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Con el apoyo de:

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Dirección técnica y coordinaciónJoan GUAL MARTÍ

Equipo redactorConxi BARBERO VARGAS. Ingeniera técnica agrícolaAlbert BESTARD ESCUDÉ. Ingeniero técnico agrícola y paisajistaLluís FONTANET ROIG. Arquitecto técnicoJoan GUAL MARTÍ. Ingeniero agrónomoEliseu GUILLAMON VILLALBA. Ingeniero técnico agrícolaDavid LÓPEZ GUTIERREZ. Experto en fuentes ornamentalesRosa Mª TORRA REVENTOS. Arquitecta y paisajistaXavier TORRET REQUENA. Ingeniero técnico de obras públicas Carlos VILLASUR MILLÁN. Ingeniero técnico industrial

Soporte técnicoF. Xavier FÀBREGAS BARGALLÓEscuela Superior de Agricultura de Barcelona (ESAB-UPC)

Soporte técnico y coordinaciónFernando LAFUENTE PELÁEZ

Título original: GUIA DE CRITERIS TÈCNICS PEL DISSENY D’ESPAIS VERDS URBANS1ª edición en catalán: Setiembre de 20121ª edición en castellano: Enero 2014

La Guía está sujeta a una licencia de Reconocimiento -No Comercial- Sin Obra Derivada 3.0 de Creative Commons

Traducción y Corrección lingüística y de estilo: Daniel Escribano y Corina TulbureDiseño y maquetación: Toni Sánchez PoyFotografías: Joan Sotillos Sàenz (excepto en los casos en que se indican otros autores)Fotografías de las portadas interiores: Toni Sánchez Poy

Depósito legal: B.24088.2012ISBN: 978-84-616-0437-1

Asociación de Profesionales de los Espacios Verdes de Cataluña (APEVC)C. Londres, nº 96, pral 2ª. 08036, BarcelonaTel. 934 141 365 Fax. 933 969 720 [email protected] www.apevc.cat

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PRESENTACIÓN

La guía es fruto del trabajo realizado por la Asociación de Profesionales de los Espacios Verdes de Cataluña, con el apoyo de la Asociación Española de Paisajistas y de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos.

Una guía que nace con la voluntad de convertirse en un documento útil y de refe-rencia para considerar los principales criterios técnicos que se aplican en el diseño de un espacio verde urbano. Un documento de base que esperamos que les resulte una herramienta valiosa y práctica.

Les animamos a aprovecharla en su totalidad y darle difusión, así como a participar de forma activa en la necesaria tarea de mejorar los espacios verdes.

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INTRODUCCIÓNLa falta de rigor técnico que a menudo se observa en el diseño de los espacios verdes ha sido y sigue siendo una de las preocupaciones recurrentes de los profesionales del sector. No son pocos los congresos y jornadas en los cuales se han generado debates interesantes entre los diseñadores y los responsables de la gestión posterior en torno a esta problemática.

No podemos olvidar que muchos de los errores o de las carencias que incluyen los proyectos son de difícil corrección durante la fase de ejecución de las obras, de manera que los errores de partida fácilmente se convierten en defectos palpables y evidentes. Se trata de una realidad que se puede detectar a fecha de hoy sin demasia-do esfuerzo, si paseamos por los espacios públicos con una mirada crítica: vegetación mal seleccionada, árboles con marcos de plantación demasiado pequeños, sistemas de riego inexistentes o con un diseño defectuoso, distribución del espacio sin tomar en consideración las circulaciones lógicas de los peatones, áreas de juego que incum-plen determinadas normativas, drenajes mal dimensionados o ubicados de forma incorrecta, iluminación excesiva. Toda una serie de agravios que hipotecan el valor del espacio o que favorecen una degradación acelerada.

Para asegurar la futura viabilidad de los espacios verdes, algunas administraciones públicas sensibles a esta problemática han elaborado pliegos o protocolos internos para orientar de forma correcta al diseñador, estableciendo en muchos casos los límites y restricciones del diseño. A pesar de estos esfuerzos, no resulta demasiado complicado encontrar ejemplos recientes de espacios condenados a fracasar en poco tiempo, a causa de no haber atendido de forma correcta todos los aspectos técnicos necesarios.

A menudo, para el diseño del espacio verde, además de los criterios estéticos y con-ceptuales parece que no exista suficiente conciencia de que se debe considerar a la vez un abanico muy amplio de criterios técnicos y normativos que aseguren aspectos como la sostenibilidad, la seguridad, la funcionalidad, el valor o la viabilidad.

Con el objetivo de incidir en los criterios técnicos más destacados, durante el año 2011, la APEVC organizó un curso específico impartido por profesionales de diferentes especialidades y con una amplia experiencia en el sector. La presente guía ha surgido como fruto de este trabajo multidisciplinario.

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Con la voluntad de convertir la presente guía en un documento más útil y práctico, el material se ha organizado por capítulos que coincidan con las especializaciones téc-nicas más habituales en el momento de diseñar el espacio verde, recogiendo en cada capítulo las principales normativas de aplicación, una síntesis de los criterios que se utilizarán para su diseño y cálculo, así como recomendaciones y soluciones prácticas aportadas por los propios autores.

Lógicamente, esta guía no pretende funcionar como un sustituto del imprescindible saber hacer del proyectista y tampoco excluye la necesidad de dominar personalmen-te las normativas y técnicas necesarias. En cualquier caso, considero que se puede convertir en una buena herramienta para guiarnos hacía el rigor y los conocimientos técnicos necesarios de cara al diseño correcto de un espacio verde urbano.

Joan Gual MartíDirector técnico de la guía

Agradecimientos

La publicación de la presente guía no hubiera sido posible sin la ayuda y el inestima-ble apoyo de Paqui MARTÍNEZ NICOLAS, Conxi BARBERO VARGAS, Anna LLEIXÀ BURRIEL, Gemma GARCIA RIBOT, Andreu RODRÍGUEZ VALERO, Robert HERNÁNDEZ NAVARRO, así como de los compañeros de la Junta Directiva, Secretaría Técnica y Administración de la APEVC.

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SUMARIO

I. El diseño del espacio verde ..................................................................................................... 10

II. Pavimentos y drenajes .............................................................................................................24

III. Alumbrado ..............................................................................................................................48

IV. La vegetación en los espacios urbanos ....................................................................................78

V. Sistemas de riego .....................................................................................................................98

VI. Áreas de juego infantil y mobiliario........................................................................................124

VII. Elementos ornamentales de agua ......................................................................................... 150

VIII. Organización de un proyecto ................................................................................................172

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IEl diseño del espacio verde

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Rosa Mª Torra Reventós, Arquitecta y paisajista

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Índice El diseño del espacio verde

Prólogo ......................................................................................................................................... 13

1. La ordenación del espacio, funcionalidad y usos .......................................................................15

1.1. La ordenación del espacio .................................................................................................................................................15

1.1.1. ¿De qué espacio hablamos? .....................................................................................................................................15

1.1.2. ¿De qué ordenación hablamos? .............................................................................................................................15

1.2. La funcionalidad de los espacios verdes .....................................................................................................................16

1.2.1. El papel medioambiental del espacio verde ......................................................................................................16

1.2.2. El papel de soporte a las actividades ciudadanas ..........................................................................................16

1.2.3. El papel estético del espacio verde ..................................................................................................................... 17

2. Las circulaciones. El código de accesibilidad ............................................................................ 18

2.1. Las circulaciones .................................................................................................................................................................18

2.2. La accesibilidad. Otras normativas de aplicación ....................................................................................................18

2.3. Los recorridos accesibles. Características principales ...........................................................................................19

2.3.1. Elegir los recorridos accesibles ............................................................................................................................19

2.3.2. Características principales de los recorridos accesibles ............................................................................19

2.3.3. Características principales de las escaleras y rampas: ...............................................................................19

2.3.4. Características principales de los elementos del mobiliario ....................................................................20

2.4. Las circulaciones ocultas: el trazado de las redes de servicio...........................................................................20

2.5. Otras circulaciones, las escorrentías. .........................................................................................................................20

3. El momento del salto: el proyecto ............................................................................................ 21

3.1. El proceso creativo..............................................................................................................................................................21

3.1.1. Concepto de creación................................................................................................................................................21

3.1.2. Aplicación de criterios de paisaje, estéticos. ...................................................................................................21

4. Bibliografía ...............................................................................................................................22

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El diseño del espacio verde ❘ CAPÍTULO I ‹

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Prólogo: “de papeleras y árboles”

En una época de escasez de recursos, conviene volver a pensar cada una de las acciones humanas. Una nueva mirada que debería ser sensata y, a la vez, innovadora y valiente. No se trata de hacer lo mismo con menos recursos, sino de actuar de una manera diferente. Cabría realizar, si es necesario, acciones más potentes, más vigorosas, con un efecto multiplicador y creciente y, en consecuencia, con una inversión menor.

Hasta ahora, los espacios verdes que puntean la ciudad actual responden a las inquietudes del ciu-dadano de finales del siglo XX. El sociólogo Gilles Lipovetski los denomina espacios hipermodernos.

¿Cómo han sido estos espacios hasta la actualidad? Convencionalmente, se han considerado espa-cios de vegetación con equipamientos para el juego infantil o de adultos, para la práctica deportiva, para la organización de manifestaciones culturales... En conclusión, han sido los espacios de ocio o los espacios saludables de la ciudad por excelencia. A la vez, respondían a los ideales del hombre hipermoderno y, por lo tanto, de los espacios que hemos construido, podemos deducir los rasgos fundamentales de este hombre:

ESPACIO HIPERCONSUMISTA: Los espacios aparecen llenos de todos aquellos gadgets urbanos que pretendidamente nos deben hacer la vida más agradable. Así, encontramos en ellos juegos infanti-les, para jóvenes y adultos, equipamientos de gimnasia, mobiliario urbano de descanso (para sentar-se, estirarse, descansar, acostarse...), otros tipos de mobiliario encaminados a satisfacer otros tipos de necesidades: fuentes para beber agua, papeleras a cada 50 o 25 m, mobiliario para mascotas (fuentes para beber agua destinadas a perros, aparatos expendedores de bolsas para la higiene de los perros), etcétera.

ESPACIO SALUDABLE: El hombre hipermoderno contrapone el consumo exagerado (de recursos eco-nómicos, de espacio, de tiempo, etc.) a la angustia de un futuro que aparece incierto y/o precario. En consecuencia, debe rodearse de la certeza de elaborar productos de sensibilidad ecológica. En el caso de los espacios verdes, este envoltorio se incorpora ya desde el diseño inicial del espacio hasta los criterios que se utilizan para su posterior mantenimiento. Ello implica unos consumos energéti-cos, de agua y de mano de obra reducidos. Al aplicarlo a nuestros espacios verdes, significa el uso de especies bien adaptadas al clima o un sistema de riego eficiente, entre otras cosas.

ESPACIO DE LA MEMORIA: Aunque pueda resultar paradójico, los espacios verdes, lugares vacíos del continuum urbano, son los que ponen en valor la ciudad actual. Son los espacios que dignifican y hacen amable la ciudad. Y son precisamente estos pequeños paisajes artificiales los que ponen en contacto la ciudad con la naturaleza de la periferia. A menudo, en estos espacios, se incorporan elementos dedicados a la celebración del pasado, de la identidad.

Escribo este prólogo en un bar de un pequeño centro de un barrio fundado hace cien años por las familias acomodadas de un barrio industrial de Barcelona. Mientras escribo estas notas puedo escu-char las fichas de dominó de los jubilados, las escalas y sonatas de piano de los niños que estudian solfeo. Alcanzo a ver niñas con tutú paseando por el pasillo, señoras con la caja de acuarelas que enfilan hacía el aula de plástica y también las cajas de cerveza del bar apiladas en un rincón. Me imagino que este centro se mantiene desde hace más de cien años gracias a la aportación de los

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socios y la dedicación desinteresada de muchas personas que creen en él. Como éste, existen otros que han sido promocionados por la administración.

Visto a fecha de hoy, tras la crisis del año 2008, eso puede parecer excesivo. Tal vez las administra-ciones lleven demasiado tiempo interviniendo sobre los ciudadanos, organizando en exceso la vida y el ocio, a la vez que los ciudadanos nos hemos sentidos bastante cómodos en el papel de actores, renunciando al papel de directores. Pero, ¿no será precisamente este trato por parte de las adminis-traciones la causa de nuestra menor capacidad de iniciativa actual?

Para vencer este nihilismo exponencial parece ser que hace falta un individualismo responsable, aquel que se ejerce por individuos con compromisos éticos. Es necesario que cada uno de nosotros aplique este principio en su campo. Y hace falta que las administraciones abandonen su papel de tutoras de la vida de los ciudadanos, y que, antes bien, se concentren en la función de reglamentar y compensar las desigualdades, así como en la colaboración con las iniciativas de los ciudadanos. Y allí donde falte esta iniciativa, deberían hacer de mecha y chispa generadora.

Los nuevos espacios verdes también deberán ser consecuentes con este nuevo modelo. En conse-cuencia, hará falta cuestionar cada uno de los elementos y procesos que los han formado convencio-nalmente. En esta línea, se pueden comparar dos acciones en apariencia positivas: plantar un árbol y poner una papelera. Existe una diferencia abismal entre una y otra. ¿Por qué ponemos una papelera? Para poder deshacernos de la basura al momento. Al principio, la papelera era un objeto civilizador, un indicador de que la suciedad no debía dejarse en el espacio público, representaba la ubicación civilizada de la basura. La papelera era la herramienta pedagógica de los primeros ayuntamientos democráticos. A fecha de hoy, esta lección ya es conocida por los que han querido aprenderla. El ciudadano maduro ya es capaz de llevarse a casa la basura dentro de su bolsa. La papelera se ha convertido en un objeto servil, que nos infantiliza, ahorrándonos sólo el ensuciarnos la bolsa con un papel o una monda de plátano. Así como ya no envolvemos los bocadillos, sino que los llevamos en una fiambrera, hará falta que llevemos en el bolso una bolsa de basura portátil. La papelera ya ha perdido su papel pedagógico. Además, representa un gasto que genera otros, ya que hará falta que alguien la vacíe. Entonces ¡no necesitamos papeleras! En cambio, plantar un árbol representa todo el contrario. Es, de hecho, una inversión inicial que, llevada a buen término, no genera gastos y, en cambio, da réditos continuos en sombra, limpieza de la polución ambiental, etc.

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El diseño del espacio verde ❘ CAPÍTULO I ‹

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1. La ordenación del espacio, funcionalidad y usos

1.1. LA ORDENACIÓN DEL ESPACIO

1.1.1. ¿De qué espacio hablamos?

Los espacios verdes tradicionales son aquellas reservas de superficie que están planeadas con este uso dentro de las tramas urbanas. Hay que prestar atención a las disposiciones dictadas por el planeamiento en relación con estos espacios, dado que son de obligatorio cumplimiento.

Verde urbano versus residuos urbanos

Además de estos espacios, existen muchos otros, tanto dentro como fuera o alrededor de las aglomera-ciones urbanas, que pueden ser objeto del proyecto y, en consecuencia, de otras fuentes de trabajo. Se trata de los espacios no urbanos que conforman de manera transitoria los residuos urbanos. Hablemos, entonces, de los alrededores de las infraestructuras del transporte, de las cubiertas ajardinadas, de los patios de las escuelas, etc.

1.1.2. ¿De qué ordenación hablamos?

En el momento de hacer cualquier propuesta, hace falta tener presente que la disponibilidad presupues-taria nos limita bastante el grado de intervención. Por un lado, se pueden fraccionar las intervenciones en distintas fases, que deben mostrar coherencia entre ellas. Por el otro, podemos realizar una clasificación del tipo de proyecto en función de su envergadura. Así, cabe distinguir entre proyectos de mejora (total o parcial) y proyectos completos (tanto de nueva planta como de reforma integral).

El concepto de repercusión identifica el importe medio de gasto por m2 de actuación y es igual al presu-puesto de ejecución por contrato, dividido por la superficie total de la intervención.

A continuación, se incluyen algunos ejemplos de repercusión en la provincia de Barcelona durante el periodo 2006-2010. Se basan en la experiencia y, en consecuencia, no se pueden extrapolar a otros lugares. Hace falta prever que algunas variables, como, por ejemplo, las oscilaciones del IPC, la variación en los precios de los materiales de construcción o de la mano de obra, que pueden hacer variar estos valores:

Parques (superficies a partir de 2 ha)

❱ A partir de 40 €/m2, parques poco equipados (mobiliario o juegos), periurbano, estendido de redes parcial (riego, alumbrado público, drenajes).

❱ A partir de 60 €/m2, parques dotados con muchos equipamientos (mobiliario y juegos), urbanos, esten-dido de redes al 100%.

Plazas (menos de 1 ha)

❱ A partir de 100 €/m2 plazas con parte del pavimento de jabre (arena granítica) o pavimentos continuos medianamente equipados.

❱ A partir de 140 €/m2, plazas con pavimentos no continuos y con más equipamiento (mobiliario y/o juegos).

❱ A partir de 170 €/m2, plazas con elementos singulares (fuentes, esculturas), pavimentos de piedra natural…

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1.2. LA FUNCIONALIDAD DE LOS ESPACIOS VERDES

■ 1.2.1. El papel medioambiental del espacio verde

A causa de la diversidad de aspiraciones de otro cariz que debe satisfacer un espacio verde, a menudo se acaba diluyendo su papel medioambiental, hasta su desaparición. Así, podemos llegar a olvidar que, desde el punto de vista medioambiental, no es lo mismo un terreno de césped artificial que un prado, o un parque sobreocupado con equipamientos para juegos que un parque arbolado.

El papel medioambiental dotará al espacio de vegetación (estrato arbóreo, estrato arbustivo, estrato her-báceo), drenajes, pavimentos permeables, etc. (R. Folch, 1990; V. Flusser, 2003).

■ 1.2.2. El papel de soporte a las actividades ciudadanas

Hace falta que esta segunda funcionalidad no entre en contradicción con la primera.

A menudo, dar respuesta a la multitud de aspiraciones y usos que el ciudadano aboca en el espacio públi-co puede entrar en contradicción con el papel inicial y fundamental que tiene el espacio verde y que es necesario que no se pierda. El planeamiento, en muchos casos, protege a estos espacios de usos abusivos de este tipo y limita, por ejemplo, la superficie máxima de los equipamientos deportivos o de restauración que se pueden instalar en estos lugares.

Existen muchos tipos de funciones que tradicionalmente se han asignado al espacio urbano verde:

❱ Ocio, descanso y relaciones: espacios destinados a sentarse, echarse, espacios wifi, espacios de picnic.

❱ Lúdicas: las áreas de juego infantil, juvenil o de adultos, los espacios de juego libre (sin elementos urbanos).

❱ Deportivas: pistas deportivas, áreas de gimnasia, circuitos de salud, pistas de aeromodelismo, bicicle-tas, skates, patines, etcétera.

❱ Culturales: espacios destinados a fiestas y manifestaciones populares, ferias, exposiciones, teatro.

❱ Conmemorativas y artísticas: esculturas y memorias de todo tipo, fuentes ornamentales.

❱ Educativas-sostenibles: huertos urbanos, arboretums, vivero municipal.

❱ Para mascotas: áreas para perros.

1.2.2.1. Dos tipos de usos: usos que llenan versus usos que vacían

Hay que distinguir entre los usos que llenan el espacio y los usos que, al contrario, necesitan de un espa-cio vacío.

Son usos que llenan el espacio aquellos que, por su naturaleza, necesitan de aparatos o de elementos de equipo o bien de cerramientos, como las áreas de juego infantil, las áreas de gimnasia, los espacios depor-tivos, las áreas destinadas a perros.

Son usos que vacían el espacio las áreas de juego libre (sin elementos urbanos), las zonas para las fiestas y manifestaciones populares, las ferias, exposiciones, etc.

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El diseño del espacio verde ❘ CAPÍTULO I ‹

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1.2.2.2 Flexibilidad de usos

Cuando no quedan muy explícitos los diferentes usos de los espacios, éstos pueden servir para una multipli-cidad de usos que se modulan según la hora del día. Así es que un espacio llano de jabre, con unas marcas que dibujan cuatro rectángulos de 15 x 4 m, puede servir perfectamente durante la mañana de pista de petanca; convertirse por la tarde en un recinto para jugar al bádminton; y en un espacio para los perros, al atardecer. Cuando los espacios se tematizan en exceso, determinados usuarios cogen el papel dominante respecto a los demás y, en el momento en que estos usuarios desaparecen, los espacios quedan sin otro uso posible. Es un detalle a tener muy en cuenta, cuando los recursos y/o el suelo vacío son escasos.

1.2.2.3. Criterios de disposición de los usos

En relación con la disposición de los usos, hace falta valorar diferentes parámetros como la proximidad o lejanía en relación con las viviendas, los usos terciarios, etc., así como la incidencia del sol, la disposición central o periférica dentro del espacio, zona de paso o camino sin salida, la relación con otros espacios propios de la ciudad, los criterios generales de la ciudad...

■ 1.2.3. El papel estético del espacio verde

Además de cumplir los dos puntos anteriores, al espacio verde también se le solicita que cumpla un objetivo estético.

Figura 1. Espacios vacíos y espacios llenos en una plaza donde se prevén diversos usos

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2. Las circulaciones. El código de accesibilidad

2.1. LAS CIRCULACIONES

Las circulaciones son las relaciones que se establecen entre los diferentes usos y los espacios adyacentes. Podemos establecer, en caso de considerarlo conveniente, diferentes jerarquías entre los recorridos.

Es posible trazar diversos caminos o espacios lineales, de sección uniforme o variable y, a la vez, podemos realizar espacios transitables que se pueden recorrer en diferentes direcciones.

Hace falta que los recorridos que se tracen sean coherentes, así como valorar el principio de economía de medios que caracteriza a los recorridos a pie, si no queremos que, por ejemplo, se estropeen los parterres por las pisadas recurrentes.

2.2. LA ACCESIBILIDAD. OTRAS NORMATIVAS DE APLICACIÓN

De cara a definir estos recorridos, hace falta adaptarnos a las prescripciones de las normativas estatales y autonómicas, de las cuales se debería asumir el criterio más restrictivo. Hay que destacar la Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados.

Figura 2. Recorridos dentro de un parque

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El diseño del espacio verde ❘ CAPÍTULO I ‹

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2.3. LOS RECORRIDOS ACCESIBLES. CARACTERíSTICAS PRINCIPALES

■ 2.3.1. Elegir los recorridos accesibles

En primer lugar, hay que señalar en el espacio verde cuáles serán los recorridos accesibles destinados a relacionar los ámbitos más destacados del espacio.

■ 2.3.2. Características principales de los recorridos accesibles

❱ Ancho de 1,80 m; se puede reducir en algunos casos a 1,50 m.

❱ Altura libre de 2,20 m.

❱ Pendiente longitudinal 6%, pendiente transversal 2 %.

❱ Nivel de alumbrado mínimo de 20 lux.

❱ No incluye ningún escalón aislado.

❱ Pavimento duro no deslizante. En parques y playas se admiten tierras apisonadas a más de 90 % del próctor modificado.

❱ Preferentemente sin tapas ni rejillas. Si existen rejillas, las aberturas de diámetro 1 cm.

❱ Con barandillas no escalables de 90cm de altura, si existen desniveles laterales > 55 cm. En caso en que el desnivel sea superior a 6,00 m, la altura de la barandilla debe ser de 110 cm.

■ 2.3.3. Características principales de las escaleras y rampas

❱ Pendiente longitudinal 10% en rampas de longitud inferior a 3,00 m.

❱ Pendiente longitudinal 8% en rampas de entre 10,00 m y 3,00 m de longitud.

❱ Pavimento duro, no deslizante.

❱ Incorporar al pavimento franjas de pavimento táctil direccional. En escaleras y rampas de anchura igual a la escalera o rampa, con una longitud mínima de 1,20 m.

❱ En los peldaños, franja de cambio de textura y color a 3 cm del bordillo.

❱ Nivel de iluminación mínimo de 10 lux.

❱ Los rellanos intermedios deben tener una anchura mínima igual a la de la escalera o rampa y una longi-tud mínima de 1,50 m, tanto en los tramos intermedios como en el inicio y el final de rampa. En caso de haber un cambio de dirección, la longitud mínima es de 1.80 m.

❱ Deben contar con pasamanos dobles a ambos lados, el superior a 0,95 – 1,05 m y el inferior a 0,65 – 0,75 m. Si la anchura de la escalera es superior a 4,00 m, deben contar con un pasamano doble central. Los pasamanos se tienen que prolongar al menos 30 cm desde el final del tramo. El pasamanos tiene que ser anatómico y de entre 4,5 y 5,0 cm de diámetro.

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■ 2.3.4. Características principales de los elementos del mobiliario

❱ Ubicación: alineada, en calles a 40 cm del bordillo.

❱ Prescripciones en sillas y bancos: Sillas accesibles, de 0.45 m de altura, anchura 0,40 - 0,45 m, respaldo de 0,40 m, con brazos a ambos lados y con un espacio de acercamiento, que es un círculo de 1,50 m de diámetro, que debe estar vacío. Ante cada banco hay que disponer una franja de 60 cm de anchura que no tiene que invadir el itinerario accesible. Como mínimo, tiene que haber un asiento accesible para cada grupo de asientos, o una unidad accesible por cada 5 unidades.

❱ Prescripciones en las fuentes. El caño tiene que estar a una altura de entre 80 y 90 cm. Hace falta que disponga de un espacio de acercamiento, representado por un círculo de 1,50 m de diámetro, que es necesario que esté vacío. No tiene que provocar la acumulación de agua a su alrededor. Las rejas no deben presentar aberturas de diámetro superior a 1 cm. El pulsador tiene que estar a una altura entre 1,00 y 1,40 m.

2.4. LAS CIRCULACIONES OCULTAS: EL TRAzADO DE LAS REDES DE SERVICIO.

Según un concepto de claridad constructiva, detección y reconocimiento del trazado de instalaciones, es recomendable que las instalaciones se ubiquen de forma paralela a los caminos del parque. Según este criterio, la red de alumbrado, la de drenajes o la red primaria de riego (que alimenta a los diferentes secto-res de riego y las bocas de riego) deben ir preferentemente debajo o junto a los itinerarios pavimentados, procurando que todas las arquetas, tapas, mecanismos (incluidas las bocas de riego) y, si procede, los armarios se sitúen de forma consecuente en la superficie pavimentada.

Este criterio permite que el mantenimiento de las áreas de parterres del parque se encuentre libre de interferencias con los servicios y, a la vez, ayuda a detectar registros y mecanismos.

Asimismo, es recomendable que se sitúen las columnas y los báculos de los diferentes puntos de luz en las zonas pavimentadas, puesto que facilita el mantenimiento (acceso del camión de mantenimiento para el cambio de luminarias y lámparas) y se protege su parte inferior de la humedad.

2.5. OTRAS CIRCULACIONES, LAS ESCORRENTíAS.

Al diseñar un parque podemos incorporar las circulaciones superficiales del agua de lluvia en el mismo diseño del espacio, modelar la topografía, la configuración de los parterres o el trazado de cunetas par-tiendo de la configuración del trazado de recogida de las aguas pluviales.

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3. El momento del salto: el proyecto

3.1. EL PROCESO CREATIVO

A pesar de que explicar el proceso de creación de un proyecto, debido a su complejidad, queda fuera de la intención de la presente guía práctica, parece indicado apuntar algunas consideraciones sobre el proceso creativo.

■ 3.1.1. Concepto de creación

Producir intencionadamente novedades valiosas, novedades eficaces. Proyectar es una actividad de investigación hecha a partir de la memoria. En el supuesto de un proyecto, producimos mentalmente ope-raciones de investigación y ocurrencias sobre cuyo resultado aplicamos unos criterios de selección para descartar algunas de ellas (J. Marina, 2003).

Los proyectos, de manera semejante a un dibujo, aparecen primero como borradores y, poco a poco y por aproximaciones sucesivas, se van definiendo y precisando. Cada proyecto tiene unas leyes internas que debemos respetar. La habilidad del proyectista reside en saber combinar aquello que el cliente pide con un producto que finalmente tendrá que ser coherente, y no con una yuxtaposición o superposición de ocurrencias.

■ 3.1.2. Aplicación de criterios de paisaje, estéticos.

A los proyectos de espacio verde se les exige, además de la coherencia formal propia de todo proyecto de arquitectura o de diseño, el valor añadido de mejorar las condiciones ambientales del medio urbano. El proyecto de espacio verde bebe de las diversas fuentes de las ciencias biológicas o ambientales, de la ecología, etcétera.

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4. Bibliografía

– CLEMENT, G. (2007). Manifiesto del tercer paisaje. Editorial Gustavo Gili.

– FLUSSER, V. (2003). Los Gestos: Fenomenología y comunicación. Editorial Herder.

– FOLCH, R. (1990). Que lo hermoso sea poderoso. Sobre ecología, educación y desarrollo. Editorial Altafulla.

– MARINA, J. A. (2010). La educación del talento. Biblioteca UP, Ariel.

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados.

http://www.boe.es/boe/dias/2010/03/11/pdfs/BOE-A-2010-4057.pdf

– Recopilación de proyectos de espacios públicos europeos. http://www.publicspace.org/es/archivo

REVISTAS:

– VV.AA. (2002). “Parks: Green Urban Spaces in European Cities”. Topos magazine.

– VV.AA. (2007). “Parque urbano”. Paisea (2).

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El diseño del espacio verde ❘ CAPÍTULO I ‹

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Pavimentos y drenajesII

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Xavier Torret Requena, Ingeniero técnico de obras públicas

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Índice Pavimentos y drenajes

1. Introducción ................................................................................................................................... 27

2. Pavimentos .................................................................................................................................... 27

2.1. Características y usos ....................................................................................................................................................... 27

2.2. Elementos que componen un pavimento ...................................................................................................................28

2.3. Criterios de diseño .............................................................................................................................................................31

2.3.1. Criterios de diseño que responden a la funcionalidad ................................................................................ 31

2.4. Secciones tipo más habituales ......................................................................................................................................36

2.5. Tendencias de futuro ........................................................................................................................................................38

3. Drenaje .....................................................................................................................................40

3.1. Características y usos .......................................................................................................................................................40

3.2. Elementos que componen una red de drenaje ........................................................................................................40

3.3. Criterios de diseño ............................................................................................................................................................42

3.4. Dimensiones, geometrías y materiales más habituales ........................................................................................46

3.5. Tendencias de futuro ........................................................................................................................................................47

4. Bibliografía .................................................................................................................................... 47

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Pavimentos y drenajes ❘ CAPÍTULO II ‹

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1. Introducción

Los pavimentos y drenajes son dos elementos que intervienen en el diseño de cualquier espacio urbano, y se recomienda plantearlos de forma conjunta en el momento de su diseño. El sistema de drenaje previsto puede ocasionar problemas de mantenimiento a los pavimentos, de igual manera que los pavimentos pueden provocar alteraciones de capacidad o de mantenimiento de una red de drenaje.

2. Pavimentos

Con la voluntad de dar un mínimo de herramientas y conceptos básicos para el correcto diseño de los pavimentos de un espacio verde, detallaremos los diferentes aspectos que debemos considerar escrupu-losamente, que son los que analizaremos en el presente capítulo.

2.1. CARACTERíSTICAS y USOS

Es fundamental que el diseño se adecue a las necesidades y características específicas para las que está previsto el pavimento, y que esta relación de adecuación se cumpla a lo largo del tiempo y durante la vida útil de éste. Por eso, cuando proyectamos nuestro pavimento, debemos ser capaces de visualizar las características y funcionalidades que le pediremos a lo largo de su vida útil (desde la fase de cons-trucción y hasta la fase de deconstrucción). De este modo, proyectar tiene que consistir en algo más que crear un diseño a partir de una imagen en un determinado instante.

A tal efecto, las principales características que debe tener un pavimento son:

❱ Funcionalidad. Tiene que estar diseñado para cumplir las funciones que le son encomendadas: forma-ción de itinerarios, garantizar la accesibilidad y adecuarse a las diferentes zonificaciones con la mejor de las soluciones posibles (zonas de estancia, zonas de juegos infantiles, áreas polivalentes, zonas deportivas, etcétera).

❱ Sostenibilidad económica. Es muy importante que incorporemos este concepto ya desde las fases más embrionarias del diseño del espacio verde. Tiene que estar presente en las fases de diseño, cons-trucción y explotación.

Hay que pensar siempre en la simplificación de procesos, tanto de diseño como de ejecución de obra y mantenimiento.

❱ Integración paisajística y de diseño. Obviamente, tenemos la obligación de integrar el diseño del pavimento en el conjunto de los elementos que conformarán la(s) unidad(es) de paisaje definidas y, en consecuencia, es importante saber con precisión en qué consiste el proyecto y qué elementos lo acom-pañarán.

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2.2. ELEMENTOS qUE COMPONEN UN PAVIMENTO

Los elementos que componen un pavimento y que analizaremos a continuación son:

1) Capa de explanada mejorada

2) Subbases

3) Base

4) Capa de acabado

5) Bordillos

1) Capa de explanada mejorada

En realidad, se trata de la capa de acabado del movimiento de tierras, a la que denominaremos de ahora en adelante explanada mejorada. Este sutil elemento del pavimento tiene una importancia fundamental, puesto que la vida útil del pavimento depende de su correcta ejecución. De cara a diseñarlo y ejecutarlo correctamente disponemos de mucha bibliografía en libros de firmes urbanos y de firmes para carreteras, así que, en esta guía, sólo expondremos las nociones básicas que deben conocerse.

La mayor parte de esta bibliografía, incluso de manera normativa, clasifica la capa de explanada mejorada en tres tipos diferentes, en función de su calidad (norma 6.1.I.C. apartado 5.1 formación de explanada): E-1: de calidad baja, E-2: de calidad media y E-3: de alta calidad.

Básicamente, E1, E2 y E3 se determinan según el módulo de compresibilidad en el segundo ciclo de carga (Ev2), obtenido mediante la NLT-357 “Ensayo de carga con placa”, que es un ensayo que nos determina la capacidad portante de esta.

La formación de las explanadas se realiza en función del tipo de suelo de la explanación y de las caracte-rísticas y gruesos de los materiales disponibles, según se definen en el artículo 330 del Pliego de prescrip-ciones técnicas generales para obras de carreteras y puentes (PG-3).

En el momento de proyectar el pavimento de un espacio verde es muy recomendable que aprovechemos esta clasificación cualitativa de los firmes urbanos y exijamos, si es posible, una calidad de explanada E-1, calidad baja para un firme urbano o de carreteras, pero que delimita unos estándares de calidad que garantizarán una buena vida útil del pavimento, a todos los efectos.

2) Subbases

La subbase es el elemento del paquete de firme que está entre la capa de acabado del movimiento de tierras y la base del pavimento. A este elemento se le confían, entre otras, las propiedades de evitar que la humedad y los finos de la parte inferior puedan subir, así como la de ayudar en el comportamiento estruc-tural del paquete de firme en el momento de repartir las cargas en el terreno.

En firmes de tipo urbano, esta es la primera capa del firme, sobre la cual se colocará la base y se extende-rán las diferentes capas de acabado. En el caso de pavimentos en espacios verdes, si la tipología de uso es para peatones y, como máximo, mixta con tráfico ligero, puede llegar a utilizarse como capa sobre la que se reposa directamente la capa o capas de acabado.

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Pavimentos y drenajes ❘ CAPÍTULO II ‹

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Las subbases se suelen ejecutar con mezclas de cantera naturales o artificiales. Es habitual exigir una calidad ZN-25 para el caso de las naturales y una calidad ZA-25 para las artificiales, según se definen en el artículo 501 del Pliego de Prescripciones Técnicas Generales para Obras de Carreteras y Puentes (PG-3).

El uso de materiales reciclados también está regulado por el Pliego de Prescripciones Técnicas Generales para Obras de Carreteras y Puentes, en la versión PG-4, pero todavía mantiene algunas carencias, que no permiten dar una cobertura legal masiva al uso de este tipo de materiales. En última instancia, dependerá de la decisión del técnico redactor y del director de ejecución la posibilidad de utilizar o no este tipo de materiales, en función del compromiso estructural, de la disposición de algún productor local, de las garantías de calidad, homogeneidad del producto, etcétera.

3) Bases

La base de un pavimento es aquella capa de material que hay entre una o varias capas de acabado y la capa de subbase. En el caso de un firme con poco compromiso estructural, como son la mayor parte de los pavimentos de un espacio verde, denominaremos capa de base a la capa de acabado, si se trata de un pavimento continuo, y denominaremos base a la capa de transición entre la subbase y los elementos prefabricados (adoquines o losas).

En el caso de los pavimentos de piezas prefabricadas, hay que distinguir dos tipologías:

❱ Pavimento con losa, donde sólo se acepta el tráfico de vehículos de emergencia y de los servicios de mantenimiento. La base será siempre de hormigón, y hay que garantizar una buena sujeción de esta a la pieza prefabricada. A tal efecto, la sujeción tendrá que ser ejecutada mediante mortero de cemento (no es admisible mortero seco). Adicionalmente habrá que darle una planimetría excelente, para que la pieza se apoye en su totalidad.

❱ Pavimento con adoquín, donde puede haber tráfico de vehículos. Hay que atenerse a dos casos de sub-base distinta: hormigón o zahorra.

En relación a este tipo de pavimento, los manuales teóricos y el sentido común, casi el cien por cien de las veces, recomiendan una subbase de zahorra, pero la práctica nos demuestra que hay bastantes pavi-mentos de este estilo que acaban colapsándose cuando han sido ejecutados de esta manera. Las principa-les causas suelen ser la mala ejecución de las capas de subbase y de la explanada mejorada, así como un nivel de tráfico superior a aquel para el cual habían sido diseñados.

Por otro lado, la apuesta “segura” desde un punto de vista estructural consistente en emplear una subba-se de hormigón, trae asociada toda una serie “de elementos colaterales” que no se pueden pasar por alto.

En primer lugar, una subbase de hormigón resulta totalmente impermeable y, además, dificulta y enca-rece las operaciones futuras para las posibles actuaciones en el subsuelo, para la creación o explotación de redes de servicios, nuevas instalaciones, etcétera. Por último, el coste de ejecución de una subbase de hormigón resulta bastante superior al de una subbase de zahorra.

Por eso, en la decisión del tipo de subbase que hay que diseñar, se deben tener en cuenta las garantías de ejecución de las capas inferiores, el tránsito para el cual se dimensiona y, en último término, atenerse a las prescripciones que el fabricante del material facilite.

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Por último, en función de la tipología de pieza que se haya escogido y de la subbase de la que se disponga, es importante decidir bien el elemento de encintado de nuestro pavimento. Se recomienda consultar las prescripciones del fabricante para este tipo de pavimentos.

4) Capa de acabado

La capa de acabado puede existir o no, puesto que, tal como se ha comentado anteriormente, la capa de base puede actuar a la vez como capa de acabado. En caso de que sea un elemento diferenciado (caso de pavimentos asfálticos, microaglomerados, o slurry), esta capa puede tener o no carácter estructural y, obviamente, se le pide que cumpla las propiedades para las que ha sido diseñado aquel firme.

5) Bordillos

Los bordillos son los elementos que confinan nuestro pavimento. Las características que se le otorgan cumplen con criterios de funcionalidad y estética. Se mencionan criterios de funcionalidad, en tanto que es el elemento que confina nuestro pavimento y que, en la fase de obra nos ayuda a la ejecución. Adicionalmente, en los casos de pavimentos de adoquines, los bordillos resultan fundamentales para un correcto comportamiento estructural del pavimento.

Otra de las características que suelen tener los bordillos es la de convertirse en el punto natural de reco-gida de las aguas de drenaje (rigolas o cunetas), dado que es el elemento que suele configurar construc-tivamente el punto bajo.

Figura 1. Pavimento de piezas prefabricadas en construcción

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Pavimentos y drenajes ❘ CAPÍTULO II ‹

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Desde el punto de vista de su durabilidad y de la buena ejecución de la obra, lo más importante es que estén bien sujetas. Y, considerando la enorme variabilidad de bordillos de la que podemos disponer, hay que incidir en la importancia de cumplir con los criterios y las recomendaciones del fabricante.

En al caso concreto de los bordillos, siempre que sea geométricamente posible, es muy recomendable ejecutar esta unidad de obra después de la subbase y colocar los prefabricados encima de ésta, con un grueso de hormigón de 12 cm, como mínimo.

2.3. CRITERIOS DE DISEñO

Los criterios de diseño que hay que tener presentes en el proyecto de un pavimento son, como ya se ha mencionado, la funcionalidad que se pretende para el proyecto, la sostenibilidad económica y la integra-ción paisajística. Dado que las connotaciones paisajísticas no son objeto de este apartado, nos centrare-mos en los criterios de diseño desde el punto de vista de su funcionalidad y sostenibilidad económica.

2.3.1. Criterios de diseño que responden a la funcionalidad

Entre otros criterios que hay que tener presentes, deben considerarse los aspectos de accesibilidad, textura superficial, hidrología urbana, comportamiento estructural y durabilidad. En cuanto a la accesibili-dad, hay que cumplir con lo que indica la Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero.

Para los aspectos de textura superficial, básicamente hay que observar que el pavimento no genere ries-gos añadidos a sus usuarios. Adicionalmente, debe ser agradable al usuario y acorde a las características por las cuales se diseñó.

Los pavimentos también los podemos clasificar en función de su comportamiento ante la escorrentía de lluvia. Clasificarlos de este modo es importante, si queremos incorporar a nuestro proyecto de diseño un criterio que dará una calidad añadida: la gestión de las aguas de lluvia. A tal efecto, los pavimentos se clasifican en aquellos que son impermeables y el resto, que denominamos permeables, a pesar de que técnicamente no lo sean del todo.

❱ Pavimentos impermeables. Son aquellos pavimentos en los que toda la escorrentía del agua de lluvia discurre por la superficie del pavimento, sin disponer de capacidad de infiltración. Considerando el criterio de diseño de la gestión de aguas de lluvia, hay que evitar proyectar pavimentos de este tipo. El paradigma es que, actualmente, la durabilidad, la dureza y la funcionalidad de un pavimento suelen ir ligados a su impermeabilidad. Los pavimentos que presentan un mejor comportamiento estructural ante el uso y la acción erosiva del agua de lluvia suelen ser precisamente pavimentos impermeables. Por este motivo, el esfuerzo y unos conocimientos mínimos del proyectista son totalmente indispensa-bles para conjugar este difícil equilibrio.

❱ Pavimentos permeables. Como hemos comentado anteriormente, clasificamos los pavimentos per-meables distinguiéndolos de los que son impermeables, es decir, el resto. En este elenco de pavimen-tos, podemos clasificar pavimentos de jabre (arena granítica), pavimentos ajardinados, areneros para zonas de juegos infantiles, pavimentos de adoquines permeables, pavimentos de adoquines sobre una subbase flexible o pavimentos de adoquines con junta verde.

