Historia y Proyecto

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Ensayo sobre la incidencia y relación del tipo, contexto en la historia del proyecto

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  • HISTORIA Y PROYECTOUna revisin de los conceptos de Tipo y Contexto

    ANGELIQUE TRACHANA

    Angelique TrachanaEs Dra. Arquitecta, Profesorade la Universidad Politcnica de Madrid.

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    ISBN 978-987-34-1238-7

    Textos de Arquitectura y Diseo

    Director de la Coleccin:Marcelo Camerlo, Arquitecto

    Diseo de tapaLiliana Foguelman

    Diseo y armado digitalMiguel Novillo

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723La reproduccin total o parcial de esta publicacin, no autorizada

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    de los textos, Angelique Trachana de las imgenes, sus autores 2011 de la edicin, nobuko

    Junio de 2011

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  • HISTORIA Y PROYECTO.Una revisin de los conceptos de Tipo y Contexto

    Si es cierto que la realidad se hace menos evidente y retrocede amedida que se desarrolla la actividad simblica del hombre, pareceque, entonces, ha de compartir inexorablemente el mbito de suresidencia entre un universo de espacios materiales y lugaressimblicos. Si la vida acontece en el espacio y la muerte sucede en eltiempo (E. Lled), no resulta extrao que el espacio de laarquitectura haya surgido, en la penumbra de la historia, y un pactoentre la materia (necesidad) y el smbolo (recuerdo). Pero semejanteadecuacin no parece que responda a nuestra mirada actual.[1]

    El desarrollo de todas las teoras sobre la arquitectura a partir demediados del siglo XVIII tiene lugar en el mbito de cambiossignificativos del concepto que se tiene de la historia. Y, sin dudahoy, uno de los debates tericos ms relevantes sigue discurriendo entorno al valor del material histrico en la formacin de los conceptosactuales y vigentes.

    El campo operativo de la disciplina arquitectnica, por otro lado,se extiende, ms que nunca, sobre lo ya construido dada la prolficaproduccin de la era moderna, perodo considerado ya caduco ycerrado, y dado el valor cultural reconocido en un espectro de laspreexistencias, cada vez ms amplio.

    En el campo terico de la arquitectura, la ciudad histrica y elpatrimonio arquitectnico constituyen el mbito donde todava sepueden verificar los conceptos elaborados a lo largo de la historia dela arquitectura ya que fuera de ese mbito se estn creandocategoras que carecen todava de definicin terica, y su valorhistrico est por verificarse. Mientras que en el hacer profesionalarquitectnico, la necesidad de operar en los contextos histricos; laintervencin

    en los antiguos contenedores para adecuarlos a nuevos usos; lacontinua renovacin y acondicionamiento tcnico de los espaciosarquitectnicos y urbanos para responder a nuevas demandassociales y culturales; el proyectar y construir en relacin con lopreexistente y la interpretacin del material histrico en la

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  • conservacin del medio ambiente, requieren de una fundamentacinsobre conceptos y una metodologa que legitimen las acciones y,sobre todo, acten preventivamente sobre los excesos y abusos, quese pueden cometer.

    Grandes carencias de formacin especfica, ignorancia y, a vecestambin, prepotencia operando conjuntamente con intereseseconmicos y especulativos, han ido mermando en los ltimostiempos de bonanza productiva, tanto en edificacin nueva como enrehabilitacin, los contextos histricos. La cuestin de fondo es lainterpretacin del material histrico y cultural, que implica elconocimiento de la historia y la valoracin justa de la culturamaterial y de la arquitectura en particular, que corresponde a losdiferentes perodos de la historia donde se preservan las grandesconcepciones de la forma y del espacio arquitectnico.

    Se trata, pues, de cmo fundamentar la praxis en el conocimientoy utilizar el pasado como experiencia vivida y como conocimientoterico en el proyecto contemporneo. A partir de los aos 60 hubouna prolfica produccin en la historiografa y el ensayo en estesentido, mientras que se daba un giro radical en la concepcin formaly espacial de la arquitectura con respecto a las concepciones de lasvanguardias del siglo XX. No slo se trataba de la intervencin yrestauracin de edificios histricos sino de una idea conservadora yrestauradora que se imbua en el proyecto arquitectnico. En estemomento histrico, la consideracin de la historia como fuente deideas y de formas propiamente trataba de restablecer la continuidadhistrica, es decir, la historia de la arquitectura como continuidadque supuestamente se haba roto por las vanguardias del siglo XX. Elsignificado de la arquitectura como evolucin a partir de unaarquitectura precedente representaba una invariante histrica hastael Movimiento Moderno. La Arquitectura se entenda como laconstante evolucin y actualizacin del material histrico. En lascorrientes del clasicismo, el romanticismo, el historicismo y elracionalismo, se han ido demostrando las variantes concepciones dela historia.

    En los principios del siglo XX, la ruptura no fue tan radical comose manifest, por las vanguardias clsicas, y como se advierte en lapropia obra de Le Corbusier, quien mantiene una tensinextraordinaria entre el pasado y el presente.

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  • As que, hablar de arquitectura en trminos de crisis y de losproblemas de la llamada posmodernidad es como remontarse afinales del siglo XVIII, cuando la tradicin clsica comenz a perderautoridad exclusiva y los arquitectos, con su recin encontradaansiedad histrica, se pusieron en busca de paradigmas alternativos.El siglo XIX elabor dos concepciones contradictorias de la historia:la primera sostena que la historia proporcionaba modelos a imitar,nocin heredada del siglo XVIII y basada en el punto de vistatradicional de que el objetivo de los estudios histricos era aprenderdel pasado, por lo que la historia se defina como la representacin delos sucesos pasados. La segunda concepcin contemplaba la historiacomo un proceso irreversible, por lo que la historia significaba lossucesos mismos de ahora. Los sucesos histricos tenan significadoen el contexto en el que ocurran, y no tena sentido alguno tratarestos sucesos como modelos literales. La nica forma de aprender delpasado consista en descubrir la idea esencial que subyaca debajo delflujo de sucesos.[2]

    La crisis de la arquitectura a comienzos del siglo XX estabaprecisamente relacionada con el cambio de una prctica basada en laprimera concepcin de la historia a otra basada en la segunda. Pero,fuesen los que fuesen los argumentos tericos esgrimidos durante elsiglo XIX para la interpretacin historicista y en contra de laimitacin de estilos pasados, lo cierto es que, la prcticaarquitectnica, segua enraizada en hbitos anteriores. Existan, esverdad, desavenencias en relacin con la forma de operar con elmaterial histrico pero la cuestin fundamental era si se podancombinar distintos estilos en la misma obra o seguir un estilo nico.La imitacin se interpretaba de distintas maneras.

    Poda significar la repeticin de las formas finales o eldescubrimiento de los principios compositivos subyacentes a laforma proyectada. Pero haba un punto en que todos estaban deacuerdo: la esencia de la arquitectura se tena que buscar en losejemplos histricos. Todo esto cambi hacia finales del siglo XIX conel surgimiento de nuevas prcticas que buscaban establecer otrosprincipios de diseo distintos a los de la imitacin estilstica y laadaptacin eclctica. Estas nuevas vanguardias operaron entre dospolos opuestos: el de una arquitectura vitalista de inclinacinartesanal, y el de una arquitectura racionalista de orientacin

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  • maquinista. Con ello, continuaba, en cierta manera, la dialcticaromanticismo / clasicismo, que haba caracterizado el siglo XIX,despus de la Primera Guerra Mundial, continuacin que marc eltono de la prctica arquitectnica global a partir de la Segunda.[3]

    Dentro del Movimiento Moderno tambin se produca unadivergencia entre aquellos cuyo objetivo era cambiar el lenguajearquitectnico y aquellos que tenan como meta ms radical destruirel marco institucional y profesional de la arquitectura asentandonuevos principios arquitectnicos. La mayora de los arquitectos delMovimiento Moderno estaban motivados por ideales socialesprogresistas. Su discurso estaba orientado hacia un ideal que lesproporcionaba un sentimiento colectivo de proyecto para el presente.Los autores de la historia moderna de la arquitectura, quienestrataban de dotarla de una genealoga, Pesvner, Giedion, Benevolo,Collins y Frampton, remontaban en el siglo XIX o incluso en elXVIII, para encontrar races y referencias del Movimiento Moderno.De este modo se interpretaba, otra vez, en clave positivista la historia,es decir, la historia como progresin continua, coherente y, enconjunto, beneficiosa. La concepcin de la arquitectura comoinnovacin no era contradictoria a la idea de progreso propagada porla interpretacin historicista. El presente, segn esta lectura, surgadel pasado en cierta analoga con la evolucin biolgica, queimplicaba para toda interpretacin racionalista de la arquitectura quela arquitectura del presente contena trazas de caractersticasheredadas.

    Pero lo ms habitual era contemplar el Movimiento Moderno,tanto en arte como en arquitectura, bajo el rasgo principal de cambioen la relacin existente entre el presente y el pasado. Sin duda, estaruptura epistemolgica podra explicarse por cambios en lasociologa, la tecnologa y la economa de la arquitectura, por lo quela novedad apareca como resultado de la casualidad histrica. Perolas condiciones objetivas de esta ruptura, que la teora modernapreconizaba, nunca llegaron a ser suficientemente determinadas parajustificarla del todo. Un factor que s fue importante y tuvo enormeinfluencia sobre la arquitectura moderna, incluso ms que latecnologa, fue la teora del arte general, tal como Giedion demuestraen Espacio tiempo y arquitectura. Eso haca, segn Frampton, que elhistoricismo slo explicaba en parte la nocin de modernidad en las

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  • vanguardias arquitectnicas.[4]En las ltimas dcadas del siglo XX, los cambios en el clima

    arquitectnico podran parecer como mera continuacin de la crisisque sufri la arquitectura a principios del siglo XX, momento de laaparente ruptura con la historia. Una vez, que las nuevas teorastomaron cuerpo y ganaron aceptacin, se cre una situacin dondelas distintas posiciones parecan reacciones contra el MovimientoModerno. Pero esas mismas reacciones posmodernas queconsideraron el Movimiento Moderno agotado y caduco seguanproduciendo una arquitectura inconfundiblemente moderna perorevestida con ciertos adornos y elementos comunicativos que elmercado y la nueva cultura demandaban. No fue tanta la reutilizacinde formas histricas y tradicionales que el posmodernismo intentabainvocar sino la prolongacin de las producciones del MovimientoModerno que quera desbancar. Adems, lo posmoderno no slo sepoda interpretar como el revival de formas histricas, sino de todasaquellas tendencias, aparentemente dentro del mismo MovimientoModerno, que haban modificado su contenido original.

    Cuando L. Kahn pona en debate la amnesia histrica frente a laproyeccin heroica de la arquitectura moderna hacia el futuro, suvisin del pasado como experiencia abra de nuevo un dilogoformal con la historia que se proyecta en el presente como fuente deinspiracin. En distintas situaciones nacionales, escuelas ytendencias, frente a la idea de tradicin que constitua obstculo ychantaje, tomaron cuerpo diferentes lneas de investigacin sobre elproyecto arquitectnico orientadas en la bsqueda de un nuevolenguaje arquitectnico.

