González Ruiz, María Ángeles, La Fiscalidad y El Mercado Interno Colonial en La Historiografía...

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La fiscalidad y el mercado interno colonial en la historiografía americanista María Ángeles Gálvez Ruiz Universidad de Granada Un repaso historiográfico de las diversas interpretaciones sobre la crisis del siglo XVII ha servido como punto de reflexión para analizar la economía mexicana durante los siglos XVII y XVIII, y para entender de una manera global la economía colonial, cuya trans- formación y reajuste fue indudable a partir del siglo XVII. Los mercados internos toman el relevo al comercio exterior como base de crecimiento general, lo cual nos ha permitido un nuevo punto de partida para presentar algunas de las líneas maestras en el campo de la investigación en torno al tema del mercado interno colonial y lo que han aportado los estu- dios de carácter fiscal sobre el análisis de los mercados regionales en la América colonial. Atendiendo a los debates y discusiones en torno a la historiografía económica me remito en el presente análisis al tema de la fiscalidad y a la problemática del mercado interno colonial, ya que considero esta propues- ta ilustrativa de una de las tendencias historiográficas más interesantes en la historia económica de la América española. No se tratará aquí de dar una lista interminable de trabajos realizados en los últimos años en los temas propuestos, sino más bien de exponer algunas de las grandes líneas historiográficas y de investigación llevadas a cabo por historiadores. En sus trabajos se han planteado ciertas cuestiones históricas con aportaciones realmente importantes y, sobre todo, novedosas tanto por la metodología empleada como por sus análisis tan sugerentes. Pero antes de entrar en dicho debate sería conveniente hacer mención de otra polémica suscitada varias décadas atrás para comprender de una manera global el tema. Me refiero a la existencia o no de una crisis general en el nuevo continente durante el siglo XVII. En este sentido, haremos un breve repaso a otros trabajos que se ocuparon del tema y presentaron una revisión historiográfica al respecto, haciendo especial hincapié en el caso mexicano. Estancamiento y crisis en la economía mexicana En 1990, Rosario Sevilla Soler presentaba un estado de la cuestión sobre la minería americana y la crisis del siglo XVII, 1 cuyo análisis arran- 1 Sevilla Soler, Rosario: “La minería americana y la crisis del siglo XVII. Estado del proble- ma”, Anuario de Estudios Americanos, sección de Historiografía y Bibliografía, T. XLVII, n.º 2, Sevilla, 1990, págs. 61-81. Tomo LV, 2, 1998 653 (c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc) http://estudiosamericanos.revistas.csic.es

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GONZÁLEZ RUIZ, La fiscalidad y el mercado interno colonial durante el siglo XVII. Un repaso bibliográfico e historiográfico.

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  • La fiscalidad y el mercado interno colonialen la historiografa americanista

    Mara ngeles Glvez RuizUniversidad de Granada

    Un repaso historiogrfico de las diversas interpretaciones sobre la crisis del sigloXVII ha servido como punto de reflexin para analizar la economa mexicana durante lossiglos XVII y XVIII, y para entender de una manera global la economa colonial, cuya trans-formacin y reajuste fue indudable a partir del siglo XVII. Los mercados internos toman elrelevo al comercio exterior como base de crecimiento general, lo cual nos ha permitido unnuevo punto de partida para presentar algunas de las lneas maestras en el campo de lainvestigacin en torno al tema del mercado interno colonial y lo que han aportado los estu-dios de carcter fiscal sobre el anlisis de los mercados regionales en la Amrica colonial.

    Atendiendo a los debates y discusiones en torno a la historiografaeconmica me remito en el presente anlisis al tema de la fiscalidad y a laproblemtica del mercado interno colonial, ya que considero esta propues-ta ilustrativa de una de las tendencias historiogrficas ms interesantes enla historia econmica de la Amrica espaola.

    No se tratar aqu de dar una lista interminable de trabajos realizadosen los ltimos aos en los temas propuestos, sino ms bien de exponeralgunas de las grandes lneas historiogrficas y de investigacin llevadas acabo por historiadores. En sus trabajos se han planteado ciertas cuestioneshistricas con aportaciones realmente importantes y, sobre todo, novedosastanto por la metodologa empleada como por sus anlisis tan sugerentes.

    Pero antes de entrar en dicho debate sera conveniente hacer mencinde otra polmica suscitada varias dcadas atrs para comprender de unamanera global el tema. Me refiero a la existencia o no de una crisis general enel nuevo continente durante el siglo XVII. En este sentido, haremos un breverepaso a otros trabajos que se ocuparon del tema y presentaron una revisinhistoriogrfica al respecto, haciendo especial hincapi en el caso mexicano.

    Estancamiento y crisis en la economa mexicana

    En 1990, Rosario Sevilla Soler presentaba un estado de la cuestinsobre la minera americana y la crisis del siglo XVII,1 cuyo anlisis arran-

    1 Sevilla Soler, Rosario: La minera americana y la crisis del siglo XVII. Estado del proble-ma, Anuario de Estudios Americanos, seccin de Historiografa y Bibliografa, T. XLVII, n. 2,Sevilla, 1990, pgs. 61-81.

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  • caba del estudio de los aos 50 sobre la citada crisis en la historia europea.Desde que Eric Hobsbawn y Trevor-Roper plantearan en Past and Presentuna crisis de la Europa del seiscientos crisis econmica y crisis socialrespectivamente, la polmica qued abierta y suscit la existencia de unacrisis paralela americana, directamente relacionada con un descenso en elenvo de remesas de metales preciosos al viejo continente.2 E. Hamilton yahaba expuesto la cuestin en 1934 conectndola con la revolucin de losprecios en Espaa; dos dcadas despus fue retomada por W. Borah y P. yH. Chaunu, cuyas conclusiones expresaban una decadencia de la economaamericana, manifestada por un descenso en la produccin de plata.3 Tesisque sera nuevamente discutida en los aos 70 desde diversos puntos devista por J. Lynch, P. Bakewell, D. Brading y H. Cross, A. Jara, M. Mo-rineau y J. Israel.4

    Sevilla Soler expone en su anlisis una revisin historiogrfica de lasprincipales aportaciones sobre este tema, centradas bsicamente en losaos 70 hasta mediados de la dcada siguiente, y cuyos ncleos temticosde inters giran en torno a la importancia de la minera en la economacolonial, la mano de obra, la financiacin y produccin de dicho sector.Este examen historiogrfico ha permitido poner de manifiesto que la grancrisis econmica del siglo XVII fue una crisis fundamentalmente espaolay europea, y no americana; que si hubo un descenso de las remesas de pla-ta enviadas a Espaa y una cada del comercio atlntico no fue originadopor un declive de la produccin de plata ya que durante toda la centuria sesigui produciendo este metal precioso en grandes cantidades, sino que fueconsecuencia de un reajuste de la economa colonial. Este anlisis nossirve como punto de partida para estudiar otros trabajos que han aportadonuevas reflexiones sobre el tema.

    2 Past and Present, nms. 5 y 6, Oxford, 1954, y nm. 16, Oxford, 1959.3 Hamilton, Earl J.: American treasure and the price revolution in Spain, 1501-1650.

    Cambridge, Massachussets, 1934; Borah, Woodrow: New Spains Century of Depression, Ibero-Americana, n. 35, Berkeley, University of California Press, 1951; Chaunu, Pierre y Huguette: Svilleet lAtlantique (1504-1650), Pars, 1955.

    4 Lynch, John: Espaa bajo los Austrias. Barcelona, 1975; Bakewell, Peter: Minera y So-ciedad en el Mxico Colonial. Zacatecas, 1546-1700, Mxico, 1976; Brading, David, y Harry Cross:Colonial Silver Mining: Mxico and Peru, The Hispanic American Historical Review, vol. LII,nm. 4, Durham, 1972, pgs. 566-577; Jara, Alvaro: Tres Ensayos sobre Economa Minera Hispano-Americana, Santiago de Chile, 1966; Morineau, Michel: Des Mtaux Prcieux Americains au XVIIet au XVIII Sicles et leur Influence. Bulletin de la Societe DHistoire Moderne, nm. 1, Pars, 1977,pgs. 17-27; Israel, Jonathan: Mexico and the General Crisis of the Seventeenth Century, Past andPresent, nms. 63, Oxford, 1974, pgs. 33-57. Trad. en Ensayos sobre desarrollo econmico de Mxicoy Amrica Latina (1500-1975). Coord. E. Florescano. Mxico, 1979.

