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FUNDAMENTOS DE MINDFULNESS para Instructores CURSO SUPERIOR UNIVERSITARIO DE INSTRUCTOR DE MINDFULNESS

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0. Introducción a los Fundamentos de Mindfulness

1. Contemplación del Cuerpo

1.1. Mindfulness de la Respiración

1.2. Las Posturas del Cuerpo

1.3. Mindfulness con Clara Comprensión

1.4. Reflexión sobre las Diferentes Partes del Cuerpo

1.5. Reflexión sobre los Elementos Naturales

2. Contemplación de las Sensaciones Corporales

3. Contemplación de la Mente

4. Contemplación de los Contenidos Mentales

4.1. Los Impedimentos

4.2. Los Agregados del Apego

4.3. Las Bases Internas y Externas de los Sentidos

4.3.1. Las Diez Ataduras

4.3.2. Las Cuatro Realizaciones

4.4. Los Siete Factores de Lucidez (Iluminación)

4.5. Las Cuatro Nobles Verdades

a. La N. V. del Sufrimiento

b. El Origen del Sufrimiento

c. El Cese del Sufrimiento

d. El Sendero que Conduce al Cese del Sufrimiento

4.6. El Noble Óctuple Sendero

5. Esquema de Meditación Vipassana

6. Vipassana vs. Mindfulness

0. INTRODUCCIÓN A LOS FUNDAMENTOS DE MINDFULNESS

El Discurso sobre los Fundamentos de Mindfulness es esencial para aquellos que practican las

meditaciones vipassana y mindfulness porque todas las instrucciones están directa o indirectamente

basadas en las enseñanzas de este sutta (sermón).

Las enseñanzas de Buda están contenidas en lo que se denomina “los tres cestos o canastas” (tipitaka) o

colecciones del canon pali: -Suttas, colección de los discursos o sermones, -Vinaya, que trata sobre las

reglas disciplinarias y monásticas y -Abhidhamma, colección de comentarios posteriores o exégesis de las

enseñanzas.

El nombre completo de este sutta en lengua pali (en la que supuestamente hablaba el buda histórico,

Sidata Gotama) es Satipatana, que significa “fundamentos de mindfulness/atención plena”. En él, se dan

instrucciones sobre cómo desarrollar y practicar meditación mindfulness.

Este es el camino para la purificación de los seres, para superar la pena y el sufrimiento, para el cese del dolor

y el temor, para alcanzar el noble sendero, para la realización de nibana. Es decir: los cuatro fundamentos

de la atención.

Este camino ha de ser recorrido en solitario. Practicando meditación uno está andando el camino solo,

sin compañía. Uno puede estar en un grupo de meditación, uno puede realizar retiros con más personas,

pero en realidad cada uno está caminando su único camino. Nadie puede dar su concentración o su

sabiduría a otra persona. De esta manera, este es el “camino para ser caminado en solitario”. El camino

del satipatana o mindfulness es el camino al nibana, al fin del sufrimiento, a la destrucción de los

condicionamientos mentales.

En la mente de los seres humanos hay apego, ansiedad, ira, odio, miedo, envidia y demás. Esto no es ni

bueno, ni malo, simplemente es así y no nos hace felices. Los apegos o adherencias mentales a estas

emociones condicionan nuestras mentes. El satipatana puede ayudar a mejorar nuestra mente y la relación

con nuestras emociones tanto en nuestra vida diaria como cuando estamos practicando la meditación

mindfulness y aparecen todo tipo de sentimientos y pensamientos.

Cuando se practica mindfulness tratamos de estar conscientes de todo lo que nos pasa, para darnos cuenta

de todo lo que aparece en cada momento. Cuando se está consciente y atento, cuando observamos todo

durante la meditación, los estados físicos y mentales surgen, cambian y desaparecen.

El dolor físico puede ser amortiguado mediante la práctica de mindfulness. También podemos superar el

dolor mental o sufrimiento mediante su práctica. El camino es el conocimiento de los cuatro

fundamentos de mindfulness/atención plena.

¿Y cuáles son estas cuatro? Aquí, uno mora contemplando el cuerpo en el cuerpo, intensamente, comprendiendo

claramente, lúcido y con atención plena (mindfulness), desechando la ansiedad y el temor en el mundo (los

cinco agregados de la existencia).

El meditador contempla o siente el cuerpo, así es como comienza la práctica de la meditación

mindfulness. El meditador percibe o se mantiene atento al cuerpo. Aquí la palabra “cuerpo” es repetida

para asegurar que se contempla solo el cuerpo como primer paso, y no en las sensaciones, ni en la mente,

ni en los contenidos mentales que serán los pasos siguientes.

“Intensamente, comprendiendo claramente, lúcido y con atención plena (mindfulness)”: Esto

es importante, porque muestra cómo se debe meditar. Cuando se medita, el meditador contempla el

cuerpo en el cuerpo, esto es, cuando uno se hace consciente de todas las cosas que son cuerpo, uno debe

hacerlo intensamente, comprendiendo claramente y atento. “Uno dirige el esfuerzo para tener atención

mindful o para observar cualquier cosa que surja en el cuerpo material. Se refiere pues, a la energía o

intensidad que uno invierte. Sin ello no se puede mantener la atención en el objeto, y no se puede meditar.

Así pues, se necesita una cierta intensidad o energía para practicar la meditación. No es algo fácil mantener

la atención en el objeto, por ello, la energía o intensidad es un requerimiento.

El meditador “comprende claramente y con atención plena”: Cuando uno practica la meditación,

uno está con atención plena a la respiración, a los movimientos del abdomen, a los diferentes

comportamientos y las pequeñas actividades que ocurren en el cuerpo. La atención mindfulness es como

una pequeña piedra golpeando a una pared. Para poder lanzar una piedra, uno debe usar su energía. Uno

lanza la piedra con energía y ésta alcanza a la pared. Así como la piedra alcanza a la pared, mindfulness

alcanza al objeto. Cualesquiera que sean los objetos - la respiración, o los movimientos del abdomen, o

las actividades del cuerpo – la atención “va” a por esos objetos. Este alcance de la atención al objeto es

mindfulness.

Cuando en un determinado momento uno tiene mindfulness, combinado con energía e intensidad, la

atención permanece en el objeto por algún tiempo. La piedra, después de alcanzar la pared, cuando es

una pared de barro húmedo, permanece en el objeto, “pegada” al objeto. De la misma manera, la atención

va hacia el objeto, y cuando es ayudada por la energía y la atención mindfulness, permanece en el objeto.

Este permanecer de la atención en el objeto es lo que llamamos concentración. Solamente cuando el

meditador desarrolla la concentración, podrá permanecer e investigar el objeto, y así podrá obtener

sabiduría y entendimiento sobre la naturaleza real de las cosas, y logrará la clara comprensión.

Cuando tenemos concentración, cuando la atención permanece con el objeto durante algún tiempo, uno

descubre la naturaleza de la mente y el cuerpo. Se puede observar que son impermanentes, transitorios,

insatisfactorios, insustanciales. Cuando se tiene la suficiente concentración, se podrá observar el surgir y

desaparecer de las cosas. Diferentes pensamientos llegan a la mente del meditador, nos hacemos

conscientes de ellos, y ellos se desvanecen. Uno puede observar esto claramente sólo cuando se tiene la

concentración necesaria.

Vemos así que se necesitan cuatro cosas para meditar. Primero, se hace con intensidad. Segundo, se

practica concentración. Tercero, se desarrolla atención plena. Y cuarto, se entiende y comprende.

Buda mostró como meditar, como observar las cosas, como vigilar la respiración, las sensaciones, la

mente y los contenidos mentales. De esta manera, es importante cuando se medita tener la energía para

apoyar la atención y así poder generar la suficiente concentración para penetrar la naturaleza de las cosas.

“Desechando la ansiedad y el temor en el mundo”: Con estas palabras, se muestran los resultados

de la meditación, los resultados de estar comprendiendo y atentos, los resultados de poseer concentración.

Cuando estamos con atención y tenemos concentración y un entendimiento o sabiduría penetrante,

entonces se puede eliminar y superar la codicia y la aflicción. Cuando comprendemos claramente,

cabalmente, la naturaleza real de nuestra respiración o los movimientos del abdomen, o de las sensaciones

u otras actividades del cuerpo y de la mente, no tendremos en ese momento ansias ni apegos, ni mala

voluntad ni odio.

Cuando un meditador observa constantemente cada fenómeno físico y mental, momento a

momento, experimenta y comprende cada fenómeno claramente como impermanente, mientras

que la energía, la atención mindfulness y la concentración se irán desarrollando en él. Debido a

este desarrollo, la mente se vuelve tan “depurada” que incluso el enojo y el apego no surgirán sobre

los objetos no observados.

Incluso cuando esté descansando, los apegos y aversiones no surgen en el meditador. Incluso sobre

los objetos no observados, debido al hecho de estar atentos observando los objetos presentes.

Para conseguir estos beneficios, el meditador practica la contemplación de su cuerpo,

observando cada fenómeno físico que acontece en el momento presente.

Ahora, por ejemplo, si mantenemos la atención en la respiración, y somos conscientes del aire que entra

y el aire que sale, incluso antes de conseguir una concentración estable, obtendremos momentos de

concentración. Entonces uno tendrá distracciones y después concentración otra vez y otra vez

distracciones, y así sucesivamente.

Después de algún tiempo, cuando uno desarrolla su práctica y puede mantener su atención en el objeto

por periodos más largos de tiempo, se disuelve la contaminación mental por periodos más largos. Cuando

se ha alcanzado este estado, se dice que uno se ha deshecho de sus corrupciones, que uno elimina,

abandona, aniquila o erradica los impedimentos y otras corrupciones. Y una vez eliminadas, ellas no

regresan a la mente de ninguna manera.

Mora contemplando las sensaciones, intensamente, comprendiendo claramente, lúcido y con atención plena,

desechando el dolor y el pesar en el mundo.

Los meditadores prestan atención a sus sensaciones. Observan y perciben sus sensaciones. Hay tres

tipos de sensaciones: agradables, desagradables y neutras. Los meditadores están vigilantes de

cualquier sensación que está presente cada momento. Uno contempla sus sensaciones de la misma

manera que contempla su cuerpo.

Mora contemplando la mente, intensamente, comprendiendo claramente, lúcido y con atención plena,

desechando el dolor y el pesar en el mundo.

Aquí, el objeto de meditación a observar son los diferentes tipos de mente o estados de ánimos. Hay

mentes influidas por el temor, el odio, la ignorancia, etcétera. Cuando uno teme algo y es consciente de

ese temor uno está contemplando la mente que está acompañada por la tristeza . Similarmente, cuando

se está enfadado, etc.

Mora contemplando los contenidos de la mente, intensamente, comprendiendo claramente, lúcido y con atención

plena, desechando el dolor y el pesar en el mundo.

El sutta expone los contenidos mentales como: los cinco impedimentos mentales, los cinco agregados del

apego, las seis bases internas y externas de los sentidos, los siete factores mentales de iluminación, y las

cuatro nobles verdades.

Esta es una breve exposición sobre los Cuatro Fundamentos de la Atención Mindfulness, que son la

contemplación del cuerpo, la contemplación de las sensaciones, la contemplación de la mente y la

contemplación de los contenidos mentales.

Los estudiantes encontrarán muchas repeticiones en el sutta, esto se debe entender porque este Sutta y

todas las demás enseñanzas pertenecen a una época en la que no había libros, de modo que las enseñanzas

debían ser memorizadas.

1. CONTEMPLACIÓN DEL CUERPO

El primer fundamento de mindfulness es la contemplación del cuerpo. Se describe de formas y prácticas

diferentes para contemplar el cuerpo. La primera es la de la respiración.

¿Cómo se medita practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo? Uno que ha ido al bosque, al pie de

un árbol, a un lugar solitario, se sienta, mantiene su cuerpo erguido y establece su atención en el objeto de

concentración. Siempre con atención, inhala; siempre con atención, exhala.

Con las palabras, “que se ha ido al bosque, al pie de un árbol, a un lugar solitario”, se indica lugares

adecuados para la meditación. El primero es “el bosque”. Queriendo decir cualquier tipo de bosque que

proporcione el gozo del retiro. Ya que el lugar es retirado, un bosque donde nadie viva, alejado de los

ruidos de la gente que vive en los pueblos y en las ciudades. En nuestros tiempos, es difícil encontrar un

lugar tan apartado. Incluso en los bosques podemos escuchar ruidos de aviones, etc.

El segundo lugar mencionado en el sutta es “a pie de un árbol”, en un lugar tan tranquilo como un bosque.

El tercero dice simplemente un “lugar solitario”, podrá ser en una ciudad o en un pueblo, pero es un

lugar solitario. Con respecto a estos tres lugares, la privacidad es la condición más importante. De modo

que cualquier lugar que ofrezca aislamiento o privacidad será un lugar adecuado para

meditación.

En otros suttas, se exponen listas de lugares tradicionalmente solitarios: un bosque, un árbol, una roca, un

acantilado, una cueva en la montaña, un parque o un espacio abierto. Todos estos lugares deben ser

entendidos también como lugares solitarios.

Se mencionan estos lugares porque son los más adecuados para los principiantes que necesitan lugares

tranquilos y libres de distracciones. Un centro para retiros de meditación o un monasterio suele proveer

un ambiente solitario y apropiado para la meditación. Para aquellos que tienen experiencia y su

concentración ha madurado lo suficiente, cualquier lugar es adecuado para la meditación.

“Se sienta, mantiene su cuerpo erguido y dirige su atención al objeto de concentración”.

Las personas se sientan ya sea en una silla, en un banco o en un cojín con algún grado de confortabilidad

pues es necesario para la práctica de la meditación.

“Mantiene su cuerpo erecto,” significa que los meditadores yerguen su cuerpo. Cuando la columna

vertebral está erguida, las dieciocho vértebras de la columna también están descansando unas sobre otras.

Cuando nos sentamos erguidos, los músculos, tendones, nervios, la piel y la carne no están retorcidos, y

las sensaciones de dolor no aparecerán en el cuerpo tan rápidamente como si estuvieran más presionadas.

La mente puede unificarse durante la meditación y en vez de bloquearse cuando el dolor aumenta, podrá

atender al crecimiento y desarrollo de mindfulness.

1.1. MINDFULNESS DE LA RESPIRACION

“Se establece la atención plena en el objeto de concentración”. Aquí, el objeto de meditación es la

respiración. Así, uno dirige su atención, establece su atención, centra su atención en la entrada y salida de

la respiración.

“Siempre con atención plena, mindful, inhala, siempre con atención plena, mindful, exhala”: Esto explica

la práctica de la meditación. Cuando se practica la meditación, se mantiene la atención en la respiración.

Se inspira y se expira con mindfulness. En efecto, uno sitúa la atención en la entrada de las fosas nasales

y observa el roce que produce la respiración entrando y saliendo continuamente, momento a momento.

La atención permanece en la entrada de los orificios de la nariz, no sigue la respiración en su recorrido

dentro y fuera del cuerpo

Cuando se practica la meditación en la respiración, ésta se puede observar de diferentes maneras. Cuatro

de estas maneras son mostradas en este Sutta.

Observando una inhalación larga, él comprende, “tengo una inhalación larga”; Observando una exhalación

larga, él comprende, “tengo una exhalación larga”.

Mientras se observa la respiración, a veces los meditadores sienten respiraciones largas, profundas o

cortas. Entonces, perciben, han sido conscientes de ello si han tenido la suficiente atención en la

respiración. Esto no significa que se tenga que respirar profundo deliberadamente para saber que están

respirando de esta manera.

Observando una inhalación corta, comprende, “tengo una inhalación corta”; Observando una exhalación

corta, comprende, “tengo una exhalación corta”.

Los meditadores también tienen respiraciones cortas. En ese momento, se percibe para ser plenamente

consciente de que uno está teniendo respiraciones cortas. Aquí también debe ser entendido que no se

propone hacer respiraciones cortas deliberadamente, sino darse cuenta en el momento en que se tenga

una respiración corta.

“Siendo consciente del cuerpo entero de la inhalación” así, se entrena. “Siendo consciente del cuerpo entero de

la exhalación,” así, se entrena.

Cuando se observan las respiraciones, uno intenta observar todas las respiraciones claramente. “Siendo

consciente” significa observarlas vívidamente, con claridad. Aquí no significa el cuerpo físico entero,

sino solamente el de la respiración, y “entero” se refiere al principio, transcurso y final de la respiración,

momento a momento. Por ello, los meditadores intentan observar plenamente el principio, transcurso y

final de cada respiración. Esta sección trata la atención plena mindfulness en la respiración, de modo que

el objeto de esta meditación es la respiración y no el cuerpo físico entero.

‘Se entrena así, “Inspiro conscientemente, observando con claridad, nitidez, el principio, transcurso y final del

cuerpo entero de la inspiración. Espiro conscientemente, observando con claridad, nitidez, el principio,

transcurso y final del cuerpo entero de la espiración” de esta manera, se entrena, conscientemente, observándolas

claramente’.

Esto no significa que los meditadores deban respirar más vigorosamente para que la respiración se vuelva

más clara y observable. Se dice que su concentración y entendimiento es más profundo y minucioso

solamente cuando pueden percibir claramente el principio, transcurso medio y el final de la respiración.

Por ello, los meditadores no deben respirar con mayor vigor para observarla más claramente. Si así se

hiciera, el cansancio aparecería con mayor rapidez. De modo que la respiración debe ser normal, natural,

tal como surja.

Cuando practicamos este tipo de meditación, intentamos poner la intensidad adecuada para observar las

inspiraciones y espiraciones claramente, mientras que se respira naturalmente.

¿Cuántas cosas se necesitan para poder observar las respiraciones claramente? ¿Cuantos factores están

involucrados en cada acto de clara observación? Se necesita intensidad, mindfulness, concentración y

entendimiento.