    El cambio sucede en la transicin de una situacin econmica ysocial, de la era industrial a la posindustrial, la sociedad de lainformacin y el conocimiento en la que se da prioridad a los valoresculturales y comunicacionales en todas sus producciones.

    En la produccin de edificacin y espacio urbano como en el restode los sectores productivos, se demandaba diseo e imagen frente ala economa y la funcionalidad que tenan prioridad en lamodernidad. La cuestin del lenguaje retorna en el epicentro de ladiscusin terica de la arquitectura y el urbanismo[5] y se actualizael formalismo decimonnico y el concepto de composicin en claveposmoderna. La arquitectura americana, as como la crtica

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  • arquitectnica que se produca en este continente, giraba entorno a lacuestin de lenguaje. El giro haca lo monumental de Louis Kahn,lo popular y lo vernculo de Robert Venturi y el resto de lascategoras que taxonomiza Charles Jencks (El lenguaje de laArquitectura Posmoderna) testimonian una preocupacin por losproblemas propios de la construccin del objeto arquitectnico.Paralela a esa se desarrolla la otra corriente que se preocupa por lasrelaciones entre objeto y contexto.[6] En Europa la plataformarevisionista de la modernidad surgida en Italia y conducida por AldoRossi, reflexionaba sobre la Arquitectura de la ciudad.[7] All resurgala investigacin tipolgica y morfolgica en arquitectura. Lareformulacin del concepto del tipo formaba parte de una reflexinms amplia y profunda sobre la ciudad cuando precisamenteafrontaba su mayor crisis y se hablaba de su disolucin. Hay, portanto, al menos dos conceptos, el rescate del concepto del tipo y laacuacin del concepto del contexto que reconducen el nuevodiscurso arquitectnico.

    En la realidad italiana donde se reavivan estos discursos, la verdades que nunca se haban asimilado las doctrinas modernas radicalesa causa del gran peso de la tradicin clsica. Incluso los maestroscomo Pagano, Terragni, Cattaneo, Figini, y Pollini, el grupo BBPR,Muratori, Gardella, Albini, Libera, de Renzi, Piccinato, etc., injertaronsu propia revolucin lingstica en el tronco de una tradicinacadmica que nunca acab de rebatirlos. En los decenios siguientesa sus exordios, su misma enseanza en la Escuela no pudo, al versecontinuamente contrariada por estas fuerzas, introducir experienciasparecidas a las que desarrollaba en todo el mundo la didctica de laBauhaus. Revolucin lingstica decimos, porque, en efecto, laarquitectura moderna italiana acogi las indicaciones delRacionalismo sustancialmente como indicaciones estilsticas.[8]

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  • L. Kahn, Iglesia unitaria de Rochester, 1959-67, comparada con un proyecto delsiglo XVIII

    L. Kahn, Escuela India de Administracin, Ahmadabad, 1963

    Robert Venturi, casa Vanna Venturi, Chestnut Hill, Philadelphia, Pennsylvania,1962

    Aldo Rossi, Teatro flotante de Venecia

    Pero el historicismo desarrollado por la posmodernidad italiana,haba sido el gran tema de la arquitectura durante la gestin fascista

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  • como anlogamente ocurri en la Alemania del nacionalsocialismo,en la Rusia estalinista y, en general, en la gestin de los regmenestotalitarios en Europa. La tendencia italiana se centraba en lasteorizaciones ambientalistas de matriz giovanoniana y acoplada a laretrica imperial de los destripamientos recubriendo con oropelesretricos la necesidad de una poltica de grands travaux.[9]Insistiendo sobre la ciudad histrica, se marginaban propuestas de lageneracin racionalista, los proyectos, por ejemplo: Milano Verde, lasinvestigaciones de Diotallevi y Marescotti, la urbanstica de Piccinato,los planes para el valle de Aosta, etc. As se mantuvo activo, aunqueen trminos ambiguos, un punto de vista historicista conconsecuencias notables en los aos siguientes.

    Tambin merece recordar la alternativa ruralista de G. Paganocuyos trabajos de anlisis de la edificacin rural resultara una grancontribucin a la formulacin del programa de la arquitecturaneorealista. Incluso el populismo recurrente de lo posmodernoencuentra sus races en la arquitectura del Neorrealismo alejndoseuna vez ms de los problemas verdaderos y el debate disciplinar entorno a la concrecin de los problemas urbanos, tal como anunciaba,frente a la abstraccin caracterstica de la modernidad.

    As que Italia fue propulsora de una nueva tendencia que eraconsecuencia de la debilidad constitucional del proceso de laarquitectura moderna italiana. Y, este nuevo historicismo conectabacon el renovado inters por los problemas de la ciudad y elpatrimonio edilicio. La ciudad se conceba de nuevo como problematotalizador, es decir, como una entidad conceptual a la que haba dereferir el proyecto arquitectnico y urbano.

    El problema de la ciudad como totalidad se suscitaba al mismotiempo por Kevin Lynch y en las utopas de Tange o en aqullas delos metabolistas, en las propuestas de L. Quaroni y en las fantasas deArchigram. Pero, mientras que en estas nuevas teoras generalmentese observaba una ciudad abstracta, en el debate italiano,profusamente marcado por la discusin sobre los cascos antiguos ypor las propuestas de S. Muratori, se contemplaba la ciudad comoentidad histrica y la intervencin en concreto. El discurso tipolgicoadquira sentido en la medida que se trataba de recuperar la identidadde un tejido urbano y el concepto de espacio pblico y, con ellos,los valores cvicos y humanos de la ciudad. A. Rossi (La

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  • arquitectura de la ciudad) y Carlo Aymonino (El significado de lasciudades) dedicaron una reflexin sistemtica sobre la formaurbana en relacin con la tipologa edificatoria.

    Dentro de este debate disciplinar, tanto la restauracin de losedificios histricos como la intervencin en los antiguoscontextos, la construccin en relacin con laspreexistencias, adquiere gran importancia. En los dibujos delos hermanos Krier, para proyectos y concursos en contextos urbanospreexistentes, se visualizaba el concepto de integracin ambiental.Pero no slo se trataba de una fusin ambiental de lo nuevo con loantiguo sino que tena que ser estructural y aqu intervena elconcepto de tipo.

    El proyecto analgico, concepto acuado en estaambientacin, sustrae de la arquitectura histrica su esenciatipolgica, as como sus leyes compositivas, que reproduce en laarquitectura de nueva planta concebida en trminos de materiales ytcnicas contemporneos. La disposicin tripartita, por ejemplo, deuna fachada clsica constituida en zcalo, cuerpo y coronacin. Sedice tambin mimesis metafrica en el sentido de que lo nuevoderiva de lo antiguo pero no por mimesis directa de la forma sinoextrayendo de ella un concepto abstracto, una idea latente.

    Pero la mimesis directa, el pastiche, el fachadismo banal, tambinparticipaban de un repertorio formal que se estimulaba, sobre todo,por el venturianismo y desde Norteamrica. La culturanorteamericana reaccionaba as frente al Movimiento Moderno quevino de Europa, que en los aos 30 haba adoptado y exaltado, y queahora pona en crisis y rechazaba.

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  • Saverio Muratori, Palazzo della Democrazia Cristiana allEUR, Roma y Sede exENPAS, Bologna, vista desde la Via dei Mille

    Krier, dibujos de la Plaza Redonda de Karlsruhe y Galera Comercial entrePherdermarkt y la pera

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  • [1] Antonio Fernndez Alba, discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes deSan Fernando, p. 21.[2] Colquhoun, Alan, Modernidad y tradicin clsica, Editorial Jucar Universidad,1991, p. 12.[3] Colquhoun, A., Op. cit., pp. 12-13.[4] Frampton, Kenneth, Historia y crtica de la arquitectura moderna, EditorialGustavo Gili, Barcelona, 1981 (1980).[5] Portoghesi, Paolo, Despus de la arquitectura moderna, Ed. Gustavo Gili, 1981,p. 89.[6] Esta conclusin se deduce del ensayo de Charles Jencks, El lenguaje de laarquitectura posmoderna, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1980.[7] Rossi, Aldo, La arquitectura de la ciudad, Editorial Gustavo Gili, Barcelona,1971.[8] Purini, Franco, La arquitectura didctica, Direccin General de Arquitectura,Madrid, 1984, p. 113.[9] Purini, F., Op.cit., pp. 113-114.

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  • EL TIPO

    El tipo es una de las grandes cuestiones que se suscitan enrelacin con el proyecto y la historia. Como tipo entendemos laestructura profunda de la forma, lo que dota de significacin a losobjetos, y ahondando, diramos que es lo que establece lazos con elpasado y con la sociedad. Es, segn Alan Colquhoun, lo que establececomunicacin entre objeto y sujeto haciendo inteligibles las formas.[1]

    El tipo es un principio de conocimiento activo. Hay dos fuentesde conocimiento tipolgico: la experiencia y el concepto.

    Al conocimiento emprico se han basado desde siempre loshombres para construir sus instrumentos, sus utensilios y suspropias casas. La tradicin constituye un conjunto de saberes paradesenvolverse en la vida cotidiana pero tambin para manifestar laespiritualidad y las aspiraciones ms elevadas en las diferentessociedades. Ese tipo de conocimiento era transmisible y transmitidopara llevar a cabo sus quehaceres y formas de expresin. Tanto laprimera cabaa como la construccin arcaica de piedra se concibecomo actividad paralela a otros quehaceres y oficios artesanales: lacermica, la cestera, el tejido... La obra que ms tarde se llamarquitectura perteneca a una clase de objetos reproducibles. Unaobra de arquitectura, una construccin cualquiera, una casa comouna barca, un vaso o un cntaro queda definida a partir de lascaractersticas formales que tienen que ver con problemas quevan de la construccin al uso, al lugar y la cultura y que permiten sureproduccin, segn una lgica que a problemas idnticoscorresponden idnticas formas. La estabilidad de las formasrefleja la estabilidad de una sociedad, de sus actividades as como desus tcnicas y sus imgenes. En la estabilidad de las formas diramossubyace el conocimiento tipolgico.

    Durante la Antigedad, la Edad Media y hasta el Renacimiento hapredominado el conocimiento de transmisin directa: la tradicin. Laevolucin del templo cristiano, por ejemplo, desde una ampliaperspectiva histrica, nos da la clave de su similitud profunda con labaslica romana, definindose as con nitidez los rasgos depermanencia de la estructura formal que es comn a todos ellos. El

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  • tipo basilical se identifica con la construccin de una serie,generalmente triple, de naves longitudinales, compuestas segn unaestricta simetra axial y un principio jerrquico que otorga mayoranchura y altura a la nave central, pudiendo sta iluminarselateralmente desde arriba. El eje que gobierna la composicin une laportada de acceso, situada en un extremo, con una forma absidal,dispuesta en el extremo opuesto, la cual concluye el edificioanudando y resumiendo las tensiones visuales y de recorridogeneradas por l. Las naves se comunican entre s a travs de grandesaperturas y el espacio queda pautado y definido por el ritmocadencioso y solemne de los elementos estructurales que hacenposible la disponibilidad del espacio, mostrando al mismo tiempo ladiferenciacin de sus partes y el carcter modular, repetitivo de suformacin.

