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Hegel, Marx, Lenin y la partícula del conocimiento “el conocimiento humano no sólo refleja el mundo objetivo, sino que también lo crea" V. I. Lenin. Cuadernos filosóficos “la verdad reside en el proceso mismo de la praxis. Y podemos agregar; de la praxis, como expresión de la totalidad” Sílvio Frondizi “Ahora tienen que elegir: pueden optar por la ciencia, pueden optar por la razón, pero no pueden elegir ambas.” Paul Feyerabend. Ciencia en una sociedad libre El himno nacional y el carnaval carioca El gobernador de antifaz. La custodia con caretas modeladas por la nariz. (Punchi, punchi) El cura vende estampitas y ayuda con las serpentinas. Por una respetable comisión. También está invitada la princesa provincial de la banana orgánica. Que ahora saluda al jurado. Sonríen, todos sonríen y aplauden, con una sola mano. Confiesan, preferirían una playa de Brasil. A continuación hace uso de la palabra, la reina de la batata (miss simpatía del año pasado). Sonríen, todos sonríen y aplauden. La música es extranjera, a nadie le importa la letra. Los señores ruralistas y sus socios del Pop nacional para divertirse, disfrutan las lentejuelas. Hoy día sábado de carnaval, comenzando la semana, día feriado. Inauguraron las sesiones los señores diputados. Una neurona y una foto del espacio profundo

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Hegel, Marx, Lenin y la partícula del conocimiento

“el conocimiento humano no sólo refleja el mundo objetivo, sino que también lo crea"

V. I. Lenin. Cuadernos filosóficos

“la verdad reside en el proceso mismo de la praxis.Y podemos agregar; de la praxis, como expresión de la totalidad”

Sílvio Frondizi

“Ahora tienen que elegir: pueden optar por la ciencia,pueden optar por la razón, pero no pueden elegir ambas.”

Paul Feyerabend. Ciencia en una sociedad libre

El himno nacional y el carnaval carioca

El gobernador de antifaz.La custodia con caretasmodeladas por la nariz.(Punchi, punchi)

El cura vende estampitasy ayuda con las serpentinas.Por una respetable comisión.

También está invitadala princesa provincial de la banana orgánica.Que ahora saluda al jurado.

Sonríen, todos sonríen y aplauden, con una sola mano.Confiesan,preferirían una playa de Brasil.

A continuación hace uso de la palabra,la reina de la batata(miss simpatía del año pasado).

Sonríen, todos sonríen y aplauden.La música es extranjera,a nadie le importa la letra.

Los señores ruralistas y sus socios del Pop nacional para divertirse,disfrutan las lentejuelas.

Hoy día sábado de carnaval,comenzando la semana, día feriado.

Inauguraron las sesioneslos señores diputados.

Una neurona y una foto del espacio profundo

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1.- La verdad Verdadera. Interpretación Materialista. Sílvio Frondizi2.- La organización socialista de la sociedad. Sílvio Frondizi3.- El gobierno revolucionario. El Estado y la Revolución. V. I. Lenin4.- Vasos y cilindros. Otra vez sobre la cuestión de los sindicatos”. V. I. Lenin5.- Instrucciones para tomar el poder: Proyecto de resolución sobre la situación política actual. [Pura Praxis] V. I. Lenin6.- "Los acontecimientos se desarrollan a una velocidad vertiginosa”. [Saltos cualitativos] V. I. Lenin y E. Guevara

1.- La verdad Verdadera Interpretación Materialista Dialéctica de nuestra época. Sílvio Frondizi. 1959

“ Es lógico entonces que nos fijemos, en la época actual, la necesidad de replantear los problemas, tanto teóricos como prácticos que nos ofrece la realidad contemporánea.

¿Significa ello negar el marxismo? Sí, si por marxismo se entendiera las conclusiones históricamente dadas. No, si por materialismo dialéctico entendemos, en este caso, un método dinámico, abierto siempre al progreso; es decir a la necesidad de reelaborar la doctrina para ponerla a tono con el adelanto general de la época. (…) En el orden internacional hemos encontrado una profunda modificación, que hacia necesario un replanteo general. Bástenos citar el dominio de Estados Unidos sobre el mundo capitalista, y la aparición de China en el mundo socialista. En el primer aspecto llegamos por este camino a exponer [1953-54] la teoría de la integración capitalista, es decir el predominio casi absoluto de EE.UU. sobre el mundo capitalista. Este predominio es consecuencia y causa del enorme desarrollo industrial y del proceso de acumulación que ha alcanzado ese país. Las consecuencias de esta situación son conocidas: acumulación, desarrollo técnico, aumento de la composición orgánica del capital, aumento de las contradicciones del sistema, v.g. tasa descendente de la ganancia, necesidad de mayor explotación, aumento de la tensión interna, necesidad de exportar la contradicción, imperialismo, mayor explotación de los países subdesarrollados. (...)

…la concepción materialista dialéctica interpreta la realidad en un sentido profundo, dinámico. Parte de la base de que no hay verdades absolutas, sino relativas, o si se quiere, en un aparente juego de palabras, verdades absolutas en sentido relativo. Invirtiendo la proposición, diríamos, verdades relativas con carácter absoluto, pero parcial en el tiempo. Con este criterio, debemos continuar permanentemente nuestra investigación, nuestra profundización de los problemas. (…) La circunstancia de que los fundadores del marxismo y luego Lenin hayan tenido que dedicar su atención a los problemas concretos de su lucha contra el sistema capitalista, explica que no hayan podido profundizar el aspecto teórico. Es necesario dedicarle en estos momentos preferente atención. Tenemos, por ejemplo, que profundizar la teoría del conocimiento de nuestra doctrina. Este aspecto de la labor teórica fue realizado en forma sobresaliente por Marx; Engels la comprendió a medias al plantearla y al atacar la concepción idealista, exclusivamente en el terreno metafísico, olvidando o desconociendo el problema gnoseológico o mejor dicho epistemológico. El resultado de este mal enfoque fue la desgraciada teoría del "reflejo", es decir que la realidad se refleja en el pensamiento como en un espejo.

Tampoco comprendió el problema, sino a medias, el Lenin del Materialismo y Empirio-criticismo; pero sí el Lenin extraordinario -en este caso como pensador- de las glosas a la Ciencia de la lógica de Hegel y todas sus otras glosas filosóficas.

Debemos reconocer, pese a las discrepancias de tipo ideológico y político que tenemos con el profesor Rodolfo Mondolfo, que este autor vio claro el problema y que lo vio sin contar con el material filosófico marxista, descubierto con posterioridad a la publicación de sus libros fundamentales sobre el tema.1 Podríamos citar también a Henri Lefebvre y a otros autores europeos, que utilizaron en general sin mencionarlos, los aportes de Mondolfo.

Veamos aunque más no fuera someramente, el problema más de cerca, enfocándolo concretamente.

Se trata del problema del conocimiento; ¿cómo se produce esta actividad en el hombre?, ¿es el conocimiento el resultado exclusivo de la actividad "espiritual" del hombre?¿es el sujeto que prescribe sus leyes a la objetividad, como sostienen los idealistas? O por el contrario, ¿es la objetividad la que se refleja en el sujeto -como un objeto en un espejo- que permanece pasivo, como sostiene la concepción materialista vulgar?

Ni lo uno, ni lo otro; para el materialismo dialéctico, el conocimiento es síntesis de la correlación objeto-sujeto. Demostrémoslo rápidamente a través de algunos textos de nuestros clásicos.

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Marx sostiene en la primera glosa a Feuerbach (1845) que "el defecto principal de todo el materialismo pasado -incluyendo el de Feuerbach- es que lo existente, la realidad, lo sensible, sólo es concebido bajo la forma de objeto o de intuición, pero no como actividad humana sensible, como práctica, subjetivamente. De aquí que el aspecto activo haya sido desarrollado por el idealismo en oposición al materialismo, pero sólo de manera abstracta, pues el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad sensible, real, como tal".