“Calmando la inhalación densa, gruesa, condicionada por el cuerpo, inhalaré,” así, se entrena; “calmando la

exhalación densa, gruesa, condicionada por el cuerpo, exhalaré,” así, se entrena.

Sankhara significa condicionado, pero también puede significar “volición”, acto de la voluntad.

Algunas veces, significa “factores mentales”, dirigidos por la voluntad, volición. Otras veces, sankhāra

significa “todo lo que existe en el mundo, todo lo que está condicionado,” como cuando por ejemplo se

dice que “todos los sankhara son impermanentes”. Aquí significa “la respiración que está condicionada

por el cuerpo”. Lo que reamente se quiere decir aquí con este término es la respiración que es agitada y

tiene que ser calmada.

La expresión, “calmando la inhalación que surge densa, gruesa”, no debería ser tomada como si los

meditadores debieran deliberadamente calmar, inhibir, o aquietar su respiración. Lo que aquí significa es

que cuando la respiración se va volviendo más calmada, también se vuelve más sutil y los

meditadores ponen más atención e intensidad para discernirla. La respiración no es como otros objetos

de meditación que se vuelven más claros a medida que incrementamos nuestra concentración y

entendimiento. No sucede lo mismo con la respiración que, a medida en que progresamos en nuestra

práctica y concentración, se vuelve cada vez más sutil y más difícil para poder ser percibida.

Cuando no meditamos, el cuerpo y la mente no están descansados. Las respiraciones, que dependen de

la condición del cuerpo y de la mente, surgirán de forma densa, gruesa. Pero cuando continuamos

meditando, la mente y el cuerpo comienzan a aquietarse, a tranquilizarse, y las respiraciones se vuelven

más sutiles. Cuanto más progresamos en el desarrollo de la concentración, más sutil se vuelve la

respiración. Al no encontrar nada que percibir no puedo notar las respiraciones porque son demasiado

sutiles, y mi concentración y mi entendimiento no están lo suficientemente afilados ni desarrollados. De

modo que pongo más atención en el objeto de meditación e intento percibir estas respiraciones tan sutiles.

Cuando en el curso de la meditación, las respiraciones se vuelven así de imperceptibles, el meditador no

debe abandonar la meditación. Uno intensifica la atención para percibir esa respiración tan sutil hasta que

se vuelve clara otra vez. Esto es lo que significaba en el texto “calmando la inhalación densa, gruesa”.

En el sutta, se nos enseña cuatro maneras para meditar sobre la respiración. Cuando practicamos esta

meditación, deberíamos percibir plenamente las respiraciones largas, las respiraciones cortas, la duración,

es decir, todos los diferentes momentos de cada respiración, de principio a fin, y las respiraciones que se

vuelven sutiles, casi imperceptibles.

Así, tenemos ahora cuatro maneras de respirar con atención mindful. Primero, cuando tenemos una

inhalación larga, uno debería saber que está inhalando largo. Segundo, y de la misma manera, sabemos

cuándo estamos teniendo une exhalación larga. Tercero, sabemos cuando tenemos una inhalación corta.

Y cuarto, sabemos cuando estamos teniendo una exhalación corta. Estas son las cuatro reglas para

respirar con atención plena, mindful. Los practicantes meditadores son conscientes de qué tipo de

respiración está siendo experimentada en cada momento.

Así, él mora contemplando el cuerpo internamente, o… externamente, o tanto internamente como

externamente.

¿Y qué quiere decir aquí “contemplando internamente”? significa que los meditadores contemplan o se

mantienen mindful de sus propias inspiraciones y espiraciones. Cuando se mantiene la atención en

nuestra propia respiración se dice, “contemplando el cuerpo internamente”.

Cuando hemos alcanzado una buena práctica en mantener la atención en nuestras propias

respiraciones, ocasionalmente uno podría atender también en las respiraciones de otras personas. “Así

como mis respiraciones tienen un principio y un final, surgen y desaparecen, así sucede también con las

respiraciones de otras personas.” De esta manera, uno contempla las respiraciones de otras personas.

Haciendo esto, se dice que estamos “contemplando el cuerpo externamente.”

Mora contemplando los factores de origen de la respiración, o mora contemplando los factores de disolución de

la respiración, o mora contemplando tanto los factores de origen como los de disolución de la respiración.

Aquí, “los factores de origen” significa los factores que producen la respiración. Para que la respiración

se produzca, se necesita un cuerpo físico, los orificios nasales y un impulso respiratorio.

Dependiendo de estas tres cosas, cada respiración es producida en el cuerpo. Sin ellos, no puede existir

la respiración. Por ello, estas tres cosas son llamadas “los factores de origen de la respiración”. Cuando

el meditador contempla esto, se dice que está contemplando “los factores de origen de su respiración”.

Los meditadores que de manera muy cercana observan el surgir de la respiración, momento a momento,

en cualquier momento y en cualquier lugar (como sentir la respiración en la nariz), se dice que están

contemplando el surgir de la respiración. De la misma manera, los meditadores que observan de manera

muy atenta la desaparición, momento a momento, en cualquier momento y lugar (como puede ser la

respiración entrando la nariz) se dice que están contemplando la disolución de la respiración.

Cuando uno observa la respiración, primero observa el principio de la respiración, entonces la respiración

termina y se observa que desaparece. Cuando uno lo mira más minuciosamente, se observa el surgir y la

disolución de la respiración.

Es más natural y probable que el meditador vea el surgir y la desaparición de la respiración más que los

propios factores de origen y disolución. Sin embargo, no se puede descartar el observar la causa de su

origen y su disolución durante la meditación.

O su atención plena, mindfulness, está establecida como “hay solamente respiración”.

Cuando mantenemos la atención en la respiración, no observamos nada más que la respiración.

Solamente hay respiración, no hay persona, no hay ser, no hay mujer, no hay hombre, no hay individuo,

no hay yo, nada perteneciente al yo, no hay alma, no hay nada perteneciente al alma, etc... Solamente hay

respiración, sin nadie que está regulando la respiración, nadie está dando órdenes a la respiración, nadie

crea la respiración, simplemente está la respiración. De esta manera, mindfulness es establecida.

Y esta atención plena, mindfulness, está establecida en un grado necesario para un consiguiente y mayor

conocimiento, sabiduría y atención pura.

Esto significa que esta atención mindful que observa que “solamente hay respiración”, es establecida para

un posterior y más desarrollado estado de conocimiento y mindfulness. Cuando se practica la observación

de la respiración como meditación, el meditador va adquiriendo progresivamente un mayor conocimiento

y atención.

Vive sin depender ni apegarse a nada.

Cuando mantenemos la atención en la respiración, la observamos, y la llegamos a ver como un ir y venir

cada momento, uno no puede ver nada a lo que la mente pueda apegarse o adherirse. La respiración viene

y va, la respiración no es nada a lo que apegarse, es simplemente respiración. Cuando el meditador observa

el surgir y desaparecer de todos los fenómenos, tanto los físicos como los mentales. No encuentra nada

a lo que apegarse por medio de las expectativas. A veces estamos apegados o ansiamos cosas. Una persona

quiere algo, le gusta algo y se apega a ello.

De modo que por medio de las expectativas uno se apega, la mente se adhiere a esas cosas. Sin embargo,

cuando uno llega a ver, tanto la verdadera naturaleza de la respiración, como del cuerpo y de la mente,

no encontrará nada a lo que apegarse o de lo que volverse dependiente.

Ni tampoco se aferra a nada en el mundo de los cinco agregados del apego.

“Cinco agregados del apego, (de la adherencia)”, significa los cinco agregados que son objetos del apego

o de la adherencia. Ellos son el agregado del cuerpo, el agregado de las sensaciones, el agregado de la

percepción, el agregado de las formaciones mentales, y el agregado de la consciencia. En resumen, todas

las cosas de este mundo pertenecen a uno u otro de estos cinco agregados. Observando la verdadera

naturaleza de las cosas, los practicantes de la meditación no se apegan a nada en este mundo porque ya

no se crea más expectativas, ansia, ni tampoco aferramiento hacia ninguna cosa.

De este modo uno mora contemplando el cuerpo.

Así es como se indica que las enseñanzas sobre la meditación en la respiración han terminado.

La meditación en la respiración puede ser practicada como meditación samatha o como meditación

vipassanā. La meditación samatha significa meditación de tranquilidad, la cual nos conduce a

alcanzar altos estados de concentración.

Cuando se practica la meditación samatha en la respiración, se mantiene la atención en la respiración y

contamos cada respiración. Al principio uno cuenta lentamente. El propósito de contar es ayudarse a

mantener la atención en el objeto, podría compararse a “atar” el objeto con una cuerda. Una vez que se

ha logrado la suficiente concentración con este método de contar y puede permanecer en el objeto sin

distraerse, se puede dejar de contar y simplemente mantenerse atento y consciente de la inspiración y de

la espiración. Primero se cuenta, y después se practica lo que llamamos conectar o reunir la atención

y la respiración, sin contar. Simplemente mantenemos la atención en la respiración, y ésta se vuelve cada

vez más y más sutil.

Cuando se practica la meditación vipassanā en la respiración, no se cuentan las respiraciones, uno

simplemente mantiene su atención mindful sobre la respiración y lo practica acorde a las cuatro fases,

respiración larga, respiración corta, comprender claramente el ciclo entero de la respiración, y calmar la

respiración que surge densa, gruesa.

En la meditación samatha, no se contempla el surgir y el desaparecer de los objetos. Simplemente se

mantiene la atención en los objetos, justamente esto. Cuando se dice que uno contempla el origen, el

surgimiento, o se contempla la disolución y el desvanecerse, uno no está atado, “agarrado” a nada.

Cuando se practica la meditación vipassanā, mantenemos la atención en la respiración, y

también hacia todas las cosas que surjan a través de las seis puertas de los sentidos en cada

momento, en el momento presente. Cuando vemos algo, nos hacemos conscientes de ello. Cuando

oímos algo, cuando pensamos en algo o aparecen distracciones o pensamientos dispersos, estamos

atentos a ellos y nos hacemos conscientes de ellos. Esta es la diferencia entre la meditación vipassanā y la

meditación samatha. En la samatha mantenemos la atención solamente en el objeto de meditación e

ignoramos todo lo demás. En vipassanā, mantenemos la atención, la consciencia, sobre todo lo que sea

presente, todo lo que nos surja, lo que aparezca en el momento presente.

1.2. LAS POSTURAS DEL CUERPO

El segundo aspecto de la contemplación del cuerpo se llama “Las Posturas Del Cuerpo”. “Posturas”

significa aquí los cuatro comportamientos que el cuerpo adopta de manera más usual y natural:

caminando, levantado o de pie, sentado y tumbado. Los practicantes utilizarán las cuatro posturas

para su meditación mindfulness.

Uno percibe, “voy”, cuando está yendo; uno percibe, “estoy de pie”, cuando está de pie; uno percibe, “estoy

sentado”, cuando está sentado; uno percibe, “estoy tumbado” cuando está tumbado o simplemente, así como

su cuerpo esté dispuesto, uno lo percibe.

Aquí, “uno percibe” significa que los meditadores perciben, saben o conocen profundamente,

claramente. No es simplemente un conocimiento superficial, sino un conocimiento profundo de lo que

está pasando en cada momento. Los meditadores conocen con claridad que están caminando, que están

sentados, que se están sentando, que están levantados, que se están levantando, que están tumbados o

que se están tumbando. La atención mindfulness debe ser aplicada en todas las posturas del cuerpo.

La última frase, “así como su cuerpo esté dispuesto, él percibe”, se enfatiza aquí al cuerpo como un todo,

en su totalidad. De este modo, cuando uno comprende que su cuerpo, en su totalidad, está yendo, está

levantado o está sentado uno puede estar siguiendo las instrucciones dadas en la última indicación que

abarcan también todos los pequeños comportamientos y posturas del cuerpo; no solamente el caminar,

levantarse, sentarse o tumbarse, sino también todos los pequeños movimientos como estirarse, agacharse,

avanzar hacia adelante o hacia algún lado.

Cuando practicamos mindfulness estamos atentos a todas las cosas que suceden en cada

momento. De esta manera, en la indicación “así como su cuerpo esté dispuesto, él percibe”, todos los

demás comportamientos y posturas son incluidos. La meditación mindfulness es practicada no solamente

en las cuatro posturas principales, sino con todas las pequeñas y variadas posturas y es practicada todo el

tiempo, y no solamente cuando estemos en un retiro de meditación.

A veces se puede estar consciente del caminar superficialmente, pero no siempre se está plenamente

conscientes de ello. La intención de caminar y el caminar no suceden en el mismo momento. Su

conocimiento es de esta manera, superficial, y no es mindful. Cuando una persona que no medita camina,

no observa la intención y el movimiento, que es físico, uno separado del otro. Solo tendrán una vaga idea

de lo que es caminar, podrán pensar que la mente y el cuerpo actúan juntos. No observan claramente los

aspectos físicos y mentales que suceden al caminar. Habitualmente, no se presta la estrecha y minuciosa

atención suficiente a lo que realmente está pasando en el momento presente.

Cuando se observa el caminar profundamente, como se hace en meditación, se conoce que el caminar

está compuesto por sucesivos movimientos causados por la intención. En la estrecha observación de la

meditación, se observa como en cada momento ellos surgen y después desaparecen. Esto es lo que los

meditadores experimentan cuando practican meditación. Se puede parar a la gente caminando en la calle

y preguntarles sobre lo que están pensando. La mayoría probablemente podrían estar pensando en cosas

de su casa o del trabajo. Incluso si por algún momento estuvieran atentos a su propio caminar, su

conocimiento probablemente sería superficial.

Un meditador mientras camina es consciente del movimiento, y observa o toma nota de las tres fases que

contiene un solo paso de cada pie: elevación, movimiento hacia delante y la bajada del pie. Se observa

estrechamente el proceso de andar. Cuando se está meditando, uno comprende en cada momento cuándo

ocurre el proceso de caminar. Se está consciente cada momento de la intención y del mero movimiento,

del “ir”. Estando consciente, el meditador observará la intención que subyace a cada acción voluntaria,

siempre que se mantenga la concentración suficiente.

Algunos meditadores en su práctica sienten, se dan cuenta o experimentan que la intención está moviendo

su cuerpo. Ellos ven pues claramente la intención y el movimiento. Cada momento hay intención y hay

movimiento, ellos son conscientes de ello, porque están observando profundamente la acción de caminar.

Los meditadores también observan que porque hay sucesivos momentos de intención, hay sucesivos

movimientos del cuerpo.

Cuando se observa la intención y el movimiento estrechamente, el meditador descubre que estas

intenciones y movimientos vienen y se van muy rápidamente. No duran mucho tiempo. Estas intenciones

y movimientos aparecen y desaparecen, cada momento. Uno puede ver esto cuando logra una

concentración real, este conocimiento es directo, claro y preciso.

El meditador sabe que la intención y el movimiento que existen en un momento, no existen al momento

siguiente. Estos, sencillamente desaparecen en el momento, y al momento siguiente hay nuevas

intenciones y nuevos movimientos. A cada momento se renuevan, o se puede decir que surgen nuevas

intenciones y nuevos movimientos.

Los meditadores descubren que lo que es ahora, no es lo mismo que lo que ha sido en el pasado, y no es

lo mismo que lo que será en el futuro. En todo momento, presente, pasado o futuro, todo está en

continuo movimiento, surgiendo y desapareciendo. Su conocimiento profundo de su “ir” o caminar es

la base o condición para su posterior desarrollo. Los meditadores continuan su observación del surgir de

los fenómenos a cada momento y desarrollan la concentración y la sabiduría más y más.

Cuando la atención mindfulness está firmemente establecida en aquellos que practican meditación y

observan el ir, levantarse, sentarse y tumbarse de esta manera, se puede decir que el conocimiento de

aquellos que meditan es a la vez meditación y fundamento de Mindfulness.

Cuando los meditadores conocen profundamente y con precisión qué constituye el acto de caminar;

cuando conocen la intención de ir, el “ir” en sí mismo, se dice que su conocimiento es directo y profundo.

¿Por qué sucede ese ir o caminar? Cuando alguien quiere caminar, primero, está la intención de ir y

entonces, este deseo, intención o mente con intención de ir, causa el surgir del movimiento en las partes

del cuerpo que están implicados en el acto de ir, por ejemplo, en el pie, y entonces se produce el

movimiento en las diferentes partes del cuerpo.

De esta manera, las personas que meditan se dan cuenta de cómo es este “ir” realmente, y no como

aparenta ser. Esto significa que los meditadores alcanzan un conocimiento real y correcto de el “ir”. Del

mismo modo, ellos conocen el levantarse o estar levantado, el sentarse o estar sentado, y el tumbarse o

estar tumbados, y todos los demás comportamientos del cuerpo. Así, este cuerpo se mueve porque hay

consciencia que causa el surgir que hace que el cuerpo se mueva. Si no hubiera consciencia, no habría

movimiento.

En el comentario, podemos encontrar una serie de versos al respecto:

‘Como un barco que va impulsado por la fuerza del viento,

como la flecha va impulsada por la fuerza de un arco,

Así como están atados los hilos a la espalda de la marioneta,

así está asociada la mente al cuerpo-marioneta

y de esta manera, cuando la consciencia “tira del hilo”, el cuerpo se mueve, se levanta, se sienta.

¿Dónde está y quién es este ser vivo, que aquí, sin causas ni condiciones que le sostienen,

puede levantarse o caminar, por la fuerza de su propia energía interna o poder?’

Sin estas condiciones, sin estas causas de apoyo, no habría ni caminar, ni sentarse, ni levantarse, ni ningún

tipo de movimiento.

De esta forma, uno aprende a observar a través de la meditación. El meditador logra este conocimiento

directo meramente por el hecho de observar atentamente lo que está sucediendo en el momento presente.