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Otra característica fundamental que se exige a todo pavimento es que garantice el correcto comporta-miento estructural para las condiciones para las cuales ha sido diseñado. Desde un punto de vista estruc-tural, esta clasificación tiene la voluntad de analizar el comportamiento ante cargas y agentes externos de un pavimento, para diseñarlo de la mejor manera posible.

1) Pavimentos continuos rígidos

Son aquellos pavimentos cuyas capas estructurales están formadas por materiales con un alto módulo de elasticidad. El caso más evidente, más ampliamente utilizado y que a continuación analizaremos, es el caso del pavimento de hormigón.

Los pavimentos de hormigón tienen, entre otras, las ventajas siguientes:

❱ Puesta en obra, con equipos y maquinaría in situ, que permite adaptarse perfectamente a cualquier geometría.

❱ Su rigidez hace que sea capaz de absorber posibles blandones de bases y subbases, siempre y cuando sean de dimensiones medianas o pequeñas.

❱ Puede tener diferentes texturas de acabado in situ, para adaptarlo a diferentes necesidades paisajísti-cas o funcionales.

❱ Buena relación coste/durabilidad y coste/funcionalidad.

❱ Muy buen comportamiento ante el tráfico de vehículos, tanto si es ocasional, cómo si se produce con asiduidad.

Figura 2. Ejemplo de pavimento permeable

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Por otro lado, los principales inconvenientes de los pavimentos de hormigón son:

❱ La dificultad de encontrar buenos operarios y buenas empresas para una correcta puesta en obra y ejecución del mismo.

❱ Cuando colapsan estructuralmente su reparación es costosa.

❱ La propia idiosincrasia del hormigón, con multitud de variables difíciles de controlar (temperatura de puesta en obra, dosificación en planta, recorrido del camión, climatología en el momento del estendido, hora de la puesta en obra), que hacen que siempre quede el riesgo residual de un resultado inadecua-do.

❱ Coste poco competitivo ante otros tipos de pavimento para grandes superficies de funcionalidades y durabilidades similares.

2) Pavimentos continuos flexibles

Son aquellos pavimentos cuyas capas estructurales están formadas por materiales con un módulo de elasticidad menor, pero, en cualquier caso, de gran resistencia. El caso más evidente y más ampliamente utilizado es el de las mezclas bituminosas en caliente (MBC), conocidas también con el nombre de asfaltos y que se analizarán a continuación.

Las principales ventajas de los pavimentos de MBC son:

❱ Buena relación coste/funcionalidad y coste/durabilidad.

❱ Muy competitivos para superficies medianas o grandes (más de 10.000 m2).

❱ Posibilidad de hacer pavimentos permeables con MBC drenantes, confeccionados en la propia planta de producción con una granulometría discontinua y ligantes bituminosos modificados.

❱ Comportamiento regular ante blandones de pequeñas dimensiones y muy buena adaptabilidad en caso de blandones de mayor magnitud.

❱ Facilidad y economía de la reparación.

❱ Muy buen comportamiento ante el tráfico habitual.

Los principales inconvenientes de los pavimentos de MBC son:

❱ Estética poco adaptada a espacios paisajísticamente ordenados, a pesar de que, últimamente, están emergiendo al mercado pavimentos de diferentes colores, hecho que les confiere mucho atractivo.

❱ La particularidad de ser biodegradables y que, en el caso de no contar con tráfico rodado que man-tenga sellada la macrotextura superficial, son el hábitat ideal para que ciertas especies vegetales se desarrollen con total libertad. Por lo tanto, no son aconsejables en espacios sin tráfico rodado habitual.

❱ Un coste por metro cuadrado muy caro, si se trata de superficies pequeñas, dada la repercusión económica que tiene el traslado de los equipos. No se recomienda para superficies más pequeñas de 1.000 m2.

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Para el dimensionado de paquetes de firme es habitual recurrir a tablas de valores normalizadas. En el caso de los firmes viarios, existe la normativa 3.1 y 2 IC. Adicionalmente, en cuanto a los firmes urbanos, el INCASOL tiene publicadas desde hace años unas tablas que son el vademecum para firmes viarios en zonas urbanas.

Sin embargo, en cuanto a nuestro caso de pavimentos en espacios verdes, tomaremos como punto de par-tida la tabla de INCASOL y nos centraremos en la última columna del catálogo, que hace referencia a los firmes de tráfico mixto, y la podremos emplear como referente en el momento de dimensionar.

Dado que lo importante para nosotros es asegurarnos de que conseguimos los gruesos de la tabla, se recomienda incrementar los gruesos que aparecen un 20%, considerando las pérdidas y las carencias que en la ejecución puedan darse.

Tabla 1. Secciones estructurales en función del tráfico de diseño (V) y la explanada. Fuente: Alabern E., Guillamany C, 1991.

V1 V2 V3 V4 V5

TIPU

S D’

EXPL

ANAD

A Vehiculos pesados diarios v>270

Acceso a zonas indus-triales especiales o terminales de càrga

Autovias urbanas de gran capacidad

Vehiculos pesados diarios v<270

Sectores residenciales >600 viviendas

Sector industrial >15 ha

15< V <50

Acceso y vialidad principal a sectores residenciales

Sector industrial < 15 ha

5 < V < 15

vialidad secundària de todo tipo

de actuaciones residenciales

Viales mixtos de peatones y tránsito

rodado

FPAVIMENTO DE

HORMIGÓN

(se ha considera-do HP-40, en caso

de considerar HP-35, se incre-

mentará en 2 cm el grosor del

pavimento)

E1

1FC1 1FF1F 25 F 20C 15 F 15S 20 S 20

2FC1 2FB1 2FF1F 22 F 23 F 16C 15 B 20 F 15S 20 S 25 S 20

3FS1F 20S 20

4FS1F 18S 20

5FS1F 16S 15

E2

1FC2 1FF2F 25 F 20C 15 F 15S 15 S 15

2FC2 2FB2 2FF2F 22 F 23 F 16C 15 B 15 F 15S 15 S 20 S 15

3FS2F 20S 15

4FS2F 18S 15

5FS2F 16S 10

E31FC3 1FF3F 25 F 20C 15 F 15

2FC3 2FB3 2FC3F 22 F 23 F 16C 15 B 20 F 15

3FS3F 20

4FS3F 18

5FS3F 16

APAVIMENTO ASFÁLTICO

E12AC1 2AB1 2AF1 2AA1A 12 A 12 A 6 A 6C 18 B 20 F 20 A 16S 20 S 25 S 25 S 25

3AC1 3AB1 3AF1 3AA1A 8 A 8 A 6 A 6C 18 B 20 F 16 A 10S 20 S 25 S 25 S 25

4AC1 4AB1 4AA1A 6 A 6 A 6C 16 B 20 A 6S 20 S 20 S 20

5AB1 5DB1 5SB1A 5 DTS STSB 20 B 20 A 6

E21AC2 1AF2 1AA2A 15 A 8 A 6C 22 F 22 A 19S 20 S 20 S 20

2AC2 2AB2 2AF2 2AA2A 12 A 12 A 6 A 6C 18 B 20 F 20 A 16S 15 S 15 S 15 S 20

3AC2 3AB2 3AF2 3AA2A 8 A 8 A 6 A 6C 18 B 20 F 16 A 10S 15 S 15 S 15 S 15

4AC2 4AB2 4AA2A 6 A 6 A 6C 16 B 20 A 6S 15 S 15 S 15

5AB2 5DB2 5SB2A 5 DTS STSB 15 B 15 A 15

E31AC3 1AF3 1AA3A 15 A 8 A 6C 25 F 22 A 22

2AC3 2AB3 2AF3 2AA3A 12 A 12 A 6 A 6C 21 B 25 F 20 A 19

3AC3 3AB3 3AF3 3AA3A 8 A 8 A 6 A 6C 21 B 25 F 16 A 13

4AC3 4AB3 4AA3A 6 A 6 A 6C 19 B 25 A 8

5AB3 5DB3 5SB3A 5 DTS STSB 10 B 10 A 10

PPAVIMENTO

DE PIEZAS DE HORMIGÓN

E1 1PF1

12F 13S 25

2PF1 10 a 12F 19 a 21S 25

3PB1 3PF1 10 8 a 10B 20 F 15 a 17S 25 S 20

4PB1 8B 20 S 25

5PS1 5LF1 5PS1 6 P 10S 19 F 10 S 20

E2 1PF2

12F 13S 20

2PF2 10 a 12F 19 a 21S 20

3PB2 3PF2 10 8 a 10B 20 F 15 a 17S 20 S 15

4PB2 8B 20 S 15

5PS2 5LF2 5PS2 6 P 10S 15 F 10 S 15

E3 1PF3

12F 13

2PF3 10 a 12F 19 a 21

3PB3 3PF3 10 8 a 10B 25 F 15 a 17

4PB3 8B 25

5PS3 5LF3 5PS3 6 P 10 F 10

A- ASFALTO B-BASE C- GRAVA CEMENTO F- HORMIGÓN S- SUB-BASE STS- SIMPLE TRATAMIENTO SUPERFICIAL DTS - DOBE TRATAMIENTO SUPERFICIAL

Definición funcional de la via

urbana

Tipo de pavimento

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Pavimentos y drenajes ❘ CAPÍTULO II ‹

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Tabla 2. Extracto de la anterior tabla, adaptada al tráfico habitual de un espacio verde (V5)

SECCIONES ESTRUCTURALES DE FIRMES URBANOS EN SECTORES DE NUEVA CONSTRUCCIÓN

V5VIALES MIXTOS DE PEATONES

I TRÁFICO RODADO

FPAVIMENTO DE HORMIGÓN

(se ha considerado HP-40, en caso de considerar HP-35, se incrementará en

2 cm el grosor del pavimento)

APAVIMENTO ASFÁLTICO

PPAVIMENTO DE PIEZAS

DE HORMIGÓN

E15FS1F 16S 15

5AB1 5DB1 5SB1A 5 DTS STSB 20 B 20 A 6

5PS1 5LF1 5PS1 6 P 10S 19 F 10 S 20

E25FS2F 16S 10

5AB2 5DB2 5SB2A 5 DTS STSB 15 B 15 A 15

5PS2 5LF2 5PS2 6 P 10S 15 F 10 S 15

E3 5FS3F 16

5AB3 5DB3 5SB3A 5 DTS STSB 10 B 10 A 10

5PS3 5LF3 5PS3 6 P 10 F 10

A- ASFALTO B-BASE C- GRAVA CEMENTO F- HORMIGÓN S- SUB-BASE STS- SIMPLE TRATAMIENTO SUPERFICIAL DTS - DOBE TRATAMIENTO SUPERFICIAL

3) Pavimentos de piezas prefabricadas

Estos tipos de pavimentos han sido la novedad de los últimos años y se han impuesto de manera bastante homogénea en todo el territorio. De todos modos, la carencia de experiencia previa o el exceso de con-fianza en el momento de proyectar han provocado que una miríada de pavimentos de piezas prefabricadas haya desarrollado patologías que responden a errores de diseño y construcción. Con el objetivo de no cometer los mismos errores es importante seguir las recomendaciones siguientes:

❱ Atenerse a la exposición hecha en esta guía sobre las subbases (hormigón o zahorra).

❱ Respetar de forma estricta las especificaciones de tráfico, pensando también en el tráfico de la obra y en las diferentes etapas de vida del pavimento.

❱ Buscar secciones tipo estándar y de reconocida solvencia.

❱ Garantizar una correcta ejecución. A tal efecto, ya en el proyecto se puede definir un programa de control de calidad para garantizar que durante la ejecución se cumplan las especificaciones técnicas de explanada y subbase.

❱ Dimensionar y asegurar el éxito del elemento de confinamiento. Muchas patologías se producen por el fracaso de este elemento.

❱ Tener claro dónde se pueden y dónde no se pueden ubicar este tipo de pavimentos.

❱ Atenerse siempre a las recomendaciones del fabricante.

Superado este preámbulo, es evidente que son pavimentos con una enorme versatilidad de gamas de color, geometrías, acabados, y que nos ofrecen un amplio abanico de estimulantes posibilidades de cara a proyectar nuestro espacio verde.

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2.4. SECCIONES TIPO MÁS hABITUALES

Las secciones tipo más habituales disponen de una casuística muy variada. A título de ejemplo, menciona-remos algunas secciones tipo que, en la práctica, han demostrado funcionar con un éxito notable.

■ Pavimentos de jabre

Pueden colocarse sólo en superficies que, como máximo, dispongan de un 1 % de pendiente, ya que, con una pendiente mayor, se producirían arrastres por las aguas de lluvia que estropearían el pavimento. Es interesante procurar evitar la aportación de aguas de taludes y otros espacios. Para colocarlos en pen-dientes mayores del 1 % se puede recurrir a fijadores y estabilizadores del material, de los cuales existe una gran variedad, pero no todos funcionan del mismo modo.

■ Pavimentos de hormigón

Pueden colocarse en cualquier tipo de pendiente. Es interesante confinar sus laterales. A la vez, se reco-mienda evitar la aportación de aguas de taludes y otros espacios.

Figura 3. Detalle de un paquete de firme de pavimento de jabre

10CM JABRE COMPACTADO AL 98% PM

15CM DE SUBBASE DE ZAHORRA NATURALZN-25 COMPACTADO AL 97% DEL PM

BORDILLO "T-2" ESPECIAL

REPASO Y PICONADO EXPLANADA

Figura 4. Detalle de un paquete de firme de pavimento de hormigón

PRADO ORNAMENTAL

BORDILLO "T-2" ESPECIAL 15x25CM

15CM DE PAVIMENTO DE HORMIGÓN HM-20/B/20/IIa RASPADO FINO

BASE HOR. HM-15/b/20/IIa

15CM BASE DE ZAHORRA ARTIFICIAL

REPASO Y PICONADO EXPLANADA

ZA-25 AL 98% PM

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■ Pavimentos de baldosa hidráulica

Pueden colocarse en cualquier tipo de pendiente. Hay que prestar atención a los posibles vados de acceso de vehículos para reforzar en aquellos puntos la solera de hormigón.

■ Pavimentos de piedra artificial

Tienen una casuística muy variada, que ya se ha ido comentando anteriormente, y tendremos que encon-tar los materiales que mejor se adapten a nuestras necesidades. Adjuntamos varias figuras de ejemplo. En la figura 8, puede observarse un caso singular, en el que se confía en el propio peso de una pieza de gran formato para soportar todas las solicitaciones.

Figura 5. Detalle de un paquete de firme de baldosa hidráulica

PAVIMENTO DE LOSA HIDRÁULICA DE 9 PASTILLAS 20x20x4CM

10CM DE PAVIMENTO DE HORMIGÓN HM-15/B/20BIIa

PIEZA PREFABRICADA TIPO ROMANA DE 40x20x6CM

Figura 6. Detalle de adoquines sobre base de zahorra y garbancillo

15CM BASE DE ZAHORRA ARTIFICIALZA-25 COMPACTADA AL 98% PM

REPASO Y PICONADO EXPLANADA

3CM ARENA LAVADA DE RIO

ADOQUIN DE 7CM Y MEDIDA VARIABLE

10CM SUBBASE ZAHORRA NATURALZN-25 AL 97% R

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2.5. TENDENCIAS DE FUTURO

Con el objetivo de no dispersar la información, hemos intentado clasificar las tendencias de futuro en los pavimentos para espacios verdes en unas categorías concretas. A tal efecto, agruparemos las tendencias en aspectos de paisaje urbano, de mejora del comportamiento estructural y de mejora del comportamien-to en el drenaje.

En cuanto al paisaje urbano a partir de pavimentos continuos, se está innovando en pavimentos de colo-res, realizados ya no tan sólo con slurry (especie de pintura bituminosa), sino en el propio pavimento. A tal

Figura 7. Detalle de losa de formato grande sobre base de hormigón

REPASO Y PICONADO EXPLANADA

3CM MORTERO DE CEMENTO FRESCO

ADOQUIN DE 10CM.

10CM SUBBASE ZAHORRANATURAL ZN-25 AL 97% R

15CM DE PAVIMENTO DE HORMIGÓN HM-15/B/20BIIa

Figura 8. Detalle de losa de formato muy grande sobre base de zahorra

15CM BASE DE ZAHORRA ARTIFICIALZA-25 COMPACTADA AL 98% PM

REPASO Y PICONADO EXPLANADA

3CM ARENA LAVADA DE RIO

LOSA DE 12CM.

10CM SUBBASE ZAHORRANATURAL ZN-25 AL 97% R

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Pavimentos y drenajes ❘ CAPÍTULO II ‹

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efecto, las muestras de colores son variadas y las opciones también. Hay que tener presente que pueden hacerse combinaciones eligiendo el colorante y también el color del árido, de forma que las intensidades cromáticas puedan ser de mucha calidad.

En cuanto a la mejora del comportamiento estructural, hay que destacar los adelantos de cara a natu-ralizar soluciones ante los fenómenos erosivos. Suelen ser tratamientos superficiales que consiguen las siguientes propiedades:

❱ Conservar el aspecto natural, la textura y los colores de los áridos.

❱ Se pueden estabilizar superficies de hasta el 15 % de pendiente.

❱ Pavimentos indicados para el tránsito de peatones, así como para vehículos ligeros.

❱ Buen comportamiento en caso de situaciones extremas.

❱ Bajo coste.

En cuanto a la mejora del comportamiento ante el drenaje urbano de cara a permeabilizar superficies, se está investigando mucho. Hay que destacar soluciones que ya se comercializan como el de un adoquín poroso, permeable al agua y al aire, capaz de pavimentar una superficie duradera y uniforme sin sellarla. El agua filtra directamente a través del adoquín.

Finalmente, es remarcable que, actualmente, se dedican muchos recursos a l+D+i, lo que nos hace ser optimistas y pensar que, en el mercado del diseño y la ingeniería modernos, cualquier espacio verde pueda tener la tipología de sección tipo que más se adapte a sus necesidades.

Figura 9. Pavimento continuo de colores en un espacio verde

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3. Drenaje

De cara a un correcto diseño de la red de drenaje del espacio verde, se debe observar una serie de aspec-tos que son los que analizaremos en el presente capítulo, con la voluntad de dar un mínimo de herramien-tas y conceptos básicos.

3.1. CARACTERíSTICAS y USOS

Las características exigibles a una red de drenaje son básicamente:

❱ El desagüe de las aguas del aguacero del periodo de retorno de diseño.

❱ Funcionalidad adecuada para el espacio y sus usuarios (elementos de superficie adaptados, sin la apari-ción de barreras arquitectónicas).

❱ Facilidad para las tareas de mantenimiento (accesibilidad, inspección, limpieza, reparación o reposición).

3.2. ELEMENTOS qUE COMPONEN UNA RED DE DRENAJE

Los elementos que componen una red de drenaje de un espacio verde urbano básicamente son:

1) Punto de conexión a la red general

En función de las características topográficas, de diseño y de las preexistencias, este punto de conexión puede ser uno o más de uno. Suele estar en el lugar topográficamente más bajo de todo el sector, ya que siempre procuraremos traer por gravedad las aguas recogidas hacia la red general municipal. Siempre que sea posible esta acometida, se llevará al pozo existente. Si no, es recomendable la realización de un pozo en la red general, para tener siempre registrada esta conexión, a pesar de que la necesidad de esta construcción dependerá también de las dimensiones de la actuación.

2) Cunetas de recogida y transporte superficial

Las cunetas de recogida y transporte superficial tienen como objetivo recoger el agua drenada por los espacios (pavimentos, parterres, zonas ajardinadas) a las que dan servicio y transportarla hasta un punto de transferencia. Considerando los caudales que pueden llegar a recoger, generalmente no superarán los 1,50 metros de anchura. Funcionalmente, es interesante que estén integradas y se puedan pisar. En los cálculos, la profundidad estará determinada por la pendiente y el caudal transportado.

El material de uso podrá ser el propio jabre, hidrosembrados, geomallados o revestidos con algún tipo de material continuo o piedra, ya sea artificial o natural. El revestimiento se adecuará a los criterios funcio-nales y paisajísticos del proyectista, pero hay que tener en cuenta el poder erosivo del agua y, a tal efecto, se recomienda lo siguiente:

❱ Hasta el 1 % de pendiente puede ser de cualquier material o revestimiento.

❱ Con pendientes superiores al 1 % se recomienda que no sean de jabre.

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❱ Para pendientes de más del 4%, se recomienda que no sean sólo hidrosembradas y que se incorporen geomallas.

❱ Para cualquier pendiente y revestimiento, habrá que tener presente el poder erosivo del agua y consi-derar la posibilidad de utilizar cunetas revestidas con hormigón, piedra artificial o piedra natural.

3) Acometida de la fuente de agua potable

Hay que prever una recogida de las aguas de la fuente. A tal efecto, la tubería prevista se recomienda que, por cuestiones de mantenimiento, no sea inferior a 150 mm y, preferentemente, de 250 mm de diámetro. Además, se recomienda que esta conexión tenga un registro en la misma fuente y otro, en el punto de conexión a la red general.

4) Imbornales

Los imbornales son los elementos que recogen la escorrentía superficial y la envían hacia la red de drenaje. Suelen tener unas medidas de 300 x 700 mm o similares y pueden ser de materiales diversos. El criterio de ubicación es siempre emplazarlos en los puntos bajos y a una distancia entre sí de, como máximo, de unos 50 metros. En caso de necesitar más capacidad de recogida se pueden doblar o colocar rejas interceptoras.

5) Rejas interceptoras

Se colocan cuando la previsión es que el punto bajo que hay que desaguar sea de una cierta importancia y envergadura. Este compromiso técnico nos obliga a diseñar a partir de elementos que tengan una gran capacidad de recogida hidráulica y que, al mismo tiempo, sean muy fáciles de mantener (inspección y lim-pieza). Estos requisitos convergen en las rejas interceptoras donde las medidas mínimas suelen ser de 84 x 50 cm, mediante las cuales podemos garantizar mejor el correcto funcionamiento durante un episodio crítico de tormenta.

6) Tuberías

Son los elementos que captan y transportan el fluido hasta el vertido en un punto final de la red. En el drenaje de un espacio verde urbano, las tuberías que utilizaremos habitualmente serán de polietileno y de hormigón, con todas las variantes, tipologías y dimensiones que existen en el mercado.

Las tuberías tienen también diferentes tipos de conexiones y tipologías estructurales. Por eso, resulta fundamental consultar el catálogo del fabricante para asegurar un buen diseño del proyecto, sobre todo en cuanto al procedimiento constructivo y secciones tipos (profundidades máximas, mínimas, proteccio-nes de recubrimiento, precauciones...).

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7) Arquetas registrables

Son elementos prefabricados o construidos in situ, de geometrías que no suelen superar los 80 x 80 cm en planta y de un máximo de 1,50 metros en alzado. Tienen como objetivo disponer de un elemento de acceso a la red de cara al mantenimiento. Es típico ubicarlas en las intersecciones de las canalizaciones.

8) Pozos de registro

Los pozos de registro cumplen la misma función que las arquetas de registro, con la añadidura que están pensados para que el personal de mantenimiento pueda tener acceso a ellos. En un espacio verde urbano, se ubican en la conducción principal para que esta quede perfectamente accesible. El número mínimo de pozos que hay que colocar suele ser de dos unidades, que corresponden al principio y al final de la red principal. Adicionalmente, y repitiendo el criterio de las arquetas de registro, habrá que ubicarlos en una distancia entre sí de 50 metros como máximo y en cualquier cambio de trayectoria, tanto en planta como en alzado.

3.3. CRITERIOS DE DISEñO

De cara a realizar un diseño correcto de los elementos de saneamiento y drenaje del espacio verde urbano hay que tener presente los tipos de pavimentos existentes en el sector, el punto o puntos de acometida de las aguas a la red de drenaje general, la topografía del sector, y la funcionalidad y la ubicación de los elementos complementarios que se pretenden drenar.

Figura 10. Colector de hormigón

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La normativa existente es la referida al ámbito de las carreteras. El documento legal que aquí nos interesa al efec-to es la “Instrucción 5.2 IC. Drenaje superficial”. Desde el punto de vista de la fundamentación teórica, los concep-tos que se reflejan son perfectamente válidos, pero, en la realización de un proyecto de espacio verde urbano, el factor de escala y el entorno hacen que las necesidades de nuestro diseño no sean las mismas que en la construc-ción de una carretera. Por lo tanto, hay que hacer un ejercicio de extrapolación, que desarrollamos a continuación.

En el diseño de una red de drenaje, hay que identificar un caudal de desagüe y dimensionar las tuberías para que este caudal de desagüe pueda evacuarse. De cara a la identificación de los caudales, utilizare-mos la fórmula siguiente, que nos dará el caudal de diseño para T = 10 años.

Q = 1 • C x I x A 0.36

Donde: C = Coeficiente de escorrentía de la zona drenada I = Intensidad máxima de precipitación (mm/h) A = Superficie drenada (ha.)

Para determinar C en función de la pendiente y dentro de la horquilla de valores establecidos, escoge-remos un valor de C bajo cuando exista poca pendiente y un C alto cuando haya mucha pendiente. Los posibles valores son los siguientes:

❱ Pavimentos (en función de la permeabilidad y pendiente) 0.75 – 1.00 ❱ Jabre 0.50 - 0.75 ❱ Espacios ajardinados: 0.40 - 0.60

Para determinar la intensidad máxima de precipitación (mm/h), utilizaremos la siguiente fórmula:

I =

Donde: I = Intensidad horaria para el periodo de retorno considerado, que es la intensidad de precipita-ción por una duración efectiva de la lluvia de una hora (mm/h)

Tc = Tiempo de concentración (h). Para los espacios verdes urbanos inferiores a 300 metros de longitud, tomaremos un valor de Tc correspondiente a 5 minutos

Pd = Intensidad mediana diaria para el periodo de retorno considerado, que es la intensidad de precipitación para una duración efectiva de la lluvia de un día, expresada en mm/h. Remarcar que Pd no es exactamente igual a I24.

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Una vez determinado el caudal punta para el periodo de retorno asociado, habrá que dimensionar el con-ducto correspondiente. A tal efecto, emplearemos la fórmula de Manning:

Q=

Donde: n = Coeficiente adimensional, número de Manning (índice de rugosidad del material) Para conductos de hormigón n = 0.013 Para conductos de PVC, PE o PP n = 0.011

S = superficie mojada de la conducción, en m2

Rh = radio hidráulico de la conducción (Superficie mojada / perímetro mojado) en metros i = pendiente del tramo de la tubería (en tanto por uno)

Figura 11.  Pd. para comarcas cercanas a Barcelona para un periodo de retorno de diez años. Fuente: Agencia Catalana del Agua, 2011.

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Con esta fórmula, determinaremos el caudal máximo (m3/s) que circula por cualquier sección en lámina libre y lo compararemos con el de la cuenca que está drenando la mencionada conducción en el punto de drenaje. Este cálculo es válido para cualquier sección mientras el agua circule en régimen libre, sin presión.

Tabla 3. Caudales para diferentes diámetros y pendientes. Fuente: manual de POLIECO

Caudales para diferentes diámetros y pendientes en tubería circular de polietileno

DNmm

DImm

Pendiente 2‰ Pendiente 5‰ Pendiente 1% Pendiente 5%Q

(l/s)V

(m/s)Q

(l/s)V

(m/s)Q

(l/s)V

(m/s)Q

(l/s)V

(m/s)

160 135 5,75 0,41 9,09 0,65 12,85 0,92 28,74 2,05

200 176 11,66 0,49 18,43 0,77 26,06 1,09 58,28 2,44

250 216 20,13 0,56 31,82 0,88 45 1,25 100,63 2,8

315 271 36,85 0,65 58,27 1,03 82,4 1,46 184,26 3,26

400 343 69,07 0,76 109,22 1,2 154,46 1,7 345,37 3,81

500 427 123,88 0,88 195,87 1,39 277,01 1,97 619,41 4,41

630 535 226,02 1,02 357,37 1,62 505,39 2,29 1130,09 5,12

800 678 425,09 1,2 672,12 1,9 950,53 2,68 2125,44 6

1000 851 779,25 1,4 1232,11 2,21 1742,47 3,12 3896,27 6,98

1200 1030 1296,48 1,59 2049,92 2,51 2899,02 3,55 6482,41 7,93

Con la comparación realizada, ya sólo se necesitará efectuar dos comprobaciones de caudal y de velocidad.

❱ Respecto al caudal, se dimensionará el conducto de forma que para el caudal de diseño no se supere el 80% de la capacidad, nuestro factor de seguridad.

❱ Respecto a las velocidades, se dimensionará el conducto de forma que la velocidad se mantenga en unos rangos de 0,5 m/s a 5,00 m/s.

Para averiguar la velocidad en el conducto aplicaremos la fórmula siguiente:

V=

Donde: Q = caudal en la sección de paso, expresado en m3/s S = Sección de paso, expresada en m2

El resultado se expresa en m/s. Velocidades pequeñas pueden dar problemas de sedimentaciones y velo-cidades grandes tienen un poder erosivo importante, que podrían disminuir la vida útil de la canalización.

A efectos de comprobación de velocidades, se considera que:

❱ Las tuberías con pendientes inferiores al 1 % sedimentan con mucha facilidad, ocasionando los conse-cuentes problemas de mantenimiento. Sólo pueden permitirse tuberías de este rango de pendientes en grandes colectores o que transporten una gran cantidad de agua, que no se suelen dar en los espacios

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verdes. Así, pues, no se instalarán tuberías con una pendiente menor al 1 % y, en caso de que no exista ninguna otra solución posible, habrá que revisar tramo por tramo, antes y después de rellenar la zanja, para evitar pendientes 0 o contrapendientes y siempre con materiales plásticos, como, por ejemplo, el PVC o el PE, o bien mediante tubos de gres.

❱ Para tubería de alta pendiente lo más recomendable es utilizar hormigón o un material similar, ya que el coeficiente de rugosidad de que dispone frena más la velocidad del agua.

❱ Para el resto de tubería, se podrá escoger el material entre todos los posibles.

3.4. DIMENSIONES, GEOMETRíAS y MATERIALES MÁS hABITUALES

Mediante el cálculo que anteriormente hemos determinado, hemos podido obtener las condiciones geométricas y del material que debe cumplir nuestra red de drenaje de cara a poder evacuar la lluvia pre-vista en el diseño. Sin embargo, para facilitar la limpieza durante el mantenimiento, el diámetro mínimo no podrá ser nunca inferior a 250 mm para las conexiones de imbornales, rejas y edificios, ni inferior a 500 mm, para la red general. En todo caso, se recomienda consultar siempre a los responsables municipales, ya que esta magnitud puede llegar a ser sensiblemente superior en determinados municipios.

Últimamente, se están imponiendo los conductos de material de polietileno de doble capa de hasta de 70 cm de diámetro. Considerando que, habitualmente, trabajaremos con diámetros más pequeños, la solución del polieti-leno puede darse como generalizada en los espacios verdes, puesto que las aguas que se transportan en este caso no son químicamente corrosivas ni son cañerías que exijan la construcción de futuras acometidas.

Figura 12. Detalle de sección tipo de zanja

MATERIAL SELECCIONADOCOMPACTADO AL 95% DEL PM

NOTA: RELLENO DE LAS ZANJAS CON MATERIAL GRANULAR SINPIEDRAS SUPERIORES A 8 cm., COMPACTADO AL 95% P.M.

DiIMENSIONES (cm)SECCIÓN NOMINALTUBO ØTIPO(mm)

200

400300

600500

A52

7162

9181

151515

15

DIMENSIONES (cm)

700800

TUBO ØTIPO(mm)SECCIÓN NOMINAL

10001200

C10

1510

1515

27

4938

7160

B103

133111

153

82

11893

140

BA C

FIRME

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Pavimentos y drenajes ❘ CAPÍTULO II ‹

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Hay que tener en cuenta que las tuberías de polietileno de saneamiento deben ser como mínimo SN8, para evitar el aplastamiento de los tubos durante el relleno de la zanja. Otros criterios de diseño que hay que considerar son la idoneidad de registrar las intersecciones, así como ubicar pozos de registro en las redes principales cada 50 metros, como máximo, y en cualquier cambio de trayectoria, tanto en planta como en alzado.

3.5. TENDENCIAS DE FUTURO

Las tendencias de futuro en este campo, inexorablemente, pasan por conseguir realizar actuaciones de drenaje urbano más sostenible. Ya hemos abordado la cuestión en el capítulo de pavimentos. Con los dre-najes, las tendencias se resumen en avanzar en el diseño de mecanismos que mejoren la infiltración de las aguas hacia el subsuelo, para disminuir el caudal punta de la tormenta.

Los mecanismos de infiltración pueden ser variados, como, por ejemplo, zanjas drenantes, balsas drena-das o pozos de infiltración. La cuestión es que existe mucha bibliografía al respeto, pero poca experiencia práctica en este tipo de soluciones. Son necesarios estudios precisos del comportamiento del terreno sometido a la infiltración, de los mapas de permeabilidad del medio y de un paraguas legislativo y norma-tivo que otorgue rigor técnico a estos aspectos.

Sin embargo, de manera lenta pero inexorable, estos aspectos se deberán ir imponiendo en tanto que es un elemento más en el camino hacia una concepción de una ciudad más sostenible.

4. Bibliografía

- ALABERN, E., GUILEMANY, C., 1999. Infraestructuras Urbanas. Guillemany Casadmon Carles.

- Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones bási-cas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados.

- Pliego de Prescripciones Técnicas Generales para Obras de Carreteras y Puentes (PG. 3/75), aprobado por OM de 6 de febrero de 1976.

- Pliego de Prescripciones Técnicas Generales para Obras de Carreteras y Puentes. MOP (PG. 4/88), BOE de 3 de marzo de 1998.

- “Instrucción 5.2 – IC Drenaje superficial”, aprobada por orden de 14 de mayo de 1990 por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo

- “Instrucción 6.1 y 2 IC”, aprobada por orden del 23 de mayo de 1989 del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo.

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– Manual técnico ECOPAL http://www.polieco.com/editorcms/MANUAL-TECNICO-ECOPAL(Rev2009).pdf

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IIIAlumbrado

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Carlos Villasur Millán, Ingeniero técnico industrial

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Índice Alumbrado

1. Normativa de aplicación ............................................................................................................52

2. Elementos de una red de alumbrado exterior ...........................................................................53

2.1. Acometida eléctrica ...........................................................................................................................................................53

2.2. Instalación de enlace........................................................................................................................................................53

2.3. Cuadro de mando ..............................................................................................................................................................54

2.3.1. Conjunto de protección y medida (CPM) ...........................................................................................................54

2.3.2. Elementos de protección ......................................................................................................................................54

2.3.3. Sistemas de control de encendido ....................................................................................................................54

2.3.4. Medidas de ahorro energético ............................................................................................................................55

2.4. Redes de alimentación .....................................................................................................................................................56

2.4.1. Redes subterráneas .................................................................................................................................................56

2.4.2. Redes aéreas .............................................................................................................................................................58

2.5. Luminarias ...........................................................................................................................................................................58

2.5.1. Partes de una luminaria .........................................................................................................................................58

2.5.2. Tipologías ...................................................................................................................................................................60

2.6. Lámparas ..............................................................................................................................................................................60

2.6.1. Incandescentes .........................................................................................................................................................60

2.6.2. Incandescentes halógenos ...................................................................................................................................60

2.6.3. Sodio de baja presión .............................................................................................................................................61

2.6.4. Sodio de alta presión ..............................................................................................................................................61

2.6.5. Fluorescentes ............................................................................................................................................................61

2.6.6. Mercurio alta presión ..............................................................................................................................................61

2.6.7. Halogenuros metálicos ...........................................................................................................................................61

2.6.8...LED ...............................................................................................................................................................................61

2.7. Elementos de soporte .......................................................................................................................................................63

2.7.1. Columnas y báculos .................................................................................................................................................63

2.7.2. Brazos murales .........................................................................................................................................................64

2.8. Conexión a tierra ...............................................................................................................................................................64

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Alumbrado ❘ CAPÍTULO III ‹

51

3. Criterios de diseño ...................................................................................................................65

3.1. Necesidades de luz en los espacios verdes urbanos ..............................................................................................65

3.2. Distribución de la luz en los espacios verdes urbanos .........................................................................................66

3.2.1. Zonas de iluminación ..............................................................................................................................................66

3.2.2. Situación de los puntos de luz ............................................................................................................................68

3.2.3. Selección de luminarias ........................................................................................................................................68

3.2.4. Puntos de luz ............................................................................................................................................................69

3.2.5. Deslumbramiento ....................................................................................................................................................69

3.2.6. Seguridad para las personas ...............................................................................................................................69

3.2.7. Tipos de lámpara y color de la luz .....................................................................................................................69

3.3. Funcionamiento de la instalación .................................................................................................................................70

3.3.1. Régimen de funcionamiento .................................................................................................................................70

3.3.2. Grado de utilización ................................................................................................................................................70

3.3.3. Ampliaciones y previsiones ..................................................................................................................................70

4. Criterios de cálculo ..................................................................................................................70

4.1. Cálculo lumínico ..................................................................................................................................................................70

4.2. Cálculo eléctrico ................................................................................................................................................................ 73

4.2.1. Cálculo de la sección de cables ........................................................................................................................... 73

4.2.2. Cálculo de la sección de tubos ........................................................................................................................... 75

4.2.3. Las protecciones...................................................................................................................................................... 75

4.3. Trámites y legalización .................................................................................................................................................... 75

4.3.1. Instalaciones de P < 5 kW ....................................................................................................................................... 75

4.3.2. Instalaciones de P > 5 kW ...................................................................................................................................... 75

4.4. Soluciones más habituales ............................................................................................................................................. 76

5. Bibliografía ............................................................................................................................... 77

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52

1. Normativa de aplicación

El Real Decreto 842/2002, de 2 de agosto, aprueba el Reglamento electrotécnico de baja tensión (REBT 2002) y sus instrucciones técnicas complementarías (ITC BT 01 a 51).

El REBT tiene como objetivo establecer las condiciones técnicas y garantías que deben reunir las instala-ciones eléctricas, conectadas a una fuente de suministro en los límites de la baja tensión (1000V c.a.), con el fin de preservar la seguridad de las personas y los bienes. Se asegura así el normal funcionamiento de las instalaciones y se previenen las perturbaciones en otras instalaciones y servicios. A la vez, se contri-buye a la fiabilidad técnica y eficiencia económica de las instalaciones. La principal ITC de aplicación en esta guía es la ITC-BT-09, “Instalaciones de alumbrado exterior”. En el punto núm. 2 de este documento (“Elementos de una red de alumbrado exterior”), se indica la ITC que es de aplicación en cada caso.

Leyes autonómicas de ordenación ambiental del alumbrado para la protección del medio nocturno.

Se tendrá que consultar en cada caso la existencia de reglamentos o leyes autonómicas que regulen la protección del medio nocturno. En general, las normativas se centran en la reducción del impacto ambien-tal sobre el medio nocturno y en el ahorro energético. Pueden incluir alguno de los siguientes aspectos:

❱ Emplear sólo la cantidad de luz necesaria para las diversas actividades.

❱ Restringir el horario al tiempo necesario.

❱ Dirigir la iluminación exclusivamente hacia el objeto o espacio que hay que iluminar.

Real decreto 1890/2008, de 14 noviembre, por el cual se aprueba el Reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior y sus Instrucciones técnicas complementarías (ITC-EA-01 a EA07)

El RD1890/2008 tiene como finalidad principal la eficiencia y el ahorro energético (reducción de emisiones de CO

2) y la limitación del resplandor nocturno y de la contaminación lumínica de las instalaciones de

alumbrado exterior.

Este reglamento es de aplicación en las instalaciones del REBT que superan 1 kW de potencia. No tiene como objetivo dar niveles mínimos de iluminación, sino que crea la calificación energética de las instala-ciones, ofrece niveles máximos de luminancia, iluminación y uniformidad mínima, delimita un régimen de funcionamiento y enumera una documentación mínima de las instalaciones.

Las ITC desarrollan:

EA01: La eficiencia energética de las instalaciones

EA02: Niveles de alumbrado

EA03: La zonificación

EA04: Componentes

EA05: Documentación técnica

EA06: Mantenimiento

EA07: Medidas de las instalaciones

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2. Elementos de una red de alumbrado exterior

Todas las referencias a las ITC-BT de este punto son del REBT 2002.

2.1. AcometidA eléctricA

Es la unión entre la red de la compañía eléctrica y la instalación de enlace. Queda regulada por ITC-BT-11, por las normas técnicas particulares de la empresa suministradora (NTP-IEBT y la Guía vademécum para instalaciones de enlace en baja tensión).

Los cables serán siempre aislados, de cobre o de aluminio, con la tensión asignada de 0.6/1 kV y se insta-larán en conductos cerrados para que no puedan ser manipulados.

2.2. instAlAción de enlAce

La instalación de enlace empieza al final de la acometida y acaba en los dispositivos de mando y pro-tección (ITC-BT-12). Está formada por la caja general de protección y medida (CPM), caja general de pro-tección (CGP), línea general de alimentación (LGA), contadores, derivación individual (DI) y el interruptor de control de potencia (ICP). Tanto la CGP como el conjunto de protección y medida tendrán que estar situados en lugares de tránsito general, de fácil y libre acceso y con una accesibilidad permanente para los técnicos de la compañía eléctrica, aunque pueden estar separados del cuadro de mando.

Figura 1. Cuadro de mando e instalación de enlace 

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2.3. CUADRO DE MANDO

El cuadro de mando es el elemento que contiene la instalación de enlace y todos los aparatos de protección y mando para la instalación del alumbrado. Su función es activar o parar la instalación, reducir el nivel lumíni-co, comunicar incidencias y proteger a las personas de fallos eléctricos.

El armario del cuadro de alumbrado debe proporcionar un grado de protección mínimo IP55, según UNE 20.324 y IK10 según UNE-EN 50.102. Tiene que disponer, además, de un sistema de cierre que permita el acceso exclusivo al personal autorizado (cerradura JIS), con la puerta de acceso situada a una altura comprendida entre 0,3 y 2 m.

Las condiciones de instalación del armario de mando están reguladas por la ITC-BT-09.

■ 2.3.1. Conjunto de protección y medida (CPM)

Se sitúa en un compartimento independiente y sus características constructivas quedan definidas, según los casos, en la Guía vademécum para instalaciones de enlace de baja tensión (páginas 80-81 y 87-91).

Según el caso, puede estar formado por una caja de seccionamiento, unos fusibles o un CGP, un contador multifunción, un módem y el ICP.