    MARA NGELES GLVEZ RUIZ

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  • Morilla Critz analiz la situacin de crisis y transformacin de la eco-noma del siglo XVII para el caso de la Nueva Espaa.5 Considerando algoexagerada la afirmacin de E. Florescano e I. Gil de que el perodo com-prendido entre 1640 y 1740 se define como un siglo de depresin econ-mica para Mxico,6 el hilo conductor de su anlisis respecto a la supuestacrisis ha sido un repaso por las distintas corrientes historiogrficas, para lle-gar a una interpretacin global de la economa de la colonia en el sigloXVII. Presenta diversos testimonios que sustentan la tesis de crisis econ-mica, apoyndose en causas de diversa ndole que llegan a determinar eltipo de crisis: crisis demogrfica, de comercio exterior, de produccin deplata, de los sectores agrcola e industrial o crisis poltica y social.7 Muchasde estas aportaciones han sido de gran relevancia y aunque la mayora hoyya estn superadas o mayormente matizadas por investigaciones msrecientes, algunas todava cuentan con fieles seguidores. El estudio deFranois Chevalier, por poner un ejemplo, sobre la consolidacin de la granhacienda mexicana durante el siglo XVII, considerada como una estructu-ra de produccin bajo signo de regresin, ha sido aceptado tradicional-mente por estudiosos como Gibson, S. Zavala y hasta 1970 por E. Flores-cano, y pervive su influencia en autores como E. Semo, Barbosa-Ramrezo M. Carmagnani.8

    En este repaso historiogrfico se pueden observar distintas periodiza-ciones respecto a la crisis. Para Chaunu el perodo de crisis es entre 1630y 1650, para Max Leod est situado entre 1635-1720;9 Berthe lo estableceentre 1630-1680;10 incluso Bakewell seala, aunque en un tono menor y

    5 Morilla Critz, Jos: Crisis y Transformacin de la Economa de Nueva Espaa en el sigloXVII. Un ensayo crtico, Anuario de Estudios Americanos, T. XLV, Sevilla, 1988, pgs. 241-272.

    6 Florescano, E., y Gil Snchez, I.: La poca de las reformas borbnicas y el crecimientoeconmico, 1750-1808, Historia General de Mxico, vol. I, Mxico, 1981 (3. ed.), pg. 473.

    7 Para la crisis demogrfica hay que citar entre otros: Sherburne F. Cook, Woodrow Borah,Jos Miranda, Gnter Vollmer y Claude Morin; para la crisis del comercio exterior: Pierre y HuguetteChaunu y Earl J. Hamilton; para la crisis en la produccin de plata: M. Bargall, R. West, Primo F.Velzquez, Jos F. de la Pea; para la crisis agrcola e industrial: W. Borah para el sector de la sedaen Mxico, F. B. Sandoval y J. P. Berthe para las plantaciones de azcar, P. F. Velzquez,R. West y L. Chves Orozco; para la crisis en el orden poltico y social: R. A. Humphreys y Ch. R.Boxer, W. Jimnez Moreno y J. Israel. Vase bibliografa en Morilla Critz, Crisis y..., pgs. 243-249.

    8 Chevalier, Franois: La formacin de los latifundios en Mxico. Tierra y sociedad en lossiglos XVI y XVII, Mxico, 1976. Morilla Critz, Crisis y..., pg. 247.

    9 Mac Leod, J. M.: Spanish Central America: a socioeconomic history, 1520-1720, Berkeley-Los ngeles, 1973.

    10 Berthe, J. P.: Xochimancas: les travaux et les jours dans une hacienda sucrire duNouvelle-Espagne au XVII sicle, Jahrbuch fr Geschichte von Staat Wirtschaft und GesellschaftLateinamerikas, III, Koln, 1966, pgs. 88-117.

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  • muy matizado para Zacatecas, pero no general para Nueva Espaa, losaos de 1640 a 1660; para Florescano y Gil el perodo clave es 1640-1740;y Chevalier sita la crisis en los primeros aos de siglo, seguido de un pro-longado estancamiento hasta prcticamente el reformismo borbnico.

    En torno a las diferentes tesis de depresin y sus periodizaciones,Morilla Critz establece dos grupos respecto a dichas explicaciones de cri-sis, atendiendo bsicamente a su conceptualizacin econmica: a) crisis dedemanda provocada por un descenso en la produccin de plata b) crisis enla produccin y circulacin de mercancas, consecuencia de la poltica fis-cal y de las prcticas mercantilistas impuestas por la metrpoli. La prime-ra explicacin viene dada por el convencimiento de que existe una correla-cin entre descenso de exportacin y limitacin de produccin. La segundaexplicacin deriva de lo que se ha entendido como los sacrificios exigidosa Mxico para sostener el complejo imperial espaol.11 A raz de estasexplicaciones, Morilla Critz realiza una crtica a la visin de una depresingeneral, apoyndose en trabajos tales como el de Morineau, Linch, oTePaske y Klein,12 para llegar a la conclusin de que no hubo un descensogeneral de la produccin de plata en Nueva Espaa en el siglo XVII, inclu-so que no fue tan acusado el descenso de las exportaciones como se hapuesto de manifiesto repetidas veces. Es mas, se ha comprobado que ten-dencialmente los ingresos de la tesorera central de Mxico aumentaron enesta centuria, pero que tambin una proporcin cada vez mayor se gastabaen el propio virreinato. As pues, se podra decir que el siglo XVII novohis-pano no se puede estudiar desde una perspectiva de depresin general sino,de una forma ms acertada, bajo las importantes transformaciones que ope-raron al interior de la colonia, y donde los mercados internos van a susti-tuir al comercio exterior como base de crecimiento. Si Morilla Critz afirmade manera rotunda que hay motivos suficientes para considerar que NuevaEspaa asisti en el siglo XVII a una transformacin, que comenz a sacara la colonia de la caracterstica dependencia econmica de la metrpoli,13

    11 Morilla Critz, Crisis y..., pg. 254.12 Morineau, Michel: Le sicle XVII, Histoire conomique et sociale du monde. Dirigida

    por P. Leon, tomo II. Pars, 1978, pgs. 80-85; Lynch, John: Espaa bajo...; TePaske, John J., y HerbertS. Klein: The Seventeenth-century crisis in New Spain: myth or reality?, Past and Present, 90, Oxford,1981, pgs. 116-161.

    13 En base a cuatro factores bsicos se caracteriza dicha transformacin: desarrollo e integra-cin de los mercados locales y regionales, mayor proporcin de recursos pblicos generados en el inte-rior, incremento de la eficacia productiva en las haciendas agroganaderas, posible aumento de la pro-duccin de plata y mayor retencin de sta en el virreinato.

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  • sin embargo, no rechaza totalmente la idea de crisis, aunque no se trata deuna crisis econmica general como haba planteado la historiografa tradi-cional, sino que como ha sealado se trata de una crisis de la socie-dad colonial con respecto a los valores del siglo anterior, y sobre todo deuna crisis del poder virreinal.

    Mara Elisa Martnez de Vega sigue muy de cerca el planteamiento deMorilla Critz al formular una serie de reflexiones en torno a la crisis delsiglo XVII, donde determina el problema de sta necesariamente en dosdimensiones diferentes: la europea y la americana.14 Siendo fundamentalpara la autora conocer el carcter y la evolucin de las relaciones entreEuropa y la Amrica Espaola, estudia a John H. Elliott y a Tibor Wittman,que recoge las teoras de Andr Gunder Frank y E.R. Wolf sobre comodicha relacin fue determinante no slo para dilucidar las leyes del mer-cado mundial naciente, sino para esclarecer tambin el modo de producirque se iba desarrollando en las Indias.15

    En cuanto a la especificidad del mbito novohispano, Martnez deVega presenta un estado de la cuestin, siguiendo bsicamente a JohnLynch sobre el problema de la influencia y traslado de la crisis europea aAmrica, y a Jonathan Israel, que define el siglo XVII mexicano como unsiglo de conflictos sociales y de crisis del poder virreinal.16 Expone las tesistradicionales que han sido objeto de revisin en las ltimas dcadas, repa-sando algunos trabajos sobre las cuestiones demogrficas y sobre lasupuesta grave crisis econmica de Mxico en esta centuria, destacandoentre otras la visin dada por Chiaramonte, que diferencia la evolucin dela poblacin indgena en Mxico y la de la poblacin espaola, y la nocorrelacin entre las tendencias demogrficas de la poblacin indgena conla evolucin de determinados sectores productivos, entre ellos la produc-cin minera.17 Por ltimo, Martnez de Vega concluye con la misma pro-puesta que ya seal Morilla Critz, de que el siglo XVII novohispano hayque estudiarlo bajo la ptica de una importante transformacin en la que los

    14 Martnez de Vega, M. Elisa: Los mercaderes novohispanos: control virreinal y fraude fis-cal en el primer tercio del siglo XVII. Revista Complutense de Historia de Amrica, n. 87, 1994,pgs. 87-128.

