FúTbol Pedagogico
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Transcript of FúTbol Pedagogico
PRESENTA:
PSIC. AMERICA ESPINOSA
Diciembre de 2003
“FÚTBOL
Y
ESPÍRITU PEDAGÓGICO”
Quienes nos encontramos dentro del torbellino del fútbol, conocemos sobre los sentimientos y emociones que puede desbordar este deporte
Sabemos que la vida tiene una magia que no puede ser tan fácilmente atrapada y explicada por la razón o por la lógica.
En el fútbol lo inexplicable se convierte en arte, y solo puede apreciarse o pensarse después del acto.
El fútbol es pasión
Los 90 ó 60 minutos de juego son los minutos más esperados de toda la preparación
el gol es el elixir de la pasión misma.
Hombres y mujeres,
mayores y menores,
vibran con la misma
intensidad desde el primer
silbatazo y hasta el último
En ese escenario multicolor de pasto, líneas y gradas de cemento ó madera, se manifiestan diferentes
aspectos de la condición humana, aspectos singulares y colectivos
Se muestra un abanico de emociones que van desde la inmensa alegría hasta el más intenso sufrimiento, todo ello en momentos
distintos del acto
Se observan rostros de admiración, rostros alegres y sonrientes; pero también rostros de incertidumbre frente a la convocatoria de los once elegidos durante los noventa
ó sesenta minutos del partido
El acto puede mostrar también, la lucha más importante del ser humano entre ser él y pensar en el otro o los otros. Ser uno, pero ser un colectivo al mismo tiempo. El fútbol no puede jugarse solo, no puede jugarse sin sentirse parte
del equipo, no puede jugarse sin preparación, sin disciplina.
En el juego se muestra todo lo que cada cual hizo en su preparación, se muestra el carácter, las fortalezas, pero también
las debilidades; se muestran las posibilidades de disfrutar o no de ese acto lúdico
Ahí se muestra la disciplina del espíritu, esto es, la forma como se han asumido los límites, las normas,
todo el marco de legalidad y de pactos que nos vinculan a la civilización y al disfrute de toda acción humana. En este aspecto se pone en juego como los
padres de familia y los maestros hemos asumido también ese marco de legalidad y como hemos sido congruentes con nuestros hijos para que ellos a su
vez respondan a esos pactos sociales que tienen que ver con las leyes y normas de convivencia.
Si esto estuviera claro en todos los seres humanos , no cabría la posibilidad de actos violentos en el seno de la actividad humana
Es porque tenemos dificultades en relación a las leyes y a los límites que muchos volcamos nuestras pasiones a nivel
de la violencia y no de la creatividad
• El fútbol nos invita a vivir la pasión dentro de un esquema de orden y legalidad, pero también el fútbol muestra la creatividad, como una forma de romper lógicas y esquemas para crear nuevas formas, nuevas acciones.
El fútbol es amor y dolor al mismo
tiempo. Amor por el placer que se vibra, porque es electivo, nunca obligatorio, no podría ser así. Dolor por lo que
implica, disciplina y sacrificio.
En el fútbol –como en muchas otras actividades- se propician diferentes aspectos que pueden ser ampliamente formativos en la educación de un niño, por ejemplo:
1.Sentido de pertenencia y de integración.
2.Capacidad de compartir y de disfrutar en lo colectivo. De disfrutar del compañerismo
3.Capacidad de tomar decisiones y asumir responsabilidades
4.Capacidad analítica y desarrollo de la inteligencia
5.Desarrollo motriz.
6.Tolerancia frente a la frustración y resistencia frente a la presión.
7.Capacidad de asumir límites y de mostrar respeto a la autoridad.
El fútbol propicia un amplio y variado conjunto de elementos valiosos que pueden ser aprovechados por el adulto que se dedica a trabajar y a gozar del fútbol con
niños y jóvenes
Pero también le ofrece al Padre de
Familia la oportunidad de recrear y recrearse de su función frente al
compromiso educativo y amoroso que tiene con su
hijo.
Ser padre plantea el reto de conocer nuestras propias angustias y limitaciones a fin de no envolver a nuestros hijos en ellas - esto a veces es lo más difícil – si bien los hijos y las hijas requieren estar muy vinculados a nosotros como padres, también requieren de una distancia suficiente que les permita encontrarse con ellos mismos, con sus habilidades, con sus fortalezas pero también con sus debilidades y angustias y salir avante de ellas.
