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528 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO. No es difícil comprender despues de lo expuesto, por qué es tal dolencia más comun en la mujer que en el hombre (2 : 1) ; por qué lo es más en las edades avanzadas que en la juventud, y más propia de los que llevan una vida pací fica y sedentaria y que abusan del régimen azoado, que de los que comen frugal y parcamente y pasan una vida activa y azarosa. Compréndese asimismo como han de facilitar el desarrollo de tal dolencia, las comidas sobradamente espa ciadas (Dujardin-Beaumetz) y todas las enfermedades del estómago, del duodeno, del hígado y de las vías biliares, ca paces de oponer directa ó indirectamente un obstáculo al li bre curso de la secrecion biliar. Que la colelithiasis tiene grandes relaciones de parentesco con el artritismo, que el abuso de aguas calcáreas puede fa cilitar su aparicion , que en su desarrollo influye poderosa mente la herencia, es evidente, y aún en buena parte se ex plica por las breves consideraciones que dejamos escritas. Sintomatología.— Consignada queda la posibilidad de que existan en la vejiga de la hiel uno 6 más cálculos biliares, sin que den lugar á la más ligera incomodidad, como es tam bien posible que estos cálculos sean expelidos y salgan al exterior en las evacuaciones, sin que experimente el sujeto el menor sufrimiento ; en cambio otros menos afortuna dos revelan de un modo muy expresivo su existencia y los trastornos á que dan lugar, en muy distintos síndromes. Como cuerpo extrano, pugna la naturaleza por expeler el cálculo hepático, y las tentativas que hace para lograrlo, se traducen por el conjunto de síntomas que denominamos cólico hepático. Cólico hepático. Lo constituye el espasmo doloroso de las vías biliares, resultado de la migracion de los cálculos al través de las mismas. Por lo general se inicia de un modo brusco, poco despues de las comidas, al terminar la diges tion gástrica y cuando comienza la intestinal, incitando la

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528 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO.

No es difícil comprender despues de lo expuesto, por quées tal dolencia más comun en la mujer que en el hombre(2 : 1) ; por qué lo es más en las edades avanzadas que en

la juventud, y más propia de los que llevan una vida pacífica y sedentaria y que abusan del régimen azoado, que de

los que comen frugal y parcamente y pasan una vida activa

y azarosa. Compréndese asimismo como han de facilitar el

desarrollo de tal dolencia, las comidas sobradamente espa

ciadas (Dujardin-Beaumetz) y todas las enfermedades del

estómago, del duodeno, del hígado y de las vías biliares, ca

paces de oponer directa ó indirectamente un obstáculo al li

bre curso de la secrecion biliar.

Que la colelithiasis tiene grandes relaciones de parentescocon el artritismo, que el abuso de aguas calcáreas puede fa

cilitar su aparicion , que en su desarrollo influye poderosamente la herencia, es evidente, y aún en buena parte se ex

plica por las breves consideraciones que dejamos escritas.

Sintomatología.— Consignada queda la posibilidad de que

existan en la vejiga de la hiel uno 6 más cálculos biliares,sin que den lugar á la más ligera incomodidad, como es tam

bien posible que estos cálculos sean expelidos y salgan al

exterior en las evacuaciones, sin que experimente el sujetoel menor sufrimiento ; en cambio otros menos afortuna

dos revelan de un modo muy expresivo su existencia y los

trastornos á que dan lugar, en muy distintos síndromes.

Como cuerpo extrano, pugna la naturaleza por expelerel cálculo hepático, y las tentativas que hace para lograrlo,se traducen por el conjunto de síntomas que denominamos

cólico hepático.Cólico hepático. — Lo constituye el espasmo doloroso de

las vías biliares, resultado de la migracion de los cálculos

al través de las mismas. Por lo general se inicia de un modo

brusco, poco despues de las comidas, al terminar la diges

tion gástrica y cuando comienza la intestinal, incitando la

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corriente biliar hácia el duodeno; pero en algunas ocasionesva precedido de escalofrios, náuseas y peso en la region hepática, constituyendo esto sus prodrothos. El dolor que locaracteriza, agudo, dislacerante, adquiere desde el primermomento grandísima intensidad, pero decrece á veces paraaumentar en seguida, revistiendo la forma paroxística ; lo,

calízase especialmente en el epigastrio, en el hipocondrioderecho ó en el ombligo, desde donde se irradia al dorso, á,la region inter-escapular y al brazo derecho. El enfermo expresa la acerbidad de sus sufrimientos con gritos, agitándosesiempre, revolcándose por la cama en busca de una posicionque los atenúe ; descomp6nese su semblante y se desencajansus ficciones ; depríniese el pulso, conservando 6 no su frecuencia, cubre un sudor frio la superficie cutánea, estallanviolentos escalofríos, y en algunos casos márcanse en el ladoderecho del cuerko estados convulsivos, que se generalizan áveces, revistiendo carácter epileptiforme, con pérdida com

pleta del conocimiento. Las náuseas y los vómitos alimenticios y de materiales mucosos y biliosos, son natural secueladel dolor, cuya duracion , por lo comun, no excede de seis 6diez horas, por más que en algunas ocasiones se prolonguedurante algunos dias.

