Historia de la Filosofía II - Cap 04

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Capítulo IV: San Agustín – II: El conocimiento 1. - Conocimiento en vista a la beatitud - San Agustín subrayó el hecho de que el conocimiento de la verdad ha de ser buscado no con fines meramente académicos, sino porque aporta la verdadera felicidad, la verdadera beatitud. El hombre siente su insuficiencia, se lanza hacia un objeto más grande que él mismo, un objeto que pueda traerle paz y felicidad, y el conocimiento de ese objeto es una condición esencial para conseguirlo. - San Agustín ve el conocimiento en función de un fin, la beatitud. Solamente el sabio puede ser feliz, y la sabiduría requiere el conocimiento de la verdad; pero en el pensamiento de san Agustín no se trata en absoluto de la especulación como un fin en sí mismo. - Decir que Agustín no fue un «intelectualista», en el sentido académico del término, y que su filosofía es eudemonista, no es decir que no fuese agudamente consciente del problema de la certeza. No obstante, sería un error pensar que Agustín estuviese preocupado por la pregunta «¿Podemos conseguir la certeza?». Él dio respuesta a esa pregunta, pero la cuestión que ocupó su atención en el período de madurez de su pensamiento fue más bien ésta: «¿Cómo podemos conseguir la certeza?». El que se suponga, como un dato, que conseguimos la certeza, no hace desaparecer el problema: «¿Cómo es que la mente humana, finita, mutable, alcanza cierto conocimiento de verdades eternas, verdades que rigen y gobiernan la mente y, en consecuencia, trascienden a ésta?». - Su lectura de «obras platónicas» le sugirió el problema de cómo es que somos capaces no solamente de conocer con certeza verdades eternas y necesarias, sino también de conocerlas como verdades eternas y necesarias. - San Agustín vio en lo que él consideraba que era la respuesta adecuada al problema una clara prueba de la existencia de Dios y de su acción. El conocimiento de verdades eternas podía, así, llevar el alma, por reflexión sobre tal conocimiento, al conocimiento de Dios y de su actividad. 2. - Contra el escepticismo - En el Contra Academicos, san Agustín se interesa primordialmente por mostrar que la sabiduría atañe a la felicidad y que el conocimiento de la verdad atañe a la sabiduría. - Pone también en claro que incluso les escépticos tienen certeza de algunas verdades; por ejemplo, de que de dos proposiciones disyuntivas contradictorias, una es verdadera y la otra falsa. «Tengo certeza de que o hay un mundo o hay más de uno, y que, si hay más de uno, entonces hay un número finito o un número infinito de mundos.» En otras palabras, tengo al menos certeza del principio de no contradicción

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Copleston, Federick.History of PhilosohyVolume IIChapter 4Summary - SpanishResumen - Español

