Hoja Sanitaria N°3

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  • 8/10/2019 Hoja Sanitaria N3

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    Edicin N 3 / Santiago de Chile / Noviembre 2014

    La Medicina moderna es unanegacin de la salud. No estorganizado para servir a la saludhumana, sino slo a s mismo,como institucin. Tiene ms genteenferma que sana.

    Ivan Illich

    Como todo el mundo espera dem que lo diga, puedo empezarcon la afirmacin de que la ezqui-zofrenia no existe. Sin embargo, laforma concreta de su no existen-cia plantea muchas cuestiones

    semnticas y filsoficas as comouna gran cantidad de problemassociohistricos.La no existencia de la esquizo-frenia se refiere simplemente alno establecimiento de una enti-dad patolgica en el sentido m-dico nosolgico ordinario: unacoleccin (ms o menos) unifica-da de signos objetivos y sntomasobjetivables que tiene una causao que hay que encontrarla. Es laimportancia de este modo depensar en relacin con ciertasformas de experiencia y compor-tamiento humanos lo que se poneen cuestin el enfoque clasifica-dor y el modelo epistemolgico.Por lo tanto, cuando me refieraaqu a la esquizofrenia, siempreser entre comillas implcitas.Ciertamente no voy argumentarun caso para una etiologa social osocio-psicolgica de la esquizo-frenia, en oposicin a una orgni-

    ca, o como una parte de una com-pleja etiolgia que incluya todoslos factores en diversa medida.Esto sera un juego inutil en el quetodo estaria centrado en unaentidad que, en primer lugar, noexiste.La esquizofrenia no existe, la lo-cura si que existe. En el lenguajemedio secreto, esoterico, de lamedicina, la etiqueta de esquizo-frenia se aplica a la amplia mayo-ria de personas que son conside-

    radas socialmente como locas. Lalocura se encuentra latente en ca-da uno de nostr@s como la posi-bilidad de una desestructuracincasi total de las estructuras deexistencia normales en vistas a lareestructuracin de una forma deexistencia menos alienada (es

    QU ES LA ESQUIZOFRENIA!es decir, gobernadas por fuerzasinternalizadas de alteridad ) enun nuevo espacio personal;desintegracin - reintegracinmuerte - renacimiento. La perso-na solo es considerada social-

    mente como loca cuando, en al-gun punto arbitrario, deja de con-formarse lo suficiente con lasconveciones sociales, y en estepunto en la sociedad burguesa, eneste momento de la historia, escuando entra en accin el aparatomedico. Si el comportamientodesviado es lo bastante oscuo,suficientemente comprensible ypor lo tanto aterrador para laspersonas normales por que razo-na con las terrorificas posibilida-des de muerte - renacimientodentro de cada persona, normal-mente se aplica la estigmatizanteetiqueta de esquizofrenia. Es dife-rente en el caso de la maniaco-deprecin , porque todos somosun poco manacos o nos senti-mos deprimidos de vez en cuan-do y por lo tanto existe ciertacomprensin, tambin es difcil enel caso de alguien que hayatomado deeterminada droga. Sin

    embargo, en el caso de la esqui-zofrenia, parece que nos enfren-tamos con la locura definitiva-mente incomprensible.Este no ha sido siempre el caso.Como ha demostrado Michelfoucault ( en Histoire de la folie lage clasique), en la Edad Media,en Europa, la locura se respetabacomo una forma diferente de ser ysaber, quizs una forma privili-giada con acceso ms directo alcielo. No fue hasta el llamado

    renacimiento europeo, con elflorecimiento del mercantilimso ylos primeros inicios del capita-lismo que , en los siglos XVII YXVIII, empez el proceso deexclusin del loco; primero fue-ron los barcos de locos viajandosin fin por los canales de europa

    y luego el encarcelamiento deldemente en la leprosera, que sehaba quedado vacante. Esta ex-clusin del loco lleg de la manodel extremo estrechamiento de larazn en el inters pragmtico de

    la naciente burguesa. Creo quedebemos distinguir entre razn yconocimiento. La razn y la sinra-zn son ambas formas de cono-cimiento. Locura es una forma deconocimiento, otro modo de ex-ploracin emprica tanto el mun-do interior como el exterior.La razn de la exclusin e invali-dacin de la locura no es pura-mente medica, ni tampoco, estric-tamente social. Es, como intentaredemostrar, una razn poltica. Ensiglo XIX, con el total desarrollodel captalismo europeo, la exclu-sin y control del loco fueron ab-solutos, y la psiquiatra se desa-rrollo como una rama de la me-dicina, con toda respetabilidad,todo sus secreto y todos los po-deres especiales del colegio demedicina, para controlar al locoen nombre del nuevo estado bur-gus. En el siglo XX, con todas lasmistificaciones del progreso li-

    beral, este control se ha hechoms intensivo que nunca, y enespecial con muchos de los pa-cientes que viven fuera de lasinstituciones.

