De padre español y madre cubana, nació en Venezuela y es una de las mujeres más po-derosas e influyentes del universo «fashion»

Carmen (al lado) posa en el vestíbulo de su piso parisino, en la famosa Rive Gauche (orilla izquierda), al sur del río Sena, un barrio cargado de bohemia, cultura e historia. La empresaria lleva un diseño de la inglesa Giles Deacon. Arriba, el gran salón. Los sofás son diseño de Rick Owens, el artista esta-

dounidense considerado el padre del «glunge» ( combinación de «gla-mour-slash-grunge», que fusiona la elegancia y la despreocupación). La

mesa de centro y las butacas en forma de roca son del israelí Arik Levy, y la escultura de la derecha es de Sophia Vari, mujer del célebre pin-

tor y escultor colombiano Fernando Botero

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Posa con su colección privada de alta costura

CARMEN BUSQUETS LA EMPRESARIA QUE INVENTÓ LA MODA «ONLINE»,

NOS RECIBE EN SU CASA DE PARÍS, DONDE VIVE RODEADA DE IMPRESIONANTES OBRAS DE ARTE MODERNO

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GILLES Lipovetsky, el filósofo francés que ha analizado

como nadie las sociedades moder-nas, escribió años atrás que la moda, «situada en la inmensa du-ración de la vida de las sociedades, no puede ser identificada con la simple manifestación de las pasio-nes vanidosas o distintivas, sino que se convierte en una institu-ción excepcional, altamente pro-blemática, una realidad socio-his-tórica característica de Occidente y de la propia modernidad». Una máxima que se ajusta a la perfec-ción en la vida de Carmen Bus-quets, una de las mujeres más in-fluyentes y poderosas del mundo de la moda, quien ha visualizado como nadie sus problemáticas y hoy lidera una nueva forma de ver-lo y entenderlo.

Nacida en Venezuela durante la segunda mitad del siglo XX, Car-men creció en uno de los países latinoamericanos más ricos y avan-zados de su tiempo. Hija de un in-geniero español que emigró de Cataluña a América después de la Guerra Civil y de una antropóloga nacida en Cuba, desde muy pe-queña viajó junto a sus padres y fue descubriendo un planeta que la maravilló y la hizo convertirse con el correr de los años en una ciudadana del mundo. Tras gra-duarse en Negocios y Marketing por la Universidad de Miami, dio sus primeros pasos como empresa-ria en 1990, cuando, con solo vein-tidós años, abrió en Caracas una «boutique» de artículos de lujo y alta costura a la que llamó Cabus, lo que la llevó a entrar en el exclu-sivo mundo de la moda europea y a conectarse directamente con sus protagonistas: Moschino, Thierry

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«La moda me ayudó a rein-ventarme, ya que de niña era un poco sorda»

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Carmen es cofun-dadora de Net-a-Porter, una de las plataformas de lujo más grandes del mundo, con benefi-cios anuales de más de mil cuatro-cientos millones

de dólares

Carmen, que viste de Christo-pher Kane, fotografiada en otro rincón de su casa junto a una obra del alemán Anselm Reyle. En la otra página, arri-ba, «hall» de entrada, decora-do con un «collage» de John Baldessari, uno de los máxi-mos representantes del arte conceptual, y una colorida es-cultura puzle en madera de Aaron Curry. Abajo, uno de los objetos más llamativos del sa-lón es el banco con cuernos de arce fabricados en resina, de Rick Owens. A la derecha, una obra segmentada de la fo-tógrafa francesa Hedi Slimane y tres lámparas de piso de Arik Levy. La escultura metalizada entre las dos columnas es del alemán Anselm Reyle. Los ob-jetos sobre la mesa son de Aire del Sur, la firma creada por el argentino Marcelo Luci-ni y uno de los orfebres prefe-ridos de la Reina Rania de Jor-

dania y Oprah Winfrey

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«Tras detectarme, con veintitrés años, mi problema en el oído, el mundo del diseño me ayudó a en-tender y a leer a la gente, ya que cómo se viste dice mucho de una

persona»

