a representar más de 17.5 millones de dólares en exportaciones en 1999xiii, la pobreza persiste en la comunidadxiv, (y a nivel nacional), en gran parte debido a los términos laborales impuestos por las compañías exportadores. Por esta razón, las familias productoras dependen completamente de la voluntad de compra y venta de estas compañías que comercializan sus cosechas.

Como es de esperar, la mayor parte de los niños y las niñas de Chilasco laboran en este cultivo. Las condiciones de trabajo son bastante penosas, debido al clima frío y excesivamente húmedo. Como consecuencia inmediata, se presentan graves infecciones respiratorias, gripes e influenzas en los niños y niñas que son expuestos a las condiciones climatológicas a lo largo del proceso de cultivo del brócoli, que comprende desde el labrado de la tierra hasta la carga del producto a los camiones de recolección. Además, dada la naturaleza del producto, los niños y niñas se exponen a insecticidas, químicos, instrumentos de trabajo filosos, y pesadas e incómodas faenas que amenazan su bienestar físico, psicológico y moral. Como se utiliza el excremento de pollos como fertilizante en las plantaciones de brócoli, también existe un alto índice de tifoidea entre la niñez trabajadora de este sector. Igualmente, los niños y niñas trabajadores experimentan largas jornadas laborales, aproximadamente 5 horas si estudian o hasta 12 horas si no estudian. El proyecto El proyecto se desarrolla en el pueblo de Chilascó, localizado en el departamento de Baja Verapaz, Municipalidad de Salama, Guatemala. El proyecto se concentra específicamente en las plantaciones y fincas de brócoli de esta comunidad, reuniendo un total de aproximadamente mil niños y niñas menores de 15 años, unos 120 adolescentes, 250 familias de niños y niñas trabajadores, 20 maestras(os), 9 representantes de organizaciones colaboradoras y cerca de 600 familias residentes en la comunidad. Implementación, logros y avances Se ha ejecutado el proyecto nacional en Chilascó tomando en cuenta el contexto antes descrito. En esta área se realizan actividades dentro del sistema educativo para solventar los problemas que propician el trabajo infantil. Por ejemplo, se ha introducido un programa de becas “Educación para al Paz”, que se ejecuta bajo la conducción del Ministerio de Educación. Asimismo, se han establecido jornadas matutinas y vespertinas, con equipo docente para cada turno escolar, con el fin de solventar el hacinamiento en las escuelas, aumentar la cobertura del sistema escolar, y obtener mayores porcentajes de promoción escolar. Un resultado inmediato de estos esfuerzos es que el porcentaje de niños y niñas retirados de la escuela se ha reducido de un 17.43% a un 4%. Asimismo, del 2001 al 2002, se inscribieron 64 nuevos alumnos en la escuela de la comunidad. Este número, a su vez, aumentó con 133 niños y niñas más para el año 2003. Para el año 2004, el número aumento a un total de 175. En el área educativa también vale la pena recalcar las capacitaciones de docentes en la metodología de enseñanza activa. Este programa brinda las herramientas necesarias para que los y las maestras ofrezcan una educación de calidad aunque no puedan contar con condiciones óptimas dentro de sus clases. Es decir, aunque se den situaciones adversas (como la falta de materiales, el bajo rendimiento académico, etc.), las y los maestros se capacitan para mejorar las condiciones educativas que se ofrecen a los y las estudiantes. Otro logro importante ha sido la organización de seis hogares comunitarios que prestan servicio de aprestamiento escolar con atención en salud, recreación y nutrición. Actualmente, se atienden 60 niños y niñas en estos hogares comunitarios, así como a 30 niños y niñas más que son atendidos en un multi-hogar coordinado por la Secretaría de Obras Sociales de la Primera Dama.xv

