Grandes momentos de la Corrupción: Introducción

8/6/2019 Grandes momentos de la Corrupcin: Introduccin

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Introduccin

Este texto trata sobre la historia de la corrupcin en el Per a travs de un conjunto

de ensayos que presentan materiales de estudio relevantes referidos a este

problema. Su propsito es facilitar la reflexin sobre la deshonestidad y tambin

sobre las formas en que ha sido enfrentada. En efecto, no se presentan solamente

casos de corrupcin, sino tambin de lucha contra ella, porque la idea que anima el

texto es que, en el Per, la corrupcin y la honestidad han entablado un combate

que viene durando varios siglos.

Para empezar hemos incluido un ensayo sobre Felipe Guamn Poma de Ayala, el

cronista indgena que escribi una monumental carta al Rey de Espaa al comenzar

el siglo XVII. La conquista se haba producido haca unos ochenta aos, cuando

este traductor indgena, nacido en la misma poca en que llegaban los europeos,

escribi una profunda reflexin sobre la naturaleza del gobierno colonial en

contraste con el recuerdo que haba dejado el gobierno del inca. Al estar

acompaado este texto por casi 400 dibujos, la obra de Guamn Poma se ha

convertido en un referente obligado de los estudios etnogrficos sobre el Per

colonial. Este cronista indio ofrece una de las primeras consideraciones sobre la

corrupcin como parte integrante del sistema poltico implantado en el Per desde

la llegada de los espaoles.

A continuacin, el lector encontrar un ensayo sobre Antonio Ulloa y el libro que

escribi junto a Jorge Juan, Noticias secretas de Amrica, el cual fue fruto de un

encargo muy especial. Durante el siglo XVIII, el rey de Espaa envi a estos dos


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jvenes tenientes de la armada a realizar un viaje a Sudamrica para cumplir una

serie de misiones cientficas; pero en forma paralela, les entreg instrucciones

secretas para que observen el estado de la administracin poltica colonial y

puntualicen los problemas de mal gobierno y corrupcin. Fruto de este segundo

encargo, ambos autores escribieron un reporte que despus de ser publicado se ha

convertido en un clsico de los estudios de ciencias polticas relativos a la era

colonial.

La ruptura independista est contenida en la obra de Manuel Lorenzo de Vidaurre,

sobre quien trata el texto siguiente. Vidaurre fue un abogado limeo atrado por la

obra de las Cortes de Cdiz. En efecto, trabaj como asesor y secretario en la

primera Asamblea Constituyente de Espaa a inicios del siglo XIX. All recibi el

encargo de escribir un programa de gobierno para el Per, habiendo sido el primer

documento de este tipo. Vidaurre plantea los objetivos y tambin los mecanismos

necesarios para que el gobierno peruano conduzca al pas por la senda del

progreso. Por falta de tiempo no hemos escrito un ensayo sobre el caudillismo y la

constitucin del Per independiente.

Luego, encontramos el triste episodio del guano, primera ocasin para un gran

escndalo en la era republicana. La elevada corrupcin con la cual se manej este

recurso natural anul su potencial rol de agente de transformacin y progreso

nacional. El guano proporcion una gran fortuna, buena parte de la cual se logr

conservar en el pas. De ah que numerosas veces se ha reflexionado sobre qu fue

lo que fall, cmo se escurri entre los dedos de los peruanos una suma de dinero

que habra podido significar el desarrollo del capitalismo en el pas. Esta


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prosperidad falaz, como la llam Jorge Basadre, condujo a la Guerra del Pacfico y

a la derrota nacional. De ese modo, la fantasa de un recurso inagotable que nos

volvera ricos sin necesidad de trabajar se transform en la horrible pesadilla de la

invasin extranjera y la desmembracin nacional.

El guano fue el ms grande escndalo de corrupcin del siglo XIX. Durante su

desarrollo algunos polticos, como Francisco Garca Caldern, reflexionaron sobre

sus consecuencias. Garca Caldern era un joven abogado nacido en Arequipa que

escribi un Diccionario de la Legislacin Peruana, que constituye la obra nacional

ms importante de derecho del siglo XIX. En ese diccionario se halla una serie de

definiciones muy ilustrativas tanto de la corrupcin como de las leyes peruanas

emitidas para combatirla y sus ejemplos son tambin muy reveladores de la historia

nacional de la corrupcin. Aade inters al diccionario el destacado papel de Garca

Caldern como presidente cautivo del Per, prisionero en Chile durante la hora ms

dramtica de la repblica.

