Hacia una recuperación del psicoanálisis en la...

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Anuario de Psicologia 1998, vol. 29, no 2, 163-206 O 1998, Facultat de Psicologia Universitat de Barcelona Hacia una recuperación del psicoanálisis en la psicologia Alej andro Ávila Universidad de Salamanca En 10s umbrales del siglo XXI el lugar del psicoanálisis en la psicologia ha de ser revisado, tras haberse superado suficientemente 10s dogmatismos de es- cuela imperantes en la segunda rnitad del siglo que termina, bien 10s derivados del conductismo skinneriano entendido de forma harto reduccionista por algu- nos de sus discipulos, sorteado oportunistamentedesde el radicalisrno cognitivo, pero igualmente potenciados desde el aislacionismo en que el propio psicoanáli- sis se ha encerrado con bastante frecuencia. Las dos últimas décadas de este si- glo vienen reflejando constantes ecos de una vuelta de la psicologia hacia el psi- coanálisis, en ocasiones para encontrar una justificación de 10s antecedentes de algunas posiciones defendidas en la psicologia actual, otras veces como fecunda y oculta fuente de hipótesis para las numerosas preguntas que de continuo sur- gen en nuestra problemática ciencia psicológica. Son muy numerosos 10s espacios de encuentro y diálogo posible entre psi- cologia y psicoanálisis: la psicologia cognitiva y el debate sobre el inconsciente; la motivación y la personalidad; la biologia evolucionista, la etologia y el desa- rrollo cognitivo y emocional precoz; 10s nexos entre cognición, emoción y re- presentación; más 10s tradicionales campos de la psicologia evolutiva en 10 que ataiie al desarrollo y organización de la personalidad a 10 largo de todo el ciclo vital, o el tradicional ámbito de estudio psicopatológico, que desbordando el clá- sico ámbito de las neurosis ha ampliado su horizonte propio a 10s trastornos lí- mites y a la psicosis. La teoria psicoanalítica en la actualidad está confrontada con sus propias necesidades de profunda renovación y sustitución de algunos de 10s pilares de su edifici0 teórico, operación harto delicada ya que realizarla desde dentro implica grandes riesgos que nadie se atreve a protagonizar, y que acometida desde fuera es fácilmente considerada un ataque destructiva. La metapsicologia freudiana, la teoria de la libido, las fases del desarrollo psicosexual, por citar algunos de 10s te- mas mis relevantes, requieren profunda revisión, que incorpore tanto las eviden- cias derivadas de la investigación de múltiples ámbitos disciplinares como las nuevas aportaciones que desde dentro del psicoanálisis se vienen haciendo desde Correspondencia: Departamento de Personalidaci, Evaluaci6n y Tratamiento Psicol6gicos, Facultad de Psicología. Av. de la Merced, 109-131.37005 Salamanca.

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Anuario de Psicologia 1998, vol. 29, no 2, 163-206 O 1998, Facultat de Psicologia Universitat de Barcelona

Hacia una recuperación del psicoanálisis en la psicologia

Alej andro Ávila Universidad de Salamanca

En 10s umbrales del siglo XXI el lugar del psicoanálisis en la psicologia ha de ser revisado, tras haberse superado suficientemente 10s dogmatismos de es- cuela imperantes en la segunda rnitad del siglo que termina, bien 10s derivados del conductismo skinneriano entendido de forma harto reduccionista por algu- nos de sus discipulos, sorteado oportunistamente desde el radicalisrno cognitivo, pero igualmente potenciados desde el aislacionismo en que el propio psicoanáli- sis se ha encerrado con bastante frecuencia. Las dos últimas décadas de este si- glo vienen reflejando constantes ecos de una vuelta de la psicologia hacia el psi- coanálisis, en ocasiones para encontrar una justificación de 10s antecedentes de algunas posiciones defendidas en la psicologia actual, otras veces como fecunda y oculta fuente de hipótesis para las numerosas preguntas que de continuo sur- gen en nuestra problemática ciencia psicológica.

Son muy numerosos 10s espacios de encuentro y diálogo posible entre psi- cologia y psicoanálisis: la psicologia cognitiva y el debate sobre el inconsciente; la motivación y la personalidad; la biologia evolucionista, la etologia y el desa- rrollo cognitivo y emocional precoz; 10s nexos entre cognición, emoción y re- presentación; más 10s tradicionales campos de la psicologia evolutiva en 10 que ataiie al desarrollo y organización de la personalidad a 10 largo de todo el ciclo vital, o el tradicional ámbito de estudio psicopatológico, que desbordando el clá- sico ámbito de las neurosis ha ampliado su horizonte propio a 10s trastornos lí- mites y a la psicosis.

La teoria psicoanalítica en la actualidad está confrontada con sus propias necesidades de profunda renovación y sustitución de algunos de 10s pilares de su edifici0 teórico, operación harto delicada ya que realizarla desde dentro implica grandes riesgos que nadie se atreve a protagonizar, y que acometida desde fuera es fácilmente considerada un ataque destructiva. La metapsicologia freudiana, la teoria de la libido, las fases del desarrollo psicosexual, por citar algunos de 10s te- mas mis relevantes, requieren profunda revisión, que incorpore tanto las eviden- cias derivadas de la investigación de múltiples ámbitos disciplinares como las nuevas aportaciones que desde dentro del psicoanálisis se vienen haciendo desde

Correspondencia: Departamento de Personalidaci, Evaluaci6n y Tratamiento Psicol6gicos, Facultad de Psicología. Av. de la Merced, 109-131.37005 Salamanca.

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hace décadas, coexistiendo con la versión oficial de la teoría. Basta con revisar las principales producciones ofrecidas desde la teoría de las relaciones objetales in- ternalizadas, desde el enfoque intersubjetivo, o a partir de la obra de autores como D.W. Winnicott, O. Kernberg u otros para constatar un fenómeno más general, que incluye repercusiones que atañen tanto a la teoria como a las derivaciones téc- nicas que inciden en 10s tratamientos basados en el psicoanálisis.

Múltiples indicios convergen en lsubrayar la actualidad de esta recupera- ción del psicoanálisis para la psicologia. Algunos son puramente formales aunque substantives: La proliferación de las publicaciones de carácter psicoanalítico, re- cogidas en 10s sistemas de catalogación documental (v.g. Psychoanalytical Abs- tracts); la aparición de nuevas revistas dentro de 10s circuitos académicos tradi- cionales (v.g. Psychoanalytic Psychology); el crecimiento exponencial de la investigación psicoanalítica, tanto en la investigación básica de procesos básicos y del desarrollo, sobre el proceso terapkutico, sobre la técnica terapéutica, o en múltiples aplicaciones clínicas o no; un crecimiento que est6 siendo arnparado por un mayor interés institucional dentro del psicoanálisis por la investigación, plasmado en una nueva estrategia de dotar fondos para apoyar la investigación en este ámbito. Al tiempo el espacio del psicoanálisis en el ámbito académico uni- versitari~ consolida sus núcleos tradicionales y tiende a expandirse a nuevos centros que se convierten en focos de prestigio. Una tendencia que hereda 10s lo- gros consolidados durante varias décadas de investigación en Departamentos Universitarios en Alemania, Suiza, Austria, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Canadá, a 10s que progresivamente se suman muchos otros focos prometedores en todo el mundo.

Contando con suficientes preguntas que responder, con mentes mis abier- tas a la discusión inter e intradisciplinar, en un horizonte de ensanchamiento de 10s márgenes del método cientifico, el espacio de encuentro del psicoanálisis con la psicologia vendrá confirrnado si no rehuimos la mutua responsabilidad de so- meter a crítica tanto lo que une como separa al psicoanálisis y a la psicologia.

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Sobre la amplitud y diversidad de la neuropsicologia actual 165 1

Sobre la amplitud y diversidad de la neuropsicología actual ~ Lluís Barraquer Bordas Director emérito del Servicio de Neurologia Hospital Universitari de la Santa Creu i Sant Pau

La neuropsicologia nace en tanto que 10s neurólogos reconocen que se ha- llan en situación deficiente en el campo de los diseños experimentales destinados al estudio de las capacidades mentales y de sus instrumentaciones mis vecinas -del orden del lenguaje, de la integración gestual, de las diversas capacidades mnésicas, de las aptitudes visuo-espaciales, del reconocimiento y categorización de las percepciones- y, más directamente, de sus disturbios, y en tanto que 10s psi- I cólogos se hacen conscientes, por su parte, de que sus aproximaciones acerca de cuáles son las lesiones cerebrales y cuáles son 10s sistemas funcionales afectos en tales disturbios, quedan notoriamente cortas, traduciendo una mayor o menor ig- norancia de las ciencias neurológicas. La llarnada neurologia de la conducta se superpone, en buena parte -tan sólo- con el ámbito global de la neuropsicología clínica. Ya en 1954, R. Mackay dio a conocer su visión personal que tituló Toward a Neurology of Behavior, pero fue sobre todo N. Geschwind quien profundizó y difundió esta idea (1962, 1965, etc.); reelaborando y expandiendo 10s puntos de vista de un neo-asociacionismo y, con ello, de 10s síndromes <<por desconexiÓn>>. reverdeciendo las concepciones de la Escuela neuro-psiquiátrica germana de 10s Últimos decenios del siglo xa y de principios del xx, asi como 10s de J. Dejerine, en 10 concerniente a las alexias. La inspiración básica de la neurologia de la con- ducta es neurológica (Caine y Joynt, 1986), prestando menos atención a 10s as- pectos propiamente psicolÓgicos.

En el decurso de las dos Últimas décadas el campo neuropsicológico se ha visto como <<insuflado>> por una pertinaz corriente y aun moda apelada acogni- tiva>>: el cognitivismo. Entendido este témino en un sentido <<pur0 y duro>> resulta ser claramente reduccionista. Conviene tenerlo en cuenta, ya que hoy en dia el tér- mino <<cognitivo>> -según comenta B. Lechevalier, 1994- se emplea B tort et B travers. Este mismo autor se expresa de forma matizada cuando reconoce, por una parte, que <<el cognitivismo permite un análisis fino de 10s procesos de pen- samiento que las tesis comportamentalistas habían ocultado>>, aunque advir- tiendo, por otra parte, que la Escuela cognitiva <<autentica>> <<no toma en conside- ración ni las lesiones cerebrales ni la vida afectiva>>, al igual que hizo -nos importa hacerlo constar- la Escuela conductista rígida, tan en boga en nuestros ambientes hace unos veinticinco aiios. Hay que extraer un beneficio prudente de las <<líneas cognitivas>> -concluye Lechevaber-, sin ir en busca de 10s modelos en 10s ordenadores. El cognitivismo, se ha dicho, puede ofrecer una cierta sintaxis, pero no una semántica. Por su parte, 0. Sabouraud, 1995 -en su magna obra so- bre las afasias, etc.- señala que el cognitivismo es un approche teórico que niega

Correspondencia: Hospital Universitari de la Santa Creu i de Sant Pau. Sant Antoni M. Claret, 167.08025 Barcelona. 1

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la especificidad humana, que ignora la disposición de (o el recurso a) 10s sistemas culturales, reduciendo toda la vida mental al conocimiento, de tal modo que, p. ej., las relaciones interhumanas -afectivas y sociales- son tratadas <<como un juego de máquinam. No obstante, el propio Sabouraud señala que en la práctica clínica, hay neuropsicólogos cognitivistas que muestran tener en cuenta el cuadro de conjunt0 de sus enfermos ...; algunos son excelentes clínicos, capaces de cap- tar el hecho inhabitual, el trastorno inédito, de explicar y aun de comprender.

En cuanto al fundador del conductismo, B. Skinner, impactan las impresio- nes de una paciente autista de O. Sacks (1997), profesora universitaris de zoologia, pero con un mundo afectivo defectuoso, gravado por singulares carencias, hasta el punto de autocalificarse de <<un antropólogo en Marte>> -10 que no deja de mostrar un humor lúdico-, y a quien el fundador dlel modern0 conductismo le espetó: <<No tenemos porqué saber cómo funciona el cerebro: es s610 cuestión de reflejos con- dicionados>>. La era de Skinner -comenta-- afue una era de excepcional crueldad>>. Por su parte, el teólogo moralista B. H c n g (1994), acota que <<Skinner ha estu- diado el enorme poder de la manipulacióni psíquica por medio de una dosificación más adecuada de la recompensa y del castigo>>. Su línea personal, añade, ehabría sido el fin de la libertad auténticamente humana y creativa>>. Por su parte, el pen- sador argentino Mario Bunge (1994) opina -razonándolo previamente- que <<el conductismo es obscurantista>>. Todo el10 no quisiera ser una crítica sistemática y fuerte de quienes apliquen con ponderacibn en la práctica ciertos tratamientos ins- pirados en la corriente conductista. En cuanto a la actualidad de la corriente psi- coanalítica podemos remitirnos a la recensión que publicamos en estas mismas páginas de la obra de P. Bofill y L.J. Tizón Qué es el psicoanálisis (1994).

Una revalorización atemperada del pensarniento de W. James sobre las emociones, puede ahora encontrarse en el libro de A. Darnasio El error de Des- cartes (1996), el objetivo central del cua1 es resaltar el papel del cuerpo, del or- ganismo no-encefálico, en la integración! de las emociones y sentirnientos. <<No todos 10s sentimientos se originan de las emociones>>, opina este autor. Los sen- timientos de fondo se originm'an en estados corporales también <<de fondo>>. Se subraya de este modo todo 10 que ocurre y se siente <<en las entrañas,,: en el co- razón, en el aparato respiratorio, en el digestivo, en la piel ... Por el10 Damasio puede titular uno de 10s capítulos de su obra <<Un cerebro centrado en el cuerpo>>. No son totalmente ajenas a la línea de este autor las que inspiraron a Dolle (1979) -toda nueva centración epistémica es precedida por otra emocional, pá- tica- y a Furth (1992), el titulo de cuya obra es El conocimiento como deseo. Un ensayo sobre Freud y Piaget.

Antropológicamente estas últimas consideraciones deben precederse, en cuanto a su nivel jerárquico, del trabajado monismo estructurista o dinamicista, desarrollado por P. Laín Entralgo a 10 largo de la Última década, partiendo del pensamiento del Último Zubiri. Por 10 demás, Laín es tolerante incluso con el uso de <<alma>> (véase J. Gómez Caffarena, 1.997, en su contexto). Lo cua1 entra de pleno a las relaciones cerebrolmente.

Con todo ello, según salta a la vista, estamos muy lejos, no solamente de la postura rígida de Skinner, sino también del cognitivismo <<pur0 y duro>>, más arriba aludido.

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Psicologia de la salud: dos preguntas en busca de respuesta 167

La tarea que concierne ahora a la neuropsicologia clínica es la de extraer el mejor jugo de las diversas líneas de pensamiento y de trabajo a que nos hemos ido refirendo, procurando integrar una serena profundización con una aproxima- ción vivificante entre ellas -evitando con el10 una burda <<yuxtaposiciÓn>>- aten- diendo siempre a las realidades que la clínica muestre.

Psicología de la salud: dos preguntas en busca de respuesta

Ramon Bayés Universitat Authnoma de Barcelona

En 10s tres últimos aiios, en el campo sanitario, han surgido dos problemas de considerable trascendencia cuya solución, en mi opinión, depende en gran medida de 10s psicólogos, en especial pero no únicamente, de aquellos que tra- bajan en psicologia de la salud.

Uno de ellos tiene su origen en el descubrimiento y administración de la denominada terapia combinada antirretrovirica a las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH); el otro, en 10s datos que nos propor- ciona el denominado Informe SUPPORT, en especial, 10s que se refieren a las con- diciones en que mueren muchas personas aquejadas de enfermedades graves en 10s hospitales norteamericanos y, probablemente, también en 10s nuestros.

Con respecto al primer0 de 10s problemas a 10s que me refiero me gusta- ria destacar dos aspectos:

1. A pesar de que la terapia combinada antirretrovírica ha supuesto, por pri- mera vez en muchos dos , una esperanza real de mejoria para muchos enfermos de SIDA y personas infectadas con el m; sin embargo, el mundo biomédico empieza a darse cuenta de que, para que la misma sea plenamente eficaz, precisa de una ad- hesión terapéutica estricta ya que un curnplirniento en dosis subóptimas es sus- ceptible no solo de producir efectos farmacológicos nulos sino de facilitar la emer- gencia de cepas de virus resistentes que pueden poner en peligro tanto la vida de las personas infectadas como la de aquellas otras a las que puedan transmitir estas cepas de virus a través de 10s denominados comportamientos de riesgo.