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Captulo IV: San Agustn II: El conocimiento1. - Conocimiento en vista a la beatitud- San Agustn subray el hecho de que el conocimiento de la verdad ha de ser buscado no con fnes meramente acadmicos, sino porque aporta la verdadera felicidad, la verdadera beatitud. l hombre siente su insufciencia, se lan!a hacia un ob"eto m#s grande que l mismo, un ob"eto que pueda traerle pa! y felicidad, y el conocimiento de ese ob"eto es una condicin esencial paraconseguirlo.- San Agustn ve el conocimiento en funcin de un fn, la beatitud. Solamente el sabio puede ser feli!, y la sabidura requiere el conocimiento de la verdad$ pero en el pensamiento de san Agustnno se trata en absoluto de la especulacin como un fn en s mismo.- %ecir que Agustn no fue un &intelectualista', en el sentido acadmico del trmino, y que su flosofa es eudemonista, no es decir que no fuese agudamente consciente del problema de la certe!a. (o obstante, sera un error pensar que Agustn estuviese preocupado por la pregunta &)*odemos conseguir la certe!a+'. ,l dio respuesta a esa pregunta, pero la cuestin que ocup su atencin en el perodo de madure! de su pensamiento fue m#s bien sta- &).mo podemos conseguir la certe!a+'. l que se suponga, como un dato, que conseguimos la certe!a, no hace desaparecer el problema- &).mo es que la mente humana, fnita, mutable, alcan!a cierto conocimiento de verdades eternas, verdades que rigen y gobiernan la mente y, en consecuencia,trascienden a sta+'.- Su lectura de &obras platnicas' le sugiri el problema de cmo es que somos capaces no solamente de conocer con certe!a verdades eternas y necesarias, sino tambin de conocerlas como verdades eternas y necesarias.- San Agustn vio en lo que l consideraba que era la respuesta adecuada al problema una clara prueba de la e/istencia de %ios y de su accin. l conocimiento de verdades eternas poda, as, llevar el alma, por re0e/in sobre tal conocimiento, al conocimiento de %ios y de su actividad.2. - Contra el escepticismo- n el Contra Academicos, san Agustn se interesa primordialmente por mostrar que la sabidura ata1e a la felicidad y que el conocimiento de la verdad ata1e a la sabidura.- *one tambin en claro que incluso les escpticos tienen certe!a de algunas verdades$ por e"emplo, de que de dos proposiciones disyuntivas contradictorias, una es verdadera y la otra falsa. &2engo certe!a de que o hay un mundo o hay m#s de uno, y que, si hay m#s de uno, entonces hay un n3mero fnito o un n3mero infnito de mundos.' n otras palabras, tengo al menos certe!a del principio de no contradiccin- *or otra parte, aun cuando a veces me enga1e al pensar que la apariencia y la verdad siempre se corresponden, tengo por lo menos certe!a de mi impresin sub"etiva. &(o he de que"arme de los sentidos, porque es in"usto pedir de stos m#s de lo que pueden dar- sea lo que sea lo que ven los o"os, lo ven realmente'. 4o que san Agustn quiere decir es que los sentidos, como tales, nunca mienten ni nos enga1an, aunque podamos enga1arnos a nosotros mismos al "u!gar que las cosas e/isten ob"etivamente del mismo modo en que se nos aparecen.- Asimismo, todo el que duda sabe que duda, de modo que tiene al menos certe!a de esa verdad- del hecho de que duda.- 2ambin tenemos certe!a de las verdades matem#ticas. .uando alguien dice que siete y tres sondie!, no dice que pueden ser die!, sino que sabe que son die!.. Conocimiento e!periencial- n cuanto a las e/istencias reales, )tenemos certe!a de la e/istencia de alg3n ob"eto real, o hemos de limitarnos al conocimiento de principios abstractos o de verdades matem#ticas+ Agustn responde que un hombre tiene al menos certe!a de su e/istencia. Aun suponiendo que dude de la e/istencia de otros ob"etos creados o de %ios, el hecho mismo de su duda muestra que l e/iste, porque no podra dudar si no e/istiera. (i sirve de nada decir que uno podra enga1arse al pensar que e/iste, porque &si no e/istes, no puedes enga1arte en nada'. %e ese modo, Agustn anticipa el 5Si fallor, sum de %escartes.- A la e/istencia, Agustn a1ade la vida y el entendimiento. n De libero arbitrio observa que est#claro para un hombre el que l e/iste, y que tal hecho no estara claro, ni podra estarlo, a menosde que dicho hombre estuviera vivo. Adem#s, est# claro para ese hombre que entiende tanto el hecho de su e/istencia como el hecho de que vive. n consecuencia, el hombre tiene certe!a de tres cosas- de que e/iste, de que vive, y de que entiende. %e igual modo, en De Trinitate, observa que es in3til que el escptico insin3e que el hombre sue1a y ve esas cosas en sue1os, porque el hombre no afrma que est# despierto, sino que vive. Aun cuando estuviese loco, seguira estando vivo. Adem#s, un hombre es ciertamente consciente de lo que quiere. Si un hombre dice que quiere ser feli!, es una pura desverg6en!a sugerirle que se equivoca.- /iste un conocimiento cierto que la mente tiene de s misma y por s misma sin la intervencinde los sentidos. &/istimos, y sabemos que e/istimos78 San Agustn proclama as la certe!a de lo que conocemos por la e/periencia interior, por la autoconciencia.- n cuanto a nuestro conocimiento de los ob"etos, Agustn no tena intencin de mantener una actitud puramente escptica a propsito de los ob"etos de los sentidos. 9na cosa es admitir la posibilidad de error en el conocimiento sensible, y otra completamente distinta rehusar todo crdito a los sentidos- &le"os de nosotros el dudar de la verdad de lo que hemos aprendido por los sentidos corporales, puesto que por ellos hemos aprendido a conocer el cielo y la tierra'. Aprendemos muchas cosas por el testimonio de otras personas, y el hecho de que a veces seamos enga1ados no "ustifca que retiremos el crdito a todo testimonio- as, el hecho de que a veces nos enga1emos a propsito de los ob"etos de nuestros sentidos no es una "ustifcacin para un escepticismo completo. &%ebemos reconocer que no solamente nuestros propios sentidos, sino los de otras personas tambin, han a1adido mucho a nuestro conocimiento.'- *ara la vida pr#ctica es necesario dar crdito a los sentidos, y el hombre que piensa que nunca debera creer a sus sentidos cae en un error peor que cualquiera en el que pueda caer por darlescrdito. Agustn dice, pues, que &creemos' en los sentidos, que les damos crdito, como damos crdito al testimonio de otras personas.- l &platonismo' de san Agustn, combinado con su perspectiva e intereses espirituales, le llev a considerar los ob"etos corpreos como no constituyendo el ob"eto propio del conocimiento, por la mutabilidad de los mismos y por el hecho de que nuestro conocimiento de ellos depende de los rganos corporales de los sentidos, que no se encuentran siempre en el mismo estado, ni m#s ni menos que los propios ob"etos sensibles. Si no obtenemos &verdadero conocimiento' de los ob"etos sensibles, eso se debe no meramente a una defciencia de parte del su"eto, sino tambin a una radical defciencia del ob"eto.". #aturale$a de la sensaci%n- l grado m#s ba"o de conocimiento es, para san Agustn, el conocimiento sensible, dependientede la sensacin, la cual es considerada, en conformidad con su psicologa platnica, como un acto del alma que utili!a los rganos de los sentidos como instrumentos suyos. Sentire non est corporis, sed animae per corpus.- 4a consecuencia que parece seguirse de esa teora es que cualquier defciencia en el conocimiento sensible debe proceder de la mutabilidad del instrumento de la sensacin, el rgano sensitivo, y del ob"eto de la sensacin, y es eso e/actamente lo que Agustn pensaba.- l alma racional del hombre pone en e"ercicio verdadero conocimiento y alcan!a verdadera certe!a cuando contempla verdades eternas en s misma y a travs de s misma- cuando se vuelve hacia el mundo material y hace uso de instrumentos corporales no puede alcan!ar verdadero conocimiento.- Al igual que *latn, Agustn supona que los ob"etos de verdadero conocimiento son inmutables,de lo que se sigue como una consecuencia necesaria que el conocimiento de ob"etos mutables no es verdadero conocimiento. - :esumiendo, seg3n la doctrina agustiniana, el nivel m#s ba"o del conocimiento, en la medida en que puede ser llamado conocimiento, es la sensacin, que es com3n al hombre y a los animales$ y el nivel m#s alto del conocimiento, peculiar al hombre, es la contemplacin de las cosas eternas ;sabidura