La derrota nacional fue seguida por la obra de Manuel Gonzlez Prada, quien

realiz un balance tremendo de las responsabilidades de la clase dirigente. Como l

mismo sola decir, puso el dedo en la llaga y salt la pus. A su misma generacin

perteneci Mercedes Cabello, una escritora nacida en Moquegua, que form parte

del primer grupo de mujeres independientes. Cabello escribi varias novelas

importantes a fines del siglo XIX, entre las que destaca El Conspirador. La trama de

esta novela se refiere a los males polticos peruanos. Segn la autora, la corrupcin

explica el mal gobierno y desnuda sus procedimientos. La clase poltica nacional, a


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pesar de sus profundas divergencias, cerr filas contra esta mujer que supo ser

radical y llevar sus temas hasta el final.

Tras los ensayos dedicados a ambos autores, incluimos uno que trata sobre el

gobierno de Augusto B. Legua, quien fue presidente en dos ocasiones y complet

quince aos en el poder, constituyendo el rcord nacional de permanencia en el

manejo del Estado. Durante su segundo mandato, el perodo llamado oncenio, se

contrataron numerosos emprstitos en los Estados Unidos que multiplicaron la

capacidad operativa del Estado. Estos prstamos vinieron acompaados por

corrupcin y por otros acuerdos ocultos. La contratacin de numerosas compaas

extranjeras para brindar servicios a precios y condiciones monoplicas fue otro de

los puntos crticos de la corrupcin bajo Legua.

Al finalizar su mandato sobrevino un juicio lamentablemente muy politizado y

controvertido, por lo cual no se aprovecharon las lecciones del perodo de Legua

para realizar cambios institucionales decisivos que acabaran con la corrupcin. Al

mismo tiempo, la misin Kemmerer estuvo en el pas y recomend una reforma

integral del Estado. Pero sus propuestas solo se aplicaron en forma parcial. As se

esfum la oportunidad para modernizar el Estado y tornarlo racional y

burocrticamente eficiente.

Sobre el ms importante de los historiadores de la repblica peruana, don Jorge

Basadre, trata el siguiente ensayo. Basadre tuvo participacin poltica, porque fue

ministro de educacin en dos oportunidades. Esta experiencia, sumada a la

profundidad de sus estudios, hizo que se forme un juicio muy preciso sobre la


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corrupcin peruana. Sus ideas se plasmaron en su ltimo libro, publicado luego de

su fallecimiento y titulado Sultanismo y corrupcin, el cual postula que la autoridad

peruana se comporta de manera similar al sultn de Turqua. Esto es, con

propensin a considerar los recursos pblicos como una prolongacin de su casa

personal, conformando un rgimen patrimonialista.

La obra de Basadre fue escrita durante un perodo clave de la historia moderna del

pas, al cual se dedica tambin un artculo. Una vez cado Legua, se formaron

partidos polticos populares, el APRA y el Partido Comunista del Per, que fueron

derrotados por la oligarqua durante la crisis de 1930-1933. Sin embargo, la

oligarqua peruana a estas alturas era relativamente dbil y no form un partido

poltico ni gobern en democracia, por el contrario, se vio obligada a manejar el

Estado a travs de regmenes militares que dominaron la poltica peruana hasta

1956. La principal excepcin durante esas dcadas fue el gobierno de Bustamante y

Rivero, el cual, sin embargo, no logr torcer el curso liberal en lo econmico y

dictatorial en lo poltico que domin el pas durante casi tres dcadas.