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El comedor. El gran cuadro en circun-ferencia es del francés Olivier Milla-gou y el moderno tótem a su derecha, del célebre escultor italiano Ettore Sottsass. Las sillas, de inspiración po-linesia, son del francés Christian Astu-guevieille y la mesa, de Rick Owens. La cubertería está diseñada por Palo-ma Picasso. Derecha, con un diseño de la última colección de la griega Mary Katrantzou, Carmen confiesa: «París ha sido la única ciudad que me ha permitido crear mi propio mundo»

Mugler, Claude Montana, John Ga-lliano, Alexander McQueen…

Visionaria, desde 1997 ya había comenzado a explorar el negocio de las nuevas tecnologías, pero re-cién llegado el año 2000, fundó Net-a-Porter, junto a Natalie Masse-net, con una inversión inicial de dos millones de dólares. La plata-forma revolucionaría el mercado del lujo. El éxito fue rotundo y en solo diez años la empresa se convir-tió en una de las más rentables del sector, al punto de alcanzar un va-lor de 533 millones de dólares. Esa conquista llevó a sus fundadoras a vender un considerable paquete de acciones al gigante suizo de bienes de lujo Richemont, aunque sin per-der su presencia, tanto en el aspec-to editorial como en el consejo de administración de la compañía. Hoy, después de haberse fusionado con el grupo Yoox, en 2015, Net-a-Porter registra ganancias de más de 1.400 millones de dólares, un flujo de 24 millones de visitantes anuales y presencia en 180 países. Pero Net-a-Porter —del que Carmen aún controla el 2,3 por 100 de las accio-nes— fue solamente la puerta para que ella pudiese seguir el camino que siempre soñó y poder usar la moda, su mayor pasión, para gene-rar un cambio de paradigma desde la filantropía y el comercio respon-sable.

«UN LABORATORIO DE IDEAS»

En 2006 desembarcó de nuevo en el comercio en línea con Coutu-reLab, un ambicioso proyecto que funciona como un «laboratorio de ideas» enfocado a apoyar la artesa-nía y el patrimonio cultural del mundo. Ideó un sitio web para co-mercializar productos de todo el planeta, fabricados por más de 180 artesanos, artistas, diseñadores y marcas de nicho de 128 países. El objetivo de Busquets era ofrecer una curaduría única de productos para apoyar a algunos de los mejo-res talentos creativos del mundo y educar a los consumidores sobre la historia detrás de cada producto. Doce años más tarde —una vez más—, los esfuerzos de Carmen por generar conciencia sobre el es-tado de nuestro planeta y advertir sobre la imperiosa necesidad de un consumo responsable vieron su fru-to. En 2018 creó, junto a grandes diseñadores como Donna Karan, la CoutureLab Coalition, una plata-forma para apoyar a los artesanos y diseñadores independientes lati-noamericanos, fomentando prácti-cas sostenibles. También formó parte de otros proyectos, como Moda Operandi —el portal de pe-didos anticipados de Lauren Santo Domingo—, Armarium y Village-Luxe, dos sitios web de alquiler de prendas creados con la intención de frenar el consumo masivo. Su incansable labor en causas benéfi-cas e iniciativas educativas la ha lle-

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«Mi único consejo para las mujeres es que sean indepen-dientes y libres de pensamiento. Serán sus propias decisio-nes las que las ha-gan sobrevivir y te-

ner éxito»

vado a colaborar con una gran cantidad de organismos globales, líderes mundiales y organizacio-nes sin fines de lucro. Con diseños de su colección privada de alta cos-tura, Carmen recibe a ¡HOLA! en su vanguardista piso de París, don-de vive rodeada de fabulosas obras de arte.

—¿Qué echas de menos de la Venezuela de tu infancia?