El fútbol como muchas otras actividades le permite a los hijos
mostrarse a ellos mismos y mostrarnos a nosotros
lo que ellos tienen, lo que ellos crean.El espacio de la cancha de juego es una oportunidad que tienen
ellos de ser ellos mismos y voltear a vernos
orgullosos de lo que producen de lo que crean.
El balón que ha sido sustituido a la sonaja y al globo, lo seduce lo atrapa, le permite alejarse de la madre, he ir tomando su propio espacio; el niño toma el balón para dominarlo, para controlarlo, para saberse capaz de tomar su propio mundo y ser parte de él.
El niño tiene que ir sintiéndose poco a poco autónomo y tiene que ir poco a poco enfrentando sus pérdidas y separaciones constantes, para hacerse sujeto de su propia palabra y de su
propio deseo.
Esas pérdidas vienen desde la salida del paraíso del vientre
materno en donde vive un placer completo y
pleno, para posteriormente
separarse y enfrentar esta vida con todo lo que implica, ir a la escuela, conocer el
mundo e incorporarse a él paulatinamente.
El padre y la madre tienen que ir renunciando también poco a poco a tenerlo para sí; tienen que ir respetando su propio espacio y sus
propias decisiones, aunque éstas sean mínimas. Si queremos tener hombres y mujeres libres de pensamiento, tenemos que otorgarles la libertad poco a poco. El niño no puede quedar atado a la madre,
es por esto que la función del padre es importante. Si el niño se queda atado a la madre (o al padre), el niño pierde la posibilidad de hacer surgir su deseo; es por esto que tiene que renunciar al placer de que todo venga de la madre ( o del padre) y para eso tienen que enfrentar su angustia de separación (porque tiene que convivir y
compartir con otras personas que no son sus padres, que le demandan acciones). Un niño sin deseo
es un niño sin aliento, sin vida.
Muchas veces nuestro gran amor por los hijos nos hace confundir
y con –fundirnos con ellos intentando darles todo y resolviéndoles todos sus
problemas; queremos meternos a la cancha para ayudarles a
manejar de la mejor manera el balón. A veces más aún, les
gritamos desaforadamente por algo que ellos no pudieron
hacer, no importando que su reputación frente a sus amigos
quede en entredicho.
Esto hace que los chicos no disfruten el deleite de su partido y poco a poco renuncien a realizar actividades en las cuales no podrán satisfacer las expectativas de los padres
Por otro lado suele suceder que los padres quieran proteger a su hijo de todo “aparente “ sufrimiento y entonces entran al juego
más allá del rol que les toca jugar; el de padres. El niño se confunde cuando el padre no tiene en claro los límites de su rol ;
al descalificar la autoridad de sus maestros (entrenadores), el padre se descalifica a sí mismo en su autoridad. Esto no implica que
alguna vez los padres hablemos con los maestros sobre aspectos de los cuales no estamos de acuerdo, pero esto siempre será mejor
respetando el espacio del niño. Un niño que no admira a su profesor, no puede aprender de éste de la misma manera; para
aprender se necesita amar.
Todo este recorrido que tiene que realizar el niño se produce de mejor manera a través de un ambiente cálido y cordial; y el juego le posibilita al niño disfrutar del manipuleo de objetos y escenarios, así como de su desplazamiento motriz, y de introducirse al ámbito del tiempo y del espacio. Aspectos que son fundamentales para su desarrollo.
Los padres no deberíamos olvidarnos de esto y tendríamos que aprovechar todas las oportunidades de formación cuando en
nuestros niños aparece de sus labios el deseo de jugar algo y con alguien, o de hacer, crear o producir
Por lo anteriormente expuesto; es muy importante considerar al fútbol no sólo como una actividad deportiva más, sino como una actividad apasionada que bien encaminada puede ser una buena oportunidad para apoyar el desarrollo de nuestros hijos, así como también por otro lado nos brinda la oportunidad de desarrollar habilidades para integrarnos a equipos de trabajo y a la comunidad social.
Por esto es necesario que los adultos que participamos con nuestros hijos nunca dejemos de aprender juntos, de compartir nuestras experiencias, de mantener una actitud de apoyo, de proporcionarles un ambiente adecuado y las mejores formas para que construyan su vida y su futuro con las mejores bases.
GRACIAS
Dra. América Espinosa Hernández