    15 Elliott, John H.: Amrica y el problema de la decadencia espaola, y Wittman, Tibor:La crisis europea del siglo XVII e Hispanoamrica, ambos en Anuario de Estudios Americanos,T. XXVIII, Sevilla, 1971, pgs. 1-23 y pgs. 25-44.

    16 Israel, J.: Razas, clases sociales y vida poltica en el Mxico colonial, 1610-1670. Mxico,1980, pgs. 220-250.

    17 Chiaramonte, J. C.: En torno a la recuperacin econmica novohispana durante el sigloXVII, Historia Mexicana, XXX, n. 4, Mxico, 1981, pgs. 561-604.

    LA FISCALIDAD Y EL MERCADO INTERNO COLONIAL

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  • mercados internos jugaron un papel fundamental en lugar del comercioexterior como base de desarrollo para el Mxico colonial.

    Una de las crticas ms slidas sobre las interpretaciones a la crisis laofrece John H. Coastworth,18 que revive en su artculo la disputa sobre lasupuesta depresin del siglo XVII expuesta en los aos 50 por WoodrowBorah para el virreinato de Nueva Espaa, rebatida treinta aos ms tardepor Herbert Klein y John TePaske al querer demostrar, con sus estudiosbasados en los ingresos fiscales, que ms que depresin lo que hubo fue unestancamiento de la economa.19 Si las rentas fiscales eran constantes, esdecir si stas no haban decado, tampoco por consiguiente haba tal crisiseconmica. Pero el trabajo de Klein y TePaske apoyado en los ingresos fis-cales presentaba varias dificultades, en opinin de Coatsworth. En primerlugar, el hecho de que hasta ahora no se tenga un ndice de precios ade-cuado para la economa mexicana del siglo XVII que permita reflejar losefectos de la inflacin. El segundo problema deriva de la relacin entredicho estancamiento de las rentas fiscales y el aumento al doble en pobla-cin, como parece que ocurri, basndose en los trabajos sobre la pobla-cin de la Nueva Espaa en el siglo XVII de Woodrow Borah y SherburneF. Cook.20 Por fuerza, el producto per cpita se debi reducir a la mitad,y por tanto la productividad de la economa en 1699, entonces, sera lamitad de la de 1600.21

    Con este planteamiento Coatsworth quiso llegar a conclusiones simila-res a las de Klein y TePaske respecto a la tesis de un estancamiento en laeconoma del siglo XVII en Nueva Espaa, pero a travs de un anlisis dife-rente al que haba impulsado los trabajos de ambos autores, cuestionandopues, igualmente, la depresin de la economa mexicana en el siglo XVII.

    El desencuentro de las formulaciones de Coatsworth con las de Kleiny TePaske arranca del mismo anlisis sobre las condiciones de la economaen el siglo XVI. Para estos ltimos, los datos basados en las rentas mues-tran prosperidad y crecimiento econmico, para Coatsworth, y esta puede

    18 Vase un estado de la cuestin en John H. Coatsworth: La historiografa econmica deMxico, Los orgenes del atraso. Nueve ensayos de historia econmica de Mxico en los siglos XVIIIy XIX. Mxico, 1990, pgs. 21-36 (Versin original en la Revista de Historia Econmica 4:2, Madrid,1988, pgs. 277-291).

    19 TePaske y Klein: The Seventeenth-Century...20 Borah, Woodrow, y Sherburne F. Cook: The Indian Population of Central Mexico, 1531-

    1605, Ibero-Americana, n. 44, Berkeley, 1960; y Essays in Population History: Mexico and California,3 vols. Berkeley, 1970.

    21 Coatsworth, La historiografa econmica..., pg. 24.

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  • ser su critica ms severa a Klein y TePaske, no hubo depresin en el sigloXVII en Mxico, por una sencilla razn porque no hubo prosperidad en elsiglo XVI. Es decir, una poblacin en clara disminucin fue mayormenteconcentrada de forma coactiva para trabajar en las empresas agrcolas,mineras y obrajeras de espaoles, de tal forma que el aumento de las ren-tas fiscales para stos iba a ser ms que evidente, pero a costa de transferirmano de obra de un sector productivo a otro que lo era menos, con los con-siguientes perjuicios que se podan derivar para la productividad econmi-ca en general.22

    En relacin con lo arriba expuesto ha llegado a ocupar un lugar des-tacado en la historiografa econmica americanista la polmica y eternacuestin de los costos del colonialismo espaol. Sobre las razones quedeterminaron la enorme distancia que separa hoy da la economa mexica-na de aqullas otras de naciones ms desarrolladas, como la estadouniden-se, Coastworth delimita el perodo en el que se lleg a dicho atraso, entrelos aos 1780 y 1870, es decir, en los albores de la edad contempornea,y que de ninguna manera se debe a los efectos supuestamente perniciososdel imperialismo y de la dependencia de la actualidad.23 De dicha afirma-cin se desprenden varias cuestiones importantes. En primer lugar, hay quebuscar las causas iniciales, segn el autor, en unos transportes inadecuadosy en la ineficiente organizacin econmica.24 Las dificultades de comuni-cacin afectaron de forma muy negativa a los costes del transporte, al desa-rrollo de los mercados y al aumento de la productividad.25 Asimismo duran-te el perodo colonial la rigidez y lmites legales impidieron el desarrollode una verdadera economa mercantil, limitaciones que continuaron en lacenturia siguiente. Segundo, con la Independencia no se logr un verdade-ro cambio en la organizacin interna de la economa, dada la resistencia dela lite criolla y de la Iglesia a las transformaciones institucionales necesa-rias. En tercer lugar, y consecuencia de lo anteriormente expuesto, no sedebe acudir a los clsicos cortes cronolgicos, como hasta ahora se ha veni-

    22 Ibdem, pg. 27.23 Ibdem, pg. 22.24 Coastworth, John H.: Los obstculos al desarrollo econmico en el siglo XIX, en Los or-

    genes del atraso..., pg. 94. (Versin original en American Historical Review, 83: 1, 1978, pgs. 80-100).25 Sergio de la Pea tambin ha hecho hincapi en los elevados costes del transporte, caracte-

    rizado por una extrema lentitud y el uso preferente de recuas en vez de carretas. A ello aade la grancantidad de impuestos al comercio, al transporte y a la produccin de bienes, cuyas consecuencias eranla indiferencia por la inversin productiva en las colonias y la estricta distribucin de factores queimpedan su movilidad, lo que a su vez incida sobre el comercio. Pea, Sergio de la: La formacindel capitalismo en Mxico, Mxico, 1987 (14. ed.), pg. 63.

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  • do realizando, estudiando por un lado el perodo colonial, y por otro, elperodo independiente, ambos de forma aislada, entre otras razones porquese necesitan establecer tendencias de larga duracin para una mejor com-prensin de la continuidad, como es el caso que nos ocupa, de las estruc-turas socio-econmicas.

    Varios estudios de tipo regional y por sectores econmicos apuntanigualmente ciertos descensos o estancamiento en los niveles de productivi-dad a partir de la dcada de 1770 en Mxico. Es decir, la expansin econ-mica del siglo XVIII mexicano se ve interrumpida, o al menos reduce suritmo de crecimiento, a partir del ltimo tercio. Se advierten tales indiciosen los datos que ofrecen trabajos como el de Brading, que se centr en elcaso de Guanajuato y la minera,26 el de Van Young para la regin de Gua-dalajara tanto en la ciudad como en el campo y la hacienda,27 el de ClaudeMorin sobre la regin de Michoacn, que realiz una investigacin serialpara estudiar el movimiento de la poblacin, de la produccin y de losintercambios,28o el de Richard Salvucci, quien se centr en el sector de laindustria textil en el Mxico colonial.29 A tales estudios habra que aadirlos de Klein y TePaske, quienes fechan los aos de inicio de la decadenciaentre 1770 y 1790.30 Si hubo crecimiento e incluso aumento de la produc-tividad en el Mxico del siglo XVIII, estos fueron finalmente contrarresta-dos o anulados por los efectos que se derivaron del sistema poltico dedominio espaol. Coatsworth aade que las instituciones y leyes eran loslmites principales del absolutismo colonial a la economa mexicana delsiglo XVIII.31 Pero, adems, la fuerte intervencin del Estado y las medi-

    26 Brading, David A.: Mineros y comerciantes en el Mxico borbnico (1763-1810), M-xico, 1975.

    27 Van Young, Eric: La ciudad y el campo en el Mxico del siglo XVIII. La economa rural dela regin de Guadalajara, 1675-1820, Mxico, 1989.

