Gabriel García Moreno y La Formación de Un Estado Conservador en Los Andes

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GABRIEL GARCA MORENO Y LA FORMACIN DE UN ESTADO CONSERVADOR EN LOS ANDES, QUITO, CODEU, GRFICAS IBERIA. Henderson, Peter V.N (2010):Mi pluma lo mat. Todo ecuatoriano ha escuchado esta frase miles de veces. Son las famosas palabras atribuidas a Juan Montalvo al enterarse del asesinato de Garca Moreno, entonces Presidente de la repblica, el 6 de agosto de 1875. En cierta forma esta frase, y su popularidad, enfatizan la relacin esencial entre la poltica y la literatura y/o la escritura. En Latino Amrica, la relacin presente e inherente en el poder de la escritura y/o la historia no son nada risible, y estn a la par o son parte esencial del mismo proceso poltico. Esta manera orgnica de entender la relacin entre la narrativa histrica y la poltica es parte del aprendizaje diario que como ecuatoriano, y por ende sujeto neo-colonial, hemos adquirido, lo que jams se puede negar, y peor ignorar. Precisamente por esto la educacin vital en cualquier colonia (o ex-colonia) es siempre ms completa que la que se experimenta en los centros colonizadores, donde se auto-convencen que ellos, y solamente ellos estn en el centro del proceso histrico.El libro de Henderson contribuye a desmitificar esta falacia, la idea que los Estados Unidos y/o Europa estn exclusivamente en el centro del proceso de devenir histrico. As mismo el libro arguye la importancia de la historia en los procesos de la poltica nacional, y por lo tanto del sobrevivir diario. Y como aun con las condiciones de pobreza y desigualdad en el acceso a recursos bsicos, incluyendo la educacin, nadie estara dispuesto a burlarse del conocimiento histrico, y peor de su capacidad predictiva para el futuro social de la nacin.De esta manera la forma con la que Henderson delinea la vida y legado de Garca Moreno tiene que ver especficamente con el modo en que la historia es capaz de definir el presente de un estado-nacin. Es as, que aun cuando Garca Moreno fue asesinado hace ms de un siglo su legado es aun inmenso sobre el futuro del pas, y sobre todos nosotros que de alguna manera estamos involucrados con el proceso patrio. Henderson correctamente plantea que el odiar o defender a Garca Moreno y su visin conservadora de un estado ecuatoriano dice menos de nuestro entendimiento histrico que de nuestra afiliacin poltica. Y esto no es contradictorio sino evidencia de como la historia y la poltica estn ntimamente relacionadas, y que negar esta verdad solo es posible en los centros del imperio, no en sus actuales o ex-colonias.Garca Moreno ya tena esta verdad discursiva clara cuando desde muy joven decida explcitamente hacer la historia, en vez de solo estudiarla. Y como la pequea mayora de fantasas juveniles no tena idea de lo proftico que seran sus palabras. Y aunque fracas (posiblemente para el bien del pas) en convertir al Ecuador en un estado exclusivamente Catlico a manos de otra entidad colonizadora (e.g., los franceses) la fuerza de su visin ha ayudado a definir los diferentes procesos de la poltica nacional hasta nuestro tiempo. Henderson tiene razn en plantear que esta corriente conservadora, representada por Garca Moreno, en comparacin con el discurso liberal, ha recibido menos atencin acadmica, pero que para entender la realidad histrica del continente es necesario emprender un anlisis histrico ms objetivo de esta tendencia poltica. Por supuesto, la mxima irona es que van a ser los liberales quienes logran cumplir el mximo objetivo de Garca Moreno: el ofrecer una mano de obra barata y productos no-industriales al mercado norteamericano y europeo. Y van a ser precisamente estos mercados del primer mundo que continuarn explotando al pas y contribuir a su subdesarrollo bajo una falacia de fachada democrtica y de soberana nacional.Otra caracterstica importante es la manera en que Henderson analiza la trayectoria poltica de Garca Moreno como la de un caudillo poltico, estilo de liderazgo que aun contina teniendo una importancia poltica en el continente, inclusive con los lderes ms progresistas de Amrica del Sur. El reciente documental de Oliver Stone (2009) desarrolla este punto al analizar los actuales lderes de Venezuela (Hugo Chvez), Bolivia (Evo Morales), Brasil (Lula da Silva) y del mismo Ecuador (Correa), enfatizando una estructura histrica que favorece un supuesto gobierno de mano dura y con eminentes tendencias patriarcales. En esta manera es menos una discusin de preferencias ideolgicas y ms del legado histrico que influye la estructura y el estilo de imaginar el estado-nacin en las Amricas.Y es esta misma estructura histrica y estilo literario que observamos cien aos mas tarde en los Andes, esta vez en la novela El Sexto de Jose Mara Arguedas (el nombre es el mismo de una vieja prisin en Lima). En el final de la novela uno de los prisioneros negros exclama, mi pene lo mato. Este personaje se refiere al hecho que durante aos este hombre haba exhibido su pene por centavos hasta ahorrar lo suficiente para comprar la cuchilla con la cual mata al director corrupto de la prisin. En esta imagen violenta, y de justicia callejera, con ms de un siglo de frustracin racial, sexual, poltica, e histrica entre manos se expresan las heterogneas formas en que la cultura nacional (y Andina) se ha venido desarrollando. Pero mas idneamente la frase de Juan Montalvo y la de este prisionero en la novela de Arguedas ofrecen una de las ms importantes lecciones histricas del continente: y eso es que en Latino Amrica no importa el arma (pluma, rgano sexual o esta misma resea) que se usa para efectuar algn tipo de transformacin social. Y que la vida de Garca Moreno analizada por Henderson evidencia como la historia misma, e inclusive el anlisis acadmico, son elementos culturales que siempre han estado, y continan estando, a nuestra entera disposicin revolucionaria.