Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de...

8
Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu . ^ nn = nn r n ^ n n n s :

Transcript of Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de...

Page 1: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

Geografia del tren y los rios

D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu

.

^nn = nnr n^n n ns :

Page 2: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

®

, ^ + ^. i ^ i^^^ I ^ ^i^ ^ a^ i^

^ ^ ^ ; I I I ^ ^

^ a

i•

I I I ; I ^

^ i ^ r ^ ^

i ^ ^ i ^ i ^

I ' i

I ^ ^

, I

, ^^

; I

Page 3: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

i y NTRE ríos y arroyos, el itinerario de Madrid a Barcelona, 690 ki-lómetros, atraviesa más de cien corrientes de agua y, de entra-da, parece un tanto estéril intentar graiiarlas todas, por cuantomuchas, la mayoría, se repiten casi indefinidamente y otras care-

cen de suficiente entidad.

LAS LIMITACIONES DEL PUNTO DE VISTA

En esta serie de artículos es importante tener en cuenta el puntode vista, es decir, las limitaciones propias y voluntarias del observadorque va en tren y no puede demorarse cómo y cuánto quisiera frenteal atractivo mayor o menor de cada perspectiva creada por los ríos.Sin embargo, se trata de una irrevocable condición del viaje en trenque, en función de ciertas leyes psicológicas y estéticas, despierta confrecuencia la nostalgia o la repulsa de los sitios por los que se transita,ganas de quedarse para siempre junto auna chopera, un regato de agua y unavieja casa de piedra, o ganas de que el _ .tren aumente la velocidad para perder r,`^ '- ^ ;^r^ "',:nronto de vista esa sucia fábrica de ce- : : ^ ., ^ ` b;P .; { ;. • f, , " >' arnentc o el chorro de productos petro-químicos residuales que cae sobre la±ransparencia del agua. No hay ningúntipo de objetividad. Sólo la proyectadabiografía del tipo que pasa y sus particu-lares mitos.

COMO DOS HILOSQUE SE TRENZAN

Con independencia de la pormenoriza-ción de cada corriente fluvial, el itinera-rio tiene su fisonomía propia y general,determinada en este momento por la per-fecta y persistente simbiosis de los len-tos ríos y la línea férrea, lo cual demues-tra -sin excesiva agudeza- que el traza-do ferroviario se ha valido en parte dellecho natural que las aguas erusivas hanido creando a través de los siglos y deuna extensa región que se caracteriza porla aspereza de sus perfiles, integradosnada menos que por la Cordillera Ibéri-ca, donde la depresión de los ríos -Jalón,Jiloca, Ebro y otros- han señalado laorientación lógica de los caminos de1hombre.

En algunos casos, como ocurre con elEbro, el río dejó márgenes con impresio-nantes farallones que luego los técnicosdel ferrocarril tuvieron que perforar enlínea paralela al ritmo de las aguas. Todala línea discurre así, entre ríos que serepiten, con los que es fácil familiarizar-se rápidamente, y numerosísimos túneles.La. alternancia luz-de-río-oscuridad-de-tú-nel crea un espectro muy sugestivo.

ALTURAS SQBREEL NIVEL DEL MAR

La máxima altura de la línea se da enel túnel de ^Iorna, entre Alcuneza y To-rralba, donde el carril tiene 1.118,70 me-tros de altura sobre el nivel del mar, y lamínima en Castelldefels, con sólo metroy medio. Entre el exagerado número detúneles -más de cien- hay que citar elmuy conocido de la Argentera (cuatro ki-lómetros), el mayor de esta línea y unode los más lmportantes de España, que

• ^^ -•---•,_-..

) rtWE1lMpMMRD-WICKGM

Henares.

se halla a la salida de Pradell y actúa dedivisoria de los ríos Ebro y Francolí.

POR EL VALLE DEL HENARESY LA ANTIGUA CALZADA ROMANA

Entre San Fernando y Torrejón de Ar-doz, a poco de abandonar la estación ma-drileña de Chamartín y circular por nue-vas dependencias ferroviarias (Hortaleza,O'Donnell), en pleno cinturón expansivce industrial, con algún gigantesco jet cer-niéndose a poca distancia sobre el tren-proximidad del aeropuerto de Bara-jas-, ya aparece el primer río. Se tratadel Jarama, hijuelo del Tajo y progenitordel Henares.