    28 Morin, Claude: Michoacan en el Nueva Espaa del siglo XVIII. Crecimiento y desigualdadde una economa colonial, Mxico, 1979.

    29 Salvucci, Richard: Textiles and Capitalism in Mxico. An Economic History of the Obrajes,Princenton, 1987.

    30 TePaske y Klein: The Seventeenth Century...; TePaske, General Tendencies and SecularTrends in the Economies of Mexico and Peru, 1750-1810: The View from de Cajas of Mexico andLima, en Nils Jacobsen y Hans Jrgen Puhle (comp.): The Economies of Mexico and Peru Duringthe Late Colonial Period, 1760-1810, Berlin, 1986; y Klein, La economa de la Nueva Espaa, 1680-1809: un anlisis a partir de las Cajas Reales, Historia Mexicana, XXXIV, nm. 4, Mxico, 1985,pgs. 561-609.

    31 Coatsworth, John H.: Los lmites del absolutismo colonial: Estado y economa en el sigloXVIII, en Los orgenes del atraso..., pgs. 37-56. (Versin original en Karen Spalding (comp.), Essaysin the Political, Economic and Social History of Colonial Latin America, Newark, Delaware, 1982,pgs. 25-51).

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  • das de exaccin al excedente econmico supusieron igualmente una seriatraba al desarrollo econmico de Mxico.32 Aqu quedan referidas de nue-vo las cargas fiscales impuestas por el estado absolutista con objeto deimpedir cualquier tipo de accin ilegal que burlara el pago de los impues-tos, y que significaron un grave obstculo para el desarrollo de los princi-pales centros de produccin, del comercio y de los mercados, consecuen-cia directa de la poltica fiscal americana dictada por el gobierno de lametrpoli.

    De todas formas, tras la ruptura del orden colonial no asistimos a unamejora econmica en Mxico, antes bien, sostiene Coatsworth, con el nue-vo perodo independiente la economa que haba sufrido la gran cada entre1780 y 1810, conoce an un prolongado estancamiento hasta prcticamen-te la restauracin de la Repblica en 1867.

    Ruggiero Romano coincide con Coastworth en sealar una absurdalegislacin impuesta desde la metrpoli, que sofocaba las economasamericanas. El autor presenta una interesante reflexin sobre los proble-mas del comercio, en el contexto internacional entre Espaa e Hispano-amrica,33 afirmando que la cada del comercio en el siglo XVII es unhecho que se refiere a la crisis de Espaa, pero no as a Amrica, quetiene todava la fuerza de absorber productos europeos. Como vemos,R. Romano tambin seal el problema en torno a la supuesta depresindel siglo XVII en el continente americano, y la prdida de importancia delmonopolio espaol, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XVII,frente a la organizacin de un comercio de contrabando semilegal.34Centrndose en el tema del comercio colonial exterior, la raz del proble-ma se encuentra, segn el autor, en esa incapacidad de Espaa para res-ponder a las exigencias del comercio exterior, por las deficiencias que pre-senta tanto para importar como para exportar. Aade Romano que lasrazones de esta incapacidad hay que buscarlas en la consideracin de queHispanoamrica fue vista por los espaoles como una fuente parasitaria

    32 Coatsworth, Los obstculos al desarrollo econmico..., pgs. 80-109.33 Romano, Ruggiero: Algunas consideraciones sobre los problemas del comercio en

    Hispanoamrica durante la poca colonial, Consideraciones. Siete estudios de historia, Lima, 1992,pgs. 161-209.

    34 Se realizaba a travs de escalas imprevistas de barcos en puertos por causa del mal tiempoo averas, solicitando una licencia a las autoridades del puerto para atracar. De esta manera se establecaeste comercio que Romano llama semilegal, aunque en realidad se trataba de un comercio de con-trabando que contaba con el consentimiento de las autoridades locales. Romano, Ruggiero: Coyunturasopuestas: la crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoamrica, Mxico, 1993, pg. 135.

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  • de renta, a diferencia de los extranjeros que empezaron a ver en tierrasamericanas un mercado y una fuente de beneficios sustanciosa. A esa inca-pacidad espaola se debe aadir por contrapartida la extraordinaria capa-cidad de absorcin del mundo hispanoamericano. Es aqu donde, a juiciodel autor, radica el principal problema, que nos lo resume as: El Im-periode Amrica muestra un apetito extraordinario durante el siglo XVII.Si Espaa no es capaz de satisfacerlo, es reflejo de la crisis espaola delsiglo XVII y no de la crisis americana. Insisto: en lo que se refiere alcomercio internacional, la Amrica espaola no presenta ninguna seal decrisis en el siglo XVII.35 As pues R. Romano, niega igualmente dicha cri-sis para las colonias de ultramar del siglo XVII, al menos en lo que con-cierne al comercio colonial exterior.

    Los estudios fiscales sobre la Amrica espaola

    Presentadas algunas de las discusiones que atienden a los problemasde la supuesta depresin del siglo XVII en Amrica, y ms concretamenteal caso novohispano, pasamos a ver el avance que en las dos ltimas dca-das ha experimentado la historiografa respecto al tema de la fiscalidad enla Amrica colonial.

    La consulta de las cuentas de la Real Hacienda como fuente histricatom un fuerte impulso a partir de los trabajos de John J. TePaske y HerbertS. Klein. Ambos autores trabajaron los datos obtenidos a partir de las CajasReales con la intencin de estudiar el movimiento de los ciclos de la eco-noma del imperio espaol en Amrica.36 Nos presentan un sumario deingresos y egresos de cada caja real o distrito fiscal de la Nueva Espaa,ofreciendo, por tanto, un panorama de las cuentas de la Real Hacienda parael conjunto del virreinato en la poca colonial. De especial inters son lasaclaraciones sobre las cartas-cuenta de las cajas y su manejo como fuentehistrica. Una fuente sin duda muy rica para un mejor conocimiento de lahistoria socioeconmica de la Nueva Espaa. Para el caso mexicano seconserva gran parte de esta documentacin en el Archivo General de Indiasseccin de Contadura, gracias al envo de los libros contables a laContadura Mayor en Espaa.

    35 Ibdem, pg. 138.36 Ingresos y egresos de la Real hacienda en Nueva Espaa, Mxico, 1986, 2 vols.

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  • Entre los numerosos estudios de ambos autores,37 cabe resear deKlein, La economa de la Nueva Espaa, 1680-1809: un anlisis a partirde las cajas reales, donde se realiz una reconstruccin de las cuentasanuales de la Real Hacienda novohispana, poniendo en evidencia las rela-ciones entre las regiones, la economa desarrollada en cada una de ellasy lo ingresado en concepto de impuestos por cada ramo. Adems de per-mitirnos apreciar la evolucin que sufren dichas tesoreras a lo largo delperodo, esas cuentas reflejan variaciones regionales importantes.Partiendo de la idea, muy discutida hasta hoy, de que el movimiento fis-cal refleja los cambios fundamentales de la economa, se trata de averiguarqu nos dice ese movimiento acerca de la historia de la economa virreinaldurante el perodo 1680-1809,38 los objetivos han sido crear un modelosobre los ciclos y las tendencias de la economa de la Nueva Espaa, atravs de la informacin que se desprende de las cajas reales.39

    A raz de los trabajos de Klein y TePaske para el estudio de las CajasReales americanas, se han venido sucediendo diversas publicaciones en losltimos veinte aos, cuyas aportaciones han enriquecido el panorama his-toriogrfico para los estudios de fiscalidad en el campo americano.

    En el caso espaol es obligado resear los trabajos de los aos 70 deRamn M. Serrera para el estudio de la ganadera en la regin de NuevaGalicia,40 que mostraron la realidad ganadera de esta regin occidental deMxico a fines de la colonia, a travs del anlisis de diversos ramos impo-sitivos extraccin de ganado, media annata, licencias de hierro.41Varios trabajos en este sentido, centrados en el estudio de los distintosramos de las cuentas de Real Hacienda, se han venido realizando en las

    37 Klein, Herbert S.: ltimas tendencias en el estudio de la Hacienda colonial hispanoameri-cana, Papeles de Economa Espaola, n. 20, Madrid, 1984, pgs. 39-48; TePaske, John J.: La cuan-tificacin en la historia colonial latinoamericana, Las dimensiones del pasado. Estudios de historiacuantitativa, Madrid, 1974, pgs. 274-324; TePaske, Recent trends in quantitative history: ColonialLatin American, Latin American Research Review, tomo X, n. 1, Austin, Texas, Spring, 1975, pgs.51-62; TePaske, La Real Hacienda de Nueva Espaa: La Real Caja de Mxico (1576-1816), Mxico,1976; TePaske y Klein, The Royal Treasuries of the Spanish Empire in America, 3 tomos, Durham,North Carolina, 1982.

