Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores...

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Germán G. Bravo Machado

EL ESPÍRITUESE GRAN DESCONOCIDO

SU DIFERENCIA CON EL ALMA

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Germán G. Bravo Machado

EL ESPÍRITUESE GRAN DESCONOCIDO

SU DIFERENCIA CON EL ALMA

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AGRADECIMIENTO:

A todas aquellas personas, en especial a mis hermanos fraternales de Elipse, que con su colaboración y entusiasmo hicieron posible

la publicación de esta obra

El Autor

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDO

Copyright © Germán G. Bravo Machado

ISBN: 978-980-12-5453-9Depósito legal: If25220112004469

Impreso por: Editorial Melvin

Ninguna porción de este libro puede ser reproducida o transmiti-da en cualquier forma o por ningún medio electrónico o mecáni-co, incluyendo fotocopiado, grabación o por cualquier sistema de recuperación o almacenamiento de información, sin permiso por escrito del Autor

1º Edición, Septiembre 20002ª Edición, Enero 2012

Portada: Imagen del Cometa BennettDiseño y Diagramación: María Alexandra Gallego

Impreso en VenezuelaPrinted in Venezuela

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AGRADECIMIENTO:

A todas aquellas personas, en especial a mis hermanos fraternales de Elipse, que con su colaboración y entusiasmo hicieron posible

la publicación de esta obra

El Autor

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDO

Copyright © Germán G. Bravo Machado

ISBN: 978-980-12-5453-9Depósito legal: If25220112004469

Impreso por: Editorial Melvin

Ninguna porción de este libro puede ser reproducida o transmiti-da en cualquier forma o por ningún medio electrónico o mecáni-co, incluyendo fotocopiado, grabación o por cualquier sistema de recuperación o almacenamiento de información, sin permiso por escrito del Autor

1º Edición, Septiembre 20002ª Edición, Enero 2012

Portada: Imagen del Cometa BennettDiseño y Diagramación: María Alexandra Gallego

Impreso en VenezuelaPrinted in Venezuela

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“EL ESPÍRITU, ESE GRAN DESCONOCIDO. SU DIFERENCIA CON EL ALMA”, es éste un trabajo que incursio-na y discurre en torno a ESO que, en el curso de la Historia, se ha venido haciendo referencia y que aquí, en tan minucioso trabajo como el que estamos prologando queda definitivamente identifi-cado como lo que es: EL ESPÍRITU. Denominación precisa y elocuente, clara e inconfundible, así es EL ESPÍRITU.

En la extensa y profunda pesquisa llevada a cabo por Germán Bravo, no sólo consagra al ente ESPÍRITU, sino que aclara que éste es una entidad y el ALMA otra, en oposición a la confusión patroci-nada hasta por destacados y muy conocidos autores espiritistas. Incluso se ha llegado –a veces a que un mismo autor haya expresa-do lo uno por lo otro, como si fueren la misma cosa.

No sería fácil determinar qué merecería más o mejor valoración en este singular trabajo, si quizás la diligente y profunda investiga-ción la cual cubre un espacio de más de cincuenta siglos escudri-ñando conceptos y expresiones de cuanto nos han legado filósofos o pensadores orientales y occidentales; o si resulte más plausible destacar el simple pero no menos importante hecho de habernos resuelto las vieja y manoseada duda que por inocencia o desinterés unos y por conveniencias otros, nos ha deparado la mayoría de

PRÓLOGO

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“EL ESPÍRITU, ESE GRAN DESCONOCIDO. SU DIFERENCIA CON EL ALMA”, es éste un trabajo que incursio-na y discurre en torno a ESO que, en el curso de la Historia, se ha venido haciendo referencia y que aquí, en tan minucioso trabajo como el que estamos prologando queda definitivamente identifi-cado como lo que es: EL ESPÍRITU. Denominación precisa y elocuente, clara e inconfundible, así es EL ESPÍRITU.

En la extensa y profunda pesquisa llevada a cabo por Germán Bravo, no sólo consagra al ente ESPÍRITU, sino que aclara que éste es una entidad y el ALMA otra, en oposición a la confusión patroci-nada hasta por destacados y muy conocidos autores espiritistas. Incluso se ha llegado –a veces a que un mismo autor haya expresa-do lo uno por lo otro, como si fueren la misma cosa.

No sería fácil determinar qué merecería más o mejor valoración en este singular trabajo, si quizás la diligente y profunda investiga-ción la cual cubre un espacio de más de cincuenta siglos escudri-ñando conceptos y expresiones de cuanto nos han legado filósofos o pensadores orientales y occidentales; o si resulte más plausible destacar el simple pero no menos importante hecho de habernos resuelto las vieja y manoseada duda que por inocencia o desinterés unos y por conveniencias otros, nos ha deparado la mayoría de

PRÓLOGO

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esos pensadores.Incluso, buen número que de ellos ha escrito sobre Espiritismo

no se ha ocupado de tan importante cuestión. No han discernido acerca de tan especial asunto en el ámbito de la ideología o doctri-na espiritista, dentro de la que tiene gran importancia el estudio de las tres entidades –CUERPO, ALMA y ESPIRITU presentes en la criatura humana.

Posiblemente en el caso de Franz Volgyesi con su monumental obra “El Alma lo es Todo”, sea muy explicable y hasta justificada su conducta, obligada ésta por lo calamitoso que para él era hablar abiertamente de Espíritu en vez de Alma, en un medio totalitaria-mente materialista como lo fue el momento y época en los que él escribía, pues la Iglesia Soviética podría perdonar un venial desliz espiritualista como sería hablar del Alma, mas no una grave profana-ción como la de hacerlo sobre el Espíritu. Ello habría sido propiciar corrientes espiritistas (¡!) y éstas estaban rotundamente prohibidas.

En el Primer Congreso Mundial de Sofrología celebrado en Barcelona de España en octubre del 1970, tuvimos la personal y honrosa oportunidad de oír, de parte de alumnos directos de Volg-yesi, comentarios sobre las terribles vicisitudes que este sabio hún-garo experimentó de parte del materialismo hecho dictatorial gobierno de Hungría, en oportunidad de divulgar él sus convic-ciones acerca del Espíritu y cómo éste lo era todo. Así viose obliga-do a transigir titulando su conocida obra espírita “El Alma lo es Todo”, a sabiendas él de que esto lo era el Espíritu y así lo apreciamos sustantivamente en el desarrollo de su obra.

Pocas publicaciones tan serias, fundamentadas y de sabor aca-démico-científico se han escrito para dejar sentado que el Espíritu, ese desconocido lo es “TODO” como lo experimentamos en la obra de Volgyesi, que complementaria de ella podría serlo la que

PRÓLOGO

8 9

ahora prologamos.Permítasenos expresar nuestra convicción que es esta: en pro-

bando que el Espíritu ha estado presente y ha sido el agente princi-pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita y robustece a medida que más se vive y más se descu-bre en lo humanístico y en lo científico. Así las cosas, aún sometién-donos a los rigores del laboratorio será menos negada y más apre-ciada la existencia de ese desconocido -el Espíritu- al que este estu-dioso autor dedica una pesquisa muy juiciosa y de invalorable importancia, porque no se contrae simplemente a la investigación no de peregrinas citas, sino además historiando y filosofando muy seriamente en cuanto asevera. ¡Lo felicitamos! E invitamos a los lectores a disfrutarlo profundizando en su denso contenido.

José R. Mendoza Vallejo

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDO

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esos pensadores.Incluso, buen número que de ellos ha escrito sobre Espiritismo

no se ha ocupado de tan importante cuestión. No han discernido acerca de tan especial asunto en el ámbito de la ideología o doctri-na espiritista, dentro de la que tiene gran importancia el estudio de las tres entidades –CUERPO, ALMA y ESPIRITU presentes en la criatura humana.

Posiblemente en el caso de Franz Volgyesi con su monumental obra “El Alma lo es Todo”, sea muy explicable y hasta justificada su conducta, obligada ésta por lo calamitoso que para él era hablar abiertamente de Espíritu en vez de Alma, en un medio totalitaria-mente materialista como lo fue el momento y época en los que él escribía, pues la Iglesia Soviética podría perdonar un venial desliz espiritualista como sería hablar del Alma, mas no una grave profana-ción como la de hacerlo sobre el Espíritu. Ello habría sido propiciar corrientes espiritistas (¡!) y éstas estaban rotundamente prohibidas.

En el Primer Congreso Mundial de Sofrología celebrado en Barcelona de España en octubre del 1970, tuvimos la personal y honrosa oportunidad de oír, de parte de alumnos directos de Volg-yesi, comentarios sobre las terribles vicisitudes que este sabio hún-garo experimentó de parte del materialismo hecho dictatorial gobierno de Hungría, en oportunidad de divulgar él sus convic-ciones acerca del Espíritu y cómo éste lo era todo. Así viose obliga-do a transigir titulando su conocida obra espírita “El Alma lo es Todo”, a sabiendas él de que esto lo era el Espíritu y así lo apreciamos sustantivamente en el desarrollo de su obra.

Pocas publicaciones tan serias, fundamentadas y de sabor aca-démico-científico se han escrito para dejar sentado que el Espíritu, ese desconocido lo es “TODO” como lo experimentamos en la obra de Volgyesi, que complementaria de ella podría serlo la que

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ahora prologamos.Permítasenos expresar nuestra convicción que es esta: en pro-

bando que el Espíritu ha estado presente y ha sido el agente princi-pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita y robustece a medida que más se vive y más se descu-bre en lo humanístico y en lo científico. Así las cosas, aún sometién-donos a los rigores del laboratorio será menos negada y más apre-ciada la existencia de ese desconocido -el Espíritu- al que este estu-dioso autor dedica una pesquisa muy juiciosa y de invalorable importancia, porque no se contrae simplemente a la investigación no de peregrinas citas, sino además historiando y filosofando muy seriamente en cuanto asevera. ¡Lo felicitamos! E invitamos a los lectores a disfrutarlo profundizando en su denso contenido.

José R. Mendoza Vallejo

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A concepción del Espíritu es un tema que muchas personas Lcreen conocer, pero en realidad son muy pocas las que tienen un conocimiento cierto acerca de él, pues es un tema muy especiali-zado y muy poco difundido, de allí que hayamos titulado esta obra El Espíritu ese gran Desconocido.

Si bien el tema goza de gran difusión en el ámbito popular y reli-gioso, no obstante allí no puede ser conocido en su verdadera natu-raleza porque está muy imbuido en dogmas y supersticiones.

El Espíritu es un concepto tan trascendente que los grandes pen-sadores y filósofos de todos los tiempos lo han denominado Ser, Divinidad, Substancia, Inteligencia Universal, Lo Uno, El Todo, Dios, etc., y cuyo estudio corresponde estrictamente al ámbito filo-sófico y no al religioso como mucha gente cree, de allí que sea un tema de no muy fácil acceso, aunado a que los paradigmas positivistas del mundo occidental impiden su cabal comprensión. Esta es la razón fundamental por la cual el Espíritu aún permanece descono-cido; pero precisamente, a romper con estos prejuiciados y esclero-santes paradigmas viene El Espíritu ese gran Desconocido para ofre-cer al lector de una manera didáctica e inconcusa una información ad verecundiam de lo que en verdad es el Espíritu.

Con el objeto de tratar de lograr este propósito hemos puesto

INTRODUCCIÓN

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A concepción del Espíritu es un tema que muchas personas Lcreen conocer, pero en realidad son muy pocas las que tienen un conocimiento cierto acerca de él, pues es un tema muy especiali-zado y muy poco difundido, de allí que hayamos titulado esta obra El Espíritu ese gran Desconocido.

Si bien el tema goza de gran difusión en el ámbito popular y reli-gioso, no obstante allí no puede ser conocido en su verdadera natu-raleza porque está muy imbuido en dogmas y supersticiones.

El Espíritu es un concepto tan trascendente que los grandes pen-sadores y filósofos de todos los tiempos lo han denominado Ser, Divinidad, Substancia, Inteligencia Universal, Lo Uno, El Todo, Dios, etc., y cuyo estudio corresponde estrictamente al ámbito filo-sófico y no al religioso como mucha gente cree, de allí que sea un tema de no muy fácil acceso, aunado a que los paradigmas positivistas del mundo occidental impiden su cabal comprensión. Esta es la razón fundamental por la cual el Espíritu aún permanece descono-cido; pero precisamente, a romper con estos prejuiciados y esclero-santes paradigmas viene El Espíritu ese gran Desconocido para ofre-cer al lector de una manera didáctica e inconcusa una información ad verecundiam de lo que en verdad es el Espíritu.

Con el objeto de tratar de lograr este propósito hemos puesto

INTRODUCCIÓN

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Verdad Histórica de la Idea de Dios, pero dado que la abundancia de detalles y aclaratorias de la misma tendían a entorpecer su idea principal, decidimos separarlo y profundizar en su concepción para que se constituyera en una obra independiente, pero como complemento de ésta primera y viceversa.

Este trabajo no tiene la pretensión de que se le considere como una investigación histórico-cognoscitiva, mucho menos como un ensayo hermenéutico-filosófico ni algo por el estilo, se trata simple-mente de la recopilación sintética y coherente de ideas, pasajes y conceptos extractados de importantes obras, donde filósofos y pen-sadores han expresado sus concepciones acerca del Espíritu. Si algún mérito pudiera concedérsele es la concatenación coherente y cronológica de las diversas ideas y concepciones acerca del Espíritu que se han expresado a través del tiempo; así como la descripción de una importantísima bibliografía que aporta inmensas luces, de la cual nos honramos poseer.

Nos sentiríamos muy complacidos si este modesto trabajo pudiera ser de alguna utilidad al lector, tanto como lo ha sido para nosotros.

13

INTRODUCCIÓN

especial empeño en la utilización de un método didáctico, consis-tente en la descripción cronológica de las diferentes concepciones acerca del Espíritu que los grandes filósofos y pensadores han lega-do a la humanidad en diferentes estadios históricos. En tal sentido, se efectúa un análisis histórico-filosófico partiendo desde la pro-tohistoria, pasando por las más importantes civilizaciones anti-guas, hasta llegar a los más relevantes sistemas filosóficos de los últimos tiempos.

Dicha metodología tiene la finalidad de que el lector pueda obte-ner una información estructurada y consolidada del tema, lo cual le permitirá sacar sus propias conclusiones y conocer el porqué este conocimiento ha sido limitado en su difusión. Con el mismo fin, se transcriben textualmente muchos pasajes, conceptos y opiniones de connotados filósofos y pensadores, que luego son analizados, inter-pretados y comparados, sin alterar su prístino sentido, para ofrecer al lector una síntesis ecléctica, demostrando así el carácter axiomático de la concepción del Espíritu.

Dado que el tema del Espíritu reviste cierta complejidad, auna-do a que sus diversas concepciones están impregnadas de un rigu-roso lenguaje filosófico, constantemente efectuamos aclaratorias de los conceptos que consideramos indispensables para una mejor comprensión del tema. Asimismo, se abunda en citas y referencias bibliográficas con el objeto de facilitar al lector la ampliación del tema y su consecuente corroboración, ya que el mismo colide un poco con las enseñanzas tradicionales.

De manera muy especial se hace énfasis en aclarar la diferencia que existe entre alma y espíritu, ya que sin este discernimiento no se puede conocer la naturaleza humana, mucho menos obtener una idea de Dios.

En un principio este tema formaba parte de nuestra obra: La

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Verdad Histórica de la Idea de Dios, pero dado que la abundancia de detalles y aclaratorias de la misma tendían a entorpecer su idea principal, decidimos separarlo y profundizar en su concepción para que se constituyera en una obra independiente, pero como complemento de ésta primera y viceversa.

Este trabajo no tiene la pretensión de que se le considere como una investigación histórico-cognoscitiva, mucho menos como un ensayo hermenéutico-filosófico ni algo por el estilo, se trata simple-mente de la recopilación sintética y coherente de ideas, pasajes y conceptos extractados de importantes obras, donde filósofos y pen-sadores han expresado sus concepciones acerca del Espíritu. Si algún mérito pudiera concedérsele es la concatenación coherente y cronológica de las diversas ideas y concepciones acerca del Espíritu que se han expresado a través del tiempo; así como la descripción de una importantísima bibliografía que aporta inmensas luces, de la cual nos honramos poseer.

Nos sentiríamos muy complacidos si este modesto trabajo pudiera ser de alguna utilidad al lector, tanto como lo ha sido para nosotros.

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INTRODUCCIÓN

especial empeño en la utilización de un método didáctico, consis-tente en la descripción cronológica de las diferentes concepciones acerca del Espíritu que los grandes filósofos y pensadores han lega-do a la humanidad en diferentes estadios históricos. En tal sentido, se efectúa un análisis histórico-filosófico partiendo desde la pro-tohistoria, pasando por las más importantes civilizaciones anti-guas, hasta llegar a los más relevantes sistemas filosóficos de los últimos tiempos.

Dicha metodología tiene la finalidad de que el lector pueda obte-ner una información estructurada y consolidada del tema, lo cual le permitirá sacar sus propias conclusiones y conocer el porqué este conocimiento ha sido limitado en su difusión. Con el mismo fin, se transcriben textualmente muchos pasajes, conceptos y opiniones de connotados filósofos y pensadores, que luego son analizados, inter-pretados y comparados, sin alterar su prístino sentido, para ofrecer al lector una síntesis ecléctica, demostrando así el carácter axiomático de la concepción del Espíritu.

Dado que el tema del Espíritu reviste cierta complejidad, auna-do a que sus diversas concepciones están impregnadas de un rigu-roso lenguaje filosófico, constantemente efectuamos aclaratorias de los conceptos que consideramos indispensables para una mejor comprensión del tema. Asimismo, se abunda en citas y referencias bibliográficas con el objeto de facilitar al lector la ampliación del tema y su consecuente corroboración, ya que el mismo colide un poco con las enseñanzas tradicionales.

De manera muy especial se hace énfasis en aclarar la diferencia que existe entre alma y espíritu, ya que sin este discernimiento no se puede conocer la naturaleza humana, mucho menos obtener una idea de Dios.

En un principio este tema formaba parte de nuestra obra: La

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CAPÍTULO I

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y FILOLÓGICOS DEL TÉRMINO ESPÍRITU

“Todo está lleno de espíritus”-Tales de Mileto-

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A palabra Espíritu es un término tan universal que no existe Lcultura en el mundo que no haga alusión a él. Desde las tribus más primitivas hasta las más altas civilizaciones de nuestro tiempo lo encontramos en las más diversas acepciones; desde las más elemen-tales, como son las ideas de soplo, aliento y exhalación, pasando por las más rudimentarias como muerto, fantasma, espanto, etc., hasta llegar a la concepción de energía y esencia, y a la magna y axiomática significación de Inteligencia, Substancia, Ser, Divinidad o Dios.

No obstante esta variedad de acepciones, el término Espíritu conserva siempre su prístino y esencial significado, lo cual eviden-cia la univocidad que le es propia.

En la antigüedad el hombre primitivo, por la reiterada observa-ción, pudo apreciar que sus hijos al nacer experimentaban una enér-gica inspiración, acompañada de un subsiguiente vagido. De la misma manera, también pudo observar que sus congéneres al morir naturalmente, manifestaban una dulce exhalación que los privaba de todo movimiento y de toda función vital. Aunado a esta situación, en ciertas ocasiones soñaban que estos seres fallecidos les hablaban y les aconsejaban; incluso, estando en estado de vigilia algunos de ellos podían ver sus sombras y aun oír sus voces; otros, de manera excepcional, podían experimentar que estos seres “muertos” tomaran posesión de sus propios cuerpos para comuni-

1carse directamente con ellos ; experiencia ésta que más tarde dio lugar al surgimiento de las figuras conocidas como Pitia, Clarivi-dente, Sensitivo, Facultado y Médium; es decir, personas dotadas de facultades psíquicas especiales que reciben los oráculos o revela-ciones del mundo de los espíritus.

Como consecuencia de estas experiencias, estos seres primitivos

1 En la actualidad estas manifestaciones se conocen como fenómenos mediúmnicos o fenómenos

paranormales.

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A palabra Espíritu es un término tan universal que no existe Lcultura en el mundo que no haga alusión a él. Desde las tribus más primitivas hasta las más altas civilizaciones de nuestro tiempo lo encontramos en las más diversas acepciones; desde las más elemen-tales, como son las ideas de soplo, aliento y exhalación, pasando por las más rudimentarias como muerto, fantasma, espanto, etc., hasta llegar a la concepción de energía y esencia, y a la magna y axiomática significación de Inteligencia, Substancia, Ser, Divinidad o Dios.

No obstante esta variedad de acepciones, el término Espíritu conserva siempre su prístino y esencial significado, lo cual eviden-cia la univocidad que le es propia.

En la antigüedad el hombre primitivo, por la reiterada observa-ción, pudo apreciar que sus hijos al nacer experimentaban una enér-gica inspiración, acompañada de un subsiguiente vagido. De la misma manera, también pudo observar que sus congéneres al morir naturalmente, manifestaban una dulce exhalación que los privaba de todo movimiento y de toda función vital. Aunado a esta situación, en ciertas ocasiones soñaban que estos seres fallecidos les hablaban y les aconsejaban; incluso, estando en estado de vigilia algunos de ellos podían ver sus sombras y aun oír sus voces; otros, de manera excepcional, podían experimentar que estos seres “muertos” tomaran posesión de sus propios cuerpos para comuni-

1carse directamente con ellos ; experiencia ésta que más tarde dio lugar al surgimiento de las figuras conocidas como Pitia, Clarivi-dente, Sensitivo, Facultado y Médium; es decir, personas dotadas de facultades psíquicas especiales que reciben los oráculos o revela-ciones del mundo de los espíritus.

Como consecuencia de estas experiencias, estos seres primitivos

1 En la actualidad estas manifestaciones se conocen como fenómenos mediúmnicos o fenómenos

paranormales.

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concluyeron que lo que realmente daba la vida a los seres humanos era un aire que sobrevivía a la muerte del cuerpo físico y que poste-

2riormente volvía a la vida terrenal en un nuevo cuerpo .Cuando comienza a configurarse el lenguaje, esta concepción (ai-

re) se consolida en la idea de soplo o aliento de la vida, la cual constitu-ye la acepción etimológica primaria del término espíritu en todas las lenguas conocidas, inmortalizada por Moisés en el Génesis del Anti-guo Testamento al describir simbólicamente que Jehová, tomando un poco de barro, moldeó una figura humana y luego de terminada la

3sopló, adquiriendo aquella figura, en ese preciso instante, la vida .Con esta simbología, Moisés nos transmite que el soplo o espíritu

(Ruach, en hebreo) es la causa de la vida en los seres humanos, la cual extrajo de la doctrina hebraica y de la sabiduría de Hermes Trisme-

4gisto, donde se concibe a Dios como “Espíritu Puro” . Esta concep-5ción se difundió por todo Oriente encerrada en Mitos o Misterios ,

conformando así la esencia del esoterismo. En virtud que la sabiduría hebraica pasaba de primogénito en

primogénito, obviamente esta concepción llegó a Jesús de Naza-6 7reth , quien sabiamente sentó: “Dios es Espíritu” .

En el idioma más antiguo de la tierra, el Sánskrito de la milena-ria India, encontramos el término Âtman, cuya significación ori-ginaria es “aliento”, que es traducido por Espíritu. Citemos algu-

nas ideas de la literatura védica, traducidas directamente del Sáns-krito por Fernando Tola:

“El término âtman designa originariamente el aliento. Es sinónimo de prana. El âtman, el prana, lo mismo que asu (la vida) y manas (la mente) son concebidos en el Rig Veda y el Atarva Veda como entidades existentes 'per se et in se' en el individuo y explican su actividad vital. Luego âtman pasa a designar al individuo en cuanto tal (...) Âtman es el principio idéntico de Brahman que mora en el individuo (...) Las Upanishads insisten con frecuen-cia en la identidad del espíritu individual (Âtman) con el espíritu universal (Brahman) (...) Âtman es la esencia

8primera de Brahman”(Negrilla y subrayado nuestro)

En escrituras post-védicas, como es el sistema filosófico de Kapi-9la , encontramos la existencia de dos grandes principios, uno activo y

otro pasivo: “Purusha” y “Prakriti”,donde Purusha, que es el espíri-tu, constituye el principio activo rector y causa del movimiento, mien-tras que Prakriti designa a la materia, tanto a la materia densa como a la materia sutil o alma. Veamos parte del pensamiento de Kapila:

“Purusha es el principio espiritual que anima a Prakriti y en él se envuelve, originando así las diversas formas dife-renciales, desde el átomo hasta el hombre. La filosofía sank-hya no concibe a purusha como el Alma, tal como lo hacen algunos yogis, sino como un compuesto de infinitud de áto-

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO I

8 Tola Fernando: Las Doctrinas Secretas de la India o Upanishads.

9 Sistema Sankhya.

2 Esto se conoce como transmigración de las almas, metempsicosis, palingenesia o reencarnación.

3 Gn. 02:07

4 Esta idea la encerró Moisés en el concepto de YHWH (o IHVH), que constituye un tetragrama

conformado por las letras hebreas: Iod, He, Vau, He; donde la letra Iod, procede de la raíz Jah, que

significa aliento, vida, Dios. Véase nuestra obra La Verdad Histórica de la Idea de Dios, donde

aportamos interesantes y valiosísimos datos para la interpretación de este misterioso tetragrama.

5 Entre los más importantes se encuentran los Misterios de Isis (en Egipto), los Misterios Eleusinos

y los Misterios Órfico Pitagóricos. (Ambos en Grecia).

6 Jesús de Nazareth fue primogénito (Mt. 01:25); (Primogénito significa el primer hijo nacido en

una familia), aunque el Evangelio de Juan dice que fue unigénito (hijo único) (Jn. 01:14 ). Eviden-

temente el texto bíblico presenta una contradicción (Una de tantas).

7 Jn. 04:24

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concluyeron que lo que realmente daba la vida a los seres humanos era un aire que sobrevivía a la muerte del cuerpo físico y que poste-

2riormente volvía a la vida terrenal en un nuevo cuerpo .Cuando comienza a configurarse el lenguaje, esta concepción (ai-

re) se consolida en la idea de soplo o aliento de la vida, la cual constitu-ye la acepción etimológica primaria del término espíritu en todas las lenguas conocidas, inmortalizada por Moisés en el Génesis del Anti-guo Testamento al describir simbólicamente que Jehová, tomando un poco de barro, moldeó una figura humana y luego de terminada la

3sopló, adquiriendo aquella figura, en ese preciso instante, la vida .Con esta simbología, Moisés nos transmite que el soplo o espíritu

(Ruach, en hebreo) es la causa de la vida en los seres humanos, la cual extrajo de la doctrina hebraica y de la sabiduría de Hermes Trisme-

4gisto, donde se concibe a Dios como “Espíritu Puro” . Esta concep-5ción se difundió por todo Oriente encerrada en Mitos o Misterios ,

conformando así la esencia del esoterismo. En virtud que la sabiduría hebraica pasaba de primogénito en

primogénito, obviamente esta concepción llegó a Jesús de Naza-6 7reth , quien sabiamente sentó: “Dios es Espíritu” .

