Francisco Cruz Maquín

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Francisco Cruz Maquín Un intelectual Vegano Homenaje rendido el 9 de Noviembre del 2013, por el Taller Literario “ Federico García Godoy” de La Vega.

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Biografía y Obra del Lic. Francisco Cruz (Maquín)

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Francisco Cruz MaquínUn intelectual Vegano

Homenaje rendido el 9 de Noviembre del 2013,por el Taller Literario “ Federico García Godoy”

de La Vega.

Francisco Cruz Maquín

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Francisco Cruz Rodríguez (Maquin) “…nací en un lugar, en un punto de la realidad que ya no existe. Como quien emergiera de la corriente de Heráclito, La Vega que ahora soy capaz de evo-car, aquella de los años 40 y 50 del pasado siglo, es apenas un difuso espejismo que asoma y se desvanece, para luego resurgir entrecortadamente del extravío. Por diferentes razones puedo afirmar que aquella apacible y civilizada colectividad desapareció, se extinguió como sombra furtiva en un borroso e inexplicable cre-púsculo”. (Pedro Delgado Malagón Fórum Pedro Mir de la Librería Cuesta, 27 de julio del 2012).

Los pueblos tienen una visión de sus espacios que en el imaginario colectivo configura una especie de paradigma. Los ciudadanos de una época tienden a congelar esos mo-mentos y en sus saudades, evocan lo que fueron los mejo-res momentos vividos al calor de su terruño, especialmente cuando se han ausentado largo tiempo de esa comunidad. Por eso tiene razón Delgado Malagón cuando expresa con nostalgia y con dolor que ya ese pueblo no existe y tan grave es su dolor que no puede explicarse cómo se perdió en ese crepúsculo.

Hoy evocamos la obra de un vegano tanto o más ve-gano que Delgado Malagón. Un hombre salido de las entraña de las tierras veganas, que renunció al machete y al arado, para sembrar su intelecto y cultivar obras de arte. Un hombre, que decidió por sí mismo quien quería ser y fue el hombre que se hizo a sí mismo. Le tocó vivir una época y la vivió a plenitud, dejando a la sociedad vegana un motivo para recor-

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darlo siempre, pese a la ingratitud que los cambios de época generan en los pueblos que se masifican y no se cultivan. Francisco Cruz Rodríguez nació el 29 de enero de 1915 en Licey Los Tocones, una productiva comunidad rural del municipio de La Vega, en el hogar del señor José de la Cruz y de la señora Teolinda Rodríguez (Tiola). De ese ma-trimonio nacieron 3 varones, quienes vinieron a la ciudad y dejaron su sello en el corazón de la misma. Francisco, Adolfo y José, fueron sastres, hijos de un sastre, que no podía ofrecer-les quizás, más que un oficio para que vivieran honradamente. Sin embargo, el único que persistió en ser sastre, fue Josecito, un gran maestro de la sastrería que poseyó uno de los más prestigiosos talleres de este pueblo, por su calidad y seriedad. Francisco y Adolfo se inclinaron por el Derecho. Ejercieron el Derecho en forma digna y ganaron un sitial en el seno de una sociedad que aún discriminaba por el origen social y la posi-ción económica, y hasta por cuestiones raciales. Ellos eran del color de los dominicanos y se insertaron en un medio muy difícil, sumamente difícil en su época, y tuvieron la suficiente capacidad para sobresalir.

Francisco fue sastre y maestro de escuela. Pero fue maestro de escuela cuando previamente eran evaluados por una comisión de notables mandada por la Secretaría de Edu-cación y una Junta de Estudios. En una época que para obte-ner el título de Bachiller debía superar a un Jurado de Tesis, que hacía todo lo posible para dar aprobación únicamente

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a los estudiantes que calificaran, y él fue el único vegano en aprobar en esa convocatoria, -salvando según expresó el Pre-sidente del Jurado- el honor de La Vega.

Hizo un Convenio de Honor con su hermano Adolfo para que este como sastre ayudara al sostenimiento de sus estudios de derecho en la Universidad de Santo Domingo en 1939. Luego cuando él se graduara lo ayudaría para que Adolfo terminara también su carrera de derecho y así fue. Cuando terminó su carrera, de inmediato buscó a su herma-no y lo convenció para que se fuera a la universidad respalda-do por él.

