HUMANISMO Y RENACIMIENTO -...

7
\ \t ! / ,/ HUMANISMO Y RENACIMIENTO Nuestro mstoriado1· Germán Arciniegas ve el cuadro La Escuela de Atenas as{ «Jll etJadro lo que representa es el debate sobre el Nuevo Mundo. Platón suscita la discusión. Sostíene .bajo el. brazo utt libro que e:;tá precisado en el cuadro: puede letrse diJ ' Iintamente en el tomo , en grandes letras: límeo; para terminar la colección de los Diálogos de Platón, entre toB últimos libros figtwan El Tíme,o, El Critias. con el líbto sobre el Sofrsta encontram()s ahí las últimas reflexiones que se recuerdart de - la Actidemia platónica. Ert el límeo se recoge la primera parte de la historia de la Atlán.tícltl que .IUl\0 \!MANA Sontof& de Bogotá Col. Vo l umen 6, No. l5 Jul<o· cii<\•ml>«> !15

Transcript of HUMANISMO Y RENACIMIENTO -...

\ \ t ! /

,/

HUMANISMO Y RENACIMIENTO

Nuestro mstoriado1· Germán Arciniegas ve el cuadro La Escuela de Atenas as{ «Jll etJadro lo que representa es el debate sobre el Nuevo Mundo. Platón suscita la discusión. Sostíene .bajo el. brazo utt libro que e:;tá precisado en el cuadro: puede letrse diJ'Iintamente en el tomo, en grandes letras: límeo; para terminar la colección de los Diálogos de Platón, entre toB últimos libros figtwan El Tíme,o, El Critias. con el líbto sobre el Sofrsta encontram()s ahí las últimas reflexiones que se recuerdart de-la Actidemia platónica. Ert el límeo se recoge la primera parte de la historia de la Atlán.tícltl que

.IUl\0 CES~.R \!MAN A

Sontof& de Bogotá Col. • Volumen 6, No. l5 • Jul<o·cii<\•ml>«> \99~------ !15

se cortclttye en el Ct'itias. & el primer debate en que bace más de 20 siglos se presen/6 la república ideal como un nuevo mundo en. oposición al que estaban viviendo los fil6sojos bajo la dictt~dum que va a presentarse finalmente en el dramático jint~l de Sócrates. H&y podríamos decir que en el 1fmeo comienza a escribirse la historia del Mundus Novus.

Para configumr una obta rcna~cniÍl\tl como obra el<clu.o;i<>a del genio t<ali3· no, ~stl II(XIret:e en lá coneienda mdl·

•idual ~en 1:1 c~ativídad artístia, o en el deS· cubrimiento del mundo y del hombr:c. o de oua fonna; d<: una nueva concepción del mundo y dd hombre difereme de la ed9d media. A Quilo es~;nci31 es presentar el re na· cimiento como una nueva propu~stl del mundo, una nt1eva etapa en la historia, que de paso implka relacione< culturolt:.s. en(.{e d hü.!')')tn'e )' l.\ J\.'--.\ljJ,\Cl. Pi.!tu~u~ Uupb(.;o.u;iÚI\ de carácter csp<.'tifíco ll'ae '-'Sta coyumur:l cronoiOglca? Que el renaCimiento sea: una cultura, wt•.llombre y mundo que :;e matti­/ie,u•n en 13s artes, leuas, ciencias, politica, costumbres ~'te. y lo humaOÍlstico en elterre· no de las letras y 1~ filología, que preceda, croooi6S•~ament~ al Renacími~nto. é; as! conto d humanismo es u¡¡a realul3d hiM6rl· ca, u11 movhl'licnto encarnado por .ntcleC• ruales y por Stl< obrAs, que fácilmente an:lli· zamos con tocb pr.,císi(>n y d~t.alle; Uene, pues, en Pe<l'3n:"J 03<»-1374) a su flgur~ Ílllcial mi> repre!<Cntativa. En cambio <!1 n.­naomlento da su concepto con amplitud y abo~tacci6n, en el resultado cultural y social de la ídeologí~ humana; de ahí que su ero no-

logia st:a impre<:isa. pues nunca una forma cultural sustituye a otra de manera violenta, sino por el conttano, .:Xi~en años. incluso siglos, de condveoci3 de uoa.i f=s cuJtu· r.iles ron 0\l'aS