■ 2.3.2. Elementos de protección

Los elementos de protección tienen como misión velar por la seguridad de los usuarios y de los bienes. Las líneas de alimentación hasta los puntos de luz tienen que estar protegidas individualmente con corte omnipolar, tanto contra sobreintensidades (sobrecargas y cortocircuitos) como contra corrientes de defecto a tierra y sobretensiones.

■ 2.3.3. Sistemas de control de encendido

2.3.3.1. Célula fotoeléctrica

Es el sistema más elemental de activación de una instalación de alumbrado exterior. Es un elemento sensible a la luz y consiste en una resistencia variable según la intensidad luminosa que, mediante un circuito elec-trónico, activa un contacto. Se montan sobre postes, luminarias o en fachadas. Su problema principal es el mantenimiento.

2.3.3.2. Interruptores horarios

Son dispositivos que pueden programarse con el objetivo de conectar, interrumpir o conmutar circuitos según unos tiempos prefijados. Existen interruptores diarios, semanales o anuales, así como interruptores mecánicos o electrónicos. Actualmente, están en desuso debido a la programación continua que necesitan y sólo se utilizan para iluminaciones especiales o, por ejemplo, las de Navidad o determinadas fiestas.

2.3.3.3. Relojes astronómicos

Son controladores electrónico-digitales específicamente diseñados para el control automático del encendido y el apagado de cualquier instalación, según la salida y la puesta de Sol (contienen programadas las fases

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Alumbrado ❘ CAPÍTULO III ‹

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solares y sólo hay que definir el área geográfica de la instalación para programarlo). Disponen también de circuitos programables independientes para producir encendidos o apagados parciales, reducciones de con-sumo o puesta en marcha de elementos característicos. Actualmente, es el sistema más utilizado, con sus diferentes variantes (existen relojes que se pueden controlar a distancia vía radio, módem o GSM).

2.3.3.4. Control dinámico de luminosidad

Este control se consigue utilizando conjuntamente células fotoeléctricas y relojes astronómicos, logrando una gran precisión.

2.3.3.5. Sistemas centralizados

Desde una sala de control, y con uno de los sistemas anteriores, podemos programar diferentes cuadros en diferentes puntos vía radio, módem, wifi o GSM. Estos sistemas son de comunicación bidireccional y permiten visualizar el estado de la instalación del alumbrado y actuar sobre ésta en tiempo real. Pueden enviar seña-les, en caso de emergencia o de errores en la instalación.

■ 2.3.4. Medidas de ahorro energético

2.3.4.1. Doble encendido

El doble encendido funciona mediante la desconexión de parte de la instalación a partir de una hora deter-minada. Es el sistema más básico, pero rebaja mucho la uniformidad (las actuales normativas lo desaconse-jan) y nos obliga a doblar las líneas de alimentación. El ahorro es directamente proporcional al número de luminarias desconectadas.

2.3.4.2. Balasto electrónico

El balasto electrónico es un elemento estabilizador que limita el crecimiento de la intensidad de la corriente y suministra a la lámpara las características de tensión, de frecuencia y de potencia adecuadas al funciona-miento estable. Regula las variaciones de la potencia consumida por la lámpara. Es un equipo compacto que sustituye la totalidad de los componentes asociados tradicionalmente a las lámparas. El ahorro energético que logra a plena potencia se sitúa entre un 10-15 %.

2.3.4.3. Doble nivel

El doble nivel consiste en la reducción de la potencia de la lámpara mediante la actuación sobre el balasto electromagnético o electrónico. Existen dos tipos de balastos, los de línea de mando (necesitan una línea especial de 2 x 2,5 mm2 que llega a cada balasto) o los programados de fábrica (incorporan las fases de encendido y apagado según las necesidades). Se puede aplicar a los sistemas de vapor de sodio de alta presión y de halogenuros metálicos. El ahorro energético que logra a plena potencia puede ser de un 50 %.

2.3.4.4. Regulador de flujo en cabecera

Los reguladores de flujo en cabecera son equipos que permiten regular la tensión de toda la línea de sumi-nistro a las lámparas. Actúan sobre toda la instalación por variación de la tensión de suministro mediante transformadores estáticos o dinámicos. De este modo, se reduce el flujo lumínico al 60 % y se logran aho-rros energéticos comprendidos entre el 25 y el 40 %, dependiendo del tipo de lámpara empleada. Sólo se puede aplicar a los sistemas de vapor de sodio y de mercurio de alta presión.

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2.3.4.5. Regulación punto por punto

Mediante la utilización de balastos electrónicos, ya sea con línea de mando o sin ella (wifi), se controlan los parámetros de tensión e intensidad en la bombilla, obteniendo así un exhaustivo control de la lámpara. Se consigue de este modo el ahorro del 10 % del balasto electrónico, más el ahorro de la bajada de potencia de la lámpara, que puede ser de hasta el 99 % (sólo para LED).

2.4. REDES DE ALIMENTACIÓN

Las redes de alimentación son los elementos que transportarán la energía a través de la instalación y unen el cuadro de mando con las luminarias. Pueden ser enterradas o aéreas.

■ 2.4.1. Redes subterráneas

La red subterránea es la más común en espacios urbanos, a pesar de que su coste de instalación es mucho más elevado.

2.4.1.1. Canalizaciones

Deben cumplir las siguientes especificaciones:

❱ Los conductores se dispondrán en una canalización enterrada en el interior de tubos.

❱ La sección mínima de los conductores de fase será de 6 mm2, con un aislamiento mínimo de 0,6/1 kV (véase la tabla del punto 5.2.1 de la Guía-BT-09).

❱ La anchura de las zanjas va en función del número de tubos, con un mínimo de 0,2 m (la anchura más habitual es la de 0,4 m). En caso de necesitar mayor anchura, se aumentará en intervalos de 0,2 m. Se utilizarán sistemas y materiales análogos a los de las redes subterráneas de distribución reguladas en la IT-BT-07.

❱ Se instalará sólo un circuito en cada tubo.

❱ Los tubos deben tener un diámetro determinado, que permita el fácil alojamiento y extracción de los conductores. Su diámetro nominal no será inferior a 60 mm y se determinará mediante la tabla 9 de la ITC-BT-21, en función del número y de la sección de los conductores. Las medidas más habituales para este tipo de instalación son 65, 75, 90 y 110 mm de diámetro exterior.

❱ Los tubos irán a una profundidad mínima de 0,4 m del nivel del suelo, medida desde la cota superior del tubo.

❱ Los tubos cumplirán en todo momento la norma UNE-EN 50.086 2-4.

❱ Se colocará una cinta de señalización que advierta de la existencia de cables de alumbrado, situada a una distancia mínima del suelo de 0,10 m y a 0,25 m por encima del tubo.

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❱ En los cruces de calzada, la profundidad de instalación mínima será de 0,50 m, la canalización irá hor-migonada y se instalará un tubo de reserva (como mínimo) y una arqueta de registro a cada lado. Las arquetas serán de 40 x 40 o 60 x 60 cm.

❱ Los vados de vehículos tendrán el mismo trato que los cruces de calzada, pero, en este caso, se podrá prescindir de las arquetas de registro.

❱ Los empalmes y conexiones de los conductores subterráneos a los puntos de alumbrado se efectuarán en el interior de la caja de protección de cada uno de los soportes (base de entrada y salida), garanti-zando la perfecta continuidad del conductor y de su aislamiento, así como su estanquidad y resistencia contra la corrosión.

❱ Se desaconsejan los empalmes en arquetas, pero, si se tienen que llevar a cabo, las arquetas se reali-zarán de forma que no permitan la acumulación de agua (mediante fondo de grava o drenaje directo al alcantarillado). Los empalmes y derivaciones se alojarán en cajas estancas con grado de protección mínimo IPX7, sellando la entrada y salida de los cables, situados a una profundidad que minimice el riesgo de inundación.

2.4.1.2. Arquetas

A efectos de facilitar el mantenimiento, se prevé que se instalen arquetas al principio y al final de los cruces de calzada, cambios de dirección en el tendido de la línea, tramos superiores a 40 m, derivaciones y empalmes de las líneas de derivación.

Las arquetas de registro pueden ser de obra o prefabricadas, tienen que ir dotadas de tapas de fundición y se debe que prever algún tipo de drenaje (directo, por grava, etcétera).

Según el lugar de la instalación, las tapas de las arquetas tienen que estar preparadas para soportar las sobrecargas por el paso de los vehículos.

Figura 2. Zanja tipo en zona tierra

40

1020

510

55

105

3020

20

1, 2 ó 3 TUBOS

1, 2 ó 3 TUBOS

CABLE DESNUDO DE COBRE

DE 35 mm2

EN ZONA DE CAMINO

LINEA DE ALIMENTACIÓN

ARENA TAMIZADA

EXPLANADA

CINTA DE SEÑALIZACIÓN

TUBO PE 110 COARRUGADODOBLE PARED SEGÚN NORMAS CEI EN 50086

ARENA 95% P.M. SIN TAMIZAR

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Generalmente, se utilizan arquetas de 40 x 40 cm o de 60 x 60 cm, dependiendo del número de conductos, de la profundidad o de las prescripciones particulares.

■ 2.4.2. Redes aéreas

La red aérea se utiliza sobre todo para redes en fachada y alumbrados provisionales.

Se utilizarán sistemas y materiales análogos a los de las redes aéreas de distribución reguladas en la IT-BT-06, colocadas sobre la fachada o tensadas sobre postes con cable seguro de acero con una sección mínima de 4 mm2 (véase la tabla del punto 5.2.2 de la Guía-BT-09).

Las distancias hasta el suelo, ventanas, balcones, etcétera, así como las condiciones de cruces y paralelis-mos, quedan establecidas en la ITC-BT-06.

El conductor de la instalación habitual es del tipo RZ, pero, cuando la red se instale en el interior de un tubo o de un canal protector, se podrán utilizar cables del tipo VV-K o RV-K. El tubo o canal será de las características indicadas en la ITC-BT-21 para canalizaciones fijas en superficie. Su altura de instalación debe ser superior a 2,5 m. Para alturas inferiores, se respetarán las características indicadas en la ITC-BT-11.

2.5. Luminarias

La norma UNE-EN 60598-1 define luminaria como el aparato de alumbrado que distribuye, filtra y transfor-ma la luz emitida por una o varias lámparas y que incluye todos los dispositivos necesarios para el apoyo, la fijación y la protección de las lámparas (excluyendo las propias lámparas) y, si es necesario, los circuitos auxiliares en combinación con los medios de conexión de la red de alimentación.

■ 2.5.1. Partes de una luminaria

2.5.1.1. Armadura o carcasa

La armadura es el elemento físico mínimo que sirve de apoyo y delimita el volumen de la luminaria, conte-niendo todos sus elementos.

Figura 3. Partes de una luminaria

marCa DENOMINACIÓN

1 Armadura o carcasa

2 Alojamiento equipo

3 Equipo

4 Reflector

5 Difusor

6 Lámpara

7 Acoplamiento soporte ø 60 x 100

SECCIÓN LONGITUDINAL

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2.5.1.2. Equipo eléctrico

El equipo eléctrico será el adecuado para los diferentes tipos de lámparas:

❱ Fluorescentes y de descarga: con reactancias o balastos, condensadores e ignitores o conjuntos elec-trónicos de encendido.

❱ Incandescentes normales: sin equipo.

❱ LED y los halógenos de bajo voltaje: con la fuente o transformador eléctrico.

2.5.1.3. Reflector

Los reflectores son determinadas superficies en el interior de la luminaria que modelan la forma y direc-ción del flujo de la lámpara. En función de cómo se emita la radiación luminosa, los reflectores pueden ser simétricos (con uno o dos ejes), asimétricos, concentradores (rayo estrecho menor de 20º), difusores (rayo ancho de entre 20 y 40º; rayo muy ancho mayor de 40º), especulares (con poca dispersión lumino-sa), no especulares (con dispersión de flujo) y fríos (con reflector dicroico).

2.5.1.4. Difusor

El difusor es el elemento de cierre o recubrimiento de la luminaria en la dirección de la radiación lumino-sa. Los tipos más habituales son el opaco liso (blanco) o prismático (metacrilato translúcido), de lamas o reticular (con influencia directa sobre el ángulo de apantallamiento) y el especular o no especular (con propiedades similares a los reflectores).

2.5.1.5. Filtros

En una posible combinación con los difusores, sirven para potenciar o mitigar determinadas característi-cas de la radiación luminosa.

■ 2.5.2. Tipologías

Atendiendo a estas características, hay en el mercado una gran variedad de tipos de luminarias, distribuidas en dos grandes grupos, las de alumbrado interior (de las que no se habla en esta guía) y las de exterior.

2.5.2.1. Luminarias urbanas y de vial

Las luminarias de vial suelen presentar diseños sencillos y ópticas asimétricas para favorecer la ilumina-ción de la calzada. Estas luminarias suelen tener una sola óptica por modelo y se colocan para distribuir la luz de forma uniforme y eficiente.

Presentan muchas variantes: de diseño, funcionales o económicas, clásicas, especiales para fuentes, de seguridad, de orientación, etcétera.

2.5.2.2. Proyectores

Los proyectores nacen con la idea de proyectar gran cantidad de luz encima de las superficies. En la actualidad, el mismo modelo de proyector suele tener diferentes tipos de reflectores. Existen proyectores especiales para túneles, gasolineras, proyectores asimétricos, para grandes áreas (zonas deportivas), para el embellecimiento de los objetos, para piscinas, etcétera.

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2.5.2.3. Balizas

Las balizas son elementos de pequeña potencia que sirven para señalizar caminos peatonales, para el balizamiento de los viales y la iluminación rasante. Suelen estar empotradas (en el suelo o en la pared) o instaladas en un soporte. Son elementos que generan importantes gastos de mantenimiento.

2.5.2.4. Características generales

Las luminarias y los proyectores se podrán instalar en:

❱ Soportes como las columnas.

❱ Directamente en las fachadas.

❱ Mediante un brazo a la fachada.

❱ Empotrados en el suelo o en las paredes.

❱ Colgados directamente de un cable de acero.

Las luminarias utilizadas por el alumbrado exterior serán en conformidad a la norma UNE-EN-60598-2-3 y los proyectores, a la UNE-EN-60598-2-5. Tendrán que cumplir, como mínimo, un grado de protección IP23.

En los ambientes con contaminación o existencia de componentes corrosivos (zonas urbanas, costas, etcétera), y con el fin de obtener el mayor rendimiento posible de la luminaria, se aconseja un IP66 para el compartimento del bloque óptico y un IP44 para el alojamiento del equipo auxiliar.

En cuanto a la resistencia mecánica, en el caso del alumbrado exterior, la norma UNE-EN 60598-2-3 esta-blece un IK04 para las partes frágiles (cierres de vidrio, etcétera) y un IK05, para el resto. En caso de estar situadas por debajo de 1,5 m del suelo, será como mínimo un IK08, aconsejándose un IK10.

Las luminarias tendrán que estar protegidas de forma independiente por fusibles. Generalmente, los fusi-bles se alojarán adentro de una caja estanca que servirá como caja de conexiones para dar continuidad al resto de la instalación.

2.6. LÁMPARAS

■ 2.6.1. Incandescentes

La iluminación se produce mediante una corriente eléctrica que pasa por un filamento fino de alta resis-tencia, calentándolo hasta llegar a la incandescencia. La reproducción cromática es excelente.

La energía luminosa obtenida es muy poca comparada con la energía calorífica que irradia; gran parte de la energía eléctrica transformada se pierde en forma de calor. Por eso, su eficacia luminosa es pequeña. La directiva EuP 2005/32/CE hará que, en 2016, desaparezcan este tipo de lámparas.

■ 2.6.2. Incandescentes halógenos

Se han desarrollado diferentes técnicas para alargar la vida útil de las lámparas incandescentes. Una de las técnicas que han tenido mayor éxito ha sido la lámpara de wolframio halógeno, que permite llegar a temperaturas más altas, incrementando la eficacia de la lámpara en un 45 % en comparación con las lámparas incandescentes normales.

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■ 2.6.3. Sodio de baja presión

La lámpara de sodio de baja presión (Vsbp) presenta una luz característica muy amarilla anaranjada, debi-do al neón que contiene la mezcla de gases. La eficacia de la lámpara es muy alta, pero su rendimiento de color es muy bajo.

■ 2.6.4. Sodio de alta presión

Las lámparas de sodio de alta presión (Vsap) presentan un tono amarillento suave, su eficiencia es muy alta y su rendimiento de color es mucho mayor que en las anteriores lámparas.

Actualmente, existen lámparas tipo “White” que, prácticamente, anulan la radiación amarilla y la reempla-zan por una luz blanca muy cálida con un rendimiento de rojos alto. Es la lámpara que aconsejan todas las normativas actuales. Resulta interesante utilizarla para resaltar el follaje amarillento del otoño o para la iluminación de los troncos de palmera.

■ 2.6.5. Fluorescentes

La lámpara fluorescente es, básicamente, una lámpara de descarga en gas de mercurio a baja presión en la que la superficie interior del tubo de descarga tiene una capa de mezcla de compuestos fluorescentes (llamados fósforos). Estas lámparas están disponibles en una amplia gama de colores y rendimientos de color y se utilizan para el alumbrado general.

■ 2.6.6. Mercurio alta presión

Las lámparas de mercurio a alta presión (Vm) contienen vapor de mercurio cerrado en un tubo de descar-ga de cuarzo y emiten una luz blanca azulada. Son muy apreciadas en la iluminación de espacios verdes, a pesar de que, en la actualidad, su uso está desaconsejado por la poca eficiencia que tienen y la cantidad de mercurio que contienen.

■ 2.6.7. Halogenuros metálicos

Las lámparas de halogenuros metálicos (Vmh) se han desarrollado a partir de las lámparas de mercurio de alta presión, añadiendo a la descarga otros metales en forma de sales de halogenuros. Se consiguen mejoras sustanciales en la eficacia y calidad del color. A la vez, se han desarrollado lámparas con el quemador de tipo cerámico que permiten trabajar a una temperatura más elevada, mejorando así el rendimiento del color.

■ 2.6.8. LED

La evolución más reciente en el campo de la iluminación son las lámparas en estado sólido basadas en la tecnología de diodos emisores de luz (LED). El principio de generación de luz se produce en un material en estado sólido, donde los electrones que cambian de órbita hacen que los átomos se exciten y, después, vuelvan a su estado de equilibrio, liberando su exceso de energía en forma de radiación.

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La tecnología del LED se conoce desde hace muchos años, pero, debido a su modesto flujo luminoso y a la calidad monocromática de su luz, tenía pocas aplicaciones y se utilizaba sobre todo para señales luminosas y semáforos. Actualmente, se han realizado mejoras significativas en su rendimiento y en la generación de luz blanca.

Los principales problemas del LED son la disipación del calor, la fiabilidad de la fuente de alimentación (según los regímenes de funcionamiento al que está sometido) y el precio.

Principales ventajas:

❱ Vida útil muy larga (si disipa bien el calor y funciona con una fuente fiable).

❱ La eficiencia energética está llegando a los 140 lm/vatio y, en consecuencia, se acerca cada vez más a las lámparas de descarga más eficientes.

❱ La gama de colores se ha ampliado de 2700 a 8000 K, teniendo en cuenta que a luces más cálidas tene-mos menos eficiencia.

❱ Encendido instantáneo y sin depreciación por este motivo.

❱ Luz directa y direccional, no necesita reflector, cada LED es la propia óptica.

❱ Ecológico, prácticamente se recicla todo y no contiene mercurio.

❱ No emite infrarrojos ni ultravioletas.

Tabla 1. Comparativa de diferentes fuentes de iluminación. Fuente: Philips y elaboración propia.

Tipos de lámparaFlujo

luminoso (lm)

Eficacia luminosa (lm/W)

Temperatura de color (K)

índice rend. Color (Ra)

Potencia (W) Vida útil (h)

Incandescente-halógena

60-48400 5-27 2700-3200 100 5-2000 500-1.200

Sodio de baja presión

1800-32500 100-203 1700 18-180 14.000

Sodio alta presión 1300-90000 50-1302000,2200,

250010-80 35-1000 12.000-18.000

Mercurio alta presión

1700-59000 35-603400,4000,

420040-60 50-1000 14.000

Fluorescencia 200-12000 50-1052700,3000, 4000,6500

60-95 5-165 7.000-10.000

Halogenuros metálicos

5300-220000 75-1403000,4000,

560065-95 70-2000 2.500-14.000

Halogenuros metálicos cerámico

1500-23000 68-95 3000-4200 80-95 20-250 2.500-15.000

LED 10-170 74-140 2700-8000 90 0,1-3 50.000

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Alumbrado ❘ CAPÍTULO III ‹

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2.7. ELEMENTOS DE SOPORTE

Es aquel elemento que sirve para sujetar la luminaria y mantenerla a una distancia determinada del suelo (columnas y báculos) o de la pared (brazos murales). Se utiliza un sistema u otro, en función de los crite-rios técnicos o de diseño.

Deben ser de materiales resistentes a las acciones de los agentes atmosféricos y estar debidamente protegidos contra estos. Pueden ser materiales como acero galvanizado, acero inoxidable, acero corten, aluminio, fundición de hierro, madera, hormigón, etcétera. En cualquier caso, para cada tipo de material, debe cumplirse la normativa EN-40 “Columnas y báculos de alumbrado”.

■ 2.7.1. Columnas y báculos

Los báculos son columnas con un saliente incorporado. Las columnas pueden tener infinidad de formas diferentes, mientras cumplan las normas UNE de aplicación y estén diseñadas para soportar los esfuerzos causados por el viento y el propio peso de la luminaria.

Generalmente, se procura unificar al máximo los tipos de soporte y la altura de implantación y se instala la luminaria a uno o a varios puntos de la columna o báculo, convirtiendo el interior de éste en la canali-zación que comunica la luminaria con la caja de protección.

Figura 4. Diferentes modelos de columna

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Además, se deben respetar las siguientes indicaciones:

❱ El cableado interior de las columnas se realizará con conductor de cobre con aislamiento y cubierta de PVC, tipo 0.6/1 KV de 2x2.5 mm2 + TT de sección mínima.

❱ Las columnas estarán dotadas de una portezuela de acceso (que quedará en su parte inferior a 30 cm del pavimento acabado), que sólo se abrirá con la ayuda de una herramienta especial y se conectará a la red de tierra de la instalación.

❱ La caja de protección tendrá un grado de protección mínimo de IP44, según la UNE 20.324, y estará dotada de terminales de entrada y salida para cada una de las líneas de alimentación (y, si es necesario, para la línea de doble nivel) y bornes de salida para la alimentación de la luminaria. Además, contendrá en su interior bases para fusibles cilíndricos UTE tamaño 0,10 x 38 mm de 6 A, según la UNE 21103, y el conductor de fase se protegerá con plomo.

❱ En la sujeción de la columna al suelo será necesaria una cimentación que siga las prescripciones del fabricante.

❱ Las columnas o báculos se asentarán sobre dados de hormigón mínimo HA-20, en el cual, durante su construcción se anclarán los pernos (variables en longitud y diámetro según el fabricante), en las ros-cas salientes se atornillará la placa base de la columna.

❱ En los dados de anclaje se colocarán los codos de tubo de polietileno de doble capa. Estos tienen que estar perfectamente centrados, puesto que, por su interior, entrarán los cables de distribución hasta las cajas de conexión, situadas en las columnas.

❱ En los dados de anclaje también se colocará un tubular corrugado de polietileno, de 15 mm de diámetro, como mínimo, para el paso del conductor de protección verde-amarillo de 16 mm2 de sección, que unirá la columna con la red de tierra.

2.7.2. Brazos murales

Los brazos murales se utilizan para suspender las luminarias de muros y fachadas. Cuando estos tengan que sobresalir, se utilizarán, como mínimo, tres pernos o tornillos de acero.

2.8. CONExIÓN A TIERRA

Toda la instalación eléctrica debe tener una red de tierra, es decir, una unión equipotencial de toda la instalación.

La conexión a tierra tiene como finalidad limitar la tensión respecto a la tierra que, debido a averías o escapes, pueda presentarse en las partes metálicas de la instalación. Esto se consigue conectando todas las partes metálicas de la instalación, de forma que no exista diferencia de potencial entre la parte que esté conectada en tierra y la tierra.

También deben respetarse las siguientes indicaciones:

❱ Las partes metálicas accesibles de los soportes de las luminarias, el cuadro y los demás elementos metálicos de la instalación se conectarán a tierra.

❱ La puesta en tierra de los soportes se realizará por conexión a una red de tierra común para todas las líneas que salen del mismo cuadro de mando.

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❱ Se instalará un electrodo de conexión a tierra por cada cinco soportes de luminaria, y siempre uno al principio y otro al final de la línea.

Los conductores de la red de tierra que unen los electrodos tendrán que ser:

❱ Cable desnudo, de cobre, con una sección mínima de 35 mm2 si forman parte de la misma red de tierra, irán por fuera de la canalización de los conductores de alimentación.

❱ Aislados, mediante conductores de tensión asignada 450/750 V, con recubierta de color verde y ama-rillo, con conductores de cobre, de sección mínima 16 mm2 para redes subterráneas y de igual sección que los conductores de fase para las redes puestas en fachadas, que se colocarán en el interior de las canalizaciones de los conductores de alimentación.

❱ El conductor de protección que une cada soporte con el electrodo o con la red de tierra será un con-ductor unipolar, aislado, de tensión asignada 450/750 V, con recubierta de color verde y amarillo y sección mínima de 16 mm2.

❱ Para garantizar que la red de tierra de una instalación de alumbrado es independiente de la de una ET, cuando ésta se encuentra a una distancia igual o inferior a 15 m, los conductores serán de tensión asig-nada 450/750 V, con recubierta de color verde y amarillo, sección mínima de 16 mm2, colocados dentro del tubo de canalización.

3. Criterios de diseño

3.1. NECESIDADES DE LUz EN LOS ESPACIOS VERDES URBANOS

El ser humano, para desarrollar el sentido de la vista, necesita un mínimo de iluminación. A la vez, las necesidades globales de protección del medio ambiente, impulsan una racionalización de la energía. En consecuencia, resulta imprescindible utilizar una luz adecuada para el lugar donde realmente se necesita.

La luz artificial, su distribución, su intensidad y su efecto sobre los elementos del espacio verde puede ser una invitación a adentrarnos en este espacio, al eliminar la oscuridad, que provoca miedos e insegurida-des que alejan los peatones de estos tipos de espacios durante la noche.

Debe destacarse el potencial estético que tiene la iluminación artificial como herramienta en el diseño de espacios verdes urbanos, creando y acentuando siluetas, estableciendo planos de iluminación y penumbra, dando valor a elementos de interés o acentuando la perspectiva y efectos tridimensionales. No obstante, no todas las partes de un espacio verde poseen el mismo valor estético, utilidad ni seguridad. Consecuentemente, es necesario fijar la atención en unos lugares concretos para destacarlos.

Los principales objetivos de la iluminación nocturna de los espacios verdes son:

❱ Facilitar el desplazamiento de las personas.

❱ Facilitar las actividades nocturnas en el espacio verde.

❱ Mostrar los elementos de interés, así como sus espacios: macizos florales, prados, arbolado, esculturas, monumentos, edificios, fuentes, láminas de agua, muros, etcétera.

❱ Completar una escenografía del espacio verde estéticamente coherente.

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3.2. DISTRIBUCIÓN DE LA LUz EN LOS ESPACIOS VERDES URBANOS

La correcta dosificación de la luz constituye un componente de gran importancia en el resultado final de los proyectos luminotécnicos para espacios verdes, pero se debe tener en cuenta que un alumbra-do homogéneo puede introducir monotonía en la percepción de esta área y, al mismo tiempo, puede suponer un consumo eléctrico que constituya un derroche. Por el contrario, una buena distribución de la iluminación es capaz de crear un diálogo atractivo entre oscuros y claros, entre sombra y luz. En el caso de la iluminación general, es conveniente que entre las zonas bien iluminadas y las que no lo estén, exista una relación que impida los contrastes fuertes. Por eso, se deben utilizar luminarias muy seleccionadas y establecer una correcta separación y altura de las luminarias.

Actualmente, no existe ninguna norma que dé unos valores mínimos generales para los espacios ver-des, pero sí para determinadas zonas, como, por ejemplo, las pasarelas, escaleras y rampas, los accesos principales a los parques y jardines (puntos 3.1 y 3.4 de la ITC-EA-02 del RD 1890/2008) y para los recorri-dos accesibles (Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero).

■ 3.2.1. Zonas de iluminación

Las técnicas básicas utilizadas para la iluminación artificial de espacios urbanos incluyen diferentes grados de luminosidad en función de las zonas. Así, se establecen zonas de iluminación tenue, zonas con luminosidad intensa, áreas donde se acentúa la iluminación de siluetas y/o la creación de sombras, puntos donde se establecen cruces de luces y espacios concretos donde se instalan elementos decora-tivos luminosos.

3.2.1.1. Luz general de fondo

El alumbrado de fondo de un espacio verde debe tener una iluminación relativamente baja, de entre 2 y 5 lux.

3.2.1.2. Fondo decorativo

Los fondos decorativos de los espacios verdes, constituidos por árboles, arbustos, macizos florales, cierres, setos, etcétera, requieren de, al menos, 20 o más lux para áreas visuales generales. En la mayo-ría de los casos no se tiene que superar los 30 lux, puesto que su iluminación debe ser diez veces más intensa que la del fondo.

3.2.1.3. La iluminación de los parterres

Se tiene que considerar el efecto de la iluminación nocturna sobre un prado o césped, una superficie que desaparecería en una sombra gris y un fondo oscuro. Este conjunto quedará claramente delimitado, si se le aplica una iluminación muy distribuida que incida en los bordes del prado para que se perciba como una superficie muy definida.

3.2.1.4. Caminos y paseos

En los caminos y paseos del parque, la iluminación tiene que ayudar a crear un ambiente agradable. Al mismo tiempo, hay que considerar las exigencias de visibilidad para las personas, facilitar su desplaza-

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miento en un entorno suficientemente iluminado dentro de las circulaciones esperadas para las horas nocturnas, iluminar el suelo o hacer visible el recorrido (máximo 25 lux y mínimo 5 lux, 20 lux para los recorridos accesibles, con un 40 % de uniformidad media).

3.2.1.5. Áreas de actividad

Para definir las áreas de actividad se suele recomendar la forma de iluminación conocida como res-plandor, que consiste en proveer luz que proceda de todas las direcciones, inundando todo el espacio y llenando la zona entera. De este modo, se iluminan por igual todas las superficies que delimitan el área y los objetos en ella contenidos y, en consecuencia, se obtiene una percepción única del espacio y pierden interés los elementos singulares en beneficio del conjunto.

Las zonas deportivas tienen que presentar una intensidad luminosa en función del tipo de actividad realizada: entrenamiento, competición de clubes o federativa. Para entrenamientos, los campos de fút-bol, las piscinas, las pistas de tenis, las pistas de baloncesto o voleibol requieren unos 100 lux.

Las zonas de juegos infantiles tienen que estar más iluminadas que los caminos y accesos, por lo que requieren de un mínimo de 20-25 lux.

3.2.1.6. Fuentes

Las fuentes deben iluminarse para que sean verdaderos focos de atención dentro de la penumbra cir-cundante. Generalmente, la mejor forma de iluminar los surtidores consiste en colocar proyectores en los puntos de emisión y caída del agua.

3.2.1.7. Iluminación de fachadas y monumentos

Se deben escoger los aspectos y detalles que hay que destacar y establecer a continuación los puntos preferentes desde donde se efectuará la observación. Posteriormente, es necesario que determinemos el nivel de iluminación que hace falta, relacionándolo con la fotometría del entorno y, sobre todo, con la del fondo, puesto que un edificio poco iluminado parecerá oscuro en un ambiente de alta lumino-sidad. Por el contrario, si se ilumina demasiado una fachada rodeada de oscuridad, puede crear un indeseable exceso de protagonismo.

Para evitar la contaminación lumínica, se recomienda iluminar de arriba a abajo, a la vez que se debe prever que el alumbrado no funcional se desconecte en la franja de horario nocturno.

Dependiendo de la ubicación de los proyectores, el tipo de instalación para iluminar fachadas y monumentos puede ser:

❱ Por inundación de flujo luminoso, que se consigue mediante unos pocos puntos de luz, cada uno com-puesto por varios proyectores. Se reparte la luz de forma bastante uniforme y, generalmente, no se crean sombras, aunque podrían aparecer reflejos en función del tipo de material.

❱ Mediante pequeños proyectores integrados en las fachadas, aprovechando salientes, cornisas y balco-nes. Tienen que ser de color parecido al de las fachadas. Según el relieve de las fachadas, pueden crear numerosas sombras. Esta forma resalta los volúmenes del edificio.

❱ Combinación de proyectores adosados a las fachadas y otros exteriores.

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3.2.1.8. Perfilados de elementos

En determinados puntos del espacio verde, es importante establecer unas zonas de sombra que ayuden a conseguir un relieve más marcado en las masas vegetales.

La iluminación de los árboles realizada desde abajo consigue el máximo efecto, pudiendo situar los pun-tos de luz en la parte baja del árbol, cerca de la base del tronco o iluminando el follaje desde una cierta distancia.

Otra solución interesante para la iluminación de los árboles consiste en iluminar el follaje y las ramas del árbol, generando una silueta negra, que le otorga un efecto fascinante. Un árbol así puesto en escena adquiere protagonismo en el conjunto iluminado, ya que ofrece la sensación de un sujeto con luz propia.

3.2.1.9. Aparcamientos

Los aparcamientos requieren de una iluminación de 10 a 25 lux, teniendo en cuenta siempre que deben no destacar sobre la iluminación de fondo del resto del espacio.

3.2.1.10. Calles y carreteras

Las calles y carreteras sí que tienen unos niveles de iluminación muy definidos y que dependen de si el tráfico es elevado o escaso. Para vehículos, se establece entre 7,5 y 30 lux y, para peatones, entre 5 y 20 lux. En los recorridos peatonales accesibles, la normativa de accesibilidad indica que el nivel de ilumina-ción tiene que ser de 20 lux. En todos los casos, la uniformidad global será de, como mínimo, el 40 %.

■ 3.2.2. Situación de los puntos de luz

La situación de las fuentes de luz no tiene que dificultar la circulación de las personas. Deben ser acce-sibles a los equipos de mantenimiento y su efecto luminoso no tiene que quedar obstaculizado por el crecimiento de la zona vegetal (se producen muchas interferencias entre arbolado e iluminación que se deben prever y evitar).

Además, hay que considerar que la iluminación difusa tiende a allanar el paisaje y a conferirle un aspecto monótono, a la vez que muchos puntos de luz de pequeña potencia proporcionan un efecto más decorati-vo y agradable que uno o dos reflectores de gran potencia.

■ 3.2.3. Selección de luminarias

La selección de la luminaria atenderá a criterios estéticos, lumínicos y económicos. Para la iluminación general se pueden utilizar farolas, proyectores, balizas y cualquier modelo de luminarias, en función de las necesidades específicas.

Para acentuar los caminos e itinerarios de peatones se puede disponer de una luz rasante, teniendo en cuenta que estas instalaciones pueden estorbar.

Con el objetivo de conseguir una mayor percepción de elementos destacables, como, por ejemplo, macizos de flores y parterres, pueden utilizarse sistemas puntuales de poca altura que impidan que los peatones sean deslumbrados.

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Si se trata de iluminar un determinado elemento singular, como, por ejemplo, grupos escultóricos, se pueden instalar proyectores de posición variable, que permitan su regulación para obtener mejores resultados.

La situación de los puntos de luz es un aspecto fundamental, puesto que la altura de la columna influirá en el área iluminada: a mayor altura, más área iluminada.

■ 3.2.4. Puntos de luz

Las luminarias o difusores son los elementos proyectores y contenedores de las lámparas. Este envoltorio tiene que ser resistente a los agentes atmosféricos y a los actos vandálicos y deben tener la máxima estanqueidad al agua y al polvo.

Los reflectores modifican la dirección y distribución del flujo luminoso. Mediante los reflectores podemos dirigir el flujo emitido por la lámpara en una dirección y disponer de un nivel de iluminación más alto en un área determinada.

Hay que situarlos en lugares fácilmente accesibles para los vehículos e instrumentos necesarios para su mantenimiento.

En los puntos de luz empotrados en el suelo es importante asegurar su drenaje.

■ 3.2.5. Deslumbramiento

Un aspecto importante en la distribución de las fuentes de luz en un espacio urbano es evitar el desa-gradable deslumbramiento que puede provocar a los peatones o a los vecinos. En consecuencia, resulta necesario utilizar las luminarias adecuadas, estudiando cuidadosamente su ubicación y orientación, así como la potencia de los puntos de luz.

Hay que prestar especial atención a las columnas situadas cerca de ventanas y balcones y a las del tipo multiproyector.

■ 3.2.6. Seguridad para las personas

Los elementos e instalaciones luminotécnicas que sean accesibles a las personas tienen que estar muy protegidos y diseñados para evitar cualquier posibilidad de descarga eléctrica en caso de avería. Los ele-mentos empotrados en el suelo deberán ser completamente estancos y se deberán tomar medidas para evitar un exceso de calentamiento. Asimismo, los elementos situados al nivel del suelo tendrán que estar colocados de forma que la gente no pueda tropezar con ellos.

■ 3.2.7. Tipos de lámpara y color de la luz

Cada tipo de lámpara tiene un cromatismo determinado que la hace más o menos adecuada para las diferentes aplicaciones concretas.

Las normativas actuales marcan una clara tendencia hacia las de Vsap, Vhm y LED. Los tonos cálidos ama-rillentos crean una sensación de familiaridad y comodidad. La luz blanca, más parecida a la luz diurna, nos ofrece una apreciación mayor de los colores y, en consecuencia, una sensación de mayor iluminación.

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3.3. FUNCIONAMIENTO DE LA INSTALACIÓN

Para diseñar correctamente una instalación, es imprescindible conocer el régimen de funcionamiento que ésta tendrá (horarios de los diferentes espacios), el grado de utilización de cada zona e intuir las amplia-ciones que se puedan hacer o las instalaciones temporales que se puedan conectar.

3.3.1. Régimen de funcionamiento

El horario de funcionamiento de una instalación puede ser el mismo para todos los elementos (en la mayo-ría de los casos) o puede presentar espacios con diferentes horarios de funcionamiento (pistas deportivas, zonas de juegos infantiles o accesos a zonas con horarios restringidos). Este horario especial necesita de circuitos específicos (salidas del cuadro individual, cable de línea de mando, etcétera).

3.3.2. Grado de utilización

Según el grado de utilización, se establecerán unos horarios de máxima iluminación (anochecer o prime-ras horas de la mañana) y otros de mínima utilización (generalmente, por la noche). Esto afectará a la selección del sistema de mando y al sistema de ahorro energético.

3.3.3. Ampliaciones y previsiones

Es difícil prever el futuro de una instalación, pero siempre es necesario consultar a los servicios técnicos municipales si, una vez finalizada la instalación, tienen la intención de ampliarla o si hay que dejar circui-tos de reserva para iluminaciones esporádicas. Según las opciones de ampliación, se dejarán más o menos líneas de reserva, se diseñará una sección de cable mayor que absorba más potencia y/o se podrán dejar canalizaciones de reserva para futuras ampliaciones del cuadro de mando.

4. Criterios de cálculo

4.1. CÁLCULO LUMíNICO

Tal como hemos comentado anteriormente, existen diferentes normativas y recomendaciones que, según el caso, nos dan unos valores máximos, medios o mínimos en relación con el nivel lumínico. Algunos muni-cipios pueden tener ya establecidos algunos de estos valores, por lo cual siempre habrá que consultar a los técnicos municipales correspondientes.

Saber el nivel lumínico deseado para cada espacio es el primer paso para empezar el cálculo lumínico. Como datos de referencia, se presentan a continuación los valores más importantes de las normativas de aplicación:

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Tabla 2. Iluminación media máxima en zonas destinadas al tráfico de vehículos y/o al paso de peatones, expresada en lux. Fuente D82/2005

Iluminación en zonas de vehículos Iluminación en zonas peatonales

Tráfico elevado 35 20

Tráfico moderado 25 10

Tráfico bajo 15 6

Tráfico escaso 10 5

Tabla 3. Series S de clase de iluminación para viales tipo C, D y E. Fuente: ITC-EA-02.

Clase de iluminaciónLuminancia horizontal en el área de calzada (*)

Luminancia media Em (lux) Luminancia mínima Emin (lux)

S1 15 5

S2 10 3

S3 7,5 1,5

S4 5 1

(*) Los niveles de la tabla son valores mínimos en servicio con factor de mantenimiento elevado

Tabla 4. Series S de clase de iluminación para viales tipo D y E. Fuente: ITC-EA-02

Clase de iluminaciónLuminancia horizontal (*)

Luminancia media Em (lux) Uniformidad media Um

CE0 50 0,40

CE1 30 0,40

CE1A 25 0,40

CE2 20 0,40

CE3 15 0,40

CE4 10 0,40

CE5 7,5 0,40

(*) Los niveles de la tabla son valores mínimos en servicio con factor de mantenimiento elevado

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Se establece, además, lo siguiente para las clases de alumbrado que deba utilizarse:

❱ Alumbrado de pasarelas para peatones, escaleras y rampas CE2 y, en caso de riesgo de inseguridad ciudadana, CE1.

❱ Pasos subterráneos CE1 con Um 0,5 y, en caso de riesgo de inseguridad ciudadana, CE0.

❱ Pasos peatonales CE1, en zonas comerciales, y CE2, en zonas residenciales.

❱ Parques y jardines (viales principales como, por ejemplo, accesos, paseos, zonas de estancia y escaleras abiertas al público) tipo E (CE1A, CE2, S1, S2, S3 y S4).

Un vez que se conozcan los niveles lumínicos, se debe escoger un tipo de luminaria o proyector y una altura aproximada de colocación. Con estos datos y un programa de cálculo (que se puede obtener de las mismas empresas comerciales), se pueden realizar multitud de cálculos con diferentes hipótesis, cambian-do la altura de las luminarias, el modelo, su posición, la potencia y el tipo de lámpara. Además, existe la opción de pedirle a la empresa comercial los estudios lumínicos y los cumplimientos de las normativas de aplicación.

Los resultados de los estudios serán:

❱ Nivel de iluminación: El nivel de iluminación de una superficie es la relación entre el flujo luminoso que recibe la superficie y su área. Se simboliza con la letra E y su unidad es el lux (lx). Siempre se dan en valores medios sobre zonas o puntuales sobre tablas.

❱ Luminancia: La luminancia es el efecto de luminosidad que produce una superficie en la retina del ojo, tanto si procede de una fuente primaria que produce luz, como si procede de una fuente secundaria o superficie que refleje la luz. Su unidad es la candela por metro cuadrado (cd/m2).