2. Aunque la importancia de la adhesión terapéutica no constituye un fe- nómeno nuevo en el campo de la salud, la experiencia acumulada en 10s trata- mientos de otras enfermedades -tuberculosis, hipertensión, diabetes, asma, etc.- nos indican que, en este caso especial, las condiciones para que pueda darse una buena adhesión -imprescindible, como decimos, para la eficacia de la terapia combinada- son especialmente difíciles de cumplir: a ) debe ingerirse diaria-

Correspondencia: Unitat de Psicologia Bhsica, Facultat de Psicologia. Apariat postal 29. 08193 Bellaterra (Barcelona).

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mente un gran número de pastillas en pautas complejas; b) su administración es de duración indefinida; c) puede dar lugar a la aparición de efectos secundarios nocivos; y 6) el hecho de que se omitan~ involuntariamente algunas dosis, o de que se tomen voluntariamente, por parte de 10s afectados, unas <<vacaciones far- macolÓgicas>>, no suele conllevar para Cstos una percepción sintomática inme- diata de que, en el silencioso combate que se est6 desarrollando entre 10s com- ponentes de su sistema inmunitario y 10s invasores víricos, están emergiendo cambios, posiblemente irreversibles y altarnente peligrosos, a medio o largo plazo, para su supervivencia.

No deja de sorprendemos que, a pesar de que la adhesión terapéutica ha sido calificada por Friedland, responsable del programa sobre el SIDA de la Uni- versidad de Yale, como <<el talón de Aquiles de la terapia combinada>>, hasta el mo- mento de escribir estas líneas (febrero de 1998) haya sido objeto de escasa aten- ción en 10s congresos internacionales y publicaciones biomédicas especializadas. Por otra parte, es preciso mencionar que 10s instrumentos de evaluación de la ad- hesión terapéutica de 10s que hasta este rnomento disponemos -a) auto-informe; b) contaje de pastillas; c ) marcadores químicos; y d) frascos con microchip de re- gistro incorporados -suelen proporcionar datos de fiabilidad dudosa.

Personalmente consideramos que si bien el desarrollo farmacológico de la lucha contra el SIDA es una tarea esencialmente biomédica, la investigación de las estrategias para evaluar y mejorar la adhesión terapéutica -asi como las in- tervenciones para modificar 10s comportarnientos de riesg* son problemas esencialmente psicológicos y deberían poseer, en 10s umbrales del año 2000, un interés prioritario en el ámbito de la luclna contra el SIDA. isabremos 10s psicó- logos -tanto 10s investigadores como 10s clínicos- estar a la altura de nuestra res- ponsabilidad?

En cuanto al segundo de 10s problemas al que queremos referirnos - el in- forme SUPPORT- debemos aclarar para 10s que no 10 conocen que se trata de una investigación de gran envergadura realizada durante varios años en 10s hospita- les norteamericanos con enfermos aquejdos de enfermedades graves -bastantes de 10s cuales mueren en el hospital- y cuyos resultados son extrapolables a unos 400.000 enfermos hospitalizados que, anualmente, pasan, en este país, por la misma situación. De 10s resultados de esta investigación se deduce la existencia, en 10s hospitales mis modernos del mundo, de un sufrimiento humano, parcial- mente evitable, de considerables proporciones.

Esta triste realidad debe y puede, en gran medida, ser superada. Y para el10 ser5 preciso, entre otras cuestiones previias: a) proporcionar una definición ope- rativa de sufrimiento; b) elaborar instrumentos clínicos para su evaluación; y c ) disponer de modelos y programas multidisciplinarios de intervención que per- mitan paliar o eliminar dicho sufrimiento.

La muerte es un acontecimiento natural que nos iguala a todos 10s huma- nos pero el sufrimiento ante la muerte o durante las enfermedades graves, es sub- jetivo, y sus causas y su percepción son diferentes para cada uno de nosotros. Su análisis debe ser, por tanto, en nuestra opinión, esencialmente individual y psi- cológico, aunque no por ell0 poseer un menor rigor cientifico.

Dolor y sufrimiento no son términos sinónimos. Se puede experimentar do-

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Una mirada alfuturo 169

lor sin sufrimiento, dolor como fuente de sufrimiento, y sufrimiento sin dolor. Si- guiendo una línea iniciada por Cassel, por una parte, y por Lazarus y Folkman, por otra, entendemos que una persona sufre cuando: a) percibe un estado, estí- mulación o situación como amenazador para su integridad física o psicológica; y b) se siente impotente, sin recursos, para hacer frente a esta problemática. Cuanto mayor es la importancia que confiere a la amenaza y mayor es la incertidumbre de cómo, cuándo y dónde hacerle frente, mayor es el sufrimiento. ¿Cóm0 debe- mos evaluar el sufrimiento? ~Cómo podemos eliminar10 o paliarlo?

Quizás la aplicación al campo de la salud de una idea que aparece en la obra de Williarn James (1890), nos puede permitir una evaluación, ética y siste- mática, del sufrimiento del enfermo a través del conocimiento de su percepción subjetiva del paso del tiempo. Tal vez, asimismo, 10s nuevos modelos de inter- vención que están surgiendo puedan constituir una esperanza de solución. Pero el camino s610 est5 en sus comienzos, apenas esbozado.

iCómo mejorar la adhesión a 10s tratamientos antirretrovirales para con- servar la vida de las personas infectadas por VII-I y enfermos de SIDA? ~Cómo conseguir conocer, evitar o paliar el sufrimiento en 10s enfermos graves o en si- tuación terminal? Dos interrogantes abiertos, dos retos importantes para 10s psi- cólogos de la salud, en 10s albores del siglo XXI.

Una mirada al futuro

Helio Carpintero Universidad Cornplutense

El hombre, dice Julián Man'as, es un ser futurizo. Está abierto, orientado, tendente hacia el pervenir. Precisamente porque queremos ciertos fines, ciertas metas, es por 10 que emprendemos unas u otras acciones.

Y la ciencia, la psicología, es un producto humano, y por 10 mismo, tarn- bién orientada hacia la solución de unas cuestiones hoy aún sin resolver, mañana tal vez desentrañadas y transparentes.

No es frecuente, con todo, que se nos pida un ejerciqigde imaginación como el que el editor de este Anuario nos ha demandado, y al que estas líneas tratan de dar respuesta. Demasiado frecuentemente, la investigación sigue carni- nos trillados. Se aspira a resolver puntos sueltos de 10 que ya está logrado, que se hallan aún en una cierta nebulosa, pero cuya clarificación se espera para ense- guida, para pasado mañana. Y es bueno, es urgente, volver 10s ojos a metas más distantes, para saber qué es 10 que realmente quem'amos conseguir.

Correspondencla: Departamento de Psicologia Bdsica 11, Procesos Cognihvos, Facultad de Psicologia, Mficio A. 28040 Madnd

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La psicologia, a mi modo de ver, es la ciencia explicativa, natural, de 10s mecanismos que nuestra corporeidad posee con 10s cuales se lleva a cabo la exis- tencia o vida biográfica de cada cual. La filosofia del siglo xx ha llegado a ver la realidad humana como una realidad hárnica, en situación, abierta al mundo, donde yo trato de realizarme y sobrevivir instante tras instante, imaginando mi futuro, interpretándome a mi mismo y a 10s demás como personas. Disponemos para ell0 de funciones varias que llamarmos procesos psicológicos -la memoria, la imaginación, el pensar, la razón, el deseo, la ilusión, la esperanza ...-. Y todo ello, siendo como es esencialmente humano, suponemos que es posible gracias al funcionamiento de ciertos elementos de nuestra corporeidad, y va asociado en muchos casos a determinadas estructuras del genoma, y del sistema nervioso, y de las funciones orgánicas, mientras que por otro lado va vinculado a las inte- racciones con 10s otros hombres y con 10s grupos sociales: la educación, la ad- quisición de una lengua, el sentido de lla vida, 10s valores que impulsan hacia adelante.. .

Desde el surgimiento de la psicologia, venimos asistiendo al desarrollo paralelo, raramente coordinado, de las dos grandes lineas de construcción del univers0 mental: la que va ascendiendo desde la biologia y la genética, hoy ex- traordinariamente reforzada por las téc~~icas recientes de análisis de funciones neurales y cerebrales, y por el acceso paulatino pero creciente al banco de infor- mación contenido en el genoma, y, de otro lado, a la linea que desciende desde 10s estudios sociales, 10s análisis políticos, la interacción social. Con contactos episódicos, a veces mis intensos en el marco del mundo animal, las dos lineas tienen todavia suficiente distancia entre si para poder hablar lenguajes diferen- tes, con conceptos que no se relacionan en ningún sentido, y que parece posible compatibilizar con s610 suponer que son procesos <<de diferente nivel de com- plejidad>> ...

Pues bien, pienso que la psicologia que se haga el próximo siglo habrá de ser, como reitera entre nosotros José Luis Pinillos, una psicologia de la com- plejidad.

Complejidad querría decir aquí, a mi ver, algo como 10 siguiente. Querría decir disponer de cada persona la fórmula que enlace determinada corporeidad y psiquismo con determinadas previsiones de acción de futuro dentro de una perfi- lada tipologia de situaciones. ~Cuántas situaciones distintas dicen que integran el enorme tesoro del teatro clásico? ~Cuán~tas situaciones-tipo determinan posibles y previsibles reacciones en un cierto tip0 humano? i Y cuántos modos conoce- mos de cambiar una situación por otra, de modificar la percepción de la situación por una persona, y de influir técnica y deliberadamente en la reconstrucción del sistema personal de afectos y cogniciones con que se enfrenta al mundo?

Antes y más básico aún. La psicollogia surgió, desde sus comienzos, como un instrumento de insuperable eficacia al servicio de la educación. Desde ofre- cer un conocimiento del educando, y de sus motivaciones eficaces, a mostrar las ventajas e inconvenientes de 10s procedimientos de aprendizaje, a potenciar la inteligencia (la inteligencia que se adquiere y que se pierde), la comprensión, la memoria, las posibilidades del pensamiento creativo, el uso diferenciado de la razón.

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Una mirada al fituro 171

Empujados por un intelectualismo sólidamente establecido en el siglo pa- sado (las ideas rigen el mundo, decia Comte), hemos pasado casi como sobre as- cuas en la educación de la voluntad. Por de pronto,hemos consentido no hablar de voluntad. (La psicologia del siglo xx habrá de ser estudiada un dia desde el punto de vista de 10s tabúes que ha aceptado de otras ideologias próximas o le- janas. El temporal destierro de la conciencia no ha sido el único, aunque haya podido llegar a ser el más grave y ominoso.) Pero, supuesto que hablemos de vo- luntad, hablaremos de energia, de tesón, de resistencia, de capacidad de autoa- firrnación, de dominio intra- e interpersonal, y con ello, de comportamientos ab- solutamente similares a 10s agresivos, a 10s autoafirrnativos, sin 10s cuales cada individuo est5 sometido, de entrada, a voluntades y poderes ajenos. La psicolo- gia del siglo XXI habrá de ser una psicologia del <<ser Ebre>> en 10s viejos sentidos de que 10s filósofos hablaron: libre para ser, y ser uno mismo, y libre de las pre- siones y de las opresiones externas que representan mecanismos de despersona- lización y de inautenticidad.

La psicologia del siglo que viene debiera llegar a ser una verdadera cien- cia ccetolÓgica>>, como la llamara John Stuart Mill, una verdadera ciencia del comportamiento del individuo en situación, o, mejor, de la vida de la persona en situación -en situación histórico social, claro está.

La ciencia psicológica que poseemos va paulatinamente dando razón del <<saber>> psicológico vital de que disponemos, gracias a la experiencia de la vida y la posesión de un lenguaje, que interpreta el mundo, y que nos habla y nos per- mite hablar de intimidades, duda~, querencias, vacilaciones, saberes, deseos, y mil otros fenómenos más de que debieran tratar 10s tratados de psicologia.

Innumerables autores, exquisitos pensadores, dijeron antes de ahora que habia más psicologia en Shakespeare, o en El Quijote, o en el mundo de Guer- mantes de Marcel Proust, que en 10s libros de introducción a nuestra ciencia. Pu- diera ser. Pero seda hora de que eso comenzara a cambiar. La psicologia cienti- fica del siglo x x ~ debería llegar a ser capaz de entender, explicar y reanalizar esa otra, la de Shakespeare y Proust, la de Maquiavelo y Bobby Fisher, la de Cien años de soledad o Corazón tan blanco, cancelando un abismo de separaciones que está ahi, demandando ser solucionado. Conciliar a Proust con el genoma hu- mano, entrenar y ejercitar al hombre para que sea verdaderamente persona, son tareas que ilusionan como metas del saber para un siglo que empieza ya a aso- mar el rostro. Un saber que permitiría dar unos pasos positivos y eficaces a la hora de evitar el abandono, la depresión, el fanatismo, la deshumanización.

No todo esta en la mano de la psicologia, bien 10 sé. Incluso, llegado el caso, tendrá la psicologia que dejar ciertas decisiones en manos de la ética, del consejo moral, de la reflexión y decisión últimamente personales. Pero la psico- logia del siglo xx puede llegar a ser, y sin duda llegará a ser, la rnás potente fuerza humanizadora de que el hombre disponga en ese siglo, como la física 10 ha sido en éste, pero con mayor radicalidad. El hombre es un ser maleable. La psicologia llegará a saber casi todo de esa ductilidad humana. Entonces, en el si- glo xxn, habrá que conseguir organizar una ética, y una filosofia, que marque su limite a una psicologia, una biologia y una cosmologia que nunca deberán dejar de estar al servicio de la persona.

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Derechos humanos y calidad de vida: jretos para la psicologia del siglo m?

Ferran Casas Universitat de Girona

En 1969, en su famoso discurso presidencial a 10s rniembros de la APA, con el lema La psicologia como forma de promover el bienestar humano, G.A. Miller trató de convencer a sus colegas norteamericanos acerca de su potencial para contribuir al bienestar y la felicidad del individuo. Una gran novedad de la ponencia de Miller fue la invitación a reflexionar, desde la teoria psicológica y desde la práctica profesional, acerca de cómo promover cambios positivos, con el fundamental matiz de no sdlo cuando hay problemas de algún tip0 (es decir, no s610 cuando hay el reto de luchar contra algo considerado negativo, liámese enfermedad mental, estrés, problema social, disfunción o de cualquier otra forma).

Este discurso coincide con un contexto histórico en el que se esta consoli- dando tal tip0 de pensarniento: las ciencias de la salud se plantean promover la salud, y no s610 luchar contra la enfermedad; Inglehart (1990) interpreta cómo la aparición de una crisis de conciencia social abre las puertas decididamente a un gran movimiento en tomo al desarrollo de 10s valores postmateriales; y, en defi- nitiva, empieza a interesar el estudio científic0 de realidades tan tradicional- mente consideradas subjetivas (10 cual piua muchos conllevaba un fuerte carga de <<no abordables científicamente>>) corno las percepciones, evaluaciones y as- piraciones humanas, individuales y colectivas, ni más ni menos que como com- ponentes fundarnentales de la calidad de vida (Campbell, Converse y Rodgers, 1976; Casas, 1996).

Bienestar (psicológico y social) y calidad de vida son conceptos de moda, a menudo referidos como objetivos incuestionables de todo trabajo profesional y de todo proyecto institucional que tenga una dimensión social. Su uso a veces parece ya más un eslogan que una referencia a realidad concreta alguna.

Por contraste, bienestar y calidad de vida pueden ser estudiados también como situaciones concretas que se dan 01 no (y en qué medida) en personas, en grupos, en organizaciones, en comunidades y en paises o regiones del planeta. Por macrosociales que sem dichas situaciones, su importante dimensión psico- social parece fuera de toda duda (Blanco, 1985), a pesar de la escasez de publi- caciones e investigaciones al respecto en las lenguas latinas. Y también pueden ser estudiados como procesos en aquellas dinámicas psicosociales en que se es- pera o se desea (en el caso de 10s progranas de intervención social) el decidido aumento de su valor en un contexto dado (Casas, 1996).

Correspondencia: Institut de recerca sobre qualitat de vida. Universitat de Girona. Pla~a de Sant Domhec, 9.17071 Gi- rona.

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Derechos humanos y calidad de vida: j retos para la psicologia del siglo m? 173

Cuando se desarrollan politicas sociales para mejorar la situación de un conjunt0 de población, podemos profundizar en las preguntas que nos hacemos ante dicha realidad social: ~Cómo funcionari sus programas? ~Avanzan real- mente en la consecución de sus objetivos? ~Quiénes quedan fuera de sus logros? ¿En qué casos fracasan nuestros programas de promoción del bienestar? Todas estas preguntas incluyen retos para la psicología como disciplina y para el cre- ciente número de psicólogos que trabajan profesionalmente en este ámbito de in- tervención.