El R(;naCin1i~nto ha ~Ido uno de los po<:os movimientos Ctl lttt!\1 !~s conocidos d~·sde slempre, porqvl.' su,, propios protagonistas. los humanistas Intelectuales, tuvieron, ya en su tiempo plena conciencia renovadora; y en definitiva el humamsmo !!eva a cabo un redcscuborniento de un mundo !,;~•no en eJ tiempo, pero a la vez próximo y humano. porque con idt:ale~ éticos y <:stélicm d~ la tradición clá,ica ;e pretende ed•ficar una nueva posición del lwmbrt: en e,/ cosmos Decul:>rir un pa-ado :.upone admitir ,¡,, pro­pío pres.,nt~ qtte depende de estl! plisado y que puede sup<:rarlo. la historia y el hombre •on succptlble~ de s~r perfc;caoaados. A pes:u de todo, $1 e:'IÍS!t' un movi.Jtú~:>nto filosó­fico que presta atMci6n a la dignidad dd hombre y que c:~ractcrir.a a 1::¡ culrum rena· c:entisla.

Se uma del neoplatomsmo florentino, repre· ~entado por Marsillo l'ic111o < 1433-1499) y por Giovat\ni Pie<> dQila Mirando!a (H63· 1494) y q•JI.l ~uf8<! en Plorencla baic> el mecenazgo de ] .01'.-J\ lO de Médkis, cl Mag· ntr.co (1449-1492) en las ucs t\ltimas dík3.da> del siglo 'XV

~o es la (mia escuela fllo>l>lica del renaci· miento, pero ~i la m~s representall,'3, porque en~-ama mejor que ninguna el ~rsn sueño humanista di! (~ conciliación armónica <k: !;ls dos gralldcs tradiciones f>losófica& e l platonismo y d ~u·islotehsmo, y de las tres grandes tradiclon~s religiosas, el PaganiSmo. el Judaísmo y d Cristianismo.

Al margen de es~;~ comente debemos citar también la IJ'ad•ci6n <lel primer human•smo de Petrarca; o, ya en el siglo >.'VI. la filosotia política de ~icofás Maqu¡:welo (!469-1527) o la renovadón llislonogl'áfics de Francesco

------- - l~v .. tigQclóo y O.rQm>l/a Sa<ial • IJni,.,,idod Militor •Nvevo Gtp.oodo" •

.¡ \,

\

..

! ¡

\ )4 ¡ 1 t. __ _

Guk<:iardi!>i (1483-1540); o l~ revoluciórl asrronónJiC'J de Nicolás Cop<!mk<> (l47?>­l54.3}; o, jX)( ll!1.imo el esc.:pticismo cíe Michel de Monwigne (153:3- 1592). Ert defiMiv", ~~ panoranlíl inre!<,<:tu<~!-fi!<>s6fko del Renaci-1\\ien\O, ~e define a partlr de su propia dlver­sid,td, de la a.mplia gama <fu nuevos y viejos intereses inrde<:nla!e~ que configuran una imagen enoca, ~nlbolo de la fJJquietud y del c~nícter contradic:to!lo de! hon>bre >noclerno.

Un lenguaie artistico nuevo 1 creativ'O

P '.lra los años de 140(1 y 1425 se produ­e" en FJorencra uoa ver<:hdCI"J 're'>'e­!actón- en e! >:l>\lntlo de l~s arres. El

nuevo arte na<:e d~ la idea de ser cmup;tt(­lJlel~ fidelidád de la imagen del art" a>\>igno con un uro wcial 6e lit obra arwrica. rotal­mente distlnro de la funci<)Il;llíchltl de! ane romano, cr<:ado bajo condi¡;iones sociales y cul\l.ltales muy difertntes de las renacellti5tts.

Et pri.mer problerna. qtre e~ros artistas van a encontrar es el de rc-construtr Lttta \tnagen lk l del mundo an<ig\io y en el taso con(:rero <.le la pimura; la dificultad es aón mayor, sl tenemos en Clle!lt;l ta desap~rKión ~-:~~i tm~l dct la pimllra an1i¡¡ua, tJ>n elog;;tda por las fuentes liter;mas, especialmente poc l'lit\io el Viejo. CJ aporte del arte <lel ReJ'atilni"nto, va a s<er p«:ci$aroente l~ aparición de un~ nueva perspe~1iva, el método de .c<!presen\<1-ción del espacio que <;;onocemos como pers· pe.c\iv;> tineal, '!que alecra a la arquitectura, escu/rura y pi mura. Se lllribuye a nn.melleschJ est;l inici>•uva q\lC resuelve el prolJ/erua en la pl'iJctic~. cuando se pinut (1412- L422). V~le la pe(la recordar <¡u<: b repl'>!:lefll~ci6<> de la tercera diml!nsi6o no e$ nueva en si misn.1a., Descl~ Glono, artistas italianos y no Ít.'\\i:~nos sugieCCtl en ~us <.>hras la sem~cibrl ele espa· ci<> y J e profundidad.