Sencillamente extraordinario: el idealismo enseña al materialismo vulgar "el aspecto activo", pero en un plano abstracto, porque el idealismo no conoce la práctica. Esta "misse au point" frente al idealismo, se encuentra aclarada en la última glosa (n° IX) : los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diferente maneras, ahora bien, importa transformarlo".

Con los párrafos transcritos queda bastante aclarado el problema: el conocimiento es síntesis sujeto-objeto, éste en actividad pero no en actividad intelectual pura, sino en actividad humana sensible, en praxis, en actividad práctico-crítica. Y ésta es esencialmente social:

"La vida social es esencialmente práctica. Todos los misterios que inducen la teoría del misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la inteligencia de esta práctica". (Tesis.VIII).

Muchos otros textos de Marx confirman nuestra interpretación; no los citamos in extenso porque escapa a la índole de ésta exposición, que tiende única y exclusivamente a plantear problemas.

Frente a esta clara interpretación dialéctica de Marx, se sitúa la interpretación unilateral de Engels. En efecto, en su volumen Anti-During (1878) se refiere al problema en los siguientes términos:

"En esto se viene a parar cuando se considera la conciencia, el pensar, con un criterio absolutamente materialista, como si se tratase de algo dado, contrapuesto desde el primer momento a lo que existe, a la naturaleza. Y no tiene uno mas remedio que maravillarse al ver cómo coinciden la conciencia y la naturaleza, el pensar y el existir, las leyes del pensamiento y las leyes naturales. Pero si seguimos preguntando y queremos saber qué son, en realidad el pensamiento y la conciencia y de dónde proceden, nos encontramos con que son producto del cerebro humano y con que el mismo hombre no es más que un producto natural que se ha transformado y desarrollado en su ambiente y con él; por donde llegamos a la conclusión, lógica por sí misma, de que los productos del cerebro humano, que en última instancia no son tampoco más que productos naturales, no se contradicen, sino que se armonizan con la concatenación general de la naturaleza" (México, Ed. F. de Cultura, pg. 41-42 ).

Además, en su volumen Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1888) sostiene el mismo punto de vista y anota la misma confusión:

"El gran problema cardinal de toda filosofía, especialmente de la moderna, es el problema de la relación entre el pensar y el ser... El problema de la relación entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la naturaleza, problema supremo de toda la filosofía, tiene, pues, sus raíces, al igual que todas las religiones, en las ideas limitadas e ignorantes del estado de salvajismo...El problema de la relación entre el pensar y el ser, problema que, por lo demás, tuvo también gran importancia entre los escolásticos de la Edad Media; el problema de saber que es lo primario, si el espíritu o la naturaleza, este problema revestía, frente a la Iglesia, la forma agudizada siguiente: ¿el mundo fue creado por Dios, o existió desde toda la eternidad? (...)

"Los filósofos se dividían en dos grandes campos, según la contestación que dieron a esta pregunta. Los que afirmaban el carácter primario del espíritu sobre la naturaleza, y por tanto admitían, en última instancia, una creación del mundo bajo una u otra forma...formaban en el campo del idealismo. Los otros, los que reputaban la naturaleza como lo primario, figuran en las diversas escuelas del materialismo (...)

"Pero el problema de la relación entre el pensar encierra, además, otro aspecto a saber ¿qué relación guardan nuestros pensamientos acerca del mundo real; podemos nosotros, en nuestras ideas y conceptos acerca del mundo real formarnos una imagen acerca de la realidad? En el lenguaje filosófico, esta pregunta se conoce con el nombre de problema de la identidad entre el pensar y el conocer, y es contestada en forma afirmativa por la gran mayoría de los filósofos" (Cap. II).

Verdad es que también en este caso Engels se aproxima a la solución:

BILDERBERG es real

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"La refutación más contundente de estas manías, como de todas las demás manías filosóficas, es la práctica, o sea el experimento y la industria"(Cap. I).

Y un poco más adelante:

"Por fin le gana con fuerza irresistible (se refiere a Feuerbach) la convicción de que la existencia de la <idea absoluta> anterior al mundo, que preconiza Hegel, la <preexistencia de las categorías lógicas> antes de que hubiera un mundo, no es más que un residuo imaginativo de la fe en un creador supraterrenal, de que el mundo material y perceptible por los sentidos, del que formamos parte también los hombres, es lo único real y de que nuestra conciencia y nuestro pensamiento, por muy desligados de los sentidos que parezcan, son el producto de un órgano material, físico: el cerebro. La materia no es un producto del espíritu, sino éste el producto supremo de la materia. Todo esto es, naturalmente materialismo puro".

Sobre esta interpretación unilateral del problema del conocimiento, [de Engels, según Sílvio Frondizi] se basa Lenin en Materialismo y Empirio-criticismo (1900), libro que en otros aspectos cumplió una tarea gigantesca.

En el parágrafo V del capítulo I, que titula ¿Piensa el hombre con el cerebro?, desarrolla el siguiente punto de vista, atacando con justa razón a Avenarius:

"Nuestro cerebro, dice Avenarius en la ”Concepción humana del mundo”, no es la zona, el asiento, el creador, el instrumento u órgano, el portador o substratum del pensamiento (pág. 76 citada con aprobación por Mach en el “Análisis de las sensaciones” pág. 22).

"El pensamiento no es la región del cerebro ni su soberano, no es la mitad de él ni uno de sus aspectos, etcétera; tampoco es un producto, ni aún una función fisiológica, o a lo menos un estado cualquiera del cerebro (ídem).

"Averianus no es menos claro en sus “Observaciones”: Las representaciones no son funciones fisiológicas, psíquicas, ni psicológicas del cerebro (S 115).

"Así que, para Avenarius, el cerebro no es el órgano del pensamiento, el pensamiento no es una función del cerebro. Consultemos a Engels y encontraremos al punto fórmulas claramente materialistas, diametralmente opuestas a ésta: “El pensamiento y la conciencia, dice Engels en el Anti-Duhring, son productos del cerebro humano” (pág. 22 de la quinta edición alemana. Ed. El Quijote, pags. 83-84).

Y a continuación cita los párrafos que hemos transcritos más arriba, agregando el siguiente:"El reflejo de los procesos de la naturaleza” <en el proceso pensante>.A su vez, en el parágrafo VI:

"La única salida de este callejón es la hipótesis de que una realidad objetiva, exterior a nosotros, corresponde a nuestra impresión de los sentidos. Tal hipótesis nos proporciona una explicación satisfactoria de las impresiones de nuestros sentidos".

En el capítulo II, parágrafo I:

"¿Cuál es la relación entre nuestras ideas sobre el mundo circundante y ese mundo mismo?¿Nuestro pensamiento puede conocer el mundo real; podemos, en nuestras concepciones del mundo real y nuestras ideas, hacernos una imagen [reflejos de espejo] exacta de la realidad?

F. Engels: “Ludwig Feuerbach y el fin de la filofia clásica alemana...” 4 º edición alemana, pág 15 rusa, edición de Ginebra, 1905, pg. 13.

V. Tchernof traduce la palabra <Spiegelbild> por <reflejo de espejo>, y acusa a Plejanov de haber adulterado la teoría de Engels <sensiblemente> en su exposición, empleando en ruso la palabra “imagen” concisamente, en lugar de la expresión ·”reflejo de espejo”.

En el mismo parágrafo:

"La única conclusión que necesariamente ha de deducirse -conclusión hecha naturalmente por todos los hombres de la vida corriente y puesta de propósito por el materialismo, como base de su teoría del conocimiento- es que hay fuera de nosotros e independientemente de nosotros, cosas, objetos, cuerpos, y que nuestras sensaciones son imágenes [reflejos de espejo] del mundo exterior". (Ed. cit., p. 103).