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  • Vivienda rural en Togo

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  • Los Ksars en el sur de maruecos surgen inicialmente como aglomeracionesfortificadas y multifamiliares de tribus bereberes montaosas y rurales

    Tiendas bereberes

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  • Tipos principales de tiendas tuaregs de esteras (2 filas superiores) y de piel(restantes filas)

    Las iglesias y catedrales gticas retoman este arquetipo, esa ideade arquitectura, para construir sobre ella argumentos inditos que,sin embargo, estaban ya implcitos, como ocultas potencialidades,en aquella estructura. As: los maestros gticos, a partir de sucesivasoperaciones lgicas aplicadas a los diversos elementos, exacerban laaltura de la nave central, sueltan las amarras de la cubierta y laremontan hasta un nivel incomparable con la altura humana;descomponen los soportes estructurales siguiendo una caligrafalineal que recorre incesantemente el espacio y acentan laverticalidad convirtiendo la nave central en un espacio baado poruna claridad homognea y difusa. El efecto de la luz desmaterializasus paramentos laterales hasta convertirlos en una plsticaarticulacin de elementos autnomos modelados por la luz queencuentra en la catedral de Chartres su formulacin clsica. Lasuperposicin de arcada, triforio y claristorio es tal vez la mximaconquista del gtico, su expresin culminante.[2] En estos trminospuede decirse que el tipo est deducido, lo que explica laconcatenacin histrica de las formas.[3]

    En tanto que estructura, el tipo explicita un haz de relaciones porlas que unos elementos arquitectnicos determinados se configuranen entidades arquitectnicas reconocibles. Gracias a esto, unaarquitectura puede ser descripta y en este acto de nombrarestaramos ya en plena operacin tipolgica. Por tanto, conceptoscomo planta basilical, teatro romano, claustro, casa urbana medieval,hacen explcita una ordenacin entre elementos arquitectnicos y

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  • relaciones morfolgicas que, en el acto de nombrarlos, identificamoscomo tipos.

    La construccin del concepto del tipo se origina, como bien

    sabemos, en el contexto ilustrado y es claramente un resultado de lamanualstica del siglo XVIII. El tipo se articula con las pretensionescientificistas del iluminismo positivista y enciclopedista que trata deconocer ordenadamente el mundo para poder reproducirlo. La idea dela arquitectura no escapa de ese modo de proceder y se construye porlos iluministas, Lodoli, Milicia, Cordemoy, Laugier, Quatremre deQuincy como una entidad terica y prctica en un sentido equivalentea aquella pretensin de desarrollo e instauracin moderna de lossistemas conceptuales de la biologa, la lingstica y la economa, queidentificaba este proceso como la construccin de un complejoepistme que correlaciona cada cosa con su palabra, o sea elprocedimiento propio del enciclopedismo de clasificar, inventariar yconstruir taxonomas.

    Como conocimiento abstracto o concepto el tipo haconstituido una formulacin del siglo XVIII. La construccin delconcepto del tipo se origina en el contexto ilustrado y esefectivamente un resultado de la manualstica. Pero el cambiosustancial se haba producido como un cambio en la forma detransmisin del conocimiento y del conocimiento arquitectnico en

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  • particular tras la invencin de la imprenta. Desde el Renacimiento ydurante los siglos que siguen a la difusin de la tratadstica y lamanualstica as como el nuevo estatuto de la profesin delarquitecto modificaron radicalmente los modos de la concepcin y dela produccin arquitectnica.

    El concepto de tipo arquitectnico se define por Quatremre deQuincy a principios del siglo XIX. En la voz type de su Diccionario[4]Quatremre de Quincy, expresa as la categora conceptual queconstituye el tipo, categora que permite la comprensin del objeto.El tipo es comn de una serie de objetos pero no llega a identificarsecon ninguno de ellos diferencindose del modelo que se repetamientras que el tipo no se repeta.

    Los tratados pretenden proporcionar soluciones-tipo a los diferentes problemascompositivos de la arquitectura

    Espacio direccional versus espacio central San Juan de Letrn, Roma, 313-319El Panten, Roma, 118-128

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  • Deca textualmente Quatremre: La palabra tipo tambin se usacomo sinnimo de modelo, aunque exista una diferencia entreambas que es fcil de comprender. El sentido de la palabra tipo noes tanto una cosa a copiar o imitar como un elemento que sirve comoregla para el modelo. El modelo, entendido en el contexto de laejecucin prctica del arte, es un objeto que debe ser repetido comotal; el tipo, por el contrario, es un objeto a partir del cual el artistapuede concebir obras de arte que pueden no guardar ningn parecido.En el modelo, todo es preciso y determinado; en el tipo, todo es ms omenos vago. Al mismo tiempo, es evidente que la imitacin de tiposes algo que ningn artista tiene inconveniente en reconocer. Eso es loque ha ocurrido en la arquitectura, por ejemplo. En cada pas, el artedel edificio corriente emana de una fuente preexistente. Todo tieneque tener un antecedente. Nada, en ningn campo, surge de la nada,y ello es aplicable a todos los inventos del hombre. Tambin es fcilver que todas las cosas a pesar de sus cambios subsiguientes hanconservado visiblemente, de forma evidente a la razn y alsentimiento, este principio elemental, que es como una especie dencleo alrededor del cual se ha reunido y con el cual se hancoordinado en el tiempo los desarrollos y variaciones de forma de quees susceptible el objeto.

    Para Quatremre el tipo encontraba su razn de ser en la historia,la naturaleza y el uso y no deba ser confundido con la repeticinmecnica de un modelo. El tipo manifestaba la permanencia y lageneralidad en el objeto, simple y nico, de aquellas caractersticasque lo conectaban con el pasado, dando razn as de una identidadacuada aos atrs, pero siempre presente en la inmediatez delobjeto.[5]

    Arquetipos o tipos ideales

    Surga entonces la cuestin del origen del tipo: de dndeproceden los tipos? Cul es su momento de gnesis? Cul es esemomento previo de los ejemplos concebidos sobre una base comn?

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  • Soluciones morfo-funcionales tpicas que aparecen en las Leons de J. N. L.

    DurandPuertas y ventanas

    Despieces

    La cabaa primitiva de Laugier

    El templo de Salomn

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  • La cabaa, la cueva, la tienda como orgenes de las tres culturas arquitectnicasbsicas: la griega, la egipcia y la china

    En el contexto del XVIII se especulaba respecto al origen deltipo tratando de encontrar un sentido trascendente de laarquitectura. Hubo dos interpretaciones. La primera de ellas quecoincidi con la aparicin del trmino en el siglo XVIII, vea el tipocomo un germen preexistente. sa es la idea que est tras lacabaa primitiva y del bosque de Laugier como origen natural dela arquitectura clsica y gtica respectivamente o el templo deSalomn que desde la reconstruccin ideal de Villalpando, a finalesdel XVI, se presentaba como un origen trascendente para todaarquitectura que descubra en el universo su modelo. La ley natural yla ley divina pues, se situaban por entonces en el origen de toda laarquitectura.[6] De acuerdo con ello se entenda que todaarquitectura deba referirse remontndose en el tiempo a losarquetipos o los tipos ideales; un hipottico origen queasuma todos los caracteres esenciales de la disciplina. Giulio

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  • Carlo Argan traduce esta cuestin aludiendo el simbolismo de unaforma arquitectnica preexistente ligado al nacimiento del tipoaunque para Argan, es cuestionable que lo determina o si se trata, encambio, de una deduccin a posteriori. De todos modos la cuestin dela procedencia no es relevante cuando se c onsidera en el curso de lahistoria....[7]

    Quatremre de Quincy introdujo una correccin a esa idealigando el origen del tipo a territorios y culturas concretas ymultiplicando las fuentes. Hay ms de un camino para encontrarseal principio original y al tipo de formacin de la arquitectura endiferentes pases. Los ms importantes estn fundados en lanaturaleza de cada regin, en las naciones histricas, en los mismosmonumentos de desarrollo artstico.[8] Los tipos de la cabaa, latienda y la cueva, eran orgenes no slo de tres formasideales sino de las tres culturas arquitectnicas bsicas parael establecimiento de referencias en pleno siglo XIX: lagriega, la china y la egipcia, respectivamente.

    La otra interpretacin del origen de los tipos que entiende elconcepto como una deduccin a posteriori, es decir, realizado a partirde una serie de arquitecturas que ya se han producido antes, segnGiulio C. Argan, est condicionado por el hecho de que ya existe unaserie de edificios que tienen entre s una evidente analoga funcionaly formal.[9]

    En este sentido, se puede sostener la intervencin de la tipologaen la invencin arquitectnica, pues esa interpretacin es la quedefine los tipos como constructos en perpetua evolucin. Esa ideapermite, adems, superar la discusin estril sobre la gnesis de untipo materia de aquella primera interpretacin y entenderlo, comohace Moneo, como un marco dentro del cual se operan cambios.[10]

    En su calidad de forma de organizacin espacial de los requisitosde habitar, en el sentido ms amplio que expresa una comunidadestablecida, la tipologa representa un momento de consolidacin dela arquitectura. Esa misma consolidacin que precisa, sin embargo, laeliminacin de los caracteres de individualidad, de irracionalidad, deutopismo, de crecimiento interior y autnomo, que convierte elmomento tipolgico en algo reductivo, es esencial para que laarquitectura misma pueda definirse[11] y esta definicin es condicinpara el proyecto que se refiere a las transformaciones urbanas. En

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  • este sentido, segn G. Samon, la tipologa ha de entenderse comoaquella forma de conocimiento en parte conceptual y en partecreativa, que expresa las maneras de dotar el espacio fsico de suestructura urbana.[12]

    Los tipos, constituyen un instrumento analtico yhermenutico pero tambin una referencia de proyecto al seruna acumulacin de material reflexivo y de experiencias. Comoconocimiento activo, pues, los tipos, se verifican en el proyectopuesto permanentemente en crisis y sometidos continuamente enprocesos de transformacin. Como categoras tericas de laarquitectura intervienen para resolver problemas similares de laarquitectura. La naturaleza abstracta del tipo deriva de condicionessociales y culturales que nunca se agotan en una intervencinarquitectnica, porque el arquitecto que asume, transforma o rechazaaquellos tipos, debe integrar en las operaciones implcitas a todoproyecto, las condiciones del lugar, la morfologa de la intervencinconcreta y su propia biografa. Hay, por tanto, mltiples maneras depresentarse los tipos al proyecto que pueden ser de carcternormativo o creativo.