En el idioma más antiguo de la tierra, el Sánskrito de la milena-ria India, encontramos el término Âtman, cuya significación ori-ginaria es “aliento”, que es traducido por Espíritu. Citemos algu-

nas ideas de la literatura védica, traducidas directamente del Sáns-krito por Fernando Tola:

“El término âtman designa originariamente el aliento. Es sinónimo de prana. El âtman, el prana, lo mismo que asu (la vida) y manas (la mente) son concebidos en el Rig Veda y el Atarva Veda como entidades existentes 'per se et in se' en el individuo y explican su actividad vital. Luego âtman pasa a designar al individuo en cuanto tal (...) Âtman es el principio idéntico de Brahman que mora en el individuo (...) Las Upanishads insisten con frecuen-cia en la identidad del espíritu individual (Âtman) con el espíritu universal (Brahman) (...) Âtman es la esencia

8primera de Brahman”(Negrilla y subrayado nuestro)

En escrituras post-védicas, como es el sistema filosófico de Kapi-9la , encontramos la existencia de dos grandes principios, uno activo y

otro pasivo: “Purusha” y “Prakriti”,donde Purusha, que es el espíri-tu, constituye el principio activo rector y causa del movimiento, mien-tras que Prakriti designa a la materia, tanto a la materia densa como a la materia sutil o alma. Veamos parte del pensamiento de Kapila:

“Purusha es el principio espiritual que anima a Prakriti y en él se envuelve, originando así las diversas formas dife-renciales, desde el átomo hasta el hombre. La filosofía sank-hya no concibe a purusha como el Alma, tal como lo hacen algunos yogis, sino como un compuesto de infinitud de áto-

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO I

8 Tola Fernando: Las Doctrinas Secretas de la India o Upanishads.

9 Sistema Sankhya.

2 Esto se conoce como transmigración de las almas, metempsicosis, palingenesia o reencarnación.

3 Gn. 02:07

4 Esta idea la encerró Moisés en el concepto de YHWH (o IHVH), que constituye un tetragrama

conformado por las letras hebreas: Iod, He, Vau, He; donde la letra Iod, procede de la raíz Jah, que

significa aliento, vida, Dios. Véase nuestra obra La Verdad Histórica de la Idea de Dios, donde

aportamos interesantes y valiosísimos datos para la interpretación de este misterioso tetragrama.

5 Entre los más importantes se encuentran los Misterios de Isis (en Egipto), los Misterios Eleusinos

y los Misterios Órfico Pitagóricos. (Ambos en Grecia).

6 Jesús de Nazareth fue primogénito (Mt. 01:25); (Primogénito significa el primer hijo nacido en

una familia), aunque el Evangelio de Juan dice que fue unigénito (hijo único) (Jn. 01:14 ). Eviden-

temente el texto bíblico presenta una contradicción (Una de tantas).

7 Jn. 04:24

Page 20: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

20 21

mos espirituales, mónadas o espíritus individuales que en conjunto constituyen una Unidad de unidades, considera-

10da como un Principio”.

Como se puede apreciar, estos textos nos revelan que la antigua sabiduría de la India atribuyen al concepto Espíritu una significa-ción magna, precisa y transcendente. Se le concibe en una doble sig-nificación: Brahman o Espíritu Universal y Âtman o Purusha como espíritu particularizado; es decir, como una parte, o chispa, emanada de la Divinidad, constitutiva de su primera esencia, que

11mora en cada uno de los seres humanos. En la cultura egipcia encontramos al sabio Hermes Trismegis-12to, quien legó a la humanidad una profunda sabiduría que tiene

como fundamento el Espíritu. Veamos uno de sus postulados:

“El TODO es espíritu. Mas ¿Qué es espíritu? Esta pre-gunta no puede ser contestada, puesto que definirla sería prác-ticamente definir al TODO, el cual no puede explicarse. El espíritu es simplemente el nombre que los hombres dan a la más elevada concepción de la infinita Mente Viviente; significa la

'esencia real', tan superior a todo cuanto entendemos por 13mente y vida, como estas últimas a la energía y la materia”

Esta concepción de Hermes constituye la esencia de la sabiduría griega y de la filosofía de nuestro tiempo. Aunque Hermes había señalado la imposibilidad de definir al Espíritu, dada su infinitud, no obstante algunos pensadores posteriores, no menos sabios que Hermes, como lo fueron Benedicto Spinoza (1632-1677) y Hegel (1770-1831), entre otros, contribuyeron a la posibilidad de su definición.

Spinoza lo define de la siguiente manera:

“Por Dios (Espíritu) entiendo el Ente absolutamente infi-nito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos,

14cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita”

Hegel, por su parte, lo define de la siguiente manera:

“El Espíritu es el Todo, la Divinidad que se despliega a sí misma por todo el Universo”

15“El Espíritu es el Concepto” .

De manera que el Espíritu sí es definible y también puede ser cono-cido, pero para ello es de necesidad el conocimiento de la naturaleza humana; por eso fue que los grandes sabios siempre dijeron: ¡Conó-cete a ti mismo! O como modernamente señala Ludwig Feuerbach:

“El conocimiento que tiene el hombre de Dios es el cono-

10 Yogi Ramacharaka, Filosofías y Religiones de la India.

11 Esta idea tan antigua y fundamental se difundió por todas las culturas del mundo, tanto

orientales como occidentales, para constituirse en el fundamento de todas las grandes religiones, así

como de toda buena filosofía. En Egipto, en los Misterios de Isis, se la conoce como “la caída”, idea

que desarrolló Platón en Fedro como “la caída del alma”; difundida posteriormente por el

Estoicismo como “El Logos Espermaticós” (La Razón seminal). También la encontramos en el

Nuevo Testamento, en el Evangelio de Juan, como “el Verbo hecho carne”. Al final de la Época

Medieval el eximio y preclaro maestro Juan Eckhart la inmortalizó como “la scintilla animae” (la

centella del alma). Posteriormente, en la Época Moderna, Leibnitz la desarrolló en su teoría

monádica (idea que ya había pregonado el Gnosticismo). En la Época Contemporánea constituye el

gran secreto de los filósofos del Idealismo Alemán, desde Kant hasta Scheler. Y, finalmente, esta idea

constituye el fundamento cognoscitivo de la doctrina del Espiritismo.

12 Hermes Trismegisto, el tres veces grande, es el nombre griego del Dios egipcio Tot (Thoth). Su

doctrina fue recogida en el Kybalión y en el Corpus Herméticum, donde bebieron los grandes

filósofos griegos y, aun, algunos filósofos medievales y modernos. Se dice que Hermes fue maestro

de Abraham.

13 El Kybalión, p. 46

14 Ética demostrada según el Orden Geométrico. Primera parte, De Dios, definición sexta.

15 La Fenomenología del Espíritu

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO I

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mos espirituales, mónadas o espíritus individuales que en conjunto constituyen una Unidad de unidades, considera-

10da como un Principio”.

Como se puede apreciar, estos textos nos revelan que la antigua sabiduría de la India atribuyen al concepto Espíritu una significa-ción magna, precisa y transcendente. Se le concibe en una doble sig-nificación: Brahman o Espíritu Universal y Âtman o Purusha como espíritu particularizado; es decir, como una parte, o chispa, emanada de la Divinidad, constitutiva de su primera esencia, que

11mora en cada uno de los seres humanos. En la cultura egipcia encontramos al sabio Hermes Trismegis-12to, quien legó a la humanidad una profunda sabiduría que tiene

como fundamento el Espíritu. Veamos uno de sus postulados:

“El TODO es espíritu. Mas ¿Qué es espíritu? Esta pre-gunta no puede ser contestada, puesto que definirla sería prác-ticamente definir al TODO, el cual no puede explicarse. El espíritu es simplemente el nombre que los hombres dan a la más elevada concepción de la infinita Mente Viviente; significa la

'esencia real', tan superior a todo cuanto entendemos por 13mente y vida, como estas últimas a la energía y la materia”

Esta concepción de Hermes constituye la esencia de la sabiduría griega y de la filosofía de nuestro tiempo. Aunque Hermes había señalado la imposibilidad de definir al Espíritu, dada su infinitud, no obstante algunos pensadores posteriores, no menos sabios que Hermes, como lo fueron Benedicto Spinoza (1632-1677) y Hegel (1770-1831), entre otros, contribuyeron a la posibilidad de su definición.

Spinoza lo define de la siguiente manera:

“Por Dios (Espíritu) entiendo el Ente absolutamente infi-nito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos,

14cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita”

Hegel, por su parte, lo define de la siguiente manera:

“El Espíritu es el Todo, la Divinidad que se despliega a sí misma por todo el Universo”

15“El Espíritu es el Concepto” .

De manera que el Espíritu sí es definible y también puede ser cono-cido, pero para ello es de necesidad el conocimiento de la naturaleza humana; por eso fue que los grandes sabios siempre dijeron: ¡Conó-cete a ti mismo! O como modernamente señala Ludwig Feuerbach:

“El conocimiento que tiene el hombre de Dios es el cono-

10 Yogi Ramacharaka, Filosofías y Religiones de la India.

11 Esta idea tan antigua y fundamental se difundió por todas las culturas del mundo, tanto

orientales como occidentales, para constituirse en el fundamento de todas las grandes religiones, así

como de toda buena filosofía. En Egipto, en los Misterios de Isis, se la conoce como “la caída”, idea

que desarrolló Platón en Fedro como “la caída del alma”; difundida posteriormente por el

Estoicismo como “El Logos Espermaticós” (La Razón seminal). También la encontramos en el

Nuevo Testamento, en el Evangelio de Juan, como “el Verbo hecho carne”. Al final de la Época

Medieval el eximio y preclaro maestro Juan Eckhart la inmortalizó como “la scintilla animae” (la

centella del alma). Posteriormente, en la Época Moderna, Leibnitz la desarrolló en su teoría

monádica (idea que ya había pregonado el Gnosticismo). En la Época Contemporánea constituye el

gran secreto de los filósofos del Idealismo Alemán, desde Kant hasta Scheler. Y, finalmente, esta idea

constituye el fundamento cognoscitivo de la doctrina del Espiritismo.

12 Hermes Trismegisto, el tres veces grande, es el nombre griego del Dios egipcio Tot (Thoth). Su

doctrina fue recogida en el Kybalión y en el Corpus Herméticum, donde bebieron los grandes

filósofos griegos y, aun, algunos filósofos medievales y modernos. Se dice que Hermes fue maestro

de Abraham.

13 El Kybalión, p. 46

14 Ética demostrada según el Orden Geométrico. Primera parte, De Dios, definición sexta.

15 La Fenomenología del Espíritu

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO I

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16cimiento que tiene el hombre de sí mismo”

En la cultura hebrea encontramos que Abraham elabora su 17famoso “Testamento Secreto” en función de la promesa del Espíritu

18que recibe de Jehová. La sabiduría de estas tres milenarias culturas (índica, egipcia y

hebrea) se difundió por todo el resto del mundo oriental envuelta en Símbolos, Mitos y Misterios, para luego llegar a Grecia donde fue retomada y depurada por grandes sabios, como lo fueron Tha-

19 20 21les de Mileto (640-547), Pitágoras (580-500), Anaxágoras 22 23(500-420), Parménides (504-450), Sócrates (470-399) y Pla-

tón (428-347), entre otros.En la cultura griega encontramos diversos términos para desig-

24nar al Espíritu. Entre los más importantes tenemos: “Nous” , 25 26 27 28“Pneuma” , “Atmos” “Daimonio” y “Demiurgo” .

Los vocablos Nous y Pneuma son utilizados para designar a un principio pensante, intelectual, dotado de razón, que trasciende lo

orgánico. El Nous en algunos casos es traducido como la Divini-dad misma. Así ocurre en Anaxágoras cuando afirma:

“El Nous es la Inteligencia que rige todos los procesos del 29universo” .

30Aristóteles señala que el Nous es “la parte superior del alma” . Plotino lo concibe como la segunda hipóstasis emanada de Lo Uno y emanadora, a su vez, del Alma del Mundo como tercera hipóstasis. Desde el punto de vista antropológico-filosófico el Nous es la entidad responsable de los actos racionales, inteligentes y volitivos de los seres humanos.

El término Pneuma significó en un principio soplo o aliento, de 31allí que su acepción etimológica sea aire ; pero posteriormente,

por extensión, se le dieron otros significados, tales como “fuerza vital”, “aliento que anima a los organismos” y, finalmente, “espíritu”. El concepto Pneuma desempeñó un rol muy importante desde los orígenes de la filosofía griega. Algunos presocráticos, sobre todo Anaxímenes, habían supuesto la existencia de una Substancia única (Pneuma o aire) que rodea y penetra el Universo entero. Decía Ana-xímenes que Pneuma rodea el Universo del mismo modo que el alma mantiene la cohesión del organismo humano y de los cuerpos.

Los estoicos fueron los creadores de la “Pneumática” o “Pneuma-32tología”, definida como “ciencia o saber natural acerca del Espíritu” ,

entendido éste como algo divino, como el principio cósmico vital.

23

16 La Esencia del Cristianismo.

17 En el antiguo hebreo el término Espíritu se designa con el término Ruach.

18 Gálatas 03:14

19 Según Aristóteles, Thales afirmaba: “todo está lleno de espíritus” (Todo está lleno de dioses:

Iovis Omnia Plena).

20 Pitágoras estuvo veinte largos años en la India, de donde extrajo la doctrina de la reencarnación o

metempsicosis, la alimentación vegetariana y otros conocimientos y costumbres.

21 A nuestro entender, Anaxágoras es el precursor de la doctrina del Espiritismo en el mundo

occidental, pues toda su filosofía está en función del Espíritu, como causa del Todo.

22 Parménides es el descubridor del Ente en cuanto tal; es decir, de la Substancia única o Espíritu.

23 Uno de los cargos contra Sócrates, que le valieron su condena a muerte, fue la de introducir a los

espíritus como “nuevas” divinidades.

24 Nous es un término muy rico, es empleado en griego en las siguientes acepciones: Espíritu,

Inteligencia, Divinidad (Dios), Memoria, facultad de pensar y Sabiduría, tal como lo hace Homero

en la Odisea, pero su usual significación es Espíritu.

25 Literalmente significa Aire.

26 Al igual que Pneuma, significa Aire. Quizás este término tenga sus raíces en el vocablo Sánskrito

“Ätman”.

27 Literalmente significa Espíritu.

28 Literalmente significa Hacedor, Arquitecto, Constructor y equivale a la idea de un espíritu

superior, aunque es usual el error de traducirlo como Dios.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO I

29 Cappelletti Ángel: La Filosofía de Anaxágoras.

30 En el Capítulo IV tratamos acerca de la diferencia entre espíritu y alma.

31 De donde derivan los vocablos: neumático, neumonía, etc, los cuales están relacionados con el

aire.

32 En la actualidad la disciplina filosófica que estudia al Espíritu se conoce como “Espiritismo”,

doctrina conformada por una Antropología Filosófica que en nada tiene que ver con brujería ni

superstición alguna, por el contrario, es la representación genuina de la Antropología Filosófica.

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16cimiento que tiene el hombre de sí mismo”

En la cultura hebrea encontramos que Abraham elabora su 17famoso “Testamento Secreto” en función de la promesa del Espíritu

18que recibe de Jehová. La sabiduría de estas tres milenarias culturas (índica, egipcia y

hebrea) se difundió por todo el resto del mundo oriental envuelta en Símbolos, Mitos y Misterios, para luego llegar a Grecia donde fue retomada y depurada por grandes sabios, como lo fueron Tha-

19 20 21les de Mileto (640-547), Pitágoras (580-500), Anaxágoras 22 23(500-420), Parménides (504-450), Sócrates (470-399) y Pla-

tón (428-347), entre otros.En la cultura griega encontramos diversos términos para desig-

24nar al Espíritu. Entre los más importantes tenemos: “Nous” , 25 26 27 28“Pneuma” , “Atmos” “Daimonio” y “Demiurgo” .

Los vocablos Nous y Pneuma son utilizados para designar a un principio pensante, intelectual, dotado de razón, que trasciende lo

orgánico. El Nous en algunos casos es traducido como la Divini-dad misma. Así ocurre en Anaxágoras cuando afirma:

“El Nous es la Inteligencia que rige todos los procesos del 29universo” .

30Aristóteles señala que el Nous es “la parte superior del alma” . Plotino lo concibe como la segunda hipóstasis emanada de Lo Uno y emanadora, a su vez, del Alma del Mundo como tercera hipóstasis. Desde el punto de vista antropológico-filosófico el Nous es la entidad responsable de los actos racionales, inteligentes y volitivos de los seres humanos.

El término Pneuma significó en un principio soplo o aliento, de 31allí que su acepción etimológica sea aire ; pero posteriormente,

por extensión, se le dieron otros significados, tales como “fuerza vital”, “aliento que anima a los organismos” y, finalmente, “espíritu”. El concepto Pneuma desempeñó un rol muy importante desde los orígenes de la filosofía griega. Algunos presocráticos, sobre todo Anaxímenes, habían supuesto la existencia de una Substancia única (Pneuma o aire) que rodea y penetra el Universo entero. Decía Ana-xímenes que Pneuma rodea el Universo del mismo modo que el alma mantiene la cohesión del organismo humano y de los cuerpos.

Los estoicos fueron los creadores de la “Pneumática” o “Pneuma-32tología”, definida como “ciencia o saber natural acerca del Espíritu” ,

entendido éste como algo divino, como el principio cósmico vital.

23

16 La Esencia del Cristianismo.

17 En el antiguo hebreo el término Espíritu se designa con el término Ruach.

18 Gálatas 03:14

19 Según Aristóteles, Thales afirmaba: “todo está lleno de espíritus” (Todo está lleno de dioses:

Iovis Omnia Plena).

20 Pitágoras estuvo veinte largos años en la India, de donde extrajo la doctrina de la reencarnación o

metempsicosis, la alimentación vegetariana y otros conocimientos y costumbres.

21 A nuestro entender, Anaxágoras es el precursor de la doctrina del Espiritismo en el mundo

occidental, pues toda su filosofía está en función del Espíritu, como causa del Todo.

22 Parménides es el descubridor del Ente en cuanto tal; es decir, de la Substancia única o Espíritu.

23 Uno de los cargos contra Sócrates, que le valieron su condena a muerte, fue la de introducir a los

espíritus como “nuevas” divinidades.

24 Nous es un término muy rico, es empleado en griego en las siguientes acepciones: Espíritu,

Inteligencia, Divinidad (Dios), Memoria, facultad de pensar y Sabiduría, tal como lo hace Homero

en la Odisea, pero su usual significación es Espíritu.

25 Literalmente significa Aire.

26 Al igual que Pneuma, significa Aire. Quizás este término tenga sus raíces en el vocablo Sánskrito

“Ätman”.

27 Literalmente significa Espíritu.

28 Literalmente significa Hacedor, Arquitecto, Constructor y equivale a la idea de un espíritu

superior, aunque es usual el error de traducirlo como Dios.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO I

29 Cappelletti Ángel: La Filosofía de Anaxágoras.

30 En el Capítulo IV tratamos acerca de la diferencia entre espíritu y alma.

31 De donde derivan los vocablos: neumático, neumonía, etc, los cuales están relacionados con el

aire.

32 En la actualidad la disciplina filosófica que estudia al Espíritu se conoce como “Espiritismo”,

doctrina conformada por una Antropología Filosófica que en nada tiene que ver con brujería ni

superstición alguna, por el contrario, es la representación genuina de la Antropología Filosófica.

Page 24: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

Daimonio es el término más utilizado para designar al espíritu. 33En los primeros siglos de nuestra Era, la Iglesia cristiana desfigu-

ró este término, haciendo de él un constructo, conocido como demonio, diablo, satanás, etc., para atemorizar a sus creyentes.

Demiurgo es un término que refiere a un espíritu de alta jerarquía. Como consecuencia de la influencia de la Escolástica Medieval, muchísimos autores han incurrido en el error de traducir este término por Dios, cuando Platón lo había conceptualizado como el ser inter-medio entre la Divinidad y los seres mortales, lo cual evidencia de manera ostensible la concepción del espíritu. Platón en el Timeo nos refiere que el Demiurgo es el “creador” del Mundo; actividad ésta que sólo corresponde a los espíritus superiores o de alta jerarquía.

Jesús de Nazareth también hizo alusión a esta especie de espíri-tus superiores cuando nos habló del “Espíritu de Verdad”. Al res-pecto dijo:

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para 34que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad”

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a 35toda la verdad.”

En términos generales, en las obras de estos grandes sabios grie-gos encontramos profunda sabiduría acerca de la naturaleza huma-na y del Cosmos, fundada en el Espíritu, sobre todo en Anaxágo-ras, Platón y Plotino.

Por otra parte, en la lengua latina encontramos el término “spi-

24

CAPITULO I

33 El Cristianismo en nada tiene que ver con la sabia doctrina de Jesús de Nazareth, la cual está

fundada en el Espíritu.

34 Jn. 14:17

35 Jn. 16:13

ritus”, que si bien originalmente designa la idea de soplo, aliento, exhalación, se ha usado con frecuencia para referirse a algo esen-cialmente inmaterial y dotado de razón. Comúnmente también se ha utilizado este término para referirse a realidades no materiales; así por ejemplo, se habla de “Espíritu del pueblo”, “Espíritu de traba-jo” o “Espíritu de la ley”.

25

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDO

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Daimonio es el término más utilizado para designar al espíritu. 33En los primeros siglos de nuestra Era, la Iglesia cristiana desfigu-

ró este término, haciendo de él un constructo, conocido como demonio, diablo, satanás, etc., para atemorizar a sus creyentes.

Demiurgo es un término que refiere a un espíritu de alta jerarquía. Como consecuencia de la influencia de la Escolástica Medieval, muchísimos autores han incurrido en el error de traducir este término por Dios, cuando Platón lo había conceptualizado como el ser inter-medio entre la Divinidad y los seres mortales, lo cual evidencia de manera ostensible la concepción del espíritu. Platón en el Timeo nos refiere que el Demiurgo es el “creador” del Mundo; actividad ésta que sólo corresponde a los espíritus superiores o de alta jerarquía.

Jesús de Nazareth también hizo alusión a esta especie de espíri-tus superiores cuando nos habló del “Espíritu de Verdad”. Al res-pecto dijo:

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para 34que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad”

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a 35toda la verdad.”

En términos generales, en las obras de estos grandes sabios grie-gos encontramos profunda sabiduría acerca de la naturaleza huma-na y del Cosmos, fundada en el Espíritu, sobre todo en Anaxágo-ras, Platón y Plotino.

Por otra parte, en la lengua latina encontramos el término “spi-

24

CAPITULO I

33 El Cristianismo en nada tiene que ver con la sabia doctrina de Jesús de Nazareth, la cual está

fundada en el Espíritu.

34 Jn. 14:17

35 Jn. 16:13

ritus”, que si bien originalmente designa la idea de soplo, aliento, exhalación, se ha usado con frecuencia para referirse a algo esen-cialmente inmaterial y dotado de razón. Comúnmente también se ha utilizado este término para referirse a realidades no materiales; así por ejemplo, se habla de “Espíritu del pueblo”, “Espíritu de traba-jo” o “Espíritu de la ley”.

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EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDO

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CAPÍTULO II

EL ESPÍRITU COMO FUNDAMENTO DE LA FILOSOFÍA

“El Espíritu es el Todo, la Divinidad quese despliega a sí misma por todo el Universo”

-Hegel-

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29

ONCRETAMENTE, como ya lo hemos esbozado, el térmi-Cno Espíritu cobra su verdadero valor en el ámbito filosófico, en el cual se le conoce como: Lo Uno, El Todo, Divinidad, Naturale-za, Mónada, Substancia, Ser, Ente, Esencia, Concepto, Nóumeno, Entendimiento, Cosa en Sí, Voluntad, Causa sui, etc., y constituye el substratum de todas las cosas que existen en el Universo. El Espíri-tu es el objeto y condición de posibilidad de todo conocimiento.

En virtud del carácter axiomático de este postulado es que todos los grandes filósofos y pensadores, tanto antiguos como

36modernos, han concluido en que Dios es Espíritu ; es decir una Energía absoluta, infinita, eterna e inmutable de la cual emanan

37todas las cosas que existen en el Universo , cuyo estudio concreto 38corresponde a una Antropología Filosófica” .

En el mundo occidental, a finales del siglo VII y a inicios del VI, a.n.e., aparecen en Grecia unos sabios conocidos como “setuntes en Physis” (Investigadores de la Naturaleza), quienes iniciaron una serie de inquisiciones acerca de la Substancia única que existe en el

39Universo, a la cual denominaron Physis , cuyos resultados se cons-tituyeron en el fundamento de todo el saber filosófico del mundo helénico y de toda la cultura filosófica posterior en todo el Occiden-te. Sus huellas indelebles las podemos encontrar en los sistemas filosóficos de los más grandes pensadores de los tiempos moder-

36 Como ya lo hemos indicado, así también lo señaló taxativamente Jesús de Nazareth en el Evange-

lio de Juan, Capítulo 04, Versículo 24.

37 Esto lo denominó Hegel “Fenomenología del Espíritu” o “Despliegue del Espíritu”

38 Formalmente la Antropología Filosófica en el mundo occidental tiene sus raíces en Grecia desde

Heráclito hasta Sócrates. En nuestros tiempos se consolidó con el Humanismo renacentista y con el

Idealismo Alemán, sobre todo con Kant y Scheler, coronándose en todo su esplendor con la doctri-

na del Espiritismo.

39 La palabra Physis ha sido traducida a nuestra lengua como Naturaleza; pero literalmente signifi-

ca “lo que pare”, “lo que da a luz”, “lo que engendra”. Posteriormente, por extensión, se le denomi-

nó “paridor”, “engendrador”, “Creador” y, finalmente, “Dios”, adquiriendo un carácter antropo-

mórfico.

Page 29: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

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ONCRETAMENTE, como ya lo hemos esbozado, el térmi-Cno Espíritu cobra su verdadero valor en el ámbito filosófico, en el cual se le conoce como: Lo Uno, El Todo, Divinidad, Naturale-za, Mónada, Substancia, Ser, Ente, Esencia, Concepto, Nóumeno, Entendimiento, Cosa en Sí, Voluntad, Causa sui, etc., y constituye el substratum de todas las cosas que existen en el Universo. El Espíri-tu es el objeto y condición de posibilidad de todo conocimiento.

En virtud del carácter axiomático de este postulado es que todos los grandes filósofos y pensadores, tanto antiguos como

36modernos, han concluido en que Dios es Espíritu ; es decir una Energía absoluta, infinita, eterna e inmutable de la cual emanan

37todas las cosas que existen en el Universo , cuyo estudio concreto 38corresponde a una Antropología Filosófica” .