Francisco desde joven dio muestra de una gran in-teligencia e inquietudes culturales y sociales, aunque el país había caído dentro de un régimen que cercenaba todo brote de anhelos de libertad y de justicia, o de pensamiento inde-pendiente. De modo que perteneció a los grupos culturales e intelectuales más importantes de nuestra ciudad, que en ese entonces disfrutaba de una gran efervescencia cultural. La sociedad “Amor al Estudio” desde 1892 venía desarrollando una intensa labor cultural, conjuntamente con la filantrópica y literaria sociedad La Progresista que le había precedido. Am-bas sociedades sostuvieron las primeras bibliotecas públicas de la ciudad y allí Francisco leyó todos los clásicos greco-ro-manos, la vida de los grandes personajes de la humanidad, tanto de la antigüedad, la edad media y el renacimiento, como a los modernos; por lo tanto, poseyó una vasta cultura univer-

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sal. Gustaba de la soledad y el estudio. Fue miembro la logia Antorcha de la Juventud.

Francisco fue Vicepresidente de la sociedad cultura de gran prestigio en el mundo cultural vegano, pues a ella pertenecían todos los jóvenes que manifestaban inquietudes culturales y que luego trascendieron a nivel nacional e inter-nacional al formar el grupo literario de Los Nuevos. Como miembro de Los Nuevos, quedó consagrado para la posteri-dad, y lo que hace el Taller Literario Federico García Godoy es, reconocer los valores positivos de esta sociedad, que por sus aportes y originalidad, pueden llamarse escritores en el sen-tido más extenso de la palabra, porque produjeron una obra que el pueblo conoció a través de los periódicos El Progreso y La Palabra, en el nivel local y Listín Diario a nivel nacional, así como por programas culturales de los Estados Unidos, Méxi-co y Puerto Rico. Junto a él estuvieron escritores de la talla de los hermanos Suro, Rubens y Darío; Guido Despradel, Ma-rio Concepción, Francisco Domínguez Charro, Tulio Lora, José Rijo, Luis Mc Despradel, Mario Bobea Billini, entre otros, y los independientes como Julio César Martínez, Francisco Álvarez Almánzar, Héctor B. de Castro Noboa, y entre sus mentores estuvieron Domingo Moreno Jiménez y Fabio Fiallo. Sin ellos, la fama de culta que tenía esta ciudad se hubiera limitado a la obra de Federico García Godoy y otros anteriores a ellos, pero fue su eclosión a la vida cultural lo que afianzó en todo el mundo ese calificativo de culta, que no queremos jamás dejar perder pese a los vaivenes naturales y por eso estamos

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luchando los grupos que como hoy, el Instituto Vegano de Cultura, el grupo cultural del Policlínico La Vega, los Talleres literarios Federico García Godoy y Letras Veganas, tratamos de impulsar contra vientos y mareas.

Francisco escribió poesía y temas relacionados con la ética y la raza en los periódicos veganos La Palabra y El Pro-greso. Pero también fue un contertulio en los Cafés Novistas donde declamaba los poemas y era el representante de la Escuela de Declamación; y en el Programa Radial Cultura, de-clamaba sus poemas, un don muy especial ya que los poetas casi nunca declaman sino que leen sus poemas y además leía sus otros escritos donde expresaba su visión como pensador. Fue uno de los más activos difusores de las ideas cultura-les por los medios radiofónicos instalados en esta ciudad por José Secín y los hermanos Antonio y Manuel Batista Clisante, en la primera mitad de los años 30’s. En esta tarea radial siempre declamaba algún poema suyo o de otro autor, acom-pañado de Van Elder Espinal y Diego Teruel Roca el tesorero de la sociedad Cultura, quien también dejó unos escritos de gran valor ético y social. Ahora veamos al poeta: Su poesía era de temas sencillos, sin rupturas y sin sorpresas en cuanto a la forma tradicional del soneto; pero sentidos, como quien sufre por todos los sufrientes y aprovecha la muerte de su compañero de estudios Adolfo Frelles para expresar su sensibilidad, ante el dolor de esa pérdida que es una pérdida universal.