    38 Klein, La economa de la Nueva Espaa..., pg. 592.39 Tal vez la cuestin de la teoras apoyadas exclusivamente en las fuentes de carcter fiscal

    sea lo que ms discuta Coatsworth, porque estas rentas no reflejan de forma adecuada la tendencia dela economa en su totalidad (Coatsworth, La historiografa econmica..., pg. 25).

    40 Serrera, Ramn M.: Guadalajara Ganadera. Estudio Regional Novohispano, 1760-1805,Sevilla, 1977.

    41 Serrera, Ramn M.: La contabilidad fiscal como fuente para la historia de la ganadera: elcaso de Nueva Galicia, Historia Mexicana, vol. XXIV, n. 2, Mxico, 1974, pgs. 177-205.

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  • ltimas dos dcadas en el panorama espaol, como por ejemplo las inves-tigaciones llevadas a cabo por el grupo de historiadores de la Universidadde Alcal de Henares,42 centradas en las fuentes de las cajas aurferas neo-granadinas,43 cuyas cifras nos muestran la produccin legal de oro en lasegunda mitad del siglo XVII. El trabajo de prospeccin ha sido llevadobsicamente en la seccin de Contadura del Archivo General de Indias,pero igualmente se reconoce el vaco que puede haber entre la documenta-cin conservada en Sevilla, y por tanto su necesidad de acudir entonces alos archivos americanos nacionales y provinciales. El trabajo ofrece ciertasorientaciones para el manejo de las cartas-cuenta de las reales cajas neo-granadinas, con idea de conocer las principales fuentes de ingresos y gas-tos en cada territorio y su evolucin durante el perodo colonial.44 La pro-duccin legal de oro fue calculada a travs del ramo impositivo del quintoreal, quedando anotado en las cartas-cuenta.

    Aunque existen estudios como el de Snchez Bella,45 que nos ofrecems que nada una historia institucional sobre la Real Hacienda, o la extensaobra de Fabin de Fonseca y Carlos de Urrutia,46 que presenta un estudiomuy til sobre los diversos ramos de hacienda, podemos decir que faltabantrabajos que nos explicaran mejor el funcionamiento del sistema fiscal colo-nial. Una aportacin realmente novedosa ha sido la de H. S. Klein con suobra Las finanzas americanas del Imperio espaol 1680-1809, sealandolas posibilidades que en materia de investigacin ofrece la reconstruccinde las fuentes fiscales y el estudio de la estructura fiscal colonial.47 Se centrabsicamente en un anlisis detallado de los ingresos y egresos de tipo fiscalen los virreinatos de Nueva Espaa y Per y en la Audiencia de Charcas.Para el caso que nos interesa, es decir, los impuestos de tipo mercantil, estos

    42 Lucena Salmoral (ed.), Manuel: Fuentes para el estudio de la fiscalidad colonial: Las cajasaurferas neogranadinas en el siglo XVII. La produccin de oro en el Nuevo Reino de Granada a travsde las Cajas Reales (1651-1701), Estudios de Historia Social y Econmica de Amrica, n. 8, Alcalde Henares, 1992 (nm. monogrfico).

    43 Trabajadas las cajas de Anserma, Antioqua, Cceres, Guamoc, Mompox, Popayn,Remedios y Zaragoza.

    44 Aaden Pero tambin para conocer la realidad de las prioridades de la poltica econmicade la corona en cada regin y su alcance. Se puede llegar as al establecimiento de ciclos, para luegocompararlos entre s tratando de ver relaciones de dependencia, patrones de explotacin semejanteso las diferencias entre las economas de los distintos distritos y el entendimiento con sus capitalidadeso ciudades principales, en Lucena, Fuentes para el estudio de la fiscalidad colonial..., pg. 25.

    45 Snchez Bella, Ismael: La organizacin financiera de las Indias. Siglo XVI, Sevilla, 1968.46 Fonseca, Fabin de, y Carlos de Urrutia: Historia general de la real hacienda, Mxico,

    Vicente G. Torres, 1845-1853 (6 tomos).47 Klein, Herbert S.: Las finanzas americanas del imperio espaol, 1680-1809, Mxico, 1994.

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  • pueden brindar un importante conjunto de datos para estudiar la naturalezadel comercio y los mercados locales en Amrica.48

    Hoy est a debate lo que realmente aportan los estudios dedicados ala historia fiscal colonial, pues frente a los que apoyan sus investigacionesen los datos basados en los ingresos fiscales para determinar tendenciasgenerales en la economa gravada, otros ponen en duda, o al menos en dis-cusin, tal fin. Para empezar, los trabajos de Klein han determinado que elalza o la cada de los ingresos fiscales estaban muy relacionados con losndices de productividad de las regiones. Sin embargo, ya hemos visto loque piensa Coatsworth respecto a la supuesta prosperidad del siglo XVIbasada fundamentalmente en las cifras que arrojan los ingresos fiscalespara dicho perodo. De todas formas, Klein igualmente advierte de los pro-blemas y seala todo tipo de precauciones para la utilizacin correcta de lascifras que se desprenden de los registros fiscales. Consciente de ello, apun-ta los errores que llevaron a determinar la supuesta crisis en el siglo XVIInovohispano, basados principalmente en las cifras de Hamilton, donde unadecadencia del comercio transatlntico se corresponde con un descenso enla produccin de las colonias. Adems, en las cifras de tipo fiscal que arro-jaban las cuentas mineras en la ciudad de Mxico se registr un descensode ingresos en la tesorera central de Mxico, pero que no se correspondeen absoluto con una cada de produccin minera, sino con la apertura denuevos distritos fiscales en reales mineros recin descubiertos en el norte,que absorbieron caudales que antes se dirigan directamente a la caja ma-triz.49 Por tanto, debemos insistir en las limitaciones que nos imponen losestudios de carcter fiscal, y sobre las precauciones que se deben tomarpara hacer una lectura y anlisis correctos de las fuentes.

    Reflexiones acerca del Mercado Interno Colonial

    Con estas breves pinceladas sobre las ventajas y los inconvenientesque hallamos en los estudios que acuden a las fuentes fiscales y atiendenal tema de las finanzas americanas, nos acercamos a un tema que guardauna estrecha relacin con los estudios de fiscalidad; nos estamos refirien-do al del mercado interno colonial. Muchos estudios confirman hoy laexistencia de mercados regionales semiautnomos, siendo de una gran uti-

    48 Ibdem, pg. 164.49 Ibdem, pg. 169.

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  • lidad los datos que arrojan las fuentes fiscales sobre estos mercados, esdecir, lo que nos ofrece la renta de alcabalas para un mejor conocimientode tales mercados.

    No vamos a detenernos en lo que refleja el estudio de la renta de alca-balas tanto sus alcances como sus lmites, pues existe una abundanteliteratura al respecto. Slo diremos que la alcabala era desde el punto devista hacendstico una renta real, y desde la ptica tributaria un impuestoque gravaba las transacciones mercantiles. En el caso de Nueva Espaadesde finales del siglo XVII tiene el carcter de un impuesto a la circula-cin, ya que el pago deba efectuarse en el momento de introducirse losefectos en el suelo alcabalatorio, es decir, cuando el efecto objeto de tran-saccin mercantil entraba por primera vez a un mercado regional, o bienpasaba de un alcabalatorio a otro.50

    Garavaglia y Grosso, en su estudio sobre las alcabalas novohispanas,nos descubren un complejo sistema en torno al cobro de dicha renta, lalocalizacin de este impuesto en las fuentes documentales, su utilizacincomo sistema de reconstruccin para la circulacin de mercancas, etc.51 Lautilidad de este trabajo consiste en su carcter clarificador, al mismo tiem-po que presenta un anlisis crtico sobre la fuente documental. Pero, sobretodo, nos indica muy bien lo que expresan las series de alcabalas, que comosealan: las series de alcabalas y la fuente que aqu presentamos expresanalgo ms que el consumo y, precisamente, ese algo ms se resume en lo quehemos denominado grado de actividad econmica de una regin.52

    Los trabajos de Assadourian nos revelaron pronto la importancia de lafuente de alcabalas para el estudio del mercado interno y sealaron la nece-sidad de examinar el comercio local, frente al nfasis que haba puesto lahistoriografa tradicional en los temas sobre el comercio de tipo interna-cional a travs de los registros de almojarifazgo.53 La fuente alcabalatoria

    50 Los principales problemas derivan de quedar exentos del pago ciertos gneros e introducto-res (poblacin indgena, Iglesia, conventos y eclesisticos en general), as como todo aquello comer-ciado por vas ilegales, como el contrabando, por lo que los registros de alcabalas slo aprehenden unaparte del conjunto del movimiento mercantil. Por otro lado, la variedad en la aplicacin de la normati-va y los particularismos regionales dificultan an ms su estudio.