❱ Factor de uniformidad media: Relación entre la iluminación mínima y la media de una instalación de alumbrado. Unidad: %.

❱ Curvas isolux: El flujo emitido por una fuente luminosa proporciona una iluminación en una superficie, donde los valores se miden en lux. Si proyectamos estos valores sobre un mismo plano y unimos por medio de una línea los de igual valor, obtendremos las curvas isolux.

Figura 5. Curva isolux

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4.2. CálCulo eléCtriCo

Los cálculos eléctricos que requiere una instalación de alumbrado exterior son el cálculo de la sección del cable y de las protecciones necesarias.

4.2.1. Cálculo de la sección de cables

La determinación de la sección del cable consiste en calcular la sección mínima normalizada que cumple simultáneamente los criterios de intensidad máxima admisible y caída de tensión.

4.2.1.1. Criterio de la intensidad máxima admisible (calentamiento).

La temperatura del conductor del cable, trabajando a plena carga y en régimen permanente, no deberá que superar en ningún momento la temperatura máxima admisible asignada para los materiales que se utilicen para el aislamiento del cable. Esta temperatura se especifica en las normas particulares de los cables y suele ser de unos 70ºC, para los cables con aislamiento termoplástico (PVC), y de 90ºC, para los cables con aislamientos termoestables (EPR y XLPE).

4.2.1.2. Criterios de la caída de tensión.

La circulación de corriente a través de los conductores ocasiona una pérdida de potencia y una caída de tensión. La caída de tensión entre el origen de la instalación y cualquier otro punto tiene que ser menor o igual al 3 %.

Para el cálculo de la sección es necesario que tengamos claro el tipo de conductor que se utilizará (gene-ralmente, cobre), el tipo de recubrimiento (PVC, EPR o XLPE), el tipo de instalación (aérea o enterrada), el tipo de canalización (tubo, canal, empotrado...), etcétera.

En las ITC 06, 07, 09, 19 y 20 del REBT hay una descripción más detallada de todos estos factores

1) Cálculo de secciones para línea repartidas de forma irregular.

Cálculo de la intensidad en cada tramo:

Monofásica: Trifásica:

A B C D E

I1

L1L2

Cos φ1 Cos φ2 Cos φ3 Cos φ4

L3L4

I2 I3 I4

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Para el cálculo de las líneas de alimentación de los puntos de luz con lámparas o tubos de descarga se tendrá en cuenta la potencia nominal en vatios multiplicada por 1,8 (debido a la impedancia de las reactancias).

Cálculo de la sección por una caída de tensión:

Monofásica:

Trifásica:

Donde: Pc = potencia de cálculo en Wats. L = longitud de cálculo en metros. e = caída de tensión en Voltios. K = conductividad. Cobre = 56. I = intensidad en Amperios. U = tensión de servicio en Voltios. (trifásica ó monofásica). S = sección del conductor en mm2. Cos = factor de potencia..

(Hay que comprobar la intensidad máxima admisible por el conductor según las tablas que enumera el REBT.)

2) Cálculo de secciones para las líneas ramificadas.

AF es la línea principal.

Se dimensiona igual que en el apartado anterior, pero se suman las intensidades a los ramales (D) y se verifica la caída de tensión total a partir de la de cada tramo.

Para más información sobre estos cálculos, consúltese la guía técnica, anexo 2, del REBT (cálculo de caídas de tensión) y las ITC 06, 07, 09, 19 y 20.

A B C D E F

I1Cos φ1 Cos φ2

Cos φ3

Cos φ4

I2Cos φ5

I5Cos φ6

I6

I3

I4

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■ 4.2.2. Cálculo de la sección de tubos

Hay que comprobar el diámetro de los tubos en la tabla 9 de la ITC-BT-21, según la sección del cable y el número de cables por tubo. Los tubos tendrán un diámetro tal que permita el fácil alojamiento y extrac-ción del conductor, y no se podrá utilizar el mismo tubo para más de un circuito.

■ 4.2.3. Las protecciones

Se calculará la potencia máxima por línea (1,8 veces la nominal) y escogeremos el magnetotérmico inmediata-mente superior, según el catálogo. Posteriormente, se debe comprobar que la intensidad máxima que puede soportar el conductor sea superior a esta; en caso contrario, tendremos que aumentar la sección del cable.

Para calcular la potencia total de la instalación, sumaremos la potencia de todos los circuitos y, multi-plicándola por 1,2, obtendremos la intensidad del ICP necesario para la contratación eléctrica de nuestra instalación.

4.3. TRÁMITES y LEGALIzACIÓN

El procedimiento administrativo que debe seguirse para la puesta en marcha de una instalación de alum-brado exterior está regulado en el REBT y en Cataluña por el Decreto 363/2004, de procedimiento adminis-trativo para la aplicación del REBT.

Según este decreto, las instalaciones de alumbrado exterior pertenecen al grupo “k” y se dividen en dos grandes grupos, las de P < 5 kW y las de P > 5 kW.

■ 4.3.1. Instalaciones de P < 5 kW

Para la puesta en marcha de las instalaciones de menos de 5 kW, el instalador autorizado tiene que redac-tar una memoria técnica de diseño (que contiene memoria, cálculos, esquema unifilar, croquis y trazado de la instalación), rellenar los modelos ELEC 5 (si procede) y ELEC 1 (del Departamento de Industria). También necesitará el certificado de baja tensión y deberá sellarlo en la entidad de control contratada.

Esta instalación no requiere inspección inicial, pero sí una inspección posterior, cada 5 años.

■ 4.3.2. Instalaciones de P > 5 kW

Para la puesta en marcha de las instalaciones de más de 5 kW, un técnico competente en la materia redactará un proyecto (que contiene memoria, cálculos, esquema unifilar y de potencia, planos de situa-ción y trazado de la instalación) y presentará un certificado de acabado y de final de obra. Un instalador autorizado tiene que rellenar los modelos ELEC 5 (si procede) y ELEC 1 (de Departamento de Industria), rellenar el certificado de baja tensión y sellarlo a la entidad de control contratada, presentar un contrato de mantenimiento por un año con el titular y presentar el acta de inspección favorable de la instalación.

Esta instalación, además de la inspección inicial, necesitará una inspección cada 5 años.

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4.4. SOLUCIONES MÁS hABITUALES

A modo orientativo y para su aplicación en redes de alumbrado de espacios verdes, se enumeran algunas soluciones habituales y consejos prácticos:

❱ Acometida: pedir el punto de suministro más cercano posible a la red existente de BT (el presupuesto resultará mucho más económico).

❱ Instalaciones de enlace: prever el armario con caja seccionadora. Actualmente, existen armarios desde 50 x 50 cm hasta 2,3 m de altura que incorporan todos los elementos. Los tubos para la acometida deben ser de 160 mm de diámetro.

❱ Cuadro de mando: pedir a los servicios técnicos si tienen algún modelo normalizado y qué sistema de control prefieren. Generalmente, llevan incorporado un reloj astronómico y cada vez más, incluyen los balastos electrónicos de doble nivel, en detrimento de los reguladores en cabecera.

❱ Redes subterráneas: zanja de 40 x 60 cm, cable de 6 o 10 mm2, nunca superior a 16 mm2, tubos de diáme-tro 90 mm.

❱ Proyectores: muy versátiles gracias a las diferentes ópticas que incorpora cada modelo.

❱ Balizas: muy apreciadas por los diseñadores, pero rechazadas por los servicios de mantenimiento, por el gasto que producen.

❱ Lámparas: en caso de tener diferentes modelos, hay que prestar atención a la temperatura de color de cada lámpara.

❱ Cajas de conexión: no se recomienda conectar más de 3 conductores por fase, ya que puede resultar prácticamente imposible y será un foco de averías en un futuro.

❱ Elementos de soporte: hay que prestar atención a la altura de los soportes en relación con el arbolado, los balcones, las ventanas, y a la colocación en lugares inaccesibles o que impidan el paso (accesibilidad).

❱ Elementos de soporte de tipo multiproyector: es necesario prestar atención a los deslumbramientos que pueden provocar a los vecinos. Se tiene que considerar que iluminan hasta un máximo de 25 m.

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5. Bibliografía

– BALLESTER, J.F. (2006). Iluminación artificial de las zonas verdes. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

– CASTEJÓN, A. , SANTAMARIA, G. (1993). Tecnologia eléctrica, McGraw-Hill.

– RAMIREZ, J. (1990). Luminotécnica. Enciclopedia CEAC de la Electricidad. CEAC.

– URRACA, J.I. (1988). Tratado de alumbrado público. Donostiarra.

– VV.AA. (2001). Luminotecnia 2002: Control y aplicación de la luz. Indalux.

– VV.AA. (1999). Recomendaciones para la iluminación de carreteras y túneles. Ministerio de Fomento.

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– Reglamento electrotécnico de baja tensión (REBT 2002 RD 842/2002):

http://www.f2i2.net/legislacionseguridadindustrial/legislacionNacionalGrupo.aspx?idregl=76

– Reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior (RD 1890/2008):

http://www.fomento.es/MFOM/LANG_CASTELLANO/DIRECCIONES_GENERALES/CARRETERAS/NORMATIVA_TECNICA/ILUMINACION/1210100html.htm

– LED de última generación:

http://www.cree.com

– Programa de cálculo lumínico Dialux:

http://www.dial.de/DIAL/es/dialux/download.html

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IVLa vegetación en los espacios urbanos

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Albert Bestard Escudé, Ingeniero técnico agrícola y paisajista

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Índice La vegetación en los espacios urbanos

1. Vegetación ................................................................................................................................82

1.1. Arbolado .................................................................................................................................................................................82

1.2. Arbustos ................................................................................................................................................................................82

1.3. Herbáceas, matas y plantas tapizantes .......................................................................................................................83

1.4. Trepadoras ............................................................................................................................................................................83

1.5. Céspedes ...............................................................................................................................................................................84

2. Normativa ................................................................................................................................85

2.1. Normativa de calidad ........................................................................................................................................................85

2.2. Normativa fitosanitaria y de especies invasoras ....................................................................................................85

2.3. Ordenanzas locales y planes de gestión ....................................................................................................................86

2.4. Norma Granada de valoración del arbolado ornamental .....................................................................................86

3. Criterios de selección de especies ...........................................................................................87

3.1. La estructura básica de las plantaciones ...................................................................................................................87

3.2. Criterios estéticos .............................................................................................................................................................87

3.3. Criterios ecológicos ..........................................................................................................................................................88

3.4. Criterios de sostenibilidad ..............................................................................................................................................88

3.4.1. Balance de CO2 ...........................................................................................................................................................88

3.4.2. Consumo hídrico ......................................................................................................................................................89

3.4.3. Efectos microclimáticos ........................................................................................................................................89

3.5. Criterios de gestión ..........................................................................................................................................................89

4. Criterios de selección de medidas, presentación y densidades ................................................90

4.1. Arbolado ................................................................................................................................................................................90

4.2. Arbustos y plantas tapizantes ....................................................................................................................................... 91

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5. Aspectos previos a la plantación ..............................................................................................92

5.1. Evaluación del suelo ..........................................................................................................................................................92

5.2. Preparación del terreno ..................................................................................................................................................92

5.3. Entutorado del arbolado .................................................................................................................................................93

6. Estabilización superficial de las superficies .............................................................................94

6.1. Mantas y mallas orgánicas ..............................................................................................................................................94

6.2. Mantas mixtas .....................................................................................................................................................................95

6.3. Hidrosiembra .......................................................................................................................................................................95

7. Bibliografía ...............................................................................................................................96

La vegetación en los espacios urbanos ❘ CAPÍTULO IV ‹

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1. Vegetación

1.1. ARBOLADO

En un espacio urbano, el arbolado juega el papel de esqueleto. La trama de árboles se configura como la estruc-tura del espacio, definiendo las zonas, alineaciones (si las hay), principales direcciones, vistas y fronteras.

En la mayoría de los espacios urbanos, en el caso de que se nos dejara ver sólo la disposición de las dife-rentes especies de árboles, ya podríamos hacernos una idea de la ordenación general.

1.2. ARBUSTOS

Si el arbolado es el esqueleto, la arbustiva es el músculo. Los arbustos son los elementos del jardín más semejantes en dimensiones a los propios usuarios. Son los arbustos los que abren y cierran las vistas, no los árboles, como se argumenta a menudo, cuando se proyecta sólo en planta.

Los arbustos pueden aportar textura, color de hoja, floraciones y olores, pero, sobre todo, se utilizan como suministradores de volumen. La gran aportación al espacio urbano de una masa de arbustos es, sobre todo, su volumen, la percepción que genera en el usuario de separación entre los ambientes.

Figura 1. Disposición del arbolado en un parque urbano

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El cierre de vistas, con todos los juegos posibles que eso genera desde el punto de vista de la ordenación del espacio y de la percepción por parte del usuario, se consigue, en la mayoría de los casos, mediante los arbustos, que son el elemento vegetal que, desde la perspectiva de los ojos humanos (entre 100 y 160 cm distancia de la tierra, según la medida del observador), mejor puede cumplir este objetivo.

1.3. hERBÁCEAS, MATAS y PLANTAS TAPIzANTES

Las plantas más bajas, rastreras y tapizantes forman la piel del jardín. Generan las combinaciones de colores y texturas de las superficies, de igual modo que los pavimentos. Suelen acompañar a los demás tipos de vegetación en la parte más cercana al visitante. Las características más importantes asociadas a este tipo de plantas son el color del follaje y, en menor medida, la floración. Las tonalidades entre las diferentes especies deben ser complementarias, puesto que determinan el carácter del jardín en su con-junto.

Alegando un coste de mantenimiento elevado, muchos profesionales, gestores de jardinería pública, pre-fieren no dedicarles grandes superficies.

A menudo, este hecho se debe más bien al coste de retirada de desperdicios y basuras de los parterres, que a las tareas propiamente relacionadas con la jardinería. Un mecanismo de diseño que simplifica en gran medida las tareas de limpieza de las masas tapizantes (y también arbustivas) es, dar formas estre-chas o lineales a estos grupos, de modo que los operarios puedan recoger manualmente los residuos desde el exterior del parterre, pisando el pavimento adyacente y alargando el brazo dentro de las plan-taciones.

La eliminación de malas hierbas se reduce mucho mediante la técnica del acolchado (mulching), tanto en plantas tapizantes, como en arbustivas. Hay que prever que, en zonas inclinadas, el acolchado puede ser problemático, puesto que la lluvia lo puede arrastrar hacia los pavimentos. El triturado de poda fresco es un material muy adecuado y permite dar salida inmediata a los residuos generados por el propio trabajo de mantenimiento.

1.4. TREPADORAS

Las plantas trepadoras se utilizan poco en los espacios públicos. Por definición, sirven para recubrir estructuras como, por ejemplo, pérgolas (caídas en desuso en el paisajismo contemporáneo) o, más frecuentemente, paredes verticales. Por este motivo, siguiendo la analogía de las partes del cuerpo, las asociamos a la cara. Se consideran a menudo como una vegetación con mucho mantenimiento, por la necesidad de apoyo y guiado de muchas de las especies. Normalmente, esta es una tarea que se concen-tra en los primeros años de crecimiento. La planta, una vez ha alcanzado un equilibrio, necesitará pocas operaciones de guiado, excepto en zonas con mucho viento.

La mayoría de plantas trepadoras necesitan alguna estructura de apoyo para enroscarse. En el mercado, existen varias soluciones, desde cableados de acero inoxidable hasta una simple malla electrosoldada de hierro colgada de unos ángulos de apoyo. También se pueden colocar estructuras temporales, como, por ejemplo, cañas o cuerdas que, una vez la planta haya alcanzado la cota superior y ya esté afianzada, se pueden retirar.

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1.5. CéSPEDES

Los céspedes son la superficie lúdica por excelencia. No hay ningún otro material, ni pavimento que ofrezca unas posibilidades tan amplias en cuanto al juego, la expresión corporal, el descanso, la observación, la socia-lización... Por lo tanto, en la cadena de analogías de las partes del cuerpo, le correspondería el sexo.

Los céspedes, con una construcción y mantenimiento óptimos, tienen una capacidad de resistencia al tránsito peatonal considerable que, si no se supera, ofrece unas posibilidades estéticas y de uso magní-ficas. Antes de proponerlos, hay que asegurarse que el gestor del espacio podrá (o querrá) destinar los recursos necesarios para su mantenimiento.

En este sentido, el césped es un material muy adecuado a la situación generalizada de baja calificación profesional de los operarios en la jardinería pública actual: no tiene un mantenimiento difícil, las operacio-nes son poco variadas y repetitivas y la toma de decisiones se puede centralizar con facilidad. En cambio, consumen una cantidad elevada de recursos, pero como el balance hídrico y energético no es muy cono-cido, su popularidad aumenta. Más adelante veremos cómo podemos actuar para que estos balances sean más equilibrados y sostenibles en el tiempo.

Figura 2. Zona de césped en un parque urbano

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2. Normativa 

2.1. Normativa de calidad

La calidad del suministro del material vegetal y las operaciones de obras de paisajismo están reguladas por las Normas Tecnológicas de Jardinería y Paisajismo. Estas normas no son de obligado cumplimiento, al menos que el proyecto lo mencione de forma explícita (Pliego de condiciones técnicas y/o capítulo de normativa aplicable).

En la mayoría de los casos, no es suficiente asegurar que “se cumplirán las NTJ” o “material suministrado según la NTJ07F”, puesto que estas normativas dan un margen bastante amplio, motivo por el cual hay que especificar una solución u otra, igualmente satisfactoria conforme a las prescripciones de las NTJ y a la calidad del trabajo.

Por ejemplo, tanto puede cumplir la normativa un árbol suministrado en contenedor como en cepellón o a raíz desnuda, pero las NTJ determinarán condiciones específicas para cada caso. Por lo tanto, corres-ponde al proyectista definir determinados parámetros de calidad, apoyándose en estas normativas, que se deben conocer.

2.2. Normativa fitosaNitaria y de especies iNvasoras

Determinadas especies están obligadas a suministrarse con un pasaporte fitosanitario, en cumplimiento de la Directiva europea 2000/29/CE del 8 de mayo de 2000, que se concretó en el Real Decreto 58/2005 de 21 de enero.

El listado de las especies afectadas cambia y se puede consultar en algunas webs, previa verificación de que se dispone de la versión actualizada.

Para el control de determinadas plagas y enfermedades, existe una amplia legislación, que afecta a las plantas utilizadas en espacios verdes, de las que hay que destacar las causadas por:

❱ Erwinia amylovora (fuego bacteriano). Afecta a las rosáceas y, para su control, se limita la plantación en espacios públicos de determinadas especies comunes en jardinería como Cotoneaster, Crategus, Photinia, Pyracanta, Pyrus o Sorbus, entre otras. Principalmente restringen su plantación en viales.

❱ Rynchophorus ferrrugineus (picudo rojo de las palmeras). Causa daños severos a varias especies de palmera, pero sobre todo a la palmera canaria (Phoenix canariensis). En las áreas afectadas, es común que los municipios no permitan la plantación de especies susceptibles o que se produzcan inmoviliza-ciones de palmeras.

❱ Paysandisia archon (oruga perforadora de las palmeras). Afecta especialmente a la palmera excelsa (Trachycarpus fortunei) y al palmito (Chamaerops humilis).

❱ Gibberella circinata (chancro resinoso del pino). Es una enfermedad grave provocada por un hongo que afecta a varias especies de pinos, especialmente el Pinus radiata.

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Por otro lado, para algunas especies de plantas alóctonas y debido a su riesgo invasivo, el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, regula la restricción de su uso en determinados ámbitos. En el Real Decreto se incluye una lista de especies que habrá que consultar y atenerse a las restricciones que quedan estable-cidas.

2.3. ORDENANzAS LOCALES y PLANES DE GESTIÓN

Algunos ayuntamientos disponen de ordenanzas o planes técnicos de gestión específicos que determi-nan o guían la selección de especies, tanto en sentido positivo (favorecimiento de especies de resultado contrastado) como negativo (prohibición de especies por sus malos resultados o por su carácter invasor). Estas ordenanzas, en caso de que existan, se deben conocer: tienen un marcado carácter local y su aplica-ción se debe medir siempre en clave local, tanto en cuanto a las especies que hay que favorecer, como en cuanto a las que se deben evitar.

El plan director de arbolado suele hacer referencia a la disponibilidad de espacio aéreo. Estas recomen-daciones son más transversales entre localidades. Los planes directores de arbolado, generalmente, con-tienen información muy recomendable pero que, como siempre, cada proyectista tiene que calibrar según sus criterios.

No conocemos planes directores de arbolado que prevean la ordenación del subsuelo urbano para garan-tizar la disponibilidad de espacio para las raíces y la convivencia con los servicios y los pavimentos. Éste sería el próximo paso en la definición de la calidad del arbolado dentro de la ciudad.

2.4. NORMA GRANADA DE VALORACIÓN DEL ARBOLADO ORNAMENTAL

Muchos ayuntamientos han subscrito la Norma Granada como criterio para valorar las compensaciones económicas derivadas de los daños sufridos por el arbolado. Esta norma sólo establece el método de cálculo del valor económico de un árbol existente y el porcentaje de este valor que corresponde para cada tipo de daño. No tiene carácter normativo (a pesar de su nombre), ni obliga a ninguna acción concreta por sí misma, a pesar de que se ha consolidado en el Estado Español, mediante una amplia jurisprudencia, como método de cálculo del valor de un árbol ornamental.

Para que este método de cálculo sea aplicable, se necesita una ordenanza específica que establezca la Norma Granada como método de referencia para compensaciones por daño al arbolado en aquel munici-pio o una aceptación del método entre las partes implicadas como criterio de valoración. En determinadas obras, este coste, si es aplicable, se puede establecer desde el inicio para prevenir las afectaciones.

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3. Criterios de selección de especies

Para la selección de especies en un espacio verde urbano existe un criterio elemental que es el hecho que estas sean capaces de vivir con “dignidad” en las condiciones ambientales donde se plantarán. Esta con-dición capital hace que se tenga que analizar su sensibilidad a las condiciones de temperatura invernal y estival del lugar, a las condiciones edáficas, de riego, de espacio, de uso, etc. Existe mucha documenta-ción al respecto y la tendremos que consultar en caso de que no se conozcan bastante las especies que hay que plantar.

A la vez, existen otros criterios que se deben tener en cuenta y que se desarrollan a continuación

3.1. LA ESTRUCTURA BÁSICA DE LAS PLANTACIONES

Las plantaciones en un espacio urbano son el reflejo de una estructura y ordenación del espacio decidi-das (o configuradas de forma aleatoria a lo largo de los años) mucho antes de que el jardinero entre a plantar. Esta estructura responde a diferentes factores: urbanismo, circulaciones, vistas, usos previstos, factores ambientales, estéticos, sociales, etcétera.

Para conseguir que las plantaciones respeten esta estructura y la apoyen es muy importante que, cuando se diseñan las plantaciones, el redactor del proyecto defina la estructura de la vegetación en una fase de dibujo conceptual, sin concretar las especies. Este ejercicio le permitirá reconocer y recrear la ordenación del espacio, manteniéndose fiel a los factores ambientales preexistentes, sin imponer las necesidades de la planta a las del lugar.

Una vez definida y revisada la estructura, se podrá empezar a definir especies concretas.

3.2. CRITERIOS ESTéTICOS

Las plantaciones en el espacio público tienen muchas funciones, pero una función central es la orna-mental. Por lo tanto, es necesario que se produzca una armonía entre las especies, que se basará en el cromatismo de las hojas y su textura. Una práctica habitual es basar esta selección en el color de las flo-raciones. Esta práctica parece poco recomendable, debido al alto grado de temporalidad de la mayoría de las floraciones. Efectivamente, habrá que evitar tener floraciones simultáneas de colores incompatibles en el mismo lugar, pero de poco servirá definir una paleta de colores que contenga todas las graduacio-nes de flor lila, rosa y rojo, si, después, cada especie florece en un momento diferente del año o el efecto conjunto (si se consigue) dura sólo dos semanas.

También existe la opción de crear una armonía entre diferentes especies según su origen bioclimático, como hacen muchos parques temáticos, a pesar de correr el riesgo de caer en una caricatura del ambien-te original.

Con el objetivo de conseguir esta armonía, se recomienda preparar un listado de especies compatibles entre sí, antes de empezar a dibujar el plano de la plantación.

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3.3. CRITERIOS ECOLÓGICOS

Los factores ecológicos son aquellos que integran (o no) una especie dentro de un ecosistema y le confie-ren un valor añadido. La integración de las plantaciones dentro de un hábitat cercano al lugar puede tener un efecto positivo favoreciendo la fauna asociada a este hábitat, así como su capacidad de movimiento y colonización de nuevos espacios.

El uso de especies autóctonas en jardinería urbana puede tener mucho sentido cuando se dan estas siner-gias entre los espacios o con las comunidades existentes. En grandes parques, se puede llegar a crear la suficiente masa crítica de hábitat como para apoyar por sí misma a una comunidad importante de fauna interesante. En cambio, en pequeñas plantaciones aisladas, el efecto será mucho menor.

Del mismo modo que en los proyectos de restauración del paisaje (canteras, vertederos, carreteras, etcé-tera) ya queda claro que se deben definir plantaciones con especies autóctonas del lugar afectado, en los espacios urbanos la situación a veces es diferente y, para obtener resultados que vayan más allá de la propaganda institucional en favor de utilizar “especies autóctonas”, se debe valorar la capacidad efectiva de aquel ámbito de integrarse en los ecosistemas cercanos.

En cuanto a la definición de una especie autóctona, casi todas las plantas disponibles en el mercado son autóctonas “de algún lugar”. Cuando, efectivamente, decidamos que es interesante usarlas, habrá que definir cuáles son las especies que realmente lo son de aquel lugar.

3.4. CRITERIOS DE SOSTENIBILIDAD

Toda actividad humana tiene consecuencias más allá de su estricto ámbito de actuación. Del mismo modo que desplazarse en el coche tiene efectos contaminantes lejos de la carretera, el hecho de sembrar cés-pedes tiene efectos posteriores en el ciclo hidrológico, en alguna cuenca o en un sistema hídrico más o menos cercano.

■ 3.4.1. Balance de CO2

Existen muchos buenos motivos para plantar árboles, arbustos, herbáceas y céspedes en nuestras ciuda-des: mejoras estéticas, sociales, de confort, etcétera. Pero pretender que estas plantaciones mitiguen el efecto invernadero mediante la absorción de CO

2 es una falacia que, técnicamente, carece de crédito. Una

gran parte del CO2 que absorbe una planta en nuestras ciudades se vuelve a liberar una vez acabado su

ciclo vital, que, comparado con el ciclo del efecto invernadero, es como decir inmediatamente. En conse-cuencia, el efecto de las plantas en el ámbito urbano es muy escaso y, en calidad de técnicos suficiente-mente informados, no podemos emplear este argumento para promover nuevas plantaciones.

Un argumento diferente pasa por tener en cuenta el gasto energético asociado a determinados tipos de material vegetal. Aquí sí que el técnico redactor del proyecto puede influir en el coste energético del mantenimiento de la jardinería, dado que esta energía se genera, en gran parte, a partir de combustibles fósiles y tiene una incidencia sobre los gases de efecto invernadero y contaminantes del aire urbano. A partir de decisiones aparentemente tan inocentes como, por ejemplo, proyectar un prado de césped se derivará un uso intensivo de maquinaria que hará aumentar la contaminación ambiental.

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El transporte de materiales lejanos como, por ejemplo, olivos ejemplares o grabas ornamentales, también tiene implicaciones ambientales que se deben tener en cuenta.

■ 3.4.2. Consumo hídrico

En nuestro país, son habituales las evapotranspiraciones potenciales de entre 850 y 1100 mm anuales, con lluvias entre 450 y 650 mm anuales. Evidentemente, existe un déficit hídrico notable.

Algunas especies están mejor preparadas que otras para enfrentar este déficit. Olivier Filippi (2007) ha definido un code de séchéresse en su libro Pour un jardin sans arrosage, en el cual se cuantifica en términos relativos la resistencia a la sequedad de una cantidad importante de especies de arbustos y herbáceas. La agrupación intencionada de plantas con requerimientos hídricos parecidos ahorra mucha agua al final del año.

Asimismo, el hecho de elegir céspedes con metabolismo fotosintético C3 o C4 implica connotaciones esté-ticas y técnicas, pero, a la vez, en cuanto al consumo hídrico, tiene otros valores, puesto que las C4 tienen unos requerimientos menores y una curva de crecimiento más centrada en el verano y, por lo tanto, más corta. Por otro lado, condicionan fuertemente el calendario de ejecución de la obra, dado que sólo germi-nan en el terreno por encima de un determinado umbral de temperatura y presentan, en muchos casos, aspectos invernales que pueden ser (¡o no!) recibidos de forma negativa por la población.

■ 3.4.3. Efectos microclimáticos

En nuestro país, hace calor en verano y frío (relativo) en invierno. Las plantaciones ornamentales tienen efectos microclimáticos potentes, mediante la sombra de los árboles, las pérgolas o como barreras del viento.

Su efecto es local, pero, a pequeña escala, puede tener una poderosa incidencia en el confort térmico del usuario del espacio público o de los edificios cercanos o, incluso, en los vehículos aparcados, que pueden ver reducidos sus niveles de consumo energético.

3.5. CRITERIOS DE GESTIÓN

Tal y como se ha explicado en el punto n.º 1 del presente capítulo, existen diferentes visiones en relación con la gestión de los elementos que componen un jardín urbano. Encontraremos servicios municipales de mantenimiento con ideas muy variadas en relación con la conveniencia, por ejemplo, de utilizar plantas tapizantes, masas arbustivas en formatos no lineales, gramíneas ornamentales o plantas trepadoras. La tarea del redactor de proyectos, por lo tanto, incluirá necesariamente una conversación con el servicio de mantenimiento, con el objetivo de aclarar la idoneidad de estos elementos o las preferencias locales.

En función de la estructura del servicio de mantenimiento y de su equipamiento, podemos encontrarnos con que una solución, por ejemplo, un gran prado regado, puede resultar idóneo en el caso de un municipio, pero fracase en otro por carencia de maquinaria adecuada o de capacidad de la red de suministro de agua.

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4. Criterios de selección de medidas, presentación y densidades

4.1. ARBOLADO

Demasiado a menudo, se deciden las condiciones relativas al arbolado pensando en un diseño dibujado en planta. Efectivamente, la distancia entre árboles se puede definir bien de esta manera, pero es el único factor que hay que considerar en esta vista. Todas las consideraciones relativas a la elección del arbolado las tendremos que realizar pensando en sección o alzado.

Las decisiones irán muy condicionadas según el tipo de arbolado, viario o destinado a una zona verde, y habrá que respetar las indicaciones del municipio, que, a menudo, se incluyen en los planes de gestión del arbolado. Es común que estos planes incluyan recomendaciones en cuanto a la anchura mínima de acera en la que se pueden plantar árboles, que suele ser de unos 3 o 4 m desde la línea de vuelo de la edifica-ción, así como que se definan unas distancias mínimas entre posiciones consecutivas de árboles como, por ejemplo, las siguientes:

❱ Arbolado de copa estrecha, marco de plantación de 5 m.

❱ Arbolado de copa mediana, marco de plantación de 7 m.

❱ Arbolado de copa grande, marco de plantación de 10 m.

La formación en copa, flechado o vestido desde la base, se decidirá según las necesidades de paso (peato-nes, vehículos ligeros, vehículos pesados...) y la presencia de otros elementos vegetales o de mobiliario en el entorno inmediato del árbol. Como referencia, se puede prever que, en las zonas de paso de peatones, generalmente es necesaria una altura libre de ramas de 2,25 m y en las zonas de paso de vehículos, la copa no debe invadir la vertical de la calzada hasta una altura de 4 m.

El formato de presentación del sistema radicular se elegirá según la época prevista de plantación. Muy a menudo, esto no se puede prever y el compromiso habitual en los proyectos especifica el suministro en cepellón, por tratarse del formato más habitual y del cual existe un buen stock disponible, de calidad y durante una época del año suficientemente larga.

El arbolado en contenedor es todavía un formato poco habitual y su disponibilidad es más incierta y de calidad irregular, excepto en árboles de clima cálido (palmeras, tipuanas, jacarandás, braquiquitos, etcéte-ra), donde este es el formato habitual.

La presentación en raíz desnuda es más recomendable para especies que toleran bien el trasplante y para medidas pequeñas. Su época de disponibilidad es más limitada y, por lo tanto, condiciona más el programa de obras.

Cabe mencionar una técnica recientemente aparecida en nuestro mercado denominada Air-Pot, donde los árboles se cultivan en un tipo de contenedor perforado lateralmente que se pueden suministrar en cual-quier época del año. Esta técnica reduce el estrés del trasplante, puesto que el árbol llega a la obra con la totalidad del aparato radical original.

En cuanto a las medidas de presentación, no se debe olvidar que el arbolado juega un papel estrella en las inauguraciones de los nuevos espacios. Posiblemente, es el elemento (junto con el mobiliario urbano y los pavimentos) que influye más en la percepción general de la calidad por parte del usuario.

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Para que el arbolado genere una buena imagen inicial existen dos factores importantes: su estructura de ramaje, que conviene que sea entera, y, en menor grado, la medida del árbol.

Hay que evitar los excesos: en nuestros viveros, no es habitual disponer de perímetros superiores a 25-30, excepto en el caso de algunas especies. Los árboles de medida grande tienen un mayor shock de trasplante y un tiempo de establecimiento también mayor (por lo tanto, más coste de mantenimiento). Generalmente, un árbol de tamaño mediano crece más rápido y acaba “atrapando” a otro que, en el momento de la plantación, era más grande. Esto es debido a la desproporción relativa entre la medida del aparato radical y la de la parte aérea, que se acentúa a medida que aumenta la medida de suministro.

La plantación de árboles ejemplares cultivados en vivero con medidas extraordinarias (superiores a 60 cm de perímetro) hay que reservarla a situaciones igualmente extraordinarias. El coste de estas operacio-nes es elevadísimo (tanto de plantación como de mantenimiento) y sólo se pueden justificar en situacio-nes excepcionales.

En cuanto a la recuperación del arbolado de gran calibre procedente de cultivos agrícolas requiere mucha atención. El efecto de plantar un olivo presuntamente centenario puede ser muy potente, pero son árbo-les que necesitan una preparación específica para tener éxito en el trasplante. Además de consideracio-nes éticas respecto al expolio del patrimonio arbóreo ajeno, hay que asegurarse de que el árbol se haya recompuesto del trasplante y haya recuperado su vigor intrínseco, para que, cuando lo plantemos en su nueva ubicación, retome un crecimiento vigoroso más allá de una simple supervivencia gris.

4.2. ARBUSTOS y PLANTAS TAPIzANTES

En cuanto a los formatos de plantas arbustivas y tapizantes, las decisiones a tomar en fase de proyecto son dos y están relacionadas entre sí: la medida de presentación y la densidad de plantación.

A pesar de que, tradicionalmente, el tamaño de presentación se ha medido a partir de la parte aérea de la planta, se trata de un dato que varía a lo largo de la temporada para una misma unidad, según crece o se recorta, razón por la cual cada vez más se complementa o incluso sustituye, como referencia el tamaño del contenedor (que es tanto como decir el tamaño del sistema radical). Los dos parámetros tienen su importancia: por un lado, el tamaño de la parte aérea afectará al grado de impacto visual inicial que tendrá la plantación, y, por el otro, el tamaño del sistema radical influirá en su velocidad o facilidad de implantación en el nuevo lugar. No son parámetros independientes, hay que emplear plantas equilibradas que respeten los formatos indicados en las respectivas NTJ.

La densidad de la plantación que se especifica en los proyectos puede seguir dos estrategias diferentes, en función de la gestión posterior. Se puede especificar una densidad alta, que genere un efecto inicial de alto recubrimiento (y dónde posteriormente las plantas se estorbarán entre sí) o se puede prever el crecimiento futuro de cada planta, dejando espacio suficiente entre ellas.

La primera estrategia consigue un buen impacto inmediato, pero condena al gestor del espacio verde a efectuar clareos posteriores, a medida que crezcan las plantas. Muy a menudo, esta práctica no se lleva a cabo y se convierte en una sucesión de podas y cortes que desvirtúan la forma natural o armónica de la planta. Por lo tanto, antes de especificar altas densidades de plantación, hay que consensuarlo con el servicio de mantenimiento.

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La segunda estrategia tiene un efecto inicial más pobre, pero ahorra coste de mantenimiento. Si las plantas están bien formadas, su efecto inicial no se ve demasiado desmejorado por el hecho de estar separadas entre sí. A menudo, vale la pena compensar este déficit con el extendido de un acolchado orgánico, que logra un doble objetivo: mejora la apariencia del acabado de las plantaciones (compensando el menor impacto visual de la planta) y disminuye drásticamente la aparición de malas hierbas durante el tiempo que las plan-tas tardan en cubrir el terreno (además de otros muchos beneficios fisiológicos y edafológicos).

5. Aspectos previos a la plantación

5.1. EVALUACIÓN DEL SUELO

Siempre que sea posible, se recomienda hacer una evaluación del suelo existente en el lugar. Los factores que hay que valorar son las restricciones para el crecimiento de las raíces (zonas pavimentadas, compacta-das o sin suelo), la textura (una evaluación visual será suficiente, en la gran mayoría de los casos), el grado de compactación, una estimación sobre el historial del suelo (¿vertidos?, ¿de qué tipo?, ¿suelos agrícolas abandonados?, ¿subsuelo expuesto después de unas excavaciones?), evaluación de la erosión, si existe, y, sobre todo, una indicación sobre la capacidad de drenaje del suelo y de la capa inmediatamente inferior.

Este último aspecto –realmente decisivo– es difícil de evaluar sin hacer pruebas de campo y, en cambio, es el más importante de todos, especialmente para los árboles. Cada año mueren muchos árboles urbanos por carencia de drenaje y aireación del suelo.

La manera más práctica y efectiva de evaluar el drenaje de un suelo y su subsuelo es a través de una sencilla prueba de campo: se abren varios agujeros “de plantación” en la zona que se quiere evaluar y se llenan de agua. Se deja pasar un rato para que se estabilice la velocidad de infiltración (una hora, como mínimo, o cuando estén vacíos) y, entonces, se vuelven a llenar y se mide la velocidad de infiltración. Es muy importante no realizar la medición justo al acabar de llenar el agujero de agua, puesto que, al inicio de la prueba, los valores de infiltración son anormalmente elevados. Se considera razonable plantar sobre suelos que tengan una velocidad de infiltración de 25 mm/hora o superiores. Por debajo de esto, hay que pensar en medidas correctoras o en escoger especies adaptadas a las condiciones de baja permeabilidad.

No siempre es posible realizar esta prueba en la fase de redacción de proyecto. En este caso, hay inspec-ciones visuales de las condiciones del terreno que nos permitirán sospechar o descartar problemas de drenaje del subsuelo: herbáceas oportunistas propias de lugares húmedos, signos de sedimentación de finos, etcétera. En cualquier caso, siempre es posible realizar esta prueba en fase de obra, por un coste muy bajo, y puede ahorrar fracasos importantes en materia de plantación del arbolado.

5.2. PREPARACIÓN DEL TERRENO

La estrategia de la preparación del terreno dependerá básicamente de lo que se haya observado en la eva-luación del suelo existente (si existe la evaluación). Parece que la aportación de “tierra vegetal” (una mez-cla prefabricada que incluye básicamente áridos y compost, aparte de algunos otros ingredientes) se haya convertido en la solución estándar para todas las actuaciones, y esto no tiene porque ser siempre así.

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Hay algunas situaciones donde el suelo (o subsuelo residual) existente en la obra puede cumplir perfec-tamente los objetivos agronómicos que se plantean para las plantaciones o siembras previstas. Habrá que identificar los factores limitantes y corregirlos, cosa que no siempre se consigue comprando “tierra vegetal” y esparciéndola por las zonas de plantación.

Por ejemplo, si el problema del lugar es la compactación y la carencia de drenaje, el dinero del proyecto estará mejor invertido en hacer un subsolado profundo o una red de zanjas de drenaje, que aportando grandes cantidades de tierra vegetal de primera categoría y esparciéndola sobre una capa compactada de arcilla con maquinaria de movimientos de tierras.

Otra posible solución, en casos de este tipo, consiste en plantar sobre bermas elevadas. Siempre que se haga una aportación de tierras sobre las existentes, hay que prever la preparación del terreno existente, que consistirá en un trabajo de aireación. Posteriormente, se mezclarán las tierras de aportación con las preexistentes para evitar barreras de drenaje vertical, debidas a cambios repentinos de textura.

En otros casos, sería interesante tomar en consideración una enmienda orgánica del suelo existente (por ejemplo, si se trata de un subsuelo poco fértil, pero con una buena textura que lo haga potencialmente útil).

Si, finalmente, la opción escogida es la aportación de tierra vegetal preparada, hay que evitar que se genere una frontera nítida entre la tierra de aportación y la existente. Se descompactará la base de trabajo antes de traer la tierra vegetal, se aportará una fracción (entre 5 y 15 cm de grueso) y se labrará con el objetivo de mezclar ambos materiales y crear una franja de transición. Seguidamente, se aportará el resto de la tierra vegetal, con la maquinaria más ligera posible para evitar la compactación y siempre trabajando en seco.

En todos los casos, siempre se evitará el paso de maquinaria por encima de futuras zonas de plantación con el terreno mojado, al menos de que se trate de terrenos con textura arenosa, que son los únicos que pueden soportar este trato sin perder estructura y fertilidad.

5.3. ENTUTORADO DEL ARBOLADO

En cuanto a la necesidad de entutorado de los árboles, no hay un consenso claro y hay que valorar dife-rentes opciones:

❱ En situaciones excepcionales (cubiertas ajardinadas, trasplantes ejemplares, etcétera) es más evidente la necesidad de anclar los árboles.

❱ En la plantación de arbolado a raíz desnuda, el entutorado es más necesario que en otros formatos de presentación.

❱ La instalación de tutores, si está bien realizada (es decir, con los tutores clavados fuera del agujero de plantación o al fondo, sobre el suelo no excavado) puede ahorrar muchos problemas durante la fase de establecimiento del arbolado (generalmente, se consideran los primeros dos años).

❱ Hay que valorar el coste y la necesidad de eliminar los tutores tras dos años. Es muy habitual encontrar tutores poco o nada mantenidos, que, al cabo de unos meses, han perdido su efectividad. Cuando se instalen, es necesario que los encargados del mantenimiento inicial interioricen la necesidad y conve-niencia de mantener estos elementos en condiciones y de eliminarlos a tiempo.