f.o '.¡ue sí es novedoso y concepru¡t/menrc revclucionru~o es /;1 apol1a~:i6n de un mérotlo

q ue ¡)r~tende s:er matemático y cieiltíl1co. EJ toque cienlílico del mé(J)do \'11. a peri\)ilir, adentás, !.a defensa de una nueva conélfcióo intelecl\13lpara el arre y efe una nu~va posi• ción soci$1 parad :u•us<a. Cr;tclas a la (Jefs­pe<;li.,a, que ya dcsc.le el sJglo XVI e!"d consi­derada como upa ¡¡a((e de la geor\\e!ñ,. . .la pjnrura rt.t<::la.n\2. d reconocirtJiento de ane liberal, no mecánico, y que sea coMiderada disciplina inrdectuat c.o•n<;> poesía o ciencia. "si mismo a! arti:llil ,,e le exigir:\ en ~us con<)­cimlenros sobre .géoineuía y que aspire a U!'l

ascenso sociat que lo ~l,¡jará del entorno ane:~amu y lo ll<!var-J al mundo de las tetras y de las ciencia~.

El siglo XV de lea pintvra italiana

A lo largó tlel siglo XV no roda la pin­

tura qu~ se produce en ltalia e:; renac.en.dsta, ~1uchos se m~otienc:n

tl.;les al gótico, que en la pdmera nlitad de! siglt> es domiuaote en la <nay(.>f\3 de. las pequeñas cortes, tambiiin el esolo pi<:rórico !lortmtiao (1'1orencia 14'25) que s<e <:onverliría en moda prestigiosa .;¡ue auaeña a los mas Mb;les pintor~, mecenio.s y dierltes cui(Ds y exi¡¡emes. l."' r.,sc:inaclón por el redesctl­brinúento de la cultura ann¡¡ua no puede scp<>rarse de la atr-JCCJÓ!l por el nuevo es<1!o

;lr<ístk.'O. J\Si que ~ finales dd siglo XV, el tl\lsto por !11 pintura renacentiSta ha sUStiruido yá • la mod~ .gótic.1. L;l.s corres de Yenetia. tlrbino, M~ntua, l'erram, M»án, Nápole~ y ltom~. son <:!orusi~sras protecror-•s del nuevo arte, y ~eguJ"ament<o la gloria de !a casa Ducal de Mantu·• seria menor sl na ht1b1ese asotíado su nombre con el de An<.lrea Mancegna, y lo mismo podñ~rno; decir de F'ccleti<:O de Momefelrro, Duque <le lirbino, en reladón con Piero delt;~ Prancesca, y dt Lorenzo de Mt<liciS con floriccelll; o de tndo\•ico el lvloro, Duque de Millá.nc:on t..eo­narcfo, sólo por c<car algutlos de los conod­dos e¡emp!os.

Saotofó <l• ~016 Col. • Volvmoo 6, No, !S • Jlllto-di<i<O<n~ 19'JS·--------- 87

El trance clel Renacimiettto

E! siglo XVl es un siglo ck profun<las lradiciones, donde se asis<e <t la con.­$O!idad4n y rlifiJsión europea et\ sus

id<eales hum.arnsta.s al mismo tiempo cwe desde diferentes punt<:>s se vive !a crisís de estos valores. El siglo en el que Emmo pre­dica •m ideal de paz universal, resulm ser una época de guerras. Pero no es menos gt<we en la historia cu!mral, g<i'll€rad.n por la cri$i.• religit>sa del siglo XV1; al meno:; en !i míLad de ~ig!o el debare es polé.mlca abiena en torno de replamean1ientos profundos de la relación del hombre ton Dios, y en el terreno de la cutnua lai<>'a es evldem~ l~ crisis del ren;¡ciJniento. Toma fuer-za !a de&cortlla.n-· za en los insttt.l!lWmos del conodr:niemo hu· m~nista, como la r<:tórica y !'<! fifologi~; cada nue•·o descul:>timJemo ~i<!ntllko pone en tuestión !,a imagen d~ lü <WWt:1~7.a hered~da delmundú· dásico.