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Y, por último, comentando una vez más a Engels, escribe:

"La teoría materialista, la teoría de la reflexión de los objetos por el pensamiento está expuesta aquí con entera claridad", y agrega, confundiendo el problema gnoseológico con el metafísico:" las cosas existen fuera de nosotros. Nuestras percepciones, nuestras ideas son las percepciones de las cosas"(Ed. cit., p. 110).

Pero es interesante destacar, como Lenin, ya en este libro comienza a apuntar hacia la solución correcta; en la página 106 se puede leer:

"La idea de Marx es pues, la siguiente: así como a nuestras representaciones corresponden objetos reales fuera de nosotros, lo mismo corresponde a nuestra actividad fenomenal, una actividad real fuera de nosotros, una actividad de las cosas; en este sentido la humanidad no participa en lo absoluto por el conocimiento teórico, sino también por la actividad práctica, y toda la actitud humana adquiere así una dignidad, una nobleza, que le permite ir a la par que la teoría: la actividad revolucionaria tiene, para lo sucesivo, un alcance metafísico".

Esta conclusión es mejorada enormemente en sus Glosas a la Ciencia de la lógica de Hegel anotaciones realizadas a través de lecturas de textos filosóficos; que llevan el nombre de Cuadernos filosóficos y han sido publicados por Editions Sociales, París, 1955. Es lamentable que este conjunto de trabajos del gran Lenin no haya tenido la debida difusión; pero ello se explica: destruye buena parte de la patraña pseudo materialista dialéctica que anda suelta por allí...

En este esquema, que tiende exclusivamente a plantear problemas, no podemos tratar el asunto in extenso, lo dejamos para otra oportunidad. Por ahora bástenos algunos textos, extraídos del trabajo fundamental de todo el libro: las Glosas a La ciencia de la lógica, de Hegel, que es en donde Lenin se eleva más alto. Aclara el problema al comentar un pasaje de Hegel al que le anota al margen:

"… Hegel a propósito de la práctica y de la objetividad del conocimiento", dice así: ...El conocimiento teórico debe presentar el objeto en su necesidad, en sus relaciones universales, en su movimiento contradictorio, an und fur sich (en sí y para sí). Pero el concepto humano "aprehende" (saisit) "definitivamente" esta verdad objetiva del conocimiento, la alcanza y se apodera solamente cuando el concepto deviene "ser para sí", en el sentido de la práctica. Es decir la práctica del hombre y de la humanidad es la verificación, el criterio de la objetividad del conocimiento. ¿Es este realmente el pensamiento de Hegel? Es necesario volver sobre el asunto".

Y anota más adelante:

"Todo esto está en el capítulo “La idea del conocimiento (capítulo II) - en el tránsito a la “Idea absoluta” (capítulo III ) - es decir que, sin ninguna duda, la práctica constituye para Hegel un eslabón en el análisis del proceso del conocimiento, y especialmente como tránsito a la verdad objetiva (“absoluta” para Hegel). Marx se relaciona entonces directamente a Hegel, introduciendo el criterio de la práctica en la teoría del conocimiento: cfr. la tesis a Feuerbach".

Y concluye en un pasaje extraordinario, al que le anota al margen:

"La práctica en la teoría del conocimiento" , "Alias: el conocimiento humano no sólo refleja el mundo objetivo, sino que también lo crea".

¿Será también esto revisionismo? No creo que los irresponsables del pseudo-marxismo se atrevan a decir tanto.

No queremos terminar este aspecto de nuestro examen sin indicar el volumen de Georges Luckacs ¿Existencialismo o Marxismo?, particularmente el Capítulo IV, La Teoría Leninista del conocimiento y los problemas de la filosofía moderna.En conclusión, debemos decir sobre este problema, como dijo Lenin en relación a Hegel, es necesario volver sobre el asunto. El interrogante queda abierto. Pero podemos dar un comienzo de solución: la verdad reside en el proceso mismo de la praxis. Y podemos agregar, de la praxis, como expresión de la totalidad. Este aspecto había sido ya visto con claridad por Georges Luckacs, en su historia y conciencia de clase (1923):

"No es el predominio de los motivos económicos en la explicación de la historia, lo que distingue de una manera decisiva al marxismo de la ciencia burguesa, sino que es el punto de vista de la totalidad. La categoría de la totalidad, la preponderancia universal y determinante del todo sobre las partes, constituye la esencia misma del método que Marx ha tomado de Hegel y ha transformado de manera de constituir el fundamento original de una ciencia enteramente nueva... El predominio de la categoría de totalidad es el soporte del principio revolucionario en la ciencia".

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Ilustra la interpretación que hacemos, la noción marxista de alienación, aspecto de la doctrina a la que no se le ha dado la importancia y desarrollo que se merece.

Las dificultades que se le presentaron a Hegel y por supuesto, las mayores dificultades del materialismo mecanicista son superadas por Marx, con su concepción humanista.

En efecto, para ilustrar con un solo ejemplo, Hegel, al partir del producto del Hombre, elimina la instancia que permite establecer el carácter positivo o negativo de un producto humano. Claro está que la posición de Hegel que comentamos está de acuerdo con su sistema filosófico general, especialmente con algunas de sus conclusiones y basadas en la justificación post factum. Tal es el significado del Estado Prusiano, manifestación extraordinaria del lado conservador de su doctrina.

Marx, por el contrario, supera esta dificultad con su posición humanista general, que lleva en este problema a partir, como todos los otros, no del producto, sino de la actividad humana. Y no en abstracto, sino de la actividad concreta, creadora del hombre. Con este punto de partida es fácil resolver el problema. La actividad humana -realidad dialéctica- y el modo de producción en particular están en contradicción o no con el resultado, que puede o no ajustarse a lo humano, surgiendo en la segunda alternativa el carácter alienado del producto.

2.- La organización socialista de la sociedadSílvio Frondizi “Las izquierdas en el proceso político argentino”. 1959

“ El primer requisito de una dirección consciente reside en la firme creencia en la jerarquía de la clase obrera y en la necesidad de acatar los dictados de la magnífica capacidad creadora de las masas populares.

Debemos ahora dedicar la atención a los elementos de las otras clases que pueden integrarse con el proletariado en la lucha por la liberación del hombre. Ante todo, corresponde el estudio de la pequeña burguesía pauperizada.

Esta sufre directamente las consecuencias de la concentración monopolista. La situación de esta subclase debe ser tenida especialmente en cuenta, por cuanto su posición intermedia la hace apta para cualquier desplazamiento social. Es necesario hacerle comprender que su porvenir está ligado a los intereses del proletariado, que puede liberarla de la opresión económica y social que sufre.

Junto a los elementos sociales examinados, debemos tener en cuenta también a sectores o individuos de la intelectualidad, que han esclarecido el problema social y se pasan al campo revolucionario.

La toma del poder por el proletariado con la colaboración de los demás elementos sociales tratados, produce un salto cualitativo. Aunque esta opinión es suficientemente clara, no siempre es bien comprendida, por la deformación social, intelectual y moral realizada a través de toda suerte de propaganda que empieza en la escuela primaria y acompaña al individuo durante toda su vida. De aquí que, cuando se piensa sobre las posibilidades y consecuencias de un cambio social, se lo hace dentro de los viejos moldes mentales y de acuerdo a las acostumbradas posibilidades. Y no es así: la toma del poder por el proletariado produce un salto cualitativo que abre inmensas posibilidades, no dadas en la formación anterior.

La clase obrera puede realizar dicha transformación gracias a su mayor independencia frente a la deformación producida por la sociedad capitalista. Por otra parte, el proletariado, al no compartir ciertas ventajas de la sociedad burguesa, tiene la suerte de no compartir muchas de sus deformaciones; tal es el caso de los convencionalismos sociales, que por ejemplo, aplastan la vida de la pequeña burguesía.