En el mundo occidental, a finales del siglo VII y a inicios del VI, a.n.e., aparecen en Grecia unos sabios conocidos como “setuntes en Physis” (Investigadores de la Naturaleza), quienes iniciaron una serie de inquisiciones acerca de la Substancia única que existe en el

39Universo, a la cual denominaron Physis , cuyos resultados se cons-tituyeron en el fundamento de todo el saber filosófico del mundo helénico y de toda la cultura filosófica posterior en todo el Occiden-te. Sus huellas indelebles las podemos encontrar en los sistemas filosóficos de los más grandes pensadores de los tiempos moder-

36 Como ya lo hemos indicado, así también lo señaló taxativamente Jesús de Nazareth en el Evange-

lio de Juan, Capítulo 04, Versículo 24.

37 Esto lo denominó Hegel “Fenomenología del Espíritu” o “Despliegue del Espíritu”

38 Formalmente la Antropología Filosófica en el mundo occidental tiene sus raíces en Grecia desde

Heráclito hasta Sócrates. En nuestros tiempos se consolidó con el Humanismo renacentista y con el

Idealismo Alemán, sobre todo con Kant y Scheler, coronándose en todo su esplendor con la doctri-

na del Espiritismo.

39 La palabra Physis ha sido traducida a nuestra lengua como Naturaleza; pero literalmente signifi-

ca “lo que pare”, “lo que da a luz”, “lo que engendra”. Posteriormente, por extensión, se le denomi-

nó “paridor”, “engendrador”, “Creador” y, finalmente, “Dios”, adquiriendo un carácter antropo-

mórfico.

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30 31

nos, sobre todo en Benedicto Spinoza, quien sentó: Deus sive natu-ra (Dios es Naturaleza), y en Juan Jacobo Rousseau, cuya doctrina

40filosófica está fundada en un Naturalismo . De los antiguos filósofos griegos que realmente nos ofrecieron

una doctrina profunda acerca del Espíritu fueron Anaxágoras, 41Sócrates, Platón y Plotino .

La convicción que tenía Anaxágoras acerca del Espíritu es la siguiente:

“El Espíritu (nous) es el principio del movimiento, el prin-cipio del orden y el principio de animación e individualización de las cosas que constituyen el orden armónico del universo

42(...) El Espíritu es la Inteligencia ordenadora del mundo” .

43Sócrates y Platón nos brindaron profundos conocimientos 44acerca del Espíritu y del alma .

Aristóteles reprochó a Anaxágoras el no haber profundizado acerca del Espíritu, ya que su conocimiento prometía ser la expli-

45cación del mundo . Sostuvo este pensador que: “lo único Divino 46del Alma humana es el Espíritu” .

Plotino realizó una síntesis ecléctica de todo el saber de la India, Oriente, Grecia, y de la Doctrina de Jesús de Nazareth. Este pensador nos ofrece una cosmovisión del mundo en función del

Espíritu. Al respecto nos dice:

"Lo Uno es substancia en cuanto entidad que nada necesi-47ta para existir, excepto ella misma (...) De lo Uno, de esa uni-

dad suma, desbordante e indefinible, nace por emanación la segunda hipóstasis, lo inteligible, el Nous o Espíritu. Éste no es ya la absoluta indiferenciación que caracteriza lo Uno, sino el Ser mismo. Por emanación del Nous surge la tercera hipósta-sis, el Alma del Mundo, división de lo inteligible y principio de formación del mundo sensible. En un grado inferior de esta

48serie de emanaciones se encuentra la materia sensible" .

El iniciador de nuestra era, Jesús de Nazareth, también funda-mentó su Doctrina en el Espíritu, así consta a lo largo de los cuatro Evangelios y en los escritos teológicos posteriores de sus seguido-

49res. El Nazareno es conocedor de la Kabbalah mosaica, la cual 50aprendió en la comunidad esénica ; también es conocedor de la

filosofía griega, de la doctrina de Hermes Trismegisto, así como de 51las Escrituras Sagradas de la India , la esencia de su sabiduría está

plasmada en el Evangelio de Juan, Capítulo 04, versículo 24, cuan-do taxativamente nos dice:

40 El Naturalismo es un Sistema filosófico que atribuye todo a la Naturaleza como primer princi-

pio.

41 Plotino (205-270), nació en Licópolis, Egipto, pero a los efectos filosóficos es considerado

como un griego, en razón de que se radicó en Atenas desde muy joven.

42 Cappelletti Ángel: La Filosofía de Anaxágoras.

43 Una de las acusaciones contra Sócrates para condenarlo a muerte, fue la de introducir “nuevos

dioses”; es decir, introducir al Espíritu como el verdadero concepto de Dios.

44 Véanse las obras de Platón: Fedro, Fedón, La República (libro cuarto), Alcibíades y Timeo.

45 Esta inquietud de Aristóteles se hizo realidad con la doctrina del Espiritismo.

46 De su obra: “Tratado del Alma”.

47 Esta idea de Substancia la vamos a encontrar trece siglos más tarde en Descartes, quien la definió

como: “Aquello que es en sí y se concibe por sí, lo que no necesita de otra cosa para existir” (Nota del

Autor).

48 Michele Federico Sciacca, Historia de la Filosofía.

49 Doctrina esotérica de Moisés, conocida como “tradición oral” de los hebreos, que explicaba el

sentido de la Sagrada Escritura.

50 En la actualidad (Año 2007) el Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, en su libro Jesús de

Nazareth, ha dicho que el Nazareno era Esenio.

51 Jesús de Nazareth fue iniciado en las doctrinas secretas de Egipto y estuvo en la India, donde

conoció la doctrina sagrada de los brahmanes.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

Page 31: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

30 31

nos, sobre todo en Benedicto Spinoza, quien sentó: Deus sive natu-ra (Dios es Naturaleza), y en Juan Jacobo Rousseau, cuya doctrina

40filosófica está fundada en un Naturalismo . De los antiguos filósofos griegos que realmente nos ofrecieron

una doctrina profunda acerca del Espíritu fueron Anaxágoras, 41Sócrates, Platón y Plotino .

La convicción que tenía Anaxágoras acerca del Espíritu es la siguiente:

“El Espíritu (nous) es el principio del movimiento, el prin-cipio del orden y el principio de animación e individualización de las cosas que constituyen el orden armónico del universo

42(...) El Espíritu es la Inteligencia ordenadora del mundo” .

43Sócrates y Platón nos brindaron profundos conocimientos 44acerca del Espíritu y del alma .

Aristóteles reprochó a Anaxágoras el no haber profundizado acerca del Espíritu, ya que su conocimiento prometía ser la expli-

45cación del mundo . Sostuvo este pensador que: “lo único Divino 46del Alma humana es el Espíritu” .

Plotino realizó una síntesis ecléctica de todo el saber de la India, Oriente, Grecia, y de la Doctrina de Jesús de Nazareth. Este pensador nos ofrece una cosmovisión del mundo en función del

Espíritu. Al respecto nos dice:

"Lo Uno es substancia en cuanto entidad que nada necesi-47ta para existir, excepto ella misma (...) De lo Uno, de esa uni-

dad suma, desbordante e indefinible, nace por emanación la segunda hipóstasis, lo inteligible, el Nous o Espíritu. Éste no es ya la absoluta indiferenciación que caracteriza lo Uno, sino el Ser mismo. Por emanación del Nous surge la tercera hipósta-sis, el Alma del Mundo, división de lo inteligible y principio de formación del mundo sensible. En un grado inferior de esta

48serie de emanaciones se encuentra la materia sensible" .

El iniciador de nuestra era, Jesús de Nazareth, también funda-mentó su Doctrina en el Espíritu, así consta a lo largo de los cuatro Evangelios y en los escritos teológicos posteriores de sus seguido-

49res. El Nazareno es conocedor de la Kabbalah mosaica, la cual 50aprendió en la comunidad esénica ; también es conocedor de la

filosofía griega, de la doctrina de Hermes Trismegisto, así como de 51las Escrituras Sagradas de la India , la esencia de su sabiduría está

plasmada en el Evangelio de Juan, Capítulo 04, versículo 24, cuan-do taxativamente nos dice:

40 El Naturalismo es un Sistema filosófico que atribuye todo a la Naturaleza como primer princi-

pio.

41 Plotino (205-270), nació en Licópolis, Egipto, pero a los efectos filosóficos es considerado

como un griego, en razón de que se radicó en Atenas desde muy joven.

42 Cappelletti Ángel: La Filosofía de Anaxágoras.

43 Una de las acusaciones contra Sócrates para condenarlo a muerte, fue la de introducir “nuevos

dioses”; es decir, introducir al Espíritu como el verdadero concepto de Dios.

44 Véanse las obras de Platón: Fedro, Fedón, La República (libro cuarto), Alcibíades y Timeo.

45 Esta inquietud de Aristóteles se hizo realidad con la doctrina del Espiritismo.

46 De su obra: “Tratado del Alma”.

47 Esta idea de Substancia la vamos a encontrar trece siglos más tarde en Descartes, quien la definió

como: “Aquello que es en sí y se concibe por sí, lo que no necesita de otra cosa para existir” (Nota del

Autor).

48 Michele Federico Sciacca, Historia de la Filosofía.

49 Doctrina esotérica de Moisés, conocida como “tradición oral” de los hebreos, que explicaba el

sentido de la Sagrada Escritura.

50 En la actualidad (Año 2007) el Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, en su libro Jesús de

Nazareth, ha dicho que el Nazareno era Esenio.

51 Jesús de Nazareth fue iniciado en las doctrinas secretas de Egipto y estuvo en la India, donde

conoció la doctrina sagrada de los brahmanes.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

Page 32: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

32

56 Filosofías y Religiones de la India.

57 Gálatas. 05:22

58 Jn. 06:63

59 Generalmente se tiene la falsa creencia de que los ángeles son los mensajeros o reveladores; pero

véanse las citas del Apocalipsis: Ap. 02:07; 02:11; 02:17; 02:29; 03:06; 03:13; 03:22, donde se

puede apreciar que los que revelan son los espíritus, pues los ángeles no existen, son simplemente

símbolos. Véase nuestro Folleto: “La Verdad sobre los Ángeles”, donde se devela el carácter

simbólico de estas entidades.

33

52“Dios es Espíritu ...” .

Este postulado explica su promesa del Reinado del Espíritu o Reinado de Dios.

Tan sagrado es el Espíritu para Jesús de Nazareth, que llegó a proferir una sentencia bastante inclemente contra los que denigran de él. Al respecto dijo:

“Por tanto os digo que todo pecado y blasfemia será per-donado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíri-

53tu no les será perdonada” . (Negrillas nuestra)

De manera que aquellos desconocedores del Espíritu que deni-gran y agreden sin razones a la doctrina del Espiritismo, evidente-mente agreden el pensamiento del Nazareno.

También refiere Jesús de Nazareth, como ya lo hemos señalado, a 54un espíritu de alta jerarquía, al cual denominó: “Espíritu de Verdad” .

Asimismo, en otros libros del Nuevo Testamento encontramos sentencias que corroboran el postulado del Espíritu. Veamos:

“El Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu 55es la Verdad” .

Veamos un comentario del Yogi Ramacharaka al respecto.

“No hay más que una Verdad. Las llamadas 'verdades' no son más que algunos de los muchos aspectos de la única verdad. La Verdad 'es lo que es'. Lo que 'es' ha de existir en realidad (...) La verdad es Dios despojado de la idea de personalidad. La verdad no es material, porque ésta es cambiante. La Verdad es Espíritu y no otra cosa. Verdad y Espíritu son idénticos, recordemos las palabras de Jesús, quien dijo 'Dios es Espíritu'. La Verdad es el concepto de

56Dios en su aspecto Supremo”(Negrillas nuestra)

Otras sentencias bíblicas importantes son:

57"El fruto del Espíritu es amor" .

58“El Espíritu es quien da vida”

En otro texto bíblico, el Apocalipsis, encontramos que los men-59sajes a las siete Iglesias fueron dados por los siete espíritus de Dios.

A inicios de nuestra era, los primeros Padres de la Iglesia (La Patrística) tergiversaron la concepción de Espíritu de Verdad, para crear la espuria figura del “Espíritu Santo”. Esta tergiversación sur-gió como consecuencia de la incongruencia que había nacido en el Concilio de Nicea, celebrado el año 325, en el cual la Iglesia declaró,

52 Este postulado se ratifica en el 2º libro de Corintios, capítulo 3º, versículo 17, en el cual se lee:

“ ... Jehová es el Espíritu ...”

53 Mateo: Capítulo 12, Versículo 31

54 Jn. 14:17 y 16:13

55 1Jn. 05:06

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

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56 Filosofías y Religiones de la India.

57 Gálatas. 05:22

58 Jn. 06:63

59 Generalmente se tiene la falsa creencia de que los ángeles son los mensajeros o reveladores; pero

véanse las citas del Apocalipsis: Ap. 02:07; 02:11; 02:17; 02:29; 03:06; 03:13; 03:22, donde se

puede apreciar que los que revelan son los espíritus, pues los ángeles no existen, son simplemente

símbolos. Véase nuestro Folleto: “La Verdad sobre los Ángeles”, donde se devela el carácter

simbólico de estas entidades.

33

52“Dios es Espíritu ...” .

Este postulado explica su promesa del Reinado del Espíritu o Reinado de Dios.

Tan sagrado es el Espíritu para Jesús de Nazareth, que llegó a proferir una sentencia bastante inclemente contra los que denigran de él. Al respecto dijo:

“Por tanto os digo que todo pecado y blasfemia será per-donado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíri-

53tu no les será perdonada” . (Negrillas nuestra)

De manera que aquellos desconocedores del Espíritu que deni-gran y agreden sin razones a la doctrina del Espiritismo, evidente-mente agreden el pensamiento del Nazareno.

También refiere Jesús de Nazareth, como ya lo hemos señalado, a 54un espíritu de alta jerarquía, al cual denominó: “Espíritu de Verdad” .

Asimismo, en otros libros del Nuevo Testamento encontramos sentencias que corroboran el postulado del Espíritu. Veamos:

“El Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu 55es la Verdad” .

Veamos un comentario del Yogi Ramacharaka al respecto.

“No hay más que una Verdad. Las llamadas 'verdades' no son más que algunos de los muchos aspectos de la única verdad. La Verdad 'es lo que es'. Lo que 'es' ha de existir en realidad (...) La verdad es Dios despojado de la idea de personalidad. La verdad no es material, porque ésta es cambiante. La Verdad es Espíritu y no otra cosa. Verdad y Espíritu son idénticos, recordemos las palabras de Jesús, quien dijo 'Dios es Espíritu'. La Verdad es el concepto de

56Dios en su aspecto Supremo”(Negrillas nuestra)

Otras sentencias bíblicas importantes son:

57"El fruto del Espíritu es amor" .

58“El Espíritu es quien da vida”

En otro texto bíblico, el Apocalipsis, encontramos que los men-59sajes a las siete Iglesias fueron dados por los siete espíritus de Dios.

A inicios de nuestra era, los primeros Padres de la Iglesia (La Patrística) tergiversaron la concepción de Espíritu de Verdad, para crear la espuria figura del “Espíritu Santo”. Esta tergiversación sur-gió como consecuencia de la incongruencia que había nacido en el Concilio de Nicea, celebrado el año 325, en el cual la Iglesia declaró,

52 Este postulado se ratifica en el 2º libro de Corintios, capítulo 3º, versículo 17, en el cual se lee:

“ ... Jehová es el Espíritu ...”

53 Mateo: Capítulo 12, Versículo 31

54 Jn. 14:17 y 16:13

55 1Jn. 05:06

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60por mayoría de votos, que Jesús de Nazareth era Dios. La incon-gruencia consistió en que al deificar al Nazareno se presentó el pro-blema de la existencia de dos dioses, el padre y el hijo, lo cual era una ostensible contradicción con el monoteísmo de la doctrina de Abraham y Moisés. A los efectos de solucionar esta problemática la Iglesia creó la figura del Espíritu Santo, dando lugar así a la famosísi-ma “Santísima Trinidad”: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Con la finalidad de tratar de fundamentar teológicamente esta espuria concepción, la Iglesia tomó el Trimurti hindú, figura esotéri-ca que sólo de manera simbólica representa la deidad Divina univer-

61sal en tres aspectos: Brahman, Vishnú y Shiva . Esta mistificación fue impuesta en la Época Medieval bajo el terror de las Cruzadas y, luego, con la “Santa” Inquisición, con la que la Iglesia persiguió,

62torturó y quemó vivo en la hoguera , en nombre de Dios y bajo la 63 más absoluta inmisericordia, a todos aquellos pensadores que die-

ron un poco de luz al mundo, a parte de quemar importantísimas 64bibliotecas para evitar la ilustración de los seres humanos, produ-

ciendo de esta manera un gran oscurantismo gnoseológico que alie-65nó a una buena parte de la humanidad . Esta es precisamente la

causa fundamental, conjuntamente con la Filosofía Positiva de Augus-66to Comte , que en la actualidad la gran mayoría de los seres huma-

nos de Occidente desconozcan al Espíritu en toda su magnificencia.Después de diez largos siglos de oscurantismo medieval, en los

siglos XV-XVI resurge el conocimiento del Espíritu con el Renaci-miento Clásico. En efecto, con este gran acontecimiento histórico renacieron las Ciencias, las Artes y la Filosofía que habían sido anquilosadas por el dogmatismo clerical. En esta época se debili-tan los dogmas religiosos y se impone la Razón. Desde el punto de vista filosófico surge el Racionalismo con Renato Descartes, quien nos enseñó a dudar (Duda metódica), a conducir bien la razón y a buscar la verdad en las ciencias; asimismo, nos dio las “Reglas para

67la conducción del Espíritu” . Posteriormente, como consecuencia de esta revolución intelec-

tual, en los siglos XVIII y XIX proliferan pensadores que funda-mentan sus sistemas filosóficos en la doctrina del Espíritu como realidad substancial.

En el año 1724 nace en Alemania uno de los filósofos más gran-des de los tiempos modernos, Inmanuel Kant, quien legó al mundo un sistema filosófico muy original y profundo en sabiduría (aún muy poco entendido) conocido como Idealismo Transcenden-tal, basado en una Antropología Filosófica que tiene como funda-

68mento el Nóumeno o Cosa en Sí, que es lo mismo que Espíritu. La filosofía de Kant significa el humanismo de la cultura, fundada

35

60 No todos los participantes de este Concilio votaron a favor de esta absurda decisión. Una buena

parte de ellos, conocidos como los arrianos o el arrianismo, votaron en contra. Posteriormente

fueron exterminados por sus mismos correligionarios.

61 Esta figura esotérica pasó a la Kabbalah hebraica con los nombres de Kether, Binach y Chokmac

y luego a Egipto como Autum, Shu y Tefnut.

62 Véase en la Bibliografía las obras: Historia Criminal del Cristianismo; Historia de la Inquisición;

Las Mentiras Fundamentales de la Iglesia; Los Malos Papas; El Vaticano Contra Dios; El Anticris-

to; La Gran Impostura, La Religión al Alcance de Todos; y En Nombre de Dios.

63 Entre ellos: el gran sabio Giordano Bruno, Miguel Servet, Girolamo Savonarola, Juana de Arco,

Jan Juss, John Wycleef, Galileo Galilei, quien si bien se salvó de morir quemado no obstante fue con-

denado de por vida a las mazmorras inquisitoriales.

64 Entre ellas la gran Biblioteca de Alejandría, que constituía el emporio de la sabiduría de la anti-

güedad.

65 Esto fue lo que motivó a Carlos Marx a emitir su famoso aserto “La religión es el opio de los

pueblos”.

66 La Filosofía Positiva de Comte, mal conocida como “Positivismo”, tiene como fundamento

filosófico la búsqueda de las LEYES que rigen los fenómenos, desterrando así la CAUSAS que los

originan. De esta manera, Comte comete el error de subordinar la Metafísica al conocimiento

Positivo o científico. Asimismo, señala que la Metafísica es un estado de alienación de la humanidad.

Este error es una de las causas fundamentales de que la humanidad desconozca al Espíritu, pues éste

es el fundamento de la Metafísica y la CAUSA (causa sui) de todas las cosas.

67 Así se titula una de sus obras.

68 Palabra que tiene sus raíces en el término Nous, que significa Espíritu

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

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60por mayoría de votos, que Jesús de Nazareth era Dios. La incon-gruencia consistió en que al deificar al Nazareno se presentó el pro-blema de la existencia de dos dioses, el padre y el hijo, lo cual era una ostensible contradicción con el monoteísmo de la doctrina de Abraham y Moisés. A los efectos de solucionar esta problemática la Iglesia creó la figura del Espíritu Santo, dando lugar así a la famosísi-ma “Santísima Trinidad”: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Con la finalidad de tratar de fundamentar teológicamente esta espuria concepción, la Iglesia tomó el Trimurti hindú, figura esotéri-ca que sólo de manera simbólica representa la deidad Divina univer-

61sal en tres aspectos: Brahman, Vishnú y Shiva . Esta mistificación fue impuesta en la Época Medieval bajo el terror de las Cruzadas y, luego, con la “Santa” Inquisición, con la que la Iglesia persiguió,

62torturó y quemó vivo en la hoguera , en nombre de Dios y bajo la 63 más absoluta inmisericordia, a todos aquellos pensadores que die-

ron un poco de luz al mundo, a parte de quemar importantísimas 64bibliotecas para evitar la ilustración de los seres humanos, produ-

ciendo de esta manera un gran oscurantismo gnoseológico que alie-65nó a una buena parte de la humanidad . Esta es precisamente la

causa fundamental, conjuntamente con la Filosofía Positiva de Augus-66to Comte , que en la actualidad la gran mayoría de los seres huma-

nos de Occidente desconozcan al Espíritu en toda su magnificencia.Después de diez largos siglos de oscurantismo medieval, en los

siglos XV-XVI resurge el conocimiento del Espíritu con el Renaci-miento Clásico. En efecto, con este gran acontecimiento histórico renacieron las Ciencias, las Artes y la Filosofía que habían sido anquilosadas por el dogmatismo clerical. En esta época se debili-tan los dogmas religiosos y se impone la Razón. Desde el punto de vista filosófico surge el Racionalismo con Renato Descartes, quien nos enseñó a dudar (Duda metódica), a conducir bien la razón y a buscar la verdad en las ciencias; asimismo, nos dio las “Reglas para

67la conducción del Espíritu” . Posteriormente, como consecuencia de esta revolución intelec-

tual, en los siglos XVIII y XIX proliferan pensadores que funda-mentan sus sistemas filosóficos en la doctrina del Espíritu como realidad substancial.

En el año 1724 nace en Alemania uno de los filósofos más gran-des de los tiempos modernos, Inmanuel Kant, quien legó al mundo un sistema filosófico muy original y profundo en sabiduría (aún muy poco entendido) conocido como Idealismo Transcenden-tal, basado en una Antropología Filosófica que tiene como funda-

68mento el Nóumeno o Cosa en Sí, que es lo mismo que Espíritu. La filosofía de Kant significa el humanismo de la cultura, fundada

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60 No todos los participantes de este Concilio votaron a favor de esta absurda decisión. Una buena

parte de ellos, conocidos como los arrianos o el arrianismo, votaron en contra. Posteriormente

fueron exterminados por sus mismos correligionarios.

61 Esta figura esotérica pasó a la Kabbalah hebraica con los nombres de Kether, Binach y Chokmac

y luego a Egipto como Autum, Shu y Tefnut.

62 Véase en la Bibliografía las obras: Historia Criminal del Cristianismo; Historia de la Inquisición;

Las Mentiras Fundamentales de la Iglesia; Los Malos Papas; El Vaticano Contra Dios; El Anticris-

to; La Gran Impostura, La Religión al Alcance de Todos; y En Nombre de Dios.

63 Entre ellos: el gran sabio Giordano Bruno, Miguel Servet, Girolamo Savonarola, Juana de Arco,

Jan Juss, John Wycleef, Galileo Galilei, quien si bien se salvó de morir quemado no obstante fue con-

denado de por vida a las mazmorras inquisitoriales.

64 Entre ellas la gran Biblioteca de Alejandría, que constituía el emporio de la sabiduría de la anti-

güedad.

65 Esto fue lo que motivó a Carlos Marx a emitir su famoso aserto “La religión es el opio de los

pueblos”.

66 La Filosofía Positiva de Comte, mal conocida como “Positivismo”, tiene como fundamento

filosófico la búsqueda de las LEYES que rigen los fenómenos, desterrando así la CAUSAS que los

originan. De esta manera, Comte comete el error de subordinar la Metafísica al conocimiento

Positivo o científico. Asimismo, señala que la Metafísica es un estado de alienación de la humanidad.

Este error es una de las causas fundamentales de que la humanidad desconozca al Espíritu, pues éste

es el fundamento de la Metafísica y la CAUSA (causa sui) de todas las cosas.

67 Así se titula una de sus obras.

68 Palabra que tiene sus raíces en el término Nous, que significa Espíritu

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

Page 36: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

en el Espíritu. Así lo reconoce uno de los filósofos contemporá-neos, Manuel García Morente, uno de los pocos que han entendi-do la filosofía kantiana. Veamos su opinión:

“En la historia de la filosofía se llama idealismo a la ten-dencia general que quiere explicar la cultura en función del espíritu. La raíz de la cultura está, pues, en esas leyes del espíritu, en el espíritu mismo (...) Kant representa en el más alto grado esta tendencia y pide al hombre que realice

69su esencia, que sea el que realmente es”.

La filosofía de este gran sabio, influyó enormemente en pensa-dores como Fichte, Schellin, Hegel, Schopenhauer, Husserl y Sche-ler, entre otros, quienes fundamentaron sus sistemas filosóficos en el Espíritu.

Fichte, en una de sus obras: El Destino del Hombre, describe la experiencia que tuvo con un espíritu que se le apareció. Citemos un conmovedor y sublime pasaje de esta obra:

“Una vez, hacia la media noche se me apareció una figu-70ra maravillosa que me dijo:

-¡Pobre mortal, amontonas tus falsas conclusiones y cada vez estás más confundido! Te asustas de fantasmas que te has creado tú mismo. Atrévete a ser verdaderamente sabio.

No te traigo nuevas revelaciones. Lo que te puedo ense-ñar lo sabes tú desde hace mucho tiempo, y ahora sólo debes

36

71recordarlo . No puedo engañarte. Tú mismo me darás razón en todo, y si te equivocases sería por tu culpa. Aníma-

72te, escúchame, responde a mis preguntas.”(Subrayado nuestro)

Hegel, aparte de estar influido por Kant, fue gran admirador del pensamiento de Fichte, de quien extrajo una buena parte de sabiduría. Veamos que nos dice:

"El Espíritu es Todo; es un Universal que se despliega a 73sí mismo” .

(Negrillas nuestra)

Despliegue éste que denominó “Fenomenología del Espíritu”. En otra de sus obras, La Enciclopedia de las Ciencias, nos dice:

“La Filosofía del Espíritu estudia el emerger del Espíritu desde su situación de hundimiento en la Naturaleza hasta su total desenvolvimiento en el hombre, como sujeto moral y cognoscente, cuyo proceso impretermitible se da mediante

un movimiento dialéctico” Este texto contiene profunda sabiduría que ya se había dicho en

la antigüedad. Obsérvese que cuando Hegel señala que el espíritu se hunde en la Naturaleza y resurge superado, no está diciendo otra cosa que la caída del alma señalada en los Misterios de Isis, en Egipto, y en los Misterios Eleusinos en Grecia; aparte que Platón

37

69 La Filosofía de Kant.

70 Si Fichte hubiese sido un beato, diría que se le apareció Dios. Pero no era beato, era un filósofo.

(Nota del autor).