t>e todas n1an~r-<\s !a clisis cu!ruc,ü rJ<} podrá Jej"r <le influir en la evolución artística·, y la manifestación anísti<~.t de 13 crisio dd hllina­n.Jsmo y el .Renaúmiento es e! ienóllt~Jo que se da ~n llamar con noml:>re ¡;estÍ!rico mani<::· ri~mo, término que de$igna c:l ane propio de !a cri~is. del renacimiento, ·aquel qtte con:e~ponde C<JcJ la últim.1 etap~ cultural e hisr6rica rJel mismo, que dicha s•;:-<l eo e! con­c:tlpt<i l'l'adicion,t). mmhién se asocia con e! alto Renacimlcnto que no es miís lJ\l<' b .;s­pecracularld~d attístita de {os Ultimas diez años del siglo XV y los treinta prin·,e.ros <lel Sjg\o XVI c:n fU>!ia. to$ grandes artlSW8 del alto Ren~c!mienlo, como J..e<)nardo. Mig\te! Angel, Raf;¡e:!, l3camante .son:~! mismo tiem­!X) y e11 su gradual evolución, los ~ré:a<lores det !engz•aje mmlieri$w. m r:ambio de attítud d~ los artísm.s es par-&!elo cqn la .1Ciln•d de los diell)L'>; cambia el v~lot de ta obra de ane, S\: valora ctten&S la obxa en si y se valota m.1s ,.¡ artista; no es tan importante la rea!iz~­dón como la capaCidad d~ r-ealizac:ióo, Lo .que cuenta es e! virtu<::>sismo; d dienre pas-a poi po.~eer una obraJe Rafael, no lln wadro

de la Vír¡;en.éon el :Viiio. Cualqúiesa puede pimar una VirJSen, pero sota Rafael pued(; llacer!o de um detenuinad~ manera. Em­pieza así la v;t!ol"ación esré<i<:.t del me y la ~;X!ucación artí.l!ic;J,

El auevo arte pletórico Jtallafto en el siglo XVI

Ya en f'!oren<:ia con Miguel Aslg~;<l y Rafael, y en Ven~Cia con Gidrgi(lni y su g,.an diseiplllo Tlzi-anó, nacé oirnlll­

tán~~mente el n\t~-vo a11e, l::r![fe los ailo.~ 15\)4 y 1.5i)lJ, FloreJiclil vive en prr.>el!so de ey¡;~ri­n\entatión artíStica la colncid<-ncl'' 1emporal e.n ella, aunqu(! intermíteme. de ~ona.tdo, de Mig\fel An¡;el y de Raf:ad¡ a partir c;le 1504, r>e•mite que se produz~a 011 Fruaífetv inte~· cambio anL'Iíco,

l?n Roma, con la U!!gada dé! P<:ln.rificado <te JuNo !I ddla Rovt,re va a convenir a la dudad er\ la nueva capital del 'il\té r de la t.:ulrur:a y serán ll~m.ildos <!.l arq1litccto Bramante. Mi­guel Angel 1506 y Raf~el (l50S) .. Roroa v¡v¡. r~ unos momer¡tos intenso~ del :tconrecer amsti<-o dd R~<nad.(lliento c¡u~ se m~nte•\­dliÍ en senii.óo a;>c<.t1den1e en una primer<~ fase, ha;;r.a 15~0. año de la muert~ dt:: Raf.1d,

frt:nl~ a la pit\t\lr.1~t.:onodtn(en«J de.l.eon~r.­do y tr&nt-e a la pmn.¡r.~~presión de Migu.el Angel, e! aporfl:.> de Rafael (1480-1520) se otlestra a ta creación d~ un método. de tlha sínteSis., de-un lellgunle flguratN'o ton deseo~ de universalídád. f<3Riet Cíl oSI.J <lt<;p~ r~r..r.,n­!lila asimila \emamenl« las propuestas de Leonardo en <rl nl<>dclago y de Miguel Angel en la articulacic)n aoa(ómic.¡. y ert el dlnt>mis, mo expresivo del ~cntlmi~'>Qio. Pe(O fa per­fección de su estil<J la con,¡igu" en S\1 \'tapa rC\ln.1na desde sus primeros 0br<t5 en la Swrl;'3 de!la Sigoal\rm, pint.'lda e.ntte 1SO') y l 51L La Cartero de Rafa.c! Vll <\ s<:c brillame" partlr de ese insrapu, .