Paralelamente, y en ámbitos bien distintos, después de preguntamos por 10s efectos negativos de las nuevas tecnologías, nos hemos empezado a interro- gar también sobre cómo podrían utilizarse positivamente para mejorar nuestras vidas. También aquí tenemos importantes preguntas a formular desde la psicolo- gia ante una realidad social: ~Cómo cambian nuestras vidas las nuevas tecnolo- g i a ~ en relación a cómo quisieramos cambiarlas? ~Quiénes quedan excluidos de 10s cambios positivos? ~Cómo podría ser de otra manera?

Las dos Últimas décadas hemos ido observando un decidido aumento de la extensión y solidez de 10s estudios sobre bienestar psicológico, con distintas eti- quetas (bienestar subjetivo, felicidad, satisfacción vital, etc.) que pueden aludir a diferentes matices del enfoque (Diener, 1984) e incluso a la utilización de ins- trumentos psicométricos distintos. Cada vez mis estudiosos se atreven a afirmar que hemos empezado a comprender mecanismos psicosociales que nos sugieren cóm0 mejorar el bienestar colectivo de amplios grupos de seres humanos (Veen- hoven, 1991), como componente de su calidad de vida.

A las puertas del siglo XXI, y celebrando que nuestra disciplina esté avan- zando decididamente por 'el camino del compromiso en la promoción del bie- nestar y la calidad de vida de la población, no quisiera dejar de expresar mi pre- ocupación porque no vayamos a dejarnos cosas muy cruciales por el camino, cual huida hacia adelante: 10s humanos parece que tendemos a movermos por la ley del péndulo, pasando de un extremo al otro. Me preocupa que bienestar y ca- lidad de vida se conviertan ahora en el estudio exclusivo de 10s procesos hacia las excelencias, que están en las tiernas hojas verdes primaverales, olvidándonos de 10s troncos.

A escala mundial, un referente del bienestar social, ampliamente consen- suado, son 10s derechos humanos. No por ser un tema internacionalmente plan- teado es algo abstracto o lejano de nuestra vida personal. Al contrario, pertenece también a nuestros entornos próximos y cotidianos, individuales y sociales a la vez. Cuando hablamos de 10s derechos humanos de niños y niñas, por ejemplo, no nos referimos s610 al derecho de cada uno individualmente a no ser maltrata- dos sino también al derecho a participar activarnente en 10s temas que les afec- tan, como sujetos de derecho y como ciudadanos (Casas, 1998). En este nivel co- tidiano, 10s derechos humanos no son s610 una cuestión de leyes, políticas y grandes estructuras de control. Son también y quizás fundamentalmente una cuestión de actitudes, de imágenes sociales compartidas o no, de valores (como la tolerancia o la responsabilidad social), de procesos de socialización y de ex- pectativa~ y aspiraciones, por citar s610 algunos conceptos profundamente psi- cológicos, a titulo de ejemplo.

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En el nivel cotidiano, 10s derechos humanos ocupan un interesante lugar entre 10s problemas sociales y las aspiraciones de bienestar y calidad de v i d a .

Junto al reto de trabajar por una psicosociología del bienestar y la calidad de vida, en el que personalmente me siento comprometido, Veo cada vez más ineludible, de cara a las próximas décadas, el compromiso de trabajar por una psicosociolgia de la promoción de 10s derechos humanos. Los concibo como dos ámbitos de estudio estrechamente articulados entre si, en 10s que las contribu- ciones del profesional de la psicología (en un marco necesariamente interdisci- plinar en ambos casos) s610 están en sus inicios, pero que tienen un evidente y profundo potencial teórico y de investigación, además de serios retos para la práctica profesional, ya incipientemente en desarrollo.

Blanco, A. (1985). La calidad de vida: supuestos psicosociales. En Morales et al., Psicologia social aplicada. Bilbao: Desclée de Brouer.

Campbell, A., Converse, P.E. & Rodgers, W.L. (1975). The quality of American life: perceptions, evaluations and satisfactions. New York: Russell Sage Foundation.

Casas, F. (1996). Bienestar social: una introducci6npsicosociol6gica. Barcelona: PPU. Casas, F. (1998). Infancia: perspectivaspsicosociales. Barcelona: Paidbs. Diener, E. (1984). Subjective weii-being. Psychological Bulletin, 95,3,542-575. inglehart, R. (1990). Culture shift. In advanced industrial societies. Princeton: Princeton Univ Press. Veenhoven, R. (1991). Questions on happiness. in F. Strack, M. Argyle & N. Schwarz, Subjective well-being.

Oxford: Pergamon.

Nota sobre la pretendida, nunca lograda y cada vez mis lejana unidad de la psicología como disciplina científica

César Coll Universitat de Barcelona

Con una unanimidad que está muy lejos de ser habitual en psicologia, 10s libros de historia coinciden en situar el surgimiento de la psicología científica en las últimas décadas del siglo m. Independientemente del grado de arbitrariedad que comporta siempre la elección de unas fechas precisas para situar en el

Correspondecia: Departament de Psicologia Evolutiva i de l'Educaci6, Facultat de Psicologia. Pg. de la Vaii d'Hebron, 171. 08035 Barcelona. e-mail: [email protected]

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Nota sobre lapretendida, nunca lograda y cada vez nuís lejano unidad de la psicologia ... 175

tiempo la gestación y el alumbramiento de 10s grandes acontecimientos cientifi- cos, no hay duda de que en esos años toma cuerpo y se generaliza la aspiración de configurar la psicologia como una disciplina desgajada de la filosofia y sus- ceptible de generar, mediante la utilización de la metodologia cientifica propia de las ciencias naturales, un conjunt0 unificado de conocimientos superadores de las distintas visiones del psiquismo derivadas de 10s grandes sistemas filod- ficos. No es probable que 10s últimos años del siglo xx vayan a figurar en 10s li- bros de historia de la psicologia como el periodo en el que pueda darse por sa- tisfecha esta vieja aspiración. Más bien pienso que el panorama de la psicologia en 10s umbrales del siglo xxi sugiere justamente 10 contrario.

El desarrollo, o mejor, 10s desarrollos de la psicologia cientifica en 10s cien años transcurridos entre 10s dos finales de siglo han sido ciertamente espec- taculares. El conocimiento, o mejor, 10s conocimientos generados en este lapso de tiempo son ingentes. Pero estos desarrollos y estos conocimientos, lejos de haberse orientado hacia la configuración de una psicologia cientifica, es decir, hacia la formación de un ámbito disciplinar con una unidad de objeto de estudio, de métodos de indagación e investigación, de teorías explicativas y de procedi- mientos de intervención, parecen más bien apuntar hacia la consolidación de múltiples psicologias, con diversidad de opciones en cuanto a sus respectivos ob- jetos de estudio, métodos de indagación e investigación, teorías explicativas y procedimientos de intervención.

Un siglo de psicologia cientifica no ha sido suficiente para superar las ten- siones, las controversias y las alternativas que estaban ya presentes en las dife- rentes concepciones del psiquismo propias de 10s grandes sistemas filosóficos. La mayoría de ellas -por ejemplo, las que tienen su origen en la difícil articula- ción entre 10 biológico y 10 psicológico, 10 individual y 10 social, 10 molar y 10 molecular, 10 objetivo y 10 subjetivo, 10 general o 10 diferencial; o aun, las que surgen como resultado de las controversias sobre las aproximaciones molares o moleculares al estudio del psiquismo, o sobre la importancia del componente propositivo e intencional de la actividad humana- no s610 no han sido superadas, sino que en ocasiones se han reforzado adoptando nuevas formulaciones, pero manteniéndose en 10 esencial, en 10s enfoques y teorias dominantes en el pano- rama psicológico de este final de siglo. A el10 hay que añadir además que, como resultado de 10s desarrollos experimentados por la psicologia en el transcurs0 de 10s últimos cien años, a las tensiones y alternativas tradicionales han venido a su- marse otras que han reforzado las tendencias centrífugas respecto a la ansiada -aunque nunca lograda y yo diria que ni tan siquiera vislumbrada- unidad de la ciencia psicológica. Algunas de estas nuevas tensiones y alternativas son parti- cularmente relevantes para dar cuenta del proceso de diferenciación creciente que constituye, a mi juicio, uno de 10s rasgos distintivos de la psicologia en las últimas décadas del siglo xx.

Es el caso, por ejemplo, de las tensiones que surgen como consecuencia de la doble vertiente, básica y aplicada, de la ciencia psicológica. El planteamiento epistemológico tradicional, según el cual 10s principios o leyes generales del comportarniento humano, una vez identificados y establecidos mediante 10s pro- cedimientos canónicos de la investigación cientifica, son transferibles a 10s mis

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variados y diversos ámbitos de aplicación con las modulaciones que cada caso requiere, hace tiempo que ha entrado en crisis. Las distintas psicologías aplica- das -a la clínica, a la sociedad, a 10s grupas, a las organizaciones, a la educación, a la comunicaciÓn, a la publicidad, al campo militar, al campo jurídica, a la acti- vidad física y deportiva, etc.- han ido gtmerando cada una por su parte, sobre todo a partir de 10s años cincuenta, conocimientos no s610 técnicos o tecnológi- cos en un sentido estricto, sino también teóricos y conceptuales que, si bien son en parte tributarios de 10s avances de la in~vestigación básica de 10s procesos psi- cológicos -es decir, no orientada a un ámbito concreto de aplicación y, por 10 tanto, no vinculada a necesidades más o menos inmediatas de intervención y mo- dificación de la realidad-, no son reductibles a ellos y llegan a ejercer incluso, en no pocas ocasiones, una influencia considerable sobre la orientación de la inves- tigación básica.

A este cambio epistemológico de dcance, hay que aííadir la exigencia de adoptar una aproximación interdisciplinar o multidisciplinar que comportan ne- cesariamente las psicologias aplicadas. Abandonada, o al menos fuertemente cuestionada, la jerarquia epistemológica que reduce las psicologias aplicadas a una traslación y aplicación del conocimiento psicológico a 10s diferentes ámbi- tos de la actividad humana, ha sido necesario tomar cada vez más en considera- ción 10 que hay de especifico y propio en cada uno de estos ámbitos de actividad y, en consecuencia, ha sido obligado abrirse a las aportaciones de las otras cien- cias humanas que convergen con la psicologia en el estudio de dichos ámbitos de actividad, en el marco de plantearnientos abiertamente multidisciplinares. Es el caso, por mencionar únicamente algunos ejemplos evidentes, de la convergencia de la psicologia de la educación con otras ciencias de la educación; de la psico- logia social con la sociologia, la antropologia o la etnografia; de la psicolingüis- tica con 10s diferentes campos de la lingüística, el análisis del discurso o el aná- lisis conversacional; de la psicologia jm'dica con 10s diferentes campos de la ciencia jurídica; etc. A 10s efectos del tema que nos ocupa -la unidad de la cien- cia psicológica- 10 importante es destacar que la adopción creciente de una pers- pectiva multidisciplinar en las psicologias aplicadas conlleva dificultades igual- mente crecientes para seguir considerado 10s conocimientos generados por las mismas como estrictarnente psicológicos.

En la misma dirección apuntan a mi juicio el espectacular proceso de pro- fesionalización experimentado por la psicologia sobre todo en la segunda mitad de nuestro siglo -s610 en parte asimilable al desarrollo de las psicologias apli- cadas al que aludia en 10s párrafos anteriores- y la tendencia aparentemente irreversible hacia una especialización cada vez mayor tanto en el ejercicio de la actividad profesional como en las lineas de investigación. Los contextos insti- tucionales en 10s que trabajan 10s psicólogos, 10s problemas a 10s que se ven confrontados y tienen que resolver, 10s interlocutores con 10s que se encuentran, 10s saberes que utilizan, 10s procedimientos que aplican, 10s referentes teóricos y metodológicos que les sirven de guia, las exigencias que se ven obligados a cumplir, ... son en la actualidad tan heterogéneos entre si que es a menudo real- mente arduo identificar elementos comunes que justifiquen la unidad subya- cente a la que remite la categoria de 10 p.sicológico.

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1 Nota sobre la pretendidu, nunca logradu y cada vez mds lejana unidad de la psicologia ... 177

Tal vez puedan encontrarse elementos comunes entre la actividad de un psicólogo que investiga la neuropsicologia del sistema visual en un departa- mento universitario, el que atiende a enfermos terminales de cáncer en un hospital, el que asesora a una organización sindical en procesos de negocia- ción colectiva, el que trabaja como jefe de personal en una empresa, el que elabora dictámenes judiciales, el que investiga la influencia de las minorias en un instituto de investigación o el que analiza el impacto de la televisión sobre 10s valores y el comportamiento moral de niños y jóvenes. Puede argumen- tarse que, de una u otra manera, en todos estos casos están en juego com- portamientos y actividades humanas y que el10 constituye precisamente el nexo común que justifica la unidad subyacente a la que remite la categoria de 10 psicológico. Es cierto, pero habrá que convenir que se trata de un nexo te- nue, excesivamente tenue para la justificación de la unidad que pretende fun- damentar, y que podrian encontrarse igualmente otros nexos entre estas situa- ciones relativos, por ejemplo, a las categorias de 10 biológico, de 10 social o de 10 lingüistico.

La consideración de las diferentes y numerosas alternativas que se han ido generando y desarrollando a 10 largo de este siglo en 10 que concierne a 10s mé- todos de indagación e investigación en psicologia conduce, a mi juicio, a una va- loración coincidente con la señalada a propósito de las psicologias aplicadas, la profesionalización creciente o la tendencia imparable a la especialización. Una vez aceptado que el método experimental en sentido estricto, o 10s métodos ex- perimentales en sentido laxo, no constituyen el Único canon para pronunciarse sobre el carácter cientifico del conocimiento generado por la investigación psi- cológica, se ha abierto la puerta a una multiplicidad de enfoques y planteamien- tos que han venido a reforzar las fuerzas centrífugas respecto a la unidad de la ciencia psicológica. En la psicologia actual el debate de fondo ya no es metodo- lógico, o no es s610 metodológico, sino más bien epistemológico. Las altemati- vas ya no se articulan en torno a las tomas de postura sobre la validez cientifica de tal o cual método, sino mis bien en torno a las distintas opciones sobre qué puede y debe ser considerado legítimarnente como conocimiento cientifico en psicologia; o dicho de otra manera, sobre qué tipo de conocimiento es relevante en psicologia.

¿Seguimos estando inmersos, en este final de siglo, en un estadio de desa- rrollo preparadigmático de la psicologia? ~ N o s encontramos más bien en una fase de desarrollo multiparadigmático? ~Habrá que aceptar que la situación mul- tiparadigmática es quizás la situación propia de la ciencia psicológica? No son estas, a mi juicio, las preguntas cruciales que surgen del panorama actual de la psicologia. La cuestión no es s610 de coexistencia de enfoques, teorias explicati- vas o paradigmas alternativos o en contraposición. La cuestión es, a mi juicio, que estamos asistiendo a un proceso de diferenciación de la psicologia que se ar- ticula en torno a diferentes maneras de entender la categoria de 10 psicológico, 10 cual comporta lógicamente definir de manera distinta el objeto de estudio, 10s propósitos y finalidades que se persiguen, 10s métodos que se utilizan, e incluso, como apuntaba antes, 10 que puede y debe ser considerado legitimamente como conocirniento psicol6gico.

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178 R. Ferndndez Ballesteros

Asi pues, la duda razonable que se plantea es si podemos seguir hablando de diferencias paradigmhicas en el seno de la psicologia cientifica o si, mis allá de estas diferencias, estamos asistiendo en realidad a una eclosión de la psicolo- gia científica en diversos campos o ámbitos del saber que incluyen, en mayor o menor medida según 10s casos, una referencia a la categoria general de 10 psico- lógico. La duda razonable que se plantea es si no estarnos asistiendo, en 10s um- brales del siglo XXI, al final de la ilusión que acompaíía a la psicologia cientifica desde el momento mismo de su nacimiento en las Últimas décadas del siglo XIX: la ilusión de poder dar cuenta de las múltiples y complejas vertientes y dimen- siones del psiquismo humano mediante una sola disciplina, un solo campo de sa- ber construido a partir de 10s supuestos epistemológicos de las ciencias naturales y utilizando 10s recursos metodológicos de estas ciencias. En el supuesto de que asi fuera, no estan'amos asistiendo al fin de la psicologia cientifica, pero si de la vocación unificadora, totalizante y a menudo reduccionista que ha sido uno de sus rasgos caracteristicos a 10 largo de este siglo.

