GENERAR COLABORADORES INNOVADORES, CREATIVOS Y COMPROMETIDOS A PARTIR DEL

LIDERAZGO Y LA FELICIDAD

Por: Luis Quiroz

Asesor en desarrollo personal, profesional y gestión del talento

Copyright Luis Quiroz 2016

Todos los derechos reservados para el autor

Una empresa cuya plana gerencial no tiene conocimiento de cuál es el grado

de felicidad y salud emocional, física, financiera y familiar de sus

colaboradores (más allá de lo que intuye podría darse a través de sueldos,

premios, incentivos o rendimientos), y que incentive a la vez el liderazgo, la

libertad, la innovación, el compromiso, la creatividad y el aprendizaje en

cada uno de sus integrantes, está condenado al fracaso.

Una de cada tres empresas en el Perú tiene problemas para encontrar el personal

adecuado. Poca capacidad de análisis, escaso conocimiento y habilidad para

investigar, planificar y organizar, dificultad para el aprendizaje de cosas nuevas,

ser muy repetitivos, mecánicos, poco innovadores, sin capacidad de tomar sus

propias decisiones, arriesgar y ser autónomos, con poca capacidad para saber

comunicar, relacionarse o integrarse. Estas son algunas de las muchas quejas que

los jefes o gerentes suelen hacer respecto a su personal.

Esta supuesta “crisis” y “falta de talento humano” no es casual. Convivimos bajo

un sistema educativo que no estimula las habilidades sociales, la innovación, la

creatividad, el error como aprendizaje y no como castigo, la pasión por investigar y

armar un discurso propio, ni mejor ni peor, simplemente diferente y en continuo

proceso de enriquecimiento y aprendizaje.

La gran mayoría de colegios y universidad educan para crear profesionales

estándar, en serie (tal cual el modelo de la era industrial) en una época donde el

éxito recae en la diferenciación y en el constante aprendizaje y desaprendizaje.

Como dice Francisco Alcaide “Si eres uno más, terminarás siendo uno menos”.

Muchas empresas suelen contratar personas que tienen los títulos, el

conocimiento (maestrías, doctorados, cursos de especialización, dominio de

idiomas, etc) o la experiencia pero que carecen de estas habilidades sociales,

vienen de sistemas de aprendizaje basados en los logros y no en los procesos,

con enseñanza no diferenciada. Son personas que suelen ser eficientes y

cumplidores mas no disruptivos ni innovadores.

Otros colaboradores sí han logrado formarse dentro de ambientes creativos e

innovadores y sin embargo al ingresar a una organización, esta no suele

aprovecharlo ni mucho menos estimularlo, con lo cual el colaborador

generalmente termina “alineándose” a la cultura de la organización pero a la vez

anulando su capacidad de dar algo mejor, innovador o diferente. Muchas veces

este colaborador termina anulado o al final termina alejándose de la empresa sin

saberse las verdaderas razones de su alejamiento.

En una era donde las habilidades sociales, la innovación, el liderazgo, la

creatividad, la responsabilidad, el aprendizaje y desaprendizaje, la gestión del

talento y la felicidad son fundamentales, no promoverlo dentro de las empresas

genera deserción, ausentismo, poca eficiencia, bajo compromiso y alta rotación

laboral.

Según estudios, solo el 17% de peruanos afirma ser feliz en su trabajo, nueve de

cada diez peruanos quiere cambiarse de empleo este año y gran parte de ellos no

se siente reconocido y valorado dentro de su centro laboral. Curiosamente, según

estudios, los empleados felices son 88% más productivos, sin embargo, según el

ranking global de felicidad, Perú ocupa uno de los últimos cuatro lugares de

Latinoamérica y según la ONU es el país menos feliz de Sudamérica.

Está demostrado que aquella frase: “los problemas de la oficina los dejo en la

oficina y los de mi casa en mi casa”, no es correcta. Los problemas familiares,

personales y/o de pareja se filtran en el trabajo diario y afectan tremendamente el

desempeño laboral de las personas. Si revisamos los últimos datos sobre lo que

pasa en nuestra sociedad actual veremos que hay muchos factores que están

minando el rendimiento de las personas.

Según una investigación publicada hace dos años por la Universidad Peruana

Cayetano Heredia, el 55.9% de los limeños sufre de depresión, el 29.9%

manifiesta ser víctima de ansiedad y el 11% tiene dificultades para dormir. Según

la Organización Mundial de la Salud, al año 2020 (falta muy poco para ello) la

depresión va a ser la segunda causa de incapacidad laboral en el mundo sólo por

detrás de enfermedades como infartos, insuficiencias coronarias o accidentes

cerebrovasculares.