El militarismo oligrquico dio paso a un reformismo de origen y propsito

democrtico, representado por el primer gobierno de Fernando Belande en la

dcada de 1960. Fue una nueva oportunidad para reorganizar las instituciones

pblicas, pero lamentablemente fracas por un cmulo de circunstancias. Belande

fue demasiado dependiente del poder militar, al que en alguna medida le deba el

gobierno, puesto que las Fuerzas Armadas anularon las elecciones de 1962 que

Belande haba perdido frente a Haya de la Torre y convocaron a nuevos comicios

para el ao siguiente. En esta segunda eleccin se impuso Fernando Belande,


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quien instal su gobierno con problemas, pues enfrent una desgastante oposicin

desde el Congreso. En el parlamento se form una coalicin antigobiernista

integrada por antiguos enemigos: el APRA y la oligarqua unidos para disputar al

ejecutivo el manejo del pas. Ese conflicto acab desmoronando las frgiles bases

de la democracia peruana. Por otro lado, en esta etapa la corrupcin no fue

detenida sino que sucesivos escndalos culminaron por minar la confianza

ciudadana en Belande.

Nuestro anlisis retoma el curso con el gobierno de Fujimori, a quien dedicamos un

ensayo basado en los numerosos juicios y comisiones investigadoras que se han

formado una vez cado su rgimen y conocidos los vladivideos.

Por ltimo, el lector encontrar un ensayo sobre tres instituciones pblicas peruanas

cuya misin guarda relacin con la lucha contra la corrupcin. En primer lugar, la

Contralora General de la Repblica (CGR), cuyo objetivo es certificar las cuentas

nacionales y denunciar todo acto corrupto y a todo funcionario deshonesto. Como

es evidente, esta entidad combate la corrupcin en forma muy directa y centra su

actividad en el funcionario pblico. En segundo lugar, la Superintendencia Nacional

de Administracin Tributaria (SUNAT), que administra un rea clave, pues muchos

actos corruptos de la historia han consistido en sobornar para reducir o anular los

pagos de impuestos o tasas aduaneras al erario pblico. En este sentido, la SUNAT

se dirige a la ciudadana y le exige un comportamiento honesto en su trato con el

Estado. Finalmente, hemos analizado a la Superintendencia de Banca y Seguros

(SBS). Esta entidad regula la actividad de las instituciones financieras, que son las

que dinamizan la maquinaria econmica en el sistema capitalista. En este sentido,


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los bancos tienen capacidad para contagiar al sistema econmico, tanto en un

sentido positivo como negativo. Las prcticas empresariales nacionales dependen

en buena medida de la conducta de los bancos. Por ello, la SBS tiene una misin

decisiva en la consecucin de un Estado y una sociedad modernos que descarten la

corrupcin en el Per. Estas tres entidades han sido analizadas en forma paralela y

conjunta buscando incidir en las determinaciones histricas e institucionales que

explican su devenir.

Estos son los temas principales que el lector hallar en esta publicacin. Hay dos

aspectos que hubiera sido importante trabajar tambin aqu. El primero es el

caudillismo y la constitucin del Per independiente, que explican en mucho cmo y

por qu algunas costumbres coloniales, como la corrupcin, sobrevivieron a la

emancipacin. Sin embargo, hay elementos respecto a estos temas en los textos

sobre Antonio Ulloa, Manuel Vidaurre y Gonzlez Prada. El segundo aspecto que

no hemos podido analizar se refiere al periodo que va desde el golpe de Estado de

1968 y la instalacin del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas hasta el

momento previo al inicio del gobierno de Fujimori, es decir, el segundo gobierno de

Belande y el primero de Alan Garca. Nos han faltado fuerzas y tiempo para estos

temas, de tal manera que continan como desafo intelectual para abordar en el

futuro.

Para terminar con esta breve introduccin, en lo que sigue se presentan tanto las

ideas que animan este texto como el reconocimiento a las personas y entidades a

las que debemos parte del material que se desarrolla.


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Dos tradiciones: la corrupcin y la lucha contra la corrupcin

De acuerdo a la definicin de Transparencia Internacional, corrupcin es el uso del

poder para obtener indebidos beneficios privados. En tanto ello, la corrupcin

implica dos lados o dos actores, uno pblico o estatal y uno privado, quienes se

ponen de acuerdo para aprovechar el poder del primero en beneficio del segundo, y

tambin del primero. Es un acto deshonesto e indebido porque el funcionario

pblico adopta una decisin para favorecer al corruptor. A cambio media un

soborno, que concreta la ganancia ilegal del funcionario. En ese sentido, la

corrupcin se opone al bien comn y significa la apropiacin por un particular de la

accin pblica.