    Los que han atacado la capacidad limitada de creacin a partir dela tipologa han encontrado un contrapunto a los que atacan elexperimentalismo y la arbitrariedad de los procesos proyectualescontemporneos. Cuando se desplaza la tipologa emerge conevidencia el problema del lenguaje; el problema de una gramticagenerativa de los hechos espaciales que parte del valor autnomo delos elementos y de su propia vocacin metamrfica[13] mientras queel tipo nace no como una invencin arbitraria sino como unadeduccin de experiencias histricas. Los tipos surgen de la dialcticaque el intelecto humano genera al confrontarse con el mundomaterial y tratar de interpretarlo y no se nos presentan como ideaspreestablecidas. No cabe hablar, por tanto, a propsito de los tipos decategoras ahistricas ya que si bien escapan a las explicacionesestrictamente evolutivas y las reducciones cronolgicas, germinan yse transforman, en el terreno de la experiencia histrica.

    Tipo, prototipo y modelo

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  • Al finalizar el siglo XVIII, la arquitectura, en cuanto quetradicional cuerpo de doctrina haba sido puesto en tela de juicio porlas revoluciones tcnicas y sociales. Con la primeraindustrializacin y formacin de la burguesa urbana a mediados delXVIII, una serie de nuevas actividades civiles requera de unaarquitectura indita hasta entonces; lo que provoc la aparicin detextos protofuncionalistas como el de Michel de Fermn y Cordemoya principios del siglo XVIII y, por supuesto, las afirmacionespuramente funcionalistas de Lodoli y Laugier.[14] La consolidacinde tales necesidades oblig a los arquitectos a proponer nuevasestructuras morfo-funcionales de las que los dibujos de latercera parte de las Leons de J. N. L. Durand ofrecen un buenejemplo.[15] Esos prototipos en su formacin no acudan aprincipios lejanos y frmulas estilsticas sino que apuntaban a unaorganizacin nueva, formalizada, casi siempre, en el lenguajeacadmico. En muchos de estos casos apareca un nuevo temaarquitectnico. Los prototipos deban originar modelos quese construan o se ofertaban a travs de manuales para, queuna vez asumidos por la sociedad, es decir, cuando eraevidente la adecuacin de las respuestas arquitectnicas,convertirse en tipos. De este modo se generaba un renovadoconcepto del tipo que predominara en la era moderna.

    As que en el siglo XIX, la idea de tipo fue aplicada en sentidoinverso del que su formulacin terica predicaba. Los manuales ytratados, tan importantes para el conocimiento de la arquitectura delsiglo XIX, ofrecan o bien modelos o bien ejemplos. La nuevaimportancia asumida por los programas -una voz que curiosamente,no figura en el Diccionario de Quatremreest en clara oposicin conlo que era su concepcin de forma-tipo, y transfiere la atencin de lateora al terreno de la composicin. La composicin ser en adelante,el instrumento que el arquitecto utilice para hacer frente a lavariedad de programas que le propone la nueva sociedad. Una teorade la composicin era por tanto el instrumento necesario para asumirla diversidad de programas que la sociedad reclamaba, una vez que taldiversidad no podra ser satisfecha con los tipos conocidos.Planteadas de ese modo las cosas, la composicin pasaba a ser elmecanismo capaz de resolver la relacin entre forma-programa,forma-funcin, convirtindose en el concepto bsico para entender laidea de arquitectura que en aquel momento aparece.[16]

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  • El tipo (ahora) est relacionado con una concepcinarquitectnica que hemos llamado arquitectura de composicin, enel sentido de que en la composicin, la asociacin de elementosarquitectnicos, se hace segn un esquema que en la mayora de loscasos -ms an, podramos decir en la totalidad es un esquematipolgico.[17]

    Mientras que en estos trminos se consolida el concepto de tipodurante los siglos XVIII y XIX, en el siglo XX, las vanguardiasarquitectnicas atacaron la teora acadmica de la arquitecturaestablecida durante el siglo XIX. Los tericos del MovimientoModerno rechazaban el concepto de tipo tal como ste haba sidoentendido en el siglo XIX porque para ellos era sinnimo deinmovilidad, un conjunto de restricciones impuestas al creador, quepara ellos, deba gozar de una libertad total.[18] La tipificacin dela arquitectura, no obstante, caracteriz la produccinarquitectnica del siglo XX. Eso fue debido a los procedimientosindustriales que haban producido una nueva relacin entre laproduccin y el objeto totalmente distinta de cualquier experienciaprevia. Aunque la produccin en serie estaba en contradiccinflagrante con las preocupaciones del Movimiento Moderno alconsiderar la obra arquitectnica como objeto espacial nico, en loque atae al concepto del tipo, los dos posicionamientos, tanto el quesita la arquitectura como obra de arte como el que lo hace comoproducto industrial estandarizado, si bien contradictorios,coincidan en prescindir del tipo en cuanto que concepto clave para lacomprensin de la arquitectura.

    La produccin en serie de la arquitectura, centrada, sobre todo enla vivienda, permita la aparicin de la arquitectura ante nuestrosojos bajo una nueva luz. A las mismas necesidades corresponde lamisma construccin, escriba Bruno Taut[19] y en esta ocasin lapalabra misma debe entenderse ad litteram. La industria exiga larepeticin, las series, el gran nmero; la nueva arquitectura podaprefabricarse. Ahora la palabra tipo haba pasado de ser unconcepto abstracto a ser una realidad concreta en virtud de laindustria, al permitir sta la reproduccin exacta del modelo; el tipose haba convertido en prototipo.

    La produccin industrial solicitaba prototipos y eso, al mismotiempo que el funcionalismo aceptado como base terica sobre la

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  • que fundamentar la arquitectura, implicaba una solucin concretaa las condiciones singulares de cada problema y cada contexto,oponindose a la idea de estructura comn y la nocin del tipo.

    La teora funcionalista proporcionara la base para un nuevo modode entender la idea de tipo, la que tenan los arquitectos Taut, May,Stam, Klein, etc., agrupados en torno a los CIAM. Para esosarquitectos, el tipo sera un instrumento de trabajo, en lugar deser, tal como lo interpretaban algunos de sus contemporneos, unalimitacin impuesta por la Historia. Eso implicaba de nuevo laintencin prototpica de los proyectos. Aquellos proyectos aparecancomo originales soluciones que por primera vez se daban a unossupuestos nuevos.

    Durand, J. N. L., nuevos programas arquitectnicos

    La designacin de una dimensin cronolgica al tipo, hace queste aparezca vinculado a unas especficas circunstancias histricas.Cuando se habla por ejemplo, de la casa artesana o gtica-mercantil obien del palacio urbano renacentista como tipos arquitectnicos, apesar de que, al mismo tiempo, representan la arquitectura de untiempo y un lugar precisos, aunque estos trminos, al referirse al

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  • perodo histrico del hecho arquitectnico, parecen contradecir ladefinicin del tipo en tanto que principio permanente y resguardadodel flujo del tiempo, no hay sin embargo tal contradiccin ya que, sidespojamos aquellas designaciones de sus adjetivacionescircunstanciales, se nos revela de inmediato su condicin estructural.

    Si denominamos casa gtica-mercantil a la casa unifamiliar,preferentemente de una sola cruja, adosada en hilera, sobre parcelaestrecha y profunda, con patio posterior etc., es porque las primerasmanifestaciones completas de ese tipo se producen en la pocagtica, en el momento en que se hace determinante la relacin de lacasa con la calle y que en la ciudad se plantea la construccin de lacalle como lugar de intercambio y de trabajo. Pero el valor de esteprincipio no se restringe a la ciudad mercantil de la Edad Mediaeuropea. Incluso tras la desaparicin de la casa concebida a la vezcomo unidad residencial y productiva (el local de trabajo en la plantabaja, la vivienda y el almacn en los pisos superiores), el principio dela casa gtica-mercantil sigue siendo una referencia inevitable, hastael punto de que se encuentra en la base de muchos modelos de laarquitectura residencial moderna.

    Del mismo modo, la designacin palacio va ms all de lasgrandes residencias de la aristocracia italiana del Quattrocento y nosremite a una determinada estructura: el edificio urbano compacto,con poderoso frente en la alineacin de la calle, estratificado enplantas diferenciadas, simtrico respecto a un eje transversal a lacalle, organizado en torno a un patio central en el que se organizanlas circulaciones. Las propiedades particulares de la estructurapalaciega convierten el tipo de esos palacios familiares, herederos dela casa patio de la antigedad, en el tipo que se reconoce de losgrandes edificios pblicos de la ciudad europea destinados algobierno, la administracin, la justicia y otras instituciones. Tambinen esta ocasin resulta fcil detectar la continuidad hasta llegar anuestro siglo. Recordemos por ejemplo la ampliacin del Palaciocomunal de Gteborg o la casa del Fascio en Como.

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  • Prototipos de vivienda modernaTipificacin y prefabricacin de vivienda en Frankfurt, aos 20

    Britz-Siedlung, Bruno Taut, Berln, 1924

    An cuando la idea de tipo se muestra inseparablemente adheridaa una concreta vicisitud histrica, como es el caso del templo griegoperptero o el teatro romano, an cuando parece que nos hallamosante formas exactas y concluyentes que remiten irrevocablemente aun mundo preciso y extinguido, incluso en estos casos en tanto quetipos, es decir principios lgicos y fuerzas ordenadoras, los tiposexpresan una idea de arquitectura general y permanente, capaz de serprofundamente activa en nuestros procesos cognoscitivo yproyectual. Los ejemplos de un pasado ms remoto y ms reciente secrean en unas circunstancias humanas y econmicas, polticas yreligiosas para luego trascender por encima de los motivos con loscuales normalmente se los hace corresponder y as poder compararseexclusivamente en el plano formal.

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  • Tipo y estructura formal

    El contenido del concepto no se agota al entender su significado enlos distintos perodos histricos y podemos seguir explorando sudefinicin a travs del uso y la instrumentacin que hacemos delconcepto. En el contexto de la teora de los procedimientoscompositivos de la arquitectura, el tipo constituye un fundamentoepistemolgico a la vez que nos proporciona un instrumentoanaltico y operativo. El tipo preside los procesoshermenuticos y los procesos de formalizacin. Consideramosel tipo, es decir, en una doble vertiente, fundamentadora einstrumental tanto de los procesos del conocimiento como los de lacreacin. Evitando el estrecho determinismo que concede a la ideadel tipo un carcter exclusivamente instrumental y le asigna un papelde orden taxonmico as como cualquier carctertrascendentalista que concibe el tipo como una realidad esencial,esttica, inmutable o apriorstica, identificamos el tipo con elconcepto de estructura formal.