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❱ No instalar tutores puede ser una opción viable, cuando los árboles proceden de un vivero con un cepellón bastante generoso como para garantizar la estabilidad del árbol y están bien plantados (es decir, sobre una base de suelo firme y dentro de un agujero bien dimensionado). Efectivamente, una proporción de los árboles se podrá mover durante los primeros meses por motivos varios (cepellones mal preparados, árboles mal plantados, golpes...) y habrá que resituarlos y estabilizarlos posteriormen-te, pero las raíces no tardarán en desarrollar una masa suficientemente ancha cómo para garantizar la estabilidad en la mayoría de las situaciones.

❱ Hay que valorar en cada caso si, por los calibres y formatos de presentación del proyecto, es más conveniente arriesgarse y prever sólo una partida de entutorado en la fase de mantenimiento para una parte de las plantaciones o hacer un entutorado preventivo generalizado para todos los árboles, inte-grado en fase de obra.

❱ Hay que valorar la posibilidad que ofrece el entutorado como protector temporal del árbol, en cuanto a los golpes y rascaduras accidentales sobre el tronco en fase de obra, allá donde este riesgo sea aprecia-ble.

En cuanto a los formatos de entutorado, está ganando muchos adeptos el sistema de sujeción enterrada del cepellón. Presenta un par de ventajas que hay que calibrar con racionalidad: por un lado, hace que el árbol “trabaje” de forma natural, es decir, flexionando todo su eje a partir del cuello a ras del suelo y ayudando de esta forma a construir una estructura resistente. Por otro lado, el sistema de anclaje queda escondido bajo tierra, con los evidentes beneficios estéticos y protección ante el vandalismo.

6. Estabilización superficial de las superficies

6.1. MANTAS y MALLAS ORGÁNICAS

Son elementos biodegradables de diferentes materiales, formatos y densidades. Su función es temporal y, en consecuencia, su utilización se destina a aquellas situaciones donde la vegetación sea capaz por sí sola de sujetar el terreno, una vez haya enraizado. Hay que entender su uso como una ayuda temporal, mientras dure el proceso de establecimiento de la vegetación para evitar que se inicien procesos erosivos durante esta fase inicial. También hay que tener presente que se trata de elementos complementarios de otras técnicas (normalmente, una siembra o unas plantaciones).

El procedimiento para elegir entre diferentes modelos y densidades está muy documentado en las guías técnicas de los diferentes suministradores. No es una buena idea especificar productos de un gramaje superior al requerido: una manta orgánica de 700 g/m2 ofrece más dificultad a la germinación de una hidrosiembra que una de 400 g/m2. En consecuencia, a pesar de que su resistencia a los procesos erosivos iníciales sea superior, podría implicar un establecimiento más lento de la vegetación.

Las hidrosiembras se suelen acompañar de mantas, a la vez que las mallas se utilizan mayoritariamente en combinación con las plantaciones.

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La vegetación en los espacios urbanos ❘ CAPÍTULO IV ‹

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6.2. MANTAS MIxTAS

Hay determinadas situaciones donde se prevé un grado de erosión muy elevado, con tensiones superfi-ciales superiores a las que una manta orgánica tradicional puede soportar. Las mantas de fibra rígida de polipropileno están pensadas, sobre todo, para superficies que tienen que conducir agua (rieras, cunetas, márgenes de río, zonas recurrentemente inundables, etcétera).

En estos casos, hay un tipo de mantas orgánicas específicamente diseñadas para estas situaciones, cons-tituidas por una matriz de polipropileno flexible pero con grueso, normalmente ondulada, que da cuerpo y resistencia ante la tracción a la manta, y una superficie de fibra de coco biodegradable, que aporta las mejoras agronómicas y favorece la germinación de una siembra en su seno. El principio sigue siendo que la fracción orgánica acaba desapareciendo y, mientras tanto, la cubierta herbácea ya ha colonizado el suelo y ha desarrollado una capa de protección suficiente, por lo cual esta técnica se debe entender como complementaria a la siembra.

6.3. hIDROSIEMBRA

Es la técnica básica de estabilización de taludes, a pesar de que no es nada más que una evolución bas-tante sencilla de la siembra clásica, puesto que consiste en proyectar hidráulicamente los ingredientes sobre la superficie que hay que sembrar, normalmente sin preparación del terreno.

El principal secreto de las hidrosiembras es la correcta selección y dosificación de los ingredientes. Las NTJ son una buena guía para su ejecución y planificación. Los ingredientes que componen una hidrosiem-bra son la semilla, el fertilizante, el coadyuvante biológico y el mulch o fibra orgánica.

Siempre que se especifique una hidrosiembra en un proyecto, hay que asegurarse que posteriormente se ejecute en condiciones. Se asegurará gran parte del éxito mediante una inspección cuantitativa de los ingredientes especificados. Es muy importante calcular las cantidades totales absolutas para la superficie que hay que tratar de cara a realizar las inspecciones de forma útil: cuesta mucho ver a ojo si un mulch de paja se ha esparcido a razón de 200 g/m2, pero, en cambio, es muy simple contar cuántas balas de paja de 35 kg cada una o cuántos sacos de semilla se han colocado dentro de una cisterna.

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7. Bibliografía

– ARMITAGE, A. (1997). Herbaceous Perennial Plants. Champaign, Illinois: Stipes Publishing L.L.C.

– DARKE,R. (1999). The Colour Encyclopedia of Ornamental Grasses. London: Weidenfeld & Nicolson, The Orion Publishing Group.

– FILIPPI, O. (2007). Pour un jardin sans arrosage. Arlès: Actes Sud.

– NAVES, F., PUJOL,J., ARGIMON DE VILARDAGA, X., SAMPERE,L. (1992). El Árbol en Jardinería y Paisajismo. Barcelona: Ediciones Omega, S.A..

– ROBERTS,J., JACKSON,N., SMITH,M. (2006). Tree Roots in the Built Environment, Norwich: TSO (The Stationery Office).

- TROWBRIDGE, P.J., BASSUK,N.L. (2004). Trees in the Urban Landscape. Hoboken, N.J.: John Wiley & Sons, Inc..

- URBAN,J. (2008). Up by Roots. Champaign, Illinois: International Society of Arboriculture.

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– Normas tecnológicas de jardinería y paisajismo (NTJ): www.fjip-ntj.org

- Asociación de Profesionales de los Espacios Verdes de Catalunya (APEVC): www.apevc.cat

- Cornell University, Horticulture: www.hort.cornell.edu/uhi/

- International Society of Arboriculture (ISA): www.isa-arbor.com

- Asociación Española de Paisajistas (AEP): www.aepaisajistas.org

- Asociación Española de Arboricultura (AEA): www.aearboricultura.org

- Asociación Española de Ingeniería del Paisaje (AEIP): www.aeip.org.es

- Asociación Española de Parques y Jardines Públicos (AEPJP): www.aepjp.es

- Norma granada, valoración de arbolado: www.aepjp.es/normagranada

- Parques y Jardines, Barcelona (documentación técnica): http://www.parcsijardins.cat/

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La vegetación en los espacios urbanos ❘ CAPÍTULO IV ‹

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VSistemas de riego

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Joan Gual Martí, Ingeniero agrónomo

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Índice Sistemas de riego

1. Introducción ............................................................................................................................ 102

2. Normativa de aplicación ......................................................................................................... 102

3. Elementos de una red de riego ............................................................................................... 103

3.1. Cabezal de riego ............................................................................................................................................................... 103

3.1.1. Contador ..................................................................................................................................................................... 103

3.1.2. Válvulas ..................................................................................................................................................................... 104

3.1.3. Filtros ......................................................................................................................................................................... 104

3.1.4. Grupo de presión .................................................................................................................................................... 105

3.1.5. Equipamientos de fertilización .......................................................................................................................... 105

3.2. Elementos para la automatización ............................................................................................................................ 105

3.2.1. Programador ............................................................................................................................................................ 105

3.2.2. Electroválvulas ....................................................................................................................................................... 106

3.2.3. Sensores ................................................................................................................................................................... 106

3.2.4. Cableado ................................................................................................................................................................... 106

3.3. Elementos para la distribución del agua ................................................................................................................. 106

3.3.1. Tuberías ..................................................................................................................................................................... 106

3.3.2. Bocas de riego .........................................................................................................................................................107

3.4. Emisores ............................................................................................................................................................................. 108

3.4.1. Emisores del riego aéreo ..................................................................................................................................... 108

3.4.2. Emisores de riego localizado ............................................................................................................................. 109

3.5. Otros elementos ............................................................................................................................................................... 109

3.5.1. Elementos de control y maniobra ..................................................................................................................... 109

3.5.2. Válvulas de lavado o descarga ......................................................................................................................... 109

3.5.3. Arquetas ................................................................................................................................................................... 109

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4. Criterios de diseño .................................................................................................................. 110

4.1. Selección del sistema de riego ..................................................................................................................................... 110

4.1.1. Condicionantes a considerar ................................................................................................................................ 110

4.2. Selección del tipo de emisor .........................................................................................................................................112

4.2.1. Emisores de riego aéreo ........................................................................................................................................112

4.2.2. Emisores de riego localizado...............................................................................................................................112

4.3. Definición de los sectores de riego ..............................................................................................................................113

4.4. Tuberías ............................................................................................................................................................................... 114

4.5. El cabezal de riego y otros elementos de la instalación ..................................................................................... 114

5. Criterios de cálculo ................................................................................................................. 115

5.1. Cálculo del tiempo de riego necesario ....................................................................................................................... 115

5.2. Cálculo hidráulico ............................................................................................................................................................. 116

5.2.1. Dimensionado de las tuberías ............................................................................................................................. 116

5.2.2. Cálculo de pérdida de carga ............................................................................................................................... 118

5.2.3. Dimensiones de la bomba.....................................................................................................................................121

5.3. Cálculo eléctrico ................................................................................................................................................................121

5.3.1. Cálculo de la sección de cable ............................................................................................................................122

5.3.2. Las protecciones.....................................................................................................................................................122

6. Bibliografía ............................................................................................................................. 123

Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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1. Introducción

El déficit hídrico y los episodios de sequía que se producen en nuestro territorio hacen que el riego en los espacios verdes urbanos resulte una necesidad para muchas de las especies vegetales y situaciones. Del mismo modo, la necesidad de optimizar el agua y los recursos disponibles obliga a las administraciones a asegurarse que el agua de riego se utiliza con la máxima eficiencia y con el menor coste posible. En consecuencia, a día de hoy, los sistemas de riego automático están presentes en prácticamente todos los proyectos de espacios verdes, incluso cuando el riego sólo es necesario durante el periodo de implanta-ción de la vegetación.

2. Normativa de aplicación

No existe una normativa de obligado cumplimiento que regule el modo en que se diseña, calcula y ejecuta una instalación de riego en un espacio verde. Esta desregulación hace que, muy a menudo, estas instala-ciones sean ejecutadas y/o diseñadas con graves carencias. Ante esta realidad, y para garantizar un ópti-mo funcionamiento del sistema de riego, es frecuente que algunos municipios elaboren pliegos o pongan condiciones para las instalaciones (a menudo sobredimensionándolas), lo que, en la práctica, nos obligará a consultarlas en cada caso.

Podemos destacar les siguientes normas existentes:

❱ NTJ 01I Recomendaciones de proyecto de infraestructuras de riego.

❱ NTJ 04R Instalaciones de sistemas de riego.

❱ UNE-EN 12484 Técnicas de riego. Sistemas de riego automático de espacios verdes.

❱ UNE-EN 12723 Bombas para líquidos. Términos generales para bombas e instalaciones. Definiciones, magnitudes, símbolos y unidades.

❱ UNE-EN 12162 Bombas para líquidos. Seguridad. Procedimientos de ensayo hidrostático.

❱ ISO 9912 Agricultural irrigation equipment. Filters.

❱ UNE-EN 1452 Sistemas de canalización en materiales plásticos para conducción de agua. Policloruro de vinilo no plastificado (PVC-U).

❱ UNE-EN 13244 Sistemas de canalización en materiales plásticos, enterrados o aéreos, para suministro de agua, en general, y saneamiento a presión. Polietileno (PE).

❱ UNE-EN 1074 Válvulas para el suministro de agua. Requisitos de aptitud al uso y ensayos de verificación apropiados. Partes 1 a 6.

❱ ISO 9635 Agricultural irrigation equipment. Irrigation valves. Partes 1 a 6.

❱ UNE-EN 1267 Válvulas. Ensayo de resistencia al flujo utilizando agua como fluido de ensayo.

❱ ISO 9644 Agricultural irrigation equipment. Pressure losses in irrigation valves. Test method.

❱ UNE-EN 736 Válvulas. Terminología.

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Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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❱ ISO 15081 Irrigation equipment. Graphic symbols for pressurized irrigation systems.

❱ UNE-EN 14268 Técnicas de riego. Contadores de agua.

❱ UNE-EN 14267 Técnicas de riego. Hidrantes de riego.

❱ ISO 9911 Agricultural irrigation equipment. Manually operated small plastics valves.

❱ UNE 68072 Materiales de riego. Aspersores rotativos. Requisitos generales y métodos de ensayo.

❱ UNE-EN 13742 Técnicas de riego. Sistemas de aspersión de cobertura total.

❱ ISO 15886 Irrigation equipment. Irrigation sprinklers.

❱ UNE 68073 Material de riego. Difusores. Requisitos generales y métodos de ensayo.

❱ ISO 8026 Agricultural irrigation equipment. Sprayers.

❱ UNE 68075 Materiales de riego. Emisores. Requisitos generales y métodos de ensayo.

❱ UNE 68076 Equipos para riego. Sistemas de tuberías emisoras. Características generales y métodos de ensayo.

❱ UNE-EN 13635 Técnicas de riego. Sistemas de riego localizado. Terminología y datos suministrados por el fabricante.

❱ ISO 9261 Agricultural irrigation equipment. Emitters and emitting pipe. Specification and test methods.

❱ UNE 53367 Plásticos. Tubos de polietileno PE32 y PE40 para microirrigación. Características y métodos de ensayo.

❱ EN 15097 Técnicas de riego. Riego localizado. Evaluación hidráulica.

❱ UNE EN 15099 Técnicas de riego. Telecontrol de zonas regables.

3. Elementos de una red de riego

3.1. CABEzAL DE RIEGO

Lo componen el conjunto de elementos destinados a medir, filtrar, tratar y suministrar el agua a la red de distribución. En el caso más básico, estaría formado por un contador y una válvula, pero en grandes instalaciones puede llegar a ser de una gran complejidad.

■ 3.1.1. Contador

Su función básica es contabilizar el volumen de agua que se consume, a la vez que su capacidad limita el caudal máximo de la instalación. Es un elemento que podemos encontrarnos ya instalado en el lugar donde se tiene que realizar la instalación o, en caso contrario, se tiene que solicitar su instalación a la compañía local de aguas.

Los caudales más usuales de los contadores en redes de distribución de agua urbanas oscilan entre 1,5 hasta, aproximadamente, unos 12 m3/h. En un espacio verde, suelen instalarse enterrados, ubicados en arque-

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tas cuyas características figuran estipuladas por la compañía y después de una llave de paso. Este último elemento determinará el final de la red que es propiedad de la compañía y el inicio del sistema de riego del espacio verde.

■ 3.1.2. Válvulas

Las válvulas son elementos que se incorporan al sistema de riego para regular el funcionamiento a través de su apertura o cierre. Esta apertura o cierre puede llevarse a cabo de forma manual o automática.

3.1.2.1. Válvulas manuales

Las más habituales son las válvulas de esfera, que pueden cerrarse rápidamente y mediante un giro de 90º, a pesar de que, en función de las características de la instalación, se pueden encontrar otros tipos de válvulas, como, por ejemplo, las de compuerta (generalmente utilizadas en tuberías de gran sección y al aislamiento de tramos), de mariposa (útiles sobre todo para la regulación) o de asentamiento.

3.1.2.2. Válvulas automáticas

Estos tipos de válvulas presentan automatismos de apertura y cierre incorporados, y funcionan según consignas programadas, las más habituales son las electroválvulas (básicas para el automa-tismo de la instalación, que trataremos en el punto 2.2), válvulas reductoras de presión, de retención (permiten el flujo de agua sólo en un único sentido) y las antisifónicas (se emplean para la evacua-ción o la introducción del aire en el circuito). En determinados casos, se pueden encontrar también válvulas hidráulicas (actúan mediante una señal hidráulica y, junto con otros elementos se suelen usar para la regulación de la presión y del caudal) o válvulas volumétricas (se cierran cuando ha pasado el volumen de agua programado).

■ 3.1.3. Filtros

Se utilizan para evitar la obturación de los emisores y suelen ser necesarios sólo cuando se riega con aguas que no provienen de la red de agua potable o cuando el emisor seleccionado es de riego localiza-do. Si el agua procede de la red de agua potable, caso en que sólo habrá que retener algunas partículas de origen mineral, lo más habitual es colocar filtros de malla o anillas. Si el agua que se utiliza presenta muchos sólidos en suspensión, puede efectuarse un prefiltrado mediante un hidrociclón (que los elimina por centrifugación). Si se trata de agua con partículas orgánicas, el filtro más indicado es el filtro de arena.

La limpieza de los filtros puede automatizarse mediante la inversión del flujo de agua, operación que se puede hacer de forma periódica o cuando se detecte una diferencia de presión entre la entrada y la salida del filtro.

La medida y el número de los orificios de los filtros de malla o anillas se determina a partir de la medida del conducto del emisor y son comunes los valores entre 125-300 micras y alrededor de 120 mesh. Se reco-mienda no exceder los 200 mesh.

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Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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■ 3.1.4. Grupo de presión

El grupo de presión está formado por la bomba, el motor y los accesorios de aspiración e impulsión. Es indispensable, cuando no disponemos de suficiente presión o caudal para hacer funcionar la red de riego, hecho que, en la práctica, sólo suele pasar cuando trabajamos con grandes superficies o con aguas que no proceden de la red de agua potable. En estos casos, entra en escena, forzosamente, otro elemento, un depósito o bien un pozo, puesto que no existe la posibilidad de bombear agua directamente de la red.

Las bombas habituales destinadas al riego son centrífugas (el agua es impulsada por un mecanismo que tiene un movimiento rotativo y sale en sentido perpendicular al eje de rotación). Estas bombas, en fun-ción de la disposición del eje de rotación, se clasifican en horizontales, verticales y verticales sumergidas. Las bombas sumergidas se utilizan para la aspiración en pozos profundos. Para el resto de casos hay que considerar que las bombas horizontales suelen ser más baratas y de un mantenimiento más fácil. Una gran ventaja de las bombas verticales es que ocupan menos espacio (puesto que el motor se sitúa por encima de la bomba) y que la bomba puede trabajar sumergida, evitando problemas en la aspiración.

En un espacio urbano, los motores que se utilizan son eléctricos, y los encontramos unidos a la bomba en un solo bloque. En general se alimentan con corriente trifásica y una tensión de 380/220 V. Para ajustar el funcionamiento del motor a las necesidades reales de trabajo de la bomba es frecuente el uso de varia-dores de frecuencia.

Los equipos de presión se pueden accionar mediante un programador de riego (que es lo más recomenda-ble) o por demanda del sistema.

■ 3.1.5. Equipamientos de fertilización

En algunos casos, se puede instalar un depósito y un inyector que permitan la aplicación de fertilizantes, fitosanitarios o productos de limpieza mediante el agua de riego. No obstante, en la práctica tienen una escasa presencia en los espacios verdes.

3.2. ELEMENTOS PARA LA AUTOMATIzACIÓN

■ 3.2.1. Programador

Es el equipo que regula la apertura y cierre de las electroválvulas. Actúan según un tiempo o un volumen prefijado y puede tener diferentes prestaciones, como, por ejemplo, la apertura de válvulas maestras, la activación de bombas, la utilización de sensores o la posibilidad de telegestión. Se encuentran modelos tanto para conectar a la red eléctrica, con una alimentación a 220 V y tensión de trabajo a 24 V, como a modelos con alimentación a pilas, con una tensión de trabajo de 9 V.

Lo más recomendable suele ser la instalación de programadores eléctricos, que, en un espacio exterior, deben ubicarse protegidos en el interior de los armarios. Cuando la conexión a la red eléctrica es comple-ja o se prevé que el riego sólo funcione durante un corto periodo de tiempo, se justifica económicamente el empleo de programadores a pilas, que, generalmente, se colocan en el interior de arquetas.

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■ 3.2.2. Electroválvulas

Son válvulas que permiten abrir o cerrar el paso de agua mediante una señal eléctrica. Se componen de un cuerpo y una tapa de plástico o de metal, membrana y solenoide. El solenoide convierte una señal eléc-trica, de corriente alterna (solenoide 24 V y programador eléctrico) o de corriente continua (solenoide de 9 V y programador a pilas), en una acción mecánica mediante la atracción que ejerce sobre un núcleo de hierro cuando se cierra el circuito eléctrico. Se aconseja que permita la apertura manual para poder poner en funcionamiento la instalación, en caso de avería en la fuente de alimentación.

La elección se realiza en función del caudal circulante, la pérdida de presión tolerable y las recomendacio-nes del fabricante.

Hablamos de electroválvula maestra en caso de que incorporemos una electroválvula protectora de la instalación, que se abre con la primera electroválvula y se cierra con la última.

■ 3.2.3. Sensores

Existe un amplio abanico de sensores que pueden actuar sobre el programador de riego para ajustar las programaciones a las condiciones ambientales o al funcionamiento de la red. Los más comunes son los de lluvia (mini-click, cazoleta...) pero existen otros como, por ejemplo, los sensores de viento, los tensióme-tros, los caudalímetros...

Junto con la gestión centralizada o la telegestión de las programaciones, los sensores son herramientas imprescindibles para la eficiencia de los riegos en los espacios verdes urbanos.

■ 3.2.4. Cableado

Se recomienda conectar los programadores a las electroválvulas mediante un cable específico para cada electroválvula y un cable común, o mediante dos únicos cables cuando las electroválvulas disponen de decodificadores y el programador lo permite. Las conexiones que se realizarán tienen que ser estancas y los cables cumplirán con las características de protección y de aislamiento, según la norma UNE 21031 o conforme a los propios requisitos del fabricante.

Estos cables se extenderán a través de tubos corrugados de diámetro mínimo de 80 mm y a una profun-didad de 50 cm, y se realizarán arquetas de registro a lo largo de su recorrido, de forma que se pueda sustituir el cable en caso de que sea necesario.

3.3. ELEMENTOS PARA LA DISTRIBUCIÓN DEL AGUA

■ 3.3.1. Tuberías

En el conjunto de una instalación de riego las tuberías se clasifican del modo siguiente:

❱ Tubería principal: es la que trae el agua desde el cabezal hasta las tuberías secundarias y es donde se colocan las electroválvulas.

❱ Tuberías secundarias: son las que alimentan los sectores de riego.

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❱ Tubería lateral o terciaria: es donde se montan los emisores de riego.

Las tuberías se denominan especificando el material, el diámetro exterior y la presión nominal. Disponen de un código de color en función de los usos. Cuando conducen agua potable, se identifican mediante una franja azul; en caso de agua regenerada, la franja es de color morado y, en caso de agua residual o de uso agrícola, lucen una franja verde.

El material más común es el PE (polietileno) y el PVC (policloruro de vinilo), a pesar de que este último material cada vez se utiliza menos debido a su rigidez, fragilidad y a los problemas ambientales que genera.

Las tuberías de PE, según su densidad, se distinguen entre alta (PEAD, PE 50, PE 80 o PE 100), media (PEMD, PE 50B, PE 80) o baja (PEBD o PE 32, que pueden ser destinadas a un uso agrícola o alimentario). Las tuberías más utilizadas por el riego de espacios verdes son las de PEBD de 10 o 6 atm de presión nominal.

Tabla 1. Principales diámetros de tuberías para espacios verdes. Fuente: UNE 53-131 y UNE 53-112.

Diám. exterior

(mm)

Diámetro interior (mm)

PEBD PEAD PVC

6 atm 10 atm 6 atm 10 atm 6 atm 10 atm

16 12,0 11,6 - 12,0 - -

25 20,4 18,0 21 20,4 22,6 22

32 26,2 23,2 28 26,2 29,2 28,4

40 32,6 29,0 35,2 32,6 36,4 36

50 40,8 36,2 44 40,8 46,4 45,2

63 51,4 45,8 55,4 51,4 59,2 57

75 61,4 54,4 66 61,4 70,6 67,8

90 73,6 65,4 79,2 73,6 84,6 81,4

110 90,0 79,8 96,8 90 103,6 99,4

125 102,2 90,8 110,2 102,2 117,6 113

■ 3.3.2. Bocas de riego

Son arquetas con una tapa, generalmente enrasadas a nivel del suelo y provistas de una válvula manual y de una conexión rápida, que permite el acoplamiento de una manguera. Pueden estar normalizadas por el municipio o por la entidad contratante, pidiéndose generalmente bocas de riego de fundición, con racor tipo Barcelona y resistentes al paso de los vehículos.

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3.4. EMISORES

Los emisores son los dispositivos que controlan la salida de agua desde las tuberías laterales. Pueden ser para riego aéreo, cuando dispersan el agua en forma de lluvia sobre toda la superficie que se riega, o para riego localizado, cuando el agua se aplica en puntos concretos.

■ 3.4.1. Emisores del riego aéreo

La principal clasificación de los emisores se basa en si distribuyen el agua mediante un chorro fijo, caso en que hablamos de difusores, o bien mediante un chorro rotativo, es decir, mediante aspersores. Probablemente resulte necesario incluir aparte los dispositivos conocidos como rotators, puesto que estos tienen un cuerpo de difusor al que se le aplica una tobera giratoria.

Los emisores de riego aéreo pueden dividirse, igualmente, en emergentes o no, fijos, móviles o semimóviles.

Los emisores que más se usan para espacios verdes urbanos son fijos, emergentes y del tipo aspersores de turbina, difusores o difusores de tobera giratoria.

Las principales características de los emisores de riego aéreo son las siguientes::

❱ Difusores: anchuras de 2 a 4 m, presión ideal de 2 atm, pluviometrías de 40 a 50 mm/h. Uniformidad orientativa: 70 %.

❱ Difusores con toberas giratorias: Anchuras de 2 a 8 m, presión de 2 a 4 atm, pluviometrías de 10 a 20 mm. Uniformidad orientativa: 75-80 %.

❱ Mini-aspersores: anchuras de 4 a 8 m, presión de 2 a 3,5 atm, pluviometrías de 8 a 15 mm/h. Uniformidad orientativa: 80 %.

❱ Aspersores de turbina: anchuras de 8 a 12 m, presión de funcionamiento de 2,5 a 3,5 atm, pluviometrías de 8 a 20 mm/h. Uniformidad orientativa: 80 %.

Figura 1. Distribución de agua de un aspersor, difusor y rotator (Autor de imágenes: Hunter).

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Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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■ 3.4.2. Emisores de riego localizado

Podemos clasificarlos en goteros, tuberías exudantes o inundadores.

Los más utilizados son los goteros, sobre todo las tuberías con goteros autocompensantes integrados, a pesar de que en algunos casos se pueden utilizar también goteros pinchados.

Las principales características de las tuberías con goteros integrados son: caudales de los goteros de 1,5 a 4 l/h, separación de los goteros de 30, 33, 40, 50 o 100 cm, presión de 1,5 atm o de 1 a 4 atm si son auto-compensantes, pluviometría según número de goteros por m2 (de 2 a 25 mm/h). Uniformidad orientativa: 90-95 %.

3.5. OTROS ELEMENTOS

■ 3.5.1. Elementos de control y maniobra

En determinados puntos de la instalación, se pueden poner manómetros u otros aparatos de medida y control que indiquen el estado de la red. Asimismo, se pueden poner válvulas para la sectorización de tramos de tuberías.

■ 3.5.2. Válvulas de lavado o descarga

Se colocan al final o en el punto bajo de la instalación para poder hacer un lavado o un vaciado del siste-ma, pueden ser automáticas o manuales.

■ 3.5.3. Arquetas

Es donde habitualmente se registran las válvulas, las tuberías, el cableado, los programadores a pilas y los filtros de pequeñas dimensiones. Son elementos generalmente construidos en obra y con tapas de fundición para evitar daños debidos al vandalismo o al paso de vehículos.

Las dimensiones más habituales de las arquetas son de 60 x 60 cm, cuando incluyen electroválvulas, o de 40 x 40 cm, si se quiere registrar sólo el cableado o una válvula de sectorización. Cuando se necesita más espacio, las arquetas se construyen unidas y la pared compartida se sustituye por una vigueta.

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4. Criterios de diseño

4.1. SELECCIÓN DEL SISTEMA DE RIEGO

Una de las primeras decisiones importantes en el momento de diseñar un riego es determinar qué sistema de riego usamos. El tipo de vegetación y las especificidades del espacio verde que se debe regar condicio-nan la elección y, en la tabla 2, se pueden observar las recomendaciones establecidas por las NTJ.

Tabla 2. Idoneidad de los sistemas de riego según vegetación y espacio verde. Fuente: NTJ 01I

Tipo Sistemas de riego automático

de vegetación de espacio verdeAéreo Localizado

aspersión difusión SuperficialDe goteo enterrado

Áreas de césped

Uso ornamental ● ● ❍

Uso deportivo ●

en talud ● ❍ ❍

Prados ●

Árboles y palmerasAisaldos o en grupo ● ●

Viarios o de alineación ●

Arbustos

Aislados o en grupo ● ●

Setos ● ●

en talud ● ●

Plantaciones herbácias en parterres ● ● ● ❍

Jardineras y similares ● ❍

● Idóneo ❍ Apto

Durante la selección del sistema de riego habrá que prever además otros condicionantes y, en consecuen-cia, es importante conocer las ventajas y las desventajas de cada uno de estos sistemas, así como las características principales de los emisores (ver punto 3.4).

■ 4.1.1. Condicionantes a considerar

4.1.1.1. Pluviometría máxima admisible por el terreno

Se tiene que considerar, sobre todo, cuando tenemos que regar en suelos arcillosos o con pendiente, para evitar el derroche de agua que supone realizar unos riegos que no se infiltrarán en el terreno, así como para evitar la aparición de escorrentías y la erosión del suelo. Por eso, se tiene que comprobar que la plu-viometría de los emisores seleccionados no supere los valores de la tabla 3. En caso de que los supere, se tendrá que valorar si se tiene que cambiar el tipo de emisor o de tobera.

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Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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Tabla 3. Pluviometría (mm/h) máxima admisible según el tipo de suelo y pendiente. Fuente: Fuentes (2003).

Clase de suelo

Pendiente 0-5 % Pendiente 5-8 % Pendiente 8-12 % Pendiente > 12%

Con vegetación

desnu-do

Con vegetación

desnu-do

Con vegetación

desnu-do

Con vegetación

desnu-do

Arena gruesa de textura uniforme hasta 1,8 m.

50 50 50 38 38 25 25 12

Arena gruesa sobre subsuelo más compacto

44 38 31 25 25 19 19 10

Arenoso franco de textura uniforme

44 25 32 20 25 15 19 10

Arenoso franco sobre subsuelo más compacto

32 19 25 13 19 10 13 7,5

Limoso franco de textura uniforme hasta 1,8 m.

25 13 20 10 15 7,5 10 5,1

Limoso franco sobre subsuelo más compactado

15 7,5 13 6,4 10 3,8 7,5 2,5

Arcilloso fuerte o arcilloso franco

5 3,8 3,8 2,5 3 2,0 2,5 1,5

4.1.1.2. Utilización de aguas de baja calidad o regenerada

Los riegos localizados y, sobre todo, los riegos enterrados evitan riesgos sanitarios cuando se utilizan aguas no procedentes de la red de agua potable.

En caso de elevada salinidad, el riego por goteo reduce la necesidad de lavados. Por el contrario, si las aguas que se utilizan son muy calcáreas o tienen partículas en suspensión, será más frecuente la obtura-ción de los emisores de riego localizado.

4.1.1.3. Condiciones climáticas

El viento puede llegar a ser limitador en los sistemas de riego aéreo, sobre todo cuando mojan calles, y se pueden provocar accidentes o molestias. Se aconseja no utilizar emisores de riego aéreo en rotondas o espacios que puedan mojar fácilmente la zona de circulación de vehículos.

4.1.1.4. Condiciones de utilización

El riego localizado enterrado puede ser útil en casos de vandalismo o cuando el tiempo disponible de riego es muy limitado, dado que, al ser un riego que no afecta a los usuarios, se puede realizar a cualquier hora y, al no ser visible, no suele ser vandalizado.

En el espacio público, hay que tener en cuenta que, si la instalación de riego por goteo se deja en la super-ficie y no se entierra, es muy probable que se produzcan daños por culpa de los animales y del vandalismo.

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4.1.1.5. Condiciones económicas

En la mayoría de los casos, el riego aéreo es más económico tanto en cuanto a su instalación, como a su posterior mantenimiento. Las instalaciones enterradas necesitan un mantenimiento adecuado debido a la entrada de raíces en los emisores, las obturaciones, las comprobaciones del riego... Además, se tiene que prever que las reparaciones que se tengan que realizar suelen ser más complejas.

4.2. Selección del tipo de emiSor

Una vez hemos definido el sistema o sistemas de riego a utilizar en el espacio verde, debemos concretar los tipos de emisores, así como las características específicas de los emisores (datos que obtendremos en los catálogos de los fabricantes).

■ 4.2.1. Emisores de riego aéreo

Principalmente, se elegirán los tipos de emisores de riego aéreo en función de la anchura y la regularidad de la zona que hay que regar, pero también habrá que prever otros condicionantes como pueden ser la posibilidad de mojar zonas no deseadas, el viento, el caudal disponible... Como criterio básico general, los aspersores son la mejor elección en zonas anchas y regulares y los difusores se usan en zonas pequeñas e irregulares.

Para garantizar una buena uniformidad de la pluviometría, los emisores siempre se colocan solapados al 100 % (la distancia entre emisores es igual al radio que mojan) y siguiendo una distribución en cuadrado o triángulo. En zonas donde existen frecuentes vientos superiores a 3 m/s, la separación entre los emisores se debe reducir, siguiendo las recomendaciones de los fabricantes.

En zonas irregulares, con elementos que obstaculizan el riego o en los límites de las zonas a regar, no siempre es fácil conseguir un buen solapamiento entre los emisores. No obstante, siempre se tiene que intentar garantizar que cualquier punto es mojado por lo menos por dos emisores.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, en los difusores, las boquillas tienen un caudal proporcional al ángulo que riegan, de forma que, en un mismo sector es fácil mantener una uniformidad, pero en los aspersores hay que prever que se tiene que escoger una boquilla que sea proporcional a la superficie que riega (la boquilla para un aspersor que gira 360º tiene que echar el doble de agua que la de uno que sólo gira 180º)

■ 4.2.2. Emisores de riego localizado

En el riego localizado, y tal y como ya se ha comentado anteriormente, principalmente se utilizan tuberías con goteros autocompensados integrados, con diámetros exteriores de 16 o 17 mm. Para garantizar el buen funcionamiento de los emisores, es necesario colocar un filtro al inicio de la red, válvulas antisifónicas en la parte más alta (si existe un desnivel que lo requiera) y válvulas de lavado al final de línea y en los puntos bajos (que pueden ser automáticas o manuales). Además, se debe tener en cuenta lo siguiente:

❱ Para garantizar una buena uniformidad de las pluviometrías se deben seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a la separación entre goteros y entre líneas de tubería de goteros. Estas recomen-daciones varían en función del tipo de suelo.

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Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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❱ Para el riego de masas de arbustos, una buena solución suele ser el uso de tuberías con goteros autocompensados integrados con una separación de los goteros de 30 - 50 cm y una separación entre líneas de 50 cm.

❱ Las tuberías con goteros quedarán unidas en su extremo final por una tubería colectora que cierre el circuito, en cuyo punto bajo se ubicará la válvula de lavado.

❱ Las tuberías con goteros siempre se extenderán siguiendo el sentido de las curvas de nivel.

❱ Cuando las tuberías con goteros integrados se utilizan para el riego de arbolado, se suele recomendar que estas se coloquen realizando un anillo abierto de 1 m de diámetro y alrededor del tronco.

La longitud máxima que podemos utilizar para las tuberías con goteros autocompensantes integrados la determinaremos según los datos facilitados por el fabricante. Estas suelen ser entre 80 y 200 m, depen-diendo de la presión y del número y características del gotero.

4.3. DEFINICIÓN DE LOS SECTORES DE RIEGO

Una vez se han seleccionado los emisores y se han distribuido en el espacio verde, hay que agrupar aque-llos que regarán al mismo tiempo. Estas agrupaciones se denominan sectores de riego.

Como criterio general, estos sectores se definirán a partir del caudal disponible y del agrupamiento de emisores que riegan la vegetación con necesidades de agua similares. Además, se debe tener en cuenta lo siguiente:

❱ Cuando no exista un suministro de agua definido, como limitador se sectorizará el riego de forma que, dentro de un número y una medida racional de los sectores, se demande el caudal más bajo posible. Como referencia, podemos considerar que una calle con arbolado viario suele necesitar un contador de 1,5 m3/h, una plaza pequeña, de 3 m3/h, una plaza mediana con césped de 6 m3/h y un espacio verde grande, de 12 m3/h.

❱ En el momento de sectorizar se unen los emisores que riegan zonas con demandas de agua muy simila-res (vigilando las zonas con sombra, puntos bajos, ...) y que estén, aproximadamente, en la misma curva de nivel.

❱ Nunca se deben unir en un mismo sector de riego emisores de características diferentes (aspersores con difusores, goteros con aspersores...).

❱ Para racionalizar la instalación, es necesario que intentemos obtener unos sectores de riego donde los caudales solicitados por cada sector sean lo más similares posible; aunque esto no siempre es posible para todos los sectores, ya que, en un espacio verde es frecuente que se necesiten sectores de poco caudal para regar arbolado o pequeños grupos de arbustiva y sectores con un mayor caudal para el riego de céspedes.

El caudal que demanda cada sector se obtiene sumando el caudal que requieren (según los datos facili-tados por el fabricante) todos los emisores que se han agrupado en el mismo sector. Cuando este dato se utilice para la contratación de un nuevo contador de agua hay que prever que siempre se debe dejar un margen de seguridad. Cuando ya se dispone de un contador en el espacio verde, lógicamente, el resulta-do de esta suma tiene que prever que el sector de máxima demanda requiere un caudal menor del que disponemos.

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4.4. TUBERíAS

Definidos los sectores de riego y los caudales que necesitan, se tiene que definir el recorrido y la distribución de las tuberías que tienen que transportar el agua desde el cabezal de riego hasta los emisores. Para eso hay que considerar lo siguiente:❱ Cuando se distribuyan las tuberías en el espacio que vamos a regar, se intentará que las tuberías ten-

gan el mínimo recorrido posible, tanto por el ahorro económico en la instalación que esto supone como para disminuir las pérdidas de carga.

❱ Se intentará hacer pasar las tuberías al lado de las zonas pavimentadas (pero no por debajo); de este modo se facilita la posterior localización de las tuberías, la detección de escapes y se disminuye el coste de las reparaciones.

❱ Cuando la tubería deba pasar por debajo de zonas pavimentadas, habrá que prever la utilización de arquetas de registro y la utilización de pasatubos que garanticen la sustitución de los tramos de la tubería, sin necesidad de romper el pavimento.

❱ Para mejorar la distribución de las presiones a lo largo de la red, a menudo la realización de un circuito cerrado con la tubería primaria suele ser una buena solución.

❱ Para mejorar la uniformidad del riego y optimizar la sección de las tuberías se recomienda alimentar las tuberías laterales por el medio, en lugar de por un extremo.

❱ En el caso de sistemas de riego medianos o grandes, se recomienda colocar al inicio de la tubería primaria una electroválvula maestra. En el caso de grandes sistemas de riego, se recomienda, además, colocar válvulas manuales para el aislamiento de los tramos.

❱ En cuanto a la profundidad de las tuberías, se suelen recomendar 60 cm para la tubería principal y 40 cm para las secundarias y las laterales. Los laterales de riego por gotero enterrado se suelen situar a una profundidad máxima de 20 cm.

4.5. EL CABEzAL DE RIEGO y OTROS ELEMENTOS DE LA INSTALACIÓN

Además de las tuberías, hay que situar el resto de elementos que configurarán el sistema de riego, que básicamente se colocarán en arquetas a lo largo de la tubería principal y en el cabezal de riego. La distri-bución más habitual de los elementos que suelen formar parte del cabezal de riego es la que se muestra en la figura 2.

Figura 2. Distribución de elementos en un cabezal de riego

ProgramadorFiltro Regulador de presiónElectroválvula

TUBERÍA A GOTEADORES

TUBERÍA A ASPERSORES O DIFUSORES

TUBERÍA A BOCAS DE RIEGO

Válvula de lavado

Llave de paso

Llave de paso

Llave de paso

Válvula antiretorno ElectroválvulaContador

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La elección del diámetro de las válvulas que se coloquen en la instalación es independiente del diámetro de la tubería sobre la que se sitúan, puesto que el diámetro de las válvulas se determina según el caudal mínimo y máximo que indica el fabricante y la pérdida de carga admisible, de forma que para su dimen-sionamiento, habrá que consultar los datos facilitados por el fabricante.

Si es necesaria la colocación de bocas de riego, el criterio será disponerlas cada 50 m, de forma que, con una manguera de 25 m se pueda llegar a cualquier lugar del espacio verde. De todos modos, la utilización de estos elementos se tiene que valorar de forma crítica, puesto que suponen un coste importante y, en muchos municipios, su uso se ha sustituido por camiones cuba con agua no potable.

5. Criterios de cálculo

5.1. CÁLCULO DEL TIEMPO DE RIEGO NECESARIO

Uno de los limitadores en el momento de diseñar un riego es el tiempo disponible de riego o lo que se denomina también ventana de riego. En los espacios verdes públicos, cuando se riega mediante un siste-ma aéreo, a menudo sólo se puede regar por la noche, tanto para evitar molestias a los usuarios, como para evitar daños por vandalismo o, incluso, para no dar una mala imagen a la ciudadanía, en caso en que la instalación no funcione correctamente.

Para comprobar que disponemos de suficiente tiempo para realizar el riego, es necesario que calculemos los tiempos de riego máximos que requiere cada sector y comprobemos que la suma de todos ellos no es mayor que el tiempo de riego disponible. En caso de que lo sea, se tendrán que hacer más grandes los sectores, si es posible, o cambiar los emisores seleccionados por unos de mayor pluviometría.

Para determinar el tiempo de riego para cada sector de riego del jardín utilizaremos la siguiente fórmula:

Tiempo de riego del sector (en horas) = (ETo * Kj )/Ea Pr

Donde: ETo: es la evapotranspiración de referencia en el mes de máxima demanda (mm). Kj: es la constante del jardín. Ea: es la eficiencia de aplicación, que deberá coincidir con la uniformidad esperada expresando el

valor en tanto por 1 (goteros 0.9, aspersores 0.8 y difusores, 0.7). Pr: es la Pluviometría del emisor de riego seleccionado en el sector (mm/h).La Kj se determina a partir de la metodología propuesta por Costello et al.