Para ello, el funcionario debe poseer autoridad suficiente de manera que le permita

adoptar una decisin sobre la problemtica a su cargo. Es decir, para concretar un

acto corrupto es indispensable la arbitrariedad del funcionario y que este disponga

de poder personal de decisin. Hay, entonces, correlacin entre un mayor poder

discrecional del funcionario y una corrupcin elevada. A su vez, la reduccin de este

poder depende de la existencia de normas claras y precisas que hacen de la accin

pblica un producto discernible y fcil de prever, no sujeto a la voluntad de ningn

funcionario, por ms encumbrado que sea su puesto.

Por otro lado, en ocasiones extraordinarias, el funcionario pblico soborna a

particulares para que estos acten a favor del gobierno y en contra de las leyes. Es

el caso mostrado en los vladivideos, donde Vladimiro Montesinos, ex asesor del

Servicio de Inteligencia Nacional, ofrece dinero a distintos personajes para que


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apoyen al gobierno en sus propsitos de obtener un ilegal tercer mandato

consecutivo. Sin embargo, estos casos son los menos. En la generalidad de

ocasiones corruptas es el funcionario pblico quien recibe dinero de un particular

para decidir una medida del Estado, o eventualmente para no actuar, lo cual a la

larga beneficia al particular en cuestin.

El soborno o la coima es el mecanismo principal de la corrupcin, aunque no el

nico, porque en numerosas ocasiones se intercambia apoyo poltico por medidas

gubernamentales que favorecen, por ejemplo, a la empresa del actor privado

involucrado. En este sentido, el intercambio de favores realizado a travs de medios

oscuros aparece como el verdadero mecanismo indispensable del acto corrupto, ya

que ocurre al margen de las leyes.

Por ello, la corrupcin generalizada guarda conexin con el clientelismo, donde se

intercambia apoyo poltico por favores desde el poder. As, la corrupcin y el

clientelismo pertenecen al mismo tipo de regmenes polticos, conocidos en la

ciencia poltica como patrimonialistas. La esencia de este tipo de formaciones reside

en la actitud del gobernante que considera el dominio poltico como su patrimonio

personal. Los regmenes patrimonialistas se dan en Estados que poseen

estructuras de larga duracin y que son difciles de romper porque condensan

costumbres perversas en la actuacin poltica. En el caso peruano la corrupcin

arrastra una antigua historia.

Como hemos dicho, el gran historiador de la repblica del Per, Jorge Basadre,

dedic a este problema el ltimo de sus libros, Sultanismo y corrupcin en la historia


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peruana. El ilustre tacneo sostiene que en el Per no existe un Estado digno de

ese nombre, porque el pas carece de una entidad pblica profesional, tcnica y

bien organizada. Por el contrario, quien gobierna se siente un soberano absoluto y

maneja los bienes del Estado como una prolongacin de su peculio personal. Se le

confunden los parmetros y los recursos, fluyendo con facilidad en uno y otro

sentido. Montesinos y las planillas secretas del SIN son el ejemplo perfecto de esta

modalidad gubernamental. El que ejerce el poder paga honorarios a los altos

funcionarios pblicos por debajo de la mesa y muy por encima de lo reglamentado.

Sin haber conocido a Fujimori, Basadre sostena que el Per era un pas con una

alta permisividad ante la corrupcin y que, de cuando en cuando, circunstancias

excepcionales y negativas, provocaban episodios de muy elevada corrupcin.