    Berna, tipos edificatorios en pardelas entre medianeras

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  • Priene, manzanas edificatorias y tipos de casa patio

    Estructuras hipstilasLa Mezquita de Crdoba tras su ltima ampliacin del ao 961

    La Mezquita Karouiyine de Fez, S. X

    Estructuras linealesLas estoas del gora helenstica de Assos, S. II a. C. Almacn de grano en Npoles,

    S. XVIIIPrtico del edificio residencial del Quartiere Gallaratese en Miln, obra de Aldo

    Rossi, 1970

    El tipo constituye una accin del intelecto humano. Los tiposarquitectnicos son creados por nosotros y surgen de nuestroesfuerzo por hacer reconocible, inteligible, la estructura profunda del

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  • mundo material que nos rodea. El hombre conduce esa exploracinen frentes muy diversos y siempre con sus propios medios racionales.Para ello deben crear herramientas, teoras, criterios de ordenacinque luego plasma en todas sus producciones intelectuales y entreellas en la arquitectura. El tipo es una de esas herramientas. Es elproducto del trabajo humano por comprender la realidad y dotarla deun orden a travs de la arquitectura.[20] En ese sentido, el tipo seconvierte en un activo en los procesos de invencin de laarquitectura.

    La implicacin del tipo como fundamento epistemolgico de laarquitectura nos remite a la acepcin del tipo como constructomental deducido de la serie de objetos a los que pretende describirdesde su estructura comn, es decir, es una construccin propia de laque est analizando; es un concepto, por consiguiente, nunca unobjeto concreto; es un concepto que describe objetos que tienen unaestructura comn y a travs de la cual se reconocen suscaractersticas esenciales. sta sera la tesis del estructuralismo delas que deriv el concepto moderno de tipologa.

    El tipo es, por tanto, la estructura que hace explcitas lasrelaciones por las que unos elementos arquitectnicosdeterminados se configuran en entidades arquitectnicasreconocibles como, por ejemplo, tipo basilical, tipo central, tipoclaustral, etc. Al ser definido el tipo como aquel concepto quedescribe un grupo de objetos caracterizados por tener la mismaestructura formal, en la idea del tipo est implcita la idea deagrupacin y la idea de variacin. Es decir, el tipo no se concibecomo un mero mecanismo reproductor sino como una estructuraformal capaz de mltiples desarrollos.[21]

    La voluntad de prolongar una construccin terica cuyo armaznha sido lentamente levantado con materiales trados de diversasregiones del pensamiento se corresponde con una concepcin msgeneral de la actividad cognoscitiva segn la cual slo el enfoque conla experiencia precedente establece una posibilidad de progreso. Porello en la idea de tipo, en tanto que una expresin de algo general ypermanente que es capaz, sin embargo, de fecundar lasmanifestaciones particulares de la arquitectura, parece cifrarse laesperanza de una nueva recomposicin de la disciplina que permitacondensar la experiencia histrica sin esquematizarla y sin codificar

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  • los conocimientos negando su propio desarrollo.

    Plantas de iglesias tipo basilical

    Plantas de iglesias tipo central

    Planta del Corral del Conde, S. XVIII, y otras casas-patio subyacente, Sevilla.

    Planta del Palacio llamado Casa Pilatos de Sevilla, S. XVI

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  • Estructuras claustralesLonja de la Contratacin de Sevilla, actual archivo de Indias, 1583-98

    Convento cisterciense de Maulbronn, 1150-1210Santa Mara delle Grazie, finales s. XV

    El convento de La Tourette en Eveux-Sur-Arbresle, cerca de Lyon, construdo porLe Corbusier, 1953-60

    Desde la perspectiva tipolgica cobra nueva vigencia la forma en

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  • su condicin ms esencial como estructura; la forma como portadorade sentido. El tipo sita el problema de la forma en un nivel demxima generalidad (ms all de pocas y estilos), es decir, en unnivel de abstraccin que sera impensable al margen del pensamientomoderno. De hecho, la tarea que preside las principalesmanifestaciones de la cultura del siglo XX, en el sentido de abstraerlos aspectos particulares o individuales de los fenmenos paramostrar as con mayor evidencia sus dimensiones generales ouniversales, nos parece condicin indispensable para acceder a unacomprensin estructural de la forma. Hay por tanto una analogaentre la matriz de conocimiento tipolgico y la nocin de estructuratal como ha sido desarrollada por la epistemologa contempornea[22] (el estructuralismo).

    Esa componente estructural establece una clara distincin entreel anlisis tipolgico y la mera clasificacin. Es como un viaje de ida yvuelta en el que la vertiente analtica de la clasificacin condujeranuestro inters haca la ramificacin de los caracteres particulares,mientras que la ulterior reflexin tipolgica nos hiciera regresar a lossubstratos que son comunes a tantas experiencias, revelndose, deeste modo la unidad profunda de la arquitectura.

    El tipo arquitectnico se define por la presencia de una invarianteformal que se manifiesta en ejemplos diversos y se sita al nivel de laestructura profunda de la forma. Es decir, el tipo es una analogaestructural entre cosas distintas, un concepto que se deriva de larelacin que establecemos entre las cosas y no una cosa en smisma.

    Estructuras reticulares

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  • Edificio fabril de la Siemens and Halske, Berln, 1907

    Escuela Munkegards, obra de Arne Jacobsen, Sborg, 1958

    Casa del Fascio de Como, obra de Giussepe Terrangi, 1932-36

    Le CorbusierCasa Citrhan, 1920

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  • Muse des Arts dcoratifs, Pars,1925 e Inmueble-Villa, 1922

    Berna, estructura parcelaria de la ciudad medieval

    Le Corbusier, plantas de la Unit dHabitation de Marsella, 1947-52

    La disposicin en claustro, por ejemplo, caracteriza a tantosedificios a lo largo de la historia, ya sean stos conventos, hospitales,universidades, residencias colectivas, etc. El claustro constituye unaidea de arquitectura basada en la construccin de una galeraporticada que engloba y define un espacio libre cerrado, de formaregular, a modo de jardn interior. La galera vincula entre s a unaserie de cuerpos o dependencias diversas, dotndoles de una superiorunidad, de manera que el organismo en su conjunto tiende a la

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  • introversin. Todas sus partes recrean la integridad de ese ncleontimo en el que el edificio se contempla y mide el pulso de su vidacotidiana. Este principio arquitectnico se manifiesta eninnumerables casos y se adapta a toda clase de circunstancias a lolargo de la historia y se somete a todo tipo de mutaciones: elconvento cisterciense de Maulbronn (1150-1210), Santa Maria dellaGrazie en Miln de finales del siglo XV o las estructuras reticularescomo el edificio fabril de Siemens and Halske, en Berln, 1907 y laEscuela Munkegards, obra de Arne Jacobsen en Soborg, 1958,representan unas cuantas variedades y tamaos, pero siempre con lamisma matriz formal, idntica estructura. El tipo arquitectnico es elconcepto que describe una estructura formal. De esta definicin sededucen tres colorarios:

    -El tipo es de naturaleza conceptual, no objetual; engloba unafamilia de objetos que poseen todos la misma condicin esencial perono se corresponde con ninguno de ellos en particular.

    -El tipo comporta una descripcin por medio de la cual es posiblereconocer a los elementos que lo constituyen; es un enunciado lgicoque se identifica con la forma general de dichos elementos.

    -El tipo se refiere a la estructura formal: por tanto, no le incumbenlos aspectos fisionmicos de la arquitectura. Hablamos de tipos desdeel momento en que reconocemos la existencia de similitudesestructurales entre ciertos objetos arquitectnicos, al margen de susdiferencias en el nivel ms aparente o epitelial.[23]

    El tipo como mtodo de estudio y mtodooperativo

    Observamos hoy cmo la tipologa puede asumir el salto de laepistemologa a la hermenutica del mismo modo que seconsidera al postestructuralismo como consecuencia y prctica de loque antes fue el estructuralismo. El valor analtico del tipo seaprecia en cuanto define la condicin de ciertas permanencias.Mientras que la operatividad del tipo, en cuanto que dispositivo deinvencin, se puede distinguir mejor a travs de los cambios a las quese han sometido a lo largo de la historia las estructuras formales. Es,

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  • por tanto, la propia historia que nos muestra las evoluciones y lastransformaciones de los tipos.

    Uno de los prejuicios que con ms obstinacin se ha opuesto aladmitir el anlisis tipolgico como uno de los fundamentoscognoscitivos de la arquitectura, es el que resulta de considerar eltipo como expresin de frmulas preconcebidas y solucionescodificadas que, necesariamente, han de daar y condicionar lalibertad creadora del artista. Segn esta peculiar versin delpensamiento liberal, el arte entendido como producto de la invencinindividual, sera por naturaleza, anti-tipolgico, siendo el tipo, porel contrario, portador de toda clase de cortapisas y restricciones quehabran de impedir el desarrollo de la accin creadora. Pero, estepunto de vista no se corresponde con la realidad histrica de laarquitectura, como se ha visto. Desde su remoto origen, sta ha sidoconsiderada por el hombre como un saber susceptible deconservacin, ordenacin y transmisin. Los modos en que se hapretendido sistematizar ese saber han ido cambiando en el curso deltiempo, pero las experiencias precedentes y el uso de la memoria, deun modo o de otro, siempre han persistido incluso en los momentosque la historia se declaraba como ruptura con la tradicin.

    As lo han comprendido los mayores artistas, a los que nunca hapreocupado el recurrir para los mismos problemas a las mismasformas. Nada en la historia de la arquitectura da pie a suponer queexista una contradiccin irreductible entre la idea de tipo, comoexpresin de lo universal y lo genrico, y el principio de libertad quees condicin de toda accin humana creativa. Por el contrarioabundan las evidencias de que en el recurso a los principios generalesy a las formas arquetpicas est la clave de muchas arquitecturasvaloradas ante todo por sus cualidades especficas, su singularidad ysu individualidad.

    El convento de La Tourette en Eveux-sur Arbresle, cerca de Lyon,construido por Le Corbusier, entre 1953 y 1960, es un ejemploesclarecedor de una interpretacin contempornea del monasteriotradicional construido alrededor de un claustro. En el proyecto de LeCorbusier subyace la esencia estructural del monasterioeuropeo cuyas unidades funcionales se organizan entorno alclaustro, operando creativamente sobre ella y desde presupuestoscontemporneos. En este sentido, transforma la forma cerrada y

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  • protegida del claustro de la antigua arquitectura monsticalevantando sobre pilotis los volmenes que cierran dicho claustro.Esta transformacin que obedece en buena medida en la fuertependiente del terreno, deja penetrar el paisaje en el patio, lo queproduce una profunda transformacin del sentido original del patiocomo espacio ntimo y protegido contra la naturaleza hostil. El patiose converta as en un lugar en estrecho contacto con la naturaleza.Claro que la naturaleza del siglo XX no tiene el carcter proceloso yhostil que debi tener en la Edad Media. Sin embargo estasinterpretaciones no afectan a la esencia del tipo tradicional y suscomponentes: rectngulo y pasos cubiertos permitiendo, por otrolado, la libertad suficiente para transformar radicalmente otroscomponentes del tipo.