    Pasqun Mensual de la SDA - Salud Antiautoritaria

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    Si me quieres escribir, ya sabes mi paradero:

    El psictico que rechaza el trata-miento presenta un problemaparticularmente dificl. A menosque el mdico se vea asistido porhabilidades previamente adquiri-das y cuente el puntual de su pro-pia capacidad de comprensin,comenzar discutiendo y termi-nar encolorizndose. Tratar deexplicarle al paciente cun enfer-mo est, tratar de de hacerleentender que l (el mdico) sabemucho mejor que el paciente loque este tiene que hacer, que eltratamiento es realmente indes-pensable, etctera, etctera.Cuando todos sus esfuerzos fra-casan, monta en clera. Y lo haceporque est angustiado, porqueha perdido el control de la situa-cin, porque est genuinamenteenvuelto en el asunto, porque se

    siente responsable de su fracaso ytambin lo ltimo, pero no por ellolo menos importante porque esmuy perturbador enfrentarse conalguien que no ve lo mismo queuno ve. Si incluso el mdico, contodo el apoyo de sus colegasmentalmente sanos detrs de l ,puede ser trastornado por unnico demente, qu decir delpaciente? Pues para este no setrata de simplemente enfrentarsecon un loco: para l, todos los

    dems estn locos. Esto no es unaelegante retrica, sino la crudarealidad...del paciente. Es unasituacin solidaria y aterradora,cuando ms colrico se pone elmdico, ms aumentan los temo-res del pacientes.Uno de los dos tiene que incur-sionar en el territorio del otro;esto no es fcil para ninguno delos dos, pero como es imposiblepara el paciente en esta etapa, laresponsabilidad le incumbe almdico. Lo que se requiere es unacto de verdadero coraje mental:ver deliberadamente la realidad atravs de los ojos de una perso- nainsana. Una vez que se cuenta conla voluntad necesaria para ello, elmtodo a seguir es compartiva-mente sencillo: basta con pregun-tar sin decir nada. Qu es lo queel paciente supone que quierenhacer el mdico y los enfermos ?Qu es lo que han hecho hasta elmomento? Por qu lo han he-cho? En qu consiste ese trata-miento que el paciente no quiereque se le administre ? Culpiensa que es su efecto sobre l ? Porque tiene dicho efecto ? Deesta y otras maneras parecidas sepuede ir trazando un cuadro del

    mundo propio del paciente. Enforma gradual puede amplirselopara incorporar aspectos de larealidad sobre los cuales l y elmdico estn de acurdo.

    ANTIPSIQUIATRA

    Es un concepto acuado original-

    mente por David Cooper y que seusa para designar a diferentesenfoques y doctrinas polticoso-ciales en el rea de la salud men-tal que tienen en comn ser de-tractoras de la psiquiatra.

    Segn Cooper la Antipsiquiatraes poltica y subversiva, por sumisma naturaleza, con respecto alrepresivo orden social burgus() antipsiquiatra es quien estadispuesto a correr los riesgos

    involucrados en alterar progresi-vamente y radicalmente la formaen la que vive. El o la antipsiquia-tra debe estar dispuesto a aban-donar los mecanismos de segu-ridad de la propiedad (ms alldel mnimo necesario), los juegosmonetarios explotadores y lasrelaciones estticas, confortables,de tipo familiar, oponindolesla solidaridad y la camaradera() Debe estar dispuesto a in-gresar en su propia locura, quizs

    hasta el punto de ser invalidadosocialmente, ya que si as no lohace, no estar capacitado. LaAntipsiquiatra es una parte nece-saria y urgente de la revolucinpermanente, de lo contrario no esnada"

    Cooper ditingua tres tipos delocura:

    1.- La primera, que el denomina-ba "demencia" es la locura socialque nos envuelve (explotacin,guerras, desastres ecolgicos,masacre del deseo, relaciones decompetencia) fruto del capita-lismo y de la sociedad especta-cular mercantil en la que vivimos.

    2.- La segunda locura que distin-gua era la locura de "viaje inte-rior", defendindola como unmedio de desestructuracin de laexperiencia alienada y de cons-

    truccin del propio proyectoexistencial .

    3.- La tercera locura que sealabaera la producida por la"demenciasocial", la creada por los entornosesquizofregnicos,(generalmentea partir de la estructura familiar

    patriarcal pero tambin en el tra-bajo, escuela) que sitan a lapersona en una posicin sin otrasalida que la locura.

    HOSPITALIZACININVOLUNTARIA

    La psiquiatra se encuentra a la

    cabeza en la prctica del cuidadoen salud mental en pabellonespsiquitricos, u otros establecimi-entos mdicos, usando coercinlegalmente sancionada para ad-mitir a individuos en contra de suvoluntad. Los crticos sealan queesta prctica va en contra de unode los principios rectores de lassociedades abiertas o libres: losprincipios de John Stuart Mill, ta-les como son presentados en suobra fundacional sobre el conce-pto de libertad. Mill arguye que lasociedad no debe usar la coer-cin para someter a un individuomientras l o ella no dae a otros.La hospitalizacin psiquitricainvoluntaria, aseveran los crticos,viola este principio. En contrastecon la visin de Hollywood sobrelos esquizofrnicos, la gente per-turbada generalmente no es mspropensa a la violencia que losindividuos cuerdos (Monahan,

    1992). La creciente prctica en elReino Unido y en otros pasessobre el llamado "cuidado en lacomunidad" fue instituida enparte como respuesta a talespreocupaciones.

    En casos de personas sufriendode severas crisis psicticas, lasSoteria houses sola proveer, di-cen los crticos, una alternativams humanitaria y compasiva quela psiquiatra coercitiva. Las casas

    Soteria cerraron en 1983 debido ala falta de soporte econmico. Noobstante, recintos del tipo deSoteria houses se encuentranfloreciendo en Europa, especial-mente en Suecia y en otros paseseuropeos del hemisferio norte.

    "Etiquetar a un niode enfermo mentales estigmatizacin,

    no un diagnstico.Darle a un nio unadroga psiquitrica

    es envenenamiento,no un tratamiento"

    Thomas Szasz