Segn Basadre, el concepto de sultanismo permite entender el funcionamiento del

Estado peruano porque los presidentes se comportan como sultanes del imperio

otomano. El gobierno es emanacin de su voluntad personal y el mandatario exige

sumisin, pero al mismo tiempo promete recompensas que hacen del Estado un

botn para sus partidarios. Ese tipo de poltico garantiza una elevada corrupcin en

las alturas y un chorreo de prebendas hacia abajo. En el ideal, todos los individuos

estn sobornados y aceptan el curso de las cosas como natural, de manera que

desaparece el ciudadano y se impone el beneficiario. Pero esta utopa negativa

nunca se concreta en forma total. Regular y constantemente surge una oposicin

que desarrolla una lucha por la democracia y contra la corrupcin. En este sentido,

el trabajo que aqu se presenta se inspira en conceptos ya trazados por Basadre.


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Llevamos siglos en esta situacin, como ha demostrado ltimamente el historiador

Alfonso Quiroz, quien ha escrito un libro mostrando que entre el virrey Amat y

Alberto Fujimori no hubo en el pas un solo gobierno honesto. Segn Quiroz, la

corrupcin en el pas flucta entre alta y media. Pocas veces ha sido baja, nunca

nula. Ha habido algunos gobiernos ms limpios que otros, ellos seran excepciones

de corta duracin. De este modo se ha formado una tradicin, segn la cual los

polticos entienden su paso por la administracin como ocasin para enriquecerse

personalmente. El soborno es la verdadera ley del pas. As, no llama la atencin

que el saber comn identifique la relacin entre el individuo y la ley como definida

por el poder del dinero, capaz de acomodar las ms variadas circunstancias legales

a favor de quien lleva la bolsa llena.

El trabajo de Quiroz es excepcional porque ofrece por primera vez un estudio

integral del pas a partir de la corrupcin. Se trata de un fresco de la historia

peruana con un argumento poderoso, que vincula el ejercicio del poder con la

ambicin por la ganancia patrimonialista. Por ello, esta publicacin tambin debe

mucho a Alfonso Quiroz. Hemos seguido su esquema general, al igual que recogido

muchos casos y ejemplos de su propio anlisis. Aunque esto se reconoce en

algunas ocasiones a lo largo del texto, valga la oportunidad para explicitar que sin

los trabajos previos de Basadre y de Quiroz, estas pginas de divulgacin no

hubieran podido ser escritas.

Otro autor fundamental para el tema de este libro es Hctor Vargas Haya, quien ha

escrito igualmente una historia integral de la corrupcin en el Per republicano.

Vargas Haya aporta abundante informacin y una lgica casustica que es muy til


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para el estudioso de este campo. Por otro lado, su amplia experiencia como

parlamentario y en el ejercicio de la investigacin congresal aade inters a sus

trabajos. Es por ello que el presente trabajo tambin ha bebido de esta fuente para

armar la sntesis que se presenta.

Por otro lado, varios de los ensayos que componen este trabajo son fruto de

investigaciones propias. Por ejemplo, el que se refiere a Mercedes Cabello

originalmente fue un guin para un programa de televisin, mientras los dos ltimos

captulos son ensayos que merecen un reconocimiento especial. En el caso del

texto sobre Fujimori, la investigacin en la que se funda fue efectuada en dos

comisiones investigadoras del Congreso (2001-2003) para las cuales trabaj como

asesor. Estas comisiones fueron dirigidas por Javier Diez Canseco y Ernesto

Herrera. Posteriormente elabor un resumen de esa investigacin a pedido de

Propuesta Ciudadana para una cartilla de divulgacin. En el caso del ensayo sobre

las instituciones de control, la investigacin fue realizada en el IEP gracias a un

proyecto del CIES. Aqu se presenta una sntesis del trabajo que ser publicado en

extenso prximamente como parte de un volumen mayor.

A travs de las diversas investigaciones que la corrupcin ha generado, queda claro

para los historiadores que el Per no ha sido derrotado por este mal de la

corrupcin, sino que lo vive como una lucha agnica. En efecto, precisamente a

causa de la intensidad del flagelo de la corrupcin en el Per se ha constituido un

fuerte polo opuesto. Es decir, se ha formado una segunda tradicin, la de la lucha

anticorrupcin. La historia nacional muestra que ambos polos se han fortalecido y

desarrollado como un juego de oposiciones. En esta segunda orientacin se hallan


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personas muy distintas, con posiciones a veces divergentes, pero que defienden la

honestidad como eje de la vida pblica. Adems, tanto honestos como corruptos

han acompaado a todos los grupos polticos que han manejado la nave del Estado

peruano.