71 Obviamente el espíritu comunicante se refiere a un conocimiento adquirido en reencarnaciones

anteriores. Es la reminiscencia a que alude Platón en Fedro (Nota del Autor).

72 El Destino del Hombre, p. 57.

73 De su obra: “La Fenomenología del Espíritu”

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

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en el Espíritu. Así lo reconoce uno de los filósofos contemporá-neos, Manuel García Morente, uno de los pocos que han entendi-do la filosofía kantiana. Veamos su opinión:

“En la historia de la filosofía se llama idealismo a la ten-dencia general que quiere explicar la cultura en función del espíritu. La raíz de la cultura está, pues, en esas leyes del espíritu, en el espíritu mismo (...) Kant representa en el más alto grado esta tendencia y pide al hombre que realice

69su esencia, que sea el que realmente es”.

La filosofía de este gran sabio, influyó enormemente en pensa-dores como Fichte, Schellin, Hegel, Schopenhauer, Husserl y Sche-ler, entre otros, quienes fundamentaron sus sistemas filosóficos en el Espíritu.

Fichte, en una de sus obras: El Destino del Hombre, describe la experiencia que tuvo con un espíritu que se le apareció. Citemos un conmovedor y sublime pasaje de esta obra:

“Una vez, hacia la media noche se me apareció una figu-70ra maravillosa que me dijo:

-¡Pobre mortal, amontonas tus falsas conclusiones y cada vez estás más confundido! Te asustas de fantasmas que te has creado tú mismo. Atrévete a ser verdaderamente sabio.

No te traigo nuevas revelaciones. Lo que te puedo ense-ñar lo sabes tú desde hace mucho tiempo, y ahora sólo debes

36

71recordarlo . No puedo engañarte. Tú mismo me darás razón en todo, y si te equivocases sería por tu culpa. Aníma-

72te, escúchame, responde a mis preguntas.”(Subrayado nuestro)

Hegel, aparte de estar influido por Kant, fue gran admirador del pensamiento de Fichte, de quien extrajo una buena parte de sabiduría. Veamos que nos dice:

"El Espíritu es Todo; es un Universal que se despliega a 73sí mismo” .

(Negrillas nuestra)

Despliegue éste que denominó “Fenomenología del Espíritu”. En otra de sus obras, La Enciclopedia de las Ciencias, nos dice:

“La Filosofía del Espíritu estudia el emerger del Espíritu desde su situación de hundimiento en la Naturaleza hasta su total desenvolvimiento en el hombre, como sujeto moral y cognoscente, cuyo proceso impretermitible se da mediante

un movimiento dialéctico” Este texto contiene profunda sabiduría que ya se había dicho en

la antigüedad. Obsérvese que cuando Hegel señala que el espíritu se hunde en la Naturaleza y resurge superado, no está diciendo otra cosa que la caída del alma señalada en los Misterios de Isis, en Egipto, y en los Misterios Eleusinos en Grecia; aparte que Platón

37

69 La Filosofía de Kant.

70 Si Fichte hubiese sido un beato, diría que se le apareció Dios. Pero no era beato, era un filósofo.

(Nota del autor).

71 Obviamente el espíritu comunicante se refiere a un conocimiento adquirido en reencarnaciones

anteriores. Es la reminiscencia a que alude Platón en Fedro (Nota del Autor).

72 El Destino del Hombre, p. 57.

73 De su obra: “La Fenomenología del Espíritu”

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lo desarrolló en Fedro. También es el Verbo hecho carne a que se refiere el Evangelio de Juan.

Al señalar Hegel que el espíritu resurge desenvuelto en el hom-bre, como sujeto moral y cognoscente, es la figura del nirvana de la doctrina de Buda; la apocatástasis panton del Gnosticismo y la entelequia aristotélica, y lo que el mismo Hegel denominó aufhe-bung (superación, elevación). Este postulado hegeliano constitu-ye el secreto de la sabiduría y es la esencia de la doctrina del Espiri-tismo, como Antropología Filosófica.

Posteriormente surgen corrientes influidas grandemente por el Idealismo Alemán que afirman la existencia preeminente de un Yo interior profundo no identificable con el Alma, aunque revelable a

74través de ella. Representantes de esta corriente son Víctor Cousin, fundador de un gran eclecticismo; Maine de Biran, Lachelier, Berg-son y otros.

Autores posteriores, como Max Scheler y Nicolai Hartmann, también nos aportaron grandes luces acerca del Espíritu.

Scheler, filósofo del siglo XX, muy poco conocido, es el consoli-dador de la Antropología Filosófica en los tiempos modernos; su filosofía está en función del Espíritu, en el cual fundamentó su con-cepción de la personalidad, así como su axiología o teoría de los valores. Al respecto nos dice:

“El problema del Espíritu está ligado al de la esencia del hombre y tiene que ser explicado a través de una Antropolo-gía Filosófica”.

74 Esta es la misma idea hegeliana del hundimiento del espíritu en la Naturaleza. Al señalarse que el

Yo no se identifica con el alma, pero que se revela a través de ella, está presente la idea del “hundi-

miento del espíritu en la Naturaleza” y su “emerger” superado. Para poder aprehender esta idea, es

de necesidad distinguir la diferencia que existe entre alma y espíritu, lo cual hacemos en el capítulo

IV de esta obra.

75 Obsérvese aquí la presencia del pensamiento platónico de las tres partes del alma, siendo el espíri-

tu la parte superior (Nota del autor).

76 Ferrater Mora, Diccionario Filosófico.

77 Postulados, conceptos, pensamientos y referencias de autoridades intelectuales universalmente

reconocidas.

38

“Lo que distingue al hombre de los animales no es la memoria asociativa ni la inteligencia práctica, ni siquiera el Alma que es común a todos los entes, sino el Espíritu, el

75cual es la parte superior del psiquismo” . "El Espíritu logra influir en el hombre sólo en cuanto se

ponen a su servicio los impulsos instintivos. Éstos quedan determinados por el espíritu. Sin embargo, tal determina-ción no es causa, sino una dirección: el espíritu dirige y cana-

76liza la energía de los impulsos instintivos” .

Con esta sintética descripción histórico-filosófico-filológica, 77basada en argumentos ad verecundiam , hemos demostrado que

el Espíritu no se refiere a fantasmas, muertos, brujerías ni a ningu-na otra superstición y que para su cabal comprensión no queda otra alternativa que abordar la cultura histórico-filosófica para poder aprehenderlo en su verdadera y magna significación.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

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lo desarrolló en Fedro. También es el Verbo hecho carne a que se refiere el Evangelio de Juan.

Al señalar Hegel que el espíritu resurge desenvuelto en el hom-bre, como sujeto moral y cognoscente, es la figura del nirvana de la doctrina de Buda; la apocatástasis panton del Gnosticismo y la entelequia aristotélica, y lo que el mismo Hegel denominó aufhe-bung (superación, elevación). Este postulado hegeliano constitu-ye el secreto de la sabiduría y es la esencia de la doctrina del Espiri-tismo, como Antropología Filosófica.

Posteriormente surgen corrientes influidas grandemente por el Idealismo Alemán que afirman la existencia preeminente de un Yo interior profundo no identificable con el Alma, aunque revelable a

74través de ella. Representantes de esta corriente son Víctor Cousin, fundador de un gran eclecticismo; Maine de Biran, Lachelier, Berg-son y otros.

Autores posteriores, como Max Scheler y Nicolai Hartmann, también nos aportaron grandes luces acerca del Espíritu.

Scheler, filósofo del siglo XX, muy poco conocido, es el consoli-dador de la Antropología Filosófica en los tiempos modernos; su filosofía está en función del Espíritu, en el cual fundamentó su con-cepción de la personalidad, así como su axiología o teoría de los valores. Al respecto nos dice:

“El problema del Espíritu está ligado al de la esencia del hombre y tiene que ser explicado a través de una Antropolo-gía Filosófica”.

74 Esta es la misma idea hegeliana del hundimiento del espíritu en la Naturaleza. Al señalarse que el

Yo no se identifica con el alma, pero que se revela a través de ella, está presente la idea del “hundi-

miento del espíritu en la Naturaleza” y su “emerger” superado. Para poder aprehender esta idea, es

de necesidad distinguir la diferencia que existe entre alma y espíritu, lo cual hacemos en el capítulo

IV de esta obra.

75 Obsérvese aquí la presencia del pensamiento platónico de las tres partes del alma, siendo el espíri-

tu la parte superior (Nota del autor).

76 Ferrater Mora, Diccionario Filosófico.

77 Postulados, conceptos, pensamientos y referencias de autoridades intelectuales universalmente

reconocidas.

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“Lo que distingue al hombre de los animales no es la memoria asociativa ni la inteligencia práctica, ni siquiera el Alma que es común a todos los entes, sino el Espíritu, el

75cual es la parte superior del psiquismo” . "El Espíritu logra influir en el hombre sólo en cuanto se

ponen a su servicio los impulsos instintivos. Éstos quedan determinados por el espíritu. Sin embargo, tal determina-ción no es causa, sino una dirección: el espíritu dirige y cana-

76liza la energía de los impulsos instintivos” .

Con esta sintética descripción histórico-filosófico-filológica, 77basada en argumentos ad verecundiam , hemos demostrado que

el Espíritu no se refiere a fantasmas, muertos, brujerías ni a ningu-na otra superstición y que para su cabal comprensión no queda otra alternativa que abordar la cultura histórico-filosófica para poder aprehenderlo en su verdadera y magna significación.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO II

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CAPÍTULO III

EL ESPÍRITU SEGÚN LA DOCTRINA DEL ESPIRITISMO

“Dios es Espíritu ...”-Jesús de Nazareth-

Jn.04:24

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43

ESPUÉS de toda la argumentación que hemos expuesto no queda mucho que añadir, pues la concepción de Espíritu en D

la doctrina del Espiritismo es la misma que ya hemos demostrado histórica, filosófica y filológicamente; sin embargo, podemos pre-cisar que el Espiritismo es una doctrina constituida por una Antro-pología Filosófica Transcendental que demuestra la Unidad del mundo sensible y el mundo inteligible en una síntesis dialéctica que conduce al hombre al conocimiento de la verdad y, por ende, al

78conocimiento de sí mismo . El Espiritismo como doctrina estructuralmente consolidada es

relativamente nueva, pero el conjunto de sus principios y postula-dos son muy antiguos. Este conjunto de principios y postulados espirituales, dispersos en el tiempo y en el espacio en diferentes cul-turas y filosofías, fueron recopilados y codificados en la época moderna por el egregio pensador francés Hippolyto León Deni-zard Rivail (1804-1869), mejor conocido como Allan Kardec,

79para conformar una doctrina con el nombre de ESPIRITISMO . Posteriormente, tres años antes de la desencarnación del filósofo de Lyon, nace otro preclaro pensador conocido como Joaquín Trinca-do Matheo (1866-1935), quien el 20 de septiembre de 1911 funda una escuela de Espiritismo con el nombre: “Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal” (E.M.E.C.U.), complemen-tando así el cuerpo cognoscitivo de esta doctrina.

De manera que siendo el Espiritismo la síntesis esencial de los prin-cipios fundamentales de la filosofía, se colige que para poder inter-pretarlo acertadamente es indispensable poseer un mínimum de

78 Esta definición es nuestra propia concepción del Espiritismo.

79 Si bien antes de Kardec algunos filósofos habían escrito acerca del Espíritu, no obstante ninguno

de ellos elaboraron doctrina con el nombre de “Espiritismo”. Los que más se aproximaron a esta

idea fueron los estoicos, quienes crearon la Pneumática o Pneumatología, definida como ciencia o

saber natural acerca del Espíritu.

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ESPUÉS de toda la argumentación que hemos expuesto no queda mucho que añadir, pues la concepción de Espíritu en D

la doctrina del Espiritismo es la misma que ya hemos demostrado histórica, filosófica y filológicamente; sin embargo, podemos pre-cisar que el Espiritismo es una doctrina constituida por una Antro-pología Filosófica Transcendental que demuestra la Unidad del mundo sensible y el mundo inteligible en una síntesis dialéctica que conduce al hombre al conocimiento de la verdad y, por ende, al

78conocimiento de sí mismo . El Espiritismo como doctrina estructuralmente consolidada es

relativamente nueva, pero el conjunto de sus principios y postula-dos son muy antiguos. Este conjunto de principios y postulados espirituales, dispersos en el tiempo y en el espacio en diferentes cul-turas y filosofías, fueron recopilados y codificados en la época moderna por el egregio pensador francés Hippolyto León Deni-zard Rivail (1804-1869), mejor conocido como Allan Kardec,

79para conformar una doctrina con el nombre de ESPIRITISMO . Posteriormente, tres años antes de la desencarnación del filósofo de Lyon, nace otro preclaro pensador conocido como Joaquín Trinca-do Matheo (1866-1935), quien el 20 de septiembre de 1911 funda una escuela de Espiritismo con el nombre: “Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal” (E.M.E.C.U.), complemen-tando así el cuerpo cognoscitivo de esta doctrina.

De manera que siendo el Espiritismo la síntesis esencial de los prin-cipios fundamentales de la filosofía, se colige que para poder inter-pretarlo acertadamente es indispensable poseer un mínimum de

78 Esta definición es nuestra propia concepción del Espiritismo.

79 Si bien antes de Kardec algunos filósofos habían escrito acerca del Espíritu, no obstante ninguno

de ellos elaboraron doctrina con el nombre de “Espiritismo”. Los que más se aproximaron a esta

idea fueron los estoicos, quienes crearon la Pneumática o Pneumatología, definida como ciencia o

saber natural acerca del Espíritu.

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conocimientos filosóficos, así como de historia universal. Así lo con-sideraron estos preclaros espiritistas. Veamos sus criterios al respecto.

“El Espiritismo toca las cuestiones más graves de la filoso-80fía” .

“El Espiritismo ha hecho grandes progresos desde hace algunos años, pero los ha hecho sobre todo inmensos desde

81que ha entrado en la vía filosófica”

Veamos ahora la opinión de Joaquín Trincado Matheo:

“Esto es y así procede el estudio del espiritista, que si no es buen filósofo, será un mediano aprendiz o retrasado estu-

82diante” “Sabemos y lo hemos comprobado repetidas veces en esta

Escuela, que muchos dicen que estudian el Espiritismo y no conocen la 'A' de la filosofía espírita (...) sólo la educación

83filosófica, la razón, será la que nos dé la solución”“ ... para poder filosofar y deducir la verdad de los hechos,

84necesitamos historiar”

En consecuencia, no se puede aprehender en profundidad la esencia de la doctrina del Espiritismo si no se posee un conoci-miento filosófico y una amplia cultura. Sin ellos, se corre el riesgo de converger en un fanatismo que conduce irremisiblemente al sectarismo.

En conclusión, se puede observar que desde la noción más anti-gua de Espíritu hasta las últimas concepciones filosóficas de nues-tro tiempo, se mantiene incólume el postulado axiomático del Espí-ritu como fundamento de todas las cosas, abordable sólo a través de un estudio riguroso y no mediante meras creencias dogmáticas que conciben al Espíritu como fantasma, muerto y otras tantas supersticiones, producto de la incultura.

El Espíritu es El Todo, la Divinidad que se despliega a sí misma por todo el Universo para formar el mundo sensible o material, cuya esencia más pura mora en cada uno de los seres humanos, la cual se va realizando en la medida en que el hombre va purificando los ins-tintos de su alma y acumulando conocimientos a través de múltiples existencias.

80 Allan Kardec, Libro de los Mediums, parágrafo Nº 13.

81 Allan Kardec, Libro de los Mediums, Introducción.

82 Espiritismo Estudiado, p. 86

83 ibd. p. 402-407

84 ibd. p. 65

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO III

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conocimientos filosóficos, así como de historia universal. Así lo con-sideraron estos preclaros espiritistas. Veamos sus criterios al respecto.

“El Espiritismo toca las cuestiones más graves de la filoso-80fía” .

“El Espiritismo ha hecho grandes progresos desde hace algunos años, pero los ha hecho sobre todo inmensos desde

81que ha entrado en la vía filosófica”

Veamos ahora la opinión de Joaquín Trincado Matheo:

“Esto es y así procede el estudio del espiritista, que si no es buen filósofo, será un mediano aprendiz o retrasado estu-

82diante” “Sabemos y lo hemos comprobado repetidas veces en esta

Escuela, que muchos dicen que estudian el Espiritismo y no conocen la 'A' de la filosofía espírita (...) sólo la educación

83filosófica, la razón, será la que nos dé la solución”“ ... para poder filosofar y deducir la verdad de los hechos,

84necesitamos historiar”

En consecuencia, no se puede aprehender en profundidad la esencia de la doctrina del Espiritismo si no se posee un conoci-miento filosófico y una amplia cultura. Sin ellos, se corre el riesgo de converger en un fanatismo que conduce irremisiblemente al sectarismo.

En conclusión, se puede observar que desde la noción más anti-gua de Espíritu hasta las últimas concepciones filosóficas de nues-tro tiempo, se mantiene incólume el postulado axiomático del Espí-ritu como fundamento de todas las cosas, abordable sólo a través de un estudio riguroso y no mediante meras creencias dogmáticas que conciben al Espíritu como fantasma, muerto y otras tantas supersticiones, producto de la incultura.

El Espíritu es El Todo, la Divinidad que se despliega a sí misma por todo el Universo para formar el mundo sensible o material, cuya esencia más pura mora en cada uno de los seres humanos, la cual se va realizando en la medida en que el hombre va purificando los ins-tintos de su alma y acumulando conocimientos a través de múltiples existencias.

80 Allan Kardec, Libro de los Mediums, parágrafo Nº 13.

81 Allan Kardec, Libro de los Mediums, Introducción.

82 Espiritismo Estudiado, p. 86

83 ibd. p. 402-407

84 ibd. p. 65

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CAPÍTULO IV

DIFERENCIA ENTRE ALMA Y ESPÍRITU

“La naturaleza del Nous es al mismo tiempo materia y espíritu”

-Anaxágoras-

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NTOLÓGICAMENTE no existe diferencia alguna entre Espíritu y Alma, pues la naturaleza originaria de ambas enti-O

dades es la misma, ya que sólo existe una Substancia única, absolu-85ta, infinita, eterna e inmutable, llamada “Espíritu” , de la cual

emanan todas las cosas que existen en el Universo y que en virtud 86del proceso hipostásico de que es objeto, necesariamente surgen

diferencias en cuanto al grado esencial de cada una de sus manifes-taciones; por eso es que algunos autores definen al espíritu como

87una substancia simple (pura) constitutiva de la “esencia primera” de dicha Substancia; mientras que el alma es definida como una substancia heterogénea de carácter semimaterial, “quintaesen-

88cial” , que media entre el Espíritu y la materia densa. Desde el punto de vista lingüístico encontramos que en las gran-

des civilizaciones siempre se diferenció entre Espíritu y Alma.En un principio, tal como ya lo hemos señalado en la primera

parte de esta obra, el hombre primitivo experimentó que la vida era un “aire” que entraba y salía de los cuerpos, determinando así la vida y la muerte; posteriormente se le denominó Soplo y, final-mente, esta idea se consolidó en el término “espíritu” para desig-nar a una energía que constituye el principio vital de los seres

85 En la milenaria India se le conoció como Brahman; en China, Tao; los Polinesios la denominaron

Mens (Mente); en Egipto, Ka, Pthat o Autum; Hermes Trismegisto, en el mismo Egipto, la deno-

minó Espíritu; los griegos la llamaron Physis (Aristóteles la denominó Ousía o Substancia); en la

Época Moderna, Descartes, Spinoza y Hegel la llamaron Substancia. Y, así, otros tantos nombres

como Éter, Fluido Vital, Fluido Inteligente, Substancia Cósmica, etc.

86 Este término, de origen griego, ha sido utilizado por algunos filósofos para referirse a la Substan-

cia en sí; pero en realidad, desde Plotino, hipóstasis significa las “manifestaciones de la Substancia”.

Señala este filósofo que de la Substancia única emanan la Inteligencia, el Alma del Mundo y la Mate-

ria densa. Este término sufrió una tergiversación por parte del Cristianismo, donde las tres emana-

ciones o hipóstasis de Plotino pasaron a significar las tres personas de la Santísima Trinidad: Padre,

Hijo y Espíritu Santo.

87 Otros autores para expresar esta misma idea hablan de “esencia última”.

88 Quintaesencial no significa que una substancia ha llegado a un quinto grado de purificación,

sino que designa el mayor grado de pureza que puede alcanzar la substancia material.

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NTOLÓGICAMENTE no existe diferencia alguna entre Espíritu y Alma, pues la naturaleza originaria de ambas enti-O

dades es la misma, ya que sólo existe una Substancia única, absolu-85ta, infinita, eterna e inmutable, llamada “Espíritu” , de la cual

emanan todas las cosas que existen en el Universo y que en virtud 86del proceso hipostásico de que es objeto, necesariamente surgen

diferencias en cuanto al grado esencial de cada una de sus manifes-taciones; por eso es que algunos autores definen al espíritu como

87una substancia simple (pura) constitutiva de la “esencia primera” de dicha Substancia; mientras que el alma es definida como una substancia heterogénea de carácter semimaterial, “quintaesen-

88cial” , que media entre el Espíritu y la materia densa. Desde el punto de vista lingüístico encontramos que en las gran-

des civilizaciones siempre se diferenció entre Espíritu y Alma.En un principio, tal como ya lo hemos señalado en la primera

parte de esta obra, el hombre primitivo experimentó que la vida era un “aire” que entraba y salía de los cuerpos, determinando así la vida y la muerte; posteriormente se le denominó Soplo y, final-mente, esta idea se consolidó en el término “espíritu” para desig-nar a una energía que constituye el principio vital de los seres

85 En la milenaria India se le conoció como Brahman; en China, Tao; los Polinesios la denominaron

Mens (Mente); en Egipto, Ka, Pthat o Autum; Hermes Trismegisto, en el mismo Egipto, la deno-

minó Espíritu; los griegos la llamaron Physis (Aristóteles la denominó Ousía o Substancia); en la

Época Moderna, Descartes, Spinoza y Hegel la llamaron Substancia. Y, así, otros tantos nombres

como Éter, Fluido Vital, Fluido Inteligente, Substancia Cósmica, etc.

86 Este término, de origen griego, ha sido utilizado por algunos filósofos para referirse a la Substan-

cia en sí; pero en realidad, desde Plotino, hipóstasis significa las “manifestaciones de la Substancia”.

Señala este filósofo que de la Substancia única emanan la Inteligencia, el Alma del Mundo y la Mate-

ria densa. Este término sufrió una tergiversación por parte del Cristianismo, donde las tres emana-

ciones o hipóstasis de Plotino pasaron a significar las tres personas de la Santísima Trinidad: Padre,

Hijo y Espíritu Santo.

87 Otros autores para expresar esta misma idea hablan de “esencia última”.

88 Quintaesencial no significa que una substancia ha llegado a un quinto grado de purificación,

sino que designa el mayor grado de pureza que puede alcanzar la substancia material.

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humanos. Pero como para este estadio histórico primitivo aún el lenguaje no estaba bien definido ni existía un conocimiento filo-sófico eficiente que permitiera precisar conceptualmente el con-tenido cognoscitivo de las ideas, también se atribuyó la idea de soplo al concepto Alma; pero una vez que comienza a fortalecerse el lenguaje y el conocimiento histórico-filológico-filosófico, se determina que espíritu y alma son entidades diferentes en esencia y en funcionamiento, mas no en naturaleza. Así se corrobora en las principales culturas de la humanidad. Veamos.

En lo que respecta a la patria del Ganges, los sanscritistas están contestes en la utilización del término Âtman para referirse al espíritu; mientras que para referirse al alma utilizaron el vocablo Jiva; aún más, existen otros argumentos en favor que consolidan

89esta afirmación; tal es el caso del sistema filosófico de Kapila , cuyo postulado fundamental es que existen en el Universo dos principios activos cuya interacción producen los fenómenos del universo, incluso los de la vida, y se manifiestan en innumerables formas, combinaciones y variedades. Estos dos principios son conocidos como “Purusha” (Espíritu) y “Prakriti” (Materia sutil y densa). Veamos que nos dice Kapila.

“Prakriti es la substancia de la que derivan todas las 90formas y energías materiales; mientras que Purusha es el

principio espiritual que anima a Prakriti, en el cual se envuelve para originar las diversas formas diferenciales, desde el átomo hasta todo el universo. La filosofía sankhya

no concibe a purusha como Alma, sino como espíritus individuales que en su conjunto constituyen una Unidad

91de unidades (...) Cabe advertir que tanto la materia sutil como la densa, provienen de prakriti (...) Los más notables pensadores consideran a purusha y prakriti como

92emanaciones o manifestaciones de Brahman (...) Dice Kapila que Purusha es puro espíritu o substantiva Inteligencia trascendental y en su natural condición no le afectan el dolor ni el placer ni emoción alguna, ya que estos son atributos que experimenta el alma (...) Purusha actúa sobre Prakriti como el imán que magnetiza el trozo de acero y le da fuerza que antes no poseía y que no puede poseer si no se halla en el campo de influencia o inducción (...) Sostiene la filosofía sankhya que prakriti está dotado de 'Tatvas' y no se le ha de confundir con purusha, lla-mado también Âtman. Purusha está envuelto en un cuerpo de materia sutil llamado linga sharira, que-

93dando purusha en el centro del alma (...) los purushas existían antes de que se sumieran en prakriti. El reflejo del absoluto en cada alma individual está constituido por el

94residente espíritu, el verdadero ser del alma”(Negrillas y subrayado nuestro)

89 Kapila es fundador de uno de los grandes sistemas filosóficos de la India, conocido como

“Sankhya”, basado en los Vedas. Este sistema filosófico es el primero de que se tiene noticia en el

mundo.

90 Esta concepción fue adoptada por los griegos, sobre todo por Aristóteles, donde “Forma” es sinó-

nimo de alma (Nota del autor).

91 Esta idea axiomática 'Unidad de Unidades' se conoce modernamente como el “Paradigma Holográ-

fico” o “Todo Total”, demostrado por la física moderna (Planck, con la teoría de los quanta; Einstein,

con la teoría de la relatividad; y Bell, con la teoría angular) (Nota del autor).

92 Siglos más tarde Plotino utilizará estos postulados para formular su teoría hipostásica o emanacio-

nes de lo Uno. Esto es lo que señalamos en las primeras líneas de este Capítulo: “Ontológicamente no

existe diferencia entre Espíritu y Alma”. (Nota del Autor).

93 Esta es exactamente la teoría de Platón, descrita en Fedón, y recogida por Plotino. Igualmente, es la

teoría del pensador espiritista Joaquín Trincado Matheo y, asimismo, es el fundamento que por analo-

gía utiliza Allan Kardec en el Libro de los Espíritus, parágrafo Nº 139, para sostener la tesis de que el

alma es un “espíritu encarnado” (Nota del autor).

