Huellas - tu intercambio de archivos - Invierno 2012 …deseamos Felices Fiestas y próspero Año...

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- Vol.-1-•-No.-3--—--Invierno-2012 A principios de 1947 una atractiva mujer llamada Nell Wing que estaba buscando trabajo pasó por una agencia de empleos de Nueva York atendida por una sola mujer, esperando encontrar un puesto temporal. Recién licenciada con honores de los SPARS (el brazo femenino de los Guardacostas de los Estados Unidos) con los que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, Nell tenía in- tención de usar su subvención del G.I. Bill para estudiar escultura con un renombrado maestro en México. Pero necesitaba un traba- jo de corta duración para reunir fondos para pagar el viaje. La encargada de la agencia le dijo que, lamentablemente, la única vacante que había era en la Oficina de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos (OSG), y le parecía dudoso que Nell quisiera trabajar allí. Incluso le informó del puesto en voz baja como si estuviera hablando de una cosa poco respetable para una mujer con título universitario y una excelente cartilla militar. Pero hacía años Nell había leído algo acerca de A.A. y tenía una buena opinión de la Comunidad. Fue a toda prisa a la oficina, ubicada en ese entonces, en el 415 de la Avenida Lexington de Nueva York y fue inmediatamente contratada como recepcionista con un sueldo de $32 la semana. Fue un trabajo temporal — se quedó en la Oficina de Servicios Generales solamente 36 años. Y nunca fue a estudiar a México, pero seguía teniendo afición por el arte. Nell no era alcohólica, pero había algo en A.A. que le atraía tanto como para hacer de la Comunidad la carrera de toda su vida. Para empezar había visto la cruda cara del alcoholismo durante los años de su infancia en Kendall, Nueva York, un pequeño pueblo de la zona oeste del estado. Su padre era el juez de paz y ella tenía recuerdos de los policías que llega- ban a la puerta de su casa a las tres de la mañana para que él les pusiera multas a los borrachos que habían arrestado. A Nell le parecía que los alcohólicos eran personas trastornadas que nece- sitaban ayuda. Nell se enteró de A.A. por primera vez cuando era estudiante en Keuka College, situado en una región rural del estado de Nueva York. Recordaba haber leído el artículo de Morris Markey acerca de A.A. publicado en 1939 en la revista Liberty y el famo- so artículo de Jack Alexander que apareció en el Saturday Evening Post en 1941. Y para 1947 A.A. ya tenía una cantidad considerable de publicidad adicional. Aunque había planeado estudiar en México, amaba la ciudad de Nueva York y quería vivir allí. La mayor parte de los 60 años siguientes los pasó en Nueva York, con excepción de una breve estancia en una casa de reposo de Nueva Jersey antes de fallecer en 2007 a la edad de 89 años. Nell era perfectamente idónea para los varios puestos que iba a ocupar en la OSG. En años posteriores solía decir “desde el mismo comienzo, la Comunidad de A.A. me tenía enganchada, debido en particular al ambiente de cariño y preocupación por otros. No era una generalizada ‘preocupación por nuestros próji- mos’ sino una cariñosa preocupación personal e individual de uno por otro, un amor mutuo sin pensar en recompensas”. Según recordaba, su primer día de empleo en la OSG, el 3 de marzo de 1947, hacía frío y viento. En aquel entonces solo había 13 empleados en la oficina, incluyendo dos miembros del perso- nal de A.A. Aun en esos días, Bill no trabajaba en la OSG todos los días, sino solamente venía un día a la semana de su hogar en Bedford Hills en el condado de Westchester. En esos días, A.A. contaba con unos 1,250 grupos y 40,000 miembros, pero iba cre- ciendo rápidamente y en unos pocos años el número de miem- bros se duplicó. Nell Wing — una cariñosa presencia en la Oficina de Servicios Generales El personal de los Archivos Históricos de la OSG envía a todos nuestros lectores sus mejores votos para las Fiestas. El compromiso de ustedes a preservar la historia de A.A. es de suma importancia para mantener esa historia viva y vital. Les agradecemos por su servicio generoso y les deseamos Felices Fiestas y próspero Año Nuevo. Dirección Postal: Box 459, Grand Central Station, New York, NY 10163 • (212) 870-3400 • www.aa.org