La ejecución del componente de salud es de vital importancia para controlar el crecimiento y desarrollo de la niñez de la comunidad. Primero, se llevó a cabo un programa de acción en el que se capacitó a 30 promotores(as) de salud en temas como: a) salud preventiva; b) uso y manejo correcto de agroquímicos y ambiente saludable; y c) higiene y nutrición. Por otro lado, con el fin de prevenir la mortalidad materna e infantil, se instruyó a 7 comadronas voluntarias en temas de salud preventiva, atención de partos, y referencia de casos de riesgo al Centro de Salud o al Hospital. También, como se mencionó arriba, se organizaron seis hogares comunitarios y un multi-hogar para prestar servicios de aprestamiento escolar, atención de salud, y nutrición y recreación. El componente de movilización y sensibilización se ejecutó por parte de la Cooperativa Integral de Producción Editora, Periodistas Departamentales R.L. (COOPEDEGUA). Se realizó un boletín de información para la prensa local y nacional y se llevó a cabo un diagnóstico sobre medios de comunicación social, así como otros medios alternativos de difusión. Tomando en cuenta la poca cobertura radiofónica en la zona, se llevó a cabo una campaña de sensibilización con caminatas informativas, propaganda con panfletos y mantas, ferias lúdicas, concursos, competencias, celebraciones y boletines informativos. El componente de alternativas productivas es ejecutado por la Municipalidad de Salamá. Primero, se organizaron grupos de trabajo según los componentes de producción, con el fin de organizar a la comunidad de Chilascó con un enfoque asociativo que le permita ser competitiva e insertarse en el mercado. Estos grupos de trabajo permiten a los beneficiarios “aprender haciendo”, a través de un aprendizaje participativo para mejorar su economía, convirtiéndose en empresarios de sus propias cosechas. Una experiencia valiosa ha sido el trabajo con madres de familia. Con ayuda del proyecto, han logrado generar ingresos alternativos; además, han desarrollado su autoestima e independencia. Tomando en cuenta que esta comunidad es predominantemente patriarcal y que las mujeres tenían poco o ningún poder de decisión, se creó una estrategia de intervención para fortalecer el rol de las mujeres en la ejecución del proyecto. En primer lugar, se realizaron capacitaciones sobre el tema de autoestima y relaciones de género con el fin de que las mujeres identificaran los roles sociales en la familia y la comunidad que asignan comportamientos diferenciados por sexo y resultan en la subordinación femenina. Luego, se llevaron a cabo distintas actividades para capacitar a las mujeres de Chilascó en desarrollo empresarial, lo que permitió una gran participación de las mujeres en el componente de alternativas productivas, así como en el componente de salud y educación. Actualmente se han instalado microempresas en las casas de estas madres de familia (también existen hoy en día padres de familia en el programa) que se dedican a fabricar muebles, vinos de frutas locales, medicinas naturales, siropes y producción de almácigos.

3. Honduras

Situación nacional El trabajo infantil en Honduras es un fenómeno substancial, puesto a que alrededor de un cuarto de millón de niños y niñas hondureños laboran, la mayoría en trabajo de servicio doméstico y en la agriculturaxvi, y un porcentaje femenino significativo en la industria maquileraxvii. A pesar de que existe protección y obligación legal para la educación gratuita primaria en la Constitución de Honduras, las condiciones

