Manuel José Morales Martínez (Graduado en Prevención y Seguridad Integral, EPSI-UAB)

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Asbestosis en la fábrica de Uralita de Cerdanyola del Vallés. En el caso de asbestosis en Uralita los trabajadores nunca fueron informados de los peligros

que conllevaba la manipulación del amianto. Años después los afectados se cuentan por

decenas de miles, no solo trabajadores si no vecinos de las viviendas cercanas a la fábrica.

Los trabajadores se quejan de que se les ha considerado la asbestosis como una enfermedad

profesional con lo que la cuantía que reciben es una escueta pensión. Por este motivo piden

responsabilidades a la empresa ya que según estos conocía los efectos de la manipulación de

estas sustancias, y no hizo nada al respecto. Por tanto podemos decir que Uralita no ha

garantizado la “asimetría de la información”, el derecho del ciudadano y del trabajador a

conocer y a recibir una información fidedigna. En este sentido debemos añadir que la

“información es un derecho fundamental superior al derecho de la vida”, tal y como el Dr.

Ballbé nos ha repetido en contadas ocasiones.

Uralita ha sido conocedora de las incapacidades y de los casos de enfermedad por asbestosis

producida por el contacto y respiración del amianto. La empresa “no ha hecho nada para

impedir que casos como los señalados se repitieran” como se afirma en la denuncia de los

trabajadores hecha al Delegado Provincial del Ministerio de Trabajo de Barcelona el

3/12/1976. El caso ha sido tan extremo que el amianto usado en las instalaciones era el más

peligroso, el envasado y almacenamiento de material no ha contemplado ninguna medida

de protección para los trabajadores, y además ha existido un descuido y abandono de las

naves de trabajo. Con estos datos, puede afirmarse que no ha existido una proporción entre

el riesgo, (conocido por la empresa), y la prevención (las actuaciones de la empresa al tener

el know-how). Ha existido por parte de Uralita una responsabilidad manifiesta por todo lo

explicado anteriormente como manifiesta el Tribunal supremo en una sentencia, “no puede

aceptarse que la empresa desconocía las características del producto”, cuando esta “tenía

que haber adoptado más prevención por tener mayor riesgo” como forma de auto-

regulación frente este grave riesgo.

Los servicios sanitarios empezaron a localizar un foco contaminante de patologías

respiratorias causas por la inhalación de fibras de amianto en la fábrica de Uralita desde

1972. En sus inicios estos casos eran ocultados, incluso los resultados de las revisiones

médicas de los trabajadores, hasta que en 1976 se destapó que un 25% de los trabajadores

padecía alguna dolencia relacionada con la inhalación de fibras de amianto, pero lo peor es

que la prohibición total de su uso no llegó hasta el año 2002. La empresa Uralita tenía un

poder tremendo en la población, y la opinión pública en contra de la empresa podía suponer

acabar con el sustento económico de muchos trabajadores y vecinos de la ciudad. Lo más

triste es que la movilización social, y la “floración de la información” por parte de los

trabajadores afectados llegó muy tarde, hacia el año 1997. Muchos de los trabajadores

afectados seguían sintiendo gratitud por la empresa que les había pagado durante años.

Pero finalmente los resultados han salido a la luz pública y se ha podido demostrar la

Manuel José Morales Martínez (Graduado en Prevención y Seguridad Integral, EPSI-UAB)

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relación entre los casos detectados por enfermedad y la fábrica de Uralita, eso sí una vez

esta caída en una etapa de decadencia y sin actividad en la fábrica.