Si a estas cifras le agregamos las siguientes, veremos la gran cantidad de problemas que fuera de su ámbito laboral, afectan actualmente a los limeños:

- Más de 71,000 mujeres son despedidas de sus trabajos al año en el Perú como resultado de la violencia de su pareja.

- En la última década, los divorcios y separaciones en el Perú aumentaron un

51.52%, habiendo disminuido la edad promedio en que las parejas se divorcian (40-45 años).

- En Lima y Callao se detectan 15,000 casos nuevos de cáncer cada año, la

mayoría de ellos producto de una alimentación inadecuada, stress, poca actividad física y problemas personales.

- Tres de cada cinco peruanos sufre de sobrepeso u obesidad (62.3% de los

peruanos entre 30 y 59 años). Los estudios demuestran que si no se adquiere pronto un cambio de vida más saludable el Perú tendrá en menos de tres décadas uno de los índices más altos en la región con pacientes

diabéticos, hipertensos o cardíacos, entre otras patologías.

- Según el diario Gestión, hay unos 737,000 peruanos con deudas

económicas superiores a $ 10,000 dólares, habiendo aumentado un 155% en los últimos 5 años. Según la Asociación de Bancos en el Perú, la tasa de morosidad también viene aumentando.

Todas estas cifras nos muestran un cuadro más que preocupante respecto a la

situación de los limeños, tanto en su economía, su salud y su vida familiar, lo cual

provoca una alta rotación del personal, una baja en su rendimiento laboral, un

aumento de permisos o bajas laborales por temas de salud física o mental, un alto

costo en salud y un personal sobre endeudado.

¿Cómo generar un equipo innovador, creativo, responsable y comprometido dentro de una empresa? En la actualidad, los colaboradores calificados suelen fijarle cada día más en el

lugar y el ambiente de trabajo antes que en el sueldo en sí. No es novedad:

solemos pasar más tiempo en nuestro centro de labores que en nuestro propio

hogar, por ende, lo que desean los colaboradores cada día es un lugar donde

puedan sentirse motivados, respetados y reconocidos: ¿Regresarías feliz a tu

hogar sabiendo que cada vez que vuelves está tu pareja presionándote y

reprochándote por cada error?. Lo mismo sucede en los centros laborales.

Cuando una persona deja de motivarse por lo que hace o por el lugar en el cual se

encuentra, cuando siente que su calidad de vida en ella disminuye, cuando siente

que lo importante está en el objetivo y no en el disfrutar el proceso, únicamente se

centrará en alcanzar dichos objetivos o en llegar al menos a lo mínimo que se le

exige para “mantenerse” en dicho centro laboral, pero no en mejorar la calidad de

sus ventas o incluso en disfrutar del trabajo que realiza.

Está demostrado que la vieja técnica del “palo y la zanahoria” para castigar o

premiar a los trabajadores con miras a elevar su producción no solamente cada día funcionan menos sino que elevan los gastos en las empresas.

Solemos dejar en manos de las áreas de bienestar social o recursos humanos los

temas de clima laboral en las empresas, sin embargo son muy pocas las

empresas que suelen capacitar a sus jefes a crear este clima dentro de sus

propios espacios. Muchos jefes gastan gran parte de su tiempo laboral

presentando informes o asistiendo a reuniones que debilitan su capacidad para

gestionar el talento de sus colaboradores, estimular ambientes creativos y

retadores y producir mejores resultados. Muchos jefes suelen tener un

conocimiento aun limitado respecto a cómo gestionar la felicidad dentro de su

grupo humano, conocer un poco más acerca de sus vidas, sueños, pasiones y

expectativas y orientar sus talentos para que tanto sus vidas personales y

profesionales, como familiares, de salud y financiera puedan tener la estabilidad

que garantice un mejor desempeño y una mayor felicidad.

Al igual que los colaboradores, muchos jefes han heredado formas de dirigir,

controlar y estimular a personas en base a un modelo propio de la era industrial

que casi se vuelve obsoleto hoy en día.

El mejor activo que posee una empresa son sus personas y el talento de su gente,

su capacidad de aprender, innovar, gestionar sus tiempos y entregar su talento a

objetivos personales que sumen a un objetivo conjunto y a solucionar problemas o

aportar soluciones a otro grupo de personas.

¿Me permites darte algunos consejos para generar colaboradores innovadores, creativos y comprometidos?. - En una era de la gestión del conocimiento no hay relaciones verticales: jefe-subordinado, hay sinergia y retroalimentación dentro de una relación horizontal en

donde tanto la persona líder como su personal a cargo aprenden y se

retroalimentan, no teniéndole miedo al error sino aprendiendo de él para crecer y

alcanzar sus objetivos.

