Habitar El Peronismo 3

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HABITAR EL PERONISMO ROBERTO DOBERTI EL PERONISMO COMO AMBITO Y COMO EXPERIENCIA VITAL Habitar el Peronismo transmite un concepto primordial y decisivo. Implica, a la vez, una posibilidad y un deber. Hay muy pocas construcciones políticas que puedan ser habitadas y, en rigor, no vislumbro en nuestro contexto nacional ninguna otra que se aproxime a esa plenitud de sentido. Habitar el Peronismo es posible porque el Peronismo contiene una concepción filosófica de la vida social, una lógica de ejercicio o aplicación de dicha concepción y porque porta, al mismo tiempo, aspectos rituales y afectivos elaborados a lo largo de una historia con múltiples pliegues, pero cuyo eje fundamental fue elaborado por las dos personas, reales y míticas, que le dieron su insustituible ubicación en el marco de la sociedad que conformamos. Habitar el Peronismo es posible porque se puede estar en el Peronismo, es decir sentirse incluido en un ámbito común, en un ámbito que puede recorrerse en muchas direcciones y cuyos límites nunca están totalmente determinados sino, por el contrario, dispuestos para su permanente redefinición. Decir que Habitar el Peronismo es un deber implica que no existe ni persiste simplemente como un partido para ser votado o como una opción que asegure mejor gestión de la cosa pública. No es que no haya que votarlo ni que no sean necesarias gestiones eficaces, lo que ocurre es que eso no es suficiente. El Peronismo exige más: se debe habitarlo y se debe ser habitado por el Peronismo. Se debe estar de manera permanente en él, se deben trascender las coordenadas de la mera administración para que se manifieste el sentido primordial que lo constituye. Ese sentido, objetivo y razón de su existencia, consiste en ser motor de una comunidad 1

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Roberto Doberti

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HABITAR EL PERONISMO

HABITAR EL PERONISMOROBERTO DOBERTI

EL PERONISMO COMO AMBITO Y COMO EXPERIENCIA VITALHabitar el Peronismo transmite un concepto primordial y decisivo. Implica, a la vez, una posibilidad y un deber.

Hay muy pocas construcciones polticas que puedan ser habitadas y, en rigor, no vislumbro en nuestro contexto nacional ninguna otra que se aproxime a esa plenitud de sentido.

Habitar el Peronismo es posible porque el Peronismo contiene una concepcin filosfica de la vida social, una lgica de ejercicio o aplicacin de dicha concepcin y porque porta, al mismo tiempo, aspectos rituales y afectivos elaborados a lo largo de una historia con mltiples pliegues, pero cuyo eje fundamental fue elaborado por las dos personas, reales y mticas, que le dieron su insustituible ubicacin en el marco de la sociedad que conformamos.

Habitar el Peronismo es posible porque se puede estar en el Peronismo, es decir sentirse incluido en un mbito comn, en un mbito que puede recorrerse en muchas direcciones y cuyos lmites nunca estn totalmente determinados sino, por el contrario, dispuestos para su permanente redefinicin.

Decir que Habitar el Peronismo es un deber implica que no existe ni persiste simplemente como un partido para ser votado o como una opcin que asegure mejor gestin de la cosa pblica. No es que no haya que votarlo ni que no sean necesarias gestiones eficaces, lo que ocurre es que eso no es suficiente.

El Peronismo exige ms: se debe habitarlo y se debe ser habitado por el Peronismo. Se debe estar de manera permanente en l, se deben trascender las coordenadas de la mera administracin para que se manifieste el sentido primordial que lo constituye. Ese sentido, objetivo y razn de su existencia, consiste en ser motor de una comunidad cuya organizacin debe ser, al mismo tiempo, realidad concreta y proyecto en actualizacin.

Es claro que lo que sustentaremos bajo la nocin Habitar el Peronismo, atiende a una instancia o categora conceptual y polticamente anterior a la puja por candidaturas, al ejercicio de cargos y funciones o al acceso de posiciones destacadas. Se trata de disponer un lugar desde donde ver lo sustancial, diferencial e insustituible del Peronismo.

LOS PRINCIPIOS DE UNA TEORIA DEL HABITAR

Entre los principios bsicos de una Teora del Habitar se inscriben estas tres condiciones:

Habitamos todos

Habitamos siempre

Habitamos juntos

Cada uno de estos principios admite diversas interpretaciones, intenciones y variantes. El Peronismo sabe que habitamos todos y sabe que es necesario que todos tengamos las mismas posibilidades, y sobre todo idntica dignidad de hombres y mujeres que determinan su destino en funcin de una matizada pero clara vocacin nacional y popular.