94 Filosofías y Religiones de la India: Ramacharaka Yogi.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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humanos. Pero como para este estadio histórico primitivo aún el lenguaje no estaba bien definido ni existía un conocimiento filo-sófico eficiente que permitiera precisar conceptualmente el con-tenido cognoscitivo de las ideas, también se atribuyó la idea de soplo al concepto Alma; pero una vez que comienza a fortalecerse el lenguaje y el conocimiento histórico-filológico-filosófico, se determina que espíritu y alma son entidades diferentes en esencia y en funcionamiento, mas no en naturaleza. Así se corrobora en las principales culturas de la humanidad. Veamos.

En lo que respecta a la patria del Ganges, los sanscritistas están contestes en la utilización del término Âtman para referirse al espíritu; mientras que para referirse al alma utilizaron el vocablo Jiva; aún más, existen otros argumentos en favor que consolidan

89esta afirmación; tal es el caso del sistema filosófico de Kapila , cuyo postulado fundamental es que existen en el Universo dos principios activos cuya interacción producen los fenómenos del universo, incluso los de la vida, y se manifiestan en innumerables formas, combinaciones y variedades. Estos dos principios son conocidos como “Purusha” (Espíritu) y “Prakriti” (Materia sutil y densa). Veamos que nos dice Kapila.

“Prakriti es la substancia de la que derivan todas las 90formas y energías materiales; mientras que Purusha es el

principio espiritual que anima a Prakriti, en el cual se envuelve para originar las diversas formas diferenciales, desde el átomo hasta todo el universo. La filosofía sankhya

no concibe a purusha como Alma, sino como espíritus individuales que en su conjunto constituyen una Unidad

91de unidades (...) Cabe advertir que tanto la materia sutil como la densa, provienen de prakriti (...) Los más notables pensadores consideran a purusha y prakriti como

92emanaciones o manifestaciones de Brahman (...) Dice Kapila que Purusha es puro espíritu o substantiva Inteligencia trascendental y en su natural condición no le afectan el dolor ni el placer ni emoción alguna, ya que estos son atributos que experimenta el alma (...) Purusha actúa sobre Prakriti como el imán que magnetiza el trozo de acero y le da fuerza que antes no poseía y que no puede poseer si no se halla en el campo de influencia o inducción (...) Sostiene la filosofía sankhya que prakriti está dotado de 'Tatvas' y no se le ha de confundir con purusha, lla-mado también Âtman. Purusha está envuelto en un cuerpo de materia sutil llamado linga sharira, que-

93dando purusha en el centro del alma (...) los purushas existían antes de que se sumieran en prakriti. El reflejo del absoluto en cada alma individual está constituido por el

94residente espíritu, el verdadero ser del alma”(Negrillas y subrayado nuestro)

89 Kapila es fundador de uno de los grandes sistemas filosóficos de la India, conocido como

“Sankhya”, basado en los Vedas. Este sistema filosófico es el primero de que se tiene noticia en el

mundo.

90 Esta concepción fue adoptada por los griegos, sobre todo por Aristóteles, donde “Forma” es sinó-

nimo de alma (Nota del autor).

91 Esta idea axiomática 'Unidad de Unidades' se conoce modernamente como el “Paradigma Holográ-

fico” o “Todo Total”, demostrado por la física moderna (Planck, con la teoría de los quanta; Einstein,

con la teoría de la relatividad; y Bell, con la teoría angular) (Nota del autor).

92 Siglos más tarde Plotino utilizará estos postulados para formular su teoría hipostásica o emanacio-

nes de lo Uno. Esto es lo que señalamos en las primeras líneas de este Capítulo: “Ontológicamente no

existe diferencia entre Espíritu y Alma”. (Nota del Autor).

93 Esta es exactamente la teoría de Platón, descrita en Fedón, y recogida por Plotino. Igualmente, es la

teoría del pensador espiritista Joaquín Trincado Matheo y, asimismo, es el fundamento que por analo-

gía utiliza Allan Kardec en el Libro de los Espíritus, parágrafo Nº 139, para sostener la tesis de que el

alma es un “espíritu encarnado” (Nota del autor).

94 Filosofías y Religiones de la India: Ramacharaka Yogi.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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En otro de los grandes sistemas filosóficos de la India, cono-cido como Sistema Yoga, de Patanjali, se observa lo siguiente:

“El Yo es Purusha o espíritu envuelto en los tattvas o 95principios semimateriales”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Como se puede observar, la filosofía hindú establece una osten-sible diferencia entre espíritu y alma.

Estas mismas ideas las encontramos en China en los conceptos 96de Yan y Yin, y en Egipto como Ka y Ba , como equivalentes de

Purusha y Prakriti. En Persia, el gran Zarathustra (Zoroastro) nos habló de Ormúz

y Arimán, para expresarnos los mismos conceptos.En la cultura griega encontramos los términos “Nous”, “Pneu-

ma”, “Atmos”, “Daimonio” y “Demiurgo”, entre los más importan-tes, para designar al Espíritu, mientras que el alma es designada

97única y exclusivamente con el vocablo Psyché . Desde Anaxágoras el término Nous se consolidó en la acepción de “Inteligencia”. Acep-ción ésta que es universalmente utilizada en la literatura filosófica para referirse al Espíritu como causa esencial de los seres humanos. En cambio, el vocablo “Psyché” es utilizado para designar una enti-dad semimaterial que da forma y sensibilidad a todos los cuerpos materiales que integran los tres reinos de la Naturaleza y les atribuye su carácter instintivo. El término Phyché es traducido como Alma en todas las lenguas modernas.

Todos los filósofos y pensadores griegos, observando la tradi-98ción , emplearon el vocablo Psyché para referirse de manera general

a la parte espiritual del hombre; pero todos estaban contestes en que dentro de Psyché o alma mora una chispa divina, pura, denominada Nous (espíritu), la cual es la causa de los actos racionales, volitivos e intelectuales de los seres humanos; mientras que Psyché, propiamen-te dicha, la circunscribieron al plano material como una substancia

99heterogénea e imperfecta , conformada por instintos naturales, cuya función primordial es dar forma y sensibilidad a los cuerpos.

Tales de Mileto (640-547 a.n.e.), filósofo de la Escuela Jónica, considerado como uno de los siete sabios de Grecia, afirmó:

“Así como Pneuma (aire o Espíritu) rodea el universo, de la misma manera Psyché (alma) mantiene la cohesión

100 de los cuerpos”

Anaxágoras (500-428 a.n.e.) fue el primer filósofo griego que efectuó un tratado acerca del Espíritu. Se le reconoce ser el introduc-tor en el mundo de la filosofía la idea de un principio ordenador: el Nous (Inteligencia o Espíritu). Con este pensador queda claramente definido que la primitiva idea de “soplo” o “aliento”, corresponde exclusivamente al espíritu y no al alma. Veamos.

“El espíritu, en efecto, es algo esencialmente idéntico a los demás ingredientes que componen lo sensible, es una cosa más, si bien es la más sutil de todas y la más pura (...) Este espíri-

95 Ob. cit.

96 Ba también es entendido como Nefesh, palabra hebrea traducida por Alma.

97 El término Alma (Psyché o Psyké) en la lengua griega proviene de la raíz Phykrón que significa frío;

mientras que el término Espíritu representa las ideas de “Chispa”, “eón”, “fotón”, “centella”, etc., que

envuelven la idea de “caliente”; la cual es contrario al frío.

98 La tradición oriental, que sostenía que Purusha se envuelve en Prakriti; es decir que el espíritu se

envuelve en el alma para poder tomar individualidad.

99 En virtud de esta imperfección, Pitágoras fue el primer filósofo griego que habló de la necesidad

de la purificación del alma.

100 Diógenes Laercio: Vida y Obra de los Grandes Filósofos.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

Page 53: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

52 53

En otro de los grandes sistemas filosóficos de la India, cono-cido como Sistema Yoga, de Patanjali, se observa lo siguiente:

“El Yo es Purusha o espíritu envuelto en los tattvas o 95principios semimateriales”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Como se puede observar, la filosofía hindú establece una osten-sible diferencia entre espíritu y alma.

Estas mismas ideas las encontramos en China en los conceptos 96de Yan y Yin, y en Egipto como Ka y Ba , como equivalentes de

Purusha y Prakriti. En Persia, el gran Zarathustra (Zoroastro) nos habló de Ormúz

y Arimán, para expresarnos los mismos conceptos.En la cultura griega encontramos los términos “Nous”, “Pneu-

ma”, “Atmos”, “Daimonio” y “Demiurgo”, entre los más importan-tes, para designar al Espíritu, mientras que el alma es designada

97única y exclusivamente con el vocablo Psyché . Desde Anaxágoras el término Nous se consolidó en la acepción de “Inteligencia”. Acep-ción ésta que es universalmente utilizada en la literatura filosófica para referirse al Espíritu como causa esencial de los seres humanos. En cambio, el vocablo “Psyché” es utilizado para designar una enti-dad semimaterial que da forma y sensibilidad a todos los cuerpos materiales que integran los tres reinos de la Naturaleza y les atribuye su carácter instintivo. El término Phyché es traducido como Alma en todas las lenguas modernas.

Todos los filósofos y pensadores griegos, observando la tradi-98ción , emplearon el vocablo Psyché para referirse de manera general

a la parte espiritual del hombre; pero todos estaban contestes en que dentro de Psyché o alma mora una chispa divina, pura, denominada Nous (espíritu), la cual es la causa de los actos racionales, volitivos e intelectuales de los seres humanos; mientras que Psyché, propiamen-te dicha, la circunscribieron al plano material como una substancia

99heterogénea e imperfecta , conformada por instintos naturales, cuya función primordial es dar forma y sensibilidad a los cuerpos.

Tales de Mileto (640-547 a.n.e.), filósofo de la Escuela Jónica, considerado como uno de los siete sabios de Grecia, afirmó:

“Así como Pneuma (aire o Espíritu) rodea el universo, de la misma manera Psyché (alma) mantiene la cohesión

100 de los cuerpos”

Anaxágoras (500-428 a.n.e.) fue el primer filósofo griego que efectuó un tratado acerca del Espíritu. Se le reconoce ser el introduc-tor en el mundo de la filosofía la idea de un principio ordenador: el Nous (Inteligencia o Espíritu). Con este pensador queda claramente definido que la primitiva idea de “soplo” o “aliento”, corresponde exclusivamente al espíritu y no al alma. Veamos.

“El espíritu, en efecto, es algo esencialmente idéntico a los demás ingredientes que componen lo sensible, es una cosa más, si bien es la más sutil de todas y la más pura (...) Este espíri-

95 Ob. cit.

96 Ba también es entendido como Nefesh, palabra hebrea traducida por Alma.

97 El término Alma (Psyché o Psyké) en la lengua griega proviene de la raíz Phykrón que significa frío;

mientras que el término Espíritu representa las ideas de “Chispa”, “eón”, “fotón”, “centella”, etc., que

envuelven la idea de “caliente”; la cual es contrario al frío.

98 La tradición oriental, que sostenía que Purusha se envuelve en Prakriti; es decir que el espíritu se

envuelve en el alma para poder tomar individualidad.

99 En virtud de esta imperfección, Pitágoras fue el primer filósofo griego que habló de la necesidad

de la purificación del alma.

100 Diógenes Laercio: Vida y Obra de los Grandes Filósofos.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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tu que es lo que hay de divino en cada uno de nosotros, no es 101más que un fragmento de ese Espíritu que rige el Universo”

“Nuestro Nous es Dios en cada uno de nosotros (...) todas las demás cosas contienen una parte de todo, pero el Nous es infinito y no se mezcla con cosa alguna, sino que él sólo existe en sí mismo (...) El Nous, que se divide para constituir el alma-espíritu de cada hombre es, por consiguiente, como lo

102señala Eurípides, Dios en cada uno” (Negrillas nuestra)

Con Leucipo (450-370) y Demócrito (460-370) se consolida el conocimiento de que Psyché o Alma es de naturaleza material, de una materia muy refinada y sutil, como el fuego, constituida por átomos esféricos.

Platón en sus obras: Fedón, Fedro, Timeo, La República (libro 4º) y Alcibíades, nos proporciona profundos conocimiento acerca del alma y nos señala la diferencia que existe con el espíritu. Nos dice este genio de la humanidad que el alma está estructurada por

103dos partes , una parte divina, integrada por el Nous o espíritu, y una parte material conformada por los instintos de la Naturaleza, que es lo que realmente se llama alma (Psyché). Citemos lo que nos dice este sabio:

“En el alma del mismo hombre se encuentra algo que es mejor y algo que es peor, y que cuando lo que es mejor por naturaleza manda sobre lo que es peor, se dice de ese hombre

que posee el dominio de sí mismo; pero que cuando por la mala educación o compañía, la parte que es mejor resulta

104dominada por la multitud de la parte que es peor, se dice que el hombre es esclavo de sí mismo y modelo de intempe-rancia (...) ¿Es que no hay en el alma algo que la impulsa a

105beber y algo que la retiene? ¿Y no es este último principio más poderoso que el primero?”

“... Hemos de estimar que se trata aquí de tres cosas dife-rentes, una de las cuales, que es la parte con que se razona, es el principio racional del alma; otra, aquella con que se desea, se siente hambre y sed; y otra, con que nos irrita-mos (...) Con la educación, que es propia de ellos, dichos principios gobernarán el apetito concupiscible, que ocupa la

106mayor parte de alma en cada uno y manifiesta por natu-raleza su ansia de bienes (...) y será prudente en razón a esa pequeña parte que manda en él y le da tales enseñanzas (...) Cuando lo que gobierna y lo que es gobernado se mues-tran de acuerdo en que es el principio racional el que debe gobernar y que no se sublevan contra él, nace la templanza (...) ¿Y no hemos de considerar como causa de todo esto el hecho de que están reglamentadas todas las partes del alma? La justicia es la que no permite que ninguna de las partes del alma haga lo que no le compete ni que se entreme-ta en cosas propias de otros linajes, sino que ordenando debi-damente lo que corresponde, se rige a sí misma y se hace su mejor amiga al establecer el acuerdo entre sus tres elemen-

55

101 Anaxágoras, Fragmentos.

102 Ángel Cappelletti, La Filosofía de Anaxágoras.

103 En realidad Platón señala la existencia de tres partes en el alma: una Divina o racional, otra irascible

y otra concupiscible; pero estas dos últimas son de carácter material. De manera, que en realidad el

alma sólo tiene dos parte: una racional o Divina y otra material.

104 Esta multitud está referida al conjunto de instintos que conforman el alma humana (Nota del

autor).

105 Se refiere Platón a bebidas espirituosas o licor (Nota del autor).

106 Aquí ratifica o se explica mejor lo de la “multitud del alma” (Nota del autor)

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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tu que es lo que hay de divino en cada uno de nosotros, no es 101más que un fragmento de ese Espíritu que rige el Universo”

“Nuestro Nous es Dios en cada uno de nosotros (...) todas las demás cosas contienen una parte de todo, pero el Nous es infinito y no se mezcla con cosa alguna, sino que él sólo existe en sí mismo (...) El Nous, que se divide para constituir el alma-espíritu de cada hombre es, por consiguiente, como lo

102señala Eurípides, Dios en cada uno” (Negrillas nuestra)

Con Leucipo (450-370) y Demócrito (460-370) se consolida el conocimiento de que Psyché o Alma es de naturaleza material, de una materia muy refinada y sutil, como el fuego, constituida por átomos esféricos.

Platón en sus obras: Fedón, Fedro, Timeo, La República (libro 4º) y Alcibíades, nos proporciona profundos conocimiento acerca del alma y nos señala la diferencia que existe con el espíritu. Nos dice este genio de la humanidad que el alma está estructurada por

103dos partes , una parte divina, integrada por el Nous o espíritu, y una parte material conformada por los instintos de la Naturaleza, que es lo que realmente se llama alma (Psyché). Citemos lo que nos dice este sabio:

“En el alma del mismo hombre se encuentra algo que es mejor y algo que es peor, y que cuando lo que es mejor por naturaleza manda sobre lo que es peor, se dice de ese hombre

que posee el dominio de sí mismo; pero que cuando por la mala educación o compañía, la parte que es mejor resulta

104dominada por la multitud de la parte que es peor, se dice que el hombre es esclavo de sí mismo y modelo de intempe-rancia (...) ¿Es que no hay en el alma algo que la impulsa a

105beber y algo que la retiene? ¿Y no es este último principio más poderoso que el primero?”

“... Hemos de estimar que se trata aquí de tres cosas dife-rentes, una de las cuales, que es la parte con que se razona, es el principio racional del alma; otra, aquella con que se desea, se siente hambre y sed; y otra, con que nos irrita-mos (...) Con la educación, que es propia de ellos, dichos principios gobernarán el apetito concupiscible, que ocupa la

106mayor parte de alma en cada uno y manifiesta por natu-raleza su ansia de bienes (...) y será prudente en razón a esa pequeña parte que manda en él y le da tales enseñanzas (...) Cuando lo que gobierna y lo que es gobernado se mues-tran de acuerdo en que es el principio racional el que debe gobernar y que no se sublevan contra él, nace la templanza (...) ¿Y no hemos de considerar como causa de todo esto el hecho de que están reglamentadas todas las partes del alma? La justicia es la que no permite que ninguna de las partes del alma haga lo que no le compete ni que se entreme-ta en cosas propias de otros linajes, sino que ordenando debi-damente lo que corresponde, se rige a sí misma y se hace su mejor amiga al establecer el acuerdo entre sus tres elemen-

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101 Anaxágoras, Fragmentos.

102 Ángel Cappelletti, La Filosofía de Anaxágoras.

103 En realidad Platón señala la existencia de tres partes en el alma: una Divina o racional, otra irascible

y otra concupiscible; pero estas dos últimas son de carácter material. De manera, que en realidad el

alma sólo tiene dos parte: una racional o Divina y otra material.

104 Esta multitud está referida al conjunto de instintos que conforman el alma humana (Nota del

autor).

105 Se refiere Platón a bebidas espirituosas o licor (Nota del autor).

106 Aquí ratifica o se explica mejor lo de la “multitud del alma” (Nota del autor)

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

Page 56: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

tos, como si fuesen los términos de una armonía (...) Una 107 vez realizada esta ligazón y conseguida la unidad a

través de la variedad, con templanza y concierto, el hombre tratará de actuar de algún modo de manera justa”

“La sedición de una parte del alma contra la totalidad de ella, al usurpar un mando que no le compete, pues precisa-mente la Naturaleza ha dispuesto esas partes, una para man-dar y otra para obedecer, produce la perturbación o extravío de esa parte, que es lo que llamamos injusticia, intemperancia,

108 cobardía e ignorancia y, en una palabra, maldad total”(Negrillas y subrayado nuestro)

Estos testimonios platónicos de alta sabiduría son por más que elocuentes para demostrar la diferencia que existe entre alma y espí-ritu; pero sigamos argumentando.

Aristóteles en Eudemo había expuesto una concepción del alma inspirada en la metafísica platónica y en la tradición religiosa de los pitagóricos; pero posteriormente, en su Tratado del Alma encara un estudio estrictamente científico, particularmente biológico, al mar-gen de toda consideración metafísica. En esta obra señala el estagiri-ta que el alma tiene funciones divinas cuyo estudio depende de una

109ciencia más elevada ; pero también tiene, ante todo, funciones

56

biológicas que deben ser estudiadas por la Biología. Su famosa defi-nición del Alma es la siguiente:

“El Alma es la entelequia primera de un cuerpo natural 110organizado que tiene la vida en potencia”

Asimismo, aduce el estagirita que el ser viviente es una substan-cia corporal en el que se puede distinguir una materia y una forma, y lo que hace a un ser viviente es la forma. El cuerpo o materia es el que recibe la vida, de allí su afirmación de que el alma es la esencia o la forma de un cuerpo natural.

Pero desentrañemos esta compleja definición de alma que nos da Aristóteles, ya que ella es de un contenido muy rico e importan-te y porque está presente tanto en teorías antiguas como modernas y, en esencia, corrobora el postulado de la doctrina del Espiritismo.

Para disipar las barreras semánticas, en primer lugar aclaremos qué significa el término “entelequia”. Literalmente esta palabra significa: “actualización de una perfección contenida en potencia en un cuerpo” o “perfección resultante de una actualización”; es decir, la perfección que surge en un cuerpo, pero no como consecuencia de una acción externa o trascendente, sino que tiene su causa en sí mismo, porque se encuentra en él en potencia. La entelequia es entonces el acto en tanto que cumplido o el resultado de un proce-so cuyo fin se halla en el mismo cuerpo; en otras palabras, lo que es para cada ser la posesión de su propia perfección.

El contenido de esta definición de entelequia se manifestará veintiún siglos más tarde en Hegel en su definición de “espíritu subjetivo”, definido como:

57

107 De capital importancia es este pasaje, pues con él nos describe Platón la síntesis dialéctica o el

religare que explica el Nirvana brahmánico-budista, la Entelequia aristotélica, la Apocatástasis pan-

ton del Gnosticismo, el Aufhebung hegeliano y, aun, la sublimación del instinto de Sigmund Freud.

Con este pasaje se logra entender las abstrusas expresiones: “dioses sois”, “el hombre alcanza o sube al

cielo” y, sobre todo, que dilucida que el hombre al ser semejante a “Dios”, al alcanzar la síntesis dialécti-

ca, no desaparece en el Todo. Esto explica la “Coincidentia Oppositorum” del gran Nicolás de Cusa:

en el infinito coinciden los contrarios. (Nota del autor).

108 La República, Libro IV (430d/445c)

109 Esta ciencia a que alude Aristóteles, él la denominó Filosofía Primera o Teología; más tarde inmorta-

lizada por Andrónico de Rodas como Metafísica (Ta metá Ta physiká), la cual fue combatida y denigrada

por el “Positivismo” de Augusto Comte y por muchos filósofos y pensadores occidentales, dando lugar

así al desconocimiento de la verdadera fuente de la sabiduría: La Metafísica. Este error “positivista” se

impuso en Occidente y es, precisamente, una de las causas de que se desconozca al Espíritu.

110 Tratado del Alma.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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tos, como si fuesen los términos de una armonía (...) Una 107 vez realizada esta ligazón y conseguida la unidad a

través de la variedad, con templanza y concierto, el hombre tratará de actuar de algún modo de manera justa”

“La sedición de una parte del alma contra la totalidad de ella, al usurpar un mando que no le compete, pues precisa-mente la Naturaleza ha dispuesto esas partes, una para man-dar y otra para obedecer, produce la perturbación o extravío de esa parte, que es lo que llamamos injusticia, intemperancia,

108 cobardía e ignorancia y, en una palabra, maldad total”(Negrillas y subrayado nuestro)

Estos testimonios platónicos de alta sabiduría son por más que elocuentes para demostrar la diferencia que existe entre alma y espí-ritu; pero sigamos argumentando.

Aristóteles en Eudemo había expuesto una concepción del alma inspirada en la metafísica platónica y en la tradición religiosa de los pitagóricos; pero posteriormente, en su Tratado del Alma encara un estudio estrictamente científico, particularmente biológico, al mar-gen de toda consideración metafísica. En esta obra señala el estagiri-ta que el alma tiene funciones divinas cuyo estudio depende de una

109ciencia más elevada ; pero también tiene, ante todo, funciones

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biológicas que deben ser estudiadas por la Biología. Su famosa defi-nición del Alma es la siguiente:

“El Alma es la entelequia primera de un cuerpo natural 110organizado que tiene la vida en potencia”

Asimismo, aduce el estagirita que el ser viviente es una substan-cia corporal en el que se puede distinguir una materia y una forma, y lo que hace a un ser viviente es la forma. El cuerpo o materia es el que recibe la vida, de allí su afirmación de que el alma es la esencia o la forma de un cuerpo natural.

Pero desentrañemos esta compleja definición de alma que nos da Aristóteles, ya que ella es de un contenido muy rico e importan-te y porque está presente tanto en teorías antiguas como modernas y, en esencia, corrobora el postulado de la doctrina del Espiritismo.

Para disipar las barreras semánticas, en primer lugar aclaremos qué significa el término “entelequia”. Literalmente esta palabra significa: “actualización de una perfección contenida en potencia en un cuerpo” o “perfección resultante de una actualización”; es decir, la perfección que surge en un cuerpo, pero no como consecuencia de una acción externa o trascendente, sino que tiene su causa en sí mismo, porque se encuentra en él en potencia. La entelequia es entonces el acto en tanto que cumplido o el resultado de un proce-so cuyo fin se halla en el mismo cuerpo; en otras palabras, lo que es para cada ser la posesión de su propia perfección.

El contenido de esta definición de entelequia se manifestará veintiún siglos más tarde en Hegel en su definición de “espíritu subjetivo”, definido como:

57

107 De capital importancia es este pasaje, pues con él nos describe Platón la síntesis dialéctica o el

religare que explica el Nirvana brahmánico-budista, la Entelequia aristotélica, la Apocatástasis pan-

ton del Gnosticismo, el Aufhebung hegeliano y, aun, la sublimación del instinto de Sigmund Freud.

Con este pasaje se logra entender las abstrusas expresiones: “dioses sois”, “el hombre alcanza o sube al

cielo” y, sobre todo, que dilucida que el hombre al ser semejante a “Dios”, al alcanzar la síntesis dialécti-

ca, no desaparece en el Todo. Esto explica la “Coincidentia Oppositorum” del gran Nicolás de Cusa:

en el infinito coinciden los contrarios. (Nota del autor).

108 La República, Libro IV (430d/445c)

109 Esta ciencia a que alude Aristóteles, él la denominó Filosofía Primera o Teología; más tarde inmorta-

lizada por Andrónico de Rodas como Metafísica (Ta metá Ta physiká), la cual fue combatida y denigrada

por el “Positivismo” de Augusto Comte y por muchos filósofos y pensadores occidentales, dando lugar

así al desconocimiento de la verdadera fuente de la sabiduría: La Metafísica. Este error “positivista” se

impuso en Occidente y es, precisamente, una de las causas de que se desconozca al Espíritu.

110 Tratado del Alma.

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Page 58: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

“El emerger del espíritu desde su situación de hundi-miento en la Naturaleza hasta su total desenvolvimiento

111en el hombre como sujeto moral y cognoscente”.

En consecuencia, la entelequia no es más que la actualización 112del espíritu o su eclosión de las profundidades del alma , median-

te un impretermitible proceso dialéctico. En otras palabras, la actualización de la chispa divina que cada ser humano lleva dentro de sí, hecha posible sólo mediante la acumulación de experiencias y conocimientos a través de muchas existencias o reencarnaciones.

De esta definición aristotélica se desprende que el alma no es perfecta en sí misma, que ella va logrando su perfección en la medi-da en que el espíritu que mora en su propio seno la va invadiendo o penetrando. De manera que Aristóteles al señalar que el alma es “la entelequia primera”, está diciendo que el alma humana es algo que llegará a perfeccionarse porque dentro de ella radica lo que la

113hará perfecta: el espíritu , lo cual se evidencia cuando señala:

“El Nous es lo único divino e inmortal del alma huma-114na”.