    51 Garavaglia, Juan Carlos, y Juan Carlos Grosso: Las alcabalas novohispanas (1776-1821),Mxico, 1987.

    52 Ibdem, pg. 59.53 Estudios dedicados a este comercio, en concreto al comercio transatlntico, han sido entre

    otros los siguientes: Chaunu: Seville et lAtlantique...; Garca Fuentes, Lutgardo: El comercio espaolcon Amrica (1650-1700), Sevilla, 1978; Garca-Baquero Gonzlez, Antonio: Cdiz y el Atlntico (1717-1778), Sevilla, 1976, 2 vols.; Martnez Shaw, Carlos: Catalua en la carrera de Indias, 1680-1756,Barcelona, 1981; y Ortiz de la Tabla, Javier: Comercio exterior de Veracruz, 1778-1821, Sevilla, 1978.

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  • fue utilizada por Assadourian para sus estudios en la regin de Crdoba delvirreinato del Ro de la Plata.54 Las consultas de los libros de guas y librosalcabalatorios le permitieron reconstruir las exportaciones hechas a travsde la aduana de Crdoba. Pero igualmente se puede realizar una recons-truccin cuantitativa de las importaciones puesto que todas las mercancaspagaban derechos de entrada a un mercado regional.

    Assadourian propone la reconstruccin cuantitativa de las produccio-nes y de los flujos mercantiles interregionales tanto de entrada como desalida a un mercado. Para este autor el estudio de los mercados regionaleses fundamental para conocer la organizacin de un espacio econmico deter-minado, no slo por la reconstruccin de la circulacin de mercancas y flu-jos mercantiles interregionales que operaban al interior de un territorio, sinotambin porque el estudio de estos mercados internos coloniales permitereordenar la discusin sobre los modos de produccin en Amrica Latina.55

    Las teoras desarrolladas sobre la formacin del mercado interno colo-nial han sido expuestas en diversos estudios como el que hace referencia alespacio colonial peruano.56 El conocimiento de la produccin y circulacin demercancas nos lleva a definir un espacio econmico determinado, a determi-nar la especializacin regional del trabajo, que establece a su vez un sistemade intercambios entre distintas regiones del mismo espacio, cuya intensidadpuede ser superior al intercambio con cualquier otra regin externa, y final-mente nos permite ver la integracin de dicho espacio econmico. RuggieroRomano tambin vio como a partir del siglo XVII las relaciones interameri-canas se hicieron ms complejas y como en ellas se pudo dar un sistema decirculacin de mercancas entre diferentes regiones de cierta importancia; sinembargo, para Romano esto no quiere decir que nos hallemos ante la forma-cin de un mercado interno, sino ms bien ante la suma de varios mercadosregionales.57 Esta negacin a la formacin de un mercado interno ha sido tam-bin puesta de manifiesto por otros autores como Marcelo Carmagnani, paraquien ms que la formacin de un mercado colonial nico, lo que se da es unproceso de agregacin de diversos mercados regionales.58

    54 Assadourian, Carlos Sempat: El sector exportador de una economa regional del interiorargentino. Crdoba, 1800-1860 (Esquema cuantitativo y formas de produccin), en El sistema de laeconoma colonial. El mercado interior, regiones y espacio econmico, Mxico, 1983, pgs. 307-367.

    55 Ibdem, pgs. 11, 16.56 Assadourian, Integracin y desintegracin regional en el espacio colonial. Un enfoque

    histrico, en El sistema de la economa colonial..., pgs. 127-154.57 Romano, Coyunturas opuestas..., pgs. 140-143.58 Carmagnani, Marcelo: Les mcanimes de la vie conomique dans une socit coloniale: Le

    Chili (1680-1839), Pars, 1973, pg. 265.

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  • Assadourian lleg a definir el grado de autosuficiencia econmica quehaba alcanzado el espacio peruano a fines del siglo XVI con dos polos decrecimiento que actuaron como motores de arrastre para el crecimientoregional polarizado, Potos con la produccin de plata y Lima con una fun-cin comercial monoplica. Pero dicha forma de integracin se mostrarbastante vulnerable a ciertos cambios, hasta tal punto que se puede llegar ala quiebra y a la desintegracin de dicho espacio, por la crisis en la pro-duccin de la plata de Potos, y la crisis de Lima por la prdida del controlmonoplico sobre las importaciones y la exportaciones del virreinato.

    Klein advirti el reflejo del brusco descenso en la produccin de laplata potosina del siglo XVII, al igual que ocurri en el Alto Per, en losingresos fiscales de sus respectivas tesoreras. E igualmente seal comolas economas satlite al norte del Ro de la Plata y valles agrcolasaltoperuanos se resintieron acusando fuertes bajas en sus niveles recau-datorios en las tesoreras locales, muy relacionado todo ello con una prdi-da importante del mercado de Potos. Klein dice al respecto: Estos hallaz-gos apoyan las teoras de la integracin regional propuesta por CarlosSempat Assadourian, quien sostiene que en la Amrica colonial espaolaexistan mercados regionales semiautnomos.59

    Igualmente las teoras de Assadourian sobre el ciclo de circulacin decapital minero, situaron la produccin minera como la determinante en eldesarrollo del proceso mercantil, tanto para el virreinato de la NuevaEspaa como del Per.60 Propone para un anlisis correcto de la produccinminera, la combinacin de una orientacin de dicha produccin hacia elexterior y de sus efectos al interior del espacio colonial, poniendo en rela-cin el sector minero con el resto de los sectores productivos, y cmo elproceso de circulacin en la minera tiene como resultado final la forma-cin de un sistema econmico mercantil.61

    59 Klein, Las finanzas americanas..., pg. 169.60 En su definicin del ciclo de circulacin de capital minero dice: el proceso de produccin

    en la minera se manifiesta como un movimiento cclico continuo que convierte una gran parte delproducto final obtenido (plata, dinero) en capital variable, capital circulante y capital fijo. Esta seriede operaciones compone, en su conjunto, el ciclo de circulacin de capital minero, Assadourian, Laorganizacin econmica espacial del sistema colonial, en El sistema de la economa colonial...,pg. 264.

    61 Para el caso de la Feria de San Juan de los Lagos hemos podido comprobar la relacin exis-tente entre los asientos mineros del norte de Mxico y los flujos mercantiles que operaban de formaperidica en torno a la feria. Glvez, M. ngeles, y Antonio Ibarra: Comercio local y circulacinregional de importaciones. La Feria de San Juan de los Lagos en la Nueva Espaa, Historia Mxicana,vol. XLVI, nm. 3, Mxico, 1997.

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  • La tesis sostenida por Assadourian sobre la formacin del mercadointerno colonial ha alentado diversas investigaciones que unen la historiaeconmica de tipo serial con las teoras marxistas que caracterizan suobra.62 Sus hiptesis acerca del mercado colonial han inspirado la obra deJuan Carlos Garavaglia para la regin de Paraguay, Mercado interno y eco-noma colonial63 y la de Zacaras Moutoukias para el puerto de BuenosAires.64 La tesis de Malamud igualmente est influenciada por la obra deAssadourian, cuando trata el tema del comercio transatlntico y su articu-lacin con el mercado interno.65

    La investigacin llevada a cabo por J. C. Grosso y J. C. Garavagliapara el comercio interno de Nueva Espaa aparece en una lnea muy cer-cana a los trabajos de Assadourian. Sus estudios para la regin histricade Puebla-Tlaxcala,66 adems de acudir a la fuente decimal el diezmopara conocer la produccin agrcola de la regin, han servido para deter-minar su nivel de actividad econmica en los ltimos decenios del sigloXVIII acudiendo a la fuente de alcabalas y presentndonos los montos glo-bales de las transacciones mercantiles regidas por dicho impuesto.