Kj = Ks * Kd * Kmc

Donde: Ks: es el factor especie y toma los siguientes valores en función de las necesidades hídricas de estas (en la publicación de WUCOLS III aparecen 1300 especies clasificadas):

ELEVADO MODERADO BAJO MUy BAJO

0,7-0,9 0,4-0,6 0,1-0,3 < 0,1

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En el caso de los céspedes, que son los principales consumidores de agua del jardín, tomaremos como valor de referencia 0,95 para los céspedes fríos (Festuca arundinacea, Lolium perenne...) y 0,79, para cés-pedes cálidos (Cynodon dactylon, Paspalum vaginatum...)

Kd: es el factor de densidad que depende de la superficie de hojas y el grado de cobertura del terreno.

ELEVADO MODERADO BAJO

1.1-1.3 1 0.5-0.9

Los valores bajos son para jardines jóvenes o con vegetación muy dispersa, los valores medianos, para jardines densos con una sola especie o bien con varias pero donde una es predominante, y los valores elevados son para jardines densos con diferentes tipos de vegetación y de aspecto abundante.

Kmc: es el factor microclima. Este factor procura reflejar las diferentes condiciones ambientales que se pueden encontrar en un jardín y que es necesario analizar para determinar las necesidades de riego.

ELEVADO MODERADO BAJO

1.1-1.4 1 0.5-0.9

Estos valores han sido adaptados por Fabregas et al. y los valores medios se establecen para aquellas condiciones que reciben poca influencia del lugar y que serían muy similares a las condiciones en que se determina la ETo. Los valores elevados los aplicaríamos en casos de zonas muy expuestas a fuertes vien-tos, fuentes cercanas de calor u otras condiciones que supongan un aumento de la evapotranspiración. Los valores bajos se asocian a los casos contrarios, es decir, a plantaciones en cara norte, patios sombríos o zonas muy protegidas.

Si se trata de calcular la necesidad real de agua de la vegetación en un momento determinado, podemos utilizar la misma fórmula pero considerando la Eto real y restándole la lluvia efectiva.

La lluvia efectiva se define como la proporción de agua retenida en la capa radical en relación con la cantidad de lluvia caída. Su magnitud depende de las características del terreno y de la precipitación. Se puede estimar en función de la precipitación caída durante el mes (P):

Cuando la precipitación es > 75 mm, Pe = 0.8P - 25

Cuando la precipitación es < 75 mm, Pe = 0.6P -10

5.2. CÁLCULO hIDRÁULICO

■ 5.2.1. Dimensionado de las tuberías

El principal criterio para establecer la dimensión de las tuberías de riego se determina a partir de la velo-cidad máxima admisible del agua, que, según la NTJ 01I, no puede ser superior a 1,5 m/s en las tuberías primarias, ni a 2 m/s en las secundarias. Estas velocidades son unos límites de seguridad para evitar daños en la instalación y para evitar excesivas pérdidas de presión debido a la fricción.

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La manera básica para la determinación del diámetro de las tuberías viene fijado por la siguiente fórmula:

Q = S * V

Donde: Q = Caudal en m3/s S = Sección interior de la tubería en m2

V = Velocidad del agua en m/s

Fijando en la fórmula, la velocidad máxima admitida del agua, así como el caudal del sector de mayor demanda que tiene que circular por la tubería, obtenemos el diámetro interior mínimo de la tubería necesaria. Escoger siempre la tubería de un diámetro comercial inmediatamente superior a la obtenida.

Como referencia, las tablas 4 y 5 muestran los caudales máximos que pueden circular por diferentes diá-metros de tubería a una velocidad de 1,5 m/s y 2 m/s (datos obtenidos a partir de los datos de diámetros interiores de la tabla 1).

Tabla 4. Caudales máximos (en m3/h) para tuberías primarias (v=1,5m/s). Fuente: elaboración propia

Diám. exterior

(mm)

Caudal máximo (m3/h) en tuberías primarias

PEBD PEAD PVC

6 atm 10 atm 6 atm 10 atm 6 atm 10 atm

16 0,61 0,57 - 0,61 - -

20 1,09 0,88 - 1,09 - -

25 1,77 1,37 1,87 1,77 2,17 2,05

32 2,91 2,28 3,33 2,91 3,62 3,42

40 4,51 3,57 5,25 4,51 5,62 5,50

50 7,06 5,56 8,21 7,06 9,13 8,66

63 11,20 8,90 13,02 11,20 14,86 13,78

75 15,99 12,55 18,47 15,99 21,14 19,50

90 22,97 18,14 26,60 22,97 30,35 28,10

110 34,35 27,01 39,74 34,35 45,52 41,90

125 44,30 34,97 51,50 44,30 58,65 54,16

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Tabla 5. Caudales (en m3/h) máximos para tuberías secundarias (v=2m/s). Fuente: elaboración propia

Diám. exterior

(mm)

Caudal máximo (m3/h) en tuberías secundarias

PEBD PEAD PVC

6 atm 10 atm 6 atm 10 atm 6 atm 10 atm

16 0,81 0,76 - 0,81 - -

20 1,45 1,17 - 1,45 - -

25 2,35 1,83 2,49 2,35 2,89 2,74

32 3,88 3,04 4,43 3,88 4,82 4,56

40 6,01 4,76 7,01 6,01 7,49 7,33

50 9,41 7,41 10,95 9,41 12,17 11,55

63 14,94 11,86 17,36 14,94 19,82 18,37

75 21,32 16,73 24,63 21,32 28,19 25,99

90 30,63 24,19 35,47 30,63 40,47 37,47

110 45,80 36,01 52,99 45,80 60,69 55,87

125 59,06 46,62 68,67 59,06 78,21 72,21

La presión nominal de las tuberías de PE o PVC seleccionadas debe superar en 1,5 veces la presión de referencia utilizada por el diseño del proyecto de riego. En general se recomiendan las tuberías de PE de 10 atmósferas de presión, sobre todo para las tuberías primarias.

■ 5.2.2. Cálculo de pérdida de carga

Una vez seleccionados los diámetros de las tuberías, se debe comprobar que la presión que se necesita para la instalación, en el sector más desfavorable, es menor que la disponible. Esta será la que se determi-ne al realizar el sumatorio de todos los elementos incluidos en la tabla 6

Tabla 6. Suma de pérdidas de carga (en mca). Fuente: NTJ 01I

+ Presión de funcionamiento requerida por el emisor

+ Pérdidas de carga de las tuberías primarias

+/- Desnivel tuberías primarias

+ Pérdida de carga de las tuberías secundarias, laterales y accesorios

+/- Desnivel tuberías secundarias y laterales

+ Pérdidas de carga específicas (válvulas y accesorios)

+ Pérdida de carga de los filtros

Presión necesaria total

- Presión disponible de referencia

Diferencia

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Cuando la diferencia obtenida en la tabla 6 es menor a 0, se debe cambiar el diseño de la red (cambiando los emisores o incrementando el diámetro de las tuberías, de forma que se necesite menos presión) o valorar si se tiene que incorporar un equipo de bombeo. Cuando la diferencia es superior a 0, se debe valorar la necesidad de instalar un reductor de presión.

El cálculo de las pérdidas de carga de la red de riego se realizará según los puntos que se desarrollan a continuación.

5.2.2.1. Tubería Primaria

El procedimiento universal para el cálculo de las pérdidas de carga en una tubería es mediante la fórmula de Darcy-Weisbach y utilizando el diagrama de Moody para la obtención del parámetro f o coeficiente de fricción.

Para el caso de las redes de riego de espacios verdes, con tuberías de plástico y de hasta 125 mm de diámetro, se considera que estas operaciones se pueden simplificar y se pueden utilizar únicamente fórmulas empíricas que sirven para el régimen turbulento liso, como es el caso de la fórmula de Blasius:

J = 0.00083 * D-4,75 * Q1,75

Donde: J = pérdida de carga unitaria expresada en mca por metro lineal de tubería D = diámetro interior en m Q= caudal en m3/sAl multiplicar el resultado obtenido por la longitud de la tubería primaria, obtendremos su pérdida de carga lineal.

5.2.2.2. Tubería secundaria y lateral

En las tuberías secundarias y laterales, se da el caso de que son conducciones de agua con salidas múltiples a lo largo de ella, uniformemente espaciadas y por las que se descarga el mismo caudal. De forma que, a medida que el agua avanza por estas tuberías y encuentra una salida, se van reduciendo las pérdidas de carga. Para evitar tener que calcular las pérdidas de carga por cada tramo donde el caudal se mantiene constante, se calcula la pérdida de carga para toda la tubería igual que en el punto 5.2.2.1 y se aplica un coeficiente reductor F (Factor de Christiansen).

De este modo, la pérdida de carga en las tuberías secundarias y laterales se obtiene a partir de la fórmula:

h = 1,1 * J * F * L

Donde: h = pérdida de carga en la tubería secundaria o lateral expresada en mca J = pérdida de carga unitaria, expresada en mca por metro lineal de tubería F = Factor de Christiansen que depende del número de salidas y de la distancia de la primera de

estas en su origen de la tubería ((x = s) o (x = s/2), donde s es la separación entre salidas). Ver valores en tabla 7

L = Longitud de la tubería expresada en m

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Tabla 7. Valores de F para tuberías de PE según nº de salidas (n) y distancia de la primera salida (x). Fuente: Fuentes (2003)

n x = s x = s/2 n x = s x = s/2

1 1,000 1,000 11 0,410 0,382

2 0,650 0,532 12 0,406 0,380

3 0,546 0,455 13 0,403 0,379

4 0,497 0,426 14 0,400 0,378

5 0,469 0,410 15 0,397 0,377

6 0,451 0,401 16 0,395 0,376

7 0,438 0,395 17 0,393 0,375

8 0,428 0,390 18 0,392 0,374

9 0,421 0,287 19 0,390 0,374

10 0,415 0,384 20 0,389 0,373

Si la tubería es ascendente o descendente se tendrán que restar o sumar las diferencias de cota entre el inicio y el final de la tubería.

Obtenido el valor de h, y consideradas las diferencias de cota, se debe comprobar que la pérdida de carga resultante en la tubería lateral o secundaria no sea superior al 20 % de la presión de trabajo del emisor (lo que supone una diferencia máxima de caudal del 10 % y, por lo tanto, asegura una uniformidad en el riego). En el supuesto de que no se cumplan los valores, hay que cambiar el diámetro de la tubería selec-cionada por uno inmediatamente superior hasta comprobar la adecuación de los valores.

En el riego localizado, si utilizamos tuberías con goteros autocompensantes integrados, no hay que reali-zar estas comprobaciones a través de la tubería lateral, puesto que el fabricante ya nos indica las distan-cias máximas de tubería que se pueden utilizar y la presión necesaria.

5.2.2.3. Accesorios y elementos del cabezal

Para el cálculo de la pérdida de carga de los accesorios se suele considerar que representan el 10 % de las obtenidas en las pérdidas de carga lineales. Para las tuberías laterales y secundarias estas pérdidas de carga ya se han calculado en la fórmula del punto 5.2.2.2, por lo que sólo hay que calcularlas para la tubería primaria.

En cuanto al cálculo de las pérdidas de carga de los elementos ubicados en el cabezal, utilizaremos los datos que facilite el fabricante y que, generalmente, se expresan a partir del caudal. Si no se disponen de estos datos, se pueden utilizar como referencia los de la tabla 8.

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Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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Tabla 8. Pérdida de carga de elementos del cabezal. Fuente: Fuentes (2003)

Aparato Pérdida de carga (mca)

Hidrociclón 2-6

Filtro de grava 2-4

Filtro de malla 1-3

Tanque de fertilización 1-4

Inyector hidraúlico 4-5

Inyector venturi 5-20

Regulador de presión 4-6

Válvula 1-3

■ 5.2.3. Dimensiones de la bomba

En caso de que sea necesaria la utilización de una bomba, esta se dimensiona a partir del caudal máximo y la altura manométrica que necesita nuestra instalación. El caudal máximo corresponderá al caudal del sector de mayor demanda, mientras que la altura manométrica la obtendremos a partir de la siguiente fórmula:

Hm = Ha + Hi + Ht

Donde Hm = Altura manométrica total Ha = Altura de aspiración Hi = Altura de trabajo del emisor Ht = Pérdidas de carga totales de la instalación

Al seleccionar una bomba, con las curvas facilitadas por el fabricante, se tiene que comprobar que a la altura manométrica necesaria, el caudal que suministra la bomba sea suficiente para alimentar nuestra instalación.

5.3. CálCulo eléCtriCo

Los cálculos eléctricos que requiere una instalación de riego incluyen la sección del cable que une el programador y las electroválvulas, así como las protecciones eléctricas necesarias.

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■ 5.3.1. Cálculo de la sección de cable

Para calcular la sección de cable necesario para las electroválvulas, se tiene que escoger la sección míni-ma normalizada que cumple los criterios de caída de tensión, a partir de la fórmula siguiente:

Donde: S = Sección en mm2 del cable L = Longitud del cable en m I = Intensidad a la puesta en marcha del solenoide en Amperios e = Caída de tensión máxima en V Como criterio general, se considera que la caída de tensión máxima admisible es del 20 % de la tensión de apertura de la electroválvula, a pesar de que pueda haber fabricantes que utilicen como criterio un valor del 5 % o del 10 %, hecho que se tendrá que consultar en cada caso.

Las secciones normalizadas de cable de cobre que más se utilizan en los espacios verdes son las de 0,75 - 1 – 1,5 – 2 – 2,5 mm2. Como referencia, en la tabla 9 se pueden ver las longitudes de cable máximas que se pueden utilizar para una caída de tensión de hasta el 20 %, con un sólo solenoide de 24 V que requiere 0,4 A para su puesta en marcha.

Tabla 9. Distancia máxima de cable según sección (I=0,4A, e=4,8V). Fuente: elaboración propia

Sección del cable en mm2

0,75 1 1,5 2 2,5

Longitud máxima del cable (m) 250 333 500 666 833

■ 5.3.2. Las protecciones

Se calculará la potencia máxima necesaria (1,8 veces la nominal) y escogeremos el magnetotérmico inme-diatamente superior, según catálogo. Hay que comprobar que la intensidad máxima que puede soportar el conductor es superior a ésta.

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Sistemas de riego ❘ CAPÍTULO V ‹

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6. Bibliografía

– Fàbregas, X., J. Llorente i I. Pujol-Xicoy, (2006). Bases per un sistema informàtic de gestió eficient de l’aigua de reg en jardineria i paisatgisme. Conferència presentada a Barcelona el 16 de novembre de 2006.

– FUENTES, J. (2003). Técnicas de Riego. Ediciones Mundi-Prensa

– VV.AA. (2004). Manual de Riego de Jardines. Junta de Andalucia

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– NTJ: Normas Tecnológicas de Jardinería y Paisajismo: www.fjip-ntj.org

- APEVC (Documentación - gestión del agua y riego): www.apevc.cat

- Manual de Riego de Jardines. http://www.juntadeandalucia.es/servicios/publicaciones/detalle/43251.html

- Parques y jardines, Barcelona (documentación técnica): http://www.parcsijardins.cat/

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VIÁreas de juego infantil y mobiliario

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Conxi Barbero Vargas, Ingeniera técnica agrícola

Eliseu Guillamon Villalba, Ingeniero técnico agrícola

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Índice Áreas de juego infantil y mobiliario

1. Normativa de aplicación .......................................................................................................... 128

2. Los elementos de un área de juegos. Características y usos. ................................................. 129

2.1. Juegos infantiles ...............................................................................................................................................................129

2.1.1. Columpios ....................................................................................................................................................................131

2.1.2. Toboganes ...................................................................................................................................................................131

2.1.3. Tirolinas .......................................................................................................................................................................131

2.1.4. Tiovivos .......................................................................................................................................................................132

2.1.5. Balancines ..................................................................................................................................................................132

2.1.6. Redes tridimensionales .........................................................................................................................................132

2.1.7. Juegos de arena, agua, estáticos... ....................................................................................................................132

2.2. Superficies amortiguadoras ..........................................................................................................................................133

2.2.1. Arena y garbancillo .................................................................................................................................................133

2.2.2. Caucho .......................................................................................................................................................................134

2.2.3. Otros materiales .....................................................................................................................................................135

2.3. Cerramientos ......................................................................................................................................................................136

2.4. Delimitación del área de juegos ..................................................................................................................................137

2.5. Señalización .......................................................................................................................................................................137

2.6. Otros elementos ................................................................................................................................................................138

2.6.1. Aparatos de gimnasia para gente mayor ........................................................................................................138

2.6.2. Skate parks ...............................................................................................................................................................139

2.6.3. Canastas de baloncesto ...................................................................................................................................... 140

2.6.4. Porterías................................................................................................................................................................... 140

2.6.5. Mesas de ping-pong ............................................................................................................................................. 140

3. Criterios de diseño .................................................................................................................. 141

3.1. Áreas de juego .................................................................................................................................................................... 141

3.2. Valor lúdico y capacidad ................................................................................................................................................142

3.3. Materiales ............................................................................................................................................................................142

3.4. El caso de la madera recuperada ................................................................................................................................143

4. Certificaciones ....................................................................................................................... 144

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5. Documentación para la recepción de un área de juego ........................................................... 144

6. Mobiliario urbano ................................................................................................................... 145

6.1. Bancos y sillas ................................................................................................................................................................... 145

6.2. Papeleras ............................................................................................................................................................................ 145

6.3. Fuentes para beber ......................................................................................................................................................... 145

6.4. Aparca-bicicletas ............................................................................................................................................................. 146

6.5. Señalización divulgativa ................................................................................................................................................147

6.6. Barandillas ..........................................................................................................................................................................147

7. Bibliografía ............................................................................................................................. 149

Áreas de juego infantil y mobiliario ❘ CAPÍTULO VI ‹

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1. Normativa de aplicación

En el momento de diseñar un área de juegos dentro de un espacio público, es muy importante respetar la normativa existente y que nos afecta. En caso contrario, no podríamos garantizar que el espacio cumple unas condiciones adecuadas de seguridad y de salubridad o que el área permite el juego de los menores, evitando riesgos que perjudiquen su salud e integridad física.

Actualmente, la normativa de aplicación es la siguiente:

❱ UNE-EN 1176: 2009. Equipamiento de las áreas de juego y superficies. CTN: AEN/CTN 172/SC 3 – PARQUES INFANTILES. (BOE, núm. 84, 7 de abril de 2009).

❱ UNE-EN 1177: 2009. Revestimientos de las superficies de las áreas de juego absorbentes de impactos. Determinación de la altura de caída crítica. CTN: AEN/CTN 172/SC 3 – PARQUES INFANTILES. (BOE, núm. 84, 7 de abril de 2009).

❱ UNE 147101: 2000 IN. Equipamiento de las áreas de juego. Guía de aplicación de la norma UNE-EN 1176-1. CTN: AEN/CTN 172/SC 3 - PARQUES INFANTILES (BOE, núm. 69, 21 de marzo de 2000).

❱ UNE 147102: 2000 IN. Equipamiento de las áreas de juego. Guía para la aplicación de la norma UNE-EN 1176-7 a la inspección y el mantenimiento. CTN: AEN/CTN 172/SC 3 - PARQUES INFANTILES (BOE, núm. 238, 4 de octubre de 2002).

❱ UNE 147103: 2001. Planificación y gestión de las áreas y parques de juego al aire libre. CTN: AEN/CTN 172 – PARQUES INFANTILES. (BOE, núm. 136, 7 de junio de 2001).

❱ UNE 172001: 2004 IN. Señalización de las áreas de juego. CTN: AEN/CTN 172 – PARQUES INFANTILES. (BOE, núm. 294, 7 de diciembre de 2004).

❱ NTJ 13R: 1998. Higiene de los areneros en áreas de juegos infantiles.

❱ NTJ 09S: 1998. Areneros en áreas de juego infantiles

También es necesario tener en cuenta:

❱ Decreto 135/1995, del 24 de marzo, que completa la Ley 20/1991, del 25 de noviembre, para la promoción de la accesibilidad y la supresión de barreras arquitectónicas y aprobación del Código de accesibilidad.

❱ Orden VIV/561/2010, del 1 de febrero, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones bási-cas de accesibilidad y no discriminación para acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados.

Las normas EN 1176 y EN 1177 han sido redactadas por el Comité Europeo de Normalización. Las normas UNE-EN son la versión oficial en español de las normas europeas, que fueron adoptadas después de su aprobación por parte de la Asociación Española de Normalización y Acreditación (AENOR).

La normativa europea en relación con las áreas de juegos infantiles, por lo tanto, está incorporada al cuer-po normativo español, sin ser de obligado cumplimiento, salvo que se especifique en una norma jurídica, como lo han hecho algunos organismos, como por ejemplo:

❱ Decreto 127/2001, de la Junta de Andalucía, de 5 de junio, sobre medidas de seguridad en los parques infantiles.

❱ El Ayuntamiento de Madrid aprobó estas normas sobre instalaciones y elementos de juegos en parques infantiles mediante un acuerdo del plenario municipal, el 22 de noviembre de 2001.

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Áreas de juego infantil y mobiliario ❘ CAPÍTULO VI ‹

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❱ Decreto 245/2003, de la Xunta de Galicia, de 24 de abril, por el que se establecen las normas de seguri-dad en los parques infantiles.

❱ Ayuntamiento de Huesca, mediante la Ordenanza municipal de áreas verdes y arbolado urbano. Aprobado por el Ayuntamiento en el pleno de 07/05/2003. BOP HU, nº 175, de 31 de julio de 2003 (artículo 28: “Criterios generales de instalación, mantenimiento, gestión y uso de las áreas infantiles”).

Otros organismos tienen un pliego específico para el diseño, la construcción, el mantenimiento y la ges-tión de áreas de juegos infantiles, como en Barcelona, Mérida, Masnou...

2. Los elementos de un área de juegos. Características y usos

2.1. JUEGOS INFANTILES

El juego es una actividad fundamental en el desarrollo del niño, puesto que favorece el aprendizaje y la relación entre niños. Los juegos infantiles son aparatos que tienen que facilitar este juego; por eso, a veces están dirigidos a niños de diferentes edades. La edad recomendada para cada elemento la determi-nan los fabricantes y hay que decir que la actual norma UNE-EN 1176: 2009 define los elementos de juego por habilidades, y no por edad recomendada de uso.

Por otro lado, la norma prevé que los elementos de juego deben ofrecer a los usuarios un nivel de riesgo aceptables para su aprendizaje y diversión, pero, a la vez, los debe proteger de los daños que ellos mis-mos no puedan prever cuando se utilice el equipo de forma correcta o razonable. Por eso, la protección contra el enganche y las caídas involuntarias son requisitos destacados por la norma.

Para proyectar un área de juegos es necesario tener previamente la información adecuada para poder elegir y distribuir los juegos según las características y necesidades del área. Esta documentación la tiene que entregar el fabricante o distribuidor, en el idioma del país donde se tiene que instalar el equipamien-to, y como mínimo será la siguiente:

❱ Ficha técnica del elemento.

❱ Ficha de los materiales.

❱ Espacio mínimo necesario.

❱ Altura de caída libre.

❱ Requisitos de la superficie.

❱ Grupo de edad a quien se destina.

❱ Función lúdica y de aprendizaje.

❱ Número de usuarios que pueden usar el juego a la vez.

❱ Disponibilidad de suministro de piezas.

❱ Garantía de los materiales y certificado de calidad.

❱ Certificación de cumplimiento de la normativa UNE-EN 1176 de cada elemento de juego.

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❱ Manual de instalación.

❱ Manual de funcionamiento.

❱ Manual de inspección.

❱ Manual de mantenimiento del equipo.

Todos los juegos deben tener el correspondiente certificado de homologación, que acredita que han sido fabricados conforme a las exigencias de la norma. Estos certificados tienen que ser emitidos por una enti-dad reconocida por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) o entidad equivalente.

Tienen que estar construidos con materiales de buena calidad, con una gran resistencia a la corrosión atmosférica, al ataque químico y a los esfuerzos mecánicos. Tienen que tener una superficie sin incrusta-ciones, grietas ni descantillados. Se tienen que admitir relieves ligeros, depresiones y estrías, propias del proceso de fabricación, siempre que no tengan una profundidad superior a 0,2 mm.

Los elementos que contengan madera no deben presentar defectos, como, por ejemplo, astillas y nudos. A la vez, se recomienda que estos elementos dispongan de un certificado de gestión forestal acredita-do, como por ejemplo FSC (Forest Stewardship Council), DGQA (Distintivo de Garantía de Calidad de la Generalitat de Cataluña), PEFC (Sistema Paneuropeo de Certificación Forestal) o equivalente.

Por otro lado, en el momento de ejecución de la obra, se debe tener en cuenta que:

❱ Los juegos suministrados tienen que ser nuevos e incluir todas las instrucciones necesarias por su correcta instalación, en el idioma del país donde se va a instalar, así como sus correspondientes certifi-cados.

❱ Los juegos tienen que ir identificados con una placa o distintivo donde conste el nombre y la dirección del fabricante, la referencia del elemento, el año, el número de fabricación y la fecha de la norma vigen-te. Es aconsejable que, en esta placa o distintivo, se añada la edad de uso recomendada por el fabrican-te y el número de usuarios que pueden usar el equipo al mismo tiempo.

❱ El montaje de los juegos se tendría que llevar a cabo, preferentemente, por parte del fabricante o por montadores especializados.

❱ Los juegos tienen que estar totalmente preparados para ser colocados horizontalmente, independien-temente de la pendiente del pavimento de la zona de juego, tienen que tener la marca de la línea del suelo (cota 0).

❱ Hay que respetar las distancias de seguridad entre los diferentes elementos que forman parte de un área de juegos. No se pueden solapar las áreas de seguridad entre dos elementos con movimiento for-zado o entre uno con movimiento forzado y otro estático.

❱ La distancia mínima entre dos elementos estáticos debe ser de 1,5 m.

❱ Las cimentaciones de los juegos no tienen que presentar riesgos de tropiezos o impactos. Según la norma UNE-EN 1176-1, cuando se instalan sobre pavimentos disgregados, si el cimiento es redondeado, la distancia hasta la superficie tiene que ser como mínimo de 20 cm; en caso contrario, la distancia tendría que ser de un mínimo de 40 cm.

Existen diferentes tipologías de juegos: estáticos, dinámicos y la combinación de estos dos en forma de estructura. Las partes de la norma UNE-EN 1176 de la 2.ª a la 6.ª y la 11.ª recogen los requisitos de seguridad y métodos de ensayos adicionales específicos de los diferentes tipos de equipos: columpios, toboganes, tirolinas, tiovivos, balancines y redes tridimensionales.

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■ 2.1.1. Columpios

La norma UNE-EN 1176-2 define diferentes tipos de columpios, con uno o varios ejes de rotación, con un punto de suspensión o de contacto múltiple. Además, se fabrican con diferentes tipos de asien-tos: planos, planos con barra limitadora, cuna, neumático, cesta y adaptado. También se tiene que prever lo siguiente:

❱ Los columpios necesitan, para su área de seguridad y porque son un elemento con mucho movimiento, un gran espacio dentro del área de juegos. Por eso, se debe tener en cuenta la superficie de la cual se dispone.

❱ Los columpios se tienen que ubicar, preferentemente, apartados de las puertas y situados en una esqui-na del área, para evitar posibles impactos con los usuarios cuando el columpio esté en movimiento.

❱ La actual norma permite colocar en el mismo columpio una cuna y un asiento plano.

❱ La norma indica la distancia libre que debe existir entre la parte inferior del asiento y el suelo. Esta distancia varía dependiendo del tipo de asiento, 35 cm, como mínimo, en los planos en reposo y en los de un punto de suspensión, un mínimo de 40 cm en reposo.

❱ Es recomendable que la distancia entre la valla o cualquier otro tipo de elemento del área de juegos y el lateral del asiento del columpio sea de 1,5 m como mínimo

■ 2.1.2. Toboganes

Existen diferentes tipos de toboganes, según la norma UNE-EN 1176-3: ondulados, integrados en el relieve, combinado helicoidal, curvos, autoportantes, túnel, túnel combinado y multipistas. En todos ellos se tiene que considerar lo siguiente:

❱ Se tienen que colocar con la rampa de descenso orientada entre el nordeste y el noroeste para evitar un calentamiento excesivo provocado por los rayos del sol.

❱ Se considera que en la sección de salida del tobogán, el usuario no puede parar cuando quiere; por eso, el pavimento de seguridad que se tiene que instalar en la salida debe corresponder a la altura de caída de 1 metro.

❱ La norma indica la altura del final de la sección del tobogán, según la longitud de la rampa de descenso.

■ 2.1.3. Tirolinas

Las tirolinas son elementos que necesitan mucho espacio para su área de seguridad y su movimiento. En consecuencia, se debe tener en cuenta la superficie de la cual se dispone, además de lo siguiente:

❱ Se tienen que ubicar dentro del área de juegos, apartadas de las puertas y situados en una esquina, para evitar posibles impactos con los usuarios, cuando el elemento está en movimiento.

❱ La distancia mínima que tiene que haber entre los cables de dos tirolinas en paralelo es de dos metros.

❱ La velocidad máxima del carro de desplazamiento no puede ser superior a 7 m/s.

❱ La distancia que debe existir entre la parte inferior del asiento y el suelo varía si se trata de un asiento o bien de un asidero rígido o no rígido.

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❱ Es necesario que el fabricante facilite la información específica para cada tirolina, tanto para el diseño como para la instalación y el mantenimiento de estos elementos.

❱ En el momento de diseñar e instalar una tirolina, es necesario disponer de la información topográfica del espacio donde se quiere situarla.

■ 2.1.4. Tiovivos

Existen diferentes tipos de tiovivos: de sillas rotatorias, clásicos, setas giratorias o barras de desplaza-miento colgantes, de recorrido prefijado, discos rotatorios gigantes. Para diseñar un espacio con este tipo de elementos hay que tener en cuenta:

❱ Que el espacio de caída y el espacio libre en los carruseles es el mismo.

❱ Que el espacio libre por los laterales y por encima del carrusel sea de 2 m como mínimo.

❱ Que la velocidad máxima de rotación no puede ser superior a 5 m/s

■ 2.1.5. Balancines

Los balancines casi siempre están presentes en las áreas de juegos. Existen diferentes tipos, como por ejemplo los llamados muelles de un usuario y balancines para dos o más usuarios. Estos elementos pueden tener diferentes tipos de movimientos, como, por ejemplo, unidireccionales, multidireccionales o rotativos.

La actual norma UNE-EN 1176-1 prevé que los elementos con una altura de caída inferior a 60 cm y con movimiento forzado tengan un pavimento amortiguador en todo el área de seguridad.

■ 2.1.6. Redes tridimensionales

Las redes tridimensionales pueden ser pirámides, hamacas, redes planas retorcidas una sobre la otra...

La norma UNE-EN 1176 recoge los requisitos de seguridad adicionales específicos para estos tipos de elementos como, por ejemplo, la protección de las caídas en las redes tridimensionales, la medida de la malla, la protección ante lesiones en el espacio de caída, elementos convergentes, el marcaje del elemen-to y de los ensayos específicos que se tienen que llevar a cabo...

■ 2.1.7. Juegos de arena, agua, estáticos...

La norma UNE 147103:2001 define unos requisitos en relación con los juegos de arena y barro, los juegos con agua y juegos de pelota, entre otros tipos.

En cuanto a los juegos de arena y barro, la norma indica que tienen que estar ubicados en espacios par-cialmente sombríos y protegidos del viento. Entre otros aspectos, especifica también que hay que prever la evacuación del agua en estos espacios.

Si se utilizan equipamientos de juegos de agua, estos tienen que estar conectados a la red de agua pota-ble y a la red de alcantarillado.

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Si hay que hacer láminas de agua, no pueden tener una profundidad superior a 40 cm y se tiene que poder entrar y salir con facilidad.

Otro tipo de equipamientos de juegos serían, por ejemplo, los juegos de mesa, de música, juegos de habi-lidad verticales u horizontales, areneros, casetas, etcétera, conocidos como juegos estáticos.

Algunos de estos elementos tienen mecanismos que hace que no sea aconsejable su instalación sobre pavimentos sin cohesión, dado que se pueden estropear en contacto con partículas del pavimento.

2.2. SUPERFICIES AMORTIGUADORAS

Son los pavimentos que se tienen que instalar bajo los elementos de juego con una altura de caída superior a 60 cm y en todos los elementos con movimiento forzado. Tienen las siguientes características principales:

❱ Tienen que cubrir la totalidad del área de impacto.

❱ No tienen que presentar aristas ni materiales peligrosos.

❱ Su grueso dependerá de la altura de caída específica de cada equipamiento de juego y del material amortiguador que se utilice.

❱ El pavimento de las áreas de juego se puede realizar pensado como otro futuro elemento de juego.

Los pavimentos amortiguadores pueden ser de diferentes tipos y los principales se describen a continua-ción.

■ 2.2.1. Arena y garbancillo

La arena que se usa como pavimento amortiguador tiene que ser lavada y sin partículas de barro o arci-llosas. Con una medida de partículas entre los 0,2 y 2 mm y con una mezcla de granos homogénea.

El garbancillo tiene que ser redondo y lavado, de entre 2 y 8 mm y con una mezcla de partículas homo-génea.

Según la norma UNE-EN 1176-1, el grueso mínimo de pavimento (de arena o de garbancillo) para un elemen-to con una altura de caída libre menor o igual a dos metros tiene que ser de 20 cm. Para un elemento con una altura menor o igual a tres metros tiene que ser de 30 cm. Hay que tener en cuenta que es necesario añadir 10 cm más de grosor, como mínimo, para compensar el desplazamiento de las partículas.

La superficie del pavimento con arena tiene que ser horizontal y con una pendiente máxima de 1%, con el material disgregado, homogéneo y sin hoyos. El límite que rodee la arena tiene que evitar que el material se esparza fuera y se tiene que prever un drenaje correcto.

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■ 2.2.2. Caucho

El pavimento de caucho puede ser en losetas o continúo. La norma UNE-EN 1176-1 no establece el grosor mínimo para las diferentes alturas de caída crítica de este material. Estos datos los debe proveer el fabricante, mediante el ensayo de altura de caída crítica (HIC), conforme a la norma UNE-EN 1177. Es un pavimento que se puede colocar sobre una base de hormigón, de asfalto o sobre una base granular com-pactada (según las indicaciones del fabricante).

Las losetas están compuestas por caucho reciclado, triturado, pigmentos y un cohesionante. Se engan-chan entre sí, por las juntas y por la base. Existen losetas de diferentes grosores, según la altura de caída crítica (HIC), así como de diferentes colores. Son porosas y disponen de un sistema de drenaje en la parte inferior para la evacuación del agua. Pueden tener diferentes formas: cuadradas, rectangulares o en forma biselada, utilizándose esta última como pieza perimetral.

El pavimento de caucho continuo tiene que ser poroso y sin juntas, se debe instalar in situ con diversos grosores, en función de la altura de caída de cada elemento de juego y está formado por

❱ Capa de imprimación.

❱ Base de goma de caucho negro reciclado (SBR), mezclado con un cohesionante. Puede tener diferentes medidas, en función del fabricante. El grosor de esta capa varía según la altura de caída.

❱ EPDM (gránulos coloreados de goma de diferentes medidas, en función del fabricante) de 10 o 20 mm de grosor. Esta capa también se mezcla con un cohesionante. El aspecto final es granular y con porosidad, el EPDM puede tener diferentes colores, según el pigmento, y permite realizar muchos tipos de dibujo.

Para la realización de un pavimento de caucho continuo se debe tener en cuenta lo siguiente:

❱ La instalación se debe hacer con personal con experiencia, dado que, en caso contrario, es probable que puedan aparecer fisuras, grietas, pérdida de la intensidad del color, diferentes tonalidades para un mismo color... Hay que asegurarse de que el material es de calidad.

Figura 1. Esquema para la realización de superficies amortiguadoras de arena o garbancillo

TIERRA COMPACTADAAL 95 % DE PM

0.40

TUBO DE DRENAJE DE DIÁMETRO160 mm

BASE DE HORMIGÓN HM-20DE 10 cm DE GRUESO

ARENA LAVADA

LÁMINA DE GEOTEXTIL GRAVAS

PENDIENTE MÁX. 1%

0.40

0.40

0.10

O GARBANCILLO PARA PAVIMENTO DE SEGURIDADDEL ÁREA DE JUEGOS INFANTILES

MÁXIMO Y EN FUNCIÓN DELA NORMATIVA VIGENTEPARA CAIDAS

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❱ Hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas, puesto que sólo puede instalarse en un deter-minado rango de temperaturas y sin lluvia.

❱ Se tiene que garantizar la evacuación del agua para evitar que se pudra. Si el caucho está nivelado con la superficie que lo rodea, se tiene que construir un drenaje por debajo del caucho y conectarlo a la red de alcantarillado. Si el caucho está por encima del pavimento que lo rodea, como este material es per-meable, se tendrá que garantizar la evacuación del agua por debajo del caucho hacia las alcantarillas que se proyecten o las ya existentes.

❱ El fabricante del material debe entregar los certificados correspondientes de los ensayos efectuados para la obtención del HIC, en función del grueso del material y según las especificaciones de la norma UNE-EN 1177.

❱ El rendimiento del material puede variar según las condiciones ambientales, como las heladas

■ 2.2.3. Otros materiales

La norma UNE-EN 1176-1 incluye el césped, la corteza y las virutas de madera, como otros materiales amor-tiguadores. A la vez define las alturas de caída críticas asociadas a estos materiales.

No obstante, por las dificultades de su mantenimiento posterior, no suelen ser materiales recomendables.

Figura 2. Área de juegos con pavimento amortiguador de caucho

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2.3. CERRAMIENTOS

La norma UNE 147103 hace referencia a la delimitación de las áreas de juegos infantiles. Cuando las áreas de juegos están cerca de calles, pendientes, zonas de aparcamiento, entre otros peligros, se deben cerrar. Este cierre puede ser mediante vegetación, vallas de madera o metálicas o cualquier otro elemento que cumpla con el apartado de riesgos de enganche, puntos de salida y esquinas, así como con los requisitos de estabilidad estructural mencionados por la norma.

Es necesario que estos cierres no puedan cruzarse con facilidad y, en caso de que sean de vegetación, las plantas no pueden ser peligrosas ni tóxicas.

Otros aspectos que hay que tener en cuenta en relación con los cierres son los siguientes:

❱ Tienen que ser estables y no escalables. Con una altura mínima de 80 cm y, como mínimo, con una sali-da. La puerta debe tener una anchura mínima libre de paso de 90 cm y no tiene que invadir ningún área de seguridad de los elementos de juego.

❱ Prever el cierre en las áreas para niños menores de seis años y en las que tengan cualquier punto de su perímetro a menos de 15 metros de la calzada (en el Decreto 127/2001, de la Junta de Andalucía, y en el Decreto 245/2003, de la Xunta de Galicia, establece a menos de 30 metros de la calzada).

❱ Los materiales empleados tienen que ser de primera calidad. Si la valla es de madera, tiene que estar libre de defectos y se debe acreditar el certificado de gestión forestal.

❱ Todos los cantos de la valla tienen que ser redondeados. Si es necesario, el zócalo irá a ras de tierra. El conjunto de la valla tiene que cumplir con los requisitos en relación con el atrapamiento, salientes y cantos de la norma

Los principales tipos de cierres empleados son:

❱ Valla de madera de pino tratada, cuperizada-autoclave, o metálica de 2 m de longitud, en montantes de una altura mínima de 0,8 m y lamas verticales separadas entre ellas 9 cm. Las lamas están sujetas por dos listones horizontales. La distancia del listón superior de la valla a la parte superior de las lamas tiene que ser inferior a 4 cm.

❱ Valla formada por troncos independientes cilíndricos o cuadrados de madera de pino tratada, cuperiza-da-autoclave, o metálica, con una altura mínima de 80 cm con todos los cantos superiores redondeados, distanciados 8 cm y empotrados 55 cm, aproximadamente, en cimentación con taco químico o de hormi-gón. El diámetro mínimo de cada elemento tiene que ser de 8 cm.

Las puertas de los cierres deben tener, como mínimo, 90 cm de anchura libre para el paso. Tienen que estar integradas por lamas, largueros o elementos iguales que los del resto de la valla, sujetadas por bisa-gras antiatrapamiento de acero galvanizado y con un pestillo para cerrar el área. El pestillo de la puerta debe cumplir con los requisitos de salientes y cantos que menciona la normativa.

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2.4. DELIMITACIÓN DEL ÁREA DE JUEGOS

Además de los cierres citados anteriormente, es posible delimitar las áreas de juegos mediante otros tipos de materiales que se pueden instalar solos o conjuntamente con las vallas. Estos límites no pueden invadir ningún área de seguridad de los elementos de juego.

Los materiales que hay que usar tienen que ser de primera calidad, con los cantos redondeados, y el conjunto tiene que cumplir con los requisitos relacionados con el atrapamiento, salientes y cantos que determina la normativa. Los materiales más utilizados son:

❱ Madera: estacas torneadas y traviesas ecológicas de madera.

❱ Hormigón: piezas prefabricadas con las aristas redondeadas.

❱ Chapa metálica: este tipo de elemento debe estar totalmente a ras del pavimento y, cuando se instala conjuntamente con una valla, tiene que quedar por la parte de fuera del área de juegos

2.5. SEñALIzACIÓN

La norma UNE-EN 1176-7 recomienda que se señalicen las áreas de juegos infantiles y enumera la informa-ción que tendrían que presentar los carteles.

La norma UNE 172001:2004 IN amplía esta información y define unos requisitos mínimos sobre la señaliza-ción en las áreas de juegos.

Las señalizaciones se tienen que ubicar cerca de los accesos a las áreas delimitadas. Si esta tiene más de una puerta y no fuera posible señalizar todas las puertas, el cartel se debe instalar en el punto de acceso al espacio de mayor visibilidad.

Figura 3. Detalle de un cerramiento

900

40100

760

400

760

40

80

40PAVIMENTO FORMADO POR PIEZAS

TUTOR DE MADERA CEPILLADA DE PINO CUPERIZADA DE 80 mm DE DIÁMETRO

PLETINA DE ACERO GALVANIZADO DE 150 mm DE ALTURA Y 8 mm DE GRUESO SOBRESALIENTE 40 mm RESPECTO AL PAVIMENTO

ARENERO

BISAGRAPIEZA DE CERRAMIENTO

MADERA DE 8X2 cm DE GROSOR

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La información de los carteles en las áreas de juegos debe tener inscripciones y/o pictogramas que ofrez-can, como mínimo, la siguiente información:

❱ Edad recomendada del área de juegos.