Durante el acceso no son posibles ni la percusion ni la palpacion, aun suaves, del hipocondrio derecho, en cuya regionse nota, segun Peter, un aumento de temperatura de algunas décimas, si se la compara con la del hipocondrio izquierdo.

El dolor que se inició bruscamente cesa tambien de re

pente 6 poco menos, significando acaso que el cálculo cau

sante del espasmo logró alcanzar el intestino 6 una regionde las vías biliares, menos sensible 6 más espaciosa (la ve

sícula biliar) : expele el enfermo gran cantidad de orinas claras ; á los agudos dolores sucede una sensacion de calma yde bienestar, que contrasta con el abatimiento y la concen

ROBERT Y Rozo. — Enfermedades del aparato digestivo. 34

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tracion en que todavía se mantiene. En las horas siguientes,á medida que la reaccion sobreviene, aparece una ictericia,de intensidad variable, insignificante á veces, coincidiendo

con un acceso de escasa violencia, y muy marcada, en cam

bio, cuando fué el cólico intenso y duradero, lo que permitesospechar que la retencion reconoce una causa puramente

mecánica la obstruccion del colédoco por el cálculo cau

sante del ataque.El examen de las primeras evacuaciones intestinales, he

cho con la debida detencion, diluyéndolas para ello en agua

y pasándolas por una criba, facilita el descubrimiento de los

cálculos y deja completamente aclarado el diagnóstico. Muypocas veces las concreciones son expelidas por vómito.

El cuadro sintomatológico trazado, aun cuando muy co

mun en los casos de colelithiasis , no constituye su exclusiva

manifestacion. Aparte que en determinadas ocasiones no re

viste el acceso la intensidad descrita, ni alcanza la duracion

que hemos senalado, revélase en otras por unos ataques gas

trálgicos ( dispepsia hepática de Cornillon), seguidos de ic

tericia, que se acompanan á veces de un aparato febril inter

mitente ó remitente, cuya may'or cifra térmica se observa

entre las cuatro y las seis de la tarde ( Senac), revistiendo

una forma accesional, por lo comun de escasa intensidad,

pero que en algunos casos simula el carácter de verdadero

acceso pernicioso (Charcot ). Dujardin-Beaumetz compara

estos fenómenos originados por la presencia de cuerpos ex

tranos en las vías biliares, á los que se observan en ciertos

individuos á consecuencia del empleo de la sonda uretral.

La migracion de los cálculos hácia el intestino no siem

pre ocurre con igual fortuna. Puede, por ejemplo, quedar

el cálculo atascado en el conducto cístico : entonces los sín

tomas que caracterizan el acceso de cólico biliar se disipan

lentamente, produciéndose exacerbaciones más ó menos in

tensas, hasta que desaparece el obstáculo, por ser la con

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crecion empujada al intestino ó por haberse alojado en lavtjiga de la hiel. En los casos en que se completa la oclusion de tal conducto, queda en la vesícula retenida una can

tidad variable de bílis, que á la larga se reabsorbe, viniendoá sustituirla un acámulo de materiales mucosos, produciéndose entonces la hidropesía del reservorio biliar. Las paredes del mismo, en otras ocasiones, al influjo de un procesoinflamatorio crónico, se transforman en tejido fibroso, se infiltran de sales calcáreas y el órgano se atrofia. El atasca

miento prolongado de los cálculos en el conducto hepáticoY, lo que es más frecuente, en el colédoco, da lugar á una

ictericia crónica ó á inflamaciones parenquimatosas ó intersticiales del hígado.

El acámulo de bilis en las vías biliares puede originar la

roturo, de las mismas por encima del obstáculo y hasta lade la vejiga de la hiel. La rotura brusca, que puede ocurrirdurante el acceso de cólico hepático ( Trousseau), va siempreseguida de una peritonitis aguda, purulenta, consecuencialegítima de la penetracion en la cavidad de la serosa, de ma

teriales sépticos (bilis descompiosta) , ya que la bílis nor

mal carece de accion flogógena propia ; en cambio, la rotura

gradual, lenta, va precedida y acompanada de un proceso deinflatnacion de las regiones circunvecinas, que determina laformacion de adherencias salvadoras, y con ellas la aparicionde trayectos fistulosos , ya externos ó cutáneos, ya internos(cistico-duodenales, cistico-cólicos, cistico-gástricos) encar

gados de llevar al exterior los cálculos originarios de talestrastornos.