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Página Triste1

A mi compañero de estudio Adolfo Frelles.La tarde está fría y el cielo tranquilo

El viento no arrulla los árboles ya.Y tras esa calma se murió el amigoEn un sueño eterno que no volverá.

Compañeros fuimos de una misma escuela.Donde él estudiaba, donde siempre rio.Tras la risa ingenua de la mujer bella

Que tantas ilusiones tiernas le inspiró:

Y en la tumba moran sus restos tranquilosDonde esperan todos, gran solemnidad,

Donde cada arrullo tiene un gran gemido Que evoca el olvido de la soledad...¡Parece mentira que murió el amigo!

¡Parece mentira que no volverá!

Algo que llama la atención es la boda de sus dos ami-gos a quienes en una expresión más libre y conceptual los felicita, los reconforta y les desea lo mejor, estableciendo una rima algo irregular, pero manteniendo el ritmo y la coherencia.

1 El Progreso, 7 de enero de 1934

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Nupcial

A mi compañero Mario y a Digna, en su matrimonioCuando al cielo lo cubre

el rubí de la aurora,cual pájaro tremante de luz y de emoción,lo mejor es buscar como el ave en la flora,

el alma soñadoraque nos dé la ilusión.El vino es el ensueño

del cuerpo y la materia.las almas sólo piden de la vida un licor.

No olvidemos sus llantos,No olvidemos sus quejas,

ellas sólo nos pidenmucha luz, mucho amor.

Almas sitibundasque fueron en los rayos,

en los rayos vibrantes de la lumbre del Sol,seguid vuestro camino,vuestro viaje tan largo,

no lleguéis a otra tierra que no sea del amor.Bendita sea la unión,

la unión de dos amigos,Quiera Dios que fecunde

entre amor y cariño;como nace en la tierra,

en la tierra fecundala riqueza del trigo.

Otro de sus aportes poéticos además de reforzar la amistad personal y mantener la forma del soneto, como pro-ducto de su época, expresó sin ningún tipo de envidia o de encono, su admiración por un poeta popular que cantó las jocosidades del pueblo, y como tal le reconoce su autentici-dad.

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Al exquisito poeta santiagués Juan Goico Alix2

Tú recibiste aplausos de mi puebloviejo cantor de la ciudad del Yaque:

Porque tienen tus versos algo que nos hacerecordar la elocuencia de los griegos.

Tienen tus cantos el arrullo locoDel trovador a la puerta de la amada.Hay en tus versos el sentir profundo

que embarga siempre tu alma enamorada.Ese Cafemba que tú describisteen verso magistral e inimitable.¡Cuán pintoresco tú lo hiciste

Envuelto en una viveza irreprochable!Viejo cantor de la ciudad del Yaque.

viejo cantor de tus hondos sentimientos,Yo os aplaudo, porque como el pueblo

De hombres que expresen su sentir estoy sediento.

El pensador Francisco Cruz: Resulta que de la misma manera que cualquier perorata no es una charla ni mucho menos una conferencia, de la misma manera cualquier profesional por alto que haya sido el título adquirido y lo mucho que hable y participe, no lo hace un intelectual. Intelectual es aquel que piensa por sí mismo, el que tiene un pensamiento autónomo y lo expresa a través de sus escritos y comentarios. De la misma manera que solo puede considerarse conferencista a quien plantea una tesis y la desarrolla de manera autónoma sin muletillas o citas traídas de manera artificiosa. Ningún pensador puede actuar como un diplomático o un político, pues nada tiene que acomodar para complacer o para dar

2 El Progreso, 20 de enero de 1934.

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la impresión de que él sabe más que los demás. Su labor trasciende hasta sus propios intereses a favor del colectivo y siempre con las miras puestas en el presente para potenciar el futuro. Ahora veamos una breve faceta de este pensador, aplicable tanto al ayer como al hoy:

Por el Bien3

Que haya jóvenes y no juventud, como dijo Unamu-no de España, eso huele a fracaso y trasciende al derrumba-miento de la ruina. Jóvenes y no juventud!, no puede ser; como hay flores que no perfuman y ni colores tienen que a la vista agraden. Se dirá que ya se ha clamado lo bastante por el levantamiento intelectivo de la multitud; pero aunque así sea, bueno es repe-tirlo, porque de “puro sabido se olvida“. Es imprescindible la espontaneidad, la fragancia, el brío, en las ciencias, en las artes, y en todas las manifestacio-nes humanas. Esa es labor de la juventud y no sólo de los jóvenes por la edad. La mujer ha tenido, para salvación de su inercia, la dicha de escudarse cuantas veces se habla de juventud, en la falsa creencia de que sólo los varones la forman, y que por lo tanto, solamente estos están comprometidos con el futuro.La vida es ardua, y es de todos. Vivir no es tan solo existir. Ella está rodeada de una miríada de exigencias y necesidades que, ya en las tortuosi-dades del tumbo o en las diafanidades de la gloria es impres-

3 (17 de febrero de 1937)

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cindible satisfacer. Hay que marchar, no importa cómo, aún a traspié. Lo que duele y hunde, porque respira fracaso, es la ataraxia, el árido y desmoralizador indiferentismo en que mi-les de hombres parecen dormir. ¿Será que llegó la hora de la indolencia o la del estoi-cismo, que bien puede llamarse quietismo? Lo dudo; aunque la mayoría solo está cumpliendo su función vegetariana; pero aunque así sea, del hombre todo puede esperarse, desde el arrastre servil, hasta el milagro de la resurrección. Marchemos!

Las ideas4

El alma de la selva es el silencio; a veces un lejano y desleído arrullo. El alma de la multitud es la idea; la idea que ha ad-quirido popularidad; sin embargo, no son las ideas más po-pulares las que gobiernan al mundo; no basta que el juicio de un hombre sea conocido de muchos y como los proverbios repetición de todos. Es necesario que, además de populares, para dirigir a la sociedad, las ideas hayan sido asimiladas yadoptadas por los individuos, como conceptos propios, como normas de conducta individual; pero para esto se necesita reflexión, pensar; y la multitud es amiga de la ligereza y no de lo que requiere esfuerzo, aunque sea mental. Por eso no es raro que la literatura y el verso sean

4 (3 de marzo de 1937)

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más populares que cualquier tratado científico. El uno es de solaz y de deleite fácil. El otro es de verdad y de comprensión laboriosa. Exige mucho esfuerzo; pero, por lo fácil y superfi-cial de la literatura, el espíritu investigador no se desarrolla con el verso y las bellas letras, sino con la ciencia racionalista, que es la conciencia de la verdad. Es una lástima que las ideas más populares sean las más superficiales. Por falta de paciencia y análisis de los lectores, hay quienes sin ningún temor escriban pirámides de sinrazones, ocupan puestos usurpados; mientras la verdad, que fuera luz si hubiera reflexión, llama inútilmente a las puertas del en-tendimiento; y tal vez llegue tarde, muy tarde, a la conciencia humana. El periódico y los libros de fondo son lecturas de algu-nos. La novela y la revista ilustrada; el mismo periódico chismoso y de escándalos callejeros, son panes, panes que exige deleitosa el alma liviana de la multitud. Sin embargo, las doctrinas y las sanas opiniones no deben disminuir, porque, de tanto decir, algo queda. El periódico y el libro no deben olvidar que ellos son los mentores de la sociedad,y que, aun cuando se les escuche a medias y se les obedezca a octavas, su función es de verdad, de nobleza, de predica constante y bienhechora. Un día la multitud será más reflexiva que sentimental. Amará más la ciencia que la poesía.

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El reino de la razón —ya que la instrucción es cada vez más sabia y extensa — está por venir. Ya se sienten los fulgores del reinado de la ciencia. Es una pena que Francisco no incursionara más de lleno en la historia, de la cual tenía una visión científica mo-derna y en la cual pudo haber hecho grandes aportes, como lo demuestra en su brevísimo ensayo sobre la Crisis de la Historia Universal y en el discurso del 445 aniversario de la fundación de La Vega. En una sociedad como la nuestra que ha confundido al declamador con el poeta, también ha confundido al historiador con el contador de “historias”. La tergiversación histórica en La Vega ha venido precisamente, porque algunos de los que salen a pregonar sus supuestos o reales conocimientos históricos a los cuatro vientos, carecen de sentido histórico, de sentido común y son en parte, me-ros lectores de fichas amarillas quienes no se han detenido a realizar una reflexión sobre esta ciencia, donde hay que crear conocimientos nuevos y no repetir lo que ya otros dijeron, que no es literatura, que no es narrativa, ni es un cuentecito cual-quiera, leamos pues, lo que dice Francisco.

