Habana Eva de Fina Torres.

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HABANA EVA DE FINA TORRES: DE LA SUBVERSIÓN DE LA CARNE A LA CONSTRUCCIÓN PERSONA.

APUNTES PARA UNA CONVERSACIÓN

1. Sea que hablemos de sistemas totales o capitalistas, la serialización y homogeneización de la cultura lleva implícita la invisibilidad social a través de la neutralización de la persona. Tanto el primero como el segundo diseñan sus exclusiones por vía ideológica o de mercado tramando así, una extensa gama de identidades artificiales cuyo objetivo apunta hacia la despersonalización del hombre. En ambos casos, se trata de una práctica que privilegia lo natural –el cuerpo- opacando oportunamente, el conjunto de deberes y derechos sociales en los que se articula y realiza la ciudadanía y cuyo seno es la persona. En esa línea de tachaduras, la expoliación del ser humano es un mecanismo de control que genera sumisiones, aislamientos, censuras voluntarias o inducidas y en algunas sociedades absolutas, nuevas formas de esclavitudes aceptadas y aceptables. A pesar de los diferentes y muy variados documentos que se producen luego de la segunda guerra mundial a favor de la inmensa cantidad de población que se incorpora a la historia moderna, el derecho a ser persona y como tal participar plenamente de las relaciones de poder, continua siendo un tema de debate y justas reivindicaciones. Este es el marco político –que no partidista- en el que Fina Torres inscribe su nueva película, Habana Eva.

2. Una comedia (¿comedia?, habría que calificarla) que se sirve de un tema súper conocido (el amor entre una muchacha pobre y un muchacho rico) para problematizar esa “cosa” humana tan terrible, producto de la homogeneización de la cultura, consecuencia de la sociedad de masas, como lo es la alienación del ser humano en una identidad –ideológica o de mercado- construida a partir de la serialización del individuo. Y esta mecanización o borrado de lo humano social es lo que diferentes autores han llamado “hombre masa”. Pero más interesante todavía, porque ese discurso tiene como escenario la Cuba de Fidel –ahora de Raúl (tal como nos lo muestra el cintillo noticioso al inicio de la película), concretamente, La Habana. Allí Torres explora en clave femenina la construcción de la persona o el intento de, en un sistema totalitario.

3. La protagonista, Eva –una joven costurera- es la encargada de problematizar y enfrentar esta situación casi titánica. De hecho, la infantilización señalada por diferentes personajes y a través de diversas acciones durante la primera mitad de la película, remarcan en ella precisamente, su condición de no-persona y por tanto la disyuntiva de si tendrá o no el coraje suficiente para seguir adelante. Sin vínculos jurídicos ni sociales –que no sea un sindicato total-, Eva

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es el patrón y la norma de un conjunto mayor de mujeres que como ella, medran su existencia mediocre.

4. Una y otra vez, en una suerte de práctica kafkiana, las mujeres “confinadas” en el taller de costura reproducen el mismo modelo de vestido de novia que debemos entender como el “modelo femenino de la revolución”. Esas mujeres sólo tienen como meta luego del “trabajo”, ver la telenovela; y su ideal de vida es conseguir un novio, casarse, disponer de un “cuarto propio” –para hacer el amor en una cama –si es posible-, tener hijos. El patrón más bajo de la “mass cult”. Así agotan su existencia atreviéndose apenas a respirar o estornudar. Cualquier manifestación de individualidad es considerada aberración o subversión.

5. En esa “cárcel-taller” trabaja Eva (esclava de la arbitrariedad del poder), quien en desacuerdo con la producción en serie intenta en vano, introducir elementos de cambio en la rutina laboral; pero también, en su vida cotidiana. Y esa necesidad de manifestar libre y espontáneamente su diversidad identitaria y creatividad intelectual la conducen a renunciar a su “trabajo”: “máquina-serial” y romper las relaciones con su novio (Ángel, “máquina-sexual-serial”) de tanto tiempo. En este sentido, las acciones de Eva estarán dirigidas a socavar la arbitrariedad del orden establecido y luchar por el derecho a ser persona, a ser reconocida en su diferencia y ser tratada con respeto.