San Fernando de Henares, Alcalá deHenares... Sin embargo, no topamos con

el Henares hasta más tarde. Por ahoFase limita a embellecer el contorno y adar idea de su presencia con abundan-tes muestras de vegetación. Sólo acudenbajo las ruedas arroyuelos poco significa-dos -Pelayo, Ardoz, Torote, Camarroílla,de las Monjas, Vallejo, Dehesa, Benala-que, Cabanillas, de las Dueñas, Ancharte,Majamar, Valmayor, Tajada, Hómina-,hasta que, pasado Guadalajara, entre Yun-quera y San Antonio de Cerezo, por unpaisaje de generosa vega -rastrojos que-mados, nerviosos gorriones, olivos, ena-moradizos álamos de Guadalajara, viñe-dos defendidos por espantapájaros, el He,nares por la derecha, un tren postal porla izquierda (luego veremos otros trenespuros de automóviles y contenedores 1-,surge el río Sorbes, truchero por exce-

24

Page 4: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

Primer cruce con el río Henazes, cercanías de San Antonio de Cerezo. Imagen significativa dela .coreo,grafía. particular tren-río.

Por el estrecho valle del Jalón, la carretera, el río y el tren.

lencia, sin mucho caudal, entre granjasavícolas.

El Sorbes es tributario del Henares.Pese a su presencia continua y a que es-tamos corriendo precisamente por su de-presión, es ahora, entre las estaciones deSan Antonio de Cerezo y E1 Henares,cuando cruzamos este río, afluente delJarama, 113 kilómetros de largo.

El valle del Henares es la primera víade comunicación entre los valles del Ta_jcy Ebro, en un tiempo seguida por la cal-zada romana y hoy por la línea férrea.Comarca poblada de espliego y aliaga.Después pasamos por el Henares veinti-trés veces, para abandonarlo poco ante ŝde Torralba. Además, en el diálogo per^manente del Henares y la vía del trense intercalan otras corrientes de agua,tales como los ríos Aliendre, Bornova,Salado y diversos arroyos (Prado Real,Camarera, Saz, Tallar, Carrascosa, Jirue-yue, Pardillos, etc.).

EL VELO AMARILLODE U11iA CHOPERA

Entre Jadraque y Matillas, si se mira°1 turbio Henares a contraluz, es posiblecaer en el hechizo del fino halo dorado,

^b^%.^LR^

Page 5: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

^

Ei Sorbe, cer^a de su co^iuencia con el Henares.

Jalón (Calatayud-Embid de la Ribera).

^ ^^^,'^^ ` ,.,^. _ . ►̂,^ ^

t^ ,^^^t^,^c .l`:.R,r^c ^ .

^^^ `^:.i` ..- ,^;._,^

EI Ebro entre Flix y íiibarroJa. EI pequeño automotor pone una notapintoresca.

Page 6: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

Los farallonesdel Ebro.

Primer crucecon el Ebro entreGarcía y Mora la Nueva.

EI curioso transbordador del Ebro.

vaporoso, otor5al, quc tluyc cjc los Choposribereños, regularmente distribuidos.

Salpicada de ovejas, sierra .baja, giraso-les ya e:aducos, viejas techumbres de pue-blos mínimos que se confunden con el^olor caldera de la tierra, toda esta zonadel Henare$, sus afluentes y arroyos, cons-tituye una sucesión de riqueza arbórea yfrutícola, donde de prvnlo puedc aparc-.er la silueta guerreta v clerical de Si-

Page 7: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

Río Llobregat (por Prat).

giienza, un arco romano o un castillo al-mohade. Sólo entre Baides y Sigŭenza,estaciones separadas por unos dieciséiskilómetros, cruzamos el Henares diecisie-te veces. Sale a río por kilómetro y, paracompletar la cuenta, a la salida de Baidesestá el Salado, geco, pero con categoríaplástica.