La Crisis de la Historia Universal

La Historia ha dicho que hay una Historia Universal; y la Historia ha parido una inconsulta y cándida confesión.

No hay que dudar, que la moderna y filosófica creen-cia de que la generalización es el progreso y la perfección, sea

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lo que haya dado motivo a la Historia para decir con apresu-ramiento, que ya hay una Historia Universal. Y los escritores, modeladores de cuerpo ideológicos, se han sentido orgullo-sos al contemplar, como obra suya y perfecta, un cuadro en el que estén esbozados todos los hechos y actos humanos. Para ellos ha sido la última obra y la más meritoria. Para no-sotros eso ha sido la carga del haragán. Llevarlo todo de un tiro es obra rápida, pero no perfecta. Quien al cargar, se re-pleta casi hasta el caer, no puede saber lo que lleva ni lleva lo que debe. La Historia generalizada es punto de mira para el pen-samiento amplificador; es propia para el vistazo, pero no es puerto fiel para el espíritu sereno y reflexivo que busca el fin y las causas de los acontecimientos, la razón infra—consciente de las cosas. En vano buscará vida en la Historia Universal la Filosofía de la Historia; porque, la razón de las cosas no está en ella; y rara paradoja, la intimidad de la historia no está en la Historia Universal.

Historia es la Economía Política, en cuanto explica; la evolución global de la industria de los hombres. La Física, Química, Astronomía y Matemáticas, como manifestación del pensamiento científico. La religión y la literatura, en cuanto encarna la inquietud de la imaginación humana; la literatu-ra, en lo que se refiere a la manifestación del hombre como humano y la religión, en cuanto él se forcejea afanoso por alcanzar una dudosa inmortalidad divina. La Historia propia-

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mente dicha, en cuanto representa las intrigas en la vida de relación, las fáciles discordias y las difíciles y raras armonías. Y en estas historias particulares y definidas es en donde el hombre se estampa de cuerpo entero. Porque la Historia Uni-versal ha tenido que hacer como el mercader de los gran-des comercios: atender a todos sin detenerse con ninguno en intimidades, ni menos permitirse el más corto solaz de una familiar conversación. La Historia Universal ha tenido que an-dar de paso para cazar todos los hechos, desnudos y flacos; desprovistos de los encajes de su cuna y despojados de las tiernas modalidades de su infancia. Por eso ha olvidado lo que el eterno inconforme Unamuno ha llamado “el fondo infra histórico” que es el sedimento fecundo que vive y continúa obscuramente en las entrañas de las generaciones.

Historia Universal a la manera de Lawler y Ducoudray son abortos generados por una pecaminosa prontitud en el coito mental. Hechos desnudos y de desarticulados, a la ma-nera de los cadáveres de las cementeras, forman el plan ordi-nario de la obra; y aunque parezca que éste es el único medio de un comienzo histórico, de una iniciación didáctica, estas no pueden formar la obra, que con orgullo dijo la Historia, que ya había una Historia Universal.

Creo que es imperativo el despojarnos del chambergo que llovizna honores y volcarlo en la urna de admiración que demanda el genio paciente y crítico de Cantú. Sorprende los acontecimientos en su completa trayectoria parabólica; pero

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adolece de un cáncer que domina y contagia la prole entera de su ilustre fecundidad mental. Me refiero a su fanatismo religioso, que él mismo con honradez confiesa, y que supera en la anatomía flamante de la obra, como un cuerpo sifilítico la llaga por donde quiera. Es también notable, a semejanza de Plutarco, y Herodoto, su fácil inclinación a darle cuerpo a las ficciones poéticas, como cuando al tratar del origen del hombre, le da una simpática y cordial bienvenida a la pareja edénica y posterga, cuando olvida las lógicas demostraciones darwinianas, las severas afirmaciones de la ciencia.