6. Fuera del sistema puede ocurrir cualquier cosa y aunque el azar acompaña positivamente a la protagonista, el plan de Eva no contempla reconstruirse persona al margen de la sociedad cubana, tal como es el caso de Teresa.

7. Eva es amiga–pacto de sangre por medio- de Teresa (abogada que más bien parece jinetera), una mujer amargada por la relación de amor que tuvo a los 17 años con un italiano (Francesco) y que lo oculta muy bien en el cliché de la mujer cubana “sabrosona”; rumba y alegría permanente obliteran el sueño -léase: casarse, una casa, ¿salir de Cuba?, tener hijos-; pero el adoctrinamiento puja y hiere aunque ella no se atreva a abrir las cartas que por muchos años le enviara Francesco.

8. El amor de Teresa por Francesco es una marca que la “libera” en su propia “cárcel”. Un amor al que ella se aferra desesperadamente para reconocerse a sí misma: “decente, “honesta”. Un sueño de niña, una primera vez fallida como tantas en otras latitudes aunque en el contexto, definitiva; tanto así que la precipita hacia la autoexclusión. En ese bifrontismo cuyo relato reproduce la fragilidad de los seres “abusados” o peor, quienes no tienen otra opción, Teresa contempla

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su vida como un fantasma, desde afuera. No obstante, ese amor es una bandera, un atisbo de la persona; el sello en el que pareciera justificarse la Teresa marginal que vive fuera del sistema, en la subversión de la carne. Despojada de su derecho a ser persona y “maltratada” en su primera experiencia amorosa, a Teresa sólo le ha quedado la carne y desde allí se convierte en “abogada de las causas imposibles”. Una lectura diferente aunque no menos terrible, de la infantilización del sujeto femenino.

9. Eva es el alter ego de Teresa. Ella, que a manera del Loco de las cartas del Tarot representa la sublimación de la vida pero también lo irracional, la impulsividad ciega, ordena de manera particular la vida de Eva y de quienes están vinculados directamente con esta. Se trata de un aprendizaje cuyo ciclo no se cierra con la muerte de Teresa, sino que continua en el tiempo hasta la realización de las más caras ambiciones de la protagonista.

10. Teresa muere –en una avenida de La Habana- intentando alcanzar el anillo de boda que cierra su relación con Francesco. De esta manera, Teresa se convierte en el fantasma-guía de la protagonista y precipita con sus consejos las acciones que Eva debe realizar para conseguir sus propósitos laborales y personales. Teresa no sólo la entrena para enfrentar la burocracia cubana con la única y efectiva arma posible: el cuerpo, la carne, sino que además le advierte que tanto Ángel como Jorge, han pasado por sus sábanas.

11. Pero si Teresa vuelve fantasma a la tierra por amor a Eva; la abogada muere –o se suicida- agotada por la fantasía que supone reinventar una y otra vez, cada noche en las noches de La Habana el regreso de Francesco. Es Eva quien desata el nudo de Teresa y la deja desnuda al contarle lo sucedido con su familia y cómo su padre, creyéndola jinetera, la expulsa de casa –otra vez su historia y la “historia-novela” –por patrón- de miles de mujeres cubanas-. A partir de allí, Teresa pierde el control de su cuerpo y vuelve al lugar secreto del alma, del amor, de la niñez y se mira tal cual es: una “enferma”, una minusválida social; efectivamente un fantasma del sistema, incapaz de superar la isla-cárcel-reclusorio-campo de concentración-manicomio-guardería-refugio-orfelinato-escondite. Entonces y sólo a partir de allí, recurre a la única salida posible. No perdamos de vista que desde la perspectiva de Eva, sólo el carro que viene con la novia y el cuerpo de Teresa median en este encuentro catastrófico.

12. Desde este punto de vista, es la historia de Teresa la que cuenta Habana Eva; la primera mujer que vuelve para romper de una vez por todas –quizá- la línea de la “cautiva”; esto es, cualquier exclusión o autoexclusión que suponga la continuidad de la marca de origen según el registro bíblico.