Retos de la psicologia ante el siglo XXI

Rocío Fernández Ballesteros Universidad Autónoma de Madrid

A 10 largo del siglo xx, la evaluación psicológica se ha presentado en mu- chos momentos como la cara pública de la psicologia de forma tal que, con vis- tas a plantear sus retos ante el siglo XXI, parece conveniente examinar algunos (el espacio concedido no da para mucho) importantes claros-oscuros de la eva- luación psicológica en la frontera del dos mil.

Del proceso de evaluación Si fue cierto que a principios del siglo xx, evaluación psicológica era poc0

mis que la acción de aplicar tests, poc0 a poco, gracias a 10s avances de la psi- cologia cognitiva, de la psicometria (teoria de la toma de decisiones) y de la ib- teligencia artificial, se ha profundizad,~ extraordinariamente en el proceso de toma de decisiones que supone la evaluación psicológica hasta el punto de que hoy en dia se pueda hablar de un procc:so normativo y se estén elaborando nor- mas o guias que regulen la actividad cientifica y aplicada que supone la evalua- ción psicológica. Hay que esperar que, en el siglo xx~, estos avances se consoli- den y expandan y que se pueda examinar también su eficiencia a la hora de predecir el comportamiento en situaciones naturales.

Correspondencia: Departamento de Psicologia Básica y de la Salud. Facultad de Psicologia, Universidad Aut6noma de Madrid. e-mail: [email protected]

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Retos de la psicologia ante el siglo XXI 179

De 10s métodos en la construcción de tests A 10 largo de este siglo han existido grandes avances en las herramientas

psicométricas para la construcción de tests asi como en la formalización y es- tandarización de tales herramientas. La teoria de respuesta al item ha supuesto un avance importante a la teoria de 10s tests clásica y su generalización y reor- ganización se está poniendo de relieve en la última revisión de la Asociación Americana de Psicologia de 10s Estándares que ha venido funcionando a 10 largo de este siglo.

De lasfuentes de error A pesar de la sofisticación tecnológica y de su introducción en evaluación,

también es cierto que gran parte del trabajo aplicado del psicólogo sigue reali- zándose con base en autoinformes. De todos es sabido que la deseabilidad social y, más aún, la tendencia al falsearniento y la mentira son importantes fuentes de error que siguen siendo algo asi como un mal endémico tanto de la evaluación como de otras disciplinas psicológicas y sociales. Procurar elementos correcto- res de tales sesgos es una asignatura pendiente y, más aún, se requiere un examen pormenorizado de 10s procesos psicológicos que rigen en tales sesgos. Ojalá ell0 se investigue y resuelva durante el próximo siglo.

De la tecnologia aplicada a la evaluación Los extraordinarios avances de la tecnologia y su aplicación a la psicológica

han beneficiado notablemente a la evaluación. De un lado, el ordenador y su po- tencial tecnológico se ha aplicado en la administración, corrección e interpretación de tests. Pero eso no es todo, 10s avances de las técnicas de neuroimagen nos han permitido validar instrumentos de evaluación cognitiva asi como, mediante éstos, investigar más certeramente procesos neuropsicológicos. Finalmente, 10s avances en la tecnologia psicofisiológica y su aplicación a la evaluación de ciertas funcio- nes intelectuales nos permitirán, en el futuro, contrastar la evaluación psicofisioló- gica de ciertas respuestas neuroanatómicas con la ejecución de 10s tests estándar y, rnás aún, con las ejecuciones de 10s sujetos en la vida real.

De las poblaciones dbjetivo Si bien es cierto, que a todo 10 largo de este siglo, la evaluación psicológica

se ha extendido a todos 10s grupos de población humana, seguramente también 10 es que la población infantil y juvenil ha recabado un mayor interés por parte de 10s psicólogos. El envejecimiento de la población mundial va a exigir de 10s psicólo- gos -como de otros profesionales- una mayor focalización en las poblaciones ma- yores. En relación con esto, conviene también resaltar la irnportancia que en el fu- turo inmediato tiene la consecución de estudios longitudinales y transeccionales para ilurninar el ámbito de la evaluación de la vejez y el envejecirniento.

Del estudio sociohistórico del cambio A pesar de que a 10 largo de este siglo ha habido importantes llamadas de

atenci6n respecto a la importancia de factores socio-históricos en el comporta- miento, poc0 se ha hecho para lograr un verdadero análisis de las sinergias entre

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180 M. Forns

deterrninados cambios históricos y el comportamiento humano. Existen obser- vatorios sociodemogr~cos, económicos, educativos pero no existe un eobser- vatorio psicolÓgico>> que, mediante series de datos comportamentales nos per- mita examinar tanto 10s efectos de circynstancias históricas sobre el comportamiento como de éste sobre aquellas. Esta es una tarea inexcusable para 10s psicólogos del siglo xx~.

Superando el monólogo colectivo

Maria Forns Universitat de Barcelona

Me piden una breve reflexión acerca de 10s principales cometidos de la psicologia en 10s inicios del próximo siglo. En el estado actual del mundo cien- tífic~, presidido por la velocidad en 10s carnbios, la minimización de barreras te- rrenales y espaciales, la conquista de la ubicuidad de la información, la capaci- dad de manipulación genética, etc. y -paralelamente- por la existencia de grandes contrastes culturales y de demasiado profundos desniveles socio-econó- micos, es si más no atrevido entrar a vallorar cuál ser6 el devenir de la reflexión y conquista cientifico-técnica acerca de la explicación y comprensión de la con- ducta humana. En estos momentos históricos todo parece posible, incluso plani- ficar la desviación del curso de un cometa.

En el panorama diseñado, la psicologia ocupa una mínima parte y parece tener dificultades en perfilar las características del ser y actuar humano. En el más restringido dominio de la evaluación psicológica parece que se ha llegado a cierto consensus de que la conducta humana es compleja y que debe ser eva- luada tomando en consideración esta complejidad. No obstante, asumir este principio plantea acometer viejos tópicos que 10s evaluadores del futuro debe- rán resolver.

En primer lugar, una vez ya abandonados 10s planteamientos evaluativos dicotómicos (evaluación tradicional vs. conductual; explicación vs. compren- sión; signo vs. muestra, etc.) y adoptada una forma de reflexión que da cabida a concepciones integradoras y pluridimensionales, habrá que entrar en la discu- sión de la forma de articulación de tales dimensiones en un conjunt0 organizado. Por ahora, en la práctica de la evaluación, se aceptan 10s principios de la com- plejidad y multidimensionalidad, y se integran 10s datos procedentes del análisis psicológico (a la vista de mini-modelos de conducta), pero s610 se tienen leves certeros conocimientos acerca de cómo las distintas fuerzas de causalidad in-

Correspondencia: Departament de Personalitat, Avaluaci6 i Tractament Psicolbgics, Facultat de Psicologia. Pg. de la Vaii d'Hebron, 171.0835 Barcelona.

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Superando el mondlogo colectivo 181

fluencian configuran la conducta del sujeto y se est6 falto de instrumentos que puedan aportar infomación relevante acerca del conjunto. Por más que se haya procurado controlar el uso de un alto nivel de inferencia en la expficacith de la conducta, la elaboración del juicio ciínico no adolece de tal inferencialidad. Ca- rentes pues de esta visión organizada del total (modelo conceptual completo del funcionamiento humano), 10s análisis pierden fuerza explicativa sobre el con- junt~ , y son forzosamente parciales e incompletos, aun cuando el soporte con- ceptual y metodológico (análisis funcional del caso ciínico, metodologia causal, técnicas de análisis secuenciales, etc.) va avanzando.

Muy relacionado con la cuestión precedente es el tema de la selección del nivel de análisis (simplelunidad versus complejo/agregado, organizado o compuesto) que mejor conviene a cada elemento, variable, dimensión, o tota- lidad del análisis. Queda planteada y aún no resuelta la cuestión de en qué me- dida el análisis de aspectos amicro-conductuales>> es equivalente o desigual al de aspectos <<macro-conductuales>> y qué cambios se producen al transcurrir de uno a otro nivel. La investigación acerca de la búsqueda de patrones de con- ducta (basados en metodologia de la observación, análisis de series tempora- les, teoria de probabilidad, etc.) podrá ayudar a entender la articulación entre las diversas variables micro o de bajo nivel, y su configuración en un todo de más amplio nivel.

En estos últimos años ha sido replanteado el importante tema de la pre- dicción de la conducta dinámica (cambiante) y no lineal. El desarrollo de la metodologia causal, y la de vectores, van a permitir entrar de lleno en el análi- sis de la multicausalidad de la conducta y en el estudio de las conductas no li- neales y no regularmente cíclicas. Los principios y el lenguaje de la teoria del caos (bifurcación, atractores fractales, sensibilidad a condiciones iniciales, auto-organización y auto-similaridad, etc.) van a tener que ser incorporados a las formas de análisis psicológico. En la teoría del caos no s610 es cambiante la variable dependiente (sus dimensiones: magnitud, tasa, etc), sino que tam- bién son dinámicas las supuestas variables causales y sus relaciones; asimismo el tiempo de acción de las variables causales sobre las dependientes modifica la fuerza de las relaciones, las cuales pueden tomar formas no-lineales, etc. Es evidente que con estos requisitos, el planteamiento acerca de la predicción de conducta va a tener que tomar otros derroteros. Tal como ya han apuntado 10s expertos en este tema, las técnicas nomotéticas y 10s modelos causales univa- riados no son adecuadas para el análisis de la conducta dinámica; ser6 pues ne- cesari0 hallar un tip0 de técnicas de análisis sensibles a 10s cambios y no inva- sivas, que permitan el registro de largos periodos de conducta 10 cual facilitará el estudio de la evolución de la conducta, aspecto clave para el análisis y la predicción de sus irregularidades.

La exploración y medida psicológica continúa teniendo, en la actualidad, un excesivo costo temporal. Aspecto que entrar6 en franca disonancia en rela- ción con las técnicas de análisis de otros dominios. Apenas se han dado carnbios en 10s instrumentos de medida desde 10s aiios de Binet. Las técnicas computari- zadas han facilitado, sin duda, algunas de las tareas de aplicación, corrección y análisis. Pero esto, aparte de ser insuficiente, no ha supuesto un cambio impor-

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tante en el sistema de evaluación. Éste es uno de 10s desafios del próximo siglo: haiíar una nueva forma de análisis de la conducta humana que suponga cambios en la forma de recogida de la información, registro y análisis. Hay que diseñar instrumentos de medida aparentemente simple y de bajo costo (personal y tem- poral) que puedan ser empleados en el contexto donde se desarrolla la conducta a analizar, y cuya tecnologia garantice la objetividad, validez y precisión. El test de papel y lápiz ser6 probablemente el perdedor en este debate, y el actual juego del <<Tamagotchi>> (interactuando con el niño) puede ser un desdibujado símil del tip0 de algunos futuros tests.

La investigación e identificación de <<marcadores>> de conducta asi como de factores de <<riesgo>> y de <<protección>> va a ocupar un importante espacio, si el devenir social continúa en la defensa del bienestar y de la prevención de la sa- lud. Se desarrollaran, sin duda, pruebas bio-fisio-psicológicas que aportarán ma- yor seguridad acerca de 10s marcadores de determinadas conductas patológicas y cabe desear el desarrollo de técnicas que permitan conocer y evaluar 10s facto- res de protección capaces de modificar 10s factores de riesgo.

Otro importante desafio viene dado, y cabe pensar que tomará proporcio- nes sustantivas, por el cambio cultural que acaecerá como fruto de la diversidad cultural. No se trata únicamente de un desafio relacionado con la adaptación-tra- ducción plurilíngüe de las pruebas al uso, sino de un cambio que afectar6 a al- gunos constructos psicológicos, por irnperativo cultural, 10 cua1 comportar6 la crisis de algunos modelos especificos de conducta. Otras modificaciones de 10s constructos vendrán de la mano del uso de la actual tecnologia: está cambiando el concepto de espacio (desde Barcelona se puede visitar el Louvre), el de tiempo (este mensaje puede ser transmitido en décimas de segundo a casi todas partes), se ha iniciado, en la mente de muchos, cierto proceso de identificación (jconquista o confusión?) entre realidad y virtualidad, cambia la relación entre esfuerzo humano y efecto, va desdibujándose el concepto de límites personales, etc. todo el10 va a conllevar nuevos estilos de pensar y de resolver la vida hu- mana, que dejarán obsoletos determinados constructos y en consecuencia deter- rninados instrumentos de medida.

La exigencia de interdisciplinariedad obligar6 a un cambio en el lenguaje profesional y a una mayor unificación conceptual.

Se ha insinuado que la actual coexistencia de escuelas psicológicas pone de relieve que la psicologia est6 aún en la etapa evolutiva del monólogo colec- tivo, y que 10s psicólogos de distintas escuelas dedican mucho tiempo a escuchar a 10s de su propio grupo y bastante poco a escuchar a 10s de otros. El diálogo en común deber pasar a primer orden, y el deseo de trabajo interdisciplinari0 debe- ría iniciarse desde dentro de la propia psicologia. El debate acerca de 10s para- digmas psicológicos no puede ser eterno, ni mantenerse continuamente en el te- meno de la multiplicidad de explicaciones más o menos amplias y más o menos veraces. El debate y el contraste sustentan el avance de las disciplinas. Espere- mos que 10s aiios venideros permitan el acuerdo científic0 en, al menos, parte de 10s presupuestos básicos de distintos paradigmas.

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Psicologia como cultura 183

Psicologia como cultura

Fernando Gabucio Universitat de Barcelona

Quizás el cambio de siglo propicie un desarrollo de la psicologia hacia la cultura. Y no me refiero s610 a que se potencie una psicologia cultural. Me refiero a una cultura psicológica o, mejor dicho, a unos conocimientos psico- lógicos entendidos como cultura. Quizás este siglo xx que se aproxima a su fin haya sido, enfática y devotamente, el de la psicologia como ciencia. Quizá debiera ser asi. Pero mientras la investigación psicológica ha corrido en pos de la cientificidad, la ciencia misma ha ido desplegándose, se ha desarrollado y se ha desplazado del lugar sólido, inamovible y siempre benigno que se le habia querido atribuir. Ya no puede constituir un norte porque se la encuentra en casi todas las direcciones. Por 10 mismo, las opciones para la psicologia no se limitan ya a <<ciencia o filosofia>>: ni ambos términos son mutuamente ex- cluyentes, ni el primer0 es garantia de éxito, ni el segundo ha sido superado por la historia.

A 10 mejor fraguan las ideas que pretenden reubicar la ciencia dentro de la cultura, en lugar de concebirla como la reina altiva e indiscutible del saber. Es posible que, a medida que crezca el interés por 10s territorios fronterizos del co- nocimiento -que seguramente lo son todos-, y que se desdibujen 10s pulidos lí- mites entre las disciplinas -y entre éstas y su públic0 destinatiario-, cobre signi- ficación 10 transitables que resulten 10s carninos, mis que 10 férreas y nítidas que aparezcan las divisiones. Es posible que nociones como la de complejidad inci- ten a un diálogo permanente entre disciplinas que previamente se han <<organi- zado>> según criterios meramente jerárquicos. Bien pudiera ocurrir que la estra- tegia de preguntar s610 aquell0 de 10 que ya se conoce la respuesta dejara de ser la única válida.

La psicologia ha sido desde siempre, y cada vez más, una encrucijada: de corrientes, de temas, de disciplinas, de estilos, de prácticas, de esferas, de aspiraciones. Y las encrucijadas son, como es sabido, lugares de vitalidad cul- tural. Si la ciencia -y la tecnologia- se entienden cada vez mis como cultura -mis all6 de concebirlas como fuente de poder-, y la psicologia reconoce y aprovecha su muy especial lugar de encrucijada de saberes, el futuro debiera resultar alentador.

Correspondencia: Departament de Psicologia Bhsica. Facultat de Psicologia. Pg. de la Vall d'Hebron, 171. 08035 Bar- celona.

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184 J.A. Garcíu Madruga

Perspectivas del enfoque cognitivo en psicologia

Juan A. Garcia Madruga Universidad Nacional de Educación a Distancia

Los dltimos treinta años coinciden con el establecimiento y consolidación del enfoque cognitivo como dominante en la psicologia en general y, en particu- lar, en 10s tres campos a 10s que me referiré: el desarrollo cognitivo, la compren- sión del discurso y el razonamiento deductivo. La amplitud de este periodo tem- poral proporciona suficiente perspectiva para lograr una visión global de nuestro pasado inmediato, con sus logros y carencias, y a partir de ella sugerir algunas perspectivas futuras.