Thiers es una confirmación de mi afirmación y de-muestra lo ricamente fecundo que es un hombre cuando enfila su pensamiento en una sola acción. Su Historia de la revolución Francesa, que es una monografía histórica, deja satisfecho el ánimo inquisidor, cuando le expone para que las palpe, las causas articuladas con los hechos, y los efectos di-rigidos a sus fines precisos.

La Historia no está en la Historia Universal y hay que buscarla, si se quiere íntima y detallada, en las particulares producciones que en determinado sentido, ha ido elaborando la actividad humana.

El Observador, Semanario Enciclopédico, Año V No. 46 del 7 de diciembre de 1938.

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Discurso con motivo del 445 aniversario de la fundación de La Vega

Respetable Público:Fraternos veganos:

Rara y honrosa coincidencia. En el actual momento en que se destruyen pueblos, nosotros celebramos con plena conciencia histórica, la creación del nuestro, que es de Amé-rica y será del Continente.

Virgen dormida por una doble y misteriosa fuerza, más que Real es Santa; y de una recia personalidad histórica por haber “cumplido con su sentido ecuménico”, también es el éxtasis contemplativo de la Patria Joven como es América, es después de La Isabela, la más vieja del Continente, y aun-que para la Literatura en eso está el timbre de nuestro orgullo, para los autores históricos constituye nuestra fatalidad; el ser primeros. El español, ya se ha dicho, vino a aprender a Améri-ca e hizo de nosotros el imperfecto fruto de la improvisación y de su ensayo.

Sólo por un no desmentido amor filial y por una có-moda continuidad histórica, puede este pueblo remontar su origen al 1494 y celebrar en vez del 377 el 445 aniversario de su fundación.

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En esa fecha, 1494, fue creada por el Primer Almiran-te Don Cristóbal Colón. La Vega Vieja, que destruida por un terremoto en 1562, apenas tuvo 30 años de existencia y 38 de postrada agonía. No tuvo tiempo ni para una generación; y si en los primeros recordó la inquietud y la gracia de Sevilla, en los últimos nos impide olvidar las ruinas desoladas de Pal-mira. La fundación de La Vega actual, a dos leguas de la primera, en la margen meridional del Río Camú, se efectuó en 1562 por unos 30 supervivientes de la catástrofe, en los te-rrenos donados por una Viuda rica, y alrededor de una ermita consagrada a San Sebastián.

Según observaciones históricas, esta Vega Actual es la tercera Vega. La primera fue destruida por un terremoto; la segunda por un incendio en 1805 y la tercera, la actual, sin ser destruida, fue alcanzada por otro terremoto en 1842 el cual destruyó el Palacio del Gobierno y la Iglesia.

Parece que los cataclismos juraron destruir brutales nuestra débil consistencia.

No sólo fuimos débiles; sino de uno alma delicada y soñadora. Las tradiciones refieren que aunque en los prime-ros años La Vega vieja fue ostentosa y sonora, hasta percutir indiscreta, durante toda la ingrávida virginidad de la noche; el tintineo de sus espuelas de oro, a partir de los 30 años, se tor-

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nó en lánguida y triste. Que la segunda fue dolida y miserable: y que ésta última de la cual somos testigos tuvo un comienzo pastoril y humilde. Los fenómenos físicos han podido turbar su marcha material; más, su espíritu ha seguido cumpliendo con firmeza el destino común de los pueblos de América.

Las montañas, en complicidad criminosa con los ca-taclismos, nos han acorralado en forma de herradura, para estrangularnos,

Pero en su contra, resistente y vigorosa, está nuestra raza, que actualmente constituye la esperanza de la tierra y el milagro de América. Todas las razas han dado ya su tributo a la Historia. Queda la nuestra que ni es blanca, ni es negra ni roja ni amarilla; y que sin embargo, en ella pueden revisarse todos los colores.