    Concluimos as que el tipo como sistema analtico de larealidad constituye una forma de conocimiento; un procedimientocognoscitivo por medio del cual la realidad de la arquitectura revelasu contenido esencial. Por otro lado el tipo como sistemaoperativo, es un sistema de reproduccin de la realidadautorreferenciado que constituye la base misma del acto deproyectar.[24]

    En este sentido, historia y tipologa se nos presentan como dosaspectos complementarios ya que mientras la historia muestra losprocesos de cambio, el anlisis tipolgico atiende a lo que en esosprocesos permanece idntico. Ambos aspectos se solicitan entre s yaque slo el cambio pone a la luz lo que permanece. Tal como sealla teora aristotlica, la esencia de una cosa puede ser establecida atravs de los cambios que esa cosa experimenta. El tipo puede serentonces interpretado como la esencia de la arquitectura. En laesencia arquitectnica est inherente el potencial de los cambios quepueden ser interpretados como la actualizacin del tipo.[25]

    La arquitectura, en realidad, se formaliza en la dialctica entreel lugar y los tipos, lo particular y lo general, lo nico y lassemejanzas entendidas siempre como generalidad de lo particular.[26] De este modo, la tipologa que por su abstraccin conceptualpoda haber perdido su relacin con la realidad y lacontemporaneidad, vuelve a adquirirla, a travs del contexto, y lo quees ms importante, recupera la nocin del tiempo presente. A la vezque se intervena desde la tipologa daba lugar a que el contexto

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  • produjese una interpretacin de sta, considerando a los tipos comoel resultado de la accin del tiempo sobre las formas.[27]

    As que la contradiccin aparente entre la arquitectura que sedefine como lugar nico y la tipologa arquitectnica segn la cualpuede ser reproducida, en cuanto que a problemas comunes,corresponden soluciones anlogas, no sera ms que un aspecto deldebate antiguo, en suma la reproduccin del debate decimonnicoentre romnticos y racionalistas, que lleg hasta nosotros.

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  • [1] Colquhoun, A, Tipologa y mtodo de diseo en Ch. Jencks y G. Baird, Elsignificado en Arquitectura, H. Blume Ediciones, Madrid, 1975.[2] Jantzen, Hans, La arquitectura gtica, Ed. Nueva Visin, 1959 (1957).[3] Argan, Giulio Carlo, Sobre el concepto de tipologa arquitectnica en laEnciclopedia Universale dellArte incluido en la edicin castellana Proyecto ydestino, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, 1969(1965) y en Sobre el concepto de tipo en Arquitectura, Composicin II, ETSAM,1982. Argan afirma que es obvio que (el tipo) nunca est formulado a priori, sinodeducido siempre de una serie de ejemplos. Segn esta constatacin la esenciadel objeto arquitectnico se encuentra en su reproductiblidad.[4] Quatremre de Quincy, Ch., Dictionnaire Historique de lArchitecture, Pars1832.[5] Moneo, Rafael, Sobre el concepto de tipo en Arquitectura, Composicin II,ETSAM, 1982, p. 194.[6] Vidler, A., The idea of type en Oppositions, 7, 1976, versin castellana enVV.AA., Sobre el concepto de tipo en Arquitectura, Composicin II, ETSAM, 1982.[7] Argan, G.C., op. cit.[8] Quatremre de Quincy, Ch., Voz type op. cit., pp. 629-630.[9] Argan, G.C., Voz Tipologa de la Enciclopedia universale dellarte, Roma,Venecia, 1960, p. 89.[10] Moneo, R. y otros, Sobre el concepto de tipo, Publicaciones ETSAM, 1982.[11] Purini, Franco, La arquitectura didctica, p. 98.[12] Samon, Giuseppe, Una valorazione del futuro della citt come problema delsuo rapporto con larchitettura, en Il Mulino, n 218, noviembre/diciembre 1971,p. 1.032 cit. Purini, p. 98.[13] Idem.[14] Aymonino, Carlo, La formacin de una nueva tipologa edificatoria, ETSAM,Barcelona, 1974, pp. 1-2.[15] Durand, J. N. L., Compendio de lecciones de arquitectura (1802-1805),Pronaos, Madrid; 1981, pp. 126 y ss.[16] Moneo, R., op. cit. p. 194.[17] Idem.[18] Op. cit. p. 197.[19] Taut, Bruno, Modern Architecture, Londres, 1929, citado por R. Moneo, op.cit. p. 199.[20] Mart Ars, Carles, Las variaciones de la identidad. Ensayo sobre el tipo enarquitectura, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1993, p. 26.[21] Moneo, R., op. cit., p. 192.[22] Mart, C. op. cit., p. 12.[23] Idem[24] Mart, C. op. cit. p. 13.[25] Vase el comentario de Karl Popper en La miseria del historicismo, Alianza-Taurus Ed. 1973, p. 46-47.[26] Deleuze, Giles, Introduccin a Rptition et diffrence, 1969, trad. enAnagrama, Barcelona, 1981, pp. 49-105.[27] Morales Snchez, Jos, Arquitectura y proyecto, Publicaciones Universidadde Sevilla, 1991, p. 150.

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  • EL CONTEXTO

    Contexto, es un trmino polismico que se utiliza para significarun paisaje, un entorno urbano, pero tambin la historia y la culturade un lugar. El contexto, adems, constituye un estado de nimo, unasituacin psicolgica, la interpretacin subjetiva, en definitiva, delproyectista que se enfrenta con un lugar concreto y que pretendeextraer de dicho lugar los contenidos del proyecto.

    Mientras que parece evidente que el emplazamiento influya sobreel proyecto, la manera en que lo hace no es tan evidente. El primerproblema que surge, de hecho, es que el contexto no es algoclaramente definido. Es una cierta calidad relacionada con elsustrato sentimental de una persona, mediatizado ste, a veces, por larepresentacin literaria de los lugares.[1]

    As que el contexto no slo est ligado a un marco fsico ytemporal concreto. Tanto los datos ms tangibles, que son latopografa, los edificios existentes, los vnculos funcionales, como losfactores indirectos que tienen que ver con el origen, la evolucin y lossignificados de este lugar, pueden influir sobre el proyecto. Para R.Venturi, la complejidad y contradiccin [2] en arquitectura es msconsecuencia del medio que del propio programa del edificio. Lapsicologa de la Gestalt influye de modo que la parte adquierasignificado en el todo y de hecho una transformacin de ese ltimoprovoca un cambio de significado en la obra. Pero eso no es ms queuna aproximacin al concepto de contexto porque el cmo influye elcontexto no tiene una respuesta tajante y unvoca. Es algo tancontingente que depende tanto del autor, de sus ideas personalescomo de las ideas dominantes del perodo histrico en el cual la obrase lleva a cabo.

    Toda intervencin de la escala que sea, sea en el mbito delpaisaje, sea en un entorno urbano histrico o en un edificio existente,se trate de una operacin de pequea escala o de un proceso detransformacin a largo plazo, requiere de un posicionamiento claro,un concepto de tratar el contexto. Pero habitualmente ese proceder esde naturaleza ideolgica. Adems de conocer profundamente el lugar,es necesario poseer los mximos datos objetivos ya que del anlisis yposterior sntesis de esos datos resultarn algunas premisas

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  • fundamentales del proyecto. Pero no ser suficiente conocer slo laslimitaciones de la planificacin, tener datos sociolgicos, climticos,etc. ya que con este tipo de datos no se podr obtener otro resultadodel trabajo que un resultado abstracto. As es como trabaj elurbanismo tecnocrtico moderno. Por eso, el international stylerepresent la verdadera dificultad de articulacin entre laarquitectura y el lugar ya que hizo referencias ms directas en la obrade arte que en el lugar.

    Villa Zaterre de Gardella, canal della Giudecca, Venecia

    Teatro flotante de Aldo Rossi, Venecia

    Museo Guggenheim de Frank Gehry y Ra de Bilbao

    La complejidad de los lugares aumenta gradualmente a partir deun paraje natural al llegar a un rea urbana siendo concebidas lassucesivas fases de desarrollo de esa ltima como capas que sesuperponen a lo largo del tiempo. Todas ellas unidas constituyen lacomplejidad del contexto. Cualquier operacin de proyecto que serealice en ese contexto ha de entenderse como una nueva capa queno sustituye las dems sino que se sintetiza con las existentes paradeterminar el contexto que leern las posteriores generaciones.

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  • Con la idea de contexto se relaciona de cierta manera el conceptode paisaje. El paisaje implica la accin humana con un resultadoesttico, a veces no pretendido e incluso si este resultado esttico esobra exclusiva de la naturaleza, slo existe una vez descubierto,mirado por el hombre, obedeciendo siempre a una accin humanaque lo dota de sentido. As que el contexto, entendido como paisaje,permite avanzar hacia una interpretacin que lo concibe comoarquitectura de modo que, metolgicamente, arquitectura y paisajequedan completamente fundidos. La indisociabilidad entrearquitectura y paisaje llega a ser clarificadora de la relacin entrela tipologa edificatoria y la morfologa urbana. Elreconocimiento de un cierto modo tpico de concebir la arquitecturay construirla adquiere pleno sentido a travs de la morfologa quemide la evolucin de la ciudad y de sus arquitecturas, la inercia de lasformas urbanas y sus transformaciones.

    La idea de adecuacin de la arquitectura con respecto a suentorno sera lo contrario a una voluntad de estilo.[3] Esteltimo sera consecuencia de la reafirmacin de una determinadaepisteme histrica, por la cual la arquitectura cobra especial vigor. Enestos trminos, la situacin histrica se hizo particularmente incisivaen el Renacimiento, en el Neoclasicismo o en las vanguardias de laprimera mitad del siglo XX, sin que ello implique necesariamenteque estas actitudes fueran generalizadas, incluso entre artistas oarquitectos contemporneos entre s. Frente a ese tipo dearquitectura con intereses puro-formales, la que se caracteriza por suvoluntad de adecuacin al contexto muestra un desinters por elestilo ya que en ella predominan los valores especficos de cadasituacin de proyecto, tema, lugar, construccin al margen de esoscomponentes.[4] Pero ello no significa que ambas voluntades seanulan, sino que en determinados momentos predomina alguna deesas tendencias. Como dos ejemplos a analizar, que an cuantoparecen antitticos, ambos muestran como adquieren significacin atravs de su relacin con el lugar, sera la Villa Mairea de Alvar Aaltoy la Villa Saboye de Le Corbusier.