—¡Tantas cosas! La rica varie-dad de paisajes, su Naturaleza sal-vaje, el calor y el humor de su gen-te… pero, sobre todo, su flexibili-dad como sociedad, su capacidad de resistir y de reinventarse todos los días. Echo mucho de menos la informalidad y la familiaridad con la que nos tratamos: todos te lla-man «mi amor», «mi cielo», «mi gordita», «mi flaca», «mi negri-ta»… Como tenía un problema de audición que no me permitía escu-char muy bien, crecí en un mundo rodeado de afecto y eso me marcó para siempre. Extraño ese valor que es la familia y que se multipli-ca con los años. Exagerar todo para reír hasta el drama. Debo de-cir que mi infancia fue un poco surrealista, pues yo fui una niña muy madura, pero siempre llena de creatividad. Adoraba que mis padres me llevaran de viaje a todos lados, pues sabían que me portaba muy bien.

—¿Cómo nació tu pasión por la moda?

—La moda me ayudó a reinven-tarme, pues, como ya dije, de niña era un poco sorda. Tras detectar-me, con veintitrés años, el proble-ma que tenía en el oído, el mundo del diseño se iba a convertir en una gran herramienta que me ayu-dó a entender y a leer a las perso-nas, ya que se puede decir mucho sobre una persona al ver cómo vis-te. Conforme vas creciendo en la vida, van apareciendo desafíos, miedos y vulnerabilidades, y creo que la moda nos ayuda a conquis-tar esos miedos y a encontrar nues-tro camino en la vida. La moda puede ser una gran aliada en los momentos en lo que más miedo sentimos, ya que puede llevarte a crear tu propia armadura y así sen-tirte menos vulnerable o inseguro.

—Conoces mejor que nadie el mercado del lujo.

—Estudié en Canadá cuando era joven y, desde entonces, siem-pre me interesó la visión del filóso-fo Marshall McLuhan y su famoso concepto de «una aldea global». Me maravillaba cuando describía un mundo cada vez más interco-nectado como resultado del rápi-do crecimiento de la tecnología. En mil novecientos noventa y cin-co, cuando Internet se abrió al mundo, me di cuenta de que ha-bía nacido un nuevo universo y no dudé en comenzar a invertir en ese sector. Fue así como me metí de lleno y encontré Net-a-Porter, un proyecto de moda que sabía que se estaba comenzando a crear y que necesitaba un socio.

—Pero no era tu primer nego-cio, ¿verdad?

—Debo confesar que ya llevaba diez años administrando el mío propio y eso me desalentaba un poco, en el sentido de que me daba cuenta cómo las «low cost» copiaban todo lo que restaba indi-vidualidad a la moda. Me atemori-

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zaba lo codicioso que se estaba volviendo ese mundo y el enorme daño que comenzaban a hacerle al planeta. Pero había algo en mí que me decía que con Internet aún tenía muchas cosas por apren-der. Así fue como un día de mil novecientos noventa y nueve, cogí el teléfono y llamé a Natalie Masse-net para decirle que Net-a-Porter era el compañero que había esta-do buscando y que quería ser par-te del proyecto. ¡Puedes imaginar cómo se sintió ella tras descolgar el teléfono y escuchar una voz con acento latino que la preguntaba: «¿Dónde has estado toda mi vida?». Ese fue el comienzo de una sociedad de quince años con ella y con todo el equipo de esa maravi-llosa compañía.

—¿Por qué crees que es impor-tante comprometerse con el me-dio ambiente y el trabajo humani-tario de las sociedades?

—Nuestro planeta está llegando a un punto de ebullición. Hoy existen preocupantes problemas, como el cambio climático y el des-perdicio de objetos y alimentos, por lo que es necesario que avan-cemos lo antes posible hacia una economía más circular, donde va-loremos todo lo que tenemos y dejemos el disfrute a corto plazo. Me gustaría unir esfuerzos para erradicar el problema de los dese-chos dentro de la moda y lograr que las marcas produzcan sola-mente lo necesario.