-f \

decoraciones vaticanas bajO ;u dirección, mieoU'3S que el maestro toma interés por la arqueologia cl:ISK:a y la arquitectura, llegando a ser nombrado arquitecto de San Pedro a la IU\terte de BmmaOie. et interés de Rafael por todo lo artístico lo llet-a a cultiv:tr todos los géneros ptctMcos. el altar, la pintura religiosa de devoción privada, el cartón para tapiz. la pinrurn profana Oa Fomarina), el rcrr:uo ele. Roma se convierte en un enorme taller artís­tico dirigid<> por su prodigio; su muette ~n 1520 y especialmente el saqueo de Roma, si~rc arios 11\ás mrde, .son un tmpre•T~fhle y absurdo final para uno de los cpi,,Oios más ricos y comple¡Qs del arte del Renacimiento.

Rafael y la Escuela de Atenas

Rafael. a la mu~ne de su padre Si'>lo contaha con once años, p¡,ro é.>te. que era un pmtor modesto, pudo trans·

mitide las primCr-JS nociones d~ pintura; stn embargo, su fam\ación la adquirt6 en la ciu­dad de Perugia. beliO las enseñarU:Is de Pietro Perogino; la l>erenci3 t:uatrocenWI3 tiene en Rafael mucho menos importancia que ~ Leonardo o en Miguel Angel; teniéndose en cuenta que Rnfael tenía ocho nños menos que Miguel Angel y treinta menos que I.eo­nardo, es de entenderse, emonce:.. que su fortn:lción corresponde a los Clltimo.< años d~ siglo XV y a Jos primeros ck~ siglo XVI. ló:s así <;omo a RUS realizaciones 13s nutre <le los maestrc¡s ant"s citados, antes que o "" del quauocento. Gn H.afael, la relación ron Leonardo rc<~uft:t mliS evidente :t!lr"'tc:tmCnte que la que pudiera establecerse con la obra pictórica de Migttel Angel.

En 1504, cuando Rafa~! se traslado n ~·taren­da, ya posea las bas<.!s de la modernidad, inherente~ al estilo de Leonardo y de Mrgucl An¿;<cl. pero 110 obs&tnce, toda..tl no asinúlaba tO<Io lo que estos maestros podtían propor­cionarle. Ya a Gnales d~ 1508 ~-uando su fama ya se había \!Xtcndido por distintos lugares

de Italia. file Uamado a Rorna por el papa Jubo n para decorar C\latro emnoas papalc!S; oi¡¡uiendo un orden empezó por la estancia de la Signalttro, COrl[inuó con lu estancia eJe lleliodoro, luego por la del Incendio. y por último pilleó la ><~l;t d" ConstJnlm<>. Empézó su tarea en 1508 y las obras se concluyeron en 1524, es d«etr cuatro años d.,,pués de su muene. En su;, primeras reali~.aciones em­pezó prácticam~nte soto, luego a medida que fue m•anzando be nuttió de un buen número de ayudant"·'· Las pínruras corr~spondientes a 13 E. ..uncia de I:J !iigttirura la5 tl!ábl:ó R3fud entre 1508 y 1511 en 1:1 misma ~po<':l en que Miguel Angel pintab.1 la bóveda de 13 Capilla Sbmna y época en la cual la gr-Jn noticia Qtte moV.a el Viejo continente er:t la ~pan­ción de un nuevo mundo, revcl<~dO por los halhzgos de Cnlón y b• cartas de Vespm:ct. /.a denomillaCKm de la E.'ll.lna;, obt'<lt:el· al hecho de que una vez concluido~ lo• traba­jos, fue empleada COI\Io sede d..,¡ Uibunal de la Signatur:r Gr-Juac: se dice por los ex()<' nos qtte ese programa iconográfico dcsarroUado Ch la Estancia por Rüfae\ está relacionado CQn conceptos CI\Sl!3nos r plat6ntcos y que lo., temas repre.1ent.1dos en cad.-1 U/13 de las cuatro paredes, asf como las csc~na' <rrua<las e n la zona ele la lxweda, tienen t tn !tilo con­ductor que las rebelona con la exaltación de las idea.; de wrd.1d, bellez• y bondad En las parede< lbfuel 110 pint6 rcrsona¡es albitrarios o e~~een:l.' de carácter ahstr:lcto ''n una sjgn,fk~c;on muy conCTt.•W, $moque eligió a per~ona)c> rlusues, cuyo n:rpcl ad­quiere un neto significado slmb61ic-o.