En 10s tres campos referidos, la revisión del pasado conduce por razones diversas a una evaluación matizadamente optimista del trabajo realizado. En el estudio del desarrollo cognitivo hemos perdido las certezas que sobre la ontogé- nesis de la inteligencia proporcionaba la teoría piagetiana, pero hemos adquirido una gran cantidad de conocimientos nuevos y precisos sobre 10s diversos com- ponentes y fases del desarrollo, en particular sobre la primera infancia. Asi- mismo, se han postulado nuevos mecanismos capaces de explicar 10s procesos de cambio, entre 10s que destacan recientemente 10s modelos conexionistas. El estudio del desarrollo de la mente se ha visto sometido, por tanto, a una progre- siva diferenciación y complicación, 10 que lleva implícit0 uno de 10s peligros más claros: la disolución del desarrollo cognitivo como un campo de estudio consistente y articulado, en diversos carnpos y enfoques específicos, sin la nece- saria conexión e intercambio entre ellos.

La trayectoria descrita por el estudio de la comprensión del discurso en es- tos decenios ha sido más precisa y ascendente. En un campo de estudio prácti- camente inexistente hace tres décadas, tras un primer periodo centrado en el texto, se han conseguido contribuciones empíricas y teóricas claramente rele- vantes sobre la interacción entre el lector, quien debe activar y aplicar diversos conocimientos y estrtegias, y el texto. Los importantes logros teórico-empíricos recientes, junto con el esclarecimiento de algunos de 10s aspectos evolutivos e instruccionales implicados, perrnite hablar de la cercania de una teoría unificada. Sin embargo, también debemos destacar que 10s aspectos sociales y pragmáticos del discurso siguen resistiéndose en gran medida a 10s esfuerzos de 10s investi- gadores del enfoque cognitivo.

En el campo del razonamiento deductivo nuestra evaluación del estado de la cuestión debe ser también positiva. Hace treinta años la existencia de errores y sesgos en el razonamiento adulto llevaba a preguntarse a Peter Wason (de forma no totalrnente irónica) si no existiria una regresión en el razonamiento humano en edades posteriores a la adolescencia, con la adquisición del pensamiento formal

Correspondencia: Departanento de Psicologia Evolutiva y de la Educaci6n. Facultad de Psicologia. Ciudad Universita- ria, s/n. Apamdo 60.148.28071 Madrid.

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La psicologia del significah 185

piagetiano. Actualrnente, tenemos un amplio conocimiento sobre 10s procesos concretos y resultados de la resolución de las tareas deductivas, 10 que nos per- mite ofrecer una visión de la racionabilidad humana mucho más precisa y menos autocomplaciente. En cuanto a las teorías, también el avance es considerable, he- mos pasado de la existencia de un conjunt0 desorganizado de miniteorías para cada tarea, a dos grandes teorías (reglas formales y modelos mentales) que aun- que no están definidas en forma totalmente precisa y completa, explican un con- junto importante de datos y realizan predicciones comprobables. De nuevo son 10s aspectos socio-pragmáticos, junto con 10s contextos cotidianos, las carencias más relevantes a las que podemos hacer rápida referencia.

Las breves líneas anteriores nos han llevado a una evaluación del enfoque cognitivo en psicologia, que nos permite dictaminar sobre sus perspectivas futu- ras. En su haber, además de 10 ya expuesto, est6 la importantisima contribución metodológica que suponen 10s modelos computácionales, algo que permite ver el final del túnel de la confusión conceptual de la psicologia. Las carencias apun- tadas en 10s diversos campos continuarán probablemente en el inmediato futuro ya que est6 por ver si el enfoque cognitivo puede realrnente incorporar no s610 10s aspectos evolutivos, sino también 10s sociales y emocionales. En cualquier caso, la productividad del enfoque es tan amplia que, sin resolver estos proble- mas, puede seguir realizando contribuciones, si se quiere esquizofrénicas, pero muy relevantes y aplicables, durante 10s próximos treinta aiios.

La psicologia del significado

Juan Carlos Gómez University of St. Andrews. Scotland, UK

El problema fundamental para la psicologia del nuevo milenio, como par- ticipante de la ciencia cognitiva, no es ni el del lenguaje, ni el de la conciencia, ni el de ninguna de nuestras formas predilectas de cognición superior: es el pro- blema del significado. El significado trasciende al lenguaje y trasciende a la con- ciencia: es el producto del funcionamiento integrado de sistemas cognitivos (en un amplio sentido) y sistemas emocionales y motivacionales de la mente. El sig- nificado no puede reducirse ni a la semántica ni a la sintaxis de un lenguaje (na- tural o mental), ni siquiera con 10s parches de conveniencia que puedan aiiadír- sele desde las pragmáticas. El significado no puede limitarse a las descripciones proposicionales (o de otro tipo) con que articulamos nuestra conciencia de las cosas, incluidas otras personas y nosotros mismos. El significado es precisa- mente aquell0 que se escapa a la formulación con palabras y la acotación del

Correspondencia: School of Psychology. University of St. Andrews, Fife, KY169JU. Scotland, UK. e-rnail: JgSOst-andrews.ac.uk

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186 J.C. G6mez

foc0 interior de una conciencia, aquell0 que se escapa al cálculo con las reglas y 10s símbolos de la psicología cognitiva del procesamiento de información.

Al término del milenio muchos han denunciado la incapacidad de la cien- cia cognitiva tradicional, no ya para resolver, sino incluso para captar el pro- blema del significado. Sin embargo, buscan la solución en el exterior de la mente (el entorno social y cultural, la mente extendida mis allá de 10s limites de 10s sis- temas nerviosos individuales), como si la ciencia cognitiva hubiese finalizado la exploración y catalogación de la mente individual sin encontrar el significado y, descartado ese territori0 interior, nuesta búsqueda hubiese de continuar por 10s territorios extramentales. Grave error. Las ciencias cognitivas apenas han cap- tado algunas muestras superficiales de la mente, y mucho de 10 que han captado 10 han descrit0 de forma distorsionada, como si se empeñasen en hacer encajar una fauna variopinta y contraintuitiva en categorías preconcebidas y estrechas que s610 son aplicables a un limitado número de especies mentales, ignorando 10 distintivo y novedoso -10 esencial- de la mayoría de 10s animales que pueblan las mentes.

La búsqueda de una explicación del significado debe continuar en la mente (ubicada en un cuerpo, un mundo y un rnedio social, pero en última instancia in- dividual e interior, incluso en su capacidad de ser moldeada y usar la cultura): una mente que no es s610 símbolos y reglas y representaciones explícitas y netamente articuladas, una mente cuya capacidad de representación y planificación des- borda, hoy por hoy, 10s conceptos con que hemos pretendido entenderla. ~ Q u é instrumentos debemos usar para continuar la búsqueda? El conocirniento implí- cito, tan invocado en vano y sin que nadie sepa (explícitarnente) 10 que es; el ju- guete inrnenso y que todavía nos desborda de las redes neuronales, capaz tal vez de ilustrarnos sobre algunas formas de eso que se nos escapa bajo el nombre de conocimiento implícito; la perspectiva c:volucionista: traicionera para el ingenuo, tan propensa a ser un mero juego de marcianos que siempre se adaptan a 10 que haga falta, pero esencial para entender la formación de las mentes cuando esta perspectiva se entiende con todas sus sorprendentes consecuencias; la perspectiva comparada, liberada de las formas de antropomorfisme negativo que s610 saben de la mente humana, estrechamemte concebida, como vara de medir diferencias y excavar abismos antropocéntricos, y dotada, en cambio, de la habilidad de con- cebir otras mentes, otros productos del acontecer evolutivo; el desarrollo tomado en serio, concebido como ingenioso m.ecanismo evolutivo para construir 10 que no está ni en el germen ni en el entorno; 10s problemas clásicos de la filosofia re- cuperados, reformulados, reconsiderados desde las perspectivas (de variada am- plitud y profundidad de miras) que un siglo de psicologías ha abierto.

En el problema del significado se entecruzan algunas de las perspectivas más prometedoras de ese grupo de ciencias a 10s que pertenece la psicologia y que tal vez en este cambio de siglo han empezado a comprender 10 estrecho de la etiqueta <<cognitivas>> para caracterizar sus verdaderos objetivos y reflejar to- dos 10s medios que van a tener que usar para alcanzarlos.

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La psicologia en la actual aera de la mundializaci6n>>

La psicologia en la actual <<era de la mundialización>>

Rafael López Feal Universitat de Barcelona

La nueva revolución que está viviendo la humanidad en 10s albores del nuevo milenio tiene como principal característica el hecho de que sus influencias de todo tip0 se extienden territorialmente, por primera vez, a nivel planetario. Se trata de un proceso, iniciado después de la I1 Guerra Mundial por el que las eco- nom'as y 10s sistemas de comunicación y de información locales y nacionales se integran progresivamente en marcos supranacionales e internacionales.

Este proceso de mundialización, de consecuencias todavia imprevisibles, est6 repercutiendo en todas las dimensiones de la vida humana, tanto a nivel in- dividual como colectivo. El10 está obligando a que en cualquier lugar de la tierra cada individuo, cada comunidad local y cada país deban labrar su futuro en el marco de este mundo globalizado e incierto en el que estamos inmersos. Al mismo tiempo, cada individuo debe labrar su lugar responsable en la propia cu- munidad local donde vive.

Esta nueva revolución, todavia no estabilizada, ha abierto muchos cami- nos potenciales a la humanidad, pero tarnbién está creando numerosos y com- plejos problemas, la mayoría de ellos aún fuera de control. Entre estos proble- mas se encuentran 10s siguientes:

a) Los derivados del enfrentamiento entre la ruptura de fronteras de todo tip0 y la necesidad que tienen las personas y 10s colectivos humanos de mante- ner su identidad frente a una globalización indiferenciada.

b) Los derivados del fracaso del modelo comunista de sociedad y, como consecuencia, 10s derivados de la mundialización del modelo capitalista caracte- rizado por la sustitución de la economia productiva por la economia financiera deslocalizada, mercantilista e insensible a 10s problemas de la microsociedad que no son detectados por las cifras de la macroeconomia.

C) Los derivados de la informatización, de la robotización y de la creación de redes de comunicación y de información cada vez más globales en todo tip0 de organizaciones.

4 Los derivados de la crisis de 10s principios morales tradicionales. Estos principios estaban controlados por marcos locales. Los nuevos principios, que deben basarse en criterios racionales y de justicia social, todavia no están con- sensuados en el contexto del nuevo marco global.

e) Los derivados de la crisis del modelo educativo tradicional. Este mo- delo se ha basado casi exclusivamente en la cultura transmitida a través del libro y de la escuela. En esta era de la mundialización, el nuevo modelo debe abrirse

Correspondencia: Departament de Metodologia de les Cibncies del Comportament. Facultat de Psicologia. Pg. de la V A d'Hebron, 171.08035 Barcelona.

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188 R. Mpez Feal

a la cultura proviniente de 10s medios de comunicación de masas y a la realidad global y local al mismo tiempo.

Entre las posibles respuestas que se pueden dar a la pregunta <<qué se puede hacer>> para controlar y armonizar 10s efectos negativos producidos por esta nueva revolución, pueden tenerse en cuenta las siguientes:

a) Asumir que vivimos en una época histórica muy delicada, muy turbu- lenta en la que están cuestionados y en revisión temas relacionados con la vida humana a nivel personal, familiar, educativo, cultural, politico, religioso, profe- sional, laboral y de otros tipos.

b) Buscar y consensuar opciones solidarias con 10s paises emergentes y en vias de desarrollo y que, al mismo tiempo, tengan en cuenta 10s efectos que sobre amplios sectores sociales de paises de economias avanzadas tiene la liberalización del comercio y la competencia de paises emergentes con bajisimos salarios.

c) Planificar y desarrollar estudios de necesidades productivas, de servi- cios y sociales, actuales y previsibles, que permitan plantear una correcta orga- nización de planes de formación y de ocupación a nivel local, nacional, suprana- cional e internacional, según 10s casos.

En cuanto a las propuestas sobre <<que puede hacer la psicogia>> para ayu- dar a estabilizar esta nueva revolución en que está inmersa la humanidad, po- drían tenerse en cuenta las siguientes:

a) En cualquiera de sus áreas de actuación profesional, la psicologia ten- dría que seguir explorando y analizando el pasado personal, pero, al mismo tiempo, debe conectarlo y entretejerlo no s610 con 10 que ocurre en el presente sino también con 10 que puede ocurrir en el futuro bajo supuestos de escena- rios alternativos de estabilización personal y colectiva de este futuro, todavia incierto.

b) La psicologia del siglo XXI tiene que abandonar el papel de <<observa- dor imparcial>> y tiene que asumir un papel cada vez más comprometido, más in- tersubjetivo y mis interdisciplinario, entrando en 10 que 10s psicoanalistas inno- vadores empiezan a denominar <<análisis relacional>>.

c) La nueva psicologia debe adaptarse a la ampliación de su campo de ac- tuación en todas sus áreas profesionales, en el sentido de que debe tratar a un am- plio y variado abanico de personas pertenecientes a colectivos reivindicativos que reafirman cada vez con mayor fuerza su identidad. El10 obligar6 a una ma- yor formación humanística del psicólogo, pero desde el nuevo marco de la era de la mundialización. Esta formación hunnan'stica comprende toda una serie de va- lores guiados por el principio de que, potencialmente, en esta nueva era mis allá de 10s muchos problemas pendientes, existen, por primera vez en la historia de la humanidad, nuevas opciones de vida a elegir, con todas las luchas individua- les y colectivas que el10 conlleva.

En definitiva, el gran reto que tiene planteada la psicologia en 10s albores del siglo X X I es el de configurar un modelo holístico de actuación capaz de asu- mir a la persona como miembro, al mismo tiempo, de diferentes grupos sociales y de tratar de forma dinámica con su pasado, su presente y, también, con su fu- turo previsible. Esta opción representa una revolución con respecto al esquema tradicional de la psicologia centrada en la actuación individual.

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Psicometria

José Muñiz Universidad de Oviedo

Como bien decia Thorndike, para conocer algo a fondo hay que hacerlo tanto a nivel cualitativo como cuantitativo, pues todo 10 que existe, 10 psicoló- gico incluido, 10 hace en una cierta medida. Medir 10 psicológico nunca fue una tarea sencilla ni ajena a 10s debates, al menos medir las variables de mayor inte- rés para nuestra disciplina. La razón de esta dificultad hav aue buscarla en la es- pecial naturaleza de lb psicolÓgico, esa estrecha banda inieiactiva y mudable en- tre 10 sociocultural y 10 neurobiológico en la que tiene su asiento la explicación psicológica genuina. La medición &prosa dejo psicológico hinca sus iaices en 10s trabajos psicofísicos de Fechner sobre las relaciones entre las estirnulaciones físicas y las sensaciones suscitadas. A partir de ahí la tecnologia de la medición empírica ha ido progresando por dos grandes avenidas: el escalamiento de estí- mulos y el escalamiento de sujetos, ligado éste al estudio de las diferencias indi- viduales. La historia de 10s últimos cien años de estas dos líneas de trabajo está asociada a nombres tan egregios como 10s de Spearman, Thurstone, Cronbach, Lord ... y, entre nosotros, naturalrnente, Mariano Yela. En esencia, sus esfuerzos se centraron en garantizar que las escalas y 10s tests fuesen fiables y válidos, es decir, que midiesen con precisión aquell0 para 10 que habían sido construidos. Puede decirse que 10 lograron de forma razonable, la tecnologia desarrollada para la construcción y análisis de 10s tests permitió un gran refinarniento de es- tos instrumentos con 10s que gran parte de la sociedad identifica a 10s psicólogos. Ahora bien, como cualquier otra tecnología cientifica, 10s tests son susceptibles de un uso inapropiado cuando caen en manos de profesionales carentes de la de- bida preparación, y ejemplos no han faltado a 10 largo de la historia de la psico- logia. Pero el10 no debe llevarnos a olvidar, como se hace a veces de forma su- perficial, que 10s tests fueron originariamente diseñados para evaluar a las personas según sus méritos demostrados y no por aspectos tan ajenos a la valia personal como la familia, la cuna, la clase social, la nacionalidad, raza, religión, partido político, o el ideario, por citar s610 algunos. La preocupación por el uso adecuado de 10s tests ha llevado a las sociedades científicas y profesionales a ela- borar estándares técnicos y códigos éticos que sirvan de guia, orientación y norma para una práctica acorde con 10s avances de la ciencia psicológica (Mu- iiiz, 1996, 1997).