Habitamos todos, pero no todos del mismo modo. No pretendemos la uniformidad que anula la persona y las transformaciones, pero no aceptamos las diferencias que concentran los privilegios y acumulan las exclusiones.

Habitamos siempre, en ningn momento de la vida dejamos de habitar, pero la vida no es para siempre: y es precisamente la conciencia de la finitud la que permite reconocer al Habitar, sabiendo que somos herederos de su codificacin y responsables de legarlo ennoblecido a quienes nos sucedan.

Habitamos juntos. El ser humano no se desarrolla en soledad, los otros estn siempre presentes, necesariamente presentes. Pero cul es la relacin con los otros es cuestin con grandes diferencias y matices. Como dicotoma drstica digamos que los otros pueden verse como competidores o como colaboradores. Puedo pensar que restringen mi libertad y mis derechos (la triste frase que pregona que mi libertad termina donde empieza la de los dems) o puedo pensar que solo con los otros cobra algn sentido la idea de libertad y de derecho. En el medio del desierto mi libertad y mis derechos son infinitos, pero no solo me muero de sed y de angustia sino que me deshumanizo. En rigor, lo que me queda de humano es la voluntad de encuentro.

HABLAR Y HABITAREs necesario ahora decir qu entendemos nosotros por Habitar o, de otro modo, cul es su estatuto e importancia en la vida social o, si se quiere, en qu consiste. Dicho simple y taxativamente: nosotros ubicamos al Habitar como un sistema de Significacin. En tanto sistemtica significativa es propia y exclusiva de los seres humanos, quienes se constituyen y se determinan como tales por el ejercicio de dos grandes sistemas de Significacin: el sistema del Hablar y el sistema del Habitar. No hay horda, clan, pueblo o, ms en general, comunidad humana, que no hable y no habite. Pero junto a esta condicin general y omnipresente se debe reconocer el hecho concreto y sustantivo de que las comunidades humanas hablan y habitan de muy distintas maneras, y tambin que estas codificaciones no son estables; los pueblos las transforman a lo largo de la historia, los pueblos las hacen historia.

Hablar y Habitar no nacen completos sino balbuceantes y temblorosos, pero a lo largo de extensos tiempos se irn desarrollando inexorablemente. El elemento clave que garantiza la lgica del Habitar es la aparicin del utensilio, a tal punto que cuando el arquelogo descubre algn utensilio puede decir con certeza: aqu hubo cultura, aqu hubo seres humanos. El pedernal que posibilita el corte, el colmillo que permite agujerear, la piedra asible que habilita el machacamiento, por elementales y primitivos que los veamos, marcan una diferencia esencial: nos instituyen como humanos. Porque esas cosas estrictamente no son cuchillo o punzn cuando estn cortando, desgarrando u horadando sino cuando son preservados y reconocidos como portadores de esas capacidades, cuando son smbolos de su eficacia, cuando son memoria de usos pasados y prefiguracin de utilizaciones futuras. En rigor, cuando son reserva semntica compartida y entendida por la comunidad. Las similitudes con la palabra son evidentes. Dos agrupaciones de reservas semnticas para comunicarse y pensar, y para concertar las acciones y transformar el mundo.

As como esquemticamente podemos decir que el Hablar codifica voces y conceptos (establece una correspondencia biunvoca entre ellos), tambin cabe afirmar que el Habitar codifica conformaciones y comportamientos (estableciendo una similar correspondencia).

Tambin las diferencias son notorias. El Hablar se ancla en la abstraccin, su glorioso destino es reflexionar sobre las cosas y los hombres, sobre su ser, culminar en filosofa. El Habitar estar ms cercano a las percepciones sensibles, a las demandas y anhelos del cuerpo personal y social, a sus maneras de estar, su finalidad no menos relevante es la apropiacin sensorial y material del mundo, culminar en estrategia. Claramente el Peronismo es, a la vez, una filosofa y una estrategia.LAS VOLUNTAD DE LO IMPERIOS

Como es obvio e inexorable Hablar y Habitar se entrelazarn de mil modos construyendo la cultura humana; las diversas, irreductibles y diferenciadas manifestaciones culturales propias de cada pueblo. Los cnticos, los bailes, los rituales, son algunas de estas amalgamas. Y otra vez habr que advertir sobre los peligros que acechan, porque una y otra vez los Imperios tratarn de imponer su modo de Hablar y de Habitar. Lo harn mediante el ejercicio de la fuerza y mediante el insidioso ejercicio de una comunicacin ideolgica que dir que ese Hablar y ese Habitar del Imperio son los nicos correctos y verdaderos; y en el lmite dir que son los nicos posibles.