económicas y sociales, así como la migración rural hacia las ciudades, ha incrementado el trabajo infantil y así disminuido el número de niños y niñas que asisten a la escuela. De los y las menores trabajadores, solo el 34% logra completar la educación primaria. El porcentaje es aún menor en la educación secundariaxviii, y como resultado, la población que se adentra en la pobreza es cada vez mayor. El proyecto nacional de OIT-IPEC se desarrolla en el departamento de Choluteca. Esta localidad, ubicada en la zona sur de Honduras, incluye 14 comunidades que han sido beneficiadas por el proyectoxix. Además de contar con altos niveles de pobreza, esta región hondureña fue una de las zonas más afectadas por el huracán Mitch, que azotó el país en el año 1998. Su saldo fueron más de 150 mil damnificados, 1200 víctimas mortales, y serios daños a la infraestructura socioeconómica, escuelas, hospitales y caminos de la región. De manera evidente, la producción agrícola sufrió considerablemente, ya que conjuntamente con los daños directos causados a las plantaciones, el transporte de las cosechas se tornó difícil, sino imposible. El proyecto Basándose en la adversa situación del trabajo infantil en la industria del melón, el proyecto tiene como beneficiarios directos a niños y niñas y sus familias de la zona, divididos en tres grupos: a) niños y niñas de agricultores propietarios; b) niños y niñas de agricultores de las comunidades vecinas a las plantaciones de melón que viajan al trabajo dentro de las plantaciones; y c) niños y niñas de comunidades distantes que emigran con sus familias para trabajar en las plantaciones durante las cosechas. Estos tres grupos comprenden al menos a 1,200 niños y niñas que trabajan en las plantaciones de melón a pesar de estar bajo el mínimo legal de edad para laborar. Asimismo, se incluyen en el proyecto 500 familias, las cuales fueron seleccionadas con base a la información de la encuesta de base y el estudio de viabilidad de ganancias alternativas realizadas por el equipo ejecutor. Finalmente, se incluyen dentro del proyecto los niños, niñas y adolescentes que estudian en los centros educativos del área de ejecución, así como los y las docentes de primaria y preescolar de las 14 comunidades. Es importante recalcar que el proyecto se implementa con la colaboración de las Municipalidades de Choluteca y Marcovia, la Asociación de Productores de Melón, las instituciones gubernamentales, las organizaciones civiles de la comunidad, y algunas organizaciones de empleadores y de trabajadores. Implementación, logros y avances En lo referente al componente de educación, se han establecido convenios de cooperación con la Dirección Departamental de Educación. Asimismo, se ha logrado introducir el proyecto y sus objetivos en el gremio de maestros de las diferentes comunidades, facilitando su implementación. De la misma manera, se coordina y se mantiene comunicación permanente con las instituciones públicas y privadas, tanto locales como departamentales, para que éstas participen activamente en el proyecto y aseguren la sostenibilidad del mismo. Un logro específico del proyecto ha sido el retiro de 630 niños y niñas y adolescentes del trabajo en las plantaciones de melón. Para marzo del 2003, 48 niños y niñas habían sido inscritos en centros educativos formales. Por otro lado, el resto de las niñas y niños retirados han recibido capacitaciones vocacionales y alfabetización. Además, se han brindado paquetes académicos (libros de textos, diccionarios, etc.) a

2,300 niñas y niños de 14 escuelas de la zona. Complementariamente, 137 docentes han recibido sesiones de sensibilización sobre el tema del trabajo infantil para crear conciencia e involucrarlos en las actividades del proyecto. El área de salud y nutrición es ejecutada por el Proyecto HOPE. Se han firmado convenios con la Secretaría de Salud y con la Municipalidad con el fin de establecer relaciones institucionales. Asimismo, se inició un proceso de sensibilización al personal de salud por medio de 12 sesiones de concienciación. Por otro lado, se han fortalecido los servicios a través de la dotación de medicamentos a una población total de 2,200 personas. En total, 90 familias reciben actualmente atención médica directa. Para setiembre del 2003, más de 10 mil personas de la zona habían sido atendidos (adultos y menores). En el componente de sensibilización colaboran la Secretaría de Educación, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Trabajo, el Comité Municipal de los Derechos de los Niños(as) y las Familias, las municipalidades, y los comités de padres de familia. Se ha logrado la apertura y participación del sector empresarial en torno al proyecto, implementando jornadas de sensibilización en las empresas contratantes. Una de las principales fortalezas del proyecto es la participación activa de la estructura comunitaria presente en la zona, como son los Patronatos, la Oficina Municipal de la Mujer, la Defensoría de la Niñez, la Sociedad de Padres de Familia, la Red de Maestros Organizados, la Red de Mujeres Organizadas, y la Unidad Municipal del Trabajo (UMT). Cabe resaltar que esta última es el resultado del proceso de sensibilización y educación brindado por el OIT-IPEC a las mismas Autoridades Municipales, las cuales crearon esta unidad como compromiso para apoyar la ejecución del programa. De esta manera, se estableció una instancia municipal para que actúe como enlace entre las autoridades municipales y las organizaciones comunitarias de cada aldea del municipio de Marcovia. Esto ha permitido que las Municipalidades, junto con dichas organizaciones, busquen soluciones al problema. Las organizaciones comunitarias, junto con OIT-IPEC, han llevado a cabo el proceso de sensibilización a maestros, padres de familia, al sector empresarial, y a instituciones gubernamentales presentes en la zona; además, han sido un gran apoyo en la identificación de la población meta mediante visitas domiciliarias en las comunidades participantes. Se ha demostrado que gran parte del éxito radica en la participación activa y directa de aquellos a quienes va dirigido el proyecto por medio de sus líderes y organizaciones, pues son estas las que mejor conocen su realidad y que asegurarán su sostenibilidad.