Uno observa en cada momento lo que surge a través de las seis puertas de los sentidos. Por ello, el

conocimiento de una persona que medita y el conocimiento de una persona que no medita es muy

diferente. Cuando los meditadores han desarrollado su conocimiento y observan que hay intención y que

hay movimiento, y comprenden que son dos cosas separadas, donde una es causada por la otra, ellos

observan la intención y el “ir” apareciendo y desapareciendo en cada momento. Solamente entonces se

puede decir que tienen el entendimiento y el conocimiento correcto de lo que está pasando.

Así mora contemplando el cuerpo internamente, o mora contemplando el cuerpo externamente, o mora

contemplando el cuerpo tanto interna como externamente.

Cuando los meditadores observan su propio caminar, levantarse o estar de pie, cuando se sientan o están

sentados, cuando se tumban o están tumbados y otros pequeños comportamientos, se dice que están

“contemplando el cuerpo internamente”.

Algunas veces, los meditadores contemplan una y otra vez, como dentro y fuera, su propio caminar y el

caminar de otras personas, cuando esto sucede, se dice que están “contemplando el cuerpo tanto interna

como externamente”. “Así como mi caminar es impermanente, impersonal así es el caminar de otras

personas”.

Mora contemplando los factores de origen en el cuerpo, o mora contemplando los factores de disolución en el

cuerpo, o mora contemplando tanto los factores de origen como los de disolución en el cuerpo.

“Factores de origien” significa la causa del surgimiento del cuerpo o la materia y también la causa del

“surgir” en sí mismo. Hay diferentes causas para que surja la materia. El alimento es una de las causas

por las que surgen las propiedades materiales. Algunas veces, durante la meditación, los practicantes

contemplan las causas por las que surge el cuerpo o por las que surgen las propiedades materiales El

cuerpo surge aquí.

Es más, los meditadores llegan a ver el surgimiento en sí mismo. Cuando los meditadores tienen la

atención mindful en su caminar, ellos ven el surgimiento del deseo de caminar y el surgimiento de los

movimientos. Cuando ellos ven las cuatro causas o “el surgir” en sí mismo, se puede decir que ellos están

“contemplando los factores de origen”.

Cuando los meditadores contemplan los “factores de disolución”, comienzan a ver que hay movimiento en un momento y desaparece en el momento siguiente. Así, los meditadores también llegan a ver, cuando se presta la atención profunda a lo que está sucediendo, la disolución o el desaparecer de los diferentes fenómenos.

Cuando el meditador alcanza el estado o fase de conocimiento que es llamado “comprender las

características de los fenómenos”, se llega a ver las señales de la disolución claramente. Cuando uno

alcanza ese estado de conocimiento que reconoce “el surgir y desvanecer” de los fenómenos, uno ve el

surgimiento y la desaparición claramente y experimentalmente. Cuando se alcanza la siguiente fase, el

conocimiento de la disolución de las cosas, entonces el reconocimiento del surgir y el desaparecer se

vuelve todavía más vívido.

O su atención plena, mindfulness, está establecida como, ´hay solamente cuerpo´, en un grado necesario para

un consiguiente y mayor conocimiento, sabiduría y atención pura mindfulness.

Cuando los meditadores están completamente conscientes de lo que está sucediendo en su cuerpo, ellos

observan que hay solamente un cuerpo. En las primeras etapas, uno podría no tener un claro

entendimiento de que hay solamente cuerpo. Pero cuando se progresa, la atención plena mindfulness del

meditador estará establecida como “hay solamente cuerpo”.

Vive sin depender ni apegarse a nada por medio del deseo ni de las concepciones erróneas. Ni tampoco se

aferra a nada en el mundo de los cinco agregados del apego.

Cuando los meditadores observan el surgir y desaparecer de los diferentes fenómenos, ellos no ven razón

para estar atados, apegados mentalmente a nada. No ven razón para apegarse a nada. Entonces, no tienen

apego por lo que está sucediendo. No tienen ningún apego hacia sí mismos o apego por la acción de “ir”.

No se apegan a nada porque ven claramente, por conocimiento directo, que todo es impermanente,

llegando, surgiendo y desapareciendo.

Cuando los meditadores pueden mantenerse sin estar mentalmente apegados a algo, sin estar aferrados a

algo, sus ataduras y deseos están temporalmente inhibidos o momentáneamente eliminados. Cuando uno

no tiene ansia, deseo, atadura o aferramiento por nada, entonces uno ha suprimido las expectativas y la

atadura momentáneamente con respecto a las cosas que observa, y con respecto a las cosas que no

observa, el deseo y el apego no surgirán por algún tiempo.

De este modo, uno mora contemplando el cuerpo.

Así, los meditadores obtienen una atención plena, mindful sobre cualquier cosa que estén haciendo,

andando o levantados, sentados o tumbados, o cualquier pequeña postura que pudieran realizar. De este

modo, ellos se mantienen con atención plena mindful de su cuerpo, y están “contemplando el cuerpo”.

1.3. MINDFULNESS CON CLARA COMPRENSIÓN

Cuando los maestros de meditación dan instrucciones o hablan sobre la práctica de meditación utilizan

diferentes expresiones, pero realmente significan la misma cosa, “ser conscientes del objeto”, “tener

atención mindful en el objeto”, “observarlo”, “tomar nota de él”, “intentar sentirlo claramente”, “intentar

conocerlo claramente”, todas estas instrucciones significan la misma cosa, y quieren decir “mantener la

atención en el objeto y observarlo estrechamente y con precisión.”

Yendo hacia delante y yendo hacia atrás, uno aplica clara comprensión.

¿Cuál es esta clara comprensión que debe ser aplicada? Antes de intentar entender cómo uno debería

aplicar clara comprensión, tendremos primero que conocer el término “clara comprensión”.

Su primer significado es correctamente, precisamente. Por lo tanto, cuando los meditadores intentan

observar los objetos de meditación, los deben ver claramente y con precisión. No deben confundirlos

con otras cosas. Cuando uno está intentando distinguir la mente de la materia, y la materia de la mente,

uno ve la mente separada de la materia y la materia separada de la mente.

El segundo significado es completamente. Cuando los meditadores ven o disciernen un objeto, ellos

deben conocerlo en su totalidad, en todos sus aspectos como fenómeno físico o mental. Uno debe

conocer la característica, función, manifestación y causa próxima de cada objeto dado.

El tercer significado es comprender de una manera equilibrada, uniformemente. Cuando una persona

practica meditación, pone cinco facultades mentales a trabajar. Estas cinco facultades son confianza,

intensidad, concentración, mindfulness y sabiduría. Ellas están en armonía y equilibradas entre sí.

Especialmente importante es el equilibrio entre energía y concentración.

“Clara Comprensión” significa ver con precisión, ver todas las cosas en su totalidad,

integralmente, observar el objeto usando todas las facultades mentales. Cuando uno aplica clara

comprensión, significa que uno observa o toma nota del objeto, poniendo una atención minuciosa en él,

tratando de verlo profundamente, con precisión, y con todas las facultades mentales en equilibrio.

Hay cuatro tipos de clara comprensión. Los meditadores tienen que entender y observar cada una de

las pequeñas acciones del cuerpo con estos cuatro tipos de clara comprensión en la mente.

El primero es “teniendo clara comprensión de lo que es beneficioso” (1) significa considerar si es

beneficioso aquello que se vaya a hacer. Cuando los meditadores comprenden que es beneficioso, lo

hacen y cuando comprenden que no es beneficioso, evitan hacerlo. Por ejemplo, cuando alguien está

practicando meditación, como realizar las contemplaciones del cuerpo, es una actividad beneficiosa que

será provechosa para aquellos que las hacen. Esta es la primera clara comprensión, la clara comprensión

de lo que es beneficioso.

Lo siguiente es considerar si es o no apropiado (2). Algunas veces, aunque podría ser beneficioso hacer

algo, ello no podría ser adecuado, de acuerdo al lugar y al tiempo. Por lo tanto, examinar si algo es o no

es adecuado, es el segundo tipo de clara comprensión, la “clara comprensión de lo que es adecuado”.

Estos dos tipos de clara comprensión puede ser aplicada a todas las actividades diarias de la vida ordinaria.

El “espacio del meditador” (3) es la tercera comprensión clara. Significa meditar con recogimiento (a

solas con la realidad). Se dice que cuando la gente está en su propio espacio o en su propio territorio, no

se harán a sí mismos ningún daño y este dominio son Los Cuatro Fundamentos de Mindfulness. La

práctica de los Cuatro Fundamentos de la Atención Mindfdulness se dice que es el territorio o el espacio

ancestral de los meditadores. Yendo a un sitio o a otro la meditación debe ser practicada. La “clara

comprensión del espacio” significa practicar meditación.

Así, puede ser también cualquier persona que medita el día entero, caminando y sentado. Levantándose

temprano en la mañana, hace lo que tenga que ser hecho en los asuntos del día. Hace todo esto con

atención mindful y, entonces, después de sentarse a meditar durante algún tiempo, se dirige a sus

actividades.

Lleva la meditación consigo. Esto significa que practica la meditación mindfulness tanto caminando

como conversando. Lleva la meditación consigo al hablar con otras personas con atención plena. Es

también un meditador que medita durante todo el día y hace todas las tareas que tengan que ser hechas.

Después, se sienta a meditar durante algún tiempo y cuando termina se sienta a comer. Habiendo comido,

alcanza un grado de tranquilidad y puede practicar meditación. Cuando come algo, lo hace con atención

mindfulness, justamente como lo hacen los meditadores durante un retiro, siendo consciente de todos

los actos involucrados en el acto de comer. Come meditando y regresa a las actividades diarias donde

puede concentrarse más fácilmente en el objeto de meditación. Mantiene su meditación mientras

consume el alimento. Por ello, durante un retiro y en la vida diaria, la hora de la comida es también un

tiempo para la meditación. Las instrucciones son dadas para practicar mindfulness incluso mientras se

come.

Ha cultivado la capacidad para meditar. Se levanta pronto, realiza las tareas con atención mindful, y

se sienta a meditar por algún tiempo. Practica la meditación el día entero y medita todo el tiempo. Cuando

estamos en un retiro, uno está practicando meditación todo el tiempo. Manteniendo la meditación

atentamente durante todos los momentos. Desde que nos levantamos en la mañana hasta que nos

dormimos en la noche para eliminar las impurezas mentales en el momento en que aparezcan, se practica

meditación todo el tiempo.

Aplicar la “clara comprensión del espacio” es la clara comprensión de practicar la meditación. Es

vivir siempre en el espacio, nunca se abandona, caminando, de pie, tumbado o sentado. Al mantenerse

dentro del espacio, también se practica llevar la meditación a todas partes.

El último tipo es “la clara comprensión sin confusión, sin engaños” (4). Esto significa no confundir

los diferentes actos que suceden mientras vamos y venimos, cuando hablamos, cuando guardamos

silencio, etc. Esta “clara comprensión sin ignorancia” aparece cuando ya se aplica profundamente la “clara

comprensión del espacio” o la práctica de la meditación va madurando. De modo que cuando se practica

meditación, es muy importante “la clara comprensión del espacio”. Esto significa que se aplica la

comprensión a cualquier cosa que uno esté haciendo, yendo o viniendo, etc...

Cuando uno mantiene su atención mindful, llega un tiempo en el que se ve claramente la naturaleza real

del movimiento. Su conocimiento es preciso, profundo y directo al objeto.

Al mirar directamente al frente y a los lados, aplica clara comprensión.

Esto significa que cuando los meditadores miran adelante o a un lado, pueden tener clara comprensión

de lo que está sucediendo, y al mirar al frente, o a un lado, también aplicaran los cuatro tipos de clara

comprensión.

Cuando los meditadores mantienen su atención mindfulness en cualquier momento en que ellos “miren”,

entonces están aplicando “la clara comprensión del espacio”. Cuando su meditación ha alcanzado un

cierto grado de madurez, ellos llegan a ver que hay solamente dos cosas al mirar hacia adelante

o al mirar a los lados. La mente y el cuerpo, la intención de ver y el acto de ver, los cuales pertenecen

a la mente, y lo que es visto.

Doblando o estirando sus miembros, también aplica clara comprensión.

Cuando uno aplica “la clara comprensión del espacio”, esto es, ser conscientes de lo que está haciendo,

al doblar o estirar sus miembros, se llega a ver entonces que cuando hay intención, hay ese movimiento.

Solamente hay intención y el movimiento. Cuando somos conscientes de las actividades, comprendiendo

mentalmente aplicamos “clara comprensión del espacio”. Cuando va madurando nuestra clara

comprensión, vemos que hay solamente consciencia y materia.

Al comer, beber, masticar y saborear, aplica clara comprensión.

Cuando los meditadores hacen estas cosas aplican clara comprensión. Cuando se come, se debería comer

alimentos adecuados, no se debería comer alimentos que no son buenos para nosotros. Cuando uno se

mantiene aplicando clara comprensión a lo que se está comiendo, uno ve que solamente hay un cuerpo

comiendo y la atención en la comida.

Al obedecer la llamada de la naturaleza, aplica clara comprensión.

En la meditación mindfulness, no se ignora ninguna actividad. Los meditadores están atentos a todas las

acciones, cualquiera que sea. Todas ellas están incluidas en la meditación. Cuando uno va al baño y lo

utiliza, se está mindful de todas las actividades.

Al caminar, levantarse, sentarse, acostándose, al despertar, al hablar, al guardar silencio, aplica clara

comprensión.

De la misma manera, cuando los meditadores caminan, lo hacen con clara comprensión, atentos, con

meditación. Del mismo modo que si se levantan o si se sientan. Acostarse no es solamente prepararse

para dormir. Se continúa meditando mientras uno se va durmiendo y mientras se está durmiendo. Cuando

uno se tumba, se es consciente de la respiración, y cuando surja la somnolencia, uno es consciente de ella,

y se permite que nos llegue el sueño.

Con respecto al despertar, es muy difícil ser consciente del mismo primer momento en el que

despertamos. Pero se intenta. Tan pronto como uno despierta, se es consciente, aplicando también clara

comprensión. Cuando estamos hablando, se es consciente de ello, y cuando paramos de hablar y

mantenemos silencio, también se aplica clara comprensión sobre ello.

En estas acciones, hay consciencia y cuerpo; solamente la intención de hacer estas cosas y el acto de

hacerlas está presente.

Así, mora contemplando el cuerpo internamente, o mora contemplando el cuerpo externamente, o mora

contemplando el cuerpo tanto interna como externamente.

Ni tampoco se aferra a nada en el mundo de los cinco agregados del apego. De este modo también, uno mora

contemplando el cuerpo.

Cuando los meditadores contemplan de esta manera, ellos no se aferran a nada. A través de la clara

comprensión uno llega a ver la verdadera naturaleza de las cosas y no encuentra nada a lo que aferrarse.

No surge el apego a nada en el mundo de los cinco agregados.

Cualquiera que sea la postura que uno asuma, uno aplica clara comprensión. Se llevan a cabo todas las

actividades del cuerpo con clara comprensión y atención mindfulness. Algunas veces se dice “clara

comprensión”, otras “conocimiento”, y a veces “observación”. Todas ellas conllevan la misma actitud.

Cuando se intenta mantener la atención en el objeto, uno necesita intensidad, concentración, mindfulness

y entendimiento. Uno mantiene estas cuatro facultades tanto como pueda. Cuando así se practica, se dice

que se aplica clara comprensión.

Cuando se practica meditación, se intenta prestar atención a los objetos. No hay que preocuparse. Cuando

se está mindful de todo lo que está presente, la introspección profunda también llega a nosotros. Cuando

somos conscientes de todas las cosas que existen en cada momento presente, la visión profunda

y real surge por sí misma.

1.4. REFLEXION SOBRE LAS DIFERENTES PARTES DEL CUERPO

La cuarta sección sobre la Contemplación del Cuerpo trata sobre las diferentes partes del cuerpo.

Y de nuevo, uno observa su cuerpo, hacia arriba desde las plantas de sus pies, y desde lo más alto de su cabello

hacia abajo, encerrado por la piel.

Los meditadores sondean su propio cuerpo, lo sienten y contemplan. Cuando una cosa es

desarrollada, practicada repetidamente, conduce a un beneficio supremo, a un cese de la esclavitud, a una

atención plena mindful, a la adquisición de conocimiento y de visión, a una vida más plena aquí y ahora,

a la realización del fruto de la clara visión y la liberación mental. ¿Y qué es esta cosa? Es la atención

mindfulness centrada en el cuerpo.

“Los meditadores que cultivan atención mindfulness enfocada en el cuerpo experimentan lo permanente, lo

incondicionado”.

Sin embargo, esta meditación es una de los muchos tipos de meditación. La persona que quiera practicar

esta meditación debe primero aprender, preferiblemente desde la enseñanza de un instructor, lo que debe

ser conocido acerca de ello.

Progresando en la Práctica

Esta meditación fue enseñada para que los meditadores pudieran volverse menos identificados, menos

apegados a su propio cuerpo, así como a los cuerpos de otros. El meditador intenta ver el surgir y el

desvanecerse de las partes del cuerpo y observa las diferentes partes del cuerpo como elementos

impermanentes.

Así mora contemplando el cuerpo internamente, o mora contemplando el cuerpo externamente, o él mora

contemplando el cuerpo tanto interna como externamente.

Mora contemplando los factores de origen en el cuerpo, o mora contemplando los factores de disolución en el

cuerpo, o mora contemplando tanto los factores de origen como los de disolución en el cuerpo.

O su atención plena, mindfulness está establecida como ´hay solamente cuerpo’, en un grado necesario para

un consiguiente y mayor conocimiento, sabiduría y atención pura mindfulness.