❱ Número de teléfono del servicio de mantenimiento.

❱ Número de teléfono del servicio de emergencias.

❱ Prohibición de entrada para los animales de compañía, excepto perros guía.

❱ Indicación de que el correcto uso de los elementos de juego queda bajo la responsabilidad de los padres y acompañantes adultos.

❱ Indicación de que los menores de tres años deben estar acompañados y supervisados por un adulto.

❱ Indicación de que está prohibido fumar dentro de las áreas de juegos.

❱ Indicación de que se debe mantener el espacio limpio.

Esta información debe ser clara y comprensible y el formato del cartel tiene que cumplir con los requisitos relacionados con el atrapamiento, salientes y cantos contenidos en los apartados 4.2.5 y 4.2.7. de la Norma UNE-EN 1176- 1, así como con los requisitos de estabilidad estructural contenidos en el apartado 4.2.2.

Otros tipos de señalización que recomienda la norma UNE 172001:2004 IN son la información adicional sobre el correcto uso del juego o que todos los equipos estén marcados con la edad de uso recomendada por el fabricante.

En el momento de instalar un cartel, se debe tener en cuenta el código de accesibilidad y la indicación sobre la altura libre de obstáculos es de 210 cm o bien disponer de un elemento de protección identifi-cable en aquellos lugares donde la altura libre sea inferior. Por la orden ministerial VIV/561, esta altura ha quedado incrementada en 10 cm.

2.6. OTROS ELEMENTOS

■ 2.6.1. Aparatos de gimnasia para gente mayor

Los aparatos de gimnasia para la gente mayor son de introducción reciente en los espacios públicos, pero su número se ha incrementado rápidamente. Estas áreas de gimnasia fomentan la práctica regular de ejercicio al aire libre y están diseñadas para qué sean fáciles de utilizar.

No existe una norma específica para estos aparatos y, en consecuencia, muchos fabricantes han construi-do y han certificado estos elementos en cumplimiento con la norma UNE-EN 1176.

En el momento de diseñar un espacio con estos elementos, se aconseja señalizarlos con carteles informa-tivos que contengan inscripciones y/o pictogramas que ofrezcan, como mínimo, la siguiente información:

❱ Indicación expresa de que se deben respetar las instrucciones mencionadas en cada aparato (la mayo-ría de los fabricantes señalizan cada aparato con las instrucciones de uso necesarias).

❱ Indicación de que el uso correcto de los elementos queda bajo la responsabilidad de los usuarios.

❱ Indicación expresa de que se debe consultar al médico antes de hacer los ejercicios.

❱ Prohibición del uso de los aparatos a los menores de 12 años o fuera de la edad recomendada por el fabricante.

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❱ Prohibición de entrada de animales de compañía.

❱ Número de teléfono de los servicios de mantenimiento.

❱ Número de teléfono del servicio de emergencias.

Por otro lado, en relación con las normativas de accesibilidad, es necesario que este cartel esté situado por encima de los 2,20 m.

■ 2.6.2. Skate parks

Son las instalaciones para la práctica del patinaje, que requieren un pavimento deslizante duro, como, por ejemplo, el hormigón, y que se pueden encontrar dentro de un espacio verde, en instalaciones deportivas o en recintos específicos.

Sus especificaciones en cuanto al tamaño del suelo necesario y a la orografía requerida hacen que no sean elementos de fácil integración en un espacio verde de medidas medianas o pequeñas.

Están regulados por la norma UNE-EN 14974:2006+A1:2011, Instalaciones para usuarios de equipos de deportes sobre ruedas. Requisitos de seguridad y métodos de ensayo. Se consideran instalaciones deportivas.

Existen muchos tipos de materiales, madera prensada, chapa metálica, hormigón prefabricado, hormigón de polímeros, fabricadas in situ con un hormigón especial, etcétera. Cada material y cada acabado tienen un grado de aceptación diferente entre las diferentes especialidades de patinadores.

Figura 4. Área de gimnasia para gente mayor

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Para su correcta ubicación, se recomienda que no se encuentren en lugares de paso de grandes espacios y que no se sitúen en espacios de medida limitada, puesto que estas instalaciones no son muy compatibles con el resto de usos de los espacios verdes.

■ 2.6.3. Canastas de baloncesto

Como el resto de los elementos deportivos están regulados por la normativa de equipamientos depor-tivos. En concreto, por la norma UNE-EN 1270/2006, Equipos de campos de juego. Equipos de baloncesto. Requisitos funcionales y de seguridad. Métodos de ensayo.

Estos elementos se encuentran, frecuentemente, en los espacios verdes de manera aislada, sin formar una pista deportiva, pero se recomienda que se reserve su instalación para las pistas de juego deportivo, sean o no reglamentarias.

No son elementos muy compatibles con los demás juegos mencionados, por lo cual es necesario no ubi-carlos conjuntamente.

■ 2.6.4. Porterías

Las que se suelen instalar en los espacios públicos están reguladas como elementos deportivos por la norma UNE-EN 749:2004/AC:2006, Equipos de campos de juego. Porterías de balonmano. Requisitos de seguridad y funcionales, métodos de ensayo.

Estos elementos se pueden instalar en los espacios verdes, pero se recomienda que se reserven única-mente para las pistas de juego deportivo, sean o no reglamentarias.

Igual que las canastas de baloncesto, no son elementos muy compatibles con los demás juegos menciona-dos, por lo cual no se deben ubicar conjuntamente.

■ 2.6.5. Mesas de ping-pong

Las mesas de ping-pong son un caso similar al resto de los elementos deportivos, pero sus pequeñas dimensiones y sus limitadas necesidades de espacio hacen que sean muy utilizadas en los espacios ver-des, sin distinción de las zonas de uso.

Se rigen por la norma UNE-EN 14468-1: 2005: Tenis de mesa. Parte 1: Mesas para tenis de mesa, requisitos funcionales y de seguridad, métodos de ensayo.

Es necesario añadir que la norma UNE 147103:2001, hace referencia a los juegos de pelota, en general, y define unos requisitos mínimos como, por ejemplo, que las superficies para este tipo de elementos deben tener unas dimensiones adecuadas según su función o que tienen que estar separados de las superficies transitadas con redes de unos cuatro metros de altura.

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3. Criterios de diseño

3.1. ÁREAS DE JUEGO

Las áreas de juego se tienen que situar en lugares seguros, tanto para los usuarios del área como para los del espacio público.

Hay espacios que pueden convertirse en seguros mediante un cierre adecuado, ya sea artificial o natural. En cambio, hay otros espacios que no pueden transformarse en áreas de juegos, por mucho que ponga-mos bordillos, límites o vallas; son espacios con un elevado desnivel, de paso frecuente de la gente, con intenso tráfico de vehículos...

También existen espacios que no pueden contener elementos de juego por sus escasas dimensiones o características estéticas: en los cascos antiguos, los jardines pequeños, los espacios catalogados de inte-rés cultural, etcétera.

Cuando diseñamos un área de juegos hay que pensar en que el espacio tenga sombra en verano y soleado en invierno y que la vegetación que se utilice dentro del área y la que se encuentre alrededor no sea tóxica ni peligrosa

Figura 5. Área de juegos con vegetación y cierre por el tráfico cercano de vehículos

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3.2. VALOR LúDICO y CAPACIDAD

Además de todos los aspectos normativos, el sentido común, etcétera, también hay que tener en cuenta el valor lúdico y la propia capacidad de cada uno de los elementos de juegos, así como del conjunto del área. En consecuencia, se debe tener en cuenta lo siguiente:

❱ La agrupación de elementos para grupos de edades muy diferentes en espacios pequeños puede impli-car problemas de convivencia.

❱ Es importante elaborar un estudio previo de los usuarios teóricos del área de juego, así como de la existencia o no de otras áreas alrededor, su especificidad y las edades para las que se recomiendan.

❱ Hay que prever el número de usuarios potenciales para definir la capacidad máxima de los elementos de juego y del conjunto del área, puesto que esto nos puede hacer decidir entre un elemento u otro (por ejemplo, un columpio normal tiene capacidad para dos usuarios simultáneos, mientras que un tobogán tiene una fila dinámica de usuarios en movimiento constante).

❱ Si el espacio que se tiene que proyectar es suficientemente grande, se pueden elegir juegos para diferentes edades y no necesariamente separados por un límite físico, sino agrupándolos de manera adecuada según la edad. Así, los padres con hijos de varías edades pueden vigilarlos en una misma área de juegos.

❱ Si el espacio lo permite y es suficientemente grande, se tendrían que hacer zonas de estancia para los padres y acompañantes de los niños.

3.3. MATERIALES

Actualmente, existen elementos de juego de muchos tipos de materiales:

❱ Madera natural.

❱ Madera torneada.

❱ Madera laminada.

❱ Madera aplacada.

❱ Acero inoxidable.

❱ Hierro pintado.

❱ Plástico macizo.

❱ Placa de plástico.

❱ Combinaciones de los materiales anteriores.

En la elección del material para los elementos de los juegos y para el área, tendremos que analizar las necesidades estéticas del entorno, de forma que, dentro de lo posible, el área de juegos se integre con aquello que la rodea. Obviamente, esta elección quedará condicionada por la disponibilidad del mercado y por las limitaciones del presupuesto, pero, además, tendríamos que considerar otros aspectos cómo:

❱ El metal en un ambiente marino se degrada con más facilidad.

❱ La madera natural en ambientes secos se agrieta más fácilmente.

❱ El plástico en placas y las placas de madera en lugares de elevado vandalismo están más expuestas a romperse.

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3.4. EL CASO DE LA MADERA RECUPERADA

La reutilización de antiguas traviesas de ferrocarril y de antiguos postes de teléfono permitió resolver muchas obras públicas y privadas a un coste bastante ajustado, utilizándose en áreas de juego o en espa-cios públicos como elemento estructural, jardinera, pavimentos...

Estos materiales de madera recuperados fueron tratados con un potente biocida, la creosota, un com-puesto que es cancerígeno.

La aparición de la Orden PRE/2666/2002, de 25 de octubre, por la que se modifica el anexo I del Real Decreto 1406/1989, de 10 de noviembre, por el que se imponen limitaciones a la comercialización y al uso de ciertas sustancias y preparados peligrosos, definió perfectamente los usos y aplicaciones no permiti-dos de los materiales tratados con creosota.

Por lo tanto, la madera recuperada tratada con creosota no se puede usar para:

❱ Construcción de elementos de juego.

❱ Construcción de mobiliario.

❱ Otros elementos o cierres de áreas de juego.

❱ Otros elementos en espacios públicos donde haya riesgo de contacto frecuente con la piel.

❱ Cualquier elemento en espacios cerrados de los edificios.

4. Certificaciones

Una certificación es un proceso técnico administrativo por el cual una empresa acreditada certifica que un área de juego cumple, o no, toda la normativa aplicable.

La acreditación de cada elemento ya se incluye en el proceso de fabricación, pero la certificación del área prevé la correcta instalación, montaje y seguridad de todos los elementos y del área.

El certificado emitido es válido durante 12 meses, pero se debe tener en cuenta que cualquier modifica-ción posterior a su emisión, tanto del área como de algunos de sus elementos, invalida el certificado de inspección. También se invalida si no se llevan a cabo las operaciones de mantenimiento que marca la norma UNE-EN 1176 y si no se presenta un registro de estas operaciones.

Las empresas certificadoras están capacitadas para hacer inspecciones periódicas (trimestrales o anua-les), acreditando el cumplimiento de la normativa del área de juego inspeccionada, mediante informes. Esta documentación, al igual que los certificados de las áreas de juego, tiene una validez de tres meses o bien un año (según el tipo de inspección realizada), si no se efectúa ningún cambio y se lleva a cabo el mantenimiento definido por la normativa.

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5. Documentación para la recepción de un área de juego

En el momento de recepción de una nueva obra de construcción de un área de juego se tendrá que reco-ger la documentación siguiente, relacionada con los juegos infantiles:

❱ Plano del área de juegos con la leyenda que identifique los equipamientos de juego (nombre, modelo, referencia).

❱ Plano de montaje de los juegos.

❱ Manual de funcionamiento, de inspección y de mantenimiento.

❱ Tipo y calidad de los materiales de los juegos.

❱ Certificado de calidad de los materiales (origen de la madera...).

❱ Ámbitos de seguridad de los equipamientos de los juegos.

❱ Edad indicada de los usuarios de los elementos de juego.

❱ Señalización de los elementos de juego.

❱ Garantía por defectos de fabricación (mínimo de dos años).

❱ Garantía por defectos de la instalación (mínimo de dos años).

❱ Garantía de suministro de elementos de los equipamientos de juego para posibles reposiciones (mínimo de diez años).

❱ Certificación de cumplimiento de la normativa UNE-EN 1176 de cada elemento de juego.

❱ Certificación del pavimento de caucho (HIC).

❱ Instrucciones para el mantenimiento e inspección del caucho.

❱ Certificado del conjunto del área de juegos y de todos sus elementos.

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6. Mobiliario urbano

El mobiliario urbano como, por ejemplo, los bancos, las papeleras, las fuentes, etcétera puede formar parte o no del área de juegos. Cuando estos elementos están instalados en el interior o en el entorno inmediato del área de juego, tienen que cumplir con los requisitos relacionados con los atrapamientos, salientes y cantos contenidos en los apartados 4.2.5 y 4.2.7 de la Norma UNE-EN 1176-1, así como con los requisitos de estabilidad estructural contenidos en el apartado 4.2.2. Además, será necesario colocarlos de forma que se respete una distancia mínima de seguridad de 1,5 m por todas los lados.

Todos los elementos de mobiliario de los espacios verdes se tienen que colocar siguiendo siempre las normativas vigentes en materia de accesibilidad (capítulo I, punto 2.3.4 de esta guía).

6.1. BANCOS y SILLAS

Los bancos y las sillas tienen que instalarse, preferentemente, en zonas de estancia o en puntos concre-tos del recorrido de los espacios donde la anchura mínima de paso lo permita.

No es recomendable su utilización como elementos para evitar el paso o el estacionamiento de vehículos, puesto que esto puede dificultar su utilización práctica, además de suponer un riesgo añadido para los usuarios.

Es necesario colocarlos separados de cualquier zona plantada (céspedes, arbustos y plantas tapizantes) entre 90 cm y 150 cm, para evitar el pisoteo y la erosión del terreno.

6.2. PAPELERAS

Su colocación tendrá que ser, preferentemente, en las salidas de las zonas de estancia y en los inicios y finales de los recorridos de peatones. Además, se tiene que prever que el lugar donde estén ubicadas sea de fácil acceso para los operarios de mantenimiento y que no se dificulte su vaciado.

No se deben situarse a menos de 1,5 m de los bancos y sillas, debido a las molestias que puede causar su contenido, los olores, etcétera.

No se recomienda su utilización para evitar las entradas o los estacionamientos de vehículos, puesto que la frecuencia de los golpes supondrá un mantenimiento muy costoso.

Es necesario colocar el suficiente número de papeleras, con una capacidad adecuada, en función de las dimensiones y su frecuencia de uso en el espacio público.

6.3. FUENTES PARA BEBER

Para garantizar la salubridad del agua se recomienda que estén ubicadas en un máximo de 25 m respecto el contador y que dispongan de una línea de abastecimiento y de una llave de paso propia,

La ubicación de las fuentes públicas tiene que ser en lugares estratégicos de uso, como por ejemplo, zonas de juegos infantiles, zonas con elevada intensidad de paso.

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Se tienen que instalar sin ningún cambio de nivel respecto al pavimento circundante y no pueden conte-ner elementos salientes en las zonas de paso.

El accionamiento debe ser fácil, evitando aquellos accionamientos en que se intuya una durabilidad escasa.

Tienen que disponer de llaves de paso o reguladores que permitan regular el caudal o cerrar la alimenta-ción, en caso de que sea necesario.

Para su mantenimiento posterior, se recomienda que la tubería de desagüe de la fuente sea, como mínimo, de 150 mm de diámetro

6.4. APARCA-BICICLETAS

La bicicleta es un medio de transporte que cada día se utiliza más. Actualmente, no existe una normativa específica que regule los aparca-bicicletas, pero disponemos de varios referentes actuales, como, por ejemplo:

❱ Manual de aparcamientos de bicicletas (BACC-IDAE, 2009).

❱ Manual para el diseño de vías ciclistas de Cataluña (PTOP 2007).

Además, en el anexo 2 del Decreto 344/2006, de 19 de septiembre, de regulación de los estudios de eva-luación de la movilidad generada, de la Generalitat de Cataluña, se incluye un cuadro en que se establecen reservas mínimas de aparcamiento de bicicletas, que, en el caso de zonas verdes, corresponde a una plaza de bicicleta por cada 100 m2 de suelo.

En todos los casos, se recomienda que se sitúen en el espacio de entrada de los espacios verdes, que cuenten con el espacio suficiente para garantizar la accesibilidad y el correcto aparcamiento de la bici-cleta (con una anchura suficiente y sin obstáculos), así como que no se sitúen nunca en el interior de las áreas de juego.

Por otro lado, en el momento de elegir un aparca-bicicletas, hay que tener en cuenta el diseño y el mate-rial, asegurando que sean prácticos y seguros. Los modelos más recomendables son los que permiten apoyar la bicicleta correctamente y asegurarla por dos puntos (tipo U invertida o similares).

Igualmente, es muy recomendable señalizar el espacio de los aparca-bicicletas y, cuando sea posible, aña-dir la indicación de las reglas de uso.

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6.5. Señalización divulgativa

La señalización de los espacios verdes puede llegar a ser muy compleja, en función del tipo de espacio, su utilización, los valores naturales o culturales de su entorno, etcétera.

La colocación de los elementos de señalización divulgativa, ambiental, indicativa, direccional, etcétera debe realizarse, preferentemente, en las salidas y entradas de las zonas de estancia o bien en puntos concretos de los recorridos.

Sus características, medidas, soportes, etcétera deben cumplir los parámetros del código de accesibilidad en relación con la altura de los paneles, número de soportes, vuelo, etcétera

6.6. BarandillaS

Es recomendable que, en el momento de ubicar y dimensionar las barandillas o cierres del espacio públi-co, se apliquen las indicaciones del código de accesibilidad y la Orden VIV/561/2010 en relación con las escaleras, las rampas, los cierres de parterres, etcétera.

Hay que destacar que, si se tienen que instalar en espacios con desnivel, se aconseja que los criterios que se sigan sean los que se reflejan en el Código técnico de la edificación (CTE), aunque, en el ámbito de apli-

Figura 6. Esquema para la instalación de aparca-bicicletas

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cación de la LOE (Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de ordenación de la edificación), no estén incluidos los espacios verdes. En consecuencia, cuando existan desniveles con una diferencia de cota superior a 0,55 m, es necesario instalar barreras de protección que cumplan los requisitos siguientes:

❱ Tienen que tener una altura mínima de 0,9 m. Cuando la diferencia de cota sea superior a 6 metros, la altura mínima será de 1,10 m.

❱ No pueden ser fácilmente escalables.

❱ No pueden tener aperturas que puedan ser atravesadas por una esfera de 10 cm de diámetro.

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7. Bibliografía

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados. http://www.boe.es/boe/dias/2010/03/11/pdfs/BOE-A-2010-4057.pdf

- Decreto 127/2001, de la Junta de Andalucía, de 5 de junio, sobre medidas de seguridad en los parques infantiles.

http://www.juntadeandalucia.es

- Decreto 245/2003, de la Xunta de Galicia, de 24 de abril, por el que se establecen las normas de seguri-dad en los parques infantiles.

http://www.xunta.es

- Pliego de prescripciones técnicas para el diseño, la ejecución y la recepción de las áreas de juego infan-til, del Ayuntamiento de Barcelona

http://www.parcsijardins.cat/

- Manual de aparcamientos de bicicletas IDAE - BACC 2009 para el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio

http://www.enbicipormadrid.es/2010/05/manual-de-aparcamientos-de-bicicletas.html

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VIIElementos ornamentales de agua

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David López Gutiérrez, Experto en fuentes ornamentales

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Índice Elementos ornamentales de agua

1. Introducción ............................................................................................................................ 154

2. Normativa aplicable ............................................................................................................... 154

3. Tipos de circuito hidráulico .....................................................................................................155

3.1. Circuito abierto .................................................................................................................................................................155

3.2. Circuito cerrado ................................................................................................................................................................155

4. Tipos de fuentes ornamentales .............................................................................................. 156

4.1. Fuentes tradicionales sin vaso compensador ......................................................................................................... 156

4.2. Fuentes secas con vaso compensador ..................................................................................................................... 156

4.3. Fuentes con diversos vasos de agua ..........................................................................................................................157

5. Ubicación de la fuente ornamental ......................................................................................... 158

6. Materiales y características del vaso de la fuente ................................................................. 158

6.1. Materiales estructurales ................................................................................................................................................ 158

6.2. Materiales de recubrimiento ........................................................................................................................................ 158

6.3. Color del vaso ....................................................................................................................................................................159

7. Impermeabilización de la fuente ..............................................................................................159

7.1. Tipos de impermeabilización..........................................................................................................................................159

7.2. Puntos críticos de la impermeabilización ................................................................................................................ 160

7.3. Pruebas de estanquidad y garantías ......................................................................................................................... 160

8. Elementos del vaso de la fuente.............................................................................................. 161

8.1. Entrada de agua ..................................................................................................................................................................161

8.2. Arquetas de aspiración y desagüe ...............................................................................................................................161

8.3. Desagües y aliviadero ......................................................................................................................................................161

8.4. Arquetas decantadoras y areneros ............................................................................................................................162

8.5. Sondas de nivel .................................................................................................................................................................162

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9. Localización de los equipamientos hidráulicos ....................................................................... 162

9.1. En el interior del vaso de la fuente .............................................................................................................................162

9.2. En salas de máquinas ......................................................................................................................................................163

9.2.1. Tipos de salas de máquinas .................................................................................................................................163

9.3. Características generales de las salas de máquinas ............................................................................................163

10. Calidad del agua .................................................................................................................... 164

10.1. Tratamiento físico ........................................................................................................................................................... 164

10.2. Tratamiento químico ..................................................................................................................................................... 166

11. Surtidores y elementos ornamentales de la fuente ............................................................... 166

11.1. Selección del tipo de surtidor ...................................................................................................................................... 166

11.2. Cálculo hidráulico rápido .............................................................................................................................................. 166

12. Cuadro de mando eléctrico de la fuente ............................................................................... 168

12.1. Ubicación de los armarios eléctricos ....................................................................................................................... 168

12.2. Controladores de la fuente ......................................................................................................................................... 169

12.2.1. Relojes ...................................................................................................................................................................... 169

12.2.2. PLC ............................................................................................................................................................................ 169

12.2.3. Anemómetros y pluviómetros .......................................................................................................................... 169

13. Tipos de alumbrado de la fuente ............................................................................................170

13.1. Lámparas de incandescencia .......................................................................................................................................170

13.2. LED .......................................................................................................................................................................................170

14. Bibliografía ............................................................................................................................ 171

Elementos ornamentales de agua ❘ CAPÍTULO VII ‹

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1. Introducción

Las fuentes ornamentales constituyen uno de los elementos ornamentales urbanos más significativos y singulares en un parque o jardín público.

Una fuente bien diseñada aporta una emoción característica en el conjunto del entorno urbano. No obstante, una fuente mal diseñada puede producir el efecto completamente opuesto. Por eso, un diseño adecuado, tanto estético como técnico, garantiza el futuro y la continuidad de una fuente ornamental.

Una fuente que no cuente con los elementos básicos bien diseñados, como, por ejemplo, que presente un déficit en el tratamiento de aguas, se convierte en un foco de problemas que acabarán produciendo el cierre de la instalación, convirtiéndola en el mejor de los casos en una jardinera ornamental. Para evitar este tipo de situaciones, a continuación expondremos una serie de criterios básicos que habrá que tener en cuenta en el momento de crear una fuente ornamental.

2. Normativa aplicable

La normativa que regula la instalación de las fuentes ornamentales es:

❱ Reglamento electrotécnico para baja tensión, RD 842/2002, de 2 de agosto.

❱ Especial atención requiere la ITC-BT-30, “Instalaciones en locales de características especiales” y la ITC-BT-31, “Instalaciones con fines especiales”.

❱ Orden de 9 de diciembre de 1975 para las instalaciones de suministro de agua.

❱ RD 865/2003, del 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y el control de la legionella.

❱ Normativa de la compañía de suministro de agua.

❱ Normativa de la compañía de suministro eléctrico.

❱ Normativa particular de cada ayuntamiento o entidad pública.

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3. Tipos de circuito hidráulico

Básicamente, en una fuente ornamental urbana existen dos tipos de circuitos hidráulicos: el circuito abierto y el circuito cerrado.

3.1. CIRCUITO ABIERTO

Este tipo de circuito es el que más se utilizaba antiguamente para las fuentes pequeñas. Se trata de un circuito en el que el agua del surtidor proviene de la red y, mediante un rebosadero, vuelve al alcantari-llado.

La presión de la red es la que hace la función de surtidor. Es un sistema obsoleto, con un rendimiento hídrico nefasto, que provoca un consumo de agua extremadamente elevado. No dispone de equipos de bombeo, ni de tratamiento de aguas porque el agua se renueva constantemente.

Hoy en día, en muchos ayuntamientos está completamente prohibido diseñar circuitos de este tipo. Incluso las fuentes de agua potable que disponían de este tipo de circuito, de los que salía agua constan-temente, se modificaron y se instalaron grifos para evitar el derroche de agua.

El único sistema de circuito abierto que se permite diseñar a fecha de hoy es aquel en que se utilice la derivación de agua de ríos o de canales de agua para generar un elemento de agua ornamental. Será necesaria la autorización de la agencia responsable de los recursos hídricos de la zona donde se quiera aplicar este tipo de sistema.

Actualmente, los sistemas abiertos que se encuentran dentro del medio urbano están parados en la mayoría de lugares a la espera de ser convertidos en sistemas cerrados.

3.2. CIRCUITO CERRADO

Es el sistema que se utiliza actualmente y consiste en utilizar agua, ya sea potable, freática o de otras fuentes iníciales, para llenar el sistema hidráulico de la fuente y, mediante equipos de bombeo, utilizar el agua para generar el efecto ornamental deseado.

Este tipo de circuito promueve el ahorro del agua, pero es importante señalizarlo correctamente a los ciudadanos para prevenirlos de que el agua no es potable.

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4. Tipos de fuentes ornamentales

Tomaremos como referencia el tipo de vaso receptáculo que utiliza la fuente ornamental para clasificar las diferentes tipologías de fuentes ornamentales.

4.1. FUENTES TRADICIONALES SIN VASO COMPENSADOR

Este tipo de fuentes son las que usan el mismo vaso ornamental de la fuente para acumular el agua nece-saria para el funcionamiento del circuito e, igualmente, utilizarla para el efecto ornamental a través de los equipos de bombeo.

La gran mayoría de las fuentes urbanas adoptan este tipo de sistema, que supone un fácil mantenimiento y, en general, dan muy buen resultado.

4.2. FUENTES SECAS CON VASO COMPENSADOR

Las fuentes secas se caracterizan por no disponer de un vaso receptáculo de agua visible. Son las que se instalan en plazas duras de hormigón o pavimento, usando las pendientes de la plaza para dirigir el agua hasta el depósito compensador, que es donde se almacena el agua que se destinará al circuito hidráulico.

Figura 1. Fuente con vaso ornamental

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Se trata de fuentes que requieren un mantenimiento superior, pues el agua circula a través de un pavi-mento que puede ser transitado por peatones y vehículos y que, por lo tanto, arrastra toda la suciedad generada por estos.

Tienen que disponer de un control físico y químico del agua muy detallado, dado que suelen ser fuentes donde los niños y niñas juegan en verano y, eventualmente, pueden llegar a beberla.

En este tipo de fuente, es muy importante que se tengan en cuenta las pendientes de la plaza, para evitar que toda el agua de lluvia o el agua proveniente de la limpieza de los servicios urbanos vaya a parar al interior de la fuente. Por eso, el conjunto de la fuente y su entorno se deben diseñar elevando la fuente y generando contrapendientes alrededor, para que el agua que no proceda de la fuente no entre en el inte-rior del sistema, o bien instalar canales de recogida de aguas pluviales en todo el perímetro de la fuente, que deriven el agua sucia hacia el alcantarillado. Además, debemos tener en cuenta lo siguiente:

❱ Es necesario dimensionar el depósito compensador de manera justa para el funcionamiento de la fuen-te, con un margen mínimo de seguridad de un 1,5 %, dado que, cuanta menor cantidad de agua se tenga que tratar, más conseguiremos ajustar los gastos de la fuente. Además, no nos interesa tener un gran volumen de agua que no utilizaremos.

❱ Antes de la entrada de agua de retorno de la fuente al depósito compensador, es muy importante disponer de una arqueta decantadora, de fácil limpieza y acceso, para captar en ella todos los sólidos y evitar así que entren en el interior del depósito compensador (en el punto 8.4 de este capítulo se explica cómo debe ser una arqueta decantadora).

❱ Es importante dejar un margen de seguridad alrededor de la fuente seca que pueda absorber las sal-picaduras de agua provocadas por el surtidor. Si no se tienen en cuenta estas salpicaduras, la mayor parte del agua de la fuente se perderá hacia la plaza.

❱ La recogida de agua hay que hacerla a través de rejas que cumplan los requisitos de accesibilidad, y asegurarse que no causen daños a los peatones.

4.3. FUENTES CON DIVERSOS VASOS DE AGUA

Las fuentes de este tipo suelen ser cascadas o bien las clásicas fuentes románticas donde el agua cae de un vaso al otro. En cuanto a su diseño, pueden incluir un vaso compensador o no.

Si no disponen de vaso compensador, significa que el vaso inferior de la fuente es el que almacena el agua que se usará para el sistema de la fuente. No obstante, puede darse el caso que el vaso inferior esté escondido y, por este motivo, haya que utilizar un depósito compensador. Si es así, aplicaremos las mismas premisas de diseño que en una fuente seca.

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5. Ubicación de la fuente ornamental

La ubicación de la fuente ornamental es un factor clave y, para elegirla, habrá que tener en cuenta lo siguiente:

❱ Se evitará la colocación de la fuente debajo de los árboles, sobre todo si son de hoja caduca.

❱ En el caso de las fuentes secas, tal y como se ha explicado, se tendrán en cuenta las pendientes de la plaza para evitar que el agua proveniente de la lluvia y la limpieza vaya a parar al interior de la fuente.

❱ Se evitará la localización de areneros para niños en el entorno de la fuente. Es muy típica la tendencia de los niños a echar cubos de arena al interior de la fuente.

❱ Los vasos de agua a nivel del suelo son extremadamente sucios y delicados. Dentro de lo posible, habría que levantar 20 centímetros, como mínimo, los vasos de la fuente para evitar que la suciedad, como las bolsas de plástico, hojas y polvo, vayan a parar directamente al interior del vaso.

6. Materiales y características del vaso de la fuente

A continuación, se presentan diferentes tipologías de colores y materiales para la construcción de los vasos de la fuente.

6.1. MATERIALES ESTRUCTURALES

Los materiales más empleados en la construcción estructural del vaso receptáculo de una fuente son:

❱ Bloque de hormigón armado y rellenado. Se utiliza en vasos con una altura que no supere 1 m. Es de fácil aplicación y da muy buenos resultados. Es importante que el bloque vaya armado con hierro en su interior y, sobre todo, unir la solera de la fuente con el hierro de la armadura. Es necesario que el bloque esté com-pletamente relleno de hormigón, para evitar al máximo los movimientos estructurales que puedan generar grietas. Es necesario revocar la cara interior del vaso para la posterior aplicación de la impermeabilización.

❱ Encofrado de hormigón. Es una muy buena opción a partir de vasos de 1 metro de altura o de grandes superficies. Exigen personal más experimentado para su aplicación. Es de gran robustez y fiabilidad. A pesar de que en pequeñas balsas los costes son algo más elevados que el bloque de hormigón , no es así en balsas grandes. No es necesario que se revoque posteriormente con hormigón para la aplicación de la impermeabilización.

❱ Vasos de hormigón prefabricado. Es una buena opción que reduce los costes de la obra, pero hay que asegurar la fijación de las piezas, de forma que no generen movimiento entre ellas.

6.2. MATERIALES DE RECUBRIMIENTO

Después de realizar la impermeabilización del vaso (proceso explicado en el punto 7 de este capítulo), es importante determinar qué tipo de acabado se desea para el interior de la fuente.

En muchos casos se deja el mismo material empleado para la impermeabilización, pero en otros casos se pueden utilizar materiales como gres, losas, baldosas u otros tipos de pavimentos ornamentales.

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Lo más importante es que el material empleado sea lo menos poroso posible, para evitar la creación de biofilms en sus paredes. Es necesario que sea un material que facilite la limpieza con agua a presión y que, como ya hemos indicado, no disponga de agujeros que se acabarán llenando de suciedad.

6.3. COLOR DEL VASO

Si escogemos un color de vaso claro, la suciedad se verá mucho menos que si utilizamos colores oscuros.

Si decidimos colocar un vaso de color negro, en función del caso, es muy importante que en el diseño hidráulico se tengan en cuenta los descalificadores, para evitar que el color negro se vuelva blanco en poco tiempo.

7. Impermeabilización de la fuente

La impermeabilización del vaso de la fuente es uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta en el diseño inicial. Sea cual sea el material empleado para el vaso, será necesario imper-meabilizarlo. Si la fuente no es completamente estanca, irá perdiendo agua constantemente, provocando un consumo de agua excesivo y un mal uso de nuestros recursos hídricos. Además, puede provocar el hundimiento del entorno o incluso de la base de la fuente, si el agua va minando el suelo que soporta su estructura.

En consecuencia, es necesario y obligatorio impermeabilizar el vaso receptáculo de agua de una fuente.

7.1. TIPOS DE IMPERMEABILIzACIÓN

A fecha de hoy existen muchos tipos de impermeabilizaciones en el mercado. A continuación, haremos referencia a las más empleadas, definiendo sus correspondientes pros y contras. Es una clasificación derivada de la experiencia en numerosas fuentes y en ningún caso intenta promover o excluir a ningún fabricante y/o material impermeabilizante.

De igual manera que el material es muy importante, también lo es el industrial que lo aplica. Un buen material combinado con una mala aplicación no sirve de nada. Por eso, las tareas de impermeabilización las tiene que llevar a cabo personal cualificado y especializado.

Los principales materiales utilizados para la impermeabilización son:

Poliéster con fibra de vidrio. De altísima calidad, da muy buenos resultados y es de fácil reparación en caso de que haya algún problema. Muy buena limpieza posterior gracias a su capacidad de dificultar la adherencia de biofilms.

Tiene escasa adherencia a materiales que no sean PVC, como, por ejemplo, polietilenos y polipropilenos.

Necesita una aplicación de arena para colocar el material de revestimiento del vaso, pero, si se decide no añadir ningún material de revestimiento, no será necesario aplicar ni una protección solar, ni una mecánica.

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Tiene un precio alto en el mercado, que no suele ser competitivo y, en consecuencia, hay muy pocas fuen-tes que tengan este tipo de impermeabilización.

Cemento Bicomponente. Hay muchas marcas y fabricantes. Por relación calidad/precio, es el material más utilizado y que da mejores resultados. Es de secado rápido y no tiene problemas de adherencia con los diferentes materiales hidráulicos de la fuente.

No necesita tratamiento para el posterior recubrimiento con el material ornamental. Tampoco necesita protección tras su aplicación.

Telas asfálticas o butílicas. Este tipo de materiales no suelen ser efectivos en fuentes ornamentales. Son de difícil aplicación y tienen problemas de adherencia con los materiales de las tuberías como el polietileno.

Necesitan de protección solar y, para aplicar un recubrimiento de obra, será siempre necesario un revoca-do a posteriori de su aplicación.

Pinturas de clorocaucho. Son aptas para aplicaciones en azoteas y pavimentos, pero en ningún caso se utilizarán para la impermeabilización de una fuente ornamental, pues no están diseñadas para retener agua constantemente, sino sólo para la evacuación.

Del mismo modo, se debe tener cuidado con las impermeabilizaciones de tipo transparente y otros de tipo similar que suelen dar problemas en masas de agua constantes.

hormigón proyectado. Se utiliza mucho para las piscinas, pero no mucho en fuentes ornamentales, pues-to que suelen presentar fugas puntuales.

7.2. PUNTOS CRíTICOS DE LA IMPERMEABILIzACIÓN

Cómo ya se menciona en los comentarios anteriores, hay que estar muy atento a los puntos críticos de cara a la aplicación de cualquier sistema de impermeabilización.

Las esquinas completamente rectas, así como los puntos de encuentro entre la solera y las paredes de la fuente, habrá que suavizarlas con la aplicación de medias cañas de algún material específico para esta finalidad.

Se tiene que vigilar la entrega del material impermeabilizante con las cañerías y tubos pasa muros, dado que suele haber problemas de adherencia entre diferentes materiales.

En consecuencia, el especialista en impermeabilizaciones tendrá que encontrar las soluciones adecuadas para resolver cualquier punto crítico.

7.3. PRUEBAS DE ESTANqUIDAD y GARANTíAS

Una vez que el producto ha sido aplicado, es necesario y muy importante realizar las pruebas de estanquidad.

En ningún caso se procederá a la colocación del material de revestimiento del vaso de la fuente sin haber-se realizado una prueba de estanquidad de, como mínimo, dos días.

Para asegurar la correcta realización del trabajo, el aplicador tiene que estar homologado por el fabrican-te del producto de impermeabilización y es necesario que cuente con una garantía del producto y de la aplicación de un mínimo de cinco años.

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8. Elementos del vaso de la fuente

Independientemente del tipo de fuente que se proyecte, existen unos elementos indispensables para garantizar su correcto funcionamiento.

8.1. ENTRADA DE AGUA

Para asegurar el suministro de agua a la fuente necesitamos una tubería de aportación de agua a su interior. El diámetro de esta tubería variará en función del volumen de la fuente. Sin embargo, se tiene que tener en cuenta que esta tubería sólo sirve para llenar la fuente cuando se encuentre vacía y para la aportación del agua que se va perdiendo por evaporación, por lo cual no se requerirá un gran volumen de agua para el abastecimiento.

Será necesario un sistema de llenado automático que, a través de unas sondas y una electroválvula, ase-gure el suministro de agua a la fuente.

De forma complementaria a esta electroválvula para el llenado automático, se deberá crear un by-pass para poder llenar la fuente de forma manual en caso de avería.

8.2. ARqUETAS DE ASPIRACIÓN y DESAGüE

Con el objetivo de poder aspirar, o incluso de situar bombas sumergibles, es necesaria la creación de una arqueta en el interior del vaso, protegida con una reja con una luz no superior a 1 cm para evitar la entrada de sólidos a las bombas.

Esta arqueta y su reja tienen que estar dimensionadas según el caudal circulante, con un 50 % de previ-sión por saturación.

8.3. DESAGüES y ALIVIADERO

El desagüe de la fuente estará situado en el punto más bajo del vaso, generalmente en el interior de la arqueta de aspiración y desagüe. Es necesario que esté siempre por debajo de las tuberías de aspiración y a ras del suelo, para asegurar que el vaso pueda vaciarse completamente para efectuar las tareas de mantenimiento.

La válvula de desagüe puede ubicarse en el interior de la fuente (válvula de puente) o bien en su exterior, ya sea en una arqueta situada junto a la fuente o, en caso de que exista, a través de la sala de máquinas.

Siempre es mejor colocar la válvula de desagüe en una arqueta exterior para evitar posibles problemas de inundación en el interior de la sala de máquinas, a pesar de que exista el riesgo de que personas aje-nas al personal autorizado pueda manipular la válvula y vaciar la fuente.

En cuanto al aliviadero, será necesario instalarlo siempre por encima del nivel del agua, con una reja de paso entre 0,5 y 1 cm que evite la saturación de la tubería. Además, hay que tener en cuenta lo siguiente:

❱ En función del tipo de fuente y de los surtidores que pueda tener, puede ser necesario situar la cota

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de la parte inferior del aliviadero unos 5 cm por encima del nivel máximo del agua, para evitar que, con el oleaje provocado por los surtidores, el agua se pierda hacia el alcantarillado. Este margen variará en función del tipo de fuente.

❱ El aliviadero se canalizará directamente hacia el alcantarillado, sin válvulas ni paso a la sala de máquinas.

❱ En caso de haber depósitos compensadores o diferentes vasos, el aliviadero siempre se situará en el vaso inferior.

8.4. ARqUETAS DECANTADORAS y ARENEROS

En caso de que exista un depósito compensador, es necesario colocar arquetas decantadoras.

Este tipo de arqueta dispone de dos compartimentos separados por un muro de unos 15 cm de altura que ayuda a decantar la arena que llega con el agua de recogida. El coronamiento de este muro cuenta con una reja de paso de entre 0,5 y 1 cm fácilmente desmontable para su limpieza.

Es necesario que la arqueta tenga un desagüe para su vaciado y que sea completamente impermeable y estanca.

8.5. SONDAS DE NIVEL

Las fuentes contarán con sondas de nivel máximo y de nivel mínimo.

Las sondas de nivel máximo sirven para activar el llenado automático de la entrada de agua.

Las sondas de nivel mínimo se emplean para que, en caso de que la fuente se quede sin agua, se active el mecanismo que impida que las bombas se pongan en funcionamiento, evitando así que se puedan quemar.

9. Localización de los equipamientos hidráulicos

Básicamente, hay dos tipos de localización de los equipos de bombeo: en el interior del vaso o en cámaras secas (salas de máquinas).

9.1. EN EL INTERIOR DEL VASO DE LA FUENTE

Se utilizan bombas sumergibles, colocadas en el interior de arquetas situadas en el vaso de la fuente, para poder crear los efectos de surtidores ornamentales, cascadas, etcétera. Se trata de un sistema muy económico, dado que no necesita grandes trazados de tuberías ni la creación de cámaras secas, pero es de difícil mantenimiento y genera muchos problemas por obturación de las bombas.

Es un método que suele emplearlo las empresas no especializadas en fuentes ornamentales, a pesar de que hay casos en que la propiedad puede pedir conscientemente este tipo de instalaciones. En general, se desaconseja totalmente su uso por el elevado coste de mantenimiento, a excepción de las instalaciones modulares que requieren estos equipos.

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9.2. EN SALAS DE MÁqUINAS

Los equipos de bombeo utilizados son bombas centrífugas que se sitúan en cámaras secas.

Tienen un coste inicial un poco más elevado que las instalaciones sumergibles pero facilitan el manteni-miento posterior y acaban resultando mucho más rentables.

Además, como veremos más adelante, cualquier fuente ornamental requiere sistemas de filtración de agua que se deben situar en cámaras secas, así que la sala de máquinas se debe construir igualmente.