La penetracion de los cálculos en el intestino produce áveces nuevos desórdenes : la obstruccion intestinal (vólvulo) cuando su grosor es excesivo, y otras lesiones inflamatorias y ulcerativas de intensa gravedad (tiflitis, inflamacion dél apéndice íleo-cecal, etc.).

Curso y terminaciones. — Se trata siempre de una enfer

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532 ENFERMEDADES1DEL APARATO DIGESTIVO.

medad crónica que puede durar un período de meses y de

anos, pero con alternativas de calma más ó menos absoluta,bien que en las épocas tranquilas, suelen continuar, cuando

menos, fenómenos dispépticos con gran tendencia al extreni

miento de vientre. A menudo se observa la desaparicion de

finitiva de la lithiasis , trascurridos algunos anos de sufri

miento ; pero este caso puede operarse de una manera radi

cal y absoluta, 6 puede ser sustituido por otros procesos

morbosos que, en suma, tambien vienen significados por al

teraciones profundas de la nutricion. En corroboracion de

esto podemos confirmar el paso de la lithiasis hepática á la

lithiasis renal, al reumatismo articular crónico ó al defor

mante, á la gota, ti la polisarcia y hasta á la diabetes saca

rina : en un mismo enfermo hemos visto sucederse cálculos

del hígado, cálculos del rinon , gota de los pobres y ii!ucosuria. Del propio modo nos parece evidente la relacion entre

aquel afecto hepático y el cáncer, así como se relaciona esta

última enfermedad con el reumatismo. Todo lo cual significa, que la lithiasis del hígado no constituye un proceso

localizado, sino el signo de una verdadera distrofia, ya que

el dano se metamorfosea hasta aquel punto.

Además, debe advertirse que la lithiasis tambien puede ter

minar produciendo afectos hepáticos los más diversos, como

congestiones crónicas, cirrosis hipertrófica, cirrosis mixta,

quistes por retencion y colecistitis.

Diagnóstico. — El diagnóstico de la lithiasis biliar tiene

como fundamento único, incontrovertible, la aparicion en las

evacuaciones ventrales de arenillas 6 de cálculos hepáticos,la percepcion, aplicando el estetóscopo sobre la vejiga de la

hiel, de una crepitacion debida al frote de unos cálculos con

otros. Sin este indispensable dato, puede confundirse esta

enfermedad, ó á lo menos el acceso doloroso á que da lugar,con todas las neuralgias abdominales, del estómago, del in

testino y del plexo hepático, en los casos en que las mismas

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no se revelan por los puntos dolorosos que las caracterizan:

de todos modos, siempre que un enfermo acuse dolores más

ó menos vivos, intermitentes, ya en la region hepática, ya

en la gástrica ó en el dorso, puede sospecharse una lithiasis

del hígado, si al dolor subsigue ictericia, aunque todavía no

se hayan descubierto las concreciones en las cámaras.

El cólico nefrítico del lado derecho se distingue del hepá

tico porque sus irradiaciones son descendentes, corriéndose

el dolor al testículo, al ovario ó á la vejiga, porque no se

acompana de ictericia y porque finaliza con la expulsion de

cálculos 6 arenillas por la uretra.

Pronóstico. — Cuançlo no es tolerada por el organismo, la

colelithiasis resulta ser una enfermedad temible por la repe

ticion de los trastornos que la caracterizan y por las lesiones

que les subsiguen. La muerte por lipotimias ó por estados

-convulsivos inmediatos al acceso de cólico hepático, si bien

rara, es posible, y se citan algunos casos, pero que nosotros

hasta ahora nunca hemos podido comprobar : otro tanto

podemos decir de lo que resulta á consecuencia de la ro

tura brusca de la vejiga de la hiel ó de los conductos bilia

res ó de una obstruccion invencible que dé lugar á una ic

tericia mortal. Pero todo esto á título de cosa excepcional,pues en nuestro país, en donde la enfermedad es frecuentí

sima, más constituye un proceso fácil de recidivar y muy

doloroso, que no un estado de gravedad extraordinario. De

todos modos, la posibilidad de un accidente existe, y esto

nos obligará á formular un pronóstico reservado.

Tratamiento.—Siquiera hipotética, la patogenia de esta en

fermedad nos indica las reglas higiénicas que deben aconse

jarse para impedir su aparicion y desarrollo : evitar el exceso

de colesterina en la sangre, impedir la exagerada produccionde ácidos orgánicos, oponerse al estancamiento de la secre

cion biliar ; á esto debemos dirigirnos, y á tal objeto precisaaminorar el exagerado funcionalismo del eje cerebro-espinal;

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534 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO.