Vive sin depender ni apegarse a nada. Ni tampoco se aferra a nada en el mundo de los cinco agregados del

apego. De este modo, uno mora contemplando el cuerpo.

Observar el ‘surgir’ y ‘desvanecerse’ de las cosas, puede ser observado a través de la meditación. Cuando

los meditadores intentan contemplar las partes del cuerpo no queda en ellos ningún apego. En otras

palabras, no podrá haber ningún aferramiento o apego a esas partes del cuerpo. De esta manera, los

meditadores no se apegan a nada en el mundo de los cinco agregados.

Son muchos los beneficios que se pueden disfrutar cuando se practica este tipo de meditación. Las

personas frecuentemente no se sienten felices cuando se encuentran en lugares aislados, pero aquellos

que han practicado esta meditación pueden “conquistar al aburrimiento en lugares aislados” con su

meditación, y deleitarse en esos lugares.

1.5. REFLEXION SOBRE LOS ELEMENTOS MATERIALES

Y de nuevo, uno reflexiona sobre este mismo cuerpo, así como esté situado o dispuesto, con respecto a sus

elementos materiales primarios: Hay en este cuerpo el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego y el

elemento aire.

Esta sección del Sutta habla sobre estos elementos materiales y cómo los meditadores reflexionan sobre

su cuerpo en cualquier posición que ellos estuvieran tomando, tanto si están sentados o caminando,

levantados o tumbados. Reflexionan sobre estos cuatro elementos primarios.

Tradicionalmente, existen cuatro elementos materiales: El elemento tierra, el elemento agua, el elemento

fuego y el elemento aire. En este Sutta el tema es tratado muy brevemente. El propósito de este tipo de

meditación es transformar el concepto de “un ser”, o de verse a uno mismo o a otros, como seres

o entidades fijas. Para ello, uno necesita la meditación de dividir mentalmente el cuerpo en cuatro partes

y verlas separadamente, siendo cada parte uno de los cuatro elementos, los llamados “grandes elementos.”

El “elemento tierra” no se refiere a la tierra como la conocemos. Se refiere al estado en el que existe el

elemento tierra, la solidez, o la “cualidad de la rigidez o dureza, blandura o suavidad”, que son las

características del elemento tierra. Estos cuatro elementos se encuentran por todas partes en los seres

sintientes, con consciencia, así como también en las plantas y en los objetos inanimados. Las

características de solidez, dureza, blandura o suavidad son lo que aquí se denomina el elemento tierra. Su

función es actuar como un fundamento, una base, algo sobre lo que alguna otra cosa descansa, o existe,

y sus manifestaciones son como “recibiendo o aceptando algo”.

El siguiente sería el “elemento agua”. El elemento agua aquí tampoco se refiere al agua tal como la

conocemos, sino a su característica, la “cohesión” o “fluidez”. Esta cohesión que mantiene unidas a las

cosas es una característica del elemento agua. Este unir, juntar, mantener unido, es la manifestación del

elemento agua. Cuando se medita, esta manifestación vendrá a nosotros a veces. La veremos o la

conoceremos, algunas veces por su característica, algunas veces por su función, y otras veces por sus

manifestaciones.

Ahora tenemos el “elemento fuego.” No es el fuego tal como lo conocemos, sino la cualidad del fuego,

esto es, la temperatura o el fuego “maduran o envejecen” las cosas. Por temperatura también se entiende

el frío o el calor. Sus funciones son “madurar” las cosas, enfriar o calentar cosas. Su manifestación es

“un continuo suministro de `blandura”. Por ejemplo, cuando cocinamos algo.

El último elemento es el “elemento aire”. Las características del elemento aire son “la extensión, la

expansión o distensión”. Su función es causar movimiento, movilidad. Cuando nos movemos, nuestros

movimientos son causados por el elemento aire. Su manifestación es “transportar, conducir”. El elemento

aire es el que causa movimientos en el cuerpo. Cuando caminamos, nos estiramos o nos flexionamos, el

elemento aire está trabajando, causado por nuestra intención o consciencia.

Los meditadores contemplan estos cuatro elementos durante su práctica. Veamos cómo se pueden

observar estos cuatro elementos cuando estamos caminando. Dando un paso, podemos distinguir estos

cuatro elementos. Levantando el pie, el elemento fuego y aire son evidentes. Bajando el pie, el elemento

agua, y tocando el suelo, el elemento tierra.

Cuando se practica meditación se intenta ver los cuatro elementos en cada movimiento, esto es, en todas

las cosas. Se ven estos cuatro elementos, al igual que a la mente, apareciendo y desapareciendo.

Cuando se reconoce el surgir y desvanecerse de las cosas se dice que se ha alcanzado el

conocimiento básico de atención plena.

Cuando uno ve que hay solamente estos cuatro elementos yendo y viniendo en uno mismo y en los

demás, se dice que se está “contemplando interna y externamente”. Cuando vemos que solo hay esos

cuatro elementos no encontramos nada a lo que aferrarnos. Así pues,

Vive sin depender ni apegarse a nada en el mundo de los cinco agregados del apego.

Hay diferentes temáticas para la contemplación del cuerpo. Esto se utiliza para desarrollar el

desapego hacia cuerpo, hacia la autoimagen. Estamos apegados a nuestro cuerpo y al cuerpo de otros.

Mientras que haya algún apego o adherencia mental, habrá siempre sufrimiento. Con el fin de

aminorar el sufrimiento, estas contemplaciones del cuerpo ayudan a deshacer estos apegos.

Practicando meditación se es consciente de todo lo que nos llega a la consciencia, tanto por la mente

como por las otras cinco puertas sensoriales. Cuando los meditadores tienen un pensamiento o emoción,

simplemente se vuelven conscientes de ello con atención hasta que desaparece.

La meditación está dirigida hacia la práctica que intenta ver el surgir y el desvanecerse de los fenómenos.

Los meditadores van con una infatigable y persistente atención mindfulness, esto es, se establecen en la

atención plena. Ven la percepción surgiendo y desapareciendo. También ven a la mente que recuerda un

objeto surgiendo y desapareciendo. Se observa el surgir y el desvanecer de la mente y del objeto mental.

Este es el final del capítulo de las Contemplaciones del Cuerpo. Como se ha visto, hay meditaciones o

contemplaciones del cuerpo—mindfulness de la respiración, mindfulness sobre las posturas del cuerpo,

mindfulness con comprensión clara y reflexiones sobre los elementos materiales.

2. CONTEMPLACIÓN DE LAS SENSACIONES

Tenemos tres tipos de sensaciones: agradables, desagradables y neutras. Las sensaciones aquí deben ser

entendidas como de naturaleza mental. Cuando tenemos dolor, queremos decir sentir dolor y lo mismo

con sentir placer o sentir indiferencia. Los meditadores que contemplan o notan lo agradable, lo

desagradable o la neutralidad de las sensaciones se dice que están practicando la Contemplación de las

Sensaciones.

¿Cómo vive uno contemplando las sensaciones? Cuando experimenta una sensación agradable, uno

comprende, “experimento una sensación agradable”; cuando experimenta una sensación desagradable, se

comprende, “experimento una sensación desagradable”.

Cualquier sensación que experimente el meditador es sentida y observada. Cuando tenemos

sensaciones desagradables o dolorosas en el cuerpo, densas o sutiles, como dolor, entumecimiento,

rigidez, centramos la atención en el lugar del dolor observándolo profundamente, sabiendo que hay dolor.

Cuando tenemos una sensación placentera, la sentimos y observamos igualmente.

Cuando los meditadores sienten las diferentes sensaciones observan la sensación solamente como

sensación y no como la sensación de una persona, no como una sensación personal, ni tampoco como

una sensación permanente o duradera. Sin embargo, con el trabajo de la meditación, el meditador puede

llegar a ver que hay simplemente una sensación. Hay sensaciones agradables o desagradables.

El meditador comprende que esa sensación no es permanente y que es transitoria. Cuando

tenemos una sensación dolorosa y nos mantenemos observando esa sensación hasta poder llegar a ver

profundamente que ese dolor no es constante. Vemos que el dolor no es una cosa continua. Cuando uno

puede observar profundamente la no-continuidad, llega a ver la impermanencia de las cosas, porque la

ilusión de continuidad, ese “espejismo”, no puede cubrir o esconder la realidad de los fenómenos. Cuando

la ilusión de la continuidad es eliminada, uno puede ver el surgir y el desvanecerse, la aparición y

desaparición de las cosas, de los fenómenos. Es un conocimiento o entendimiento profundo.

Hay diferentes sensaciones y están conectadas con las cosas con las que nos encontramos en nuestra vida:

lo que vemos, los sonidos, los sabores, los pensamientos y las cosas que poseemos. Cuando tenemos una

sensación agradable, somos conscientes de ello y lo observamos. Otras veces, uno puede tener

sensaciones desagradables. Uno se siente mal, triste o deprimido. O algunas veces podemos perder algo

valioso para nosotros, o puede desaparecer. Entonces uno se enfada o se siente triste. Estas son

sensaciones desagradables.

Las sensaciones neutras no son ni agradables ni desagradables. Algunas veces, cuando los meditadores

que practican meditación se encuentran con los objetos de los sentidos no sienten ni agrado ni desagrado,

ni tampoco pueden abandonar el objeto. Aquí las sensaciones neutras acompañadas por el apego surgen

en los meditadores.

También podemos tener sensaciones que surgen durante la meditación. Cuando meditamos podemos

tener una buena concentración o podemos ver el surgimiento y el desvanecimiento de las cosas.

¿Qué son las sensaciones desagradables? Algunas veces, aunque lo intentemos con muchas ganas, la

mente está dispersa y la atención no permanece en el objeto. Entonces uno se puede sentir desanimado

o deprimido. Esto contiene una sensación desagradable.

Las sensaciones neutras durante la meditación ocurren cuando los meditadores experimentan

la sensación de ecuanimidad. De esta manera, los meditadores están conscientes del surgir y

desvanecerse de cualquier sensación que pudieran estar experimentando.

Las sensaciones suelen ser advertidas. Cuando los meditadores son conscientes de ellas cuando surgen,

ven su nacimiento y su desvanecimiento. Ven que, debido a que hay dolor, hay sensaciones de dolor; que,

porque hay confort en el cuerpo, hay sensaciones agradables, etc. Así, el meditador reconoce los

“factores de origen” de la sensación, los “factores de disolución” de la sensación, o ambos

factores, los de origen y los de disolución de las sensaciones. Pueden contemplar internamente sus

propias sensaciones o, por inferencia, externamente, las sensaciones de otras personas, o ambas, interna

y externamente. Esta es la manera en la que nos relacionarnos con las sensaciones cuando meditamos,

estando conscientes de ellas, estando con la atención plena en ellas, mindful, advirtiéndolas. Cuando el

meditador ve el surgir y desaparecer de cada sensación en cada momento, no se aferra a ellas.

Esta es la Contemplación de las Sensaciones.

3. CONTEMPLACIÓN DE LA MENTE

La consciencia es una parte de la mente. Se dice que hay dos partes que componen la mente: La

consciencia o mente contemplativa y los factores mentales o mente racional. “Consciencia” es lo

que es consciente de un objeto, eso que conoce un objeto, lo que “se da cuenta” de un objeto. Es el mero

conocimiento desnudo que capta un objeto. Los “factores mentales” son los que “colorean la

consciencia”. Ellos surgen junto a la consciencia y modifican o alteran la consciencia. La tristeza es un

factor mental. El enfado, el odio es un factor mental. La ignorancia, la falsa ilusión, es un factor mental.

La confianza es un factor mental. La sabiduría es un factor mental. Cuando surgen estos factores

mentales, ellos surgen junto a ciertos tipos de consciencia. Al ser la consciencia lo que tratamos en esta

sección, consciencia y factores mentales no pueden ser separados.

Cuando observamos la consciencia, también observamos los factores mentales, la consciencia nunca

surge sola. Cuando tenemos enfado en nuestra mente, y lo percibimos estamos practicando la

observación de la consciencia. “Enfado” significa que nuestra mente está enfadada, o que “tengo una

consciencia que está acompañada por el enfado”. De modo que cuando uno observa su mente y conoce,

se da cuenta, que tiene enfado y percibe el enfado, entonces está practicando este tipo de meditación, la

Contemplación de la Mente.

Otros tipos de consciencia deben ser también observados. Diferentes tipos de consciencia son

mencionados en el Sutta. Con pasión o sin pasión, con odio o sin odio; con falsa ilusión o ignorancia, sin

falsa ilusión o sabiduría.

“Consciencia en inercia” se refiere al tipo de consciencia que tenemos cuando estamos en la pereza y el

sopor. “Consciencia dispersa” se refiere al tipo de consciencia que se tiene cuando estamos agitados,

inquietos, sin descanso.

“Consciencia concentrada” es una que tiene concentración de acceso y concentración de absorción.

“Consciencia sin concentración “quiere decir consciencia que está dispersa o sin centrar.

Para ser capaces de diferenciar los diferentes tipos de consciencia por sus respectivos nombres es

suficiente que estemos atentos, darnos cuenta y tomar nota cuando, por ejemplo, estamos sonnolientos;

cuando estamos distraídos, etc.

Los tipos de mente son observados en todo momento cuando surgen en la consciencia. Durante la

Contemplación de la Mente, esta es el objeto de atención. La mente que es objeto de meditación surge y

la consciencia la observa. Ambas podemos llamarlas “presente”. Cuando diferentes tipos de mente surgen

y se desvanecen, observamos los diferentes tipos cuando ellas surgen.

Cuando observamos la mente de esta manera, llegamos a ver que hay una consciencia que observa.

También podemos reconocer que, al surgir y desvanecerse en cada momento, es impermanente.

Cuando uno ve su impermanencia, no se aferra a ello por medio del ansia, del deseo, del enfado o de las

expectativas. Esta es la Contemplación de la Mente.

4. CONTEMPLACION DE LOS CONTENIDOS MENTALES

Hemos estudiado hasta ahora tres de los Cuatro Fundamentos de Mindfulness: La Contemplación del

Cuerpo, la Contemplación de las Sensaciones, y la Contemplación de la Mente. Ahora, vamos a estudiar

el Cuarto Fundamento de Mindfulness, esto es, la Contemplación de los Contenidos Mentales.

La Contemplación del Cuerpo es la contemplación del cuerpo material o físico. La Contemplación de las

Sensaciones es la contemplación de las sensaciones físicas, corporales. La Contemplación de la Mente es

la contemplación de los estados mentales. La Contemplación de los Contenidos Mentales es la

contemplación de las actividades y contenidos de la mente.

4.1. LOS IMPEDIMENTOS

El primer apartado de la Contemplación de los Contenidos Mentales son los “impedimentos”. Cuando

hacemos cualquier cosa, encontramos que tenemos algún tipo de obstáculo o impedimento para estar

centrados plenamente de lo que hacemos en ese preciso momento. Ellos impiden u obstruyen la

concentración.

Uno mora contemplando los contenidos mentales que impiden la atención plena.

a. Emociones negativas

Las emociones negativas pueden ser de enfado, resentimiento, ira, odio, miedo, ansiedad, tensión,

frustración, impaciencia, etc.

Cuando la emoción está presente, uno comprende: hay emoción.

Durante la meditación, el enfado o el miedo pueden surgir a menudo en el meditador. Podría estar

enfadado consigo mismo o con alguien. Por ejemplo, simplemente porque otra persona hiciera ruido. Al

no poder concentrarse se siente agitado o enfadado. Cuando ese enfado surge a veces se puede pensar

en alguien con el que hemos tenido algún problema o resentimiento. Así, cuando los diferentes tipos de

emociones surgen en la mente del meditador, este se hace consciente de su presencia a la vez que sigue

siendo consciente de su cuerpo, su postura y/o su respiración.

Comprende también cómo desaparece la emoción que ha surgido

Cuando experimentamos una emoción y la observamos atentamente, también observamos como

desaparece. Cuando ha desaparecido, nos volvemos conscientes de ello. Sabemos que ha desaparecido

porque hemos observado su naturaleza, hemos “acompañado” su impermanencia.

Comprende también como abandonar la negatividad que ha surgido.

b. Pereza y somnolencia

El siguiente impedimento es “pereza y somnolencia” o “sopor y adormecimiento”. Este adormecimiento

puede llegar al meditador en cualquier momento. Todos hemos experimentado esta pereza y somnolencia

mientras meditábamos.

Cuando la pereza y la somnolencia están presentes, uno comprende: hay pereza y somnolencia.

Cuando los meditadores se sienten adormecidos, se está consciente de ello. De esta manera, cuando

nos sentimos adormecidos, podemos hacer dos cosas: darnos cuenta, ser más consciente de ello.

Y estimular la energía, poner más atención a los objetos de la meditación.

Comprende también como abandonar la pereza y la somnolencia que ya han surgido.

Hay varias maneras que conducen al abandono temporal de la pereza y la somnolencia:

Una es “observar como el comer demasiado causa pereza”. Esto significa que uno debe comprender que

cuando come mucho se sentirá adormecido. Cuando el estómago está lleno necesita más sangre, y la

sangre que se iría normalmente al cerebro se irá al estómago. Uno se siente aturdido o adormecido.

Otra es “cambiar de postura”. Cuando nos sentimos adormecidos al estar sentados se puede cambiar de

postura. Podemos levantarnos y practicar meditación de pie o meditación caminando. De esta manera,

cuando sentimos que nos dormimos, nos levantamos y hacemos meditación caminando. Estando

conscientes caminando adelante y atrás, conscientes de cada paso y las fases de cada paso, podremos

ahuyentar la pereza y la somnolencia.

Y también “situarse en espacios abiertos”. Uno puede sentirse adormecido cuando está en una casa o un

recinto cerrado, entonces se puede salir y sentarse en otro lugar. De esta manera podemos ser más capaces

de abandonar la pereza.

c. Agitación y preocupación

El siguiente impedimento es “agitación y preocupación”.