En cualquier momento de nuestra historia en el que uno se ubique, encontrar estos

dos tipos de personas. Por un lado, corruptos, por el otro, quienes los combaten.

Desde Guamn Poma de Ayala y su queja contra las injusticias, la aspiracin al

buen gobierno es una constante histrica. Este no es solamente el pas de grandes

ladrones como Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori. Tambin es la patria de

figuras comprometidas por completo con la moral pblica, como Manuel Gonzlez

Prada, Carlos Malpica y Miguel ngel Cusinovich. Desde siempre el Per es un

pas muy complejo, donde la pus acompaa a la vida.

De este modo, el Per se halla en tensin permanente entre dos tradiciones que

vienen chocando durante muchos aos sin resolver su contradiccin. La traba para

una solucin positiva es una cultura muy extendida que acepta como natural la

trasgresin. Las mismas personas que se indignan ante la corrupcin en el Estado,

suelen ser permisivas ante la pequea violacin de las leyes. Por ejemplo, muchos

individuos conciben los sobornos a policas como multas privatizadas y por ello no

se hacen el menor problema por pagar esas pequeas coimas. As, no perciben que

la pequea corrupcin es el fundamento ltimo de la grande. Porque los corruptores

importantes de la historia peruana crecen en un ambiente donde se celebra la

viveza para obtener provecho personal del marco legal. Pepe el vivo explica a


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Vladimiro Montesinos. El criollo es el sustento del corrupto. As, en el caso peruano,

la cultura explica la poltica y no al revs.

Pero, si es tan extendida la pequea trasgresin, por qu la gente se indigna tanto

ante los casos pblicos de corrupcin en el aparato del Estado? Cada vez que salta

ante la opinin pblica, la corrupcin se convierte en tema de titulares que

estremecen cotidianamente. En realidad, es una rebelin contra la evidencia.

Fastidia enormemente que a uno se le refriegue en la cara cmo se roba en el

gobierno. No importa tanto el robo, incluso el saber comn lo acepta como

inevitable. Lo que molesta es comprobar una y otra vez que basta ingresar al

gobierno para salir millonario.

Aunque masivo, ese sentimiento de rechazo normalmente es de corta duracin y

tiene un horizonte limitado. Es una lstima, porque es una indignacin extendida y

de mucha intensidad emocional. Tendra que proyectarse para ganar en coherencia

y profundidad. Tendra que pasar de la rabia ante la evidencia a la clera por la

sustancia. Es decir, por el soborno mismo. Slo de este modo, el Per podr

resolver su tensin entre estas dos tradiciones para avanzar en forma positiva a la

construccin de una mejor nacin.

Existen pases que progresan con todos los sistemas socioeconmicos y tambin

los que retroceden con todos esos sistemas. En el primer grupo se ubican aquellas

naciones que han logrado derrotar a la corrupcin y han impuesto normas

universalmente aceptadas de buen gobierno. En el segundo, lamentablemente, nos

encontramos an nosotros.


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Conclusiones

La corrupcin es un mal difcil de erradicar porque se encuentra enraizado en

las costumbres polticas. Parece ser parte de la piel de los operadores polticos

y resulta complicado pensar que algn da ellos mismos se desprendan de sus

perniciosos efectos. El sistema parece algo esquizofrnico, porque el aparato

normativo estatal persigue la corrupcin, mientras que la prctica cotidiana de

los polticos la consagra. Se practica lo que se prohbe, en una rueda continua

que registra escasas excepciones.

En efecto, no ha de ser tarea sencilla eliminar la corrupcin. Por el contrario,

modificar los hbitos polticos de una comunidad requiere de mucha sabidura y

notable persistencia. Slo estadistas muy aplicados encuentran la llave que

permite pasar frente al umbral de la corrupcin y llegar a un nuevo sistema

basado en el servicio pblico y la honestidad del funcionario; estadistas que

tendrn a la mano el ejemplo de otros pases que tambin fueron corruptos y

que en algn momento de su historia se libraron de este flagelo. Porque siendo

difcil salir de la corrupcin, ello es perfectamente posible.