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­­­Vol.­1­•­No.­3­­—­­Invierno­2012

A principios de 1947 una atractiva mujer llamada Nell Wing que estaba buscando trabajo pasó por una agencia de empleos de Nueva York atendida por una sola mujer, esperando encontrar un puesto temporal. Recién licenciada con honores de los SPARS (el brazo femenino de los Guardacostas de los Estados Unidos) con los que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, Nell tenía in-tención de usar su subvención del G.I. Bill para estudiar escultura con un renombrado maestro en México. Pero necesitaba un traba-jo de corta duración para reunir fondos para pagar el viaje.

La encargada de la agencia le dijo que, lamentablemente, la única vacante que había era en la Oficina de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos (OSG), y le parecía dudoso que Nell quisiera trabajar allí. Incluso le informó del puesto en voz baja como si estuviera hablando de una cosa poco respetable para una mujer con título universitario y una excelente cartilla militar.

Pero hacía años Nell había leído algo acerca de A.A. y tenía una buena opinión de la Comunidad. Fue a toda prisa a la oficina, ubicada en ese entonces, en el 415 de la Avenida Lexington de Nueva York y fue inmediatamente contratada como recepcionista con un sueldo de $32 la semana.

Fue un trabajo temporal — se quedó en la Oficina de Servicios Generales solamente 36 años. Y nunca fue a estudiar a México, pero seguía teniendo afición por el arte.

Nell no era alcohólica, pero había algo en A.A. que le atraía tanto como para hacer de la Comunidad la carrera de toda su vida. Para empezar había visto la cruda cara del alcoholismo durante los años de su infancia en Kendall, Nueva York, un pequeño pueblo de la zona oeste del estado. Su padre era el juez de paz y ella tenía recuerdos de los policías que llega-

ban a la puerta de su casa a las tres de la mañana para que él les pusiera multas a los borrachos que habían arrestado. A Nell le parecía que los alcohólicos eran personas trastornadas que nece-sitaban ayuda.

Nell se enteró de A.A. por primera vez cuando era estudiante en Keuka College, situado en una región rural del estado de Nueva York. Recordaba haber leído el artículo de Morris Markey acerca de A.A. publicado en 1939 en la revista Liberty y el famo-so artículo de Jack Alexander que apareció en el Saturday Evening Post en 1941. Y para 1947 A.A. ya tenía una cantidad considerable de publicidad adicional.

Aunque había planeado estudiar en México, amaba la ciudad de Nueva York y quería vivir allí. La mayor parte de los 60 años siguientes los pasó en Nueva York, con excepción de una breve estancia en una casa de reposo de Nueva Jersey antes de fallecer en 2007 a la edad de 89 años.

Nell era perfectamente idónea para los varios puestos que iba a ocupar en la OSG. En años posteriores solía decir “desde el mismo comienzo, la Comunidad de A.A. me tenía enganchada, debido en particular al ambiente de cariño y preocupación por otros. No era una generalizada ‘preocupación por nuestros próji-mos’ sino una cariñosa preocupación personal e individual de uno por otro, un amor mutuo sin pensar en recompensas”.

Según recordaba, su primer día de empleo en la OSG, el 3 de marzo de 1947, hacía frío y viento. En aquel entonces solo había 13 empleados en la oficina, incluyendo dos miembros del perso-nal de A.A. Aun en esos días, Bill no trabajaba en la OSG todos los días, sino solamente venía un día a la semana de su hogar en Bedford Hills en el condado de Westchester. En esos días, A.A. contaba con unos 1,250 grupos y 40,000 miembros, pero iba cre-ciendo rápidamente y en unos pocos años el número de miem-bros se duplicó.

Nell Wing — una cariñosa presencia en la Oficina de Servicios Generales

El personal de los Archivos Históricos de la OSG envía a todos nuestros lectores sus

mejores votos para las Fiestas. El compromiso de ustedes a preservar la historia de A.A. es de suma importancia para mantener esa historia viva y vital.

Les agradecemos por su servicio generoso y les deseamos Felices Fiestas y próspero Año Nuevo.