reglamentar el -régimen alimenticio, excluyendo del mismo

las grasas y las sustancias azucaradas; recomendar un ejercicio activo, en ayunas sobre todo (Bouchard) ; proscribir e/

régimen exclusivamente azoado y adoptar los consejos y las

prescripciones bromatológicas de Bouchardat ; regularizar la

hora de las comidas, proscribiendo el abuso de condimentos y

de alcohólicos, capaces de originar el catarro de las vías

biliares, y evitar en todo caso la ingestion de aguas cargadasde sales calcáreas. Tambienserá prudente suspender el uso de

las bebidas caféicas , por lo que retardan el movimiento de la

desasimilacion de los tejidos.Dentro ya de la terapéutica farmacológica, uno de los ci

tados autores, recomienda el uso alterno de la litina y del

tartrato potásico, en la forma pilular,_á la dosis diaria de 20

centigramos, y de las tisanas laxantes y diuréticas juay) con

el acetato de potasa y el tartrato de potasa y de sosa (1 ó 2

gramos al dia).Las aguas alcalinas (Marmolejo, Sobron, Ribas, Viehy,

Carlsbad) y la misma cura de uvas (trauben cuy), tan reco

mendada por los médicos alemanes y por nosotros tan poco

usada, obran eficazmente regularizando la nutricion y las

funciones digestivas é impidiendo además el catarro duode

nal y de las vías biliares, cuya accion, determinante de la

lithiasis hepática, conocemos ya.

Los medicamentos de accion colagoga, evacuantes de la

bilis, son tambien aplicables en el indicado concepto.Ya formados los cálculos, urge el empleo de medios de

accion disolvente, litonthríptica, y entre los muchos que se

aconsejan, fundándose tal vez sus autores en actos químicos,

no siempre por la clínica comprobados, merecen especialmencion por su eficacia los siguientes : el llamado remedio

de Durande (trementina, 2 gramos ; éter, 3), que se adminis

tra en los caldos á la dosis de 2 á 4 gramos diarios, poco

usado en nuestros dias por su sabor desagradable, y que con

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ventaja ha sido sustituido por la administracion de las perlasde trementina y de éter ; el de Rademacher (trementina. 2

gramos ; licor de Hoffman, 4 gramos), que se administra á

gotas ; el de Bartholow, á base de fosfato de sosa (9 gramos

al dia en tres tomas), al que se asocia el arseniato de sosa

, (6 miligramos diarios) cuando coexisten síntomas de catarro

gastro-intestinal; el de T. H. Buckler (cloroformo y succi

nato de peróxido de hierro hidratado) ; el de Schiff (coleatode sosa, 20 ó 30 centigramos por dia), etc., etc.

Tratamiento del ejlico heyítico.—Comenzamos por declarar

que, por más que exprese un saludable esfuerzo de la natu

raleza, conviene atenuar los agudos y dolorosos síntomas

que lo caracterizan ; procediendo, empero, con gran cautela

para no perjudicar al enfermo con los medios que pongamos

en práctica para aliviarle.

La primera indicacion estriba en calmar el dolor determi

nado por la migracion de los cálculos. A tal fin precisa re

cordar que los vómitos hacen muy dificil la adnainistracion

de los medicamentos por el estómago, y que por esta víscera

resulta muy tardía la absorcion de los mismos, en gracia de

la graduada concentracion en que se encuentra el paciente ;

por esto es indispensable utilizar el expedito camino que nos

ofrecen las vías respiratoria, rectal é hipodérmica.Las inhalaciones de cloroformo prudentemente propinadas

(20 ó 30 gotas en un panuelo) en la forma que las aconsejaCampbell durante el parto fisiológico,surten excelentes efec

tos ; los enemas de cloral (1 ó 2 gramos), los enemas lauda

nizados, deben tambien ensayarse; las inyecciones de mor

fina (1 centigramo), asociada á la atropina (medio miligramo), para impedir su accion paralizante de las fibras muscu

lares, son las que mejores resultados producen para comba

tir el síntoma característico del cólico biliar. Dujardin-Beaumetz aconseja la siguiente fórmula : clorhidrato de morfina 1

decigramo; sulfato de atropina, 1 centígramo; agua destilada

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536 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO.

de laurel cerezo, 20 gramos. Cada inyeccion contiene mediocentigramo de morfina y medio milígramo de atropina.

Los barios calientes generales prolongados, el empleo decataplasmas emolientes y calmantes, el uso de los tópicos re

frigerantes y del mismo hielo, son medios que eficazmentecoadyuvan á calmar el dolor y la excitacion general del en

fermo. Si el hígado se fluxiona fuertemente está indicada una

aplicacion de sanguijuelas en el hipocondrio. Contra el vómito deben propinarse el hielo y las bebidas carbónicas heladas (agua de Seltz, Champagne frappé).

Ya terminado el acceso, además de procurar por todos losmedios la reaccion á que naturalmente tiende el paciente,conviene facilitar el paso de los cálculos que lograron el intestino, y para ello son útiles los purgantes suaves, oleososó salinos. Si la reaccion se exagera y sobreviene un aparatofebril, conviene moderarlo.