Desde un punto de vista técnico, para 10s años 50-60 10s tests habían al- canzado un gran desarrollo dentro del marco de la psicometria clásica, quedando 10 esencial sintetizado en textos como 10s de Gulliksen (1950) y Lord y Novick (1968). No quiere el10 decir que todo estuviese cerrado y en perfecta armonía,

Correspondencia: Facultad de Psicologia. Plaza Feijoo, s/n. 33003. Oviedo. e-mail: [email protected]

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190 J. Muñiz

pero 10s problemas planteados ya no encontraban una solución satisfactoris den- tro del marco clásico. Será dentro del nilevo enfoque psicométrico de la Teoria de Respuesta a 10s Ztems (que se va imponiendo a partir de 10s años 60, para do- minar la escena psicométrica de 10s 80-90), donde encuentren soluciones algu- nos de 10s problemas nuevos planteados y se potencien áreas que estaban estan- cadas por falta de una tecnologia adecuada. La teoria de respuesta a 10s items va a dar una solución bien fundada a probllemas centrales de la medición psicoló- gica y educativa, tales como la necesidad de una invarianza de las mediciones respecto de 10s instrumentos utilizados y la invarianza de las propiedades de 10s instrumentos respecto de 10s objetos medidos, las personas. La teoria clásica se bandeaba en la práctica de forma sensata con estos problemas, pero su marco tecnológico no permitia una solución apropiada. Además de estos dos problemas

- de carácter fundante, la teoria de respuesta a 10s items dará un fuerte impulso a toda la tecnologia de construcción y análisis de 10s tests. Asi, por ejemplo, la Función de Información revoluciona la forma de estudiar la fiabilidad, y las téc- nicas estadísticas para la detección del sesgo de las pruebas dan una respuesta a la demanda social, atizada por 10s argunientos de Jensen, de que 10s tests no per- judicasen a determinadas subpoblaciones. Pero seguramente la revolución más importante en el ámbito de 10s tests sea la producida por la convergencia de 10s modelos de teoria de respuesta a 10s items y la informática, dando lugar a 10s Tests Adaptativos Computerizados (Renom, 1993). Este tip0 de tests se adaptan a la persona evaluada, pudiendo decirse que técnicamente la era clásica en la que era necesario utilizar el mismo test con todas las personas para poder comparar- las ha terminado; pues si bien el test utilizado para medir una variable no es el mismo para cada persona, el resultado vendrá expresado en la misma métrica. Las ventajas de ajustar la prueba a las caracteristicas de la persona evaluada son muchas, la fundamental de las cuales es una mayor precisión de las mediciones. Basta echar una ojeada a las actas de 10s congresos especializados para observar que una buena parte de las discusiones psicométricas actuales gira en torno a 10s no pocos problemas nuevos generados por esta tecnologia, pues, como es habi- tual, la solución a un problema siempre crea otros nuevos. Con este nuevo enfo- que el énfasis que en la época clásica se ponia en el test como unidad de análisis ha pasado a 10s items, y, por ende, de 10s tests a 10s bancos de items. Los tests pa- san a ser subconjuntos de items ensamblados en función de la situación de eva- luación, aunque su métrica es común a, la del banco del cual se extrajeron. Otro de 10s puntos calientes es la efervescente metodologia diseñada para evaluar el sesgo de 10s tests, compitiendo técnicas surgidas dentro del enfoque de la teoria de respuesta a 10s items con las provenientes de otros enfoques distintos. Una li- nea de análisis y debate que viene de antiguo, sigue viva, y no parece que vaya a detenerla el cambio de siglo, es el enfrentamiento entre 10s partidarios de 10s items con formato de elección múltiple y aquellos que abogan por formatos más constructivistas, del tip0 respuesta breve, ensayo, o Últimamente, portafolios. Más que el formato en si, todos son licitos, la cuestión es cuál de ellos maximiza la fiabilidad y la validez (que no son negociables), y minimiza esfuerzos y eco- nomia; la respuesta dista de ser simple. He subrayado algunos de 10s aspectos más tecnológicos que ocupan el candelero psicométrico, y que todo hace pensar

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La Psicologia Evolutiva por venir 191

que seguirán ocupándolo 10s próximos afios, pero cuestiones más básicas y teo- réticas tales como la reificación de 10s rasgos, la transitividad de las mediciones, o su convergencia-divergencia, entre otros, siempre andarán rodando por 10s re- ales de la psicometria, pues son inherentes a la naturaleza de 10 medido, a 10 psi- cológico, no conviene engañarse (Michell, 1997; Muiiiz, 1998).

Si como parece el mejor predictor del futuro es el pasado, la temática que tendrá ocupados a 10s psicómetras del x x ~ no andará muy alejada de 10s asuntos comentados, aunque el énfasis en unos o en otros 10 irán condicionando las nue- vas tecnologias de las que se disponga, como 10 hacen hoy la informática y la te- lemática.

Gulliksen, H. (1950). Theory of mental tests. New York: Wiley. Lord, F.M. & Movick, M.R. (1968). Statistical theories of mental tests scores. Reading, MA: Addison-Wesley. Micheli, J. (1997). Quantitative science and the definition of measurement in psychology. British Journul of Psy-

chology, 88,355-383. Muñiz, J. (1996) (Coor.). Psicometria. Madrid: Universitas. Muñiz, J. (1997). Aspectos éticos y deontol6gicos de la evaluaci6n psicolbgica. En A. Cordero (Coor.), La eva-

luaci6npsicol6gica en el ario 2000. Madrid: Tea Ediciones. Muñiz, J. (1998). La medici6n de 10 psicol6gico. Psichothema, 10, 1-21. Renom, J. (1993). Tests adaptativos computerizados. Barcelona: PPU.

La Psicologia Evolutiva por venir

Jesús Palacios Universidad de Sevilla

El siglo x x ~ no ser6 ya <<el siglo del nifio>>, etiqueta que se había utilizado a propósito del siglo XX. Tarnpoco podrá decirse de 61 que ser6 el siglo de la ado- lescencia, o de la adultez o del envejecirniento, porque la Psicologia Evolutiva est6 ya obligada a ser10 del proceso completo de desarrollo humano. Sobre cada uno de 10s grupos de edad mencionados se seguirán acumulando evidencias nue- vas, haciéndolo además desde perspectivas que sin duda serán también novedo- sas. Al lado de 10s temas tradicionales de investigación (sobre el desarrollo de 10s vínculos emocionales, por ejemplo, o sobre el desmollo de la memoria, o del lenguaje, etc.), surgirán otros contenidos derivados de las novedades sociales y culturales. Algunas de esas realidades se otean ya en el horizonte, rnientras que otras están demasiado lejos como para siquiera atisbarlas. Lo lógico es que con-

Correspondencia: Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educaci6n. Facultad de Psicología. Universidad de Se- villa. 41080 Sevilla.

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192 J. Palacios

tinuemos acumulando conocimientos sobre temas clásicos, que eme jan temas nuevos y que aparezcan perspectivas explicativas que den cuenta de todo ello.

Pero creo que hay al menos un reto cuya semilla no se encuentra en el pa- sado de la Psicologia Evolutiva del siglo XX, un reto para responder al cual no bastar5 con más de 10 que ya tenemos, sino que exigir6 nuevas aproximaciones y tal vez una mentalidad algo diferente. Me refiero al reto de hacer la Psicologia Evolutiva aún mis útil para la gente, para 10s padres, para 10s profesores, para 10s adolescentes, para las personas adultas jr 10s ancianos, asi como para 10s agentes de intervención social. Hay todavia una gran distancia entre las preguntas que proceden de la realidad cotidiana y las que proceden de la realidad investigada (realidad esta que a veces tiene s610 existencia virtual y que reproduce en 10s ce- náculos de investigación el cinico axioma de la política exterior estadounidense de acuerdo con el cual para resolver un problema prirnero hay que crearlo). Pero para acercar esas dos realidades es necesario que se produzcan cambios en al menos dos direcciones, a mi entender.

En primer lugar, una mayor sensibilidad de 10s investigadores respecto a las diferencias interindividuales en 10s procesos de desarrollo. La Psicologia Evolutiva del siglo xx ha sido la de 10s procesos normativos de desarrollo, si acaso con algún reconocimiento de la existencia de variaciones de estilo (estilo de apego, estilo de transición a la parentalidad, estilo de crisis de la mitad de la vida, etc.). Pero a medida que 10s estilos de vida y las realidades sociales se di- versifican (por citar s610 un ejemplo: nuevas realidades en la vida familiar), a medida que el campo de la <<normalidad>> va ensanchando sus fronteras, las des- cripciones meramente normativas se van quedando más cortas. Las evidencias sobre diferencias interindividuales que van rnás alli de variaciones de estilo es- tán en algunos datos de investigación y están, sobre todo, en la gente, en la rea- lidad, en 10s problemas que preocupan a padres, a profesores, a planificadores y proveedores de servicios relacionados con el desarrollo. Dejaremos muchos de esos problemas sin respuesta mientras no estemos mejor pertrechados de cono- cimientos sobre por qué unos somos tan diferentes de otros y cuáles son las exi- gencias que esas diferencias plantem de cara al asesoramiento familiar, a la in- tervención educativa, etc.

En segundo lugar, una mayor inclinación por parte de 10s investigadores a vincular sus investigaciones a situaciones y problemas de la vida cotidiana, asi como a procesos de intervención sobre el desarrollo o sobre 10s contextos y agentes de desarrollo. No se trata de contraponer la investigación básica con la investigación aplicada, sino de estimular la realización de investigaciones bási- cas en contextos cotidianos y aplicados, 10 que sin duda reportar6 beneficios mu- tuos, dando lugar a una investigación básica más pertinente (y rnás sensible a las diferencias a que se ha hecho referencia en el párrafo anterior), y a unas inter- venciones mejor fundadas. Se ha avanzado mucho ya en esta dirección, pero sin duda sigue habiendo un amplio camino por delante que merecerá la pena reco- mer y que nos enseñará muchas cosas.

Dentro de poc0 doblaremos la esquina del siglo. No sabemos del todo 10 que nos vamos a encontrar a la vuelta de esa esquina. S610 sabemos que depende en parte de nosotros y de las decisiones que tomemos. Ojalá que esas decisiones

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Ciberpsicología 193

sirvan para mejorar nuestro conocimiento del ser humano y, sobre todo, para me- jorar las condiciones de desarrollo del ser humano. Por modesta que sea, a la Psi- cologia Evolutiva le corresponde alguna responsabilidad en ese empeño y me- rece la pena tratar de responder satisfactoriamente al reto.

Ciberpsicología: un paso mis al16

José Ma Prieto Universidad Complutense

Parte del rnañana no está en un arca cerruda

Durante la década de 10s noventa, Internet se ha abierto paso en 10s cam- pus universitarios. Para la vieja guardia, Internet es una herramienta que facilita la comunicación y el acceso a bases de datos. Para la joven guardia, Internet es un nuevo marco de referencia a la hora de a) diseñar estudios experimentales y de campo abierto, b) crear aulas virtuales en las que desarrollar enfoques docen- tes y estrategias de aprendizaje diferentes, c) poner en marcha procedimientos de trabajo e intercambio profesional de nuevo cuño. Los siguientes ejemplos son un botón de muestra.

Es posible diseñar una página web para localizar y trabajar con internau- tas que tengan un determinado perfil, por ejemplo, daltonismo. En la página de entrada se sitúan determinados estirnulos gráficos utilizando colores estables de- bidamente seleccionados. Las personas que no tengan daltonismo pueden ser en- caminada~ hacia unas páginas de salida, mientras que quienes padezcan dalto- nismo pueden ser encauzadas hacia unas páginas concretas. Los sujetos experimentales se adentran en el laberint0 y 10s sujetos de control salen por la puerta grande. La clave está en crear una página 10 suficientemente atractiva como para atraer golosos a un panal de rica miel, convirtiéndolos en curiosos su- jetos para un laboratori0 que funciona las veinticuatro horas durante 10s dias que sea pertinente.

Son cada vez menos 10s que recuerdan qué era un mimeógrafo y cómo se rellenaba un ciclostil. Era tecnologia de 10s setenta. Pocos conciben hoy la vida universitaris sin fotocopias. Es una tecnologia de 10s ochenta. Los escáneres son una tecnologia de 10s noventa. Tienen un precio muy barato. Es más económico escanear documentos de clase, situarlos en un servidor del campus y permitir que el alumnado copie en su disquete 10s documentos que debe consultar. En re- alidad es un solo ejemplar el que se escanea; 10s derechos de autor de una copia

Correspondencia: Departamento de Psicologia Diferencial y del Trabajo, Facultad de Psicologia, Universidad Com- pluense. Campus de Somosaguas. 28223 Madrid.

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194 J.M. Prieto

están cubiertos por 10s acuerdos que las universidades tienen firmados. Pueden incluso comprimirse tales ficheros añadiendo una contraseña que s610 10 des- comprima correctamente para el alumna.do que está matriculado. El profesor, en su casa o en el despacho, puede elaborar un conjunt0 de transparencias electró- nicas, situarlas en un segmento del servidor de su departamento para que el alumnado autorizado acceda cuando le convenga a dichos materiales didácticos. El alurnnado puede convertir sus trabajos a hipertexto y situarlos online para que puedan recibir la oportuna realimentación de sus amistades. Materiales que se redactaban para que el profesorado 10s calificara pasan a ser ahora un hiperdo- cumento donde se integran texto, imagen, sonidos, animaciones, enlaces a otros documentos relevantes. Los trabajos de toda una clase pueden grabarse en un CD-Rom y cada alumnola guardar su copia a un módico precio. Inclusive pue- den crearse listas de discusión cerradas para el alumnado de una asignatura que intercambian mensajes electrónicos entre ellos y el profesorado a 10 largo del curso. El aula virtual a finales de 10s noventa tiene señas de identidad muy dis- tintas a las aulas convencionales.

Hay profesionales que intercambian, por ejemplo, ficheros que contie- nen las respuestas a tests psicométricols o proyectivos con el propósito de so- pesar un diagnóstico antes de redactar un informe pericial. Otros desarrollan programas terapéuticos con que abordar problemas de fobias o nuevas garnas de tests psicológicos de selección de personal recurriendo a la realidad virtual. Utilizando videocámaras digitales se están ensayando nuevas modalidades de programas de apoyo psicológico: el psicólogola en su despacho, el paciente en su contexto real.

Internet existe porque determinadas personas se empeñaron en trasladar al monitor fantasías que estaban en su mente. La ciberpsicología está cobrando fuerza porque un grupo creciente de psicólogoslas de todo el mundo se están em- pecinando en abrir nuevos cauces que resuelvan cuestiones acadérnicas y profe- sionales que aún estaban pendientes. Se trata, pues, de un paso hacia el más allá, como han dado muchos, desde el principio de 10s tiempos, quienes se han dedi- cado al progreso científic0 y tecnológico.

A finales del siglo XIX Wundt situó el punto de mira de la psicologia en el estudio experimental de la experiencia inmediata a través de la auto-observación y el análisis de 10s productos culturales de la mente. A finales del siglo xx la psi- cologia est6 estudiando 10s productos culturales que pululan en el ciberespacio entendido como una extensión de la mente humana. La clave está en no abu- rrirse, en entretenerse indagando e investigando de modo distinto al consabido, disfrutando con 10s soportes físicos, lógicos y telemáticos. Juntos configuran un entorno digital en el que abundan cogniciones, emociones, actitudes, valores y comportamientos de nuevo cuño.

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La verde madurez de la psicologta

La verde madurez de la psicologia 1 Carles Riba Universitat de Barcelona

Cualquier pronóstico sobre 10 que pueda ser la psicologia del siglo XXI pa- rece aventurado sin un balance previo de lo que ha sido durante el siglo xx. De 10s diferentes horizontes que la esperan el que incita mi mayor curiosidad es su futuro estatuto como ciencia, hoy dia rebajado injustamente unas veces, otras en- salzado con demasiada ligereza. A finales de siglo y de milenio no podemos aplazar por mis tiempo el plantearnos cuestiones epistemológicas esenciales, al- rededor de la fundamentación y el desarrollo de nuestra disciplina; cuestiones no siempre bien recibidas -o recibidas con soma-, tanto en el ámbito de la acade- mia como en el profesional; problemas relacionados con la fragmentación de la disciplina, con la falta de teorías consistentes, unificadas, con el estudio de cons- tructos, con nuestra peculiar manera de medir y predecir. Reservas que poc0 ten- drían que ver con las que han sido oficiales durante las últimas décadas; diga- mos, con las de un Bunge. El peligro no radicaria tanto en que la psicologia fuera sorprendida sin su uniforme de <<científica>>, con el aspecto de una <<mancia>> o una subciencia, sino más bien en 10 contrario; en que obcecada en cumplir a ra- jatabla 10s criterios del positivismo más rígido continuase quemando etapas en su carrera hacia la meta de la cientificidad, hacia su reconocimiento como cien- cia o, incluso, como ciencia natural. Y, desde luego, otro riesgo mayor seria el de no admitir estos problemas, 10 que con frecuencia no parece sino ocultar un miedo visceral a enfrentarse con aquellas dudas que puedan minar la fe en la dis- ciplina, en su madurez y en su aceptación incondicional en el mundo de la uni- versidad y en el de la sociedad.