Dirección Postal: Box 459, Grand Central Station, New York, NY 10163 • (212) 870-3400 • www.aa.org

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En su segundo día en la OSG, Nell conoció a Bill a quien describiría en años futuros como un “íntimo amigo y confiden-te, figura paterna o hermano mayor de sus años de mediana edad”. Pero en ese día, Bill simplemente la reconoció como una nueva empleada y se perdió un buen rato en un monólogo acer-ca de los planes que tenían para el futuro de A.A. y todo lo que esperaban lograr.

Nell empezó como recepcionista y también se ocupó de otros trabajos administrativos y de secretaria. Más tarde compartía con Bill una oficina grande y servía como su secretaria personal y al mismo tiempo como secretaria de la junta de A.A. World Services, Inc. Más tarde llegó a ser la primera archivista de A.A. y siguió en ese puesto hasta jubilarse en 1982.

Nell, una mujer guapa que sin duda tenía un buen número de pretendientes, no se casó nunca, aunque estaba enamorada de un miembro de A.A. que falleció antes de que pudieran casarse. Pero se puede decir que A.A. se convirtió en su familia, y Bill y Lois eran como sus padres adoptivos. De hecho, después de la muerte Bill, ella y Lois se hicieron tan íntimas amigas que Nell pasaba casi cada fin de semana en Stepping Stones, la casa que Bill y Lois compraron en 1941.

Quienes conocían a Nell la recuerdan como una persona que siempre parecía alegre y amistosa, una persona de quien se po-dría decir que no tenía la más mínima malicia. A lo largo de los años hizo muchos amigos miembros de A.A. por todas partes del mundo y se mantenía en contacto con ellos. Cuando uno de ellos fallecía ella lamentaba su pérdida en cartas y conversaciones con sus amigos. En sus memorias (Grateful to Have Been There [Agradecida por haber estado allí], Hazelden) habla de algunos miembros legendarios como, por ejemplo, el Capitán Jack, capi-tán de buques petroleros, y pionero del movimiento internacio-nalista de A.A. A esta mujer de corazón tierno le encantaba hablar y reír. Una persona muy inteligente, con una sólida for-mación académica, Nell estaba profundamente preocupada por A.A. y sus miembros.

Según iban pasando los años, la experiencia y los conocimien-tos de Nell resultaron ser muy ventajosos para A.A. de otra ma-nera. Por no ser alcohólica y sin tener que proteger su anonimato, Nell podía representar a A.A. en televisión o en las reuniones públicas. Era una buena representante de A.A. en la televisión. Podía de hecho hablar casi como un miembro de A.A. simple-mente porque estaba tan inmersa en la Comunidad y sabía como los miembros se expresarían acerca de ciertos asuntos. Apareció en el show de Dick Cavett y en otros programas, identificándose con su nombre completo y como empleada de la Oficina de Servicios Generales de A.A.

También se puede decir que Nell, además de ser su secretaria personal y confidente, era la verdadera buena amiga que Bill ne-cesitaba. Con el paso de los años en la OSG, llegó a conocer a Bill casi mejor que nadie. Mecanografiaba sus cartas y los artícu-los que escribía a mano en su refugio de Stepping Stones, Wit’s End, una casita que con ayuda de un amigo Bill construyó en el bosque detrás de la casa principal. Nell llegó a tener una buena percepción de sus cambios de humor y de las profundas depresio-nes que le sobrevenían de vez en cuando. Y recibía las cartas y llamadas de miembros de A.A. que criticaban a Bill en vez de expresar agradecimiento por la parte que Bill desempeñaba en la sobriedad de todos ellos. Nell compartía el dolor que Bill sentía por estos ataques gratuitos y sabía que siempre se resistía a res-ponder con la misma moneda.

Nell también sabía que muchos miembros no se daban cuenta de todas las contribuciones que Bill había hecho para el constan-te desarrollo y éxito de A.A. Bill nunca buscó que se le atribuye-ra el mérito de esas contribuciones, pero Nell hacía constancia de ellas para los Archivos Históricos y para las futuras generaciones de miembros de A.A.