4. Nicaragua

Situación nacional Alrededor de un cuarto de millón de menores actualmente laboran en Nicaragua. Aunque el trabajo infantil existe tanto en áreas urbanas como rurales, es en ésta última donde se concentra un 65.2% de la niñez trabajadora. Adicionalmente, muchos de estos niños y niñas trabajan dentro del seno familiar de manera no remunerada. Como consecuencia, más de la mitad de esta niñez trabajadora no asiste a la escuela, y de aquellos que reciben educación formal, solo un 11% está en el nivel correspondiente a su edad. Asimismo, existe un alarmante nivel de deserción conforme avanzan los niveles; mientras que un 61.5% ha completado como máximo la primaria, solo un 13.9% llega a completar la secundaria. Más de la mitad de las niñas, niños y

adolescentes trabajadores se ubican en el sector de la agricultura, la silvicultura y la pesca (aproximadamente unos 140,332 menores). De esta cifra, un 47.3% tiene entre 10 y 14 años, y un 40.8% tiene entre 15 y 17 años. Asimismo, un significativo 11.9% está compuesto por menores de entre 5 y 9 años. El proyecto Inmerso en esta realidad nacional, el proyecto de agricultura comercial de la OIT-IPEC en Nicaragua se ubica en el Departamento de Chontalesxx, zona de llanuras donde predomina el cultivo de granos básicos y la ganadería. El proyecto beneficia directamente a 1.000 niñas y niños entre 7 y 14 años que trabajan a tiempo completo en el cultivo o el pastoreo. Además, se comprende a 4 mil menores del mismo rango de edad que combinan el trabajo con la escuela. El proyecto también comprende a 720 menores de preescolar, así como a 300 familias de menores trabajadores de la zona. Implementación, logros y avances En Chontales, el componente de educación ha sido implementado por la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), organización con vasta experiencia en las zonas de atención del proyecto. Esta entidad, junto con el Ministerio de Educación, ha permitido alcanzar valores agregados a las metas planteadas. Según entrevistas realizadas por el evaluador del proyectoxxi a los distintos actores sociales, para julio del 2003 se tenía una retención escolar de casi el 100%. Por otro lado, el año 2002 finalizó con excelentes resultados en el área de cursos vocacionales, con una inscripción total de 120 adolescentes y 22 participantes de familias beneficiarias que recibieron los respectivos diplomas en costura, confección, soldadura y belleza. Igualmente, se ha implementado un programa de tutorías y consejería para los y las menores beneficiarios con el fin de mejorar su rendimiento académico. Finalmente, y con carácter fundamental para la sostenibilidad del proyecto, el Ministerio de Educación ha tomado un protagonismo importante en el proyecto, logrando un cambio de actitud en los y las docentes de las 50 escuelas incluidas en el proyecto. Al igual que el componente de educación, el componente de salud ha sido implementado por la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), la cual coordina con el Ministerio de Salud para alcanzar los objetivos propuestos. Estas dos entidades brindan atención médica a los y las beneficiariosxxii, así como medicamentos, con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población meta. Incluso, en algunos casos se ha logrado remitir a las y los beneficiarios a especialistas en Managua. Este nivel de coordinación supera lo previsto por el proyecto inicial. El Ministerio de Salud también realizó un estudio nutricional de la niñez en cada municipio, lo que permitió identificar casos de desnutrición en la zona. Como resultado, se diseño un plan nutricional que cuenta con la participación de algunas madres beneficiarias. Ellas preparan galletas nutritivas que se reparten en los comedores escolares. Asimismo, las madres de los niños y niñas que están severamente desnutridos recibieron un taller sobre nutrición con el fin de que éstas apliquen los conocimientos en sus hogares. En cuanto a alternativas productivas, La Caja Rural Regional de Chontales ha colocado créditos para las familias beneficiarias del componente educativo, con especial énfasis en la igualdad de género para el acceso al crédito. La Caja ha logrado recuperar la cartera satisfactoriamente y alcanzar un equilibrio en la concesión de los créditos. Estas alternativas crediticias han brindado a las familias la posibilidad de un ingreso sostenible con el fin de apoyar a sus hijas e hijos en la asistencia a las escuelas. Asimismo, se han logrado crear comités de crédito con el fin de proveer que los fondos