EL JALON, RIOPARA í^IUiOHO TIEQ4I;P0

Tras Medinaceli, primero insignifican-te y acerado, comienza el Jalón su larga

teoría sinuosa, que coincide treinta y tresveces con el ferrocarril y crea paisajesde singular aspereza serrana, en cuya vegaa veces sólo queda el estricto espacio parala vía del tren, la carretera y el río. Mon-tes rojos en forma de fortaleza piramidal.Es frecuente -y se repite el tema- salirde un túnel y encontrarse con el río escu-rriéndose entre las montañas, con pue-blos ocres a caballo de las escarpadurasy... la oscuridad de otro túnel y la repe-tición del acusadamente sugestivo tema.El Jalón prolonga el valle del Henares.Después de Santa María de la Huerta bro-ta la nueva emoción de los árboles «pla-

teados», álamos del Jalón agitados por elviento, el cañaveral y los frutos -manza-nas rubicundas-, en contraste con otrasimágenes de pueblo duro y monte hostil.

«A1 otro lado del río, entre el Jalón yel Guadalope -escribió Laín Entralgo-,esas anchas extensiones gredosas dondesólo el duro esparto y el humilde tomillologran crecer. En espera del agua que porazar caiga del cielo o venga por industriadesde los ríos altos, tierra desnuda, ama-rilla o rojiza gleba cuyas claves sentimen-tales son en todo momento la asperezay el drama».

«Lo propio de esta comarca -prosigueLaín- es la combinación del sequedaly la vega; anchas extensiones llanas oquebradas en que diversamente se mez-clan y suceden el puro yermo, el campode mies, el olivar y el viñedo y, siguiendoel irregular trazado de los ríos menores,estrechas vegas donde maduran frutos ex-quisitosU (1).

Alhama de Aragón, una de las combina-ci.ones más densas de todo el camino:pueblo, montaña, túnel, río, tren, en unfogonazo totalizador, con las termas des-cubiertas por los árabes y su aire -^nesta época- de balneario melancólico. Alcontacto con la temperatura fría brotahumo de las termas. Por Alhama soplaviento y parece un fenómeno típico de laregión. En seguida se calma.

El Jalón, de extraordinaria y célebrecapacidad erosiva, tiene 235 kilómetros delongitud, perfora montes, repta, se adel-gaza, crea ricas vegas de viveros y frutas,se tiñe con el color amarillo c siena desus montes arcillosos y muere en el Ebro.Bubierca, Ateca, ruinas romanas y árabes,tierras por las que cabalgó un célebremercenario: el Cid. Calatayud es, por de-cirlo así, la capital del Jalón, pero pocoantes discurrimos sobre el Jiloca, queelige Calatayud para confluir con el pri-^.nero. El último punto desde el que seavista el Jalón es pasado Grisén. Hemosseguido su infructuoso c u r s o durante150 kilómetros.

Francolf (por Tarragona).

POR FIN, EL EBRO

Canal Imperial de Aragón. Atrás (Cala-tayud-Embid) quedó el desolado río Ri-hota. Por Calatorao es posible divisar laimpresionante masa del Moncayo y, antesde llegar a Zaragoza, hay que estar muyatento para que por la izquierda no seescape un azul meandro del Ebro, juntoa las célebres torres del Pilar y la Seo.Primera aparición, ciertamente fugaz, delrío que le confiere mayor entidad al re-corrido. No caben preocupaciones: des-pués el Ebro será fiel compañero, un tan-to augusto y sobrio, y su persistenciaserá casi tan grande como la del Jalóny el Henares, aunque en cuanto a los cru-ces y confluencias totales, como río gran-de bastante menos manejable, se mostra-rá muy remiso, hasia el extremo de quesaltaremos sobre sus aguas -en esta lí-nea- una sola vez.

Entre Gelsa y Velilla aparece espléndi-do, con isleta al fondo y poco poblado.Después comprobaremos que su escasapoblación arbórea es una característica

(1) P. Laín Entralgo: A qué [lamamos Espa-da. Espasa-Caipe, 1971.

Page 8: Geografia del tren y los rios D ^iner^io Ma^ri^ - Barcelonu · ríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entre los que destacan Mequinenza y Ribarroja.

EI frío ya acecha a los pastores.

Un tipo popular,entre el subdesarrollo

y las tradicionesambientales.

de esta parte del recorrido o, al menos,se comprueba que su precario desarrollovegetal no corresponde a uno de los ríosmás potentes del país, probablemente acausa de la configuración particular delterreno y de los cuantiosos aprovecha-mientos hidroeléctricos (ya se sabe: obras,máquinas devastadoras, cemento, vías decomunicación}. EI Ebro es uno de losríos que cuenta con más presas de Es-paña. Saltos de agua y embalses, entrelos que destacan Mequinenza y Ribarroja.