Después de su jubilación en 1982, siguió manteniéndose en contacto con sus amigos de la Oficina de Servicios Generales y viviendo en su apartamento en Manhattan. Sus años de jubilación eran felices y serenos. En sus memorias escribiría: “Al entrar en mis años setenta, tengo una vida rica y feliz, gracias a A.A. Tengo incontables amigos por todo el mundo con quienes me comunico regularmente y que expresan su apoyo y su amor por mí, lo cual les devuelvo plenamente. Me han invitado a hablar en reuniones en las que me dan más mérito del que merezco. Porque yo tam-bién trato de practicar los Pasos, he podido y puedo con cierto grado de valor, franqueza y sinceridad, lidiar con realidades im-previstas tales como el cáncer o la muerte de algunos queridos amigos, así como ocasionales conflictos personales, en lugar de huir e intentar evitarlos como solía hacer”.

Cuando Nell ya no podía vivir sola, se trasladó a una preciosa residencia de vida asistida de New Jersey. Aunque la memoria le empezaba a fallar, siempre estaba alegre y amistosa cuando le venían a visitar sus amigos. Bill Wing, su cariñoso sobrino que había visitado su casa familiar muchas veces mientras se criaba en el área de Rochester, New York, estaba a cargo de su custodia. Una mujer feliz hasta el final, falleció el 14 de febrero de 2007. Simbólicamente muy apropiado que una persona con tanto amor hiciera su salida en el día de San Valentín.

Mel B., Toledo, Ohio

En memoria: Dennis MandersDennis Manders falleció el 5 de julio de 2012 en Asheville, North Carolina a la edad de 87 años. Dennis sirvió largo tiempo a la Comunidad de A.A. empezando en 1950, primero como tenedor de libros y al final como director de finanzas de la OSG. Un hom-bre no-alcohólico con poco conocimiento de la Comunidad — en ese entonces todavía en ciernes — al empezar a trabajar en la oficina, Dennis en sus primeras semanas conoció a Bill W. y de allí en adelante los dos trabajaban codo con codo a lo largo de muchísimos años.

“Dennis era muy amable y compasivo y al mismo tiempo muy serio y ético”, dice Don Meurer, el director de finanzas no-alco-hólico de la OSG hoy en día, quien durante muchos años consi-deró a Dennis como mentor y amigo. “Te podía abrazar y darte buen consejo, pero siempre quería que las cosas se hicieran de la

¿Sabían que…?Archibald Roosevelt, hijo del Presidente Theodore Roosevelt, sirvió como custodio no-alcohólico en la Junta de Servicios Generales desde abril de 1953 hasta abril de 1970. Desde 1953 hasta 1967 fue tesorero de la junta. También sirvió en los comités de jubilación y el de la Convención del 20º Aniversario, y fue coordinador del Comité de Finanzas de los custodios. En su carta de dimisión escribió: “Quiero que todos sepan que lo que A.A. ha hecho por mí es mucho más de lo que yo podría hacer nunca por A.A.”.

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forma correcta y honrada. Sigo sintiéndome maravillado al ver los archivos que llevaba con tanto detalle”, dice Don. “Y todo esto lo escribía a mano, sin computadora”.

Al acordarse de su primer encuentro con Bill W., hacía ya mu-chos años, Dennis dijo, “Me preguntó, ‘¿bebes, Denny?’ Y por ser un hombre sincero le dije que sí, me gusta tomarme una cer-veza de vez en cuando. Y se rió. Le pareció este comentario muy gracioso. ‘Estoy encantado de saber que bebes’, me dijo. ‘Nunca querríamos contratar a un abstemio. Nos preocuparíamos de que nos tratara a nosotros, los borrachos, con desprecio”.

Al reflexionar sobre los primeros días de A.A., Dennis dijo: “Creo que lo que nos mantenía unidos como un grupo bastante fuerte era el hecho de que no se trataba de un trabajo regular por el que se te pagaba por hacer algo durante ciertas horas para des-pués ir a casa sin pensar más en el asunto. Había fuertes y muy significativas razones para hacer el trabajo. Creo que nos corres-pondía la tarea de salvar vidas. Y cuanto más lo experimentabas más te involucrabas. Si en algún momento alguien te preguntara por qué los empleados se quedaban tanto tiempo, esa es una de las razones principales. Creo que si después de empezar a traba-jar en la oficina te quedabas seis meses, te encontrabas engancha-do para toda la vida”.