Esta prisa en llegar a ser una ciencia en plenitud, reconocida como tal, nos ha llevado demasiado rápidamente al siglo xxr. Esta aceleración que nos ha he- cho estudiar 10s constructos de la inteligencia y la personalidad casi en 10s bal- buceos de la disciplina (imaginemos a Copérnico estudiando agujeros negros o a Linneo postulando el gen) ha sido un obstáculo para la realización de buena parte del trabajo que una ciencia joven debe emprender: definir, medir, clasificar, describir.

A pesar del poc0 espacio de que dispongo no puedo resistir la tentación de traducir sobre la marcha un texto de Roger Barker, extraído de las primeras pá- ginas de su Ecological Psychology (1968). Dice Barker:

Las fases ecológica y descriptiva de la investigación, las fases de historia natural, han ju- gado un papel mínim0 en psicologia, 10 que ha limitado seriamente esta ciencia ... Si bien contamos con registros diarios del contenido de oxigeno de un río, de la temperatura del

Correspondencia: Departament de Personalitat, Avaluaci6 i Tractament Psicolbgics, Facultat de Psicologia. Pg. de la Vall d'Hebron. 171.08035 Barcelona.

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196 C. Riba

suelo de un maizal, de la actividad de 10s volcanes, de la conducta de 10s petirrojos du- rante la nidificaci6n, de la tasa de absorci6n del yoduro de sodio por 10s cangrejos, en cambio ha habido muy pocos registros cientificos de c6mo las madres cuidan a sus hijos, de cómo 10s maestros actúan en clase (y de c6mo les responden 10s niiios), de qué dicen y hacen realmente las familias durante la3 comidas, de c6mo vive su vida un muchacho desde que se levanta hasta que se acuesta.

Ciertamente, una parte de las deficiencias señaladas por Barker pueden considerarse subsanadas actualmente (en algdn caso, gracias a su influencia); pero si nos atenemos al espíritu del texto, más que a su letra, est6 fuera de duda que la psicologia empezó la casa por el tejado: experimentando antes que obser- vando; abordando inobservables antes que otros objetos de estudio mis próxi- mos y cotidianos. El porqué de el10 es un apasionante tema para 10s historiado- res; pero hay un factor que no podemos escamotear en una reflexión como la propuesta, y es el de la intensa demanda social a que se ha visto sometida la psi- cologia desde sus inicios. Habia -y hay-- problemas, y la psicologia podia solu- cionarlos. Creo que esta demanda ha forxado y deformado la oferta psicológica, científica y profesional, y que a menudo 10s psicólogos/as se han visto inducidos a dar respuestas para 10 que no disponian de un cuerpo suficiente de conoci- rnientos teóricos o técnicos a 10s que recurrir.

~Frenará la psicologia del siglo x x ~ esta tendencia? ~Retrocederá para po- der seguir adelante? Dificilmente, sin una postura crítica y sin prejuicios. La psi- cologia ha madurado antes de tiempo, es una ciencia sin infancia. ~ Q u é ciencia ha alcanzado la mayoría de edad en poc0 más de cien años? Cuando la psicolo- gia no estaba preparada para responder cientificamente a ciertas preguntas, para resolver eficazmente ciertos problemas sociales, para establecer ciertas clasifi- caciones y medidas, ha aceptado la tarea sin titubeos y, a mi juicio, con escasa responsabilidad. Para ser tenida en cuerta en la universidad, en la sociedad, ha esgrimido unos titulos que aún no habia ganado. En el siglo xxi, por tanto, la psi- cologia ha de aprender a decir <<no>>, <<no 10 sé>>, en aquellas ocasiones en que és- tas sean las respuestas mis sinceras. De Xo contrario seguiremos verdes y -10 que es peor- cada vez seremos menos conscientes de ello.

Barker, R. (1968). Ecological Psychology. Stanford (Cal.): Stanford University Press.

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La encrucijada de la psicologia del desarrollo en el cambio de siglo 197

La encrucijada de la psicologia del desarrollo en el cambio de siglo: etapas, contextos y dominios de conocimiento

Maria José Rodrigo Universidad de La Laguna

Como reza el titulo de este breve ensayo ~~futurista>>, me propongo refle- xionar sobre uno de 10s grandes retos que debe afrontar el estudio del desarrollo humano en 10s próximos &os: situar el anáíisis de 10s cambios evolutivos en unas nuevas coordenadas conceptuales que destaquen: a) la existencia de uni- versales cognitivos y sociales que moldean la mente humana; b) la relevancia de las funciones constructivas del conocimiento cotidiano sobre la realidad, y c) la importante contribución de 10s contextos socioculturales en las formas de des- pliegue y negociación interpersonal de dicho conocimiento.

Todo empezó hace &os con el aluvión de críticas vertido sobre las pro- puestas piagetianas en torno a la existencia de cambios estructurales generales, motivados por modificaciones en las operaciones mentales lógicas, y que afectan a todos 10s dominios de conocimiento. Su excesivo énfasis en el componente ope- ratori~ sobre el componente figurativa había relegado a segundo plano el estudio del contenido de las representaciones y la especificidad de sus procesos de apren- dizaje. Más recientemente, bajo la inspiración de las corrientes vygotskianas y neovygotskianas, se ha desplazado el análisis del cambio individual al marco de 10s procesos interpersonales que tienen lugar en 10s contextos socioculturales.

Como resultado del énfasis en el origen social y compartido de las repre- sentaciones, se ha descuidado el análisis de 10s cambios que sufren esras repre- sentaciones en la mente de las personas.

Por Último, de la mano del enfoque de dominios, se ha diversificado el es- tudio del cambio según ciertas áreas de conocimiento (que algunas veces re- cuerdan peligrosamente a 10s campos disciplinares de la ciencia), entre las que resulta difícil entrever unas dimensiones de cambio comunes que puedan refle- jar un cierto carácter unitari0 del procesador humano.

Sin duda, no podemos dejar de reconocer aquí 10s méritos que han acu- mulado 10s tres enfoques del desarroilo que acabamos de nombrar.

De las teorías de estadios hemos recibido una lección de universalismo, gracias a la cual se han descrit0 algunas propiedades y funciones generales del procesador humano, sus directrices de cambio global y el modo en que se van plasmando dichas modificaciones siguiendo un orden secuencial e invariante.

Las teorías contextualistas han llenado el escenari0 del desarrollo de un rico entramado de personas que realizan, de manera negociada, un conjunt0 de

Correspondencia: Departamento de Psicologia Evolutiva y de la Educaci6n. Facultad de Psicologia, Universidad de La Laguna. Campus de Guajara. 38200 Santa Cruz de Tenerife.

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actividades y tareas significativas para la cultura, y que confonnan el escenari0 sociocultural en el que las personas construyen su conocimiento. Gracias al es- tudio de 10s contextos socioculturales se va eliminando la idea de que existe un solo estadio ideal de conocimiento adulto (el teleologismo tipico de las teorías de estadios). Por el contrario, se admite la existencia de versiones alternativas de conocimiento mediatizadas por 10s contextos socioculturales, que regulan 10s procesos de adquisición de conocimiento a todas las edades. En este sentido, co- bra mucha importancia el estudio de 10s procesos de negociación del conoci- miento cotidiano hasta llegar, si es posible, a visiones compartidas por 10s gru- pos sociales.

Por último, de 10s modelos de dominios hemos aprendido que el estilo de conocimiento humano se manifiesta muy tempranamente, conformando 10 que podríamos llamar las teorías naturales o presuposiciones fundamentales sobre el mundo físico y social. Asi se ha podido constatar cómo bebés y adultos compar- ten una misma vocación constructiva y articulan su conocimiento a partir de unos determinados pilares conceptuales.

Uno de 10s retos que tiene planteado el estudio del cambio en 10s próximos años es el de elaborar una teoría del desamo110 de las funciones constructivas del conocimiento cotidiano, que incluya la aparición de 10s primeros pilares con- ceptuales definidos por las invarianzas biológicas y culturales que caracterizan a nuestra especie como constructora de te:orías implícitas sobre la realidad; que analice su despliegue posterior en varios dominios de conocimiento, y que, den- tro de cada dominio, describa las versiones alterntivas que presenta el conoci- miento según 10s procesos interpersonales de negociación de representaciones.

Además, estos procesos de iduencia interpersonal llevm'an a cambios sustanciales en el conocimiento de dominios que seguirían ciertas líneas maes- tras o dimensiones básicas de cambio. Se está en vias de definir las dimensiones de cambio por las que transcurre el desmollo de dicho conocimiento de domi- nios cualquiera que éste sea, de modo que pueda llegarse a una irnagen mis uni- taris del cambio como señalábamos más arriba. Asimismo, queda por dilucidar si 10s procesos de cambio que se producen como resultado de procesos de ense- ñanza-aprendizaje planificados y sisternáticos siguen dichas dimensiones de cambio o inauguran otras nuevas.

Pero además, junto al estudio del origen y despliegue del conocimiento se- mántico de dominios (teorías implicitas), habría que contemplar el origen y de- sarrollo del conocimiento epiddico ligado a la representación de situaciones. S610 asi se entendería la naturaleza de 10s cambios situados que tienen lugar en 10s escenarios socioculturales donde se ~negocian las representaciones.

En tales escenarios, las personas cuentan con un conocimiento semántico del mundo pero éste debe integrarse con una representación situada de las acti- vidades y tareas que se realizan para poder adecuarse a las demandas de las mis- mas. En suma, se tratm'a de reconocer la existencia de dos tipos de cambio en el conocimiento de dominios: aquellos cambios globales de carácter esquemático (menos frecuentes y de obtención a largo plazo) y 10s cambios situados en las re- presentaciones episódicas o modelos mentales de las tareas, actividades o situa- ciones (más frecuentes y de obtención a corto plazo). En definitiva, la psicologia

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Haciendo psicologia y hablando sobre psicologia 199

del desarrollo de 10s próximos años deberá navegar con cautela por el triángulo de las Bermudas constituido por 10s tres marcos explicatives del desarrollo, <<eta- pas-contextos-dominios>>, superar la tentación del <<todo valc>> y, aun asi, arribar a puerto seguro.

Haciendo psicologia y hablando sobre psicologia

Alberto Rosa Universidad Autónoma de Madrid

Los números que incluyen ceros a la derecha parecen ejercer una fascina- ción especial, sobre todo cuando sirven para cuantificar bienes que nos resultan valiosos, como es el caso de 10s años ya pasados. Muy pronto nos encontraremos en un año que acumula la muy poc0 frecuente cantidad de tres ceros, 10 que hace que nuestra temporalidad se nos haga presente con cierta urgencia. Y cuando tal cosa sucede, nos da por preguntarnos por el pasado, el presente y el futuro de nuestra actividad: para nosotros, y en 10 que aquí nos ocupa, la psicología.

Este número de la revista no está, como 10s demás, dedicado fundamental- mente a comunicar nuevos resultados dentro del proceso de hacer psicologia. Por el contrario, más bien representa una pausa en la labor de producir conocimiento; 10 que aquí se hace es algo así como levantar la vista del surco de trabajo de cada uno, y mirar hacia atrás para ver 10s resultados del trabajo colectivo últimamente desarrollados; para, a partir de allí, orientar nuestra acción presente hacia el hori- zonte que, nos parece, señala el camino ya recorrido. Dicho de otro modo, 10 que se pide a quienes aquí ofrecen una contribución, no es s610 un informe de cómo es- tán las cosas en psicologia, sino también una evaluación y una orientación hacia el futuro. En cierto modo, se les pide que se pongan en el ámbito de su especialidad profesional en una tesitura de h o comparable a la que 10s historiadores han de tomar profesionalmente. Por otra parte, podría pensarse si eso que se les pide es propiamente, o no, una participación auténtica en el proceso de producción de co- nocimientos en psicologia. Algunos podrían pensar que no es efectivamente asi, puesto que 10 que se les demanda es un producto literari0 bien diferente al del in- forme empírico. Pero, otros podrían argumentar que 10 que se ofrece como de- manda a la petición de 10s editores si es una contribución para el desarrollo de la psicologia, si bien esta consistiria, precisamente, más en un hublar sobre psicolo- gia, que en hacer psicología. Pero, jes que es posible establecer una distinción tan clara entre hucer algo y hablar sobre ese algo?, jno se da el caso de que en cien- cias sociales ambos aspectos vienen entrelazados de forma inevitable al tratarse con cuasi-objetos (Latour, 1991) constituidos por la propia acción de estudiarlos?,

Correspondencia: Departamento de Psicologia Básica, Facultad de Psicologia, Universidad Aut6noma de Madrid. Ciu- dad Universitaris de Cantoblanco. 28049 Madrid.

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200 A. Rosa

jno seria verdad que siempre que se escrilbe en una revista científica de psicologia, al mismo tiempo se huce y se hubla sobre psicologia, aunque, sin duda, el texto que se produzca tenga siempre mis de una cosa que de la otra?

Dado que mi ámbito profesional es el de la Historia e la Psicologia, mi modesta contribución al diálogo conte~llido en estas páginas es la de ílarnar la atención sobre algunos desarrollos recientes en esta disciplina, dedicada de forma mis o menos rutinaria, precisamente, a examinar, describir, explicar y evaluar la psicologia, es decir, a hablar sobre psicologia. En 10s últimos aiios ha tomado cierta notoriedad una nueva mamera de hacer Historia de la Psicologia que creo tiene un interés especial para la psicologia misma, mis alli de 10 que su propia historia pueda tener de utilidad para 10s psicólogos. Una forma de traba- jar en Historia de la Psicologia, que puede hacer que ese modo de hablar sobre psicologia, pueda contribuir en algo a hacer psicologia.

Lo que algunos han venido en llamar <<giro lingüistico>> ha afectado a la Historia de la Psicologia. Autores como Dazinger (1997), Grauman y Gergen (1996), Leary (1990) o Soyland (1994) se dirigen al estudio de la psicologia con una orientación que debe no poc0 a la de 10s críticos literarios. Dicho de otra ma- nera, a la hora de tomar a la psicologia como objeto de estudio, la consideran no s610 como una organización social, como contribuciones de individuos destaca- dos, como un conjunt0 de ideas que se despliegan en el tiempo (algo bastante inapresable como objeto de estudio empirico -y la historia es una disciplina em- pírica), sino de manera mucho más terrenal consideran a la psicologia (en tanto que su objeto de estudio) como textos, como discursos, como resultados de ac- tos comunicativos. Esta manera de contemplar el resultado de la labor de 10s psi- cólogos no s610 est6 contribuyendo a hacer que la Historia de la Psicologia se vaya convirtiendo en una historia intelectual, sino que, al mismo tiempo, tiene el valor aiiadido de contribuir (o asi esperarnos algunos) a poner de manifiesto en- tre 10s psicólogos que el hacer psicologia (como es el caso de cualquier otra ciencia) es inevitablemente hablar de y sobre psicologia, 10 que nunca puede ser ajeno al cómo, al por que' y al para qui& se habla, si es que nos creemos 10 que la propia pragmática indica respecto a la, función comunicativa y la regulación de la acción propia, y de la de 10s demás.

Esta manera de hacer Historia de la Psicologia representa un uso metodo- lógico de la reflexividad (Rosa, 1994; Rosa, Huertas y Blanco, 1996), que con- tribuye a que 10s psicólogos tomen conciencia no s610 de 10 que se hace al hacer psicologia, sino que esa acción misma, ta tanto que acción, en tanto que actos de habla, no es s610 un proceso de constmcción de conocimiento situado en con- textos concretos de actividad (Valsiner, 1998) y, por consiguiente, tiene una na- turaleza histórico-cultural; sino que, tarmbién, en no poca parte participa del pro- ceso social de construcción del propio objeto que se estudia, mediante la capacidad realizativa que al habla del psicólogo su posición social le atribuye.

Dazinger, K. (1997). Naming rhe Mind. London: Sage.

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Anticipando el @turo 201

Graurnan, C.F. & Gergen, K.J. (1996). Historical Dimensions of Psychological Discourse. Cambridge: Cam- bridge University Press.

Latour, B. (1991). Nous n'avons jamais été modernes. Paris: La Découverte. Leary, D. (1990). Metaphors in the History of Psychology. Cambridge: Cambridge University Press. Rosa, A. (1994). History of Psychology. A ground for reflexivity. In A. Rosa Y .T. Vaisiner (Comp.),. Explora-

tions in Socio-Cultural Studies.(vol. I ) Historical and Theoretical Discourse. Madrid: Fundaci6n In- fancia y Aprendizaje.