Los diuréticos dan pronto cuenta de la ictericia si el obs

táculo al escape biliar no es permanente.Las complicacionés inflamatorios, las fístulas externas

principalmente, exigen en ciertos casos una intervencion quirúrgica, además de los medios generales, tónicos y reconsti

tuyentes que reclama todo proceso supurativo prolongado.En estos últimos meses se ha hablado de un nuevo medio

tan simple como eficaz (al decir de sus apologistas) para lograr el desprendimiento de los cálculos, medicacion que en

estos momentos estamos experimentando, pero que todavía

no nos permite formular concepto. Es el método de Toná

tre, de Nueva-Orleans, ensayado tambien por Chauffard,Boymond y otros, y que consiste en la administracion de

una fuerte cantidad (100 á 200 gramos) de aceite de olivas.

Dice aquel profesor que despues de ingerido el oleoso, debe

el enfermo acostarse sobre el lado derecho, y que al cabo de

pocas horas se desprenden los cálculos ; no obstante, si la

expulsion no aparece, puede repetirse uno 6 más dias el re

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ENFERMEDADES DE LA VENA PORTA.

medio. Los médicos franceses que han hecho el experimento•

se inclinan á creer que no hay tal expulsion de masas lithi

siacas, sino de pseudo-cálculos representados por el mismo

aceite más ó menos saponificado : con todo, creemos que debe

insistirse en el ensayo para juzgar en definitiva la eficacia ó

inutilidad del método de Tonátre.

En caso extremo, si la vejiga de la hiel queda repleta de

cálculos y se hace temible el estado del enfermo, ya por la

persistencia de la ictericia, ya por la posibilidad de una

fuerte inflamacion y hasta rotura de aquel reservorio , se

puede proceder á la colecistotomía.

CAPÍTULO VII

ENFERMEDADES DE LA VENA PORTA

v14,

A.— ÉXTASIS DE LA VENA PORTA.

537

No hay otra vena que supere á la porta en el concepto de

facilitar el remanso del líquido circulante. Perezosa ya de

suyo la circulacion, porque despues de llegar al gran tronco

del vaso toda la cantidad de sangre que sus aferentes aca

rrean de los intestinos, la ha de conducir al interior de la

glándulahepática, lo cual constituye una resistencia al círculo

sanguíneo de grandísima consideracion. Esto explica que la

menor laxitud que se opere en las contracciones de los vasos

ha de adormecer la corriente, ó que, aun suponiendo íntegrala fuerza contráctil de sus paredes, por poco que una lesion

cualquiera del hígado embargue el desagüe de la propia vena,

sobrevenga el éxtasis. Han, pues, de influir necesariamente

en la produccion de este trastorno circulatorio un gran núme

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538 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO.

ro de causas : por un. lado todo lo que haga laboriosa la circulacion de las venas abdominales (vida sedentaria, linfatismo,obesidad, plétora, estados anémicos, procesos consuntivos,etcétera) ; por ,otro, todo lo que aumente la densidad delparénquima del hígado (cirrosis, hepatitis parenquimatosacrónica, congestiones simples del hígado, hígado moscado,quistes, degeneracion lardácea, lesiones cardíacas, etc.) : en

el primer caso disminuye la potencia ; en el segundo aumenta

la resistencia ; pero en definitiva, en ambos ha de aparecerel remanso de sangre.

El éxtasis de la vena porta se caracteriza por un conjuntode síntomas cuya significacion diagnóstica es variable. El

entorpecimiento circulatorio de este vaso ha de hacerse ex

tensivo necesariamente á todos los órganos que tienen venas

de orígen de la porta ; tales son el estómago, los intestinos,el peritoneo y el bazo (vena mesentérica superior é inferior

y vena esplénica). Estas vísceras, estando bajo la presion de

un estado concrbestivo casi constante, se entumecen, de lo cual

resultan, cuando menos, dispepsias gastro-intestinales y es

plenalgias ; pero si se tiene en cuenta la cronicidad del mal,no ha de admirarnos que en ocasiones así el tubo digestivocomo aquel gran ganglio puedan lesionarse con alguna más

intensidad de lo que supone un trabajo sólo vascular. Comola vena mesentérica inferior, por el intermedio de la hemo

rroidal superior, se anastomosa con las hemorroidales medias

é inferiores (tributarias de la cava), se comprende que en

caso de éxtasis de la porta, se mantenga fluxionado todo el

paquete venoso rectal y que aparezcan almorranas internas ó

externas, secas 6 fluentes. El sostenimiento de una fuerte

presion interna en todo el sistema de la porta, puede producir otro fenómeno que debe tenerse por muy presente, y que

será tanto más fácil cuanto menos sea la, resistencia que

opongan las paredes de los vasos : aludimos á las gastro y

enterorragias que con tanta frecuencia se producen, como

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por ley mecánica, en el curso del éxtasis que nos está ocu