De aún mayor importancia, tal vez, para los miembros de A.A., Dennis representó un vínculo vital con Bill W. y los primeros días de A.A. Dennis y Neil Wing, la secretaria de Bill W. durante mu-chos años, que falleció en 2007, eran dos pioneros no-alcohólicos que prestaron servicios prodigiosos a la Comunidad, participantes de buena voluntad en el desarrollo de A.A. y testigos de fiar de la evolución extraordinaria de la Comunidad.

Con gran tristeza los A.A. de todo el mundo reciben las noti-cias de su fallecimiento; pero se sienten al mismo tiempo grande-mente agradecidos también por haber conocido a un amigo tan amable, compasivo y fiel.

La Medalla PoverelloEl 7 de diciembre del 1949, el College of Steubenville de Ohio (actualmente conocido como la Franciscan University of Steubenville) le otorgó la Medalla Poverello a la Comunidad de Alcohólicos Anónimos. La Medalla Poverello es la mayor distin-ción no académica que concede la universidad y conmemora las organizaciones y personas que, mediante su fuerza de carácter y la práctica de la caridad cristiana, emulan a San Francisco por su amor y servicio al pobre.

Se le presentó la medalla a la Hermana Ignacia, quien, a peti-ción de Bill W., la aceptó en nombre de la Comunidad. Un miem-bro anónimo de la organización, el Sr. X, pronunció el discurso de agradecimiento. Los certificados y medalla originales se en-cuentran en los Archivos de la Diócesis Católica de Richfield, Ohio. Este premio antecede al prestigioso Lasker Award que A.A. recibió de la American Medical Association (A.M.A.) en 1951 en el Teatro de la Ópera de San Francisco.

A lo largo de los años, los Archivos de A.A. de Akron han adquirido dos de los certificados. El pasado mes de agosto, la archivista de A.A. en Seattle, Teresa, se comunicó por teléfono con la oficina de los Archivos de Akron para inquirir sobre el significado del certificado, dado que ellos también tenían una co-pia. Así surgieron las siguientes interrogantes, “¿Cuántas copias se distribuyeron? ¿Cuántas aún existen?” Cuando nos pusimos en contacto con la oficina de la universidad, nos informaron que ha-bían encontrado en sus archivos una petición de que se le manda-

ra un certificado a cada capítulo de A.A. No queda ningún detalle sobre los orígenes de la petición.

Una conversación con Michelle Mirza (no alcohólica), la ar-chivista de la OSG, nos animó a indagar sobre esta historia, ha-ciéndola pública en Huellas. Esperamos que, de existir otros cer-tificados, su importancia no se pierda o ignore.

Por otra parte, nos intriga el misterio del “Sr. X”. El Dr. Bob aún estaba vivo durante esta época y dado la poca información documentada es posible que nunca sepamos la identidad del anó-nimo “Sr. X”. Sí nos ofrece un vistazo al desarrollo de la humil-dad de nuestra Comunidad como colectivo en sus primeros años cuando empezó a ganar su reputación como una nueva sociedad de alcohólicos sobrios y se iba reconociendo sus contribuciones a la humanidad.

Jim B., Gail L. y Comité de Archivos Históricos de Akron

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Nota de los Archivos Históricos de la OSG: Tenemos una infor-mación interesante sobre este premio. A.A. lo recibió en la pri-mera cena, celebrada en el Hotel Fort Steuben, de El Día de los Fundadores del College of Steubenville como parte de las activi-dades de celebración de la fundación de esta universidad. Este premio público fue el primero en otorgarse a la Comunidad de A.A. y fijó la tradición de entregar premios a A.A. en lugar de a sus fundadores. La Hermana Ignacia vaciló en aceptar el recono-cimiento hasta que la convencieron sus colegas religiosos supe-riores. Según un artículo de periódico, de los 2,500 certificados [originales] sólo se conoce el paradero de cinco. Recientemente los Archivos Históricos de la OSG recibieron una copia del certi-ficado de los Archivos de A.A. en Akron.