Debemos indicar un elemento más: la tremenda y creciente alienación sufrida por los trabajadores bajo el capitalismo, crea en ellos una legítima y a menudo inconsciente resistencia a todo posible esfuerzo productivo o creador, aun cuando ello implique mejoras inmediatas.

La transición a la nueva sociedad socialista encierra un problema importante, porque es evidente que en el país no se han cumplido todos los aspectos de la revolución democrático-burguesa. Establecida esta conclusión, y la de que la burguesía ha caducado como fuerza capaz de realizarla y que es el proletariado como fuerza rectora el que debe encargarse de esta misión, el problema se resuelve pensando que ya no se trata de realizar la revolución democrático-burguesa como etapa cerrada en sí misma, como fin, sino de realizar tareas democrático-burguesas en la marcha de la revolución socialista.

Entre esas tareas inmediatas figura: la lucha contra el imperialismo, que sólo puede ser realizada por un partido marxista revolucionario que se fundamente en las masas. Además, será necesario resolver los graves problemas que impiden el desarrollo industrial y agrario del país. En el primer aspecto, deberán colocarse las grandes fuentes de

Darío Santillán

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producción en manos de la colectividad, dando en esta forma poderoso impulso a la acumulación económica. En el otro aspecto, el agrario, las fuerzas socialistas deberán realizar, no ya un paso o un salto adelante, sino la revolución agraria integral, cuya primera manifestación es la nacionalización de los latifundios. Esta nacionalización deberá realizarse, no para distribuirlos en forma de pequeña propiedad, sino para se colectivizados, medida que permitirá, entre muchas otras cosas, el empleo masivo de la maquinaria agrícola.

Por supuesto, para la realización de tales tareas se requiere de un cambio cualitativo en el aparato estatal. Esta no podrá estar en manos de un sector privilegiado de la sociedad, sino en manos de la colectividad social como tal; en otras palabras, implica el cambio del Estado por la Comunidad.

Solamente una organización socialista podrá resolver el problema de la libertad de conciencia, separando efectivamente la Iglesia del Estado, impidiendo que los intereses confesionales se entrometan, como lo pretenden, en los problemas políticos-sociales, en una tentativa de imposible regresión a la Edad Media.

En fin, la organización socialista de la sociedad es la única que puede asegurar al hombre su libertad, que no ha podido ser dada por los partidos tradicionales, ni al país ni a sus propias organizaciones. Para ello la nueva fuerza tendrá que asegurar al hombre la libertad política y espiritual. 2

3.-El gobierno revolucionario

"…es decir, de un Poder no compartido con nadie y apoyado directamente en la fuerza armada de las masas. El derrocamiento de la burguesía sólo puede realizarse mediante la transformación del proletariado en clase dominante, capaz de aplastar la resistencia inevitable y desesperada de la burguesía y de organizar para el nuevo régimen económico a todas las masas trabajadoras y explotadas.

El proletariado necesita el Poder estatal, organización centralizada de la fuerza, organización de la violencia, tanto para aplastar la resistencia de los explotadores como para dirigir a la enorme masa de la población, a los campesinos, a la pequeña burguesía, a los semiproletarios, en la obra de "poner en marcha" la economía socialista.

Educando al partido obrero, el marxismo educa a la vanguardia del proletariado, vanguardia capaz de tomar el Poder y de conducir a todo el pueblo al socialismo, de dirigir y organizar el nuevo régimen, de ser el maestro, el dirigente y el jefe de todos los trabajadores y explotados en la obra de organizar su propia vida social sin la burguesía y contra la burguesía. Por el contrario, el oportunismo imperante hoy educa en el partido obrero a los representantes de los obreros mejor pagados, que se apartan de las masas y se "arreglan" pasablemente bajo el capitalismo, vendiendo por un plato de lentejas su derecho de primogenitura, es decir, renunciando al papel de jefes revolucionarios del pueblo contra la burguesía.

"El Estado, es decir, el proletariado organizado como clase dominante": esta teoría de Marx se halla inseparablemente vinculada a toda su doctrina acerca de la misión revolucionaria del proletariado en la historia. El coronamiento de esa misión es la dictadura proletaria, la dominación política del proletariado.

Pero si el proletariado necesita el Estado como organización especial de la violencia contra la burguesía, de aquí se desprende por sí mismo la conclusión de si es concebible que pueda crearse una organización semejante sin destruir previamente, sin aniquilar la máquina estatal creada para si por la burguesía. (...)

En el Manifiesto Comunista se resumen los resultados generales de la historia, que nos obligan a ver en el Estado un órgano de dominación de clase y nos llevan a la inevitable conclusión de que el proletariado no puede derrocar a la burguesía si no empieza por conquistar el Poder político, si no logra la dominación política, si no transforma el Estado en "el proletariado organizado como clase dominante" y de que este Estado proletario comienza a extinguirse inmediatamente después de su triunfo, pues en una sociedad sin contradicciones de clase el Estado es innecesario e imposible. Pero aquí no se plantea la cuestión de cómo deberá realizarse -desde el punto de vista del desarrollo histórico- esta sustitución del Estado burgués por el Estado proletario.

Esta cuestión es precisamente la que Marx plantea y resuelve en 1852. Fiel a su filosofía del materialismo dialéctico, toma como base la experiencia histórica de los grandes años de la revolución: de 1848 a 1851. Aquí, como siempre, la doctrina de Marx es un resumen de la experiencia iluminado por una profunda concepción filosófica del mundo y por un rico conocimiento de la historia.

La cuestión del Estado se plantea de un modo concreto: ¿Cómo ha surgido históricamente el Estado burgués, la máquina estatal que necesita para su dominación la burguesía? ¿Cuáles han sido sus cambios, cuál su evolución en el transcurso de las revoluciones burguesas y ante las acciones independientes de las clases oprimidas? ¿Cuáles son las tareas del

Caja de lavado cerebral

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proletariado en lo tocante a dicha máquina estatal?

El Poder estatal centralizado, propio de la sociedad burguesa, surgió en la época de la caída del absolutismo. Dos son las instituciones más típicas de esta máquina estatal: la burocracia y el ejército permanente. En las obras de Marx y Engels se habla reiteradas veces de los miles de hilos que vinculan a estas instituciones precisamente con la burguesía. La experiencia de todo obrero revela estos vínculos de un modo extraordinariamente palmario e impresionante. La clase obrera aprende en su propia carne a comprender estos vínculos; por eso capta tan fácilmente y asimila tan bien la ciencia del carácter inevitable de estos vínculos, ciencia que los demócratas pequeñoburgueses niegan por ignorancia y por frivolidad, o reconocen, de un modo todavía más frívolo, "en términos generales", olvidándose de sacar las conclusiones prácticas correspondientes.

La burocracia y el ejército permanente son un "parásito" adherido al cuerpo de la sociedad burguesa, un parásito engendrado por las contradicciones internas que desgarran a esta sociedad, pero, precisamente, un parásito que "tapona" los poros vitales. El oportunismo kautskiano imperante hoy en la socialdemocracia oficial considera patrimonio especial y exclusivo del anarquismo la idea del Estado como un organismo parasitario. Naturalmente, esta tergiversación del marxismo es sobremanera ventajosa para los filisteos que han llevado el socialismo a la ignominia inaudita de justificar y embellecer la guerra imperialista mediante la aplicación a ésta del concepto de "la defensa de la patria", pero es, a pesar de todo, una tergiversación indiscutible.