pando. Ya al hablar de las hemorragias del tubo digestivoaludimos á este caso, y esto nos exime de entrar ahora en

nuevas explicaciones patogenéticas, pero no podemos pres

cindir de manifestar que los flujos de sangre, sintomáticos

de un estado de plenitud de la vena porta, podrán ser más

menos copiosos, pero de ordinario van seguidos de alivio

manifiesto, por lo mismo que han aflojado la presion vascu

lar que antes existía ; resultado muy semejante, sino igual,al que producen las hemorroides cuando dan lugar á escapes

sanguíneos.En virtud de la ley de los vasos comunicantes y del soli

darismo patológico que se despierta entre la circulacion de

la porta y la circulacion general, no deberá admirarnos que

los enfermos aquejados de éxtasis de aquella vena puedan á

la larga hacerse dispnéicos, hemoptóicos, hematúricos ó pre

senten con el tiempo edemas de las extremidades inferiores,todo como indicio de la participacion progresiva que van

tomando en el proceso las venas cavas y más tarde el mismo

centro circulatorio. En el sexo femenino se observan algunavez menorreas ó metrorragias ligadas con el éxtasis de la

porta y que producen un beneficio temporal, por cuya razon,

suprimidas las reglas, se puede marcar una acentuacion ma

yor en la marcha de aquel afecto morboso.

La evolucion del mal siempre es lentísima, pero no siem

pre la marcha es progresiva, porque á veces con cierta pe

riodicidad parece que las paredes de los vasos se rehabilitan

y se atenúa el síndrome ; pero la tendencia natural del pro

ceso se insinúa en el sentida de la progresion, sobre todo

cuando concurren ciertas circunstancias de edad, de régimenmorbosas que no se pueden dominar. Las terminaciones

desfavorables ó dependen de pérdidas de sangre, que por lo

frecuentes y abundantes no pueden repararse, ó se enlazan

coilos desórdenes gastro-intestinales, hepáticos y espléni

ENFERMEDADES DE LA VENA PORTA. 539.

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-540 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO.

cos que por ley casi fatal el éxtasis de la porta ha ido oca

sionando.

El diagnóstico de la enfermedad tan sólo puede estable

cerse con el conocimiento de la etiología antes apuntada(vida sedentaria, obesidad, afectos hepáticos, etc.), y con lossíntomas de plenitud abdominal, desórdenes gastro-intestinales, hemorroides y hemorragias, seguidas de un alivio in

mediato.

Aunque el éxtasis de la porta no supone un peligro4inmediato, exige, sin embargo, un pronóstico grave, porque es un

proceso de correccion difícil y eón tendencia manifiesta á la

agravacion.Tratamiento. — Debe ante todo cumplirse una indicacion

patogenética, removiendo, hasta donde sea dable, las causas

fisio-patológicas que embargan la circulacion de la porta.Corno se comprende, los preceptos variarán en cada caso:

que es la vida sedentaria y de molicie, recomendaremos el

movimiento, la deambulacion ; que se trata de una plétora,la vida frugal y la medicacion alcalina ; que es un infarto

del hígado la causa del éxtasis, se usarán los colagogos y

desobstruentes, y así de los demás casos.

Pero contra la enfermedad en sí misma, conviene por un

lado vigorizar la circulacion abdominal y por otro disminuir

la presion interna de la porta. La primera indicacion se cum

ple de una manera principalísima con el ejercicio diario, con

una alilnentacion mixta animal y vegetal, con la hidrotera

pia fria (si no hay contraindicacion resultante de las complicaciones morbosas que puedan existir) y con los estimulan

tes cardio-vasculares (nuez vómica, digital, esparteina, con

valaria, estrofantus, adonidina, etc.). La segunda con los

laxantes colagogos é hidragogos (sales neutras, ruibarbo,podifilino, aguas minero-medicinales sulfatadas y clorura

das, etc.) ; y tambien con las aplicaciones periódicas de san

guijuelas en el ano, pero teniendo muy en cuenta para ello

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las circunstancias especiales de cada caso, para huir de la

hipostenia y de los estados anémicos que una demasiada pro

digalidad podría acarrear.

Tambien podrá ser útil en semejantes casos la administra

cion del cornezuelo de centeno recien pulverizado (15 á 20

centigramos á las horas de las comidas), de la ergotina, ( 1

gramo diario) y del ácido esclerotínico (30 centígramos en

las veinticuatro horas).

B. — Tliomnosis DE LA VENA PORTA , PILETROMBOSIS,

PILEFLEIIITIS ADHESIVA DE BAMBERGER.