Ya en fa E.o;cuda de 1\lenas. su fin:thdad es cuitar la Vt!rdad roctonal. Esta 1\te n.>:~h7.ada por Rafael o:ntre 1m v 1510. El fondo de la escena esta con~ilituído por um1 ~rquitcCt\Lr.t de proporctonc$ solemnes. inspirada en la obni de Bramante. Ya en d centto ele la com­posición ap;rn...:cn L1s figuras erun:uatdas por una puerra con arco de medro punro, r se trata de Platón, quien bajO su brazo sosuene el Timeo y con el otro levant.:ldo señala al cielo con un dedo. l.a otra figut:' representa

So,ta!é do ~oi<l Col • VoluiT'en 6, No. 15 • Julio-diciembre l 995 --- - - ---- 89

a Aristóteles, el cual porta en una nuno un volumen de Ja Etiea, miemr-.1s su <>1m m~no seil:tl:t el suelo. As! en los gestos d~ nmi-Jo~ filósofos se c:xpresa tod3 su doctrina, con lo que una vez más 1\:¡fael demuestr-J que es cap:>:¿ de exponer la> idl!lls máo comp\cJ~ pof medio de imágenes de gran ~uuphodad. Enue los oltOS person,J(:S represen1ados en la .Escuela de Atenas se ha podido idemU.c3r a Sócrates, situado a 1~ izquierd'l de los at1· tedor~s. En la zona Izqu ierda aparecen i'..etlón y Epicuro leyendo un libro.

Pil;\goras se halla sent:tclo algo h~da la dere­cha, escribiendo en un hbro. Averroes apare­ce C<>n un t1tfbame blunco. Heráclito ap(>Y" su codo sobr« la escalinata. A la derecha, en primer plano, "" h.•lla Euclides, que se tnclina entre sus dio;eípulos p~ra medir una f'igur.J g~'()!n(,lrla. Oeu!l~ de él aparecefl Z.O.oa.~IJ() y 'l'olomc:o con una corona. En el grupO iconográfico se ruede vpredar en este fre,co un~ alusión a las siete artes libernles: a la izquierda, gtamáti~a. afltmética y mú,ka; • la derecha geometria r astronomía y en la pat1e ~uperior de la c:sc-Jiínata, rerOnca )' d1alf:<:\..:a; \'a>l\b\én aq_\lí eoconu-.1.m<>~ van~ retratos: Pl!>tón es ~eonardo Da Vil\Ci; Eu,lld~s es Bramante; junto a él están el mi,mo Rafael y t:'n primer plano se nora el roslrO de Miguel Angd, bajo lo., restos mor­t:tlcs de Heractiro, el filósofo pesimista. Tres vinudes t'ártlinales. fortaleza, prudencia y ten,p\an1:a. resa\tan con bUS co\or.es '."\\•ates en In luneta de la dercfha del mismo frc,co l' simboli:mn el contenido moral de 1~ ley.

Arciniegas y fa Escuela de Atenas

N ucstro bisloriador Germán Arel nie­gas ~e el <.lJadro la Escuela de A ~e­nas asé ·El cuadro lo que representa

es el debate sobre el Nue•·o Mundo. Platón ~l.tsclmla discusión. Sc»liene bajo en el bm.to un ltbro que esta precisado en el cuadro: puede leel'Se disLtntamente en el lomo en

gr.Jndes letras: Tuneo: para terminar la co­lecctón de Los Diálogos De Platón, entre tos últimos hbros figuran El Timeo y El Cntias. Con e l libro sol)re el Sofista o¡nwnrromos ahílas última~ teflextones que se recuerd~o de la acad<;<mia plat6ntca. t'.n e! iím~'O se recoge la primera pa11e de la historia de: la Atl;lnt•da qu~: se concluye en el Crílias. Es el pt~mcr deb3leen que hncc más de 20 >iglos "" presemó a la república ideal <.:omo un nuevo mundo en oposición al que estahan viviendo los filó.~ofos b.1j0 la d1C1adurn que ,.~ a preM:n\3Jse fma!Jnentc: en el drarrouco fu>31 de Sócrates. 1 loy podríamos d.:c~r <1ue en el T1meo comien1.1 a escribirse la hi<tofl3 del Mundu., Novus.