Vino el blanco y con él toda la Raza Latina; trae en forma de esclavitud la Raza Negra y se encuentra en América con el Piel Roja y el Aborigen, que en Méjico con los toltecas y aztecas, se representa en los altos relieves como extranjero y atravesando el Océano, y en el Inca, según el estudio de un escritor ilustre Manco Capac, el fundador del Imperio, no es más que el hijo de un nieto de Gengis Khan. Esta raza es la mestiza; la raza del vegano y del Conti-nente. La Raza Cósmica.

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Los historiadores sostienen que la nuestra no es la única Raza Mestiza. Que no se encuentran razas de una abso-luta pureza y que cuando excepcionalmente aparecen, se las encuentra decaídas y apotradas en su aislamiento; el nuestro es el primer caso de un “mestizaje brusco y en grande” y en donde el conjunto supera a cada uno de los tipos integrantes.

La salvación nuestra está en ser mestizos. Por ser-lo, dice Vasconcelos, de sangre y de cultura, representamos “algo nuevo en el mundo. Si no fuésemos mestizos, ¿qué se-ríamos sino cuando más una España decaída y menor, menor en cultura?

Sólo hay un mal, que se patentiza con trágica realidad en nuestra dinámica social; que vino de Europa y está echan-do hondas raíces en Hispano-América. Ese defecto, estudiado por el sabio profesor Sergi, en su Nueva Antología, es el inmo-vilismo.

Este mal, que para unos proviene, en la raza, de una antigua corrupción; para otros del medio, y para el sabio pro-fesor, de las dos causas, originó en la Raza Latina la incapaci-dad de sustentar por largo tiempo el Renacimiento, y el dolor de perder el predominio alcanzado en la Revolución Francesa y en el Descubrimiento de América. Entre nosotros, frente a los Sajones, la realidad no puede ser más dolorosa. Siendo 126 años más viejos que los

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Norte—Americanos nos llevan 500 de adelanto. Ese inmovi-lismo, del que estamos atacados, sólo ha sido vencido para entregarnos a rebeliones criminales y a revoluciones egoístas y bastardas. Triste herencia de España, el inmovilismo, a no ser para el desorden.

Más, la esperanza nuestra está en ser una raza nueva, herederos de la sangre de los conquistadores, que fueron los “mejores en la devoción y el esfuerzo” y en que, este inmovi-lismo más bien es síntoma de nuestra infancia atolondrada, que la permanente morbosidad de nuestra Raza.

Sentíos orgullosos fraternos veganos. No sólo sois hi-jos de la legendaria Vega del 94; hechura directa y mimada del Gran Descubridor y Primer Almirante de América; sino el espécimen de una nueva Raza que puede dar una “estirpe más vigorosa que las que proceden de un solo tronco”.

Imitad, desde esta hora de honrosa recordación tres figuras, veganas de sangre y de espíritu la otra, que forman la piedra más rica de nuestra diadema moral: Juana Saltitopa, que encarna, según el Dr. Despradel y Batista, la Virtud de la Doncella de Orleans. Marcos Trinidad, el Cincinato nuestro y Adolfo Alejandro Nouel, que más laborioso que el inagotable Placide Le Brun, nos hizo conocer la modesta sabiduría de Aurelio. Sepbre. 29 de 1939. El Observador, Semanario Enci-clopédico, Año II No. 86 del 7 de octubre de 1939.

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El Político. El ser humano es un ser político. No hay dudas, pues aunque no milite en algún partido o movimiento, todas sus actuaciones en el seno de la sociedad responderán de una manera u otra a una motivación política. En algún momen-to se despierta la necesidad de la participación directa en la misma. Esta fue la oportunidad que se presentó a Francisco en 1961 al quedar descabezada la tiranía, coyuntura de tran-sición hacia una sociedad democrática.

Fue miembro fundador del movimiento político Unión Cívica Nacional en La Vega, creado para sacar al trujillismo del poder, como entidad apartidista. Sin embargo, se convirtió en la expresión más genuina de la ultraderecha, que decidió utilizar su prestigio ganado en la lucha de todo el pueblo, para instrumentar su proyecto político de trujillismo sin Trujillo. Mu-chas personas de buena fe quedaron militando en la misma, desconociendo, por la inexperiencia en la participación parti-daria, los verdaderos propósitos de este cambio, como instru-mento al servicio de la oligarquía.