recuperados se reutilicen para otorgar nuevos créditos con las mismas condiciones y facilidades. De esta manera, se garantiza la sostenibilidad de este componente. En cuanto al componente de sensibilización, éste ha sido implementado por la Diócesis de Juigalpa. Esta organización ha logrado crear conciencia entre los organismos que atienden a la niñez y a la adolescencia en la zona. Los mismos beneficiarios se han convertido en protagonistas y actores del proyecto, especialmente en lo referente a este componente. Por otro lado, un logro importante ha sido la realización de un Foro de Administradores y Delegados de UNAG que contó con participantes de todo el país. Como resultado, los delegados se comprometieron a mantener el problema del trabajo infantil como ítem permanente en sus agendas, y coordinar acciones con el proyecto homólogo de café en Matagalpa y Jinotega. También han asumido obligaciones para promover el proceso de certificación SA 8000 (responsabilidad social) dentro de la UNAG, y tener un mejor control del trabajo infantil. Finalmente, es importante destacar que se ha logrado que los cuatro municipios participantes adopten un Plan de Acción Municipal para la Prevención y la Eliminación del Trabajo Infantil 2002-2003, lo que permite unir esfuerzos e identificar recursos y estrategias para realizar los objetivos del proyecto. Actualmente están en proceso de elaborar un nuevo plan para dar seguimiento a lo acordado.

5. República Dominicana

Situación nacional Se estima que un 17% de las niñas y niños entre los 5 y 17 años laboran en la República Dominicana. Geográficamente, el trabajo infantil se reparte un 42.9% en el sector rural y un 57.1% en el sector urbano. Los niños y niñas laboran en una amplia gama de sectores; principalmente, en la prestación de servicios en el comercio, restaurantes y hoteles. Sin embargo, un 18.2% de la población infantil trabajadora labora en el sector agrícola, silvícola y de la pesca. Solo un 42.2% de las niñas y niños trabajadores son asalariados, mientras que un 21.8% laboran con la familia sin remuneración, y un 17% trabajan como aprendices remunerados. Dentro de esta realidad nacional se han identificado las zonas del país donde existe una mayor incidencia del trabajo infantil. Una de ellas es la provincia de Azúa, la cual presenta altos índices de trabajo infantil, en particular en el cultivo del tomate. Así pues, surge el proyecto nacional en el sector del cultivo de tomate en República Dominicana, que se ejecuta en el Municipio de Azúa y los Distritos Municipales Pueblo Viejo y Sabana Yegua. La población de Azúa reside en áreas urbano-marginales y rurales, predominantemente en hogares pobres con bajos ingresos, altos niveles de desempleo, y poca accesibilidad a servicios básicos. Consecuentemente, su población menor de edad tiene un acceso limitado a la educación y un gran número de ellos labora. Enfrentan largas jornadas de trabajo, exposición a agroquímicos, y otros riesgos que ponen en peligro su integridad física. El proyecto Partiendo de esta situación, el proyecto tiene como beneficiarios directos a cuatro grupos. Primero, se dirigen acciones a 6,500 niños y niñas que asisten a la escuela pero que están en riesgo de entrar a trabajar. Por otro lado, de estos menores del primer grupo, 2,600 forman parte del segundo grupo. Pertenecen a familias muy