Por ejemplo, los Estados Unidos han sido un pas de hbitos polticos teidos

de corrupcin. En los turbulentos aos veinte, durante la poca de la

prohibicin del alcohol y del reinado de los gnsters, estaba plagado de

congresistas, alcaldes y policas deshonestos; al mismo tiempo, las mafias

norteamericanas penetraron profundamente el sistema poltico yanqui. La

prohibicin no solo no termin con el consumo del alcohol, sino que estimul el


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poder de la mafia. En este contexto, limpiar el sistema fue una tarea ardua que

consumi buena parte de los aos anteriores a la guerra, tarea que estuvo

mayormente a cargo de Franklin. D. Roosevelt.

As, en los Estados Unidos durante los aos treinta se desarrollaron varios

cambios polticos simultneos en sentido positivo. En primer lugar, se elimin la

absurda prohibicin del alcohol y se redujo el mbito de accin de la mafia.

Asimismo, los juicios que se siguieron a raz de la crisis de 1929 fueron

cruciales para que la ciudadana norteamericana madure y para que el Estado

adopte una serie de medidas que reformaron las instituciones del gigante

norteamericano. La transformacin institucional, sumada a la mayor conciencia

ciudadana, potenciaron el lado positivo de la sociedad, mientras que la

eliminacin de las prohibiciones redujo la influencia del aspecto negativo.

Desde entonces, el sistema norteamericano funciona sin problemas de

corrupcin y claramente ha dejado atrs la era de los gnsters.

Por otro lado, el triunfo de las nociones de honestidad y servicio pblico no

significa la desaparicin de la corrupcin para siempre. De hecho, siempre

habr individuos de diversas calidades y debemos esperar que todos ellos

incursionen en poltica. Por esa razn, la existencia de un sistema poltico

limpio significa que el funcionario pblico deshonesto ser sometido a la

justicia. Un Estado no corrupto se caracteriza por su capacidad para detectar y

sancionar regularmente a todo aquel que cae en la tentacin del delito. Por

ejemplo, en el Brasil, el presidente Fernando Collor de Mello mont un gran

esquema de corrupcin desde la presidencia. Fue denunciado por su propio


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hermano y la opinin pblica lo oblig a dimitir. De este modo, Collor de Mello

comparti con Fujimori la crisis al interior de la familia presidencial, como paso

previo al destape de la corrupcin en las altas esferas del gobierno. Los

ejemplos de los Estados Unidos y del Brasil muestran, pues, que es posible

desprenderse de la corrupcin y que ello no supone esperar hasta que todos se

vuelvan honestos.

Para concretar una reforma anticorrupcin efectiva se requiere adoptar

iniciativas en tres niveles. En primer lugar, es preciso educar a las nuevas

generaciones y lograr que imaginen un pas sin corrupcin, donde las normas

se respeten y la ley se acate. As, la educacin peruana debe sembrar

moralidad desde la tierna infancia, para lograr una transformacin tica firme y

sostenida. La educacin en la virtud y el aprendizaje de la nocin de servicio

pblico empiezan en la escuela y sus resultados se muestran en el largo plazo.

Por su parte, la educacin no slo se imparte en el colegio, sino que contina

en la vida diaria y termina de forjarse experimentando en la prctica la manera

como funciona el pas. El joven termina su educacin cvica observando la

escena poltica e institucional y sacando sus propias conclusiones de hechos

protagonizados por los polticos. Cada generacin madura a travs de la

autorreflexin de su experiencia vital en las instituciones nacionales.

La ciudadana tiene al frente a las instituciones de la democracia y en su vida

diaria vive su funcionamiento en la prctica. Esta experiencia se nutre de

circunstancias de tres tipos. En ocasiones, el ciudadano acta como usuario y

as lo encontramos realizando trmites ante organismos pblicos. Otras veces,


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desarrolla una accin poltica y se compromete con alguna causa. Finalmente,

en la posicin opuesta, hay momentos en los que el ciudadano simplemente

observa desde fuera. En cada una de estas circunstancias, l completa su

educacin y se forma una opinin sobre el Estado.