    Asimismo Garavaglia y Grosso analizaron el mercado local de Te-peaca, mostrando la enorme complejidad econmica y social de este mundorural.67 Basndose en las alcabalas de Tepeaca, definieron el tipo de mer-cancas, tanto de productos de la tierra como de importacin, as como eltipo de comerciante, proponiendo a su vez algunos criterios para su clasifi-cacin social entre mercaderes espaoles, indios y mestizos y su posicin ogrado de participacin en el mercado. De esta forma llegaron a definir elperfil del consumo, que frente a lo que tradicionalmente se ha venido consi-derando como un predominio casi absoluto del maz, en Tepeaca las prote-nas animales ocuparon un lugar destacado. An ms relevante es el papelque jugarn en dicho mercado, junto a los hacendados y mercaderes impor-

    62 Tandeter, Enrique: El perodo colonial en la historiografa argentina reciente, HistoriaMexicana, vol XLII, n. 3, Mxico, 1993, pgs. 789-819.

    63 Garavaglia, Juan Carlos: Mercado interno y economa colonial, Mxico, 1983.64 Moutoukias, Zacaras: Contrabando y control colonial en el siglo XVII, Buenos Aires, 1988.65 Malamud Rikles, Carlos Daniel: Cdiz y Saint Mal en el comercio colonial peruano

    (1698-1725), Cdiz, 1986.66 La regin de Puebla/Tlaxcala en la Nueva Espaa del siglo XVIII, Historia Mexicana,

    vol XXXV, nm 4, Mxico, 1986, pgs. 549-600.67 Garavaglia, Juan Carlos, y Juan Carlos Grosso: Comerciantes, hacendados y campesinos.

    Un mercado local en el valle poblano (Tepeaca, 1792); Grosso, Juan Carlos, y Jorge Silva Riquer:Mercados e Historia, Mxico, 1994 (Publicado originalmente en francs en Annales, E.S.C., vol 44,nm. 3, 1989), pgs. 252-310.

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  • tantes, otro sector socio-econmico compuesto principalmente por ranche-ros y pequeos y medianos campesinos, artesanos urbanos, traficantes yarrieros,68 disputndose entre ambos sectores el propio control del mercado.

    Garavaglia realiza un anlisis del mercado interno de Mxico y Perigualmente a travs de las alcabalas, tratando de medir cuantitativamente elpeso que pudieron tener las importaciones europeas en dicho mercado y ellugar que ocupa en este sentido la produccin interna, ya sea local, regio-nal o intercolonial. El trabajo destaca el valor de la produccin interna,como el segmento ms importante en los intercambios producidos al inte-rior del espacio colonial, frente a la participacin relativa de las mer-cancas europeas en el conjunto de los intercambios del mercado internocolonial.69

    Otros autores que desde fechas muy tempranas trataron el tema de laalcabala para su estudio o que la utilizaron como fuente son: Smith, Mo-reno Toscano, Pastor e Izard.70 A raz de estos trabajos y, sobre todo, de losde Assadourian primero y los de Grosso y Garavaglia despus, se sucedie-ron otros donde la alcabala haca su aparicin de forma sistemtica al serempleada o consultada para el estudio de los mercados regionales, en losque la produccin, el intercambio y el consumo iban a mantener una com-plejsima relacin.

    Del estudio de los mercados coloniales para el Alto Per por EnriqueTandeter, destacamos sus trabajos junto a Wilma Milletich, Ma. MatildeOllier y Beatriz Ruibal sobre el mercado de Potos en el siglo XVIII,71 enlos cuales se utiliz la serie completa de libros de alcabalas en la Aduanade Potos, desde 1779 hasta 1810 en el Archivo General del la Nacin deBuenos Aires. Sobre las posibilidades que ofrece la fuente sealan que

    68 Grosso y Silva Riquer, Mercados..., pg. 303.69 Garavaglia, Juan Carlos: El mercado interno colonial a fines del siglo XVIII: Mxico y el

    Per, en Heraclio Bonilla, ed.: El sistema colonial en la Amrica espaola, Barcelona, Crtica, 1991,pg. 232.

    70 Smith, R. S.: Sales Taxes in New Spain, 1575-1770 en Hispanic American HistoricalReview, XXVIII: 1, 1948; Moreno Toscano, A.: Economa regional y urbanizacin: tres ejemplos derelacin entre ciudades y regiones en Nueva Espaa a finales del siglo XVIII en Calnek, Edward E.,Borah, Woodrow y otros: Ensayos sobre el desarrollo urbano de Mxico, Mxico, 1974; Pastor, R.: Laalcabala como fuente para la historia econmica y social de la Nueva Espaa en Historia Mexicana,XXVII, n. 1, 1977; Izard, M.: Metropolitanos, criollos y reformistas. La Nueva Espaa deRevillagigedo (1789-1794) en Boletn Americanista , XXII, n. 30, Barcelona, 1980.

    71 Tandeter, Enrique, y otros: El mercado de Potos a fines del siglo XVIII, en Olivia Harris,Brooke Larsen, Enrique Tandeter (comps.): La participacin indgena en los mercados surandinos.Estrategias y reproduccin social, siglos XV) I-XX, La Paz, Bolivia, 1987. Publicado despus enMercados e Historia, pgs. 165-206.

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  • permite analizar en detalle el trfico de importacin al centro minero, losvalores y los volmenes totales, as como las proveniencias regionales ser-virn para evaluar los efectos de la economa minera sobre el conjunto dela formacin social colonial, mientras que las frecuencias de las operacio-nes y sus valores promedio sern indicadores de las posibilidades de acce-so al mercado para productos y traficantes individuales.72 La relacin entreel giro comercial y el monto total de la produccin minera que se da enPotos, confirman la teora de un gran centro minero, foco de atraccinprincipal de los comerciantes para trocar sus mercancas en dinero.

    Esta relacin existente entre minera y comercio ya fue puesta demanifiesto por Assadourian, para quien el auge minero potosino a fines delsiglo XVI y los trficos mercantiles que se daban en torno a l, contribu-yeron a una especializacin regional y a la mercantilizacin de ese espacioque l llam espacio peruano.

    Uno de los trabajos ms recientes de E. Tandeter fue presentado jun-to con W. Milletich y R. Schmit al coloquio internacional de Circuitosmercantiles, mercados y regin en Latinoamrica, Siglos XVIII-XIX,celebrado en Mxico en el ao 1993.73 En dicho artculo se refuerza la ideade la cadena de efectos, generados a partir de la minera, pero a la partambin plantea nuevas hiptesis: la creciente autonomizacin de las regio-nes productoras y circuitos mercantiles respecto de los mercados mineros.Una tesis apoyada fundamentalmente en la idea de que si bien se detectadesde principios del siglo XVII una tendencia descendente en la produc-cin minera potosina, y de la poblacin urbana, ello no tuvo repercusionesuniformes para la comercializacin del espacio peruano.74 Igualmente estainvestigacin rechaza la teora sobre que la produccin de la plata determi-ne los precios del sector exportador de cada economa regional, pues paralos aos de 1780 a 1810 niega que exista una correlacin significativa entredicha produccin de la plata, que se recupera en las primeras dcadas delsiglo XVIII y se incrementa hasta 1800 para despus volver a caer, y losprecios de los principales productos regionales, con tendencias generalesa la baja en esos mismos aos.

    72 Ibdem, pgs. 165-166.73 Tandeter, Enrique; Milletich, Wilma, y Roberto Schmit: Flujos mercantiles en el Potos

    colonial tardo, en Jorge Silva Riquer, Juan Carlos Grosso y Carmen Yuste: Circuitos mercantilesy mercados en Latinoamrica. Siglos XVIII-XIX, Mxico, 1995, pgs. 13-55.

    74 Sin embargo, la mercantilizacin de diversas regiones, empresas y comunidades indgenasdel espacio peruano no se retrajo uniformemente debido a la declinacin de Potos. Ibdem, pg. 15.