-Comunica con claridad los objetivos de la empresa y del grupo, sedúcelos

respecto a sus beneficios, enamóralos desde el placer de servir.

-Genera entornos de autoresponsabilidad y compromiso en torno a sus propios

objetivos. ¿Sus objetivos personales pueden sumar a los objetivos generales de la

empresa?. No es ganar planta, el dinero es tan solo un instrumento ¿cuál es su

principal objetivo?. Comprométete a ayudarle y compromételo asumiendo su

propia autoresponsabilidad. Recuerda que, tal como lo dice Francisco Alcaide,

“Quien no sabe lo que quiere, termina siempre donde no quiere”.

-Quien gestiona desde el miedo o la recompensa podrá llegar a cumplir objetivos

al corto plazo difíciles se mantener en el largo plazo, quien gestiona y estimula

desde los objetivos y compromisos tendrá no solo recompensas al corto plazo sino

muy probablemente cosechará los éxitos en el largo plazo.

- Decir “yo practico una política de puertas abiertas” no es suficiente. No se trata

de esperar a que el colaborador se acerque a dar una idea, una queja o un pedido,

se trata de acercarse constantemente al mismo para solicitarle una idea, conocer

si se encuentra a gusto con la empresa si existe algún problema el cual pueda

resolverse, establecer nuevos retos, gestionar su talento, etc.

-Un líder no es aquel que nunca se equivoca, es aquella persona comprometida

que propone un camino a seguir y en el cual él simplemente será un director de

orquesta de una suma de talentos, todos bajo el mismo objetivo pero en el cual

cada uno saca lo mejor de sí en libertad. Como dice Jack Welch: “Si tus acciones

inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y a ser mejores, eres un

líder”.

-No contrates trabajadores, contrata gente apasionada que a la vez sea

apasionante. Como dice Warren Buffet: “Contrata a los mejores y déjalos hacer lo

que saben. Si no, contrata a los más baratos y que hagan lo que tú dices”.

Recuerda que no estamos dentro de la era industrial sino dentro de una era donde

el talento y la gestión del conocimiento son prioridad. ¿Cuál es su ventaja

competitiva?, ¿Cómo puedo estimular a que aporte lo mejor de sus talentos al

cumplimiento de los objetivos?. Deja las órdenes, gestiona sus talentos.

-No te focalices en lo que puede pasar sino en lo que puedes hacer. Recuerda que

si tu mente está centrada en los problemas únicamente atraerá problemas

mientras que si está centrada en las oportunidades siempre atraerás

oportunidades.

-Lo que somos o no somos en el mundo es resultado de nuestras acciones y ella

es resultado de nuestros pensamientos. Genera pensamientos de abundancia y

crecimiento. En la vida o somos protagonistas o somos víctimas. Todo problema

es una oportunidad, toda caída un fracaso o contrario de ello, el mejor aprendizaje

para el éxito. No está en los hechos sino en nuestros pensamientos. Genera

pensamientos de abundancia y estimula entornos de pasión, aprendizaje y éxito.

-Ayuda a gestionar mejor los tiempos. Recuerda que no es la falta de tiempo lo

que adolecen las personas sino la falta de enfoque hacia un objetivo. Aquellas

personas que saben cuál es su objetivo gestionan mejor sus tiempos en torno a

ello mientras que aquellas poco enfocadas a su verdadero objetivo suelen distraer

su tiempo o generar excusas.

-Cada persona es única e irrepetible, con una biografía, creencias, pensamientos y

talentos totalmente diferentes. No uniformices ni estandarices el liderazgo, cada

quien puede aportarlo de manera diferente y complementaria. Entrega lo mejor de

ti en cada uno de ellos y gestiona su talento a partir de su individualidad y no

desde la estandarización. Valora cada acierto, estimula su aprendizaje en el

fracaso.

-No llenes la jornada laboral de reuniones, informes ni resultados, llénalos de

experiencias, retos, aprendizajes, vivencias y estrategias.

-Si estás a la búsqueda de grandes objetivos, empieza por los pequeños objetivos.

El éxito es la suma de pequeños logros. Carpe diem, vive el momento, el futuro es

hoy.