Estas experiencias van formando conclusiones en el ciudadano acerca de si el

Estado funciona para el bien comn o si, por el contrario, su lgica privilegia a

unos pocos que se aprovechan de su accin para beneficio personal. La opcin

que cada cual toma como conclusin, a su vez, define la actitud del ciudadano

ante el Estado. En el primer caso se compromete o al menos le guarda respeto;

en el otro, el ciudadano busca alejarse y no involucrarse, porque siempre

sospecha que la funcin pblica beneficiar a algunos cuantos. En un caso

predomina en el ciudadano el cumplimiento de sus deberes cvicos, mientras

que el otro su actitud es el rechazo y prefiere la informalidad.

La experiencia y la conclusin personal son decisivas para el tema de la

corrupcin porque, en el primer caso, el ciudadano ha de rechazarla, mientras

que en el segundo ha de parecerle natural aprovecharse del Estado, ya que de

hecho otros son beneficiados en forma particular y no existe el bien comn. La

lgica es que si el Estado beneficia a unos cuantos entonces es legtimo

engaarlo y violar las leyes en provecho propio.

En esta batalla, los individuos son ms importantes que los funcionarios. Como

vemos, el dato crucial es la experiencia con el Estado de millones de

ciudadanos. En el caso de ver honestidad y rectitud seguirn en esa senda,


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De una manera algo diferente, la supervisin bancaria consiste en establecer

las reglas para hacer competitiva la estructura bsica de los negocios: la

financiera. Si los bancos funcionan de una manera transparente, entonces todo

el sistema econmico se teir de prcticas competitivas. Las entidades

financieras son la palanca del sistema econmico y el organismo supervisor, la

SBS, cumple entonces un destacado papel regulador, para generar una

estructura econmica que resulte abierta y competitiva. En este sentido, la SBS

participa en forma indirecta de la lucha contra la corrupcin. Si funciona mal, el

vicio gana a los agentes econmicos principales y contagian a todo el pas.

Estas tres instituciones son cruciales ya que la CGR y la SUNAT actan

directamente contra la corrupcin, mientras la SBS representa la misin de los

reguladores, que son entidades pblicas destinadas a garantizar las buenas

prcticas empresariales y una correcta relacin entre el mundo empresarial y

los ciudadanos concebidos como consumidores. La SBS es la entidad

reguladora ms antigua y su correcto funcionamiento imprimira una inyeccin

de vitalidad al sistema econmico nacional a travs de las prcticas financieras.

Estas entidades son muy importantes para derrotar a la corrupcin. Pero no

son las nicas y, en realidad, una reforma integral del Estado es indispensable

para lograr avanzar en forma sostenida en la eliminacin de la corrupcin. En

ese camino la justicia cumple un papel igualmente fundamental. En efecto, la

impunidad es la base para la continuidad de este tipo de delitos. Si la

ciudadana observa cmo se libera a quien ha desfalcado al Estado, entonces


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los estmulos negativos son muy poderosos. En este sentido, la reforma ms

importante es la del sistema de justicia.

El escenario judicial forma la conciencia ciudadana porque su efecto es

ejemplar: si las decisiones son erradas aumentar la corrupcin debido a que

los deshonestos se sentirn protegidos. Por el contrario, pocas cosas

contribuyen de modo ms decidido con la honestidad en la funcin pblica que

un poder judicial severo e implacable con la corrupcin. Si los deshonestos

salen impunes y, peor an, si exhiben su riqueza obtenida de manera

tramposa, entonces la ciudadana se deprime y se retrae. No participa. Por el

contrario, un castigo ejemplar asusta al deshonesto y fortalece las convicciones

de las personas correctas.

Por ello, para acabar con la corrupcin se requiere una receta con tres

componentes: educacin en valores ticos, reforma de las instituciones y una

justicia severa. Si los cambios en estas esferas son simultneos, entonces

tendremos xito y el pas ingresar a la era de la administracin racional y

profesional, lo cual deriva de la limpieza y la eliminacin de la corrupcin en la

prctica cotidiana del Estado.

Grandes momentos de la Corrupción: Introducción

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