El Peronismo ser el rechazo tajante a esas pretensiones imperiales, este rechazo expreso e inclaudicable, no le ser perdonado. Con el Peronismo se habla y se habita de otra manera, con aciertos y tambin con errores, pero se habla y habita desde nosotros mismos, renegando de tutelas y dogmatismos, abriendo caminos, guindose por sus propios principios, renovando esperanzas y procedimientos.No hay duda de que en el Peronismo se imbrican el Hablar y el Habitar. Lo muchos tomos que demanda recoger los escritos de Pern son prueba fehaciente de su vnculo estrecho con la palabra, sus apotegmas y verdades y, sobre todo el Pueblo escuchando con uncin sus discursos reafirman ese vnculo. Pero el Peronismo no juega todas sus fichas a la palabra, ni mucho menos. Desde la famosa frase mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar queda clara la desconfianza sobre el mero palabrero. La Fundacin Eva Pern no estuvo destinada, en lo primordial, a difundir enunciados, estuvo orientada a acciones que incidan poderosamente en los modos de Habitar; creando mbitos de enseanza, curacin y vida domstica, otorgando mquinas de coser (otra vez los utensilios), propiciando las prcticas deportivas para todos los nios y jvenes, dignificando no solo el trabajo sino tambin los modos de trabajar, y con ello la posicin subjetiva del trabajador.LA FUNDACION DEL PERONISMOEl Acta fundacional del Peronismo no es un Acta, es un Acto. No se trata de un hecho de escritura, de una declaracin o un manifiesto, no se inscribe del lado del Hablar. En tanto Acto, actuacin, ocupacin de un espacio, se inscribe del lado del Habitar. El 17 de octubre de 1945 el Pueblo decide Habitar la Plaza: as nace el Peronismo. El Pueblo est en la Plaza y eso es lo decisivo. No se tranquiliza hasta lograr su objetivo: la liberacin de Pern y la restitucin de todas sus funciones. Se podra pensar que logrado esos propsitos el Pueblo deja de Habitar la Plaza; pero no. Retirarse del lugar no es dejar de habitarlo, la apropiacin es permanente durante esos diez primeros aos. Se vuelve y se est fsicamente all en las grandes conmemoraciones anuales y en las circunstancias puntuales convocadas por el jbilo o la zozobra. Pero el Pueblo habita siempre la Plaza, porque Habitar es primordialmente una cuestin simblica, el Pueblo sabe que la apropiacin de ese espacio (cantando, gritando, comiendo, subiendo a los rboles y monumentos, lavndose en las fuentes) es decisiva y constante. Desgraciadamente tambin lo saben los enemigos de la liberacin; por eso recurrirn al acto homicida y terrible del bombardeo de esa Plaza en junio de 1955. Despus habr reiterados intentos de remedar nuestra original y esencial apropiacin, pretendiendo una imposible sustitucin que destruya la memoria y el fervor inagotables de aquella gestacin. Algunos intentos son crueles y vergonzosos por la calaa de quienes convocan a esa accin profanadora, casi todos circunstanciales y casi siempre bordeando la ridiculez. Debemos reconocer y respetar una excepcin: la de una grupo de Madres que habitaron la Plaza desde la valenta y la desesperacin exigiendo presencias (que no llegaron) y justicia (que lentamente est llegando).Pero el Peronismo tiene que volver a Habitar la Plaza con la plenitud de sentido no necesariamente con similitud de rituales- que le dio origen y dimensin histrica. Esta tarea es sustantiva, e implica el cumplimiento de todas las tareas y la asuncin de todas las actitudes que le otorguen autenticidad a esa prctica de ocupacin del espacio clave de nuestra identidad nacional.Los modos de Habitar son variables, en rigor esos cambios son parte decisiva de la dinmica de los tiempos. Una cantidad de factores influyen para esta reformulacin constante: los desarrollos tecnolgicos, las situaciones geopolticas globales y regionales, la aparicin y el ocaso de instituciones sociales que se perciben como necesarias o insuficientes, y en especial, la creatividad propia de los seres humanos.

En consecuencia, Habitar el Peronismo no podr ser una mera rplica o restauracin de tiempos anteriores. Debe quedar claro que este texto no convoca a la nostalgia sino a la recreacin.

