HOMILIA PONUNCIADA EN LA FESTIVIDAD DE NTRA. SRA. DEL PILAR

CATEDRAL DE JAEN

12 octubre de 2012.Francisco Rosales Fernández.

Vicario de Pastoral.

Queridos hermanos, hijos del Cuerpo de la Guardia Civil, tanto cargos demando como guardias, hombres y mujeres.

 Autoridades civiles y militares, provinciales y locales.Hermanas y hermanos todos, mi felicitación personal en este día de

fiesta.Un saludo especial del sr. Obispo quien se encuentra hoy celebrando

esta Festividad de la Virgen del Pilar en otra Compañía de la Guardia Civildentro de la provincia de Jaén.

Hoy estamos alegres por un doble motivo. En primer lugar, por ser laFiesta Nacional. Nuestra sociedad, en donde el Señor nos ha puesto, esheredera de una gran serie de valores transmitidos desde generacionesanteriores, que hemos recibido como grandes dones, entre ellos la fe católica.Mirar hoy a la Virgen del Pilar es sentirse hijos de esa gran tradición heredada,que a la vez nuestro pueblo español supo hacerla extensible a los pueblosconocidos con el colectivo de la Hispanidad. Es una pena que actualmenteestemos atravesando una gran crisis de valores y por tanto de identidad, quenos paraliza ni nos dificulta en las relaciones entre todos los que componemoseste pueblo. También nos dificulta para creer juntos, y expresar con la vida esafe.

Pero también estamos de fiesta porque el grupo humano formado por hombres y mujeres de la Guardia Civil celebran hoy a su patrona, la Virgen delPilar. Este colectivo está al servicio de la sociedad de forma constante,garantizando con su esfuerzo la justifica, la paz y la libertad entre todos losciudadanos, y la integración y el respeto a la misma naturaleza, muchas vecescon un sacrificio tal, que llega hasta dar la vida. Si no existieran, habría queinventarlos porque su servicio sigue siendo necesario para el bien de todos.Ellos, los guardias cristianos, invocan a la Virgen del Pilar como patrona, quees lo mismo que decir, protectora y modelo para sus vidas. Lo hacen siempre,pero hoy, 12 de octubre, de una forma especial.

Propongo a todos vivir más intensamente esta fiesta teniendo presentelas lecturas de la Palabra de Dios que la Iglesia nos pone al paso.

Desde pequeños aprendimos a rezar, en el Santo Rosario, con unaplegaria entresacada de la Letanía: “ Arca de la Alianza, ruega por nosotros”. Aveces no sabíamos el alcance que esa alabanza mariana tenía, sin embargohoy la Palabra de Dios, tomada del Primer libro de las Crónicas, nos da laclave para entender el sentido. El Arca de la Alianza era procesionada por elpueblo de Israel como portadora de los dos símbolos más importantes quehacían palpable la presencia del Dios que acompaña a su pueblo, y que noestá atado a los muros de un santuario. Estos símbolos eran: las Tablas de laLey, que garantizaba la convivencia justa y la libertad de ese pueblo; y el maná,que era el alimento con el que Dios le asistía en su caminar por el desierto.

El pueblo cristiano posteriormente comenzó a llamar a María comoverdadera Arca de la Alianza, porque ella dio cobijo en sus entrañas, no sólo al

 

Mesías biológico, Jesús, sino a la Palabra de Dios en su corazón. Ella supopronunciar una de las frases más importantes que el ser humano haya podidoproclamar a lo largo de la historia: “Hágase en mí según tu palabra”,sintiéndose libre de todo y de todos, y esclava sólo del Señor. Y Ella fuecoherente hasta el final al pie de la cruz.

 Ante la felicitación hecha por una mujer de entre el gentío a la madreque llevó en su vientre y que alimentó a Jesús, éste mismo puntualizó, enversión del evangelio de san Lucas, que el verdadero mérito de su madre fueel escuchar la Palabra de Dios y ponerla por obra. Así estaba incluyendo en laalabanza a todo aquel que siguiendo el ejemplo de María es capaz de dar acogida a la Palabra de Dios en su corazón y en sus obras.

Queridos guardias cristianos: vosotros vivís muy cerca de los valoresque propone el evangelio. Desde vuestro trabajo cotidiano de servicio a lasociedad es fácil recordar aquellas palabras del evangelio: “Tuve hambre, y medisteis de comer ”, y también en vuestra tarea se hace muy comprensible laparábola del buen samaritano, aquel hombre que supo auxiliar al que estabacaído al borde del camino. En este sentido sois privilegiados.

Hoy rezamos por vosotros, para que decaigáis, y también por vuestrasfamilias, porque detrás de cada guardia hay una familia que le espera, que lefortalece, que le ofrece su sonrisa, que le anima en su debilidad, e incluso leescucha en sus desahogos. Hoy nos alegramos con vosotros en vuestra fiestapatronal. Así vuestra fiesta se hace también nuestra.

Os recuerdo el valor de vuestro trabajo, y os pido que sepáis valorarlodesde la fe cristiana. Os animo a contemplar vuestra actividad con una miradacristiana, que va más allá de lo puramente profesional. Estamos en unasociedad democrática y plural, donde han de tener cabida todas las formas depensar, credos e ideologías desde el respeto y la igualdad, pero ¿qué impidepara que un guardia cristiano al iniciar su trabajo diario, o en la soledad de suservicio rece a su Madre del Pilar? ¿Su oración no sirve para darle fuerzas yvalor a la hora de ejercer mejor su actividad? ¿Qué impide para que además demirar a su compañero “de pareja” -la famosa pareja de la Guardia Civil- elguardia cristiano no se quede solamente con uno que trabaja a su lado, sinoque sepa valorarlo como a un hermano al que hay que atender y escuchar enprimer lugar? ¿Qué impide que además de ser solidario con el que sufre por loscaminos de la vida, en el día o en la noche, sepa amarlo en cualquier sufrimiento, de esos a los que vosotros sabéis poner rostro? ¿Qué impide paraque el guardia cristiano, cercano a las miserias humanas, no se contente sólocon cumplir estrictamente con su trabajo profesional, sino que sepa asemejarseal estilo del buen samaritano del que nos habla la Palabra de Dios?

Os animo a que miréis a la Virgen del Pilar como madre y patrona, quesupo acoger la Palabra de Dios y ponerla por obra, así seréis verdaderamentehijos suyos. Ella humilde, sin hacer demasiado ruido, constante, pequeña,como es su imagen, supo apoyarse en el pilar que es Cristo, verdadera rocacapaz de sostener toda una vida.

No quiero terminar mi reflexión sin hacer alusión al acontecimiento quela Iglesia entera está viviendo desde ayer mismo, y que también nuevo obispoD. Ramón inauguró con toda solemnidad en este templo catedralicio sólo haceunas horas: el Año de la Fe.

 

 A propuesta del Papa Benedicto XVI, nos centraremos en valorar,purificar, fortalecer y testimoniar esa fe que recibimos como un gran don, y loharemos precisamente ahora, en estos momentos de la historia en los que seha difundido un gran vacío de Dios, en palabras del papa.

 Ayer mismo, en la misa de apertura de este Año de la Fe, Benedicto XVIhacía un ruego a la Iglesia universal que yo quiero que resuene hoy entrenosotros, y que se expresa con las siguientes palabras: “Se necesitan personas en este desierto que, con su propia vida, indiquen el camino hacia laTierra Prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza”.

Mensaje que nos viene bien a todos los cristianos para ser escuchado yvivido, y también de forma especial a vosotros, guardias cristianos. Contadsiempre con nuestras oraciones.