■ 9.2.1. Tipos de salas de máquinas

Las salas de máquinas pueden estar situadas en superficie, enterradas o semienterradas. Independientemente de este hecho, clasificaremos las salas de máquinas según su sistema de fabricación.

9.2.2.1. Fabricadas in situ

Son aquellas salas de máquinas que se construyen in situ, en el lugar mismo, ya sea con bloques de hor-migón, encofrados o incluso con módulos de hormigón prefabricado.

Estas salas son más costosas, presentan con mucha frecuencia humedades y requieren largas obras para llevarse a cabo.

Es la sala típica que todavía a día de hoy se suele hacer.

9.2.2.2. Prefabricadas

Es un tipo de sala de máquinas completamente modular, que se fabrica en las instalaciones del fabricante y llega a la obra ya completamente montada, contando ya con todo el equipamiento interior, tanto eléctrico como hidráulico.

Al ser fabricadas de una sola pieza, se garantiza la estanquidad y se evita la entrada de humedades en su interior.

El tiempo de montaje de la obra se reduce a algunas horas.

9.3. CARACTERíSTICAS GENERALES DE LAS SALAS DE MÁqUINAS

Todas las salas de máquinas deben contar con los siguientes elementos y/o características:

❱ Altura. En el supuesto de que tenga que acceder un operario a la sala, ésta dispondrá de una altura míni-ma de 1,90 metros. No obstante, en salas pequeñas que son parecidas a arquetas, siempre y cuando se pueda acceder con la trapa completamente abierta, podrán ser de diferente altura. En todos los casos, el operario de mantenimiento tiene que poder realizar sus tareas de una manera ergonómicamente correcta.

❱ Trampilla de entrada. En el caso de las salas enterradas, la trampilla de entrada será completamente estanca para evitar la entrada de agua al interior de la sala y dispondrá de los elementos de seguridad necesarios para que ninguna persona no autorizada pueda acceder al interior. La trampilla tiene que ser de fácil manipulación y, en consecuencia, no se deben utilizar trampillas de alcantarillado, ni pue-den superar los 15 Kg de peso.

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❱ Escalera de acceso. En el caso de las salas enterradas, se dispondrá de una escalera de acceso con peldaños antideslizantes y barandilla lateral, así como con un pomo extensible que facilite el paso del exterior al interior de la sala.

❱ Desagüe. Entre las diferentes posibilidades de la obra, lo mejor es disponer de un desagüe natural en el interior de la sala de máquinas. En caso de que no sea posible, habrá que ubicar una arqueta en el inte-rior de la sala de máquinas completamente impermeable, donde se emplazará una bomba de desbaste. Esta arqueta tiene que tener agua constantemente para que la bomba no aspire bolsas de aire.

❱ Grifo de agua. En el interior de la sala se dispondrá de una toma de agua para facilitar las tareas de mantenimiento.

❱ Luz y toma de corriente. En el interior de la sala tendrá que haber luz suficiente para que el operario pueda realizar las tareas de mantenimiento, así como una toma de corriente de 220 V para poder enchu-far cualquier herramienta de mano.

❱ Ventilación. La sala debe disponer de ventilación natural o forzada, que tiene que ser suficiente para la regeneración del volumen de aire interior y evitar el estancamiento de gases y condensaciones.

10. Calidad del agua

La normativa dispone la obligatoriedad de realizar un tratamiento físico y/o químico que garantice la cali-dad del agua de la fuente. Bajo ningún concepto se tendría que construir una fuente ornamental sin este tratamiento del agua.

10.1. TraTamiEnTo físico

Los tratamientos físicos se refieren a aquellos tratamientos que sirven para mejorar la calidad física del agua, y para llevarlos a cabo se utilizan equipos de filtración.

Las fuentes ornamentales tienen que garantizar la filtración de todo el volumen de agua al menos tres veces al día. En casos de grandes lagos, este caudal de filtración podría disminuirse a dos veces al día.

Los equipamientos de filtración más utilizados en las fuentes son:

Equipamientos de filtración de sílex. Son filtros con una carga de sílex con diferentes granulometrías, que pasan el agua a través de una cama de arena y filtran toda la materia orgánica con un paso de 30 micras.

Utilizan una válvula de 6 vías para las tareas de filtrado y limpieza. Provocan un contralavado de los equi-pos para limpiar el sílex del interior del filtro.

Esta válvula puede ser manual (en caso de que las tareas de mantenimiento tengan que ser muy riguro-sas) o automáticas. Estas últimas detectan las subidas de la presión del agua y, automáticamente, proce-den a realizar las tareas de contralavado del filtro.

Estos equipos tienen muy poco consumo energético y de agua y son especialmente indicados para fuentes con un volumen de agua de hasta 200 m3. A partir de estas cantidades, los filtros han de ser de grandes dimensiones y se encarecen mucho los costes de construcción de la sala de máquinas.

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Equipamientos de filtración de anillas. Se suelen utilizar para las instalaciones de riego.

El agua pasa a través de unas anillas de plástico, con una capacidad de filtración de 80 micras o superior. Estas anillas se encuentran en unos cartuchos que disponen de válvulas hidráulicas para proceder a su contralavado automático.

Estos filtros se suelen utilizar para vasos con volúmenes superiores a 200 m3, puesto que su calidad de filtración es inferior a la del sílex y requieren elevados gastos energéticos para poder efectuar los contra-lavados de las anillas.

No obstante, para grandes volúmenes de agua, ocupan mucho menos espacio que los equipos de sílex, un buen argumento para proceder a su instalación.

10.2. TraTamiEnTo químico

Legalmente, es obligatorio disponer de un desinfectante químico residual en agua para garantizar que la población bacteriana del agua quede bajo control.

El producto más utilizado en agua es el hipoclorito sódico, que no deja de ser lo mismo que la lejía conven-cional pero con otras concentraciones.

El cloro, debido a su elevado poder de oxidación, se utiliza en el tratamiento de aguas como oxidante, bac-tericida y biocida.

No obstante, con la introducción del cloro en el agua se elevan los valores de pH y, en consecuencia, habrá que inyectar productos que disminuyan el valor del pH y mantengan un punto de equilibrio.

Los niveles de cloro libre en agua de una fuente se tienen que mantener entre 0,7 y 1 ppm y los niveles de pH deben oscilar entre 7,2 y 7,8. Para garantizar que estos valores se mantienen dentro del rango fijado será necesario instalar sistemas de control automático. Estos sistemas, mediante unas sondas de control conectadas a una bomba dosificadora, inyectarán el producto químico al agua, en función de los paráme-tros que hayamos marcado.

Figura 2. Diagrama de instalación de un equipo electrónico de control estándar

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En cuanto al almacenamiento de los productos químicos, se instalarán cubetas de seguridad para que, si se produce un escape en el contenedor del producto químico, este quede reducido dentro de otro conte-nedor de igual volumen.

10.3. OTROS TRATAMIENTOS

Aparte de los tratamientos que acabamos de mencionar, existen otros tratamientos complementarios para el mantenimiento de la calidad del agua:

❱ Equipos de ultrasonidos. Estos equipos transmiten un patrón de vibraciones de ultrasonidos a través del agua, provocando así la implosión de la vacuola de la célula. No afectan a las personas ni a los ani-males y, según los datos técnicos del fabricante, pueden disminuir el uso de cloro en un 70 % y evitan el uso de algicidas.

❱ Equipos de luz ultravioleta. Se emplea este tipo de equipo en caso de disponer de una fuente con aerosolización y para evitar una posible propagación de la Legionella pneumophilla. Se instalan en la impulsión de las bombas que producen la aerosolización.

11. Surtidores y elementos ornamentales de la fuentet

Estos elementos son los que definirán la figura artística de la fuente.

11.1. SELECCIÓN DEL TIPO DE SURTIDOR

Tenemos muchos modelos de surtidores, así como diversos fabricantes.

Lo más importante para elegir el surtidor es determinar primero si el tipo de surtidor es dependiente del nivel del agua o no. En caso de que el surtidor dependa del nivel del agua se tendrá que controlar muy bien la cota de la balsa y del surtidor.

11.2. CÁLCULO hIDRÁULICO RÁPIDO

Para poder calcular el caudal y la presión necesaria para el circuito hidráulico de una fuente, tomaremos como punto de partida las tablas proporcionadas por los fabricantes de surtidores.

En la tabla 1 encontraremos un ejemplo de estos datos para un surtidor llamado Lanza 1 de 8 mm.

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Tabla 1. Datos de un surtidor. Fuente: Catálogo Safe-Rain.

CHORRO DE LANZA

Referencia F 2313832 F 2313865 F 2311233 F 2311266 F 2311031 F 2311064 F 2311536 F 2311569

Conexión G 3/8” M G 3/8 M G 1/2” M G 1/2” M G 1”M G 1”M G 1 1/2” M G 1/2” M

Diámetro de salida 4 mm 6 mm 8 mm 10 mm 12 mm 14 mm 16 mm 19 mm

Altura del  chorro (m)

Q P Q P Q P Q P Q P Q P Q P Q P

L/min. m.c.a. L/min. m.c.a. L/min. m.c.a. L/min. m.c.a. L/min. m.c.a. L/min. m.c.a. L/min. m.c.a. L/min. m.c.a.

0,25 1,73 0,30 3,0 0,10 8,5 0,30 13,0 0,30 24,9 1,00 22 1,00 47 1,00 56 1,10

0,50 2,45 0,60 4,5 0,35 10,0 0,60 17,0 0,70 30,0 1,40 32 1,30 53 1,40 75 1,50

0,75 3,02 0,90 5,6 0,70 12,0 0,90 20,0 1,00 33,8 1,60 40 1,70 57 1,80 82 2,00

1,00 3,50 1,20 7,0 1,00 14,0 1,25 23,0 1,25 37,0 1,80 46 1,90 62 2,10 88 2,32

1,25 3,93 1,51 8,2 1,30 16,5 1,50 24,5 1,60 41,0 2,20 52 2,30 70 2,56 93 2,60

1,50 4,32 1,80 9,5 1,60 18,0 1,80 28,0 1,90 44,0 2,40 58 2,60 75 2,80 106 2,80

1,75 5,04 2,42 10,8 1,85 19,5 2,0 32,5 2,20 47,5 2,70 62 3,00 81 3,10 111 3,10

2,00 5,20 2,80 11,7 2,20 21,5 2,20 33,0 2,50 50,0 3,0 70 3,20 87 3,30 122 3,50

2,50 5,68 3,05 13,5 2,90 24,5 2,80 38,0 3,10 56,0 3,50 74 3,90 98 4,0 138 4,10

3,00 6,30 3,30 15,0 3,50 27,5 3,40 42,0 3,70 62,0 4,10 86 4,60 106 4,40 150 5,00

3,50 16,0 4,20 30,0 4,0 46,5 4,15 67,0 4,80 94 5,30 115 5,40 160 5,50

4,00 16,8 4,80 32,5 4,50 50,0 5,0 72,0 5,30 102 5,90 124 6,00 173 6,10

5,00 37,0 5,60 58,0 6,20 82,0 6,50 116 7,30 138 7,00 195 7,50

6,00 42,0 6,60 64,0 7,50 91,0 7,60 128 8,60 151 8,40 214 8,70

7,00 69,0 8,70 100,0 8,80 140 10,0 165 9,00 233 10,0

8,00 107,0 10,0 150 11,30 177 10,10 250 11,50

9,00 160 12,50 187 12,50 270 12,60

10,00 168 14,00 197 13,90 286 14,10

11,00 207 15,40 305 15,50

12,00 215 15,90 320 16,80

13,00 332 17,80

14,00 345 19,50

Material Latón Latón Latón Latón Latón Latón Latón Latón

Peso (kg) 0,05 0,05 0,10 0,08 0,34 0,33 0,90 0,87

Centradores 1 1 1 1 2 2 2 2

Angulos 18º 18º 12º 12º 18º 18º 20º 20º

Q: Caudal P: Presión M : Macho L/min :litros/minuto m.c.a. : metros de columna de agua ( Cotas en mm.)

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168

Si queremos instalar, por ejemplo, 10 surtidores Lanza 1 de 8 mm con una altura del agua de 1,5 m, obser-vando la tabla determinamos:

Q unitaria de cada surtidor = 18 l/min a una presión de trabajo de 1,8 m.c.a.

Por tanto, 10 surtidores 18 l/min = 180 l/min a una presión de trabajo de 1,8 m.c.a.

Tenemos que considerar que la presión es la misma en todo el circuito, por lo cual, en el momento de sumar surtidores, sumamos el caudal de cada surtidor, pero la presión se mantiene constante.

Además, debemos tener en cuenta que la presión indicada por las tablas de surtidores se refiere a la presión en el punto de salida del surtidor, por lo cual, para determinar la presión necesaria del equipo de bombeo, habrá que determinar las pérdidas de carga en todo el circuito y sumar a estas la presión en el punto de surtidor, indicada por el fabricante.

A partir del caudal y la presión necesaria determinaremos el equipo de bombeo y la sección de tubería. Estos cálculos se realizan del mismo modo que se han descrito en el capítulo V de esta guía.

12. Cuadro de mando eléctrico de la fuente

En función de la complejidad de la fuente, el armario de mando será más o menos complicado. Para su realización siempre habrá que respetar y cumplir las normas de REBT. Tras la realización de la fuente ornamental, el instalador tendrá que legalizar la fuente, ya sea a través de una memoria técnica, si la ins-talación no supera los 5 KW de potencia, ya sea mediante un proyecto eléctrico realizado por un ingeniero colegiado.

En ningún caso puede autorizarse la puesta en funcionamiento de una fuente ornamental sin que se hayan cumplimentado todos los documentos y trámites legales posteriores a la obra.

12.1. UBICACIÓN DE LOS ARMARIOS ELéCTRICOS

Se recomienda que los armarios eléctricos estén situados en el mismo lugar donde se encuentran los equipos de bombeo para facilitar las tareas de mantenimiento.

En los casos en que la fuente ornamental esté realizada con bombas sumergibles, el armario eléctrico se tendrá que colocar lo más cerca posible de la fuente ornamental y, en el supuesto de que se encuentre al aire libre, protegido en una caja metálica con llave.

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Elementos ornamentales de agua ❘ CAPÍTULO VII ‹

169

12.2. CONTROLADORES DE LA FUENTE

La fuente tiene que disponer de autonomía para su puesta en funcionamiento, para evitar que la persona encargada del mantenimiento tenga que estar pendiente constantemente.

A tal efecto hay diferentes tipos de controladores, que describiremos a continuación:

■ 12.2.1. Relojes

En el caso de las fuentes sencillas, dispondrán necesariamente, como mínimo, de un reloj para el encendi-do de las bombas y otro para el encendido de las luces.

Hay que diferenciar estos dos tipos de encendidos para que la fuente no quede con las luces permanen-temente encendidas.

En cuanto a las luces, es preferible disponer de un reloj astronómico para garantizar el ahorro energético. Este tipo de relojes van equipados con un sistema de coordenadas integradas que modifican el horario en función de la época del año en que se encuentra.

■ 12.2.2. PLC’s

En las fuentes más complejas, la solución óptima es disponer de un PLC que ayude a controlar todos los elementos de encendido y parada de la fuente y los posibles sistemas de seguridad.

Los PLC incorporan pantallas táctiles que nos facilitan la manipulación de horarios y sistemas de la fuente.

No obstante, estos tipos de equipos requieren programadores especializados y encarecen, inevitablemen-te, el producto final.

■ 12.2.3. Anemómetros y pluviómetros

Para controlar el funcionamiento de la fuente según las condiciones atmosféricas se utilizan:

❱ Anemómetros. Necesarios para evitar que el agua de un surtidor se derrame fuera de la fuente cuando el viento sopla excesivamente.

❱ Pluviómetros. Se utilizan para parar la fuente los días de lluvia, dado que no resulta socialmente muy aceptable que una fuente funcione cuando llueve.

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13. Tipos de alumbrado de la fuente

No es necesario explicar que un elemento muy importante en una fuente ornamental es su iluminación, dado que una fuente gana mucho protagonismo cuando está bien iluminada.

Actualmente, la tecnología en este campo ha avanzado mucho y nos permite realizar grandes iluminacio-nes con poco consumo. No obstante, podemos hacer un breve repaso de este y otros sistemas para darnos cuenta de cuál ha sido la evolución.

13.1. LÁMPARAS DE INCANDESCENCIA

Según la localización y el grado de protección IP, las podemos clasificar en:

❱ En seco en el interior de una sala: Este sistema se usaba antiguamente, puesto que no existían focos sumergibles. Se colocaban los proyectores en el interior de una cámara seca localizada en la parte inferior de la fuente. Este proceso se traducía en altos costes de obra civil y en tareas de mantenimiento del vidrio y de la silicona (que impermeabilizaba el vidrio). Hoy en día no tiene mucho sentido usar este sistema, a pesar de que hay fuentes que lo siguen utilizando.

❱ Sumergibles: Los proyectores se ubican en el interior de la fuente para iluminar los elementos orna-mentales.

13.2. LED

La tecnología LED ha permitido la sustitución de los antiguos sistemas de incandescencia, favoreciendo un gran ahorro energético.

Hoy en día es el sistema más utilizado y, de hecho, ya no se suele plantear ningún sistema que no funcione con esta tecnología.

Es más caro que la incandescencia, pero este incremento se amortiza mediante el ahorro que supone en la factura de la luz y el cambio de lámparas, además del rendimiento lumínico.

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Elementos ornamentales de agua ❘ CAPÍTULO VII ‹

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14. Bibliografía

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– Reglamento electrotécnico de baja tensión (REBT 2002 RD 842/2002):

http://www.f2i2.net/legislacionseguridadindustrial/legislacionNacionalGrupo.aspx?idregl=76

- RD 865/2003, de 4 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y el control de la legionella:

http://www.boe.es/boe/dias/2003/07/18/pdfs/A28055-28069.pdf

- Decreto 352/2004, del 27 de julio, por el que se establecen los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y el control de la legionella:

http://www.gencat.cat/diari_c/4185/04202051.htm

- Información para la prevención de la legionella en fuentes ornamentales:

http://www.msc.es/ciudadanos/saludAmbLaboral/agenBiologicos/pdfs/9_leg.pdff

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VIIIOrganización de un proyecto

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Lluís Fontanet Roig, Arquitecto técnico

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Índice Organización de un proyecto

1. Contratación. ...........................................................................................................................176

1.1. ¿Quién hace el encargo? ..................................................................................................................................................176

1.2. Encargo .................................................................................................................................................................................176

1.2.1. Qué se encarga exactamente ...............................................................................................................................176

1.2.2. Documentación que se debe aportar ...............................................................................................................176

1.2.3. Asesoramiento .........................................................................................................................................................177

1.3. Competéncias .....................................................................................................................................................................177

1.4. Responsabilidades .............................................................................................................................................................177

1.5. Beneficio de la actuación profesional ........................................................................................................................177

1.5.1. Ingresos .......................................................................................................................................................................177

1.5.2. Gastos .........................................................................................................................................................................178

2. Información necesaria ............................................................................................................178

2.1. Diálogo con el promotor ..................................................................................................................................................178

2.2. Información Urbanística .................................................................................................................................................178

2.3. Estudios previos existentes ...........................................................................................................................................179

2.4. Información sobre servicios/elementos existentes ...............................................................................................179

2.4.1. Servicios de compañías existentes....................................................................................................................179

2.4.2. Servicios municipales existentes. .....................................................................................................................179

2.4.3. Afectación a terceros (ámbito de afectación) ............................................................................................. 180

2.5. Directrices técnicas de redacción de proyectos de urbanización ................................................................... 180

2.5.1 Criterios de cálculo ................................................................................................................................................. 180

2.5.2. Criterios de materiales. ....................................................................................................................................... 180

2.5.3. Criterios de diseño. ................................................................................................................................................ 181

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3. Organización formal de un proyecto ........................................................................................ 181

3.1. Memoria ................................................................................................................................................................................ 181

3.2. Planos ....................................................................................................................................................................................182

3.3. Presupuesto ....................................................................................................................................................................... 183

3.3.1. Documentos de un presupuesto ........................................................................................................................ 183

3.3.2. Propuesta de resumen por capítulos. ............................................................................................................. 185

3.4. Pliego de condiciones ..................................................................................................................................................... 185

3.5. Estudio de seguridad y salud ....................................................................................................................................... 185

4. Bibliografía ............................................................................................................................. 186

Organización de un proyecto ❘ CAPÍTULO VIII ‹

175

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176

1. Contratación.

1.1. ¿qUIéN REALIzA EL ENCARGO?

Podemos distinguir entre dos tipos de promotores en un espacio verde urbano: los privados y los públicos. Cuando el promotor es una entidad pública, la contratación de la redacción de un proyecto, o de la parte que nos encomienden, es conforme a la ley de contratos del estado; mientras que, cuando se trata de un promotor privado, esta contratación se realiza mediante la firma de un contrato o de una hoja de encargo profesional.

Las administraciones informan de estas ofertas de trabajo a través de sus páginas web, en el apartado que suele denominarse “perfil del contratante”.

Los honorarios que se determinan para la ejecución de los trabajos son libres, a pesar de que los colegios profesionales puedan asesorar al respecto.

Del 100% de los honorarios correspondientes a un proyecto, la proporción económica varía en función del gremio. Los arquitectos y los arquitectos técnicos comparten un criterio común, por el cual es habitual que la redacción se lleve el 70 % de los honorarios y la dirección de obra el 30%.

1.2. ENCARGO

■ 1.2.1. ¿Qué se encarga exactamente?

Debemos tener muy claro qué es lo que se nos está encargando. El encargo puede ser para la realización de un estudio de detalle, un proyecto básico, un proyecto ejecutivo, para una modificación de planeamien-to, un proyecto de urbanización, un proyecto de rehabilitación de urbanización...

Cualquier proyecto ejecutivo tiene que adjuntar un estudio de seguridad y salud. Dado que no es obligato-rio que el redactor del estudio de seguridad y salud sea el mismo que el redactor del proyecto, tiene que quedar claro si lo tenemos que realizar nosotros o no.

Hay algunos casos en que el encargo de la redacción también incluye la dirección de la obra posterior.

■ 1.2.2. Documentación que se debe aportar

Existen varias normativas que hacen referencia a la documentación que se tiene que incluir en un proyecto:

❱ Real Decreto 314/2006 de 17 de marzo que aprueba el Código Técnico de la Edificación

❱ Decretos y Ley de Urbanismo

❱ Ley 30/2007, del 30 de octubre, de contratos del sector público

❱ ..

A priori, hace falta que tengamos claro qué y cuánta documentación se tiene que aportar: número de planos necesarios, nivel de definición del presupuesto (no es lo mismo hacer una memoria de evaluación del coste que un presupuesto completo con justificación de precios), si hay que hacer un estudio básico de seguridad y salud o un estudio de seguridad y salud...

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Organización de un proyecto ❘ CAPÍTULO VIII ‹

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A veces se debe definir cuántos ejemplares del proyecto hay que presentar (a nivel de costes no es lo mismo entregar 2 que 7 copias de la documentación).

■ 1.2.3. Asesoramiento

No sólo nos contratan para redactar un proyecto, sino por nuestros conocimientos. Tenemos la competen-cia y la obligación de asesorar, si no nos ponen trabas y nos dejan hacerlo.

1.3. COMPETENCIAS

Es necesario disponer de la titulación universitaria competente para el encargo recibido (para el asesora-miento podéis dirigiros al colegio profesional). En un espacio verde podemos encontrar varias titulacio-nes:

Carreras superiores (antes del plan Bolonia): arquitecto, ingeniero agrónomo, ingeniero de caminos, cana-les y puertos, biólogo...

Carreras técnicas (antes del plan Bolonia): ingeniero técnico agrícola, arquitecto técnico (aparejador), ingeniero técnico de obras públicas, topógrafo...

Otros estudios: calculista de estructuras, ingeniero de instalaciones (electricidad, industrial...).

1.4. RESPONSABILIDADES

Tenemos que disponer de un seguro de responsabilidad civil, que nos cubrirá para los posibles daños que deriven de deficiencias en la redacción del proyecto, errores de cálculo...

No existe ningún seguro en el supuesto de que se deriven responsabilidades penales de nuestra actua-ción, dado que se considera que la actuación es objeto de delito.

Tenemos que ser conscientes que durante la ejecución de la obra igualmente podemos tener nosotros mismos problemas de salud, razón por la cual necesitamos un seguro médico personal (autónomo, asala-riado, seguro médico privado).

1.5. BENEFICIO DE LA ACTUACIÓN PROFESIONAL

■ 1.5.1. Ingresos

Las formas de pago, el plazo de pago y otros aspectos relacionados tienen que quedar fijados en el momento de la contratación del trabajo profesional. Se pueden pactar pagos parciales en función de la entrega de la documentación, etcétera.

Siempre es aconsejable no entregar la documentación en formato editable hasta después del cobro final de los honorarios. Es decir, podemos entregar la información en formado papel y en formato pdf, y poste-riormente entregar los ficheros DOC, DWG, TCQ...

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178

■ 1.5.2. Gastos

Como redactores debemos ser conscientes de que se tendrán que hacer cálculos (estructurales, hidráulicos, eléctricos, del riego), presupuestos..., y en consecuencia se tiene que prever si necesitaremos especialistas y por lo tanto tendremos gastos derivados de los servicios prestados por otros técnicos.

No tenemos que olvidarnos otros costes, como por ejemplo un seguro decenal, que si tenemos que contratarlo generará un gasto durante 10 años tras finalizar nuestra actividad.

Nuestros honorarios quedan fijados una vez que se ha realizado el encargo de redacción de un proyecto, y en consecuencia, para nuestro beneficio económico, es necesario que, a priori, se defina correctamente el encargo y de este modo no tener que hacer más trabajo del necesario.

2. Información necesaria

2.1. DIÁLOGO CON EL PROMOTOR

Tenemos que tener claro qué se nos pide y que se espera del espacio urbanizado, razón por la cual el diálogo con el promotor, o el responsable del encargo, es básico y totalmente necesario. Evitar los malentendidos nos ahorrará mucho tiempo en la redacción, y permitirá que no haya que hacer muchas versiones de la propuesta.

Cómo ya hemos indicado, podemos encontrarnos dos tipos de promotores: privados o públicos. Indiferente del tipo de promotor, casi siempre el usuario final de un espacio público acaba siendo una administración, por lo cual, siempre será necesario el diálogo con ésta.

Un caso en que el promotor es de tipo privado es cuando, por ejemplo, el espacio público se genera para una Unidad de Actuación en que el promotor tendrá que ceder el espacio urbanizado a un ayun-tamiento. Otro caso sería cuando nos encontramos una urbanización promovida por una Junta de Compensación, en la que se urbanizan terrenos calificados como “urbanizable programado”.

También podemos encontrarnos que el promotor sea otra administración que posteriormente acaba cediendo el espacio urbanizado al ente local. Este sería el caso de las obras promovidas por Mancomunidades de Municipios, Empresas municipales de viviendas...

Es necesario prever siempre que el usuario final tiene que poder asumir el coste del mantenimiento de la obra realizada. A veces las administraciones pueden recibir grandes subvenciones para la construc-ción de un espacio, pero no hay que olvidar, en el proyecto, que la intervención se tiene que ajustar a las posibilidades del presupuesto destinado al mantenimiento de la entidad local pertinente.

2.2. INFORMACIÓN URBANíSTICA

La información urbanística es la información que necesitamos para saber las características del espa-cio en el que estamos trabajando. No podemos construir una gasolinera en un espacio calificado como

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Organización de un proyecto ❘ CAPÍTULO VIII ‹

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espacio verde, o un carril bici en una reserva de espacio para una futura vía de tren. Para conocer esta información hace falta que consultamos lo siguiente:

❱ Planeamiento urbanístico del municipio

❱ Calificación urbanística del espacio

❱ Disponibilidad de los terrenos

❱ Ámbitos de prospección arqueológica

❱ ...

2.3. ESTUDIOS PREVIOS ExISTENTES

Son los estudios ya realizados que nos ayudarán o guiarán en el desarrollo de nuestro proyecto. Estos pueden ser:

❱ Planes parciales de aplicación

❱ Planes de movilidad

❱ Estudios geotécnicos.

❱ Estudio de cuencas hidrográficas

❱ ...

2.4. INFORMACIÓN DE SERVICIOS/ELEMENTOS ExISTENTES

■ 2.4.1. Servicios existentes de compañías

Es muy importante obtener la información relacionada con la localización de las infraestructuras de ser-vicios existentes, tanto para las conexiones que haya que hacer en nuestro proyecto, como para evitar el riesgo y el alto coste que puede representar la afectación accidental de una red existente.

Mucha información sobre este tema se puede obtener a través de les compañías de la zona encargadas de los servicios de:

❱ Gas Natural.

❱ Agua

❱ Electricidad

❱ Telecomunicaciones

■ 2.4.2. Servicios existentes municipales

Algunas de las infraestructuras de servicios dependen directamente de los municipios y hay que consul-tarle a ellos sobre la localización y las características de las mismas. Es el caso de:

❱ Saneamiento (alcantarillado),

❱ Alumbrado público

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❱ Semaforización

❱ RSU - recogida neumática de residuos urbanos

❱ Telecomunicaciones: red privada municipal.

■ 2.4.3. Afectaciones a terceros (ámbito de la afectación)

Si nuestro proyecto se encuentra en el ámbito de afectación de determinadas infraestructuras o de espa-cios con una protección específica, habrá que realizar las consultas y aprobaciones necesarias ante la entidad gestora que corresponda. Los ámbitos donde podemos encontrar estas afectaciones son:

❱ Ferrocarriles

❱ Aeropuertos

❱ Carreteras

❱ Costas

❱ Espacios fluviales

2.5. DIRECTRICES TéCNICAS DE REDACCIÓN DE PROyECTOS DE URBANIzACIÓN

Muchas entidades locales suelen disponer de unas directrices técnicas básicas, que son el punto de parti-da técnico que tiene que regir la redacción de nuestro proyecto. Pueden afectar a diferentes criterios, tal como se explica en los puntos que siguen.

■ 2.5.1. Criterios de cálculo

Es necesario que nos indiquen los baremos de cálculo de instalaciones que utiliza el municipio. Es un dato importante, dado que es posible que los criterios municipales sean más restrictivos que los indicados por la normativa. Como por ejemplo:

❱ Alcantarillado: red unitaria o separativa, periodo de retorno...

❱ Alumbrado público: niveles lumínicos, uniformidad, coeficiente de mantenimiento, caída máxima de tensión permitida (por ejemplo, el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión –REBT- indica que la caída máxima de tensión de una línea es el 3%, pero puede ser que el municipio obligue a que sea el 2% para permitir futuras ampliaciones de la línea).

❱ Sistema de riego: límites en los caudales de contadores de agua a contratar (afecta al número de secto-res del sistema de riego)...

■ 2.5.2. Criterios de materiales

Tenemos que conocer qué materiales/elementos están permitidos o prohibidos en el municipio. Cómo por ejemplo:

❱ Alcantarillado: tipo/material de los tubos de alcantarillado, modelos homologados de tapas de registro...

❱ Alumbrado público: tipo de luz (VSAP, VHM...), telegestión...

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Organización de un proyecto ❘ CAPÍTULO VIII ‹

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❱ Sistema de riego: calidad de los tubos de riego (alimentario o agrícola), modelos homologados de pro-gramadores de riego, emisores, marcas de telegestión...

■ 2.5.3. Criterios de diseño

Nos tienen que indicar qué criterios estándar de diseño se emplean en el municipio. Cómo por ejemplo:

❱ Alcantarillado: distancia máxima entre pozos de registro, autorización de arquetas ciegas...

❱ Alumbrado público: altura máxima de los proyectores, ubicaciones no permitidas...

❱ Sistema de riego: distancia máxima entre bocas de riego, uso de agua regenerada...

3. Organización formal de un proyecto

El proyecto que tendremos que entregar al final de nuestro encargo tendrá que tener toda la documenta-ción necesaria para su ejecución por parte del promotor, puesto que será un documento anexo al contra-to que se firmará entre el promotor y la empresa constructora.

Cuando el promotor no sea una administración pública, tendremos que entregarlo visado, mientras que en caso contrario, sólo hace falta que sea aprobado por parte de la administración correspondiente.

Es muy importante no cometer errores y que los diversos documentos del proyecto tengan coherencia y digan lo mismo. Por ejemplo, si en la memoria se indica que el pavimento de jabre tiene un sistema de drenaje, es necesario que el pavimento esté dibujado en el plano de drenaje e incluido en el presupuesto. Si, en cambio, en la memoria se indica que la barandilla será de acero inoxidable, el plano de detalle dice que es galvanizada y en el presupuesto figura pintada, seguro que se nos presentará un problema en el momento de la ejecución.

Como norma general, un proyecto está estructurado tal como se recoge en los puntos que siguen a con-tinuación.

3.1. MEMORIA

Es donde se explica con palabras en que consiste el proyecto. Quién es el promotor, qué coste tiene, qué servicios le afectan, qué normativas tiene que cumplir, como son los materiales...

Los capítulos que normalmente se incluyen en una memoria son los siguientes:

1.- Descripción del proyecto.

1.1.- Objetivo del proyecto

1.2.- Emplazamiento

1.3.- Promotor

1.4.- Condicionamientos generales

1.5.- Información urbanística

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182

1.6.- Servicios afectados

1.7.- Estado actual

1.8.- Expropiaciones y ocupaciones temporales

1.9.- Ficha estadística de la obra

2.- Justificación de la solución adoptada

2.1.- Solución adoptada

2.2.- Demoliciones

2.3.- Replanteo general. Topografía

2.4.- Movimiento de tierras

2.5.- Trazado

2.6.- Red de drenaje y alcantarillado

2.7.- Estructura y obra civil

2.8.- Red de servicios

2.9.- Alumbrado público

2.10.- Vialidad: firme y pavimentación

2.11.- Semaforización. Señalización

2.12.- Sistema de riego

2.13.- Jardinería

2.14.- Mobiliario urbano

2.15.- Juegos infantiles

3.- Barreras arquitectónicas

4.- Programa de trabajo del proyecto

5.- Plazo de ejecución

6.- Programa de control de calidad

7.- Clasificación del contratista

8.- Justificación de los precios

9.- Presupuesto

Tendrá que contener además las memorias anexas necesarias, de tal manera que justifiquen las afirma-ciones que figuran en la memoria. Estas memorias por lo tanto suelen incluir cálculos, descripciones o justificaciones técnicas sobre diferentes capítulos de la memoria. Generalmente pueden ser las siguientes:

❱ Antecedentes y trabajos previos

❱ Planeamiento

❱ Topográficos, estudios geotécnicos...

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❱ Movimiento de tierras

❱ Red de drenaje

❱ Firmes y pavimentos

❱ Cálculo estructural de muros

❱ Alumbrado

❱ Riego

❱ Plantaciones

❱ Señalizaciones

❱ Servicios afectados

❱ Ficha resumen de la actuación

❱ Justificación de precios

❱ ...

3.2. PLANOS

Se trata de la documentación gráfica de lo que se va a proyectar. Los planos a adjuntar y las escalas más usuales son las siguientes:

❱ Situación (1:10.000)

❱ Localización (1:5.000)

❱ Topográfico (1:500 o inferior)

❱ Estado actual (1:500 o inferior). Debería incluir información sobre todos los servicios existentes.

❱ Propuesta (1:500 o inferior). Este es el plano que verán los políticos, ciudadanos...y en consecuen-cia debe ser claro y consensuado por todas las partes. Hasta que la propuesta no sea definitiva, no se debería generar el resto del proyecto.

❱ Definición geométrica (1:500 o inferior). Es el plano de replanteo.

❱ Pavimentos (1:500 o inferior)

❱ Instalaciones (1:500 o inferior). Se realiza un plano para cada tipo de instalación como el alumbra-do, drenaje y alcantarillado, riego, semaforización... Se debe incluir tanto la información sobre los servicios propios, como sobre los servicios afectados.

❱ Obras de fábrica, estructuras y muros

❱ Plantaciones (1:500 o inferior)

❱ Mobiliario urbano y áreas de juego (1:500 o inferior)

❱ Señalización (1:500 o inferior)

❱ Detalles (1:50, 1:10 ...)

❱ ...

Si el municipio donde tenemos que realizar el proyecto no tiene una cartografía actualizada, en webs de institutos cartográficos se puede extraer documentación gráfica útil.

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3.3. PRESUPUESTO

El presupuesto es la relación valorada de las partidas de obra que forman parte del proyecto. Muchas veces nos indican cuál es el presupuesto máximo para la intervención, hecho que nos marcará el tipo de actuación que podremos llevar a cabo.

■ 3.3.1. Documentos de un presupuesto

Los documentos que se incluyen en el presupuesto son:

❱ Cuadro de precios I. Es el documento en el que se indica la descripción de la partida y del importe en número y letra.

❱ Cuadro de precios II. Es el documento en que figura la justificación de los precios de la partida, sin contar la mano de obra, es decir, materiales y maquinaria. Este documento se utiliza en los casos en que alguna de las partes decide rescindir el contrato, puesto que el otro puede reclamar una indemnización económica de la parte material.

❱ Justificación de precios. Es el documento en el cual figura el desglose de los elementos que forman una partida de obra.

❱ Mediciones. Es el desglose de la medición de cada partida de obra. Las unidades de medida usuales son: U (unidades), M o ML (metro lineal), M2 (metro cuadrado), M3 (metro cúbico), KG (Kilogramo), HA (Hectárea), PA (partida alzada).

❱ Relación valorada. Es la multiplicación de la medición por precio unitario de cada partida.

❱ Resumen del presupuesto. Es el resumen por capítulos de la relación valorada.

❱ Última hoja (PEM, GG, BI, PEC). La suma de la relación valorada recibe el nombre de Presupuesto de ejecución material (PEM). Para que una empresa funcione, necesita una serie de gastos estructurales ajenos a la obra, estos gastos tienen el nombre de Gastos generales (GG) y la ley indica que son un 13% del PEM. La ley indica también que el Beneficio industrial (BI) sea del 6% del PEM. Ya traemos el 19%. A la suma del PEM + GG + BI le aplicamos el 21% de IVA y obtendremos el Presupuesto de ejecución por contrato (PEC), que es el 1,4399 del PEM.

Podemos obtener los precios de las diferentes partidas necesarias para la ejecución de nuestro proyecto de los bancos de precios existentes (banco del ITEC, Base de precios de jardinería y paisajismo BPJP09, Base de precios paisajismo 2013,...).

Para la elaboración de los documentos del presupuesto existen diferentes programas muy útiles como por ejemplo: TCQ, Presto, Menfis, Arquímedes...

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■ 3.3.2. Propuesta de resumen por capítulos.

Los capítulos entre los que se propone que se divida el presupuesto de un espacio verde son los siguien-tes:

❱ Demoliciones y movimientos de tierras

❱ Saneamiento y drenaje

❱ Albañilería

❱ Pavimentos

❱ Alumbrado público

❱ Sistema de riego

❱ Jardinería

❱ Mobiliario urbano y juegos infantiles

❱ Señalización y semaforización

❱ Servicios afectados

❱ Seguridad y salud

3.4. PLIEGO DE CONDICIONES

En un proyecto de obra, los Pliegos de condiciones o cláusulas, son los documentos donde se regulan las condiciones técnicas, jurídicas y administrativas de una contratación. Pueden ser de 2 tipos: de Condiciones técnicas o de Condiciones administrativas. Por su carácter regulador de las obligaciones entre las partes, en general, ya están normalizados por la entidad contratante.

El Pliego de condiciones técnicas es el documento que indica como se tiene que ejecutar, cuáles son los límites de calidad, límites de tolerancia en la ejecución y como se deben medir. Cuando hay problemas en la ejecución de la obra este es el documento que nos ayudará a resolver las discrepancias existentes.

El Pliego de cláusulas administrativas aparece cuando se lícita la obra y en él se regulan los aspectos jurídicos y económicos. Este documento no lo suele elaborar el redactor del proyecto, sino los servicios jurídicos de la entidad contratante.

3.5. ESTUDIO DE SEGURIDAD y SALUD

Es un “miniproyecto” por sí solo, por lo tanto está formado por memoria, planos, pliego de condiciones y presupuesto. Su contenido queda regulado por el artículo 5 del Real Decreto 1627/97, de 24 de octubre (BOE de 25 de octubre), por el cual se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción, así como la Ley 31/1995, de 8 de noviembre sobre la prevención de los riesgos laborales, el RD 171/2004, de 30 de enero, el RD 604/2006 de 19 de mayo y posteriores.

Cuando se cumplen determinados requisitos, en lugar del Estudio de seguridad y salud, sólo hay que elaborar un Estudio básico y no hay que incluir planos, mediciones ni presupuesto. Los requisitos que se tienen que cumplir para realizar un Estudio básico son:

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❱ La obra no tiene que ser de túneles, galerías, conducciones subterráneas, ni presas.

❱ El PEM debe ser inferior a 450.000 €.

❱ La duración estimada de las obras tiene que ser inferior a 30 días laborables.

❱ No puede haber en ningún momento más de 20 trabajadores simultáneamente.

❱ La suma del total de días de trabajo de todos los trabajadores tiene que ser inferior a 500 días.

4. Bibliografía

WEBS (CONSULTA 4 DE DICIEMBRE DE 2013):

– Guía para la redacción de proyectos de obra civil y espacios verdes del AMB www.amb.cat

- Instituto cartográfico de Cataluña www.icc.cat

- Ley 30/2007, del 30 de octubre, de contratos del sector público www.boe.es/boe/dias/2007/10/31/pdfs/A44336-44436.pdf

- Real Decreto 314/2006 del 17 de marzo mediante el cual se aprueba el Código técnico de la edificación www.boe.es/boe/dias/2006/03/28/pdfs/A11816-11831.pdf

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Diseñar un espacio verde es mucho más que conjugar criterios estéticos y conceptuales. Si no queremos que el espacio fracase en poco tiempo, tenemos que considerar un amplio

campo de aspectos técnicos que aseguren su funcionalidad, seguridad y sostenibilidad.

En esta Guía, bajo la dirección del ingeniero agrónomo y técnico municipal de parques y jardines Joan Gual Martí, un equipo multidisciplinario de profesionales de los espacios

verdes desarrolla los más relevantes de estos criterios técnicos necesarios. Entre otros, se destacan aspectos como la ordenación, accesibilidad, drenaje, pavimento, iluminación, vegetación, riego, la seguridad de los juegos infantiles, los elementos ornamentales de

agua o el rigor necesario en la redacción del proyecto.

Recogiendo las principales normativas de aplicación, criterios de diseño y cálculo, así como recomendaciones y soluciones prácticas aportadas por los propios autores, esta Guía se

convierte en un documento útil y de referencia para el proyectista.