Cuando la agitación y preocupación están presentes, uno comprende: hay agitación y preocupación.

Agitación significa la incapacidad de la atención para permanecer en un objeto. Cuando experimentamos

agitación nos hacemos conscientes de ello. Esto quiere decir, que cuando experimentamos inquietud,

agitación mental, hacemos de ello nuestro objeto de meditación, advirtiéndolo y observándolo

atentamente.

d. Duda

El último impedimento es la “duda”.

Cuando la duda está presente, uno comprende: hay duda.

Pudiera haber duda o desaliento acerca de la enseñanza o sobre la misma práctica de la meditación, dudas

en torno a la confianza en nuestro esfuerzo o sobre cualquier tema. Todas estas cosas pueden convertirse

en objeto de duda. Cuando la falta de confianza o duda surge en nosotros, nos hacernos conscientes de

ella, al observarla atentamente entonces puede desaparecer y nos hacernos conscientes de su marcha en

ese momento.

Hay caminos que conducen al “abandono de la duda”:

Uno es el aprendizaje profundo de las enseñanzas.

Otro hacer preguntas cuando se tienen dudas. Es algo muy apropiado y positivo preguntar y cuestionar.

Cuando se practica meditación y la duda surge en la mente, como puede sucederle a cualquier meditador,

entonces se debería hacer de esa duda el objeto de meditación. Darse cuenta y cuando las dudas aparecen,

simplemente las hacemos nuestro objeto de meditación y las observamos.

Como hemos visto anteriormente “pereza y somnolencia” son tomadas en la descripción como un solo

y mismo impedimento. En realidad, son dos ataduras independientes, dos contenidos mentales diferentes.

Son tomadas como un par porque tienen la misma función, la misma causa y los mismos opuestos. La

pereza y la somnolencia tienen la función de “aletargar”.

Existe el aletargamiento de la mente, de los contenidos mentales y del cuerpo. Ambas tienen la misma

causa, “indolencia o apatía”. Ambas tienen el mismo opuesto, el “esfuerzo o energía”. Al tener la misma

función, causa y el mismo opuesto son aquí agrupadas juntas como un solo impedimento.

“Agitación y preocupación” también son tomadas como un solo impedimento. “Intranquilidad” es su

función, cuando hay inquietud y remordimiento en la mente, uno se vuelve agitado y deja de estar

tranquilo. Cuando pensamos sobre muchas cosas, uno se vuelve agitado. Pensar sobre otras personas y

sobre muchas cosas son las causas tanto de la agitación como de la preocupación y el remordimiento, y

ambas tienen el mismo opuesto: la tranquilidad. Tienen la misma función, la misma causa y el mismo

opuesto, por ello son agrupadas como un único impedimento.

De esta manera se han descrito algunos impedimentos... pero éstos no son todos, Hay más impedimentos,

pero no son denominados así en las enseñanzas tradicionales. Algunos de ellos son pensamientos,

“pensamientos dispersos, distraídos”. Cuando la mente se dispersa, no tenemos concentración. Los

pensamientos dispersos no pertenecen a la categoría de “impedimentos”, pero son también

impedimentos que obstruyen el logro de la concentración. Son abandonados simplemente al estar atentos

a ellos, son reconocidos al surgir y desvanecerse.

Después de ser abandonados estos impedimentos, al menos momentáneamente, nos encontramos

concentrados y con atención somos capaces de descubrir y penetrar la naturaleza de la mente y el cuerpo.

Cuando el meditador reconoce y experimenta estos impedimentos, se dice que está “contemplando

internamente”, y cuando es consciente de los impedimentos que viven otras personas se dice que está

“contemplando externamente”. Algunas veces podemos pensar a la vez en nuestros impedimentos y en

los de otras personas, dentro y fuera; esto se llama “contemplar interna y externamente”. Cuando el

meditador intenta ser consciente de los impedimentos y observa su naturaleza común, puede reconocer

que no hay nada a lo que aferrarse y estar apegado. De esta manera, uno mora,

Sin apegarse a nada en el mundo de los cinco agregados del apego.

Esta es la manera en la que los meditadores contemplan los dhammas (contenidos mentales) de los

impedimentos.

4.2. LOS CINCO AGREGADOS DEL APEGO

La segunda sección de la contemplación de los dhammas incluye los “cinco agregados del apego” y las

“doce bases sensoriales”.

Cuando Buda describió el mundo, unas veces lo hizo desde el punto de vista de los cinco agregados, otras

veces a través de las doce bases sensoriales y también con las cuatro nobles verdades. Lo hacía teniendo

en cuenta las necesidades y el grado de entendimiento de sus oyentes. Cuando describía el mundo desde

el punto de vista de los cinco agregados o adherencia tendremos que comprender estas dos palabras.

“Adherencia” aquí significa anhelo intenso, deseo intenso. Hay dos niveles de deseo. La forma más suave

o leve de deseo es llamado “anhelo o apego”, el más intenso nivel es llamado “adherencia o aferramiento”.

Lo que quiere significar es apego, adherencia o aferramiento mental a diferentes objetos. Vemos un

determinado objeto y nos aparece como deseable, nos produce sensaciones agradables. Es bonito, nos

gusta y nos apegamos a ello. Queremos tenerlo. Entonces nos adheriremos mentalmente a ese objeto

porque nos hemos apegado a él, porque lo anhelamos y lo deseamos.

“Todas las cosas son impermanentes y sujetos de sufrimiento”. Algunas veces, vemos las cosas como si fueran

permanentes. Otras veces pensamos que son buenas para ser poseídas. Así, nos vamos apegando a

diferentes cosas y nos aferramos a ellas. Por lo tanto, cuando usamos la terminología de las enseñanzas

de Buda, decimos que el aferramiento y la adherencia son dos contenidos mentales.

Cuando Buda habla sobre los “agregados”, agregado significa “grupo o conjunto de...”. Hay cinco

agregados: El agregado de la materia (rupa) o cuerpo; el agregado de las sensaciones, (vedana); el

agregado de la percepción (saña); el agregado de los condicionamientos o formaciones mentales

(sankhara); y el agregado de la consciencia (viñana).

El mundo entero está compuesto de estos cinco agregados. Estos incluyen todos los fenómenos

físicos y mentales. Agregado también significa “algo que está dividido en el pasado, el presente y el

futuro; interno y externo; denso y sutil, etc.”. Cuando alguna cosa puede ser vista como estando en el

pasado, presente o futuro, como interno o externo, entonces será visto como siendo componente de los

“cinco agregados”.

Miremos al primero de los cinco agregados, el agregado de la materia o corporalidad o las propiedades

materiales. Nuestro cuerpo es materia. El mundo entero exterior, montañas y árboles, lagos y caminos,

caballos y coches, todos pertenecen al agregado de la materia o corporalidad.

El segundo agregado es el agregado de las sensaciones. Uno puede tener diferentes sensaciones en el

cuerpo y se pueden tener diferentes sensaciones al experimentar diferentes objetos. Cuando

experimentamos una sensación esta puede ser agradable, desagradable o neutra. Cuando reconocemos

un dolor, experimentaremos una sensación dolorosa, desagradable. Cuando reconocemos algo

placentero, experimentaremos una sensación agradable. Puede haber también sensaciones neutras, de

indiferencia.

Estas sensaciones son físicas y mentales. El dolor es físico y la sensación de ese dolor es mental. Una

cierta sensación es física y la manera en que sentimos esa sensación como ‘dolor’ es mental, esto ocurre

en la mente. Lo mismo sucede con el placer. La sensación de placer podría ser física, pero la manera en

que la sentimos es mental. Sensación significa la capacidad de experimentar un objeto. Esto podría ser

un estado mental de dolor, puede ser de placer o una sensación neutra. Algunas veces experimentamos

objetos mentales que se vuelven objetos de las sensaciones.

El siguiente agregado es el de la percepción, que tiene la característica de percibir las cosas. Se manifiesta

al meditador como la acción de captar la información que llega por las seis puertas sensoriales. Su causa

inmediata es el campo objetivo en cualquier manera en que éste aparezca. Solamente hay un factor mental

de percepción presente en un mismo momento pero que puede abarcar a los cinco sentidos y a la mente.

El siguiente agregado es de los condicionamientos mentales. Estos son diferentes estados o factores

de la mente. Los hábitos y experiencias vividas conducen los estados mentales que llamamos formaciones

mentales o condicionamientos. Según Buda tenemos cincuenta tipos de formaciones mentales como la

codicia, el deseo, el odio o la confianza.

El último agregado es el de la consciencia. En las enseñanzas de Buda, la mente es dividida en dos partes:

la mente racional y la mente contemplativa. Esta es la consciencia y la anterior está compuesta por los

estados y condicionamientos mentales. La consciencia es la percepción pura de un objeto y no la

percepción de si es buena o mala o de si es agradable o desagradable, etc. Es la mera captación de un

objeto, esto significa que el meditador reconoce que es simplemente ‘un objeto’. Esto es llamado

“consciencia”. Cuando el meditador conoce o atiende a la consciencia, entonces se dice que experimentan

el agregado de la consciencia.

De los cinco agregados, uno pertenece al ámbito de la materia y los otros cuatro a la mente. El

cuerpo es material y los otros cuatro --sensaciones, percepción, condicionamientos y consciencia—son

mentales. Percibimos dos cosas en el ser humano, mente y materia. A su vez, la mente está dividida en

dos partes, nombradas como consciencia y mente racional. Referentes a los agregados, tres de ellos -

sensaciones, percepción y condicionamientos-- pertenecen a la mente racional.

Ser Humano:

1. Materia: -Cuerpo

2. Mente: -Sensaciones -Percepción -Condicionamientos -Consciencia

¿Qué quiere decir “agregados del apego”? Significa que estos agregados son los objetos del apego, con

los que nos identificamos. Tenemos sensaciones, percepciones y condicionamientos mentales que pueden

ser objetos del apego. En resumen, todas las cosas en el mundo pertenecen a los cinco agregados del

apego. Cuando las personas practican atención plena reconocen estos agregados y su presencia.

Un meditador comprende, esto es materia, esto es el surgir y esto es la desaparición de la forma material.

El meditador reconoce el agregado de la materia o la forma material. Por ejemplo, observa su respiración

prestándola atención, adentro y hacia fuera, entrando y saliendo. La respiración pertenece al agregado de

la materia o de la forma material. Cuando vemos un objeto, sabemos, comprendemos “esto es un objeto

físico, visible, esto es una forma material”. Cuando oímos un sonido o un ruido, sabemos que es un

objeto material, que tiene propiedades materiales.

“Esto es el surgir de la forma material” significa que el meditador observa, percibe y reconoce el surgir

por ejemplo de la respiración. La respiración se puede sentir por el sentido del tacto. La inhalación y la

exhalación van y vienen. Así, el meditador reconoce el surgir de la forma material, de esta materia, que es

la respiración.

Cuando el meditador comprende la causa de la forma material. Esta forma material que es la respiración

pertenece al cuerpo. Así, observa o conoce la causa de la forma material. Cuando el meditador observa

atentamente su respiración, percibe también cómo se desvanece. La inhalación desaparece y entonces la

exhalación aparece.

Estas son sensaciones. Esto es el surgir de las sensaciones y esto es la desaparición de las sensaciones.

Con respecto a las sensaciones, el meditador comprende que existen sensaciones. Cuando sabemos, “esto

son sensaciones agradables” o “sensaciones desagradables”, se dice que estamos contemplando las

sensaciones.

Cuando hay dolor, el meditador sabe que hay dolor o que tiene sensaciones de dolor. Lo mismo sucede

con otras sensaciones. Así, el meditador observa el surgir de las sensaciones cuando observa las

sensaciones atentamente.

Cuando el dolor desaparece, el meditador comprende que el dolor se ha desvanecido. Porque no hay

dolor, no hay sensación de dolor. Lo mismo sucede con las demás sensaciones. Reconoce el desvanecerse

o desaparición de la sensación, si la observa atentamente.

Las sensaciones son muy evidentes y observables durante la meditación y en cualquier momento del día.

Al estar sentados, caminando, tumbados o de pie, las sensaciones surgen y se desvanecen continuamente.

Cuando tales sensaciones aparecen, el meditador comprende que “esto es sensación”, y reconoce el surgir

y desvanecerse de cada sensación en cada momento.

Esto es percepción, esto es el surgir de la percepción, esto es la desaparición de la percepción.

El meditador también está atento y consciente de sus percepciones. Estas no son tan evidentes como las

formas materiales y las sensaciones, pero cuando el meditador tiene conocimiento de los cinco agregados,

entonces se da cuenta con más claridad de su existencia y que, “hay ahora percepción en mí”. Percibir es

reconocer, asimilar las sensaciones que llegan a través de las puertas sensoriales. Sabemos que la

percepción acontece durante toda nuestra vida. El meditador comprende que la percepción surge en un

momento y que después desaparece o se transforma.

Estos son condicionamientos mentales, el surgimiento y desaparición de los condicionamientos

mentales.

Cuando el meditador experimenta los condicionamientos mentales, los reconoce. Cuando se practica

meditación, uno puede experimentar enfado, pereza o aburrimiento. Otras veces, uno puede

experimentar simplemente pensamientos agradables. Cuando estos pensamientos aparecen en la mente,

los reconocemos como formaciones mentales. “Este es el surgimiento de los condicionamientos

mentales”.

Con respecto a su desaparición, cuando el meditador, por ejemplo, advierte atentamente la presencia de

la ira y la percibe con atención plena, sin apegarse, después de algunos momentos, la ira desaparece. Esto

es experimentar la desaparición de la ira o enfado. Lo mismo sucede con las demás formaciones mentales.

Cuando el meditador contempla atentamente los condicionamientos reconoce el proceso de inmediato.

Esto es consciencia, este es el surgir de la consciencia, esto es la desaparición de la consciencia.

Con respecto a la consciencia, el meditador la reconoce simplemente como “consciencia”. Se dice

entonces que está realizando la contemplación de la consciencia.

A lo largo del día la persona está percibiendo por las seis puertas sensoriales, pero la consciencia se dirige

voluntaria o involuntariamente de forma preferente a una de las puertas. Por ejemplo, si se está leyendo

un texto en este momento ese es el objeto primordial donde se posa la consciencia. Pero suele haber

otros objetos secundarios como un ruido de la calle, un picor, un olor o una emoción que se perciben en

menor medida. Es decir, la consciencia se dirige hacia una las varias percepciones que hay en cada

instante. Así, ahora mismo se puede dejar la lectura de forma voluntaria o involuntaria y la consciencia

se posa en un pensamiento o en otro objeto que se percibe y que pasa de secundario a primario.

El meditador se hace consciente de los cinco agregados cuando surgen mientras se medita. Se percibe, se

siente y se observa cualquier cosa que surja en nosotros. El objeto de nuestro reconocimiento puede ser

materia o las propiedades materiales. Otras veces pueden ser sensaciones, contenidos mentales o

consciencia.

Cuando el meditador observa los cinco agregados, se dice que está contemplando internamente, pero

también podría estar contemplando en otras personas, “Así como este agregado está en mí, así también

está en otras personas”. Cuando contemplamos de esta manera, estamos contemplando externamente, y

cuando contemplamos los cinco agregados en nosotros mismos y en los demás, se dice que estamos

contemplando interna y externamente.

De modo que cuando practicamos meditación reconocemos el surgir y desvanecerse de los cinco

agregados, y no encontraremos nada a lo que apegarnos, nada a lo que aferrarnos. Moraremos en el

conocimiento de los cinco agregados, sin anhelar nada, sin apegarnos a nada, sin aferrarnos a nada.

Entonces, estamos libres del sufrimiento.

4.3. LAS DOCE BASES SENSORIALES, SEIS INTERNAS Y SEIS EXTERNAS

A continuación, estudiamos las “doce bases de los sentidos”. Algunas veces, Buda describió el mundo

desde el punto de vista de los cinco agregados y otras veces desde las doce bases sensoriales. Estas son

llamadas bases porque son la morada de otras cosas. Aquí, son la morada de la consciencia y de algunos

contenidos mentales. Hay seis bases sensoriales internas y seis externas.

Las seis bases sensoriales internas son: el tacto, la vista, el oído, el olfato, el gusto y la mente. Son las más

íntimas y recónditas bases del cuerpo.

Las seis bases sensoriales externas son: los objetos visibles, los sonidos, los olores, los sabores, los objetos

tangibles y los dhammas (los contenidos mentales). Las seis bases sensoriales internas se corresponden

con las seis bases sensoriales externas y viceversa.

La primera son los ojos y las formas visibles. Los ojos son una base sensorial porque, dependiendo de

ellos, surge la consciencia visual. Si no tuviéramos ojos, no tendríamos consciencia visual, (no se refiere

al “ojo físico” como lo imaginamos convencionalmente, sino a la propiedad material que existe en los

ojos, la sensibilidad visual), que es la base o morada de la consciencia visual. Las formas visibles o

los objetos visibles son también condición para que exista la consciencia visual. Si no hubiera ninguna

forma u objeto visible, no podría haber consciencia visual que los tomara. Lo mismo sucede para el

sonido y las demás bases.

Tenemos oídos o, mejor dicho, sensibilidad auditiva. Cuando decimos “oídos”, no queremos decir las

orejas, sino los oídos internos, la sensibilidad auditiva. Porque tenemos esa sensibilidad (base sensorial),

tenemos consciencia auditiva. Y porque hay ruidos y sonidos tenemos consciencia auditiva. Lo mismo

sucede para los olores, los objetos táctiles, los sabores y los contenidos mentales.

La consciencia depende siempre de dos bases: de la vista y los objetos visibles, de los oídos y los sonidos,

del tacto y los objetos táctiles, del gusto y los sabores, del olfato y los olores, y de la mente y los contenidos

mentales. Por esto se llaman “bases sensoriales o bases de los sentidos”. En total tenemos doce bases

sensoriales. ¿Y cómo conoce el meditador la base de los sentidos?