A través de todas las revoluciones burguesas vividas en gran número por Europa desde los tiempos de la caída del feudalismo, este aparato burocrático y militar va desarrollándose, perfeccionándose y afianzándose. En particular, precisamente la pequeña burguesía es atraída al lado de la gran burguesía y sometida a ella en medida considerable por medio de este aparato, que proporciona a las capas altas de los campesinos, de los pequeños artesanos, de los comerciantes, etc., puestos relativamente cómodos, tranquilos y honorables, los cuales colocan a sus poseedores por encima del pueblo. Mirad lo ocurrido en Rusia durante el medio año transcurrido desde el 27 de febrero de 1917: los cargos burocráticos, que antes se adjudicaban preferentemente a los ciennegristas, se han convertido en botín de demócratas constitucionalistas, mencheviques y eseristas. En el fondo, no se pensaba en reformas serias, esforzándose por aplazarlas "hasta la Asamblea Constituyente", y aplazando poco a poco la Asamblea Constituyente ¡hasta el final de la guerra! ¡Pero para repartir el botín, para ocupar los puestos de ministros, subsecretarios, gobernadores generales, etc., etc., no se dio largas ni se esperó a ninguna Asamblea Constituyente! El juego de las combinaciones para formar gobierno no era, en el fondo, más que la expresión del reparto y redistribución del "botín", que se hacía arriba y abajo, por todo el país, en toda la administración central y local. El balance, un balance objetivo, del medio año que va desde el 27 de febrero al 27 de agosto de 1917 es indiscutible: las reformas se aplazaron, se efectuó el reparto de los puestos burocráticos, y los "errores" del reparto se corrigieron mediante algunos reajustes.

Pero cuanto más se procede a estos "reajustes" del aparato burocrático entre los distintos partidos burgueses y pequeñoburgueses (entre los demócratas constitucionalistas, eseristas y mencheviques, si nos atenemos al ejemplo ruso), tanto más evidente es para las clases oprimidas y para el proletariado que las encabeza su hostilidad irreconciliable contra toda la sociedad burguesa. De aquí la necesidad para todos los partidos burgueses, incluyendo a los más democráticos y "revolucionario-democráticos", de reforzar la represión contra el proletariado revolucionario, de fortalecer el aparato de represión, es decir, la misma máquina del Estado. Esta marcha de los acontecimientos obliga a la revolución a "concentrar todas las fuerzas de destrucción" contra el Poder estatal, la obliga a proponerse como objetivo, no el perfeccionar la máquina del Estado, sino el destruirla, el aniquilarla.

No fue el razonamiento lógico, sino el desarrollo real de los acontecimientos, la experiencia viva de los años de 1848 a 1851, lo que condujo a esta manera de plantear la cuestión. Hasta qué punto se atiene Marx rigurosamente a los hechos de la experiencia histórica lo muestra el hecho de que en 1852 Marx no plantea aún el problema concreto de con qué se sustituirá la máquina del Estado que ha de ser destruida. La experiencia no había suministrado todavía materiales para esta cuestión, que la historia puso al orden del día más tarde, en 1871.

Obrando con la precisión del investigador naturalista, en 1852 sólo podía registrarse una cosa: que la revolución proletaria había llegado a un punto en que debía abordar la tarea de "concentrar todas las fuerzas de destrucción" contra el Poder estatal, la tarea de "romper" la máquina del Estado.

4.- Vasos y cilindrosOtra vez sobre la cuestión de los sindicatos”. V. I. Lenin 25 de enero de 1921

“...Aquí está precisamente el error teórico fundamental del camarada Bujarin, en que sustituye la dialéctica del marxismo con el eclecticismo (muy extendido entre los autores de diversos sistemas filosóficos "de moda" y reaccionarios). [...]

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"Camaradas, las discusiones aquí entabladas producen en muchos de vosotros una impresión del siguiente carácter, aproximadamente: vienen dos individuos y se preguntan el uno al otro ¿qué es? el vaso que está encima de la tribuna.

– Uno dice: "es un cilindro de cristal, y maldito sea quien diga que eso no es así".– El segundo dice: "el vaso es un utensilio para beber, y maldito sea quien diga que eso no es así" (pág. 46). ”

Con ese ejemplo el camarada Bujarin quiso, como ve el lector, explicarme de manera popular el daño de la unilateralidad. Acepto la explicación agradecido y, para demostrar con hechos mi gratitud, le respondo con una explicación popular sobre qué es el eclecticismo a diferencia de la dialéctica.

El vaso es, indiscutiblemente, un cilindro de cristal y un utensilio para beber. Pero no sólo tiene estas dos propiedades, o cualidades, o aspectos, sino una infinidad de otras propiedades, cualidades, aspectos, vinculaciones e "intermediaciones" con todo el mundo restante. El vaso es un objeto pesado que puede ser un instrumento para arrojarse. Puede servir de pisapapeles, de recinto para una mariposa capturada, puede tener valor como objeto tallado o dibujado con arte, indistintamente por completo de si sirve o no para beber, de si está hecho de cristal, de si su forma es cilíndrica o no lo es del todo, y así sucesivamente.

Sigamos. Si ahora me hace falta un vaso como utensilio para beber, no me importa en absoluto saber si su forma es totalmente cilíndrica y si está hecho verdaderamente de cristal, mas, en cambio, importa que el fondo no esté resquebrajado, que no se corte uno los labios al utilizarlo, etc. Si no me hace falta para beber, sino para lo que sirve cualquier cilindro de cristal, entonces me sirve también un vaso con el fondo resquebrajado o incluso sin fondo en absoluto, etc.

La lógica formal a que se limitan en las escuelas (y deben limitarse, con enmiendas, en los grados inferiores), toma las definiciones formales, rigiéndose por lo que es más ordinario o lo que más a menudo salta a la vista, y se limita a eso. Si, al paso, se toman dos o más definiciones distintas y se unen de manera completamente fortuita (cilindro de cristal y utensilio para beber), obtenemos una definición ecléctica que indica diversos aspectos del objeto y nada más.

La lógica dialéctica requiere que sigamos más allá. Para conocer verdaderamente el objeto hay que abarcar y estudiar todos sus aspectos, todas sus vinculaciones e "intermediaciones". Jamás lo conseguiremos por completo, pero la exigencia de la multilateralidad nos prevendrá contra los errores y el anquilosamiento. Eso primero. Segundo, la lógica dialéctica requiere que el objeto se tome en su desarrollo, en su "automovimiento" (como dice Hegel a veces), en su cambio. Con relación al vaso, eso no queda claro en seguida, pero el vaso tampoco es inmutable, cambia, sobre todo, su destino, su uso, su vinculación con el mundo circundante. Tercero, toda la práctica de los hombres debe entrar en la "definición" completa del objeto como criterio de la verdad y como determinante práctico de la vinculación del objeto con lo necesario para el hombre. Cuarto, la lógica dialéctica enseña que "no existe verdad abstracta, que la verdad siempre es concreta", como le era grato decir, tras Hegel, al difunto Plejánov, (Entre paréntesis, creo oportuno señalar para los jóvenes miembros del partido que no se puede ser comunista consciente, de verdad, sin estudiar -precisamente estudiar- todo lo que Plejánov escribió de filosofía, pues es lo mejor de toda la literatura internacional del marxismo)

Por supuesto, no he agotado el concepto de la lógica dialéctica. [...] Pondré un ejemplo para que la explicación quede más clara. No sé absolutamente nada de los insurgentes y revolucionarios del Sur de China (excepto dos o tres artículos de Sun Yat-sen y algunos libros y artículos de periódicos que leí hace muchos años). Como quiera que allí se producen insurrecciones, probablemente hay también discusiones entre el chino n° 1, que dice que la sublevación es producto de la lucha de clases más enconada que ha abarcado a toda la nación, y el chino n° 2, que dice que la sublevación es un arte. Sin saber nada más puedo escribir tesis como las de Bujarin: "por un lado... por otro lado". Uno no ha tenido suficientemente en cuenta el "aspecto" del arte; otro, el "aspecto del enconamiento", etc. Eso es eclecticismo muerto y sin contenido, pues no hay estudio concreto de la discusión dada, de la cuestión dada, de su enfoque dado, etc.