Rosa, A., Huertas, J.A. y Blanco, F. (1996). Metodologíapara la Historia de la Psicologia. Madrid: Alianza. Soyland, A.J. (1994). Psychology as Metaphor. London: Sage. Vaisiner, J. (1998). Editorial. Culture & Psychology on the move. Culture & Psychology 4 (I), 5-10.

Anticipando el futuro

Miquel Siguan Universitat de Barcelona

Al intentar pensar en el desarrollo de la psicologia en un futuro previsible me Veo llevado a distinguir entre 10 que desearía que sucediese y 10 que supongo que efectivamente va a ocurrir. Lo que me gustaría que ocurriese es que la psi- cologia dejase de ser una colección de campos de conocimientos relacionados de algún modo con el comportamiento humano, cada uno con sus hipótesis básicas y su propia metodologia, para convertirse en una verdadera ciencia en el sentido de un conjunt0 sistemático de conocimientos rigurosos y verificables sobre el comportamiento humano. Lo cual quiere decir que me gustaría que cesase la ac- tual dicotomia entre unas explicaciones basadas en la estructura del individuo y en último térrnino en su fisiologia y otras basadas en las interacciones sociales. Y me gustaría igualmente que en vez de seguir enfrentando explicaciones causa- les y explicaciones genéticas se pusiese en claro la relación que puede existir en- tre ambas. Y no hace falta decir que me gustaría que cesase la ambigüedad que significa el que s610 se admitan como datos psicológicos las observaciones ex- ternas cuando la mayor parte de 10s conceptos que manejamos 10s psicólogos s610 tienen sentido a partir de la experiencia interna.

Pero no creo que esto ocurra. Las ciencias naturales hace tiempo que con- sagraron una concepción dlida de 10 que es el objeto de la ciencia y de la meto- dologia para alcanzarlo y hace tiempo también que la psicologia cientifica aceptó esta metodologia. Y aunque la física teórica moderna ha desbordado am- pliamente la concepción clásica de la materia el hecho no ha repercutido sobre la investigación natural ni ha impulsado a 10s psicólogos a desprenderse del mo- delo explicativo de la física clásica.

Y si esto no ocurre iqué es 10 que creo que ocurrirá? Una pista nos la ofrece 10 que ha ocurrido con el conductismo que durante

casi medio siglo ha dominado el panorama de la psicologia cientifica y que ha

Correspondencia. Facultat de Psicologia, Anuario de Psicologia. Pg. de la Vaü d'Hebron, 171.08035 Barcelona.

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202 J.L. Tizdn

perdido, de una manera bastante rápida, este lugar sin que de ningún modo se haya demostrado su falsedad sino simplemente porque una mayoria de psicólo- gos han dejado de interesarse por 61 y se han decantado por el cognitivisno que trata de temas que el conductismo habia dejado de lado. Asi en muy poc0 tiempo el cognitivismo ha ocupado la posición que dejaba vacante el conductismo. Es evidente que al cognitivismo le queda mucho campo por correr, basta pensar en 10s argumentos que pueden aportarle 10s progresos en el conocimiento de la fi- siologia del sistema nervioso e incluso la fisiologia humana experimental y tam- bién en la complejidad creciente de 10s sistemas informáticos pero es igualmente evidente su carácter parcial, de modo que tarde o temprano se producirá un can- sancio y un bandazo. Pero un bandazo jen qué dirección?

Aunque anticipar el futuro es arriesgado parece razonable pensar que el nuevo paradigma coloque en primer lugar la afectividad y la acción, precisa- mente 10s aspectos que el cognitivismo deja de lado; parece igualmente razona- ble pensar que el nuevo paradigma intente colrnar el foso antes señalado entre las explicaciones a partir de la fisiologia y las dependientes de la sociologia incluso si no 10 consigue. Y 10 que sobre todo parece razonable pensar es que el nuevo paradigma nazca de la presión de 10s profesionales de la psicología ya que 10 que parece evidente es que en el siglo próximo el papel de 10s psicólogos en la vida individual y colectiva no hará mis que-crecer. Por 10 que el nuevo paradigma 10 poáríamos imaginar como 10 que ha representado el psicoanálisis pero con una base metodológica mis dlida y una fundamentación científica.

Pero tampoc0 puede excluirse la posibilidad de que la perduración de la pluralidad de explicaciones psicológicas y la distancia cada vez mayor entre las psicologias científicas y las demandas populares de orientación existencial favo- rezcan la aparición y la popularidad de explicaciones irracionales del comporta- miento. Una posibilidad en las antípodas de mis deseos pero que el descens0 ge- neralizado del espiritu critico me hace temer.

La psicología clínica, la psico(pato)logía y las técnicas de psicoterapia en 10s umbrales del siglo xx~

Jorge L. Tizdn Institut Catalci de la Salut

Me preguntan mi opinión, <<desde mi Óptica e inquietudes>>, sobre la psi- cologia en 10s umbrales del siglo XXI. Tanto por mis conocimientos, como por mi práctica cotidiana, como por la limitación de este breve escrito, s610 podré re- ferirme en 61 a mi perspectiva de la situación de algunas de las disciplinas psi-

Correspondencia: Unidad de Salud Mental *La Vemeda-La Pau-La Minlu,. Plaza de la Infancia, s/n, 4". 08020 Barcelona.

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cológicas ante el final del siglo xx. Perdonen pues mi parcialidad y 10 esquemá- tico de muchas de las afirmaciones que vendrán detrás, esquematismo que in- tento disminuir proporcionando el trabajo o el libro donde, tal vez, el lector po- drá encontrar las necesarias matizaciones de algunas de las aseveraciones que apunto.

Mi opinión es que, en estas disciplinas de la psicologia más relacionadas con la psicologia clínica y las técnicas de ayuda a 10s seres humanos que sufren por motivos psico(pato)lógicos, estamos ante un conflicto fundamental. Un con- flicto ante el cual deberíamos unirnos todos 10s que defendemos la auwnomía (relativa) y la validez del campo de 10 psicológico como diferenciado de 10 bio- lógico y 10 social. Me refiero al conflicto de intereses que enfrenta una perspec- tiva no reduccionista de nuestras disciplinas con la perspectiva biologista domi- nante de las mismas.

Efectivamente, ante el final de siglo, gracias a 10s importantes descubri- mientos realizados en el campo de la neurobiologia y neuroquimica, asi como a complejos sistemas de mercadotecnia, en muchas de nuestras disciplinas hemos perdido o podemos perder esa autonomia relativa. En realidad, a nivel práctico, asistimos a un rebrote del organicisrno y el biologismo: cada vez mis, en nume- rosos paises <<del primer y segundo mundos>> las disciplinas psico(pato)lÓgicas y las técnicas psicológicas están siendo arrinconadas -en cuanto a presupuesto, instituciones, organizaciones y dotaciones- por las técnicas biológicas. Yo diria mis: hablm'a de un imperialismofinisecular del biologismo (y, como ustedes sa- ben, diferencio el biologismo de las técnicas biológicas (Tizón, 1978; Tizón et al., 1986)). No s610 es que el uso de psicofsirmacos, electroshock, psicocirugia, etc esté aumentando, sino que 10 esta' haciendo también a costa de la reducción de las posibilidades de muchas disciplinas psicológicas y psicosociales. Y que si bien, como decia, parte -¡parte!- de ese aumento avanza con el viento de popa de datos como la mayor potencia, seguridad y selectividad de 10s nuevos psico- fármacos -criteri0 técnico- y del mayor conocimiento del SNC -criteri0 empi- rico-teóricw, se apoya sin embargo en buena parte en un reduccionismo episte- mológico -para el cua1 acuñé ya hace años el término biologismo (ibídem)- y, a nivel pragrnático, en un uso politicosocial abusivo del mismo. Un uso abusivo e ideológico del biologismo logrado no tanto mediante el convencimiento teórico o técnico, sino mediante complejos sistemas de mercadotecnia y organización en grupos de presión de ciertos sectores del aparato industrial-sanitario.

La irracionalidad de las exageraciones biologistas es tal que no dudo que en pocos años -en el peor de 10s casos, decenios- ese imperialisme se dermm- bará como un auténtico <<tigre de papel>>: sus costos son exponenciales, consume cada vez mayores presupuestos que tienen que sustraerse de otras posibilidades de la investigación, de las técnicas terapéuticas y de 10s presupuestos del Estado, genera cada vez mayor rechazo soci al... Pero hasta entonces, su dominio socio- económico puede acarrear importantes desventuras y desvaríos a nuestras disci- plinas ... e importantes sufrimientos a las poblaciones y a las sociedades que se dejen dominar por el rnismo.

Porque, por el contrario, parece que cada vez cobra más relevancia la po- sibilidad de que la diferenciación de la psicologia contemporánea en <<orienta-

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ciones>>, <<ramas>> o <<escuelas>> vaya a ir cristalizando en <<diversos enfoquem, <<puntos de mira>>, <<vértices de obsewación>> o, simplemente, disciplinas para el hecho psicológico humano. ¿Tal vez en una forma en cierto modo similar a cómo, desde una matriz inicial común pero compuesta por paradigmas diver- gentes, la medicina y la biologia modennas están utilizando aproximaciones di- versas? Ya que hablo del problema del biologismo, quiero escoger aquí metáfo- ras y comparaciones entre psicologia y biologia. En efecto: en medicina contemporánea, las aproximaciones clinicas y de investigación pueden estar ba- sadas en la física (traumatologia, anatomia...), en la bioquímica, en la fisiologia molecular, celular o de sistemas, en la ecologia y la antropologia diferencial, etc. Asi, un mismo hecho clinico o biológico puede estudiarse (y, en ocasiones, tra- tarse) con procedimientos quirúrgicos, rehabilitadores, fisicos, quimicos, psico- lógicos en ocasiones, de medicina nuclear, etc. <<En teoria>>, siempre hay un <<mé- todo de elecciÓn>>, un método rnás eficaz, efectivo y, tal vez, eficiente. Pero ¿en qué <<teoria>>? Además, esas decisiones 110 se toman (casi) nunca en el terreno de la teoria, sino de la pragmática.

En ese sentido, por tanto, es posible que también puedan irse definiendo aún más en el futuro perspectivas teóricas y terapéuticas psicológicas diferen- ciada~ para su uso a nivel emocional-cagnitivo (psicoanálisis y derivados), cog- nitivo, conductual o psicosocial, por ejemplo. Tal vez en forma similar a como existen terapéuticas fisicas, bioquimicas, quirúrgicas, nucleares y moleculares, etc -con sus correspondientes métodos de exploración-.

Todo el10 es más relevante en las postrimerías del siglo XX, cuando la convergencia entre diversos sistemas de psicoterapia esta siendo favorecida, por un lado, por el propio desarrollo técnico y cientifico-técnico. Por otro, por las co- nexiones crecientes con las ciencias de base, la psicologia clínica y la psicologia de la personalidad. También, por la investigación empírica. Pero creo que, a fuer de sinceros, no hemos de olvidar que, tal vez por encima de otros empujes, están contribuyendo a esa convergencia 10s diversos sistemas de supervisión y control puestos en pie por las administraciones públicas para investigar la racionalidad y eficiencia de las técnicas de psicoterapia -de una forma similar a como desde hace años se viene realizando con las tecnicas sanitarias (Tizón, 1997a; Tizón et al., 1997b).

El10 no es Óbice para mi opinión provisionalmente escéptica sobre la po- sibilidad a corto plazo de una supuesta integración ecléctica (y, menos aún, para un real sincretismo) entre 10s diversos sistemas de psicoterapih: mi impresión es que tal integración ecléctica resulta, hoy por hoy, aún lejana en el campo de la teoria e incluso de la <<teoria de la técnica>>, mas no asi en el terreno de las técni- cas y procedimientos concretos. Como ya he dicho en otras ocasiones (ibídem), no soy de la misma opinión en cuanto al tema de la complementación de las di- versas técnicas, procedimientos ... e incluso sistemas de psicoterapia. Creo que, por el contrario, ésta hoy es posible, necesaria y que, en buena medida, ya está en marcha. Y está en marcha tanto en SIJ aplicación a casos individuales como en su aplicación a poblaciones y dispositives asistenciales (ibídem).

Por tanto, a nivel de 10s programas, protocolos y sistemas terapéuticos concretos, la convergencia en nuevos modelos explicativos y nuevas técnicas y

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tecnologías parece la dirección mis probable del desarrollo. Aunque en más de un momento no parezca sino un desideratum. La realidad es que, en numerosas ocasiones, en nuestras disciplinas seguimos habiéndonoslas con elementos de artesanado, de <<me>> y <<juicio clínica>>; con elementos paracientíficos, ideoló- gicos o incluso precientíficos; con contradicciones, desavenencias, obscuridades teóricas, dificultades o desinterés por formalizar y axiomatiz ar... Todo el10 pesa tanto en el panorama de la psico(pato)logía y las modernas técnicas de psicote- rapia que mi opinión provisional es que aún no resulta posible un eclecticismo técnico y pragmático. Y que 10s eclecticismos teóricos me parecen a menudo si- multáneamente ingenuos e incompletos. Creo que aún quedan años y años en 10s cuales es de desear una real profundización en la formación según cada pro- grama de investigación, ayudándonos con la critica y el estimulo de 10s progra- mas alternatives. Aiios en 10s cuales ser5 difícil reducir la enorme inversión de esfuerzos que precisan 10s programas de formación en psicoterapia (realrnente, muy poc0 eficientes hoy por hoy). Además, al final de esos años, no vamos a en- contrarnos en el reino tranquilizador de la teoria sin fisuras y la práctica sin pro- blemas. Por el contrario, mi impresión actual es que en el campo de las técnicas de psicoterapia 10 que se necesita es una progresiva especialización de las técni- cas no en función de la escuela teórica, la formación del terapeuta y, en defini- tiva, cuestiones de sectarismo, poder y prestigio ... sino enfunción del paciente, la comunidad y sus problemas. En definitiva, una más que necesaria introduc- ción de las exigencias de la asistencia sanitaria centrada en el consultante (ASCC), que he propuesto para la atención sanitaria en general (Tizón, 1996), también en el campo de las técnicas de psicoterapia.

Ello significará, desde luego, importantes cambios a corto plazo en la teo- ria psicoanalítica, por citar mi ámbito de especialización (Tizón, 1997; Bofill et al., 1991; Tizón, 1997b). Y, desde luego, como ya he tratado en numerosas oca- siones, nuevas vías de complementación entre 10s programas de investigación del cognitivismo y el psicoanálisis (Tizón, 1997a; Bofill et al., 1994). Algo im- posible de lograr sin una disminución urgente de 10s sectarismos y radicalismos teóricos y técnicos que hoy 10s separan.

Una de las claves para que la psicologia clínica y la psico(pato)logía pue- dan soportar el embite de <<la ola biologista que nos invade>> (de nuevo), consiste en una perspectiva mis amplia de la investigación sobre las técnicas. Cada vez hemos de prestar más atención a la investigación no tan s610 de la eficacia y la eficiencia, como reduccionistamente nos demandan, sino tarnbién de 10s otros rasgos diferenciales de la calidad de cualquier terapia: efectividad, seguridad, accesibilidad, oportunidad, balance autonomia-heteronomia, etc. Es un asunto en el que también vengo insistiendo últimamente (Tizón, 1997a; Tizón et al., 1997b; Tizón, 1997~).

Para terminar este breve y polémico comentario: a pesar de todo 10 ante- rior, hemos de reconocer que nuestro conocimiento de las explicaciones y moti- vaciones de la conducta (significante) y de las representaciones mentales huma- nas resulta a menudo aún incipiente, deslabazado, atom'stico o apriorístico ... Mientras, la psicopatologia y sus consecuencias son cada vez más conocidas, va- lorada~, temidas ... El10 nos ha colocado, como psicólogos y como profesionales,

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en una delicada situación que parece que puede durar decenios: digan 10 que di- gan supuestos <<resultados milagrosos de maravillosos tratamientos ultrabreves y baratos>>, el tratamiento de 10s trastornos mentales hoy en dia sigue siendo largo, complejo, costoso, jalonado de sufrimiemtos, errores y conflictos ... Un campo de investigación y trabajo teórico y técnico prioritario es pues el de la prevención y la promoción de la salud (mental) en sus diversos niveles y posibilidades. Y se trata de un campo en el que, si supiéramos organizarnos, complementarnos y co- laborar, como psicológicos y como profesionales tendríamos <<mucho y bueno>> que ofrecer a una humanidad que, <<a trancas y barrancas>>, pero llena de espe- ranza y deseos de vida, camina hacia el siglo XX.

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