Taller de los Archivos de A.A.Del 4 al 7 de octubre del 2012 se celebró el Decimosexto Taller Nacional de los Archivos Históricos de Alcohólicos Anónimos en Cocoa Beach, Florida, evento que batió el antiguo récord de asis-tencia. Participaron 259 personas. Bajo el lema de “Transmítelo”, se reunieron archivistas de todas partes de Estados Unidos y Canadá. La mayoría de los asistentes tenían una larga trayectoria de servicio y un gran interés en mantener viva la historia de A.A.

La noche del jueves, David W. (Área 14, el norte de la Florida), coordinador del evento, abrió el taller. Steven R., archivista del norte de la Florida, Jim B., coordinador de servicios de Archivos, Jimmy the Hat, coordinador de los Archivos Históricos del Sur de

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la Florida y Karla K., coordinadora suplente, hicieron presenta-ciones sobre diversos aspectos de la historia de A.A. en la Florida. Un dato interesante: en 1950 Bill W. ayudó a Tom S., uno de los primeros custodios provenientes de Florida, y responsable de la fundación de los Archivos Históricos del Norte de la Florida.

El viernes por la tarde, Chad H. hizo una presentación sobre la historia de los Jóvenes de A.A. de la Florida. Además, se ofrecie-ron talleres de manejo práctico de la conservación y la preserva-ción que duraron todo el día.

La noche del viernes, Michele Mirza (no alcohólica), la archi-vista de la OSG, habló sobre los Archivos Históricos de la OSG y de su trabajo de preservación, y mostró fotos de los cofundado-res, sus esposas y otros miembros pioneros de A.A. Puso una grabación de una charla de Bill durante la Conferencia de Servicios Generales de 1960 en que él habla sobre la impor-tancia de preservar la historia de A.A. Además, Michelle leyó pasajes de sus cartas.

Kevin Hanlon, uno de los directores y productores del nuevo documental, Bill W. (una producción de Page 124 Production), presentó la película. Como persona no alcohólica, le fascinó el

trabajo de investigación para la película que dio lugar al descubri-miento de nuevas fotos e información sobre la primera etapa de la vida de Bill.

Dave W., el archivista de Daytona Beach, hizo una presenta-ción sobre el libro Twenty-Four Hours a Day (Veinticuatro horas al día). Informó que fue escrito por Richmond W., un A.A. que pasaba los inviernos en Daytona Beach. Dave habló sobre la his-toria del libro y las contribuciones que hizo Richmond a A.A. en la Florida.

En la noche del sábado, tuvimos la suerte de tener entre los conferencistas a Nancy H., coordinadora del Comité de Archivos Históricos de los custodios. Ella hizo hincapié en la importancia de documentar e investigar datos y la historia de A.A. y dio las gracias a todos aquellos que se ofrecen para desempeñar esta labor.

El Decimoséptimo Taller Nacional de los Archivos Históricos de Alcohólicos Anónimos tendrá lugar del 26 al 29 de septiembre del 2013 en Springfield, Illinois. Se seleccionó a Philadelphia, Pennsylvania para celebrar el Decimoctavo Taller Nacional de los Archivos de Alcohólicos Anónimos.

Comité NAAAW

Los Archivos de OSG Celebran su Trigésimo Séptimo Aniversario

El 5 de noviembre del 1975, se celebró formalmente la apertura de los Archivos Históricos de A.A. en una ceremonia presidida por George G., en ese momento coordinador del Comité de Archivos de los custodios. Lois W., la viuda de Bill, cortó la cinta de inauguración. Nell Wing era en ese entonces la archivista. En los últimos años, el personal de los Archivos Históricos ha celebrado su inauguración con exposiciones especiales, giras y, desde luego, un pastel. En el año corriente, la celebración coincidió con la visita de los delegados de la Vigésimo segunda Reunión de Servicio Mundial, y el evento se hizo aún más especial. Fue como llevar a cabo una pequeña Convención Internacional en las instalaciones de los Archivos Históricos.