La fuente "teórica" del error -ya que Bujarin ha planteado con su "vaso" la cuestión de la fuente teórica- es clara. El error teórico -en este caso, gnoseológico- de Bujarin estriba en que ha sustituido la dialéctica con el eclecticismo. Al plantear eclécticamente la cuestión, Bujarin se ha hecho un mar de confusiones y ha ido a parar con sus discursos en el sindicalismo. El error de Trotski estriba en que ha sido unilateral, se ha dejado llevar por la pasión, ha exagerado y ha sido terco. La plataforma de Trotski consiste en que el vaso es un utensilio para beber, en tanto que el vaso dado no tiene fondo...”

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5.- Instrucciones para tomar el poderProyecto de resolución sobre la situación política actual”:[Pura Praxis] V. I. Lenin. Septiembre de 1917

Basándose en la resolución sobre la situación política adoptada por el VI Congreso del Partido Obrero Social Demócrata (POSD -bolchevique) de Rusia y aplicando dicha resolución al momento actual, el Comité Central del POSD en su reunión plenaria, comprueba que:

1. En el transcurso de dos meses, desde el 3 de julio hasta el 3 de septiembre, la lucha de clases y el desarrollo de los acontecimientos políticos, a consecuencia de la velocidad inaudita de la revolución, han impulsado tanto el país hacia adelante como no hubieran podido hacerlo en tiempos de paz largos años sin revolución y sin guerra.

2. Se pone cada vez más en claro que los acontecimientos del 3 al 5 de julio fueron el punto crítico de toda la revolución. Sin una apreciación exacta de estos acontecimientos no es posible valorar correctamente los objetivos del proletariado ni la velocidad de desarrollo de los acontecimientos revolucionarios, que no depende de nuestra voluntad.

3. Las calumnias que la burguesía hace circular con increíble empeño contra los bolcheviques entre las masas del pueblo, pródigamente, gracias a los millones invertidos en los periódicos y las editoriales capitalistas, se desenmascaran cada día con mayor amplitud y rapidez. A las masas obreras de la capital y de las grandes ciudades primero, y luego también a los campesinos, se les hace más evidente que las calumnias contra los bolcheviques son una de las armas principales que tienen los capitalistas en su lucha contra los defensores de los intereses de los obreros y de los campesinos pobres, es decir, contra los bolcheviques.

4. El levantamiento de Kornílov, es decir, de los generales y oficiales respaldados por los terratenientes y capitalistas, con el Partido Demócrata Constitucionalista (el partido de la "libertad del pueblo") a la cabeza, intentó simplemente encubrirse repitiendo las viejas calumnias contra los bolcheviques, y esto ha sido precisamente lo que más ha contribuido a abrir los ojos de manera definitiva a las más amplias masas del pueblo acerca de la verdadera significación y finalidad de aquellas calumnias lanzadas por la burguesía contra el Partido Obrero Bolchevique, partido de los auténticos defensores de los pobres.

5. Si nuestro Partido se hubiese negado a apoyar el movimiento de masas del 3 - 4 de julio, movimiento que estalló espontáneamente, a pesar de nuestros esfuerzos por contenerlo, habría traicionado de manera directa y total al proletariado, pues las masas se pusieron en movimiento, justa y legítimamente indignadas por la prolongación de la guerra imperialista, es decir, de esa guerra de conquista y rapiña que se realiza en interés de los capitalistas, y por la inacción del gobierno y de los Soviets frente a la burguesía, que hace que el hambre y el desbarajuste económico se agudicen y acentúen.

6. A pesar de todos los esfuerzos de la burguesía y del gobierno, a pesar de las detenciones de cientos de bolcheviques, de la confiscación de sus papeles y documentos, de los allanamientos efectuados en las redacciones, etc.; a pesar de todo eso, no se ha conseguido ni se conseguirá jamás probar la calumnia de que nuestro Partido hubiese fijado al movimiento del 3-4 de julio otra finalidad que no fuera manifestarse "pacífica y organizadamente" bajo la consigna de que sea entregado todo el Poder del Estado a los Soviets de diputados obreros, soldados y campesinos.

7. Habría sido un error que los bolcheviques se hubiesen propuesto como objetivo el 3-4 de julio la toma del Poder, pues la mayoría, no sólo del pueblo, sino también de los obreros, no había experimentado entonces en la práctica la política contrarrevolucionaria de los generales en el ejército, de los terratenientes en el campo y de los capitalistas en la ciudad; política que se ha revelado ante las masas a partir del 5 de julio y que era el fruto del espíritu de conciliación de los eseristas y mencheviques con la burguesía. Pero no hubo una sola organización de nuestro Partido, ni central ni local, que lanzase oralmente ni por escrito la consigna de la toma del Poder el 3-4 de julio, ni pusiese siquiera este punto a discusión.

8. El verdadero error cometido por nuestro Partido en las jornadas del 3 y 4 de julio, error que hoy han puesto de relieve los acontecimientos, consistió sencillamente en considerar la situación general del país menos revolucionaria de lo que en realidad resultó ser, en creer que todavía era posible una evolución pacífica de las transformaciones políticas cambiando la política de los Soviets, cuando en la práctica los mencheviques y eseristas se habían enredado y atado tanto a la burguesía, con sus pactos, y cuando ésta se había vuelto ya a tal punto contrarrevolucionaria, que no se podía hablar siquiera de desarrollo pacífico alguno. Pero nuestro Partido no podía desterrar esta idea falsa -inspirada en la confianza de que los acontecimientos no se desarrollarían con demasiada celeridad- más que interviniendo en el movimiento popular del 3-4 de julio con la consigna de "¡Todo el Poder a los Soviets!" y con el objetivo de imprimir al movimiento un carácter pacífico y organizado.

9. La significación histórica de la sublevación de Kornílov estriba precisamente en que abrió con fuerza extraordinaria los ojos de las masas del pueblo sobre esta verdad que con frases conciliatorias encubrían y siguen encubriendo los eseristas

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y mencheviques, a saber: que los terratenientes y burgueses, con el Partido Demócrata Constitucionalista a la cabeza, y con los generales y oficiales a su lado, se han organizado y están dispuestos a cometer y cometen los crímenes más inauditos, que son los de entregar Riga (y tras ella, Petrogrado) a los alemanes, dejarles abierto el frente, entregar los regimientos bolcheviques al fusilamiento, iniciar un motín, hacer marchar las tropas sobre la capital, con la "División salvaje"* a la cabeza, etc., etc.; todo ello para que la burguesía tome el Poder íntegro en sus manos, para afianzar el Poder de los terratenientes en el campo y anegar el suelo del país con la sangre de los obreros y campesinos. La sublevación de Kornílov ha demostrado en Rusia lo que la historia había probado en todos los países: que la burguesía, con tal de defender su Poder sobre el pueblo y sus beneficios, no retrocede ante ninguna traición a la patria y ante ningún crimen.

10. Para los obreros y campesinos de Rusia no hay absolutamente ninguna salida, salvo la de luchar denodadamente y lograr la victoria sobre los terratenientes y la burguesía, sobre el partido de los demócratas constitucionalistas y los generales y oficiales que simpatizan con él. Pero solamente la clase obrera de las ciudades podrá conducir al pueblo, es decir, a todos los trabajadores, a esta lucha y hacia esta victoria, si pasa a sus manos todo el Poder del Estado y si la apoyan los campesinos pobres.

11. Los acontecimientos de la revolución rusa, sobre todo después del 6 de mayo, y aún más después del 3 de julio, se desarrollan con una celeridad tan increíble de torbellino y huracán, que el Partido no debe proponerse en modo alguno acelerarlos; por el contrario, todos los esfuerzos deberán orientarse a no quedar a la zaga de los acontecimientos y marchar a tiempo con nuestra labor de hacer comprender, en la medida de nuestras fuerzas, a los obreros y trabajadores, los cambios en la situación y en el desarrollo de la lucha de clases. Tal es, en efecto, actualmente, la principal tarea del Partido: hacer ver a las masas que la situación es terriblemente crítica, que toda intervención puede terminar en un estallido, razón por la cual un levantamiento prematuro podría acarrear los mayores daños. Pero, al mismo tiempo, esta situación crítica lleva inevitablemente a la clase obrera -y tal vez con una rapidez catastrófica- que ella, en virtud del giro que han tomado los acontecimientos, independientemente de su voluntad, se vea obligada a dar la batalla decisiva a la burguesía contrarrevolucionaria, y a conquistar el Poder.