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«Me gustaría unir esfuerzos para erra-dicar el problema de los desechos de la moda y lograr que las marcas produz-can solamente lo

necesario»

Izquierda, Carmen con un original diseño de la diseñadora grie-ga Mary Katrantzou, mientras termina de preparar la mesa para recibir a sus invitados. La casa es una combi-nación de lo autócto-no con lo moderno y la cocina (arriba) no es la excepción. Completa-mente realizada en aluminio y vidrio, la campana sirve, a su vez, de una gran lám-para. Las sillas y las esculturas con aires tribales son de Chris-tian Astuguevieille y le aportan el «toque Bus-

quets» al ambiente

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Izquierda, El baño, de-corado con muebles plateados hechos a medida por el francés Christian Astugueviei-lle. Arriba y derecha, Detalles del armario de Carmen, donde atesora accesorios y prendas étnicas que ha ido co-leccionando a lo largo de su vida. Su colec-ción de ropa está com-puesta por miles de prendas que guarda en cada una de sus casas alrededor del mundo. Página de al lado, arri-ba, dormitorio princi-pal, decorado con muy pocos objetos, como un par de jarrones anti-guos de porcelana chi-na y un banco diseñado por la artista francesa

Claude Lalanne

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«En este piso pasé temporadas maravillosas con mis padres, pero cuando me quedé con él, lo remodelé por completo para poder albergar parte de mi colección de arte

contemporáneo»

—¿Tienes alguna fórmula para tener éxito?

—El éxito no se puede medir ni defi-nir. Para mí, la única fórmula que sigo para lograr mis objetivos es la de hacer todo lo que se necesita hacer, tanto lo que odias como lo que amas. Ser exitoso implica mucha disciplina y siempre pen-sar lo siguiente: «Comenzar con poco, pero pensar en grande». La meditación también me ha ayudado mucho, pues solo en ese estado puedo tomar decisio-nes correctas.

—¿El lujo para ti?—Cosas que el dinero no puede com-

prar. Algo que solo puede adquirirse mediante la disciplina de la mente y el cuerpo, la libertad, el tiempo, la Natura-leza y la tranquilidad.

—¿Un consejo para las mujeres?—El único que les daría es que sean

independientes, ya que al final del día serán sus propias decisiones las que las hagan sobrevivir y tener éxito. Que sean libres de pensamiento.

—¿Te arrepientes de algo?—Cada vez que eso me sucede veo la

maravillosa película «El efecto maripo-sa», que cuenta cómo la cosa más pe-queña puede alterar todo el curso de tu vida sin que te des cuenta. Es decir, hoy no sería quien soy si no fuera por esas cosas de las que me arrepiento. Durante años me he estado despertando con la canción «A mi manera», de Frank Sina-

tra, en mi cabeza, pues mi pareja de aquel entonces quería tener hijos y yo no. Nos queríamos mucho, pero yo sa-bía que tenía que mantenerme firme en mi camino y ser valiente, porque nunca visualicé mi vida con niños. Los adoro, pero no deseo cargar con esa responsa-bilidad. Para mí, la libertad es un valor no negociable. No pelearía por un país, pero sí lo haría por la libertad. Jamás perdería mi elección de ser libre.

—Esta casa la heredaste de tus pa-dres. ¿Tienes muchos recuerdos de tu vida aquí?

—Amo esta ciudad, ya que mi amor por la moda comenzó aquí. La decora-ción era muy diferente y parecía el hotel Ritz, ya que estaba decorado con anti-güedades de los siglos XVIII y XIX. Aquí pasé temporadas maravillosas junto a mis padres, pero cuando decidí quedar-me con el piso, tomé la decisión de re-modelarlo por completo y hacerlo mo-derno, para así poder albergar parte de mi colección de arte contemporáneo. Cuando comenzó la obra, en dos mil doce, mi padre estaba recibiendo trata-miento contra el cáncer que tenía aquí, en París. Dos años después contraté a Pierre Beucler, uno de los más grandes arquitectos e interioristas de Francia, para que se encargara de la reforma

Realización y texto: RODOLFO VERA CALDERÓN

Fotos: OLEG COVIAN

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