Entremezclados con el Ebro, pasamospor los ríos Huerva, Aguas y Martín. An-tes de Chiprana se vislumbra el río Re-gallo. Después de Caspe, el Ebro da unagran vuelta. Se le ve pelado, grande, soli-tario y quizá pobre. Sus aguas cambiande color. La corriente es tenue, pero seadvierte que fluye en la misma direcciónnuestra. Todos corremos hacia el mar.Sierra baja con matojos ralos. Tambiéndespués de Caspe se cruza sobre el ríoGuadalope. Y a poco, tras Fabara y entre2úneles, nos enredamos con el Matarraña(gran puente, obra de fábrica con dos ar-cos de 27 metros y seis de 26 metrosde luz), otro «fatiga» de la ruta con

. .^ 1 ^..^:+^L _^

^.

cinco confluencias, hasta Fayón, en quenuevamente es sustituido por el Ebro.Se ve a ratos, entre aberturas de túne-les, sereno y luminoso. Importante presade Ribarroja, con siete compuertasy yque en su momento inundó deliberada-mente el pueblo de Fayón y parte de lavía férrea, por lo que hubo de ser cons-truida una variante. Ahora, frente a laestacioncita de Fayón es cuando el Ebrose distiende más ancho y mejor, con susbuenos cien metros de orilla a orilla y el^urioso transbordador (dos lanchas uni-das por una plataforma común). Lleva°ncima un automóvil y un carro frutal^on su correspondiente animal de tiro.Este transbordador pronto se convertirá^n una pieza de museo naval, pues ya sealza a pocos metros el puente que ha desustituirlo. Sorteando olivos, viñedos deuva tinta -tan raros-, formidables ála-mos plateados, industria petroquímica(por Flix) y los inevitables túneles, elEbro sigue paralelo largo tiempo y, porfin -deseo gestado en profundidad-,discurrimos sobre sus aguas, entre Garcíay Mora la Nueva, a través de un puentede cuatro arcos de 54,5 metros y dos ar-cos más de 16 metros de luz. Las casasterrosas de García se aprietan contra unmontículo ribereño, tejas apagadas, en-trañable humo de cocina aldeana.

Nacido en Fontibrc (Santandcr), 928 ki-lómetros de curso, antiguo Iberus de losromanos, el Ebro ha sido siempre de granimportancia estratégica, puesta de mani-fiesto en la guerra de la Independencia,en las dos guerras civiles carlistas delsiglo XIX y en la de 1936-39. Un viajerofrancés de] siglo XI, Aimérico Picaud, en-cargado de hacer una guía para los pere-grinos a Santiago, sentía una atroz des-confianza por las propiedades salutíferasde las aguas y creía estar rodeado de ríosvenenosos. No obstante, con respecto alEbro escribió: «Por Grugno (Logroño)corre agua ingente, Ebro por su nombre,que es sana y abunda en pescado» (2). Unpoeta, ya contemporáneo, dijo: Aquí, jun-to al río Ebro,/digo la verdad,/siento enpiedra y aire mi/castellanidad (Blas deatero).

EL MAR

Después del Ebro y el embalse de Guia-mets -a modo de río-, más los ríosFoix (Segur de Calafell-Cubellas), Franco-lí (a la entrada de Tarragona) y Llobregat(Prat-Barcelona-Sans), químicamente es-pumoso y de aguas negr^s, digna cloacaindustrial, la línea férrea y el paisaje ad-quieren un extraordinarjo sabor maríti-mo -buques mercantes pegados al trenen el puerto de Tarragona, túneles sobrela luminosidad del Mediterráneo, playasdesiertas, apartamentos y hoteles de pár-pados corridos, la poderosa Barcelona-que, a pesar de su profundo interés, caefuera de nuestros propósitos. Pero nadiepuede dejar de ver las bandadas de gavio-tas, los campings abandonados, los pinosy las palmeras y la elegancia natural, porejemplo, de Sitges, cuyo regusto a tem-porada estival perdida pone punto finalal viaje. n E. T.

(2) Viajes por España. Selec. de García Mer-cadél. Alianza Editorial, 1972.

29