(Subrayado nuestro)

Esto también explica la expresión “que lleva la vida en poten-cia”; y ya hemos demostrado que el espíritu es la vida.

Por otra parte, Aristóteles determinó la existencia de tres clases de almas: alma vegetativa, propia de las plantas; alma sensitiva, propia de

los animales; y alma racional, exclusiva de los seres humanos. Pero lo más relevante del estagirita es su afirmación de que en el alma humana están subsumidas, tanto el alma vegetativa como el alma sensitiva; lo cual evidencia que el alma humana es depositaria de todos los instin-tos de los tres reinos de la Naturaleza y, a la vez, demuestra su hetero-geneidad e impureza, cosa que ya había dicho su maestro Platón, cuan-do se refirió a una multitud en el alma, que abarcaba su mayor parte.

Si bien Aristóteles efectuó un estudio científico muy importan-te acerca del alma, no obstante incurrió en dos graves errores; el primero consistió en no incluir en su clasificación del alma a la de

115los minerales, que también la tienen . El segundo, en afirmar que 116dada la necesidad de nutrición del alma , al morir el ser humano

un tiempo después también moría su alma por falta de nutrición, 117pasando a formar parte del Todo.

Pero en definitiva, y sin lugar a dudas, en Aristóteles también hay una clara distinción entre alma y espíritu.

El gran pensador Plotino, como ya lo hemos señalado, también establece una clara distinción entre alma y espíritu al decir que de lo Uno emana el Espíritu y luego el Alma del Mundo.

En las “Sagradas Escrituras” también encontramos esta diferen-cia, veamos.

“... Y sano en todo sentido sea conservado el espíritu y el 118alma y el cuerpo de ustedes...”

111 La Enciclopedia.

112 Con esto se entienden las palabras de Jesús de Nazareth, cuando afirmó: “Los últimos serán los

primeros”.

113 Obsérvese que aquí está presente la teoría de Kapila: Purusha envuelto en Prakriti.

114 Tratado del Alma.

58 59

115 No existe nada en el Universo que no tenga alma.

116 En virtud de que ésta está conformada por instintos, sobre todo de los animales.

117 Este ha sido un nefasto error para el conocimiento metafísico difundido en la Época Medieval

por los árabes aristotélicos y por Santo Tomás de Aquino y, de manera sistemática y obligatoria, por

la Escolástica, una vez que la Iglesia monopolizó las universidades en el siglo XIII. Este error aún se

sigue difundiendo en nuestras universidades.

118 1Tesalonicenses: 05:23

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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“El emerger del espíritu desde su situación de hundi-miento en la Naturaleza hasta su total desenvolvimiento

111en el hombre como sujeto moral y cognoscente”.

En consecuencia, la entelequia no es más que la actualización 112del espíritu o su eclosión de las profundidades del alma , median-

te un impretermitible proceso dialéctico. En otras palabras, la actualización de la chispa divina que cada ser humano lleva dentro de sí, hecha posible sólo mediante la acumulación de experiencias y conocimientos a través de muchas existencias o reencarnaciones.

De esta definición aristotélica se desprende que el alma no es perfecta en sí misma, que ella va logrando su perfección en la medi-da en que el espíritu que mora en su propio seno la va invadiendo o penetrando. De manera que Aristóteles al señalar que el alma es “la entelequia primera”, está diciendo que el alma humana es algo que llegará a perfeccionarse porque dentro de ella radica lo que la

113hará perfecta: el espíritu , lo cual se evidencia cuando señala:

“El Nous es lo único divino e inmortal del alma huma-114na”.

(Subrayado nuestro)

Esto también explica la expresión “que lleva la vida en poten-cia”; y ya hemos demostrado que el espíritu es la vida.

Por otra parte, Aristóteles determinó la existencia de tres clases de almas: alma vegetativa, propia de las plantas; alma sensitiva, propia de

los animales; y alma racional, exclusiva de los seres humanos. Pero lo más relevante del estagirita es su afirmación de que en el alma humana están subsumidas, tanto el alma vegetativa como el alma sensitiva; lo cual evidencia que el alma humana es depositaria de todos los instin-tos de los tres reinos de la Naturaleza y, a la vez, demuestra su hetero-geneidad e impureza, cosa que ya había dicho su maestro Platón, cuan-do se refirió a una multitud en el alma, que abarcaba su mayor parte.

Si bien Aristóteles efectuó un estudio científico muy importan-te acerca del alma, no obstante incurrió en dos graves errores; el primero consistió en no incluir en su clasificación del alma a la de

115los minerales, que también la tienen . El segundo, en afirmar que 116dada la necesidad de nutrición del alma , al morir el ser humano

un tiempo después también moría su alma por falta de nutrición, 117pasando a formar parte del Todo.

Pero en definitiva, y sin lugar a dudas, en Aristóteles también hay una clara distinción entre alma y espíritu.

El gran pensador Plotino, como ya lo hemos señalado, también establece una clara distinción entre alma y espíritu al decir que de lo Uno emana el Espíritu y luego el Alma del Mundo.

En las “Sagradas Escrituras” también encontramos esta diferen-cia, veamos.

“... Y sano en todo sentido sea conservado el espíritu y el 118alma y el cuerpo de ustedes...”

111 La Enciclopedia.

112 Con esto se entienden las palabras de Jesús de Nazareth, cuando afirmó: “Los últimos serán los

primeros”.

113 Obsérvese que aquí está presente la teoría de Kapila: Purusha envuelto en Prakriti.

114 Tratado del Alma.

58 59

115 No existe nada en el Universo que no tenga alma.

116 En virtud de que ésta está conformada por instintos, sobre todo de los animales.

117 Este ha sido un nefasto error para el conocimiento metafísico difundido en la Época Medieval

por los árabes aristotélicos y por Santo Tomás de Aquino y, de manera sistemática y obligatoria, por

la Escolástica, una vez que la Iglesia monopolizó las universidades en el siglo XIII. Este error aún se

sigue difundiendo en nuestras universidades.

118 1Tesalonicenses: 05:23

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Page 60: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

“Porque la palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos y penetra hasta dividir

119alma y espíritu”.“Y oiga las cosas que tienen que ver con ustedes, que están

120firmes en un mismo espíritu, con una misma alma...” (Negrillas nuestra)

En lo que respecta a la cultura latina, lingüística y filosóficamen-te también está claramente definida esta diferencia. Todo el ámbito intelectual de la cultura latina está influido por las diversas corrien-tes filosóficas griegas, principalmente por el neoplatonismo de Plotino y por la filosofía de Aristóteles, y por algunos aspectos del conocimiento oriental, entre los cuales se encuentra la doctrina del Traducianismo de las almas, consistente en que los niños al nacer, a parte de tener sus propias almas individuales, reciben parte de las almas de sus padres, lo cual no es posible respecto al espíritu en virtud de su carácter indivisible, por ser una substancia simple.

Desde el punto de vista lingüístico también encontramos la susodicha diferencia. En efecto, en la lengua latina encontramos el término “Spiritus” para designar al espíritu, y el término “Anima” para referirse al alma.

Veamos como se patentiza esta diferencia en algunos pensado-res latinos. Citemos de la obra de Étennie Gilson, Filosofía en la Edad Media, algunos pasajes de célebres personajes.

“Taciano descompone el alma en dos elementos: primero, lo que él llama Psyché, lo que en latín se llama animus, que es por lo demás material; la segunda parte es el espíritu o pneu-

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ma, lo que en latín se llamará spiritus, que es la parte supe-rior del alma y es inmaterial y que constituye en el hombre la imagen y semejanza de Dios. En sí misma el alma no es más

que tinieblas, pero ha recibido del espíritu la luz y la vida”

Como se puede apreciar, Taciano repite casi literalmente la filo-sofía de Platón.

Macrobio, pagano de finales del siglo III, en sus comentarios a la obra de Cicerón: El Sueño de Escipión, señala una escala de los seres del bien, veamos:

“Tagathón que es la causa primera; el Nous (espíritu), que es nacido de la causa primera; y el alma, que es produci-da por el Nous. No confundamos el Nous con el alma por él producida”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Como se puede observar, Macrobio hace una clara diferencia entre alma y espíritu.

Aurelio Agustín (354-430), mejor conocido como San Agus-tín, connotado representante de la Iglesia cristiana, nos señala lo siguiente:

“El alma tiene un peso que la mueve y que la lleva (...) El hombre tiene que penetrar en la interioridad de su alma

121para encontrarse a sí mismo y consigo a Dios”

El peso a que se refiere Agustín es el espíritu, como parte del alma.

121 Historia de la Filosofía: Julián Marías.119 Hebreos: 04:12

120 Filipenses: 01:27

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Page 61: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

“Porque la palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos y penetra hasta dividir

119alma y espíritu”.“Y oiga las cosas que tienen que ver con ustedes, que están

120firmes en un mismo espíritu, con una misma alma...” (Negrillas nuestra)

En lo que respecta a la cultura latina, lingüística y filosóficamen-te también está claramente definida esta diferencia. Todo el ámbito intelectual de la cultura latina está influido por las diversas corrien-tes filosóficas griegas, principalmente por el neoplatonismo de Plotino y por la filosofía de Aristóteles, y por algunos aspectos del conocimiento oriental, entre los cuales se encuentra la doctrina del Traducianismo de las almas, consistente en que los niños al nacer, a parte de tener sus propias almas individuales, reciben parte de las almas de sus padres, lo cual no es posible respecto al espíritu en virtud de su carácter indivisible, por ser una substancia simple.

Desde el punto de vista lingüístico también encontramos la susodicha diferencia. En efecto, en la lengua latina encontramos el término “Spiritus” para designar al espíritu, y el término “Anima” para referirse al alma.

Veamos como se patentiza esta diferencia en algunos pensado-res latinos. Citemos de la obra de Étennie Gilson, Filosofía en la Edad Media, algunos pasajes de célebres personajes.

“Taciano descompone el alma en dos elementos: primero, lo que él llama Psyché, lo que en latín se llama animus, que es por lo demás material; la segunda parte es el espíritu o pneu-

60

ma, lo que en latín se llamará spiritus, que es la parte supe-rior del alma y es inmaterial y que constituye en el hombre la imagen y semejanza de Dios. En sí misma el alma no es más

que tinieblas, pero ha recibido del espíritu la luz y la vida”

Como se puede apreciar, Taciano repite casi literalmente la filo-sofía de Platón.

Macrobio, pagano de finales del siglo III, en sus comentarios a la obra de Cicerón: El Sueño de Escipión, señala una escala de los seres del bien, veamos:

“Tagathón que es la causa primera; el Nous (espíritu), que es nacido de la causa primera; y el alma, que es produci-da por el Nous. No confundamos el Nous con el alma por él producida”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Como se puede observar, Macrobio hace una clara diferencia entre alma y espíritu.

Aurelio Agustín (354-430), mejor conocido como San Agus-tín, connotado representante de la Iglesia cristiana, nos señala lo siguiente:

“El alma tiene un peso que la mueve y que la lleva (...) El hombre tiene que penetrar en la interioridad de su alma

121para encontrarse a sí mismo y consigo a Dios”

El peso a que se refiere Agustín es el espíritu, como parte del alma.

121 Historia de la Filosofía: Julián Marías.119 Hebreos: 04:12

120 Filipenses: 01:27

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EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

Page 62: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

Y cuando señala que el hombre tiene que introducirse en sí mismo para encontrar a Dios, está refiriéndose al Nous o espíritu, que es la parte divina y superior del alma, descrita por Platón en Fedro.

No citaremos más pensadores de este período porque todos diferenciaron entre alma y espíritu, pues todos ellos, como ya hemos señalado, recibieron la influencia de los clásicos griegos.

En la Época Moderna también encontramos que los grandes filósofos han diferenciado entre espíritu y alma. Citemos algunos de ellos.

Serreau Rene, nos dice de Hegel lo siguiente:

122“Hegel distingue entre alma y el espíritu ...”

Max Scheler (1875-1928), pensador influido por el Idea-lismo Alemán, sostuvo lo siguiente:

“Existe un Yo interior profundo no identificable con el 123Alma, aunque revelable a través de ella”.

(Subrayado nuestro)

Esta afirmación de Scheler es de capital importancia para el cono-cimiento humano, pues representa la síntesis de toda la sabiduría filosófico-antropológica que ha existido en el planeta tierra a través de todos los tiempos. Esta afirmación de Scheler de que existe un Yo interior profundo que se revela a través del alma, es el contenido del Nirvana brahmánico-budista; la Apocatástasis panton del Gnosticis-mo; la Entelequia aristotélica y el Aufhebung hegeliano. Figuras éstas que nos permiten comprender la afirmación bíblica “al final

seremos dioses”, y la “sublimación de los instintos” de que nos habla Sig-mund Freud en su profunda y maravillosa obra El Yo y el Ello.

El gran secreto de la sabiduría radica en el conocimiento de lo que en verdad es el ser humano, y ese secreto consiste en que dentro de él mora una parte de Dios: el espíritu envuelto en el alma; por eso fue que los sabios antiguos siempre dijeron “Conócete a ti mismo”. Esto lo comprendió muy bien Scheler, de allí que nos diga:

“El problema del Espíritu está ligado al de la esencia del hombre y tiene que ser explicado a través de una Antro-

124pología Filosófica”. (Negrillas nuestra)

Una visión muy acertada tenía Scheler, pues el Espiritismo como Antropología Filosófica Transcendental, es la doctrina que explica la naturaleza, origen, manifestación y destino de los espíritus.

También manifestó este pensador:

“Lo que distingue al hombre de los animales no es la memo-ria asociativa ni la inteligencia práctica, ni siquiera el Alma que es común a todos los entes, sino el Espíritu, el cual es la parte superior del psiquismo (...) "El Espíritu logra influir en el hombre sólo en cuanto se ponen a su servicio los impulsos naturales. El Espíritu dirige y canaliza la energía de los

125.impulsos instintivos”(Negrillas nuestra)

Obviamente Scheler también acusa la influencia platónica, pero

62 63

122 Hegel y el hegelianismo.

123 Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía.

124 Ob. cit.

125 Ob. cit.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

Page 63: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

Y cuando señala que el hombre tiene que introducirse en sí mismo para encontrar a Dios, está refiriéndose al Nous o espíritu, que es la parte divina y superior del alma, descrita por Platón en Fedro.

No citaremos más pensadores de este período porque todos diferenciaron entre alma y espíritu, pues todos ellos, como ya hemos señalado, recibieron la influencia de los clásicos griegos.

En la Época Moderna también encontramos que los grandes filósofos han diferenciado entre espíritu y alma. Citemos algunos de ellos.

Serreau Rene, nos dice de Hegel lo siguiente:

122“Hegel distingue entre alma y el espíritu ...”

Max Scheler (1875-1928), pensador influido por el Idea-lismo Alemán, sostuvo lo siguiente:

“Existe un Yo interior profundo no identificable con el 123Alma, aunque revelable a través de ella”.

(Subrayado nuestro)

Esta afirmación de Scheler es de capital importancia para el cono-cimiento humano, pues representa la síntesis de toda la sabiduría filosófico-antropológica que ha existido en el planeta tierra a través de todos los tiempos. Esta afirmación de Scheler de que existe un Yo interior profundo que se revela a través del alma, es el contenido del Nirvana brahmánico-budista; la Apocatástasis panton del Gnosticis-mo; la Entelequia aristotélica y el Aufhebung hegeliano. Figuras éstas que nos permiten comprender la afirmación bíblica “al final

seremos dioses”, y la “sublimación de los instintos” de que nos habla Sig-mund Freud en su profunda y maravillosa obra El Yo y el Ello.

El gran secreto de la sabiduría radica en el conocimiento de lo que en verdad es el ser humano, y ese secreto consiste en que dentro de él mora una parte de Dios: el espíritu envuelto en el alma; por eso fue que los sabios antiguos siempre dijeron “Conócete a ti mismo”. Esto lo comprendió muy bien Scheler, de allí que nos diga:

“El problema del Espíritu está ligado al de la esencia del hombre y tiene que ser explicado a través de una Antro-

124pología Filosófica”. (Negrillas nuestra)

Una visión muy acertada tenía Scheler, pues el Espiritismo como Antropología Filosófica Transcendental, es la doctrina que explica la naturaleza, origen, manifestación y destino de los espíritus.

También manifestó este pensador:

“Lo que distingue al hombre de los animales no es la memo-ria asociativa ni la inteligencia práctica, ni siquiera el Alma que es común a todos los entes, sino el Espíritu, el cual es la parte superior del psiquismo (...) "El Espíritu logra influir en el hombre sólo en cuanto se ponen a su servicio los impulsos naturales. El Espíritu dirige y canaliza la energía de los

125.impulsos instintivos”(Negrillas nuestra)

Obviamente Scheler también acusa la influencia platónica, pero

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122 Hegel y el hegelianismo.

123 Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía.

124 Ob. cit.

125 Ob. cit.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

Page 64: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

tiene grandes méritos porque aportó conocimientos que no esta-ban en Platón.

En conclusión, Espíritu y Alma son entidades diferentes en gra-dos esenciales y en funciones; mas no en su naturaleza originaria. Los espíritus “individualizados” están constituidos por partículas o chispas divinas y moran en las almas de los seres humanos y cuyas funciones esenciales están circunscritas a los actos inteligentes, racionales y volitivos; mientras que el Alma constituye una substan-cia heterogénea que además de estar presente en los seres humanos, también está en los minerales, en los vegetales y en los animales, los cuales no tienen espíritu, entendido éste como el ente razonador.

El alma en el hombre representa el compensador diferencial entre el espíritu y el cuerpo y es depositaria de los instintos, sensa-ciones, sentimientos, emociones y pasiones.

Con toda esta argumentación expuesta creemos que no hay lugar a dudas acerca de la diferencia que existe entre alma y espíritu.

Por otra parte, es de necesidad aclarar el error en que incurren algunas personas al creer que los animales razonan y que tienen espíritu. Si bien es cierto que todo es Espíritu, tenemos que tener presente que existe una clasificación del mismo. Según Hegel, el Espíritu se clasifica en: Espíritu Absoluto, Espíritu Subjetivo y Espíritu Objetivo; donde el Espíritu Absoluto es “Dios”; el Subje-tivo el espíritu humano; y el Objetivo, todas las cosas naturales y las obras de los hombres.

El pensador espiritista, Joaquín Trincado Matheo nos da una clasificación más específica: Espíritu Universal, Espíritus Huma-nos, Espíritus Naturales y Espíritus Elementales. Los Naturales y los Elementales determinan la vida de los animales, de las plantas y de los minerales. En la antigua India se conocieron a estos dos últimos como los “Elementales”, representados en los Gnomos.

En consecuencia, cuando se dice que los animales no tienen espí-ritu se está aludiendo a la esencia primera del Espíritu Universal, exclusiva de los seres humanos, que les confiere el carácter de seres pensantes, inteligentes, racionales y volitivos. De manera, que es una sandez creer que los animales piensan y razonan, ya que éstas son cualidades propias del hombre. Veamos opiniones autorizadas:

“Lo que distingue al hombre de los animales no es la memoria asociativa ni la inteligencia práctica, ni siquiera el Alma que es común a todos los entes, sino el Espíritu, el

126cual es la parte superior del psiquismo”

“Es el pensamiento, en efecto, quien distingue al hombre del animal, con el cual tiene en común la sensación y la afec-

127 tividad elemental”

Veamos la opinión del pensador espiritista Allan Kardec:

“... sería absurdo creer que un animal cualquiera pudiera ser la encarnación real de un espíritu. Los anima-les son siempre animales. Sólo la superstición puede hacer

128 creer que ciertos animales están animados por espíritus”

En conclusión, sin lugar a dudas se puede afirmar que los ani-males no tienen espíritu. Ellos se desenvuelven en una dimensión de una inteligencia limitada, en virtud de poseer el instinto de su

64 65

126 Max Scheler. Tomado de la Historia de la Filosofía de Julián Marías.

127 Hegel: La Enciclopedia, parágrafo Nº 400

128 Libro de Los Mediums, parágrafo Nº 30

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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tiene grandes méritos porque aportó conocimientos que no esta-ban en Platón.

En conclusión, Espíritu y Alma son entidades diferentes en gra-dos esenciales y en funciones; mas no en su naturaleza originaria. Los espíritus “individualizados” están constituidos por partículas o chispas divinas y moran en las almas de los seres humanos y cuyas funciones esenciales están circunscritas a los actos inteligentes, racionales y volitivos; mientras que el Alma constituye una substan-cia heterogénea que además de estar presente en los seres humanos, también está en los minerales, en los vegetales y en los animales, los cuales no tienen espíritu, entendido éste como el ente razonador.

El alma en el hombre representa el compensador diferencial entre el espíritu y el cuerpo y es depositaria de los instintos, sensa-ciones, sentimientos, emociones y pasiones.

Con toda esta argumentación expuesta creemos que no hay lugar a dudas acerca de la diferencia que existe entre alma y espíritu.

Por otra parte, es de necesidad aclarar el error en que incurren algunas personas al creer que los animales razonan y que tienen espíritu. Si bien es cierto que todo es Espíritu, tenemos que tener presente que existe una clasificación del mismo. Según Hegel, el Espíritu se clasifica en: Espíritu Absoluto, Espíritu Subjetivo y Espíritu Objetivo; donde el Espíritu Absoluto es “Dios”; el Subje-tivo el espíritu humano; y el Objetivo, todas las cosas naturales y las obras de los hombres.

El pensador espiritista, Joaquín Trincado Matheo nos da una clasificación más específica: Espíritu Universal, Espíritus Huma-nos, Espíritus Naturales y Espíritus Elementales. Los Naturales y los Elementales determinan la vida de los animales, de las plantas y de los minerales. En la antigua India se conocieron a estos dos últimos como los “Elementales”, representados en los Gnomos.

En consecuencia, cuando se dice que los animales no tienen espí-ritu se está aludiendo a la esencia primera del Espíritu Universal, exclusiva de los seres humanos, que les confiere el carácter de seres pensantes, inteligentes, racionales y volitivos. De manera, que es una sandez creer que los animales piensan y razonan, ya que éstas son cualidades propias del hombre. Veamos opiniones autorizadas:

“Lo que distingue al hombre de los animales no es la memoria asociativa ni la inteligencia práctica, ni siquiera el Alma que es común a todos los entes, sino el Espíritu, el

126cual es la parte superior del psiquismo”

“Es el pensamiento, en efecto, quien distingue al hombre del animal, con el cual tiene en común la sensación y la afec-

127 tividad elemental”

Veamos la opinión del pensador espiritista Allan Kardec:

“... sería absurdo creer que un animal cualquiera pudiera ser la encarnación real de un espíritu. Los anima-les son siempre animales. Sólo la superstición puede hacer

128 creer que ciertos animales están animados por espíritus”

En conclusión, sin lugar a dudas se puede afirmar que los ani-males no tienen espíritu. Ellos se desenvuelven en una dimensión de una inteligencia limitada, en virtud de poseer el instinto de su

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126 Max Scheler. Tomado de la Historia de la Filosofía de Julián Marías.

127 Hegel: La Enciclopedia, parágrafo Nº 400

128 Libro de Los Mediums, parágrafo Nº 30

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO IV

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especie, que es lo que los mueve y les da vida. Sólo tienen un grado de la Inteligencia Universal, mientras que el hombre, por poseer todos los instintos de la Naturaleza (Símbolo del Arca de Noé), posee todos los grados de inteligencia universal, más la inteligen-cia de la chispa divina que mora dentro de su ser, representada en su espíritu.

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CAPITULO IV

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CAPÍTULO V

PARADOJA ESPIRITISTA RESPECTOA LA DIFERENCIA ENTRE ALMA Y ESPÍRITU

“Si me entendéis, hablad como queráis”

-Jesús de Nazareth-

“El hombre que nace en una época está dentro de las creencias de ella, a pesar de sus

ideas particulares, y actúan en él mucho más que los supuestos vigentes del tiempo”

-Ortega y Gasset-

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69

L Espiritismo como doctrina es Uno y sus principios son 129Euniversales y necesarios . Cada autor que se aboque a la

investigación de ellos los aprehenderá de acuerdo con su nivel intelectual y a las circunstancias cognoscitivas y epistemológicas que impone el momento histórico que les toque vivir.

Las aprehensiones de los principios del Espiritismo que realizaron los dos principales autores de esta doctrina, Allan Kardec y Joaquín Trincado Matheo, no escapan a estas circunstancias apodícticas, de allí que sus interpretaciones doctrinales estén impregnadas del lógico matiz de su personalidad, así como de la influencia cognoscitiva del momento histórico que les tocó vivir.

En tal sentido, en lo que respecta a las concepciones de alma y espíritu, vamos a encontrar una especie de incongruencia entre ambos autores; debida, precisamente, a estas circunstancias históricas, tal como lo demostraremos a continuación.

En lo que concierne al pensador español Joaquín Trincado Matheo, cabe señalar que cronológicamente este autor es posterior a Allan Kardec y que su actuación doctrinal se desenvuelve en las primeras décadas del siglo XX, en el que existe una total libertad de pensamiento y en el que el conocimiento filosófico y científico es prolífico. Veamos sus concepciones de alma y espíritu.

En cuanto al Espíritu, nos dice:

“El espíritu es la esencia primera entre el Creador de la vida universal y la demostración de la vida de los cuerpos y las formas”.

“El Espíritu es la inteligencia ordenadora de todo el Universo”.

129 Condiciones sine qua non del conocimiento filosófico. Universales porque son valederos en

todas partes, y Necesarios porque no pueden ser de otra manera.

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L Espiritismo como doctrina es Uno y sus principios son 129Euniversales y necesarios . Cada autor que se aboque a la

investigación de ellos los aprehenderá de acuerdo con su nivel intelectual y a las circunstancias cognoscitivas y epistemológicas que impone el momento histórico que les toque vivir.

Las aprehensiones de los principios del Espiritismo que realizaron los dos principales autores de esta doctrina, Allan Kardec y Joaquín Trincado Matheo, no escapan a estas circunstancias apodícticas, de allí que sus interpretaciones doctrinales estén impregnadas del lógico matiz de su personalidad, así como de la influencia cognoscitiva del momento histórico que les tocó vivir.

En tal sentido, en lo que respecta a las concepciones de alma y espíritu, vamos a encontrar una especie de incongruencia entre ambos autores; debida, precisamente, a estas circunstancias históricas, tal como lo demostraremos a continuación.

En lo que concierne al pensador español Joaquín Trincado Matheo, cabe señalar que cronológicamente este autor es posterior a Allan Kardec y que su actuación doctrinal se desenvuelve en las primeras décadas del siglo XX, en el que existe una total libertad de pensamiento y en el que el conocimiento filosófico y científico es prolífico. Veamos sus concepciones de alma y espíritu.

En cuanto al Espíritu, nos dice:

“El espíritu es la esencia primera entre el Creador de la vida universal y la demostración de la vida de los cuerpos y las formas”.

“El Espíritu es la inteligencia ordenadora de todo el Universo”.

129 Condiciones sine qua non del conocimiento filosófico. Universales porque son valederos en

todas partes, y Necesarios porque no pueden ser de otra manera.