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13. Eva conoce a Jorge (muchacho rico, venezolano, hijo de cubanos). Este muchacho finge ser fotógrafo y le pide a Eva ser su guía. En realidad, Jorge está interesado en hacer un registro de las propiedades de su familia en la isla. Al parecer un grupo económico que planifica reemplazar la vieja y hermosa arquitectura de La Habana vieja por modernas y exclusivas edificaciones. Jorge representa al “hombre masa” producto del capitalismo: consumista, muy enterado de las modas y a quien nada parece importarle realmente, sinceramente. Él es el prototipo de hombre que visita Cuba, enamora a una muchacha, obtiene la información o el placer que buscara y se larga dejándole una cantidad monetaria y una escueta disculpa.

14. Eva conoce a Jorge en un momento importante, justo cuando se agacha a recoger una piedra roja, caleidoscópica de gran significación en el texto fílmico –en ese instante él la fotografía y podríamos decir, se enamora- puesto que allí comienza la aventura de Eva de ver La Habana “como si fuese la primera –tal como el juego proclamado por Dostoievski- e imaginar su realidad diferente, susceptible al cambio.

15. Eva y Jorge se aman y lo que ella pensaba diferente se convierte en historia de ayer con la partida de Jorge. Una carta, unos cuantos pesos … Pero Eva no sigue el camino –ruta conocida, “novela” obligada de las cubanas abandonadas por miles de yumas- como Teresa aunque prueba y comprueba la sensación humillante.

16. Esa pequeña piedra que Eva resguarda, ampara y defiende –cuando la gallina de su padre la traga accidentalmente-, simboliza el Aleph de lo conocido y la capacidad de transformar. Es el futuro en tanto construcción azarosa y dirigida pero siempre producto de la diferencia; allí Eva evoca sus sueños. Mirando a través de la piedra imagina su futuro inmediato: abandonar el canon madre, esposa, novia, trabajadora serial y se piensa modista, amada, sexual, mujer, persona, diversa, cambiante en el flujo antiguo de la vida que recrean los ríos de la historia. Eva se imagina vida, se cree amor y por amor a sí misma, inicia el edificio de su persona, independientemente de quienes la acusen o la agobien. Esa diversidad que Eva descubre en la pequeña piedra roja la anima durante toda la película y la impulsa a romper los lazos que pensaba importantes. Esta simboliza la “unidad de los contrarios”, es el espacio “secreto” en el que se gesta la diversidad y nuevo imaginario de la protagonista. Allí no hay fronteras ni límites todo es hacer confabulado.

17. Con la ayuda de las tías abuelas de Jorge –dos señoras verdes de piel- que representan un discurso opuesto a la modernización de La Habana vieja, esto es, la destrucción por parte de la familia Cáceres,

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de los edificios que les pertenecen, Eva encuentra la posibilidad de construirse a sí misma persona y en ese intento participan muchos otros que al igual que ella desean reconocimiento, respecto; ser algo más que solamente carne o cuerpo.

18. Las tías verdes representan la tradición, el amor por la belleza, el arte aun en las cosas más simples de la vida. La prueba que le hacen a Eva es el punto de encuentro entre distintas generaciones y la posibilidad del diálogo en la diferencia.

19.Pero esas dos mujeres verdes también son el faro que narra la historia del futuro y en ellas se escribe en clave ecológica el mundo porvenir.

20. Eva evoluciona con la ayuda de las tías verdes, el fantasma de Teresa y sobre todo, a partir de su decisión de hacer este trayecto de vida con sus dos amantes y dejar en manos de Ángel y Jorge la decisión de acompañarla. La disyuntiva que este personaje transfiere a los dos personajes masculinos aunque pueda parecer pueril, coloca la discusión en la reducida perspectiva falo-céntrica del mundo.

21. La visión documental que de La Habana construye el discurso de la cámara. Importante porque se trata de una mezcla de géneros. Ficción-Documental en el que Torres vincula de manera sutil y extraordinaria, mundos conocidos y por conocer.

22. Mezcla estilística e intertextualidad. La construcción de la película a partir de cierta factura telenovelística y la utilización de la telenovela que siguen las trabajadoras del taller como una especie de “apuntador” que nos narra anticipadamente algunos sucesos de la historia de Eva.

Dra. Dunia GalindoCentro de Investigaciones Teatrales