Uno comprende la vista y las formas visibles, y comprende también la atadura que surge dependiendo de

ambos.

4.3.1. Las Diez Ataduras

Cuando se conocen las bases sensoriales profundamente, también se conocen las ataduras que surgen

dependiendo de ambas. Esto significa que, si hay un objeto visible deseable y lo vemos, ahí surge en

nosotros la consciencia visual. Y porque es un objeto deseable, podemos tener apego y anhelo. Cuando

el objeto es para nosotros indeseable, podemos sentir aversión. De esta manera, dependiendo de las dos

bases, la vista y el objeto visible, puede surgir el deseo o la aversión, etc.

Estos deseos sensuales, apego, aversión, etc. son llamados “ataduras” o “nudos”. Y pueden ser como

“cuerdas” que nos atan al sufrimiento. Hay en total diez tipos de ataduras:

La primera es el deseo sensual. Cuando vemos, oímos, saboreamos, olemos, sentimos con el cuerpo,

pensamos algo, podemos experimentar deseo sensual.

La segunda es enfado o ira. Surge cuando vemos algo que no queremos ver, o cuando escuchamos algo

que no queremos escuchar, etc.

La tercera atadura es orgullo o arrogancia. Cuando el meditador se identifica con el ego puede

experimentar orgullo y arrogancia.

La cuarta atadura es el entendimiento erróneo o falso. Cuando el meditador se identifica con el

pensamiento que interpreta la realidad que se ha visto u oído. Se vuelven cuerdas que nos atan a la

creación de más sufrimiento.

La quinta atadura es la duda. Semejante a la anterior. Cuando experimentamos tales dudas, ellas pueden

convertirse en ataduras o nudos.

La sexta atadura es creer en ritos y ceremonias. Quiere decir que los ritos y ceremonias están basadas en

la creencia de que conducirán a la erradicación de las impurezas de la mente y al autoconocimiento. Creer

en que tales prácticas conducen a liberarse del sufrimiento.

La séptima atadura es el deseo de existencia. Tenemos dos tipos de deseo. Uno es el deseo por los objetos

de los sentidos y el otro es el deseo de existencia.

La octava atadura es envidia o celos. Cuando vemos algo deseable que pertenece a otra persona,

podríamos sentir celos y entonces experimentaríamos esta atadura mental.

La novena atadura puede ser traducida como avaricia. Podemos experimentar envidia sobre lo que tienen

otras personas y avaricia sobre lo que tenemos nosotros mismos.

La décima atadura es ignorancia. La ignorancia aparece siempre junto con las otras ataduras. Es la causa

de la Cadena o Proceso del Origen Condicionado que conduce al sufrimiento:

1. Ignorancia 2. Cuerpo-mente 3. Condicionamientos mentales 4. Consciencia

5. Puertas sensoriales 6. Contacto sensorial 7. Experiencia sensorial 8. Deseo 9. Apego (10.

Voluntad de nacer 11. Renacer) 12. Sufrimiento.

4.3.2. Las Cuatro Realizaciones

Las diez ataduras pueden ser erradicadas por los cuatro tipos de realizaciones.

Uno comprende la vista y las formas visibles, y la atadura que surge dependiendo de ambas. También,

comprende el abandono de la atadura que ya ha surgido.

El meditador abandona las ataduras por la realización de magga, la consciencia del sendero. Cuando

estamos contemplando con atención plena, observamos las cosas en el momento presente, y llegamos a

ver estas bases sensoriales y también las ataduras que surgen dependientes de ellas. También se llega a

ver el surgir y desaparecer de estas ataduras y sus bases sensoriales. Cuando podemos percibir como

surgen y desaparecen, no encontramos nada a lo que apegarnos, nada a lo que agarrarnos o identificarnos

en el mundo de los cinco agregados del apego.

Así, uno mora contemplando los contenidos mentales en las seis bases sensoriales internas y externas.

Cuando las podemos percibir con claridad, se dice que estamos contemplando las bases sensoriales,

interna y externamente.

4.4. LOS SIETE FACTORES DE LUCIDEZ (Iluminación)

Cuando se practica meditación, tratamos con contenidos mentales que no son “amistosos”, que son

impedimentos. Pero también experimentamos factores que son constructivos. Vamos a estudiar ahora

los Siete Factores de Lucidez, los cuales son factores que nos ayudan en la meditación.

El conocimiento profundo de los contenidos mentales y de los objetos de meditación están en la mente

y en la materia. Factores de Lucidez quiere decir componentes, partes o miembros del conocimiento

profundo de los contenidos, de la mente y de la materia. Este conocimiento comienza con el

discernimiento del surgir y desvanecerse de los fenómenos, y puede ser encontrado a través de las fases

de la meditación.

Mindfulness / Atención Plena

El primero de estos factores es la atención plena. Buda lo explicó de esta manera:

Cuando el factor de lucidez de la atención plena, mindfulness, está presente en el meditador, este comprende:

hay atención plena en mí o cuando está ausente, comprende: no hay atención plena en mí.

Mindfulness es un factor mental cuya principal característica es, no flotar en la superficie, sino adentrarse

profundo en el objeto o estar profundamente consciente del objeto de atención. Cuando practicamos

meditación estamos conscientes de lo que aparece en el momento presente.

Mindfulness se manifiesta en el meditador como un vigilante o guardián que le previene de caer en el

descuido y en la dispersión. De esta manera, cuando uno quiere desarrollar mindfulness y vivir

plenamente el momento presente practica los Cuatro Fundamentos de la Atención Plena. Cuando

mindfulness surge en el meditador quiere decir que tiene atención plena en ese momento y es consciente

de ello.

Comprende también la razón por la que se perfecciona, por medio de su cultivo y desarrollo, el factor de lucidez

de la atención plena, mindfulness, que ya ha surgido.

Esto debería entenderse de la misma manera en los pasajes sobre los otros factores de iluminación. Hay

cosas que conducen al surgir y al cultivo de mindfulness:

- Mindfulness con clara comprensión: Intentar estar plenamente consciente en todo momento en lo

que sea que estemos haciendo, en todas las posturas que adoptemos con el cuerpo, cuando vamos a un

lado o a otro, etc. Es importante revisar la sección sobre la ‘Clara Comprensión’. Mindfulness puede ser

cultivado siguiendo los consejos dados en esa sección.

- Asociarse con personas que viven establecidos en la atención plena: Cuando nos asociamos con

personas que cultivan mindfulness, tendemos a inclinarnos a cultivarla. Cuando nos asociamos con

personas cuyas mentes son muy dispersas y que rechazan de alguna manera cultivar mindfulness, nosotros

podríamos también volvernos dispersos y perder la capacidad de cultivar mindfulness.

- Inclinación y motivación hacia mindfulness: Esto significa que, en todas las posiciones y en

cualquier cosa que estemos haciendo, intentamos estar plenamente conscientes. Tener esa determinación

de estar atentos, de manera que podamos desarrollar la tendencia hacia mindfulness y prepararnos a

nosotros mismos para la consciencia plena en cada momento del día, ante cualquier circunstancia.

Investigación

El segundo factor de lucidez se refiere a conocer y discernir, esto es mente, esto es materia; esto es surgir,

esto es desvanecerse; esto es impermanente, etc.

Cuando observamos e investigamos la mente y la materia, este conocimiento sobre ellos está presente en

el meditador en todo momento. Cuando notamos la respiración, sabemos que la respiración es materia,

y la consciencia que conoce y nota la respiración es mente. Así, vemos o discernimos los objetos

claramente, “Esto es mente, esto es materia”. Esto es el surgir de la respiración y esto es la desaparición

de la respiración”.

En realidad, investigar es sinónimo de “conocimiento” o “sabiduría”. En el Óctuple Sendero esto es

llamado entendimiento o comprensión correcta. Su característica es penetrar las cosas en su esencia

individual e intrínseca. Su función es iluminar el campo objetivo como si fuera una lámpara. Cuando no

hay luz en una habitación no podemos ver las cosas, los objetos. Si encendemos la luz todo se ilumina y

podemos ver los objetos claramente. De la misma manera, cuando investigamos con atención podemos

ver claramente los objetos de meditación, en la materia y en la mente.

Percibimos cuándo surge un objeto y cuando desaparece. Esto también puede ser comparado con un

guía en una marcha de senderismo que conduce a las personas para que no se pierdan, para que no se

desorienten.

Hay vías que conducen a la investigación:

- Preguntar e indagar sobre el dhamma: los fundamentos de la atención, los cinco agregados, las doce bases de

los sentidos, las cuatro nobles verdades. Preguntando e indagando se consiguen respuestas y conocimiento.

- Purificación de las bases significa limpieza interna y externa. La limpieza interna se refiere a la

limpieza del cuerpo y de la mente necesaria para el desarrollo del conocimiento. Limpieza externa significa

mantener nuestra casa, habitación, ropa y entorno limpio. El desorden no suele conducir a conseguir una

buena concentración.

-Equilibrar las facultades mentales (indriyas): El meditador también puede desarrollar sabiduría

manteniendo sus facultades mentales en equilibrio. Hay cinco presentes cuando meditamos: confianza,

energía, concentración, atención plena y conocimiento.

Es importante equilibrar estas facultades. Cuando el meditador pone más energía de la que necesita se

vuelve agitado e inquieto, y cuando pone menos se vuelve somnoliento o adormecido. Igual con la

concentración, y el exceso o defecto de confianza y de conocimiento. La atención plena equilibra estas

facultades y siempre es requerida en todas partes y en todo momento.

- Asociarse con personas sabias que conocen las enseñanzas, los agregados, las doce bases

sensoriales, etc., ayuda a desarrollar la investigación.

- Reflexionar profundamente: Primero, indagamos sobre las enseñanzas, los agregados y demás, y

después reflexionamos profundamente sobre lo que hemos estudiado y aprendido.

- Tendencia hacia la investigación: Nuestra mente está siempre dirigida hacia la obtención de la plena

consciencia, da igual donde y como estemos, y lo que estemos haciendo.

Energía

El tercer factor de lucidez es vīriya o “energía”. Es la motivación que está presente en cada momento que

atendemos a un objeto. Ni demasiada, ni insuficiente. La función de la energía es consolidar los estados

mentales que surgen junto con la atención. Ningún desarrollo puede realizarse sin motivación o energía

a lo largo del camino de la vida.

Prácticas que dan paso al surgimiento de la energía:

- Comprensión del sufrimiento: se pone energía en practicar meditación para trascender el

sufrimiento. Ello nos anima a no abandonar la práctica y seguir motivados.

- Comprensión sobre el sendero de la meditación, de mindfulness, que ha sido “caminado” por el

mismo Buda y por muchas personas. Cuando hemos decidido recorrer este camino, necesitamos energía

y motivación.

- Asociarse con personas vitales: La energía surge cuando nos asociamos con personas que se

esfuerzan en la práctica de la meditación.

- Inclinación hacia la energía: mantener la energía necesaria para estar despiertos y conscientes en

todo momento, en cada postura y en todas las cosas que hagamos.

Gozo o disfrute

El siguiente factor de lucidez es “disfrute” o “gozo”, significa principalmente el contento, la alegría acerca

de conseguir un objeto deseable y pertenece al agregado de los contenidos mentales. No confundir con

“dicha” o “felicidad” que pertenece al agregado de las sensaciones. De esta manera, se dice que cuando

sabemos que experimentaremos algo deseable tenemos gozo; pero cuando realmente lo experimentamos,

tenemos dicha o felicidad.

Hay prácticas que conducen al surgimiento del gozo:

- Disfrutar de paz y tranquilidad: paz aquí significa la eliminación de la sed/deseo, el ansia, la

abolición de toda dependencia, la terminación del ciclo, la eliminación del anhelo.

- Asociarse con personas amables: Podemos desarrollar gozo asociándonos con personas que son

nobles en sus actitudes y en sus acciones.

- Reflexionar sobre las enseñanzas que inspiran confianza.

Tranquilidad

El siguiente factor es “calma” o “tranquilidad”. Ocurre cuando las sensaciones de cansancio u otras

sensaciones desagradables se disipan y desaparecen sin ningún esfuerzo especial. Cuando el meditador ha

alcanzado un cierto nivel de samādhi (concentración), se experimenta tranquilidad.

Su característica es calmar las perturbaciones de la mente y de los contenidos mentales.

Prácticas que conducen al surgir de tranquilidad:

- Recurrir a los alimentos sanos.

- Recurrir a lugares agradables que permitan la práctica de la meditación en una atmósfera tranquila.

- Buscar una postura confortable: Encontrar una postura estable y confortable nos permita practicar

meditación sin demasiadas molestias.

- Evitar a las personas agitadas. Si nos asociamos con este tipo de personas, nos volvemos agitados

y este es el opuesto de tranquilidad.

- Asociarse con personas calmadas y que son mesuradas en sus acciones.

- Inclinarse hacia la calma y dirigir la mente hacia la tranquilidad en todas las acciones ayuda a lograr

estas cualidades.

Concentración

El siguiente factor es samādhi, “concentración”. Es la capacidad de la mente de permanecer centrados en

un objeto. Su característica es no dispersarse o distraerse. Su función es integrar estados mentales,

mantenerlos juntos. Samādhi se manifiesta como paz, serenidad. Su causa próxima normalmente es

felicidad o dicha.

Prácticas que conducen al logro de la concentración:

Las dos primeras fueron explicadas anteriormente,

- Purificar las bases sensoriales.

- Equilibrar las facultades mentales.

- Aquietar la mente. Cuando la mente está agitada o demasiado activa por una excesiva energía, esto

debería ser atenuado, fomentando el surgimiento de los factores de tranquilidad, concentración y

ecuanimidad.

- Estimular la mente. Cuando el meditador no puede conseguir concentración o no logra tranquilizar

la mente, puede tender a sentirse desanimado, desalentado. En ese momento intenta contentar la mente,

contemplando, sintiendo o relajando su cuerpo.

- Percibir con ecuanimidad. Cuando el meditador no está experimentando pereza o somnolencia,

agitación o desánimo, puede continuar su práctica con ecuanimidad.

- Asociarse con personas cuya mente es serena. Las personas cuya mente está serena, son aquellos

que tienen concentración y atención plena.

- Inclinar la mente hacia la atención en todas las posturas y acciones conduce al surgir de las

cualidades.

Ecuanimidad

El último y séptimo factor es upekkhā, “ecuanimidad”. Su característica es conducir, llevar a la consciencia

hacia el equilibrio y la estabilidad. Por medio de este factor, la mente y los otros factores realizan

debidamente sus respectivas funciones, sin ser deficientes o excesivos. No se refiere a una sensación

neutral o indiferente.

Hay prácticas que conducen al surgimiento de ecuanimidad:

- Actitud sin atadura, sin apego hacia los seres. Cuando estamos apegados no tenemos ecuanimidad.

Para desarrollarla, necesitamos tener una actitud sin apego o aferramiento hacia todos los seres.

- Actitud sin atadura, sin apego hacia las cosas. Cuando nos damos cuenta de que estamos apegados

a alguna cosa, entonces podemos desarrollar ecuanimidad reflexionando sobre la temporalidad de las

cosas. “Esto envejecerá, decaerá y un día será desechado”.

- No asociarse con personas que son tóxicas con respecto a otros seres vivos.

- Inclinar la mente hacia la ecuanimidad en todos nuestros momentos nos ayudará a alcanzar estas

cualidades.

El meditador contempla estos siete factores cuando surgen, internamente, es decir, en su mente. Algunas

veces percibe estos factores cuando surgen en otras personas, esto es, externamente, y algunas veces lo

harán interna y externamente. Podrá observar que ‘hay’ solamente estos factores, no un ser, no una

persona. El meditador, observando de esta manera, vive libremente, sin aferrarse a nada de este mundo.

Y de nuevo, uno mora contemplando los contenidos mentales en los siete factores de lucidez (iluminación).

Practicando la contemplación de los contenidos mentales, contemplamos primero los cinco agregados,

después los cinco impedimentos, las doce bases de los sentidos y finalmente los siete factores de lucidez.

4.5. LAS CUATRO NOBLES VERDADES

Son llamadas “nobles verdades” porque son percibidas y experimentadas por personas que han visto esas

verdades con nobleza de corazón, con la mente libre de contaminantes. La segunda explicación de haber

sido llamado “nobles”, se refiere al hecho de que fueron descubiertas por “El noble” que aquí significa

el Buda. Estas cuatro verdades fueron simplemente descubiertas por él, aunque siempre estuvieron y están

ahí, pero pueden estar escondidas bajo una capa de ignorancia.

Otra explicación que menciona el hecho de que sean llamadas “nobles verdades”, expone que aquellos

que penetran o experimentan estas Verdades se convierten en personas cuyas mentes están libres, esto

implica nobleza en el corazón o mente de una persona.

Las Cuatro Nobles Verdades son:

1. La noble verdad del sufrimiento.

2. La noble verdad del origen del sufrimiento.

3. La noble verdad del cese del sufrimiento y

4. La noble verdad del sendero que conduce al cese del sufrimiento.

La característica de la noble verdad del sufrimiento es dukha “aflicción”, “dolor”. El sufrimiento nos hace

miserables y nos aflige. Es cualquier cosa desagradable y vacía, impermanente, sin contento ni felicidad y

que genera insatisfacción. Simplemente, se constata que hay sufrimiento.

La segunda noble verdad trata sobre el origen del sufrimiento, el cual es “deseo”, “ansia”, “anhelo”,

“sed”. El deseo, surgiendo junto con la ignorancia, el apego y otros factores originan dukha. Tiene la

característica de producir y dar continuidad al sufrimiento. Esto significa que el “deseo” continúa

causando sufrimiento indefinido y no permite ninguna interrupción. El deseo entonces se manifiesta

como un impedimento.