DOS VECES HABITAR LA PLAZA

Todas las equiparaciones con hechos ocurridos con grandes diferencias de tiempo y contexto son riesgosas y frecuentemente refutables. Pero la equivalencia del espacio y algunas similitudes claras asocian al pueblo peronista de 1945 (que recin ah y en ese momento es acabadamente pueblo peronista) con aquel pueblo que quera saber de qu se trata en 1810. Otra vez se declara poco y sobre todo, nada muy preciso; otra vez es el pueblo (con las restricciones que la poca y la ideologa imponan en aquel entonces) el protagonista. Otra vez se trata de un Acto fundacional, otra vez la cuestin capital era quienes habitaban ese lugar, y otra vez la lucha por la apropiacin operativa y simblica de ese espacio ser sustancial. Ser violenta y estar llena de traiciones por parte de aquellos para quienes la liberacin y la presencia de todos los hombres y todas las mujeres son situaciones que no saben ejercer ni tolerar.LA AMPLITUD DEL PERONISMODesde aquel momento el 17 de octubre de 1945- y desde ese lugar la Plaza de Mayo- el Peronismo ampli sus escalas de tiempo y espacio. El Peronismo habit las calles, las ciudades, el territorio ntegro de la Nacin, y habit las fbricas, las casas y cuanto mbito quiera pensarse. Tambin el Peronismo habit su tiempo de eclosin, es decir, los tiempos anteriores a su gestacin cuando se negaban todos sus valores y anhelos. Habit esos tiempos anteriores sea como recuerdo o como saber histrico y, sobre todo, habit la expectativa de los tiempos futuros, tiempos que so de felicidad y justicia.

Ese Habitar expandido no intentaba, no debe pretender nunca, ser exclusivo, impositivo ni excluyente. En el ancho ro del Habitar Argentina hay lugares sobrados para distintas aguas, pero el Peronismo naci con la justificada decisin de constituir la corriente principal, la orientacin general del caudal. A esas dimensiones y a esa decisin no debemos renunciar an sabiendo de las desviaciones y reducciones que hemos sufrido desde nuestro propio cuerpo- porque, reitero, no se trata solo de cantidad de votos ni de eficiencia operativa. El Peronismo naci para transformar nuestro modo de Habitar y, a la vez, para ser habitado, para reconocer el pasado y construir el futuro.HABITAR, ESTAR, ESTAR DE PIE Como decamos el Peronismo marca poderosamente su impronta en el sistema del Habitar, y con ello hace una valoracin sustantiva del estar. Estar (del latn stare) es en su significado primero estar de pi. Con el Peronismo es el Pueblo quien se pone de pi, el Pueblo se alza y camina; tiene gua, convicciones y horizontes. La primera consecuencia del Peronismo es el principio de no agachar la cabeza, no mendigar sino ejercer los derechos (quizs nada irrite ms a los poderosos que esa posicin de dignidad no negociable, porque simplemente se la habita). El modo con que nos llamamos compaero- es otro claro indicio de esta imbricacin del Hablar y el Habitar propia del Peronismo. Compaero es en su origen quien come del mismo pan, un comportamiento y tambin una seal de profunda solidaridad; es tambin el que acompaa. Es una palabra clave y distintiva que menciona modalidades de compartir, de establecerse y entender los lugares y los afectos, es una ligazn que parte de las acciones simblicas y materiales necesarias para instituir un destino comn.La liberacin latinoamericana, de la cual el Peronismo es una de las ms significativas expresiones polticas, es tarea difcil y paciente, requerida de osada y de inteligencia; violentada y desarticulada con todos los recursos de los poderosos de adentro y de afuera, pero es tarea de la que no nos desviaremos.Tampoco es tarea en la que estamos solos. En diversos espacios de nuestro continente se estn levantando pueblos, y lderes de esos pueblos, que me permiten la justificada esperanza de que finalmente estemos dispuestos a Habitar Latinoamrica. Sin tutelas, sin exclusiones, sin temores, es decir habitarla con la plenitud de los hombres y las mujeres libres.Roberto Doberti (Buenos Aires, 1936) es doctor en Arquitectura. Ha creado la primera ctedra de Teora del Habitar en la Universidad del Buenos Aires, donde han cursado alrededor de diez mil estudiantes. Es Director del Instituto de la Espacialidad Humana, donde trabajan numerosas investigadores de diversas disciplinas; y es presidente acadmico de la Asociacin Latinoamericana de Teora del Habitar.PAGE 6