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“El espíritu procede directamente del Creador; y es parte 130del Creador con Él y en Él”.

Sin pretender quitarle méritos a este pensador, estas concepciones ya estaban en Oriente, en Grecia y aun en la filosofía Moderna y Contemporánea; de manera que Joaquín Trincado no podía decir otra cosa, ya que eso es el Espíritu y lo seguirá siendo. Pero el gran mérito de este eximio pensador está en lo siguiente:

“Demasiado grande es este trago (...) he dicho y así es, que el espíritu procede del Creador directamente y aquí os digo que es de su misma naturaleza; que es consubstancial y coeterno con Él y en Él, en ser y tiempo”

“Es pues, el espíritu, anublado o en luz; en estado libre o encarnado en un cuerpo, el primer efecto de la Causa Única; y por su destino, la primera causa en la creación y causa de todos los efectos del Universo (...) y por tanto, es el mismo Creador; porque su naturaleza es la misma del Creador”.

“¡Y busca el hombre al Creador, a su causa, fuera de sí mismo, radicando en él en parte y por entero! (...) Conócete a ti mismo hombre y conocerás al Creador en tu mismo ser; y

131conociéndote a ti, conocerás la causa, el Efecto y el Universo”“... el hombre, sin excepción, es la metafísica universal,

porque en sus tres entidades de cuerpo, alma y espíritu, es el 132universo completo y entero, sin que en él falte el Creador”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Como bien dice este preclaro hombre, es un trago demasiado grande, pues esta síntesis refleja profunda sabiduría que si bien ya los antiguos profetas, filósofos y pensadores lo habían plasmado en mitos y parábolas, no obstante son muy pocos los filósofos y teólogos modernos que lo han planteado de esta manera, pues para ello se necesita tener un profundo conocimiento de la naturaleza

133humana y, sobre todo, no tener ningún tipo de prejuicios . Con esta afirmación de Joaquín Trincado Matheo, de que el

“Creador” radica en el hombre en parte y por entero, podemos entender muy claramente las siguientes máximas:

“En aquel día entenderás que yo estoy en el 134 Padre, vosotros en mi y yo en vosotros”

135 “¿No está escrito en vuestra Ley: ́ Yo dije dioses sois'?” 136 “El Logos gusta de ocultarse, está lejos y está cerca”

137“El hombre es un ser infinito-finito”

Veamos ahora que nos dice respecto al alma.Sostiene Trincado que el alma humana es una substancia material

quintaesencial, constituida por los instintos de los tres reinos de la Naturaleza, en la cual se envuelve el espíritu para poder tomar “individualidad”, y es depositaria de todas nuestras experiencias, conocimientos, sentimientos y pasiones y que actúa como intermediaria entre el espíritu y el cuerpo material.

130 Citas extractadas de su obra Conócete a ti Mismo.

131 Conócete a ti Mismo, Párrafo III, Naturaleza del Espíritu.

132 Filosofía Austera Racional.

133 Como es obvio, es condición sine qua non tener muy claro la diferencia que existe entre alma y

espíritu, porque sino es imposible el conocimiento de sí mismo, mucho menos aprehender una idea

de Dios.

134 Jesús de Nazareth (Jn. 14:20)

135 Jesús de Nazareth (Jn. 10:34)

136 Heráclito (Ángel Cappelletti, Fragmentos de Heráclito).

137 Hegel: Fenomenología del Espíritu.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

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“El espíritu procede directamente del Creador; y es parte 130del Creador con Él y en Él”.

Sin pretender quitarle méritos a este pensador, estas concepciones ya estaban en Oriente, en Grecia y aun en la filosofía Moderna y Contemporánea; de manera que Joaquín Trincado no podía decir otra cosa, ya que eso es el Espíritu y lo seguirá siendo. Pero el gran mérito de este eximio pensador está en lo siguiente:

“Demasiado grande es este trago (...) he dicho y así es, que el espíritu procede del Creador directamente y aquí os digo que es de su misma naturaleza; que es consubstancial y coeterno con Él y en Él, en ser y tiempo”

“Es pues, el espíritu, anublado o en luz; en estado libre o encarnado en un cuerpo, el primer efecto de la Causa Única; y por su destino, la primera causa en la creación y causa de todos los efectos del Universo (...) y por tanto, es el mismo Creador; porque su naturaleza es la misma del Creador”.

“¡Y busca el hombre al Creador, a su causa, fuera de sí mismo, radicando en él en parte y por entero! (...) Conócete a ti mismo hombre y conocerás al Creador en tu mismo ser; y

131conociéndote a ti, conocerás la causa, el Efecto y el Universo”“... el hombre, sin excepción, es la metafísica universal,

porque en sus tres entidades de cuerpo, alma y espíritu, es el 132universo completo y entero, sin que en él falte el Creador”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Como bien dice este preclaro hombre, es un trago demasiado grande, pues esta síntesis refleja profunda sabiduría que si bien ya los antiguos profetas, filósofos y pensadores lo habían plasmado en mitos y parábolas, no obstante son muy pocos los filósofos y teólogos modernos que lo han planteado de esta manera, pues para ello se necesita tener un profundo conocimiento de la naturaleza

133humana y, sobre todo, no tener ningún tipo de prejuicios . Con esta afirmación de Joaquín Trincado Matheo, de que el

“Creador” radica en el hombre en parte y por entero, podemos entender muy claramente las siguientes máximas:

“En aquel día entenderás que yo estoy en el 134 Padre, vosotros en mi y yo en vosotros”

135 “¿No está escrito en vuestra Ley: ́ Yo dije dioses sois'?” 136 “El Logos gusta de ocultarse, está lejos y está cerca”

137“El hombre es un ser infinito-finito”

Veamos ahora que nos dice respecto al alma.Sostiene Trincado que el alma humana es una substancia material

quintaesencial, constituida por los instintos de los tres reinos de la Naturaleza, en la cual se envuelve el espíritu para poder tomar “individualidad”, y es depositaria de todas nuestras experiencias, conocimientos, sentimientos y pasiones y que actúa como intermediaria entre el espíritu y el cuerpo material.

130 Citas extractadas de su obra Conócete a ti Mismo.

131 Conócete a ti Mismo, Párrafo III, Naturaleza del Espíritu.

132 Filosofía Austera Racional.

133 Como es obvio, es condición sine qua non tener muy claro la diferencia que existe entre alma y

espíritu, porque sino es imposible el conocimiento de sí mismo, mucho menos aprehender una idea

de Dios.

134 Jesús de Nazareth (Jn. 14:20)

135 Jesús de Nazareth (Jn. 10:34)

136 Heráclito (Ángel Cappelletti, Fragmentos de Heráclito).

137 Hegel: Fenomenología del Espíritu.

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Como es obvio, Joaquín Trincado muestra un ostensible conocimiento de los clásicos griegos, así como de la filosofía Moderna y Contemporánea, de allí su clara distinción entre alma y

138espíritu.Ahora veamos las concepciones del otro connotado espiritista,

Allan Kardec.Este autor se desenvuelve en un momento histórico totalmente

diferente al que le tocó vivir a Joaquín Trincado Matheo, pues para su época no había mucha libertad de pensamiento y, aun cuando ya no existía la “Santa” Inquisición, sin embargo se continuaba la persecución y encarcelación de los intelectuales que se oponían a los vetustos paradigmas dogmáticos que anquilosaban el pensamiento. Asimismo no era muy común el acceso a las obras de los clásicos griegos, ni siquiera aun a las obras de los pensadores del Idealismo alemán, salvo las de Hegel que era la influencia intelectual dominante que tenía embelesado a todo el ámbito intelectual de la comunidad europea.

Bien, veamos las concepciones de alma y espíritu en Allan Kardec. En primer lugar, hay que señalar que el filósofo de Lyon no hace

diferencia alguna entre alma y espíritu porque considera que ambas entidades son la misma cosa. Como es obvio, esta identidad sostenida por Kardec colide con el conocimiento filosófico universal y aun con el religioso, pues en estos ámbitos, como bien lo hemos demostrado, se establece una inteligible diferencia entre ambas entidades. Pero si bien Allan Kardec establece esta identidad o sinonimia entre alma y espíritu, no obstante introduce el término “Periespíritu” para designar con él lo que la tradición histórico-filosófico-religiosa ha denominado “Alma”. De manera que con la figura del Periespíritu

queda salvada esta problemática, ya que las características que Kardec atribuye a éste son las mismas que corresponden a lo que tradicionalmente se ha llamado alma. Más adelante profundizaremos un poco sobre la concepción del periespíritu.

Realmente, conocer el alma no es nada sencillo, pues, en primer lugar, hay que solventar los problemas lingüísticos que han impedido la aprehensión de su verdadera etimología y, en segundo lugar, hay que superar los errores de las concepciones dogmáticas del ámbito religioso, y aun del filosófico, que han impedido la captación cognoscitiva de su verdadera naturaleza. En consecuencia, para poder tener una clara y racional concepción del alma no queda otra alternativa que sumirse en el ámbito filosófico.

El conocimiento del alma es fundamental para los seres humanos, pues constituye la piedra angular que nos conduce al conocimiento de sí mismo y, por ende, al conocimiento de Dios; así como al

139 conocimiento de las causas que originan los males sociales.Allan Kardec estaba al tanto de la problemática que constituye la

aprehensión de la concepción del alma y en virtud de ello, en la Introducción de su obra “El Libro de los Espíritus”, efectuó una importante exposición acerca de las dificultades anfibológicas que presenta dicho término, al cual le atribuye una importancia capital para la comprensión de la doctrina moral. Citemos:

“... Existe otra palabra sobre la cual es igualmente importante que nos entendamos, porque es una de las llaves maestras de toda la doctrina moral y porque es causa de numerosas controversias por carecer de una acepción bien

138 Esto se puede corroborar en su obra: Filosofía Austera Racional, donde efectúa un análisis

crítico de toda la historia de la filosofía, tanto oriental como occidental.

139 Platón en la República había planteado muy claramente que la sociedad tiene las mismas partes

que tiene el alma humana y que para lograr una sociedad justa es indispensable que cada estrato

social tiene que hacer lo que le corresponde; pero el hombre en su ignorancia llamó a esto utopía.

Justamente por su desconocimiento del alma y, de allí, las causas de nuestros males sociales.

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Como es obvio, Joaquín Trincado muestra un ostensible conocimiento de los clásicos griegos, así como de la filosofía Moderna y Contemporánea, de allí su clara distinción entre alma y

138espíritu.Ahora veamos las concepciones del otro connotado espiritista,

Allan Kardec.Este autor se desenvuelve en un momento histórico totalmente

diferente al que le tocó vivir a Joaquín Trincado Matheo, pues para su época no había mucha libertad de pensamiento y, aun cuando ya no existía la “Santa” Inquisición, sin embargo se continuaba la persecución y encarcelación de los intelectuales que se oponían a los vetustos paradigmas dogmáticos que anquilosaban el pensamiento. Asimismo no era muy común el acceso a las obras de los clásicos griegos, ni siquiera aun a las obras de los pensadores del Idealismo alemán, salvo las de Hegel que era la influencia intelectual dominante que tenía embelesado a todo el ámbito intelectual de la comunidad europea.

Bien, veamos las concepciones de alma y espíritu en Allan Kardec. En primer lugar, hay que señalar que el filósofo de Lyon no hace

diferencia alguna entre alma y espíritu porque considera que ambas entidades son la misma cosa. Como es obvio, esta identidad sostenida por Kardec colide con el conocimiento filosófico universal y aun con el religioso, pues en estos ámbitos, como bien lo hemos demostrado, se establece una inteligible diferencia entre ambas entidades. Pero si bien Allan Kardec establece esta identidad o sinonimia entre alma y espíritu, no obstante introduce el término “Periespíritu” para designar con él lo que la tradición histórico-filosófico-religiosa ha denominado “Alma”. De manera que con la figura del Periespíritu

queda salvada esta problemática, ya que las características que Kardec atribuye a éste son las mismas que corresponden a lo que tradicionalmente se ha llamado alma. Más adelante profundizaremos un poco sobre la concepción del periespíritu.

Realmente, conocer el alma no es nada sencillo, pues, en primer lugar, hay que solventar los problemas lingüísticos que han impedido la aprehensión de su verdadera etimología y, en segundo lugar, hay que superar los errores de las concepciones dogmáticas del ámbito religioso, y aun del filosófico, que han impedido la captación cognoscitiva de su verdadera naturaleza. En consecuencia, para poder tener una clara y racional concepción del alma no queda otra alternativa que sumirse en el ámbito filosófico.

El conocimiento del alma es fundamental para los seres humanos, pues constituye la piedra angular que nos conduce al conocimiento de sí mismo y, por ende, al conocimiento de Dios; así como al

139 conocimiento de las causas que originan los males sociales.Allan Kardec estaba al tanto de la problemática que constituye la

aprehensión de la concepción del alma y en virtud de ello, en la Introducción de su obra “El Libro de los Espíritus”, efectuó una importante exposición acerca de las dificultades anfibológicas que presenta dicho término, al cual le atribuye una importancia capital para la comprensión de la doctrina moral. Citemos:

“... Existe otra palabra sobre la cual es igualmente importante que nos entendamos, porque es una de las llaves maestras de toda la doctrina moral y porque es causa de numerosas controversias por carecer de una acepción bien

138 Esto se puede corroborar en su obra: Filosofía Austera Racional, donde efectúa un análisis

crítico de toda la historia de la filosofía, tanto oriental como occidental.

139 Platón en la República había planteado muy claramente que la sociedad tiene las mismas partes

que tiene el alma humana y que para lograr una sociedad justa es indispensable que cada estrato

social tiene que hacer lo que le corresponde; pero el hombre en su ignorancia llamó a esto utopía.

Justamente por su desconocimiento del alma y, de allí, las causas de nuestros males sociales.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

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74

precisa; tal es la palabra alma...” (Negrillas nuestra)

En este texto claramente podemos ponderar la gran importancia que Kardec atribuye al conocimiento del alma que debemos tener los seres humanos, pues lo considera como una de las “llaves maestras” para poder entender la doctrina moral. Realmente consideramos que esto es así y aún agregamos más, pues estamos disuadidos que sin el conocimiento de lo que es el alma el hombre no puede conocerse a sí mismo, mucho menos aprehender una idea de “Dios”. Tampoco podría alcanzar su libertad ni amar al prójimo, como había señalado Jesús de Nazareth. De allí que el conocimiento del alma sea un imperativo categórico, una necesidad impretermitible y perentoria para poder comprender que Dios mora en cada uno de los seres humanos y en toda la Naturaleza. Así lo concebía uno de los grandes genios de la humanidad: Platón. Veamos.

“Al prescribirse el conocimiento de sí mismo, lo que se nos ordena es el conocimiento de nuestra alma (...) Hay en el alma una parte divina que es donde se encuentra el entendimiento y la razón; quien la mira y descubre en ella todo ese carácter sobrehumano, un dios y una inteligencia, bien puede decirse que tanto mejor se conoce a sí mismo (...) Una vez sabido lo que es el Ser, al parecer nos conoceremos a nosotros mismos (...) No sería posible que conociésemos lo que nos conviene a nosotros si no nos conocemos a nosotros mismos (...) El que se conoce a sí

140 mismo es feliz, y el que es feliz es sabio y bueno” (Negrillas nuestra)

Como se puede observar, el gran secreto de la sabiduría es el 141conocimiento de nuestra alma para poder alcanzar la felicidad.

En la Introducción del Libro de los Espíritus, a la que nos hemos referido, Allan Kardec plantea que las dificultades para concebir el alma están en función de un problema lingüístico por no tener el lenguaje una palabra adecuada para cada idea, “por carecer de una acepción bien precisa”.

Evidentemente el Maestro incurre en un error, pues ya hemos demostrado fehacientemente que tanto desde el punto de vista lingüístico, así como del cognitivo-epistemológico, sí existe precisión conceptual para designar tanto al alma como al espíritu. Tal afirmación equívoca estamos seguro se debe a las influencias cognoscitivas del momento histórico que le tocó vivir a este preclaro maestro, en el que al parecer no era usual el conocimiento

142de los clásicos griegos. Por otra parte, los conceptos emitidos en El Libro de los Espíritus no

necesariamente se pueden atribuir taxativamente a Allan Kardec, ya que dicho libro ha sido dictado o revelado por los espíritus, y éstos tampoco están exentos de limitaciones. De manera que los posibles errores, así como los aciertos del mismo, no se sabría a ciencia cierta a quien atribuírselos. De hecho, en la citada obra se pude observar que en ciertas ocasiones las revelaciones que hacen los espíritus no son muy claras que digamos, motivo por el cual Kardec tiene que intervenir para interpretar y aclarar ciertas ideas.

Que el Libro de los Espíritus constituye una revelación de los espíritus es una afirmación que encontramos en su propio texto.

75

141 La palabra felicidad es la traducción del vocablo griego “eudaimonía” (eu, buen; y daimonio,

espíritu), cuya traducción literal es “tener un buen espíritu”; es decir, haber actualizado la chispa

divina que llevamos dentro.

142 Desde los primeros siglos de nuestra Era, hasta la Alta Edad Media, la Iglesia combatió y

proscribió la filosofía griega y quemó bibliotecas para impedir la difusión de la sabiduría helénica.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

140 Alcibíades. Obras Completas de Platón. Editorial Aguilar (131c/135b)

Page 75: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

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precisa; tal es la palabra alma...” (Negrillas nuestra)

En este texto claramente podemos ponderar la gran importancia que Kardec atribuye al conocimiento del alma que debemos tener los seres humanos, pues lo considera como una de las “llaves maestras” para poder entender la doctrina moral. Realmente consideramos que esto es así y aún agregamos más, pues estamos disuadidos que sin el conocimiento de lo que es el alma el hombre no puede conocerse a sí mismo, mucho menos aprehender una idea de “Dios”. Tampoco podría alcanzar su libertad ni amar al prójimo, como había señalado Jesús de Nazareth. De allí que el conocimiento del alma sea un imperativo categórico, una necesidad impretermitible y perentoria para poder comprender que Dios mora en cada uno de los seres humanos y en toda la Naturaleza. Así lo concebía uno de los grandes genios de la humanidad: Platón. Veamos.

“Al prescribirse el conocimiento de sí mismo, lo que se nos ordena es el conocimiento de nuestra alma (...) Hay en el alma una parte divina que es donde se encuentra el entendimiento y la razón; quien la mira y descubre en ella todo ese carácter sobrehumano, un dios y una inteligencia, bien puede decirse que tanto mejor se conoce a sí mismo (...) Una vez sabido lo que es el Ser, al parecer nos conoceremos a nosotros mismos (...) No sería posible que conociésemos lo que nos conviene a nosotros si no nos conocemos a nosotros mismos (...) El que se conoce a sí

140 mismo es feliz, y el que es feliz es sabio y bueno” (Negrillas nuestra)

Como se puede observar, el gran secreto de la sabiduría es el 141conocimiento de nuestra alma para poder alcanzar la felicidad.

En la Introducción del Libro de los Espíritus, a la que nos hemos referido, Allan Kardec plantea que las dificultades para concebir el alma están en función de un problema lingüístico por no tener el lenguaje una palabra adecuada para cada idea, “por carecer de una acepción bien precisa”.

Evidentemente el Maestro incurre en un error, pues ya hemos demostrado fehacientemente que tanto desde el punto de vista lingüístico, así como del cognitivo-epistemológico, sí existe precisión conceptual para designar tanto al alma como al espíritu. Tal afirmación equívoca estamos seguro se debe a las influencias cognoscitivas del momento histórico que le tocó vivir a este preclaro maestro, en el que al parecer no era usual el conocimiento

142de los clásicos griegos. Por otra parte, los conceptos emitidos en El Libro de los Espíritus no

necesariamente se pueden atribuir taxativamente a Allan Kardec, ya que dicho libro ha sido dictado o revelado por los espíritus, y éstos tampoco están exentos de limitaciones. De manera que los posibles errores, así como los aciertos del mismo, no se sabría a ciencia cierta a quien atribuírselos. De hecho, en la citada obra se pude observar que en ciertas ocasiones las revelaciones que hacen los espíritus no son muy claras que digamos, motivo por el cual Kardec tiene que intervenir para interpretar y aclarar ciertas ideas.

Que el Libro de los Espíritus constituye una revelación de los espíritus es una afirmación que encontramos en su propio texto.

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141 La palabra felicidad es la traducción del vocablo griego “eudaimonía” (eu, buen; y daimonio,

espíritu), cuya traducción literal es “tener un buen espíritu”; es decir, haber actualizado la chispa

divina que llevamos dentro.

142 Desde los primeros siglos de nuestra Era, hasta la Alta Edad Media, la Iglesia combatió y

proscribió la filosofía griega y quemó bibliotecas para impedir la difusión de la sabiduría helénica.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

140 Alcibíades. Obras Completas de Platón. Editorial Aguilar (131c/135b)

Page 76: Germán G. Bravo Machado · pal en las concepciones de los connotados filósofos o pensadores citados por Bravo Machado, es una aseveración de éste que cada vez más se acredita

Veamos:

“... Este libro es la recopilación de sus enseñanzas. Ha sido 143 dictado y escrito por orden de los espíritus superiores...”

(Negrillas nuestra)

Si bien los espíritus superiores se caracterizan por su alta sabiduría y moralidad, ello no quiere decir que al revelar sus conocimientos a los encarnados no puedan incurrir en equívocos, debido, precisamente a las limitaciones lingüísticas y cognitivas del momento histórico en que los están revelando, así como a las cualidades intelectuales y morales del médium que recibe la revelación, ya que si éste no tiene una cultura y moral eficiente, dificulta la comprensión de la

144 revelación. De manera que El Libro de los Espíritus acusa las influencias del

difícil momento histórico en que vio la luz. En la citada obra, en su Capítulo Primero, De Los Espíritus, se

dice lo siguiente:

“¿Qué definición puede darse de los espíritus? R: Puede decirse que los espíritus son los seres inteligentes

145de la creación”.

Esta definición de Espíritu no presenta dificultad alguna, pues la misma está fundada en su origen etimológico, en el concepto griego Nous, que significa Inteligencia. Veamos ahora el concepto de Alma:

76

“¿Qué es el alma? R: Un espíritu encarnado. ¿Qué era el alma antes de unirse al cuerpo? R: Espíritu. Las almas y los espíritus ¿son, pues, una misma cosa?

146R: Sí, puesto que las almas no son más que espíritus”. (Subrayado nuestro)

Como se puede observar, esta respuesta del espíritu revelador aparentemente es bastante confusa, ya que al establecer una identidad tajante entre espíritu y alma, podría entenderse como una contraposición con el conocimiento filosófico ancestral, clásico y moderno, y aun con el religioso, que establece una clara diferencia entre ambas entidades, tal como lo hemos demostrado en este trabajo.

Pero si analizamos un poco, podremos observar que no existe contraposición alguna, se trata simplemente de un problema anfibológico que está claramente expuesto y dilucidado por Allan Kardec en el parágrafo N° 139 de la citada obra, complementado con la concepción de Periespíritu que este autor introduce para denominar así a lo que la tradición filosófico-religiosa ha llamado alma.

Antes de entrar a analizar el concepto de Periespíritu, primero desentrañemos la afirmación: “el alma no es más que un espíritu encarnado”, ya que esta expresión es de capital importancia para la cabal interpretación de la esencia de la doctrina de Allan Kardec.

Esta expresión representa el momento ontológico en que el espíritu en el acto de la emanación se “individualiza” de “El Todo” para envolverse en el periespíritu o alma. Así lo habían señalado

77

143 Texto extractado de los Prolegómenos, p. 43, de la citada obra.

144 Aún en pleno siglo XXI una persona dotada de la facultad de la videncia ve una aparición

luminosa y, en virtud de su desconocimiento de la materia, la denomina Santo o Virgen. Y si llegase

ver a Jesús de Nazareth, diría que vio a Dios.

145 Ob. Cit., parágrafo N° 76.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

146 El Libro de Los Espíritus, parágrafo N° 134.

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Veamos:

“... Este libro es la recopilación de sus enseñanzas. Ha sido 143 dictado y escrito por orden de los espíritus superiores...”

(Negrillas nuestra)

Si bien los espíritus superiores se caracterizan por su alta sabiduría y moralidad, ello no quiere decir que al revelar sus conocimientos a los encarnados no puedan incurrir en equívocos, debido, precisamente a las limitaciones lingüísticas y cognitivas del momento histórico en que los están revelando, así como a las cualidades intelectuales y morales del médium que recibe la revelación, ya que si éste no tiene una cultura y moral eficiente, dificulta la comprensión de la

144 revelación. De manera que El Libro de los Espíritus acusa las influencias del

difícil momento histórico en que vio la luz. En la citada obra, en su Capítulo Primero, De Los Espíritus, se

dice lo siguiente:

“¿Qué definición puede darse de los espíritus? R: Puede decirse que los espíritus son los seres inteligentes

145de la creación”.

Esta definición de Espíritu no presenta dificultad alguna, pues la misma está fundada en su origen etimológico, en el concepto griego Nous, que significa Inteligencia. Veamos ahora el concepto de Alma:

76

“¿Qué es el alma? R: Un espíritu encarnado. ¿Qué era el alma antes de unirse al cuerpo? R: Espíritu. Las almas y los espíritus ¿son, pues, una misma cosa?

146R: Sí, puesto que las almas no son más que espíritus”. (Subrayado nuestro)

Como se puede observar, esta respuesta del espíritu revelador aparentemente es bastante confusa, ya que al establecer una identidad tajante entre espíritu y alma, podría entenderse como una contraposición con el conocimiento filosófico ancestral, clásico y moderno, y aun con el religioso, que establece una clara diferencia entre ambas entidades, tal como lo hemos demostrado en este trabajo.

Pero si analizamos un poco, podremos observar que no existe contraposición alguna, se trata simplemente de un problema anfibológico que está claramente expuesto y dilucidado por Allan Kardec en el parágrafo N° 139 de la citada obra, complementado con la concepción de Periespíritu que este autor introduce para denominar así a lo que la tradición filosófico-religiosa ha llamado alma.

Antes de entrar a analizar el concepto de Periespíritu, primero desentrañemos la afirmación: “el alma no es más que un espíritu encarnado”, ya que esta expresión es de capital importancia para la cabal interpretación de la esencia de la doctrina de Allan Kardec.

Esta expresión representa el momento ontológico en que el espíritu en el acto de la emanación se “individualiza” de “El Todo” para envolverse en el periespíritu o alma. Así lo habían señalado

77

143 Texto extractado de los Prolegómenos, p. 43, de la citada obra.

144 Aún en pleno siglo XXI una persona dotada de la facultad de la videncia ve una aparición

luminosa y, en virtud de su desconocimiento de la materia, la denomina Santo o Virgen. Y si llegase

ver a Jesús de Nazareth, diría que vio a Dios.

145 Ob. Cit., parágrafo N° 76.

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

146 El Libro de Los Espíritus, parágrafo N° 134.

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Kapila y Patanjali hace muchos siglos atrás en la India:

“Purusha (espíritu) está envuelto en un cuerpo de materia sutil llamado linga sharira (prakriti o alma), quedando purusha en el centro del alma”.