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  • Piazza del Campidoglio, Roma, antes y despus de la intervencin de Miguel ngel

    La relacin entre funcin y contexto, es otra cuestinimportante; no slo no se excluyen como algunos, sobre todointeresados en la predominancia de la funcin, quieren hacerparecer sino que por el contrario de su presuncin resulta elproyecto mismo. No existe contradiccin entre la exigencia subjetivade apropiarse personalmente del carcter urbano, del genius loci, ocomo dira Walter Benjamin, del dios mismo de la ciudad y aquellarealista a responder con un objeto concreto a una cuestin funcional.Al contrario si no se presenta esta tensin entre tiempo interior ytiempo objetivo se producira una respuesta inanimada y pattica, esdecir, se producira una cosa que ya exista.[5]

    Otra consideracin del concepto de adecuacin de la arquitecturaal contexto sera su enfrentamiento al tipo que representa lageneralidad y la permanencia, la inercia y la experiencia histrica.Desde este punto de vista, se plantean aspectos interesantes en eldiseo urbano. La nocin de adecuacin al contexto comprendesiempre la tensin generalizada que caracteriza a la experienciahistrica de la arquitectura, es decir, el sentido comn a todas lassoluciones a un problema particular que la arquitectura plantea a smisma, la casa, el espacio pblico, la calle, etc. sta no puedeprescindir de aquel elemento de generalidad que resalta de cada obraque tiende hacia este objetivo especfico.[6]

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  • Villa Mairea de Alvar Aalto y la Villa Saboye de Le Corbusier

    Alvar Aalto, edificaciones industriales, Varkaus y Vaasa, Finlandia, 1944-1945As que la idea de contexto expresa los diferentes niveles de

    articulacin espacial y temporal, de lo nuevo y lo antiguopreexistente, de la escala pequea de la arquitectura con la escalagrande de la ciudad, el territorio y el paisaje. Asimismo se reconocecomo expresin de las relaciones de afecto que se establecen alproyectar en un contexto. Clsicamente esa actitud frente al proyectotiene su origen y su primer grado de sistematizacin terica en latratadstica albertiana. Pero la conocida tesis de Aberti que relacionala parte con el todo y transfiere las propiedades de la arquitectura a laciudad, frente a la experiencia medieval de homogeneidad entrearquitectura y ciudad, lo que hace es iniciar una comprensin de laidentidad de la arquitectura en tanto que pensada como diferente yrecortada de ese magma preexistente. Alberti es el primero quedefine la arquitectura en negativo sobre la ciudad discreta yhomognea, pero tambin el primero que pone en marcha ladisolucin de la precedente tendencia a una arquitectura artesanaconcebida como una prctica mimtica de lo previo urbano.[7]Tambin se debe al Renacimiento el nuevo concepto de espaciopblico que se piensa de forma unitaria y como forma singular igualque la arquitectura. Este concepto trasciende del problemamorfolgico a todo un saber acerca de la cultura acumulada comoexpresin de poder. Como dira Sennett, de la comprensin

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  • conjunta de formas y de instrumentos de regulacin surge elreconocimiento de los ritmos, mdulos y tejidos como expresin depoder.[8]

    Desde otra perspectiva distinta, el contextualismo mscomplejo conjuga espacio y narrativa; es como hacerse cargo de lahistoria de la ciudad leda a travs de la multiplicidad de ojos opercepciones de los sujetos histricos. De esta lectura podracomprenderse tambin la diferencia entre la tipologa y elcontextualismo: la primera se puede entender dentro de unaescala histrica macroscpica mientras que el segundo serelaciona con una indagacin espacio-temporal microscpica.Esta visin distingue los diferentes niveles de interpretacin de lourbano y del territorio como soportes del proyecto, lo que consiste enuna actitud contextualista, es decir, una suerte de deduccin-insercin de la forma arquitectnica dentro de la macroforma urbanateniendo en cuenta los tiempos de desarrollo y transformacin deesta ltima. En cierta medida, esta actitud proyectual tambincontiene trminos de renuncia a la especulacin experimentaltpica de las vanguardias aunque, a la vez descree de la potenciaparadigmtica y didctica del pensamiento tipolgico. Lo contextuales siempre particular y especfico, ajeno a las pretensionesparadigmticas y universalistas.

    Ur de los Caldeos, Acrpolis de Atenas y Catedral de Segovia

    El concepto de lugar y la movilidad

    La definicin de un lugar o, segn Kevin Lynch, de un nodo estbasada en los principios de la Gestalt de proximidad y cierre. La

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  • proximidad implica una concentracin de elementos y el cierre,por otra parte, determina un espacio que queda separado de susalrededores como un lugar particular. Estos lugares existen en lanaturaleza; por su configuracin se les han atribuido significadosmgicos y sagrados. Una cueva o un claro del bosque o una colinaexpresan un centro extensamente indicado por una masaconcentrada que puede tener desde la forma de una simple piedraerecta hasta la de una construccin ms compleja. Laconcentracin de masa para indicar un centro encuentra en lapirmide egipcia su ms fuerte expresin. La pirmide no es un lugarpara actividades humanas sino la meta del camino de la vida. Laconcentracin en ese caso se ve reforzada por una superficieenvolvente continua y por la simetra; tambin se acrecienta por elaislamiento. Cuando una masa se levanta respecto a su alrededor,implcitamente se genera un eje vertical en torno al cual se organizael espacio. El aislamiento de una ciudadela, la Acrpolis de Atenas,por ejemplo, no slo realza su sacralidad con respecto a la comarcaprofana que la rodea sino que la convierte en su centro. Las ciudadesmedievales de Europa tienen ese fuerte carcter de lugar por lacombinacin de concentracin de masa, cierre y acento vertical. Lascpulas renacentistas tambin constituyen un centro simblico ideal.

    Pero algunos lugares reales y convencionales de la actividadhumana tambin tienen races tan antiguas como los que se deben ala concentracin de masa (simblica). El cierre o cerco es la primeratentativa real de toma de posesin del entorno. La primera intuicinarquitectnica importante del hombre respecto a su entorno dominado por fuerzas mgicas fue la definicin a travs de uncercado del terreno. El tmenos, por ejemplo, es el acto propio dedefinicin de un recinto que adquiri una relacin especial condichas fuerzas. En ese lugar residiran o seran expulsadas. Eserecinto fijaba los lmites inseguros emocionalmente entre el yo y elmundo exterior.[9] Mientras que la masa-centro tiene un carcterideal, abstracto, el cercado tiene fuertes implicaciones sociales;expresa la reunin y los propsitos comunes. La mayora de lasculturas han creado recintos que expresan el tipo de relacionessociales, los credos religiosos y las formas de poder poltico. Lapropiedad arquitectnica esencial se expresa a travs de ladelimitacin claramente definida que asegura la proteccin tantofsica como psicolgica.[10]

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  • Un lugar se convierte en centro a consecuencia de funcionarcomo meta en el espacio existencial. Pero de igual importancia es supercepcin como punto de partida. Por lo tanto, la tensin entre lasfuerzas centrpetas y centrfugas es lo que constituye la esencia de unlugar. La colina capitolina diseada por Miguel ngel representa esaesencia de lugar como, tal vez, nunca se haba conseguido en lahistoria de la arquitectura. El conflicto del valo en expansin con laestatua del emperador en el centro y la concentracin perifrica,contiene el problema bsico del espacio existencial y su carctertrgico.[11] El baldaquino, en este mismo sentido, define y mantieneel lugar de la manera ms fundamental. La pequea estructurasatisface las demandas bsicas existenciales de centro; es pues a lavez un centro de atencin y de radiacin.[12] Kevin Lynch define unlugar como algo distinto e inolvidable y efectivamente, tanto loslugares naturales como los artificiales construidos por el hombre,combinan ese carcter particular con una fuerte definicintopolgica[13] que los hace fijarse en la memoria.

    As que el carcter del entorno ni es algo subjetivo ni es algoexterno del hombre, sino un aspecto de la presencia del hombre en elmundo. Los espacios creados por el hombre, los espacios expresivos,como dira Sedlmayr, tienden primordialmente a dar forma a uncarcter inteligible y la hazaa del artista estriba en la creacin de unequivalente inteligible del c omplejo particular experimentado porl.[14]

    Cuando un espacio se hace pblico, como una imagen de unideal comn adquiere a veces el carcter de un espacio sagrado. Confrecuencia estos centros constituyen una significativa meta de uno ovarios caminos, se relacionan ntimamente con la movilidad. Siestos focos representan una imagen csmica comn, la propia vidapuede ser interpretada como movimiento que permite pasar de unacondicin a otra. La peregrinacin es, por eso, uno de los grandessmbolos de la existencia humana. Segn Piaget, la vida es creadorade modelos. Nos convertimos en lo que hacemos. En este sentido, lavida se interpreta como espacio que toma posesin del entorno.[15]

    Actualmente la movilidad, gracias al gran desarrollo de los mediosde comunicacin parece favorecer algunos nuevos problemas conrespecto al espacio de la existencia humana, a pesar de que muchosparecen creer que ese desarrollo ofrece posibilidades de una accin

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  • social recproca ms rica. Para el terico del urbanismo, elnorteamericano Melvin Webber, por ejemplo, es la interaccin, no ellugar, lo que constituye la esencia de la ciudad y de la vidaciudadana.[16]

    El holands Constant Nieuwenhuys ha dado una imagensumamente sugerente de un mundo mvil en su fantasa NewBabylon. En la nueva Babilonia la gente estara constantementeviajando. No habra necesidad de regresar a su punto de partidaporque ste en todo caso se habra transformado (...) La NuevaBabilonia no tendra un plan determinado. Al contrario, laindeterminacin, la movilidad y la flexibilidad sera lo propiode cada elemento.[17] Pero un mundo mvil de esa clase, no basadoen la repeticin de semejanzas en conexin con un sistema establede lugares, hara imposible el desarrollo humano. Piaget, a travs desus investigaciones llega a la conclusin de que un mundo mvilllevara al hombre a un estado egocntrico, mientras que un mundoestable y estructurado liberara su inteligencia. Un mundo mviltampoco permitira una interaccin humana real. ChristopherAlexander, por ejemplo, indica que las patologas sociales asociadasa la vida urbana (delincuencia, desorden mental, etc.) soninevitablemente consecuencia de la falta de ntimo contacto entre lasgentes.[18] Por otro lado, sera una incomprensin creer que unmundo estable y las imgenes que genera influiran o restaranmovilidad al hombre. Es ms, segn K. Lynch,[19] el organismomvil tiene la necesidad de estar orientado entre lo que le rodea ysiente el terror de extraviarse. En otras palabras, la movilidad ha depresuponer una imagen estructurada del entorno, un espacioque contiene orientaciones generalizadas a la vez que particulares.

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  • Plaza de San Pedro en Roma

    Constant Nieuwenhuys, autor de New Babylon

    De este tipo de debate se deduce que el entorno humano hatomado una nueva direccin. Ya no se discute si se debe vivir enviviendas unifamiliares o plurifamiliares sino qu es lo que puedehacer el entorno ms satisfactorio para la vida humana. La idea, tancontempornea, del mundo mvil es poco real y encierra un granequvoco. Confunde la movilidad y la distancia fsica con la psquica ysustituye la identificacin con el lugar por el consumo catico deestmulos. Hans Sedlmayr capta la esencia del problema como unaespecie de prdida de un centro de referencia, algo que equivale aldesarraigo. Otra interpretacin del mismo problema sera el descuidoy abandono del medio ambiente. El problema ambiental planteadohoy no es meramente de naturaleza tcnica, econmica, social nipoltica. Es fundamentalmente un problema humano: el problema depreservar la identidad del hombre quien sali de su sitio paraconquistar el mundo pero se ha quedado con su vaciedad y sinninguna libertad real; en las palabras de Rilke:

    !Oh! nostalgia de aquellas ciudades, que un da,

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  • En horas fugaces, no fueron suficientemente amadas.Cmo me gustara redondear su silueta en la lejana,Por donde descuidadamente transito.