La tercera noble verdad tiene la característica de la “paz”, “calma”, “tranquilidad”. Significa estar libre de

los contaminantes mentales -codicia, odio o ignorancia en la mente. Se manifiesta como una existencia

sin marca, sin rastro, sin ego (nibbana).

La característica de la cuarta noble verdad, el “sendero que conduce al cese del sufrimiento” es ofrecer

un medio o camino de salida del sufrimiento. Su función es abandonar los contaminantes mentales. Esta

verdad consiste en ocho factores que están presentes en el momento en que surge la “consciencia del

sendero, aunque ningún fenómeno conduce a otro. Esta noble verdad toma el cese del sufrimiento como

su objeto de práctica.

Con respecto a estas cuatro nobles verdades, Buda dijo:

Uno comprende, de acuerdo con la realidad, “esto es sufrimiento”; comprende, de acuerdo con la realidad,

“esto es el origen del sufrimiento”, comprende, de acuerdo con la realidad, “esto es el cese del sufrimiento”; y

comprende, de acuerdo con la realidad, “este es el sendero que conduce al cese del sufrimiento”.

Este pasaje describe cómo el meditador conoce o experimenta las cuatro nobles verdades. Uno

comprende, de acuerdo con la realidad, que esto es nacimiento y esto es sufrimiento. “De acuerdo con la

realidad” quiere decir acorde a lo que es, a lo que realmente surge en cada momento. Uno conoce que

este deseo, anhelo, ansia es el origen del sufrimiento; que nibbana es el cese del sufrimiento, y que este

noble óctuple sendero es el camino que conduce al cese del sufrimiento.

1. LA NOBLE VERDAD DEL SUFRIMIENTO

Buda desarrolló la explicación de la primera noble verdad:

¿Y qué es la noble verdad del sufrimiento? Nacer es sufrimiento, envejecer es sufrimiento, morir es sufrimiento,

la pena, el lamento, el dolor físico, el dolor mental y la angustia son sufrimiento, asociarnos con lo que no nos

agrada es sufrimiento, separarnos de lo que nos agrada es sufrimiento, no conseguir lo que deseamos también

es sufrimiento. En resumen, los cinco agregados del apego son sufrimiento.

Esta explicación también se puede encontrar en el primer sermón de Buda (“La puesta en movimiento

de la rueda del Dhamma”).

Nacer es sufrimiento porque es la base o el terreno para el posterior sufrimiento que experimentamos

durante la vida. Envejecer también es sufrimiento. Nadie quiere envejecer, pero envejecemos todo el

tiempo. No se puede escapar de este proceso.

La pena, el lamento, el dolor físico, el dolor mental y la angustia son sufrimiento. Las experimentamos

en nuestras vidas.

Asociarse con aquello que no nos gusta es sufrimiento. Cuando tenemos que ver lo que no queremos

ver, eso es sufrimiento. Cuando tenemos que oír lo que no queremos oír, también es sufrimiento. Cuando

tenemos que convivir con personas que nos desagradan, esto trae sufrimiento. Separarnos de lo que nos

agrada, bien sea personas o cosas, bien sea por la muerte o solo temporalmente, es sufrimiento. No

conseguir lo que deseamos también es sufrimiento. Casi constantemente deseamos lo que no tenemos.

La frustración, el sufrimiento en la mente es constante. A menudo nos encontramos con que conseguir

lo que queremos también es sufrimiento, queremos más de ello, no perderlo, etc..

“En resumen, los cinco agregados del apego son sufrimiento”. Los cinco agregados del apego son todas

las cosas en el mundo, tanto animadas como inanimadas, todos los seres y cosas, que pueden volverse

objetos del apego y de anhelo.

Para comprender bien dukha, tenemos que conocer los tres tipos de sufrimiento:

El primero es traducido como “sufrimiento intrínseco”. Son las sensaciones físicas dolorosas y las

sensaciones mentales dolorosas. Si nos pinchamos un dedo con una aguja sentimos dolor. Cuando

estamos tristes o estamos deprimidos tenemos sensaciones mentales dolorosas o desagradables.

El segundo tipo de dukha es el “sufrimiento basado en el cambio”. Este se refiere a las sensaciones físicas

y mentales agradables. Incluso las sensaciones agradables generan sufrimiento porque cuando ellas

cambian o se van, causan pesar y sufrimiento.

El tercer tipo de dukha es el “sufrimiento por medio de las formaciones”. Formación quiere decir las

cosas que son producidas o causadas por otras. Los cinco agregados del apego están condicionados y por

ello son formaciones. ¿Por qué los cinco agregados generan sufrimiento?

Un criterio es que cualquier cosa que sea impermanente, transitoria, será también dukha. Acorde a esta

definición, las sensaciones agradables, desagradables, neutras y todas las demás cosas son impermanentes.

¿Cuál es la definición de impermanencia? Cualquier cosa que tiene un principio y un final es

impermanente. Cuando hay un surgir, un nacer, con seguridad desaparece, se desvanece. Cuando algo

surge o se desvanece, nace y desaparece, es impermanente.

Al proclamar la primera noble verdad, Buda mostró la realidad del mundo, la realidad de la vida, en la que

hay sufrimiento. No es la enseñanza superficial de la realidad, es la realidad más profunda. No podemos

acusar a un médico de ser pesimista cuando, después de un examen profundo cuenta al paciente que tiene

una enfermedad. Esto es un diagnóstico realista y necesario para preparar un program que cure la

enfermedad.

El óctuple sendero es el camino, el método o la práctica por la que se erradica y cesa el sufrimiento. A

través de él se descubre que hay paz y sabiduría en el cese del sufrimiento.

2. LA NOBLE VERDAD DEL ORIGEN DEL SUFRIMIENTO

La segunda noble verdad fue explicada por Buda de esta manera:

¿Y qué es la noble verdad del origen del sufrimiento? Es este deseo, esta ansia que origina más insatisfacción

y que asociado al placer y la pasión, siempre encuentra nuevos deseos por los objetos de los sentidos, el deseo

de existencia y el deseo de no-existencia.

Señala el deseo como el origen del sufrimiento y el origen de la vida. Esto implica que no acepta la idea

de una creación o un creador como el origen o génesis. De hecho, no acepta incluso la existencia de un

creador. El deseo es una fuerza impulsora. Si no tuviéramos deseo o anhelo por nada, no naceríamos.

El primer instinto que surge en cualquier ser vivo es el de supervivencia, el deseo de seguir existiendo, de

apego a la vida. Hay deseo sensual y deseo por la continuación de existencia. Estos deseos, anhelos, “sed”,

es el origen o la causa del sufrimiento. Hay otras causas, como la ignorancia, pero el deseo es aquí el

origen del sufrimiento, porque es la causa específica del sufrimiento que da apoyo y soporte también a

otras causas.

Buda nos muestra los fundamentos del deseo o la emoción:

¿Y dónde este deseo o emoción que está surgiendo, surge?, y estableciéndose, ¿dónde se establece? En todas

las cosas del mundo, aquí, el deseo o la emoción que está surgiendo, surge y, aquí, estableciéndose, se establece.

Hay tres estados de impurezas mentales: El latente, el de aparición y el de actuación.

1. El estado latente: en este momento podemos no tener enfado o ira. No estamos enfadados con nadie,

el enfado está ahora ausente en nosotros, pero tenemos el potencial para enfadarnos. Lo mismo con el

deseo o cualquier otra emoción o estado de ánimo.

2. El estado de aparición: cuando hay algún tipo de provocación podríamos enfadarnos. Cuando hay una

causa, nos enfadamos, el enfado surge en la mente, sale a la superficie. Anteriormente, no existía pero

ahora cuando nos enfadamos, hay enfado en la mente. Lo mismo con el deseo o cualquier otra emoción

o estado de ánimo.

3. El estado de actuación. Actuaremos en función de ese enfado. Podríamos ofender o incluso agredir a

alguien o algo. Este es el estado más denso o burdo del enfado. Lo mismo con el deseo o cualquier otra

emoción o estado de ánimo.

¿Y que es una cosa deseable, agradable en el mundo?

La vista es una cosa deseable, agradable, aquí, este deseo que está surgiendo, surge, y aquí, estableciéndose,

se establece.

El oído, el olfato, el gusto, el tacto, la mente son cosas deseables, aquí, este deseo que está surgiendo, surge, y

aquí, estableciéndose, se establece.

Tanto la vista, el oído, el gusto, el olfato, el tacto como la mente pueden ser cosas deseables. Cuando nos

apegamos a ellas, el deseo surge y se establece en nuestra mente con respecto a ellos. Las formas visibles,

los sonidos, los olores, los sabores, las cosas tangibles y los objetos mentales pueden ser cosas deseables.

Cuando nos apegamos a ellas, el deseo surge y se establece en nuestra mente con respecto a ellas.

Cada una de las seis puertas sensoriales tiene su consciencia y su contacto mental que surgen cuando un

objeto visible y la consciencia “se reúnen”. El contacto es uno de los factores mentales. Dependiendo del

contacto surgen las sensaciones. Junto con la consciencia visual, auditiva y demás surge la percepción. La

intención también es un factor mental. Es la voluntad, el acto volitivo, la intención. Es también un factor

mental. Cumple su propia función y base de otros factores.

Todos estos factores señalados son objetos de deseo. El deseo surge y se establece dependiendo de ellos.

3. LA NOBLE VERDAD DEL CESE DEL SUFRIMIENTO

La tercera noble verdad del cese del sufrimiento es conocida popularmente como nibbana (nirvana en

sánscrito). Buda describió esta noble verdad como sigue:

¿Qué es la noble verdad del cese del sufrimiento? Es la total extinción y eliminación de ese deseo, su abandono,

su descarte, liberarse de él, el no-aferramiento a ese mismo deseo.

La noble verdad del cese del sufrimiento significa la total extinción del deseo descrito en la segunda. El

nibbana es la extinción o la eliminación del deseo. Se dice que cuando el meditador experimenta ‘la verdad,

la realidad’, surge un tipo de consciencia llamado “conciencia del sendero”. Esta conciencia toma a nibbana

o la extinción del sufrimiento como su objeto, y tiene la función de erradicar el deseo y las impurezas de

la mente.

¿Qué erradica la consciencia del sendero? Los condicionamientos e impurezas que “tienen tierra sobre la

que crecer”. Aquí “tierra” significa los cinco agregados, los cuales son el objeto de la atención plena. Lo

que erradica la consciencia del sendero es el estado latente del condicionamiento mental o el potencial

que tienen para surgir desde la mente subconsciente. Se erradica con la práctica de la meditación

(observación-no reacción-ecuanimidad) el potencial que las impurezas mentales tienen para surgir.

Nibana es la ausencia de sufrimiento y la ausencia de impurezas mentales. Se dice que igual que la materia

puede ser ensuciada, las propiedades mentales como la consciencia y los factores mentales pueden

asociarse con la ansiedad, el odio, etc., y así pueden ensuciarse.

Buda describió nibana así:

“Nibana, que es conocido no puede ser visto, no tiene límites y es luminoso en todos los

aspectos. Aquí, no hay elemento agua, elemento tierra, elemento fuego, ni elemento aire que

se establezca. Aquí, no hay longitud, brevedad, pequeñez, grandeza, belleza, ni fealdad que

se establezca. Aquí, mente y materia desaparecen juntas. Con el cese de la mente

condicionada y los contenidos mentales, todo esto (mente y materia), cesa.”

Es también descrito en términos positivos, como “la verdad, la otra orilla, lo perdurable, lo propicio, lo

seguro, lo maravilloso, lo intacto, la pureza, la isla, el refugio, la más alta dicha...” Aunque no existe en el

sentido de las tres fases de cada momento de existencia: el surgimiento, presencia y disolución, realmente

sí está y consiste en el cese del deseo, de los contaminantes y del sufrimiento.

Cuando describe la tercera noble verdad, Buda dijo: “es la extinción total del deseo”. Así, el describió la

extinción del sufrimiento como la extinción del deseo, del anhelo, del ansia en la mente. El sufrimiento

cesa cuando cesa el deseo. Cuando la causa, que es el deseo, cesa; el fruto, que es el sufrimiento, también

cesa. Así pues, es el deseo lo que se intenta conocer y erradicar para poder erradicar el sufrimiento.

Nibana, de acuerdo a la característica de paz, calma o quietud, puede ser considerado de dos tipos: Uno

es el cese total de los condicionamientos mentales y el segundo es el cese total de los agregados. Buda

explicó cuándo el deseo es abandonado y cuándo el deseo cesa.

y ¿dónde este deseo que está siendo abandonado, se abandona?, y ¿dónde, cuando está cesando, cesa? En

cualquier cosa del mundo que sea deseable, agradable, aquí, este deseo, cuando está siendo abandonado, se

abandona, y aquí, cuando está cesando, cesa.

4. LA CUARTA NOBLE VERDAD. EL NOBLE ÓCTUPLE SENDERO

La cuarta es la noble verdad del sendero que conduce al cese del sufrimiento. También conocido por el

noble óctuple sendero o el camino medio.

¿Cuál es la noble verdad del sendero que conduce al cese del sufrimiento? Es justamente éste noble óctuple

sendero, a saber: entendimiento correcto, pensamiento correcto, lenguaje correcto, acción correcta, medio de vida

o sustento correcto, esfuerzo correcto, concentración y atención plena.

Los ocho factores mencionados son llamados el noble óctuple sendero que conduce al cese del

sufrimiento. Esto es la cuarta noble verdad.

¿Qué es comprensión o entendimiento correcto? Comprensión de que hay sufrimiento, del origen del sufrimiento,

del cese del sufrimiento y del sendero que conduce al cese del sufrimiento.

Significa ‘conocimiento directo de las cuatro nobles verdades’, obtenido a través de la práctica y el

conocimiento directo de las tres características de todas las cosas condicionadas (dukha-sufrimiento,

anicha-impermanencia y anata-no yo).

El pensamiento correcto es explicado como dirigir la mente hacia la calma. Con su ayuda, la mente es

dirigida hacia el objeto, y entonces surge el entendimiento correcto. Por lo tanto, aunque es traducido

como pensamiento correcto, esto no es pensar, sino dirigir la mente hacia la quietud.

Lenguaje correcto es:

Abstenerse de lenguaje falso, difamatorio, agresivo, molesto y frívolo.

Acción correcta es:

Abstenerse de matar seres, de tomar lo que no nos ha sido dado y abstenerse de conductas sexuales que causen

sufrimiento.

Modo de vida o sustento correcto. Hay cinco tipos de comercio que son descritos como incorrectos por

el Buda: el comercio de armas, con seres humanos, con carne, bebidas alcohólicas y tóxicos.

Esfuerzo correcto en el sentido de firme determinación para superar la mente condicionada que nos ata

al sufrimiento.

La concentración correcta. Aquí se refiere a losas cuatro jhanas que pertenecen a la meditación samatha,

pero que también pueden ser la base para la meditación vipassana. Pero aquí también se puede entender

el significado de concentración momentánea cuando el meditador puede establecer su mente en el objeto

de meditación por algún tiempo. Así, puede haber pocas distracciones de la mente en esos espacios de

tiempo, e incluso cuando surge una distracción, uno podría ser capaz de dejarla marchar inmediatamente.

La atención plena con sus cuatro fundamentos: atención al cuerpo, a las sensaciones, a la mente y a los

contenidos mentales.

Como hemos visto, hay ocho factores en la cuarta noble verdad del sendero que conduce al cese del

sufrimiento. Cuando practicamos meditación, se dice que estamos siguiendo este sendero. Podemos decir

que los ocho factores están funcionando cuando practicamos meditación. Habitualmente, estos se

dividen en tres: sila, samadi y paña.

Hay cuatro funciones conectadas con las cuatro nobles verdades. Con respecto a la primera es la

comprensión profunda del sufrimiento. La función de la segunda sería abandonar la causa del sufrimiento

que es el deseo. La función de la tercera es experimentar la calma. La función de la cuarta es practicar el

óctuple sendero.

El origen y la disolución aquí, debería ser entendido como el surgir y el cese del sufrimiento tal como ha

sido enseñado en las cuatro nobles verdades. Los meditadores que las comprenden no se apegan a nada

por medio del deseo o de las concepciones erróneas, y no se aferran a nada en el mundo de los agregados.

Así, los meditadores moran contemplando los contenidos mentales.

5. Esquema de Meditación Vipassana (Los orígenes de mindfulness)

1. Postura de meditación

1.1. Cuerpo

Nos sentamos en una postura cómoda. Estamos relajados tanto física como mentalmente. La espalda puede estar erguida pero no rígida, de tal manera que el aire fluya naturalmente hacia dentro cuando inhalamos y hacia fuera cuando exhalamos. Es aconsejable mantener los ojos cerrados y las manos relajadas. Respiramos normalmente. No modificamos ni alteramos su flujo natural.

1.2. Mente

Cuando practicamos meditación tratamos de estar conscientes de lo que ocurre en el momento presente. Esta es una meditación de observación de todo lo que ocurre en el momento presente y no alteramos lo que sucede, simplemente lo observamos con atención.

1.3. Seis puertas sensoriales

La consciencia tiene la capacidad de observar los objetos, estímulos e información que recibe, aunque también puede volver a su estado natural que es el silencio. Exis-ten seis puertas sensoriales: la puerta de la vista, la puerta del oído, la puerta del olfato, la puerta del gusto, la puerta del tacto y la puerta de la mente. Así, estamos recibiendo estímulos e información a partir de estas puertas sensoriales y la consciencia se inclina hacia lo que recibe a través de ellas. Cuando estamos meditando sentados lo que vamos a experimentar principalmente son objetos percibidos a través de la mente, del tacto y del oído.