-Estimula la creatividad e innovación dentro de tu equipo. Genera espacios y

tiempos para estimularla. Recuerda que las mejores ideas no suelen aparecer

durante el proceso laboral sino cuando nuestro cerebro se relaja. No agotes a tu

personal en trabajos rutinarios e incesantes. Recuerda el cuento del hacha y el

leñador, genera tiempos y espacios para afilar tu hacha, quien va seguro, relajado

y enfocado en su objetivo llega mejor que aquel que va estresado, apurado,

agotado y con miedo de no alcanzarlo. No es el descanso quien te aleja del

objetivo sino la falta de enfoque para alcanzarlo.

-Genera entornos de aprendizaje constante, sé el primero en iniciarlo. Nuestro

principal activo es nuestra capacidad de aprender y desaprender.

-La verdadera motivación de las personas debe venir de su interior, encontrando un sentido a lo que hace y entendiendo el porqué de lo que hace más allá de una retribución económica para llevar a sus familias. Finalmente las ventas y los negocios son eso, cómo puedo yo desde mis talentos dar lo mejor de mí para ayudarte a ti a mejorar tu vida o solucionar un problema. Enciende la llama de su poder interior.

En un mundo tan competitivo como el que vivimos solemos crearle un culto al “éxito” y solemos verlo como el final de un objetivo. Son muy pocas las personas

que logran darse cuenta que el éxito nace a partir de la felicidad y que el éxito y su

disfrute no está en el destino sino el camino. Ferrán Adría, reconocido chef

español y para muchos, el mejor del mundo, suele tener una frase memorable: “no

busques el éxito, busca la felicidad, porque el día que tu hagas lo que haces con

felicidad, el éxito viene solo”.

Recuerda, la gente suele renunciar a sus empleos no a causa de las empresas sino a causa de la falta de capacidad de los jefes para motivarlos, conocerlos, generar felicidad y sacar lo mejor de cada uno de ellos. Muchos jefes no suelen darse tiempo (quizá no disponen de ello), para conocer, gestionar y valorar el talento de sus trabajadores, mucho menos para detectar los riesgos que una inestabilidad emocional, familiar, financiera o de salud puede afectar a su desempeño. Dejar de ser JEFES para convertirnos en GEFES o “Gestores de felicidad”, como dice la conferencista española María Graciani es fundamental. ¿Qué es un GEFE?

Un GEFE es una persona que se pasa mayor cantidad de tiempo enfocada a

escuchar a sus trabajadores, para disolver o atenuar los problemas que puedan

surgir tanto en la vida laboral como personal de cada uno de ellos, motiva a su

personal a que encuentren un sentido al trabajo que realizan más allá del tema

remunerativo, crean un agradable clima laboral que estimule el liderazgo, la

escucha activa, la sinergia y el trabajo en equipo y la creatividad de cada uno de

sus integrantes. Mientras mayor motivación, escucha, creatividad, sinergia y

liderazgo tengan los trabajadores, mientras mayor felicidad y tranquilidad posean

en su vida personal, familiar, financiera y de salud, menor tiempo dedicarán los

“GEFES” en estar pendientes de los objetivos de ventas propuestos, pues cada

uno sabe lo que debe hacer y dará lo mejor de sí para conseguirlo.

El GEFE debe ser un desarrollador de liderazgos, conociendo cuales son las destrezas e inquietudes de sus colaboradores para desarrollar mejor sus actitudes. Es trabajar en la felicidad de nuestros clientes empezando por la felicidad de nuestro propio equipo.

Estos son algunos de los muchos consejos para mejorar resultados profesionales

y gestionar mejor el talento. Mi nombre es Luis Quiroz, soy comunicador peruano

con estudios de publicidad en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación

de la Pontificia Universidad Católica del Perú y durante años vengo investigando

todo aquello relacionado al mundo de la inteligencia emocional, la innovación, la

gestión del talento, la educación financiera personal y el cómo llevar una vida

saludable. He publicado de manera particular dos libros: “¿Cómo son los

hombres?” y “Vivir feliz”, he dictado talleres sobre inteligencia emocional y gestión

del talento y he asesorado a decenas de personas en toda Latinoamérica.

En la actualidad me dedico a asesorar a personas y profesionales a elevar sus resultados a partir de centrarse en herramientas de desarrollo personal, profesional y gestión del talento, ayudando a gestionar su marca, utilizando estrategias de marketing 2.0 que apoyen su trabajo, estimulando la innovación, la creatividad, el liderazgo, el aprendizaje, el compromiso, la colaboración y la pasión en los diversos grupos humanos, estimulando y desarrollando a la vez su talento.

Si deseas implementar esta nueva forma de gestión del personal o deseas crecer en tu vida personal y/o profesional, encantado de poder ayudarte. Estamos en contacto Un saludo

Luis Quiroz

Asesor en desarrollo personal,

profesional y gestión del talento

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