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  • Sobre la participacin indgena en los mercados, existen pocos traba-jos y se trata, en tal caso, de estudios parciales ceidos a determinadasregiones. Las investigaciones llevadas a cabo por Tandeter y su equipo, handetectado, pese a la legislacin que determinaba la exencin del pago dealcabala a los indgenas, la inclusin de stos en los registros de los librosde alcabalas de Potos durante el ltimo cuarto del siglo XVIII, lo que nosindica, en primer lugar, que no se beneficiaban de dicha exencin. Segun-do, y como consecuencia de lo anterior, podemos medir su participacin enel mercado potosino para este perodo. Los autores mantienen la hiptesisde un levantamiento de la exencin, a raz del decreto del visitador JosAntonio de Areche en el ao 1779, y de su vigencia posterior en Potos,apoyndose en la abundancia de patronmicos indgenas reflejados en lasfuentes de alcabalas y, sobre todo, en los indicios claros de un comerciopara satisfacer su propio consumo, como por ejemplo, la comercializacinde la coca.75

    Margarita Menegus ha fijado su atencin en fuentes tales como loslibros del viento o los libros de tianguis, e incluso en los de alcabalas, parael estudio de la participacin indgena en el mercado interno colonial. Dadoque con frecuencia eran transgredidas las normas que declaraban exentosdel pago de la renta a los naturales, es posible encontrar documentos quecorroboran este hecho en los cuadernos de alcabalas, lo cual sirve comoindicador para medir la participacin indgena en los mercados. La autoraseala que no se ha prestado una suficiente atencin a las relaciones mer-cantiles que tuvieron lugar en el mundo indgena, ya que en estudios de estetipo secularmente se ha relegado dicha actividad exclusivamente al reparti-miento coactivo de mercancas, y que por tanto el excedente de produccinindgena slo tuvo una salida: el tributo encomendero, transferido directa-mente a los espaoles.76 Sin embargo, los estudios de Menegus para el vallede Toluca revelan una importante produccin indgena que se comerciali-zaba, y la presencia de los indgenas en los mercados regionales, realizan-do por lo general operaciones mercantiles al menudeo sobre la base de unagran variedad de gneros.77

    75 Tandeter y otros, El mercado de Potos..., pgs. 194-200.76 Menegus, Margarita: Fuentes para el estudio de los mercados regionales y la participacin

    de los indgenas en la colonia, Amrica Latina en la Historia Econmica. Boletn de Fuentes, n. 2,Mxico, 1994, pgs. 11-17.

    77 Menegus, Margarita: La participacin indgena en los mercados del Valle de Toluca a finesdel perodo colonial, en Circuitos mercantiles y mercados..., pgs. 136-157.

    MARA NGELES GLVEZ RUIZ

    Anuario de Estudios Americanos672

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  • Silvia Palomeque ha querido hacer hincapi de forma particular sobreciertos aspectos de la circulacin interregional, y en la necesidad de estu-diar los circuitos mercantiles que operan en regiones determinadas.78Realiza dos crticas a trabajos que se han ceido al estudio de la regin deLoja, que han volcado toda su atencin sobre las exportaciones de cascari-lla, y de forma casi irremediable han vinculado la economa regional atravs de estas exportaciones al mercado externo, descuidando, sin embar-go, su conexin e integracin con el espacio econmico interior. La segun-da objecin viene dada a los trabajos que se han centrado en medir la cir-culacin mercantil a travs del puerto de Guayaquil, y que en su opininhan llevado a generalizaciones bastante peligrosas.79 Para Palomeque no sepuede negar la existencia de determinadas regiones con un cierto grado deautonoma, pese a existir una dependencia general fuerte de la economaminera del Alto Per . En su anlisis respecto a la regin de Cuenca y delos circuitos interregionales que operaron en ella, adquiere gran impor-tancia la funcin que desarrolla Loja y su regin, como centros proveedo-res de mulas para el transporte y trfico mercantil entre Cuenca y Piura.

    Resta por referir el trabajo de Pedro Prez Herrero, que presenta unenfoque general sobre la integracin de los mercados internos de laAmrica colonial y sus relaciones con el exterior.80 Frente a las posturasemanadas de las teoras de la dependencia, de las posturas colonialistas ode las nacionalistas, Prez Herrero trata el tema desde el punto de vista delas complejas relaciones interregionales en el espacio colonial. Una de susteoras ms interesante y tambin ms discutida es la que afirma que afines del siglo XVIII, en la poca del reformismo borbnico, hay un cam-bio de orientacin en dichas relaciones volcadas hacia el exterior, rom-pindose lo que se haba logrado alcanzar en pocas anteriores, una cier-ta interrelacin espacial e integracin econmica. Pese a distinguir en cadacaptulo las realidades regionales, a saber: Mesoamrica, Centroamrica,Antillas y Circumcaribe, mundo andino y Brasil, y establecer un cuadrocompleto mediante cortes cronolgicos, el propio autor advierte que talesdivisiones temporales no pueden considerarse como perodos rgidos,

    78 Palomeque, Silvia: Loja en el mercado interno colonial, en Grosso y Silva, Mercadose Historia, pgs. 207-227.

    79 ... por ejemplo, sobre la crisis del siglo XVIII y la identificacin de todos los valles inte-randinos como partes de una misma regin, dependiente en extremo de la economa minera altoperua-na, sin una autonoma relativa y sin alternativas al autoconsumo. Palomeque, Loja en el mercadointerno..., pg. 210.

    80 Prez Herrero, Pedro: Comercio y Mercados en Amrica Latina Colonial, Madrid, 1992 .

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  • acabados y completos. Interesa de forma particular los dos modelos deinterpretacin propuestos para el estudio de las relaciones de mercado: elmodelo solar o de olla a presin caracterizado por la constitucin de unespacio polarizado, con una relativa complejidad en la jerarquizacin urba-na y en la estructura social y con la presencia de flujos comerciales inter-nos estudia fundamentalmente las repercusiones que tuvieron los n-cleos urbanos y los reales de minas sobre la organizacin de los espaciosinternos coloniales; y el modelo dendrtico o de embudo, que explica laarticulacin interna a travs de variables exgenas, tratndose por tanto deeconomas orientadas fundamentalmente hacia fuera una reduccin enla produccin interna se transformaba en una disminucin de los volme-nes comerciales externos.81

    A modo de conclusin

    Son buenas las regiones para pensar?, esta era la pregunta plantea-da por el profesor Eric Van Young.82 Entre muchas razones sugiere el autordos en especial: una de carcter emprico-histrico, es decir las regionescomo categoras empricas naturales, y la otra, de orden terico, que sirvepara conciliar los problemas que surgen entre las categoras generales y lasparticulares.83 Para dicho autor la delimitacin de la regin determina laespacializacin de las relaciones econmicas. Partiendo de la idea de queel emplazamiento central de una regin puede estar dentro o fuera de lamisma, se pueden usar diferentes sistemas o mtodos para definir las regio-nes. Van Young se centra en la estructura de intercambio o los mercados,y a partir de aqu define la regin de Guadalajara segn la teora del mode-lo solar dentro de dicho sistema del emplazamiento central. Se trata de unaregin muy particular determinada por el rea de mercado de Guadalajaray la influencia ejercida en esa zona ante la creciente demanda urbana de ali-mentos durante el siglo XVIII. En realidad, es una regin econmica espa-cialmente muy restringida, bsicamente agrcola, que el autor denomina

    81 Prez Herrero, Pedro: Los factores de la conformacin regional en Mxico (1700-1850):Modelos existentes e hiptesis de investigacin. En Regin e Historia en Mxico (1700-1850),Mxico, 1993, pgs. 207-236.

    82 Vase Eric Van Young: Are Regions Good to Think?, en Mexicos Regions. ComparativeHistory and Development, San Diego, 1992, pgs. 1-36.

    83 Van Young, Eric: Haciendo historia regional: consideraciones metodolgicas y tericas,en Regin e Historia..., pgs. 99-122.

    MARA NGELES GLVEZ RUIZ

    Anuario de Estudios Americanos674

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  • rea de abasto primario en el permetro de la ciudad el hinterland,84en la cual, la creciente demanda urbana de productos alimenticios bsicos,carne y granos principalmente, trajo consigo una expansin de las reas deabastecimiento y sent las bases necesarias para la integracin regional.

    Siguiendo la categora de anlisis de Van Young, hemos podido obser-var cmo la regin ha estado presente de forma constante en los estudiosaqu presentados, y tambin hemos podido comprobar que la historiaregional ha resultado especialmente til para acercarnos a la problemticadel mercado interno colonial. Si consideramos el concepto regin en elmismo sentido que lo conoce Van Young, en su forma ms til, como laespacializacin de una economa, y si tratamos la regionalidad como unconcepto dinmico, rechazando la idea de la existencia de regiones estti-cas, podemos llegar a anlisis de mayor complejidad. Teniendo en cuentaque el estudio regional nos permite hacer hincapi en los elementos econ-micos, y en las relaciones espaciales que se derivan, la regin se constitu-ye en protagonista de los estudios que atienden al mercado interno colonial.La experiencia ha demostrado que los trabajos que se han centrando en lafiscalidad y en los mercados, han logrado excelentes resultados a partir delanlisis de tipo cuantitativo y serial centrado en determinadas regiones.

    84 Van Young, Eric: La ciudad y el campo..., pgs. 26-27. Vase tambin su captulo:Hinterland y mercado urbano: el caso de Guadalajara y su regin. En La crisis del orden colo-nial. Estructura agraria y rebeliones populares de la Nueva Espaa, 1750-1821, Mxico, 1992,pgs. 199-245.

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    Tomo LV, 2, 1998 675

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