12. La sublevación de Kornílov ha evidenciado plenamente que el ejército, todo el ejército, odia al Cuartel General. Así hubieron de reconocerlo hasta los mencheviques y eseristas, que durante meses han demostrado con sus esfuerzos su odio a los bolcheviques y sus simpatías por una política de inteligencia de los obreros y campesinos con los terratenientes y la burguesía. El gobierno de Kerenski, al limitarse a sustituir a Kornílov por Alexéiev, dejando en sus puestos a Klembovski y otros generales de Kornílov, sin hacer nada serio por democratizar el ejército y eliminar los mandos contrarrevolucionarios, lejos de debilitar el odio del ejército contra el Cuartel General, lo que hará es acentuarlo. Los Soviets, que toleran y apoyan esta política débil, vacilante y sin principios de Kerenski; los Soviets, que una vez más han dejado escapar la ocasión de tomar pacíficamente el Poder al liquidar la sublevación de Kornílov; estos Soviets se hacen culpables no sólo por practicar una política de conciliación con la burguesía, sino por una política de conciliación criminal con ella. El ejército, que odia al Cuartel General y no quiere hacer la guerra, cuyo carácter de rapiña ya ha visto claro, está inevitablemente condenado a nuevas catástrofes.

13. La clase obrera, una vez que conquiste el Poder, es la única capaz de aplicar una política de paz efectiva y no de palabra, como la que siguen los mencheviques y eseristas, quienes, en realidad, apoyan a la burguesía y sus tratados secretos. La clase obrera, inmediatamente y cualquiera que sea la situación militar, incluso si los generales de Kornílov, después de entregar Riga, entregasen también Petrogrado, propondrá a todos los pueblos condiciones francas, precisas, claras y justas de paz. La clase obrera puede hacerlo en nombre de todo el pueblo, pues la aplastante mayoría de los obreros y campesinos de Rusia se ha manifestado contraria a la guerra de conquista actual y partidaria de una paz concertada en condiciones justas, sin anexiones (conquistas) ni contribuciones. Los eseristas y mencheviques, que llevan varios meses hablando de semejante paz, no hacen más que engañarse a sí mismos y engañar al pueblo. Tan pronto como conquiste el Poder, la clase obrera, sin perder un solo día, propondrá dicha paz a todos. A los capitalistas de todos los países les cuesta gran trabajo contener la revolución obrera -que se avecina por doquier- contra la guerra; tanto que si la revolución rusa deja de suspirar impotente y lastimosamente por la paz y pasa a proponerla directamente, publicando y rompiendo los tratados secretos, etc., hay 99 probabilidades sobre cien de que la paz se establezca rápidamente, sin que los capitalistas puedan impedirlo. Y si se da el caso, menos probable, de que los capitalistas -en contra de la voluntad de sus propios pueblos- rechacen las condiciones de paz del gobierno obrero ruso, la revolución en Europa se acercará cien veces más de prisa, y el ejército de nuestros obreros y campesinos no elegirá a jefes y superiores odiados, sino a otros respetados por él y se convencerá de la justicia de la guerra una vez ofrecida la paz y rotos los tratados secretos, suspendida la alianza con los terratenientes y la burguesía y entregada toda la tierra a los campesinos. Sólo entonces será justa la guerra por parte de Rusia, la única guerra en que los obreros y los campesinos lucharán por su propia voluntad y no por la fuerza. Esta guerra aproximará aún más la inevitable revolución obrera en los países avanzados.

14. La clase obrera, una vez que conquiste el Poder, será la única capaz de garantizar el paso inmediato y sin indemnización de todas las tierras de los terratenientes a los campesinos. Esto no se puede postergar. La Asamblea Constituyente lo legitimará, pero los campesinos no son culpables de que la Constituyente no se reúna. Y los campesinos

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se convencen cada día más de que por medio de un acuerdo con los terratenientes y los capitalistas es imposible obtener la tierra. La tierra sólo puede conseguirse mediante la alianza fraternal y sin reservas entre los campesinos pobres y los obreros. La dimisión de Chernov, después de que éste, durante meses, se esforzó por defender los intereses de los campesinos mediante concesiones grandes y pequeñas a los terratenientes del Partido Demócrata Constitucionalista, y habiendo fracasado todas las tentativas, esa dimisión puso de manifiesto, palpablemente, lo estéril de esa política de conciliación. Mientras tanto, en el interior, los campesinos ven y saben, sienten y perciben todo el descaro de los terratenientes después del 5 de julio y se dan cuenta de cuán necesario es meterlos en cintura.

15. La clase obrera, una vez que conquiste el Poder, será la única capaz de poner fin al desbarajuste económico y al hambre inminente. El gobierno viene prometiendo desde el 6 de mayo control y más control; pero no ha hecho ni podía hacer nada, pues los capitalistas y terratenientes sabotean todo trabajo en ese sentido. La desocupación crece, el hambre se avecina, la moneda se deprecia y la dimisión de Peshejónov, después de doblar los precios fijos, acentuará la crisis, poniendo de manifiesto una vez más toda la debilidad e impotencia del gobierno. El control obrero de la producción y la distribución es lo único que puede salvar al país. Sólo un gobierno obrero meterá en cintura a los capitalistas, despertará un apoyo heroico de los trabajadores a los esfuerzos de las autoridades, establecerá el orden y un intercambio regular de trigo por productos manufacturados.

16. La confianza de los campesinos pobres en la clase obrera de las ciudades, quebrantada durante algún tiempo por las calumnias de la burguesía y las esperanzas en la política de conciliación, se restablece sobre todo después de que las detenciones en las aldeas y toda clase de persecuciones de los trabajadores después del 5 de julio y, por último, la sublevación de Kornílov, abrieron los ojos al pueblo. Uno de los síntomas que revela cómo va perdiendo el pueblo la fe en la política de conciliación con los capitalistas es el crecimiento del descontento, con intensidad particular después del 5 de julio, en los dos partidos principales -eserista y menchevique-, que introdujeron y llevaron hasta el fin esa política de conciliación; el crecimiento de la lucha contra la política de conciliación, el crecimiento de la oposición, que ha alcanzado aproximadamente dos quintas partes (40%) en el último "Consejo" del Partido Socialista Revolucionario y en el Congreso del partido de los mencheviques.

17. Toda la marcha de los acontecimientos, todas las condiciones económicas y políticas, todos los sucesos ocurridos dentro del ejército preparan con rapidez creciente la conquista del Poder por la clase obrera, que dará paz, pan y libertad y acelerará el triunfo de la revolución proletaria en los demás países.

Escrito no más tarde del 3 (16) de septiembre de 1917.Publicado por vez primera en 1925, en la Recopilación Leninista, t. IV. V. I. Lenin. Obras Completas, 5ª ed. en ruso, t. 34, págs. 144-150.

6.- "Los acontecimientos se desarrollan a una velocidad vertiginosa” [Saltos cualitativos] V. I. Lenin

Al Comité Central del POSDR : Es posible que estas líneas lleguen con retraso, pues los acontecimientos se desarrollan a veces con una velocidad verdaderamente vertiginosa. Escribo esto el miércoles 30 de agosto; los destinatarios lo leerán no antes del viernes 2 de septiembre, pero con todo y con eso, creo mi deber escribir lo siguiente:

La sublevación de Kornílov representa un viraje de los acontecimientos en extremo inesperado (inesperado por el momento y por la forma) e increíblemente brusco. Como todo viraje brusco, exige una revisión y un cambio de táctica. Y como con toda revisión, con ésta hay que ser muy prudente para no caer en una falta de principios.