pobres y presentan un alto riesgo de dejar temporal o permanentemente la escuela para trabajar en el cultivo del tomate. Un tercer grupo esta compuesto por 900 menores de 15 años que trabajan en el cultivo del tomate. Finalmente, son beneficiarias 300 familias de niños y niñas trabajadoras del área. Implementación, logros y avances El componente de educación es ejecutado por INDESUI, con la colaboración del Distrito Escolar 03-01 de Azúa y la Asociación Dominicana de Profesores, sección de Azúa. En esta área se incluyen 7 escuelas de las 6 comunidades comprendidas por el proyecto, de las cuales se ha capacitado a 186 docentes sobre temas de trabajo infantil. En una primera instancia se coordinó con el Ministerio de Educación y Cultura para que se nombrara un promotor educacional que trabaja bajo la supervisión del coordinador de educación, con el fin de crear conciencia entre las familias y las comunidades sobre la importancia de la educación y su relación con el trabajo infantil. Asimismo, se llevó a cabo un inventario en las escuelas para identificar las necesidades con respecto a material educativo, docentes e infraestructura. Debido a que se identificó un alto porcentaje de menores repitiendo años escolares, se han creado 48 salas de tareas con 35 facilitadores, voluntarios(as) de colegios y universidades de la comunidad para nivelar y poder remitir a niños y niñas de la población meta a los niveles escolares correspondientes. Para julio del 2003 se había integrado a 799 menores a este programa (512 de estos menores recibieron uniformes y material escolar), logrando que 615 niñas y niños en peligro de reprobar el año hayan podido ser promovidos(as) al grado siguiente. Para el 2004, otros 338 niños y niñas se integraron al programa. Al igual que el área de educación, el componente de salud es ejecutado por INDESUI, con la colaboración del Ministerio de Salud (Departamento de Nutrición de la Dirección Provincial de Salud). En esta área se han realizado acciones para reforzar la nutrición y la salud preventiva mediante un diagnóstico a los niños y las niñas de la zona. Al mismo tiempo, todo el personal de salud adscrito al proyecto participa en capacitaciones y talleres de sensibilización sobre el sistema de salud y las normas de vigilancia nutricional. Aunque se prevé la necesidad de tiempo adicional para finalizar este componente, se espera que el Ministerio de Salud, que se ha fortalecido institucionalmente y ha capacitado a su personal, asuma la continuidad y sostenibilidad de este componente. El componente de sensibilización es ejecutado por el Grupo Ambiental Hábitat, con el apoyo de la Representación Local de la Secretaría de Estado de Trabajo, la Secretaría de Estado de Deportes, Educación Física y Recreación, FECAIMAT (Federación Campesina Independiente “Mama Tingo”), la Secretaría de Estado de Promoción de la Juventud, INFOTEP (Instituto Nacional de Formación Técnica Profesional), SEA (Secretaría de Estado de Agricultura) y el Ayuntamiento Municipal de la zona. A nivel comunitario, este proceso de movilización social ha contado con la creación de comités de vigilancia por líderes comunitarios y miembros de otros grupos organizados de la comunidad. Estos comités constituyen el nivel básico de la participación comunitaria en la aplicación de las acciones para erradicar y prevenir el trabajo infantil. Por otro lado, se han creado comités a nivel provincial (Red Provincial