Los paleros, una pandilla de crimínales que fue uti-lizada como fuerza de choque por el partido dominicano y las fuerzas policíaco-militares, atacaban a toda persona ene-miga del trujillato a palos y pedradas. Un grupo de ellos se encontraba en una esquina de su vivienda, en tono amena-zante. Su familia y sus amigos le advirtieron de su presencia. Se sentó en una mecedora de espaldas a ellos, esperando el

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posible ataque para enfrentarlos. Por suerte, los criminales no lo intentaron.

Electo Diputado por la provincia de La Vega en las elecciones generales extraordinarias del 20 de diciembre de 1962, fue de los constituyentes que en el año de 1963, votó la más avanzada Carta Magna del país. Esta Constitución ge-neró la reacción contraria de su propio partido, que se lanzó inmediatamente a la conspiración contra el gobierno legíti-mamente establecido. Tras 31 años de dictadura el pueblo veía una luz al final del túnel y estos sectores se aterraron, porque su modus vivendi era la total oscuridad. Por eso se opuso al golpe de estado contra Juan Bosch, cosa que lo dis-tanció de Viriato Fiallo y la Unión Cívica Nacional.

Hay una anécdota sobre un joven del 14 de junio que le faltó el respeto, y le respondió con una bofetada. Pero eso quedó zanjado cuando se encontró con él combatiendo en el Comando vegano durante la guerra de abril. Francisco fue de los legisladores que participó de la frustrada sesión del Congreso presidida por Casanovas Garrido en pleno conflicto armado y luego volvió a la capital a firmar su oposición a la ocupación de las tropas norteamericanas al país, y el mismo joven le manifestó que estaría ahí para cuidarlo.

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El Empresario y el Profesional

Fue fundador del cine teatro Vega Real como miem-bro de la sociedad creadora de ese centro de diversión ci-nematográfica, lo mejor de la Vega para esa época. Fue un intento modernizador que quedó en cierne, y La Vega tuvo de nuevo un lujo en el Cibao.

Siempre bien vestido, ordenado, trabajador gran tri-buno en los debates librados por él en los tribunales, buscado para lidiar con asuntos de reparticiones de tierra por su serie-dad y pulcritud en el ejercicio del derecho.

Su vida familiar

A los trece años luego de celebrarse unos juegos de-portivos durante el gobierno de Horacio Vásquez, en 1928 fueron ordenados en filas y saludó al presidente. Esto provocó un gran orgullo en esos jovencitos provincianos, y la envidia en otros que no tuvieron ese privilegio.

Gustaba de la cacería, y se enfrentaba a todo tipo de situaciones, que le fueron moldeando su carácter, y ganar el respeto de todos los demás. Incluso, el problema del racismo muy presente en La Vega, fue motivo de que nunca cediera a lo que era su auténtica identidad, y les mostró a todos el talento que poseía.

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En 1944 procreó su primera hija, a quien llamó Do-minicana, más tarde contrajo nupcias con la joven Celeste Edelmira Antón Evangelista (Chela) y con ella procreó 10 hijos, 7 varones y 3 hembras, la mayoría profesionales bien preparados. No hizo fortuna a pesar de haber ganado mucho dinero, pues todo lo dedicó a la preparación profesional de su numerosa familia. Él creía que la mejor herencia dada a sus hijos era su preparación.

Definido por su viuda e hijos como gran padre, gran esposo, vecino y ciudadano ejemplar. Francisco Cruz Maquin fue un ejemplo de firmeza en el carácter, un estoico, admira-dor de Séneca, patriota valiente, intelectual, justo, amoroso, disciplinado y pulcro una verdadera estampa de La Vega y el país.

Su lamentable deceso ocurrió el 7 de noviembre de 1986; pero, su obra y su ejemplo perviven.

Nota. Maquin era un apodo de su abuela paterna, pero fue adoptado como segundo apellido por decreto presi-dencial.

Investigación familiar realizada por el Lic. José Rafael Cepeda Duvergé (Viterbo).

Compilación histórica y redacción de Alfredo Rafael Hernán-dez.

Francisco Cruz MaquínNació el 29 de Enero, 1915

Murió el 7 de Noviembre, 1986