A mi juicio, incurren en una falta de principios quienes (como Volodarski) descienden hasta las posiciones del defensismo o (a modo de otros bolcheviques) hasta el bloque con los eseristas, hasta el apoyo al Gobierno Provisional. Esto es archiequivocado, es una falta de principios. Nos haremos defensistas sólo después de que el Poder pase al proletariado, después de proponer la paz, después de romper con los tratados secretos y los vínculos con los bancos, y sólo después. Ni la caída de Riga ni la caída de Petrogrado nos harán defensistas. (Rogaría que se dé a leer esto a Volodarski.) Hasta entonces estaremos por la revolución proletaria, contra la guerra y no seremos defensistas.

Nosotros no debemos apoyar el gobierno de Kerenski ni siquiera ahora. Es una falta de principios. Preguntarán: ¿es posible que no haya que luchar contra Kornílov? ¡Por cierto que sí! Pero no es lo mismo; hay un límite; y ese límite lo transponen algunos bolcheviques cayendo en una "posición conciliadora", dejándose arrastrar por la corriente de los acontecimientos.

Vamos a combatir y combatimos a Kornílov, como lo hacen las tropas de Kerenski, pero nosotros no apoyamos a Kerenski, sino que desenmascaramos su debilidad, ésa es la diferencia. Es una diferencia bastante sutil, pero archiesencial y no se la puede olvidar.

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¿En qué consiste el cambio de nuestra táctica después de la sublevación de Kornílov? En que cambiamos la forma de nuestra lucha contra Kerenski. Sin debilitar un ápice nuestra hostilidad contra él, sin retirar una sola palabra dicha en su contra, sin renunciar al objetivo de derribar a Kerenski, decimos: hay que tomar en cuenta el momento; no vamos a derrocar a Kerenskí en seguida; ahora encararemos de otra manera la tarea de luchar contra él, o más precisamente, haciendo ver al pueblo (que lucha contra Kornílov) la debilidad y las vacilaciones de Kerenski. También antes hacía esto, pero ahora pasa a ser lo fundamental; en esto consiste el cambio.

Luego, el cambio consiste en que ponemos en un primer plano el intensificar la agitación en favor de lo que podríamos llamar "exigencias parciales" a Kerenski: que arreste a Miliukov, que arme a los obreros de Petrogrado, que llame a las tropas de Cronstadt, de Víborg y de Helsingfors a Petrogrado, que disuelva la Duma de Estado, que arreste a Rodzianko, que legalice la entrega de las tierras de los terratenientes a los campesinos, que implante el control obrero sobre el trigo y las fábricas, etc., etc. Y estas exigencias no las debemos presentar sólo a Kerenski, no tanto a Kerenski, como a los obreros; soldados y campesinos, ganados por la marcha de la lucha contra Kornílov. Seguir animándolos, alentarlos a que liquiden a los generales y oficiales que se han pronunciado a favor de Kornílov, insistir en que ellos exijan de inmediato la entrega de la tierra a los campesinos, sugerirles a ellos la idea sobre la necesidad de arrestar a Rodzianko y a Miliukov, de disolver la Duma de Estado, clausurar Riech y otros periódicos burgueses e iniciar una investigación judicial. A los eseristas de "izquierda" es a quienes más hay que empujar en esta dirección.

Sería incorrecto pensar que nos hemos alejado del objetivo de la conquista del Poder por el proletariado. No. Nos hemos acercado extraordinariamente a él, pero no en forma directa, sino de costado. Y hay que hacer agitación en este mismo instante, no tanto directamente contra Kerenski, como indirectamente, pero también contra él, esto es: exigiendo una guerra activa, muy activa, auténticamente revolucionaria contra Kornílov. El solo desarrollo de esta guerra puede conducirnos a nosotros al Poder, pero en la propaganda hay que hablar poco de eso (recordando firmemente que mañana mismo los acontecimientos nos pueden colocar en el Poder y entonces nosotros no lo dejaremos escapar). Me parece que debería comunicarse esto en una carta (no en la prensa) a las comisiones de agitación y propaganda y, en general, a los miembros del Partido. Hay que luchar despiadadamente contra las frases acerca de la defensa del país, del frente único de la democracia revolucionaria, del apoyo al Gobierno Provisional, etc., etc., demostrando precisamente que no son sino frases. Ahora, hay que decirles, es el momento de obrar: vosotros, señores eseristas y mencheviques, hace tiempo que habéis gastado estas frases. Ahora es el momento de obrar. La guerra contra Kornílov hay que hacerla de manera revolucionaria, atrayendo a las masas, levantándolas, inflamándolas, enardeciéndolas (y Kerenski teme a las masas, teme al pueblo). En la guerra contra los alemanes, ahora precisamente es necesario obrar: de inmediato y de una manera absoluta hay que proponer la paz sobre la base de condiciones precisas. De hacer esto se podrá lograr, ya sea una pronta paz, ya sea transformar la guerra en revolucionaria; de otro modo, todos los mencheviques y eseristas seguirán siendo lacayos del imperialismo.

Nuevamente, mis mejores votos y saludos. Escrito el 30 de agosto (12 de septiembre) de 1917.

Publicado por vez primera el 7 de noviembre de 1920, en el núm. 250 de Pravda. V. I. Lenin. Obras Completas, 5a ed. en ruso, t. 34, págs. 119-121. 111 "

"Debemos, entonces, empezar a borrar nuestros viejos conceptos, y empezar a acercarnos cada vez más, y cada vez más críticamente al pueblo. No como nos acercábamos antes, porque todos ustedes dirán: "No. Yo soy amigo del pueblo. A mi me gusta mucho conversar con los obreros y los campesinos, y voy los domingos a tal lado a ver tal cosa". Todo el mundo lo ha hecho. Pero lo ha hecho practicando la caridad, y lo que nosotros tenemos que practicar hoy, es la solidaridad. No debemos acercarnos al pueblo a decir: "Aquí estamos. Venimos a darte la caridad de nuestra presencia, a enseñarte con nuestra ciencia, a demostrarte tus errores, tu incultura, tu falta de conocimientos elementales". Debemos ir con afán investigativo, y con espíritu humilde, a aprender en la gran fuente de sabiduría que es el pueblo.

Muchas veces nos daremos cuenta de lo equivocados que estábamos en conceptos que de tan sabidos, eran parte nuestra y automática de nuestros conocimientos. Muchas veces debemos cambiar todos nuestros conceptos, no solamente los conceptos generales, los conceptos sociales o filosóficos...".

Ernesto Guevara ”El médico revolucionario” discurso. 20 de agosto de 1960

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“ Porque hay que recordar siempre que el marxista no es una máquina automática y fanática dirigida, como un torpedo, mediante un servomecanismo hacia un objetivo determinado. De este problema se ocupa expresamente Fidel en una de sus intervenciones:

“¿Quién ha dicho que el marxismo es la renuncia de los sentimientos humanos, al compañerismo, al amor al compañero, al respeto al compañero, a la consideración al compañero? ¿Quién ha dicho que el marxismo es no tener alma, no tener sentimientos? Si precisamente fue el amor al hombre lo que engendró el marxismo, fue el amor al hombre, a la humanidad, el deseo de combatir la desdicha del proletariado, el deseo de combatir la miseria, la injusticia, el calvario y toda la explotación sufrida por el proletariado, lo que hace que de la mente de Carlos Marx surja el marxismo cuando precisamente podía surgir el marxismo, cuando precisamente podía surgir una posibilidad real y más que una posibilidad real, la necesidad histórica de la revolución social de la cual fue intérprete Carlos Marx. Pero, ¿qué lo hizo ser ese intérprete sino el caudal de sentimientos humanos de hombres como él, como Engels, como Lenin?”

Prólogo al libro El partido marxista leninistaLa Habana, 1963