Los trombus de la vena porta (Kunze) con más frecuencia

obstruyen las ramas y el tronco del vaso, que puntos aisla

dos. Las paredes vasculares pueden permanecer íntegras ó

ásperas, rojas, engrosadas y hasta con cierta transformacion

calcárea. Los coágulos de sangre, rojizos, grisáceos 6 amari

llentos, están adheridos á la pared vascular y obstruyen com

pleta ó incompletamente la luz de la vena. En los cadáveres,

como consecuencia natural de la piletrombosis, se presentanéxtasis en todas las raicillas de las venas mesentéricas y es

plénicas, y por consiguiente, entumecimiento del bazo y con

gestion de la mucosa gastro-intestinal, con puntos hemorrá

gicos. Por parte del hígado, las lesiones son variables (anemia, esclerosis, acolia).

Diversas son las causas de la piletrombosis, pero éstas son

las más comunes : éxtasis prolongados, degeneracion gra

sosa y calcárea de la porta, induracion de la glándula hepá

tica de cualquier clase que sea, quistes del hígado, compre

siones ejercidas por tumores reíroustitoneales 6 del omento,

adenitis, neoplasmas del duodeno, estado agónico, etc.

Si la obliteracion de la porta alcanza -sólo á disminuir par

cial 6 débilmente la circulacion sanguínea, no se producensíntomas manifiestos que permitan la formacion de un diag

ENFERMEDADES DE LA VENA PORTA. 541

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-542 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO.

nóstico ; pero en caso contrario se ofrece un síndrome cona

plexo, sí, pero que deriva del concepto fisiológico de la afee

cion. Extasiándose la sangre en la vena esplénica se desa

rrolla una fluxion del bazo, no pudiendo circular los líquidos por las mesentéricas se desordena el funcionalismo gas

tro-intestinal (inapetencia, eructos, náuseas, vómitos, dia

rreas, etc.) , y se produce la hidropesía del peritoneo. La as

citis se graduará más ó menos ó evolucionará con distinta

rapidez, segun el grado de obstruccion que haya y segun la

prontitud con que se haya realizado el trombus. La misma

plenitud vascular de las mesentéricas puede dar márgen á

roturas y á hemorragias gastro-intestinales, como tambien á

la aparicion de un paquete hemorroidal.

Si la obstruccion va operándose con cierta lentitud, se

desarrolla, como en la cirrosis, una circulacion suplementa

ria que tiene por objeto sustituir por el sistema de la cava

inferior el interrumpido 6 difícil acarreo á lo largo de la porta,

y aparecen entonces de relieve en el abdomen las venas me

sentéricas.

La marcha de la afeccion puede ser rápida y con todo el

colorido de un proceso agudo, ó lenta y trabajosa, permi

tiendo la vida hasta por algunos meses y anos. La termina

cion sería siempre funesta, si en algun caso no se pudiera al

canzar un suficientedespliegue de las circulaciones colaterales.

Es la cirrosis la enfermedad que más se confunde con el

trombus, sobre todo si la obliteracion se ha hecho con lenti

tud, pues cuando es rápida la confusion no es posible ; en

estos casos de duda abonarán la idea de cirrosis los antece

dentes alcohólicos del sujeto, y afianzará el concepto de la

piletrombosis la rapidez opon que se reproduce la ascitis des

pues de la paracentesis. De todas maneras, recuérdese que

en la cirrosis atrófica el hígado está abollado y que en la hi

pertrófica hay ictericia, circunstancias de que carece la obs

truccion de la porta.

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ENFERMEDADES DE LA VENA PORTA.

El pronóstico siempre es de muchísima gravedad en un

período más ó menos próximo.El tratamiento de la piletrombosis es puramente sintomá

tico y ha de quedar reducido á sostener las fuerzas con una

buena alimentacion, en particular con la dieta de leche, y

los tónicos ; á corregir la hidropesía con los diuréticos ; á mo

derar los desórdenes gastro-intestinales y á cohibir las he

morragias cuando son copiosas, porque si son moderadas

aun deben respetarse, porque corrigen la presion vascular.

C. - PILEPLEBITIS SUPURATIVA.

Rarísimas veces la inflamacion de la vena porta es primitiva; con todo se han recogido historias de pileflebitis trau

máticas como consecuencia de cuerpos dislacerantes (espinasde pescado, etc.), que penetraron en el tubo digestivo y

traumatizaron alguna de las raicillas de las venas mesenté

ricas. Por lo comun el proceso es consecutivo á ulceraciones

intestinales, á enteritis 6 abscesos esplénicos, pancreáticos ó

del mesenterio ; á peritonitis enquistadas, á adenitis, á cole

cistitis, y demás afecciones flegmásicas del abdomen capaces

de permitir el arrastre directo de pus 6 de otras sustancias

flogógenas, á lo largo de la vena porta. Striimppell cita el

curioso caso de una pileflebitis consecutiva á la ligadura del

cordon umbilical en un recien nacido.