H;l<:e 23 siglos quedó ese mensaje como una propue:.1a contra las inlusl •das, simboh>.aclas en\000:~':\ "" la dic\adura de 1\len:>S. \.a arutud ele Pla16n repn.':ienlad3 en d cuaclro de R.1r~d en una profética reprc.o;cntadón de Leonaruo. se Impone en •-.,;" F.~cueb de Atenas en con­tr~posk•ón con quien tnúlilmeme trata de deS\~ar el dch-a1e parn ••tuarlo en torno de la Elica de Anslóleles, el 0110 hbro que le pte!\l!n\'• d otro filósofo que trata de desv1ar la discusión. Leonardo r:trece estarles mo.,· trnndo a todos los lmele<:tualcs de entonces. que la Atlántida no se hundió como lo escribía Platón. desollHlo. ya teniendo a la viSta lo que iba a 'lJc:ederle a 5ócr.ues, apu­rando la Clniia, para cumplir la sentencia d<! muerte (\Wi! teimponi:ll\ lo~ timnos de N<:n\\S.

La cucsllón del Nu.:vo Mlu1do ,;e impone y a•f en el mundo de Jo:< dcnuficos que cst:ln en el cuadro a la derecha del es¡x'Ct:lcJor, apa~'C<.'Il Ptolomeo y Zoroa&ro. tli<cuttendo Zor(Y.lSLro coo la esfcru ~rmilar y l'lolom~-o ya con la cid Nuevo Mundo en la mano. ~s la f"ll1e <.lel debate a q''" :tslslen como es¡x.'C· tadores Raf3el, Bram3n1e y Sodoma. En el otto extremo a la izqlllerd.•. estáfllos mewf'i­sicos y cnlre ellos. tlf3dO al p1e de la e'<C3le.ra. repas.1ndo un hhro, Mtguel AngeL El libro que e~t:l estudiando e;., d de Herácliro. No me explico cómo criti('OS tan agudos con1o

90 --- - --- - Inve-stigación y Oesorrvllo Social • Universidad Mil·tor •Nue'/0 Gtenodo· • ·j

el profesor Argan han podido seguir creyen­do que lo qtlé está representado en la Es­cuela de Atenas es una disputa teQI6gica. si son tan precisas las alus1ones en el cu1dro a la nOticia misrna del día y a los hbros de

Pl~t6n. Basta ver cómo_ en la sala ancerior a 1:.~ del cu3dro de: b fucuel2 de Atenas bs pinturas se refieren a los hechos del d~'\1-brirniento del :'\uevo )lundo-.

BJ.bJJografia

El l'tllicano y Roma CriSIIa>Ul ·llfJ08raJia {X!Iig/ora Vatteana. Llbrorlo /Uiítrice Vt•tica•w 1974.

Colón ett el M <Ir de los Ca>;be$. IIL<torta, 8e<>gmflt¡ y ná1•tlca del <I<'SCUbti· miento_ Mtwricio Obregón ·Tcrccr Mu11do Edilorcs -Etllc/OtltS UrJJaJJdes..

Cd11IOS tk la Pfnwra No.10. El Gr«o -.lffnferwno. Editorial Cw co • A[riculmml y Fabbrt EdltOri Mfllanlta/iq

Los !dulos llul!;ersal<'S de la Pi11tura ·Rafarl Edrcrcmes Rajtcela 1992

Graude.< Obras de la Pilllttro Unlr,..r.<al F.tlftorinl PlaJttta. F.tlfcf6tt 1!!84.

El Gm11 tf>te en lt1 l'inltlra Reuaclmfcmo. Vclf 6. Salrat f!dllo•es S .A 1992

El Gran Anee!J la PinJum. Rt>taclmítmro Vo/.8. Sah•at Edllo•es S.A 1992

Aminc;a es Gb>J Gll;a. Germdll Arr:illitg<IS. hlfmnedio Ediforos. Cli<:ulo de L«Jons 1992

F;/ Cowl11eme tk Siete Colores Hisloria de la cuúuroeu América L/ltl>to Cicrmán .4rcímégtlS. E. Agtttfor E.Samr1ftma 1989.

Sanraf6 de 8ogolá Col. • Valumen 6, Na. 15 • .lulio·diciernbre 199$ _ _ ___ _ _ _ _ 91