Honduras y su “hat trick” mundialista

Deportes  18 octubre, 2013 - 12:10 AM La Tribuna

Por: Geovanni Gómez. @geovannygo

Honduras está de fiesta, el fútbol nuevamente ha calmado a un pueblo

sediento de justicia y de mejor ritmo de vida, al lograr la clasificación

anhelada al Mundial de Brasil 2014, luego de empatar 2-2 en Jamaica y

superar en puntos a México, nación que se va al repechaje con el campeón de

Oceanía, Nueva Zelanda.

La escuadra catracha del colombiano Luis Fernando Suárez se suma a la lista

de mundialistas que ya encabezaban el hondureño “Chelato Uclés” en España

1982 y el también cafetero Reynaldo Rueda Rivera en Sudáfrica 2010.

Inolvidable primera clasificación

La primera vez con “Chelato Uclés”, quien sabiamente llevó a este grupo al

Mundial de España 1982.

Eran otros tiempos, poco dinero en el fútbol, jugadores que no eran

profesionales en lo económico, pero si en la entrega y amor al país, que

sacrificaron muchas cosas para llegar al primer mundial de España 1982,

donde la planeación del seleccionador “Chelato Uclés” y la naciente

Federación de Fútbol de Honduras presidida por el recordado sportman Pedro

Atala Simón (QDDG) fue factor primordial para este logro.

El camino no fue muy largo en cuanto partidos, una eliminatoria preliminar en

Centroamérica que se ganó de visita, quitando dos invictos, al guardameta

Ricardo Jerez Hidalgo, quien en 7 partidos no recibía goles y por ende a su

selección de Guatemala que tampoco había sido derrotado, hasta que llegó la

escuadra catracha y le ganó con golazo de Jimmy James Bailey en el propio

estadio Mateo Flores.

La segunda ronda llevó a Honduras a una hexagonal organizada en casa en

noviembre de 1981, dos del norte, e igual cantidad del Caribe y Centroamérica

por dos cupos a España 1982, donde el equipo nacional antes del último juego

ya tenía el visado al mundial, al empatar sin goles ante El Salvador, en partido

realizado el 16 de noviembre de 1981.

28 años después, con  el corazón en la mano

Pasaron 28 años para que Honduras asistiera a un mundial, esta vez el mérito

se lo llevó el colombiano Reynaldo Rueda.

Casi tres generaciones pasaron para que Honduras volviera a ver flamear la

bandera hondureña en un mundial de fútbol, muchos jugadores, entrenadores y

dirigentes lo intentaron, pero el resultado siempre fue el mismo, fracaso total.

Para el proyecto a Sudáfrica 2010, la planeación fue distinta, una comisión de

selecciones bien manejada por el empresario José Rafael Ferrari, quien decide

contratar al colombiano Reynaldo Rueda Rivera, quien pese a tener una

generación casi terminada logró lo que parecía imposible, clasificación al

mundial, aunque en forma sufrida, de visita y en la última jornada, donde la

ayuda de Estados Unidos fue vital al quitarle un punto a Costa Rica, contendor

directo de nuestra selección.

Un gol sobre la hora de Jonathan Bornstein fue suficiente para clasificarnos al

mundial, pero además el equipo de Rueda tuvo la virtud de ser un gran local,

ganando la mayoría de los puntos, eso al final le valió para llevarnos al

segundo mundial.

Con menos tensión, pero en Brasil 2014

La tercera y segunda consecutiva con el también cafetero Luis Fernando

Suárez.

Un nuevo proyecto se inicia para Brasil 2014, Reynaldo Rueda decide decirle

no a Honduras y acepta el reto de Ecuador, a pesar de que el sentimiento le

decía que debía quedarse, pero prefirió dar un paso al costado y recomendar a

su paisano y ya exmundialista Luis Fernando Suárez, aunque también estaba

considerado el también cafetero Juan Carlos Osorio, pero no pudo venir. La

nueva comisión nacional de selecciones se decide por Suárez, a quien le atrajo

el reto, y asume en marzo del 2012, meses antes de la primera etapa apara

Honduras, allí con algún problema al inicio retoma el camino y pasa a la

hexagonal final.

Paralelamente toma el reto del equipo olímpico, a quien califica a Londres

2012, en donde dan la sorpresa y avanzan a la segunda ronda donde complican

a Brasil, equipo finalista que perdió la final con México.

Esa presencia en los Olímpicos ratificaba la calidad del seleccionador

contratado, quien no solo mostró capacidad sino además una tranquilidad

enorme con la que contagió a sus jugadores, quienes al ver a un entrenador

calmo en el banquillo se repusieron de malos momentos y así llegaron a

juegos claves como el famoso aztecazo, del 6 de septiembre, en donde

prácticamente selló el pase al Mundial de Brasil del 2014.