    Tokio

    Los no-lugares

    Son el fenmeno que el antroplogo francs Marc Aug hacalificado como de espacios de la sobremodernidad y el anonimato,definidos por la sobreambundancia y el exceso.[20] Son siempreespacios de trnsito, espacios de escasa comunicacin interpersonal.Estos espacios se contraponen al concepto de lugar de las culturasbasadas en la tradicin etnolgica localizada en el tiempo y en elespacio. Cultura y lugar se identifican y se traspasan por las nocionesde permanencia y unidad. Los no lugares consisten en espacios detrnsito, dispersin e inestabilidad: lugares de autopista, gasolinerasy hoteles, grandes centros comerciales, lugares de consumo y ocio,aeropuertos e intercambiadores de modalidades de transportes,medios de transporte rpido como los aviones y el ferrocarril. Sonlugares donde se opera con las tarjetas de crdito y las tarjetas deidentificacin, donde la comunicacin se reduce al mnimo. Hacefalta identificarse y acreditarse ya que eso no es funcin del lenguaje.Por eso, se necesita el carnet de identidad, el pasaporte, la tarjeta decrdito, la carta de embarque, el localizador, la acreditacin. En esoslugares el usuario pretende pasar lo ms rpido e inadvertido posible,quedar atrapado el menor tiempo posible. Por eso, la predileccin por

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  • la velocidad: trenes, aviones que llevan de un lugar a otro, lugaresdonde la gente pretende integrarse completamente y pasardesapercibido en la masa. En los aviones se vive la experienciamxima del no-lugar, deseo de duracin mnima, y mnimo contactocon la realidad de vientos y turbulencias; en definitiva cada en unaexperiencia narcotizante que permite especular a Paul Virillo: lapera de hoy es el boeing 747, nueva sala de proyeccin en la que seintenta compensar la monotona del viaje con el atractivo de lasimgenes, festival de las travesas areas, desurbanizacin pasajeraen la cual la metrpolis de los sedentarios es sustituida por lamicrpolis nmada y merced a la cual el mundo sobrevolado pierdetodo inters, hasta el punto de que el confort subliminal del avinsupersnico impone su ocultacin total, y quizs exija en el futuro laextincin de las luces y la narcosis de los pasajeros.[21]

    En los espacios pblicos de la nueva generacin como son losgrandes centros comerciales, el vaco de la plaza tradicional comolugar de encuentro y comunicacin es sustituido por el lleno de losobjetos de consumo. Las autopistas atraviesan franjas de no lugares,lugares que se anuncian y nunca se visitan y se conciben parapercibirse a gran velocidad.[22] Rutas reales y virtuales generanredes y focos de no lugares en medio de lugares autnticos. SegnMarc Aug, la idea de sociedad localizada est siendo puesta en crisispor la proliferacin de estos no lugares basados en la individualidadsolitaria, en el trnsito y en el presente sin historia. Por eso el espaciodel viajero es el arquetipo del no-lugar. El espacio del nolugar no creani identidad ni relacin, slo soledad y similitud.

    Pars

    Biblioteca NacionalLa Dfense

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  • Proyecto de Aeropuerto

    Por el contrario las actuaciones de A. Van Eyck, por ejemplo, en eltejido histrico de msterdam ligadas a la construccin de vivienda yequipamientos pblicos, tienen esta cualidad contextualista derenuncia y particularidad. La pretensin humanista del Team X, depracticar una modernidad adaptada tambin contiene sutilesreelaboraciones del material contextual como el uso de los soportalesy los zcalos comerciales, las relaciones lleno-vaco de las fachadas, ladisposicin privado-pblico de los espacios abiertos, el uso de losmateriales histricos como la piedra y el ladrillo, etc., mientras queconservan ciertos principios pluralistas propios de los CIAM.[23]

    La idea de que la arquitectura tiene que deducirse de la ciudadmediante la correcta interpretacin de ella tambin tiene su crtica. Elhecho es que el concepto de ciudad ha experimentado cambios muydrsticos desde la ciudad industrial a la Grosstadt y la megalpolis deGotmann[24] o la ciudad global de Sassen.[25] Frente a esoscambios, la arquitectura ha mostrado cierta tendencia a resistir, loque result ostensible en las teoras de Rowe[26] o en las prcticasproyectuales y didcticas de los hermanos Krier o de la escuela deArquitectura de La Cambre de Bruselas inspirada en su momento porM. Culto y L. Krier. O, por el contrario, la arquitectura ha reaccionadocon una tendencia al revivalismo, con alusiones nostlgicas a laciudad anterior en sus diversas instancias clasicistas, historicistas oneoracionalistas. El contexto, en los trminos que la ciudad actualplantea, con los cambios debidos a la movilidad y el aumento de lainestabilidad de la morfologa y la tipologa se traduce a una ciertadisolucin de los sedimentos tipolgicos de las ciudades. El cuadro delas nuevas condiciones de contexto que la ciudad otorga a laarquitectura, con la crisis de vivienda pblica, el rescate de loscolectivos sociales tpicos y la construccin alternativa, las formas deintercambio a travs de los contenedores que producen mutaciones

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  • radicales tanto de las funciones mercantiles como de los espacios derepresentacin, los terain vague y el tratamiento esttico de estosvacos cierta estetizacin de lo degradado, implica, por una parte,la asuncin de una dimensin ambiental vinculada a la ciudad-collage como modelo de reproduccin urbana, ahora clara yregresivamente una planificacin de fragmentos, y por otra, lasumersin en un estado de pesimismo sobre la calidad de la vidaurbana y la degradacin de la ciudad pblica.[27]

    Aldo Van Eyck, Hubertus house, Amsterdam

    Hay algunos discursos exitosos que derivan de Aprendiendo de LasVegas de Robert Venturi, que se convierten en verdadera apologa deldetritus y que inducen a un inslito aprendizaje: habra que aprenderdel detritus, de lo indeseable de la ciudad.[28] De all que se habla deun contextualismo sucio, cuya paradoja central radica en queahora la arquitectura sin referencias cualificadas ms que la ciudadde la basura o los territorios devastados o erializados puede ejerceruna nueva prctica mimtica: la bad city. La desvirtualizacin delcontenido tico del contextualismo positivo, retiene, sin embargo, elmtodo de acopiar la nueva arquitectura de los contextos, slo que siahora el contexto es malo, la arquitectura tambin lo ser. se es elpredicamento del influyente Rem Koolhaas en su Euralille quienadems habla de su experiencia de haber gozado de ciudades dealguna calidad que no depende de la buena arquitectura.

    Por otro lado, existe inversamente a la formulacin de las ideascontextualistas, segn las cuales la ciudad determina a laarquitectura y hace que sta deba definirse como una especie dededuccin o comentario de aqulla, un concepto, quiz emparentable

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  • con el albertiano, que frente al de contextualizar la arquitecturapredica el arquitecturizar la ciudad. De este concepto derivaba laarquitectura moderna, una arquitectura que pretenda aplicar suspropios parmetros de control sobre la ciudad, inviable en el sentidode aprehender las distintas ciudades econmica, poltica, semiticay culturalmente contituyndose la relacin entre arquitectura yciudad en trminos de abstraccin y perfectamente ejemplificada enla ciudad de los CIAM

    Ralph Erskine, Tourist hotel, Borgafjll (1948), Suecia

    La voluntad de control de la ciudad segn variantes de laarquitectura se ejemplific en la arquitectura del empirismo nrdico,la arquitectura del Team X, pero tambin en las arquitecturasutpicas de los 60 Archigram, metabolismo, lnea aditiva,megaestructuras... , arquitecturas con una pretensin de regular lavida social y el consumo. Pero nuestra referencia ms posibilista fuela arquitectura de la tendencia historicista con una implcitaproposicin de mundializacin de la ciudad histrica europea. Esaproposicin se hizo explcita en la arquitectura de la IBA berlinesa yen diversas actuaciones en centros histricos, ms que en la

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  • arquitectura metropolitana de contextos percibidos como selvassalvajes e inmanejables.[29]

    Los arquitectos De Carlo, Erskine y Piettila han formulado algunasde las propuestas modernas contextualizadas que implican unasensibilidad frente a la forma preexistente urbana y natural. Comosealara Richard Sennet se trata de una lgica contextualistavinculable no slo con la especificidad natural-formal de un contextodeterminado, sino con su cualidad y especificidad cultural, con la ideade identidad como diferencia de una cultura regional.[30] En esteplano se podran definir tambin algunos trabajos de lvaro Siza quemuestran una voluntad de adaptar las decisiones proyectuales a unlocus determinado, e interactuar con una condicin cultural regional.Relacionados con el rescate de tradiciones populares y saberesconstructivos locales estn los trabajos realizados por Mario Ridolfi olos de Lina Bo Bardi en el centro histrico de la Baha un contextodegradado y estrechamente ligado a usos populares muy activos.Para ellos la revalorizacin de las formas tradicionales y culturaspopulares es una apuesta.

    Los trabajos de Carlo Scarpa se podran caracterizar tambin comoun contextualismo morfolgico o visual que mira su inmediatezhistrica, el Vneto, en ese caso, registrando y reelaborando lamemoria del contexto. La metodologa de Scarpa lleva a una suerte deexasperacin del fragmento, un quehacer transitorio en espera deuna sistematizacin narrativa cuya posmodernidad acosa y destruye.Su virtuosismo en el dibujo cuya nica certeza estriba en unaartesana proyectual se lleva a cabo dependiendo nicamente delmaterial y se construye sobre la memoria visual. El proyecto noimporta como producto ntegro y la intervencin en Castelvecchio deVerona, por ejemplo, queda disuelta en la destreza tcnica del detalle.[31]

    Es cierto, pues, que la concepcin de adecuacin de una nuevaintervencin al contexto formal y espacial est llevando tanto aconcepciones perversas sobre la reproduccin urbana como que sepretende todava sostener un contextualismo positivo y enriquecedordel proyecto en conjuncin con la tipologa.

    Estas dos herramientas conceptuales, la tipologa y el contexto,podran todava operar sobre la recuperacin de un espacio urbano decalidad, la recuperacin del concepto de espacio pblico que hoy ha

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  • sido sustituido por los espacios comerciales privados y para acabarcon la inhospitalidad creciente de los espacios consecuencia de suautonoma tcnica y tecnolgica, de la neometafsica de ser en lotecnolgico, segn Heidegger, que erosionan la entidad positiva delcontextualismo.

    Lo que hace ya ms de 2 dcadas se configuraba comoanticontextualismo, as detectado por Lefaivre,[32] y a propsito de