2. Objetos de meditación

2.1. Objeto primario o base

1. Respiración

Enfocamos nuestra atención en la entrada de las fosas nasales. En esa zona observamos la entrada y salida del aire. Cuando el aire entra por las fosas nasales produce una sensación de contacto, y tal sensación puede ser detectada si colocamos nuestra consciencia en esa zona por donde fluye el aire hacia dentro. Y lo mismo cuando sale, cuando exhalamos.

Se dice que la consciencia es como un portero que está a la entrada de un edificio observando a la gente que entra y sale. De la misma manera, la atención está focalizada en la entrada de las fosas nasales, donde observa el flujo de la respiración, la inhalación y la exhalación.

Algunas personas tienen dificultad en observar la respiración en la entrada de las fosas nasales. En ese caso es recomendable observar los movimientos de expansión y contracción del abdomen. Si prestamos atención al abdomen observamos que cuando inhalamos se expande y, cuando exhalamos, se contrae.

Cualquiera de estas dos formas puede ser tomada como objeto base de meditación. A veces, también se denomina objeto casa: así como nosotros regresamos a nuestra casa después de hacer las actividades, uno va al trabajo o de viaje, pero siempre regresa a su casa. De la misma manera, observamos la actividad mental y sensorial pero siempre volvemos a observar la respiración.

2. Sensaciones sutiles

También podemos experimentar como objeto base las sensaciones sutiles en algunas zonas o en todo el cuerpo. Por ejemplo, la sensación de vida que hay en las palmas de las manos. Somos conscientes de esas sensaciones. Incluso, si las observamos en todo el cuerpo, las sen-timos desde la cabeza a los pies y de los pies a la cabeza; barriendo como un escáner que capta todo a su paso. Pero tratamos de no quedar atrapados en esa única observación, de tal forma que sigamos abiertos a percibir lo que percibimos a través de otras puertas sensoriales.

2.2. Objetos secundarios

1. Cuerpo

Un tipo de objetos que los meditadores normalmente encuentran cuando están meditando sentados son sensaciones en el cuerpo. Algo común en la práctica de la meditación son sensaciones de dolor, entumecimiento o rigidez. Si esto ocurre en el momento presente, llevamos la atención al lugar donde surge la sensación, somos conscientes de ella, lo observamos pero manteniendo parte de nuestra consciencia en el objeto base.

También podemos experimentar sensaciones de picor. Si este es el caso en el momento presente, somos conscientes de ello, lo observamos y tratamos de percibirlo sin perder la atención a nuestro centro. Si esta sensación no desaparece y se intensifica, seamos conscientes de la intención y después del movimiento.

A veces, cuando estamos meditando sentados, podemos escuchar algún sonido o un ruido. Si este es el caso en el momento presente, colocamos la atención en el oído. Lo observamos, somos conscientes de él, pero manteniendo parte de nuestra consciencia en el objeto base.

2. Mente

Si estamos observando la respiración/sensaciones y en el momento presente surge un objeto mental, por ejemplo, un pensamiento, observamos el pensamiento solo como un pensamiento y no como algo completamente real. Lo observamos y cuando desaparece continuamos percibiendo la respiración/sensaciones. Si es posible, tratamos de observar el pensamiento sin perder la consciencia del objeto base.

A veces tenemos imágenes mentales, algo se nos aparece en la mente. Si esto ocurre, seamos conscientes de ello. Lo observamos y cuando esta imagen desaparece regresamos a la respiración. Otras veces, conversamos con alguien o con uno mismo. Si esto ocurre en el momento presente, seamos conscientes de ello, lo observamos y cuando desaparece regresamos de nuevo al objeto base. Muchas veces, reflexionamos o analizamos. Si esto ocurre en el momento presente, seamos conscientes de cada una de estas actividades.

A veces, experimentamos emociones, estados mentales que pueden ser agradables o desagradables. Si este es el caso en el momento presente, también debemos hacer de estos objetos parte de nuestra meditación.

En ocasiones, podemos tener expectativas. Las personas que meditan quieren, a veces, obtener algo por medio de la meditación como paz, tranquilidad o menos estrés. Es una forma sutil de deseo o apego. Entonces, si detectamos que en nuestra mente existe algún tipo de expectativa seamos conscientes de la misma en el momento presente, lo observamos con atención y cuando estas desaparecen continuamos conscientes del objeto base.

3. Es Importante

Es importante, cuando practicamos meditación, no rechazar nada de lo que surge en el momento presente. No tratamos de quitar de nuestra mente aquellas cosas o experiencias

desagradables o que no nos gustan. No reprimimos, rechazamos ni forzamos nada.

Aceptamos los objetos sensoriales o mentales cuando surgen, ya sean agradables o desagradables. Los observamos, dejamos que sigan su curso natural y cuando de-saparecen regresamos al objeto base.

Es importante, cuando practicamos meditación, no identificarnos con las sensaciones corporales o mentales. Tratamos de observarlas tal como son y en la medida en que desaparezcan continuamos observando la respiración-sensaciones.

También es importante, cuando practicamos meditación, observar la tendencia enjuiciadora de la mente sobre uno mismo o los demás, tanto en aspectos positivos como negativos. Observa esa tendencia inquisidora y suéltala.

Es importante observar cualquier objeto que sea prominente en el momento presente. Cualquier objeto que destaca, ya sea sutil o denso, agradable o desagradable, es objeto de meditación.

La atención es la facultad mental que protege nuestra mente. En la medida en que tengamos esa continuidad nuestra mente va a estar limpia de negatividad.

4. Es Fundamental

En la meditación de plena consciencia es fundamental cultivar la atención a lo que surge en el momento presente, desarrollando la capacidad de ser conscientes y no estar solo observando la respiración/sensaciones.

Es fundamental permanecer presente durante la práctica. Cada vez que te des cuenta de que la atención se ha dispersado, de que no estás aquí y ahora, tranquilamente, sin juicios, vuelves a focalizar la atención en la práctica.

Es fundamental proceder a practicar la meditación de forma habitual. No te quedes solo en la comprensión intelectual. Te será difícil aplicar la plena consciencia en tu vida diaria si no dedicas un tiempo razonable a la práctica formal en tu casa. Cuando surgen los llamados objetos

secundarios en el momento presente ya sean sensaciones corporales, sonidos, objetos

visuales o mentales somos conscientes de ellos, dirigimos nuestra atención a cada uno y los hacemos parte de nuestra meditación.

Por lo tanto, no nos sintamos preocupados si la mente tiene distracciones como, por ejemplo, pensamientos. Si tenemos distracciones, vamos a practicar meditación con las mismas haciéndolas parte de la meditación.

Si hay atención estamos meditando de forma correcta, y nuestra mente va a experimentar los primeros beneficios de la práctica que son tranquilidad y paz mental.

6. Mindfulness vs Vipassana

La meditación vipassana es el origen de mindfulness.

A su vez, uno de los suttas (sermones) más importantes de Buda, "los 4 fundamentos de la atención plena" es el origen de la meditación vipassana. En él se desarrolla la plena consciencia:

1. Atención al cuerpo, 2. Atención a las sensaciones del cuerpo, 3. Atención a la mente y 4. Atención a los contenidos de la mente.

Este sermón llevado a la práctica es la meditación vipassana que se ha mantenido en diversas tradiciones en el Sudeste Asiático (Sri Lanka, Birmania, Camboya, Tailandia,...). De las tradiciones más conocidas: la birmana (llamada de Goenka) que es una buena preparación para la meditación vipassana propiamente dicha; y la de tradición monástica, con diversas escuelas como la Forest Sangha, Silananda o Mahasi Sayadaw).

Cuando en los años 70 y 80 algunos occidentales viajamos a Asia descubrimos estas prácticas y las traemos a Europa y América. En algunos casos, como el médico norteamericano Kabat-Zinn que comienza a aplicarlo a sus pacientes pero desprovisto de connotaciones culturales ya sean cantos, recitaciones, rituales y/o toma de preceptos.

Como en inglés el texto del sermón de Buda es: "the 4 foundations of mindfulness" esta palabra sin traducir se empezó a utilizar como una práctica autónoma basada en vipassana pero con algunas características diferentes. En Estados Unidos comienza a extenderse en los ámbitos clínicos e incluso en personas no interesadas en las filosofías orientales.

Diferencias:

1. En vipassana la práctica inicial son retiros largos de una semana o 10 días en un sitio apartado, con un horario intensivo y en absoluto silencio.

En mindfulness, la práctica son cursos de 8 semanas que uno realiza en su casa tratando de integrarlo en su vida diaria. Suele haber un espacio de dos horas a la semana en grupo en el centro o en la clínica donde se imparte.

2. - En vipassana, la tradición birmana comienza con el desarrollo de la concentración observando la respiración en los orificios nasales y después los recorridos de la consciencia por todo el cuerpo percibiendo las sensaciones. No hay meditación caminando, ni meditaciones abiertas con objeto primario y secundario.

- La tradición monástica sí tiene la meditación abierta con objeto primario y objetos secundarios (centro y periferia). También hay meditación caminando.

-Para muchos bhikkhus y bhikkunis que hemos conocido la tradicción birmana (o pre-vipassana) es una buena preparación para la meditación vipassana propiamente dicha de tradición monástica.

3. - En mindfulness, se toman ambas tradiciones: -la birmana con la práctica inicial que se denomina escaneo corporal (los recorridos sintiendo cualquier sensación corporal). - Y la monástica con la meditación caminando y las meditaciones abiertas con el objeto base que suele ser la respiración o las sensaciones sutiles corporales; y desde ese punto de anclaje -que nos centra en el momento presente- abrirnos a la percepción de todo lo que sucede y llega a la consciencia (sonidos, pensamientos, emociones, etc).

4. Hay algunos aspectos que no están en vipassana que se aplican en mindfulness como es la práctica de yoga (tomado del hinduismo) con estiramientos básicos tanto sentados como tumbados o de pie.

5. En mindfulness también hay aspectos de la psicología occidental y, sobre todo, mucha experimentación científica con escaner y resonancias magnéticas del cerebro, sistemas nervioso, inmunológico, etc.

6. Sesiones de meditación: En vipassana se dan instrucciones al comienzo de la sesión de meditación, pero luego se está en silencio de 40 a 60 minutos. En mindfulness, las sesiones suelen ser más cortas y guiadas con pocos momentos de silencio.

7. El diálogo consciente:

- En vipassana de tradición birmana no se da. Suele haber una charla del instructor por las tardes de hora y media.

- En vipassana de tradicción monástica sí hay diálogo consciente. Suele haber una charla del monje o instructor por la tarde pero suele ir acompañada de preguntas y comentarios por parte de los asistentes.

- En mindfulness, están surgiendo distintas escuelas. en estos años. Si el instructor es psicólogo con poca base meditativa se suele incidir más en la palabra y menos (o nada) en las prácticas de meditación.

- Si el instructor sí tiene experiencia en vipassana se suele repartir la sesión presencial semanal en práctica meditativa y el posterior diálogo consciente con las preguntas y comentarios de los asistentes.

8. Prácticas cotidianas: - En mindfulness al día siguiente de la sesión presencial, se envía el material de audios y textos para practicar en casa y en la vida cotidiana al menos seis días a la semana.

-En vipassana, después del retiro más o menos largo en un lugar apartado, uno vuelve a casa intentando integrar también la práctica en su vida diaria.

GLOSARIO

Abhidhamma: el tercer cesto del Tipitaka. Filosofía y psicología budista. Enseñanzas metafísicas basadas

en los suttas posteriores al Buda histórico.

Anapana-sati: atención a la entrada y salida de la respiración en las fosas nasales.

Anatta: Impersonalidad, no yo, sin esencia, junto con dukha (sufrimiento) y anicha (impermanencia), una

de las tres características de la existencia de todos los fenómenos.

Anicha: impermanencia, junto con anata (no yo) y dukha (sufrimiento), una de las tres características de

la existencia de todos los fenómenos.

El Noble Óctuple Sendero: lenguaje, acción y modo de vida correcto (sila-ética); esfuerzo, concentración y

atención correcta (samadhi-concentración); pensamiento y entendimiento/sabiduría correcto

(paña-sabiduría).

Brahma viharas: Las cuatro moradas: metta, amor, aceptación, empatía; karuna, compasión; mudita, gozo;

upekha, ecuanimidad.

Consciencia: Capacidad para experimentar y conocer el mundo externo y los objetos mentales. Aspecto

cognitivo y contemplativo de la mente.

Dhamma: (en sánscrito, dharma). Las enseñanzas de Buda; la ley universal y natural. No confundir con los

dhammas, que se refiere al cuarto fundamento de la atención: los contenidos mentales.

Dukha: Insatisfacción, sufrimiento; la primera de las Cuatro Nobles Verdades.

Indriyas: Facultades mentales

Jhāna: Absorción meditativa de la mente. Causa la disipación o eliminación de las impurezas mentales

Karunā: Compasión.

Khandhas: Los 5 Agregados. (En algunas escuelas se habla de cuatro al no contar el cuerpo). Se considera

que el ser humano está compuesto de un grupo de cinco agregados: rupa, forma, materia, cuerpo;

vedana, sensaciones; saña, percepción; sankhara, condicionamiento mental, volición, formaciones

mentales; y viñana, consciencia.

Mahāyana: Las escuelas budistas que se extendieron por el norte de la India: el Tibet, China, Corea, Japón,

y Vietnam. El budismo Mahayana fue introducido en Asia Central

Metta: Amor, aceptación y empatía.

Nama: Mente; literalmente, aquello que se dirige hacia los objetos; término para todos los procesos

mentales.

Nibbana: Apagar (el fuego), extinción, emancipación.

Los 5 Impedimentos: El deseo por placeres sensuales (1); negatividad (2); agitación y preocupación (3);

pereza y somnolencia (4); duda (5) son considerados según la tradición budista como los principales

impedimentos para lograr la consciencia lúcida.

Pali: Lengua indoaria, cercano al sánscrito. El pali es el lenguaje de Buda y del canon theravada. Las

enseñanzas de Buda que fueron transmitidas oralmente después de su muerte hasta que fueron

escritas en Sri Lanka en el primer siglo antes de nuestra era.

Las 5 Facultades mentales: Término referido en la meditación para los cinco estados mentales: confianza;

energía; concentración, samadhi; mindfulness, sati; sabiduría, paña.

Los 10 Paramis: Perfección. Las diez perfecciones son: generosidad (1); ética (2); renuncia (3); sabiduría

(4); energía (5); paciencia (6); honestidad (7); perseverancia/determinación (8);

amor/aceptación/empatía (9); y ecuanimidad (10).

La Cadena del origen dependiente o condicionado. Todos los fenómenos se originan de manera

dependiente entre sí por causa-efecto. Discurso de las causas concatenadas o eslabones.

Equivalente dinámico de los cinco agregados y del no yo. Base de las enseñanzas de Buda: En

primer lugar, la ignorancia (1) como causa de la mente inconsciente, condicionada (2). Debido a

ello surge la consciencia (3) de conexión entre memoria, presente y futuro que aparece en el

cuerpo/mente (4) con las seis puertas sensoriales (5) que permiten que haya contacto sensorial (6)

y percibir la experiencia sensorial de las sensaciones (7). A través de ellas surge el deseo (8) y de

este el apego (9) que lleva al sufrimiento (12). La tradición habla de voluntad de nacer (10) y

renacimiento (11).

Desde la sensación surge el deseo, anhelo, tanha, que lleva al aferramiento, adherencia que causa la mente

condicionada, el devenir de la existencia, siendo la causa inevitable de la vejez y la muerte.

Samadhi: Concentración en un único objeto mental.

Samatha Bhavana: Meditación de tranquilidad; meditación cuya finalidad es procurar el estado de paz o

tranquilidad al suprimir ciertas impurezas mentales, por ejemplo, los impedimentos.

Suttas: (en sánscrito, sutras) Las enseñanzas o discursos de Buda.

Factores de Lucidez (o iluminación): energía o motivación, calma, investigación de los contenidos mentales,

gozo, ecuanimidad, samadhi (concentración) y sati (mindfulness, atención plena),

Sangha: Comunidad de personas que practican meditación.

Sankhara: Mente inconsciente, mente condicionada; impulso; volición; formaciones mentales. Uno de los

cinco agregados

Saña: Percepción. Uno de los cinco agregados

Sati: Mindfulness, atención plena.

Satipathana: Discurso de los cuatro fundamentos de la atención plena. Práctica de la meditación de

introspección contemplando los cuatro fundamentos de Mindfulness: El cuerpo, las sensaciones,

la mente, y los contenidos de la mente.

Sila: Moralidad, ética; reglas de conducta; uno de los tres conjuntos de reglas de entrenamiento del noble

óctuple sendero, precediendo a samadhi (concentración) y a paña (sabiduría).

Sutta: Discurso. Primer cesto del Tipitaka, que contiene todos los discursos de Buda.

Tanha: Sed, anhelo, deseo, que conduce al sufrimiento

Theravada: La escuela de los antiguos, de los mayores. que se desarrolló después de la muerte de Buda. Los

Antiguos recitaron las Enseñanzas en el primer Concilio y mantuvieron la tradición que sigue viva y se

mantiene en el Sudeste asiático: Birmania, Camboya, Laos, Sri Lanka, y Tailandia.

Las tres raíces insanas: ilusión, ignorancia; aversión y codicia.

Tipitaka: Los tres cestos o canastas del canon theravada son: los suttas, la colección de discursos de Buda;

avinaya, reglas disciplinarias y monásticas y abhidhamma, enseñanzas metafísicas posteriores,

exégesis de los suttas en autores posteriores.

La triple Gema o Joya: El Buda, el dhamma, y la sangha.

Upekha: Ecuanimidad.

Vedanā: Sensaciones.

Vicāra: Acto de mantener la mente anclada en un objeto.

Viñana: Consciencia.

Vipassana: Introspección; Visión lúcida y profunda de la realidad.

Vīriya: Esfuerzo, energía.