El proceso puede concentrarse en algunas de las ramas

deda vena porta, pero en otros casos se disemina, notán

dose las lesiones difundidas por todo el sistema, hasta al

canzar las mismas venillas intra-hepáticas. Sea lo que fuere,encuéntranse las paredes distendidas, con engrosamiento de

sus tres túnicas y con su superficie interior granulosa, arru

gada, más á menudo roja que pálida, y á veces con peque«

nas ulceraciones. Los vasos contienen unas masas obturan

tes, blandas, más ó menos adheridas, representadas por coá

gulos sanguíneos y masas purulentas; de color gris-rojizo,

543

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544 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO.

pastosas y con marcada tendencia al putrílago. Con frecuen

cia se descubren al propio tiempo pequenos abscesos hepáticos y focos embólicos con tendencia supurativa en los

pulmones, bazo, rinones, cavidades articulares, etc. , del

mismo modo que ocurre en la piohemia.Siendo la pileflebitis por lo comun proceso deuteropático,

su síndrome va precedido del que corresponde á la enferme

dad causal ; pero una vez en desarrollo la inflamacion de la

vena porta, suele ser síntoma constante de la misma un do

lor circunscrito, pero bastante intenso, con foco en la parte

más baja del hipocondrio, ó en el epigastrio, 6 en el ombligo,ó á veces en la misma fosa ilíaca derecha, 6 en la region del

bazo. Este dolor aumenta á la presion. Es raro poder percibir por la palpacion el tronco de la porta abultado, pero los

autores lo afirman : en cambio es más positivo que no tar

dan el hígado y el bazo en fluxionarse y ponerse doloridos.

Algunas veces los enfermos se ponen ictéricos, pero debe ad

vertirse que es posible en la pileflebitis la aparicion de esa

pseudo-ictericia, llamada hematógena ; pero que ni pinta la

orina, ni decolora las materias fecales (V. Ictei'icict). Se des

ordenan las funciones gastro-intestinales , siendo comun la

diarrea de materiales biliosos y algunas veces sanguíneos.

A la par se desarrolla un movimiento febril contínuo , remi

tente ó intermitente, que puede ir precedido de escalofríos

y subseguido de sudor. Los enfermos se aplanan con rapi

dez y pueden ofrecer un conjunto de fenómenos adinamico

atáxicos y hasta hemorrágicos, que recuerdan bastante una

fiebre tifoidea.

Pero este síndrome todavía es susceptible de una mayor

ampliacion si la producen arrastres de pus ó de émbolos en

direcciones distintas, pues entonces ya se supone que cada

órgano ha de contribuir á agrandar el cuadro morboso.

A pesar de la violencia de los fenómenos hay enfermos

que resisten la embeátida unas cuantas semanas, pero al fin

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ENFERMEDADES DE LA VENA PORTA. 545

sobreviene la muerte en virtud de un colapso creciente, de

los accidentes metastáticos que se producen, de la fiebre y

de las hemorragias.El diagnóstico es por demás dificil, porque la pileflebitis

supurativa puede confundirse con un gran número de enfer

medades; con todo, marcaremos algunos puntos de mira

diferenciales. — Se distingue de la piletrombosis , porque en

ésta la ascitis es constante, y faltan la fiebre y los fenóme

nos generales tifódicos. — De la obstruccion de las vías bilia

res, porque si bien en ésta hay ictericia, tumefaccion del hí

gado y hasta escalofríos febriles, no determina esplenetrofia, ni diarreas sanguíneas, ni síntomas tifoideos. — En el

absceso del hígado no hay tumor esplénico, ni diarreas, ni. es

el curso tan veloz. — En la ictericia eatarral, las evacuacio•

nes albinas son blancas y faltan los escalofríos y la depresionrápida de fuerzas. — En la tifoidea abdominal no hay icteri

cia, se lesiona la fosa ilíaca derecha, las evacuaciones son ca.

racterísticas, la curva febril asciende gradualmente y son

raros los escalofríos repetidos, excepto en los primeros dias,aparte de los demás síntomas cerebrales 6 de pecho que pue

den ir apareciendo. — Se diferencia la pileflebitis supurativade las ,calenturas intermitentes, porque no se acompanan de

ictericia, ni de síntomas de estancacion sanguínea, ni de co

lapso rápido ; á más de que los paroxismos tienen mayor

fijeza y obedecen en general á los antitípicos.El pronóstico es gravísimo de toda gravedad, si no mor

tal, siempre.El tratamiento de la pileflebitis supurativa, como se com

prende, no puede ser más que sintomático y nos hemos de

reducir al sostenimiento de fuerzas con el uso de caldos, le

ches, yemas de huevo, sopas y cocimientos, ó extractos de

quina, de serpentaria, de coca, etc. Contra los recargos fe-,briles emplearemos las inyecciones de quinina ; contra las

hemorragias, los astringentes, etc.

ROBERT Y ROIG. - Enfermedades del aparato digestivo. 35