de Vigilancia para la prevención y erradicación del trabajo infantil), los cuales están integrados por instituciones estatales, ayuntamientos, empresas procesadoras del tomate, ONG’s y sindicatos. Estos comités son la estructura fundamental que permite producir políticas coherentes y eficaces para la erradicación del trabajo infantil. También se ha formado una Red de Comunicadores, los cuales forman parte del proceso de difusión de las informaciones y los logros del proyecto y además son miembros de la Red Provincial antes mencionada. Al igual que el componente anterior, el área de alternativas productivas del proyecto es implementado por el Grupo Ambiental Hábitat. Primero, se condujo un estudio de viabilidad para identificar las alternativas económicas que podían existir en la zona. Posteriormente, se desarrollaron los criterios para crear fondos comunes e identificar las familias beneficiarias del proyecto. En esta esfera se han ubicado unas 140 familias que potencialmente podrían recibir un apoyo en especie para realizar actividades productivas alternativas. De estas familias, 50 de ellas ya recibieron un micro-crédito, así como una capacitación en métodos de comercialización a través de INFOTEP, lo que les permitirá ampliar los ingresos familiares. i En la ejecución del proyecto nacional también colaboró la Universidad de Costa Rica (campus de Liberia), y la Unión de Cámaras de Comercio y Empresa Privada (UCCAEP), sección de café. ii X Censo Nacional de la Población de 1994, Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 1996. iii Encuesta Nacional Sociodemográfica, 1989. Inédita. iv Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples. Dirección General de Estadísticas y Censos, 1998. v Comisionado de los Derechos Humanos: Situación de los Derechos Humanos en la Maquila en Honduras, 1998. vi Estadísticas Socioeconómicas Básicas en Honduras. Unidad de Estadística y Análisis Cuantitativo. Banco Interamericano de Desarrollo, 2000. vii También ha contribuido: La Cruz Roja, El Programa Mundial de Alimentos, Cuerpos de Paz, el Centro Mary Stope, INFA, la Cooperativa de productores de Café de Trinidad, grupos de médicos cubanos, y la Municipalidad de Trinidad. viii Las consultorías sobre Trabajo Infantil Peligroso se realizaron en Guatemala (cultivo de brócoli), Costa Rica (cultivo de café), República Dominicana (cultivo de tomate) y Honduras (cultivo de melón). Además, actualmente se están realizando dos estudios adicionales sobre el trabajo infantil en el cultivo de maíz en Nicaragua y en el cultivo de flores en Guatemala. ix Todos los países de la región tiene el límite de edad en 14 años, salvo Costa Rica, cuya legislación lo establece en 15 años de edad. x X Censo Nacional de la Población de 1994, Instituto Nacional de Estadística (INE), 1996. xi Encuesta Nacional Sociodemográfica, 1989. Inédita. xii http://ipec.oit.or.cr/ipec.region/acciones/simpoc/estadisticas.shtml. xiii Agencia Guatemalteca para la Promoción de la Exportación (AGEXPRONT). xiv El 62.82% de la población de Chilascó vive en condiciones de pobreza, y el 63.26% de su población mayor de 15 años es analfabeta. xv Los hogares comunitarios son atendidos por madres de familia, mientras que el multihogar es atendido por un(a) profesional. Los hogares comunitarios prestan el servicio en las mismas casas de habitación de la madre que lo atiende, mientras que los multihogares tienen un recinto especial donde se presta la atención. xvi Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples. Dirección General de Estadísticas y Censos, 1998. xvii Comisionado de los Derechos Humanos: Situación de los Derechos Humanos en la Maquila en Honduras, 1998. xviii Estadísticas Socioeconómicas Básicas en Honduras. Unidad de Estadística y Análisis Cuantitativo. Banco Interamericano de Desarrollo, 2000. xix Mojarás, Marcovia Centro, Los Llanitos, Cedeño, Buena Vista, Guapinol, La Joyada, Las Posas, Santa Cruz, La Grecia, Pueblo Nuevo, Los Mangles, El Obraje y San José de la Concha. xx Específicamente en los municipios de Juigalpa, Acoyapa, Comalapa y Cuapa. Dentro de éstos, las comarcas de San Esteban Puerto Díaz, Los Esteros, Hato Grande, Piedras Grandes, El Zapote, Monte Alto, El Rayo,

Las Plazuelas, San Agustín, Santa Marta, Cuisalá, San Patricio, Piedras Pintadas, San Agustín, Santa Marta, Cuisalá, San Patricio, Piedras Pintadas, La Montañita, Concepción, Jicotepe, Llano Grande, El Pintor, Matayagual, El Zancudo, San Luis, y El Cangrejal. xxi Carlos Maturana Santo, ejecutó la evaluación del proyecto. xxii El Ministerio de Salud realizó casi tres mil chequeos médicos en las comunidades. También se capacitó a parteras y promotores de salud.