“El Yo es Purusha o espíritu envuelto en los tattvas o 147 principios semimateriales”

¿Contravendrá esta interpretación nuestra el pensamiento del maestro Kardec? Veamos su opinión al respecto:

“La palabra alma se emplea para expresar cosas muy diferentes. Llaman así unos al principio de la vida, y es

exacto decir en esta acepción y figuradamente, que el alma es una chispa anímica emanada del gran todo. Estas últimas palabras expresan el origen universal del principio vital del que absorbe una parte cada ser, parte que vuelve a la masa, después de la muerte. Esta idea no excluye en manera alguna la de un ser moral distinto, independiente de la materia y que conserva su individualidad (...) y en esta acepción puede decirse que el alma es un espíritu encarnado (...) a vosotros os toca formular vuestro lenguaje (...) Vuestras disputas proceden casi siempre de que no estáis

148conformes en el significado de las palabras ...” (Negrillas y subrayado nuestro)

Este texto es fundamental no sólo para la cabal interpretación del pensamiento kardeciano, sino para Espiritismo en general,

pues el mismo constituye el factor de conexión entre los dos autores fundamentales de la doctrina del Espiritismo, Allan Kardec y Joaquín Trincado Matheo, y demuestra asimismo la unicidad doctrinal que existe entre ellos, lo cual no podría dejar de

149ser así, ya que el Espiritismo es Uno y sus principios los mismos. Por otra parte, nótese que en la respuesta se hace énfasis al

problema anfibológico, que en definitiva es lo que dificulta la clara diferenciación entre alma y espíritu, tal como ya lo hemos señalado con anterioridad.

Por otra parte, en este relevante texto se menciona la teoría emanatista, lo cual es muy importante, ya que algunos seguidores suyo la descartan como proceso genésico del espíritu. Veamos que nos dice al respecto El Libro de los Espíritus:

“Ciertos espíritus, y antes que ellos, ciertos filósofos han definido el alma como 'una chispa anímica emanada del gran Todo' ¿Cómo se explica esta contradicción?”

R: “No existe contradicción, y depende aquella de la acepción en que se tomen las palabras ¿Por qué no tenéis

150una palabra especial para cada cosa?” “Un hecho patente domina todas las hipótesis: vemos

materia que no es inteligente y un principio inteligente independiente de la materia. El origen y conexión de estas dos cosas nos son desconocidos. Que tengan o no un origen común y puntos de contacto necesarios; que la inteligencia tenga existencia propia o que sea una propiedad, un efecto;

147 Yogi Ramacharaka, Filosofías y Religiones de la India.

148 El Libro de los Espíritus, parágrafo N° 139.

78 79

149 Algunos dirigentes “espiritistas” han establecido una marcada rivalidad entre estos dos

autores, ocasionando un grave perjuicio a la doctrina del Espiritismo.

150 Ibd. parágrafo N° 139

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

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Kapila y Patanjali hace muchos siglos atrás en la India:

“Purusha (espíritu) está envuelto en un cuerpo de materia sutil llamado linga sharira (prakriti o alma), quedando purusha en el centro del alma”.

“El Yo es Purusha o espíritu envuelto en los tattvas o 147 principios semimateriales”

¿Contravendrá esta interpretación nuestra el pensamiento del maestro Kardec? Veamos su opinión al respecto:

“La palabra alma se emplea para expresar cosas muy diferentes. Llaman así unos al principio de la vida, y es

exacto decir en esta acepción y figuradamente, que el alma es una chispa anímica emanada del gran todo. Estas últimas palabras expresan el origen universal del principio vital del que absorbe una parte cada ser, parte que vuelve a la masa, después de la muerte. Esta idea no excluye en manera alguna la de un ser moral distinto, independiente de la materia y que conserva su individualidad (...) y en esta acepción puede decirse que el alma es un espíritu encarnado (...) a vosotros os toca formular vuestro lenguaje (...) Vuestras disputas proceden casi siempre de que no estáis

148conformes en el significado de las palabras ...” (Negrillas y subrayado nuestro)

Este texto es fundamental no sólo para la cabal interpretación del pensamiento kardeciano, sino para Espiritismo en general,

pues el mismo constituye el factor de conexión entre los dos autores fundamentales de la doctrina del Espiritismo, Allan Kardec y Joaquín Trincado Matheo, y demuestra asimismo la unicidad doctrinal que existe entre ellos, lo cual no podría dejar de

149ser así, ya que el Espiritismo es Uno y sus principios los mismos. Por otra parte, nótese que en la respuesta se hace énfasis al

problema anfibológico, que en definitiva es lo que dificulta la clara diferenciación entre alma y espíritu, tal como ya lo hemos señalado con anterioridad.

Por otra parte, en este relevante texto se menciona la teoría emanatista, lo cual es muy importante, ya que algunos seguidores suyo la descartan como proceso genésico del espíritu. Veamos que nos dice al respecto El Libro de los Espíritus:

“Ciertos espíritus, y antes que ellos, ciertos filósofos han definido el alma como 'una chispa anímica emanada del gran Todo' ¿Cómo se explica esta contradicción?”

R: “No existe contradicción, y depende aquella de la acepción en que se tomen las palabras ¿Por qué no tenéis

150una palabra especial para cada cosa?” “Un hecho patente domina todas las hipótesis: vemos

materia que no es inteligente y un principio inteligente independiente de la materia. El origen y conexión de estas dos cosas nos son desconocidos. Que tengan o no un origen común y puntos de contacto necesarios; que la inteligencia tenga existencia propia o que sea una propiedad, un efecto;

147 Yogi Ramacharaka, Filosofías y Religiones de la India.

148 El Libro de los Espíritus, parágrafo N° 139.

78 79

149 Algunos dirigentes “espiritistas” han establecido una marcada rivalidad entre estos dos

autores, ocasionando un grave perjuicio a la doctrina del Espiritismo.

150 Ibd. parágrafo N° 139

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

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que, según opinión de algunos, una emanación de la 151 Divinidad, lo ignoramos”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Con estas categóricas respuestas, pensamos que se abre la posibilidad cognoscitiva de dar solución hermenéutica a la problemática anfibológica de la diferenciación entre alma y espíritu; pero el problema no termina aquí, la cosa no es tan sencilla como parece, pues la concepción emanatista no es tan fácil de aprehender; pero este tema no lo trataremos aquí porque ya lo hemos hecho en nuestra obra La Verdad Histórica de la Idea de Dios.

Ahora aclaremos un poco el concepto Periespíritu.Si bien el término Periespíritu lingüísticamente no presenta

ninguna dificultad para denotar que es lo que rodea al espíritu humano, no obstante el mismo resulta limitado a los efectos de determinar qué es lo que rodea a los animales, plantas y cosas en general, que al tener forma indica que también están rodeadas de algo, que la tradición ha denominado “alma”.

De acuerdo con la etimología del vocablo Periespíritu (peri, alrededor; y espíritu), su función es rodear al espíritu humano ¿Y que es lo que rodea, entonces, a los animales, plantas y cosas en general, que también tienen forma?. He aquí la dificultad de este término, que al parecer deja de ser un problema lingüístico para convertirse en un problema gnoseológico. En cambio, el concepto alma tiene un mayor alcance, pues ésta no sólo rodea al espíritu, sino también a las plantas, a los animales y a todas las cosas en general, que también tienen alma. De manera que, como ya lo hemos señalado, el problema deja de ser anfibológico para convertirse en un problema

80

gnoseológico. Así se desprende del criterio del maestro de Lyon al afirmar:

“Nosotros no conocemos la naturaleza íntima del 152periespíritu”(Negrillas y subrayado nuestro)

Sin embargo, es nuestro criterio que más que un problema gnoseológico, sigue siendo un simple problema lingüístico, ya que Kardec nos habla de un “Fluido Universal” del que el espíritu toma su envoltura o Periespíritu y que también constituye la causa for-

153 mal de los animales, plantas y cosas. Este Fluido Universal que refiere Kardec es exactamente el equivalente de lo que en el ámbito filosófico se conoce como “Alma Universal”.

En lo que concierne al ser humano, Allan Kardec determina en éste una estructura tripartita, que la tradición filosófica ha denominado Cuerpo, Alma y Espíritu, y que él tipifica de la siguiente manera:

“Así pues, el hombre está formado por tres partes esenciales”:1.- El cuerpo o ser material, análogo a los animales y

animado por el mismo principio vital.2.- El alma, espíritu encarnado cuya habitación es el

cuerpo.3.- El principio intermediario o periespíritu, sustancia

semimaterial que sirve de envoltura primera al espíritu y 154une el alma al cuerpo ...”

81

152 Libro de los Mediums, parágrafo tercero

153 Libro de los Espíritus, parágrafo N° 94.

154 ibd. parágrafo Nº 135

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

151 Parágrafo N° 28.

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que, según opinión de algunos, una emanación de la 151 Divinidad, lo ignoramos”

(Negrillas y subrayado nuestro)

Con estas categóricas respuestas, pensamos que se abre la posibilidad cognoscitiva de dar solución hermenéutica a la problemática anfibológica de la diferenciación entre alma y espíritu; pero el problema no termina aquí, la cosa no es tan sencilla como parece, pues la concepción emanatista no es tan fácil de aprehender; pero este tema no lo trataremos aquí porque ya lo hemos hecho en nuestra obra La Verdad Histórica de la Idea de Dios.

Ahora aclaremos un poco el concepto Periespíritu.Si bien el término Periespíritu lingüísticamente no presenta

ninguna dificultad para denotar que es lo que rodea al espíritu humano, no obstante el mismo resulta limitado a los efectos de determinar qué es lo que rodea a los animales, plantas y cosas en general, que al tener forma indica que también están rodeadas de algo, que la tradición ha denominado “alma”.

De acuerdo con la etimología del vocablo Periespíritu (peri, alrededor; y espíritu), su función es rodear al espíritu humano ¿Y que es lo que rodea, entonces, a los animales, plantas y cosas en general, que también tienen forma?. He aquí la dificultad de este término, que al parecer deja de ser un problema lingüístico para convertirse en un problema gnoseológico. En cambio, el concepto alma tiene un mayor alcance, pues ésta no sólo rodea al espíritu, sino también a las plantas, a los animales y a todas las cosas en general, que también tienen alma. De manera que, como ya lo hemos señalado, el problema deja de ser anfibológico para convertirse en un problema

80

gnoseológico. Así se desprende del criterio del maestro de Lyon al afirmar:

“Nosotros no conocemos la naturaleza íntima del 152periespíritu”(Negrillas y subrayado nuestro)

Sin embargo, es nuestro criterio que más que un problema gnoseológico, sigue siendo un simple problema lingüístico, ya que Kardec nos habla de un “Fluido Universal” del que el espíritu toma su envoltura o Periespíritu y que también constituye la causa for-

153 mal de los animales, plantas y cosas. Este Fluido Universal que refiere Kardec es exactamente el equivalente de lo que en el ámbito filosófico se conoce como “Alma Universal”.

En lo que concierne al ser humano, Allan Kardec determina en éste una estructura tripartita, que la tradición filosófica ha denominado Cuerpo, Alma y Espíritu, y que él tipifica de la siguiente manera:

“Así pues, el hombre está formado por tres partes esenciales”:1.- El cuerpo o ser material, análogo a los animales y

animado por el mismo principio vital.2.- El alma, espíritu encarnado cuya habitación es el

cuerpo.3.- El principio intermediario o periespíritu, sustancia

semimaterial que sirve de envoltura primera al espíritu y 154une el alma al cuerpo ...”

81

152 Libro de los Mediums, parágrafo tercero

153 Libro de los Espíritus, parágrafo N° 94.

154 ibd. parágrafo Nº 135

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151 Parágrafo N° 28.

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Precisemos un poco más el concepto de periespíritu.

“Además del alma y el cuerpo ¿hay alguna otra cosa en el hombre?

R: El lazo que une el alma al cuerpo.¿Cuál es la naturaleza de ese lazo?R: Semimaterial, sirviendo de intermediario entre el

espíritu y el cuerpo (...) Por medio de este lazo el espíritu 155obra sobre la materia y viceversa”

Quizás el autor que ha logrado interpretar fielmente el 156pensamiento de Kardec sea el ilustre León Denis , de quien

citaremos su concepción del Periespíritu por ser bastante prolífica y precisa al respecto. Veamos.

“... periespíritu, nombre dado a su envoltura fluídica, invisible, imponderable (...) en él se conservan los instintos, se acumulan las fuerzas, se agrupan las adquisiciones de nuestras múltiples existencias (...) La sustancia del periespíritu es extremadamente sutil, es materia en su estado más quintaesenciado (...) Es el modelo invisible sobre el cual pasan y se suceden las partículas orgánicas siguiendo las líneas de fuerza cuyo conjunto constituye ese diseño, ese plan inmutable reconocido por Claude Bernard como necesario para mantener la forma humana a través de las modificaciones constantes y de la renovación de los átomos (...) El cuerpo fluídico no es sólo un receptáculo de fuerzas, es también el registro vivo en donde se imprimen las

imágenes y los recuerdos, sensaciones, impresiones y hechos (...) Por su periespíritu, el hombre desciende hasta las capas inferiores de la Naturaleza y tiene sus raíces en la animalidad; y por él tiende, también, hacia los mundos de

157luz donde viven las almas angélicas, los espíritus puros” (Negrillas y subrayado nuestro)

En esta descripción categórica y precisa del Periespíritu que nos da León Denis, no hay lugar a dudas que es el mismo concepto de alma de que nos habla la literatura filosófica; sobre todo, es impresionantemente análoga al concepto de alma que nos da Joaquín Trincado Matheo. Establezcamos el parangón:

1. Señala Denis que en el periespíritu se acumulan los instintos. Trincado dice que el alma está integrada por los instintos de los tres reinos de la Naturaleza.

2. Denis dice que en el periespíritu se acumulan las fuerzas, se agrupan las adquisiciones de nuestras múltiples existencias; que es el registro vivo en donde se imprimen las imágenes y los recuerdos. Trincado señala que el alma es el “Archivo” del espíritu, lo cual es la misma idea de Denis.

3. Aduce Denis que el periespíritu es materia quintaesenciada. Igualmente así lo sostiene Trincado en su concepción del Alma.

4. Denis sostiene que el periespíritu mantiene la forma humana. Igualmente, Trincado afirma que el

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157 León Denis, En lo Invisible, Primera parte, El Espíritu y su Forma, p. 33-36. Ediciones

Cima. 1995

EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOCAPITULO V

155 ibd. parágrafo N° 135.

156 Denis se adentró en el terreno filosófico.

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Precisemos un poco más el concepto de periespíritu.

“Además del alma y el cuerpo ¿hay alguna otra cosa en el hombre?

R: El lazo que une el alma al cuerpo.¿Cuál es la naturaleza de ese lazo?R: Semimaterial, sirviendo de intermediario entre el

espíritu y el cuerpo (...) Por medio de este lazo el espíritu 155obra sobre la materia y viceversa”

Quizás el autor que ha logrado interpretar fielmente el 156pensamiento de Kardec sea el ilustre León Denis , de quien

citaremos su concepción del Periespíritu por ser bastante prolífica y precisa al respecto. Veamos.

“... periespíritu, nombre dado a su envoltura fluídica, invisible, imponderable (...) en él se conservan los instintos, se acumulan las fuerzas, se agrupan las adquisiciones de nuestras múltiples existencias (...) La sustancia del periespíritu es extremadamente sutil, es materia en su estado más quintaesenciado (...) Es el modelo invisible sobre el cual pasan y se suceden las partículas orgánicas siguiendo las líneas de fuerza cuyo conjunto constituye ese diseño, ese plan inmutable reconocido por Claude Bernard como necesario para mantener la forma humana a través de las modificaciones constantes y de la renovación de los átomos (...) El cuerpo fluídico no es sólo un receptáculo de fuerzas, es también el registro vivo en donde se imprimen las

imágenes y los recuerdos, sensaciones, impresiones y hechos (...) Por su periespíritu, el hombre desciende hasta las capas inferiores de la Naturaleza y tiene sus raíces en la animalidad; y por él tiende, también, hacia los mundos de

157luz donde viven las almas angélicas, los espíritus puros” (Negrillas y subrayado nuestro)

En esta descripción categórica y precisa del Periespíritu que nos da León Denis, no hay lugar a dudas que es el mismo concepto de alma de que nos habla la literatura filosófica; sobre todo, es impresionantemente análoga al concepto de alma que nos da Joaquín Trincado Matheo. Establezcamos el parangón:

1. Señala Denis que en el periespíritu se acumulan los instintos. Trincado dice que el alma está integrada por los instintos de los tres reinos de la Naturaleza.

2. Denis dice que en el periespíritu se acumulan las fuerzas, se agrupan las adquisiciones de nuestras múltiples existencias; que es el registro vivo en donde se imprimen las imágenes y los recuerdos. Trincado señala que el alma es el “Archivo” del espíritu, lo cual es la misma idea de Denis.

3. Aduce Denis que el periespíritu es materia quintaesenciada. Igualmente así lo sostiene Trincado en su concepción del Alma.

4. Denis sostiene que el periespíritu mantiene la forma humana. Igualmente, Trincado afirma que el

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157 León Denis, En lo Invisible, Primera parte, El Espíritu y su Forma, p. 33-36. Ediciones

Cima. 1995

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155 ibd. parágrafo N° 135.

156 Denis se adentró en el terreno filosófico.

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alma da forma a los cuerpos.5. Señala Denis que el periespíritu tiene sus raíces en

la animalidad. Igualmente señala Trincado respecto al alma, pero aclara que el alma toda está conformada por todos los instintos de la Naturaleza, sólo que los instintos más notorios son los de los animales superiores porque marcan su relevancia en la

158 sexualidad y en la irascibilidad.

Como se puede apreciar, no existe discrepancia alguna respecto a los conceptos de periespíritu y alma. Así lo entendió Joaquín Trincado Matheo, quien indiferentemente habla de “alma” o “periespíritu”. Citemos.

“... según el grado de progreso que tenga el alma, que es el huevo en que se encerró el espíritu; cuya alma es la forma del espíritu, semejando al hombre y hoy se llama

159Periespíritu o doble Etéreo” “... Así va entrando en atmósferas, cada vez más densas,

hasta cubrirse del todo en su luz, para formar así con ese 160'Periespíritu' un vestido aislador”

“Así es la verdad, que el alma, antes de llegar como individualidad a servir de periespíritu, o cuerpo astral,

161o doble etéreo, como se le llama” (Negrillas y subrayado nuestro)

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CAPITULO V

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EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDO

En definitiva, la anunciada “Paradoja espiritista respecto a la diferencia entre alma y espíritu” ha quedado difuminada, ya que no existe como tal. Y nuestra afirmación de que el Espiritismo es Uno y sus principios y postulados Uno, quedan corroborados; demostrando de esta manera que la esencialidad de las doctrinas de los dos principales autores espiritistas es exactamente la misma. Las diferencias que existen son meramente formales. Sólo que algunos dirigentes espiritistas que no han comprendido la doctrina del Espiritismo, han hecho una división en las concepciones doctrinales de estos dos colosales maestros, dando lugar a la formación de dos sectores dentro del Espiritismo, conocidos como “Espiritismo Kardeciano” y “Espiritismo Trincadista”. El Espiritismo ni es kardeciano ni es trincadista. Esa en nuestra concepción.

158 Este aspecto influyó mucho en César Lombroso y Sigmund Freud, en la elaboración de sus

respectivas teorías.

159 Filosofía Austera Racional, p. 17, Párrafo segundo, Creencias y Religiones.

160 Espiritismo Estudiado, p. 32, Capítulo Tercero, Mandato del Padre Creador a sus hijos.

161 Conócete a ti Mismo, p. 445, Párrafo II, Espíritu, Alma y Cuerpo.

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alma da forma a los cuerpos.5. Señala Denis que el periespíritu tiene sus raíces en

la animalidad. Igualmente señala Trincado respecto al alma, pero aclara que el alma toda está conformada por todos los instintos de la Naturaleza, sólo que los instintos más notorios son los de los animales superiores porque marcan su relevancia en la

158 sexualidad y en la irascibilidad.

Como se puede apreciar, no existe discrepancia alguna respecto a los conceptos de periespíritu y alma. Así lo entendió Joaquín Trincado Matheo, quien indiferentemente habla de “alma” o “periespíritu”. Citemos.

“... según el grado de progreso que tenga el alma, que es el huevo en que se encerró el espíritu; cuya alma es la forma del espíritu, semejando al hombre y hoy se llama

159Periespíritu o doble Etéreo” “... Así va entrando en atmósferas, cada vez más densas,

hasta cubrirse del todo en su luz, para formar así con ese 160'Periespíritu' un vestido aislador”

“Así es la verdad, que el alma, antes de llegar como individualidad a servir de periespíritu, o cuerpo astral,

161o doble etéreo, como se le llama” (Negrillas y subrayado nuestro)

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CAPITULO V

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EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDO

En definitiva, la anunciada “Paradoja espiritista respecto a la diferencia entre alma y espíritu” ha quedado difuminada, ya que no existe como tal. Y nuestra afirmación de que el Espiritismo es Uno y sus principios y postulados Uno, quedan corroborados; demostrando de esta manera que la esencialidad de las doctrinas de los dos principales autores espiritistas es exactamente la misma. Las diferencias que existen son meramente formales. Sólo que algunos dirigentes espiritistas que no han comprendido la doctrina del Espiritismo, han hecho una división en las concepciones doctrinales de estos dos colosales maestros, dando lugar a la formación de dos sectores dentro del Espiritismo, conocidos como “Espiritismo Kardeciano” y “Espiritismo Trincadista”. El Espiritismo ni es kardeciano ni es trincadista. Esa en nuestra concepción.

158 Este aspecto influyó mucho en César Lombroso y Sigmund Freud, en la elaboración de sus

respectivas teorías.

159 Filosofía Austera Racional, p. 17, Párrafo segundo, Creencias y Religiones.

160 Espiritismo Estudiado, p. 32, Capítulo Tercero, Mandato del Padre Creador a sus hijos.

161 Conócete a ti Mismo, p. 445, Párrafo II, Espíritu, Alma y Cuerpo.

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CONCLUSIÓN

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ESPUÉS de todo lo expuesto, podemos concluir diciendo que el Espíritu es una Energía única, abso-D

luta, infinita eterna e inmutable, que se despliega por todo el Universo para dar lugar a todas las cosas que existen en él, cuya esencia primera está constituida por un conjunto de partículas emanadas de su propio seno, denominadas espíri-tus humanos; los cuales para poder tomar individualidad se envuelven en el Alma Universal, quedando completamente enajenados y bajo el dominio de los instintos de los tres Rei-nos de la Naturaleza, para luego encarnarse en cuerpos humanos y así iniciar el impretermitible reascenso a la vida divina, mediante un proceso dialéctico y bajo el rigor de la inexorable ley de la reencarnación.

Después de múltiples vivencias, el espíritu va subli-mando los instintos de su alma mediante la experiencia y el conocimiento, para finalmente aparecer el hombre libre, moral, sabio y bueno. Pero para lograr este propósito el hom-bre necesita de una doctrina que le permita reorientar su des-tino. Esa doctrina, obviamente es el Espiritismo, como Antropología Filosófica Transcendental, la cual conduce al hombre al conocimiento de sí mismo y consigo a Dios.

¡Conócete a ti mismo!

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ESPUÉS de todo lo expuesto, podemos concluir diciendo que el Espíritu es una Energía única, abso-D

luta, infinita eterna e inmutable, que se despliega por todo el Universo para dar lugar a todas las cosas que existen en él, cuya esencia primera está constituida por un conjunto de partículas emanadas de su propio seno, denominadas espíri-tus humanos; los cuales para poder tomar individualidad se envuelven en el Alma Universal, quedando completamente enajenados y bajo el dominio de los instintos de los tres Rei-nos de la Naturaleza, para luego encarnarse en cuerpos humanos y así iniciar el impretermitible reascenso a la vida divina, mediante un proceso dialéctico y bajo el rigor de la inexorable ley de la reencarnación.

Después de múltiples vivencias, el espíritu va subli-mando los instintos de su alma mediante la experiencia y el conocimiento, para finalmente aparecer el hombre libre, moral, sabio y bueno. Pero para lograr este propósito el hom-bre necesita de una doctrina que le permita reorientar su des-tino. Esa doctrina, obviamente es el Espiritismo, como Antropología Filosófica Transcendental, la cual conduce al hombre al conocimiento de sí mismo y consigo a Dios.

¡Conócete a ti mismo!

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BIBLIOGRAFÍA

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ARISTÓTELES: Metafísica. Editorial Espasa-Calpe. Madrid. 1975. Octava Edición.ARISTÓTELES: Acerca del Alma. Editorial Gredos. Madrid. 1988. Segunda Reimpresión.ARISTÓTELES: Ética Nicomaquea. Editorial Porrúa. México. 1982.

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TRINCADO, Joaquín: Conócete a ti Mismo. B. Acosta-Amic Editor. México. 1971.TRINCADO, Joaquín: Filosofía Austera Racional. Ediciones Voz Informativa. México, D.F. 1964.TRINCADO, Joaquín: Espiritismo Estudiado. Ediciones Voz Informativa, México, D.F. 1922TRINCADO, Joaquín: El Espiritismo en su Asiento. Ediciones Voz Informativa. Méxi-co, D.F. 1919. Primera Edición. TRINCADO, Joaquín: El Magnetismo en su Origen. B. Acosta-Amic Editor. México, D.F. 1974TRINCADO, Joaquín: Profilaxis de la Vida. Talleres Gráficos Preusche & Eggeling. México. 1922. Primera reimpresión. TRINCADO, Joaquín: Jesús Hombre y no Dios. Editores Mexicanos Unidos, S.A. México, D.F. 1974. Tercera Edición.TRINCADO, Joaquín: Los Cinco Amores. Talleres Gráficos Preusche & Eggeling. México. 1922. TRINCADO, Joaquín: El Primer Rayo de Luz. Talleres Gráficos Gasperini & Cía. Bue-nos Aires, República Argentina. 1932. Segunda Reedición. YALLOP, David: En Nombre de Dios. Editorial Oveja Negra. Colombia. 1986. Sexta Edición.

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EL ESPÍRITU ESE GRAN DESCONOCIDOBIBLIOGRAFÍA

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ÍNDICE

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PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO IAntecedentes históricos y filológicosdel término Espíritu

CAPÍTULO IIEl Espíritu como fundamento de la Filosofía

CAPÍTULO IIIEl Espíritu según la doctrina del Espiritismo

CAPÍTULO IVDiferencia entre Alma y Espíritu

CAPÍTULO VParadoja espiritista respecto a la diferencia entre Alma y Espíritu

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

Pág.

7

11

15

27

41

47

67

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PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO IAntecedentes históricos y filológicosdel término Espíritu

CAPÍTULO IIEl Espíritu como fundamento de la Filosofía

CAPÍTULO IIIEl Espíritu según la doctrina del Espiritismo

CAPÍTULO IVDiferencia entre Alma y Espíritu

CAPÍTULO VParadoja espiritista respecto a la diferencia entre Alma y Espíritu

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

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